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FG

PROGRAMA DE
FORMACIÓN GENERAL

LOS DERECHOS DE TERCERA


GENERACIÓN EN LA SOCIEDAD
GLOBALIZADA

2012 - 2

1
GLOBALIZACIÓN, BOBALIZACIÓN

Eduardo Galeano

La mayoría de los devotos contempla, en éxtasis, las cosas que sus bolsillos no pueden pagar, mientras la minoría
compradora se somete al bombardeo de la oferta incesante y extenuante. El gentío, que sube y baja por las
escaleras mecánicas viaja por el mundo: los maniquíes visten como en Milán o París y las máquinas suenan como en
Chicago, y para ver y oír no es preciso pagar pasaje. Los turistas venidos de los pueblos del interior, o de las ciudades
que aun no han merecido estas bendiciones de la felicidad moderna, posan para la foto, al pie de las marcas
internacionales más famosas, como antes posaban al pie de la estatua del prócer de la plaza. Beatriz Sarlo ha
observado que los habitantes de los barrios suburbanos acuden al centro, al shiopping center, como antes acudían al
centro. El tradicional paseo del fin de semana al centro de la ciudad, tiende a ser sustituido por la excursión a estos
oasis urbanos. Lavados y planchados y peinados, vestidos con sus mejores galas, los visitantes vienen a una fiesta
donde no han sido convidados, pero pueden ser mirones. Familias enteras emprenden el viaje en la capsula espacial
que recorre el universo del consumo, donde la estética del mercado ha diseñado u paisaje alucinante de modelos,
marcas y etiquetas.
La cultura de consumo, cultura de lo efímero, condena todo al desuso inmediato. Todo cambia al ritmo vertiginoso de
la moda, puesta al servicio de la necesidad de vender. Las cosas envejecen un parpadeo, para ser reemplazadas por
otras cosas de vida fugaz. (…) El dinero vuela a la velocidad de la luz, ayer estaba allá, hoy está aquí, mañana quién
sabe, y todo trabajador es un desempleado en potencia. Paradójicamente, los shopping center, reinos de la
fugacidad, ofrecen la más exitosa ilusión de seguridad. Ellos existen fuera del tiempo, sin edad y sin raíz, sin noche y
sin día y sin memoria, y existen fuera del espacio, más allá de las turbulencias de la peligrosa realidad del mundo

Pregunta:
¿Cómo se manifiesta lo planteado por el texto en nuestra realidad local?

1- LA GLOBALIZACIÓN
En los últimos años del siglo XX, la palabra globalización rápidamente se popularizó en el lenguaje de
intelectuales, personajes de estado, comerciantes, etc., para hacer alusión aun nuevo fenómeno que
tenía como idea central la interconexión del mundo en todos sus aspectos.
1.1- DEFINICIÓN.
La Real Academia de la Lengua define globalización como la "tendencia de los mercados y las
empresas a extenderse alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras
nacionales". Como puede advertirse, en esta definición predomina el sentido económico del
término.
En el mismo sentido, el Fondo Monetario Internacional (FMI) señala que "La globalización es una
interdependencia económica creciente del conjunto de países del mundo, provocada por el
aumento del volumen y la variedad de las transacciones transfronterizas de bienes y servicios,
así como de los flujos internacionales de capitales, al tiempo que la difusión acelerada de
generalizada de tecnología".
Sin embargo, si bien la globalización se expresa con mayor fuerza en el plano económico,
constituye un proceso que abarca los aspectos político, tecnológico, cultural, etc.

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La globalización debe de entenderse como un proceso de interrelación o interconexión del
mundo en todos los aspectos y a nivel planetario.
Es necesario señalar que para autores como Eduardo Galeano, la globalización "no es más que el
nombre que se le da a la etapa actual del capitalismo" Se trataría, pues, de un término para
nombrar la gran expansión de capitales y sus efectos en las culturas e identidades

1.2- PROCESO HISTÓRICO DE LA GLOBALIZACIÓN


Pero la globalización no es un fenómeno nuevo. En la
historia se han producido hechos, como el descubrimiento
y conquista de América por parte de Europa, el comercio a
lo largo del Mediterráneo, el tráfico de esclavos africanos
o los viajes a Oriente, que ya anunciaban el advenimiento
de la globalización económica, pues el capitalismo
necesitaba mano de obra, materias primas y mejores
formas de producción, mientras los países poderosos
trataban de ampliar sus áreas de influencia.
En distintas épocas, el fenómeno de la globalización ha recibido diferentes nombres; por
ejemplo, a la tendencia de acabar con las normas y medidas económicas de los Estados en los
años setenta se le denominó desregulación. En los ochenta, mundialización significaba la
creciente interdependencia de las economías nacionales, y en los noventa surge el término
globalización, con tintes económicos referidos a un mercado global único, prácticamente sin
barreras locales de las naciones.

El término surge a partir de los cambios ocurridos en la economía mundial en el último tercio
del siglo XX, que modificaron los parámetros de funcionamiento y regulación de los sistemas
económicos surgidos tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y la creciente expansión de
capitales en busca de más y mejores mercados y apoyados en las nuevas tecnologías para la
producción y la comunicación.
El fenómeno de la globalización va de la mano con los avances de las telecomunicaciones y de la
gran movilidad del capital. El sociólogo Manuel Castells afirma que dichas transformaciones
marcan el nacimiento de una nueva era: la sociedad de la información. Los nuevos sectores
productivos vinculados a la microelectrónica, la informática, la robótica, la biotecnología y la
genética con la consecuente creación de nuevos productos y mercados generaron un nuevo
espacio productivo a escala mundial con evidentes repercusiones en las economías nacionales.
Esto ha sido llamado nueva economía.
En el presente siglo XXI, la sociedad se encuentra ante una encrucijada. Por una parte el
proceso de globalización parece ser irreversible y abarcar cada vez más aspectos de nuestra
vida, que tienden a la homogeneización de las costumbres y las identidades, sobre unos
parámetros planetariamente comunes, donde el estilo de vida occidental ejerce de modelo. Y
por otra parte, aparecen resistencias y marcadas tendencias hacia la afirmación de las
diferencias, mediante la construcción de identidades locales, bien territorialmente o de
sistemas de creencias.
El desarrollo de la ciencia y sus aplicaciones tecnológicas durante
el último tercio del siglo XX plantean nuevos retos a la humanidad;
particularmente en el ámbito de la biotecnología y la genética.
Las nuevas técnicas de reproducción asistida, la manipulación
genética de las especies, tanto vegetales como animales, las
técnicas de clonación (recordemos a la oveja Dolly) abren nuevas
perspectivas para la solución de determinados problemas hasta
entonces irresolubles en una multiplicidad de campos, desde la
salud hasta la alimentación, pasando por la creación de nuevos
materiales.
Estos nuevos horizontes vienen acompañados de nuevos
interrogantes sobre las posibles consecuencias de determinados
avances para el equilibrio ecológico del planeta y para el futuro de la especie humana. Y la
globalización sólo podrá justificarse en la medida en que contribuya al bienestar de las
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personas, en el trabajo y, sobre todo, en nuestra casa, en los espacios concretos de la existencia
diaria.

1.3- CARACTERÍSTICAS DE LA GLOBALIZACIÓN


Según algunos autores, la globalización presenta las siguientes características:
a) Planetaria. Esto significa que los fenómenos que tienen lugar en un sitio del planeta se
proyectan al resto del orbe.
b) universal. Se trata de un fenómeno que abarca todas las esferas del quehacer humano.
c) Asimétrica. La globalización no tiene la misma significación según sea lo que sucede y el
lugar donde está ocurriendo.
d) Desigual, es decir, que su poder e influencia así como sus mecanismos, se distribuyen
desigualmente, en atención al nivel de desarrollo económico y poderío militar y cultural de
cada participante en el proceso.
e) Impredecible, es decir, se ignoran el alcance y significados de sus efectos y consecuencias.

2- GLOBALIZACIÓN Y DERECHOS HUMANOS


2.1- Globalización y pobreza.
La globalización es un proceso asimétrico, es decir que mientras beneficia a unos pocos, ha
sometido a la pobreza a una gran mayoría de pobladores de los países pobres de Asia, África y
América Latina.
Josepp Stiglitz (2006) reproduce parte del informe de la Comisión Mundial sobre las dimensiones
Sociales de la Globalización del 2001, que señala lo siguiente: “El proceso actual de
globalización está provocando unos resultados desequilibrados, tanto entre países como dentro
de los mismos. Se crean riqueza, pero hay demasiados países y gente que no comparten sus
beneficios. Además, su voz se oye poco o nada en lo que se refiere a la configuración del
proceso. Desde el punto de vista de la mayoría de las mujeres y hombres, la globalización no ha
alcanzado sus aspiraciones simples y legítimas de puestos de trabajo dignos y un futuro mejor
para sus hijos. Muchos de ellos viven en el limbo de la economía informal sin derechos legales y
en países pobres donde subsisten de manera precaria en los márgenes de la economía global.
Incluso en países donde prima el éxito económico, algunos trabajadores y comunidades se han
visto afectados de forma adversa por la globalización (p. 32,33). Como podemos apreciar, el
informe de esta comisión auspiciada por la organización del Trabajo es lapidante con los
resultados de la globalización, al señalar que de ninguna manera a beneficiado a la gran mayoría
de la población, sino muy por el contrario, ha extendido la pobreza y limitado los principales
derechos de estos.
El propio Josepp Stiglitz (2006) señalaa que quienes no están de acuerdo con la globalización
manifiestan cinco inquietudes:
 Las reglas de juego que gobiernan la globalización son injustas, están diseñadas
específicamente para beneficiar a los países industriales avanzados. De hecho, algunos
cambios recientes son tan injustos que han hecho que algunos de los países más pobres hayan
ido en realidad peor.
 La globalización prioriza los valores materiales sobre otros valores, como la preocupación por
el medio ambiente o la vida misma.
 El modo en que se ha gestionado la globalización ha supuesto la pérdida de buena parte de la
soberanía para muchos países y de su capacidad para tomar sus propias decisiones en
cuestiones claves que afectan al bienestar de sus ciudadanos. En este sentido, ha socavado la
democracia.
 Aunque los defensores de la globalización han asegurado que todos se beneficiaran
económicamente, tanto los países en vías de desarrollo como los desarrollados pueden
aportar bastantes pruebas de que en ambos hay muchas personas que han salido perdiendo.
(p. 33, 34).

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Los pocos países que se han visto beneficiados por la globalización, son aquellos de donde
proceden los grandes capitales transnacionales. “De las diez compañías más grandes del mundo,
seis son transnacionales japonesas, tres son estadounidenses y una es británica/holandesa. La
distribución geográfica de las corporaciones refleja las habituales estructuras de poder en la
sociedad global: 435 de las 500 transnacionales más importantes (87%) pertenecen a los países
del grupo G7. De ellas, 151 son estadunidenses, 149 japonesas, 44 alemanas, 40 francesas, 33
británicas, 11 italianas y 5 canadienses” (Chomsky y Dieterich, 2002, p.47). Como podemos ver,
dichos países son los dueños del mundo, y los únicos beneficiados con la globalización
económica. Chomsky al referirse a éstas sentencia: “Hoy en día, esta sombra es más grande que
nunca, porque la fuerza que la proyecta ha asumido proporciones gigantescas. Las empresas
transnacionales son el espíritu rector de la aldea global en que convierten nuestro planeta”.
(Chomsky y Dieterich, 2002, p.45)

2.2- El Derecho a la Libre Determinación de los Pueblos y la globalización.


A) El Derecho a la libre determinación de los pueblos.
El derecho de libre determinación de los pueblos o derecho de autodeterminación es el
derecho de un pueblo a decidir sus propias formas de gobierno, perseguir su desarrollo
económico, social y cultural y estructurarse libremente, sin injerencias externas y de
acuerdo con el principio de igualdad. La libre determinación está recogida en algunos de los
documentos internacionales más importantes, como la Carta de las Naciones Unidas o los
Pactos Internacionales de Derechos Humanos, aunque no en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos. También numerosas resoluciones de la Asamblea General de la ONU
hacen referencia a este principio y lo desarrollan: por ejemplo, las resoluciones 1514 (XV),
1541 (XV) ó 2625 (XXV). Es un principio fundamental de Derecho internacional público y un
derecho de los pueblos, que tiene carácter inalienable y genera obligaciones erga omnes 1
para los Estados. Incluso, de acuerdo con muchos autores, la libre determinación ha
devenido norma de ius cogens.2
El concepto de libre determinación tiene una gran fuerza y un carácter especialmente
polémico. El Comité de Derechos Humanos ha puesto de manifiesto su naturaleza
fundamental, al señalar que es requisito necesario para la plena efectividad de los derechos
humanos individuales. Pero su mención en el discurso político contemporáneo puede
levantar temores de desestabilización, incluso violenta; también se ha asociado con
posiciones políticas extremistas y chauvinismos étnicos. La autodeterminación se ensalza
como principio democrático básico por unos y se denosta como radicalmente
antidemocrático por otros.
B) La libre determinación de los pueblos y la globalización.
Este derecho de tercera generación, puede verse afectado por el proceso de globalización,
debido a que los estados del mundo tienen que someterse a decisiones de carácter
internacional. Esto hasta cierto es positivo, porque influye incluso en la protección de los
mismos derechos humanos, pues hoy en día podemos ver que todos los estados del mundo son
sometidos al escrutinio internacional en lo referente a esta materia. Podemos decir incluso,
que los derechos humanos se han globalizado, y ello ha determinado que los delitos de
derechos humanos tengan jurisprudencia internacional. Un ejemplo de lo señalado se da con
persecución y detención a nivel internacional de los violadores de los derechos humanos, tal
como sucedió con Augusto Pinochet.
Por otro lado, la globalización puede ser utilizada inadecuadamente para violentar el derecho
a la libre determinación de los pueblos, especialmente por las grandes potencias que
controlan los organismos internacionales.
2.3- El Derecho a la paz y la globalización.
A) El derecho a la paz.

1
Erga omnes es una locución latina, que significa "respecto de todos" o "frente a todos", utilizada en derecho para referirse a la
aplicabilidad de una norma, un acto o un contrato. Significa que aquél se aplica a todos los sujetos
2
Ius cogens es una locución latina que hace referencia a normas imperativas de derecho, en contraposición a las dispositivas de
derecho. De acuerdo con la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, son aquellas normas aceptadas y
reconocidas por la comunidad internacional de Estados en su conjunto como norma que no admite acuerdo en contrario
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La rica relación que existe entre los derechos humanos y
la paz ha conducido en los últimos años a una
reclamación de la paz como un nuevo derecho humano.
Desde un concepto de paz que no se limita a definirla
como la mera ausencia de guerra, los derechos humanos
ocupan un lugar esencial en el concepto actual de paz
entendida como paz positiva. En virtud de esta nueva
comprensión de la paz, desde diferentes instancias, entre
las que destaca la unesco, se está proponiendo el
reconocimiento de un derecho humano a la paz como
integrante de los derechos humanos de la tercera generación o derechos de la solidaridad.
La relación estrecha y creciente entre la paz y los derechos humanos se ha puesto de
manifiesto fundamentalmente a partir de los horrores de la II Guerra Mundial, y con la
creación de las naciones unidas y la aprobación de su Carta en 1945. Desde ese momento,
ha existido un creciente consenso internacional en torno a que derechos humanos, paz
internacional y desarrollo están interrelacionados y dependen uno de otro. Es decir, el
concepto de paz evoluciona, y se va a convertir a partir de ahora en una “paz positiva y
dinámica, que comporta el respeto de los derechos humanos y el desarrollo integral de los
pueblos” (Pastor, 1994:38). En este mismo sentido, Álvarez (1994:92) afirma que la paz
internacional no puede entenderse como la mera ausencia de guerra y que, siendo una
aspiración universal de la humanidad, forma un todo indisoluble con el desarrollo
socioeconómico, la justicia y el respecto a los derechos humanos.
Diferentes instrumentos internacionales auspiciados por Naciones Unidas se han hecho eco
de este nuevo concepto de paz. Así, tanto el preámbulo de la declaración universal de los
derechos humanos como el de los dos pactos internacionales de derechos humanos
consideran que “la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos
los miembros de la familia humana”. En esta misma línea, la Proclamación de Teherán de
1968 establece que “para la realización plena de los derechos humanos y las libertades
fundamentales son indispensables la paz y la justicia”. Por su parte, la Declaración sobre
el progreso y el desarrollo en lo social, aprobada un año más tarde por la Asamblea
General, en su Preámbulo afirma que “la paz y la seguridad internacionales, de una parte,
y el progreso social y el desarrollo económico, de la otra, son íntimamente
interdependientes y ejercen influencia entre sí”. Finalmente, la Declaración de Viena
aprobada en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en 1993 reafirma una
vez más el vínculo existente entre la paz y los derechos humanos al señalar que “los
esfuerzos del sistema de las Naciones Unidas por lograr el respeto universal y la
observancia de los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos contribuyen
a la estabilidad y el bienestar necesarios para que haya relaciones de paz y amistad entre
las naciones y para que mejoren las condiciones para la paz y la seguridad, así como para
el desarrollo económico y social, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas”.
B) Paz y globalización.
La paz es un derecho que posibilita la plena realización
de todo ser humano, evitando así que este sea víctima
de algún tipo de violencia que ponga en peligro su vida
o integridad física. Sin embargo, la guerra, que es la
negación de la paz, también se ha globalizado.
Podemos ver que en la actualidad se realizan conflictos
en donde intervienen países que se encuentran muy
alejados unos de otros, incluso en diferentes
continentes. Y es que con el pretexto de proteger la
paz mundial (vaya ironía), diferentes estados potencias
llevan a cabo intervenciones militares con el solo fin de
apropiarse de los recursos de los países menos desarrollados. Es el caso en los últimos años
de los conflictos de los Balcanes, el Medio Oriente, etc. En el hecho más reciente. EE.UU
intervino en Irak, llevando como bandera la democracia y la paz mundial. Para ello no le
importó acabar con la vida de miles de irakíes. Aun en estos momentos la intervención
continúa. El verdadero motivo para romper la paz mundial no fue ni la democracia ni la
búsqueda de justicia, sino el interés por el petróleo de este país árabe que hoy día
saquean con desmedido afán las empresas transnacionales norteamericanas.
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Globalización económica y respeto a los derechos humanos
son elementos incompatibles a los que es necesario estar
atento porque de lo contrario el gato de la globalización
devorará al ratón de los derechos humanos. El mando está en
las manos de los que defienden la globalización, no en las
manos de los que defienden los derechos humanos. Estos
últimos han quedado relegados como una utopía, como un
documento más en la historia de las ideas no cumplidas.

EL MALESTAR EN LA GLOBALIZACIÓN
Joseph Stiglitz3
Privatizaciones y corrupción:
“La retórica del fundamentalismo del mercado afirma que la privatización reducirá lo que los economistas
denominan la «búsqueda de rentas» por parte de los funcionarios, que o bien se quedan con parte de los
beneficios de las empresas públicas o conceden contratos y empleos a sus amigos. Pero, al contrario de
lo que supuestamente iba a lograr, la privatización ha empeorado las cosas tanto que en muchos países
se la denomina irónicamente «sobornización». Si una Administración es corrupta, hay escasas evidencias
de que las privatizaciones resolverán el problema. Después de todo, el mismo Gobierno corrupto que
manejó mal la empresa es el que va a gestionar la privatización. En un país tras otro, los funcionarios se
han percatado de que las privatizaciones significan que ya no tienen por qué limitarse a la apropiación
anual de los beneficios. Si venden una empresa pública por debajo del precio de mercado, pueden
conseguir una parte significativa del valor del activo, en vez de dejarlo para administraciones
subsiguientes. De hecho, pueden robar hoy buena parte de lo que se apropiarían los políticos en el
futuro. De modo muy poco sorprendente, se manipula el proceso de privatización para maximizar la
suma de lo que los ministros del Gobierno podían embolsarse, y no la suma que podía aportar el Tesoro
público, y mucho menos la eficiencia general de la economía”.
Imposiciones imperialistas:
“A los países en desarrollo les irrita especialmente este doble rasero (se refiere al que aplican las
potencias), porque las hipocresías y desigualdades cuentan con una larga historia. En el siglo XIX las
potencias occidentales —muchas de las cuales se habían desarrollado gracias a políticas proteccionistas—
habían impuesto tratados comerciales injustos. Acaso el más ultrajante fue el de la Guerra del Opio,
cuando el Reino Unido y Francia se confabularon contra la débil China y, junto con Rusia y EE UU, la
forzaron, por el Tratado de Tientsin de 1858, no sólo a realizar concesiones comerciales y territoriales,
para garantizar que exportaría los bienes que Occidente deseaba a precios bajos, sino también a abrir
sus mercados al opio, lo que llevó a la adicción a millones de chinos (cabría denominar a esto un enfoque
casi diabólico de la «balanza comercial»). Hoy no se fuerza la apertura de los mercados emergentes con
la amenaza del uso de la fuerza militar sino a través del poder económico, a través de la amenaza de
sanciones o de la retirada de la ayuda en momentos de crisis. Aunque la Organización Mundial de
Comercio era el foro donde se negociaban los acuerdos comerciales internacionales, los negociadores
estadounidenses y el FMI a menudo insistieron en ir más allá y acelerar el ritmo de la liberalización
comercial. El FMI insiste en este ritmo acelerado de la liberalización como condición de su ayuda —y los
países ante una crisis no tenían más elección que acceder a sus demandas—.
Cuando EE UU actúa unilateralmente y no al amparo del FMI las cosas son aún peores. El Representante
de Comercio de EE UU, el Departamento de Comercio, a menudo aguijoneado por intereses creados
norteamericanos, acusa a un país extranjero; se sucede entonces un proceso de revisión —que sólo
involucra al Gobierno estadounidense— y una decisión adoptada por EE UU, y a continuación se imponen
sanciones al país ofensor. Los Estados Unidos aparecen como fiscal, juez y jurado. El proceso es casi
judicial, pero las cartas están marcadas: tanto las reglas como los jueces favorecen un veredicto de
culpabilidad. Cuando este arsenal se emplea contra otros países industrializados, Europa y Japón, ellos
cuentan con recursos para defenderse, pero en el caso de los países subdesarrollados, incluso los
grandes como India o China, la lucha no es justa”.

3
Premio Nobel de economía
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Inversión extranjera directa:
“Cuando llegan las empresas extranjeras a menudo destruyen a los competidores locales, frustrando las
ambiciones de pequeños empresarios que aspiraban a animar la industria nacional. Hay muchos ejemplos
de esto. Los fabricantes de refrescos en todo el mundo han sido arrollados por la irrupción en sus
mercados de la Coca-Cola y la Pepsi. Los fabricantes locales de helados han visto que no pueden
competir con los productos de Unilever.
Una forma de pensar sobre esto es recordar la controversia entre las cadenas de grandes almacenes y las
tiendas. Cuando Wal Mart se instala en una comunidad, son frecuentes las protestas de las empresas
locales, que temen —con razón— ser desplazadas. A los tenderos les preocupa no ser capaces de
competir con Wal Mart, cuyo poder de compra es enorme. A la gente que vive en los pueblos le preocupa
lo que puede suceder con la personalidad de la comunidad si se acaba con todas las tiendas del lugar.
Esas mismas inquietudes son mil veces más intensas en los países subdesarrollados. Tales alarmas son
legítimas, aunque es menester recordar que si Wal Mart tiene éxito es porque suministra bienes a los
consumidores a precios más bajos. El suministro más eficiente de bienes y servicios a los ciudadanos
pobres de los países en desarrollo es sumamente importante, dado lo cerca que viven del nivel de
subsistencia.
Pero los críticos plantearon varios puntos. En ausencia de leyes estrictas sobre la competencia —o de una
aplicación efectiva de las mismas—, una vez que la empresa internacional expulsa a los competidores
locales, emplea su poder monopólico para subir los precios. Los beneficios de los precios bajos fueron
efímeros”.
Transnacionales y sobornos:
“El financiero no es el único campo en el que la inversión extranjera directa ha sido una ambigua
bendición. En algunos casos, los nuevos inversores persuadieron (muchas veces con sobornos) a los
Gobiernos para que les concedieran privilegios especiales, como protección arancelaria. En muchos casos
los Gobiernos norteamericano, francés o de otros países industrializados avanzados presionaron,
reforzando la noción de los países en desarrollo de que era perfectamente correcto que las autoridades
intervinieran en el sector privado y presumiblemente cobraran de él... Cuando el Secretario de Comercio
de EE UU, Ron Brown, viajaba al exterior, lo acompañaban empresarios estadounidenses que buscaban
contactar con esos mercados emergentes y entrar en ellos. Presumiblemente, las posibilidades de
conseguir un asiento en el avión aumentaban si uno realizaba contribuciones significativas a la campaña.
En otros casos, se pedía que un Gobierno contrapesase la influencia de otro. En Costa de Marfil, mientras
Francia apoyaba las intenciones de Telecom de excluir la competencia de una empresa de telefonía
celular independiente (norteamericana), EE UU presionó a favor de la firma americana. Pero en muchos
casos, los Gobiernos fueron más allá de lo que era razonable. En Argentina, los franceses presionaron
para modificar las condiciones de la concesión de una empresa de aguas (Aguas Argentinas), después de
que la sociedad matriz gala (Suez Lyonnaise) que había firmado los acuerdos comprobó que eran menos
rentables de lo que había pensado.
Quizá lo más preocupante fue el papel de los Gobiernos, incluido el estadounidense, al forzar a las
naciones a cumplir compromisos que eran sumamente injustos para los países en desarrollo y
demasiadas veces llevaban la firma de autoridades corruptas. En Indonesia, en la reunión de los líderes
de la APEC (Cooperación Económica Asia-Pacífico) en Yakarta en 1994, el presidente Clinton animó a las
empresas norteamericanas a invertir en Indonesia. Muchas lo hicieron, y a menudo en condiciones
sumamente favorables (con indicios de que la corrupción «engrasó las ruedas», en perjuicio del pueblo
indonesio). Análogamente, el Banco Mundial estimuló acuerdos con el sector privado allí y en otros
países, como Pakistán. Estos contratos incluían cláusulas por las que el Estado se comprometía a comprar
grandes cantidades de electricidad a precios muy altos (las llamadas cláusulas de acuerdo firme de
compra). El sector privado se llevaba los beneficios y el Estado asumía el riesgo. Ya de por sí eran una
cosa mala. Pero cuando los Gobiernos corruptos fueron derrocados (Mohamed Suharto en Indonesia en
1998, Nawaz Sharif en Pakistán en 1999), la Administración estadounidense presionó a los Gobiernos
ulteriores para que cumplieran los contratos y no suspendieran los pagos, o al menos que renegociaran
los términos de los contratos. Hay una larga historia de contratos «injustos» cuyo cumplimiento fue
forzado por las autoridades occidentales.

RESPONDER:
1. ¿Qué relación existe entre privatización y corrupción?
2. ¿Por qué se dice que la apertura de mercados se hace con métodos imperialistas?
3. ¿Qué problemas generan las inversiones extranjeras directas?
4. ¿Cómo participan las trasnacionales en la corrupción? Dar ejemplos.

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