El Artículo 79 de la construcción nacional dice que toda persona tiene el derecho a vivir en

un ambiente sano, por tanto, es deber del estado proteger la diversidad e integridad de
medio ambiente, conservación de áreas y zonas especial importancia ecológica

En el artículo 8 de la constitución nacional es obligación del estado y las personas proteger

las riquezas culturales y naturales como también velar por la conservación del ambiente

En el artículo 63 dice que los bienes de uso público como parques naturales, tierras
naturales de grupos étnicos son inembargables
1. Marco jurídico ambiental
1.1. agua
Según el decreto 1076 de 2015 se debe conservar los recursos naturales en predios
rurales. Por medio del cual se reglamentan tasas retributivas a la utilización directa del agua
como receptor de los vertederos puntuales
1.2. aire
según el decreto 1076 del 2015 por el cual se reglamenta la ley 23 de 1973 la cual
establece las concentraciones máximas de emisiones de contaminación por sectores
industriales
1.3. flora
La ley 1377 del 2010 sobre registro de cultivos forestales y sistemas agroforestales con
fines comerciales de plantaciones protectoras - productoras
1.4. fauna
La ley 84 de 1989 estatuto nacional de protección animal prohíbe la caza y comercialización
de cualquier tipo de especie animal
1.5. convenios internacionales aportados por Colombia
La ley 30 de 1990 aprueba el convenio con Viena para la protección de la capa de ozono
La ley 164 de 1994 aprueba la convención del marco de las naciones unidas sobre el marco
de cambio climático

Para los desechos que salen de este proceso las industrias de la palma ellos firmaron un
pacto para a partir de estos desechos hacer un tratamiento a estos desechos y convertirlos
en compostajes material orgánico para la utilización en la elaboración de fertilizantes o hoy
en día se está procesando para luego utilizarlo para la obtención de vapor en la generación
de energía eléctrica por medio de biodigestores.

La normatividad ambiental es manejada por las corporaciones regionales, las cuales se

constituyen en entes verificadores del orden local. Es importante tener en cuenta la
reglamentación pertinente con el fin de evitar sanciones y eventuales cierres. Actualmente,
para el caso de la Zona Oriental, las corporaciones regionales usan principalmente la
siguiente normatividad:
“Decreto 2820 de 2010. Reglamentación para la obtención de licencias ambientales para la
ejecución de obras, el establecimiento de industrias o el desarrollo de cualquier actividad,
que de acuerdo con la ley y los reglamentos pueda producir deterioro grave a los recursos
naturales renovables o al medio ambiente, o introducir modificaciones considerables o
notorias al paisaje.
“Decreto 4741 de 2005. Por el cual se reglamenta parcialmente la prevención y el manejo
de los residuos o desechos peligrosos generados en el marco de la gestión integral”.
“Residuo o desecho peligroso. Es aquel residuo o desecho que por sus características
corrosivas, reactivas, explosivas, tóxicas, inflamables, infecciosas o radiactivas puede
causar riesgo o daño para la salud humana y el ambiente. Asimismo, se consideran residuo
o desecho peligroso los envases, empaques y embalajes que hayan estado en contacto con
ellos.
Artículos 16, 25 y 26 de la Ley 142 de 1994. La Ley 142 “establece el régimen de los
servicios públicos domiciliarios y se dictan otras disposiciones. Aplicación de la ley a los
productores de servicios marginales, independiente o para uso particular. Concesiones y
permisos ambientales y sanitarios. Permisos municipales”.
Artículo 25 del Decreto 3930 de 2010. “Establece las disposiciones relacionadas con los
usos del recurso hídrico, el ordenamiento del recurso hídrico y los vertimientos al recurso
hídrico, al suelo y a los alcantarillados”. Decreto 1713 de 2002. “Por el cual se reglamentan
la Ley 142 de 1994, la Ley 632 de 2000 y la Ley 689 de 2001, en relación con la prestación
del servicio público de aseo, y el Decreto-Ley 2811 de 1974 y la Ley 99 de 1993, en relación
con la gestión integral de residuos sólidos”. “ (catañeda, 2002)