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Yo soy de Chile
ESTRATEGIA LEM
MINEDUC
Nivel de Educación Básica
Coordinación editorial:
Claudio Muñoz Pirce
Imágenes en portada:
Laguna Verde, III Región (archivo MINEDUC).
Moais de Isla de Pascua, V Región [www.sernatur.cl/scripts/sitio/destino_ficha.php?destino=124]
Araucarias, IX Región [www2.netexplora.com/escuelapatriciolynch/flora.htm]
Antártica de Chile, XII Región [www.sernatur.cl/scripts/sitio/destino_ficha.php?destino=192]
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Clase 1
Patrimonio chileno
Completemos
1. Escribe el nombre de cinco lugares de Chile que conozcas. De esos cinco lugares
escoge el que más te haya gustado.
- ________________________________________________________________
- ________________________________________________________________
- ________________________________________________________________
- ________________________________________________________________
- ________________________________________________________________
___________________________________________________________________
3
Observemos y leamos
Profundicemos la lectura
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3. El mensaje del texto está dirigido a:
a) cualquier extranjero.
b) los habitantes del Sahara.
c) todos los habitantes de Chile.
Archivo de contenidos
Factores de la comunicación
Los factores básicos para que pueda existir la comunicación son: emisor, mensaje
y receptor.
Completemos
son ______________________________________.
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Evaluemos nuestros aprendizajes
¿Qué fue lo más importante que aprendí en esta clase? ¿Cómo aporta a mi vida diaria?
¿Qué puedo hacer para aprender las cosas que más me cuestan?
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Clase 2
Patrimonio chileno
Conversemos
• ¿Qué texto analizaste la clase pasada? ¿Qué lugar de Chile mostraba? ¿En qué
parte de Chile se encuentra ese lugar?
• ¿Has oído hablar de Campo de Hielo? ¿En qué lugar de Chile se encuentra?
• Ubica en el mapa que está al final de tu cuaderno dónde está el Desierto de
Atacama y dónde está Campo de Hielo.
Observemos y leamos
Fíjate en el título y la frase que aparece bajo él. ¿De qué podrá tratar el poema?
Una flor
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Conversemos
Observemos y leamos
• Fíjate en la foto, el título y la bajada del reportaje. ¿De qué podrá tratar?
• ¿Crees que este reportaje tiene alguna relación con el poema “Una flor”?
________________________________________________________________________________
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_______________________________________
Soledad profunda
De los 30 expedicionarios, 11 son comandos
(entre ellos, dos radiooperadores y un
meteorólogo) y los 19 restantes, geógrafos,
glaciólogos, geólogos, biofísicos, fotógrafos, una
poetisa y un par de periodistas (El Mercurio y
Radio Cooperativa).
El clima es como el de la Antártida, solo que
el viento pega mucho más fuerte. Sobre los 10
kilómetros por hora desciende dramáticamente la
sensación térmica. Dependiendo de ese factor, la
temperatura fluctúa entre los 5 grados y los 25
bajo cero.
El gas de las estufas y de la cocina se congeló
durante noches. Lo mismo que el agua mineral de
los envases (hay que tomarla seguido porque el
cuerpo se deshidrata). Se aconseja no levantarse
para ir al baño, y orinar en una botella vacía. Es _______________________________________
que el “toilette” es un iglú a seis metros de Flor de hielo
profundidad (al pie de escaleras cavadas en el La expedición hizo descubrimientos en varias
hielo se instaló un tambor de plástico de 200 especialidades científicas. Hasta entonces se creía
litros coronado por un gran embudo), que es que el clima inhóspito, el desgaste producido por
peligroso ubicar de noche, sobre todo si al lado los glaciares, el derretimiento de hielos y la nieve
hay otro hoyo para medir la acumulación de había desgastado la tierra para impedirle producir
nieve. vida. Sin embargo, el biofísico de la U. de Chile,
Por eso fue que un oficial recomendó en Enrique Jaimovich, descubrió una rústica flor
Villa O´Higgins fotografiar el baño de la entre las rocas, la cual trasladó cuidadosamente a
escuela. “Es el último que verán a contar de Santiago para clasificarla.
ahora”, explicó con sonrisa maliciosa. Aunque Jaimovich realizó con sus ayudantes
_________________________________________ variadas pruebas a los expedicionarios para
La soberanía establecer cómo se comporta el cuerpo humano
En el fondo, misiones como esta hacen en situaciones de vida extrema, para él este fue
soberanía. Esta palabra utilizó el comandante de un descubrimiento “excitante”. Explicó que como
una escuadrilla de aviones a reacción A-36, sobre esa zona pasó un glaciar, no quedaba tierra
proveniente de Temuco, que pasó tres veces en vegetal y nadie esperaba que la roca sustentara la
forma rasante, saludando al campamento. vida de plantas superiores.
Según el general Ricardo Bermúdez, de la Este hallazgo también impactó a la poetisa
Tercera Brigada Aérea, que visitó el lugar, “no se Alicia Salinas, premio Pablo Neruda 96, que así
trata de una demostración de fuerza porque nos encontró título para su futuro libro sobre la zona:
entendemos bien con los argentinos”. Para él, en “Una flor en el Hielo”. Rescata que este sea un
el próximo siglo las guerras se producirán por el lugar limpio, de reserva ecológica, y que para
agua, que se está acabando en el mundo: “No le conservarlo todo desperdicio sea llevado de
hemos tomado el peso a que Campo de Hielo es vuelta al continente. Para ella, bajo situaciones
una gran reserva para la humanidad. Debemos adversas no solo es posible vivir, sino también
mantenerla con nuestros hermanos argentinos”. sentir y llorar.
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Conversemos
• ¿Qué fue lo que más te llamó la atención del texto? ¿Por qué?
• ¿Qué características tiene Campo de Hielo que lo hacen valioso para los chilenos
y también para el resto del mundo?
Completemos
2. Coloca el nombre del texto al que corresponde cada uno de los propósitos.
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Archivo de contenidos
Todos los textos tienen un propósito específico, lo que hace que estén
centrados en uno de los factores de la comunicación más que en los otros.
De acuerdo con el factor de la comunicación en el que está centrado un texto,
el lenguaje va a cumplir funciones distintas. Estas funciones son: expresiva,
representativa o referencial y apelativa.
“Donde los
Hielos Queman”
Para la próxima clase deben traer: un pliego de cartulina, papel de envolver o diarios;
lápices de cera o plumones; revistas, papeles lustre u otro tipo de papeles de colores;
tijeras y pegamento.
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Clase 3
Difundamos nuestro patrimonio
• Aplicar lo que hemos aprendido sobre los factores y funciones del lenguaje.
• Crear una afiche para difundir nuestro patrimonio nacional.
• Valorar los atractivos que tienen distintos lugares de nuestro país y disfrutarlos.
Conversemos
• ¿De qué lugares de Chile hablan los textos que viste las clases anteriores?
• ¿Te parecen atractivos esos lugares? ¿Por qué?
• ¿Crees que los chilenos conocen y valoran su país? ¿Por qué?
• ¿Qué lugares, construcciones, obras de arte o costumbres de Chile te gustaría
que todos conocieran y valoraran? ¿Por qué?
1. ¿Quiénes son los emisores del mensaje? Anoten sus nombres o pónganse un nombre
como grupo y anótenlo.
2. Determinen a quiénes estará dirigido su mensaje (los jóvenes chilenos, todos los
chilenos, todas las personas del planeta, etc.).
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4. Inventen una frase llamativa que exprese ese mensaje:
5. Busquen dos razones que sirvan para apoyar el mensaje que desean transmitir.
6. Piensen en imágenes que sirvan para apoyar el mensaje que desean transmitir y elijan
una.
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Clase 4
Una aventura por Chile
• Comprender que todos los textos que leemos, escuchamos, vemos o producimos
son parte de una “situación comunicativa”.
• Reconocer los elementos de la “situación comunicativa” y el tipo de texto que es
“El Desierto de Atacama”.
• Distinguir entre el autor de una historia y quien narra la historia.
• Valorar los atractivos que tienen distintos lugares de nuestro país y disfrutarlos.
Conversemos
A partir del afiche que trabajaron en la primera clase y de sus propios conocimientos,
¿qué podrían decir del Desierto de Atacama?
Observemos y leamos
El Desierto de Atacama
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crea vientos que desplazan las nubes y tormentas. Eso hace que casi nunca llueva por
acá.
Ya no recuerdo cuánto tiempo estuve ahí, si un par de días o insufribles semanas. El
asunto es que estaba solo y perdido. Y la aridez del paisaje no tardó en apoderarse de mi
mente y jugarme crueles jugarretas: en el horizonte creí divisar agua, el vital elemento que
tanta falta me hacía. Corrí a su encuentro, pero no había tal. Solo encontré un despiadado
espejismo, una ilusión óptica provocada por los rayos del sol.
Paisajes selenitas, lagos de sal, flamencos, feroces heladas por las noches,
manantiales de agua hirviendo que estallan violentamente. El desierto develaba sus
secretos a este malogrado reportero. A continuación, las notas y reflexiones que escribí
en mi bitácora aquellos difíciles días en los que creí enloquecer.
Día 1, en la tarde:
Día 1, en la noche:
El ocaso trae consigo visiones interestelares. Luego de caminar sin rumbo he llegado
a un lugar que más bien parece una fotografía de la superficie lunar, un verdadero paisaje
selenita. Más aún, veo al Chamán Pelmazo, quien me asegura que estoy en el enigmático
Valle de la Luna, un encantador paraje que debe su nombre al extraordinario parecido
que tiene con el astro celeste que ahora ilumina esta fría noche. Acabo de recordar que
en los desiertos hace mucho calor de día, y mucho frío de noche. En vez de sentarme a
esperar un milagro, he decidido caminar toda la noche. Quién sabe, quizás mañana mi
suerte cambie.
Día 2, al amanecer:
Desvarío. Cientos de columnas de vapor emergen desde el suelo. Debe haber agua,
agua, agua... ¡Dios mío, esta agua es más asquerosa todavía! ¡Hierve y sabe a azufre! No
entiendo nada. Alguien me habla. Es un niño, Juanito el Canoso. Me explica que esto es
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un géiser, un manantial de agua subterránea cuyos chorros llegan a los 9 metros de alto.
Según Juanito, la palabra “geyser” proviene del irlandés y significa “estallar con violencia”.
Vaya suerte la mía, en vez de regresar a casa, cada vez me alejo más de ella. Seguiré
caminando.
Otro día:
Sin agua ya no puedo continuar. He llegado a mi hora más oscura. Quién diría que iba
a terminar mis días así, solo, desorientado y acompañado de lagartos que se mimetizan
con la arena y aparecen de la nada, como en una pesadilla. El Lagarto de Tarapacá es
uno de los reptiles más comunes del desierto y es muy grande y extraordinariamente
veloz. A lo lejos diviso un río, pero debe ser otro espejismo. Agua, sí cómo no, agua...
Lorena Penjean. El Libro Verde de Juan Carlos Bodoque. Santiago: Libros Aplaplac, 2004. (Fragmento).
Profundicemos la lectura
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3. ¿Quién es el protagonista de la historia?
Trabajemos en grupo
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Archivo de contenidos
Autor y narrador
Completemos
Situación comunicativa
de la narración
Emisor
Contar una
historia
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Clase 5
Una aventura por Chile
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perdido. Y la aridez del paisaje no tardó en apoderarse de ______________________
mi mente y jugarme crueles jugarretas: en el horizonte creí ______________________
divisar agua, el vital elemento que tanta falta me hacía. ______________________
Corrí a su encuentro, pero no había tal. Solo encontré un ______________________
despiadado espejismo, una ilusión óptica provocada por ______________________
los rayos del sol. ______________________
Paisajes selenitas, lagos de sal, flamencos, feroces ______________________
heladas por las noches, manantiales de agua hirviendo ______________________
que estallan violentamente. El desierto develaba sus ______________________
secretos a este malogrado reportero. A continuación, las ______________________
notas y reflexiones que escribí en mi bitácora aquellos ______________________
difíciles días en los que creí enloquecer. ______________________
______________________
Día 1, en la tarde: ______________________
______________________
He caminado largamente. De pronto el paisaje se ha ______________________
puesto blanco y a lo lejos diviso una laguna. Y no es un ______________________
espejismo. Es agua. ¡Agua, agua, agua! Es real, la puedo ______________________
sentir, la puedo beber.... pero tiene un sabor asqueroso, ______________________
como si le hubieran echado toda la sal del mundo. Y claro, ______________________
estaba en un salar, es decir, en un lago sin desagüe que ______________________
gracias al sol se ha evaporado, y ha quedado solo la sal ______________________
acumulada en la superficie. El Salar de Atacama es una ______________________
de las reservas de sal y litio más grandes del mundo (el ______________________
litio sirve para hacer medicamentos, lubricantes y pilas, ______________________
entre otras cosas). A mi lado, unos bellos flamencos se ______________________
ríen de mí: ellos toman esta agua como si fuera jugo. ______________________
Captus me contó que los flamencos llevan años bebiendo ______________________
esta agua y que ya se adaptaron. ¿Podré yo adaptarme ______________________
alguna vez? ______________________
______________________
Día 1, en la noche: ______________________
______________________
El ocaso trae consigo visiones interestelares. Luego de ______________________
caminar sin rumbo he llegado a un lugar que más bien ______________________
parece una fotografía de la superficie lunar, un verdadero ______________________
paisaje selenita. Más aún, veo al Chamán Pelmazo, quien ______________________
me asegura que estoy en el enigmático Valle de la Luna, ______________________
un encantador paraje que debe su nombre al ______________________
extraordinario parecido que tiene con el astro celeste que ______________________
ahora ilumina esta fría noche. Acabo de recordar que en ______________________
los desiertos hace mucho calor de día, y mucho frío de ______________________
noche. En vez de sentarme a esperar un milagro, he ______________________
decidido caminar toda la noche. Quién sabe, quizás ______________________
mañana mi suerte cambie. ______________________
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Día 2, al amanecer:
______________________
______________________
Desvarío. Cientos de columnas de vapor emergen
______________________
desde el suelo. Debe haber agua, agua, agua... ¡Dios mío,
______________________
esta agua es más asquerosa todavía! ¡Hierve y sabe a
______________________
azufre! No entiendo nada. Alguien me habla. Es un niño,
______________________
Juanito el Canoso. Me explica que esto es un géiser, un
______________________
manantial de agua subterránea cuyos chorros llegan a los ______________________
9 metros de alto. Según Juanito, la palabra “geyser” ______________________
proviene del irlandés y significa “estallar con violencia”. ______________________
Vaya suerte la mía, en vez de regresar a casa, cada vez ______________________
me alejo más de ella. Seguiré caminando. ______________________
______________________
Otro día: ______________________
______________________
Sin agua ya no puedo continuar. He llegado a mi hora ______________________
más oscura. Quién diría que iba a terminar mis días así, ______________________
solo, desorientado y acompañado de lagartos que se ______________________
mimetizan con la arena y aparecen de la nada, como en ______________________
una pesadilla. El Lagarto de Tarapacá es uno de los ______________________
reptiles más comunes del desierto y es muy grande y ______________________
extraordinariamente veloz. A lo lejos diviso un río, pero ______________________
debe ser otro espejismo. Agua, sí cómo no, agua... ______________________
______________________
Otro día más: ______________________
______________________
Me salvé. No sé cómo, pero me encontré con el ______________________
milagroso río Loa, el cual me arrancó de las garras de la ______________________
muerte y me brindó una nueva oportunidad en esta vida. ______________________
Solo sé que me sumergí en sus aguas como un bebito, ______________________
agradecido, feliz. Voy regreso a casa, algo cansado pero ______________________
muy entusiasta. Pronto volveré a la vida de siempre, le ______________________
apostaré a Tormenta China y me encontraré con mis ______________________
amigos del canal. ______________________
______________________
Lorena Penjean. El Libro Verde de Juan Carlos Bodoque. Santiago: ______________________
Libros Aplaplac, 2004. (Fragmento). ______________________
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Conversemos
Profundicemos la lectura
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5. Cuenta qué le sucedió al protagonista en los siguientes lugares:
Salar de Atacama
Valle de la Luna
Río Loa
6. De los acontecimientos que le ocurrieron al protagonista, ¿cuál fue el que más te llamó
la atención? Justifica.
El texto narrativo
El texto narrativo
Estructura de la narración
Todos los textos narrativos poseen la misma estructura:
• Situación inicial: situación que da origen a la historia.
• Presentación del conflicto: problema que se presenta en la historia.
• Desarrollo del conflicto: acciones mediante las cuales los personajes tratan
de resolver el problema.
• Desenlace: solución al problema, la que puede ser positiva o negativa para
el o los protagonistas.
Componentes de la narración
Las narraciones poseen elementos que las caracterizan, estos son:
• Personajes: sujetos que llevan a cabo la acción.
• Acontecimientos: acciones y situaciones del relato.
• Ambiente: lugar donde ocurren los acontecimientos de la narración.
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Evaluemos nuestros aprendizajes
2. Revisa el punto “Profundiza la lectura” y con el resto del curso determinen cuáles son
los personajes, ambientes y acciones de la narración “El desierto de Atacama”.
Para la próxima clase debes traer una imagen u objeto que represente un lugar de
Chile que te haya sorprendido.
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Clase 6
Mi aventura por Chile
Planifiquen su aventura
Personajes
(Deben representar
a los integrantes
de su grupo).
Ambiente
(Debe ser un lugar
de Chile).
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Escriban su aventura
• Escriban su texto siguiendo la estructura de la narración.
Situación inicial
Presentación del
conflicto
Desarrollo del
conflicto
Desenlace
Revisen su aventura
• Revisen su texto narrativo con la siguiente pauta:
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Reescriban su aventura
• A partir de la revisión, arreglen aquellos aspectos deficientes de su narración,
perfeccionen aquellos que pueden quedar mejor y creen un título atractivo.
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Socializa tu aventura
• Escojan a uno de los integrantes del grupo para que la lea al resto del curso.
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Clase 7
El pasado de Chile
Leamos
El texto que vas a leer es un fragmento de una novela llamada Lita, la niña del fin del
mundo. Para que puedas entender el fragmento te presentamos primero una pequeña
introducción.
Antes de comenzar a leer, fíjate en el título y el subtítulo. ¿De qué crees que va a
tratar esta narración?
Hace miles de años, en el continente asiático, los hielos habían comenzado a desaparecer de
la Tierra. Las personas y los animales huían en busca de comida. Atravesando un corredor de
tierra, que había quedado entre los mares, llegaron hasta el sur del continente americano. La
“Banda del Milodón” también seguía esta ruta, pero no huía, sino que iba en busca del Milodón
Gigante que mató a la madre de Lita, la hija del jefe de la banda.
Los Chinchorro
Lita corre veloz y recuerda. Recuerda la meseta cálida de la que llegaron cientos de cientos
de lunas después de cruzar el corredor entre los mundos. La piel se entibiaba, los hielos se
volvían agua, la hierba aparecía verde, fresca. Los animales caminaban con sus crías,
descuidados en medio del aire tibio. Era fácil seguirlos, cazarlos, lanzar las boleadoras a un
rebaño de huemules y enredarle las patas al más torpe. Era un mundo diferente, pero por él
transitaban incansables, su padre y su banda.
“¿Por qué no quedarse aquí?”, se preguntaban las mujeres arrastrando los pies y las pesadas
bolsas con pieles e implementos de la vida diaria.
De pronto, en medio de la meseta que los había adormilado con su aire cálido, la Banda del
Milodón se vio rodeada por un grupo de seres extraños. Más bajos, levemente más pálidos, de
pómulos más altos y ademanes cautelosos, que los miraban asombrados, sin atacarlos, solo
rodeándolos. Uno de ellos se adelantó con unos objetos en las manos. Eran peces secos.
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Hacían señas, adelantando los peces en sus manos e indicando las lanzas y las pieles.
—Trueque –dijo Sat—. Quieren hacer trueque.
De pronto, el que parecía jefe de ellos, vio la bolsa de pieles de donde sobresalía la pálida y
perfectamente bella cabeza de Makka. Aún conservaba su expresión de sueño plácido con la que
había muerto. Los hombres se acercaron a ella y le palparon la piel. Uhle había comenzado a
enarbolar su maza, cuando se volvieron y le hablaron en un idioma desconocido. Luego hicieron
calurosas señas de bienvenida y de que los siguieran.
Eran los Chinchorro. A Lita le viene el recuerdo de ellos y de la cara de su padre cuando los
vio acercarse, interesados, a la bolsa donde viajaba el cadáver de Makka. También recuerda sus
vistosas cabezas con adornos tejidos. Y sus rostros de eternidad.
“Fue en ese entonces”, piensa Lita, “cuando mi madre comenzó de nuevo a vivir entre
nosotros”. Los Chinchorro la tomaron y se encerraron con ella en una de sus habitaciones. Nunca
se supo lo que hicieron con ella, pero fue milagroso. La dejaron viva, casi exactamente igual a
como era, en vida, sentada en un pequeño sitial, con su pelo envuelto en un turbante de lana
muy bello, y su piel, sus hombros anchos, su mismo vestido, su rostro que parecía apunto de
decir algo. Casi parecía sonreír. Nadie se atrevía a tocarla. La mantuvieron durante un ciclo
lunar en una de las chozas de su pueblo, cerca del mar. El ruido de las olas nos recordó otras
olas lejanísimas que creíamos haber olvidado. Pero no. nada se olvida.
Makka estaba casi viva, casi de verdad. Al verla Uhle lanzó un grito y se desplomó. “Era
Makka, mi madre”, recuerda Lita. Momificada, explicaron los Chinchorro. Solo sus ojos, sus ojos
estaban quietos, detenidos.
“Ellos tomaron a mi padre”, sigue recordando Lita “y lo llevaron a una de las cabañas. Le
dieron unos polvos medicinales”. Uhle pasó muchos días tendido sobre paja, delirando y
vomitando. Los Chinchorro lo cuidaban quemando hojas aromáticas y haciendo extraños pases
mágicos sobre su cabeza.
Luego, volvió a ser el de siempre. Entonces hizo la señal. La señal que todas las mujeres de la
banda odiaban. “Todas, excepto yo”, recuerda Lita sonriendo y oliendo el olor a bosque. “La
señal de partida”. La Banda del Milodón volvió a ponerse en marcha esta vez con dos hombres
atrás, cerrando la marcha. Iban hacia las alturas. Y de ahí, hacia el sur. En busca del frío y de la
vegetación más alta. Donde se escondía el Milodón.
Llevaban a Makka, casi viviente, sentada, impertérrita y lejana a la vida, sobre su sitial, una
pequeña piedra con respaldo, semejante a las que usaban las mujeres para juntarse a parlotear
junto al fuego. Makka momificada por los Chinchorro a cambio de pieles, puntas de lanza y
morteros. La habían dejado tan real, tan viva, que parecía a punto de hablar. “Muchas veces me
acerqué a preguntarle algo”, recuerda Lita. “Pero solo me respondía su hermoso rostro callado,
dentro de su propia eternidad”.
Ana María del Río. Lita, la niña del fin del mundo. Santiago: Alfaguara, 2003.
29
Pro
fundicemos la lectura
II. Resume en cinco líneas lo que sucede cuando se encuentra la “Banda del Milodón”
con los Chinchorro.
Conversemos
• ¿Qué crees que siente Lita por su madre y por la banda a la que pertenece? ¿Por
qué?
• ¿Crees que la “Banda del Milodón” y los Chinchorro tienen formas de vida
diferente? ¿En qué lo notas?
• ¿Crees que existieron realmente los Chinchorro y el Milodón o serán un invento de
la autora de esta novela?
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Observemos y leamos
Lee los siguientes textos en silencio y, mientras lees, relaciónalos con la lectura del
fragmento Lita, la niña del fin del mundo.
El Milodón
Imagen en:[http://www.soberaniachile.cl/productoschilenos.html]
Los Chinchorro
Ambiente y localización
La cultura Chinchorro se desarrolló en la costa sur del Perú y principalmente del norte de Chile,
aproximadamente entre los puertos de Ilo y Antofagasta . Pese a su extrema aridez, esta zona
es sumamente rica en recursos marinos por efectos de la fría corriente de Humboldt. Además,
las quebradas que llegan al mar, aportan agua dulce, así como especies animales y vegetales
para diferentes necesidades de consumo. La denominación Chinchorro deriva de la playa del
mismo nombre en Arica, Chile, donde se encontraron por primera vez restos de esta cultura.
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Economía
Arte
Organización Social
Culto y funebria
32
Conversemos
Archivo de contenidos
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Clase 8
¿Qué significa ser chileno?
Juguemos en grupo
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8. ¿Cuántos habitantes tiene Alemania?
82,9 millones 13,2 millones 4,2 millones
Leamos
Lee atentamente el siguiente texto, te darás cuenta de que muchas de las preguntas
del cuestionario que acabas de hacer aparecen en él.
Don Pachi
El abuelo Patricio, a quien de puro cariño apodaban don Pachi, regresaba en su blanca
chalupa, cargado de papas y animales.
La abuela Cañe, que solo sabía el día del regreso de su marido, ya había enviado cuatro veces
al empleado a ver si el abuelo se acercaba. Todo dependía del viento.
Una lluvia muy fina caía sobre el abuelo y la costa asomaba temerosa a los ojos del viejo que
navegaba solo y entumecido, ansioso por llegar a destino.
Mientras los techos de las casas en tierra iban creciendo a través de la lluvia, el viejo no
dejaba de pensar en sus hijos repartidos por el mundo, en su nieto Pancho, que vivía tan lejos
que ni con la imaginación lo alcanzaba.
Junto al muelle de desembarco, un grupo de muchachos se desplazó ágilmente. Alguien
siempre esperaba al abuelo.
La casa de don Pachi estaba a cien metros del embarcadero y llevar allí los sacos era tarea
que el Pellillo cumplía sin dificultad. Luego, la chalupa sería arrastrada playa arriba y el velamen
guardado en un galpón trasero, siempre frente al mar.
—¿Qué novedades hay? –dijo don Patricio y se encaminó seguro al hogar que lo aguardaba con
el brasero encendido, aunque fuese verano.
35
De visita en Copenhague
Durante esas vacaciones de Navidad, Pancho visitó Dinamarca con sus padres. Desde Alemania
le había bastado cruzar el mar Báltico, que nunca es tan ancho ni tan vasto como el océano
Pacífico o el Atlántico.
La sirenita de Copenhague, ubicada junto a los anchos brazos de mar que entran en el viejo
puerto, es el paseo obligado de los visitantes.
Aquel día el sol chocaba en las construcciones de ladrillos rojos, que Pancho relacionó con los
colores propios de Dinamarca.
El parquecito donde se hallaba la preciosa estatua estaba lleno de gente. Unos metros más
allá, se movían las aguas, las mismas que según el cuento de Andersen habían llevado a la sirenita
hasta esa playa. Pancho recordó las frases iniciales del relato. Lo hizo en alemán, pues era este
su idioma materno, aun cuando sus padres fuesen chilenos:
Pancho se detuvo a observar el agua turbia de la orilla y concluyó que había pasado
demasiado tiempo desde entonces. Pero el abuelo sí tendría un mar azul frente a su playa y un
paisaje siempre verde, tal como lo describiera en una de sus tantas cartas. El abuelo de Pancho
vivía al otro lado de los océanos. Allí donde los mares cambian de nombres y donde son otros los
países y los idiomas. Vivía en una isla, rodeado de otras islas y mucho mar.
Pancho se sentó al borde de la negra piedra sobre la cual descansaba la graciosa escultura.
Era una figurilla de hierro fundido, no más grande que el tamaño de una persona y mostraba a
una joven sentada sobre una roca, mirando siempre al mar, pero con el busto dirigido a tierra.
En dirección al mar se hallaba su extensa cola de pez. Puesta así, no por capricho ni por azar.
“¡Es ist doch klar!”2, —pensó Pancho.
Estaba muy claro. La parte marina del cuerpo apuntaba al mar porque en él estaba su
origen. La parte humana, en cambio, apuntaba hacia tierra porque en ella vivía el príncipe que
la había cautivado.
—No se puede prescindir de nuestro origen— le había escuchado Pancho a su padre.
Sintió un deseo incontenible de enviarle un saludo al abuelo, que se hallaba tan lejos.
“Querido nieto:
Siempre navego por las islas en mi chalupa”.
2
¡Está claro!
36
¿Cuántos kilómetros hay de Alemania a Chiloé?
Aquel día, una semana después del regreso de Dinamarca, Pancho se encontró en la parada
del bus, a la hora programada. Ni un minuto antes, porque te hielas, ni un minuto después,
porque lo pierdes.
Tomó asiento junto a su madre, mientras el padre se sentaba justamente en el asiento de
atrás.
—Antes de que me olvide, Pancho.
—¿Qué es esto?— preguntó en alemán.
La madre le había entregado un sobre que contenía una fina postal con la imagen de la
sirena de Copenhague. En el reverso se señalaban los lugares precisos para un saludo corto y la
dirección del destinatario.
—¿Cómo la conseguiste?
—La compré el día que visitamos el parque de la sirenita. Solo que había olvidado dártela.
—¿Y cuál es la idea, Muti?— la llamaba así cada vez que le hablaba en alemán, es decir,
siempre. ¿Qué debo hacer con ella?
—Pensé mucho en tu abuelito Patricio. Seguro que deseas escribirle. ¿No me equivoco?
—¡Seguro, Muti!
¡Cómo se las arreglan las madres para anticiparse a las intenciones de sus hijos!
Puso la postal en su morral y ya las ideas habían comenzado a funcionar. Sería un saludo muy
corto. La tarjeta no ofrecía más espacio. Por lo demás, él no estaba en condiciones de enviar
saludos largos. Al abuelo había que escribirle en castellano y ese era un idioma que Pancho no
dominaba.
El bus se detuvo varias veces antes de llegar a la parada de la escuela. Los padres de Pancho
prosiguieron viaje al centro de la ciudad.
Pancho ingresó a un edificio de ladrillos lustrosos con un contingente de niños.
(...)
Al ocupar su asiento en la sala, tres interrogantes le acosaban. ¿Qué mensaje le enviaría al
abuelo? ¿A qué distancia estaba Chile de Alemania? Y finalmente, ¿conocía el abuelo la historia
de la sirena de Copenhague?
“Querido abuelito:
Esta es la sirenita. Se quedó a vivir en Dinamarca. Los turistas la visitan
mucho. Papá dice que nosotros no somos turistas. Le gustará ella, abuelo.
También contempla el mar. Siempre Pancho”.
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El mapa de Europa fue reemplazado por otro y la clase se concentró en dos continentes:
Europa y América del Sur.
—Tú debes ser un experto en esto —comentó la profesora—. Te ruego vengas adelante.
—Aquí está Chile— explicó Pancho a sus compañeros y señaló con el puntero una larga franja
de tierra, perfectamente coloreada, en un continente que a él siempre le pareció un racimo de
uvas.
—¿Son allá las uvas tan ricas como las de España?— interrumpió uno de los chicos.
—No le hagas caso, Pancho —intervino Jaicko, su compañero de banco—. Quiere presumir que
veranea cada año en España.
—La vid necesita mucho sol –acotó la profesora—. ¿Se imaginan ustedes que en Chile crezcan
uvas al igual que en España? Ese es un país muy cálido en el verano. ¿Es cálido Chile en el
verano?
Parecía incomprensible que Chile, ubicado en un extremo tan apartado del continente, tan
próximo a la Antártida, gozara de clima caluroso.
—¿Y cómo hablan en Chile?— alzó su mano un chico.
—¡Momento, momento! —intervino la profesora—. Pancho debe responder primero lo que se
le ha preguntado. Después podrán disparar las preguntas que deseen. Pancho tragó saliva y
repitió una lección como aprendida de memoria, pero siempre llena de misterio.
—Chile tiene muchos climas —explicó—. Arriba, es tan seco como un desierto.
Y todos sus compañeros pensaron en África, en los oasis, en los camellos y en aquellos
hombres solitarios con turbantes empolvados de arena.
—Más abajo –prosiguió Pancho—, es más diferente. Verano con calor, invierno con frío y
lluvia.
Y todos sus compañeros pensaron en París, que era lo que más habían visto de Francia, y
siempre bajo la lluvia.
—Más abajo llueve casi todo el año y en invierno hace un frío que cala los huesos.
Todos pensaron en Alemania cuando entra el otoño y se va el verano.
—¿Y también hay nieve?
No supo qué responder. Iba a decir que sí, que en Chile también cae nieve como en Europa,
pero de susto guardó silencio, pues le sonó a disparate.
—Claro que hay nieve –intervino la profesora—. Chile tiene una larguísima cordillera. En
partes es de gran altura y hay allí nieves eternas. Pero, Pancho, allí donde vivían tus padres,
¿también nieva en invierno?
—Sí, seguro –respondió no muy convencido.
Y silencio, a continuación.
Providencialmente, fue Jaicko quien lo sacó del atolladero.
—¡Que hable como chileno!
Pancho aguardó un instante. Esperó que la profesora desaprobara lo que Jaicko había
insinuado. Pero no fue así.
—Vamos, di algo —insistió el compañero.
—Sé amoroso, Pancho.
—¿Qué?
—Por ejemplo...
—¡Haus!
—Sí, cómo se dice en Chile.
—Casa.
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—Kind.
—Niño.
—Weintrauben.
—Uvas.
—Schule.
—Escuela.
—Unterhouse —se aventuró uno por ahí.
—Calzoncillos —Pancho se sintió sorprendido y miró a la profesora.
—Dumkopf.
—Tonto.
—Schwein.
—Cerdo. —ya empiezan con las groserías, pensó Pancho.
—Du idiot!
—Imbécil.
En ese punto la profesora detuvo el juego. El asunto anunciaba pasarse, poco a poco, de la
raya. Los chicos reían a más no poder. Con seguridad porque cavilaban en aquello que estuvieron
a punto de decir. Muchos de ellos se preguntaron cómo era posible que el idioma de los chilenos
sonara igual que el de los españoles. El fenómeno fue notado, particularmente, por aquellos que
habían estado en España.
Una vez en casa, de cabeza en el diccionario, descubrió Pancho que Europa y América del
Sur no iban de la mano con las horas. Si en Alemania los relojes indicaban las trece horas, en
Chile daban apenas las siete. También las dimensiones de los países eran notoriamente
diferentes. Y el número de habitantes, las monedas y los nombres de las ciudades.
Profundiza la lectura
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4. ¿Dónde se desarrolla este fragmento de la novela?
6. ¿Crees que Pancho es diferente al resto de los niños alemanes por el hecho de ser
hijo de padres chilenos? Justifica.
7. Si tuvieras que vivir en otro país, ¿qué cosas crees que echarías de menos de Chile?
Explica.
Archivo de contenidos
El fragmento de la novela Como un salto de campana, al igual que Lita, la niña del fin
del mundo, es una ficción creada por su autor, pero está ambientada en un momento
histórico real, en lugares reales y en sociedades reales.
Mientras mayores conocimientos tengas en relación con el texto que estás leyendo
serás un mejor lector, por eso si no los tienes es importante que investigues en
distintas fuentes de información: enciclopedias, atlas, diccionarios, páginas de
internet, etc.
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Clase 9
Lo que aprendí en esta unidad
Mamire vive entre ancianos que suspiran por el luminoso pasado y miran con temor el futuro
porque solo un milagro puede salvar la vida en el pequeño valle, que no figura en atlas ni mapas.
(...)
Cuentan los ancianos que hace ya muchísimos años la modernidad se trago la vida mansa del
pueblo. Por el valle se internó un día la interminable hilera de afuerinos, apertrechados de
herramientas, arracimados en maquinas blindadas que con motores amenazantes remecieron
hasta las rocas del paraje. Aquellos hombres levantaron a su paso una polvareda que ocultó el sol
por varios días consecutivos.
Entre los vecinos del valle corrió en aquel entonces el rumor de que la prosperidad, cual
reina y séquito, era la que llegaba.
Pero esos hombres empujando el futuro sobre las brechas polvorientas no acudieron
precisamente para quedarse. Apenas se detuvieron un instante a saciar la sed de las maquinas,
para continuar enseguida su viaje al interior del desierto, dejándose tragar por la más estrecha
de las pedregosas gargantas. Atravesaron montañas, dejando señales profundas en la arena
endurecida; por ellas debían seguir ruta los vehículos venideros, sin que extraviaran curso y
camino en aquel océano de roqueríos, montículos y quebradas.
Con el tiempo ese mismo camino se fue llevando a los hombres jóvenes de Aroma. Los
atrajeron las promesas de riqueza que ofreció la extracción salitrera en pleno corazón de la
pampa. (...)
La explotación del salitre creó un puerto junto al mar. Cercano a la playa desierta, sobre el
roquerío inhabitado surgió una ciudad que llamó con sus cantos de opulencia a los hombres
deseosos de obtener el mayor de los provechos de la fuerza joven de sus brazos.
El yacimiento creció en decenios, hasta que los alemanes, en menos tiempo, inventaron
salitre de laboratorio y con él llenaron los mercados mundiales. El mundo dejó de comprar salitre
natural y entonces las oficinas de la pampa iniciaron su decadencia hasta su total extinción. Así,
quedaron convertidas en verdaderos pueblos fantasmas. Sin embargo, la ciudad y el puerto
corrieron una suerte distinta, creciendo con el paso del tiempo. Hacia allí continuaron emigrando
los habitantes de los pequeños pueblos del desierto. El valle de Aroma quedó justo a medio
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camino, entre la ciudad nueva y las ruinas de la oficina salitrera. Se achicó el valle de Aroma
poco a poco. Se puso enjuto, como una espiga verdusca. Varias generaciones pasaron hasta que el
valle, a finales de este siglo XX, quedó habitado solo por ancianos que viven de la poca siembra
del maíz, del ajo y de la papa; viven sembrando recuerdos, sintiendo ansias de elevar al monte
sus voces, entonando antiguas tonadas que evocan un pasado brillante.
Pero hay que ser justo. Los ancianos también se alegran al observar cada mañana, feliz
camino a la escuela, al último niño del valle: Mamire, el nieto de todos los abuelos.
Sus padres forman el más reciente de los matrimonios y se comenta que por ser los últimos,
muy pronto emprenderán la marcha definitiva. Pero mientras aquello no ocurra, cada anciano del
valle se siente abuelo de Mamire. Fueron ellos quienes Ie enseñaron, a su debido tiempo y por
turno, mucho de lo que el niño sabe.
De cada abuelo Mamire obtuvo parte de la sabiduría del valle y cada uno de ellos vio en el
niño de Aroma al más apreciado de sus nietos.
Título de la obra
Autor
Tema
Destinatarios
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5. ¿Existe una ambientación histórica y social en la obra? Justifica tu respuesta.
2. Señala un aspecto positivo y un aspecto negativo que puede tener el dejar el lugar en
el que nacimos y nos criamos. Fundamenta tu respuesta basándote en el texto leído.
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