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Logro de La Unidad 2
Logro de La Unidad 2
Estudiantes:
Curso:
Química Ambiental
Tema:
Química del aire
Docente:
Cárdenas Gutierrez, Liana
Trujillo – Perú
2019
Logro de unidad: desarrollar propuestas para crear soluciones con el fin de minimizar el
cambio climático, a partir de los datos estadísticos de las diferentes entidades que estudian el
comportamiento de la capa de ozono; presentándolas con fundamento epistémico y criterio
de sostenibilidad
Entidades:
Diagnósticos:
(PNUMA) DETERIODO DE LA CAPA DE OZONO
La teoría del agotamiento del ozono fue confirmada por muchos científicos a lo largo de los
años. En 1985, mediciones en tierra realizadas por la British Antarctic Survey registró una
pérdida masiva de ozono sobre la Antártida (conocida como “agujero de ozono”) con lo cual
se confirmó el hallazgo. Estos resultados se confirmaron más tarde por medio de mediciones
satelitales. El descubrimiento del “agujero de ozono” alarmó al público en general y a los
gobiernos dando lugar en 1987 a la adopción del tratado conocido actualmente como el
Protocolo de Montreal sobre las Sustancias que Agotan la Capa de Ozono. Gracias al rápido
progreso del Protocolo para reducir el uso de las sustancias más peligrosas que agotan el
ozono, se espera que la capa de ozono vuelva al estado que tenía antes de los ’80 para el
período 2060–75, más de 70 años después que la comunidad internacional acordara tomar
acción en el tema. El Protocolo de Montreal se ha citado como “quizás el único acuerdo
ambiental internacional más exitoso hasta la fecha” y un ejemplo de cómo la comunidad
internacional puede cooperar para resolver desafíos globales aparentemente sin solución
(UNEP, 2010)
Donde identificamos al principal culpable los cuales son las sustancias que agotan la capa de
ozono (SAO) en síntesis químicos “maravilla”, cuando fueron descubiertas en los años 20,
estos no eran inflamables ni tóxicos, permanecían estables durante largos períodos y eran
ideales para un sinnúmero de aplicaciones. Para 1974, cuando los científicos descubrieron
que los compuestos clorofluorocarbonados (CFC) podían destruir moléculas de ozono y
causar daño en el escudo que protege a nuestra atmósfera, ya se habían convertido en parte
integral de la vida moderna, siendo los de mayor incidencia Halones y los HCFCs son
compuestos formados por átomos de cloro, flúor, hidrogeno y carbono. (UNEP, 2010)
Las SAO pueden expulsarse en el uso (por ejemplo, cuando se utilizan aerosoles), o se liberan al
finalizar la vida útil de un equipo si no se toman los recaudos necesarios cuando se lo desecha. Estas
sustancias pueden ser capturadas, recicladas y utilizadas nuevamente si los técnicos de reparaciones
y los dueños de los equipos cumplen con los procedimientos apropiados. La disposición final de las
SAO es posible, aunque es relativamente costoso y demanda cierto esfuerzo. Estos químicos deben
ser destruidos por medio de alguno de los procesos de destrucción aprobados por las Partes del
Protocolo de Montreal.
Propuesta de solución:
Ante los datos estadísticos sobre las principales sustancias que degradan la capa de Ozono,
tenemos a los CFC, la solución al problema sería dejar de usar esta sustancia, pero no es tan
sencillo debido a su alta demanda en los productos de su elaboración como refrigerantes,
ventiladores, aerosoles, aislantes térmicos, etc. Ante esta problemática ya hay soluciones que
han venido desarrollando una de ellas es sustituir los CFC polos hidroclorofluorocarbonos
(HCFC), tienen una vida corta que las hace mucho menos dañinas para el ozono.
El reto más inmediato es asegurar que estos compuestos químicos peligrosos, que han
demostrado ser tan dañinos para la capa de ozono como para el clima, serán sustituidos por
tecnologías sostenibles. Para ello los países en desarrollo deben recibir apoyo con fondos
adecuados para que puedan dejar atrás los HFC al mismo tiempo que eliminan los gases que
dañan la capa de ozono.
Paula Tejón Carbajal, portavoz de Greenpeace Internacional, ha declarado: “Kigali es un
paso importante en nuestra lucha para limitar el aumento de la temperatura a 1,5ºC. Ahora
las partes del Protocolo de Montreal deben mostrar un compromiso real para la salud de
nuestro planeta, poniendo fin al uso de químicos de síntesis en los aires acondicionados, la
refrigeración y otras aplicaciones, cuando hay gran cantidad de alternativas naturales y
sostenibles”.
Los HFC son productos químicos de síntesis utilizados principalmente en refrigeración, aires
acondicionados, espumas aislantes y aerosoles. Han sido comercializados por la industria
química como “reemplazos” sostenibles de los CFC y los HCFC que dañan la capa de ozono.
No podemos permitir que la industria química vuelva a determinar el futuro con sus
alternativas tóxicas para los HFC. Está presionando para que las llamadas hidro fluoro
olefinas (HFO) sean el nuevo sustituto para los HFC.
Greenpeace fue uno de los primeros en advertir contra el uso de los HFC para reemplazar los
CFC y los HCFC en la década de 1990 por ser gases de efecto invernadero. Ahora estamos
advirtiendo contra el uso de las HFO para reemplazar los HFC, ya que se descomponen en la
atmósfera para formar ácido trifluoroacético (TFA). Esta es una toxina persistente que se
acumula en los humedales.
No se sabe con certeza cuánto TFA se libera a la atmósfera, ni el grado de tolerancia del
medio ambiente a su acumulación. Las HFO también son entre 10 y 50 veces más caras que
los HFC, por lo que su uso podría alentar un mercado negro de los HFC.
Por otro lado no solo basta con el reemplazo de estas sustancias químicas si no también
reducir el consumo de los productos que contengan las dichas sustancias, aplicando el
principios de la química verde que es prevenir la generación de residuos ya que es mejor
prevenirlos que después tratarlos.
Bibliografía
CDNK, Alianza clima y desarrollo . (2014). Obtenido de CDNK, Alianza clima y desarrollo :
cdkn.org/wp-content/uploads/2014/12/INFORME-del-IPCC-Que-implica-para-
Latinoamerica-CDKN.pdf