Breve biografía de Sergio Quijada Jara

Por Eloisa Quijada Macha

Sergio Quijada Jara murió el 26 de agosto de 1990, en Lima-Perú a donde

había sido conducido por sus hijas cuatro días antes para tratar de salvarle la
vida.

En los hospitales de su querido Huancayo (“yo soy de Huancayo, de esa tierra

hermosa…” letra escrita por él para la Embajada de Arte Vernacular de
Huancayo a la Feria Continental de Octubre de 1949), no había el equipo
necesario para su recuperación.

Había nacido en una chacrita, “Magdalena”, a la que sus abuelos bautizaron

con este nombre, en el distrito de Acostambo, provincia de Tayacaja,
departamento de Huancavelica, un 5 de octubre de 1914.

Sus padres fueron Pío Quijada y Balbina Jara, modestos agricultores. Siempre
recordaba que, cuando era niño, tenía que recoger las hojas secas de
eucalipto para que sirvieran de combustible a su frugal comida.

Fue el séptimo de siete hermanos, y como su padre murió cuando apenas tenía
11 años, su madre, con el apoyo de su hermano mayor Alejandro, logró que
continuara estudiando. Su primaria la hizo en el 511 de Huancayo (colegio al
que posteriormente le hiciera la letra de su Himno Siempre delante,
muchachos, adelante…).

Estudió secundaria en el Santa Isabel de Huancayo, y Guadalupe, de Lima

(vislumbrándose el futuro escrito en los órganos informativos: “Ondas
Isabelinas” y “El Guadalupano)”.

Sus estudios superiores de Derecho lo hizo en la Universidad Nacional Mayor

de San Marcos y, precisamente en los Juegos Florales Universitarios de 1940,
ganó un premio, por un trabajo que tituló “Estampas Huancavelicanas”, y desde
esa fecha, hasta sus últimos días estuvo consagrado a hacer conocer y amar la
cultura del hombre del Ande.

Quizá, también, por esas circunstancias, no formó un hogar: vivía solo y una o
dos veces al año era acompañado, por breves días, por María Cristina o Eloísa
(sus hijas, en diferentes madres, TUVO MUCHOS AMORES). Deja un nieto de
11 años, llamado Luis, que por una feliz coincidencia, lleva sus apellidos
invertidos: Jara Quijada.

Su vida intelectual la alternó con el deporte. Fue campeón en tenis (simples y

dobles; tuvo en este último como pareja a Jorge Kajatt); también campeonó en
tiro, en las posiciones tendido, pie y de rodillas. Y jugaba asimismo, los
populares juegos de “sapo”, “tejo” y “cartas” con sus amigos entrañables,
acompañados del infaltable “calientito” (té, limón, azúcar y aguardiente).
Sergio Quijada Jara gozó en vida del amor de sus familiares y amigos, así
como del reconocimiento de instituciones nacionales y extranjeras por su labor
desplegada: esta se hizo patente a través de diplomas, medallas, títulos,
cargos de confianza; su nombre en promociones, bibliotecas, tesis de grado
etc. Participó también en innumerables Congresos, tanto dentro del país, como
en el exterior.

Entre sus últimas distinciones conferidas citaremos: Presidente Honorario del

XI Congreso Nacional de Folklore; Medalla de Oro por sus 50 años de Abogado
de Junín; Coordinador Regional para la América del Sur del World Academy of
Arts and Culture; Grado de Maestro otorgado por el Ministerio de Educación, y
Director de la Departamental del Instituto Nacional de Cultura de Junín.

A continuación mencionaremos sus obras líricas y folklóricas: SUSPIROS DEL

SILENCIO (1939), RELIQUIAS DE MADRE (1941), DESHOJANDO LA ROSA
(1941), reunidas en TRILOGÍA DE ADOLESCENTE (1989); ESTAMPAS
HUANCAVELICANAS (1944), reeditada en (1985); IMPORTANCIA Y TÉCNICA
DEL FOLKLORE Y LA CONTRIBUCIÓN DEL INDÍGENA (1946); LA
TRADICIONAL FIESTA DE LA VIRGEN DE NATIVIDAD DE COCHARCAS
(1947); LA COCA EN LAS COSTUMBRES INDÍGENAS (1950); CANCIONES
DEL GANADO Y PASTORES (1957); KANTUTA, FLOR NACIONAL DEL
PERÚ (1959); LENGUAJE DEL TRAGO (1965), LAS AVES EN LA TRADICIÓN
POPULAR (1970) Y TAITA SHANTY(1974).

Esta fue su vida que nos ha enseñado el camino, y nosotros ya no podremos

salir de él. Fraternamente, todos juntos, transitemos por esa senda en rescate
de nuestra cultura del Ande.

Texto tomado de:

Quijada Macha, Eloisa. Homenaje a Sergio Quijada Jara. Huancayo: Ediciones

del Centro Cultural Sergio Quijada Jara-Huancayo, 1991, pp. 4-5.