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La responsabilidad social empresarial es un nuevo modelo que obedece a la globalización y


avances que a diario experimentamos. Se basa por llamarlo de alguna manera en “hacer
negocios rentables, articulando los principios éticos y morales estipulados en la ley”.
Ahora bien, ese negocio que cada vez se hace rentable y mas productivo, debe buscar el
equilibrio entre el crecimiento económico, el bienestar social y el aprovechamiento
responsable de los recursos naturales y el medio ambiente. Es de esta manera como
consideramos que una empresa forma parte activa de la solución y de los retos que tenemos
como sociedad, mostrando interés por un entorno más estable y próspero, yendo más allá de
lo que dictamine la legislación de cada país al generar una conciencia sobre los daños que
se pueden generar con la industrialización.
Para Beatriz Soto,(Soto, 2010), licenciada en Sociología con un Máster en Gestión y
Administración de los Recursos Humanos. Tras algunas experiencias laborales en los
campos del marketing y selección de personal concluye,” la responsabilidad social
empresarial es una postura y reflexión ética de la empresa en la actividad, que gira en
torno a la sostenibilidad como un valor importante y fundamental, teniendo esto en cuenta
como una perspectiva trasversal que debe acercarse a todos los elementos de la empresa
para crear un nuevo modelo de gestión basado en la sostenibilidad”.
Con el fin de generar una idea con mejores fundamentos sobre la RSE, basados en nuestra
investigación, es necesario conocer algo de su historia y como poco a poco empezó a surgir
y a tomar forma como modelo en las practicas empresariales. Durante la década de los 50
en los Estados Unidos, un grupo de activistas religiosos con impacto mediático deciden no
invertir ni apoyar la compañía cuya actividad industrial (productos y servicios) hicieran
peligrar el tejido moral de la sociedad, pues consideraban no ético, lucrarse de ello. Así las
empresas que promocionaban el alcohol, el tabaco, el juego fueron de alguna manera
vetadas y perjudicadas por las acciones de ciertos grupos sociales.
Un segundo momento trascendental se da precisamente, hacia 1970, con el fenómeno
mundial por los escándalos de corrupción en algunas multinacionales, cuando el mundo se
comenzó a cuestionar sobre el modelo tradicional de las empresas basado en los modelos de
Milton Friedman según los cuales “el objetivo de las corporaciones es maximizar y
optimizar sus niveles de beneficios económicos”.
Un ejemplo tangible donde evidenciamos la práctica del modelo propuesto por Friedman,
que solo prevalecen los beneficios económicos, es el tratado en nuestra investigación con el
caso de SURTIPIELES S.A.S que atendiendo a su incremento productivo de un 300%,
fruto de alianzas estratégicas de mercado, genera un impacto negativo, por contaminación
con olores, provenientes de la explotación, cocción y actividades industriales, para el
tratamiento de pieles.
Pero ¿Porque se considera un olor una fuente de contaminación? En los orígenes del
hombre el sentido del olfato fue una herramienta clave de supervivencia que servía para
identificar aguas contaminadas, comida en descomposición o inclusive parejas compatibles.
Hoy en día el olfato no es primordial para nuestra supervivencia, sin embargo, se mantiene,
junto con el sentido de la vista, como un factor clave de aceptación o rechazo de nuestro
entorno. Este hecho, determinado biológicamente, es particularmente importante cuando
una población está expuesta a los olores de una instalación industrial. Bajo condiciones
desfavorables, la población afectada puede llegar a percibir los olores de la planta como un
peligro a su salud, ocasionando emociones de descontento tan negativas como cualquier
otro problema ambiental.
El proceso que envuelve la problemática de los olores es complejo y difícil de tratar. La
lista de factores que están implicados en dicho proceso incluye desde la calidad y
características de las emisiones, factores climatológicos, sociales, económicos y culturales
de la comunidad afectada.
Si en esta empresa se hubiera generado la conciencia, la responsabilidad y el compromiso
con el entorno, al evaluar el impacto que genera su actividad industrial sobre sus
comunidades y se concentra básicamente en el manejo de sus residuos no solo asociando el
termino con reciclar, ahorrar luz y agua, estaría vigente en el sector productivo y no hubiera
tenido inconvenientes legales que llevaron a la suspensión de sus actividades. Cabe citar
que “Las empresas líderes son aquellas que presentan altos niveles de compromiso y
aceptación tanto de las normas de calidad y de gestión como respeto mutuo hacia las
demás organizaciones y la misma sociedad con las herramientas existentes”. (Vergara, &
Vicaría,, 2009).O las palabras de Drucker en su libro eficacia ejecutiva “devolver o pagar a
la sociedad y al mismo estado, aquello que han tomado las empresas para generar sus
utilidades, para luego resarcir el daño que sus actividades han podido generar a las
comunidades a las personas y al Estado”. (Drucker, 1992).
Notamos en esta situación de impacto ambiental que existe la necesidad con urgencia de
construir una cultura con conciencia, capaz de valorar lo ambiental en la practica
empresarial, no como una moda, sino como un propósito que trascienda en acciones
preventivas, educativas y demás iniciativas que apoyen los procesos de disminución de los
impactos a nuestros entornos.
https://repository.unimilitar.edu.co/bitstream/10654/12019/1/ENSAYO%20RESPONSABI
LIDAD%20SOCIAL.pdf

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