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LICENCIA SOCIAL EN LAS INVERSIONES

Hace años atrás, las empresas que cumplían los requerimientos establecidos en las normas
y regulaciones del país, estaban respetando las disposiciones de ley y también las sociales,
y con ello acababan sus obligaciones. Actualmente, sobre todo en los países democráticos
con economías más desarrolladas, las obligaciones legales no siempre representan los
requerimientos y demandas de la sociedad, ya que en muchas ocasiones los daños
generados como consecuencia de las actividades empresariales, aun sin estar tipificados
como contrarios a la ley, serán al menos censurados públicamente. Como resultado, los
ejecutivos de las corporaciones cada vez más hablan sobre la importancia de operar en
concordancia con su ‘licencia social. El concepto de una licencia social, es cómodamente
compatible con las normas legales en países que operan bajo los principios del derecho
consuetudinario. Sin embargo, el concepto se complica en países tales como los
latinoamericanos, que operan bajo los principios de la ley civil, según la cual solamente la
autoridad oficial puede otorgar una licencia. En consecuencia, mientras que las
comunidades y la sociedad civil están dispuestas a ver una Licencia Social en términos de
una relación dinámica y continua entre la compañía y sus grupos de interés, los reguladores,
ven la licencia en términos de un permiso formal, ligado a tareas y eventos específicos en
los cuales el regulador toma el rol centra el otorgar la licencia.
El concepto “licencia social para operar” ha sido desarrollado por diferentes autores: Jim
Cooney en 1997 surge como uno de ellos, e identifica el concepto como una respuesta a la
iniciativa de las Naciones Unidas que requiere que las industrias que operan en territorios
habitados por indígenas, cuenten con el consentimiento inicial, libre e informado de estos
habitantes. McMahon también es reconocido como uno de los primeros autores en
reconocer la relación entre las operaciones mineras a gran escala y las comunidades,
definiendo el concepto de licencia social. Este concepto enmarca la idea de garantizar que
la operación extractiva contempla el respeto a los derechos que estas comunidades tienen
sobre la tierra, de la cual son dueños.
De acuerdo al reporte desarrollado por el IFC, International Finance Corporation, no exista
una única definición de licencia social, pero se han identificado algunos puntos comunes
que permiten su caracterización:
1. Lleva bastante tiempo conseguirla, pero se puede perder muy fácilmente.
2. No implica que todos los grupos de interés apoyen al proyecto o actúen de manera
consensuada, pero permite reconocer al menos una amplia aceptación del proyecto.
3. Se basa en las creencias y percepciones de la población local y de otros grupos que
se interesen en el proyecto o actividad.
4. Se suele otorgar a cada proyecto individualmente. Es por esto que una empresa
podría contar con la licencia para desarrollar una actividad, pero no para otro
proyecto.
Existen casos en los cuales la licencia deberá ser otorgada por pueblos indígenas, que se
asientan en territorios ricos en yacimientos mineros. En el Perú, este consentimiento debe
ser explícito y se encuentra regulado en la Ley de Derecho a la Consulta Previa a los pueblos
indígenas u originarios, la cual en su artículo 3 establece que:
“La finalidad de la consulta es alcanzar un acuerdo o consentimiento entre el Estado y los
pueblos indígenas u originarios respecto a la medida legislativa o administrativa que les
afecten directamente, a través de un diálogo intercultural que garantice su inclusión en los
procesos de toma de decisión del Estado y la adopción de medidas respetuosas de sus
derechos colectivos.”
¿Quién la obtiene? ¿Quién la otorga?
Una Licencia Social es usualmente otorgada en base a un sitio específico. Por lo tanto la
compañía puede tener una Licencia Social para una mina u operación, pero no para otra.
Generalmente la compañía tiene que tener una operación que afecte a otros grupos,
organizaciones, o conjuntos de individuos. Cuanto más grandes son los efectos, más
dificultoso se vuelve obtener la Licencia Social. Por ejemplo, un diseñador de páginas web
que trabaja desde una terminal en su dormitorio normalmente obtendrá una Licencia Social
automática en la mayoría de las comunidades. Una compañía minera que desea reasentar
un pueblo entero enfrenta un desafío mucho mayor. La licencia es otorgada por ‘la
comunidad’, un término que usaremos genéricamente a lo largo de este capítulo para
describir la ‘red de grupos de interés’ que comparten un interés común en un proyecto
minero o de exploración y que constituyen la entidad que otorga la licencia. Identificando
que la entidad es una red subraya la participación de individuos, grupos u organizaciones
que pueden no ser necesariamente parte de una 6 comunidad geográfica, y reconoce la
realidad de que las comunidades son inherentemente heterogéneas. Llamándolos grupos
de interés significa que la red incluye individuos, grupos y organizaciones que son afectados
por la operación, o que pueden afectarla. Por ejemplo, rancheros que tendrían que aceptar
un intercambio de tierras que incluya parte de sus pasturas serían afectados por una
operación minera propuesta, sin tener mucho efecto sobre la misma, siempre y cuando
acepten el acuerdo. Por otra parte, un grupo paramilitar de insurgentes, o un grupo
ambiental internacional, que podría atacar el emplazamiento de la mina, cada uno a su
manera, serían capaces de afectar la operación, sin ser afectados por la misma. Estos
también serían grupos de interés. El uso de los términos ‘comunidad’ y ‘red de grupos de
interés’ implica que la licencia no es otorgada solamente por un grupo u organización. Es la
aprobación colectiva otorgada por una red de grupos e individuos. Por lo tanto, la existencia
de un puñado de partidarios en el medio de una red mucho más grande de oponentes
significaría que la licencia no ha sido otorgada. El requerimiento de que la licencia sea un
sentimiento compartido a través de una red de grupos e individuos introduce una
considerable complejidad en el proceso. Nos hace cuestionar la existencia de una
comunidad o red de grupos de interés coherentes. Y si esta existe, ¿qué tan capaz es de
alcanzar un consenso? ¿Cuáles son los pre requisitos que una comunidad debe satisfacer
para ser políticamente capaz de otorgar una Licencia Social? Estas complejidades hacen
todavía más difícil saber cuándo se ha obtenido realmente una Licencia Social. Nos
ocuparemos de las complejidades del proceso de otorgamiento en una sección posterior de
este capítulo.
Fases en la obtención de una licencia social
Una Licencia Social tiene niveles distinguibles, y el proceso de moverse de un nivel a otro
puede ser considerado como un gradiente del continuo mejoramiento de la relación a
través del crecimiento Los niveles indican cómo la comunidad trata a la compañía. Los
criterios de fronteras son cómo la comunidad percibe a la compañía, basándose
mayoritariamente en el comportamiento de la misma. Derivando estos criterios de
transición del lenguaje que escuchamos repetidamente en las mismas comunidades.
Aunque los términos “legitimidad”, “credibilidad” y “confianza” surgieron de años de
conversaciones durante consultaciones con las comunidades mineras, en cada sección
referenciamos a las ciencias sociales y literatura gerencial que apoya estos puntos de vista
del sentido común. Los niveles y los criterios de fronteras están arreglados jerárquicamente.
Es posible ir para arriba o para abajo en la jerarquía. Por ejemplo, si uno pierde credibilidad,
la aprobación será retirada y el proyecto cojeará solamente apoyado por la aceptación. Si
uno pierde legitimidad, el proyecto será clausurado. Si uno obtiene la confianza total, la
comunidad apoyará y protegerá el proyecto como si fuera propio. del capital social. En esta
sección lo examinamos como un proceso paso a paso.
En el modelo piramidal propuesto por Boutilier y Thomson, se identifica a cada nivel con un
significado:

 El nivel más bajo de LSO se verifica cuando la población ha retenido o retirado la


licencia. En este nivel, la empresa no ha logrado la aceptación dentro de la
comunidad, por lo que su continuidad corre peligro, ya que solo podrá acceder de
manera restringida a los recursos esenciales.
 El siguiente nivel es la aceptación del proyecto. Este ocupa la mayor superficie en el
gráfico piramidal, ya que, según los autores, es el nivel de licencia social
comúnmente otorgado.
 Si la empresa con sus acciones demuestra credibilidad ante la comunidad, la licencia
social sube al nivel de aprobación.
 Si a través del tiempo, se establece un alto grado de confianza entre la empresa y la
comunidad, la licencia puede subir al nivel de identificación psicológica. En este
nivel, la empresa ha logrado integrarse, llegando a formar parte de la comunidad,
aceptando y tomando como propios la cultura y los valores de la zona.
1. El nivel de retención o retirada
Comenzando desde la base, el nivel de rechazo de una licencia social es el peor
escenario posible. La comunidad detiene el progreso del proyecto. Hay muchos
depósitos minerales en el mundo que no pueden ser explotados porque la
comunidad no otorga ningún nivel de licencia social para proceder.

2. El criterio de la frontera de legitimidad


El significado académico del término legitimidad está evolucionando a medida que
aumenta el interés acerca de cómo las organizaciones la obtienen o la pierden, y qué
pueden hacer con la misma una vez que la tienen. Knoke, definió legitimidad en el
contexto de grupos de interés y políticos como “la aceptación del público en general
y de las organizaciones relevantes de elite del derecho de una organización a existir
y a ejercer sus actividades de la manera elegida.” Esto resume adecuadamente el
mínimo absoluto de legitimidad, incluso cuando una compañía no posee una licencia
social. Suchman, ofreció una tipología en su definición, que se ha convertido en una
piedra de toque de los estudios de la legitimidad.

3. El nivel de aceptación
La respuesta de la comunidad, cuando uno tiene legitimidad, es que escucharán a la
compañía y considerarán sus propuestas. Si, por sus propios estándares, no tienen
por qué dudar de la credibilidad de la compañía, puede ser que permitan que el
proyecto proceda tentativamente. Esto constituye el nivel de aceptación de la
licencia social. Es el objetivo mínimo para cualquier compañía. El nivel de aceptación
está delimitado por los criterios de legitimidad y credibilidad. Esto representa cómo
la aceptación requiere que la legitimidad de la compañía esté establecida
firmemente y su credibilidad debe, por lo menos, no estar dañada.
El criterio de la frontera de credibilidad La credibilidad es la base de la confianza.
Cuando una compañía es percibida como creíble, se la ve cumpliendo con sus
promesas y tratando honestamente con todos. Hay muy poco peligro de que la
compañía diga una cosa un año y algo distinto el año siguiente. Más aun, las políticas
de la compañía son las mismas para todos los que tratan con ella. El aspecto de la
credibilidad en lo que se refiere a mantener las promesas se relaciona con la
capacidad de respuesta de la compañía a las preocupaciones y pedidos de la
comunidad. La legitimidad puede ser ganada escuchando; la credibilidad requiere
hacer algo acerca de lo que uno ha oído. Los miembros de la comunidad necesitan
ver acciones como continuación de las conversaciones. Un componente esencial de
la credibilidad proviene de la apertura y transparencia en la provisión de información
y toma de decisiones que demuestra cómo la compañía es consistente en la manera
en que trata a distintos grupos. Alternativamente, la transparencia revela los
principios que determinan por qué un grupo puede ser tratado de manera distinta
que otro, reduciendo el riesgo de sentimientos de discriminación o marginalización.

4. El nivel de aprobación
Cuando una compañía ha establecido tanto la legitimidad como la credibilidad, es
probable que la comunidad le otorgue aprobación al proyecto. Esto significa que la
compañía ha asegurado el acceso a los recursos que necesita. La comunidad
considera al proyecto de forma favorable y está satisfecha con el mismo. La
comunidad ahora es resistente a la retórica de nosotros contra ellos de los grupos
anti-minería. Este nivel de licencia social representa la ausencia de riesgo socio
político. Sin embargo, está solamente en el umbral de la oportunidad. Una compañía
puede comenzar a cosechar algunos beneficios positivos de haber forjado buenas
relaciones, tales como un sólido apoyo de la comunidad para la expansión de
operaciones.

Este nuevo modelo establece que, la obtención de la licencia social implica 5 pasos
sucesivos, que se detallarán utilizando extensivamente el desarrollado por los autores
Wilburn y Wilburn:
Paso 1: Una compañía que tiene un proyecto en planes, debe describir cómo cumplirá las
normas éticas de las corporaciones, considerando las guías morales que enumera De
George (1986) para las compañías multinacionales que desarrollan sus actividades en los
países en vías de desarrollo.
Paso 2: La empresa deberá reunir información sobre los contratos micro sociales de los
grupos en la comunidad en la que operará, que puede incluir datos de fuentes
gubernamentales y no gubernamentales, pero que debe provenir primordialmente de una
comunicación directa con cada grupo de interés.
Paso 3: La empresa analizará la alineación entre sus normas y los contratos micro sociales
de los stakeholders.
Paso 4: La empresa deberá involucrar a todos los grupos de interés en una discusión del
proyecto para generar una propuesta que obtenga el consentimiento de la mayoría de los
grupos con derechos a otorgar una licencia social.
Paso 5: La empresa deberá monitorear el avance del proyecto, de manera de asegurar que
este se está desarrollando según lo acordado.
La licencia social, la reducción de la pobreza y el desarrollo sustentable
El proceso de ayudar a una comunidad a que adquiera el balance del capital social necesario
para otorgar una licencia social requiere reforzar la comunidad hasta el punto en que pueda
ser un socio fuerte y digno de confianza en obtener cualquier gol que se proponga. Este es
el mismo proceso que los especialistas en desarrollo comunitario siguen en iniciativas para
reducir la pobreza. Se ha demostrado que las iniciativas que desarrollar y balancean el
capital social reducen la pobreza, pero tal como lo indica la figura 24.1.7, el modelo del
capital social tiene que estar bien balanceado (por ejemplo, el panel D). Debe haber un
centro fuerte pero el modelo en general debe integrar a todos los subgrupos para evitar el
aislamiento de la periferia. Cuando se cumplen estas condiciones, las comunidades se
pueden beneficiar de la presencia de una corporación nacional o internacional. Tales lazos
se denominan capital social conectivo. A través de un capital social conectivo, una
comunidad puede obtener acceso a mercados más lejanos, por sus bienes y servicios. Por
lo tanto, obtener y mantener una licencia social emplea el mismo conjunto de actividades
que promueven el desarrollo sustentable de la comunidad. Ambos goles dependen de
reforzar la comunidad hasta el punto donde ésta puede ser un socio estable y
comprometido en el desarrollo de iniciativas.
Cada vez que el Estado recurre a la licencia social para enfrentar el estallido de un conflicto
social alrededor de un proyecto de utilización de recursos naturales, deja la sensación de
estar procediendo con demagogia, con el único objeto de aplacar momentáneamente el
malestar de la población. Es importante esclarecer la naturaleza de la licencia social, ahora
que está en boga por su relación con mega proyectos como Inambari y Minas Conga.

Licencia social equivale a aprobación continua o amplia aceptación, por parte de una
comunidad local y sus grupos de interés (organizaciones sociales, sindicatos, empresas,
asociaciones de profesionales, ONG, etc., de un proyecto de inversión. Hay una secuencia
de legitimidad, credibilidad y confianza en la obtención de este tipo de licencia. Un proyecto
de inversión debe ser considerado legítimo antes de que la credibilidad tenga valor para la
relación con los grupos de interés, y tanto la legitimidad como la credibilidad deben estar
presentes antes de que se pueda desarrollar con ellos un vínculo de confianza significativa.
Inambari y Minas Conga no son los únicos casos donde hay rastros de la licencia social. El
gráfico que se muestra, apunta a problemas de legitimidad, credibilidad y confianza,
mezclándose constantemente en gran parte de los conflictos socio ambientales que reporta
mensualmente la Defensoría del Pueblo. El hecho de que, en la mayoría de estos casos, el
Estado adelante su respaldo al grupo inversor, a despecho de la oposición de diferentes
sectores de la población, demuestra que por lo menos el MEM maneja una idea de «licencia
social» que no corresponde a su naturaleza y tampoco toma en cuenta la evolución del
concepto.
Todo indica que para el Estado y muchas empresas, la licencia social se reduce a un permiso
formal, ligado a tareas y eventos específicos, lo cual explicaría por qué a menudo se la
relaciona con la consulta, la participación, la responsabilidad social y la licencia ambiental,
cuando existen diferencias importantes entre todas ellas.

Licencia social no es consulta


La consulta está contemplada en el Perú como un derecho exclusivo de los pueblos
indígenas, para ser exactos, comunidades campesinas y nativas, quienes lo ejercen en
momentos previos a la aprobación de un proyecto de inversión. en la medida en que pueda
afectarles directamente. Por el lado de la licencia social, incluye a cualquier comunidad,
independientemente de que sea indígena, así como a otros grupos de interés, y tiene
efectos tanto antes como con posterioridad a la instauración de un proyecto de inversión.
Licencia social no es participación
La participación ciudadana tiene un desarrollo especial en función del sector del Estado o la
materia donde se ejercitará. En lo que toca a los recursos naturales, la legislación peruana
reduce la participación ciudadana a intervenir, fundamentalmente, en asuntos ambientales.
Esta forma de participación no sintoniza con la idea de licencia social porque no recoge una
discusión acerca de la pertinencia de una inversión, a lo cual se suma que es el propio
inversionista quien propone el plan de participación y que el requerimiento de la «opinión
comunitaria» es enunciativo o ambiguo. Tal y como está diseñada la participación
ciudadana en materia de recursos naturales, responde más bien a un enfoque desde las
necesidades de las empresas y la cristalización de sus proyectos.
Licencia social no es responsabilidad social
La responsabilidad social agrupa un conjunto de políticas y principios que nacen desde las
propias empresas, y si bien como resultado de su incorporación hay una serie de beneficios
para las comunidades, quienes terminan beneficiándose en mayor grado son las propias
compañías al darle cierta sostenibilidad a su inversión y ver incrementada su reputación.
Por el lado de la licencia social, es el acuerdo entre la comunidad y la empresa lo que da
origen al conjunto de principios y lineamientos que orientarán su relación. A pesar de esa
diferencia en cuanto a su origen, actualmente la responsabilidad social se utiliza como una
herramienta para obtener la licencia social.
Licencia social no es licencia ambiental
El Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental contempla estudios de impacto
ambiental como parte del proceso de autorización de una concesión de exploración y
explotación de recursos naturales. Estas licencias ambientales son títulos formales y
regulados que implican la aprobación, desde el gobierno, para realizar proyectos de
inversión. Por el lado de la licencia social, se trata más bien de un instrumento informal que
refleja la aprobación continua o amplia aceptación de la comunidad local y otros grupos de
interés a un proyecto de inversión
¿Qué objeto tiene trastocar el concepto de licencia social?
Para ciertos sectores de la población, el que sus autoridades invoquen la licencia social, sin
precisar qué rol cumple este concepto dentro de las políticas públicas, dejaría abierta la
posibilidad de una autorización social en el otorgamiento de concesiones. Dicha percepción,
apenas confrontada con la realidad de un ordenamiento jurídico que subraya que el Estado
tiene autonomía en fijar las condiciones de utilización de los recursos naturales, así como
su otorgamiento a particulares (artículo 66 de la Constitución), puede desembocar en más
conflictos y de mayor intensidad. Por eso, el Estado tiene una gran responsabilidad en el
respaldo de la legitimidad, credibilidad y confianza como elementos auténticos de la licencia
social, en lugar de asimilar este concepto al cumplimiento de requisitos legales y la
obtención de autorizaciones (licencias) inalterables.
Por lo pronto, el término licencia social ni siquiera forma parte del ordenamiento jurídico
peruano. Incluso, el expresidente de Newmont Mining Corporation, Pierre Lassonde, es
consciente de la naturaleza dinámica de la licencia social al señalar que «uno no obtiene la
licencia social yendo a un ministerio de gobierno y completando una solicitud, o
simplemente pagando una tarifa. Se necesita mucho más que dinero para llegar a ser
verdaderamente parte de las comunidades en las que uno opera».
Hay que insistir en la licencia social como un conjunto de relaciones dinámicas y continuas
entre empresas y grupos de interés, orientadas a la aprobación continua o amplia
aceptación de un proyecto de inversión. Conflictos como los de Minas Conga e Inambari, al
igual que la mayoría de las disputas socio ambientales reportadas por la Defensoría del
Pueblo, son un claro ejemplo de lo mucho que hay que trabajar para conseguir una licencia
social de la población.
¿Dónde está regulada la licencia social?

Cada vez que se acentúa el conflicto alrededor de un proyecto que involucra la explotación
de recursos naturales, el gobierno recurre a la llamada licencia social, concepto no definido
en nuestro ordenamiento jurídico y que, en la mayoría de casos, parece ser invocado para
controlar las demandas de determinadas poblaciones.

El artículo 66° de la Constitución peruana establece que los recursos naturales, renovables
y no renovables, son patrimonio de la Nación. El Estado es soberano en su aprovechamiento
y fija, mediante ley orgánica, las condiciones para su utilización y otorgamiento a
particulares. De ahí que cada ley orgánica (hidrocarburos, minería, recursos hídricos,
forestal, espectro radioeléctrico, etc.) ha recogido los títulos habilitantes necesarios para la
explotación de los diversos recursos naturales, otorgados por el sector correspondiente. A
ellos se sumarán los títulos habilitantes, concretamente las licencias urbanísticas que cada
municipalidad otorgará conforme a sus competencias y cuando así lo hayan previsto las
leyes. Ni la Constitución ni las leyes en nuestro país hacen referencia a la licencia social.
En alguna oportunidad, nuestro Tribunal Constitucional señaló que el dominio estatal sobre
dichos recursos es eminente, es decir, que el cuerpo político tiene la capacidad
jurisdiccional para legislar, administrar y resolver las controversias que se susciten en torno
a su mejor aprovechamiento. Por lo demás, no ha hecho el supremo intérprete de la
Constitución mayor referencia a otras licencias que no sean las recogidas en las leyes sobre
la materia.
Cabe entonces preguntarse de dónde proviene el concepto de “licencia social”. ESCOBEDO
explica cómo este concepto surgió en 1997, durante una conferencia sobre minería y
comunidad, auspiciada por el Banco Mundial, para caracterizar el conjunto de actividades
de la industria minera orientadas, entre otros objetivos, a recuperar su reputación, pero
que desde entonces ha evolucionado (o ¿involucionado?) hasta englobar un conjunto de
relaciones dinámicas y continuas entre la empresa y los grupos de interés que coexisten en
un determinado territorio.

¿Cuáles son los principales desafíos para obtener una Licencia Social?
Como se ha indicado anteriormente, obtener y mantener una Licencia Social es un proceso
de considerable complejidad, pero, con la preparación y apoyo adecuados, en general los
desafíos creados por tales circunstancias pueden ser sobrellevados. Las dificultades se
manifiestan con más frecuencia cuando las compañías son incapaces o remisas a hacer la
inversión nominal para que las cosas salgan bien. Los problemas más comunes que hemos
encontrado en nuestra experiencia son:

 La compañía percibe la obtención de una Licencia Social en términos de una serie


de tareas o transacciones (en realidad, hacer un trato), mientras que la comunidad
otorga la licencia basándose en la calidad de la relación – un desacuerdo cultural
que puede llevar al fracaso.
 La compañía confunde
 Acceptation con aprobación.
 Cooperation con Confianza
 Credibilidad técnica con Credibilidad social.
 La compañía

 No logra conocer a la comunidad y las “reglas del juego” locales, y por lo


tanto es incapaz de establecer legitimidad social.
 Retrasa o retarda el compromiso con los grupos de interés.
 No dedica tiempo suficiente para el establecimiento de relaciones.
 Perjudica su propia credibilidad cuando no da información confiable o, más
comúnmente, no cumple con las promesas hechas a la comunidad.
 No respeta o escucha a la comunidad.
 Subestima el tiempo y esfuerzo encesarios para obtener una Licencia Social
para Operar.
 Sobreestima la calidad de la relación con la comunidad.
¿Es posible que una comunidad no otorgue la Licencia Social?

Sí: el término “comunidad” es frecuentemente utilizado de manera tal que sugiere una
singularidad y propósito que no siempre existen. La mayoría de las “comunidades” son en
realidad conjuntos de comunidades, grupos de parentesco o grupos de interés que operan
como una red. Sin embargo, el concepto de la Licencia Social para Operar presupone que
todas las familias, clanes, grupos de interés e instituciones en un área geográfica han
alcanzado una visión y actitud compartidas acerca de un proyecto de desarrollo de
recursos. Este tipo de cohesión es a menudo inexistente, y por lo tanto es necesario
construirla. Esta es la razón por cual la obtención de una Licencia Social para Operar a
menudo incluye el desarrollo de capital social en un proceso conocido como “construcción
de comunidades”, “desarrollo de capacidades” o “fortalecimiento de instituciones”, entre
otros.

La clave para la capacidad de una comunidad para otorgar una Licencia Social significativa
está en el modelo del capital social presente en la estructura de su red. Sin los modelos
adecuados de capital social dentro de la comunidad y entre el proyecto y los varios
elementos en la red comunitaria es difícil, si no imposible, obtener y retener una Licencia
Social para Operar.

Las compañías que desean una Licencia Social necesitan comprender los modelos del capital
social en la red con la cual desean interactuar. Con esta información, la compañía sabe
dónde tiene que concentrar sus esfuerzos. Sin embargo, cada comunidad tiene inquietudes
e intereses propios y específicos que pueden formar la base para el establecimiento de
relaciones entre la compañía y la comunidad, crear capital social y, en su momento, la
Licencia Social – no hay una receta única. Un requisito inicial es por lo tanto la necesidad
de la compañía de llevar a cabo estudios sociales que analicen y entiendan la estructura
social, inquietudes y visiones de varios individuos, grupos y organizaciones en la red que
forman, colectivamente, la “comunidad”.

¿Se puede medir la Licencia Social?

Sí, es una herramienta de relevante que ha sido desarrollada y usa una cantidad de
indicadores para medir el nivel de Licencia Social que existe en todo momento en términos
de Rechazo, Aceptación, Aprobación y Copropiedad. Sin embargo, es importante recordar
que la calidad de una Licencia Social es dinámica y responde a los cambios en la percepción
de la compañía y del proyecto, y que también es susceptible a influencias externas; por lo
tanto debe ser mantenida. Para tener confianza en el status de la Licencia Social, la misma
debe ser medida periódicamente y los resultados relevantes deben ser utilizados para
modificar las prácticas con la intención de mejorar la calidad de las relaciones entre el
proyecto y la comunidad/ grupos de interés.
Bibliografia

 Lassonde, P. (2003). «How to earn your social licence». Mining Review, pp. 7-13.
 ps://www.servindi.org/actualidad/55492
 https://larepublica.pe/sociedad/2019/07/16/gobernador-de-arequipa-da-72-
horas-a-vizcarra-para-cancelar-licencia-de-tia-maria/
 https://www.latimes.com/espanol/eeuu/la-es-trump-firma-el-permiso-para-la-
construccion-del-controversial-oleoducto-keystone-xl-20190330-story.html
 https://www.washingtonpost.com/business/economy/texas-judge-rules-in-favor-
of-transcanada-in-eminent-domain-case/2012/08/23/87744776-ecda-11e1-a80b-
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