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FACULTAD DE DERECHO

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

INFORME

“FE PÚBLICA REGISTRAL Y FRAUDE INMOBILIARIO”

AUTOR:

Espinoza Arias Roxana

Muñoz Rosales Nicol

Vergara Engracio Yesenia

DOCENTE:

Dr. William Castillo Martínez

CHIMBOTE – PERÚ

2019
ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 3
II. DESARROLLO ................................................................................................................... 4
CAPÍTULO I: FE PÚBLICA REGISTRAL .............................................................................. 4
2.1. CONCEPTO.................................................................................................. 4
2.2. FINALIDAD DEL REGISTRO .............................................................................. 5
2.3. EXPLICACIÓN DOGMÁTICA DEL REGISTRO DE FE PÚBLICA ................... 7
2.4. FE PUBLICA REGISTRAL EN EL DERECHO COMPARADO ......................... 8
2.5. FE PÚBLICA REGISTRAL EN PERÚ .................................................................. 11
2.6. EL TERCERO REGISTRAL ................................................................................... 11
2.6.1.QUIÉN ES ELTERCERO ......................................................................................... 12
2.7. REQUISITOS NECESARIOS PARA SU PROTECCIÓN .................................. 13
CAPÍTULO II: FRAUDE INMOBILIARIO ............................................................................. 23
2.8. CONCEPTO DEL FRAUDE INMOBILIARIO ...................................................... 23
2.9. PLENO JURISDICCIONAL CIVIL ......................................................................... 23
2.10. SISTEMA DE SEGURIDAD JURÍDICA ADOPTADO EN EL PAÍS ............ 26
2.11. EL FRAUDE INMOBILIARIO Y LA RESPUESTA POR EL ESTADO....... 38
2.12. DEBILIDADES DEL SISTEMA DE SEGURIDAD JURÍDICA ...................... 52
2.13. POSIBLES SOLUCIONES AL FRAUDE INMOBILIARIO ............................ 53
III. CONCLUSIONES......................................................................................................... 56
IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ......................................................................... 58
I. INTRODUCCIÓN

El presente informe realizado por estudiantes de derecho del X ciclo de la


Universidad Cesar Vallejo-Chimbote, se encuentra dividido en dos capítulos los
cuales pretenden analizar la “Fe Pública Registral” y “Fraude Inmobiliario” en sus
principales aspectos.

A lo largo del informe se precisa que el Registro tiene por finalidad publicitar los
actos que se celebran en la vida diaria respecto de bienes y personas, a los
efectos de que los terceros puedan contratar con seguridad, basados en dicha
información. Sin embargo, no debe perderse de vista que el Registro en el Perú
no es constitutivo ni convalida nulidades, por lo que puede presentarse la
situación que quien figura inscrito como propietario, en realidad ya no lo sea, o,
que su título adolezca de un vicio de nulidad.

Frente a dicha situación, y basado en el principio de que nadie puede transferir


derechos de los posee, al decaer el título del transferente, irremediadamente
tendría que decaer el título del tercer adquiriente.

Para hacer frente a esta realidad, que por lo demás resulta ineficiente para la
sociedad, porque elevaría los costos de transacción al introducir inseguridad
jurídica en el trafico inmobiliario, se recogió la institución de la fe pública registral,
contemplada en el artículo 2014 del Código Civil.

Otro punto que se debe tratar en esta oportunidad es el fraude inmobiliario, si en


estos casos está o no protegida la fe pública registral, por los diversos casos
surgidos últimamente en la falsificación de títulos de propiedad el Estado junto a
la Superintendencia Nacional de Registro Público crearon normas y medidas que
debieron adoptarse para combatir de manera efectiva dicho fenómeno, a la luz
del sistema jurídica existente en el país. Sin embargo, estas normas no dieron el
resultado esperado, siendo así que se en este presente informe se presenta
algunas posibles soluciones ante las debilidades del sistema de seguridad
jurídica.

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II. DESARROLLO

CAPÍTULO I: FE PÚBLICA REGISTRAL

2.1. CONCEPTO

Tarazona Alvarado (2017) define la Fe Pública Registral como “Aquel que


propende a la protección de los terceros de buena fe que adquirieron un
derecho sobre la base de la información proporcionada por el Registro y
lo han inscrito, aunque el transferente no tenía dicho título o este sea
anulado, rescindido, resuelto, o cancelado, en mérito de causas que no
constatan en el Registro.”

De lo que se deduce que lo que está en el registro es confiable, es verdad


y si eso es así estoy protegido por esa creencia de la verdadero, pues
cualquiera que lo adquirió es en base a esa información que proporciona
el registro, la misma que se presume validad y exacta. Esto debido a que
la función primordial del registro es la publicad de los actos a los terceros,
para que estos tengan seguridad jurídica al momento de contratar. Pues
la existencia de información en el Registro, la misma que es pública llena
de confianza en la información proporcionada en el Registro, y por esta
confianza tiende a proteger al tercero que contrato basado justamente en
esa información que le proporciona el Registro.

El autor menciona “(…) aunque el transferente no tenía título (…)”, es decir


que el tercero es protegido en base a la publicidad de la información en el
registro, lo que sucede es que el registro publicita una información que
está afectada por alguna deficiencia en la titulación, pero esta no se
percibe de la información que el registro publicita la misma que termina
protegiendo al adquiriente frente al posible y verdadero titular del derecho,
quien tendría todo el derecho de reclamar, empero el tercero está
protegido en base a este principio de fe pública claro siempre que cumpla
con los requisitos establecido por ley y mientras no se pruebe que este
tercero tenía conocimiento de la inexactitud del registro.

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García García citado por Tarazona Alvarado (2017) refiere que el Principio
de Fe Pública Registral es “(…) aquel principio hipotecario en virtud del
cual el tercero que adquiere en base a la legitimación dispositiva de un
titular Registral es mantenido en la adquisición “a non domino” que
realiza, una vez que ha inscrito su derecho, con los demás requisitos
exigidos por la ley”.

El autor al referir “a non domino” da entender que un sujeto “x” adquirió


un bien determinado por parte de un sujeto que resulta no ser el titular del
derecho para transferirlo, pues ese derecho en realidad de los hechos no
existe. Es decir el adquiriente “adquiría” de un no titular, este supuesto de
hecho se denomina “adquisición a non domino”.

2.2. FINALIDAD DEL REGISTRO

Para la concretización del principio de fe pública registral, la información


que es conocimiento por todos tendrá que estar necesariamente en el
Registro.
La cruz y Sancho señalan que la finalidad primaria del registro es la
protección del tráfico y la agilización de las transacciones inmobiliarias, ya
que las difíciles indagaciones sobre la titularidad de los bienes son
reemplazados a través de una simple consulta”.

Gonzales Barrón () El registro es un instituto que otorga seguridad jurídica


los derechos, ya sea para consolidar las transacciones realizadas, ya sea
para consolidar las transacciones por realizarse.

Es decir la finalidad registro es la de robustecer de seguridad jurídica del


tráfico patrimonial sobre los bienes, para ello el registro otorga publicidad
a ciertos derechos y actos, con lo cual crece el grado de seguridad de los
terceros, en cuanto evita que ciertos actos o derechos queden ocultos.

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2.2.1. Publicidad registral

Es el sistema de divulgación encaminada a hacer cognoscible


determinados situaciones jurídicas para la tutela de derechos y la
seguridad del tráfico. Esta publicidad “legal” es un servicio del Estado,
una función pública ejercida en interés de los particulares. Esta
publicidad se da a través del registro, entendido como oficina pública
en donde se reciben los datos de interés colectivo, a donde igualmente
se puede acudir para conocer la existencia y alcance de dichos datos.
(Gonzalez, 2004)

Esta publicidad implica hacer notorio ciertos o datos, la misma es


continua, lo que significa que se produce de manera ininterrumpida y
sistemática (permanente), a diferencia de lo que ocurre en las
notificaciones, edictos es esporádica. Asimismo, esta publicidad es
organizada y es de cognocibilidad legal, lo que implica que el público
en general goza de la posibilidad de conocimiento de los datos
incorporados en el registro, sobre la cual no puede excusar conducta
en la ignorancia del hecho puesto que la información pública contenida
en el Registro goza también de oponiblidad, sin importar la conducta
subjetiva del interesado.

La sola existencia de la información de los actos celebrados sobre el


bien en los registros públicos le dota de carácter de publicidad. En
palabras de Diez-Picazo menciona que: “Publicidad no es en rigor
otra cosa que la actividad tendente a lograr que algo sea público. Y
público es lo que resulta manifiesto, conocido o notorio. Cuando se
habla de publicidad en el Derecho privado se alude a una fundamental
necesidad de que determinados actos o negocios jurídicos entre partes
puedan ser o sean conocidos por la comunidad o, por lo menos, que
se faciliten los medios para que puedan serlo”.

Gonzales (2004), señaló que la publicidad jurídica registral en el caso


de bienes inmuebles tiene como fin los títulos que componen todas

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aquellas situaciones jurídicas inscribibles, estos están compuestos
fundamentalmente en el titular registral, la materia inscribible y el
predio. Con relación a la acepción registral de que no admite prueba
en contrario, nadie puede declarar que no ha podido tener información
contenida en el registro por desconocimiento o ignorancia, puesto que
todas las personas pueden acceder a ella, de allí el carácter público
de las inscripciones.
La seguridad jurídica registral brinda protección al derecho de
propiedad de las personas, pero para que la propiedad tenga este
resguardo necesita estar inscrita en el registro público.

2.3. EXPLICACIÓN DOGMÁTICA DEL REGISTRO DE FE PÚBLICA

Según Gunther Gonzales Barrón: “La doctrina germánica del siglo XIX
considero posible que la regla de protección de los adquirientes de bienes
muebles, existente desde el derecho intermedio, se pudiese extender a
favor de los adquirientes de bienes inmuebles, llegándose así consagrar
finalmente el artículo 892 del BGB. En buena cuenta la apariencia de
propietario de la que goza el poseedor de una cosa mueble no puede
perjudicar a un adquiriente de buena fe que confió razonablemente en
dicha apariencia. Lo mismo se aplicaría a los bienes inmuebles,
solamente modificando la apariencia socialmente significativa de la
posesión, ahora constituida por la inscripción. De esta forma quedó
abierta el camino para hacer encajar esta figura dentro de los supuestos
propios de las adquisiciones a “non domino”, en donde el transmitente no
era propietario, pero igual el adquiriente se hacía dueño en virtud de la
tutela a la apariencia.”

En efecto, la gran mayoría de la doctrina considera al principio de fe


pública como un supuesto propio de las adquisiciones a “non-domino”. En
esa misma línea se encuentran muchos autores alemanes, en cuyo país
nació esta protección de la confianza contenido en el Registro.

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Diez Picazo también opina sobre la naturaleza de esta protección causada
por la confianza en el Registro: “El efecto fundamental del principio de fe
pública es la protección del adquiriente y, en consecuencia, su
mantenimiento en la adquisición. De ahí se deduce que hay una
irreinvidicabilidad del título del adquiriente”

De la misma idea es García García, para quien la nulidad o ineficacia del


negocio precedente determina que el transmitente no sea dueño. Sin
embargo, la apariencia en la confianza registral ocasiona la plena eficacia
de tal adquisición.

A modo de conclusión sobre el principio de fe pública, debe recordarse su


origen claramente germánico. La finalidad de esta regla se halla en que
las nulidades de un acto o negocio inscrito no afectan a los sucesivos
negocios derivados del acto viciado. Esta protección se realza cuando el
tercero confía en una determinada situación jurídica del Registro, y en
base a ella contrata o se relaciona jurídicamente. Si después el negocio
antecedente se anula o es ineficaz, esas vicisitudes no le perjudican.

2.4. FE PUBLICA REGISTRAL EN EL DERECHO COMPARADO

En la legislación comprada también han acogido este principio registral,


siendo uno de estos en:
El Art. 973 del Código Civil Suizo señala que “El que de buena fe,
fundándose en una inscripción en el Registro, haya adquirido una
propiedad u otros derechos reales, debe ser protegido en su adquisición
(…).
Del texto del artículo mencionado se puede advertir que quien confía en
lo que se encuentra inscrito en los Registros, le será protegida su
adquisición, por lo mismo en el Perú la buena fe con el que goza el
adquiriente.

De igual forma en Inglaterra se regula en el Art. 74 de la Ley de Registro


de Tierras (Land Registration Act.), “si se ha practicado un asiento en el

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Registro por el que una persona aparece como titular de un derecho real
y el derecho real no debería habérsele atribuido, será considerado como
su verdadero titular como resultado de la inscripción”.

De la información del Registro (Asiento) la misma que es Público y


oponible frente a terceros, y le da legitimidad para transferirlo ello hace
que se considerado como el verdadero titular.

En Suecia, en el Art.1 del Land Code, “si el derecho real ha sido adquirido
por compra (a título oneroso) y el transmitente no era su legítimo titular,
debido a que su adquisición o la de alguno de sus causantes era nula, la
adquisición será, sin embargo, válida si el derecho consta inscrito a favor
del transmitente y el adquirente no conocía ni debía haber conocido
(buena fe) que aquel no era el titular legítimo. Esta regla no se aplica a
las adquisiciones derivadas de un procedimiento de ejecución”.

Es decir que los contenidos de los Registros se consideran correctos a


favor de la persona que mediante un negocio jurídica adquiere de quien
aparece en dicho registro como titular o con facultades para hacerlo, este
último se ce protegido por la fe pública registral, en el sentido que la
información contenida en dicho registro se presume valida.

Del artículo 169 del BGB establece que el principio de fe pública registral
“Los contenidos del Registro se consideran correctos a favor de la persona
que, mediante un negocio jurídico, adquiere un derecho a una finca o un
derecho sobre dicha finca a menos que se extienda un asiento de
contradicción contra la corrección o el adquirente conozca la incorrección.
Si el titular del derecho tiene registrada su facultad de disposición del
derecho inscrito en beneficio de cierta persona, dicha restricción no es
eficaz frente al adquirente a menos que se deduzca como obvio del
Registro o que dicho adquirente la conozca”.

Es claro denotar de este citado artículo del código Alemán que se protege
la buena fe del tercero adquiriente, quien adquirió sobre la base de

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información que aparece en los registros, a menos que se pruebe que este
adquirente conozca la incorrección de lo que aparece en los Registros, en
tal sentido estaría actuando de mala fe.

En el sistema Español también se configura el principio de fe pública y la


adquisición de estos terceros in gutem Glauben en el Art. 34 (Ley
Hipotecaria Española) de la siguiente manera:

“Artículo 34. El tercero que de buena fe adquiera a título oneroso algún


derecho de persona que en el Registro aparezca con facultades para
transmitirlo, será mantenido en su adquisición, una vez que haya inscrito
su derecho, aunque después se anule o resuelva el del otorgante por
virtud de causas que no consten en el mismo Registro. La buena fe del
tercero se presume siempre mientras no se pruebe que conocía la
inexactitud del Registro. Los adquirentes a título gratuito no gozarán de
más protección registral que la que tuviere su causante o transferente.”

Este citado artículo guarda mayor similitud al Artículo 2014 de nuestro


Código Civil de 1984, al igual que nuestra legislación se protege al tercero
adquiriente de buena fe, quien adquirió en base a la información que
aparece en los registros, en la presunción de que esta información legitima
al transferente de derecho para hacerlo, aunque posteriormente se sepa
que este no tenía las facultades para celebrar el negocio jurídico, el tercero
adquiriente mantiene su derecho. Al mimo que nuestra legislación ampara
las adquisiciones a non domino precisamente porque salva el defecto de
titularidad o de poder de disposición del transmitente que, según el
Registro, aparezca con facultades para transmitir.
Empero del acotado artículo se denota que la buena fe del adquiriente se
presume, es una presunción iuruis tantum, que admite prueba en
contrario, es decir mientras no se pruebe que este tercero conocía de la
inexactitud del Registro se ve protegido por este principio registral tal como
lo hace nuestro sistema registral también.

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2.5. FE PÚBLICA REGISTRAL EN PERÚ

Nuestro sistema registral se acoge al sistema de inscripción mediante el


cual el registrador luego de calificar extrae lo que considera relevante para
los terceros a fin de publicitarlo.

En nuestro sistema registral peruano el Articulo 2014º.- “El tercero que de


buena fe adquiere a título oneroso algún derecho de persona que en el
registro aparece con facultades para otorgarlo, mantiene su adquisición
una vez inscrito su derecho, aunque después se anule, rescinda o
resuelva el del otorgante por virtud de causas que no consten en los
registros públicos.
La buena fe del tercero se presume mientras no se pruebe que conocía la
inexactitud del registro.”

Por lo que un tercero adquiere de buena fe, un inmueble, cuyo


transmitente figuraba en el momento como legitimo propietario en el
registro, y luego en virtud de una causa pendiente que haga devenir como
nula dicha inscripción, se mantendrá al tercero como propietario en caso
de que cumpla con los requisitos de ley: buena fe, título oneroso, y
derecho inscrito.
En razón de que el tercero adquirió en la confianza de lo verdadero en el
Registro por lo que recibirá cierta protección por parte del ordenamiento
según lo establecido por Ley de Creación del Sistema Registral en su
literal b) del Art. 3 “(…) La intangibilidad del contenido de los asientos
registrales, salvo título modificatorio posterior o sentencia judicial firme.”

2.6. EL TERCERO REGISTRAL

Arata Solis R () comenta que “El principio de fe pública registral y la


protección que se brinda al tercero de buena fe es una excepción a la
regla general, según la cual, nadie puede dar lo que no tiene”. Es decir
una excepción de la idea de que el único autorizado para transferir su
titularidad era el titular o el que haya sido debidamente legitimado.

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2.6.1. QUIÉN ES ELTERCERO
El tercero ha sido definido como aquel sujeto que no es parte en los
contratos. Así pues, en doctrina se identifican a diferentes “terceros”
denominándolos de distintas formas.
Se identifica en este supuesto 3 partes claramente diferenciadas, el
primer transferente que hemos denominado A, y el segundo
transferente B (el cual adquirió de A), y el último adquirente que sería
C.
Respecto al negocio cuestionado, es decir el contrato entre A y B, C
es tercero. Si existiera alguna patología (distinta a la falta de
legitimación causal) en el contrato entre B y C no podría aplicarse el
2014 del Código Civil.
Otros supuestos que no se aplican por no existir el tercero requerido,
es el supuesto de los cónyuges, en el que existe una inexactitud dado
que sólo uno de los cónyuges está inscrito. Y éste, sin consentimiento
del otro, transfiere la propiedad del mismo a un sujeto X. En este caso
es aplicable el principio de legitimación registral, mas no así el de fe
pública registral.
Esto en razón en que X no es tercero, sino parte del contrato
cuestionado. Asimismo, no existe una cadena de transferencias, sino
una sola supuesta transferencia en la que existe falta de legitimación
por parte del vendedor. En caso X transfiriera su propiedad a otro
sujeto, a quien llamaremos Y, Y sí gozaría – de cumplir con todos los
demás requisitos- de la protección de la fe pública registral. (Mendoza
del Maestro, 2013).

Según Tarazona Alvarado, “El tercero registral es aquel que resulta


protegido por el ordenamiento jurídico en el sentido de mantener su
derecho inscrito en el Registro, aunque el de su transferente sea
anulado, rescindido, cancelado o resuelto en merito a causas que no
constan en el Registro. El tercero registral es aquel tercero civil que,
reuniendo determinados requisitos establecidos por la ley, inscribe su
derecho, y su inscripción es protegida al margen de la suerte que

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tenga el asiento registral donde corre inscrito el título de su
transferente”

Al respecto, Roca Sastre y Roca-Sastre Muncunill señalan que “...es


el tercer adquiriente por negocio jurídico del dominio de inmuebles o
derechos reales limitados sobre los mismos, que en función del
registro inexacto es mantenido en su adquisición por la fe pública
registral, siempre que concurran los demás requisitos exigidos por la
ley para tal protección”.

Para Rómulo Arata Solís, “...Tercero es todo aquel que no es parte del
negocio jurídico, que no participó de ese acto. El tercero registral debe
cumplir con la exigencia de inscribir su derecho para llamarse así... “

En la misma línea Antonio Gordillo Cañas, “...Tercero es, sin más,


quien no es parte; registralmente hablando y desde el punto del
principio de fe pública: quien no es parte en el contrato (anterior
inscrito), es aquel que no ha intervenido en el acto, es decir es ajeno
a la constitución de una situación jurídica cuyos efectos podrían llegar
a afectarle”

Podemos concluir que el tercero es aquel que no ha sido parte del


acto, siendo así que merece ser protegido en tanto en cuanto ha
confiado en el Registro y ha adquirido el bien de quien registralmente
se encontraba legitimado para enajenarlo, sin embargo, este para ser
protegido por la fe registral necesita reunir los requisitos que para ello
exige la ley.

2.7. REQUISITOS NECESARIOS PARA SU PROTECCIÓN

De acuerdo con el artículo 2014 de código civil, para que el tercer


adquiriente reciba la protección del derecho, es decir, para que se le
considere tercero registral, es necesario que reúna determinados
requisitos, a saber: que tenga buena fe, que contrate a título oneroso de
quien en el Registro aparezca con facultades para otorgarlo, que del
registro no se desprenda la causa que dio origen a su nulidad, anulación,
cancelación, rescisión o resolución del derecho del transferente, y que

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inscriba su derecho. A continuación, ampliaremos cada uno de dichos
requisitos:

a) Buena fe

Se menciona en el artículo 2014 que el tercero que contrata sobre la


base de la información que le proporciona el registro debe de tener
buena fe. Sin embargo, no se define que se debe entender por buena
fe.

Al respecto, en doctrina se establece que dicha buena fe tiene dos


aspectos: uno negativo y otro positivo

Aspecto negativo Aspecto positivo

Consiste en el desconocimiento Consiste no solo en el


de la existencia desconocimiento de la
inexactitud registral, sino
además, en la creencia de que
el titular registral efectivamente
lo es.

De la redacción del artículo 2014 se desprende que se recoge el


aspecto negativo, por cuanto menciona que “La buena fe del tercero
se presume mientras no se pruebe que conocía la inexactitud del
registro”. Sobre el tema, en la Exposición de Motivos Oficial del Código
Civil, publicada en el diario el Peruano, se señala que “La buena fe que
se le exige a una persona a efectos de constituirse en tercero registral,
es la de ignorar la existencia de inexactitud en lo publicado por el
registro.(...) En otros términos, si en verdad existen razones de
nulidad, rescisión o resolución, que no aparecen del registro, ellas
deben ser además desconocidas por quien pretende ampararse por el
principio estudiado ”

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¿Cuándo es exigible la buena fe? ¿Hasta el momento de
celebración del contrato o hasta el momento de la celebración?

La posición mayoritaria es la que entiende que la buena fe se debe de


determinar al momento de la adquisición del derecho, debido a que es
en ese momento que el tercero toma la decisión de adquirir el derecho,
sobre la base de la información obrante en el Registro...”.

Tarazona Alvarado, menciona que: “...Lo que no puede suceder, por


ejemplo, es que Pedro acude el Registro y constata que Juan aparece
como inscrito como propietario, sin tener conocimiento que el propio
Juan vendió el mismo inmueble a Federico con anterioridad. Confiando
en la información con la que cuenta Pedro, celebra el contrato de
compraventa, teniendo en ese momento buen fe. Resulta que
momentos después de celebrar el contrato, el propio Juan le cuenta
acerca del contrato que tenía celebrado con Federico. A pesar de ello,
Pedro consigue inscribir su derecho antes que Federico. Si
interpretamos que la buena fe debía subsistir hasta la inscripción,
Federico podría al momento de la inscripción hacer primar su
adquisición argumentando que Pedro tuvo mala fe al momento de la
inscripción. Esto es irracional, un sistema coherente que de seguridad
a los adquirientes, eliminando como consecuencia los efectos de la
aversión al riesgo, debe dar esta seguridad al momento en que se
adopta la decisión económica. De lo contrario, tendríamos
nuevamente que su decisión queda sujeta al azar de enterarse o no,
incluso de manera accidental, de la existencia de una compraventa
anterior, con posterioridad a la celebración del contrato. Exigir que este
desconocimiento se mantenga hasta la fecha en que se ingresa el
título del Registro implica crear incertidumbre en las transacciones, por
cuanto el tercero que ya contrato basado en la información registral, y
por consiguiente, ya realizo el pago, vería burlada este seguridad si
posteriormente se entera de una causal de nulidad, rescisión,
cancelación o resolución del título de su transferente antes de la
presentación del Título del Registro...”

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b) Adquisición del derecho a título oneroso
Según Gunther Gonzales Barrón: “El principio de fe pública actúa
como mecanismo de protección en favor de los que actúan en el trafico
patrimonial sobre inmuebles. En buena cuenta se protegen los
negocios de tráfico., las transmisiones de derechos, las atribuciones
patrimoniales, y en donde existan dos partes perfectamente
diferenciadas entre sí.”

¿Qué se entiende por negocios de tráfico?

Según Gunther Gonzales Barrón: “Se consideran negocios de tráfico


a todos los contratos en donde se transmite, constituye o extingue un
derecho inscribible en el Registro, siempre y cuando existan dos partes
claramente diferenciadas, y en el que la adquisición se decida en base
a la confianza en el contenido registral. También se reputa como tal a
las adjudicaciones judiciales por remate, ya que el adjudicatario
adquiere confiado en el Registro y además, en la legalidad misma del
proceso judicial, representado por la autoridad del juez.”

Ahora el articulo 2014 CC, señala que la protección se da a la


adquisición producida con respecto a la persona constatada en el
registro como titular, lo cual significa que se trata de un negocio con
dos partes claramente distintas, con intereses opuestos, y en que una
de ellas toma la decisión de adquirir confiando en el registro. Pero, si
el acto es unilateral, o si las dos partes son en realidad la misma
persona, no puede configurarse como un negocio de tráfico.

según Tarazona Alvarado, Fernando, “Dados los efectos de la fe


pública registral, el legislador opto por proteger solo al que adquiere a
título oneroso un derecho de quien en el Registro figura como titular
del mismo. En ese sentido, los que adquieran un derecho a título
gratuito, bien sea por donación, anticipo de legitima, herencia, legado,
etc., no estarán protegidos por la fe pública registral y, por tanto, una
vez anulado, rescindado, cancelado o resuelto el título de su

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transferente, dicha causal también les afectara, perdiendo la titularidad
del bien adquirido...”

Como señala en la exposición de motivos oficial del código oficial, “de


este modo, se excluyen expresamente las transferencias a título
gratuito por estimarse que el adquiriente de ellas debe tener la misma
protección que su transferente”

Por último, es necesario plantear el problema que surge cuando


un tercero protegido por la fe pública, a su vez transfiere la
propiedad del inmueble a título gratuito. La pregunta que surge
inmediatamente es si este último también goza de protección.

Según Gunther Gonzales Barrón, en primer lugar, cabe aplicar el


principio “nemo plus iuris”, por el cual se transmite lo que se tiene, y si
ya estaba protegido, entonces se transmite la misma protección. En
segundo lugar, esta solución tiene amparo en una lectura muy atenta
del artículo 2014 del CC., pues esta norma se refiere al tercero
onerosos que es tutelado cuando el título inmediatamente anterior es
nulo o ineficaz, y no cuando el título es el mediatamente anterior. En
tercer lugar, los titulares gratuitos, por el solo hecho de serlo, no
pueden quedar en una situación tan endeble, pues no debemos
impresionarnos por la causa gratuita de su propia adquisición, sino
más bien debemos tomar en consideración la causa onerosa de su
causante y la protección que en general esta tiene.

A B B C C D

(Negocio Nulo) (Adquisición del (Adquisición a)


derecho a título oneroso) título gratuito

En el grafico aquí planteado, el actual titular registral D, adquiere por


causa gratuita de C, siendo que este título NO ESTA AFECTADO por

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nulidad o ineficacia, y en cambio sí lo está el título anterior del anterior.
En tal caso, la literalidad del artículo 2014 del CC., ya no exige
adquisición onerosa de D, pues el título anterior (el de C) no es nulo,
sino el aun anterior, el cual no afecta al señor C y, por tanto, ya no
puede afectar a sus causahabitantes.

c) Elemento objetivo-Confianza en el registro-Adquisición del


quien figura en el Registro con facultades para otorgarlo

Según el artículo 2014 CC. la protección se da a quien adquiere algún


derecho respecto a persona que aparece en el Registro con facultades
para otorgarlo. El tercero protegido debe adquirir, por consiguiente, de
un titular inscrito.

Según Gunther Gonzales Barrón: “El adquiriente que pretende debe


lograr una protección jurídica plena necesita confiar en un elemento
objetivo que brinde certeza, o por lo menos, una fundada verosimilitud
respecto a la condición de dueño de la finca del transmitente. Por eso
se exige que el adquiriente celebre el negocio dispositivo con el titular
registral, quien goza para sí de la presunción de exactitud (de ser
dueño). Y sobre cuya base es la que descansa dicho negocio
sucesivo.”

Tarazona Alvarado, señala: “...para que el tercero se haga acreedor


de dicha protección, resulta necesario, por tanto, que en el Registro el
transferente del derecho figure con facultades para otorgarlo...”

Como señala Cano Tello, “El tercero debe haber adquirido su derecho
de persona que en el Registro aparezca con facultades para
transmitirlo, o sea de un titular inscrito cuyas facultades dispositivas no
aparezcan limitadas según los asientos hipotecarios”

A B B C

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(Negocio Nulo) (el tercero “cualificado” C es
inmune a la causa de
nulidad que no consta en el
registro)

Del siguientes grafico podemos observar que A es primero, B es


segundo y C es tercero, el cual puede llegar a ser protegido de cumplir
todos los requisitos del articulo 2014 CC. El tercero cualificado
necesita apoyar su título en un transmitente que, a su vez, sea
propietario registral, como un elemento totalmente objetivo; no es
necesario para ese tercero haber consultado efectivamente los libros
del registro y es más puede ser que nunca lo haya hecho, pero aun en
ese caso resultara protegido por el principio de fe pública, en tanto la
inscripción del titular goza de oponobilidad absoluta, sin interesar su
conocimiento efectivo.

d) Del Registro no se desprendan causas que anulen, rescindan,


cancelen o resuelvan el título del transferente.

Según Tarazona Alvarado: Para que el tercero sea protegido en dicha


adquisición, no basta que en el registro su transferente figure con
facultades para otorgarlo, sino que además se requiere que del
registro no se desprenda alguna causal de nulidad, anulabilidad,
cancelación, rescisión o resolución del título del transferente.

Así, tenemos que si A, titular registral, vende un predio a B, y este no


inscribe su derecho, y luego A vuelve a vender el mismo inmueble a
C, inscribiendo este último su derecho, y después C se lo vende a D,
y este lo inscribe, D conservara su derecho si antes de su adquisición,
no se había inscrito en la partida del inmueble la anotación de
demanda de nulidad planteado por B en contra de la venta realizada
por A a favor de C. En cambio, D no se verá protegido en su
adquisición si al momento de comprar el inmueble, ya figuraba inscrita
en la partida del predio la demanda de nulidad interpuesta por B.

19
 Partidas vinculadas

Puede darse el caso que las causas de nulidad, anulabilidad,


cancelación, rescisión o resolución, consten en una partida registral
no vinculada al acto de materia de transferencia. En este supuesto,
si bien la causa consta en una partida registral, al no estar vinculada
dicha partida con el título del adquiriente, no le resulta oponible.

Asi, si A le vende a B dos inmuebles X e Y, y posteriormente A


decide resolver el contrato de transferencia porque B no termino de
pagarle el integro del precio de dicha venta, anotándose la
demanda respectiva en la partida registral de X, mas no en la
partida de Y. Luego B vende el inmueble X a C y el inmueble Y a
D, inscribiendo ambos su derecho.

En el ejemplo citado, al no haberse anotado la demanda en la


partida registral del inmueble Y, a D no le será oponible la
resolución del contrato, y, por tanto, mantendrá su adquisición. En
cambio, a C si le afectara la resolución del contrato, al no constar
registrada en la partida del predio X la anotación de la demanda de
la resolución.

Debe tenerse en cuenta la finalidad del registro, cual es la de


publicitar con efecto erga omnes las titularidades y gravámenes de
los bienes, así como la situación de las personas, naturales o
jurídicas. Dicha publicidad registral, como se desprende, está
dirigida básicamente a los terceros, quienes, al momento de
contratar, pueden informarse respecto de la situación legal del bien
que quieren adquirir.

En este sentido, solo le resulta exigible al tercero verificar la


situación legal del inmueble que es materia de adquisición,
mediante la revisión de la información contenida en su respectiva
partida registral, en aplicación del principio de especialidad.

Exigir lo contrario, es decir que revise además las partidas de los


otros predios, volvería demasiado engorrosa y costosa la

20
adquisición de un bien porque el tercero tendría que solicitar copias
certificadas de todos los inmuebles, tanto en Lima como de
provincias, lo que encarecería definitivamente el trafico jurídico.

 Limitaciones legales
No solo resulta oponible al adquiriente del derecho la información
contenida en el registro, sino también las limitaciones al derecho
adquirido que se encuentran recogidas en las normas legales.
Así tenemos que las normas urbanísticas, medioambientales,
agrícolas, etc, le afectan al adquiriente del derecho de un inmueble
sin necesidad de que se inscriban en el Registro. Como señala el
artículo 957 del código civil, “La propiedad predial queda sujeta a
la zonificación, a los procesos de habilitación y subdivisión y a los
requisitos y limitaciones que establecen las disposiciones
respectivas-”
Por tanto, se hace necesario que exista una interconexión del
registro con las municipalidades y demás instituciones pertinentes,
de tal manera que toda la información de los predios referentes al
uso del terreno, calificación urbanística, y demás limitaciones
legales se vea reflejada en la publicidad que expida el registro, sin
necesidad de su previa inscripción.

Con la expedición de la Ley N° 29566 se avanzó en dicho sentido,


al establecerse la obligatoriedad, por parte de las municipalidades,
de poner a disposición del ciudadano, de manera gratuita y de libre
o fácil acceso, o mediante el portal web, de toda la información
referida a la normativa urbanística, en especial, de los parámetros
urbanísticos y edificatorios. Asimismo mediante Decreto Legislativo
N° 1246, se dispuso que las entidades de la Administración pública,
de manera gratuita y por medio de la interoperabilidad,
“interconecten, pongan a disposición, permitan el acceso o
suministren la información, o bases de datos actualizadas que
administren, recaben, sistematice, creen o posean respecto de los
usuarios o administrados, que las demás entidades requieran

21
necesariamente y de acuerdo a ley, para la tramitación de sus
procedimientos administrativos y para sus actos de administración
interna.(Articulo 2)

De esta manera, existe el marco legal adecuado para que el


Registro se interconecte con las instituciones competentes, para
que publicite no solo las titularidades, cargas y gravámenes de los
inmuebles, sino también las limitaciones legales que los afecten.

e) Elemento de cierre-Inscripción del Título

El último requisito para consumar la protección del tercero


“cualificado”, es que este inscriba su título adquisitivo.

El gran civilista italiano COVIELLO decía sobre este tema: ¿Cómo se


podría conceder al siguiente adquiriente la facultad de reprochar al
primero la falta de transcripción, si este reproche hubiera de hacérsele
también a el mismo? Po tal razón, es necesario exigir al tercero
adquiriente hacer algo que le falta al otro: la inscripción. Una vez
cumplido el requisito legal de la inscripción, se cierra el círculo de
protección y queda constituido el tercero cualificado amparado por el
principio de fe pública.

La Jurisprudencia ha reconocido en forma reiterada que la


consumación de la protección registral se produce cuando el tercero
inscribe su propio título. Por ejemplo, la Corte Suprema ha dicho al
respecto:

“...La principal finalidad de la inscripción es amparar a los terceros


que contraten de buena fe, a título oneroso y sobre la base de lo
que aparezca en el registro, tal como lo establece el artículo 2014
del Código Civil, de esta manera una vez inscrito el derecho, el
titular mantiene la adquisición, aunque después se anule el derecho
del otorgante, en virtud de causas que no consten en los Registros
Públicos...” (Casación N°2210-99)

22
CAPÍTULO II: FRAUDE INMOBILIARIO

2.8. CONCEPTO DEL FRAUDE INMOBILIARIO

Gonzales (2015), indicó que “El fraude inmobiliario se consuma a través


del fraude documental, esto es, falsificar un instrumento ya sea
público o privado, se materializa en títulos de propiedad falsos, los cuales
en muchos casos son convalidados bajo el principio de buena fe registral
a favor de tercero”.

El fraude inmobiliario se materializa en títulos de propiedad falsos, que no


son otra cosa que documentos ficticios o no auténticos, esto es, los que
supuestamente contienen la declaración de una persona, lo que no es
cierto, pues no se ha declarado nada.

Pozo (2015), señaló que las estafas y el fraude inmobiliario siempre ha


estado presente en nuestro ordenamiento, ante esto el Estado, mediante
sus instituciones específicamente la Superintendencia Nacional de los
Registros Públicos, el cual ya ofrecía leyes y mecanismos de prevención,
entre ellos siendo los más utilizados la alerta registral y la tacha por
falsificación documentaria.
El estado ante este problema a fin de combatir el fraude inmobiliario, dio
la Ley Nº 30313 conocido como el trámite de cancelación de inscripción
en trámite, pero en la práctica resulta ineficaz para combatir el fraude, más
aún si este adquiere protección del registro a través ante la buena fe
registral regulada en el Código Civil en su artículo 2014.

2.9. PLENO JURISDICCIONAL CIVIL

La falsificación de documentos ha puesto en discrepancia al principio de


Fe Pública Registral toda vez que frente a “casos reales” parecería que
este principio ha quedado rezagado.

23
En octubre del año 2012 se llevó a cabo el Pleno Jurisdiccional
Nacional Civil cuyo segundo tema fue: La Fe Publica Registral en los
casos de falsificaciones de títulos.

Así pues la primera ponencia señaló que el principio de Fe Pública


Registral debía aplicarse en los supuestos de falsificación de documentos:

“Primera Ponencia: La fe pública registral protege a los terceros de


buena fe cuando el acto previo es nulo o falso, pues el Artículo 2014 del
Código Civil, no distingue, en consecuencia, por efecto de la seguridad
jurídica del tráfico, no importa la magnitud del vicio que afecte el título,
pues basta que el tercero cuenta con título oneroso, sea de buena fe e
inscriba su derecho, para gozar de la tutela legal.”

La segunda ponencia por el contrario señaló que ante la presencia de


“vicios radicales de nulidad” no se aplica la Fe Pública Registral:

“Segunda Ponencia: La fe pública registral no protege a los terceros de


buena fe cuando se trata de vicios radicales de nulidad, como es el caso
de la falsificación de los títulos, pues el Artículo 70 de la Comisión del
Estado, dice que la propiedad es inviolable, lo que no es coherente si
admitimos que un titular pueda ser despojado fácilmente a través de una
falsificación. El Artículo 2014 del Código Civil debe leerse desde la
perspectiva constitucional de protección de la propiedad, evitando que los
actos ilícitos consumen derechos.”

Como fundamentos de la defensa del principio de Fe Pública se brindó la


protección del “tráfico patrimonial”:

“Fundamentos de la primera ponencia: El soporte jurídico de la primera


ponencia está constituido por la Casación Nro. 1845-2000- Junín que
señala que el artículo 2014 del Código Sustantivo desarrolla el principio e
instituto de la buena fe registral según el cual se protege la adquisición de
buena fe, de quien aparece en el registro como titular registral, que se

24
inscribe en el registro, contra cualquier intento de enervar dicha
adquisición que se fundamente en causas no inscritas antes. El
fundamento del principio de la fe pública radica en la necesidad de
asegurar el tráfico patrimonial cuyo objeto consiste en proteger las
adquisiciones que por negocio jurídico efectúen los terceros adquirientes
y que se hayan producido confiados en el contenido del registro; para ello,
la ley reputa exacto y completo el contenido de los asientos registrales, en
efecto las inscripciones del registro se consideran exactas y completas
respecto de terceros adquirientes de buena fe, y quien adquiere el
derecho de propiedad, una servidumbre o un derecho de hipoteca,
confiado en la actitud del registro deviene en propietario, titular de la
servidumbre o de la hipoteca (Casación Nro. 1168-98-Lambayeque).”
Como fundamento de la tutela del verdadero propietario se encuentra el
Art. 70 de la Constitución que regula la inviolabilidad de la propiedad,
siendo que la interpretación contraría sería irracional dado que se estaría
“legalizando un despojo”:

Fundamentos de la segunda ponencia: El Artículo 70 de la Constitución


del Estado preceptúa que: “El derecho de propiedad es inviolable. El
Estado lo garantiza. Se ejerce en armonía con el bien común y dentro de
los límites de la Ley. A nadie puede privarse de su propiedad sino,
exclusivamente, por causa de seguridad nacional o necesidad pública,
declarada por la Ley, y previo pago en efectivo de indemnización
justipreciada que incluya compensación por el eventual perjuicio”. En este
sentido, la inviolabilidad a la que se hace referencia en la norma
constitucional, trae consecuencia, que nadie puede afectar, desconocer o
cuestionar la propiedad, esto es, el propietario no puede ser privado de su
derecho, salvo que sea por una decisión judicial, además en concordancia
con lo previsto en el inciso 16) del artículo 2 de la Constitución del Estado,
el Estado garantiza y asegura que se respetará el derecho a la
inviolabilidad a la derecho, por ser éste un derecho fundamental. Por
consiguiente, el principio de fe pública, entendido como principio y no
como excepción, es una clara muestra de interpretación normativa
contraria a los valores constitucionales, pues se limita a legalizar el

25
despojo de un propietario sin verificar la diligencia del tercero, ni la
negligencia del titular afectado. De lo contrario, estaríamos simplemente
despojando a uno, para terminar, atribuyendo el bien a otro casi por azar,
sin racionalidad, sin que el titular originario haya contribuido de forma
alguna con la apariencia que le perjudicó.

2.10. SISTEMA DE SEGURIDAD JURÍDICA ADOPTADO EN EL PAÍS

En nuestro sistema legal, la seguridad jurídica de las transacciones


inmobiliarias la otorgan dos instituciones íntimamente vinculadas: el
Notario y el Registro.
Al tratarse la seguridad jurídica de un derecho constitucional, conforme lo
señaló el Tribunal Constitucional, debe recibir la máxima protección del
Estado.

2.10.1. EL NOTARIO
a) Concepto
De acuerdo con (GIMÉNEZ ARNAU, 1976), se puede definir al
notario como “… un profesional del Derecho que ejerce una
función pública para robustecer, con una presunción de verdad,
los actos en que interviene, para colaborar en la formación
correcta del negocio jurídicos privados…”.
En el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1049, Ley del
Notariado, se define al notario como el profesional del derecho
encargado de dar fe de los actos que se celebran ante él,
formalizándolos en un documento público, al que confiere
autenticidad, conservando el documento original en sus
archivos (protocolo notarial), y autorizando los traslados.
Asimismo, de acuerdo con el artículo antes mencionado, el
notario se encuentra facultado para constatar los hechos, los
que son recogidos en un acta, así como tramitar asuntos no
contenciosos.
De los mencionado anteriormente, se desprende que la
importante función que cumple el notariado en la sociedad, y

26
particularmente en la transacción inmobiliaria, ya que el notario
es el llamado a dar certeza de los actos que celebran las
personas, interviniendo no solo en la creación y elaboración del
negocio jurídico, sino también en la formalización de dicho acto,
al que otorga fe pública de su existencia y validez.
El Tribunal Constitucional resaltó, sobre el particular, en la
Resolución que resolvió los Expediente Acumulados Nos.
0001/0003-2003-AI/TC, referentes a las acciones de
inconstitucionalidad, interpuesta por el Colegio de Notarios de
Lima contra el segundo y el cuarto párrafo del artículo 7 y el
artículo 13 de la Ley N° 27755, y por los Colegios de Notarios
del Callao y de Arequipa contra el segundo párrafo del artículo
7 de la Ley N° 27755; la imprescindible intervención del notario
en su formalización del documento que se presentará al
Registro para su inscripción, al señalar: “Este Tribunal ya ha
acentuado la especial relevancia del rol del notario en la
sociedad, manifestando que ‘nuestro país se adscribe al
sistema de organización notarial tipo latino, en virtud del cual el
notario es un profesional del derecho que, en forma imparcial e
independiente, ejerce una función pública consistente en
autenticar, redactar, conservar y reproducir los documentos, así
como asesorar de manera imparcial a quienes soliciten su
intervención, incluyéndose la certificación de hechos’ (Exp. 04-
1997-AI/TC). Así, el notario dota de fe pública y seguridad
jurídica a los actos y negocios jurídicos que ante él se celebren.
La especial valía que nuestro ordenamiento jurídico concede a
los medios documentales que gozan de la fe pública del notario,
exige a su vez de éste una intachable conducta moral”.

Funciones del Notario

Son varias las funciones que cumple el notario, dependiendo


del acto ante el cual nos encontremos, es decir, si se trata de la
formalización de un negocio jurídico, de la constatación de un

27
hecho con relevancia jurídica o de la tramitación de un asunto
no contencioso.
Respecto a la formalización de un negocio jurídico, las
principales funciones del notario son:

 Verificación de la legalidad del negocio jurídico y


orientación a las comparaciones
En la formalización del negocio jurídico, el notario no se
limita a elevar a instrumento público el negocio celebrado
por las partes, ya que previamente tiene que calificarlo y
advertir de sus efectos legales. Así, tenemos que en el inciso
d) del artículo 19 de la Ley del Notariado se señala que
constituye derecho del notario negarse a formalizar negocios
jurídicos contrarios a la ley, a la moral o las buenas
costumbres, y en el artículo 27 se indica de la obligación del
notario de advertir a los interesados sobre los efectos
legales del instrumento que formaliza. Por tanto, tenemos
que en la confección del instrumento público el notario tiene
una participación activa.
(Giménez-Arnau), señala que “… previamente al
otorgamiento del instrumento público, y como preparación
del mismo, con vista a la investigación de la voluntad de los
otorgantes, y para asegurar la validez y eficacia de su
querer, el Notario debe asesorar a quienes reclaman su
ministerio y aconsejarles respecto de los medios jurídicos
más adecuados para que puedan lograr los fines lícitos que
se propongan alcanzar”.
(Garrido Chamorro, 2009) precisa que la función del notario
va más allá, porque no se limita verificar que el negocio
jurídico celebrado no adolezca de algún vicio de nulidad,
sino que además, “… en su papel de gestor e intermediario
transaccional debe asegurar a las partes el conocimiento de
los efectos jurídicos y económicos que concretamente
generará la transacción a formalizarse (pues no debe

28
olvidarse que, dentro de lo que sea un negocio válido y
eficaz, puede el mismo producir efectos diferentes:
nacimiento o no de las obligaciones dotadas de acción
ejecutiva o de acción real, posibilidades de revisión del
contenido de las obligaciones establecidas, contenido futuro
de esas obligaciones cuando sea meramente determinable,
aclaración del sentido que finalmente recibirán las cláusulas
contractuales susceptibles de interpretaciones diversas,
respecto del contenido de derechos legalmente
irrenunciables, etc.), así como la seguridad de que
efectivamente tendrá el alcance o contenido material por
ellas esperado.
La función de verificación de la legalidad del negocio jurídico
y de orientación (asesoría imparcial), tiene lugar antes de la
formalización, es decir, antes de la extensión del instrumento
público (escritura pública). De esta manera, si de la
verificación del negocio jurídico celebrado por las partes, el
notario constata que adolece de vicio de nulidad, no extiende
el instrumento público.
Si bien es cierto que, en el Perú, a los efectos de formalizar
un negocio jurídico, se presenta una minuta, salvo en los
casos señalados en el artículo 58 de la Ley del Notariado;
debidamente firmada por las partes y autorizada por
abogado, ello no constituye impedimento para que el notario
ejerza su función calificadora, orientadora y de asesoría
imparcial.

 Verificación de la identidad
Función fundamental del notario constituye la identificación
de los comparecientes, ya que sólo de esta manera podrá
dar certeza, y por tanto, fe pública, del negocio jurídico
celebrado.
Como señala CARDELLAC, citado por GIMENEZ-ARNAU,
“(…) es necesaria la fe de conocimiento fundada en la

29
finalidad del instrumento público y en su eficacia. Todo el
contenido de la escritura, si no se acredita la identidad del
compareciente puede resultar estéril, porque sus efectos
deberían quedar subordinados a la prueba de que las
personas designadas en la comparecencia eran
efectivamente las que habían de concurrir al otorgamiento”.
En el artículo 55 de la Ley del Notariado se regula como
obligación del notario el dar fe de conocimiento o de
identificación, estableciéndose varios supuestos:
- Identificación de nacionales
Conforme se señala en el inciso a) del artículo 55 de la
Ley del Notariado, el notario debe identificar a los
otorgantes del negocio jurídico con la exhibición de su
documento nacional de identidad, debiendo, además,
verificar dicha identidad mediante la utilización de la
comparación biométrica de las huellas dactilares, a
través del servicio que brinda el Registro Nacional de
Identidad y Estado Civil – RENIEC.
En los casos en que por razones ajenas al notario no se
pueda identificar a los comparecientes mediante la
utilización de la comparación biométrica de las huellas
dactilares, la identificación deberá de realizarse, además
de la exhibición del documento nacional de identidad,
accediendo a la base de datos del RENIEC, para efectos
de verificar la identidad aducida, mediante la
comparación con las imágenes y datos del otorgante,
que obran en dicha entidad, pudiendo recurrir, de
considerarlo necesario el notario, a otros documentos,
así como solicitar la intervención de testigos que
garanticen la identidad; supuesto que se encuentra
contemplado en el inciso b) del artículo 55 de la Ley del
Notariado.
Existe la posibilidad, sin embargo, que el notario de fe de
conocimiento, o de identidad, de los comparecientes sin

30
necesidad de recurrir a los mecanismos acabados de
señalar, la que sólo sería posible en el caso que el
notario, por causas ajenas a él, no pueda acceder en
línea a la verificación biométrica ni a la base de datos del
RENIEC, como podría ser en el caso que no tenga
acceso a internet, por no existir ese servicio en el lugar
donde se encuentra ubicado.
Conforme se establece en el segundo párrafo del artículo
55 de la Ley del Notariado, en los casos en que el notario,
por error, diere de fe identidad de alguno de los
comparecientes, inducido por la actuación maliciosa del
mismo, o de otras personas, no incurre en
responsabilidad, siempre y cuando, el notario hubiera
realizado dicha identificación recurriendo a la
identificación biométrica y/o al acceso a la base de datos
del RENIEC, sin perjuicio que se declare la nulidad del
documento público notarial por parte del Poder Judicial.
- Identificación de extranjeros
En el caso de los extranjeros, sean residentes o no, el
notario identifica por medio de su documento oficial de
identidad, debiendo acceder, además, a la información
obrante en la base de datos del registro de carnets de
extranjería, pasaportes y control migratorio de ingreso de
extranjeros, a cargo de la Superintendencia Nacional de
Migraciones. Asimismo, de creerlo conveniente, puede
requerir otros documentos, así como la intervención de
testigos que garanticen la identidad del extranjero.
Si el notario, cumpliendo con todas estas previsiones, es
inducido a error en cuanto a la identidad del extranjero,
por la actuación maliciosa de los comparecientes, o de
terceros, no incurre en responsabilidad, sin perjuicio de
la declaración de nulidad el instrumento por parte del
Poder Judicial.

31
 Comprobación de la capacidad, libertad y conocimiento
de los comparecientes
Para que el negocio jurídico sea válido, no basta con
identificar a la persona o personas que la realizan, sino que,
además, resulta necesario que el emisor del mismo actúe
con capacidad, libertad, es decir, sin coacción, y con pleno
conocimiento del acto que está celebrando, aspectos que
son verificados por el notario antes de elevar el negocio
jurídico a escritura pública.
(CAVALLÉ, A., 2012) señala que: “El notario, por la
inmediación, hace una apreciación personalísima de las
circunstancias de las personas y de todo lo que rodea el
negocio, que han de llevarle a la formación de los juicios que
ha de emitir y, por tanto, al convencimiento personal de que
se puede autorizar la escritura. Con la inmediación, el
notario puede apreciar la identidad y capacidad de los
otorgantes y garantizar su libertad al evitar que existan
engaños, coacciones o imposiciones de unos otorgantes
sobre otros. La inmediación del notario es garantía de la
ausencia de vicios del consentimiento (erro, dolo, violencia
e intimidación)”.
En el inciso h) del artículo 54 de la Ley del Notariado, se
señala que el notario da fe, en la introducción de la escritura
pública, de la capacidad, libertad y conocimiento con que se
obligan los comparecientes en la celebración del negocio
jurídico.
- Verificación de la capacidad
Requisito necesario para la validez de la escritura pública
la constituye la capacidad de la persona, al ser éste un
elemento esencial para la validez del negocio jurídico,
conforme se desprende del numeral 1 del artículo 140 del
Código Civil.
Como señala Giménez-Arnau, “La calificación de la
capacidad viene impuesta por la naturaleza y la finalidad

32
del instrumento público: se trata de un requisito que
conceptual y lógicamente viene impuesto ab initio para
conseguir la eficacia del documento y del acto
documentado”.
Naturalmente, al no ser el notario médico, la evaluación
de la capacidad del compareciente que realice será
superficial, es decir, de la que resulta de la inmediación
que tenga el notario con el otorgante, de tal forma que de
dicha interacción le permita darse cuenta de si el
compareciente se encuentra en capacidad de
comprender el negocio jurídico que está celebrando.
Nuñez Lagos distingue dos clases de capacidades: la
natural y la legal o jurídica:
“a) Natural: al inconsciente, accidental (ebrio,
morfinómano, etc.) o permanente (idiota, loco, etc.) no se
le permite el acceso a la comparecencia, porque no
puede enterarse, tener consciencia del acto y consentir
libremente.
b) Legal o Jurídica: de igual manera no puede
comparecer quien no alcanzó la aptitud legal (incapaces)
o quien después de haberla alcanzado, la perdió
(incapacitados). En cualquiera de los dos casos el notario
con su intervención es un control.
La fórmula del otorgamiento: ‘y enterado de su contenido,
presta si consentimiento y firma’, se refiere y garantiza
en todo instrumento, la capacidad natural. En cuanto a la
legal es preciso afirmarla (juicio de la capacidad) por el
notario en el texto de aquellos instrumentos que la
requieran: todas las escrituras, y a veces también
algunas actas”.
- Verificación de la libertad
Constituye requisito para la validez del negocio jurídico
el que el otorgante actúe con libertad, es decir, sin
presión ni coacción alguna, conforme se encuentra

33
establecido en el numeral 2 del artículo 221 del Código
Civil, que preceptúa que el negocio jurídico se encuentra
viciado cuando la declaración de la voluntad se expresó
en mérito a violencia o intimidación ejercida sobre el
emisor de la misma, circunstancia que sólo lo puede
apreciar el notario con la presencia física del otorgante.
- Verificación del conocimiento
El notario tiene que verificar que el compareciente tenga
cabal conocimiento del negocio jurídico que va a
celebrar, y además, que su voluntad no se encuentre
viciada, sea en cuanto a la naturaleza del negocio, al
objeto principal del mismo, a la identidad de la persona
con quien se va a obligar; o que no haya incurrido en
error en su declaración (error obstativo).
Como señala (Valley de Goystisolo, J., 2012), que “(…)
Además, es necesario que el negocio jurídico, en su
doble vertiente de título y de modo, resulte totalmente
válido, eficaz e inatacable. Para lo cual, son precisos:
voluntad suficiente (es decir, de una persona con la
capacidad y la legitimación jurídica requerida para el
negocio de que se trate), no viciada (es decir, exenta de
error, intimidación, violencia o dolo) y su manifestación
concorde con ella (es decir, sin simulación ni reserva
mental, ni error obstativo, ni efectuada jocandi causa),
que sea suficientemente explícita y precisada”.
Conforme a lo señalado en el inciso a) del artículo 59 de
la Ley del Notariado, el notario debe dar fe de haberse
leído el instrumento, bien sea por el notario o por los
otorgantes, a elección de estos últimos, garantía
necesaria para el debido conocimiento, por parte de los
comparecientes, del negocio jurídico materia de
formalización ante el notario.
Sobre el particular, Cavallé indica que “La lectura debe
ponerse en relación con el deber de asesoramiento, por

34
ello no se trata de una lectura meramente mecánica, sino
que ha de ser una lectura comprensiva, didáctica o
explicativa, ya que el notario ha de asegurarse de que el
consentimiento ha sido prestado libremente y que se
corresponda con la voluntad informada de los
otorgantes”.
 Redacción del documento público
Una vez identificados los comparecientes, verificada la
capacidad, libertad y conocimiento con los que actúan,
constatada la legalidad del negocio jurídico, y orientados
respecto de los alcances el mismo, el notario procede a su
formalización, es decir, a la redacción del instrumento
público.
Cavallé, refiriéndose a la redacción del documento señala lo
siguiente: “(…) es una de las características más primigenias
de la función notarial y del Notariado latino-germánico, con
importantes consecuencias, ya que ésta procede de un
profesional investido en fe pública:
- La garantía de que la redacción es ‘conforme a la
voluntad común de los otorgantes’ (Artículo 147 RN
español).
- La garantía de que el texto es el resultado de la
interpretación realizada por el notario, que ha de
expresar por escrito el significado que ha de darse a la
declaración emitida y a la conducta seguida por los
otorgantes, la cual debió ‘indagar, interpretar y adecuar
al ordenamiento jurídico’ (Artículo 147 RN español).
También corresponde al notario la calificación del
contrato con el nombre conocido que en derecho tenga,
salvo que no lo tuviere especial (Artículo 156, 9° RN
español).
- La garantía de que los otorgantes han sido informados
del ‘valor y alcance de la redacción’ (Artículo 147 RN
español).

35
- Y la garantía de haber sido redactado por un profesional,
cualificado, al que se exige el uso de un ‘estilo claro,
puro, preciso, sin frases ni término alguno oscuros ni
ambiguos y observando, de acuerdo con la ley, como
reglas imprescindibles, la verdad en el concepto, la
propiedad en el lenguaje y la severidad en la forma’
(Artículo 148 RN español)”.
 Autorización del documento público
Redactado el instrumento y firmado por las partes, el notario
lo autoriza mediante su suscripción, dando fe, con ella, de la
identidad, la capacidad, la libertad y el conocimiento de los
intervinientes, así como de la celebración y validez del
negocio jurídico.
 Conservación y reproducción de documentos
El instrumento público notarial redactado, firmado por los
intervinientes y autorizado por el notario, se incorpora al
protocolo notarial, el mismo que, de acuerdo a la definición
contenida en el artículo 36 de la Ley del Notariado,
constituye la colección ordenada de registros sobre la misma
materia.
El notario se encarga de la custodia del protocolo notarial,
siendo responsable de la conservación del mismo (Art. 42
de la Ley del Notariado), no pudiendo extraer de la oficina
del notario las escrituras y tomos que conforman el
protocolo, salvo razones de fuerza mayor o cuando se
requiera para el cumplimiento de la función, debiéndose de
llevar a cabo la exhibición, pericia, cotejo u otra diligencia
realizada por orden judicial o fiscal, en la oficina del notario
(Art. 43 de la Ley del Notariado).
El notario, al conservar la matriz, expide los traslados que le
sean requeridos, pudiendo ser boleta, testimonio o parte
(Art. 82 de la Ley del Notariado), siendo la boleta un resumen
o transcripción de cláusulas o términos que el interesado
solicite de la matriz (Art. 84 de la Ley del Notariado); el

36
testimonio, la transcripción íntegra del instrumento público
notarial (Art. 83 de la Ley del Notariado), y el parte, la
transcripción íntegra de la matriz para efectos de su
presentación al Registro para la inscripción del acto
contenido en el mismo (Art. 85 de la Ley del Notariado).
Dichos traslados tienen la misma validez del documento
matriz conservado en el protocolo del notario.
Refiriéndose a esta importante función, (CAVALLÉ, A.,
2012) indica que “La conservación del original o la matriz por
el notario, añade una serie de garantías: se evita la pérdida
o extravío del documento y, por tanto, las consecuencias
dañosas que derivarían para los titulares de los derechos en
ellos reconocidos; aquellos que tengan derecho a pedir
copia tienen la garantía de acceder a ello, por mucho años
que hayan transcurridos; se garantiza la duración y
conservación en el tiempo; y, por medio de las notas en la
matriz, queda constancia de las copias expedidas, y para
quién se expiden, y de otras vicisitudes del acto o negocio
jurídico en ellas contenido, tales como ratificaciones,
revocaciones, modificaciones, etc.”.

2.10.2. EL REGISTRO

El Registro, como se acaba de ver, es la institución del Estado cuya


finalidad es la publicidad de los actos que se constituyen en torno a
bienes y personas, teniendo dicha información carácter erga omnes
por resultar oponibles a terceros, generando efectos sustantivos, los
cuales son la legitimación, la oponibilidad y la fe pública registral.

Para que el Registro pueda cumplir su función de publicitar la


constitución de actos sobre bienes y personas, con oponibilidad erga
omnes y con presunción de validez, requiere que en forma previa a su
inscripción, dichos actos sean calificado por un funcionario
especializado, el registrador, quien luego de calificar de manera
independiente y autónoma la validez del título, la formalidad del

37
documento y la adecuación con la partida registral, procederá a
extender la inscripción, siguiendo para ello los principios registrales,
los cuales son el de rogación, prioridad, tracto sucesivo, titulación
auténtica y especialidad.

Como garantía de ingreso al Registro de actos válidos resulta


fundamental que se encuentren contenidos en documentos públicos
(principio de titulación auténtica), al gozar dichos documentos de
presunción de validez, pues en su facción intervienen un funcionario
público (documentos administrativos), un juez (documentos judiciales)
o un notario (documentos notariales), resultando, en el caso de los
actos de naturaleza privada, fundamental la labor del notario, ya que
con su intervención otorga seguridad (fe pública) respecto a la efectiva
realización del acto, la intervención de los otorgantes, así como la
capacidad, la libertad y el conocimiento con los que actuaron.

Como señala (PÉREZ, L., 2015), referente al instrumento notarial:


“Precisamente, la fe pública de la que están dotados los documentos
en razón de su autor hace que el acto o negocio jurídico instrumentado
tenga autenticidad formal y material, es un acto perfecto en un
documento igualmente perfecto. El notario crea un documento dotado
de blindaje, solo destruible por razón de una falsedad declarada
judicialmente. Esa fe pública impuesta por ley es verdad oficial, en el
sentido de que no se llega a ella por un proceso de convicción, de libre
albedrio, sino por razón de un imperativo jurídico que compele a tener
por ciertos e indubitables ciertos hechos o actos, sin que la sociedad
pueda dubitar sobre la verdad objetiva ínsita en ellos”.

2.11. EL FRAUDE INMOBILIARIO Y LA RESPUESTA DADA POR EL


ESTADO

fraude inmobiliario tiene varias modalidades, las que se producen como


consecuencia del aprovechamiento por parte de grupos delincuenciales,

38
debidamente organizados, de las debilidades existentes en el sistema de
seguridad jurídica adoptado en nuestro país.
a) Modalidades de fraude inmobiliario
Las modalidades de fraude inmobiliario presentadas son las
siguientes:
 La doble venta, que se produce cuando personas
inescrupulosas venden dos o más veces un mismo predio,
aprovechando que en el Perú la transferencia inmobiliaria se
produce con la sola obligación (artículo 949 del Código Civil),
es decir, sin necesidad de medio publicitario alguno, situación
que se da respecto de inmuebles registrados y no registrados.
En los casos de los predios registrados, se presenta el supuesto
que, estando inscrita la partida matriz, no están independizados
los lotes que la conforman por falta de inscripción de la
habilitación urbana, situación que es aprovechada por quien
figura como propietario en el Registro para transferir dos o más
veces un mismo lote a distintas personas.
 La falsificación de documentos públicos, ya sea de instrumentos
notariales, judiciales o administrativos. En estos casos no existe
el documento público. Una vez inscrita la transferencia del
inmueble, luego de burlar los controles del Registro, proceden
los falsificadores a vender otra vez el predio para verse
protegidos por la fe pública registral, y de esta manera impedir
que el propietario recupere su propiedad.
 La suplantación de identidad de los titulares registrales,
mediante la cual, valiéndose de artimañas, los suplantadores
logran sorprender al notario haciéndose pasar por el propietario.
Una vez formalizada la escritura pública, se procede a inscribir
la transferencia de propiedad del predio, siendo que a
continuación, estas bandas delictivas proceden a transferir
inmediatamente el inmueble para verse protegidos por la fe
pública registral. Sobre este problema, (Pinedo, J.) ha señalado
que “…el problema ha cobrado tales dimensiones que las
Naciones Unidas está interviniendo en la búsqueda de

39
soluciones a la ‘plaga’ que significa hoy el ‘el robo de
personalidad’ que incluye la obtención de datos del individuo y
la falsificación de su identidad”.
 Remoción y nombramiento de directorios, gerentes,
apoderados, consejos directivos y consejos municipales, de
sociedades, asociaciones, comunidades campesinas, entre
otras personas jurídicas, en mérito a documentación
fraudulenta. En esta modalidad las bandas delictivas despojan
de sus propiedades a dichas personas jurídicas básicamente de
dos formas:
- Denuncian ante la comisaría, de manera fraudulenta, la
pérdida del libro de actas de junta general, directorio,
asamblea general o asamblea comunal, para a continuación
solicitar la certificación notarial de apertura de un nuevo
libro, y consignar en el mismo un acta de realización de una
supuesta junta de accionistas, directorio, asamblea general
o asamblea comunal, donde remueven al directorio, gerente,
consejo directivo o consejero comunal, y nombran uno
nuevo, luego de lo cual, solicitan un notario que certifique las
copias de dicha acta, y la presentan al Registro para su
inscripción, siendo que una vez inscrito el ‘nombramiento’
del nuevo directorio, gerente, consejo directivo o consejo
comunal, disponen indebidamente de las propiedades de la
persona jurídica afectada.
- Elaboran constancias de convocatoria y quórum
fraudulentos para la inscripción de directorios, gerentes,
consejos directivos y consejos comunales. En esta
modalidad de fraude inmobiliario, aprovechando que las
inscripciones de estos órganos societarios o asociativos se
realizan en mérito a documentos privadas (la sola
declaración del presidente del directorio o gerente inscrito
(constancia de convocatoria), o del presidente del consejo
directivo o consejo comunal inscrito (constancias de
convocatoria y quórum), consignan información falsa en

40
dichas constancias, o dichas constancias son falsificadas
(en cuanto al contenido y certificación notarial de las firmas),
para lograr la inscripción del nuevo directorio, gerente,
consejo directivo o consejo comunal, para de esta manera
disponer indebidamente de las propiedades de dichas
personas jurídicas.
b) Respuesta dada por el estado
Para enfrentar dicha problemática, se expidieron varias normas.
Así, tenemos que el gobierno publicó las siguientes:
La quinta, sexta y sétima Disposiciones Complementarias,
Transitorias y Finales de la Ley del Notariado. En la quinta y sexta
Disposición Complementaria Transitoria y Final se establecen que
en caso de presentarse supuestos de inscripciones sustentadas en
instrumentos notariales protocolares y extraprotocolares
presumiblemente falsificados, o instrumentos notariales
protocolares donde presumiblemente se suplantó a uno o más
otorgantes, respectivamente, el notario afectado deberá solicitar,
dentro de los cinco días hábiles desde que tuvo conocimiento, la
anotación preventiva de dicha circunstancia al Registro, para
efectos de resguardar la prioridad a las acciones de nulidad que
interpongan los afectados ante el Poder Judicial, anotación
preventiva que tendrá vigencia de un año, al cabo del cual caducará
si no se registró la demanda o medida cautelar respectiva. Y en la
sétima Disposición Complementaria Transitoria y Final se regula la
presentación exclusiva de los partes notariales o sus dependientes
(presentación coactiva), salvo que, previa solicitud del interesado,
autorice el notario a un tercero a presentarlo, en cuyo caso el
notario debe señalar en el parte el nombre y número de documento
de identidad de la persona que se encargará de su presentación y
tramitación, información que debe de constar además, en el
Módulo “Sistema Notario”, que administra la SUNARP.
- El Decreto Supremo N° 006-2013-JUS, en el que se dispone el
uso obligatorio, por parte de los notarios, del sistema por
comparación biométrica de las huellas dactilares de los

41
contratantes al momento de identificarlos en las escrituras
públicas y demás documentos protocolares, cuando celebren
actos de disposición de bienes u otorgamiento de poderes con
dichas facultades, así como en los testamentos; disponiendo
también la obligación de los notarios de verificar, al momento
de certificar las copias de las actas de junta, o asamblea
general, de una persona jurídica, cuando se dispone de bienes
o se faculta de ello, que sea el mismo gerente o presidente del
consejo directivo, según sea la persona jurídica de que se trate,
quien solicite la certificación, debiendo de verificar además que
figuren inscritos como tal en el Registro, y de que hayan dejado
constancia en el libro de actas que las personas asistentes a la
junta o asamblea general, sean las accionistas o socios de la
misma, y que, además, las firmas puestas les corresponden,
debiendo de estar certificada su firma por notario.
- La Ley N°30313, en mérito al cual:
- Se introduce la posibilidad de oposición al procedimiento de
inscripción registral en trámite, así como la cancelación del
asiento registral, una vez inscrito el título, resultando
procedente en los casos donde en los títulos presentados
hubo suplantación de identidad o falsificación documentaria,
procediendo la oposición o cancelación con la presentación
de solicitud por parte del notario, cónsul, juez, funcionario
público o árbitro afectado.
- Se modifican los artículos 2013 y 2014 del Código Civil, que
regulan los principios de legitimación y fe pública registral,
respectivamente.
- Se modifican los artículos 4 y 55 del Decreto Legislativo N°
1049 (Decreto Legislativo del Notariado), ya que restringe la
competencia territorial del notario, respecto de la
formalización de los actos de disposición y gravamen sobre
inmuebles, a solo los ubicados en su localización provincial;
y establece la obligatoriedad de identificar a los otorgantes
o intervinientes en un instrumento protocolar, a través del

42
acceso a la base de datos del Registro Nacional de
Identificación y Estado Civil (RENIEC), en aquellos lugares
donde se cuente con acceso a Internet y sea posible para la
indicada entidad brindar el servicio de consultas en línea, así
como a la base de datos de la Superintendencia Nacional de
Migraciones, respecto de la información sobre los
extranjeros residentes o no en el país, pudiendo acceder en
este último caso al registro de carnés de extranjería,
pasaportes y control migratorio de ingreso de extranjeros;
verificación de la identidad que se realizará mediante la
verificación de las imágenes, datos y/o la identificación por
comparación biométrica de las huellas dactilares,
estableciendo dicha disposición que cuando el notario lo
juzgue conveniente, podrá exigir otros documentos y/o la
intervención de testigos que garanticen la identificación del
compareciente.
- Se agrega un párrafo a la Quinta y Sexta Disposiciones
Complementarias Transitorias y Finales del Decreto
Legislativo N° 1049, en el sentido de disponer la
procedencia de las anotaciones preventivas, aunque un
tercero tenga inscrito su derecho.
- El Decreto Legislativo N° 1232, mediante el cual:
- Se modifica el artículo 55 de la Ley del Notariado,
estableciéndose la obligatoriedad del notario, cuyo oficio
tenga acceso a Internet, de identificar a los comparecientes
con el documento nacional de identidad y la utilización de la
comparación biométrica de las huellas dactilares, a través
del servicio que brinda el RENIEC, a menos que no se pueda
utilizar este servicio por causa no imputable al notario, en
cuyo caso el notario deberá requerir la consulta en línea
para la verificación de las imágenes y datos del RENIEC,
pudiendo el notario recurrir adicionalmente a otros
documentos y/o la intervención de testigos, que garanticen
la adecuada identificación. En el caso de los extranjeros,

43
que garanticen la adecuada identificación. En el caso de los
extranjeros, residentes o no, se establece que debe
identificarlos con el documento oficial de identidad, debiendo
además acceder a la información contenida en la base de
datos del registro de carnets de extranjería, pasaportes y
control migratorio de ingreso de extranjeros.
- Se establece que el traslado notarial dirigido al Registro
(parte notarial) conste en papel notarial de seguridad, el
mismo que debe incorporar características especiales que
eviten la falsificación o alteración de su contenido,
encomendando a la Junta de Decanos de los Colegios de
Notarios del Perú la determinación de dichas características,
disponiendo que dicho papel de seguridad sea de uso
obligatorio a partir del 1 de abril del 2016.
- En el caso de apertura de libros de actas de una persona
jurídica por pérdida del anterior, establece que debe
presentarse acta de sesión del órgano colegiado de
administración, de junta o asamblea general, de la persona
jurídica, en hojas simples, en donde se informe de la pérdida
del libro, debiendo encontrarse certificadas las firmas de los
intervinientes por notario. Además, se señala que debe
solicitar la apertura de libro de actas, de matrícula de
acciones y de padrón de socios, el apoderado o
representante legal de la empresa, a quien debe identificar
el notario recurriendo en la forma establecida en el artículo
55 de la Ley del Notariado.
- Se establece la presentación exclusiva, en todos los
registros, de los partes notariales y copias certificadas
expedidas por notarios a favor de los notarios y de sus
dependientes, manteniéndose la posibilidad de
presentación por un tercero si el interesado lo solicita al
notario, debiendo en dicho caso el notario consignar en el
parte o copia certificada los nombres y datos de identidad de
la persona que lo presentará. Además, dispone la utilización

44
obligatoria del módulo “Sistema Notario”, que administra la
SUNARP, sistema informático en el cual el notario acredita
ante la SUNARP a sus dependientes autorizados para
presentar partes notariales y copias certificadas, como
también al tercero que facultó para que presente
determinado parte o copia certificada.
- Si bien se deja sin efecto la limitación a la competencia
territorial del notario, contenida en la Ley N° 30313, sin
embargo, se establece la nulidad de escrituras públicas y
certificación de firmas referidas a actos de disposición y de
constitución de gravamen, realizados por personas
naturales sobre predios ubicados fuera del ámbito territorial
del notario.

Por su parte la SUNARP expidió las siguientes normas:

 Directiva N° 06-2013-SUNARP-SN (aprobada mediante


Resolución N° 170-2013-SUNARP-SN), modificada por el
Decreto Supremo N° 010-2016-JUS, donde se regula el
servicio de Alerta Registral, que consiste en la comunicación
al interesado, por correo electrónico o mensaje de texto, de
la presentación de títulos en las partidas de los Registros de
Predios, Personas Jurídicas, Mandatos y Poderes, y de
Propiedad Vehicular, previamente seleccionadas. El servicio
es gratuito y el ciudadano debe afiliarse al sistema a través
de la página web e la SUNARP, salvo respecto de los
Registros de Predios y de Propiedad Vehicular, donde la
suscripción puede ser también de oficio, cuando se solicite
la inscripción de una transferencia de propiedad y se
consigne en el formulario de solicitud de inscripción el correo
electrónico o el número del teléfono móvil del adquiriente.
 Directiva N° 01-2012-SUNARP-SN (aprobada mediante
Resolución N° 019-2012-SUNARP-SN), mediante la cual se
regula el bloqueo de la partida registral por presunta
falsificación de documento público (administrativo, judicial o

45
notarial) en mérito al cual se realizó una inscripción; para lo
que el interesado debe presentar una denuncia en dicho
sentido, la misma que es resuelta, previa verificación, por el
Jefe Zonal de la oficina registral respectiva, siendo el plazo
del bloqueo de 120 días hábiles, no pudiéndose inscribir
ningún título presentado posteriormente a dicha denuncia,
salvo el que contenga la medida cautelar dispuesta por el
poder judicial para asegurar la decisión final respecto de la
demanda de la nulidad del asiento registral irregular.
 Directiva N° 03-2012-SUNARP-SN (aprobada mediante
Resolución N° 257-SUNARP-SN), que regula la “Anotación
por presunta falsificación de instrumentos extraprotocolares
y de constancias de acreditación de quórum”. El supuesto
regulado es la inscripción de actos en el Registro de
Sociedades o en el Registro de Personas Jurídicas, en
mérito a constancias de acreditación de quórum falsos, o en
mérito a instrumentos extraprotocolares donde se
falsificaron las certificaciones notariales; resolviendo el Jefe
Zonal, previa denuncia del interesado, quien dispone la
anotación por presunta falsedad o falsificación en la partida
respectiva. El plazo de dicha anotación es de 120 días
hábiles.
 La Directiva N° 08-2013-SUNARP-SN (aprobada mediante
Resolución N° 314-SUNARP-SN), que regula la
inmovilización temporal de partidas de predios, la misma
que establece la posibilidad que a solicitud del propietario,
se cierre temporalmente la partida de un predio, de tal
manera que se impida la inscripción de actos de disposición
y de gravamen voluntario sobre el inmueble, hasta por un
máximo de 10 año. La solicitud la presenta el titular registral
mediante escritura pública, y es u requisito para su
procedencia que no exista acto de disposición o gravamen
del predio, no inscrito, de fecha anterior al asiento de la
presentación del título de inmovilización.
46
c) Consecuencias de las normas expedidas por el Estado
A pesar de la profusión de normas expedidas tanto por el gobierno
central como por la propia SUNARP, estas, sin embargo, no
lograron resolver el problema del fraude inmobiliario, debido a que
no atacaron su origen, que es la existencia de grietas en el sistema
de seguridad jurídica vigente. Entonces, si no se identifica el origen
de los problemas, las normas que se expidan estarán destinadas
al fracaso, como en efecto ocurre con estos dispositivos, que, por
el contrario, debilitan el sistema de seguridad jurídica vigente, en
razón a las consideraciones siguientes:
 Sobrecostos a la contratación inmobiliaria:
- Al limitar las competencias del notario en los casos de
formalización de actos de disposición o constitución de
gravamen sobre predios realizados por personas naturales,
a solo los ubicados dentro de su localización provincial, bajo
sanción de nulidad de la escritura pública e inicio de
procedimiento administrativo disciplinario, obliga a los
ciudadanos a trasladarse al lugar de ubicación de los
predios, o a otorgar poder para celebrar dichos negocios
jurídicos, con la consiguiente pérdida de tiempo y dinero que
ello implica.

Al respecto, se debe señalar que dicha limitación no tiene


sentido alguno, por cuanto la problemática de la falsificación de
los documentos o de la suplantación de identidad no depende
del ámbito territorial del notario, ni de la localización de los
inmuebles, sino de causas ajenas a ella tales como la falta de
adopción de mecanismos que permitan al registrador la
detección de ingreso de documentos falsos, o la inadecuada
identificación de las personas, muchas veces debido a la
conducta dolosa del compareciente, situación que se agrava
cuando el notario no dispone de los medios modernos para la

47
identificación de las personas, tales como el sistema de
identificación por comparación biométrica.

Prueba de la incoherencia de dicha limitación territorial respecto


de la ubicación de los predios, es que se exceptúe de ella a los
cónsules, como también a los notarios que formalizan actos
dispositivos o de gravamen intervivos en los casos en que sean
varios los predios y uno de ellos esté ubicado dentro de la
provincia de su competencia. Si la razón de la existencia de los
fraudes inmobiliarios se debiera a que las personas formalizan
sus negocios jurídicos ante un notario de una provincia distinta
a la de la ubicación del predio, no tendría que existir excepción
alguna a dicha limitación.

Dicha limitación al ámbito de competencia notarial, además, va


a contracorriente de la tendencia actual, cual es la de facilitar el
tráfico económico mediante el acercamiento del Estado al
ciudadano, como sucede en el caso de los servicios que brinda
el Registro, donde las personas no necesitan trasladarse hasta
el lugar de ubicación del inmueble para poder venderlo,
adquirirlo o constituir hipoteca, porque pueden presentar el
título en la oficina registral donde domicilia (Oficina Receptora),
encargándose el Registro de su derivación a la oficina registral
de ubicación del inmueble (Oficina de Destino).

Con la expedición del Decreto Legislativo N° 1310, norma


mediante la cual se aprueban medidas adicionales de
simplificación administrativa, se entendió en parte el problema,
porque se establece una excepción a la limitación a la
competencia notarial impuesta, cuando en la identificación de
los comparecientes se recurre al sistema de identificación de
comparación biométrica de las huellas dactilares, brindada por
el RENIEC, y en el caso de extranjeros identificados con carnés
de extranjería, se les identifica accediendo a la base de datos
de la Superintendencia Nacional de Migraciones, según se

48
señala en su Tercera Disposición Modificatoria
Complementaria, donde se adiciona un tercer párrafo al artículo
123-A de la Ley del Notariado.

Si bien con dicha norma se evita que se sigan generando


sobrecostos a la gran mayoría de la contratación inmobiliaria,
no debe perderse de vista que las normas se expiden de
acuerdo con la naturaleza de las cosas, y no por razón de la
diferencia de las personas, conforme se señala en el artículo
103 de la Constitución Política. Lo correcto, hubiese sido la
eliminación del artículo 123-A de la Ley del Notariado, por no
tener sentido la limitación impuesta, ya que, la suplantación de
identidad se debe a la acción maliciosa del suplantador, y no a
la ubicación de los predios, máxime cuando el notario no tiene
que constatar la posesión del inmueble, por parte del
transferente, ni constituirse en el mismo como requisito de
validez de la escritura pública a otorgar; por lo que, en vez de
establecerse excepciones a una norma sin sentido, lo que se
debe hacer es derogar dicha disposición y establecer
mecanismos que prevengan la inscripción de actos en mérito a
documentos falsos, o de supuestos donde se suplanten a los
otorgantes.

- Al establecerse que los terceros que quieran adquirir


derechos, para efectos de verse protegidos con la fe pública
registral, no solo deben revisar los asientos de la partida,
sino también los títulos archivados que los sustentan, al
implicar dicha búsqueda un mayor costo en la contratación,
con el consiguiente desaliento del tráfico económico,
conforme se señaló.
- Al contemplarse una inscripción adicional al registro del
negocio jurídico, cual es la movilización de la partida
registral del predio, evidenciando con esta medida la
insuficiencia de la sola inscripción del título adquisitivo para
la protección del derecho adquirido.

49
Esta no es la solución más conveniente para la sociedad,
porque no se ataca al problema de fondo, que es la existencia
de suplantación de identidad y la falsificación de documentos,
trasladando en la práctica al titular registral la responsabilidad
de la protección de su derecho inscrito, porque de lo contrario,
si no inscribe dicha solicitud, podría perder su propiedad a
manos de dichos grupos delictivos; creándose con ello un
sobrecosto a la transacción inmobiliaria, pues ya no bastaría la
inscripción del derecho de propiedad, sino que, tendría que
inscribirse la voluntad de inamovilidad del predio.

 Inseguridad jurídica:
- Al establecerse la procedencia de la anotación preventiva
por presunta falsificación documentaria o suplantación de
identidad en el título que dio mérito a una inscripción,
aunque en el registro figure como propietario un tercero.
- Al seguir regulándose la inscripción de actos en mérito a
documentos privados, en los casos de inscripción de
directorios, gerentes, apoderados, consejos directivos y
consejos comunales de personas jurídicas, con los
problemas de fraude documentario que ello genera, en lugar
de contemplarse como regla general la inscripción sobre la
base de documentación pública, como sucede en el registro
de predios.
- La falta de expedición de normas que prevengan la comisión
del fraude inmobiliario (justicia preventiva). La mayoría de
las normas promulgadas, tanto por el gobierno como por la
SUNARP, privilegian mecanismos conducentes a impugnar
la inscripción de un acto presuntamente falso, o en donde
hubo suplantación de identidad del o de los otorgantes, en
lugar de buscar mecanismos que eviten justamente la
inscripción de dichos actos. Debe tenerse en cuenta la
gravedad que representa para la sociedad la nulidad de
inscripción de actos, o de escrituras públicas, ya que se

50
ponen en duda principios esenciales para la seguridad
jurídica como lo son la legitimación del asiento registral y la
fe pública notarial; por lo que el Estado debe dedicar todo su
esfuerzo en la justicia preventiva, es decir, en evitar estas
anormalidades documentarias ocurran.

Para (Gonzales, G.), “Sólo cuando las normas de protección de


la apariencia se mantengan dentro del ámbito de su función y
presupuestos (titular primigenio culpable frente al tercero de
buena fe) podrán ser compatibles con la Constitución, pero
cualquier exceso en su aplicación o interpretación, la hace
devenir en inconstitucional”, para a continuación señalar: “La fe
pública registral no opera en los casos de ausencia de culpa del
titular primigenio, pero sí se justifica cuando este ocasionó la
situación aparente”.

De la misma opinión es MENDOZA, G., en cambio tiene una


posición discrepante con el autor mencionado anteriormente, ya
que es de la opinión que la fe pública registral no admite
excepción alguna en su aplicación, incluso en los caso de
inscripciones en mérito a documentos falsos o donde hubo
suplantación de identidad, al señalar, citando a
SOTTOMAYOR, que “La esencia de la fe pública reside en el
hecho de que la ley garantiza que, cuando el sujeto adquiere un
inmueble, puede confiar, en los datos del registro sobre la
situación jurídica del bien, de tal forma que los elementos
suministrados por el registro, aunque sea incompletos o
incorrectos, sean garantizados como completos y correctos”,
por lo que propone no aplicar dicho principio en el sistema
jurídico peruano, ya que adolece de las condiciones para su
uso, dado que “La fuente (artículo 2014 del Código Civil) se
basa en un caso que no existe en la realidad material (Fe
Pública Registral amparada bajo el principio de la abstracción,
la inscripción constitutiva, una organización judicial de los

51
registros públicos y la responsabilidad patrimonial del Estado
por la pérdida del derecho de propiedad)”.

Como señala García García, citado por VALERO, “entre los


supuestos de ineficacia del negocio jurídico precedente al del
tercero también hay que incluir el supuesto de falsedad del título
precedente, y ello se justifica porque en la protección del crédito
territorial y del tráfico inmobiliaria, el legislador ha de cubrir,
todos los supuestos, porque bastaría que dejara algún supuesto
excluido para que cundiera la desconfianza por parte de los
terceros adquirientes y acreedores, pues siempre podrían
pensar que en su adquisición en concreto había un precedente
de falsedad del título”.

2.12. DEBILIDADES DEL SISTEMA DE SEGURIDAD JURÍDICA

Los casos de fraude inmobiliario presentados se deben a la existencia de


grietas o debilidades en el sistema de seguridad jurídica, por lo que para
erradicar el fraude inmobiliario se hace necesario primero identificar
dichas debilidades, que son las siguientes:
a. La forma de transferencia de propiedad: simple obligación, sin
mecanismo publicitario alguno.
b. Inscripciones en mérito a documentos privados, como sucede en las
inscripciones de directorios, gerentes, apoderados, consejos
directivos y consejos comunales, de las personas jurídicas, situación
que hace vulnerable al Registro frente a los casos de fraude
documental, al no contarse con la participación del notario en la
confección de los actos a registrase.
c. La suplantación de identidad de los titulares registrales en las
actuaciones notariales, al emplear las bandas delincuenciales
mecanismos sofisticados que muchas veces logran sorprender al
notario.
d. La presentación de títulos falsos al Registro, aprovechando que los
títulos que se presentan a este se hacen en físico, sin que utilicen
papeles de seguridad.

52
e. La no presentación exclusiva, sin excepción alguna, de los partes
notariales al Registro por parte de los notarios o sus dependientes,
situación que favorece que los grupos delictivos presenten
documentos notariales falsificados.
f.
2.13. POSIBLES SOLUCIONES AL FRAUDE INMOBILIARIO

Detectadas las debilidades presentadas por el sistema de seguridad


jurídica, sistema que se encuentra constituido por el Notariado y el
Registro, y del cual se aprovechan los grupos delincuenciales para
burlarla, la solución a la problemática del fraude inmobiliario consiste
justamente en cerrar dichas grietas, por lo que, se hace necesaria la
adopción de las medidas siguientes:

a. Para evitar la problemática de la doble venta debe modificar el Código


Civil, en el sentido de establecerse un mecanismo publicitario como
requisito para la transferencia de la propiedad inmobiliaria, mecanismo
publicitario que puede estar constituido por la escritura pública o por el
Registro (inscripción constitutiva). En el caso de adoptarse como
mecanismo publicitario la escritura pública, debiera de establecerse
como obligación del notario, antes de elevar a escritura pública,
debiera de establecerse como obligación del notario, antes de elevar
a escritura pública un acto de disposición o gravamen sobre un predio,
el acceder en tiempo real a la información actualizada del Registro y
bloquear la partida, previa verificación de la inexistencia de títulos
pendientes referentes a otros actos de disposición o gravamen sobre
el mismo predio.
b. Deben eliminarse las inscripciones en mérito a documento privado, por
ser fuente del fraude inmobiliario, al no estar controlada la formación
del negocio jurídico a inscribirse por el notario.
c. El acceso, por parte de los notarios, cónsules, jueces, funcionarios
administrativos y árbitros, a la base de datos del RENIEC, respecto de
los nacionales, y a la base de datos de la Superintendencia Nacional
de Migraciones, en el caso de los extranjeros residentes y no

53
residentes, mediante la utilización del sistema de comparación
biométrica de las huellas dactilares, teniendo en cuenta la sofisticación
que emplean las bandas delincuenciales para suplantar la identidad de
los titulares registrales. Para ello, el Estado debe garantizar el acceso
a Internet a todos los notarios, cónsules, jueces, funcionarios
administrativos y árbitros, acceso que aún se encuentra pendiente en
muchas provincias del interior del país.
d. La presentación en línea al Registro de los partes notariales,
consulares, judiciales y administrativos, mediante la utilización de la
firma digital, dentro de la Infraestructura Oficial de la Firma Electrónica,
a fin de garantizar la procedencia legal de dichos documentos
(autenticidad, integridad y no repudio) y de esta manera evitar que se
presenten documentos falsos. Mientras se implementa dicho servicio,
los partes notariales, consulares, judiciales y administrativos deben
presentarse en papel especial, que contenga sellos de seguridad que
eviten su adulteración. Si bien la utilización de papel esencial y sello
de seguridad en los traslados notariales podría encarecer el servicio,
este mayor costo sería relativo, porque siempre resultará más fácil la
falsificación de traslados notariales contenidos en papel simple que
uno contenido en papel especial expedido por el Colegio de Notarios.
e. La presentación exclusiva de los partes notariales al Registro por parte
de los notarios. Debe contemplarse, sin excepción alguna, que los
partes notariales sean presentados al Registro solo por el notario o sus
dependientes, ya que de esta forma se garantiza la presentación de
títulos válidos al Registro. Si bien, de manera acertada, en el Decreto
Legislativo N° 1232 se modificó la sétima Disposición Complementaria,
Transitoria y Final de la Ley del Notariado, al establecerse la
presentación exclusiva, por la parte del notario o de sus dependientes,
no solo de los traslados de instrumentos protocolares, sino también,
de los instrumentos extraprotocolares, a todos los Registros, sin
embargo, se mantiene el error de contemplar la posibilidad de que el
instrumento notarial sea presentado por un tercero, a pedido del
interesado, aunque el notario consigne en el traslado el nombre y

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documento de identidad de la persona que lo va a presentar, por ser
este mecanismo fuente de presentación de documentos falsos.

La adopción de dichas medidas se subsanarían las fisuras que existen en


el sistema de seguridad jurídica, con la consiguiente eliminación de los
casos de inscripciones en mérito de documentos falsos, o de
suplantaciones de identidad en los instrumentos notariales, sin necesidad
de cambiar el sistema adoptado, ni de alterarlo con medidas, que lo único
que lograrían es generar incertidumbre jurídica en el tráfico inmobiliario.

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III. CONCLUSIONES

1. Los supuestos de adquisición a non domino son aquellos en los cuales a


pesar de que el transferente no es el titular, el comprador adquiere válida y
eficazmente.

2. El principio de Fe Pública registral es aquel que propende a la protección de


los terceros de buena fe que adquirieron un derecho sobre la base de la
información proporcionada por el Registro y lo han inscrito, aunque el
transferente no tenía dicho título o este sea anulado, rescindido, resuelto o
cancelado, en merito que causas que no constan el Registro.

3. El tercero es aquel que no ha sido parte del acto, siendo así que merece ser
protegido en tanto en cuanto ha confiado en el Registro y ha adquirido el bien
de quien registralmente se encontraba legitimado para enajenarlo, sin
embargo, este para ser protegido por la fe registral necesita reunir los
requisitos que para ello exige la ley.

4. De acuerdo con el artículo 2014 de código civil, para que el tercer adquiriente
reciba la protección del derecho, es decir, para que se le considere tercero
registral, es necesario que reúna determinados requisitos, a saber: que
tenga buena fe, que contrate a título oneroso de quien en el Registro
aparezca con facultades para otorgarlo, que del registro no se desprenda la
causa que dio origen a su nulidad, anulación, cancelación, rescisión o
resolución del derecho del transferente, y que inscriba su derecho.

5. En los casos de la Fe Pública registral consideramos que la buena fe del


tercero es de diligencia, la cual no se extiende a la verificación de la posesión
y sólo en supuestos excepcionales al título archivado, siendo así esta fe
pública se extiende únicamente al Asiento registral, pues de hacerlo
significaría un cambio de sistema registral, el Perú adquiere el sistema
registral de inscripción. Lo que no es coherente con la posición de afirmar
que esta se debe extender a la posesión misma y al título archivado.

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6. En los casos de falsificación de documentos no se aplica la fe pública
registral, dado que, a pesar de configurarse un supuesto de nulidad por
ausencia de manifestación de voluntad, no existe título en la adquisición del
otorgante emitido por el verdadero propietario.

7. El problema de la existencia de fraude inmobiliario depende de la falta de


adopción de mecanismos y tecnologías avanzadas que permitan al legislador
la detección de ingreso de documentos falso, o la adecuada identificación de
las personas a fin de prevenir la suplantación de identidades.

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IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Avedaño Valdez, J & Risco Sotiautas. (). Pautas para la aplicación del Principio
de Fe Publica Registral. Recuperado de:
http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/iusetveritas/article/view/11997/12565

Tarazona Alvarado, F. (2017). Sistema Registral Peruano y los principios que lo


rifen. Lima: Gaceta Notarial

Gonzales Barrón, G. (2010). Tratado de Derecho Registral Inmobiliario. Lima:


Editora y Distribuidora Ediciones Legales E.I.R.L

Gordiño Cañas, A. (2010). El principio de Fe Pública Registral. Lima: Jurista


Editores E.I.R.L

Mendoza del Maestro, G (01/07/2013) LA FE PÚBLICA REGISTRAL Y LA


FALSIFICACIÓN DE DOCUMENTOS (Apuntes sobre la legitimación aparente y
el poder de disposición). Revista Derecho y Cambio Social. Recuperado de:
http://www.derechoycambiosocial.com/revista033/FE_PUBLICA_REGISTRAL_
Y_FALSIFICACION.pdf

Pozo, J. E. (23 de Mayo de 2015). ¿Se Acabó el Fraude Inmobiliario con la Ley
Nº 30313?. Lima: Gaceta Civil & Procesal Civil.

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