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cristianmaneiro22@gmail.com
La presente ponencia propone describir los discursos producidos por la prensa escrita a
nivel nacional, respecto a la actuación de la selección Uruguaya de futbol en la Copa del
Mundo Sudáfrica 2010.
El futbol fue introducido en el Uruguay por los primeros ingleses que llegaron al
territorio nacional a partir de las últimas décadas del siglo XIX3. Siendo en sus
comienzos un deporte de elite, fue gradualmente estableciéndose como masivo.
Concomitantemente a esta extensión en su práctica tiene lugar un lento pero constante
proceso de criollización del futbol como juego nacional, lo que lleva a estudiosos como
Archetti a referirse a una doble fundación (británica y criolla) de este deporte en el Rio
de la Plata. (ARCHETTI, 1995).
Durante los comienzos del Siglo XX, el seleccionado uruguayo dominaría los eventos
futbolísticos a nivel regional y mundial. El primer gran triunfo a nivel internacional fue
en el campeonato sud-americano (antecedente de la actual Copa América) de 1916
disputado en Argentina. Posteriormente, tienen lugar las victorias olímpicas en Paris
1924 y em Ámsterdam 1928 venciendo al seleccionado argentino. Este enfrentamiento
rioplatense es reeditado en 1930 en la final de la primera Copa del Mundo organizada
por la Federation Internationale Football Asociation (FIFA), organismo al cual Uruguay
estaba afiliado desde 1923.
3Según el historiador Andrés Morales (2003), el primer partido de futbol en territorio nacional fue en 1878 mientras
que la primera crónica escrita data del año 1881.
4
Ver por ejemplo articulo del NY Times de 1951.
http://select.nytimes.com/gst/abstract.html?res=F40F12F73B5A1A7B93C1A9178AD85F458585F9 .
expresada a través del mito de la “Suiza de América”. Esta noción mítica se encuentra
sintetizada en el famoso Libro del Centenario del Uruguay, publicación de carácter
oficial de 1925 donde se describe un país que se piensa a sí mismo como teniendo un
estado de bienestar eficaz en sus funciones, predominantemente “blanco” y europeo en
su composición demográfica, con fuerte estabilidad institucional y cohesión social,
contrastando con una América Latina mestiza e inestable institucionalmente.
(CAETANO, 1992)
En esta línea, los tempranos triunfos mencionados, generaron una narrativa mediática
que atribuía al futbol rioplatense características específicas como astucia, osadía e
imprevisibilidad sintetizadas en la expresión "viveza criolla”, atributo identitario que
aplica también a cuestiones extra-futbolísticas, como puede ser el “engaño” a la
selección de Yugoslavia en los juegos olímpicos de 19245 (GALEANO, 2010). Un
artículo de Bayce (2003) muestra como esa autoimagen de osados y “vivos criollos”
generada por contraposición a europeos automatizados y sin capacidad de
improvisación contrasta con la heteroimagen que los europeos tenían del futbol
uruguayo y rioplatense. Para ellos los equipos de estas latitudes eran simplemente
mejores y más capaces para jugar fútbol.
5 Los responsables de la selección yugoslava enviaron “espías” para observar el entrenamiento uruguayo un día antes
del enfrentamiento entre ambas selecciones. Percibiendo esa situación, los uruguayos fingieron no conocer las reglas
del futbol, errando los pases y hasta contenían la pelota con las manos. Los yugoslavos colocaron un equipo de
suplentes frente a la inminente victoria. Uruguay venció 7-0.
En la última gran victoria de la generación "olímpica”, Uruguay obtiene el campeonato
sud-americano de 1935, en Perú. Es precisamente en este campeonato que emerge a
nivel de los discursos periodísticos el mito de la “garra charrúa”, tras vencer con un
equipo veterano y ganando en la final al equipo argentino que era favorito.
Así como durante las primeras décadas del SXX se consolida la "viveza criolla" como
una virtud rioplatense supuestamente distintiva, luego de 1935 aparece la “garra
charrúa", como explicación adicional para las victorias deportivas. Si bien se han
ensayado diversas definiciones de este concepto6 que no es poisble repasar aquí,
diremos simplemente que la expresión implica la creencia en poder alcanzar, por la vía
del uso de un plus de entrega y coraje exclusivo de los uruguayos, resultados que no
serian esperables en base a las condiciones técnicas de los equipos. Se trata, en este caso
de una característica exclusivamente uruguaya por lo que, en la dinámica de la
conformación identitaria por a través de la interacción entre auto y hetero-imágenes,
sirve tanto para especificar una autoimagen nacional como para diferenciarse de
Argentina como “otro cercano” (MORALES, 2013)..
6 Por listar solo algunas de ellas ver VIDART, 1993; SAN ROMAN 2005; FACCIO 2006.
de los jugadores uruguayos, que aparecerían en los momentos clave para lograr
resultados impensables.
Sin embargo, como apunta Vidart (1993), pensar en una posible influencia charrúa em
el futbol uruguayo, no tiene ningún soporte empírico. Los charrúas representaban para
las elites de la época la barbarie, y eran consideradas como un obstáculo para la
civilización, siendo sistemáticamente eliminados del territorio nacional. La
denominación “charrúa” como explicativa de la garra futbolística uruguaya tiene
entonces un carácter claramente mítico. Como han sugerido ya algunos autores, puede
pensarse como una opción catártica para las elites nacionales que a través de esta suerte
de redención compensatoria para con los charrúas reivindican románticamente sus
bondades una vez que ya no constituían una amenaza para su proyecto civilizatorio
(PORZECKANSKI, 1992; MORALES, 2013).
Esta autoimagen mítica se consolida como marca del futbol uruguayo en los años
siguientes. Sin embargo, luego de la derrota ante Hungría en las semifinales de la copa
del mundo de 1954, no se consigue clasificar para la edición de 1958, mientras que en
1962 se cae eliminado en primera fase. Debería esperarse hasta 1970 para volver a
alcanzar las semifinales de esta competición.
Según algunos estudiosos, esto se explica porque los triunfos mundiales obtenidos hasta
1950 fueron mistificados, lo que inhibe una consideración profunda y desapasionada de
las condiciones sócio-historicas que hicieron posible esas performances deportivas. La
creciente brecha temporal entre el passado glorioso y el presente frustrante, colaboran
para obviar las características de aquellas victorias, minimizando por ejemplo el hecho
de que fueron em torneos que comprendían muy pocos equipos y con las juventudes
europeas diezmadas por las guerras mundiales (GRAÑA, 2000; BAYCE 2003).
Esta mistificación de la “garra charrúa” como elemento suficiente para ganar partidos y
campeonatos tuvo consecuencias negativas en la despreocupación por la preparación
física y actualización táctica necesaria, lo que derivó en que mientras otros países como
Brasil y las naciones europeas en primer lugar, y posteriormente Asia y África, se
desarrollaron futbolísticamente, el Uruguay se estanco (BAYCE, 2003)
Como sosteníamos en otro lugar (MANEIRO, 2011) el fútbol se erige para el caso
uruguayo en un elemento identitario privilegiado. Para la población nacional, el mundial
de 2010 fue el acontecimiento más importante de ese año y Diego Forlán la figura más
destacada, según un estudio realizado por una empresa de opinión pública local10. Desde
que dicho estudio se realiza esta fue la primera vez que una figura deportiva supera las
tradicionales menciones a políticos y personalidades de otros ámbitos. Otra encuesta
realizada en el marco de los festejos por el bicentenario en 2011 arrojaba el dato de que
Diego Forlán era la figura que mejor representa a los uruguayos, con casi el 25% del
8Esto se ve ejemplificado en el record ostentado por Uruguay de tener la expulsión más rápida de la historia de las
Copas mundiales, cuando Batista fue expulsado a los 55 segundos de juego contra Escocia em Méjico 1986.
9 Nota OVACION DIGITAL 27/06/10
10La empresa es INTERCONSULT (www.interconsult.com.uy) y viene realizando esta encuesta anualmente desde el
año 1998
total de respuestas, muy por encima de José Artigas y el presidente Mujica, entre
otros11.
En este sentido, entendemos que la buena actuación deportiva en Sudáfrica 2010 puede
ser una instancia oportuna para la emergencia de discursos que reviven y actualizan las
narrativas tradicionales vistas en el apartado precedente. Procuraremos brindar sustento
empírico a esta hipótesis a través del análisis de las notas aparecidas en los principales
medios de comunicación especializados12.
Es imposible conformarse. Está en la esencia misma del uruguayo. Quizás por culpa del rico historial, por la forma en
la que nos hicieron ver el fútbol aquellos fantásticos campeones. Quizás porque nacemos con una pelota pegada al pie
y cuando corremos detrás de ella en lo único que pensamos es en ganar. (OVACION DIGITAL 25/06/10).
Cuarenta años habían pasado y a lo largo de los mismos habíamos sumados frustraciones y decepciones que nos
fueron llevando desde la cima del mundo alcanzada en el 50 al ostracismo y el menosprecio: un cuadro chico de un
país chico que solo tenía para exhibir un lejano pedazo de historia. (OVACION DIGITAL 03/07/10).
En un mar de festejos el país se unió por la celeste. Un hilo celeste imaginario unió las caravanas de festejos desde el
Sur al Norte del país. (OVACION DIGITAL03/07/10)
¡Que fantástico fue ver a la celeste atrapando la atención de multitudes! ¿Qué glorioso que fue ver a los uruguayos
unidos otra vez gracias al deporte! (ANUARIO OVACION, 27/12/2010)
Una vez más, el futbol tuvo al capacidad de borrar los problemas del país y ser el motivo de unión de personas de
distintas creencias pero que vibran con una misma pasión (EL GRÁFICO URUGUAY, Libro de Colección 4;
12/2010)
Este uso del equipo nacional como símbolo aglutinante de la nación uruguaya no es
nada novedoso históricamente, ya es identificable desde el famoso “vosotros sois el
Uruguay” de Lorenzo Batlle en el periódico El Día con ocasión de las olimpiadas de
1924 (MORALES, 2003). No se trata tampoco de un fenómeno específico, pues sucede
generalmente con todas las selecciones dentro de un campeonato mundial. Sin embargo,
se hace un énfasis diferencial en la identificación de la población nacional con este
El maestro..le dio seriedad y continuidad al trabajo. Hubo orden, disciplina y profesionalismo. ..Hubo también
depuración en el plantel. Se apunto mucho mas al hombre que al jugador. A un prototipo de futbolista que no abunda
por estos lares, mas universitario que reo, mas instruido, más educado (OVACION DIGITAL; 09/06/2010).
Este grupo de compatriotas demostró lo que se puede lograr cuando se aúnan esfuerzos en pos de un objetivo común
y se dejan de lado rencillas menores y personalismos dañinos…y cuando se deja todo en la cancha, como lo dejaron
nuestros jugadores y técnico (EL OBSERVADOR; EL AÑO QUE VOLVIO A LATIR LA CELESTE 07/2010)
La fuerte cohesión grupal sin lugar para las vanidades personales, el grado de
compromiso con la causa de la selección y la profesionalización del proceso de
selecciones nacionales, fueron conceptos repetidos insistentemente por parte de los
medios de comunicación y pueden pensarse como argumentos “racionales” para
explicar el éxito uruguayo en la competición. A la par de estas explicaciones racionales
y de manera incluso más insistente, aparecen los discursos “míticos” que actualizan las
autoimágenes vistas en el apartado precedente. La “garra charrúa” y las menciones a sus
antiguos representantes aparece explícitamente mencionada en varias ocasiones.
.
Este equipo se fortalece a través del espíritu. Entra a dar batalla en todos los partidos. Volvió la Celeste. Un equipo
con sangre charrúa. Es lo que esperábamos ver. (OVACION DIGITAL 23/06/10)
Entre tanta historia revivida la famosa “garra charrúa” también se hizo presente y fue el motor de un resultado
inolvidable para el país (EL GRÁFICO URUGUAY, Libro de Colección 4; 12/2010)
A la cancha van los que juegan por el respeto a la sangre de Nasazzi y Obdulio. Los que quieren inmortalizarse como
Scarone y Schiaffino. Los que saben que Uruguay es humildad y sacrificio…. A la cancha van los hijos de un país
acostumbrado a fortalecerse a partir del sufrimiento. Los que no tienen problemas en trancar con la cabeza, en jugar
lesionado, en meter una mano para impedir un gol. (OVACION DIGITAL 05/07/10)
La fuerte presencia discursiva del mito fundante de la “garra charrúa” no se observa con
la misma intensidad respecto a la “viveza criolla”, primera autoimagen diferencial del
fútbol rioplatense. Solamente aparece mencionado de manera lateral en ocasión de la
célebre mano de Suarez en el partido contra Ghana. Las declaraciones del técnico
“Algunos dicen que Suárez es un héroe y ahora él está orgulloso. Piensen un poco. No es un héroe, es un vulgar
tramposo. ¿Qué mano de Dios? Fue la mano del diablo.. La FIFA debería cambiar las reglas después de este fraude.
Los árbitros deberían cobrar el gol y no marcar un penal si alguien ataja el balón con la mano en la línea como
sucedió", afirmó Rajevac. (OVACION DIGITAL 09/07/10).
Los discursos nacionales sobre esta acción no la condenan pero tampoco la reivindican
como rasgo típico uruguayo referente a la “viveza criolla” sino que optan por señalarla
como un acto de inmolación por parte de Suarez pensando en el bien del equipo. Dentro
de los mitos fundantes, decididamente la “garra charrúa” mantiene su lugar de privilegio
y es actualizada mientras que la primaria “viveza criolla” parece haber perdido espacio
en la autoimagen nacional.
El mito del héroe, descrito por Campbell (1990) y aplicado al deporte por Rubio (2001),
describe un ciclo en el cual el candidato a héroe parte hacia la aventura, supera una serie
de dificultades destinadas a probar su condición y vuelve a su hogar/pueblo con las
victorias y la redención alcanzadas. Si bien este camino del héroe es una estructura
mítica de carácter general, cada sociedad especifica, de acuerdo a su histórico de
autoimágenes nacionales, enaltecerá diferentes características en sus candidatos a héroe.
En este sentido, no son los mismos atributos utilizados en Uruguay para resaltar las
figuras de Obdulio o Nasazzi, que en Brasil para mitificar a un Garrincha o un
Romario15 o en Argentina a un Maradona.
15 Como ejemplo sobre la mitificación del baixinho Romario como O heroí do Tetra véase (Helal, 2003)
Tenemos un señor capitán. Un corajudo y rebelde futbolista que fue forjando la incidencia entre pares gracias al
ejemplo (LA BIBLIA DEL MUNDIAL DIARIO EL PAIS 2010)
Lugano es un capitán como los de antes, de los viejos caudillos…. (EL GRÁFICO URUGUAY, Libro de Colección
4; 12/2010)
Los discursos explorando la biografia de Lugano, al igual que sucede con la biografia de
Obdulio (MANCUSO, 1973) resaltan el germen del liderazgo presente ya desde la
infancia. Asimismo, se señalan las diversas pruebas deportivas a las que se enfrentó (ser
un desconocido en Nacional, llegar a Sao Pablo sin pergaminos) y pudo superar en base
a virtudes de personalidad, como son el esfuerzo y la determinación, pudiéndose situar
entonces su trayectoria deportiva y personal perfectamente de acuerdo con el ciclo
heroico descripto por Campbell (1990)
Lugano fue capitán desde baby futbol hasta la sub 18, también en Libertad, en inferiores de Nacional, en Plaza y en la
selección…En su infancia, también pensaba actividades para hacer con sus amigos orientadas a unir los grupos…. De
todo eso Lugano era el portavoz, además de delegado de la Cruz Roja y vos cantante entre el grupo de amigos
(LISSARDY, 2010: 31)
(En San Pablo) multiplico el esfuerzo, porque quería demostrarles a todos que se equivocaban Iba tres horas antes a
las practicas y se iba tres horas después… a fuerza de de entrenamiento y perseverancia, se hizo un lugar. Pero, sobre
todo, a fuerza de convicción (LISSARDY, 2010: 36)
Sacrificio Extremo, entrega conmovedora, esfuerzo ilimitado. Diego Pérez y Egidio Arévalo Ríos no solo idealizan
sino que también encarnan e interpretan a la perfección un modo de ser y sentir el futbol. Un código, una identidad,
una historia, un legado. Una bandera, un color, un sol que no duerme, un alma que no descansa. ( EL AÑO QUE
VOLVIO A LATIR LA CELESTE, EL OBSERVADOR, 2010)
Pérez no pasa como Xavi y Arévalo no traslada como Schwasteigger, pero mientras estos se llevan palmas y
aplausos, los uruguayos lisa y llanamente conmueven. Porque en cada pelota saben que defienden el sol de los 3
millones ( EL AÑO QUE VOLVIO A LATIR LA CELESTE, EL OBSERVADOR, 2010)
A la par de Lugano, el otro jugador presentado como gran héroe de la competición fue
Diego Forlán, quien fuera elegido además como el mejor jugador del torneo.
A priori explicar la idolatría de Forlán no resulta fácil. Al contrario de otras figuras
futbolísticas no parece desempeñar la fachada de ídolo: no se besa el escudo del equipo
donde juega, no hace gestos para la tribuna ni para las cámaras de televisión, y suele
hace declaraciones poco políticas que caen mal para el imaginario simbólico del
hincha16. Por otra parte, tampoco encarna el mito de ascendencia social a través del
fútbol, puesto que proviene de una familia de clase media-alta de una zona residencial
de Montevideo y su infancia y adolescencia transcurrió en un contexto de cierto
bienestar alejado de las privaciones experimentadas por otros deportistas.
Las razones esgrimidas para la idolatría de Forlán hay que buscarlas, además de su
talento futbolístico, en su representación de valores sociales deseables como humildad,
dedicación y profesionalidad. Su trabajo como embajador de UNICEF, también
insistentemente mencionado, amortigua cualquier tipo de resentimiento de clase que
pudiera generar.
Sencillo, serio, afable, responsable, líder no por temperamento, si por ejemplo. Capitán sin brazalete por el respeto
que impone en sus compañeros. Primero en la fila del sacrificio, voz pausada que se escucha en la concentración,
símbolo de una nueva generación (EL GRÁFICO URUGUAY, Libro de Colección 4; 12/2010)
Ni Messi, Ni Cristian Ronaldo, ni Kaká, el mundo del futbol aplaudió de pie a Diego Forlán…Su nombre estaba en
boca de todos. No solo por sus goles, por sus corridas electrizantes o por su entrega inclaudicables, sino por su
humildad (ANUARIO OVACION, 27/12/2010)
Forlán salió a jugar el tercer puesto disminuido por una pequeña molestia muscular que no disminuyo su rendimiento.
Para ello se necesita rebeldía, amor propio y compromiso con la causa. Forlán lo asumió…. El éxito del rubio de
Atlético de Madrid no es producto de la casualidad. Es el resultado de un estilo de vida (EL AÑO QUE VOLVIO A
LATIR LA CELESTE, EL OBSERVADOR, 2010).
Planificación, sentido común, orden y mucho trabajo para empezar….después constancia, perseverancia y convicción
a pesar de las adversidades…con esas bases se construyo y levanto toda la estructura que permitió que el proceso de
Tabarez en la AUF, alcanzara el cuarto puesto en Sudáfrica 2010 (EL AÑO QUE VOLVIO A LATIR LA
CELESTE, EL OBSERVADOR, 2010)
Comentarios Finales:
La presente ponencia buscó analizar los discursos de la prensa uruguaya sobre la pasada
copa del mundo Sudáfrica 2010, poniendo de manifiesto las continuidades y rupturas
identificables respecto a las autoimágenes tradicionales sobre el fútbol en este país. Con
este acotado objetivo, se utilizó un estilo eminentemente descriptivo, intentando brindar
ejemplos empíricos de las categorías discursivas propuestas.
Se observó como los discursos sobre una supuesta mística uruguaya encarnada en los
mitos fundantes de la “garra charrúa” y, en menor medida, la “viveza criolla” se hacen
presentes en instancias especificas del torneo, especialmente en los partidos más
decisivos. Asimismo, se resalta la performance de algunos integrantes puntuales
(Lugano, Pérez, Arévalo) por heredar estas virtudes míticas y de otros (Forlán, Tabárez)
por poseer otras características personales que permiten considerarlos como “héroes
deportivos”, quienes brindan modelos ejemplares de conducta socialmente deseable.
Tomando como punto de partida este texto, puede profundizarse el análisis en una serie
de aspectos a nuestro juicio relevantes. Uno de ellos, siendo desarrollado actualmente
por el autor, consiste en observar la interrelación de estos discursos internos con
aquellos producidos externamente. Analizar de que manera las visiones desde el
“afuera” (CAETANO, 1992) refuerzan, cuestionan o relativizan estos discursos internos
de “renacer” futbolístico uruguayo y la actualización de los viejos mitos fundantes.
Asimismo, la extensión del periodo de análisis hasta la actualidad, próximos a la Copa
del Mundo Brasil 2014, permite observar las oscilaciones de estos discursos según los
vaivenes propios de los resultados deportivos.
En definitiva, entendemos que la enorme importancia del fútbol para un país con pocas
fuentes identitarias como el Uruguay, así como las consecuencias de este relativamente
exitoso proceso de selecciones actual, posibilita y justifica la profundización y
extensión de estos análisis.
Bibliografia:
CAMPBELL, Joseph: O Herói das mil faces Cultrix/ Pensamento, São Paulo,
1997
RODRIGUES, Nelson: A sombra das chuteiras imortais: Cia. das Letras, São
Paulo, 1993
RUBIO, Kátia. O atleta e o mito do herói: o imaginário esportivo
contemporâneo: Casa do Psicólogo, São Paulo 2001
Fuentes Consultadas: