Está en la página 1de 4

A lo largo del siglo XIX se desarrollaron las técnicas de construcción en hierro y cristal, que

sentaron las bases de la arquitectura moderna y que compartieron protagonismo con las
diferentes corrientes de la denominada arquitectura historicista.

Historicismo arquitectónico:

El siglo XIX fue testigo del desarrollo del curioso fenómeno del historicismo, consistente
básicamente en la recuperación de principios arquitectónicos de otras épocas. Entre las corrientes
neoárabes, neobarrocas o neobizantinas, destacó muy especialmente el neogótico británico,
basado en el revival o resurrección de los principios estéticos del gótico. Entre las edificaciones
más destacables de este estilo cabe citar el conjunto del Parlamento británico, obra de Charles
Barry (1795-1860) y A.W. Pugin (1812-1852).

Desarrollo de la ingeniería:

La creación de una nueva tecnología industrial y el uso generalizado del hierro y el cristal como
materiales de construcción constituyeron la base de la expansión de la ingeniería.

Escuela de Chicago: la culminación del asentamiento de la nueva tecnología constructiva la


protagonizaron los miembros de esta escuela.Tras el incendio que destruyó buena parte de la
ciudad en 1871, un grupo de arquitectos, entre los que cabe citar a Henry H. Richardson (1838-
1886) y Louis Henry Sullivan (1856-1924), diseñaron gran número de construcciones de hierro,
hormigón y cristal, entre los que se encuentran los primeros rascacielos, símbolo de las
megalópolis industriales y manifestación de una nueva estética arquitectónica.

El desarrollo del urbanismo

El rápido crecimiento de la población urbana en la segunda mitad del siglo XIX obligó a las
autoridades a plantear la reforma de la estructura global de las ciudades, dando así nacimiento al
urbanismo como rama complementaria de la arquitectura.

Este replanteamiento debía tener en cuenta, como principales condicionantes, los aspectos
siguientes:

 Nuevos modelos de producción económica.


 Desarrollo del transporte autopropulsado.
 Facilitación de las comunicaciones.
 Control sanitario a través de redes de alcantarillado.
 Control de las calles por parte de las fuerzas del orden.
 Espacio para cementerios, parques y jardines.
 En este contexto cabe citar como primeras grandes figuras del urbanismo a:
 Georges Haussman (1809-1891), prefecto de París, creador del monumental proyecto de
reestructuración del París del segundo Imperio.
 Ildefonso Cerdá (1816-1876), ingeniero español, autor del Plan de Ensanche y Reforma de
Barcelona, emprendido en 1859.
 Gustave Eiffel,Torre Eiffel, 1881-1889, (París).

La arquitectura del siglo XIX supone cambios radicales en las formas, las estructuras, los
materiales, las tipologías, e incluso en la relación del edificio con el hombre y el medio.

La arquitectura europea hasta mediados del siglo XVIII presenta un carácter unitario, aunque
adopte formas peculiares en cada país, pero siempre con características comunes. Sin embargo, la
fatiga de las formas barrocas provocará una reacción que no va a ser unívoca: en los primeros años
del siglo podemos encontrar puentes de hierro, abadías neogóticas y arcos de triunfo clásicos.
Esta diversidad refleja el eclecticismo que caracterizará y definirá al siglo XIX. Durante la mayor
parte de este siglo, la burguesía busca una arquitectura que refleje su poder. Lo conseguirá
mediante dos opciones:

 las corrientes historicistas


 la experimentación y el uso de nuevos materiales: hierro, vidrio y hormigón

La imitación de estilos que se corresponden con épocas más alejadas en el tiempo o en el espacio,
se había iniciado ya a fines del XVIII y continuará en los comienzos del XIX el Romanticismo, incita
a los arquitectos a la revitalización (“revivals”) de los esti­los del pasado, dando lugar así a lo que
también se ha denominado los “neo-estilos“: neo-egipcio, neo-árabe, neo-bizantino, neo-gótico,
etc.

Con el tiempo incluso se mezclarán llegando a crear una arquitectura ecléctica que producirá
verdaderos pastiches. También característico de finales de siglo es que la tipología de los edificios
aparece cada vez más subordinada a la función: las iglesias serán neorrománicas o neogóticas, los
bancos y bolsas serán neoclásicos, los teatros neobarrocos o las plazas de toros neomudéjares. Es
lo más moderno de esta arquitectura, ya que anticipa la futura subordinación forma-función.

Arquitectura Industrial:
Llamamos así a la arquitectura que va a utilizar los nuevos materiales que van unidos a la
Revolución industrial, dando a conocer materiales como el hierro colado o fundido, el acero
laminado, el hormigón armado o el cristal.

Con estos materiales se construirían lugares con grandes espacios diáfanos, invernaderos,
mercados, naves, fábricas, puentes, etc., todo lo necesario para satisfacer las

Esta arquitectura nace como necesidad de solucionar nuevos problemas arquitectónicos nunca
planteados anteriormente (necesidades de la nueva sociedad capitalista e industrial), como los
que originan las grandes estaciones de ferrocarriles, las amplias salas de exposiciones industriales,
puentes colgantes, hospitales, mercados, escuelas, etc. No hay que olvidar que en este siglo la
población crece a un ritmo vertiginoso y para satisfacer todas las demandas es necesario construir
mucho, muy aprisa y a precios moderados. Sólo los nuevos materiales harán posible esta
arquitectura. Ya a fines del s. XVIII habían surgido las primeras obras construidas con hierro
fundido. Se trata de construcciones utilitarias como el Puente de Coalbrookdale, sobre el río de
Severn (Inglaterra).

Aunque el primer efecto de la revolución industrial sobre la construcción fue la extensión del
ladrillo, el material que revolucionó la arquitectura fue el hierro. A partir de 1750 se sustituye el
carbón vegetal por el mineral lo que permite la obtención del hierro fundido o colado que tiene
mayor contenido de carbón que el hierro. El resultado es un material duro e inflexible y muy
resistente a la compresión, produciéndose además en grandes cantidades. Esto sucedía en
Inglaterra en 1750, lugar en el que comienza a emplearse en la construcción de máquinas y raíles.

El hierro colado permitía la recreación de formas decorativas; la columna de apariencia clasicista


será uno de los elementos más utilizados. El hierro colado pasaría poco a poco a ocupar posiciones
de mayor significación constructiva. Primero como pie derecho en forma de columna, luego
sustituyendo a las vigas de madera y después a los marcos de las ventanas.

Así, a medida que avanza el s.XIX, el uso del hierro se va generalizando y en algunos historicismos
se va empleando también, aunque encuentra gran oposición en los arqui-tectos tradicionales. Lo
característico, durante cierto tiempo, será la pugna entre arquitecto (artista) e ingeniero (técnico)
ya que al primero le interesa sólo crear belleza y no le procuran excesivamente las necesidades de
su época, mientras que al ingeniero sólo le preocupa la utilidad y su cometido principal es
solucionar proble-mas. No obstante, a pesar de la oposición que encontraría el hierro al principio
entre los arquitectos, hacia mediados de siglo surgen ya grandes arquitectos capaces de ofrecer
auténticas obras de arte empleando los nuevos materiales.

 Buste de l’architecte Henri Labrouste dans l’escalier de la Bibliothèque Sainte-Geneviève .


Sculpteur: Eugène Guillaume (1822-1905)

Hacia mitad de siglo construye la Biblioteca de Sainte Genovieve (París), el primer edificio
público construido en hierro desde los cimientos hasta la cubierta, si bien la fachada es una
especie de “máscara” inspirada en lo clásico.

El edificio fue proyectado por Henri Labrouste a mediados del siglo XIX, y finalizado en 1861.
Su interés arquitectónico radica en ser uno de los escasos ejemplos de Arquitectura del Hierro
de ese siglo; aunque en el exterior se imita el estilo renacentista, la estructura metálica que
sostiene el edificio puede verse en el interior
En el último tercio de siglo la arquitectura del hierro y cristal conoce un gran apogeo en
EE.UU., destacando sobre todo la Escuela de Chicago en donde surge la arquitectura utilitaria y
racionalista que en el s. XX dominará en todas partes. En 1871 un incendio destruyó una gran
parte de la ciudad cuando ésta atravesaba un momento de gran crecimiento económico.
Cuando se reconstruya la ciudad, la cons-trucción adquiere un gran impulso debido a la
demanda de edificios que un centro económico tan importante requería (Chicago era
importante centro económico y gran centro de industrias cárnicas). La especulación del suelo
edificable obligó a buscar procedimientos que permitieran edificar en altura y ésto es lo que
determinó el nacimiento del “rascacielos”, a base de estructuras metálicas que permitían
superpo-ner muchos pisos aprovechando al máximo el solar. El constructor de los primeros
“rascacielos” y al que puede considerarse como jefe de la Escuela de Chicago fue William Le
Baron Jenney, pero la figura más representativa de la escuela es Louis Henry Sullivan (3 de
septiembre 1856 – 14 de abril 1924) fue un arquitecto estadounidense de la Escuela de
Chicago (1870-1893). Formó sociedad con Dankmar Adler y comenzó una corriente que será la
base de la arquitectura moderna. En su Auditorium Building, de Chicago, tiene su estudio y allí
se empieza a gestar la talentosa carrera de Frank Lloyd Wright. Autor del Auditorio de Chicago.

También podría gustarte