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Para otros usos de este término, véase persa.
Se produjo en 472 a. C. junto a otras tres obras, que no sobreviven, pero que
probablemente se relacionaban también con las guerras médicas. La primera obra,
Fineo, se dedicaba aparentemente a la figura mitológica Fineo, quien ayudó a Jasón
y los Argonautas a pasar a Asia. Los persas era la segunda parte. La obra destaca
especialmente al ser la única tragedia griega que se conserva que se basó en
auténticos hechos históricos, básicamente, la batalla de Salamina. Esa batalla tuvo
lugar en el año 480 a. C., solo ocho años antes de que se representara Los persas.
Esquilo había participado en la batalla, y es muy probable que la mayor parte de su
público ateniense también participase o se viera afectado directamente por ella.
Glauco Potnieo, la tercera parte, parece haber tenido como tema la batalla de
Platea de 479 a. C. La cuarta obra, un drama satírico, podía haberse referido a
Prometeo, llamada Prometeo Enciendefuego.
Índice
1 Personajes
2 Argumento
3 Valoración
4 Recepción y legado
5 Traducciones recientes
6 Enlaces externos
Personajes
Coro de ancianos
Atosa
Un mensajero
Fantasma de Darío
Jerjes
Argumento
La obra se ambienta en Susa, capital de Persia. Comienza con la intervención del
coro (representando a nobles persas) y de la Reina Madre Atosa esperando noticias
sobre la guerra en la que el rey Jerjes combatía contra los griegos. Ya el comienzo
resulta inusual para tratarse de una obra de Esquilo, que solía situar la aparición
del coro en un punto más avanzado de la obra, después de un discurso que solía ser
recitado por algún personaje secundario.
Valoración
Esquilo no fue el primero que escribió una obra de teatro sobre los persas, pues
Frínico había escrito la "Captura de Mileto" en 493 a. C. La obra de Frínico, que
se ha perdido, aparentemente se burlaba de los persas y honraba a los griegos a
pesar de la victoria persa sobre la revuelta jónica tan solo un año antes en 494 a.
C., y fue multado por producir la obra. Esquilo, por su parte, no menciona a ningún
líder griego y no hace una obra de propaganda. En lugar de ello, quiere que su
público se apiade de los persas, el enemigo al que habían derrotado hacía tan poco
tiempo. Lo sorprendente de Los persas es que en ella, la obra de teatro más antigua
que se conserva, Esquilo ya domina todas las habilidades de un dramaturgo: la
alabanza de su ciudad es sutil, muestra respeto hacia los personajes, hay hondura y
matices, y se muestra el autor como un consumado maestro en la creación de tensión
dramática y atmósfera, incluso cuando habla sobre acontecimientos totalmente
familiares entre el público.
Recepción y legado
La obra (o, más bien, la tetralogía) ganó las fiestas Dionisias en Atenas en 472 a.
C., y volvió a presentarse en Sicilia en el año 467 a. C. (una de las pocas veces
que una obra fue reproducida durante la vida del autor). La versión representada en
467 probablemente forma la base de la versión que se conserva, y pudo haber sido
ligeramente diferente de la original. Fue popular con posterioridad, durante el
Imperio romano y el bizantino, los cuales también combatieron contra los persas.