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LA LOCURA COMO REALIDAD EN DON QUIJOTE DE LA MANCHA: UNA

LECTURA

METODOLOGÍA

El objetivo de este ensayo es mostrar un punto de vista acerca del tema de la


locura, presente en la obra Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes
Saavedra.

La locura será analizada desde la perspectiva de la deconstrucción-construcción.


El personaje principal, Alonso Quijano, “víctima” o usuario de este estado,
deconstruye el mundo existente para construir uno que se adecúe a su visión. La
locura, entonces, es el factor detontante para que el personaje pierda la capacidad
de recibir y asimilar la realidad que lo rodea, y a su vez, es el elemento que le
otorga el poder de erigir un completamente nuevo entorno.

Para desarrollar mi análisis me remontaré al concepto de locura, deconstrucción y


construcción, para, posteriormente, observar la manera en que estas
concepciones se muestran o modifican en distintos pasajes de la obra de
Saavedra.

Hacer un seguimiento de la locura del personaje Alonso Quijano a lo largo de toda


la obra resultaría un trabajo fascinante, pero imposible para tener cabida en un
humilde ensayo. Por lo que, analizaré esta característica en los pasajes más
significativos del texto, es decir, en aquellos donde el mundo narrativo es
reconstruido a través de la locura.

Finalmente, puntualizaré los efectos que este fenómeno tiene en la historia.

LOCURA, DECONSTRUCCIÓN Y CONSTRUCCION

Cierto es que una de las características principales del texto Don Quijote es la
lengua, enorme reserva e ícono de nuestro idioma. La lengua es, sin embargo, la
herramienta que da vida a la obra. No hay obra sin lengua, y tampoco tendría caso
la existencia de una lengua que no produjera obra. En la construcción de ésta se
encuentra atrapada la historia de Don Quijote y Sancho Panza, serie de acciones
con características particulares, una de ellas, la locura.

Don Quijote es un hidalgo cuya edad oscila entre los cincuenta años, de
complexión extremadamente delgada. Ataviado con una armadura anacrónica y
quien, acompañado de Sancho Panza, su escudero, recorre los caminos de la

1
Mancha1 en busca de aventuras que materialicen el concepto que más admira: el
caballero.

Su obsesión con las novelas de este género trastornaron su visión del mundo. Se
volvió loco, pone literalmente el texto.

Y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro de


manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo
aquello que leía en los libros , así de encantamientos como de
pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores,
tormentas, y disparates imposibles; y asetósele de tal modo en la
imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas
soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia
cierta en el mundo.2

El personaje llega a comprometer tanto su percepción como lector que el mundo


narrativo, planteado en las novelas de caballerías, se funde con su realidad hasta
absorberla por completo. Alonso Quijano ya no duerme, come, ni actúa en
consecuencia al lugar y tiempo en el que está, sino al que cree estar y sobre todo,
en el que quiere estar.

La locura podía servir como forma de evasión hacia una felicidad


que habita solo en la imaginación o en los sueños. Benjumea, por
su parte, sostuvo la existencia de una “sátira política en el libro,
oculta en alegorías”.3

Aún cuando fuera la intención de Cervantes esconder una crítica social tras las
alegorías creadas por la locura del personaje principal, además de tratarse de un
tema diferente al que a este trabajo compete, se trata de un elemento textual
completamente diferente, pues la locura, desde la perspectiva que planteo, es un
recurso narrativo, mientras que la crítica social, sería un objetivo del escrito, por lo
tanto, como ya había mencionado, opto por el concepto de locura como forma de
evasión del personaje. Este párrafo quiere que sea más explicado o desarrollado.

En mi opinión, Alonso Quijano cree que es mejor el mundo que lee al que vive, por
lo que opta por hacer de él su realidad e intenta incluir al resto de los personajes.
Si bien no lo logra, esta exclusión no altera la creencia del personaje; y el
contraste en el texto, entre la visión del Quijote y los demás, sirve para crear un
tono irónico.

1
Cf. Vargas Llosa, Mario. Una novela para el siglo XXI. en Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes
Saavedra. Alfaguara. España. 2004. p .XVII
2
De Cervantes Saavedra, Miguel. Don Quijote de la Mancha. Alfaguara. España. 2004. p.30
3
Soler, Miguel. La lúcida Locura de Don Quijote: una máscara para la crítica social. Lemir No.12 2008. p.2

2
La deconstrucción, como se sabe, es una teoría principalmente trabajada por
Jaques Derridá. Ésta, a pesar de ser una propuesta filosófica, es empleada como
forma de lectura en los estudios literarios.

La deconstrucción propone que toda escritura es una construcción


intencional, no la representación de la realidad. La ausencia marca
la naturaleza de un texto del mismo modo que su presencia. Es
decir: juguemos con una imagen: si con una linterna iluminamos
algo en medio de la oscuridad, el haz al mismo tiempo que
descubre lo que alumbra, oculta lo que permanece oculto. 4

Por lo tanto, se presenta como una perspectiva post-estructural para analizar la


construcción de un texto. Sin embargo, este concepto no nos sirve para hacer una
aplicación o un análisis al personaje. El concepto de deconstrucción que
utilizaremos en este análisis es simplemente el de una modificación o alteración
total o parcial de la realidad. Dice que este es el punto clave y que se debe
repensar y ampliar.

Alonso Quijano, al adoptar el mundo de las novelas como suyo, volviéndose loco,
deconstruye su propia realidad. De no ser por la intervención de los otros
personajes, quienes continúan inmersos en “el mundo real”, el lector no podría
percatarse de cómo está siendo deconstruída la visión del universo en la novela
por el protagonista.

Mencionaré, por mostrar un ejemplo, el pasaje del titiritero y su historia acerca de


Gaiferos y Melisendra. Se había montado un espectáculo sobre una pareja con
estos nombres. Don Quijote los toma por personas reales y termina destrozando
el teatrillo y a las figuras.

-No consentiré yo que en mis días y en mi presencia se le haga


superchería a tan famoso caballero y a tan atrevido enamorado
como don Gaiferos. ¡Deteneos, mal nacida canalla, no le sigáis
ni persigáis; si no, conmigo sois en la batalla!-/ Y ahora el otro
personaje: /-Deténgase vuestra merced, señor Don Quijote, y
advierta que estos que derriba, destroza y mata no son
verdaderos moros, sino unas figuritas de pasta. Mire, ¡pecador
de mi!, que me destruye y hecha a perder toda mi hacienda. 5

Este fragmento muestra las realidades conjugadas presentes en el texto, gracias


a los diálogos. El contraste con la visión del Quijote la marca, principalmente, la
intervención del personaje afectado.

4
Huamán, Miguel Ángel. Claves de la deconstrucción. p.5
5
De Cervantes, Saavedra. Op. Cit. p.755

3
El fenómeno contrario sería, entonces, la construcción. Una vez que el personaje
ha disuelto a su antojo la realidad, una nueva es creada y asimilada: la de las
novelas de caballerías. La “nueva realidad” modifica completamente al personaje
y su papel en la historia, ya que sus acciones, reacciones, ideología y discurso
son motivados por la visión que le proporciona este creerse en otra situación. Este
proceso solo lo presenta Alonso Quijano.

Deconstrucción y construcción: modificación en la historia

El concepto “construcción del personaje” implica una serie de características que


modifican su configuración6. A su vez, estas características modifican la historia.
Un personaje de color, violento, llamado Jesús, colocado en un tiempo y espacio
determinados, necesariamente influenciarán el desarrollo del relato de una forma
diferente a como lo haría un personaje dotado de características diferentes.
De la misma forma, la construcción de la realidad que hace el personaje
necesariamente modificará la historia.

Alonso Quijano, tras deconstruir su mundo narrativo por efecto de su locura,


construye una realidad personal basada en las novelas de caballerías. Esta
realidad, como había señalado, contrasta con la del resto de los personajes,
quienes siguen sumergidos en el espacio/tiempo narrativos originales.

Esta conjugación de visiones produce alteraciones en la historia, ya que, en


muchas ocasiones, cuando el personaje de Alonso Quijano pretende o necesita
establecer algún contacto con otro personaje cuya visión de la realidad se
enfrenta en algún punto con la suya, surgen situaciones que desembocan,
muchas veces, en alguna crítica social, una escenario ridículo o una solución
inesperada. La historia se encuentra en constante alteración por esta causa, y
algunas veces, produce los pasajes más significativos de la obra.

Un ejemplo es diálogo que tienen Sancho y Quijano al encontrarse con el barco:

-¿Ves? Allí, ¡Oh, amigo!, se descubre la ciudad, castillo o


fortaleza donde debe estar algún caballero oprimido, o alguna
reina, infanta o princesa malparada, para cuyo socorro soy aquí
traído.

6
Celedón, Patricia. La construcción retórica de la identidad del personaje. un análisis de infortunios de
Alonso Ramirez, de Carlos Singuenza y Góngora. Gotergots Universitet. p.9

4
-¿Qué diablos de ciudad, fortaleza o castillo dice vuesa merced
señor? –dijo Sancho-.¿No echa de ver que aquéllas son
aceñas que están en el río, donde se muele el trigo? 7

En este diálogo se observa el choque de realidades. En el pasaje en el que se


encuentran Ginés de Pasamonte y el Quijote, sin embargo, se puede apreciar
mucho mejor la alteración en la historia por causa del encuentro de visiones.
Alonso Quijano, firmemente comprometido en sus ideales de caballero, se
empecina en liberar a Ginés y a sus compañeros de prisión. Sin embargo, cuándo
les pide que se lo agradezcan, señalando como pecado la ingratitud y pidiendo
como recompensa irle a contar a Dulcinea lo que había hecho por ellos, ellos le
responden con una lluvia de piedras

Pasamonte, que no era nada bien sufrido, estando ya enterado


que Don Quijote no era muy cuerdo, pues tal disparate había
acometido como el de querer darles libertad, viéndose tratar de
aquella manera, hizo del ojo a los compañeros y, apartándose
aparte, comenzaron a llover tantas piedras sobre Don Quijote,
que no se daba manos a cubrirse con la rodela. 8

Aquí se puede observar cómo Pasamonte, al no compartir la visión de Quijano,


toma beneficio de la situación. Este cambio en la historia se produce por el
choque de visiones entre personajes, sin embargo, jamás se hubiera producido de
no haber producido Quijano, una “nueva realidad”.

Esta conjugación de visiones, además de provocar el efecto irónico antes


mencionado, juega con la teatralidad.

El concepto de la vida como representación teatral tiene gran


importancia para el personaje Don Quijote, dado que su
andante caballería encierra en sí misma una gran teatralidad
como resultado de un patrón de comportamiento que intenta
imponer una determinada interpretación del mundo.9

Desde el inicio de su andanza, cada una de las intervenciones en las que la visión
de Alonso Quijano choca con la de algún personaje tiene una intención teatral.
Muestra una metáfora del mundo en la que cada persona solo tiene la función de
representar un papel. Como para la interacción social, es necesaria la imposición
de una perspectiva específica para el entendimiento, que obliga a uno u a otro de

7
De Cervantes, Saavedra, Miguel. Op. Cit. p.776
8
Ibidem. p. 209-210
9
Ramos Escobar, Jose Luis. Que trata de la Tara de la teatralidad en el Quijote así como de otros sucesos de
feliz recordación. Universidad de Puerto Rico. p.671.

5
los participantes a adquirir ciertas poses10 para cumplir con las exigencias del rito
comunicativo, la presencia de un personaje completamente incapaz , no
solamente de establecer una relación con la situación social que se le presenta,
sino de asumir la realidad en la que están envueltos los demás provoca un efecto
paródico y crítico ante la posición del personaje interlocutor. Una especie de
pregunta: ¿si yo no entiendo lo que dices y no quiero entenderlo, por qué no
tratas de entenderme a mí?
Este efecto se logra gracias a la nueva realidad construida por Alonso Quijano.

Todo el texto de Don Quijote de la Mancha es en sí, una construcción teatral. Así
como actores, directores y escritor deciden lo que habrá de observar el
espectador y asumir como realidad ficcional, Cervantes presenta un caballero
que, intentando revivir el ejercicio de la caballería, quiere rescatar doncellas,
enfrentar mounstruos y tener grandes aventuras. Esa visión hace que los molinos
se tranformen en gigantes, las nubes de polvo, las marcas de los enemigos y que
este personaje sea el que decida cómo transcurre la acción, mientras que los
personajes11, aunque nieguen el proceder de Quijano, pues no comparten la
misma visión, dictan sus diálogos en función a él.

En conclusión, la deconstrucción-construcción que de su realidad hace el


personaje Alonso Quijano tiene como consecuencia encuentros de visión con
otros personajes que alteran el rumbo de la historia. Y esta “nueva realidad” del
personaje dota al relato, a su vez, de características teatrales que juegan con la
percepción de la obra.

El proceso de deconstrucción – construcción: Sansón Carrasco. Pequeña nota

Al encontrarme en el texto al personaje de Sansón Carrasco dudé si Alonso


Quijano era el único que presentaba el proceso de deconstrucción-construcción.
La respuesta es sí. Ya que Carrasco intenta adoptarlo voluntariamente, al fingir
que cree en el mundo de Don Quijote, para así, como caballero andante, retarlo,
vencerlo y obligarlo a volver a su tierra a recuperar la salud12. Es un personaje
capaz de dialogar con las dos realidades que se presentan en el texto, pero su
visión está comprometida con la del resto de los personajes, la “original”, por lo
que no presenta el proceso, si no la competencia de relacionarse con ambas
visiones, la de los personajes y la de Quijano, y por intervención, modificar la
historia.

10
Cf. Ibidem. p.671-672
11
Cf. Ibidem. P.672
12
Cf. Idem. p.1048.

6
BIBLIOGRAFÍA

1. Vargas Llosa, Mario. Una novela para el siglo XXI. en Don Quijote
de la Mancha, Miguel de Cervantes Saavedra. Alfaguara. España. 2004

2. De Cervantes Saavedra, Miguel. Don Quijote de la Mancha.


Alfaguara. España. 2004. p.30

MESOGRAFÍA

1. Soler, Miguel. La lúcida Locura de Don Quijote: una máscara para la


crítica social. Lemir No.12 2008. Disponible en:
http://parnaseo.uv.es/lemir/revista/revista12/14_soler_miguel.pdf
2. Huamán, Miguel Ángel. Claves de la deconstrucción. Disponible en:
http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/libros/literatura/lect_teoria_lit_ii/
claves.pdf
3. Celedón, Patricia. La construcción retórica de la identidad del
personaje. un análisis de infortunios de Alonso Ramirez, de Carlos
Singuenza y Góngora. Gotergots Universitet. Disponible en:
https://gupea.ub.gu.se/bitstream/2077/20485/1/gupea_2077_20485_1.p
df
4. Ramos Escobar, Jose Luis. Que trata de la Tara de la teatralidad en
el Quijote así como de otros sucesos de feliz recordación. Universidad
de Puerto Rico. Disponible en:
http://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/10/aih_10_1_075.pdf

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