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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

(UAPA)

Asignatura:
Introducción a la psicoterapia
Tema:
Tarea I
Facilitador:
Alexandra Rodríguez
Participante:
Carla Perez Mat. 16-0000
Fecha:

31 de octubre del 2018,


Santiago de los Caballeros, República Dominicana
Introducción
.

En la siguiente tarea hablaremos del Capítulos I: El Proceso Terapéutico, dentro


del mismo desglosaremos los subtemas a continuación:
a) Fases del proceso terapéutico.
b) Situación terapéutica: variables y cualidades del paciente, variables y
características del terapeuta, lugar del tratamiento, indumentaria del terapeuta.
c) Interacción terapeuta: comienzo de la relación, rapport, sugerencia para sobre
el proceso terapéutico para mejorar la eficacia de sus intervenciones: contacto
inicial, toma de anotaciones, primeras preguntas.
d) Evaluación, análisis conductual, establecimiento de objetivos, selección y
aplicación de las técnicas tratamiento, mantener el rapport, aplicación de las
técnicas, preparar el paciente para las recaídas, cuando finalizar el tratamiento,
seguimiento.
e) Sugerencias sobre cómo tratar algunos pacientes.

En el capítulo II: El estilo personal del terapeuta.


Desarrollaremos lo siguiente:
Posición socioprofesional terapeuta.
a) Situación vital del terapeuta.
b) Los modos de comunicación del terapeuta.
c) La integración del estilo personal y la técnica terapéutica.

Capítulo I: El Proceso Terapéutico.


1. Elabora una síntesis abordando lo siguiente:
a) Fases del proceso terapéutico.
Respecto del número de fases en que se divide el proceso terapéutico, éstas varían
según los autores. Así, Cautela y Upper dividen el proceso terapéutico individual en
seis fases fundamentales:
a) comienzo de la relación
b) análisis conductual y diagnóstico
c) elección terapéutica
d) evaluación de la eficacia del tratamiento
e) modificación de la estrategia terapéutica
f) decisión de terminar la terapia

b) Situación terapéutica: variables y cualidades del paciente, variables y


características del terapeuta, lugar del tratamiento, indumentaria del
terapeuta.
Variables y cualidades del paciente
En el paciente, existen una serie de variables y cualidades que debemos considerar
en el proceso terapéutico, pues pueden afectar de algún modo a éste, aunque no al
resultado final. Entre las variables del paciente, debemos tener en cuenta, por
ejemplo, la edad. Esto, de alguna manera, nos delimita para desarrollar el proceso
terapéutico, ya que, si trabajamos con un niño, a diferencia de con un adulto, éstos
suelen resistir menos tiempo de sesión, debemos planear más descansos e
intervalos de juego.
Otra variable que puede influir en el proceso terapéutico es el sexo del paciente;
esta variable afecta en concreto en determinados tipos de problemas; por ejemplo,
en trastornos sexuales. al paciente le puede resultar más difícil confiarle algo muy
íntimo a un terapeuta de distinto sexo. en ese caso, el terapeuta debe ser más hábil
o más ingenioso. el nivel intelectual es una variable del paciente que también puede
influir en el proceso terapéutico al tener que adaptarnos a la capacidad del paciente.
El estado civil del paciente puede, en algún caso, dificultar el proceso terapéutico:
mencionemos el caso de una paciente que acude al terapeuta por un problema
sexual, pero no tiene una pareja estable.

variables y características del terapeuta


El terapeuta debe tener prioritariamente una buena formación y un interés por las
personas y su bienestar.
La variable edad en un terapeuta no debe influir en el resultado del proceso
terapéutico, aunque sí puede afectar al momento de establecer una relación de
confianza paciente-terapeuta. si el paciente percibe al terapeuta como muy joven,
puede no confiar en su experiencia y no considerarlo capaz para solucionar su
problema. la variable estado civil o tener hijos puede ayudar a que el paciente confíe
más en lo que el terapeuta le diga al considerar que tiene determinada experiencia
de vida. existe, además, una serie de características, a las que numerosos autores
se han referido, que debería tener todo buen terapeuta. éstas serían: aceptación
que muestra el terapeuta por el paciente; buena empatía; honestidad; credibilidad
(fiabilidad respecto de la información suministrada, experiencia y buena formación
como terapeuta, motivos e intenciones del terapeuta y dinamismo); flexibilidad y
buen conocimiento de sí mismo.
Aceptación. esta característica alude al respeto, a la preocupación y al interés que
el terapeuta muestra por el paciente, lo cual es importante que el paciente perciba.
Empatía. ésta es una de las características que más tiene en cuenta la mayoría de
los autores que hablan de la relación terapeuta-paciente. la empatía alude a la
capacidad para comprender los sentimientos del otro.
Honestidad. esta característica hace referencia a que el terapeuta debe ser
honesto y legal con el paciente, expresando de manera abierta y clara sus
opiniones.
Credibilidad. que un terapeuta tenga una buena credibilidad, es decir, que sus
palabras (sean creíbles, válidas) tengan crédito, que sean fiables como fuente de
información.
Lugar del tratamiento
El lugar del tratamiento puede ser desde una consulta privada hasta una habitación
de un hospital. aunque conviene que el ambiente y la decoración sean satisfactorios,
la efectividad del tratamiento no dependerá de la habitación. el requisito esencial
del lugar sería que fuese cómodo y privado.
Indumentaria del terapeuta
Sobre la indumentaria del terapeuta no hay normas estrictas. como regla general,
debe estar bien arreglado, con ropa discreta y, en algunos casos, dependerá de la
edad de los pacientes a tratar. adecuada al rol. si el paciente es un niño, vestir un
traje puede transmitirle al niño mucha seriedad, aunque ello no ocurrirá si el paciente
es una persona adulta. es útil y de sentido común vestir de acuerdo con las normas
culturales y locales al uso de cada sitio.
c) Interacción terapeuta: comienzo de la relación, rapport, sugerencia para
sobre el proceso terapéutico para mejorar la eficacia de sus intervenciones:
contacto inicial, toma de anotaciones, primeras preguntas.
La interacción terapéutica
Comienzo de la relación
como ya hemos comentado, establecer una buena relación es importante porque
de ella dependen la aceptación, cooperación y confianza entre terapeuta y paciente.
así, al comenzar la primera entrevista es necesario presentarse, dar la mano al
paciente, si procede, e indicarle el sitio donde se debe sentar. luego, es conveniente
indicarle el tiempo aproximado que durará la entrevista, así como manifestarle la
confidencialidad de lo que se va a hablar, todo ello dentro de un clima de confianza.
a continuación, se deberá explicar al paciente el propósito de la entrevista, sobre
qué versarán las preguntas, lo que se espera de él (que sea colaborador, diga la
verdad y se ajuste a lo que se le pregunta) y, si es el caso, la información que ya se
tenga de él.
Desarrollo del rapport
El rapport se desarrolla de manera gradual, pero hay ciertas conductas del terapeuta
que aceleran su desarrollo, tales como una apariencia relajada, interesada y
comprensiva; es probable que el paciente se sienta seguro y cómodo. asimismo, es
fundamental cuidar la expresión facial y el contacto ocular. puede ser adecuado
desde el primer momento demostrar que nos hemos molestado en memorizar el
nombre del paciente y hacer una presentación del tipo: “buenas tardes, ¿usted es?...
yo seré su terapeuta, mi nombre es x”.
Algunas sugerencias sobre el proceso terapéutico para mejorar la eficacia de
sus intervenciones
El contacto inicial
El contacto inicial lo primero que debemos saber sobre el paciente que acude a
consulta es si asiste por iniciativa/motivación propia, o bien, por iniciativa de los
padres, cónyuge, otros familiares o amigos, pues, en el primer caso, tendremos un
obstáculo menos que salvar para establecer una buena interacción terapeuta
paciente. puede resultar interesante saber quién es el que realiza la petición de
consulta, si el propio paciente, si un familiar allegado o un amigo, porque, de algún
modo, puede darnos una pista acerca de la motivación del paciente.
La toma de anotaciones
Al ser difícil recordar toda la información suministrada por el paciente, es necesario
tomar notas. debemos advertir al paciente que deseamos tomar notas durante la
sesión. si, de manera excepcional, algún paciente no quiere, se intentará explicarle
que algunas notas son necesarias para darle sentido a la información.
d) Evaluación, análisis conductual, establecimiento de objetivos, selección
y aplicación de las técnicas tratamiento, mantener el rapport, aplicación de
las técnicas, preparar el paciente para las recaídas, cuando finalizar el
tratamiento, seguimiento.
Evaluación, análisis conductual y establecimiento de objetivos
En algunos casos, una vez que hemos establecido contacto con el paciente y
transcurridos 10 minutos de la primera sesión, pasamos directamente a la
evaluación, aplicamos los cuestionarios y pruebas estandarizadas. en la parte final
de la primera sesión, hacemos un análisis funcional, explicándole al paciente el
motivo por el que se inició su problema de conducta.

Selección y aplicación de las técnicas de tratamiento


En principio, elegir las áreas de intervención o las conductas a modificar podría
parecer fácil o, incluso obvio, y en algunos casos, así es, como por ejemplo en algún
problema de adicción a las máquinas tragamonedas, donde a pesar de que haya
ocultos otros trastornos, como depresión, es claro el objetivo, o incluso, un problema
todavía más sencillo como el de una fobia a los ascensores. sin embargo, en otros
casos, el área prioritaria de intervención no es tan evidente y debemos tomar una
decisión con base, entre otros factores, en las fases no siempre están tan
claramente diferenciadas o no siguen el orden estrictamente como en el caso de los
tratamientos en la investigación.
La aplicación de las técnicas propiamente
Llegado este momento, debemos tener presente que los tratamientos no son
simples recetas que se le dan al paciente, ni se pueden poner en práctica sin el
previo conocimiento de éste. el terapeuta debe capacitar al paciente para que
aprenda las técnicas a utilizar. en la práctica clínica este entrenamiento se suele
comenzar casi desde la primera consulta.
Preparar al paciente para las recaídas
El terapeuta no se debe desesperar si los pacientes tienen alguna recaída, puesto
que en algunos trastornos esto es muy frecuente. debe mantener una actitud
positiva, ayudando al paciente a superar esa recaída, a analizarla, puesto que
algunos pacientes pueden pensar que el tratamiento no les ha servido para nada.
en algunos tipos de problemas, que sabemos de antemano que pueden darse las
recaídas —por ejemplo, en problemas de juego patológico o tabaquismo—,
podemos preparar al paciente desde el principio de la terapia para que aprenda a
hacer frente a tales situaciones
Cómo y cuándo finalizar el tratamiento
Por lo común, en la medida en que se va desarrollando el proceso terapéutico, el
terapeuta va analizando los progresos del paciente y estableciendo de algún modo
el tiempo que requerirá para finalizar las sesiones con él. por tanto, es deseable que
vaya preparándolo distanciando las sesiones en forma paulatina, aunque e sto no
siempre es posible debido a que algunos pacientes, en cuanto se encuentran bien,
abandonan el tratamiento.

Seguimiento
El seguimiento establecido en la práctica clínica es a los 3, 6 y 12 meses. es difícil
que los pacientes después de finalizado el tratamiento acudan a estas sesiones de
seguimiento, por lo que es útil ponerse en contacto con ellos mediante teléfono o
por carta.

e) Sugerencias sobre cómo tratar algunos pacientes.


Paciente que no acude a las citas
Si el paciente no asiste a las citas concertadas y las cambia continuamente,
debemos hablar con él para analizar los motivos de ello. en algunos casos, está
justificado, pero en otro tipo de pacientes no es así: lo toman por costumbre, sin
reflexionar en el trastorno que ello pueda causar al terapeuta, por lo que para algún
paciente puede ser un buen remedio aclararle que, si la sesión no es cambiada con
cierta antelación, estará obligado a pagar la sesión. en otros casos, debemos
comentarle al paciente que, si con cierta frecuencia no acude a las citas, vamos a
suspender el tratamiento (o vamos a dejar de atenderle).
Resistencia del paciente al cambio
una circunstancia que puede presentarse en el proceso terapéutico es la resistencia
del paciente al cambio. ésta puede ser debida a varios factores: temor a descubrir
su intimidad, a lo que el terapeuta pueda llegar a pensar de él; temor a asumir la
responsabilidad de su propia vida o a las diferencias entre los objetivos que
establece el terapeuta y los que él realmente persigue.
Pacientes que reservan información relevante para los últimos minutos de la
sesión: En este caso, puede ser aconsejable que el terapeuta le comenté al
paciente que en la próxima sesión tratarán esos temas. una excepción a esta regla
ocurre cuando la información es vital y debe tratarse en ese momento; por
ejemplo, ideas de suicidio.
Cuando el paciente habla demasiado
En este caso, el terapeuta debe limitar al paciente con la máxima cordialidad posible
y redirigir la entrevista hacia la información que resulta relevante para el tratamiento
o hacia aquellos temas que permitan llevar a cabo los objetivos terapéuticos,
dejándole claro la importancia de esto para su progreso.
Pacientes que lloran durante la sesión
Este es un hecho que se puede dar durante el proceso terapéutico, pero no siempre
las razones por las que llora el paciente son las mismas, por lo que el terapeuta
debe comportarse de distinta manera. así, si el paciente llora porque está intentando
contar algo que le resulta muy doloroso, el terapeuta debe adoptar una buena
empatía, debería permanecer callado y en cuanto el paciente se calme ayudarle a
que se exprese en forma verbal.

Capítulo II: El estilo personal del terapeuta.


1. Realiza un ensayo que contenga los siguientes puntos:
Posición socioprofesional terapeuta.
a) Situación vital del terapeuta.
La situación vital de un terapeuta no es más que su estilo peculiar que será
determinado por variables como el sexo, las características físicas, intelectuales y
emocionales y el nivel de conocimiento general.
Resulta muy importante la variable de su experiencia, tanto en lo que respecta a su
vida cotidiana como a su actividad profesional. con frecuencia, se ha discutido si es
o no conveniente de que un terapeuta haya o no experimentado en forma personal
de manera directa o indirecta con el tipo de problemas de los que se ocupa.
b) Los modos de comunicación del terapeuta.
Los modos son las acciones estilísticas primordiales con que el EPT moldea las
aplicaciones de una técnica específica. Para desempeñarse en el seno de un acto
psicoterapéutico, el terapeuta debe cumplir con una serie de funciones. Para ello, cada
profesional emplea determinados modos de comunicación que operan integradamente
imprimiendo su sello personal de ejercer la práctica. Las funciones primordiales que se han
identificado son las siguientes: instruccional, evaluativa, atencional, expresiva, operativa y
de compromiso vincular. Cada una de ellas puede manifestarse a través de varias
dimensiones.

c) La integración del estilo personal y la técnica terapéutica.


Estilo personal del terapeuta y modelos de psicoterapia

Esta parte nos dice que cada uno de los modelos tradicionales de psicoterapia se
basó en una concepción teórica sobre tres aspectos primordiales: la personalidad y
sus dominios, la psicopatología y la concepción sobre los procesos de cambio. La
propuesta técnica correspondiente prescribe las características del acto terapéutico:
el dispositivo, la modalidad de interacción entre paciente y terapeuta, las
intervenciones terapéuticas y los criterios de evaluación disponibles. Las
formulaciones ortodoxas de cada modelo constituyen las formas más estrictas. De
ellas, pueden desprenderse los perfiles esperados más habituales de cada modelo.
Estilo personal del terapeuta y técnicas terapéuticas

Podría intentarse diseñar perfiles más específicos, correspondientes a cada una de


las técnicas terapéuticas, referidos a asuntos como la amplitud de los objetivos, la
complejidad de los recursos, el tipo de intervenciones, entre otros. por ejemplo,
¿cuál es el perfil ideal del EPT correspondiente a la interpretación psicodinámica, la
prescripción del síntoma, la dramatización, la técnica de las dos sillas, la intención
paradojal o la reestructuración cognitiva? parece más probable descubrir modos
definidos para los estilos correspondientes a cada técnica en la medida en que la
aplicación correcta de la misma exige un experto que debe tener no sólo capacidad,
sino disponibilidad, para implementarla en las condiciones particulares en que se
desempeña.
Estilo personal del terapeuta e integración de la psicoterapia

¿Existe un EPT característico de quien trabaja con un modelo integrativo de


psicoterapia? La respuesta más idónea es ambigua: por un lado, sí, por otro lado
no. Veamos por qué. No existe un EPT integrativo, en la medida en que no hay “un
modelo integrativo” de psicoterapia. La integración en este campo señala una
tendencia necesaria, a partir de cierto momento de la evolución, para facilitar la
transferencia intermodelística y la discusión sobre los aportes y resultados de las
diversas propuestas terapéuticas. El interés por desarrollar modelos de integración
en psicoterapia supone elaborar gnoseológica y epistemológicamente una
estructura teórica susceptible de traducir, en un nivel de mayor complejidad, las
formulaciones de base que se pretende integrar.
Conclusión

Como resultado de esta investigación podemos concluir que el proceso terapéutico


individual se divide en seis fases fundamentales: a) comienzo de la relación, b)
análisis conductual y diagnóstico, c) elección terapéutica, d) evaluación de la
eficacia del tratamiento, e) modificación de la estrategia terapéutica, f) decisión de
terminar la terapia.
En el paciente, existen una serie de variables y cualidades que debemos considerar
en el proceso terapéutico, pues pueden afectar de algún modo a éste, aunque no al
resultado final. Entre las variables del paciente, debemos tener en cuenta, por
ejemplo, la edad. Otra variable que puede influir en el proceso terapéutico es el sexo
del paciente; El estado civil del paciente puede, en algún caso, dificultar el proceso
terapéutico.
El terapeuta debe tener prioritariamente una buena formación y un interés por las
personas y su bienestar. La variable edad en un terapeuta no debe influir en el
resultado del proceso terapéutico, la variable estado civil o tener hijos puede ayudar
a que el paciente confíe más en lo que el terapeuta le diga al considerar que tiene
determinada experiencia de vida.
El lugar del tratamiento puede ser desde una consulta privada hasta una habitación
de un hospital. aunque conviene que el ambiente y la decoración sean satisfactorios,
la efectividad del tratamiento no dependerá de la habitación. el requisito esencial
del lugar sería que fuese cómodo y privado, sobre la indumentaria del terapeuta no
hay normas estrictas. como regla general, debe estar bien arreglado, con ropa
discreta y, en algunos casos, dependerá de la edad de los pacientes a tratar.
Comienzo de la relación
como ya hemos comentado, establecer una buena relación es importante porque
de ella dependen la aceptación, cooperación y confianza entre terapeuta y paciente.
Desarrollo del rapport
El rapport se desarrolla de manera gradual, pero hay ciertas conductas del terapeuta
que aceleran su desarrollo, tales como una apariencia relajada, interesada y
comprensiva.
El contacto inicial
El contacto inicial lo primero que debemos saber sobre el paciente que acude a
consulta es si asiste por iniciativa/motivación propia, o bien, por iniciativa de los
padres, cónyuge, otros familiares o amigos.
La toma de anotaciones
Al ser difícil recordar toda la información suministrada por el paciente, es necesario
tomar notas. debemos advertir al paciente que deseamos tomar notas durante la
sesión.
Evaluación, análisis conductual y establecimiento de objetivos
En algunos casos, una vez que hemos establecido contacto con el paciente y
transcurridos 10 minutos de la primera sesión, pasamos directamente a la
evaluación, aplicamos los cuestionarios y pruebas estandarizadas.
Selección y aplicación de las técnicas de tratamiento
En principio, elegir las áreas de intervención o las conductas a modificar podría
parecer fácil o, incluso obvio, y en algunos casos, así es.
La aplicación de las técnicas propiamente
Llegado este momento, debemos tener presente que los tratamientos no son
simples recetas que se le dan al paciente, ni se pueden poner en práctica sin el
previo conocimiento de éste. el terapeuta debe capacitar al paciente para que
aprenda las técnicas a utilizar. en la práctica clínica este entrenamiento se suele
comenzar casi desde la primera consulta.
Preparar al paciente para las recaídas
El terapeuta no se debe desesperar si los pacientes tienen alguna recaída, puesto
que en algunos trastornos esto es muy frecuente. debe mantener una actitud
positiva, ayudando al paciente a superar esa recaída, a analizarla, puesto que
algunos pacientes pueden pensar que el tratamiento no les ha servido para nada.
Cómo y cuándo finalizar el tratamiento
en la medida en que se va desarrollando el proceso terapéutico, el terapeuta va
analizando los progresos del paciente y estableciendo de algún modo el tiempo que
requerirá para finalizar las sesiones con él.
Seguimiento
El seguimiento establecido en la práctica clínica es a los 3, 6 y 12 meses. es difícil
que los pacientes después de finalizado el tratamiento acudan a estas sesiones de
seguimiento, por lo que es útil ponerse en contacto con ellos mediante teléfono o
por carta.
Paciente que no acude a las citas
Si el paciente no asiste a las citas concertadas y las cambia continuamente,
debemos hablar con él para analizar los motivos de ello.
Resistencia del paciente al cambio
Esta puede ser debida a varios factores: temor a descubrir su intimidad, a lo que el
terapeuta pueda llegar a pensar de él; temor a asumir la responsabilidad de su
propia vida o a las diferencias entre los objetivos que establece el terapeuta y los
que él realmente persigue.
a) Situación vital del terapeuta.
La situación vital de un terapeuta no es más que su estilo peculiar que será
determinado por variables como el sexo, las características físicas, intelectuales y
emocionales y el nivel de conocimiento general.
b) Los modos de comunicación del terapeuta.
Los modos son las acciones estilísticas primordiales con que el EPT moldea las
aplicaciones de una técnica específica. Para desempeñarse en el seno de un acto
psicoterapéutico.
c) La integración del estilo personal y la técnica terapéutica.
Estilo personal del terapeuta y modelos de psicoterapia
Esta parte nos dice que cada uno de los modelos tradicionales de psicoterapia se
basó en una concepción teórica sobre tres aspectos primordiales: la personalidad y
sus dominios, la psicopatología y la concepción sobre los procesos de cambio.

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