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Original 1
Original 1
Remigio Vela Navarrete, Carmen González Enguita, Juan Vicente García Cardoso,
G. Manzarbeitia y F. Soriano García.
Cátedra de Urología de la Universidad Autónoma de Madrid. Servicio de Urología de la Fundación Jiménez Díaz.
Departamentos de Anatomía Patológica y Microbiología de la Fundación Jiménez Díaz. Madrid. España.
Resumen.- Revisión crítica actualizada de la prostati- Palabras clave: Prostatitis crónica. Inflamación
tis crónica, como entidad nosológica, anatomoclínica, prostática. Dolor pélvico.
supuestamente de origen microbiológico o inflamatorio.
Argumentación científica, a la luz de los nuevos pro-
gresos, sobre el papel de la inflamación amicrobiana, Summary.- Updated critical review of chronic prosta-
tanto a nivel de la próstata craneal como de la caudal, titis as a nosologic, anatomic-clinical entity of supposed
para reconsiderar la conveniencia de mantener la cla- microbiological or inflammatory origin. Scientific reaso-
sificación actual de las prostatitis crónicas, y especial- ning about the role of amicrobial inflammation in both
mente el apartado referido a la “prostatitis histológica”. caudal and cranial prostate, after new progresses, to
Análisis de evidencias relacionando la prostatitis “con el reconsider the convenience of maintaining the current
dolor pélvico”, síndrome dominante en muchos pacien- classification of chronic prostatitis, mainly in the section
tes y fundamento de la actual propuesta terminológica; referred to “histological prostatitis”. Analysis of scientific
prostatitis-dolor pélvico. Papel de la inflamación en la evidences relating prostatitis and “pelvic pain”, the do-
génesis de la HBP y cáncer de próstata. Justificación y minant syndrome in many patients and basement of the
conveniencia de un nuevo consenso terminológico so- current terminological proposal: prostatitis-pelvic pain.
bre las prostatitis, en general. The role of inflammation in the genesis of BPH and pros-
tate cancer. Justification and convenience of a new term
in logic consensus on prostatitis.
INTRODUCCIÓN
logía indeterminada, englobando bajo su definición prostatitis crónica, desde la más que razonable sos-
enfermos con un perfil clínico muy variado en los que pecha de que no todas tenían un fundamento etioló-
suele dominar el carácter incómodo y doloroso del gico bacteriano. De este modo, el objetivo inicial fue
proceso, fundamentalmente referido al área perineal, comprobar en cuantos pacientes existían argumentos
sobre signos y síntomas genuinamente infectivos. Y y evidencias de un proceso infectivo y en cuántos
sucede todo ello a pesar de los enormes esfuerzos de ellos, en ausencia de infección demostrable, exis-
realizados en los últimos años para desentrañar los tía un proceso inflamatorio, revelado por alteracio-
misterios microbiológicos y patrones anatomoclínicos nes reconocibles en la secreción prostática, tras un
ocultos detrás de un término de tan extraordinaria masaje intenso, que permitía la identificación, al mi-
ambigüedad. croscopio, especialmente el microscopio de contraste
de fases, de un mayor número de leucocitos que en
En los comentarios que siguen pretendemos individuos normales. Las cuestiones que se debatían
hacer una valoración crítica de los últimos progresos pueden resumirse en estas dos preguntas: ¿son todas
conceptuales sobre éste padecimiento, que han mo- las prostatitis crónicas infecciosas o motivadas por un
tivado una nueva clasificación de las prostatitis, con proceso inflamatorio de otra naturaleza?; ¿es el dolor
innovaciones terapéuticas aún de dudosa eficacia, pélvico acompañante, y a veces el más relevante sín-
incluyendo un análisis de sospechas y evidencias re- toma de estos procesos, de origen prostático?.
lacionadas con el potencial efecto carcinogénico de
la inflamación prostática o su relación con la hiper- A la primera pregunta intentaron contestar
plasia prostática. Quizás deba presidir esta revisión Stamey y Meares (2) mediante el contaje diferencia-
una observación clínica incontestable; rara vez los do de bacterias y leucocitos en muestras secuencia-
pacientes diagnosticados de prostatitis crónica, no les, cada una de ellas representativa de una zona de
bacteriana, tienen en su historia clínica un episodio la vía urinaria inferior, del siguiente modo: las mues-
previo, rotundo, de prostatitis aguda. tras iniciales (M1 y M2) corresponden a unos centí-
metros cúbicos de orina obtenidos en la fase inicial
de la micción; la muestra siguiente (M3) representa
Perfil clínico y clasificaciones de las prostá- la secreción obtenida después de un intenso masaje
titis crónicas prostático; la siguiente muestra (M4) se obtiene de
la micción que se realiza después del masaje. El re-
Constituye una referencia obligada el tra- sultado de estos estudios diferenciados de muestras
bajo de Stamey de finales de los 60, publicado en secuenciales, se basaba, más que en valores absolu-
1972 (1) para aclarar los motivos que han guiado tos de recuentos bacterianos o de leucocitos, en las
a los urólogos para determinar la patogenia de la diferencias cuantitativas observadas en las diferentes
muestras, asumiéndose que un número mayor de bac- veces irrelevantes y dudosamente motivados por una
terias o leucocitos en las últimas nuestras orientaban patología específicamente prostática. En la nueva
hacia un proceso infeccioso, simplemente inflamato- clasificación se introducen variaciones conceptuales
rio, o ausencia de cualquier inflamación. que no necesariamente parecen pertinentes desde
una perspectiva crítica. Se mantienen los términos de
Basándose en estas investigaciones DRACH prostatitis aguda, crónica bacteriana o inflamatoria,
(3) estableció en 1978 la clasificación de las pros- que tienen su correspondencia con la terminología
tatitis (Tabla I) que oficialmente ha perdurado hasta previa, pero se da un protagonismo especial al dolor
1995, momento en que se ha sido sustituida por la pélvico, sea cual sea su origen y motivación (síndro-
patrocinada por el NIH (más concretamente por las me prostatitis crónica-dolor pélvico) y se introduce
sección del Nacional Institute of Health que se ocupa un cuarto término que corresponde a una definición
de la diabetes y enfermedades digestivas y renales) histológica y no anatomoclínica, que ciertamente po-
(4-6). En la clasificación de DRACH, la prostatitis cró- demos calificar de “prostatitis histológica”, que ha de
nica se califica de bacteriana o no bacteriana y se ser considerado con las mayores reservas.
añade el término de prostatodinia, término que cobi-
ja un variado grupo de pacientes en los que dominan El protagonismo concedido al dolor pélvico,
las incomodidades, molestias y dolores perineales que es el síntoma dominante en un grupo notable de
(7), asociadas o no a trastornos miccionales, en los estos pacientes (7), ha instalado la terminología de
que los hallazgos analíticos son la mayor parte de las la prostatitis crónica en un campo aún más confuso,
de límites mucho más imprecisos que el de prostato-
dinia (8). Por otro lado, la relevancia sintomática do-
lorosa ha justificado, además de una exigencia más
rigurosa en la historia clínica de estos enfermos, un
TABLA II. PROSTATITIS nuevo baremo sintomático que también ha sido moti-
POBLACIONES MICROBIANAS AISLADAS. vo de aprobación general e incluso convalidación al
español (puertorriqueño) (9). Diversos estudios han
AGUDA CRÓNICA demostrado que la localización más frecuente del do-
lor en los pacientes con síndrome de prostatitis-dolor
pélvico, se refiere a las siguientes áreas; próstata y
Patógenos frecuentes: Patógenos reconocidos:
área perineal (46%), escroto y testículos (39%), pene
E. Coli • frecuentes: (6%), vejiga (6%), área lumbar baja (2%) (Zermann y
Proteus mirabilis E. Coli (80%) cols. 1999) (10). Los síntomas urinarios que más fre-
Klebsiella spp. Klebsiella spp. cuentemente acompañan al dolor son los siguientes:
P. aeruginosa Proteus mirabilis aumento de la frecuencia miccional, dificultad para
Enterococcus spp. Otras Enterobacteriaceae iniciar la micción, chorro débil, micción intermitente
con esfuerzo o dolor en el área uretral al orinar o
S. aureus1 P. aeruginosa
escozor (Alexander y cols. 1996) (11).
Enterococcus faecalis
Patógenos raros: El nuevo término que se propone, en el apar-
Enterobacter spp. • raros: tado IV, de prostatitis asintomática inflamatoria, esta
Serratia spp. Candida spp. distante de la observación clínica e intenta introducir
Salmonella spp. Blastomyces dermatitidis en esta variada clasificación de las prostatitis una
observación histológica caracterizada por la presen-
Anaerobios Histoplasma capsulatum
cia de células mononucleares (no polimorfos!) en las
N. gonorrhoeae Cryptococcus neoformans biopsias que habitualmente practicamos en enfermos
Mycobacterium tuber- Mycobacterium tuberculosis con sospecha de cáncer de próstata o por otros mo-
culosis Mycobaccterium spp. tivos. Este es el grupo más importante de población
Clostridium spp. que sustenta esta nueva terminología.
Hongos Organismos de significado
Parásitos duduso:
Dualidad prostática y prostatitis crónicas
Staphylococcus spp.
Corynebacterium spp. Es interesante constatar que rara vez se ha
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en pacientes Chlamydia trachornatis intentado determinar qué parte de la glándula prostá-
hospitalizados con
caterización prolongada Ureaplasma urealitycum tica, la próstata craneal o caudal, es la que sufre con
Mycoplasma hominis más frecuencia los episodios infectivos o simplemente
inflamatorios. Hay evidencias para sospechar que la
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R. Vela Navarrete, C. González Enguita, J.V. García Cardoso y cols.
prostatitis aguda, en la población adulta con edad fundamentalmente en la próstata caudal, en la zona
inferior a los 50 años, antes del desarrollo de la hi- en la que se originan más del 80% de los carcinomas
perplasia prostática benigna (HBP), es una enferme- prostáticos, pero no es este un aspecto claramente
dad de la próstata caudal (12). Algunos argumentos reconocido en la literatura. Por el contrario, nosotros
a favor de esta hipótesis serían los siguientes: desde hemos buscado esta lesión en el tejido perteneciente
el punto de vista anatómico el drenaje de la próstata al adenoma, en muestras obtenidas por RT o ade-
caudal es mucho más directo que el de la próstata nomectomia retropúbica, y no hemos sido capaces
craneal permitiendo con más facilidad el reflujo, si es de identificarla en ningún caso (Manzarbeitia y cols.
que este proceso facilita la infección; en la prostatitis 2005) (16).
aguda, flemonosa, se reconoce muy bien al tacto la
dureza de la próstata caudal y cuando el proceso
progresa hasta constituir un absceso, suele perforar- Diagnóstico de la prostatitis crónica
se por vía rectal, cosa que serían menos frecuente si
la afección se localizará en la próstata craneal, con El diagnóstico de la prostatitis crónica re-
un drenaje más fácil en uretra; finalmente, la próstata quiere el sustento patogénico de la presencia de
caudal es el lugar selectivo de la litiasis prostática, bacterias o células inflamatorias en la glándula
con frecuencia relacionada con procesos infectivos prostática. Los instrumentos empleados para esta
crónicos glandulares (12-13). necesaria demostración no son muchos y se refie-
ren fundamentalmente a la prueba propuesta por
La pregunta de mayor trascendencia en la ac- STAMEY-MEARES, previamente descrita. Asumiendo
tualidad es la siguiente: ¿es la prostatitis crónica una que la prueba se realiza con el mayor rigor, obte-
enfermedad específica de la próstata caudal?. Las im- niéndose un importante volumen de secreción pros-
plicaciones de esta pregunta no son baladíes desde tática, nuevamente en este caso ignoramos de don-
el momento en que la inflamación crónica ha sido re- de procede esta secreción, si de la próstata caudal,
lacionada con la híperplasia prostática benigna y el craneal, o de ambas, aunque sospechamos que la
carcinoma prostático. En relación con la híperplasia mayor parte debe tener origen en la próstata cau-
prostática benigna es un hallazgo relativamente fre- dal, la parte de la glándula más directamente en
cuente encontrar infiltrados de células mononucleares contacto con el dedo de explorador. A partir de las
en el tejido obtenido por resección transuretral o ade- muestras obtenidas, realizados los cultivos y las ob-
nomectomia retropúbica (14). De hecho, este hallazgo servaciones al microscopio con los contajes bacte-
casi constituye un fenómeno histológico universal. La rianos y de leucocitos correspondientes, la interpre-
identificación histológica de ésta población celular ha tación de los resultados no es fácil. Si la cantidad
confirmado que está fundamentalmente formada por de bacterias es al menos diez veces superior en las
linfocitos, con dominios topográficos específicos en fa- últimas muestras que en las muestras de orina inicia-
vor de linfocitos T (nódulos inflamatorios) o linfocitos B les (M1-M2), previas al masaje prostático, se consi-
(infiltración intersticial). Ulteriores investigaciones han dera que la infección está localizada en la próstata.
demostrado que los linfocitos enriquecen el ambien- Si el número de leucocitos es claramente superior
te celular con la presencia de numerosos marcadores (10/15 por campo) en las muestras postmasaje,
inflamatorios (prostaglandinas, leucotrienos, factores junto a otros hallazgos sugestivos de inflamación
de crecimiento, etc.) (14-15) sugiriendo que ésta po- (reducción gotas lipoideas, cuerpos amiláceos o
blación celular tiene una participación activa en los abundantes leucocitos, etc.) (18) se sospechará que
mecanismos de progresión de la hiperplasia, sin duda existe inflamación prostática.
en coincidencia sinergística con factores hormonales.
No obstante, es éste un proceso muy complejo en el No existen bacterias típicas o específicamen-
que aún faltan eslabones substanciales y evidencias te productoras de prostatitis crónica, al menos en el
que den a esta hipótesis mofogénica de la HBP argu- momento actual (19-20). Las bacterias más frecuen-
mentos sólidos. temente encontradas en la secreción prostática son
enterobacterias de escasa especificidad (Tabla II).
La interrelación entre inflamación prostática Con frecuencia se plantea la controversia sobre su
y carcinoma prostático ha sido sugerida y defendida auténtico carácter patogénico y su participación en
por el grupo de De Marzo (16) que incluso han pre- el proceso que sufre el enfermo. Tampoco la sospe-
sentado una secuencia patogénica, en la que se im- cha de microorganismos más específicos, pero más
plican hallazgos histológicos específicos, como sería difícilmente identificables, como se ha propuesto en
la lesión calificada como PIA (postinflamatory atro- los últimos años, ha sido confirmada (21).
phy), que precedería al PIN en su evolución hacia el
carcinoma prostático. Es de suponer, desde el punto En relación con la población celular infla-
de vista conceptual, que esta lesión se presentaría matoria reconocida en la secreción prostática que
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PROSTATITIS CRÓNICA: UNA REVISIÓN CRÍTICA DE SU ACTUAL DEFINICIÓN NOSOLÓGICA...
caracteriza a la prostatitis crónica, tampoco existe incluye la prueba original de Meares y Stamey. La
ningún dato de especificidad o correlación con los ecografía transrectal constituye, desde que es disponi-
síntomas (22). Se ha buscado una mayor especifici- ble y se ha divulgado, un recurso frecuente de estudio
dad en algunas proteínas presentes en la secreción en estos pacientes y ha producido hallazgos de difícil
prostática obtenida tras el masaje; De este modo se sistematización, referidos a la complejidad venosa pe-
ha investigado la presencia de IL-1, TNFα, y otros riprostática o al mismo cuello vesical (di Trapani y cols.
muchos marcadores con resultados orientativos, no 1988, Dellabella y cols. 2006) (27-28). Ciertamente,
definitivos (23-25) (Tabla II). También podría utilizar- el procedimiento que aportaría mayor información so-
se con estos fines el nivel plasmático del PSA que bre la situación inflamatoria de la glándula prostática
aumenta coincidiendo con los procesos infectivos, a sería la biopsia prostática perineal que por ahora sólo
veces en proporciones muy elevadas (25). parece indicada en pacientes en los que se sospecha
la coincidencia de cáncer prostático por PSA elevado,
En definitiva las pruebas que constituyen el fun- o hallazgos de induraciones sospechosas al tacto rec-
damento diagnóstico de la prostatitis crónica carecen tal. Debe recordarse, aunque infrecuente, que la pros-
de especificidad, igual que sucede con el perfil clínico tatitis granulomatosa es una entidad anatomoclínica
de estos pacientes. De hecho, el diagnóstico de prosta- perfectamente definida en la que la biopsia prostática
titis crónicas es, en muchas ocasiones, un diagnóstico es incuestionable; He aquí una nueva ausencia en la
de exclusión. Más de un 30% de los pacientes que clasificación de la prostatitis..
calificamos de prostatitis crónica se quedan sin ampa-
ro etiopatogénico concluyente (25-26). La tendencia
actual es simplificar los procedimientos diagnósticos Prostatitis crónica y dolor pélvico
de tal modo que la prueba de STAMEY-MEARES que-
da reducida sólo a dos muestras: la muestra de orina El dolor es sin duda el síntoma dominante en
obtenida inmediatamente antes del masaje y la mues- muchos pacientes a los que se les diagnostica de pros-
tra obtenida después del masaje prostático, aunque el tatitis crónica (7,25). Como señalado, el dolor se refie-
algoritmo diagnóstico que propone la EAU (26), aún re fundamentalmente a la zona pélvica, área perineal