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UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA

VICERRECTORADO ACADÉMICO
DEPARTAMENTO DE INVESTIGACION, EXTENSIÓN Y
POSGRADO
SAN JOAQUÍN DE TURMERO, EDO-ARAGUA

DERECHO COMPARADO DEL TRABAJO

Profesora:
Integrantes:
Abg. Sandra Vivero Nancy Giovinale C.I13.455.209
Ynes Peaspan C.I 12.420.926
Evelyn Pérez C.I 17.578.059
Génesis Ramírez C.I 19.403.003
INTRODUCCIÓN

La necesidad de poder de obtener grandes riquezas siempre ha


movido a las masas el que más tiene se aprovecha de aquel que menos
posee para sacar provecho, el mundo laboral no escapa de ello mano de
obra barata que genera grandes riquezas aquel que tiene el capital lo cual
ha sido tema presente a medida que evoluciona la sociedad y el mundo.

Las Guerras se han originado por imposición de poder, por búsqueda


de mejores beneficios, de libertades, el sentido o fin de la guerra puede
variar pero lo que queda después de ella es solo destrucción y muerte, el
que venció ve que triunfo por conquistar su ideal, a medida que las sociedad
evolucionan con ello sus necesidades y de allí surge la Organización
Internacional del Trabajo que busca proteger y brindar bienestar social
aquellos que ofrecen su mano de obra para sustento propio y de su familia.

Que exista una normativa interna que ayude a reglamentar el trabajo


a nivel mundial, aquellos países que se suscriben a ello deben aceptar en
sus leyes los convenios o normativas que gira la Organización Internacional
del Trabajo lo cual crea vinculantes para el proceso social del trabajo.

Lo excelente de esta organización que integra las partes de una


relación de trabajo, el Estado, trabajadora y empleadora, ya que para el
funcionamiento equitativo del mismo deben estar unificados los criterios y
lineamientos que rijan toda relación de trabajo sin atropellar los derechos
de cada uno de los involucrados.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) es el organismo


especializado de las Naciones Unidas que tiene como objetivo la promoción
de la justicia social y de los derechos humanos y laborales
internacionalmente reconocidos, en condiciones de libertad, igualdad y
dignidad humana, con un único propósito de promover una mejor vida en
todos los aspectos laborales.
Creada por el Tratado de Versalles en 1919, la OIT consiguió, no
sólo atravesar el período de la II Guerra Mundial manteniendo sus
principios, métodos y objetivos intactos, sino que además los mismos se
vieron reafirmados y reforzados. A través de la guerra y de la paz, de la
depresión y la economía, de la descolonización y de la globalización, la OIT
se ha mantenido siempre vigente para resolver y dar solución a los
problemas de la sociedad. Además de aportar ideas, opciones e
instrumentos de política siempre con el objetivo de la justicia social.

Una fuerza de trabajo educada y capacitada es un componente


indispensable de este nuevo énfasis en los mercados de trabajo y su
funcionamiento, durante muchos años la OIT ha estado asesorando a los
Estados miembro en políticas para el desarrollo de calificaciones, y en la
generación de investigación y análisis en esta área. Las políticas para el
desarrollo de calificaciones constituyen un elemento esencial del programa
global de empleo.
DERECHO COMPARADO DEL TRABAJO

DEFINICIÓN DE DERECHO COMPARADO

El Derecho Comparado es una técnica para estudiar el Derecho,


caracterizada por contrastar instituciones o figuras jurídicas de distintos
ordenamientos o legislaciones positivas vigentes de diversos países, con el
fin de profundizar en el conocimiento del ordenamiento propio.

El Derecho Comparado y su importancia ha sido objeto de análisis


por diversos estudiosos legalistas, más aun, cuando la evolución social y
económica de las civilizaciones se orienta hacia un tráfico cada vez más
frecuente de personas, ideas y bienes, pudiendo resaltar básicamente la
existencia de dos concepciones preponderantes que han sido acogidas por
los autores más destacados de esta ciencia y hacia las cuales se enfocan
dichas virtualidades:

La primera, es la concepción de saleilles, en virtud de la cual el


Derecho Comparado es una disciplina auxiliar del derecho nacional positivo,
que contribuye a reforzar las soluciones de este o insinuar sus cambios.

La segunda, es la concepción de Lambert, para la cual el Derecho


Comparado es una ciencia principal y autónoma, que pone de relieve el
fondo común de las diversas legislaciones positivas, con lo que permite
alcanzar el conocimiento de las leyes y su evolución, las finalidades
perseguidas por estas y la existencia de principios que reciben una adhesión
más o menos numerosa.
No obstante, en términos generales podemos tomar como una
definición aceptada para conceptualizar la rama del derecho en comento,
como aquella ciencia que los juristas de un país se ocupan de estudiar
examinando el origen o evolución de una institución jurídica de diversas
legislaciones observando las analogías y diversidades dentro del tramado
social, económico, político y cultural con la finalidad de extraer líneas
directivas para su derecho nacional y asegurar la coexistencia pacífica con
otros pueblos del mundo.

No hay ciencia sin método, por lo tanto, aquellos juristas usarán el


método del mismo nombre - el método comparado - para proceder
críticamente a examinar la totalidad de los sistemas jurídicos del mundo,
un grupo de ellos o legislaciones particulares.

El esfuerzo particular de los juristas se concentrará en establecer


diferencias y semejanzas de un derecho o parte del mismo, en base a los
criterios de estructura, fuentes, noción de norma, método-técnica y
principios, ¿Con qué finalidad? Los juristas se proponen conocer el derecho
extranjero, mejorar su ordenamiento patrio y servir al propósito de la
coexistencia pacífica con otros pueblos y a la unificación del derecho
universal.

RESEÑA HISTÓRICA DEL DERECHO COMPARADO

El Derecho Comparado no es un fenómeno nuevo y desde el


comienzo del siglo XX acompaña fielmente el desarrollo de los
acontecimientos mundiales y la evolución del derecho. Aparece con toda
su fuerza en el recordado Congreso de Derecho Comparado de París
(1900) como reflejo de la artificial unidad europea y como la respuesta a la
inquietud de conocernos a nosotros mismos mejor. No en vano decía el
conocido escritor alemán Tomas Mann: “... sólo a través de la
comparación nos distinguimos y sabemos cómo somos para
convertimos en lo que debemos ser”. Los organizadores del Congreso
(especialmente el conocido jurista Raymond Saleilles), defendían la
unificación del mundo y con ello la unificación de los diversos
ordenamientos jurídicos. En consecuencia de la euforia que ha reinado en
el Congreso, se han creado múltiples instituciones destinadas al estudio del
Derecho Comparado: en las universidades, en los organismos públicos y
por iniciativas privadas. En algunas Facultades de Derecho se introdujo la
enseñanza comparatista no sólo en los cursos de postgrado, sino como
asignatura en el pregrado. Los estudios y las publicaciones de aquéllas casi
dos décadas aun hoy resultan útiles para comprender los objetivos del
Congreso de París y los fines del Derecho Comparado. Sin embargo, poco
duró esta euforia. Los cañones de la primera guerra mundial hicieron callar
al derecho en general y, con mayor razón, al Derecho Comparado. El final
de esta guerra, la aparición de la Unión Soviética y su círculo de satélites,
así como las diferencias surgidas entre los sistemas jurídicos, todo ello
desencadenó el renovado interés por comparar en derecho, para
comprender e interpretar mejor las similitudes y los distanciamientos. Este
período renacentista tampoco duró mucho. El nuevo, y esta vez global
conflicto bélico, sus crueldades y sus consecuencias hicieron olvidar las
románticas ideas del Congreso de París para ubicarnos en la realidad que
obligaba a dirigir la comparación hacia las específicas parcelas del derecho.

El período comprendido entre el final de la segunda guerra mundial


y la década de los noventa es testigo del auge y del progresivo derrumbe
del Derecho Comparado. El auge se debió no sólo a los nuevos escenarios
sociológicos, entre otros, fenómenos emigratorios de Europa a América,
sino al traslado de grupos poblacionales, consecuencia de los convenios
de postguerra (rusos, ucranianos, polacos, franceses, alemanes,
primordialmente). Había que conocer y entender el derecho del otro si se
quería adaptar completamente a nuevas situaciones. Se comenzó hablar
nuevamente de la unidad (especialmente la europea) como cuestión de la
supervivencia. Treinta años después surgieron otros intereses, la
diversificación y especialización en el derecho y la aparición de nuevas
ramas jurídicas obligaron a las universidades a revisar sus pensum eliminar
lo menos necesario, unas disciplinas “de lujo", entre ellas, el Derecho
Comparado. ¡Grave error! Se decía que el estudio del Derecho tenía que
ser más técnico, más adaptado a la práctica y al ejercicio profesional. Las
instituciones y organismos de diversa índole, dedicados al estudio del
Derecho Comparado, se encontraron con drásticos cortes presupuestarios.
Se trató de justificar esta caída con el cambio generacional y con la
dinámica de nuestros tiempos, así como con la necesidad de formar juristas
más próximos a la realidad práctica, al positivismo jurídico, es decir, volver
a aquello que afirmaba un reconocido profesor francés Bugnet: yo no
conozco el Derecho Civil, yo sólo enseño el Código Napoleón.

DERECHO COMPARADO EN VENEZUELA

Venezuela no se ha quedado atrás y ha participado intensamente en


el desarrollo del Derecho Comparado, especialmente durante la segunda
mitad del siglo XX. En el año 1955 se funda el Comité Venezolano de
Derecho Comparado por los entusiastas de esta materia entre los cuales
figuran los nombres de los más prestigiosos juristas patrios, tales como Luis
Felipe Urbaneja, Gustavo Manrique Pacanins, José Agustín Méndez,
Antonio Moles Caubet, Oscar Palacios Herrera, Edgard Sanabria, Joaquín
Sánchez-Covisa, Luis Loreto, Silvestre Tovar Lange, René De Sola y otros,
todos coordinados por Roberto Goldschmidt, alma y corazón de estudios
comparados en Venezuela y quien fue designado como secretario del
naciente Comité. Este Comité desarrolló intensas actividades en las
universidades y fuera de ellas, convirtiendo al Derecho Comparado en una
disciplina de interés para todos los juristas. Conjuntamente se creó un
Instituto de Derecho Comparado en el Ministerio de Justicia.
En el año lectivo 1957-1958 Roberto Goldschmidt dictó en el
pregrado un seminario sobre Derecho Comparado, en aquél entonces,
novedosa disciplina que despertó interés en un número considerable de
estudiantes. El contenido de este seminario aún no ha perdido su
actualidad. En las décadas siguientes el Comité ha promovido interesantes
estudios y ha coordinado la participación venezolana en los congresos
internacionales de Derecho Comparado.

En el año 1978 el Comité se convirtió en la Asociación


Interuniversitaria de Derecho Comparado que solía realizar reuniones
regulares de su Comité Directivo, en diferentes ciudades del país, que
promovía la celebración de Jornadas y Cursos de Derecho Comparado de
alto nivel científico con la participación de prestigiosos comparatistas de
América y Europa (Werner Goldschmidt, Leontin-Jean Constantinesco e
Ivon Loussouarn, por nombrar a los más relevantes) y cuyas publicaciones
constituyen un importante aporte al desarrollo del Derecho Comparado en
Venezuela y en el mundo. También se han elaborado programas de
enseñanza de Derecho Comparado en el ámbito de pregrado y de
postgrado, discutidos ante diferentes organismos competentes, así como
un proyecto del Centro de Derecho Comparado.

IMPORTANCIA DE DERECHO COMPARADO EN LA ENSEÑANZA


JURÍDICA

El esbozo de la problemática de Derecho Comparado conduce a la


necesidad de repensar su utilidad en la enseñanza universitaria de
Derecho. Antes de ocuparnos de diferentes aspectos de dicha enseñanza,
debemos hacer una advertencia indispensable: los ambiciosos objetivos de
estudios comparados, frecuentemente esbozados por prestigiosos
comparatistas, podrían fácilmente conducir a una conclusión errónea de
considerar la presencia de Derecho Comparado en la enseñanza jurídica
como un remedio universal, no sólo para evitar su tantas veces comentada
crisis, sino para lograr la adecuada concepción del derecho en el exigente
mundo actual. Por ello, un comparatista serio debe partir de una correcta
valoración de la materia y no sobreestimar su importancia. Es evidente que
el Derecho Comparado nunca podrá ser un remedio universal; pero,
considerado como un factor dentro del abanico de otros elementos
imprescindibles para lograr los objetivos a que aspira el jurista de nuestros
tiempos, resultará de incalculable valor.

Para encontrar la adecuada concepción de la enseñanza de Derecho


Comparado, trataremos de responder a tres preguntas: por qué debe
enseñarse el Derecho Comparado, es decir, cuales son los objetivos de la
enseñanza; qué debe enseñarse, es decir, cuál debe ser su contenido; y
cómo debe enseñarse, es decir,
Cuál es el método para la enseñanza exitosa. Las respuestas a las tres
preguntas planteadas confirmarán la importancia de estudios comparados
en la enseñanza
Jurídica.

DERECHO COMPARADO DEL TRABAJO

El Derecho Comparado del Trabajo, consiste como bien su nombre


lo indica, en la comparación de las instituciones y figuras contempladas en
el ordenamiento jurídico patrio con instituciones y figuras análogas del
Derecho Internacional, lo cual facilitará el estudio y comprensión de las
mismas, al igual que su difusión.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, como


norma hipotética fundamental sobre la cual descansa todo el ordenamiento
jurídico, consagra o reconoce aspectos en materia laboral que tienden a
garantizar la protección de los derechos de los trabajadores y trabajadoras
y a normalizar la naturaleza social de los mismos, otorgándoles a estos
status jurídico y estableciendo a la vez los limites y extensiones de tales
derechos y garantías sociales.

El proceso de constitucionalizacion de la materia laboral y su


posterior internacionalización, es un hecho que adquirió notable auge y
trascendencia en la mayoría de los países a partir de la masificación del
trabajo industrial, aspecto que por su estricto orden social, conllevó a que
los Estados asumieran la elaboración de las normas protectoras de los
trabajadores, con el objeto de mejorar las condiciones de trabajo de las
masas obreras.

Fundamentalmente las Constituciones, a nivel internacional, buscan


reconocer y hacer parte de su texto algunas garantías en materia de
protección del trabajador en forma muy generalizada. Por ello, las
declaraciones laborales de las constituciones clásicas tienen un valor
programático, necesitando para su desarrollo adyacente normas
posteriores, que a veces incluso confirman instituciones ya reconocidas por
la legalidad anterior que de ese modo sobreviven.

Ello así, la protección a los derechos laborales consagrados en las


constituciones actuales, suponen su reconocimiento y aplicación en todos
los ámbitos de la estructura jurídico-social establecida y su consecuente
tutela por las instituciones creadas y reconocidas para tal fin; su razón de
ser se haya fundamentada en la necesidad misma de aviparar a un gran
número de seres humanos de las injusticias, la miseria y las privaciones, de
hacerle reconocimiento al trabajador como instrumento de la riqueza social.
La vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(C.R.B.V) aprobada en el año 1999 y elaborada por una Asamblea Nacional
Constituyente designada directamente por elección popular, vino a
consagrar constitucionalmente algunos principios y derechos para
garantizar mediante su aplicación la protección del trabajador desde un
punto de vista laboral, siendo tales preceptos constitucionales la base
informativa, normativa e interpretativa del principio protector, según la cual
se rige y orienta el derecho positivo laboral venezolano.

En el contexto latinoamericano y europeo, diversas Constituciones


que anteceden a la Constitución Venezolana de 1999 han consagrado en
forma muy precisa la protección de los derechos laborales, y en tal sentido
se considera de gran interés y sentido académico, analizar
comparativamente la protección de los derechos laborales que se consagran
en nuestra Carta Magna con respecto a lo establecido por las Constituciones
de Colombia, México y España, que son marco de referencias en la materia
por considerárseles normas progresistas y de gran contenido social.

METODOLOGÍA COMPARATIVA

La Metodología Comparativa, se logra presentando un conjunto de


características que constituyen un amplio sistema de relaciones e
interrelaciones que la definen. La idea dominante es que para establecer
una comparación entre dos hechos o fenómenos es preciso que tengan
algo en común, y deben ser vistos así por la aplicación de un criterio
comparativo que permita ordenar y relacionar las diferentes variables objeto
de estudio.

La comparación tiene por objeto descubrir las semejanzas, las


diferencias y las diversas relaciones que pueden establecerse. Comparar
es pensar relacionando. Se insiste en la importancia de las coordenadas
espacio y tiempo en la comparación, pues ésta supone una afinidad o
proximidad geográfica e histórica. La comparación suele tender hacia una
unificación o generalización. Se parte de un estado de desigualdad o
diferencia entre dos o más realidades, pero se acaba por descubrir entre
ellas algún principio de unidad, alguna ley común. Incluso en la práctica, la
Pedagogía Comparada expresa a menudo su deseo de servir al ideal de
unidad entre los diferentes pueblos, a través de una unidad establecida en
sus sistemas educacionales; con los pronósticos educacionales que intenta
ayudar a formar, quiere dar una base a las políticas educativas para que
funcionen lo más correctamente posible.

Ello así, nada mejor que el funcionamiento de una cadena circular


para explicar el método aplicable en el Derecho Comparado: se comparan
los supuestos de hecho, la norma jurídica aplicable a estos supuestos y la
solución que puede adquirir matices propios, a veces distantes del texto
legal, en las decisiones jurisprudenciales. La cadena comparatista debe
tomar especialmente en cuenta los siguientes aspectos extrajurídicos: el
histórico, el sociológico, el filosófico y el político que, a su vez, influencian
tanto el texto legal como la sentencia de los tribunales.

El aspecto histórico, aunque de interés, no es determinante, debido


a su dinamismo que se refleja en cambios frecuentes.

El límite entre el aspecto sociológico y filosófico no es de fácil


apreciación. En ambos se trata de "determinar la causalidad entre la
creación del derecho y los efectos que produce"; esto puede ser tanto de la
competencia de investigaciones sociológicas, como, según Rabel, de la
filosofía.

Las orientaciones metodológicas en la investigación referente al


derecho comparado suelen ser visualizadas desde dos espectros: uno, como
una investigación restringida a legislaciones de similar afinidad cultural; dos,
como una investigación amplia a través de toda clase de legislaciones.

En general, se acepta como método apropiado el primero de los


mencionados, pues ningún rigor científico puede esperarse de
investigaciones que indiscriminadamente computan los datos provenientes
de legislaciones carentes de homogeneidad cultural. Considerado el
Derecho Comparado como fuente de derecho, sólo tiene el valor de
elemento corroborante de la solución indicada por otro medio de expresión
del derecho Nacional.

En conclusión podemos afirmar: deben compararse los supuestos


de hecho y las soluciones respectivas, determinadas por los elementos
sociológicos, filosóficos y políticos que a su vez se reflejan en el sistema
jurídico de un determinado país. No deben compararse los conceptos
vacíos y las estructuras abstractas, sino las "funciones" que se cumplen a
través de las decisiones judiciales. Sólo un Derecho Comparado funcional
puede responder a las exigencias de las ciencias jurídicas modernas
porque parte de una base real acorde con la problemática de cada caso
concreto.

DERECHO INTERNACIONAL DEL TRABAJO

Es el conjunto de normas jurídicas adoptadas por la Conferencia


Internacional del Trabajo al aprobar los distintos convenios y
recomendaciones que se relaciona con la materia laboral, normas que en
los Estados miembros de la OIT se comprometen a incluir dentro de sus
respectivas legislaciones, para regular los diversos aspectos de las
relaciones obrero-patronales y de la seguridad social. Está constituido por
los tratados internacionales celebrados entre distintos países y
esencialmente por los convenios y recomendaciones de la organización
Internacional del trabajo (O.I.T)

El convenio es un instrumento jurídico que reglamenta ciertos


aspectos de la administración del trabajo, del bienestar social o de los
derechos humanos. Su ratificación crea una doble obligación para el Estado
miembro, la de constituir un compromiso formal de aplicar las disposiciones
del convenio y una indicación de que el Estado aceptará cierta medida de
supervisión internacional.

ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO

La OIT es la fuente de derecho internacional laboral representada en


sus Convenios y Recomendaciones y en los documentos que emanan de
su mecanismo de control de la aplicación de esas normas internacionales
del trabajo, protegiendo los derechos de los trabajadores. Los Convenios
de la OIT son tratados internacionales sujetos a ratificación por los Estados
miembros de la OIT. Sus Recomendaciones son instrumentos no
vinculantes, que por regla general tratan de los mismos temas que los
Convenios

Fue fundada el 11 de abril de 1919, en el marco de las negociaciones


del Tratado de Versalles. Cuenta con una sede en la ciudad suiza de
Ginebra; esta organización, es dirigida por una junta que cuenta con
representantes de los sindicatos, de los gobiernos nacionales y de las
empresas. La autoridad máxima de la OIT es su director general, que es
elegido por un Consejo de Administración que tiene tres reuniones anuales.
Una vez al año, por otra parte, se realiza la Conferencia Internacional del
Trabajo, considerado como el órgano más importante de la entidad.

Su objetivo principal, es responder a las necesidades de los hombres


y mujeres trabajadores al reunir a gobiernos, empleadores y trabajadores
para establecer normas del trabajo, desarrollar políticas y concebir
programas. La estructura de la OIT, en la cual trabajadores y empleadores
tienen el mismo derecho a voto que los gobiernos en sus deliberaciones,
es una muestra del diálogo social en acción. De esta manera se garantiza
que las opiniones de los interlocutores sociales queden fielmente reflejadas
en las normas laborales, políticas y programas de la OIT. Un aspecto
esencial en las actividades de la OIT es la importancia de la cooperación
entre gobiernos y organizaciones de trabajadores y empleadores en la
promoción del progreso social y económico.

La OIT gira en torno a cuatro objetivos estratégicos:

1. Promover y cumplir las normas, principios y derechos fundamentales en


el trabajo. Toda vez que la meta es el trabajo decente se establecen las
normas sociales básicas acordadas por los países.

2. Crear mayores oportunidades para que mujeres y hombres puedan


tener empleos e ingresos dignos.

3. Mejorar la cobertura y la eficiencia de una seguridad social para todos.

4. Fortalecer el tripartismo y el diálogo social.

FUNDAMENTOS:

Estos fundamentos se clasifican en tres importantes grupos:

1. Fundamentos Económicos

 La competencia desleal entre estado generan situaciones


embarazosas para los trabajadores al punto de crear un antidumping
de recursos humanos.

 La producción de las mercaderías era realizadas a base de salarios


bajos, insuficientes y condiciones laborales inadecuadas.
 Implementación de políticas arancelarias proteccionistas por parte
de los países más industrializados colocaba a otros países en
situación de desventaja respecto a los beneficios en pro de un sano
desarrollo económico.

 Desarrollo económico de los países basado en la armonía de las


políticas económicas y sociales más adecuadas.

 El surgimiento del tratado de Versalles, en el año 1919, estableció


los principios universales y esenciales del fundamento jurídico del
derecho internacional privado del trabajo.

 El fortalecimiento de la Organización Internacional del Trabajo, con


la declaración de Filadelfia efectuada en el año 1944.

2. Fundamentos de Carácter Humanitarios

 Condiciones deplorables en que se desarrollaba el trabajo en los


comienzos de la industrialización de Europa, impulsa la necesidad
de crear una legislación laboral de carácter internacional.

 Surge la O.I.T. como base fundamental de restablecimiento y


mantenimiento de la paz en el mundo basado en los principios de
una mejor justicia social.

3. Fundamentos de Técnicas Legislativas

 Relaciona la necesidad de reglamentar situaciones de por si


internacionales que de hecho exigen la acción conjunta de diversos
estados, para resolver temas referentes a:
 Condiciones laborales de los migrantes
 Seguridad en el transportes internacional de carga
 Desarrollo progresivo de las empresas multinacionales con una
política laboral generalmente más específica.
ANTECEDENTES:

A principios del decenio de 1990, era evidente que el mundo había


cambiado. La globalización, la revolución de la tecnología de la información,
el fin de la guerra fría y la emergencia de una economía de mercado
universal por primera vez desde 1914 dieron el impulso necesario para abrir
un debate mundial sobre las normas fundamentales del trabajo - tanto
dentro como fuera de la Organización Internacional del Trabajo.

El debate se intensificó al resultar evidente que el crecimiento


económico por sí solo no era suficiente. Cuando surgió el proceso
comúnmente llamado globalización, se dio por supuesto que la
internacionalización, los cambios tecnológicos, la economía de mercado y
la democratización, proporcionarían los elementos esenciales para el
crecimiento, el empleo y el bienestar. No fue el caso en todas partes.
Indicador tras indicador revelaron que el crecimiento era desigual, tanto
dentro de los países como entre distintos países. La pobreza no había sido
erradicada, seguía existiendo la injusticia social, y aumentaban las
desigualdades.

En el mundo entero, el número de personas que viven con menos


de un dólar por día prácticamente no varió en el decenio de 1990. La
preocupación creciente que originó esta situación dio lugar a un enérgico
debate sobre el comercio y las normas laborales (con frecuencia
denominado "debate sobre la cláusula social") cuando se creó la
Organización Mundial del Comercio en 1994. En la misma época, la
Conferencia Internacional del Trabajo comenzó un extenso examen de las
cuestiones relacionadas con las normas.

En 1995, la Cumbre Mundial de las Naciones Unidas sobre


Desarrollo Social, celebrada en Copenhague, acordó una serie de
compromisos que definieron un nuevo campo de acción. Cabe señalar que
el Representante Especial del Secretario General para la Cumbre, Sr. Juan
Somavia, se convertiría posteriormente en Director General de la OIT. Ante
los delegados reunidos en la Cumbre - entre ellos, cerca de 153 jefes de
Estado y de gobierno - el Sr. Juan Somavia declaró que la Cumbre ofrecía
la oportunidad de desarrollar el consenso social que da sustentabilidad al
consenso político y económico e introduce la fraternidad y la solidaridad
como un componente esencial de las relaciones humanas.

El tercer compromiso de la Cumbre afirma que el pleno empleo es


una prioridad básica de las políticas económicas y sociales.

En junio de 1998, los representantes de los gobiernos, los


empleadores y los trabajadores, reunidos en la Conferencia Internacional
del Trabajo, tomaron una medida histórica al adoptar la Declaración. El
Director General de la época, Sr. Michel Hansenne, declaró lo siguiente: "la
OIT asume las tareas que le ha encomendado la comunidad internacional,
adoptando a tal efecto, habida cuenta de las realidades de la
mundialización de la economía, una verdadera plataforma social mínima de
ámbito mundial. Así, la Organización Internacional del Trabajo está en
condiciones de abordar con optimismo el nuevo siglo que se acerca".

ORIGEN:

Creada por el Tratado de Versalles en 1919, al mismo tiempo que la


Sociedad de Naciones, la OIT consiguió, no sólo atravesar el período de la
II Guerra Mundial manteniendo sus principios, métodos y objetivos intactos,
sino que además los mismos se vieron reafirmados y reforzados. A través
de la guerra y de la paz, de la depresión y del boom económico, de la
descolonización y de la globalización, la OIT ha reunido siempre a los
actores del mundo del trabajo para forjar las soluciones a algunos de los
problemas más acuciantes de nuestros tiempos y ha sabido aportar ideas,
opciones e instrumentos de política, siempre con el objetivo de la justicia
social.

Su Constitución fue elaborada entre enero y abril de 1919 por una


Comisión del Trabajo establecida por la Conferencia de Paz, que se reunió
por primera vez en París y luego en Versalles. La Comisión, presidida por
Samuel Gompers, presidente de la Federación Estadounidense del Trabajo
(AFL), estaba compuesta por representantes de nueve países: Bélgica,
Cuba, Checoslovaquia, Francia, Italia, Japón, Polonia, Reino Unido y
Estados Unidos. El resultado fue una organización tripartita, la única en su
género con representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores en
sus órganos ejecutivos.

La Constitución contenía ideas ya experimentadas en la Asociación


Internacional para la Protección Internacional de los Trabajadores, fundada
en Basilea en 1901. Las acciones en favor de una organización
internacional que enfrentara temas laborales se iniciaron en el siglo XIX, y
fueron lideradas por dos empresarios, Robert Owen (1771-1853) de Gales
y Daniel Legrand (1783-1859) de Francia.

EVOLUCIÓN:

La OIT ha realizado aportes importantes al mundo del trabajo desde


sus primeros días. La primera Conferencia Internacional del Trabajo en
Washington en octubre de 1919 adoptó seis Convenios Internacionales del
Trabajo, que se referían a las horas de trabajo en la industria, desempleo,
protección de la maternidad, trabajo nocturno de las mujeres, edad mínima
y trabajo nocturno de los menores en la industria.

La OIT estableció su sede en Ginebra en el verano de 1920 con el


francés Albert Thomas como primer Presidente de la Oficina Internacional
del Trabajo, que es la secretaría permanente de la Organización. Con gran
ímpetu impulsó la adopción de 16 Convenios Internacionales del Trabajo y
18 Recomendaciones en menos de dos años.

Este primer fervor pronto fue moderado, porque algunos gobiernos


pensaban que había demasiados Convenios, el presupuesto era excesivo
y los informes muy críticos. Sin embargo, la Corte Internacional de Justicia
declaró que el ámbito de acción de la OIT se extendía también a la
reglamentación de las condiciones de trabajo del sector agrícola.

En 1925 fue creado un Comité de Expertos como sistema de


supervisión de la aplicación de las normas de la OIT. El Comité, que aún
existe, está compuesto por juristas independientes responsables del
análisis de los informes de los gobiernos y de presentar cada año a la
Conferencia sus propios informes.

El británico Harold Butler, sucesor de Albert Thomas desde 1932,


tuvo que enfrentar la Gran Depresión y su consecuencia de desempleo
masivo. Al darse cuenta de que para abordar temas laborales necesitaba
también de la cooperación internacional, Estados Unidos se convirtió en
Miembro de la OIT en 1934, aunque continuaba fuera de la Sociedad de
las Naciones.

El estadounidense John Winant asumió el cargo en 1939 cuando la


Segunda Guerra Mundial era inminente. Por motivos de seguridad trasladó
la sede de la OIT en forma temporal a Montreal, Canadá en mayo de 1940.
En 1941 cuando fue nombrado embajador de EE.UU. en Gran Bretaña dejó
la Organización.

Su sucesor, el irlandés Edward Phelan, había ayudado a escribir la


Constitución de 1919 y desempeñó otra vez un papel importante durante la
reunión de Filadelfia de la Conferencia Internacional del Trabajo realizada
en medio de la Segunda Guerra Mundial, en la cual participaron
representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores de 41 países.
Los delegados aprobaron la Declaración de Filadelfia, incorporada a la
Constitución, que constituye aún una Carta de los propósitos y objetivos de
la OIT. En 1946, la OIT se convirtió en una agencia especializada de la
recién creada Organización de las Naciones Unidas. En 1948, todavía bajo
la dirección de Phelan, la Conferencia Internacional del Trabajo adoptó el
Convenio No. 87 sobre la libertad sindical y la protección del derecho de
sindicación.

El estadounidense David Morse fue Director General entre 1948 y


1970, período durante el cual se duplicó el número de países miembros. La
Organización asumió su carácter universal, los países industrializados
pasaron a ser una minoría ante los países en desarrollo, el presupuesto
creció cinco veces y el número de funcionarios se cuadruplicó. La OIT creó
el Instituto Internacional de Estudios Laborales con sede en Ginebra en
1960 y el Centro Internacional de Formación en Turín en 1965. La
Organización ganó el Premio Nobel de la Paz en su 50 aniversario en 1969.

Entre 1970 y 1973, con el británico WilfredJenks como Director


General, la OIT avanzó en el desarrollo de normas y de mecanismos para
la supervisión de su aplicación, en particular en la promoción de la libertad
sindical y la protección del derecho de sindicación.

Su sucesor, el francés Francis Blanchard, extendió la cooperación


técnica de la OIT con países en desarrollo y logró evitar el deterioro la
Organización pese a la pérdida de un cuarto de su presupuesto tras el retiro
de EE.UU. desde 1977 hasta 1980. La OIT desempeñó también un papel
importante en la emancipación de Polonia de la dictadura, al darle su apoyo
total a la legitimación del sindicato Solidarnosc basándose en el respeto del
Convenio No. 87 sobre libertad sindical, que Polonia había ratificado en
1957.
Michel Hansenne de Bélgica asumió el cargo en 1989 y condujo la
OIT después del fin de la Guerra Fría. Puso énfasis en la importancia de
colocar la justicia social al centro de las políticas económicas y sociales
internacionales. También orientó a la OIT hacia una descentralización, con
mayores actividades y recursos fuera de la sede de Ginebra.

El 4 de marzo 1999 el chileno Juan Somavia asumió el cargo de


Director General. Somavia ha planteado la importancia de convertir el
Trabajo Decente un objetivo estratégico internacional y de promover una
globalización justa. También ha destacado el trabajo como un instrumento
para la superación de la pobreza y el papel de la OIT en el logro de los
Objetivos de Desarrollo del Milenio, que incluyen la reducción de la pobreza
a la mitad para 2015.

El Británico GuyRyder fue elegido como el décimo Director General


de la OIT y comenzó su mandato de cinco años en octubre de 2012.

FINES:

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) está consagrada a


la promoción de la justicia social, de los derechos humanos y laborales
reconocidos internacionalmente, persiguiendo su misión fundadora: la
justicia social es esencial para la paz universal y permanente.

Única agencia 'tripartita' de la ONU, la OIT reúne a gobiernos,


empleadores y trabajadores de 187 Estados miembros a fin de establecer
las normas del trabajo, formular políticas y elaborar programas
promoviendo el trabajo decente de todos, mujeres y hombres.
Actualmente, el Programa de trabajo decente de la OIT contribuye
a mejorar la situación económica y las condiciones de trabajo que permiten
que todos los trabajadores, empleadores y gobiernos participen en el
establecimiento de una paz duradera, de la prosperidad y el progreso.

La misión de la OIT está agrupada en torno a cuatro objetivos


estratégicos:

 Promover y cumplir las normas y los principios y derechos


fundamentales en el trabajo.
 Crear mayores oportunidades para que mujeres y hombres puedan
tener empleos e ingresos dignos.
 Mejorar la cobertura y la eficacia de una seguridad social para
todos.
 Fortalecer el tripartismo y el diálogo social.

Órganos de la Organización Internacional del Trabajo:

 (a) la Conferencia General de los representantes de los Miembros;


 (b) el Consejo de Administración, compuesto como lo indica el
artículo 7; y
 (c) la Oficina Internacional del Trabajo, que estará bajo la dirección
del Consejo de Administración.
 Consejo de Administración

COMPOSICIÓN:

1. El Consejo de Administración se compondrá de cincuenta y seis


personas:
 veintiocho representantes de los gobiernos;
 catorce representantes de los empleadores, y
 catorce representantes de los trabajadores.

Representantes de los gobiernos

2. De los veintiocho representantes de los gobiernos, diez serán nombrados


por los Miembros de mayor importancia industrial, y los dieciocho restantes,
por los Miembros designados al efecto por los delegados gubernamentales
a la Conferencia, con exclusión de los delegados de los diez Miembros
primeramente mencionados.
Estados de mayor importancia industrial

3. El Consejo de Administración determinará, cada vez que sea necesario,


cuáles son los Miembros de la Organización de mayor importancia
industrial y fijará las normas para que todas las cuestiones relacionadas
con la designación de dichos Miembros sean examinadas por una comisión
imparcial antes de que el Consejo de Administración adopte una decisión
al respecto. Toda apelación interpuesta por un Miembro contra la decisión
del Consejo de Administración por la que determine cuáles son los
Miembros de mayor importancia industrial será resuelta por la Conferencia;
pero dicha apelación no suspenderá la aplicación de la decisión mientras
la Conferencia no se haya pronunciado.

Representantes de los empleadores y de los trabajadores

4. Los representantes de los empleadores y los de los trabajadores serán


elegidos, respectivamente, por los delegados empleadores y los delegados
trabajadores a la Conferencia.
Renovación
5. El Consejo de Administración se renovará cada tres años. Si por
cualquier razón las elecciones del Consejo de Administración no pudieren
celebrarse al expirar este plazo, el Consejo de Administración continuará
en funciones hasta que puedan realizarse.

Puestos vacantes, designación de suplentes, etc.

6. La forma de proveer los puestos vacantes y de designar los suplentes, y


otras cuestiones análogas, podrán ser resueltas por el Consejo, a reserva
de la aprobación de la Conferencia.
Mesa
7. El Consejo de Administración elegirá entre sus miembros un presidente
y dos vicepresidentes. Uno de estos tres cargos deberá ser desempeñado
por una persona que represente a un gobierno y los otros dos por personas
que representen, respectivamente, a los empleadores y a los trabajadores.

Reglamento

8. El Consejo de Administración fijará su propio reglamento, así como las


fechas de sus reuniones. Se celebrará reunión extraordinaria cuando lo
soliciten por escrito por lo menos dieciséis miembros del Consejo de
Administración.

NATURALEZA:

Su naturaleza como institución internacional se basa en que el


trabajo es fundamental para el bienestar de las personas. Además de
proveer ingresos, el trabajo puede contribuir con un progreso social y
económico más amplio, fortaleciendo a los individuos, sus familias y
comunidades. Sin embargo, este progreso está vinculado a que el trabajo
sea decente. El Trabajo Decente resume las aspiraciones de las personas
durante su vida laboral.

La OIT ha determinado que el trabajo decente puede ser sintetizado


en cuatro objetivos estratégicos:

 Principios y derechos fundamentales en el trabajo y normas


laborales internacionales.
 Oportunidades de empleo e ingresos.
 Protección y seguridad social.
 Diálogo social.

Estos objetivos tienen validez para todos los trabajadores, mujeres


y hombres, en la economía formal e informal, en trabajos asalaria dos o
autónomos; en el campo, industria y oficina; en sus casas o en la
comunidad. Igualmente la OIT determinó que el trabajo decente es
fundamental en el esfuerzo por reducir la pobreza, y un medio para lograr
un desarrollo equitativo, inclusivo y sostenible.

La OIT trabaja en el desarrollo de enfoques orientados hacia el


Trabajo Decente en las políticas sociales y económicas, en colaboración
con las principales instituciones y representantes del sistema multilateral y
la economía global.

Conferencia reafirma los principios fundaméntales sobre los cuales


está basada la Organización y, en especial, los siguientes:

 El trabajo no es una mercancía.


 La libertad de expresión y de asociación es esencial para el progreso
constante.
 La pobreza, en cualquier lugar, constituye un peligro para la
prosperidad de todos.
La lucha contra la necesidad debe proseguirse con incesante
energía dentro de cada nación y mediante un esfuerzo internacional
continuo y concertado, en el cual los representantes de los trabajadores y
de los empleadores, colaborando en un pie de igualdad con los
representantes de los gobiernos, participen en discusiones libres y en
decisiones de carácter democrático, a fin de promover el bienestar común.

MEDIOS DE ACCIÓN:

Para lograr el progreso son necesarias acciones al nivel mundial. La


OIT desarrolla una agenda para la comunidad del trabajo, representada por
sus mandantes tripartitos, con el fin de movilizar sus considerables recursos
para crear esas oportunidades y colaborar en la reducción y eliminación de
la pobreza.

El Programa de Trabajo Decente aporta las bases para un marco de


desarrollo global más justo y estable. La OIT ofrece apoyo a través de
programas nacionales de trabajo decente desarrollados en colaboración
con los mandantes de la OIT. Las prioridades y objetivos se definen dentro
del marco de desarrollo nacional y con el propósito de combatir los más
graves déficits de trabajo decente a través de programas eficientes que
abarcan cada uno de los objetivos estratégicos.

La meta principal de la OIT hoy en día es promover oportunidades


para las mujeres y hombres para obtener trabajos decentes y productivos,
en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana.

La organización busca promover la creación de empleos, regular de


mejor manera los principios y derechos de los trabajadores, mejorar la
protección social y promover el diálogo social al igual que proveer
información relevante, así como técnicas de asistencia y de entrenamiento.
En la actualidad, la OIT está organizada para trabajar en cuatro grupos o
sectores temáticos:

 Principios y derechos estándares en el trabajo


 Empleo.
 Protección social.
 Diálogo social.

La OIT existe y funciona con la finalidad de responder a las


necesidades de los hombres y mujeres trabajadores reuniendo los
gobiernos y los representantes de los empleadores y trabajadores con el
fin de elaborar normas de trabajo, desarrollar políticas en la material y
concebir los programas apropiados. La estructura tripartita de la OIT le
proporciona un carácter único entre las organizaciones internacionales, ya
que las organizaciones de empleadores y trabajadores participantes en
todas las discusiones con los gobiernos en posición de igualdad.

El Plan de acción mundial se reposa en tres pilares:

 Apoyar las respuestas nacionales al trabajo infantil, en particular


mediante una integración más efectiva de las cuestiones relativas al
trabajo infantil en los programas de políticas y desarrollo nacionales.
 Profundizar y fortalecer el papel de principal catalizador del
movimiento mundial.
 Promover una mayor integración de las cuestiones relativas al
trabajo infantil en las prioridades de la OIT, a saber, los programas
de trabajo decente por país.
CONCLUSIÓN

Una vez desarrollado el tema objeto de la presente investigación


podemos concluir que el Derecho Comparado no es una institución de data
reciente, toda vez que sus orígenes se remotan al siglo XX, tiempo desde
los cuales a acompañado los acontecimientos mundiales y la evolución del
derecho, no obstante, hoy por hoy, cuando la evolución social y económica
se orienta hacia un tráfico más frecuente y activo de personas, ideas y
bienes, resulta cada vez más necesaria la aplicación de esta ciencia en
función de que, partiendo del estudio de otras legislaciones puedan
establecerse líneas adecuadas para el derecho de un ordenamiento jurídico
nacional, en consonancia con conceptos internacionales globales
enfocados bajo una concepción de beneficio progresivo de los pueblos,
asegurando además con ello la coexistencia pacífica con otras naciones
del mundo.

En el caso especifico del Derecho del Trabajo, se considera oportuno


resaltar que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
consagra una serie de aspectos en materia laboral siempre direccionados a
velar y garantizar la protección de los derechos de los trabajadores y
trabajadoras, enmarcados dentro de una connotación del trabajo como
“hecho social”, lo cual hace que la vigencia de estas normas adquieran una
significativa importancia, encontrándose afianzadas en legislaciones
internacionales con visiones análogas que, al igual que la nuestra,
persiguen mejoras progresivas de las masas trabajadoras.

En razón de ello y con el objeto de promover la aplicación,


observancia y efectividad de los derechos humanos y laborales
reconocidos internacionalmente, en condiciones de libertad, igualdad y
dignidad humana han sido creadas instituciones como la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), la cual se constituye como un organismo
especializado de las Naciones Unidas garante de la promoción de una
mejor vida en todos los aspectos laborales, persiguiendo su misión
fundadora la justicia social como elemento esencial para la paz universal y
permanente.
BIBLIOGRAFÍA

www.ilo.org/americas/lang.es
http://tesis.luz.edu.ve/tde_arquivos/67/TDE-2012-04-27T14:35:30Z-
2890/Publico/nava_gallardo_iris_margarita.pdf
http://cij.org.ve/site/estudio-del-derecho-comparado/
http://www.monografias.com/trabajos70/comparacion-juridica-
derecho-comparado/comparacion-juridica-derecho-comparado.shtml

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