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INTRODUCCIÓN

Se plantea un análisis del consumo de electricidad total per cápita en el país de Republica
Dominicana utilizando la base de datos de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) del
Sistema de información Energética de Latinoamérica y el Caribe (sieLAC).

Dicho análisis se realizará dentro de los años 1970 hasta el 2018 analizando y entiendo el porqué
del aumento del consumo de electricidad total per cápita en República Dominicana desde los años
2000.

1. CONSUMO DE ELECTRICIDAD PER CÁPITA


Antes de hacer el análisis del consumo de electricidad total per cápita en el país de Republica
Dominicana tenemos que entender que nos indica el consumo de electricidad per cápita en
un país.

1.1 CONTEXTO

La energía es fundamental para el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental,


y se ha descrito como "el hilo" que une el crecimiento económico, la equidad social y la
sostenibilidad ambiental. Frente a este contexto, las mediciones y el estudio sobre la
estructura, composición, intensidad y los patrones de consumo de energía adquieren
cada vez mayor relevancia.

La población y los diversos agentes, centran sus expectativas en suplir el abastecimiento


energético, de forma económica y asequible, y acceder a servicios energéticos
confiables, que en suma contribuyan en primer orden a satisfacer necesidades vitales,
pasando luego por otras aspiraciones de orden económico y ambiental.

Lo que a nivel mundial se quiere lograr las siguientes metas:

 Garantizar el acceso universal a servicios energéticos moderno


 Doblar el ritmo de la mejora en la eficiencia energética
 Duplicar la cuota de la energía mundial suministrada por fuentes renovables

1.2 DEFINICIÓN

Tradicionalmente este indicador es utilizado como una medida de progreso económico,


al relacionar el consumo de energía con el grado de industrialización de un país y con la
calidad de vida de sus habitantes. Sin embargo, desde el punto de vista de desarrollo
sostenible, puede ser, por lo tanto, el consumo de energía eléctrica mide la producción
de las centrales eléctricas y de las plantas de cogeneración menos las pérdidas ocurridas
en la transmisión, distribución y transformación y el consumo propio de las plantas de
cogeneración tomado también como un parámetro de alerta sobre la presión que ejerce
la población sobre el medio ambiente.

El consumo de energía per cápita es una medida de intensidad, resultante de la relación


entre el consumo interno de energía (medido en Terajulios), y la población (expresado
en miles habitantes), en la unidad espacial de referencia, en un periodo de referencia t.
La relación entre la cantidad de energía consumida por habitante en un país en un
momento determinado.

1.3 PROPÓSITO DE LA MEDICIÓN

El indicador de consumo de energía per cápita, es utilizado como indicativo para evaluar
el comportamiento de la demanda de energía y con base en la evolución o en los cambios
que se operan en ésta evaluar la intensidad, productividad o la eficiencia energética
alcanzada.

1.4 FÓRMULA DE CÁLCULO

Donde:

 CEpcit= Consumo de Energía per cápita, en la unidad espacial de referencia j, y


el tiempo t correspondiente.
 TJjt = Terajulio consumido de energía del sector i; en la unidad espacial de
referencia j, y el tiempo t correspondiente.
 Población = Total personas referidas a la unidad espacial de referencia j, y el
tiempo t correspondiente.
 j: país donde se lleva a cabo la contabilidad.
 t: año de cálculo.

2. EL SECTOR ELÉCTRICO EN REPÚBLICA DOMINICANA

República Dominicana, ubicada en la isla La Hispaniola, es un país caribeño con población


de 10,6 millones de habitantes. El nivel de urbanización es alto: 79%, concentrado en las
principales ciudades: Santo Domingo, Santiago de los Caballeros, San Cristóbal y La Romana
principalmente.

Históricamente, el sector de energía se ha convertido en un cuello de botella para el


desarrollo económico de República Dominicana, debido a la carencia de yacimientos
petrolíferos y la carga financiera que implican las importaciones de hidrocarburos, así como
a la existencia de instituciones con grandes debilidades funcionales, política de precios, altos
porcentajes de pérdidas, normativa inapropiada e inversiones inadecuadas. Hasta 1997 el
sector se hallaba en las manos del Estado, cuando se llevó a cabo una reestructuración de
las empresas públicas y se estableció un marco competitivo para la generación
(actualmente, 14 empresas privadas y mixtas), manteniendo el control público sobre la
transmisión (ente público ETED) y la distribución (3 EDES).

La producción de energía eléctrica de 2015 fue 14.770 GWh. La eficiencia media en la


generación es del 44%, en comparación con la región cuya media supera el 50%. La matriz
de la gran generación se distribuye en: 44,3% fuel oil, 23,6% gas natural, 14% carbón, 10%
ciclo combinado, 6,2% hidroeléctrica y 1,9% eólica.

La calidad y disponibilidad del servicio es deficiente: solo el 60% de los clientes del Sistema
Eléctrico Nacional Interconectado (SENI) tiene electricidad 24 horas del día, y ello sujeto a
cortes continuos y de duración imprevisible. El Banco Mundial, a nuestro parecer más
realista, estima que apenas 40% de los usuarios tienen “luz” 24 horas al día. El consumo
anual de electricidad per cápita es 900 KWh, alto para la región, siendo el país el tercer
mayor consumidor de energía en el Caribe, tras Cuba y Puerto Rico. El Banco Mundial en su
evaluación del consumo eléctrico per cápita realizado en 164 países del mundo, posiciona a
República Dominicana en el 121º lugar, basándose en la oferta y grandes pérdidas en la
distribución que caracterizan el sector, debido a la ineficiencia de las infraestructuras
energéticas.

En cuanto a la estructura del consumo final de electricidad, el sector industrial representa


el 41%, el residencial, un 31%, comercial y servicios, el 21% y otros, un 7%. Las tarifas para
el sector residencial en el país son de 18 centavos de dólar por kilovatio. Los márgenes
comerciales de las distribuidoras se estiman excesivamente altos y requieren ser
modificados. Las pérdidas en distribución son problema clave del sector: llegan al 33% y se
suman a frecuentes y duraderos apagones desde hace décadas. Aunque los últimos años,
gracias a una serie de Programas de mejora de las redes con millonarias inversiones de las
Instituciones Financieras Internacionales (IFIs), la prestación del servicio muestra ciertas
mejoras.

Según el Banco Mundial, una empresa típica experimenta 25 apagones al mes, comparados

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