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MERCADO DE LO PÚBLICO

AUDITORÍA II
NRC. 10939

TUTOR
SERGIO CARVAJAL

PRESENTADO POR
LAURA VANESSA TRONCOSO

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS


LÉRIDA TOLIMA
2019
EL GRAN SUEÑO

Había una vez hace ya mucho tiempo, en un pueblo llamado Arbora, un joven
llamado francisco, que vivía con su mamá y sus hermanos, y desde muy pequeño
veía como en su pueblo nunca había progreso y la gente se conformaba con lo que
tenía. Al pasar de los años él fue creciendo y no estaba muy conforme de la manera
como las personas que administraban los recursos de su pueblo se aprovechaban
de sus pobladores, ya que en las campañas de cada uno de estos candidatos se
prometía la mejoría de su pueblo económicamente y el progreso, y muchos de estos
candidatos compraban los votos para poder subir a gobernar en el pueblo. Francisco
era muy joven y no entendía como la gente podía vender su conciencia al recibir
estos dineros, para que una persona que desde mucho antes de subir a la alcaldía
ya demostraba ser una persona deshonesta, cumpliera con su objetivo y les robara
los recursos y el acceso a los derechos que les pertenecía, como lo era el derecho
a una buena educación, a la alimentación y a la salud, pues cuando estos
candidatos ganaban las elecciones y subían a la alcaldía se olvidaban de todas esas
promesas que le habían hecho a las personas que en el confiaron su voto.

Francisco sabía que en su pueblo no iba a progresar, y lo que el buscaba era


que su madre y hermanos tuvieran una vida mejor, así que decidió irse a la gran
ciudad a estudiar y volverse el mejor administrador financiero, porque eso era lo que
a él le gustaba.

Dejó a su familia en el pueblo pero siempre con la idea de volver para darles
una mejor vida. Cuando Francisco llegó a la ciudad, tuvo muchas experiencias en
las que no le iba muy bien pero aun así no se rendía, porque siempre tenía en su
mente la promesa que le había hecho a su madre y a sus hermanos, de volver
siendo un gran administrador financiero y darles una mejor vida para que sus
hermanos crecieran y tuvieran una buena educación y no les pasara lo mismos que
a sus padres, que desde pequeños se dedicaron a trabajar y nunca les dieron la
oportunidad de estudiar.
Al pasar de los días, el joven, por no contar con los recursos necesarios para
poder estudiar y alimentarse, empezó a buscar trabajo, pues el poco dinero que le
quedaba ya se le estaba acabando. Empezó a repartir muchas hojas de vida pero
pasaban los días y no conseguía trabajo. Un día, iba caminando muy triste por las
calles de la gran ciudad y de repente, tropezó con un hombre muy elegante y bien
vestido, que al ver la tristeza en el rostro del joven, le pregunta su nombre, a lo que
él responde, mi nombre es Francisco y tu cómo te llamas, y él le contesta “mi nombre
es Raúl”. El hombre muy inquietante decide preguntarle cual es la causa de su
tristeza, a lo que el joven le dice que está muy triste porque dejó a su familia en su
pueblo natal para venir a la ciudad a luchar por su gran sueño, pero no encuentra
un trabajo para poderlo hacer realidad, a lo que el hombre le pregunta acerca de
cuál era su gran sueño y el joven respondiendo muy tristemente le dice que su gran
sueño es estudiar y formarse profesionalmente como un gran administrador
financiero para poderle dar una mejor vida a su familia.

El hombre le dice a Francisco, que le ha parecido una buena persona y le dará


la oportunidad de cumplir con sus sueños dándole un trabajo, pues aquel hombre
es un empresario y necesita de un asistente, a lo que Francisco acepta su
propuesta.

Francisco empezó a trabajar con Raúl y al mismo tiempo inicio sus estudios.
Poco a poco se fue ganando la confianza de Raúl quien lo apoyaba en todo y le
enseñaba todos los conocimientos que él tenía sobre la administración de las
finanzas de su empresa.

Al pasar de los años Francisco terminó sus estudios y se convirtió en el mejor


administrador público de la gran ciudad. Como se lo había prometido años atrás a
su familia decidió volver a su pueblo a darles una mejor vida.

Cuando Francisco volvió todas las personas del pueblo que lo conocía estaban
muy feliz de verlo, el pueblo seguía igual, los niños no tenían educación ni buena
alimentación. Y oh vaya sorpresa era tiempo de elecciones y Francisco nuevamente
como cada cuatro años veía a los candidatos como aparecían en su pueblo
prometiendo el cielo y la tierra, pero los pobladores ya estaban cansados de tantas
promesas sin cumplir, así que la gente del pueblo decide pedirle que sea su próximo
alcalde, a lo que el acepta, pues quiere que por fin su pueblo pueda tener los
derechos que siempre les han robado.
Francisco se posesionó de alcalde y como ya sabía cuáles eran las falencias
económicas de su pueblo, creó un plan de desarrollo donde se implementaban
políticas económicas para la ejecución del presupuesto y la redistribución del mismo
con eficiencia y equidad económica, priorizando y satisfaciendo con recursos
escasos los bienes y servicios de interés colectivo, e invirtiendo los recursos que
recibe para estimular el buen desempeño de la economía para alcanzar las metas
de crecimiento, inflación y de política.

Francisco buscaba una economía de bienestar, relativa a la eficiencia


económica y al bienestar social de su pueblo evaluando diferentes situaciones del
sistema económico para seleccionar la mejor, organizando eficientemente la
producción o la asignación de bienes y servicios a los pobladores, siendo capaz de
proveer los recursos de forma eficiente y sin afectar al sistema económico.

Francisco fue un alcalde que nunca había tenido su pueblo, la gente empezó
a prosperar económicamente y los productos que allí se cultivaban empezaron a ser
exportados y Arbora, su pueblo empezó a ser muy reconocido por su eficiencia
económica. Los hermanos menores de Francisco se graduaron en su pueblo pues
tuvieron acceso a una buena educación, y como un día lo había prometido Francisco
cumplió su gran sueño.

FIN.

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