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MILENA VASQUEZ MERCADEO Y PUBLICIDAD

TALLER DE REDACCIÓN POLITECNICO GRANCOLOMBIANO

Un domingo muy particular

Son la diez de la mañana del domingo y quede en encontrarme con Natalia en la Plaza
de Bolívar, salgo de mi apartamento hasta el paradero del bus, pero llevo media hora
esperando y nada que pasa, llamo a Nata y le digo que estoy retrasada, que me espere.
Durante la espera, escucho música para relajarme, al fin ha llegado el bus, en el
recorrido veo mujeres que, por cuestiones de la vida, les ha tocado vivir en un mundo de
excesos y lujuria.

Desde donde estoy alcanzo a ver la estación de San Victorino, hay muchas personas,
unas van otras vienen, creo que no fue buena idea venir. Subo por la calle 12 para cortar
camino, me detengo un rato en una cafetería a comer algo ya que por el afán no
desayune, llevo un buen tiempo de estar aquí y se me hace raro que Nata no haya
llamado, ¿será que no va a venir?, en ese momento suena el teléfono: ¡hola Antho, lo
siento no voy a pode ir!, de inmediato mi cara cambia, como es posible que me haga
esto; me hubiese quedado en mi casa durmiendo.

Que hago me regreso o sigo adelante. Tomo la segunda opción, así que sigo subiendo
hasta llegar a la carrera octava, continúo caminando y por fin he llegado a la Plaza de
Bolívar, un lugar donde priman el orden y la justicia, un sitio que marco en dos la
historia de todos los colombianos, y que ahora se ha convertido en un plan para pasar en
familia.

Cuatro edificaciones me rodean, han pasado tantos años que es imposible pensar que un
día estas instituciones estuvieron en llamas, a punto de derrumbarse y todo debido a la
furia enardecida de las personas que tomaron justicia por su propia mano y que
aprovecharon el momento para hacer de las suyas. Son tantas las personas que están en
este lugar que no entiendo de donde salen, ¿será que alguno sabe que significa este
lugar? ¿o que sucesos pasaron acá? Preguntas que quedaran sin respuesta.
MILENA VASQUEZ MERCADEO Y PUBLICIDAD
TALLER DE REDACCIÓN POLITECNICO GRANCOLOMBIANO

Ya han pasado más de dos horas y el flujo de personas ha aumentado, niños corriendo
detrás de las palomas, un fotógrafo ofreciéndome inmortalizar este momento, artistas
callejeros que por su acento deduzco que son venezolanos.
Ingreso a la catedral para escuchar la misa, las palabras del sacerdote llegan en lo
profundo de mi ser, y reflexiono sobre la vida y la muerte, ¿qué sucede después que
dejamos este mundo?... nadie lo sabe.
No puede ser ya son las 7 de la noche y yo todavía acá. Salgo de misa y me dirijo hacia
la estación para tomar el bus de regreso que me llevara de nuevo a mi casa.

Aun no se por que Nata no vino, la he llamado varias veces y no me responde, le habrá
pasado algo. De un momento a otro pasa algo que generan en mí una sensación de
alegría; un señor que se gana la vida imitando a artistas ¿Cómo lo hace? Bueno ya es
hora de irme, en mi casa me espera una buena tasa de chocolate y mi cama. No veo la
hora de llegar.

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