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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA

FACULTAD: CIENCIAS ECONOMICAS, CONTABLES Y


ADMINISTRATIVAS.

ESCUELA: ECONOMIA.

CURSO: ECONOMÍA AMBIENTAL.

DOCENTE:

TEMA: ECONOMÍA MARINA “EXPLOTACIÓN DE


ANCHOVETA”

INTEGRANTES:

 GOICOCHEA VÁSQUEZ, Oscar Elí.

 TORRES ÁGUILAR Elver Leni.

Cajamarca, 30 de mayo del 2016.


EXPLOTACION DE ANCHOVENTA
I. LA INDUSTRIA PESQUERA
La historia de la pesquería peruana del siglo pasado ha sido una batalla continua
por alcanzar una producción sostenible, aquella capaz de generar beneficios
continuos para la población actual sin limitar las capacidades productivas de las
generaciones futuras, ni comprometer la integridad del mar peruano.
La pesca, actividad humana ancestral, ha ido evolucionado en el tiempo con los
avances tecnológicos, lo que ha permitido el desarrollo de una industria capaz de
capturar organizada y eficientemente a los peces e invertebrados acuáticos de
nuestros mares. Esta industria abarca, en la actualidad, la mayoría de nuestras
interacciones con los recursos pesqueros y es aquí donde empieza la verdadera
lucha hacia la sostenibilidad.
Nuestros problemas son varios, nos concentraremos en tan solo dos y
empezaremos con la sobreexplotación, o la extracción excesiva, de la anchoveta.

1.) Sobreexplotación
Al ir incrementando nuestra capacidad para extraer el pescado de los mares, la
economía dirigió la pesca hacia una sola especie, la anchoveta (Engraulis ringens)
y al extraerla a gran escala entramos a un aparente callejón sin salida.
Por un lado, nuestra industria crece y se convierte en la segunda pesquería más
grande del planeta, después de la China, con una producción anual valorada entre
los 1,000 - 1,700 millones de dólares americanos, empleando al 2% de la población
económicamente activa del país y generando del 11 al 16% de los ingresos totales
del sector exportador. Las divisas por la pesca de anchoveta equivalen al 1% del
PBI en el Perú. Todo lo que parecería algo muy positivo.
Pero tener la industria pesquera más grande del mundo basada en una sola especie
es realmente un arma de doble filo, ya que al extraer de 8 a 10 millones de toneladas
métricas de anchoveta al año estamos limitando las capacidades productivas de
muchos otros sectores de la economía y esta es la otra cara de la moneda.
La extracción desmesurada de la anchoveta ha generado un impacto bastante
negativo en la dinámica poblacional de esta especie. Sus poblaciones se han vuelto
mucho más pequeñas y bastante más susceptibles a las variaciones del ecosistema
y es de esta manera que hoy en día es más difícil y costos pescar anchoveta. Ya no
hay tanto como antes y ese es el mayor de los problemas.
La anchoveta es la especie clave del ecosistema marino de la Corriente de
Humboldt y esto significa que dentro de este ecosistema la gran mayoría de
especies dependen de ella. Este pez consume plancton (productividad primaria) y
permite que la energía producida por su alimento se transfiera a otros niveles dentro
de la cadena alimenticia.

Disponibilidad de la productividad primaria dentro de la cadena alimenticia del


sistema de afloramiento de la Corriente de Humboldt.

La sobrepesca de anchoveta ha afectado a las especies turísticas como son el


pingüino de Humboldt, las aves marinas, los lobos marinos, las ballenas y los
delfines todas se alimentan casi exclusivamente de anchoveta y al extraer del mar
la mayor parte de la biomasa de este recurso, sus poblaciones se ven severamente
mermadas. La productividad del sector turístico se ve reducida y los millones de
dólares anuales que podrían ingresar con la generación de un turismo de naturaleza
costero se pierden.
Pero el sector turístico no es el único afectado. La anchoveta también es alimento
de muchos peces comerciales y que contribuyen a la dieta de los peruanos. Por
ejemplo, el bonito, los atunes, la sardina, el jurel y la caballa. Al reducir el tamaño
poblacional de la anchoveta, sus depredadores se ven afectados por la falta de
alimento y sus poblaciones también se reducen. Es así que se pierden ingresos
significativos para el sector pesquero, que el turismo gastronómico se ve
amenazado y que la nutrición popular y nuestra seguridad alimenticia sufren un
golpe bajo.
Otro sector afectado es también el guanero, y como consecuencia el agrícola. El
Perú posee un tesoro nacional, antes muy aprovechado y ahora casi olvidado, el
guano. Este fertilizante natural es el más cotizado a nivel mundial y su producción
era gigantesca en los inicios del siglo pasado. Pero tanto el guanay, el pelícano y
los piqueros se alimentan casi exclusivamente de anchoveta y por lo tanto sus
poblaciones se reducen al mínimo impidiendo una producción económicamente
rentable de guano. Al reducirse las poblaciones de las aves guaneras, y la
producción del guano, muchas otras especies turísticas como el Zarcillo y los
pingüinos y otras amenazadas como el Potoyunco pierden su hábitat reproductivo
ya que anidan en el guano. De esta manera el sector turístico se ve afectado
nuevamente y la producción del fertilizante natural que incrementaría la
productividad del sector agrícola y exportador se reduce y disminuyen los puestos
de trabajo y los ingresos relacionados.
En síntesis la sobrepesca de anchoveta reduce la disponibilidad del recurso para
sus depredadores naturales, altera el balance energético del sistema y todo el
ecosistema se vuelve más susceptible al fenómeno de El Niño, limitando su
capacidad de recuperación y resiliencia, afectando nuevamente nuestra economía
y nuestra seguridad alimenticia.
2.) Sobrecapacidad
Este es otro de los grandes problemas que contribuye a la insostenibilidad de la
producción pesquera nacional. La sobrecapacidad se refiere al excesivo tamaño de
la flota y número de las plantas procesadoras dedicadas a la manufactura de harina
de pescado. Con el boom de la industria de harinera de los años sesentas y
setentas, el flujo de inversiones públicas y privadas al sector, facilitaron el
crecimiento de la flota y promovieron la construcción de plantas procesadoras a lo
largo del litoral.
Es de esta manera que en la actualidad encontramos en 24 puntos de nuestro litoral,
127 plantas procesadoras de harina de pescado, con una capacidad de
procesamiento combinada de 9,000 TM por hora. Nuestra capacidad productiva de
harina de pescado nos permitiría, si es que todas estas plantas trabajaran al 100%
de su capacidad simultáneamente, producir un volumen 30 veces más grande que
el de la cuota de pesca anual de anchoveta permite, esto sería devastador para el
ecosistema y la industria quedaría lapidada instantáneamente.
Las inversiones de las décadas pasadas se concentraron en generar una
producción gigantesca para aprovechar los altos precios de la harina a nivel
internacional y los bajos costos nacionales. Sin embargo, no siempre se invirtió en
mejorar la calidad del producto por lo que solo el 30% de las plantas puede generar
harina prime, la harina de mejor calidad y alto contenido proteico que no permite el
uso de pescado en descomposición para su preparación.
Plantas Harineras del Litoral Peruano

Es de esta manera que las plantas procesadoras están activas sólo por una fracción
del año y trabajan a menos del 25% de sus capacidades, generando pedidas en la
rentabilidad de la industria calculadas en alrededor de 225 millones de dólares
americanos anuales.
Pero los efectos negativos de la sobrecapacidad también la observamos en la flota.
Actualmente, hay aproximadamente 1,200 embarcaciones con una capacidad de
bodega de 205771 m3 y con una capacidad de pesca diaria de 156,000 TM.
Pescando tan solo 180 días por año, la flota podría capturar alrededor de 28
millones de TM, cifra equivalente a 5 o 6 veces la cuota anual reciente.
La flota industrial se subdivide en dos tipos:

Dado el excesivo tamaño de la flota pesquera industrial, la Ley de Pesca prohibió el


aumento en el tamaño de la flota pesquera, para que el problema de la
sobrecapacidad no siga creciendo. No obstante, la capacidad de bodega dentro de
las embarcaciones, principalmente de la flota vikinga, ha seguido creciendo en un
intento de lograr pescar la mayor cantidad de anchoveta en el menor tiempo posible
y ganar un poco más de dinero.
Fuente: Larsen & Strukova, 2005
Al ir aumentado la capacidad de flota y el número de plantas de procesamiento de
harina de pescado, la temporada de pesca de anchoveta ha sido reducida
forzosamente. En el 2006 sólo en 60 días se logró capturar 5.5 millones de TM de
anchoveta, el 64.7% de la cuota total anual de pesca. Como el incremento en el
volumen de las capturas diarias se traduce en periodos de pesca más cortos, o
vedas más largas, el desempleo, la baja eficiencia y las pérdidas económicas se
han visto incrementadas en el sector.
Como se ha podido apreciar los impactos de esta problemática son significativos y
tienen repercusiones severas en la economía y en la salud ambiental. Una manera
de mitigar los impactos de la pesca es mediante un manejo pesquero adecuado y
mediante la generación de un cambio en las tendencias pesqueras.
El manejo pesquero es un concepto basado en procedimientos científicos que
utilizan los organismos gubernamentales para regular el acceso de los pescadores
a los recursos marinos. Esto incluye restricciones temporales (vedas) y espaciales
(zonificación pesquera) para el empleo de equipo pesquero, con características
específicas, así como restricciones en las especies, el tamaño y la composición de
las capturas.
La sostenibilidad de las actividades pesqueras se logra cuando el esfuerzo
pesquero no excede la producción máxima sostenible, tarea que queda bajo el
control del Gobierno y que debe ser alimentada de información científica, económica
y sociocultural. Sólo así, colocando a esta actividad en contexto, podemos lograr
que su rentabilidad y permanencia en el tiempo no se vean afectadas
negativamente.
Por otro lado, la ausencia de conocimiento relacionado con la variabilidad
ecosistémica, las tendencias económicas y el valor social y cultural de la actividad
pesquera no nos ha favorecido; y es de esta manera, que la tarea de mejorar la
situación pesquera recae sobre nuestros hombros.
Informando a la población general y a los tomadores de dediciones de los impactos
de las actividades humanas, así como sus implicancias y costos, podemos lograr
mejores políticas que favorezcan al país en el día a día como en momentos críticos.
Pero tomando acción e incentivando alternativas para el desarrollo de las industrias
podemos llegar más lejos.
Al incentivar el consumo de anchoveta de manera directa se puede reducir el
volumen pescado, ya que para la producción de una tonelada de harina de pescado
se necesitan de 4 a 5 toneladas de anchoveta fresca. El valor agregado de un
producto gourmet así como de la exportación de enlatados y otras conservas,
generaría beneficios que permitirían redirigir al sector pesquero hacia una más
rentable y constante actividad, disminuyendo la producción de harina de pescado e
incentivando el consumo directo de este pez.
Por otro lado, de esta manera se podría asegurar la buena alimentación de la
población peruana, reduciendo la desnutrición y favoreciendo el buen desarrollo de
los niños, dados los contenidos nutricionales de la anchoveta.
Finalmente se podría mejorar la salud ambiental e incentivando la recuperación de
las especies de nuestro litoral, podríamos incrementar el turismo, la agricultura y las
exportaciones, entre otros.
II. IMPACTO ECOSISTÉMICO DEL SECTOR PESQUERO
Un ecosistema comprende a un conjunto de organismos de diferentes especies, así
como las relaciones entre los organismos y sus interacciones con el medio
ambiente, en un espacio geográfico y en un momento particular. Los ecosistemas
se expanden y contraen, están propensos al cambio y tienen una estructura,
composición y funcionalidad variable.
La composición del ecosistema equivale a las especies que este presenta, la
estructura a las relaciones entre ellos y la funcionalidad al rol que cada especie, y/o
interacción entre ellos, cumple dentro del mismo.
Los impactos ecosistémicos son aquellas actividades o fenómenos naturales que
distorsionan, temporal o permanentemente, la integridad del ecosistema, afectando
tanto a sus componentes, estructura y funcionalidad.

La anchoveta (Engraulis ringens) es el componente central, o especie clave, del


Ecosistema de la Corriente de Humboldt (ECH). Las relaciones que esta especie
tiene con el resto son claves para que la integridad del ecosistema se mantenga, ya
que las especies carnívoras dependen casi exclusivamente de ella para su
alimentación, así como de otras especies que se alimentan de anchoveta.
El desarrollo del sector pesquero del siglo pasado, no malintencionado pero
ineficiente ecológicamente, ha deteriorado mucho al ecosistema mediante la
sobreexplotación de anchoveta, la captura de especies amenazadas, la
contaminación del mar, entre otras.
Los impactos ecosistémicos relacionados a este sector son:
1. Distorsión de las Relaciones Depredador-Presa:
La anchoveta es la especie más abundante del ECH y especies carnívoras que
habitan en nuestro mar han evolucionado conjuntamente y generado una
dependencia por ella como su fuente de alimentación.
La pesca industrial extrae la mayor parte de la biomasa de anchoveta presente en
el mar, generando una reducción en la oferta de presas para sus depredadores
naturales. Al escasear el alimento el costo energético para conseguirlo sube,
obligando a que las especies migren hacia donde hay mayor abundancia, cambien
de alimento o mueran.
Dado que nuestro mar es tan rico y diverso uno pensaría que las especies afectadas
por la pesca de anchoveta podrían adaptarse fácilmente y cambiar de alimento, pero
como casi todos los organismos relacionados con la Corriente de Humboldt se
alimentan de ella (peces, aves y mamíferos) esto se convierte en un problema letal
para el ecosistema que genera la pérdida de biodiversidad e incrementa la
susceptibilidad a fluctuaciones naturales de las condiciones del ecosistema como
es el fenómeno de El Niño.
2. Pérdida de Biodiversidad:
La alteración de las relaciones depredador-presa causadas por la disminución en el
volumen de anchoveta presente en el mar fuerza a que las poblaciones se reduzcan.
Al reducirse muchos genes valiosos presentes en los organismos muertos se
pierden y las especies se vuelven más susceptibles a los impactos humanos o a los
cambios naturales de las condiciones del ecosistema. Esto conlleva a extinciones
locales y a la pérdida de productividad de muchas empresas y negocios
relacionados con productos y servicios cuyos insumos se encuentran en la
naturaleza.
3. Capturas Incidentales:
Muchas de las especies que se alimentan de anchoveta se encuentran muy cerca
de sus cardúmenes en el altamar. Las tecnologías utilizadas en la pesquería
industrial permiten la captura eficiente de anchoveta, pero también atrapan de
manera incidental a otros organismos que no son blancos de la pesca. Este es el
caso de los Pingüinos de Humboldt, de las aves guaneras, de los delfines, de los
lobos marinos, de las nutrias, de las tortugas de mar y muchos otros. Lo más
lamentable es que muchas de ellas son especies atractivas para el turismo de
naturaleza y se encuentran amenazadas o en peligro de extinción
4. Pérdida de Potencial Turístico:
El turismo de naturaleza depende de la diversidad e integridad de los ecosistemas.
La costa peruana es muy diversa y en la antigüedad muchas de las especies ahora
amenazadas y difíciles de observar eran abundantes en nuestro medio. Las
especies atractivas para el turismo son capturadas de manera incidental, sus
poblaciones se ven reducidas por la sobrepesca de anchoveta y son muy
susceptibles a la contaminación ambiental. Los impactos negativos de la pesquería
industrial han afectado la rentabilidad del sector turístico en la costa y limitan su
potencial para expandirse y generar divisas y beneficios para la población local.
5. Disminución en la Rentabilidad de la Pesca Artesanal:
La pesca artesanal es una actividad tradicional de nuestra costa y tiene como
objetivo capturar peces para el consumo humano directo. Estos peces se alimentan
de anchoveta y como consecuencia su diversidad y abundancia se han visto
reducidos. Este es un problema doble ya que no sólo se ve afectada la rentabilidad
de los pescadores artesanales, que consumen más combustible y tienen un mayor
esfuerzo pesquero, sino que también afecta la seguridad alimenticia de los peruanos
que nos alimentamos de estos peces.
6. Disminución en la Producción de Guano:
Una industria muy importante en nuestro país fue la Guanera. A partir del guano
producido por las aves de nuestro litoral (el Guanay, el Piquero y el Pelícano)
obteníamos el fertilizante natural más cotizado del mundo. Esta industria hubiera
favorecido el crecimiento de la agricultura en nuestro país y beneficiaría al sector
exportador en la actualidad. Sin embargo, al alterarse la disponibilidad de anchoveta
en el mar, las poblaciones de aves guaneras disminuyeron de manera drástica,
llevando a la industria casi al colapso. La producción de guano continúa pero su
rentabilidad es sumamente baja.
7. Contaminación Ambiental:
La contaminación ambiental es algo que todos tememos porque nos afecta de
manera directa, con repercusiones en nuestra salud y en la salud ambiental. Los
efluentes generados del desembarque de las bolicheras y los vertimientos de las
plantas harineras presentan elevados residuos orgánicos que resultan en la
mortalidad masiva de los recursos de la pesca artesanal y la acuicultura, generando
pérdidas masivas de millones de dólares y serios impactos sociales.
Por otro lado, las emisiones aéreas generan un incremento en la incidencia de
enfermedades dérmicas y respiratorias de las poblaciones aledañas, como se
observa en Chimbote.
Nosotros nos alimentamos muchas veces de peces que habitan en las cercanías de
las plantas harineras. Estos han incorporado los compuestos tóxicos, presentes en
el mar, en sus tejidos. Al comerlos, tanto nosotros como las otras especies
presentes en el ecosistema, nos vemos afectados por esta contaminación ya sea
con problemas de salud inmediatos o con una mayor propensión a desordenes de
salud en la vejez.
III. CAPTURAS DIARIAS DE ANCHOVETA
Para que puedan poner en perspectiva lo que se pesca ahora, aquí le ofrecemos
una gráfica con la variación en las capturas diarias desde el 2002 hasta Junio
del2007. Nótese el incremento constante en las capturas diarias y la reducción en
la duración de las temporadas de pesca.

Si agregamos estas capturas diarias en capturas anuales y las juntamos con las
capturas desde los años cincuenta, tenemos que en la costa peruana se han
capturado m'as de 250 MIllones de Toneladas Métricas de anchoveta en menos de
60 años. Esto es equivalente a más del 10% de lo que se ha capturado en todo el
mundo en este período.
IV. TECNOLOGÍAS LIMPIAS – CASO TASA
El agua de bombeo (AB) forma parte del fluido mediante el cual el pescado es
bombeado a la planta harinera. La anchoveta es trasladada desde las
embarcaciones pesqueras a la planta por medio de una bomba acoplada a una
tubería submarina. El equipo de bombeo hidráulico se encuentra instalado en una
plataforma flotante o “chata”, la cual, en el caso de la bahía de Paracas, por ejemplo,
se halla a una distancia de aproximadamente 1 km de la orilla de la playa.
La mezcla agua-pescado (que de acuerdo a los equipos instalados puede ser de
una proporción de 2:1 ó 1:1) llega a la planta a través de la tubería y es recepcionada
en unos equipos llamados desaguadores para su separación.
Luego de pasar por los desaguadores, el AB típicamente contiene materia orgánica
suspendida y diluida, aceites y grasas, sangre y agua de mar.
Otros efluentes del proceso, como el agua de cola y la sanguaza, que antiguamente
eran descargados al mar, ahora son retornados al proceso de elaboración de harina
y aceite de pescado, siendo el AB el único efluente líquido generado por esta
industria.
El agua de bombeo (AB) de una típica planta de harina y aceite de pescado
constituye entre la mitad y dos terceras partes del volumen total de las descargas
de anchoveta. Debido al deterioro del pescado durante la captura, transporte y
bombeo, el AB contiene grandes cantidades de aceites, grasas y sólidos que, de
ser vertida al mar sin previo tratamiento, generaría problemas de contaminación
marina, atentando contra las actividades de pescadores artesanales, contra las
poblaciones de fauna marina y el equilibrio ecológico en general.
Afortunadamente, hoy sabemos que la inversión en tecnologías de tratamiento del
AB trae consigo, además de los beneficios ambientales, una mayor rentabilidad
económica gracias a la recuperación de estos elementos y su reincorporación al
proceso de elaboración de harina y aceite de pescado.

El sistema básico de tratamiento que está siendo implementado en las plantas de


TASA consiste inicialmente en la separación de los sólidos del componente líquido
del AB, mediante un tamiz rotativo filtrante o Trommel. La masa sólida es retornada
a la línea de proceso mientras que el agua y aceite son enviados a una trampa de
grasas que por medio de espumaderas recupera el aceite flotante, que es luego
conducido al proceso de elaboración de aceite (de recuperación o aceite PAMA). El
aceite PAMA es cotizado por debajo del aceite del proceso primario, no obstante
representa un ingreso considerable para la empresa.

El agua con sólidos en suspensión es dirigida a una segunda fase de tratamiento.


Esta consiste en una celda de flotación que mediante la generación de
microburbujas de aire, que se adhieren a las partículas en suspensión, produce una
espuma que es recuperada con una espumadera rotativa, que luego es llevada al
proceso de aceite PAMA.

El agua remanente es conducida a una tercera fase de coagulación, floculación y


flotación por aire disuelto o DAF químico, donde se genera un volumen de lodo
húmedo que es compactado finalmente con una separación en frío logrando reducir
la humedad del lodo hasta un 70%. El efluente líquido del DAF en este punto ha
sido ya clarificado y cumple con los estándares internacionales de calidad de
descargas líquidas de fábricas pesqueras. Todo el sistema está diseñado con líneas
de retorno para tener finalmente una sola línea de efluente al mar.
Los lodos que son obtenidos de la separadora ambiental pueden ser deshidratados
y convertidos luego en harina de pescado de calidad estándar, que a su vez puede
ser homogenizada con harinas de diferente calidad, o bien utilizada como insumo
en la elaboración de piensos y alimento balanceado para ganado y piscifactorías.
El resultado de la implementación de esta serie de equipos y tecnologías de
tratamiento es una recuperación de 95% de los sólidos y grasas presentes en el AB
que hasta hace pocos años eran descargados directamente en el mar y que hoy
siguen siendo vertidos sin ningún tipo de tratamiento por varias compañías
pesqueras en todo el litoral peruano.
Gran parte de este problema recae en la falta de legislación respecto a estándares
ambientales marinos y límites máximos permisibles para efluentes pesqueros,
además de la falta de visión de largo plazo de ciertos actores del gremio pesquero.
Se ha estimado que la recuperación representa un incremento del 4% de la
producción total de harina de pescado y que una inversión que supera el millón de
dólares puede ser recuperada en aproximadamente tres años de pesca al ritmo
actual, todo esto sin considerar las ventas adicionales por el aceite de recuperación.
Las perspectivas a mediano y largo plazo consisten en lograr una cada vez mayor
eficiencia de tratamiento y recuperación del AB así como en la implementación de
este sistema en todas las fábricas harineras de TASA.

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