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HELEN KELLER
HELEN KELLER

EL MUNDO
EL MUNDO
E
EN EL
N E L Q UE
QUE
VIVO
V IVO
'i'

ATALANTA
ATA L A N TA
«Aunque
<<Aunque Helen Ketler es más
Heten Keller más cono‑
cono-
por La historia
cida por
cida mi vida,
historia de mi su si‑
vida, su si-
guiente libro.
guiente, tibro, El mundo en el el que vivo.
que vivo,
es más
es más cálido, más íntimo yy aún
cátido, más aún más
betto; es la
bello; encontramos
[a obra en donde encontramos
su más extraordinaria fuerza,
fuerza, imagina‑
imagina-
originatidad como escritora.»
ción y originalidad escritora.>>

0tiver Sacks
Oliver

«Veo.
«Veo, pero no con con mis ojos. Escucho,
Escucho,
con mis oídos. Hablo
pero no con Habto y me ha‑ ha-
blan, e[ sonido
sin el
btan, sin sonido de de una
una voz. Y me
voz. Y me
disf rutar de unas visio‑
emociono hasta disfrutar visio-
de inefable
nes de
nes inefabte belleza que nunca
belteza que nunca he he
ver en
podido ver
podido en el eI mundo físico. [Mis
mundo físico. IMis
visiones] refuerzan mi
visiones] mi convencimiento
e[ mundo
que el
de que mundo que que crea
crea l[a mente aa
partir de
partir de incontables
incontabtes sugerencias
sugerencias y
experiencias sutiles es más bello betto que el eI
mundo de los[os sentidos. El EI esplendor
esptendor deldeI
crepúsculo
crepúscuto que pueden mirar mis ami‑ ami-
gos al [ado de [as
aI otro lado las montañas rojizas
rojizas
seguramente es
seguramente es estupendo.
estupendo. PeroPero la [a
puesta de sol de la
puesta visión interior trae
[a visión
consigo deteite más
consigo un deleite puro porque es
más puro es
[a más fervorosa mezcla.
la mezc[a de belleza
betteza que
podamos cconocer
O n o c e r y desear.»
desear.r,

Helen
Heten Keller
Ketter

rRnoucclótt: ANA
TRADUCCIÓN: ANA B'ECCIU
BECCtU
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ATA L A N TA
VI N V'I VIV
I M A G I N AT I O VERA
V}ITA OITVNICV]^iI
Keller, 1948.
Helen Keller,
Helen r948. © Karsh Fonds.
@ Yousuf Karsh Fonds.
2.012
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ANA BECCIU
nt33l8 vNV
TRADUCCIÓN
N0r33n0vut_
EL MUNDO EN EL QUE VIVO
OA|A In0 tl Nl 0cNnN tl
HELEN KELLER
ulttly NltlH
,r

l.n cubierta:
En Hclc'r'r Keller contempla
cubicrta: Helen contcmpl;1 las vil¡raciones dela
l¡s vibraciones de la música,
rrúsica,
que no puede
pucdc escuchar.
cscucl-rar.
Biblioteca del Congreso
Biblioteca Congrcso de Estados Unidos.
ile Estados Unidos.
contracubierta: Helen
En contraeubierta: Hclcn Keller su profesora.
o n su
Kclle r ccon Annc Sullivan.
profesr)ri, Anne Sullivan.

discño: Jacobo
Dirección y diseño:
Dirección .[acobo Siruela
Siruela

Cualquicr forma de
Cualquier de reproducción, comunicaciírn pública
tlistribucirin, comunicación
rcproducciírn, distribución, pública
0
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cle esta obra sólost'rlt¡ puede
}iuede ser realizada
realizacla con
c o n la
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11.'sus excepcitin prevista
s:rlvo excepción
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Títrrlrr original:
Título \\'orld I Live
Thc World
origir.ral: The Lit,a [n
In
©
O De la traducción:
tra.lucción: Ana An:r Beecíu
Beccir-t
OE
© EDICIONE,S ATALAN'IA.
D I C I O N E S ATA L A N TA , S
S.. L
L..
Mas Vilaiir 17483.
M:rs Pou. Vilaür Girona. España
r7483. Girona. lisparia
Teléfono: 972 79
T'clt<Iono: 972 53 o5 Fax:
79 58o; 972 79
firx: 972 79 5834
53 Jl
atalantawelmeom
etalantrwcb.ctlrn
9-S-r^1-919615 z r
iS13N: 978-84-939635724
lSBN:
I)cpr'rsito Legitl:
Depósito cl a9/ )atI 1)
Le grl: (¿17397720
--
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85
Antes de que el alma amanezca
?rzJLreurE er.ulE Ia anb ap sotr-ry
79
6l
soprlues so¡ ap uorcdolrcd EI ua srrSo¡:uy
Analogías en la percepción de los sentidos
71
tl
sáJorJJlur soLrorsrA
Visiones interiores
S9
65
soPrlr-rrs
El mundo de los cinco sentidos
orurl sol eP oPUnui ];f
r9
61
soPrtuas sol cP so^nelJr sárol?A
Valores relativos de los sentidos
53
if
El olfato: el ángel caído
oprrc Jaliur
45 Ir :ottlIo IE
\n
sálrlns s?ur souorltsJqr^ sE-I
Las vibraciones más sutiles
35
tf
El poder del t a c t o
orrtt lap :apod
29 1:t
6z
L a m a n o d e l a raza
ezE.) el JP ourru E'I
21
t7
slrruJP so] eP souEur s?l
Las manos de los demás
13
fr
¡,t enb outru E'I
L a m a n o que v c
II
I1
or.)EJO-Id
Prefacio
9
6
(go6r)
El mundo en el que vivo (1908)
o.,tr.,l anb Ie ue opunru IE
ÍNDICE
arraNI
mayorcs sanciones
Las mayores sancloncs
91
9r
El mundo
rnundo onírico
99
sueñ<¡s y la realidad
Los sueños realidad
I IJ
1 13
Un sueño consciente
conscientc
119
IT9

Un a n t o de
IJn ccanto de oscuridad
oscuridad
129
129

Mi historia
historia (I 894)
(r8S+)
141
741

Fuentes bibliográficas
Fuentes bibliográficas de
de las citas
t6t
161
1908
806r
El mundo en el que vivo
o^r^ enb Ia ue oPunru IE
Il
II
-od? o.ra¿ 'aluesaJJlul sq» :uJJrp sarolrpe so8rruu srru
mis amigos editores dicen: «Es interesante. Pero ¿po‑
propongo reformar el sistema educativo del mundo,
'opunu Iap olueonpa DuJlsrs Ic rtr.u-roJal o8uodo-¡d
los conflictos que suscita el nombre de Dreyfus. Si
15 'sn¡fa-rq ep erquou Ir Etrf,sns anb sorcr6uo3 sol
o selEJnltlr sosJnlai so-rlsanu ap uorf,u^Jasuo: 11 'sc1
les, la conservación de n u e s t r o s recursos naturales o
-eluEJE sol Jrclos asuard c¡Í ¡nb o1 rt,rodrur al crpELr t
a nadie le importa lo que yo piense sobre los arance‑
otsrl ol -¡od 'truat ap uErqutl anb ap uotsa¡drur EI Jup
dar la impresión de que cambian de t e m a , por lo Visto
dejan constancia de sí mismas se les permite al m e n o s
soueur 1u atrrurcd sal es seursnu rs cp rrcuelsuoc urfcp
ficos. Sin embargo, mientras que a o t r a s criaturas que
anb sr¡ntrr;O stJlo r anb se¡tuaru 'o8rtqura urs 'sof,rI
-9.r3orqotnr 'EJeuEru Euerr ue 'uos soJqrl sol sopol
Todos los libros son, en cierta manera, autobiogra‑
'EUISrt¡-r
mí misma. rttl
ep otutt:t]qeq elru¡ad aru of anb sa-¡ottpe sorto áp
al de o t r o s editores que yo me permita hablar t a n t o de
IB
d oasap ns E aqrp as sand 'peprlrgrsuodsa.¡ ns ¡etdec¿
aceptar su responsabilidad, pues se debe a su deseo y
uergruet B-reqep 'pnlrler8 rur uoJ olunl'cl-ra¿ 'olnturtsa
estímulo. Pero, junto c o n mi gratitud, debera también
tículos, y le doy las gracias por su amable interés y
f se¡atu¡ alquue ns ¡od str¡t-¡8 se1 fop a¡ f 'solncrr
-JE solsa Jrgrlf,sa ap repr 11 orrr8ns etu Jeplrg Jouas
señor Gilder me sugirió la idea de escribir estos ar‑
mano», «Juicio y sentimiento» y «Mis sueños». El («ouEtll
[[ '«Sogens SI],\[» f «olualLulluas f ototnf"
EI srgos EIrEqr rufl» ap solnln sol u€gE^el1 sofesua
ensayos llevaban los títulos de «Una charla sobre la
so1 'autzu8a¡¡y tmlua-l uJ atueLulerJILII uo¡etca¡edr
aparecieron inicialmente en Century Magazine. Los
Los ensayos y el poema que componen e s t e libro
oJqrl olse r¡arrc¡druo¡ enb ¿ruaod 1c f soitsua so-I
PREFACIO
or)vJaud
,r-

o n t a r n o s qué noción tenía usted


dría ccontarnos e lla
usted dde bondad yy
a bondad
la belleza a los seis años de
Ia belleza edad?". Primero me
dc edad?>>. mc piden
piden
u e n t e 1 aVida d e l a niña,
que ccuentc la vida dc la niña, que e s madre para l a m
es madrc para la mu-
u‑
jcr. Luego meconvierten
jer. mc conviertcn en en mi propia
propia hija
hija y meme piden
piden
una
u n a descripción
descripción de scnsaciones de
de mis sensaciones dc adulta. Por
Por úl‑
ú1-
timo, mesolicitan
timo, mc solicitan que escriba sobre mis sueños, y en‑
rnis sueños, en-
o n c e s me convierto en
ttonces cn uunan a abuela anacrónica; ccontar
abucla anacrónica; ontar
sueños, ya se
sueños, se sabe, es es un privilegio especial especial de los los
ancianos. Los editores
ancianos. editorcs sson o n ttana n amables que sin duda
ticnen razón al pensar que nada de
tienen dc lo quc yo
1o que yo tenga
tenga
quc
que decir
dccir sobre
sobrc los asuntos
a s u n t o s del univcrso
universo sería inte-
inte‑
micntras no me
Pero, mientras
e s a n t e . Pero,
rresante. den la oportunidad
mc den oportunidad
de escribir sobre sobrc cuestiones
cuestioncs que no sean scan yo misma, el
mundo instrucción y privado de
continuará sin instrucción
mundo continuara refor-
de refor‑
mas, y yo yo sólo podré dar lo mejor de mí mediante el
único e intrascendente
único intrasccndente ttcma e m a que que me es permitido
permitido
tfraÍ"ar.
r a t a r.
En
E,n el «Un oscuridad", no fue mi inten‑
a n t o de oscuridad»,
"Un ccanto inten-
prcsumir de
ción presumir pocta. Pensé que estaba escribiendo
de poeta.
en
en prosa, a no ser p o r el
por cl magnífico
magnífico pasaje de
de Job
Job que
estaba parafraseando. Pero a mis
estaba rnis amigos les pareció
parcció
que esta parte era un ttcxto
e x t o independiente
indcpcndiente demi dc mi expo‑
expo-
sición y lo transforme
transformé enen uuna u e r t e de
n a ssuerte de poema.
poema.

H. K. Wrentham,
H. Wrcntham, Massachusetts,
Massachusetts,
r de julio de
1dejulio de 1908
r9o8

Í2
12
EA ANÓ ONVI{ V'I
L A M A N O QUE V E

Acabo de t o c a r a mi perro. Estaba revolcándose


esoputf,lo^er eqElsg 'o¡¡ad rru E r€lo1 ep oqtrv
sns ep oun EpEJ ua ,racrld Ie opucrlurs 'padsac 1a ua
en el césped, sintiendo el placer en cada u n o de sus
músculos y miembros. Quise captar u n a imagen suya
rlns ua8eur eun ¡etde¡ asrn§ 'soJgruerru f solnrsnu
en mis dedos, y lo toqué muy levemente, c o m o si
rs oLUoJ 'atuarua.tal lnu anbot o1 d 'sopap srLU ue
t o c a r a telarañas; pero e n t o n c e s su cuerpo robusto se
as olsngoJ od¡an¡ ns seouolue o¡ad iseue:Elel €JEJo1
enBual ns d! 'es,rrtue^el IE o-rnp d opr8r-r osnd as 'o¡r8
giró, sepuso rígido y duro al levantarse, ¡y su lengua
EJersrnb rs ouroJ '¡ru e o8ad aS ¡ouer.u el grtuel etu
me lamió la mano! Se pegó a mí, c o m o si quisiera
uoc tu8alt ns EgEJtsoW 'outrlr Iru ep oJtuep Js;etaru
m e t e r s e dentro de mi mano. Mostraba su alegría c o n
la cola, las patas y la lengua. Si hubiera podido hablar,
le1qeq oprpod Erergnq rg 'rn8ual 11 I srred sr1 'e1oc e1
as osre¡ed 1a :of anb olusrru ol oqrrp Errgrr1 anb oar3
creo que habría dicho lo mismo que yo: el paraíso se
Ia uaprseJ olf,El Ia ua anb otsand 'otcrt Ia uor ezuv)Ie
alcanza c o n el tacto, puesto que en el t a c t o residen el
a m o r y la inteligencia. 'rr:ua8rlctur e1 f roure
Este pequeño incidente me dio la idea de ofrecer
reJarJo ap Eapr el olp rur etuaprf,ur ouanbad atsE
u n a charla sobre las manos, de manera que, si p o r for‑
--lo¡ -rod rs 'cnb EJauBur ap sEI eJqos EIJBqJ Eun
(souELU
t u n a mi charla sale bien, se lo tendré que agradecer a
r .¡acapu8t anb c;puat o¡ as 'uarg elES EIJErll rru Eunl
mi perro-estrella. En cualquier caso, esgrato hablar de
u[ áp rEIqEq olr.¡E sa 'osec -rarnblenr
'Ellerlsa-orrad rtu
un t e m a que nadie ha monopolizado aún. Es c o m o
oruof, sA 'une oprzrlodouoru Er-J arpru anb Etuat un
t r a z a r u n a nueva senda en la selva virgen, abrir cami‑
-TLUEO rr.rqe 'ua8;r^ E^las EI ue Epues E^enu eun JezeJl

no p o r donde nadie ha pasado a n t e s . Me complace


arelduoc etr{ 'selut opesed Erl arpeu apuop ¡od ou

fr
13
o m a r o s de
ttomaros de la m
mano
ano y llevaros
llcvaros p por n a senda no
o r uuna no holla‑
holla-
da a un mundo
da aun mundo donde dondc la m mano cs soberana. Sin embar‑
a n o essoberana. embar-
go,
Bo, Iay a de
d e entrada
entr:rda nos
n o s cncontramos
e n c o n t r a m o s con
c o n u n
un¿1 a dificultad.
dificultad.
Estáis ttan a n acostumbrados
acostumbr,rclos a la luz que e m o que deis
qlle ttemo ileis
traspió cuando yo ttrate
un traspié r a t e de guiaros a a través del país país
de
de la oscuridad y del dcl silencio. Se Sc supone que quc los ciegos
no somos
sornos los más indicados para servir de dc guías. Aun
asi, aunquc no pueda garantizaros
así, aunque garxrltizxros que no os c'ls extravia‑
cxtravia-
ré,
ré, pronreto quc
prometo que no os
os conduciré al fuego
fuc-go ni al agua, y v
que no caeréis
crreróis en ningún pozo. Si tenéis tcnóis la paciencia
de seguirrne, descubriréis
de seguirme, descubriréis que «hay "hay un sonido ttan a n sutil
sutil
quc nada vive
que vive ecntren t r e este sonido y el silencio», silcncio», y que Quc
hay mucho más significado
m:ís significaclr en en las cosas que en cn aque‑
aque-
llo que se prescnta a los ojos.
se presenta ojos.
Mi m
Mi a n o es
mano es para mí rní lolo que el oído yv la vista sson on
para o s o t r o s . Viajamos
para vvosotl'os. Viajan-ros por por las mismas carretcras, lee‑
mismas carreteras, lee-
o s los mismos libros, hablamos
mos
m h,rblamos el mismo idioma,
mis¡no idioma, y
sin embargo
embargo nnuestras u e s t r a s experiencias
expcriencias sson o n distintas. Todas
mis actividades giran sobre mi m o m o sobre un
a n o ccomo
mano un
eje.
cjc. La mano eslo cs lo que quc me nrc uune n e al mundo
mundc-¡ de de los hom‑ hom-
bres y de dc las mujeres. La rnano
m a n o es
cs mi antena, conn ella
a n t e n a , c o
salgo del dcl aislamiento
aislamicnto y de la l,r oscuridad, y r, aprovecho
aprovecho
cada placer,
pl;rcer, cada actividadactiviclacl que mis dedos declos eencuentran
ncuentran
asu paso. Con
a su paso. Con uuna n a simple
simple palabrapalabra que la mano
l;r m a n o dede ootra
tra
persona dejó dcjó caer en
en mi mano,
mano, un leve
lcve movimicnto de
movimiento de
los dedos,
dcdos, empezó la inteligencia, inteligencia, la Ia alegría y la pleni‑ pleni-
tud de mi existencia.
existcncia. Al A[ igual que que Job,
Job, siento ccomo o m o si
si
una
u na m a n o me hubiera hecho, hubiera dado
m;1r-lo clado forma forma a a

todo mi cuerpo y moldeado molderrdo mi alma. alma.


En todas
En todas mis mis experiencias yy pensamientos, pcnsamientos. soy
consciente de cle la presencia de dc uuna na m a n o . Todo lo que
mano. que

14
14
me conmueve, todo lo que me emociona y me llena de
í Euorloure eru cnb o1 opol (e^enruuol eul
ap Euall eur
i 'ptpr.lncso lll Lre EJot etrr anb oueur t]un se 'uorsn¡r
ilusión, es u n a m a n o que me t o c a en la oscuridad, y
ese c o n t a c t o esmi realidad. Decir que las impresiones
sauorsa¡drur srl anb Jrf,J(I 'puprleal ruJ se otlttuol ása
otort Ie Jturrparu opelnt¡n3e aq
que he acumulado mediante el t a c t o son irreales es
sa sJIEJTJT uos
anb
IuáJrr
como llamar irreal a una visión que os hace felices o a
E o se3rláJ oIELI so ánb uorsrl EUn u JETuEII oruof,

una desgracia que anega dc amargas lágrimas v u e s t r o s


so;tsenl sruru8el sr?¡eure ap e8aue cnb rr:r¡3scp rLrn
tsodr-¡rru EUn ep sEIE sEI ep rolquet opetrrlap 1E 'solo
ojos. El delicado temblor de las alas de una mariposa
en mi mano; los suaves pétalos de las violetas cnros‑
-soJUJ sttelol^ sEI ep solrrgd salens so1 iourr-u rLu ue

cándose en los frescos pliegues de sus hojas o aso‑


-osr o srloq sns ep san8arld sof,seJ+ sol ua esopurJ
¡a Ísope-rd sol ap EqrarLI ul ertue etuáuletlnp oputsLu
mando dulcemente e n t r e la hierba de los prados; el
-ularlu sol ap f o.¡lso¡ 1ap 'aru-rr¡ 'osroa¡d ou.roluo:)
c o n t o r n o preciso, firme, del r o s t r o y d e los miem‑
orret Ia ,( olpqe: un ap ollenr lrp e^Ens oo,re 1a iso:g
bros; el arco suave del cuello de un caballo y el t a c t o
aterciopelado desu hocico: todo ello, y las numerosas
suso.rcrunlr sel I'o11a opot :oJr3orl ns ap opeladorr.rate

combinaciones resultantes que t o m a n forma en mi


ILU ua EurJoJ LreLUot anb scturtlnso; sauoroeurquro:l

m e n t e , constituyen mi mundo.
'opuntu ru ua,(nirlsuof, (eluaru
¡a
souJrlrl anb uo opunlu 1a uauoduror seapr sE'I
Las ideas componen el mundo en el que vivimos
opuntu rtr ] 'seapr ap uaa.ro;d solr seuorsa.rdurr srl I
y las impresiones nos proveen de ideas. Mi mundo
está hecho de sensaciones táctiles, desprovistas de
ep setsr^oJdsap'sa1rrcrl sJuorf,ESUJS ap oqtrJq rtsa
color y sonido físicos; pero, aun sin color ni sonido,
'opruos ru ro]oJ urs unr 'o¡cd lsocrsrJ opruos I -lo1o:

es un mundo que respira y palpita lleno de vida. En


uE 'Epr^ ep ouell errdlud I t¡rdse¡ anb opunru un sc
mi m e n t e , cada objeto está asociado a cualidades tác‑
-JBt sJprprlrnf, B oprrlosr úlsa olelgo EpEr (atueu rur
'stJeutru se Iqttuo]ur ep stpeurquol 'salenl sEI 'sJlrt
tiles, las cuales, combinadas de incontables maneras,
me proporcionan u n a sensación de poder, de belleza
Ezellrq ap tapod ap uorlesuas EUn u€uor¡-¡odo¡d aru
o de incongruencia, pues c o n mis m a n o s puedo sentir
Jttuas opand soutur srlr¡ uo3 scnd'er)uan:Suoour ep o
-a¡xe oloadst [e ue osoLuJaLI ol or¡ro] oirurof, ol olurl
t a n t o lo cómico c o m o lo hermoso en el aspecto e x t e ‑
rior d e las cosas. Tened presente que v o s o t r o s , que
anb 'so¡toso,r anb etues^a-rd pauel 'sesof, sel cp JorJ
dependéis de la vista, no os dais c u e n t a de la cantidad
pEpnuEJ EI cp €luánJ srtp so ou'Elsr¡. e1 ap srapuadap

de cosas que s o n tangibles. Todas las cosas palpables


salqed¡rd s-?sof, sBl sEpoJ 'salgr8uer uos anb stsos ep
o sapur;8 'seprnbrl o stpr]os 'srpr8u o selr^olu uos
s o n móviles o rígidas, sólidas o líquidas, grandes o
pequeñas, calientes o frías, y estas cualidades se modi‑
-lpotu es sJpuprl€nJ sets, f 'seu¡ o sallrerlel'sruanbad
JEJnueu lap tJnf,saJj E'I 'EJauEur Esie,\rp lnu ap ue:r¡
fican de m u y diversa manera. La frescura del nenúfar

fr
IS
.-

a
ap u n t o de
punto florecer esdiferente
de florecer es diferente de de la Ia del viento de una
de u na
noche de
noche verano, y diferente
de verano, diferente asu a su vez dela frescura de
de la frescura de
la lluvia que penetra en el corazón corazón de todas las cosas
dándolcs vida y cuerpo.
creccn dándoles
que crecen cuerpo. El terciopelo de de
la rosa no es es el de un melocotón maduro, ni el de la
mejilla ccon o n hoyuelos
hoyuelos deun de un bebé. La dureza dureza de de la rroca
oca
esa
es a la dureza
durcza de la madera lo 1o que la v o z profunda y
voz
grave deun
grave de un hombre
hombre esala es a la v o z suave de
voz de u n a mujer. Lo
una
que yyo o llamo belleza
bclleza llo o e n c u e n t r o solamente
encuentro solamente een n cier‑
cier-
tas combinaciones de todas estas cualidades, cualidades, y resulta resulta
cn gran parte del flujo de líneas rrectas
en e c t a s y ccurvas
u r v a s que se
se
produce
produce sobre sobrc todas las cosas. cosas.
Supongo que os
Supongo os preguntaréis qué significa significa para mí
u n a línea rrecta.
una ecta.
Significa varias cosas. Simboliza el deber. Según
varias cosas. Según
parece, poseeposec la misma cualidad de de loIo inexorable
inexorable que que
el deber. Cuando tengo tengo algo que que hacer y no puedo
eludirlo, siento ccomo o m o si avanzara en
st avanzara recta, obli‑
en línea recta, obli-
gada a llegar a alguna parte, parte, o a no dejar de avanzar un
solo
solo m momento sin desviarme
o m e n t o sin desviarme a la la derecha
derecha ni ni a la
izquierda.
izquierda.
Eso eslo
es lo que significa.
significa. Ahora bien, para escapar a a
e sentido moralizador, deberíais
s t e sentido
este deberíais preguntarme:
preguntarme:
"¿Cómo se siente
«¿Cómo siente la la línea recta?". Se siente
línea recta?». siente ccomoomo
supongo que
supongo que es, es, rrecta: un pensamiento monótono
e c t a : un monótono
que se
que se prolonga
prolonga interminablemente. En el caso caso del
tacto, la elocuencia
elocuencia no reside en las líneas rectas, sino
en las que no lo son, o en muchas líneas curvas y rrec- ec‑
tas
tas juntas. Estas líneas aparecen y
Estas y desaparecen; sson on
r a profundas, o
ora
o r a superficiales,
ora superficiales, se se interrumpen, se
interrumpen, se
alargan o sufren ondulaciones. Se Se elevan y se se hunden
hunden

t6
16
I7
lt
ESe ua ueJnperl ¡ uelo¡q 'ueurru¡a8 anb 'srzeqeltJ sul
las calabazas, que germinan, brotan y maduran en esa
ap sJUozur{lurrl stpuope-r sEI d erpues pun ep Erf,utroq
berancia de u n a sandía y las redondas hinchazones de
-nro,¡c{ u-I 'scptpr^e¡ .{ so¡¡ns ep estlf, tpot opuer.u-ro}
formando toda clase de surcos y cavidades. La p r o t u ‑
sopep sru o[uc1 EA-rnJ as 'epeqruo: arcr¡-radns ns f sal
tes y su superficie combada, se c u r v a bajo mis dedos
-uarps sns uoJ 'a¡qr.torurur BJoJ E'I 'loqJg un Jp seLUE.r
ramas deun árbol. La r o c a inamovible, c o n sus salien‑
s€l Lre ,( rzJtror ul LrJ uelnpo-ld es anb ot¡o-r o1 ,{ o,t.rnc
c u r v o y lo r e c t o que seproducen enla c o r t e z a y en las
o1 'oprBr-r o1 i elqrxal¡ o1 'osr1 o1 i o-radsr ol ertur salq
bles e n t r e lo áspero y lo liso, lo flexible y lo rígido, lo
-epr-r8e sauorltrJEA sel Jf,ouotral ouELU r14¡ 'od.ranc rut
mi cuerpo. Mi m a n o reconoce las variaciones agrada‑
el presto ceder de las olas que se encrespan y acarician
urr:rrJelts { r¡rdsa¡¡uc as anb s"lo sEI ep -rJpal otsa;d 1a
samiento, tengo la fresca sensación de Iazambullida y
f eprllnquez \ ep uorrusues EJSaJJ e ¡ o8ua: 'oluerrutss
subir a ellas. Cuando es el agua el objeto de mi pen‑
-uad rru ap orelqo 1c en8r Ia sa oputn) 'stlle E rrqns
e¡ed olrsa¡au ¡nb tzJ?n¡ EI ua osuJrd 'srurio: ua c»s
so en colinas, pienso en la fuerza que necesito para
la m e n t e est a n v a s t a c o m o el universo. Cuando pien‑
-ucrd opuenJ 'osJa^run Ie ouoJ tlst^ uet se eluetu BI
lugar que ocupa en el espacio, pues, sin egocentrismo,
'orusr.rtucJo8a rrrs 'sand'orcedse Io ue edn¡o anb -re8n1
completa, sin perder su calor vital, y ocupa el mismo
orlrsrLu 1a tdnco i '1ttr,r lopf, ns -rcprad r¡is 'rlaldu¡o:
Er.uJoJ ns ua oJgeJcl rur u esed alqr8uer orafqo u¡ 'ard
pie. Un objeto tangible pasa a mi cerebro en su forma
ap e¡-rauod E Je.\lo^ ap ofrqr,n 'eluarosuo:lur anbunr
aunque inconsciente, trabajo de volver a ponerla de
recibe v u e s t r o cerebro, que debe t o m a r s e el inmenso,
'osL¡eluur IO JS.¡Euro] aqap anb 'o-rga;ac oltsan^ eclrlJr
'oprpuctua o8uat un8as 'anb r¡ ouro: EUnaJ el ua Eprl
tida en la retina c o m o la que, según tengo entendido,
posición vertical bien firme, no en una imagen inver‑
--ra^ur ua8eurr r:un ua ou 'aru.rr¡ uJrg IEOruc,r. uorcrsod
en mi caso, cada objeto se presenta a mis dedos en una
¿un ua sopap srru E úluesJ-rd as olafgo epro 'osrc rLLr ue
'anb rl 'satua;aqur srptprl¿nl ep d ruro¡ ap 'rprpcLu
medida, de forma y de cualidades inherentes, ya que,
color y el sonido, pero que está hecho en términos de
ap soLrrurJel ua oqlaLl utsa anb o,rad 'opruos 1a f roloo
en un mundo que, según me han dicho, no conoce el
]a Jf,ouoJ ou 'oqcrp urrl Jtu unBas 'anb opunr-u un LIa
etuautepou-rol rr^rl oparrd anb rgasua aru EJrsrJ ET
La física me enseña que puedo vivir cómodamente
'sesourrárl stsoJ sEI ap ugr8a.r EI Jp Eprnlrxa folsa
estoy excluida de la región de las cosas hermosas.
montañas, o penetrar en el azul intenso del cielo, no
ou 'o1arc Icp osuátur lnzE Iá ua ,¡r¡lauad o 'sEuulur)tu
bir los colores brillantes de una puesta de sol o de las
sEI cp o Ios ap ¿tsand Eun ap setutllrrq sarolor sol rrg
-rc;ad epand olr outur rru anbunr 'sra,t oruo3 'Esollr^
villosa. Como veis, aunque mi m a n o no pueda perci‑
-e-rtsu¡ í alqutoBuur sa pEperJe,L ns I 'srsnrd I socsn,rq
bruscos y pausas, y su variedad esinagotable y mara‑
debajo de mis dedos, no paran de hacer movimientos
sotuerurrloru Jrf,Bq ap urrrd ou 'sopap srlu ap oltqap
extraña huerta cultivada en algunrr parte detrás de
en alguna de las
ycmas de mis dedos, ssc¡n
yemas o n la parte absurda
absurd.r de mi nri irne-
ne‑

moria táctil y de dc mi imaginación.


imaginación. Mis dedos dcdos se se delei‑
dclei-
ttan
an ccon
o n la suavc cascada de
ltr suave la risa de
de la de un un bebé yy. se se
divierten ccon o n el vigoroso
vigorosc-r cacareo del dcl déspota del cco- o‑
rral. Una
lJna vez vez ttuveuve u unn gallo d dee m a s c o t a que solía po‑
mirscota po-
sarse en
sarse en mi rrri rodilla, estirar
estir¡rr el cuc'llo yy cacarear.
el cuello cacarear. Más
n t o n c e s un pájaro en
valía eentonccs en mi mano
nlano que ciento...ciento... en en
el corral.
corral.
Mis dedos
dcdos no ncl pueden, por supuesto, ttcner e n e r de un
vistazo la impresión
in-rpresión deun dc un todo global,
global, pero siento sicnto las
partes y luego mi m e n t e las
mente une
l,rs u n t r e sí. Me
n e ecntre Nle desplazo
por mi
por mi casa
casa tocando un un objeto
objcto ttrasras o otro, cn orden,
t r o , en orden,
trntes de que pueda hacerme
antes haccrme uuna n a idea de dc toda la casa. casa.
Err las casas de ootras
En persorras sólo puedo ttocar
t r a s personas o c a r lo que
que
mrnc
e m u e s t r a n : objetos d
muestran: dee especial intcrés, tallas een
espccial interés, n las
paredcs o alguna particularidad
paredes particularidad arquitectónica,
;rrquitcctónica, todo
ello expuesto
expucsto ccomo un album
en un
o m o en álburn de de familia. De ahí
f,rn-riiia. De
que uunan a casa ccon o n la que
quc no estoy familiarizada
familiarizada no me me
produzca
produzca al rrl principio ningún efccto, ni
r-lingún efecto, ni eencuentre
ncuentre
armonía en sus detalles. No es cs u n a concepción c
Lrna com-
om‑
pleta, sino uuna n a colección de objetos-impresiones
objctos-impresioncs que
llegan
llcgan a a mí
nrí desconectados
desconcctados y separados.
separados. Pero mi rni m
mente
ente
está llena
esta llcna de asociaciones, sensaciones y
asociacioncs. sensaciones teorías, y ccolr
)' teorías, on
ellas
ellas construye la la casa. E,l proceso me
casa. El me recuerda a la
edificación del del templo
ternplo de Salorrrón, donde no había
cle Salomón, había
sierras ni martillos,
sierras rnartillos, nini ninguna ootrat r a herramienta
herrarnienta cco- o‑
nocida, mientras
nrientras las las piedras
picclras se iban colocando
colocando uuna na
sobre t r a . El trabajador silencioso esla
sobrc ootra. es la imaginación
imaginación
que saca a a la realidad
realidad del caos.
caos.
¡Qué
¡Qué pobre
pobrc sería mi
nri mundo
mundo sin la imaginación!
imirginaciónl Mi

18
r8
I9
6t
garse o desplegarse c o n el viento. Pero la imaginación
uot¡rurBurur rrI oJed 'o]LrJr^ Ie uol as-rr:8a1dsap o as;rB
-c1c1 lr:1o,r ot)ltuas JLI oí anb sr:pr-rard se1 r: upuu uo el
ce en nada a las prendas que yo lie sentido volar, plc‑
-eJud as ou i sepledsJ sns E tssJrt r:8ar1dscp as ErJOtlrA
Victoria sedespliega tiesa a sus espaldas y no se pare‑
rl r^JlI anb r:¡lun] 11 'rrtsn8ur rl Jp userd ou.ranp
duermo presa de la angustia. La túnica que lleva la
sll-rluerru rLLr LlrJur{ r1cn,r :rrb so-¡qLUerut ru rzJqul urs
sin cabeza ni miembros que vuela hacia mi mientras
or.rJns Lrrl ¡^á rloAJ au anb o¡aur,¡d o[ '.EPrlv tsrJo]f,rA
Victoria Alada, lo primero que me evoca esun sueño
Rl Jp Etsal anb o¡ of,ot opuunJ 'ourur ru r urpu;8e
agradan a mi m a n o . Cuando t o c o lo que r e s t a de la
o1 rlrr 'al-rr Jt) s^rr,rclo suprlouotrJ-r ()snllur opLrárs^ (anb
que, siendo incluso reconocidas obras de arte, no le
5^r-rntlnrsc sutrarr .{eq ar.rb'oS,rugura
Es verdad, sin embargo, que hay ciertas esculturas
ra y se mueve. "tr.^l:l]:::r. _
r
- rdsa-r'e-rarrqratl'¡nb ú.r sr r-u trsa't: sr¡ p ;i:H.::Jr::
ciertamente la diosa, esa misma que, hechicera, respi‑
línea y cada curva, y así, al tocarla yo, la e s t a t u a es
se Enltlsa u1 'of EIJuJO] [r (rsE Á'r,t¡n¡ r¡rr: f ear-u1
Bprll r otuclLulluJs un euod uotorurSeut E-I 'lEJpr
ideal. La imaginación pone un sentimiento a cada
mármol vibra y seconvierte en la divina realidad del
IJP PEPTIEJ] úrrr^rP El uJ JtrJl^u()l JS ^ tsJqr^ [ourJtsur
'.rurdsa-r
respirar. Pero, baio el sortilegio de la imaginación, el
1a 'uotctur8tLUI tsl ap or8alrl,ros 1c oftq 'o,rc¿
Erltj JI olos iracrld orJptprJ^ url uos soln8ur sns I
y sus ángulos s o n un verdadero placer; sólo le falta
t r a hermoso. El movimiento ondulante de sus curvas
st^Jnl sns eP aluElnPLro oluer[rr^oru IE 'osoLuJeq E]]
-uanf Lra ol oLrtru ru oli-rtclure urS ,( 'ElrorJlra,r rrr J1EI
late ni reacciona, y sin embargo mi mano lo encuen‑
v cálido de una persona amiga, el mármol es frío, no
ou 'or-t1 sJ lourJuur 1a 'rBruru r:uos.lad Eun Jp oprluJ
de una escultura. Comparado c o n el r o s t r o expresivo ^
o,trsa¡dxc oJtsor lJ uof, ope;rdruo3 'eJntlnrsa eun cp
Eur-ro1 EI ua EptLUSeld ursrt-re un ep uororur8rurr El uof,
con la imaginación de un artista plasmada en la forma
esJrrtuoJuJ u-red apuudxa es uorruur8erur rru (sopep
dedos, mi imaginación se expande para e n c o n t r a r s e
El milagro es doble cuando, c o n ayuda de mis
srru ep rpnLr uoc 'opurnl rlclop sa o.r8elrtu ¡T
que se acoplan, este esel milagro de la imaginación.
'uc¡r¡eur8rul EI ap o.rSuJru Ia se Jtsc 'urldorr as anb
les en flor y penetro en el gozo enamorado de las aves
sa,\r stI Jp opuJoruurre ozo8 Ie Lre oJtauad,( -ro1; ua scl
-oclle sol LrJUcrt anb o¡¡adsr of,zouoJ '.larnbop rod
por doquier. Conozco el aspecto que tienen los árbo‑
IJ
rrrueSer¡ ns e¡-redsa i srfoq ep Eluer^al o]JS
s e t o revienta de hojas y el rosal esparce su fragancia
IESoJ Ie
belleza, la tierra desnuda se ilumina bajo mis pies, el
1a 'serd srur oltq Eururnlr ás Epnusap t,rr¡u tl
'rzJIIeg
ns B ueJqE e5^ aluclu rLLI aP sofo soJ oPuEntr 'o8regua
embargo, cuando los ojos de mi m e n t e se abren a su
urs 'sELUOJE f sr:tu.ro¡ ap pEpárJE^ uu8 eun ap stlrtse
estacas de u n a gran variedad de formas y aromas. Sin
áp rLrJll EsorJUelrs tsJJcrt áp rlccrrd úun trrJJS Euenq
huerta sería u n a parcela de tierra silenciosa llena de
,)-

completa estas
estas imperfecciones,
imperfecciones, y al instante la Victo‑ Victo-
ria se
se convierte en u n a poderosa figura animada,
una animada, ccon on
ráfagas de viento en su túnica y y cl
el esplendor de la
conquista en en sus alas.
alas.
En
E n u n a hermosa
una hermosa eestatua
statua e encuentro a n t o lla
n c u e n t r o tt¿rnto a perfec‑
perfec-
ción de la
ción la forma
forma corporal ccomo o m o las cualidades del
las cualidades
equilibrio yv la perfección.
perfección. La Minerva,
Minerva, o n su
ccon su red de de
alusiones poéticas, me da uuna sensación de euforia
n a sensación
física; yy me eenc¿1ntan
casi física;
casi los abundantes
n c a n t a n los abuncl¿rntes cabellos cabellc,s
ondulados de Baco y de Apolo, Apolo, y la guirnalda
guirnalda de de hie‑
hie-
evocadora de
dra, evocadora de las festividades
fcstividades paganas.
paganas.
Así es o m o la imaginación
cs ccomo imaginación ccorona o r o n a la experiencia
experiencia
de
dc mis mallos. Ellas aprendieron
r-nis manos. aprcndieron a s t u t a s gracias
a ser a¿lstutas gracias
a las sabias
sabi:rs manos de ootra persona, las cuales, guiadas
t r a persona, guiadas
también ppor o r la imaginación, me mc condujeron sana sana y
o r senderos que yo no
salva ppor convirtieron en
conocía, convirtieron
no conocía, en
luz la oscuridad
oscuriclad que había delante de \, endereza‑
de mí y endereza-
o n los caminos ttortuosos.
rron ortuosos.

20
SVWECI SO-I ECI SONVIAI SV'I
LAS M A N O S D E L O S DEMÁS

1E
El calor y 1aprotección de u n a m a n o son lo más
ol uos ouELU Eun ap uorccato¡d e1 d rop: sgru
parecido a ese hogar al que siempre he recurrido cn
ua oprJJnJe-r aq a;druars anb p .rr8oq asc e oprra-rrd
busca de apoyo y alegría. Comprendo perfectamente
aluerueltrcJ;ed opua-rdruo3 'er-r8a1e I olode ep Ef,snq
Íeznn¡ uoo JEtuEl IE zo^ ns e^ele opuenJ stsrrules I€
al salmista cuando eleva su v o z al c a n t a r c o n fuerza y
gozo: «Confío siempre en Yavé, su m a n o me s o s t e n ‑
-ualsos aur oueru ns (a^E ue e¡duars orJuo3» :ozo8
drá y tendré segura morada». En la fuerza de la mano
ousur EI eP EZrcnJ EI uE '«EpEJoru r¡n8as a;puar I e.rp
humana hay, también, algo divino. Según me han c o n ‑
-uol utr{ aru un8a5 'our^rp o31e'uargruer'drq Euerunq
ap Euorf,oura sou sopetur sofo solrn ep EpEJrru 11 'oprt
tado, la mirada de u n o s ojos amados n o s emociona de
ouelu Eun ep otJrt Ia ue Er3uelsrp &q ou o-rad isolal
lejos; pero no hay distancia en el t a c t o de u n a m a n o
amada. Hasta las c a r t a s que recibo son:
:uos ogrf,Jr anb srl-rrc sEI EtsEH 'pp€LuE

1cp rpunyo,rcl errotsrq


Cartas generosas que dejan ver la historia profunda del
r¡ ;c.r, uefap ,.rO ,rro.r'rllrTllrp
corazón,
Ienl ?l ua
en la cual sentimos la presencia de u n a
'oultur ?un ep er¡uesa:d ?l solunues mano.

sE
Es interesante observar las diferencias que hay
feq anb srroueraJrp sEI rtlrosqo atutseralul
e n t r e las m a n o s dc las personas. Muestran vitalidad,
'ptprplr,t
urJtscntrAJ 'sruos;ad sEI op soueru sEI eJlua

energía, quietud y cordialidad en sus múltiples expre‑


-erdxe saldulntu sns ue ptprlerprol I pnrarnb'e¡8;aua

1Z
2]
t)-

siones. No No me rnc había dado ccllellta u e n t a de lo1o viva queqllc esta


está
la m a n o hasta que vi las heladas
m,rno hcladas imágenes de yeso de de
colección de moldes del
la colección señor Hutton. La m
clel señor mano
ano
que yo yo conozco en vida real tiene
cn la vida ticnc la fuerza
ftrerza de la
sangre en t:n sus venasvenas y es cs resueltamente
resueltamente elástica. ¡Qué ¡Qué
distinta era cr:r la m a n o del querido
mano qucrido señor Hutton de su su
pálida
príliclrr imagen insensible!
inscnsiblel Para mi, mí, el molde
nrolcle no da la
verdadera
verdadcra forma de la m a n o . Entre los muchos
m¿rno. rnuchos mol‑ mol-
componcn la colección
des que componen colección del l{utton, no
scñor Hutton,
dcl señor no
rcconocí ninguna mano, ni siquiera la mía. Sin embar‑
reconocí embar-
u n c a olvido
go, nnuncrr
go, olvido uuna na m a n o afectuosa. Recuerdo
malro Recucrdo en en
mis dedos
mis dec'los las lrrs manos grirncles del
manos grandes dcl obispo
obispo Brooks,
Brooks,
rebosantes
rebos:rntcs de tternur,r ernura y v de la alegría propia de los
la alegría los
hombres fuertes. fuertes. Si o s o t r o s fueseis sordos y ciegos y
Si vvosotros
hubierais podido ttomar o m a r la m a n o del señor Jefferson
mano Jcfferson
entre
e vucstras) habríais visto
n t r e las vuestras, visto en cn ella un un rrostro
ostro y y
oído unir
oído una voz
v o z afectuosa completamente
afectuosa cr>r-npletamcntc clistinta de distinta de
u a n t a s conocíais. La m
cclt¿1nt¿1s a n o de
mano dc Mark
Mark Twain está cstá llena
llen¿-t
de
dc fantasía
fant¿rsía y del más más gracioso sentido del humor, y
cuando uuno n o la sostiene sus bromas se o r n a n solidari‑
se ttonlan solidari-
dad y gallardía.
gallardía.
Mc dicen que las palabras que acabo de
Me dc escribir
escribir no
«describen»
"c'lescriben" las manr¡s de mis amigos,
l¿rs manos :rmigos, sino que quc sólo
les confieren
les conficren las gcncrosas cualidades
las generosas cualidades humanashumanas que quc
yo sé sé que ellos poseen y que mi lenguaje exprcsa en
expresa en
tórminc¡s abstractos.
términos al¡stractos. La L¿r crítica implica
irnplica que no estoy cstoy
transmitiendo
transmiticndo la verdad de clc lo1o que siento. Pero ¿Cómo ¿cómo
consiguen
consiguen acaso ,rcaso las descripciones
descri¡'rciones que aparecen aparcccn en en los
los
libros que
libros que leo, escritascscritrrs p poro r hombres
hombrcs que qlle sí pueden
pucdcn
ver, m o s t r a r la fisonomía de
nlostrar dc un rostro? Leo Lco que un
o s t r o es
rrostro adllsto, afable; que denota paciencia
es adusto, paciencia e e inteli‑
intcli-

zz
gencia; que esfino, dulce, noble, hermoso. ¿Acaso no
ou osecy?'osouJaq'a1gou'a:1np'our¡ sa anb lrrcua8
st;gepd sttsa recldrua r oqoarep oruslru 1a of o8uar
tengo yo el mismo derecho a emplear estas palabras
so.rlosoA sraual anb 1a enb oluJrs anb o1 ¡rsa¡dxa e¡rd
para expresar lo que siento que el que tenéis v o s o t r o s
uesa¡dxa se;qeled selsg ¿sra^ anb o1 ,rrqr-lcsap e;rd
para describir lo que veis? Estas palabras expresan
c o n exactitud lo que siento en la mano. Rara vez soy
los za,t EJEU 'outur EI uá oluers anb o1 pntDJ¿xe uof,
consciente de las cualidades físicas, y no recuerdo si
rs opJenJeJ ou d 'srcrsr¡ sepeprlenl sBI ap etuJrf,suo:
lard e1 rs o 'so8,rt1 o sotJoo uos outru
los dedos de una mano son c o r t o s o largos, o si la piel
pun ap sopap sol
e s húmeda o seca. Tampoco v o s o t r o s , sin hacer u n
un Jef,tr.{ uts 'so-rloso.t orodrut¡ 'Ef,es o EparunL{ se
esfuerzo consciente, podéis recordar los detalles de
áp sallrtap sol lrpJoJe.r srapod 'Jlucr:rsuoo ozJanJse
ep ptsprurlur olsrl srrfeq ol oputn3 unr 'o¡lso¡ un
un r o s t r o , aun cuando lo hayáis visto infinidad de
veces. Si llegais a recordar los rasgos y afirmais que
anb sruur:r1e f soEse; sol rEproJá-r e sre8all rS 'saf,e^
los ojos son azules, la barbilla pronunciada, la nariz
zrJEu vI'uptrcunuo-rd r:11rq-req r1 'sa¡nze uos solo so1

c o r t a o las mejillas hundidas, creo que no consegui‑


-rn8asuoc ou cnb oarc 'seprpunq sellrferu sEI o ElJol
réis m o s t r a r la impresión que os produce esa persona,
'euos.¡ad tsa arnpo-rd so anb uorsa;du¡r El Jullsour sraJ

no t a n bien como cuando hacéis una inmediata inter‑


-ralur ElEIPcuIur ¿un srelBq oPUEnJ oLUoJ ucrq uEl ou
pretación de las cualidades morales y esenciales cle su
ns ap selrrf,uasa d seltrolu sapeprltntr sr] Jp uorceta¡d

r o s t r o : su humor, gravedad, tristeza, espiritualidad. Si


rS 'puprltsnrr¡rdsa 'uzatsrll (pEpaAtsJB ';ournq ns :oJtso-r

yo os contara, recurriendo a términos físicos, cómo


oLUof, 'so:rsr¡ soururJel tr opuerJJnla¡ (u-rt:ltroc so o,{

siente una mano, v o s o t r o s n o sabriais por m i relato


olEIeJ ru -¡od srErJqES oLr soJloso^ (ou€ru tun eluars
más de lo que podría saber un ciego a quien le descri‑
-rJlsep a1 ucrnb E o8arJ rrn JegES errpod anb o1 ap seru
bierais un r o s t r o sin omitir detalle. Recordad que,
'anb prp.roJJ¿ 'elletep Jrtrruo urs o-usoJ un sreJarq
cuando un ciego recobra la vista, no reconoce ningu‑
-nHr¡ru aJouoJal orr 'EJSr,r EI rrqoleJ o8ar¡ un opurlt:)
so1 e'atuar,r-rol srsrlr 1a rlarnbrs ru'sot3f(]o sol Jp ou
no de los objetos, ni siquiera el más corriente, a los
que su t a c t o ya se había habituado, así c o m o tampo‑
-odtuel oLUoJ rse 'oprntrgtq Erqrr.l as el otcel ns anb
urrJouoo sopJp sns anb'opuanb Jas un ap oJlsoJ Ia oJ
co el r o s t r o deun ser querido, que sus dedos conocían
t a n bien, y de nada le sirve que le hayan descrito las
sEI olrrrsep ueirq a¡ anb r^rrs al epuu ap d 'uarg uu

cosas y las personas u n a y o t r a v e z . Así pues, v o s o ‑


-oso^ 'sencl rsy 'zc.\ urlo ( uun seuos,rad se1 d sesoc
-olJJ ou 'olcel Jp ErJeleru ue souedxeur sros onb 'so¡l
t r o s , que sois inexpertos en materia de t a c t o , no r e c o ‑
JOd 'SE]ISJN^ SEI áJ]UE EIJEIUO] IE OUEUI EUN SIEJá]OU
noceréis u n a m a n o a l tomarla e n t r e las v u e s t r a s . Por
eso ninguna descripción que yo pueda hacer lograra
r-rr"r3o¡ Jaf,Eq Epend o,i ¡nb uorodr,rcsap eun8uru os¡
daros a conocer la m a n o amiga que mis dedos han
uerl sopap srru anb u8rur outru El .raf,ouoJ E soJul-)

lz
23
estrechado
estrechado ttan an aa menudo
menudo y que el cariño me me ttraer a e aho‑
aho-
ra a la \a memoria.
memoria.
Soy incapaz
incap:rz dedescribir
de describir- las
l¿rs manos p o r clases o p
por por
or
tipos; no existe existc uunan a democracia
democracia de de las manos. AlgunasAlgunirs
manos me indican que
manos que lo lo hacen
haccn todotodo ccono n la mayormayor
agitación y armando mucho mucho ruido. Otras sson o n inquie‑
inquie-
tas e e imprudentes,
impruclcntes, y sus dedos dcdos nerviosos indicanindican uuna na
naturaleza sensible sensiblc a los pequeños contratiempos de de
la vida cotidiana.
cc¡tidiana. A A veces reconozco, no sin apren‑
vcces reconozco, apren-
sión, la
sión, la m manoa n o buena
buena pero pero estúpida
cstúpida de alguienalguien que que
narra
n a r r a ccon c'lemasiadas palabras novedades
o n demasiadas novcdades que no sson on
tales. He Hc conocido a a un obispo c con
on uuna
na m a n o jocosa,
nrano .iocosa.
aun
a un humorista
humorista ccon on u mano seria y
n a mano
Llna triste, aun
v triste, a un hom‑hom-
bre que presumíaprcsurnía de valiente
valicnte cconon u una
na m a n o timorata
mano timorat.r
ya t r o sereno y que se
a ootro se deshacía en disculpas
disculpas ccon o n un
puño de de hierro. Cuando era niña mellevaron
hierro. Cuando mc llevaron a vcr': a
a ver’i a

una
u mujcr ciega y paralítica.
n a mujer olvidaré la m
paralítica. Nunca olvidaré mane-
ane‑
ra cconro
o m o me rne tendió
tcndió la ll mano, pcqucñ:r y
mano, pequeña v temblorosa, y1,
estrechó la l:r mía ccono n compasión. Mis ojos se se llenan
llenan de de
lágrimas
1ágrimas al recordarla.
rccordarla. En su
su mano
m a n o delgada y afectuo‑
afectuo-
sa que avanzaba a tientas, podían percibirse el ccan-
sa que an‑
sancio, cl dolor,
sancio, dc'¡lor, la
Ia oscuridad y dulcc paciencia.
n a dulce
v uuna paciencia.
Creo que, n t r e las
quc, ecntre no me conocen,
l¿rs personas que no conocen,
muv poc¿1s comprendcr¿ín hasta qué punto
muy pocas comprenderán hasta qué p u n t o puedo
darme ccuenta dcl estado
u e n t a del estado ddee ánimo dde un
e u n amigo que

'r'
’ï‘ El excelente
cxcc]cr.rte ccorrector rlc pruebas ha
o r r e c t o r de ha cuestionado
cucstionado mi
u s o de
tuso l,r palabra
clc la « v e r » . Si
p.rlabrir.vcr.. yo hubiera
hubiera dicho
clicho «visitar»,
"visita¡", él no
ncr
l-r¿rl¡ría preguntado
habría prcgltntirclo nada. Sin Sirl embargo,
crnb,rrgo, ¿que
¿quó significa
significa «visi‑
"visi-
ttar"
a r » si no
nc) « (visitare)? Más adelante
v e r » (visitare)?
1(vcr>> adelante trataré justifi-
tr¿1taró de justifi‑
car el uuso s o de tc¡do lo que he
de todo he conseguido
conscguido aprender del dcl idio‑
idio-
ma
ma inglés. ((1,i. N . deda la A.)

24
24
l
está conversando c o n persona. Mi mano sigue
'EUosJad t¡to uoJ oputsJaluol Else
otra
rtr ourur an8rs
'ozetq 1c 'oueur el of,ol a1 Ísorsa8 sns
brazo, la cara. Puedo
opend 'EJEJ EI
sus gestos; le t o c o la mano, el
decir cuando se regocija de alegría t r a s escuchar un
un Jtqonf,se sril rr-r8c1t ap elroo8a.r as opuenJ JIJap
buen chiste, aunque no melo haya repetido, o cuán‑
-uenf, o 'opnadar eleq o1 eru ou anbune 'atsrgc uanq
un o8ua¡'eprue^rp Elrotslq tun eluenl uatnb Ia sá op
do esél quien c u e n t a una historia divertida. Tengo un
amigo algo agresivo cuya mano siempre presagia una
run rr8rsc¡d c-ldurars ouerlr tfnc o,rtsa;8e o31t o8rulr
discusión. Por su agitación impaciente séque ya tiene
cuarl rf anb as aluarcrdur uorcelr8r ns Jod 'uolsn:slp

su razonamiento preparado en c o n t r a de alguien. I-le


a¡1 'uarn81e cp EJtuoJ ua opt.rtda.¡d oruaru¿uozcJ ns
sentido c o m o daba un respingo cuando un súbito
otrgns un opuenJ oBurdsa¡ un Eq€p ourof, oprtucs
recuerdo o una nueva idea cruzaba su m e n t e . I-Ie sen‑
-uas áH'3lueru ns EqEZnJl EaPI E^enu Eun o oPlanf,aJ

tido la pena en su mano. He sentido a su alma envol‑


-lo^ue Er.ule ns E opnuas eH 'outtu ns ua euad EI opll
un ue oluoo 'prpr;ncso EI ua eluauesonlsafttu as.ra.t
verse majestuosamente en la oscuridad, c o m o en un
m a n t o . Otra amiga mía tiene manos positivas y enfá‑
-y¡ua f sr,r.rlrsod souELU euarl trur r8true EJ1O 'olutlu

ticas que m u e s t r a n gran obstinación en sus opiniones.


'scuorurdo sns ue uorJEUrtsgo uu8 ur,rlsanru anb sectl
Es la única persona que conozco que pone énfasis en
ua srst1ue auod cnb otrzolroJ anb ruos¡cd tcrun t1 sE
ouroJ rse 'enluáJr sr1 ,{ sEIJEJJ}alap 1e se.rqtlrd sns
sus palabras al deletrcarlas y las acentúa, así c o m o
enfatiza y acentúa las palabras que pronuncia cuando
oputnl rrrunuo¡d anb sr-rqrled st¡ tntuare I ezne¡ua
le leo los labios. Debo decir que prefiero e s t e énfasis
srsrluc rlsa orarJard anb rrJap oqcC 'soIqEI sol oel al
¡nb stuos¡ad st1 ep ouotououl ateuosuos IE opEIrE^
variado a l s o n s o n e t e monótono d e las personas que
Iru ep euled ry ueadlo8 aru anb '-rtlqtq lE uelnpour ou
no modulan al hablar, que me golpean la palma de mi
m a n o c o n los significados de sus palabras c o m o c o n
uoo orlrol se-rqeled sns ep soprcr¡ru8rs sol uof, outlu
un martillo. 'ollrl]Elu un
-uos 'stJts¡nLr sel utrlrol oputnJ 'souELU seunSly
Algunas manos, cuando t o m a n las nuestras, s o n ‑
ríen y no caben en sí de alegría. Palpitan y se dilatan
LrEtEIrp as I uetrdlt¿ 'err8ale ap rs ue ueqtJ ou f uar-t

llenas de Vida. Personas desconocidas han tomado mi


ru oPELuol UELI sEPrf,ouoJsaP sBuosrcd 'EPI^ áP sEual]
m a n o e n t r e las suyas c o m o si fuera la de u n a hermana
EuELrrrcLl EUn eP tsl EJ¡nj rs oruof se,tns su1 eJlue ouELU

que no habían Visto en muchísimo tiempo. Otras me


Jrrr sEJIO 'oduart otursrqJnu ue orsr^ utlqtq ou anb

dan la m a n o c o m o si temieran que yo pudiera hacer‑


-JalELI rrcrpnd ol anb utJerLuet rs oulol oueur EI uep

les algún daño. Estas personas tienden cortésmente la


El JtucusauoJ LrepuJu sruos¡cd setsg 'ourp rr;r31r sa1

yema de los dedos, y te permiten toeárselos, pero en


ua o;acJ 'so1as:rcot uauu;ad a1 I 'sopap so1 ap eual
eluallrslurtur nt I 'ur,rrteJ sol olf,EruoJ IJp oruátuotu Ie
el m o m e n t o del c o n t a c t o los retiran, y tú íntimamente

Sz
25
te dices que ojalá no vayan apedirtea pedirte de u e v o que tto-
de nnuevo o‑
mcs esa
mes mano
csil m tienc la «valentía
a n o que tiene "valcntía del lirón».
lirón". Revela
caráctcr aprensivo, un orgullo
un carácter dcsagradable y bas‑
orgullo desagradable bas-
a n t e desconfianza. Es lo opuesto de la m
ttantc a n o que te
mano
tienden los que sson o n generosos y simpáticos
sirnpáticos por ttem-em‑

Pe ramelrto.
peramento.
Hav personas
Hay person¿ls queque nos dan la la m a n o de un
rnano un modo
modo
quc nos
que nos hace pensar pensar en un un accidente o una m muerte
uerte
repentina. Comparad esa
repentina. esa m a n o agorera ccon
l-nano o n la m firano
ano
ágil, hábil y serena screna de uuna n a enfermera a quien recuer‑ recuer-
do ccon o n cariño porque prodigó a mi m a e s t r a el
maestra cl mejor
de los cuidados. He dado
de daclo la m ano a
mano a personas ricas que que
nnunca teniclo que realizar
u n c a han tenido laborcs duras y agota‑
realizar labores agota-
doras pero cuy¿1s manos no son hermosas. Bajo su
doras pero cuyas manos no s o n hermosas. Bajo su
e r s a rotundidad, ¡qué
ttersa ¡qué caos
caos de carácter
carácter sin
sin desarro‑
desarro-
llar!
Estov convencida
Estoy convcncida de dc que no hay manos manos que pue‑ pue-
dan compararse ccon o n las del médico,
clel rnédico, por p o r su destreza
pacientc, su dulzura compasiva
paciente, colrrpasiva y su magnífica ccerte- erte‑
za. No No nnos o s ha de extrañar, pues, pucs, que RuskinRuskin encuen‑
encuen-
r e en los toques
ttrc e r t e r o s del cirujano la perfección
toques eccrteros pe'rfección
del control
control y la delicada precisión
clclicada precisión que el artista debie‑
debie-
ra emular.
emular. Si Si el
cl médico esun es Lrn gran hombre,
hombre, los toques toques
de sus nranos sanarán también
sus manos t:rmbién el alma alrna dedc sus pacien‑
pacicn-
tes. Un lJn amigo mío rrío muy querido,qucrido, que fue nnucstro u e s t r o mé‑
mé-
dico en la salud y en la enfermedad, cnfermedad, tenía en las ma-
m a‑
nnos nrígico de
s t e toque mágico
o s ecstc dc bienestar.
bier-rcstar. Su Su espíritu
cspíritu alegrealegre
y cordial hacía bien a sus pacientes, pacientes, necesitaran
nccesit;lran o no
medicinas.
rredicinas.
bellczas del rrostro
Si las bellezas ostro s rnuch¿s, también lo
o n muchas,
son
o n las de
sson dc laIa mmano. El tt:rcto
a n o . El a c t o conoce sus sus éxtasis.
óxtasis. Las Las

26
z6
de las personas c o n una gran sensibilidad y i
prprlrqrsues ut¡8 Eun uof, stuos¡ad sEI Jp soutul
manos
personalidad fuerte s o n extraordinariamente ver‑
-Ja^ etueLLrErJpurpiotrtxJ uos euanJ pEpII€uosJed run
una
sátiles. Basta con echar un vistazo a la yema de sus
sns ap eruel 11 E ozrtsr^ un JEqJe uor Etsrg 'salItES

dedos para saber que son capaces de expresar los


so1 resc;dxa ap sactdtf, uos anb -reqes rred sopap
oputnJ ua ze,\ aO 'olucruresued Iep sef,rltlu sosJellp
diversos matices del pensamiento. De vez en cuando
t o c o una m a n o bella y graciosa, c o n u n a muñeca m u y
inu r¡¡unru eun uoJ 'ESor:rErB f r11cq oLIEtu eun o3ol
dúctil, que deletrea c o n la misma belleza y distinción
uorlunsrp f r:za11eq ELusrur EI uoJ Eertelap anb 'lrrogp
que v o s o t r o s seguramente veis en la letra de algunas
srunÍi1r Jp Ertcl EI ua sre^ aluarue¡n8cs so-noso¡ anb
personas muy cultas. Desearía que pudierais ver lo
o[ rJ sre;arpnd anb tr¡rasag 'stllnf, lnru stuos,¡ad
bien que los niños pequeños deletrean en mi m a n o .
'oueru iLU ua uuerlJlJp souanbad souru sol anb ucrq
Ellos son las flores silvestres de la humanidad y los
so¡ I prprutunq ul ep sartse^lrs scrol¡ sEI uos sollg
Iap seJlsa^ls scrol] sEI uos soPaP sns eP solueIUIAoLLI
movimientos de sus dedos s o n las flores silvestres del
idioma.
'EtuoIPI
Todo e s t o conforma mi propia ciencia de la quiro‑
-o¡rnb BI ep erruero rrdo-¡d rur EurJo1uor olse opol
mancia, y cuando os digo la buena fortuna no lo hago
o8ug o1 ou runuoJ Euang e1 o8rp so opupnJ f 'etcuetu

sirviéndome de alguna intuición misteriosa o de la


El Jp o ESorJátsrLU uorlrnlur eunSp ap euopuaIAJIS
otuarlurJouolJJ un e set:t¡3 outs 'Eutttll e1-rcf nrq
brujería gitana, sino gracias a un reconocimiento
rrtsrn^ ua opedruttsa relotrtJ ¡cp cJqecrldxa I 1e;nttu
natural y explicable del carácter estampado en v u e s t r a
iJlouoleJ eP Ilryl uBl sJ olos ou ousLLI r-I 'ouEtu
m a n o . La mano no sólo es t a n fácil de reconocer
c o m o u n a cara, sino que también revela sus secretos
solarlas sns ElcAJl uarc]tuel anb ours 'r.¡E:l Eun ouro:)
-os¡ad sE-I 'JllrarlslroJur a EJaouIS stLU EJauEtu Eun ap
de u n a manera mas sincera e inconsciente. Las perso‑
ou ouELU 11 orad 'aturlgrucs Ie Jeurruop uapand seu
nas pueden dominar el semblante, pero la m a n o no
obedece a ese freno. Se relaja y se vuelve pasiva c u a n ‑
-Lrtnl r,r.rsud c^lan^ as,{ tltla,r aS'oLrcJJ asa E e3epaqo
uEsust as solnrs^nlu sol loprregE Etse nru¡dso 1e op
do el espíritu está abatido; los músculos se t e n s a n
'olu3luoJ uozv.fo) [J o EPt]rJxe Elsa a]ualu EI oPUEn:)
cuando l a m e n t e está excitada o e l corazón c o n t e n t o .
Pero hay cualidades inalterables que permanecen es‑
-se uJTJUELT-r¡cd anb sálguJetleur scptprlentr ltg o.la¿
Ia opol EIIa ue sttrJJ
critas en ella todo el tiempo.
'odLUJu

LL
27
VZVU V'I ECI ONYW V-I
L A M A N O D E L A RAZA

-ruorccrgl [tauotlctg Í,tnrya2 orlsan^ petlnsuoJ


Consultad v u e s t r o Century Dictionary [Dicciona‑
o1 cnb orlserru 1e prpad 'so8ar¡ sros rs 'o [o¡3r5 lep olr
rio del Siglo] o, si sois ciegos, pedid al m a e s t r o que lo
haga por v o s o t r o s , y veréis l a gran cantidad d e expre‑
-a¡dxa ep peprluel ue-r8 11 sreJal .{ 'so.¡loso,r. -rod t8tq

siones idiomáticas construidas a partir de la idea de


ep uepr e1 ep .rrr-red t stprnJtsuoJ sllJlttsruorpr sauols
mano y cuántas palabras provienen de la raíz latina
Eurlel zrcr vI áp uauJr^o.rd se.rqeled sttrrgntr -t ouptu
m a n m : las suficientes c o m o para nombrar todas las
sEI SEPOT JeJguIOU e-¡ed Oruoc seluarsrlrls sel isnupLu

cuestiones y e v e n t o s esenciales de la vida. La v o z


zo^ e-Í 'Epr^ EI cp saltrrrucsa soluelc I sauorlsan¡
«mano», c o n sus citas y palabras compuestas, ocupa
ednco (s^tjlsendruoc su-rgt¡rd I setrc sns uof, '..ouELLI»
veinticuatro columnas, es decir, ocho páginas. Este
alsg 'srurBed oqco !r:ap sa 'scrrruniol oJrunJrlurJ^
r1 cp ourS:o Ic» ouroJ <<L)LreLU>> EI euIJáp orJeuoIJ3Ip
diccionario define la « m a n o » c o m o «el órgano dc la
aprehensión». ¡Cuán perfectamente se ajusta a mi
rru r r¡snfE es aluJujrroa¡.rad uen3! '«uorsueqerdE
caso esta definición, en los dos sentidos de la palabra
e.rqrled EI ap sopuues sop sol ue 'ugrctur¡ap Etsa osEJ
ol opot olafns I o¡¡u8t oueur EI uoJ ¡«repuaqardt»
«aprehender»! Con la m a n o agarro y sujeto todo lo
-Jelallrr ¡o'orrsr¡ Ia :sopunu sa.rt sol ua o¡tuanoua anb
que e n c u e n t r o e n los t r e s mundos: e l físico, e l intelec‑
tual y el espiritual. 'pnrurdsa 1a f pnt
1c opeldurctuof, Etl erqluoq Ia oruoJ ua ptsuad
Pensad en cómo el hombre ha contemplado el
EPIPI^IP 91sa EPr^ ET 'oLrelu EI aP uorlLrnj ue oPunLU
mundo en función de la mano. La Vida esti dividida
e n t r e l o que s e apoya sobre u n a m a n o y sobre l a
el aJc'los ,{ ourr-u EUn árqos elod¿ as anb ol oJILIá

6z
29

_-Z
-

otra.'i Las
otra."‘ Las manufacturas
manufacturas son son los los productos
productos que que se se
hacen ccon las manos. La
o n las gestión de los
La gestión s u n t o s se
los aasllrltos se
denomina
denrrmirra en cn inglés
inglós management.
md.nitscfttant. La La historia pareceparece
ser el
ser c[ registro
rcgistro ‐-¡ay u e s t r a s crónicas de guerra!‐‐
¡a y nnuestr.ls ¡¡uerrir!- de c{c
las maniobras de los ejércitos.
l¡s maniobras eiclrcitos. Pero también tan-rbién la histo‑
histo-
ria de rle la narración de las labores en
\a paz, la narración err el
cl campo,
campo,
en los bosques
bosqucs y en las viñas, está escrita cscrita ccon victo-
o n el victo‑
rioso signo manual: manual'. el cl signo de de la m a n o que ha
mano ha ccon-on‑
quistado
quist,rclo el desierto.
dcsicrto. A un conjunto de dc trabajadores
trabajaclores se se
les llama
les mdno
ll¿rrnrr m a n o de obra.obra. En Err loslos instrumentos para p¿ra
mani'.1.r^r y
maníatar y, en la manunisi<hr leemos la historia
1a manumisión histori,r de dc lala
esclavitud y de dc la libertad humanas. hunranas.
FIay un sinfín
Hay sinfín de de expresiones
crprcsiones idiomáticas idiomáticas de menor
cJc m enor
importancia,
importancia, pero mencionaró algunas, no vaya a
pcro sólo mencionaré a

ser que
ser cxclaméis: «¡Manos
cluc exclaméis: "¡Manos fuera,
fucra, no
no tocar!"."'t
tocar!».”""‘ Sin
cmbargo, no puedo renunciar
embargo, renunci¿rr a a este juego de dc palabras
p:rlirbras
hasta que no haya mencionado mcncionaclr algunas irlqunas más.nrás. Todas
Toclirs laslirs
cosas que qlrc no hemos sido sic-lo los primeros
primeros en en adquirir
irdquirir sson on
de
dc segunda
segunda m sor-r, me
a n o . Así son,
m¿Lno. me dicen, mis conocimien‑
col'locir-nien-
bienintencionados amigos salen en mi
o s . Pero mis bienintencionados
ttos.
defcr-rsa y,
defensa y, no ccontentos
o n t e n t o s ccon o n atribuirme
atribuirme un un conoci‑
conoci-
miento natural de de primera
primer,t mdno)
mano, legítimamente
legítirnamente mío,
mío,
me
me atribuyen además un
atrit',uycn ademas un ssexto scntido preternatural
e x t o sentido preternaturrl y
otorgrlrl a milagros
otorgan rnilagros y compensaciones
conrperls.lcioncs enviadas cnviadas por ¡-lor elel
cielo el crédito
cródito de tt¡clo lo que
de todo quc he hc conseguido
conseguiclo y v descu‑
dcscu-
bierto
bicrto ccon
o n mi buena ln(tno
m a n o derecha.
dcrecha. Y también
t¿rmbión ccon o n la

'i'La
‘ La aautora sc refiere
u t o r a se rcficrc al la expresión inglcsa ««on
cxpresi<in inglesa on o one
ne
hand and ¡nd on the other»
othcr, [por
[¡ror un
r,rr.r lado
laclo y
t,por
por el
cl otro]. (]'{.
(N. de
de
la T.)
[a T)
L)cl inglés
“ i ‘ Del
’':'':' inglós «Hands ofi". (N. de
"H:rnds off». dc la T.)
T.)

30
lo
--
rf
31
conjuntamente u n a acción]. (N. dela T.)
('J rt ,p '¡¿)' [ugroce ?un otLrcurr]tcrnfuo¡
"‘ Del inglés «hand to hand» [dos personas que realizan
ulrzrpe,r anb sruos:ad sopl «Purq ot PuErl» srlHur lo(J .,.
Lrol lrPrztsLrJluu e^ as r-rledoa13 oPLrcn) '«is3uoz8Jo3
corazonesl». Cuando Cleopatra se ve amenazada c o n
sotle .rp epuard rsa '1tar o[[es rse! :so8anf rp tsreu
ñera de juegos: ¡ese sello real, esa prenda de altos
-rduo¡ rr.Lr»
úural E[ Jp outsut EI JESJq opr]ruued Eq es
sehapermitido besar la m a n o de la reina «mi compa‑
'urca'tdsop ucrnb E 'oeJrl anb¡od eJeJnlue as uerqurtl
también se enfurece porque Tireo, a quien desprecia,
o-I3d '«IJoqf,cquJlq ouell¡ nl solqEl sns t? JPJJUOJ»
«Concede a sus labios tu mano bienheehora». Pero
soldados, pidiéndole a Cleopatra que le dé la m a n o :
:outlu rl 9p el anb e¡lrdt¡el) r eloprr?lpld 'sopeplos
Antonio recompensa a Escaro, el más valiente de sus
sns aP á1u3r[E^ sEru [á 'o;rcsE e esuedLLrcl¡eJ oruoluv
el m o m e n t o más penoso de la tragedia. Marco
oIJEW 'erpa8r.rr rl Jp osoued sgLU otueuloLu [J
sa 'erqr.ry rp saunlred so1 sopor ru rBAEI urpod ou Erll
cha no podía lavar ni todos los perfumes de Arabia, es
-uELU E^nl 'ourtu tganbacl ns E oprreJer qtaqcryg .{pe1
Lady Macbeth referido asu pequeña mano, cuya m a n ‑
la mano tiene un papel. El solíloquio desconsolado de
ep opeloslroosap ornboll]os ]E '1adrd un arrau ourru EI
anb so1 ua sclesed ítq sr:.rqo sns sEpol rsrr uE 'oÁ anb
que yo. En casi todas sus obras hay pasajes en los que
setut or-l3nur sotnJj sns oprSocal Elqtq r,( a;radsa>1eqg
Shakespeare ya había recogido sus frutos mucho antes
la vanidad de mi juventud, pensé que era sólo mío,
'orru olos EJJ enb asuad 'pntua.tnl ]tu ep peprut^ EI
alguna cita de Shakespeare. En el t e r r e n o que yo, c o n
uo¡ 'ol anb oua¡-rat 1a ug 'a.recdsaIerls ep Etrf, eun81e
urs ot¡ldruo3 esJtJaprsuoc uupod ofrsua un8ur¡
Ningún ensayo podría considerarse completo sin
'ottl|xu p oulrut Jll?rlLUoJ un (soplllras sogtuB
ambos sentidos, un combate m a n o a m a n o .
g3 (¡-re
de la disciplina y la luz del alfabeto manual, era, en
'lenuuur oteqtlIJu IJp znl e1 f eurldrcsrp EI Jp
c o n t r a las fuerzas de la oscuridad, c o n cl brazo firme
cruJr¡ oztJq [J uof, 'peprrncso EI ep sEZJanJ sEI EJtuoJ
altquroJ ns 'algrBarroJur JaI3EJEJ rLU Eqef,npa EJlsaeru
m a e s t r a educaba mi carácter incorregible, su combate
cultades? Por cierto, se me ocurre que cuando mi
rur opul?ntr enb aJJnf,o aLU es 'o}¡crc rod ¿sepellnJ
res e n n u e s t r a s justas m a n o a mano"‘ c o n t r a las
difi‑
-l+]p sEI ]sJtrrol ,ouput v ottsut srlsnf sBltsanu ue seJ
-opplunrJl eluauJlqop soureJtzlE sc¡u i soJtscrprgrut
ambidiestros y n o s alzaremos doblemente triunfado‑
sopol soLlreJJS ou? 'uororzrlrlro EI ap tturJ EI soLu
mos la cima de la civilización, ¿no seremos todos
debida atención ala m a n o izquierda? Cuando alcance‑
-eJUErle oputnJ ¿ep-rarnbzr ouyut el E uorf,uate rprqap
e1 opusa-rd Eq es ou Eu?r-unq prprcrdec r¡ ap oralduoc
completo de la capacidad humana no seha prestado la
-ur ollorrusap enb ep pnur^ ug? 'e,rto El onrol algrr
rable como la o t r a . ¿En virtud de qué desarrollo in‑
-ouoq ,{ rraprp-ra.t u¿t s:l ,i r:11a uor oa1 sand 'rp;arnbzr
izquierda, pues leo c o n ella y est a n verdadera y hono‑
la humillación
humillación de acompañar al César César triunfal, ttoma oma
u n a daga y exclama:
una cxclama: «De"De prisa, de prisa, buenas m ma-
a‑
nos,. Con el mismo instinto rápido, Casca confía en
nos». cn
sus manos cuando apuñala a César: «Hablad
sus "Hablad p poro r mí,
mí,
manos». «Ah,
manos». déjame besar
"Ah, déjame bcsar esa mano>>, implora el
esa mano»,
ciego Gloucester aaLear. "Dóiamc que la limpie
Lear. «Déjame limpic antes»,
antes»,
o n t e s t a el anciano rey destrozado, «huele a mortali‑
ccontesta mortali-
"h¡sls
dad.»
dad." ¡Cuanta
¡Cuánta tristeza delata este
e s t e simple gcsto de tto-
gesto o‑
carse la mano! Nos abre los ojos a a los horribles
horribles pade‑
pade-
cimientos que Lear Lcar haha tenido
tenido que soportarsoportar y nnoso s ense‑
ense-
ña
ña que la realeza
realeza no protege de de la ingratitud
ingratitud ni de dc la
la
crueldad. La exclamación
exclamación de Gloucester refiriéndoserefiriéndose a a
su
su hijo: «Sólo o n que pudiera
"Sólo ccon pudiera vivir para vvcrte o n mi
con
erte c
tacto, diría que volvía a ttener e n e r ojos»,
ojos", es ttan exacta que
a n exacta que
Vibra
vibra en cn mi intensidad del
o n la misma intensidad
mí ccon dcl dolor que él él
siente. En Hamlet,
Hamlet, el espectro recita recita las injusticias
injusticias quequc
propician la tragedia:

Así, mientras dorrnía, fui despajado


micntras dormía, despajado por uuna na m a n o de
mano de
hermano,
hermano, dedc la Vida, o r o n a y la Reina, todo a la
vida, la ccorona
vez.
V CZ.

Cómo nnos cmociona, en Otelo,


o s emociona, csc pasaje,
Otelo, ese pasajc, cargado
de uuna intención, en el cual la sospe‑
n a amarga doble intención, sospe-
cha de Otelo tiñe tiñc de maldad todo lo que dice sobre la
a n o de Desdémona; y la
mano
m Ia respuesta de ella, candoro‑
candoro-
sa, revela que sólo só1o ha entendido el significado
ha entendido significado inocen‑
inocen-
te dc las palabras de
tc delas dc él: "Pues fue esta
ól: «Pues a n o la que e
mano
csta m en-n‑
tregó mi mi corazón».
corazónr.
No
No todos los pasajes en cn los que
quc Shakespeare
Shakcspcarc se sc rrc-
e‑
fiere a a la m
mano o n trágicos. Recordad
a n o sson Recordad el juego de de pa‑
pa-

32
32
33
ft
rra, el cielo, el hombre y todos los animales inferiores
sJJoTJaJUI salelrJrue sol sopol I a-rquoq ¡a 'o1arc 1a 'rr.r
-art E-I 's^ouELU serdo-¡d sns uoJ olJEluP^al EJaqep :sBl
tas: deberá levantarlo c o n sus propias manos. La tie‑
el Monte Sinaí, está condenado a no usar herramien‑
-uerueJreq JEsn ou B ofieuapuoJ Etse 'reurg aluo1¡¡ ¡c
vés de la mano! Cuando Moisés construye el altar en
uJ rutle 1a a.{nrrsuof, sesrotr{ oputnJ ¡oLrru EI ap se^
debe ser para el condenado esa sentencia muda a t r a ‑
-t.u r Eprltu lrrluatlras rsa optuaplioJ Ie urrd .ras aga¡r
alqrJJat enó! 'ar¡anur ts soprrf,uetuas sol ep sezaqtsl
cabezas de los sentenciados a m u e r t e . ¡Qué terrible
sEI eJqos sourru sns eiode uorce8e.r8t¡o: E'I 'rlurlf,rl
víctima. La congregación apoya sus m a n o s sobre las
do el oficiante apoye la m a n o sobre la cabeza de la
el ap EZeqEf, EI ergos olreur 11 afodr atuerorJo Ia op
establece que el sacrificio será válido siempre y c u a n ‑
-uenJ I a-¡druars oplly^ E-ras ororJrrf,es ¡a anb alelqclse
truimos, destruimos? El caracter sagrado de la ley
ía¡ 11 ap opu-r8rs letf,riEf, ]E ¿soumrtsap (sourrnJl
-suoJ !sorrrESEf, sou'sou-nueluoc'sourrad¡o8'soturcap
decimos, golpeamos, convenimos, n o s casamos, cons‑
-¡rtu 'sorurcapuáq 'sorue¡nf anb ua solueruour sapue;8
grandes m o m e n t o s en que juramos, bendecimos, mal‑
soI ue soluesn EI ou osetrV? 'oueru e1 rod optuorf,ues
sancionado por la mano. ¿Acaso no la usamos en los
ylsa 'olepuELr-r EpE3 'otcu upu: 'eurunq tzvt El e p ErJol
toria de la raza humana, cada a c t o , cada mandato, está
-s]q Bl ua anb EJJuurLr uLUSrur 11 ap '1ar.rs1 ap ErJolsrrl El
la historia de Israel, de la misma manera que en la his‑
do, levanta la mano, miles perecen en el desierto. En
uE 'otJársep Ia ue uac¡¡ad salrru 'ourur e1 tlur,La1 'o¡-r
-rf,oJnlue 'a,nr¡ opurnJ 'EIIElntu Eun uoJrruro¡ f uo.r
r o n y formaron una muralla. Cuando Yavé, enfureci‑
extendió la mano, las aguas del Mar Rojo se dividie‑
-elpl^lp as ofo¿ rEI I Iep sen8t se1 'ouriLLr EI orpuatxa
mano fuerte y un brazo tendido». Cuando Moisés
sesrol tr oPLrtnJ '«oprpLrel ozeJq un ,( al.¡anj ourl'U
los hijos de Israel dela casa dela servidumbre c o n una
EUn uol erqunpr^res pl ap ESEtr EI ep IrErsI ap sofrq so¡
Egipto se c u e n t a c o n estas palabras: «El Señor sacó a
e oJES Joges IE» :s8lqE]Ed selsa uo3 etuanJ as ordrSg
del faraón fue dura c o n los hebreos». La partida de
ap tprtrtd E-I '«soerqaq sol uor E-rnp anJ uoErEJ Iap
ouEru E'I» :8J3uEur JluernErs EI ep aJnpujt es soaJqeq
hebreos se traduce de la siguiente manera: «La mano
manos del Señor y de Moisés. La opresión de los
sol ep uorsa;do rl 'sasrol{ ap .{ rouag lap solrtLrr
se1 rod orllaLl gtse opol 'ouELLr EI cp rrJotsnl EI oruol
c o m o la historia de la mano. Todo está hecho por las
Se podría incluso volver a escribir el Éxodo mano.
opoxa le JrgrJcsc r Je^loA osnltrur ur.rpod aS 'outru
EI ep EIqTLI es erlqrg EI ap solnl¡drc so1 sopot uE
En todos los capítulos de la Biblia se habla de la
conoce la mano de su amada?
¿EPEruE ns aP our?LLr 3l eJouol
s o n e t o sobre l a mano. ¿ Y quién meior quc u n a m a n t e
alurllru un anb Jofeur L¡elnb ¡? 'ourur p] aJqos olauos
hábil vaivén de avance y retroceso, teje un delicioso
osorJrlJp un afal (osef,oJteJ I acue,Le ap uJ^rE^ Irgerl
labras enRomeo yjulíeta, enel que el diálogo, con un
un uo3 'o8o1erp 1a anb ¡a ua 'alatlnf ,(, oatuo¿ ua srJqEI
,,-

o n sagrados p¿1ra
sson para el
el Señor porque Él É1 los ha hecho hecho
o n sus propias m
ccon manos. (luando
a n o s . Cuando el Salmista ccontem- ontem‑
pla el cielo y la l:r tierra, exclama: «¿Qué "¿Qué es es el hombre,
hombre,
oh Yavé, para que te acuerdes siempre de él? é1? PuesPucs tú
lo has creado para ejercer tu tr"l dominio
dominic¡ sobre la obra de de
ttus manos». La
u s manos». L:r plegaria
plegari¿r dicha
dicha ccor-ro n palabras va '!'¿1 siempre
siempre
acompañada dc un gesto suplicantc
acompañada de un gesto suplicante de la
la mano, y
unas m a n o s limpias se
manos se asocian ccon o n un corazón
corazón puro. puro.
Cristo cor.rsoló, bendijo,
Cristo consoló, bendijo, sanó e c hizo muchos mila‑ mila-
gros ccon manos. Tocó los ojos del ciego yy éstos se
o n sus manos. se
abrieron. Cuando Jairo Jairo fue
fue a buscarlo abrumado de
de
dolor,
dolor, Jesús Jesús acudió
;rcudió y posó sus m a n
m¿1noso s sobre la hija del
jefe de la sinagoga y entonces ella despertó del sueño sueño
de la m u e r t e y regresó
muerte reeresó al airmor m o r de susu padre.
padre. Recordad
Recordad
también cómo cómo sanó jesús
Jesús a la mujer
rrrujer encorvada.
encc¡rvada. Le Lc
dijo: «Mujer,
"Mujer, quedas
quedas libre
libre detu
de tu deformidad»,
deformid ad,,, y apoyó
sus manos sobre sobrc ella; la mujer muier se enclcrezó inmediata‑
se enderezó inmediata-
m e n t e y alabó la gloria de
nlente de Dios.
Dios.
Miremos a a donde miremosmiremos a a lo largo delade la historia,
historia,
tarde
tarde oo ttcmprano n c o n t r a m o s lla
e m p r a n o eencontramos a m a n o trabajando,
mano trabajando,
edificando, inventando, ayudando a la civilización a a
vencer la barbarie.
vencer barbaric. La m a n o simboliza ttanto
mano a n t o la fuerza
o m o la excelencia del trabajo.
ccomo trabalo.La La m a n o del mecáni‑
mano mecáni-
co, ese
co, ese ministro de las fuerzas elementales, la m mano
ano
que labra, tala, ccorta o r t a y fabrica, es a n útil al mundo
es ttan mundo
o m o la m
ccomo manoa n o delicada
dclicada que quc pinta uuna n a flor o moldea moldea
uLrna
na u r n a griega, o ccomo
urn:1 o m o la la m a n o del
mano del estadista
estadista que
quc
escribe uuna lcy. Los ojos no pueden
n a ley. pueden decirle a a la m mano:
ano:
«No necesito". ¡Bendita
"No te necesito». ¡Bendita sea la mano! ¡Y ¡Y ttresr e s veces
veces
benditas las manos que quc trabajan!
trabajanl

34
)4
IECI UÍCIOd -IE OI]YI
E L P O D E R D E L TA C T O

Hace unos meses, en un periódico que anunciaba


Eqprounur anb oorpguad un ua (sasáLu soun aJEH
la publicación de la revista para ciegos Matilda Zie‑
-atz pplttlr74 so8erc e.¡rd etsr.r.ar €l ap uoroecr¡gnd e1
gler Magazine for t/oe Blind, podía leerse lo siguiente:
:aluarn8rs ol asreel trpod 'pullg aql rct autza8a¡4 np
«Preseindiremos de muchos poemas y c u e n t o s en
ua sotucnJ I srruaod sor.{Jnu ap sorueJrpurJSáJd»
-llqnd oooduru¡ 'elsr^ EI ap oprluos IE cpnle cs anb so1
los que sealude al sentido de la vista. Tampoco publi‑
caremos alusiones a los claros de luna, los arco iris, la
oorr sol 'eun1 ap SoJEIJ so] B sauorsnlt soruoJEf,
'sl-rr r¡
luz de las estrellas, las nubes o los bellos paisajes, por‑
-rod'safESrEd so1loq sol o segnu se1 'sr11a,rtsa sEI ap znl

que sólo sirven para a c e n t u a r la percepción que tiene


auarl anb uorcda¡;ad EI Jrntualt e¡ed uc,t.¡rs o19s anb
1a
el ciego de su aflicción».
'«uors3rlJE ns ap oSalc
Es c o m o decir que yo no debería hablar de hermo‑
-ourreq ap relqeq erráqap ou of anb -rrcap oruoo sE
sas mansiones ni de jardines magnificos porque soy
los enb¡od sorr¡¡u8rru saurp.rel ap ru seuorsueur sts
pobre. No debería leer sobre París o las Indias Oe‑
-rO strpul sel o srred rrgos rael Elreqep o¡ 'a,rqod
cidentales porque no puedo v e r sus territorios en la
t] ue sorJotrJJal sns .ra,r. opand ou anb¡od saleluaprl
apond cnb¡od olar3 le uoJ rtuos Erragep oN 'peprltar
realidad. No debería soñar c o n el cielo porque puede
ser que no vaya n u n c a . Sin embargo, mi espíritu aven‑
-ua,rt nlr¡rdsa ru'o8;eqlrla urs 'Etrunu efe,L ou cnb ¡as
t u r e r o me impulsa a emplear palabras que se refieren
ucrJrJar as anb srrqepd ,rraldua e rslndur eur oJaJnl
opand olos opeJrJru8rs olnc f 'opruos 1e d rrsr.t r¡ e
a la vista y al sonido, y cuyo significado sólo puedo
conjeturar recurriendo a la analogía y a mi imagina‑
-Eur8turr rtu E I erSolEUE €l E opuerlJnloJ JeJntcluo:)

§
35
'-

ción. Este juego peligroso peligroso esla es la mitad del placer,


placer, de de lala
diversión, de mi vida cotidiana. Soy feliz cuando leo leo
accrca de maravillas que únicamente
acerca únicamcnte los ojos pueden pueden
contemplar.
contemplar. Las alusiones alusioncs a a los claros de de luna o a las
nubes no
nubes no acentúan
acentúan la la percepción de de mimi aflicción:
aflicción:
transportan mi
transportan mi alma
ahna mas más allá del limitado
limitado presente
presente de de
mi aflicción.
aflicción.
A los críticos les eencanta n c a n t a decirnos
dccirnos lo 1o que no pode‑ pode-
mmoso s hacer.
hacer. Dan Dan por sentado scntado que la ceguera ccguera y la sorde‑ sorde-
ra nnoso s apartan completamente de dc las cosas ccon o n las queque
disfrutan los que vven e n y los que oyen, y p o r eso asegu‑
por asegu-
rran o s o t r o s no
que nnosotros
a n que no ttenemos
e n e m o s moralmente
moralmente ningún ningún
derecho a hablar sobre la belleza, el firmamento, las las
montañas,
montañas, el ccanto a n t o de las aves colores. Declaran
aves o los colores. Declaran
scnsaciones que nos proporciona nnuestro
que las sensaciones u e s t r o sen‑
sen-
tido del ttacto o n «por delegación», ¡como si
acto s son "por dclegación,, ¡como si nnuestros
uestros
amigos sintieran el sol p o r nosotros! Niegan
sol por nosotros! Niegan a priorilo ¿{priori lo
que ellos no han han visto y yo he sentido. Algunos
he sentido. Algunos escép‑ escép-
ticos atrevidos han ido ttan a n lejos que hasta han negado negado
mi existencia.
mi existencia. Así Así las las cosas,
cosas, para para saber
saber queque existo,
existo,
e c u r r o al método de
rrecurro dc Descartes: «Pienso,
"Pienso, luego exis‑
exis-
o » . Quedo,
t¡s". Quedo, pues, metafísicamente establecida y que
cargucn los
carguen los escépticos ccon tarea de demostrar mi
o n la tarea
inexistencia.
inexistencia. Si ttenemos e n e m o s en u e n t a que es
en ccuenta es muy poco lo
quc sc
que se ha llegado a descubrir sobre la mente) ¿no
mente, ¿no es es
sorprendente que quc cualquiera se determinar lo
se permita determinar 1o
que uuno n o puede saber o no? Admito que quc enen el universo
universo
innumcrables maravillas que yo no puedo
visible hay innumerables puedo
siquiera
siquiera imaginar. De m a n e r a semejante,
De manera semejantc, ¡oh ¡oh crítico
que ttan seguro estás de ti
a n seguro ti mismol,
mismo!, hay un sinfín de de
sensaciol-lcs que yo percibo
sensaciones percibo y ccon o n las que túrú ni sueñas.
sueñas.

36
36
=-Z
37
lf.
as (sEsol sEI uElduletuol opuEn) 'opE^rllnf, Etsa ou
no está cultivado. Cuando contemplan las cosas, se
nados semejantes ignoran porque su sentido del t a c t o
ollEl [Jp oprlues ns enbJod ueJou8r saluEfetues sopEu
-nuolu seur soJlsanu ánb 'salgrpe-rBr sezetJe) strlonru
muchas certezas agradables, que n u e s t r o s más afortu‑
saludable y grato. El t a c t o proporciona a los ciegos
so8arc sol E EuorJ¡odo.rd ototl IE 'otu8 i a¡qrpnps
sa 'epr,t ap ouell glse sopep snu uol oa.t of anb op
do que yo veo c o n mis dedos está lleno de vida, es
mejor c o n la m a n o o c o n los ojos. Sólo séque el m u n ‑
-untu Ie anb as olog 'solo sol uoJ o oueru EI uof,;olau
sourel rs rrJep r;rd uprcrpur s€uJ euos;ed e1 fos o¡
No soy la persona más indicada para decir si vemos
y serefuerzan e n t r e sí. 'rs JJIuJ uez-rcn1o-r os I
urpnfr cs soprtues so1 'alqetnuur fa1 Eun E eurJoJuoJ
conforme a u n a ley inmutable, los sentidos seayudan
'rsy 'sesoc sEI ap €sr3eJdur rue¡er-u rl ua JeJleuad atrru
mite penetrar en Ia maraña imprecisa de las cosas. Así,
--rad sc1 enb E^Jnu pEllnJ€J Eun rsEJ Jas B áuer^ olEJIo
olfato viene a ser casi u n a facultad nueva que les per‑
mayor precisión que o t r a s personas. El sentido del
IeP oPlrues IE 's?uosJed sr-rlo anb uotsrca¡d ¡oder-u
razón, los ciegos a menudo oyen c o n mas facilidad y
,{ prprlr:t¡ seru uoJ ualo opnuaur B so8aro so1 'uozrl
Elsc rod 'soPrluas s9LUeP sol Je3rlrsuelur a JáJálEuoJ
fortalecer e intensificar los demás sentidos. Por esta
t apaco;d 'e¡rlce¡d EI aturrpetu 'rza1r-rnte¡ u1 ',rofaru
mejor. La Naturaleza, mediante la practica, procede a
;rn8urtsrp ap ztdet sa ,{ opn8r sELU zeA EpeJ eAIanA ás
sevuelve cada vez más agudo y escapaz dedistinguir
dos y no pueden v e r la belleza de la faz del día, el t a c t o
otrel Iá 'EIp Iep ze+ EIep ezclpq EI rrl uepend ou f sop
-EgEp uetsa solo sol rS 'onpr^rpur €pEO op saptprsaJeu
necesidades de cada individuo. Si los ojos están daña‑
sel t etsn(u as ezeltrnleN E-I 'zn'I EI ep pepnn EI rp sel
tas dela ciudad dela Luz. La Naturaleza seajusta a las
-.rand se1 E eJtuanlua as ¡nb elcuar¡adxa EI ep eJoJlrlurl
limítrofe de la experiencia que see n c u e n t r a a las puer‑
to y el gusto, hago muchas excursiones a esa región
ugr8ar ESe E sJuorsJn3xá serl3nru o8eq 'otsn8 1a ,( oi
medivierten. Con mis t r e s guías fieles, cl tacto, el olfa‑
-Ello Iá'otcet 1c'sc1cr¡ srrn8 sa¡t srtu uo) 'uauar^rp eur
ciones que medistraen, me informan, me a m o n e s t a n y
f uuseuorue aLU 'utruJolur eru'uae;lsrp au¡ anb sauorJ
-psuas ep ptprurJur Eun e 'tuelelrdsoq sytu oqf,nur El
ra mucho más hospitalaria, a una infinidad de sensa‑
encierran dentro de mí abren mi puerta, de u n a mane‑
-áueur EUn ap 'et¡and rur ueJqt ltu ep oJtuap urJ-rerf,ue
día. El silencio y la oscuridad que, según dicen, me
eru 'ualrp un8as 'anb prpr,rn:so el I orcuairs IA 'Elp
EpEJ opeeJf, uarre-r opuntu un petunlo^ e opue;nu solo
ojos mirando avoluntad un mundo recién creado cada
la sustancia misma de mi cuerpo fueran muchísimos
sourrsrr.lJnur ueJenJ od¡an: Iur ep ELUSTu ErJutlsns el
preciada facultad de sentir. A veces parece c o m o si
rs oLUo3 a¡a¡ed seJal V 'Jnuas Jp petlnleJ rperca.rd
ble de ver, y de igual modo otorga a todo el cuerpo la
e1 od;anc Ia opot r e.3-¡oro oporu ¡en8r ap I '-ra,r. ap elq
-Er.unseur pttlnleJ r¡ sofo so1 r r8;oto peprsaJeu E'I
La necesidad otorga a los ojos la facultad inestima‑
,r)-

mctcn
m en los
e t e n las manos en bolsillos.
bolsillos. No cabe cabc duda de de que
ésta es es u n a de
una dc las razones por las que su su conocimiento
conocimiento
esa
es a menudo ttan a n vago, impreciso
impreciso e inútil. Es
e inútil. Es probable,
probable,
también, que nnuestro u e s t r o conocimiento de los fenómenos fenómenos
que están fuera del alcance
fucra dcl alcancc de de la mano
m a n o sea igualmente
igualmente
imperfecto. Pero, en todo caso, los contemplamos a a
través de uuna n a neblina dorada de fantasía. fantasía.
Sin embargo, no hay nada brumoso o incierto en en
lo que
lo que respecta
respecta a
a lo
lo podemos
que podemos tocar.
que t o c a r. Gracias al
sentido del dcl ttacto
acto c o n o z c o las caras de mis amigos,
conozco amigos, la
infinita variedad de líneas e c t a s y curvas, todas las
líneas rrectas
superficies,
supcrficies, la exuberancia del suelo, la delicada ccon- on‑
formación de de cada una de
u n a de las flores,
flores, las nobles
nobles formas
de los árboles y la gama gama de los poderosos vientos.
Además de objetos,
Ademas objetos, superficies y cambios atmosféri‑ atmosféri-
cos, percibo innumerables vibraciones. vibracioncs. Los golpes y
las sacudidas que siento ppor o r toda la casa me me han han ense‑ense-
ñado muchomucho sobre las cuestiones del día día a día.día.
f)escubro que las pisadas
Descubro pisadas varían de manera tactil táctil
según la edad, el sexo y el comportamiento comportamicnto del dcl cami‑
cami-
nante.
n Es imposible confundir los pasitos de
a n t e . Es de un niño
o n las pisadas de u
ccon unan a persona adulta. El paso de dc un
hombre
hombre joven, fuerte y libre, librc, esdiferente
es diferente de de la Ia forma
forma
dc pisar,
de pisar, pesada,
pcsada, sosegada, de uuna n a persona de dc media‑
mcdia-
nnaa edad, o o del
dcl andar dde e uunn anciano que que arrastra
a r r a s t r a los
pies
pics o golpea el suelo ccon paso lento y vacilante.
o n su paso vacilante.
Sobre el pavimento,
pavirnento, uuna n a muchacha camina ccon o n un
ritmo rápido y elástico, m muyu y diferente del paso paso más más
grave característico de la mujer madura. Me he reido reído
al sentir el crujido de n o s zapatos nuevos o el ttaco-
dc uunos aco‑
neo
n e o de
de uuna robusta criada brincando
n a robusta brincando en en la cocina.
cocina. Un IJn

38
38
Ilttryt ErJueuosrp Eun 'laroq un ep Joperuo: 1a ua 'rtp
día, en el comedor de un hotel, una disonancia táctil
atrajo mi atención. Permanecí sentada, muy quieta,
'rlarnb ,(nu 'epetuas rf,euuuJJed 'uortrua¡e rru ofe¡lr
escuchando c o n mis pies. Descubrí que dos camare‑
-aJEruE3 sop anb rJqnJSaC 'sard srru uof, opuer,lf,nJsa

ros iban d e u n lado para o t r o , pero s u modo d c andar


Jepur cp oporu ns o;ad'o¡to e¡¿d opEI un ep uegr soJ
-uBtrol EqElse Etrrsnlu eP EPUEq Euf]I 'orusrtu IJ EJa ou
no era el mismo. Una banda de música estaba t o c a n ‑
'olans lap se^Brt E saltJrsnu sepuo sEI Erlues ol I op
do y yo sentía las ondas musicales a través del suelo.
'epurg EI ep ourlrJ IE Eqturruef, soJeJEurEJ sol ap oun
Uno de los camareros caminaba al ritmo de la banda,
osEJ IaJELI urs 'o¡1o Ia stJluarru 'prpe,r.a1 I er¡¿¡8 uo¡
c o n gracia y levedad, mientras el o t r o , sin hacer caso
-n8p ap seduoc IE €setu ua ESJur áp Eql'rcrsnru e1 ap
de la música, iba de mesa en mesa al compás de algu‑
na disonancia que sólo existía en su m e n t e . Sus pasos
sosed sng 'aluáur ns ue Erlsrxe olos anb er¡uruosrp ru
sol uof, Icf,lo3 osorJq un ep srprsrd sEI uortspro3eJ aur
merecordaron las pisadas de un brioso corccl c o n los
arreos de un caballo de tiro.
.OJII EP OIIEqE] UN EP
SOEJJE
Ie oporu otJarJ ue u€la^al sepesrd sEI opnueru V
A menudo las pisadas revelan en cierto modo el
opend 'alutururer Iep oLurut ap opetsá ¡a ,l n::e;r-c
carácter y el estado de ánimo del caminante. Puedo
sentir en ellas firmeza o indecisión, prisa o pausa,
'rsnrd o esr¡d 'uorsr:apur o EZJr.uJrJ sEIIe ue Jrtuás
actividad o pereza, fatiga, indiferencia, timidez, rabia
urge; 'zaplurt 'urcua.ra¡rpur 'eBrtr¡ 'ez¿¡ed o pEprlrlJr
o tristeza. Soy muy consciente de e s t o s estados de
ap soperse sotse ep atuarlsuoJ fnru do5 'EzalsrJl o
ánimo y rasgos de carácter cuando se t r a t a de perso‑
-os¡ad ap EtEJt e s oputn3 Jet)EJv) ap so8sr: ,( orurur
nas allegadas a mí. 'ru t stpe8allt stu
Ciertos golpes y sacudidas interrumpen c o n fre‑
-aJJ uoJ uedrun.¡-ratur seprpnJes ,{ sadlo8 sotrarD

cuencia las pisadas; sé, entonces, cuando alguien se


as uarnSle oputnJ 'seJuolua 'as lseprsrd sel €rJuentr
arrodilla, patea, sacude algo, sesienta o selevanta. Así
rsv 'rtue^el as o úluers as 'o8p apnf,Es 'raled'e1¡rpor,rr
e s c o m o m e puedo dar c u e n t a , hasta cierto p u n t o , d e
ap 'otund ouár: Etstrl 'Etuenc .rep opsnd eur oLUoJ sJ
lo que están haciendo las personas que me rodean y
ueapor au anb suuos;ad sEI opuárJer{ uetse anb o1 i
olrsed 1a 'orusrru Eror1v 'elnlsod ap sorgtueJ sns ap
de sus cambios de postura. Ahora mismo, el pasito
suave de u n o s pies desnudos y acolchados, y un brin‑
-urrg un I 'soprgcloce I sopnusap sard soun ap eltns
co, me dicen que mi perro acaba de saltar a la silla
EIIrs El E rttlts ep €qEJE o;¡ad ru anb ualrp atu 'oo

para mirar p o r l a v e n t a n a . Pero n o dejo d e atender a


E Jepuale ap ofap ou oled 'puetue^ 11 -rod -re.¡rru u¡ud

los ruidos que hace, dado que a veces siento ese


ese otuers sef,e^ B anb opep 'aoeq anb soprnJ sol
mismo movimiento y en lugar de encontrarlo en la
EI ua olJErtuof,uJ eP JESnl ue d olusrrur^our oursrur
'9jos Ie ua orluan3ua ol EIIIS
silla l o e n c u e n t r o e n e l sofá.

6f
39

=-r
,D-

Cuando el carpintero trabaja enla


Cuando cn la casa o en
en el gra‑
gra-
ncro, no muy lejos de
nero, de aquí, por la vibración dentada,
dentada,
oblicua, de arriba abajo, sé
oblicua, sé que está aserrando,
aserrando, o ppor
or
la conmoción
la conmoción estrepitosa
estrepitosa de un un golpe después de
golpe después cle
o t r o , que está martillando.
otro, martillanclo. Si Si me n c u e n t r o lo bastan‑
me eencuentro bastan-
te cerca,
ccrca, cierta Vibración,
vibración, que e c o r r e de un eextremo
quc rrecorre xtremo
al ootro
t r o la superficie
superficie de la madera, madera, me informa que el
me informa el
carpintero está usando usando uuna n a garlopa.
g.rrlopa.
lJn leve
Un levc revuelo sobre la alfombra alfombr¿r me indica que
u n a brisa ha hecho volar los papeles de
una dc la mesa. UnalJna
rodadura
rodadura ttenue e n u e esla
es la señal de quc un
de que lápiz seha
:unlápíz se ha caído
yv rueda ppor o r el
cl suelo. Cuando Cuando un libro se se cae produce
produce
un ruido sordo sc-,rclc-¡ yv grave. Un Un golpe
golpe en la balaustrada
b¿rlaustrada
de madera
de anuncia que la comida
mader¿r anuncia cornida esta lista. Muchas
est¿í lista. Muchas de cle
estas vibraciones
estas dcsaparecen al aire libre.
vibrrrciones desaparecen librc. En el cés‑
cés-
ped oo een n lla
a ccarretera o único que puedo sentir e
a r r e t e r a llo ess ssii
alguien ccorre o r r e o pisa fuerte,fuertc, yv el estruendo
estrucndo de las rrue- ue‑
das.
das.
Cuando
Cuanclo pongo la m m,rno l¿rbios y la gar‑
sol¡re los labios
a n o sobre gar-
ganta de uuna
ganta n a persona, advierto much¿rs vibraciones
advierto muchas
específicas y las interpreto:
interpreto: las risitas de un niño, el
«¡uy!»
"¡uy!" de un hombre
hombre cuando expresa su sorpresa, u
cuanclo expresa una
na
exclamación
exciam¿rción queque denota molestia _V
denot¿r molestia v perplejidad, un un
gemido de dolor, un un grito,
griro, un susurro, un carraspeo,
carraspeo,
un sollozo, un
un un jadeo o alguien que se atraganta.
o atraganta. Las
Las
expresiones
expresiones de los animales, aaun
de los sin palabras, me
u n sin me
resultan m u y elocuentes:
nruy elocuentcs: el el rronroneo del gato,
o n r o n e o del gato, su
su
maullido, gruñón, nervioso
maulliclo, su bufido gruñón, nerviosc'r o enfadado; el el
«guau-grrau"
«guau-guau» del perro cuando nnos o s avisa o n o s recibe
nos recibe
o n alegría, su gañido de desesperación y su ronqui‑
ccon ronqui-
satisfccho; el mugido de la vaca;
do satisfecho; vaca; el parloteo del del

4o
40
uoal 1ap opr8n-r 1a iolleqro un ap oprldosa; 1a louoru
mono; el resoplido de un caballo; el rugido del león y I
urd ';rprur egap gzrn§ 'a.r8rr 1ap oprgn-r8 elqrrral Ia
el terrible gruñido del tigre. Quizá deba añadir, para
tranquilidad de los críticos y los escépticos que leeran
utraal anb soondersa sol f so¡rtr¡r sol ep peprlrnbue-ri
c o n atención este ensayo, que he sentido todos estos
solse sopol oprluas aq anb 'ofrsua atsa uorf,uJte uoo
Ia EtsELl zauru rur epseg
sonidos c o n mi propia mano. Desde mi niñez hasta el
'oueur erdo.rd nu uo3 sopruos
día de hoy he aprovechado todas las ocasiones que he
ag anb seuorsero sEI sepol oprqca,to;dr eq foq ap Elp

tenido de visitar jardines zoológicos, parques de ani‑


-rur ep sanb¡rd 'soor8olooz saurp;rf Jttrsr^ ep opruel
males salvajes y circos, y todos los animales, excep‑
-da¡xa 'salerurur sol sopot f 'soc-lrc I salr,L¡rs selrtu
IE optJol eI{
'oueru rur uá opelqrrl ueq 'e;8rr 1a or
to el tigre, han hablado en mi mano. He tocado al
tigre solamente enun museo, donde est a n inofensivo
olrsuclour utl sa epuop 'oasnlu un ua aluaurelos a;8rt
IE rEIqEr-[ opro eq o1 'eruersqo oN
c o m o un cordero. No obstante, lo he oído hablar al
'o:apJoo un ouroo
apoyar mi m a n o en los barrotes de su jaula. He t o c a ‑
-EJot cH 'r1nrl ns ap seloJJtq sol ua oueuJ rru ;elodr

do a varios leones de carne y hueso y los he sentido


oprluas eq sol I osanq I au¡rc ap scuoal sorrt^ E op
rugir majestuosamente, c o m o una c a t a r a t a sobre las
sEI JJqos ElElElEtr Eun oruof, 'eluarutsonlsalrru -lrHn¡

rocas.
.SEf,OJ
Ie 1a
Reconozco el plop del líquido en el interior de una
orzouorr¡ oprnbqpp dold ua Eun ap rorratur

jarra. De manera que, si derramo la leche, no tengo la


rs 'anb EJeuErr ag 'u.rref o8uar ou 'aqcal EI orusJJep e1

de mi ignorancia. También estoy habituada a


e Eptrurqtq lolsa uargutJ 'tsrJuErou8r ru ap Esnf,xa
excusa
-EII El ap oato.r.rodsrqJ IE 'oqc;oc un ep uor3Jerlxa el
la extracción de un corcho, al chisporroteo de la lla‑
1e 'ourlou lap of,rletrr-u o;r8 ¡e 'fo1ar 1ap crtcrt Ir 'eu
ma, al tictac del reloj, al giro metalico del molino, al
trabajoso subir y bajar de u n a bomba de agua, a los
'en8r ep Eqruoq Eun áp .reftq f -rrqns osofegrrr t so1
-r8ua 1r 'e.¡an8urtu e1 ap en8r Iep seuoloqrog sosan,r8
gruesos borbotones del agua de la manguera, al enga‑
ñoso golpeteo de la brisa c o n t r a la puerta o la v e n t a ‑
-Elua^ e1 o ttrand BI Erluol Esrrq EI ap oatadlo8 osou
-lrrur o-reLunu un ua sauorf,EJgr^ srJlo serlonru r I 'ru
na, y a muchas o t r a s vibraciones en un número incal‑
IqElnl
culable. 'e

Hay vibraciones táctiles que no pertenecen a la


ul p ue3auel¡ad ou anb sa¡u:rt seuorJeJqr,r, ,{r¡1
sensibilidad de la piel. Penetran en la piel, los nervios,
'sorlrru so1 'lard EI ua urrlaua¿ '1ard EI ap ptprlrgrsuas
Ia I roltJ Ie lolop Iá uof, apeJns oruoJ 'sosanq so1
los huesos, c o m o sucede c o n el dolor, el calor y el
elueurluelor^ EedloS er.u roqr.uEt un eP rrlEq Ia 'oll]
frío. El batir de un tambor me golpea violentamente
un (uaJJ un ap oprnJ IE 'sotBldoulo sol E xEJot Iep
del tórax a los omóplatos. El ruido de un t r e n , un
puente o u n a trituradora continúa aferrándome c o n
uo3 auroPueJlelr Enurluo3 EJoPrJnlrJl Eun o eluand

rl
41
su garra de «lobo "lobo de m a r » aún mucho
mar" mucho tiempo tiempo después
de haberse
haberse desvanecido.
desvanecido. Si Si vibración y movimiento movimiento se se
conjugan en a c t o durante un tiempo,
en mi ttacto tiempo, tengo la sen‑ sen-
sación de que
sación quc la la tierra
tierra se escapa escapa mientrasmientras yo yo sigo
inmóvil. CuandoCuando me me apeo del ttren, r e n , la plataforma
plataforma gira
a mi mi alrededor
alrededor y y tengo
tengo dificultad para para m a n t e n e r el
mantener el
equilibrio al al caminar.
caminar.
Cada átomo de de mi cuerpo esun es un vibroscopio. Pero Pero
mis sensaciones no no ssono n infalibles. Extiendo Extiendo la la m mano
ano
yy mis dedos ssee e encuentran o n algo lanudo, que brin‑
n c u e n t r a n ccon lanudo, brin-
ca, sse e rretrae
etrae c o m o ssii fuera aa saltar yy actúa
como actúa ccomo o m o uunn
animal. Me detengo detcngo un instante por precaución. precaución. Lo
o c o de
ttoco de nuevo, esta vez ccon más firmeza,
o n mas firmeza, y descubro descubro
que esun
es un abrigo de dc piel agitado por el viento. Tanto
para vvosotros
osotros c o m o para mí, lla
como a tierra n noo parece m mo-o‑
verse y el sol, en cambio, sí, ya que los rayos de la
verse
tarde me acarician el rrostro
me acarician o s t r o mientras se se v a n retirando
van
cada
cada vez mas,
más, hasta que el aire se
se torna
t o r n a frío. Esto me me
permite comprender cómo
permite cómo es posible que que la la ccosta
osta
parezca
parezca cada cadavez pequeña a medida que el barco
vez más pequeña barco
se
se aleja de de ella. Por eso eso no siento la m e n o r increduli‑
menor increduli-
dad cuando afirmáis que las líneas paralelas cconver- onver‑
gen yy que
gen que lla
a tierra sse e e encuentra
ncuentra c o n eell cielo. Hace
con Hace
mucho tiempo que mis pocos sentidos me revelaron revelaron
sus imperfecciones
impcrfccciones y sus engaños. engaños.
No
No sólo los sentidos o n engañosos, sino que n
son
s nu-
u‑
merosos modismos de nnuestro
merosos u e s t r o idioma indican indican que las
personas que
personas que tienen cinco sentidos eencuentran difi-
n c u e n t r a n difi‑
cultades para distinguir
distinguir sus funciones. Tengo entendi‑ entendi-
do
do que
que oímos
oímos espacios,
espacios. vemos
vemos tonos
t o n o s y
y saboreamos
saboreamos
música. Me Me han dicho dicho que las voces voces tienen color. El

42
42
-
43
tt
precisión?
¿uorsrlaJd
Jp Jlerrf, sauorf,Esuás srru ep otEIaJ alse rs 'sáluolua
entonces, si este relato de mis sensaciones carece de
'srarrdln:srp ay{? 'of anb sorusrur rs ap ortuJp sop
dos dentro de sí mismos que yo. ¿Me disculparéis,
-oLUoJ souJul urluers es
(oselle ap srr.rand of,urf, ueu
nen cinco puertas de acceso, se sienten menos cómo‑
-Jrl sESEf, seln¡ 'saluefarucs sru I 'sauor3JrpeJtuof, cp
de contradicciones, y mis semejantes, cuyas casas tic‑
cabe duda de que el lenguaje de los sentidos está lleno
ouell Elsa soprturs sol ep afrn8ual 1a anb rp Epnp aqtl
oN 'Epr^ EI ep sauorluJluoo seuanbad f sapur-r8 se1
las grandes y pequeñas convenciones de la vida. No
a8r¿ 'soprrurs
ce ser el más importante de todos los sentidos. Rige
sol sopot ap arueuodur sgr.u Ie res aJ
gar por el uso extendido de la palabra, el gusto pare‑
-c¡rd otsnE 1a 'r;gr1ed EI ep oprpuelxe osn 1a -rod rr8
agradables, resulta ser una cuestión de gusto. A juz‑
-znl V 'olsn8 ap uortsenJ EUn rás Etlnscr 'sa1grpr.r8r
tacto, que
sauorcdec¡ad ap uortsanJ Eun -rod rrual od anb 'otJpl
yo tenía por u n a cuestión de percepciones
saNorlvusr^ sv-I sg'rrJ.ns syw
L A S V I B R A C I O N E S MÁS SUTILES

Me he referido antes a los numerosos golpes y


e selu€ oprráJer aq cW
sad1o8 sosorerunu sol f
sacudidas que a diario colaboran c o n mis facultades.
'sapetlnleJ srLU uotr utroqtlol orJerp r anb sEprpnJES
Las vibraciones más sublimes y grandiosas, aquellas
sELU seuorf,EJqr^ sB-I f saurlqns sellanbe 'sesorpue,r8

que despiertan mis emociones, son muchas y muy


dnru f srqJntu uos 'seuor3oure srru uel-lardsap anb
-anJl un áP oPuenrlsa Ia Jourel uo3 or{f,nJsa 'ssPErJE^
variadas. Escucho c o n t e m o r el estruendo de un t r u e ‑
¡aduo¡ Ir rEru Iap s€lo sEI ep €qruEIE^E ep;os e1 I ou
no y la sorda avalancha de las olas del m a r al romper
áp otuáunrtsur asc 'oue8¡o Ia or.ut ¡ 'rlr¡d sl EJtuo3
c o n t r a la playa. Y a m o el órgano, ese instrumento de
múltiples sonoridades, que capta todos los diapasones
sauosederp sol sopot rldec anb 'saprpr-rouos saldrrlnu
-seJJUa sBIo ep selueJJot orlrof, EJegrl so1 ,{ ouearo 1ap
del océano y los libera c o m o t o r r e n t e s d e olas eneres‑
padas. Si pudiéramos v e r la música, yo podría señalar
soruergrpnd 15 'seprd lrl Jeleues er-lpod o,( 'e:rsnru EI
s¿lou sEI uEA ápuop€ r'our8¡o lep
adónde v a n las n o t a s del órgano, a medida que suben
uaqns anb rprpau

y bajan, suben más y más, se mecen y oscilan, o r a


seru uagns 'ueleg I r-ro 'ue1r:so I ua¡au as 'sELU f
fuertes y profundas, o r a altas y tormentosas, luego
o8anl 'srsotueLuJot I serp r;o 'srpun¡o-rd f satJanJ
suaves y solemnes, c o n vibraciones más leves que se
as anb sa^cl sEur seuortrErgr^ uoJ (seuruelos f sa^Ens
IaP Esrsnu EI ánb Elrlp oÁ
intercalan y s e e n t r e c r u z a n . Yo diría que l a música del
'uEzn-rrc-Due as f uEIE3Jelur
'rrtuas 3p olf,E Ie srsEtxs IE E^ele ouESJo
órgano eleva al éxtasis el a c t o de sentir.
Este placer tangible l o e n c o n t r a m o s también e n
u3 uerqruEl sourErluolua ol alqr8u?l lasBld ersg
OAJI srtu Ir aPuodseJ urlor^ IE 'soluetunjlsur soJto
o t r o s instrumentos. El violín responde al más leve
aluauElJaJJsd EJer^nlse rs oLUof, oJlsaEur IeP oesaP
deseo del m a e s t r o c o m o si estuviera perfectamente

s,
45
--

vivo. La distinción eentre


vivo. o t a s es más
sus nnotas
n t r e sus más delicada
n t r e las n
que eentre notas dcl piano.
o t a s del piano.
Goz.o mucho más de la música del piano cuando
Gozo cuando
tengo ccontacto
tengo ontacto c o n el instrumento.
con instrumento. Si mantengo la la
a n o apoyada
mano
m apoyada sobrc sobre la caja del piano,
caja dcl piano, detecto los mi‑
mi-
núsculos trémolos,
trémolos, los cambios de de melodía y el silen‑
silen-
cio que sigue. Esto me me permite comprender
cornprcnder cómo el el
oído puede escuchar desvanecerse
dcsvaneccrsc el sonido:

...¡Cuán e n u e y nítido,
...¡Cuán ttenue nítido,
y cada vez
vcz más ttcnuc e n u e y nítido
nítido y1. lejano!
lejano!
"Oh, dulces
l¡Oh, dulccs V y. rremotos
e m o t o s se
se oven
, desde los acantilados
acantilados
débilmente los cuernos de
débilmente de Elfland!
Elfland!

Soy capaz
Soy capaz de de seguir
seguir el espíritu yy la
el espíritu la atmósfera
atmósfera
dominante de de la música. Capto la danza danza alegre sobre
el teclado, el cl himno lento, la fantasía. Me cconmuevo onmuevo
o n el
ccon el fogoso movimiento de de las o t a s atravesadas
las nnotas atravesadas
por ttonoso n o s atronadorcs en La La Valquiria,
Valquiria, cuandocuando Odín
enciende el temible círculo de fuego que
enciende custodia a
que custodia a
Brunilda
Brunilda dormida. ¡Qué ¡Qué maravilloso
maravilloso esel
es el instrumen‑
instrumen-
to sobre
sobrc el cl cual un gran músico ccanta anta c o n sus manos!
con manos!
Nunca he he conseguido distinguir uuna n a composición de de
o t r a . Creo que es
otra. es posible,
posible, pero la concentración
concentración y la
tensión a la que habría de ssometer o m e t e r mi atención seríanserían
ttan
a n grandes
grandcs que dudo que
que dudo que el el placer
placer obtenido
obtcnido se se
correspondiese ccon o n mi esfuerzo.
esfucrzo.
Tarnpoco puedo distinguir
Tampoco o n facilidad
distinguir ccon facilidad uuna n a melo‑
melo-
día cantada. Pero, apoyando la m manoa n o sobre la gargan‑
gargan-
ta ola o la mejilla
mejilla de uuna persona, puedo apreciar
n a persona, apreciar los ccam-am‑
bios de su o z . Sécuando
su vvoz. Sé cuando la es baja o alta,
v o z es
lavoz alta, clara oo

46
46
anual e1 'a,r8a1e o átsr-rt 'rpr8rde
apagada, triste o alegre. La t e n u e y trémula sensación
f uorf,Esuas elnruaJt
-Errue EuosJed Eun ep zo^ el otort IE acnpo.rd au anb
que meproduce al t a c t o la v o z de una persona ancia‑
na difiere de la de u n a persona joven. La forma de
áp EruroJ 11 'ua,r.ol Euosrád tsun rp EI ap ararJrp Eu
hablar d e u n sureño, c o m o s i a r r a s t r a r a las palabras,
'strqtltd sEI EJEJtsllrJE rs ouroo 'oueJns un Jp Jrlqeq
saca,t lr¡1 'rnburl un ap IESEu otueJe Iep Eturlsrp sc
esdistinta del a c e n t o nasal de un yanqui. Hay veces
en las que los cambios de una v o z s o n t a n fascinantes
setueurJseJ uel uos zo^ pun ep sorquef, so1 anb sEI ua

que mis dedos, aunque no entienda ni u n a palabra de


ap r.rqr¡rd Eun ru epuenua ou anbunr 'sopap srru anb
lo que la persona está diciendo, tiemblan de placer
-ract¡d ap uelquerl 'opuarcrp e]sa EUos-rJd e1 anb o1
exquisito.
'ottsrnbxa
o t r a parte, soy extremadamente sensible a la
elgrsuas aluetuepeluallxe dos 'at.¡ed EJto Jod
Por r EI
Ie Ie ouroJ 'sopru sotJaro ep EZeJnp
dureza de ciertos ruidos, c o m o el rechinamiento, el
(oluárrueurqJal
'opedse-r srl ap oJruolr oprrrrLlt 1a I
raspado, y el chirrido afónico de las cerraduras sernpr.rrJl
herrumbrosas. Los silbatos de niebla s o n mis pesadi‑
-rprsad srLU uos Elqeru ap soteqlrs soT 'srsorgurnrreq
llas vibratorias. Me he detenido cerca de la obra de un
un eP urqo el eP E3rátr oprurtep eq ahtr 'sErrolErqr^ sltll
-f,Et opuJnJtsa Ia opnuas aq f uorJfnJtsuoo ue aluand
puente en construcción y he sentido el estruendo tác‑
¡a 'e,rpard áp stsstur srpesad sEI áp epunqe-req e1 '1rr
til, la barahúnda de las pesadas masas de piedra, el
sol ap opJos oprnl [o 'rtlans eJJan EI ep ]Epol
rodar de la tierra suelta, el ruido sordo de los motores,
(saJotour
las descargas de los camiones de escombros, los triples
saldr.rr so¡'so-rguoJse ap sauonueJ sol ap srS.rrcsap se1

golpes de los martillos perforadores. También puedo


opand u?lqtuel 'saroptroJrad so¡¡r;rur sol ap sadlo8
áru rsv 'o¡ueural 1a f ue;trnbp 1a 'sorasr,rg sol Jelo
oler los braseros, el alquitrán y el c e m e n t o . Así me
hago u n a clara idea de las obras de envergadura reali‑
-rleer ErnptS¡a,tue ep serqo sel ap €apr EJEIo run o8eq
zadas en acero y piedra, y creo que c o n o z c o todos los
sol sopot oozouo3 anb oa¡c I'r.rpard I o¡a:e ua sEpEZ
endiablados ruidos que hombres y máquinas s o n
uos seurnbgtu f sarqruoll anb soprn; soprlqurpue
sod¡anr sol ap ocas adlo8 lE rrlnpord ap sacedrc
capaces de producir. El golpe seco de los cuerpos
sopttror sogrl sol ep rolqtuát otrqns Ie lerf, p sopesad
pesados al caer, el súbito temblor de los leños cortados
IE opslerlltru olarq lcp ourltlsrrl oprnr 1a 'as;e11nse 1e
al astillarse, el ruido cristalino del hielo machacado al
rod oprgr-r-rap Ioqre un ap otrda¡lsa 1a 'socrge asrclrr{
hacerse añicos, el estrépito de un árbol derribado por
oprnJ Iáp etuatsrsred I puorcu-lr soel Ia (utf,EJnq un
un huracán, el caos irracional y persistente del ruido
Jp o str^ ep JErgruEJ 1u r8;rc ap seueJt so1 uaceq anb
que hacen los t r e n e s de carga al cambiar de vías o de
maquinas, la explosión de gas, la voladura dc piedras y
I se;pard cp ErnpEIo^ 11 'sr8 ap uorsoldxa 11 'seurnbru
ese chirrido aterrador de las rocas chocando unas c o n
uotr stun oPUEf,oLIl selol sEI aP JopElJalE oprJJrLIf,
esa

b
47
t>

t r a s que precede al derrumbe:


otras
o dcrrumbe: ruidos han
todos estos ruidos han
cxperiencia táctil y contribuyen
formado mi experiencia contribuyen a a la idea
idea
que meme hago decle lo esun manicomio,
quc es un manicomio, una batalla,
que u n a batalla,
u n a tromba
una tronrba ddee agua,
agurt, uLrl-r e r r e m o t o yv algunas
n ttcrremoto algunas ootr¿1stras
enormes acumulaciones
acumulaciones de cle sonidos.
sonidos.
Mediante
Mediante el ttacto
a c t o me
me relaciono
relaciono ccon o n el tráfico y las
múltiples actividades de la ciudad. No No sólo distingo
las emanaciones que provienen
provienen de de las diversas tiendas,
tiendas,
autornóviles, los
de los automóviles, l«rs carros, los caballos,
cab,rllos, los pues‑
pu€s-
o s de fruta y todas las clases de humo, sino también
ttos también
el bullicio y la presencia
presencia de de la muchedumbre,
muchedumbrc, y el chi‑
chi-
rrido indescriptible
indescriptible y los pitidos de de los tranvías eléc‑ eléc-
tricos.

Olorcs extraños yv rancios,


rancios,
el aire áspcro y polvoriento
air.' áspero polvoriento
lleno de c,rl y de
de cal de arena
arcna
quc nadie
que rr,rclie puede soportar
soport,rr
vuelven la calle intransitable,
intransitable,
la gente
gcntc irascible,
irascible,
hasta que que' todos gritan,
gritan,
rnientras circulan temblorosos,
mientras tcmblorosos,
o n la
cc.rrt r isión de sus ojos
l.r visión ()i():i
y elcl olfato
olf.rto dede su nariz
n¡riz
anulados
anulados ‐‐o muv disminuidos‐,
-o muy disminuidos-,
«¡Dios rlío!, ¿cuando
"¡Dios míol, ¿cuándo acabarán esta ciudad?»:"
ciudad?"'r

es interesante, pero el silencio táctil del


La ciudad es ciel
campo, resulta siempre muy grato después del bulli‑
bulli-

,r' Georges
’:‘ Georges Arnold.
Arnold.

48
49
6V
t o s , el zumbido de las abejas en los capullos que he
eq onb sol]ndEr sol rrJ sEfagB stsl ap oprqrunz lJ (sol
-Jcsur §^o]
s u s u r r o sedoso de las hojas, el alboroto de los insec‑
aP otoJOqlu Ia (sEfoq sEI eP osoPas oJJnsns
(Egrerq
el murmullo apenas audible de las m a t a s de hierba, el
[e ap sElEru sEI rp elqrpn¿ sBuadE ollnlllrntu Ir
:Ilu ElsErl JESell aP EtUJoJ ns álucurBJePtPJe^ oPUluoJ
contrado verdaderamente su forma de llegar hasta mí:
-ue utLI ?J-Iall El eP se^Pns s3f,o^ seJgEluolul se-I
Las incontables voces suaves de la tierra han en‑
incienso. 'osuaIf,ur
of,rLuEslrq un aP orPeru u¿ 'ez¿leJnlEu tsl aP ElsenbJo
orquesta de la naturaleza, en medio de un balsámico
menos de dos meses al ritmo de la música de la
EI eP ElrsrlLu EI aP OLUIJ IE sasau soP eP souaur
c o r r e libre al fin. Y todos e s t o s cambios seefectúan en
uá uEntf,J_la es sorqurEs solsa 56pe, A'ulJ Ie erqrl eJroJ
.{ eeroS¡o8 'srrtou ep ollnLLr-rnlu un uol selallrJg sop
dos grilletes c o n un murmullo de n o t a s , gorgotea y
criatura feliz. El arroyo de la pradera rompe sus hela‑
-eleq sns adruo-¡ e;cprrcl 11 ap ofo.r-rp Iq 'zrla¡ E-rntur.r,
Eun E rr8-raq1e rpand ou cnb aplrunq uel rr8nl un
un lugar t a n humilde que no pueda albergar a una
bas orientadas al sur y al oeste. No existe en el mundo
opunut Ie uJ Jtsrxe oN'JlsJo 1e f .rns [E seprtuerJo seq
-olle setst^ sns ur¡ednlo ánb scAE sEI ti olanu ep JIq
bir de nuevo a las aves que ocuparán sus vastas alco‑
preparan en el fondo de sus sólidas entrañas para reci‑
-rca.¡ r¡ed sEUtsJlua stprlos sl1s Jp opriol ¡a ua uu-ruda:d
ás sosontsaftur salogry 'sepnusap srurrJ sel uJJqn:)
cubren las ramas desnudas. Árboles majestuosos se
flores, ola t r a s ola, sobre la tierra. Cortinas de follaje
afe11o¡ ep seuruo) 'EJrárl EI argos 'e¡o se;t r¡o 'sa,rog
da. Suavemente se abate el océano de hierba, musgo y
I oBsnru 'rq,rarq áp oueJro Ia átEgE cs atLraure^Ens 'Ep
súbitamente el suelo revela una creación recién forja‑
-ef-ro¡ uerla,r uorlrJJf, EUn r:lelcr olans Iá atuJruelrgls
opu?nf, ptspruales ?ursrlu rtsa EuráU 'al:ud pJlo ue os
so en o t r a parte. Reina esta misma serenidad cuando
t e c t o s del día y de la noche ejercen su oficio silencio‑
-orf,uelrs orJrJo ns uac¡ala eqJou r¡ ap í Elp Iap sotoel
-rnb-¡r sopeartafu sol se;tuertu eruJanp opot lol.rea-rc
crearlo; todo duerme mientras los ajetreados arqui‑
E rc^lo^ tpand etsa anb ¿-¡td e¡¡crl e¡ t tsa-t8a: opot
todo regresa a la tierra para que ésta pueda volver a
de las ramas. Todo cae en silencio, todo se marchita,
'rllqcre- as opot 'orcualts uJ erJ opoJ, 'stsruEJ sEI ep
y los frutos maduros que el viento arranca todo el día
Brp Ie opor EJuEJJe oluarl ¡a anb so.rnpur.u sornr¡ so1 I
seloq sul uJBl rse :Eqrerq EI arqos sadlo8 sount¡odo í
y oportunos golpes sobre la hierba: así caen las hojas
sollnruJnru Jp EJrsnu Eun uoo ours 'EJpard EJlo áp Ep
da de o t r a piedra, sino c o n una música de murmullos
-EueJJaf, u.rpard E o EJJors e 'o1¡rlrrru r opruos un uof,
c o n un sonido a martillo, a sierra o a piedra cercena‑
raciones y las transformaciones de la naturaleza! No
oN ¡Ezelúlnlerr EI eP seuoIJtiuIJOJSLIEJt se1 I sauotce¡
-edar sr¡ 'sauorcrlotuJp sB] uos selrnbur.rl I sesoroualrs
silenciosas y tranquilas son las demoliciones, las repa‑
cio urbano y de las molestas sacudidas del t r e n . ¡Cuán
ugn3! 'uerl lap srprpnf,rs setsaloru sel ap f outgrn or:
arrancado,
arrancado, el cl aleteo
alcteo de un pájaro pájaro que quc acaba de bañar‑ bañar-
se y la ttenue
sey e n u e vibración ondulante del agua que c corre
orre
n t r e los guijarros.
entrc
e guijarros. Estas Estas voces amadas,amadas, u n a vez senti‑
una senti-
das, susurran, alborotan,
alborotan, zumban, zumban, aleteanalctcan y vibran en en
mi pensamiento
pensarniento para siempre, siempre, formando parte indele‑ indele-
blc de mis
ble rnis recuerdos más felices. fclices.
cxperiencias y las experiencias
Entre mis experiencias expcriencias de ootras tras
personas, no existen existen abismos de espacio espacio mudo
mudo que yo
no pueda
pucda salvar. Es porquc dispongo
Es así porque dispongo de de uuna infi-
n a infi‑
nidad de
nidad de ccontactos
o n t a c t o s variados
variados e e instructivos
instructivos ccon o n elel
mundo, ccon o n la vida, ccon o n la atmósfera, cuya actividad actividad
radiantc nos envuelve
radiante envuelve a a todos. La estimulante
cstimulante energía
energía
del aire, que todo lo recubre, rccubre, es es calida
cálida y desbordante.
desbordante.
Ondas de de calor y de de sonido,
sonido, infinitamente
infinitamente variadas y
combinadas ecntrc n t r e sí, juegan en mi cara hasta que soy
capaz de suponer cómo deben de ser
capaz ser los innumera‑
innumera-
blcs sonidos que mis
bles insensibles no han perci‑
rnis oídos insensibles perci-
bido.
bido.
El aire varía según las regiones,
El rcgiones, las estaciones
estacioncs del clcl
año y las horas del día. Las brisas olorosas y frescas
del m mar o n distintas de las intermitentes
a r sson intermitentes que quc soplan
soplan a a

orillas del río, húmedas e impregnadas de los olores olorcs


de
de la tierra. Imposible
Imposible confundir el cl aire
airc seco, liviano
liviano
y tonificante de de las montañas
montañas ccon o n el aire acre y salado
salado
del océano. La lluvia del invierno es
del océano. cs densa,
dcnsa. recia y
corxpacta.
compacta. En la primavera
prirlavcra tiene una
u n a nueva vitalidad.
vitalidad.
Es lcve, cambiante y está cargada de
Es leve, de incontables olo‑ olo-
res palpitantes
palpitantcs que provienen provienen de de la tierra,
ticrra, el césped y
las hojas que brotan. El aire de mediados del verano vcrano
esdenso,
es denso, saturado, o seco y abrasador,
abrasador, como
c o m o si salie‑
salie-
ra de un un horno. Cuando uuna n a brisa fresca
fresca acaricia la

SO
to
I(
SI
cumplimiento. 'otuJrLUrIdurnf,
(Epr^E[ rp uor]t^oual EI rp i auanu EI
la m u e r t e y de la renovación de la vida, del deseo y su
ns í orsDp IJp
boles, y que me hablan del tiempo y sus mudanzas, de
ap 'srzutpnLu sns f oduuau Iáp uelqeq JLLr enb I 'sa1og
-rE sol i sa-rog sr1 'rgrarr¡ r¡ 'salerroteur so1 uaprdsap
despiden los matorrales, la hierba, las llores y los ár‑
el aire se llena de las fragancias suaves y delicadas que
anb sr:pr:llep i sa,rrr-rs strluu8e.r¡ sul Jp uuall as eJru Ia
vas puntúan la marcha ascendente del año. En otoño,
'ouoJt'r r.rE 'oulr lcp alrrapuElsll ELIfJELTT lll uEntund sr^
-r,ra;ducrs sr:¡ I srran8r-rclLuol se1 'oro ap sErEA sr:1 f 'at
te, y las varas de o r o , las lombrigueras y las siemprevi‑
-;cn,¡ 'ol;ls 'aluarfn-¡c Jolo un euruopc-rd 'uorlutsa e1 uz
zala estación, predomina un olor crujiente, seco, fuer‑
olor a cereales y a heno maduros. A medida que avan‑
-ue.tu anb rprpJLu V 'soJnpru.r oueq c I sclra-rac E Jolo
uJ oJrr sa oilnf 'Erlus r .( u¡-¡art E Jlanq e;a.tuurud 11
La primavera huele a tierra y a savia. Julio es rico en
río del t a c t o . Cada estación tiene sus propios olores.
'saJolo soldo¡d sns áLren uorlrtse rpBJ 'olltl Iap orJ
partes los arroyos de la percepción olfativa sc u n e n al
IE uaun JS t^Ittllo uorcclac¡ad 11 ap so.,(o.ut sol sat¡ed
el que más me informa acerca del mundo. En todas
sepot u;[ 'opunur lcp E],reJE Eurro]ur aLLr seLU anb 1a
p u n t o que no estoy segura de si es el t a c t o o el olfato
ottllo Ie o ottrllt le sa rs ap u-rnllas fotsa clu ¡nb otund
(rs
Los sentidos seayudan y serefuerzan e n t r e si, a tal
Itl r J-rlua uEzJanla-r Js i uupn,{r JS soprluas so-I
'tsrJucf rjaueq ns aP EPElrselelr atuor^r^ Eso:)
cosa viviente necesitada de su beneficencia.
c o m o a los brotes nocivos, v a a l e n c u e n t r o d e cada
uprl ap orluJnluá IE ts^ (so^rrou satorq sol E oruof,
salc]EpnlLrs sECJJarq sE[ r apuar]E oLUSTLU o1 'sotsng;r
arbustos, lo mismo atiende a las hierbas saludables
sol o saloclrü soI ep srfoq sr¡ cp Eun rpE] r,\ul srprlrad
perladas lava cada una de las hojas de los árboles o los
stloB sns uo) 't.iopullrllJua '1ur:,rudulr 'esoru;aq sa
es hermosa, imparcial, encantadora. Con sus gotas
'opuoq atuptstq o1 :e;rdsr opand
puedo aspirar lo bastante hondo. La lluvia primaveral
1r-ra,r,rr"rrr.rd Er^nlI u]
surcos para la siembra, produce un perfume que no
ou anb curnyad un acnpord 't.rqruars t 1 r;td solJns
sol seuo.rJtdtq: uoc EpLrBIqts 'seurloc sel ErruEpunqr
abundancia las colinas, ablanda c o n chaparrones los
ua r8a¡¡ 'sclr-r so¡ aJonburrJ 'E;Jerl EJ ulrsr^ opueno
cuando visita la tierra, enriquece los ríos, riega en
raor:1d uof oqrleJ El 'Epr^ rp anb uzarqu Bun ap Ep
da de una tibieza que da vida. La recibo c o n placer
-e3¡e¡ yrsa ,{ 'atur8r-r¡ 'usor-rg sa E-rJAprlrrJd u1 ap Er^nll
lluvia dela primavera esbriosa, fragante, y está carga‑
La lluvia invernal esgris y fría, inodora y triste. La
E-I 'etsrrl I e;opour nul i sr¡8 sa IEurá.\Lrr Er^nll s'I
el frío c o r t a n t e del invierno. con
'ouiar^ur IaP JluBuof, orJj Ia uof
cura que
barre el aire pesado guarda escasa similitud
pnlrlrurs Bslrlsc rp;rn8 cl¡lrsad JJrE Ia a:;'ec1 anb r.rn:r
-sa.r] eP rlLlJutslll^ll
rl 'BluJruJol u Jolo ul1 oPnueLU E
a menudo u n olor a t o r m e n t a . L a avalancha d e fres‑
Iolet¡-¡ uJ anb seLUoJB soualu au.rl 'alurJo;os pnrarnb
quietud sofoeante, trae menos aromas que en mayo y
oalvl]gcNy'ra
E L O L FAT O : E L Á N G E L C A Í D O
:oJ.vc'ro'ra

,|,
) ll :,
,,' ,|

-EJIo Iap oprlues 1a 'alqecrldxeur uoze.r run81e -ro¿


Por alguna razón inexplicable, el sentido del olfa‑
eoaJeu anb o8ue¡ otlt Iep ezo8 ou ol
to no goza del alto rango que merece e n t r e sus her‑
-Jer.J sns eJtue
erite sou oputn3 'opreJ la8ut ap o31t auar¡ 'soutlu
manos. Tiene algo de ángel caído. Cuando n o s a t r a e
-ErJ EI uoJ E^rlntl sou I anbsoq Iep seun¡.rcd so1 uoc
c o n los perfumes del bosque y nos cautiva c o n la fra‑
ua JeJlue sourfap o1 'u¡p-rrf osoruJerl un ep rrcur8
gancia de un hermoso jardín, lo dejamos e n t r a r en
n u e s t r a s conversaciones sin problema. Pero cuando
opuentr oJJd 'Eruelgo,rd urs sauor3rsJaluof, seJlsanu
sourettJt o1 '1tru alanq anb ouelJal oBle ap ESI^e sou
nos avisa d e algo cercano que huele mal, l o t r a t a m o s
si fuera un demonio en lugar de un ángel, y lo
o1 f '1aBur un cp rr8nl ua oruouep un eJanJ rs oluof,
como
-nl-rrl sol ts olopueBalar orJrlJes IerJ ns ¡od sout8rlstc
castigamos por su fiel servicio relegándolo a los círcu‑
asreuete IIJlJlp lnu sE 'prprrnf,so rl rp sarorletxa sol
los exteriores de la oscuridad. Es muy difícil a t e n e r s e
oun opuenr sr-rqelrd sEI ap opecr¡ru8rs orapepre^ IE
al verdadero significado de las palabras cuando u n o
habla de los prejuicios de la humanidad, y me c u e s t a
Etsánl au I 'prpruttunq EI ep sorlrnfa.rd so1 rp EIqEq
mucho referirme a las percepciones olfativas de un
un ep st^rtrllo scuorodac¡ad se1 e áuJrJeJaJ oqf,nu
1e eas anb opolrr
modo que sea al mismo tiempo digno y veraz.
'zeJd^ I ou8rp odurarl olusrLu
fnu sa otEJIo 1a anb trdold trcuet¡cdxa -rod a5
Sé p o r experiencia propia que el olfato es muy
importante, y que, aunque lo hayamos descuidado y
f oprprnosap sourdeq o1 anbunt 'anb I 'atutt¡odrur
menospreciado, tiene la autoridad que le otorga su
ns e8¡oto a1 anb ptsprJotnt EI euen 'oprrce;dsouaru
nobleza. Está escrito que Yavé ordenó que se quema‑
a.tr¡ anb olrJJSa glsg 'Ezelqou
as anb ouapJo -ruanb
JP osucrlur un Ia eluE elualuEnurluof, E.r
ra continuamente a n t e Él un incienso de a r o m a dulce.
'allnP ELUoiE
Dudo que haya alguna sensación provocada p o r la
opn6l rfeq anb El lod Epero^ord uorJtsues BunBIE

ts
53

-
vista que sea más deliciosa que quc la de de los aromas que quc se se
filtran a través
filtran trirvós de las ranras templadas
las ramas templadas por el sol y
movidas ppor o r el viento, o la l,r de
c'lc la marea de c1e perfumes
perfumes
que crece,crccc, decrece y se se alza yez) ola
t r a vez,
¿1lza ootra oh ttrasr a s ola, lle‑
llc-
nando el ancho mundo rnundo de invisiblc dulzura. Una ra‑
cle invisible rá-
faga del
faga del universo nnos o s hace soñar ccon
hace soñar o n mundos que que
nunca
n vimos, nos
u n c a Vimos, nos recuerda
recuercla en en unun instante
instante épocas
n t e r a s de
enteras
e de nnuestra cxperie ncia más
u e s t r a experiencia más preciada.
prcciada. No
puedo aspirar :rspirar el aaromar o m a dec1e las margaritas
margarit:rs sin revivir revivir laslas
mañanas maravillosas en que paseaba ccon o n mi m maestra
aestra
por los prados mientras micntras aprendía,rprendía palabras nuevas y
los nombres
nombrcs de c'le las cosas. El olfato esun cs un mago podc‑ podc-
transporta a miles
o s o que nos transporta
rroso miles y milesmiles de kilómetros
kilómetros
y a cualquiera de los años que hcmos vivido. El olor
quc hemos
de ciertos frutos me mc hace viajar a mi hogar sureño, a a
juegos infantiles en
mis juegos cn el cl huerto de melocotoneros.
melocotoneros.
Otros olores, olorcs, instantáneos yv efímeros, cfímcros, provocan que quc
el corazcit-t se me
cl corazón dil¿rtc de
mc dilate cle alegría o se sc menrc contraiga
contraiqa
ccono n el recuerdo
rccncrclo de de u unan a pena. SóloSó1o de dc pensar en en olores,
olores,
la nariz ya seme se mc llenalle na de de perfumes que quc despiertan en en
mí los dulces recuerdos recuerdos dc de veranos pasados
pasados y de cam-‑
c a m
pos lejanos
lcjanos de mieses maduras. maclurrrs.
La más bocarr¿rcla de aire procedente
levc bocanada
m¿ís levc prclccdente de un Lln
prado donde dondc haya heno recién rccién segado,
scgado, secándose
secándosc al al
sol, me me desplaza
desplaza en cn el ticmpo y el lugar.
cl tiempo lugar. Regreso
Regreso al Vie‑ vie-
grancro pintado de rojo. Mis amiguitos y yo esta‑
jo granero esta-
mos
m jugandr¡ en el henil. Es enorme,
o s jugando cnorme, está llcno de
está lleno dc
hcno fresco
heno fresco y dulce;dulcc; subidosr-rt¡ido arriba del dcl todo, el más más
pequeño
pequcño cle de los niños puede
pucde llegar a
a tocrr.r
t o c a r las vigas del
Vigas
techo. Abajo, en cn los establos, estan están los animales. Ahí
esta jer‘ry, el
estáJerry, apático y fecijerry,
el apatico masticanclo su
{co Jcrry, mastieando su avena

t4
54
un auténtico pesimista, resuelto a e n c o n t r a r que
anb JEJluoJua € ollensa: 'rlsrrursad of,rlualne un o[uoO
como
su pienso sabe mal, o no t a n bien c o m o debiera. Vuel‑
-lan¡ 'Erargep oruof, uarg uet ou o 'lrru agrs osuard ns
vo a t o c a r a Brownie, mi pequeño Browníe, siempre
a.¡du¡ars 'atutnotg ouanbad tru'autolotár E J€f,ol E o^
ale.r.ro¡ Ia rtpr^lo e orsandsrp 'oprcapu8e I etsersntua
entusiasta y agradecido, dispuesto a olvidar el forraje
más jugoso a cambio de una palmadita, que estira su
'rlrpruled eun ep orqr.ueo e oso8nf seu ns EinsJ enb
hermoso cuello delgado esperando una caricia. Muy
,(npX 'rrruef, Bun opue-ladsa opeSlap ollen3 osorurJrl
cerca está Lady Belle, c o n su dulce boca húmeda,
'tpaunq EJoq aolnp ns uo3 'ailag Ípa7 etsa e»at
oa¡¡ Iap IBrproo ¡a ezand uoc opuafe:txc 1ap Ioqgrl
extrayendo c o n pereza el cordial del fleo y del trébol
I
y soñando c o n los pastos y los arroyos rumorosos de
Jp sosoJourn¡ solo-r¡e sol f sorsed sol uof, opuruos ,(
junio.
'orunf
epe8al¡ EI ap oprue.r.a.rd eq etu otBJIo Iep oprlues IE
El sentido del olfato mehaprevenido de la llegada
d e una t o r m e n t a horas a n t e s d e que hubiera alguna
eunSp EJárqnq anb ap satue stJor{ EtuauIJot Eun ap
anb o¡aur¡d o1 'sostc sotsa uE 'EIIa ap elqrsr^ IBgás
señal visible de ella. En e s t o s casos, lo primero que
n o t o es u n a palpitación debida a la expectativa, un
un (Eluttladxc 11 E Eprqap uor:errdled Eun se otou
ligero temblor y una concentración en mis orificios
sorf,rlrJo srLU uá uortrE-rluef,uol Eun ,lrolquar o-ra8r1

nasales. Éstos se dilatan a medida que se acerca la t o r ‑


-rot EI EfJeJr as anb eprpáru E uEtEIrp JS sotsg 'saleseu
m e n t a para recibir mejor la avalancha de olores a tie‑
-en E seJolo ep eqluelr^r 11 -rolaru JrqrJeJ e-¡ed rtuaru
rra, que semultiplican y sev a n extendiendo hasta que
anb erseq opuerpuetxe uE.\ as I urcrldrrlnru as anb 'e¡¡
siento las gotas de lluvia salpicándome las mejillas.
'sr11rlau sEI aLUopuuord¡es Er^nll ap sero8 sEI oluars
Conforme la t o r m e n t a se aleja, los olores se van disi‑
-rsrp uE^ es saJolo so1 'efc¡e es rtueruJot el atuJo+uo)

pando, cada vez más débiles, hasta que desaparecen


uacc;rdrsap anb etseq 'sallqgp seLU ze^ rprc 'opued
1a ua
en el espacio.
'orcedsa
os otEJIo IE sErJerC
sotuaq ESe3 ep odrr 9nb ua
Gracias al olfato sé en qué tipo de casa hemos
entrado. Reconozco u n a casa de campo antigua por‑
-;od en8nue oduec cp ESEJ Eun oJzouola¿ 'optJlue
que tiene varias capas de olores superpuestas, dejadas
sepefap'srtsand;adns sJrolo ap srdrc sErJE^ auan anb
allí p o r las sucesivas familias que la han habitado, olo‑
-o1o 'operrqrLl u€LI e1 anb serlrrutj se^rsaJns sr1 -rod r11e

res a plantas, perfumes y colgaduras.


'se-rnpr81oo I sarun¡-rad 'srlueld r sa.r
-orrtrgr^ soueru frg ;acagoout Iep pnternb el uE
En la quietud del anochecer hay m e n o s Vibracio‑
rur ue stur orJuoo sef,uotua I 'Elp Iá atuernp anb sau
nes que durante e l día, y e n t o n c e s confío más e n m i
anb aorp eru EIIrratr Eun ep oJrrnJlns rolo IE 'olEJIo
olfato. El olor sulfúrico de u n a cerilla me dice que
han encendido las lámparas. Luego, n o t o un reguero
oJenSeJ un olou 'o8an1 'srrrdruel ssl oprpualua ueq

s\
55

--
V_

vacilante
vacilantc de dc olor que flota flot,r encn el aire y al cabo desapa‑ dcsapa-
rece. Es la señal del toque de queda; las luces se se apa‑
apa-
gan durante la noche. noche.
Cuando estoy fuera, rrcconozco econozco e ell suelo que quc pisa‑
pisa-
m o s y los lugares
mos lugarcs por p o r donde pasamos gracias al olfa‑
olfa-
to y\, al oc¿rsiones, cuando no hay
a c t o . En ocasiones,
¿r[ ttacto. hirl, viento, los los
olores están cstán ttan a n diferenciados
diferencirrdos por grupos que advier‑ advier-
particularidad del lugar;
to la particularidad lugar; puedo situar fácilmente
un henar,
un hcnar, un un colmado, Lln jardín, un
un un granero,
granero, uuna na
pineda o uuna n a alquería ccon e n t a n a s abiertas.
o n las vvcntanas abiertas.
El ootrc¡t r o día can-rinar a un bosque que conoz‑
clía fui a caminar conoz-
co. De De repente,
reperlte, un un olor molesto me rne obligó
obiigci a detener‑
detener-
me
me consternada.
consternada. Entonces sentí selltí una
u n a peculiar
pecuIiar y mode‑
mode-
s¿rcudida y, enseguida, un ttrueno
rada sacudida r u e n o pesado, unifor‑
unifor-
mme. Comprcndí perfectamente
e . Comprendí perfectamentc el origen del olor y de
cl origen dc
sacudida. Estaban talando
la sacudida. talanclo árboles.
árbolcs. N Noso s subimos a a
un m u r e t e de piedra que
mLlrete hrrbía a nnuestra
quc había u e s t r a izquierda.
izquierda.
Bordea el bosque, bosque, que yo aamo
qlle vo m o desde
dcsde hace h¿1ce muchísimo
rnuchísimo
tiempo,
ticl.npo, ttanto que es
a n t o que o m o si me perteneciera.
cs ccolno pertcnecicra. Pero Pero
hoy uuna ráfaga de aire inhabitual
n a ráfaga inhabitual y la inusitada pre‑ prc-
sencia del
sencia del sol sol me n-re informaron que que mis mis amigos
anrigos los
árboles se habían
arboles habían marchado.
march¿rdo. El El lugar estaba estaba vacío,
ccomo
omo u n a casa abandonada.
Lln¿l Extcndí la mano. Donde
abandonacla. Extendí Dondc
n t e s había pinos inamovibles, grandes,
antcs
a grandes. hermososherrnosos y
dulces, mi m mano tocci húmedos
a n o tocó o c o n e s verdes. Había
húrnedos ttoconcs
ramas quebradas esparcidas
ramas quebradas csparcidas p por
o r todas partes,partcs, ccomo
omo
Ias astas deun
las hcrido. El fragante serrín aamon-
de un ciervo herido. mon‑
tonado searremolinaba
sc arre molinal¡a a a mi alrededor.
alrcdedor. Se Se apoderó de de
mí un un resentimiento irracional irrircior-lal aante esa despiadada
n t e esa dcspiadada
destrucción
destrucción de de la belleza que Pcro no hay
m o . Pero
quc aamo. hay, ira ni
resentimiento
rcscntimiento en en la naturaleza.
nrtLrraleza. El aire no deja dcja de
de eestar
star

56
56
_-
57
t\
nos en los que habitualmente se producen, así como,
'c-rluof, .rsu 'uelilpo-rd as atucruiunlrqúLl anb so¡ LIá soLI
distancia, identificar el lugar, las acciones o los e n t o r ‑
-Jotua soI o sáuorf,ce st1 telinl Ie Jt]I]nuapt 'ercuetst¡r
EI rrpatu t sollá ap uolrunJ ue ;apuardt ogap 'uoto
ción, debo aprender en función de ellos a medir la
-Eroosll Jod 'solos rs ;od rpru ua;at8ns ou sa;olo soJ
Los olores no sugieren nada por sí solos. Por asocia‑
árbol c o m o una delgada esfera hueca, sin contenido.
'opruátuo) urs 'tcanq EJaJSa ept8lap Eull ourof, loqJE
imagen sin relieve, puesto que mi olfato percibe el
1a aqrc-rac{ otr}lo ru anb otsand 'a,tatler uts ua.§tcr¡r
EUn oLuor Eurlal ns ue €qrJc; ol Euosred tsa enb ap
de que esa persona lo reciba en su retina c o m o u n a
-r-¡c-¡d;os aru oN 'olrtlol ep pEpISeJeu urs Ee^ ol EUos
sona lo vea sin necesidad de tocarlo. No me sorpren‑
-;ad run anb algrsua¡duo¡ Ellnsal eru 'urJutlslp Euarf,
cierta distancia, me resulta comprensible que u n a per‑
órgano que lo huele. Puesto que yo huelo un árbol a
u Joq-re un olcnll ol ¡nb otsand 'alanq o1 anb ouuS¡o
el olor no parece residir en el objeto olido, sino en el
Ia ue orrrs 'opllo orafqo Ia ue rrprse-l ¡¡e¡td ou rolo [a
superficies. En el olfato no hay noción de relieve, y
Í 'a.tar1cr ap uorlou feq ou olEJIo Ie uA 'sarorl;adn"^
objeto tocado, porque s e produce u n c o n t a c t o d e
ep ot3etuoJ un ef,npo¡d as anb¡od 'opeJol oralqo
sus funciones. Aparentemente, el t a c t o reside en el
Ia ue JPrse.r o1tr81 1a 'aluauralua;rdy 'seuollunJ sns
c o m o probablemente la vista y el oído cumplen con
uoc ualdlunl opro 1;l ,( etsrn EI aluáLLI¡lgeqo.rd otuo.)
EJauELU trl ap eraldllrol strlr BepI uun tuotc¡odo-¡d
proporciona una idea más completa de la manera
Comparado c o n el t a c t o o el gusto, el olfato me
rru otEJIo 1a 'olsnll Ia o ol3tt Ie uof, opr-rrdruo3
'EtUO-Its
aroma.
fantasía s e e n c u e n t r a n e n e l límite más lejano del
1ap ourfa1 s?ur ctnurl Ie ua ueJluJnllre as ErsEluE-1
Debería llamarla horizonte: la línea donde el olor y la
11 I -ro1o [c rpuop ErUII ul :a]uozlroLl tiITELUEII Elrrcla6l
en el olor que me brinda una sensación de distancia.
'Erf,uttsrp ap uortrEsuas tun EpurJq cru anb Jolo Ia ua
cambian de matiz, grado y ubicación. Hay algo más
srru o31e ,(r11 'uoroecrqn d opr-r8 'zttvtu ep utrqrue:)
'sacr8n¡ uos I
uerlsap as 'orgruel ua 'sa;c-r1o so'I 'sE)tJ
ricas. Los olores, en cambio, se desvían y son fugaces,
-o8alu¡ i seluaueur-rad rros selrlJgl saLIorf,ESuJS sE-I
Las sensaciones táctiles son permanentes y categó‑
'JorJetrrt
t a n bello y benéfico c o m o el anterior.
I o¡1aq uet
Ia or.uoJ of,rJeucq
nuevo brotará donde antes e s t u v o el Viejo y que será
uas cnb I ofar,L la o^nlsc sálut apuop gJEroJq o^anu
anbsog un cnb aS 'so¡Jerqe uarJeJ sorcedsa sol ap
de los espacios recién abiertos. Sé que un bosque
sol brilla c o m o siempre y el viento alborota a través
se^EJl E EloJOg]E otuerA 1a ,( a.rdrucrs oLLroJ EIIuq Ios
EprA
Jp s€ruJoJ sEI supot r adnqtlluoc
contribuye a todas las formas de Vida victoriosas. El
[E 'süsor;ot]r^
pues la m u e r t e , igualmente cargada de crecimiento,
'otuarrur:re.¡c ap tpe8-ref, eluaurlen8r 'el¡anut t1 sand
(uorJJnrtsep EI ep I epr,r EI áp serolo sol uol optS.reo
cargado con los olores de la vida y de la destrucción,
según me han dicho, la gente gente aprecia estas cosas en
estas cosas en
función del color, la laluz
luz y el sonido.
sonido.
Las exhalaciones
cxhirl¿rciones meme enseñan muchas cosas acerca
personas. Por ejemplo,
de las personas. ejer-nplo, a menudo
menuclo me rne doy ccucn-
uen‑
ta del trabajo hacicndo. Los olores a
tr;rbajo que están haciendo. a made‑
made-
ra, hierro, pintura y productos químicos o medica‑ medica-
e n t o s se
mcntos
m se quedan adheridos a la ropa de quienes los
manipulan. Es así ccomo o m o distingo a un carpintero
c¿lrpintero de
de
un herrero, a un artista de un albañil albarlil o un químico.
quírnico.
Cuando
Cuando una persona pcrsona pasa rapidamente
rápidamente de de un lugar a a
otro, tcngo
o t r o , tengo una
u n a sensación olfativa del lugar donde ha
ha
estado: la cocina,
cocina, elcl jardín o la
la habitación de un enfer‑
habitación deun enfer-
rno.
m Las fragancias
o . Las fr:rgancias del jabcin, el agua de colonia, la
del jabón,
ropa limpia, prcndas de
linrpia, las prendas de lana o de
de seda, los guantes
guantes
meproporcionan
me proporcionan ideas agradables de de frcscura y buen
frescura buen
gusto.
gusto.
No poseo,
No poseo, desdedesdc luego,
luego. el olfato de los sabuesos
sabucsos o
de las fieras. Nadie, salvo
las fieras. los tullidos yy los
salvo los los ciegos,
ciegos,
tiene por qué ttemcr e m e r mi capacidad
capacidad para buscar y e cncon-
ncon‑
ttrat
r a r, pues hay muchas cosas, además del agua, los ras‑ ras-
r o s borrados o
ttros o las superpucstas yy confusas,
las huellas superpuestas confusas,
capaces de de inducirme
inclucirme a a error. Sin embargo,
embargo. los olores
olores
desprcnden los seres
que desprenden seres humanos sson rnuy variados
o n muy
y es mu), fácil reconocerlos, ccomo
cs muy o m o lo son las manos y
las caras. Los [,os olores de las personas que quc aamo
m o sson
o n ttan
an
definidos, ttirn a n inconfundibles, que quc nada puede tapar‑tapar-
los. pasaran muchos
los. Si pasaran rnuchos años antes ¿rntes de que pudiera vol‑vol-
e r a ver a
vver ir un amigo
arnigo íntimo, rcconocería ins‑
íntir-no, creo que reconocería ins-
tantáncalrente su olor, aaun
tantáneamente Áfri.r, y
u n en el corazón de África,
lo haría ttan an ppronto o m o mi hermano, este
r o n t o ccomo cste que ladra.
ladra.
Hace mucho tiempo, tiernpo, hallándome
h¿rllándome en uLlna n a estación
estación

58
58
--
59
6S
la edad de seis o siete años no empiezan a t e n e r olores
s"Jolo.rJuJt E LruzJrdura ou souP aters o sras eP PEPa ul
EIsEH 'rprrurop püprltLrosred ns ouroo s¡[qerJi]srpur
indescifrable, c o m o su personalidad dormida. Hasta
nacidos tienen el mismo perfume: puro, simple,
'aldruts'o;nd :eun¡rad orusrLu Ia ueuarl soprf,BU
uarláJ soI sopo] anb nutou stsLLrap sol rs otun8e;d a14
M e p r e g u n t o s i los demás n o t a n que todos los recién
'ElrsJj pEprlrlcl cp uorJrsuás Eun Ep au Í 'sesozolJ ,(
y gozosas, y me da u n a sensación de felicidad física.
sesorulJll 'selran¡ sESoJ srl sepol a.rar8ng 'oascp I our
mo y deseo. Sugiere todas las cosas fuertes, hermosas
m e n t a o las aguas saladas del m a r. Palpita deoptimis‑
-srruncio cp errdle¿ ';ELU lep srpel€s sen8r se1 o ctuelu
-rot 'oBanl oLUoJ '1rtu;ua1a oÍl1e &q seua,tof sa;g
bres jóvencs hay algo elemental, c o m o fuego, t o r ‑
reconocidas que las femeninas. En el olor de los hom‑
-ruorl sol aP Jolo lJ uE 'sllrrucuej 5^rl anb srprcouooa.r
Jes cp se¡qrtdccsns seru oq:nru Í srsualur seru 'sal,ran¡
fuertes, más intensas y mucho más susceptibles de ser
stut ua uos sELrrlnJseru seuorf,tlrqxJ sEJ
Las exhalaciones masculinas s o n en general más
Ip.rJuaB
'uso_ro¡¡,,, etrreru uun I puprlulr,t uurB
gran vitalidad y una m e n t e vigorosa. i Y‑
.¡Jesod alans otran¡ dnru Jo[o un uo: uarnSle 'o¡JE-rJ
trario, alguien c o n un olor muy fuerte suele poseer
clase de gente me resulta amena o alegre. Por el c o n ‑
-uoJ IJ .ro¿ 'arÍic1e o Buorut EtlnseJ cu atua.3 ap ásEIJ
Etsa ze^ ue¡ ,i 'srrucp sol ap r:Surtsrp sel anb ordo¡d
propio que las distinga de los demás, y rara vez esta
aurn¡.rcd un Jp srlsr.to¡dsap seuos;ad uof, oJ¡uJnJ
c u e n t r o con personas desprovistas de un perfume
quimera de mi experiencia olfativa. A veces me en‑
-ua eur sJf,e^ V 'E^uEJIO rrouar¡adxa lru ep BJaurnb
tun otuEII o,t anb ol s;I 'olJeor1rluápr rod soz.ranlsa
esfuerzos por identificarlo. Es lo que v0 llamo una
'cial que se queda flotando en el aire, frustrando mis
srru opuertsnr¡ 'a;re Ie ue opuetol¡ rpanb as anb ¡rro,
-Lrrlsnsur c o8r.r. .rolo url ueuJrt sur¡os¡¡d srrrnS¡y i
g Algunas personas tienen un olor vago e insustan‑
madas y a metáforas. 'sEJoJEtáur r .{ suprru
-rxo¡dt sJSEJJ t etueruatrrttsuoJ -rrJJnf,eJ oqap osa -rod
por eso debo recurrir c o n s t a n t e m e n t e a frases aproxi‑
'sa-io¡o sol x J¡uaJeJáJ operlJepü orJclnqu3o^ un8uru
ningún vocabulario adecuado referente a los olores,
c o m o el olor de una persona. No existe, al parecer,
Jara¡ud IE (etsrxc oN 'lluosJad uun ap Jolo 13 otuof,
e
Es difícil expresar c o n palabras algo t a n intangible
lgrBuerur urr o31e srrqr:pd uoc -rrsa¡dxr ]rJrJrp sE
'ur.rorualu rrlr ua oJSeJj an8rs ;o1o
olor sigue fresco en mi memoria.
ns o8;eguc urs f
muchos años desde que me besó, y sin embargo su
'osaq aur cnb apsap sout soqlnru
oprrlnrsuEJl uuFI 'elurlsur un tslJa^aJlua orlrur¡ad
permitió entreverla un instante. Han transcurrido
¡ru anb crun¡rad un olap osag ns uof, oJed 'oprlsa^
vestido. Pero con su beso dejó un perfume que me
pasar a toda prisa junto a mí. Ni siquiera toqué su
ns anbot Erarnbrs IN 'lru r orunÍ rsr-rd rpot r ¡rsed
osoq aur trLIEp
deferrocarril atestada de gente, una dama me besó al
ttrn'alu¡8 ep eptstsáte IrJlrroJJaJ ep
Ir
propios, perceptibles, que irán madurando
plopios, perceptibles, madurando a a medida
medida
se desarrollan sus facultades
que sedesarrollan
due iacultades físicas y mentales. mentales.
Es posible que
NES quc lo que acabo de escribir acerca del
olf¿rto y
olfato v el olor, especialmente
cspecialmente el de las person,rs, pue‑
L-rs personas, pue-
da serscr interpretado ccorno o m o el sentimiento anormal de de
alguien que quc no tiene tiene la m e n o r idea
menor idea del «mundo "mundo de de
realiclad y belleza
realidad belleza que los ojos perciben».pcrciben". Existen Existen per‑ per-
ciegtrs para los colores y ootras
sonas ciegas
sonas t r a s sordas para los
o n o s . Pero la mayoría de la gente
ttonos. gentc es ciega y y sorda
parrr los olores. No
para debcríamos desaprobar
No deberíamos desaprobar una un¿r c com-
om‑
posición musical
mr,rsical basándonos
basándonos en cn el testimonio de un
incapaz dedistinguir
oído incapaz de distinguir un un acorde de de o tro, o
otro, o juzgar
un cuadro fiándonos del veredicto de un crítico dal‑ dal-
tónico. Las sensaciones
sens¿rciones que qLrc' me proporciona el olfato,
aquellas que me lnc reconfortan, me instruyen y
me instruyen v amplían
,rmplían
el horizonte
horizonte de vida, no dejarán
dc mi Vida, dcjarán de dc ser agradables
agradables
sólo porque
sólo porquc un crítico quc marcha
crítico que march,r por por la ancha
ancha y
lunrinosa vereda de
luminosa vista no haya
de la Vista hava cultivado
cultivaclo su su sen‑
sen-
tido
tido olfativo. tímidas
Sin las tírnidas
Sin las sensaciones fugaces,
fugaces, a a
menudo inadvertidas,
inadvertidas, y sin las cccrtezas e r t e z a s que me nle pro‑
pro-
porcionan el gusto, gr-rsto, el olfato
olf¿rto y el ttacto,a c t o , me
me vería obli‑obli-
gacla a adoptar
gada adopt,rr en su totalidad la concepción que los los
demás
demás me me aportaran del dcl univcrso. Me faltaría
universo. Me faltaría esa
alquimia
alquimia mediante la cual puedo infur-rdir en
pucdo infundir en mi m mun-un‑
do
clo la luz, el color coior y la chispa proteica. La realidad realidad
sensible que entrelaza
cntrelaza y ssustcnta
u s t e n t a todos los ttanteos a n t e o s de
de
mi imaginación se haría
mi añicos. La
haría añicos. sólida
L¿r tierra sólida se
tierra se
dcrretiría baio mis
derretiría nris pies y sedispersaría
se clispcrs,rría en en el espacio.
espacio.
Los objetos que qr.re mis manos a m a n perderían
aman pcrderían su sr-¡ forma,
forma,
se
se convertirían en cosas muertas, y yo andaría eentre
cn cosas ntre
ellos ccomo fantasm¿rs invisibles.
n t r e fantasmas
o m o eentre invisiblcs.

6o
6o
Y
r9
61
-olJ suI B arer]e-r cs enb saaatN svl ap vu|aY tl eP efesEd
pasaje dela Reina de las Nieves que serefiere a las flo‑
pprrg ,{ íry áp tsrrolsrq EI E of,utrur;p cnbor
toque dramático a la historia de Kay y Gorda en el
Ia ua
ollaq un Ep Lrásrepuv LrcusrrqJ sue¡1 't.rrBalú ep rul
t a r de alegría. Hans Christian Andersen da un bello
cuperó el sentido perdido, mi corazón comenzó a sal‑
-lES B ozuauof, uozeJol ru 'oprpred opnuás 1a oradnc
-eJ opuun3 'sorrSptsou sopJenlar odruan un alutJnp
durante un tiempo recuerdos nostálgicos. Cuando r e ‑
sutiles que el olfato me proporciona pasaron a ser
Jes u uoJtstrd ruorc¡c'ldo¡d eur ot€Jlo 1a anb sálnns
selrelap ep pnirtlnru E'I 'souetu cp Eqtr{rr od sarolo
olores yo echaba de menos. La multitud de deleites
to de soledad, t a n grande c o m o el aire cuyo sinfín de
ap urJurs oln¡ a.¡re Ie ourotr apue.r.S urt'ptpalos ap ol
u n a vez pasado el asombro, me invadió un sentimien‑
-uárrLrrtuos ur1 orpt^ur aru 'o-rgtuose 1a opcsed za^ tLIn
tarde o temprano recuperaría el olfato. No obstante,
'alurlsgo oN 'olrllo 1a tur-radnca¡ our¡duet o apJel
anb rrclrs oA 'znl EI Ja^ e EJaAIo^ 'r.rarnblunc €rp un
un día cualquiera, volverá a v e r la luz. Yo sabía que
der la Vista y sin embargo confía en que muy p r o n t o ,
'otr¡o¡d fnru anb ua t.rlLrol o8reqrua urs i ulsr,t EI ,Iap
-red ap eqrce anb uarnBle rluars anb o1 t -rrlrurs o31u
algo similar a lo que siente alguien que acaba de per‑
'oprr8 Joualu r¡a anbunr 'aruauralqeqo¡d r¡a Erluas
sentía era probablemente, aunque en m e n o r grado,
aspirar el aire y no n o t a r un solo perfume. Lo que yo
oÍ anb o'I 'áLlrnlJed olos un Jrtou ou d a-¡te 1e ;utdse
'saro¡o sol Jp rpelocuorsap Jluetuletot JBts, algraJlur
increíble e s t a r totalmente desconectada de los olores,
olfato y del gusto durante varios días. Me pareció
oroe¡ud atr J 'sprp sorrpl alutrnp otsn8 1ap f ote¡1o
En una ocasión me vi privada dc los sentidos del
Icp soprtuas sol cp rpt,r.rrd rA JrLt uorscro Eun uE
VA L O R E S R E L AT I V O S D E L O S SENTIDOS
SO(IIINES SO-t ACI SOAIIV-IEU SAUOIVA
res. Kay, a
a quien
quicn un pedacito
pcd¿1cito de dc cristal del espejo
espcjo delc{el
malvado hechicero
hcchicero ha vuelto
vuclto ciego al aaurorm o r humano,
hum;rno,
huye furioso de dc su hogar cuando cu¿rnclo descubre quc las
descr-rbre que las
rosas han perdido su hermosura. hcrlnosura.
La pérdida del olfato durante algunos días me me dio
una
u ideir, más clara
n a idea, rllrnca, delo
cl¿rra que nunca, de 1o que significa
significa que‑
quc-
darse de dc repente irrenrcdiabien¡cnte ciego.
repentc irremediablemente cicgo. Haciendo
Hacicndo
un pequeño esfuerzo de imaginación, irnaginación, comprendí
ctln-rprendí lo
que debe debc de de sentir alguien
alguicn cuando de pronto
de p ronto u n a pe‑
una pe-
sada cortina se sc cierra aante é1 y lo priva de la luz del
n t e él
día, de dc las estrellas,
cstrellas, del firmamento. Veo los ojos del
ciego esforzandose
esfclrzándosc por vvcr e r la luz mientras,
mientras, ccon
o n ttemor,
e m o r,
r a t a de caminar
ttrata caminar p por
o r sus antiguos recorridos,
sus antiguos rccorridos, hasta
hrrsta
quc el vacio
que vacío inmutable
inr¡utable que que se se extiende
cxtiende a su alrede‑
alrcde-
dor imprime
imprirne la lrr realidad de las tinieblas sobresoLrre su con‑
con-
ciencia.
cier"rci¿r.
Mi pérdida temporal
temporal del dcl olfato medemostró,
me demostrír, ttarn-
am‑
bién, que la falta
clue la falta de un un sentido
senticio nono tiene
tiene ppor
o r qué
qué
entorpecer las facultades mentales n a persona ni
mentalcs de uun.r
distorsionar su visión del
clistorsionar su dcl mundo. Entonces, deduzco
dcduzccr
que ni la ceguera
cegucra ni la sordera desnaturaliz-an el orden
sordera desnaturalizan
interior dcl intelecto.
intcrior del intelccto. Sé Só perfectamente
perfectamentc que que sisi no
no
hubiera olores
hubiera para mi,
olores para mí, de
de todos modr¡s seguiría
toclt',s modos scguiría
poscy'endo uuna
poseyendo na pparte considcrable del
a r t e considerable clcl mundo.
mundo.
Abundarían las las novedades
novedacles y las las sorpresas, y tendría
muchas v e n t u r a s en las tinieblas.
rnuchas más aaventuras tiniebl¿rs.
Scgún mi
Según rni propia clasificación
clasificación de los senticlos, el
los sentidos, el
olfato escs algo inferior al oído, y el
al oído, a c t o es
el ttacto es muy supe‑
supe-
rior a¿r la vista.
vist:r. Descubro
Descubrt> que que hay
hrry grandes
grancles artistas y
filósofos que piensan
picnsan lo mismo rnismo que yo. DiderotDiderot dice:
dice:

62
6z
Y
f9
63
«'olosglrJ stur
t a n t e ; el t a c t o , el mas profundo y el más filósofo.»
I¡ ,( rrpun¡o:cI stur lJ 'otrur 1a lclurl
voluptuoso; el gusto, el mas supersticioso y el mis incons‑
-suoJr-rr srru lJ ,t osor¡ns¡¡dns suLU la 'olsnB ¡c losontdnlo,r
más superficial; el oído, el mas orgulloso; el olfato, el más
srrur [.)'orc][o 1a:osrt11n8-ro sr]ur [r ropro [J iltrtrt¡radn:^ srur
'ï' «Enconttaba que, de todos los sentidos, la vista era el
la u-rJ Etsr^ r1 'soprtuas soI sopo] ap'anb tL]tr-rtLroJuE» ...
'«o-rclnrsrp so1 'soFeoot
Sólo la mano, al tocarlos, los descubre».
1r 'orrPrtr ts[ o[9s
'znl tl r¡s cnb anuat o EsLrJtrl ;od 'soyeorrclr ur:pand solcrs
solos puedan abarcarlos, por intensa o t e n u e que sea la luz.
sofo s('rl crrb olqrsodrur sa anb sotLrrt'r:za¡1aq rrerF rp soBsr¡
rasgos dc gran belleza, t a n t o s que esimposible que los ojos
Jp pt:puurr r¡t:-r8 eun J¡S^od 'rlruurp e.rcrpnc{ .rrpuu enb e.rud
para que nadie pudiera dañarla. Posee u n a gran cantidad de
r,rpard JP 3soI ELI]U? BLrrl r.ro.1 orJrlnr r:] u11l1llsJ llI oJJa]ue
enterró la estatua y la cubrió c o n u n a ancha losa de piedra
^
lor-l¡tur ns uJ (rllr I 'so1¡r-rpu1 ep orl[ndJS un rrnr]suoJ ozn1
hizo construir un sepulcro deladrillos, y allí, ensu interior,
'r11c op rsopuerrap?duc'ro 'prprlrrua8 rtuet uoo f oso11r,r,
villoso y con t a n t a genialidad, eompadeciéndose de ella,
-EJllur
lugar; al verla t a n perfecta, modelada c o n un a r t e t a n mara‑
urt JtJr un uol ?ptlcporu 'rtca¡:ad utl Bl,¡J,\ 1r i:e8n¡
osJ ue Bnlrlsc ?lsc olpuors¿ Jlclrsucs eLrrlr un 'r]rrtusrJt cj
le cristiana, un alma sensible escondió esta e s t a t u a en esc
e[ ofunr]t oPuEn)» :aluaruHrs ol elrP
e n c u e n t r a en Padua, dice lo siguiente: «Cuando triunfó la
'rnpt¿ uc llJlrrsnfuo
Sobre una estatua de mármol de la época clásica que se
as anb urrselJ ecoda u¡ ap lorrrreur cp En]utsa eun erqos
únicamente mediante el t a c t o de la mano que la recorre».
'<<olJolcl r¡ anb oueui tI Jp o]JEt Ie átlr?rpcur Jtueur?Jrun
ours (Etsr^ eI uof, B]rrrgnrsJp rcs er.rpod ou ezcllcq rtrsrnbxe
exquisita belleza no podria ser descubierta c o n la vista, sino
conocimiento, la maestría y el a r t e que hay en ella. Su mas
srur nq 'EIIa rre feq onb at-rE Já í rr¡tseeru EI 'otuarurcouoc
za del lenguaje no bastan para expresar la perfeccion del
Irp uorf,)¡Jracl 11 ,resc,rdx¡ r-rrri urtstg ou afenBua¡ pp ez
-i¡nJ EI ,t sergelrcl srJ»:epuue'uuro¡ ua or-\ anb pupcnBrt
tigüedad que Vio en Roma, añade: «Las palabras y la fuer‑
-rrv tI Jp Ernt]nf,so eLrn -rrqrrlsap s?rt (ruJqrrl, ozLroro'I
LorenzoGliiberti, t r a s describir u n a escultura dela An‑
:sPLrottlfes uolSurP
dington Saymonds:
E1r3
cita del libro El Renacimiento en Italia, de Jolm Ad‑
-pV uLIo[ ¿p (eqql ud oluatutDyuaü lg orqrl IaP
E]SA TIALIE EUt .OISIA áq rllrnu uarnb r 'oBrrur u¡
Un amigo, a quien nunca he visto, me envía esta
..'oqclosoJrqcl sn¡d c1 rc puo¡o;c1 snJd o¡ 'ror¡cnol
toucher, le plus profond et le plus philosophef“
oI I tur]suo¡ur sn¡d ¡[ ]a xnartrts;adns snld c¡ 'rgo8 e1 Íxnenr
t u e u x ; le goüt, le plus superstitieux et le plus inconstant ; le
-dn¡o.r, snld a1 'te:c'rpc'r.1 ixncllronS:o snld e1 'o1¡re:o.1 Í1arcr¡
ficiel; l’oreille, le plus orgueilleux; l’odorat, le plus volup‑
-¡adns snld c1
Jetrouvais que de t o u s lcs sens, l'oeil était le plus super‑
tretg Ireo,l 'srras scl snot ap anb srr,rno;1 af
Tended vvuestras rylanos para
u e s t r a s manos para sentir eell lujo dde e los
rayos del
rayos sol. Oprimid
del sol. Oprirnid los suaves pimpollos ccontra
los suaves ontra
u e s t r a s mejillas
vvucstras mejillas yy tantead ccon o n los dedos lla a gracia d de
e
forrnas, su
sus formas, su maleabilidad
nraleabilidad y su su frescura. Exponed
Exponed el el
o s t r o a los flujos etéreos que rrecorren
rrostro ecorren e ciclo, «inha‑
cll cielo, "inha-
lad grandes bocanadas de espacio», maravillaos,
espacio", maravillaos, m ma-
a‑
ravillaos
ravillaos aante n t e lala actividad
actir.idad infatigable
infatigablc del del Viento.
viento.
Amontonad,
Amontonad, nnotas o t a s sobre o t a s , la música infinita
solrre nnotas, infinita que
que
llega,
llcga, cada vvcz e z ccon más fuerza, a vvuestra
o n mas u e s t r a alma desde
1¿s sonoridades táctiles
las táctiles de incontables
incontables ramas y
ramas y ríos
ríos
que bajan
que bajan en cascada.cascada. ¿Cómo ¿Cómo puede puedc marchitarse y
secarse el cl mundo
mundo cuando el cl tacto, el sentido mas rnás eemo-
mo‑
tivo y v profundo, cumple su su cometido?
cometido? Estoy segura segura
de que si un hada me me diera a a elegir
elcgir entre
e n t r e el sentido
scntido dede
la
lrr vista y el a c t o , no me
cl del ttacto, me desprendería
desprendcría del ccontac- ontac‑
to cálido
cáliclo y afectuoso de las l,rs manos humanas,
humanas, ni de la
riqueza de sus sus formas, la expresividad y la plenitud plenitud
que aprietan mis palmas. palmas.

64
AC OCINNIAI'IÍ Of,NI] SO] SOCIIINAS
EL M U N D O DE L O S C I N C O SENTIDOS

Los poetas n o s han enseñado cuán llena esta la


EI glsa EuJII uEnJ opeuasua ueq sou setaod so1
noche de maravillas. La noche de los ciegos también
uargruet so8arc sol ep áqJou ET 'sEIIr^ErEru ap aq3ou
EI s3 znl urs PEPTJnJSo Esrun e^I 'sEIlr^ErBur sns euerl
tiene sus maravillas. La única oscuridad sin luz es la
noche de la ignorancia y de la insensibilidad. Nos
soN 'ptprlrgrsuasur t1 ap f eroue-rou8r EI ap JrlJou
diferenciamos unos de o t r o s , los ciegos y los que ven,
'ua.r. anb so1 d so8arc so¡ 'so-no ep soun souerJuaJaJrp
sollc ap anb osn 1a -rod ours 'soprlues soJlsenu ¡od ou
no por n u e s t r o s sentidos, sino por el u s o que de ellos
anb uo¡ Euualt^ e¡ f uororur8erur 11 rod 'soruecrq
hacemos, por la imaginación y la valentía c o n que
buscamos la sabiduría independientemente de nues‑
sanu ap arueru a,u aIpuadcpur rrrr-,0,o"r'
jt"J;
-

tros sentidos.
t]"'ffi:
:yy :g
un E reuasua IItrlJIp
Es más difícil enseñar a un ignorante a pensar que
anb ¡rsued e atue¡ouBr

enseñar a un ciego inteligente a v e r la grandiosidad


un E JBuasua pEprsorpue.r8 r1 -ra,r. r atua8rlalur oEarc
'e-rr8yr¡ 1ap
del Niagara. He paseado c o n personas cuyos ojos
,H solo solnr seuos¡ad uoo opEJSEd
-soq Ie ua ru EpEU ue^ ou anb o¡ad 'zn¡ ap souell uelsa
están llenos de luz, pero que no v e n nada ni en el bos‑
EI ep sallt3 sEI ue epeu 'o1arc la ua ru reru Ie ua ru anb
que ni en el m a r ni en el cielo, nada en las calles de la
ciudad y nada en los libros. ¡Qué farsa mas t o n t a es
pepnrJ an§! 'sorqrl sol ua epeu I ESrEJ sr Etuor seur
11 ua a,rdurars u;ud ¡u8a.tru er.ras rola¡,q ¡Elsrl Etse
f esta vista! Mejor sería navegar para siempre en la
noche de la ceguera c o n sensibilidad, sentimiento y
d oluaruuucs 'prprlrqrsuas uoJ e-¡an8ao EI ap aqlou
!
sollg 'Ja^ áp otJE oJaru Iá uol ásJtlueluo¡ anb orcrnf
juicio que c o n t e n t a r s e c o n e l m e r o a c t o d e ver. Ellos

65
\9

Y
tienen los crepúsculos, el Cielo ciclo de la aurora, el color
púrpura de las las distantes colinas, colinas, y sin embargo sus
almas viajanviajan p por s t e mundo
o r eestc mundo encantado
encantado ccon on u un¿n a mira‑
mira-
da estéril.
estéril.
La desgracia de de los ciegos es inmensa eirreparable.
es inmensa e irreparable.
Pcro no nos
Pero nos priva
priva de dc compartir las las cosas
cosas que que más
más
importan:
importan: la solidaridad,
solidaridad, la amistad, amistad, el humor, humor, la ima‑ ima-
ginación, la la sabiduría.
sabiduría. Es Es nnucstra e c r e t a voluntad
u e s t r a ssccreta
intcrior la que
interior quc gobierna
gobicrna nnucstro u e s t r o destino:
destin.r. Somos capa‑ capa-
ces de querer
ces querer ser ser buenos, de amar y ser ,-rdos, de
,á. amados, de
siempre que podemos
creer siempre podcrnos ser scr más sabios. Poseemos Poseemos
las mismas fuerzas espirituales innatas que todos los
mismas fuerzas los
hijos
hijos de Dios. Por Por consiguiente,
consiguientc, nnosotros o s o t r o s también
también
e m o s los relámpagos
vvcmos rclámpagos y oímos los ttruenos r u e n o s del Sinaí.
Sinaí.
Nosotros también marchamos a través del páramo y
Nosotros
del paraje solitario que quc nnos dará alegría, y a nnuestro
o s dara uestro
paso Dios hace que el desierto florezca fTorezca ccomo o m o el rosal.
rosal.
Nosotros también
Nosotros también nnos o s dirigimos
dirigimos a la Tierra Tierra Pro‑ Pro-
metida
metida para poseer poscer los ttesoros e s o r o s del espíritu,
espíritu, la invisible
perdurabilidad
perdurabilidad de de la Vidavida y la naturaleza.
naturaleza.
El ciego que quc es cs espiritual afronta afronta lo Io desconocido y
entabla ccon cllo una lucha cucrpo ,.r.rpo. pero ¿que
o n ello u n a lucha cuerpo a cué'r'pb’,"}5e'fo ¿qué
ootra cosa hace el mundo de los hombres
t r a cosa hombrei que ven? El
ciego
ciego tiene tiene imaginación, compasión, compasión, humanidad, y
estas presencias, imposibles
estas imposiblcs de erradicar, lo fuerzan fuerzan a a
compartir, ccomo o m o si dijéramos p poderes,
por poderes,
o r un sentido
que nno tiene. Cuando ssee eencuentra
o tiene. ncuentra c o n vocablos ddee
con
color, luz o fisonomía,
fisonomía, supone, adivina o ttrata r a t a de
de en‑
en-
tender lo que significan mediante analogías
significan mediante analogías sacadas de de
los ootros
t r o s sentidos que posee. posec. Yo tiendo naturalmente
naturalmente
a pensar, razonar Íazonar e inferir ccorrro o m o si tuviera cinco sen‑ sen-

66
tidos en lugar de t r e s . Esta tendencia escapa a mi c o n ‑
Erluepuet rtsg 'saJ1 ap.re8nl uá soprl
e edrose rLLr -uol
opand oN 'Elnurlslrr a lentrgeq 'tr-rttun1o,r.ur sa i1o-u
trol; esinvoluntaria, habitual e instintiva. No puedo
obligar ami m e n t e a que diga «Yo siento» en lugar de
ap rrinl ue «otLrars oÁ» EBrp anb e ¡tuaru rLrr B rr8rlqo

«Yo veo» o «Yo oigo». Cuando estoy buscando las


sEI opurosnq lorsa oplrpn3 '«o8ro oA» o <<oal o^>>

palabras justas para describir las cosas exteriores que


anb sa¡c¡r¡atxa sesoo sEI JrqrJtrsep u¡ed srtsnl sr,rqeltd
afectan a mis tres sentidos corporales, la palabra «sen‑
-u3s» E-rgEIrd uI 'sc1e;od;oc soprtuas seJl srur E uElJeJr
ourof, ltluortrua^uo] utl JJS EllnseJ 'tlruurruexa IE («-r11
tir», al examinarla, resulta ser t a n convencional c o m o
«ver» u «oír». Cuando un hombre pierde una pierna,
'¿u-rerd uun ap-rard crcluroll un oputn) '<<.r,ro>> n <<JaA>>

su cerebro sigue incitándolo a usar ese miembro que


anb o;qurarLu esa JESn r olopuylrlur anBrs o:qa.ra: ns
ya no tiene pero que todavia siente que está ahí. ¿Es
sg?'¡gt grsc anb eluers Er^Epot anb o¡ed auarl ou rd
anb 1er eás orgareo Iap uorJnlrtsuof, EI anb alqrsod
posible que la constitución del cerebro sea tal que
opro Ia Á rtsr¡ EI Eturut cnb ptpr.trrJt eI uoJ enunlro]
continúe con la actividad que anima la Vista y el oído
¿sopro so1 .i sofo sol Dp Lrorof,nrlsap u1 ap sandsap unr
a u n después de la destrucción de los ojos y los oídos?
Podría parecer que los cinco sentidos trabajan jun‑
-unf uefrqut soprluas olurtr sol anb ;aca-led ErJpod
Ie ue uaprscJ opueno olos atua8rlatul EJJUETu ep sol
t o s de manera inteligente sólo cuando residen en el
mismo cuerpo. Sin embargo, cuando dos o t r e s de
ap scJt o sop oputntr 'o8;rgrue urg 'od-rano oursrlLr
ellos se quedan sin asistencia, salen en busca de sus
sns áp tf,sng ua uáJts 'rrf,uJtsrst urs urpcnb es sol[a

complementos en o t r o cuerpo y e n t o n c e s descubren


ueJqnrsep seluotuJ I od.¡anr oJlo ua soluaualdruoc
-erdope odrnbc Ia uo3 uarq lnu -rtftqt.rr uapand anb
que pueden trabajar muy bien c o n el equipo adopta‑
do. Cuando me duele la m a n o después de haber esta‑
-Etse raqeq ap sandsap oueur EI alenp aLU opuenJ 'op
ep rtsr^ EI ua or^rp o-uuanJua 'opurcol otrr o3-le1 o¡-r
d o largo r a t o tocando, e n c u e n t r o alivio e n l a vista d e y
eptro8r 'e?ez¡t as alLralu rtu opu€nJ 'euos¡ad ¿¡lo
o t r a persona. Cuando mi m e n t e se rezaga, agotada
l de t a n t o pensar en la oscuridad, en la ausencia de
ep prouJsnu 11 ua 'pupr-rnoso EI uc resued oruer ap
e¡adnra; 'rpuedas Er3urtsns e1 ua ';o1oc ap I ecrsr.rru
música y dc color, en la sustancia separada, recupera
aP saPEllnlEJ sEI E oJrnlár oluEnJ uo PePrf,nsEIJ ns
su elasticidad en c u a n t o r e c u r r o a las facultades de
'Jolor 1a ,{ rruoru-le eI ''zn1 EI Jururop anb atuau ¿-rlcl
o t r a m e n t e que domine la luz, la armonía y el color.
Ahora bien, si los cinco sentidos no estuvieran diso‑
-osrp Lrürarlntsá oLr soprtucs oJurJ sol rs 'uarq EJoLIV
ciados, la vida de las personas sordociegas no podría
r;,rpod orr sr8arcopJos srlrosJed sr1 cp upr^ EI 'soperc
e s t a r separada de la vida de la raza de los que oyen y
f ualo anb so1 cp EZEr ?l ep Epr^ EI ap tsptrtdas ;etsa
ven.
'ua.\
^
La persona sorda y ciega puede zambullirse y vol‑
Bp-ros ruosrad e1 I asrrllngtuez cpand rBarr -lo^

67
l9
vver
er a zambullirse,
zarnbullirse, ccomo o m o el buzo de Schiller, en los los
mares de de lo desconocido. Pero, a a diferencia del héroe héroe
condcnaclcl, regresa victoriosa, agarrándose
condenado, agarrándosc a esa vver- er‑
dad inestimable
inestimable que quc- dice que su m e n t e no está lesio‑
n-rentc lesio-
nada ni limitada a la discapacidad discapacidad de sus sentidos. El
mundo
mundo de se convierte para ella en
de los ojos y los oídos seconvierte en
un aasuntos u n t o dede primordial
primordial interés. Se apoclera de
Se apodera de cada
palabra relacionada ccon o n lal,r vista y el oído, porque sus
sensaciones la obligan a
sensaciones ,r ello.
cllo. Estudia
Estudi¿r sin ttemor laluz
e m o r la luz
y el color, de los cuales no tiene evidencia evidencia táctil algu‑ algu-
na, convencida
convcncida de que puede puedc acceder a todas las vver- er‑
dades
dades que que sson o n humanamente cognoscibles. Se e en-
n‑
ccuentra
u e n t r a en u n a posición similar
una similar a la del del astrónomo
astrónomo
que observa,
obscrva, ccon detcrminación y paciencia,
o n determinación paciencia, la mismamisma
estrella noche ttras r a s noche durante muchos años y se se
siente recompensado cuando descubre un dato, uuno no
solo, acerca
accrca de de ella. Tanto el individuo que es es sordo y
ciego
ciego para para las las cosas comuncs del
cosas comunes del mundo
mundo exterior
cxterior
o m o el
ccomo cl que es es sordo v ciego para el universo universo incon‑
incon-
mensurable se hallan limitados ppor
hallan limitados o r el tiempo y
el tiempo y elel
espacio. Pero Pcro sese han propuesto sacar provecho
han propuesto provecho de sus
limitaciones.
limitaciones.
m;ryor parte del
La mayor del conocimiento del mundo mundo es es
u n a construcción imaginaria.
una imasinaria. La La historia no ,o es inas
L;t
"r
que uuna n a modalidad de la l,r imaginación,
imaginación, uuna n a forma de de
m o s t r a r n o s civilizaciones
rnostrarnos civilizaciones que ya no estan cstán sobre la faz
de tierr,r. Algunos de
dc la tierra. de los descubrimientos
clescubrimientos más sig‑ sig-
nificativos
nificativos de dc la ciencia moderna
nroderna deben su su origen
origen a a la
la
irnaginación de hombres que
imaginación carecían de los conoci‑
que carecían conoci-
mientos yv los instrumentos de precisión necesarios necesarios
para demostrar sus sus creencias. Si la astronomía no se se

68
68
'ordocsalát IE opEZu€^E Eralqnq
hubiera avanzado al telescopio, a nadie se le habría
r Errgerl al as erptu
ocurrido n u n c a que valiera la pena inventar u n o . ¿Qué
an§?'oun rttuolur euad e1 EJerlE^ anb tcunu oplJJnf,o
gran invento no haexistido en la m e n t e de su inventor
Jotua^ur ns aP áluetu ¿l ue oPrlsrxc Etl ou olua.tur ue:8
mucho antes de que éste haya podido darle una forma
ELrrroJ Eun elrep oprpod rfrq arsa anb ap satut oqJnru
¿alqrBuu
tangible?
-¡teur8tur otuerLurf,ouoo [Jp oldtuala olqJagos un
Un soberbio ejemplo del conocimiento imaginati‑
-erdrua so¡osolrJ sol ItsnJ r1 ap -rrr-rud t pEpIUn EI se oA
vo esla unidad a partir de la cual los filósofos empie‑
ue ollrgr]Jad uapand Ef,unN 'opuntu Ie Jtlpntse E UEZ
zan a estudiar el mundo. Nunca pueden percibirlo en
uoc 'uorrenr8rur ns 'atuttsqo oN 'pEpIIEaJ ErJtua ns
su e n t e r a realidad. No obstante, su imaginación, c o n
r-rrd prproedr¡ ns .( ¡o;-ra 1ap uorcerdace tcr¡ru8ru ns
su magnífica aceptación del e r r o r y su capacidad para
considerar desdeñable la incertidumbre, les ha señala‑
-EIEUcs Eq sel 'a;qrunpruaour EI clqtgaPSaP rurePISuo:)

'o¡r¡rdrua otuerurroouoJ IJp oulrueJ Ia op


do el camino del conocimiento empírico.
soluJuloru sns ue 'of,rsnLu utr8 1c I etaod utr8 ¡E
El gran poeta y cl gran músico, e n sus momentos
inspirados, dejan de servirse de los instrumentos
soluelunJtsur sol Jp JSJI^Jas ap uelap 'sopt-rtdsur seut
más
sEJJEuTE sEI uEtJoJ 'opro Ia f elsr.t ts[ Jp solJeluerulpn]
rudimentarios dela vista y el oído. Cortan las amarras
a seso;apod sEI E soprgns 'ur,ta1a as
de sus sentidos y se elevan, subidos a las poderosas e
I soprtues sns ap
sEI ep gllr sgtu oqtrnru 'ntr.¡¡dsa Iep
imperiosas alas del espíritu, mucho más allá de las
sE[E sesor¡adutt

cimas d e n u e s t r a s colinas brumosas y n u e s t r o s valles


sJIIEA soJlsanu .,( stsournJg sEuIIoJ seJlsenu ap seurli)
I errsnru r1 ap 'zn1 11 ap uorBaJ EI Brotq 'soptoa-rn:so
oscurecidos, hacía la región de la luz, de la música y
IeP
del intelecto.
'o1rálerur
-c[ e,r.on¡ EI ep surro¡8 se1 orsr.t ueq solo an]?
¿Qué ojos han visto las glorias de la Nueva Je‑
sEI ap rorsnur EI opEqrnJsa uEq sop¡o 9n§? ¿uelesnr
rusalén? ¿Qué oídos han escuchado la música de las
so1 'auans ap sadlo8 sol 'odruan 1ap sostd so1 'sua¡sa
esferas, los pasos del tiempo, los golpes de suerte, los
¿salElEJ sadlo8
golpes fatales? No fue c o n su sentido físico c o n lo
oN oJrsr1 opnuas ns uoo an¡ ol uor
1a uo-rc,(o
que los hombres oyeron el tumulto de dulces voces
seJol sotrlnp ap otlnrunt sárguroq so1 anb
que llegaban de las colinas de Judea o vieron la visión
uorsr^ EI uorar^ o eepn[ rp seurlo3 sEI ap ueqt8all anb
sa^EJt r 'anb sol sauollrru uos 'o8requa uts l¡rtlsa1ac
celestial; sin embargo, s o n millones los que, a través
-rdsa afesuaru lanbt optLlJnlsa urq 'sodtuall sol ap
de los tiempos, han escuchado aquel mensaje espi‑
ritual. 'lEnlrJ
Ia
Nuestra ceguera no modifica ni un ápice el curso
osrnJ acrdt un ru ElrJrporu ou e¡an8a¡ EJlsJnN
de n u e s t r a s realidades interiores. Es verdad que n o s o ‑
-osou anb ptp.re,t sq 'scJoIJaluI sapepIIEeJ sErtsJnu-Jp

69
69
r o s , los ciegos, así ccomo
ttros, o s o t r o s , los que veis, acce‑
o m o vvosotros, acce-
demos siempre
siempre al mas bcllo de
más bello gracias a
de los mundos gracias a
la imaginación.
imaginación. Si deseais ser algo que no sois ‐a1go
dcseáis ser -algo
bello, noble,
bello, noble, bueno‐,
bueno-, cerrad los ojos: durante
duranre un ins‑
ins-
ttante ensucño sois aquello
a n t e de ensueño aqucllo que anheláis ser.
ser.

70
7o
SEUOIUTINI SENOISIA
VISIONES INTERIORES

sol soPor ,( tzale.rnluu tl Epor 'sat:r su1 sBpol rod


Por todas las a r t e s , toda la naturaleza y todos los
1c anb sotuages 'salua.raqoc soutunr{ soluaruesuad
pensamientos humanos coherentes, sabemos que el
orden, la proporción y la forma s o n elementos esen‑
-uase sotuaurelJ uos EruJoJ 11 .,( uorcrodo;d e1 'uap;o
-¡odo;d u1 'uap.ro 1a 'uarq ErollV 'Ezalleq EI ap salErl
ciales de la belleza. Ahora bien, el orden, la propor‑
Ezellaq tl o.red 'orrrt IE salqrdpd uos purro¡ e1 f uorr
ción y la forma son palpables al t a c t o . Pero la belleza
-un¡o-rd slrlu uos 'a¡ 11 í Jourr Ie oulof, rse 'oulr-r 1a .{
y el ritmo, así c o m o el a m o r y la fe, son más profun‑
anb lentr-rrdsa osaco.¡d un ap sandsap ua8rng 'sop
dos. Surgen después de un proceso espiritual que
e1 'uap.lcl IE 'seuorf,rsuas sEI ap o:od ,tnru apuadap
depende muy poco de las sensaciones. El orden, la
proporción y la forma no pueden generar en la m e n t e
etueLu el Lra JtsJauá8 rrapand ou BLuJoJ u¡ i uor:;odo;d

la idea abstracta de belleza, a menos que previamente


alueruer^aJd anb soueru u 'ezal1eq ap rtltJlsge Eapr r]
E Epr^ allnsur anb eu¡r 1ap ercua8rletur eun Elsrxa
exista u n a inteligencia del alma que insufle vida a
estos elementos. I-Iay muchas personas c o n u n a vista
Elsrl tun uoJ sruos-rad srqcnu &11 'sotuauale solse
perfecta que s o n ciegas c o n respecto a sus percepcio‑
-orcdar¡-rad sns e ol¡adsJJ uof, sr8arr uos anb elra¡-rad

nes, y o t r a s c o n un oído perfecto que s o n emocional‑


-leuorfoura r¡os anb otoal,rad oplo un uol seJlo ,( 'sau
m e n t e sordas. Estas personas, sin embargo, s o n las
sEI uos 'o8;egruc urs 'suuosJad sersg 'sepJos atuaur

únicas que s e a t r e v e n a poner límites a l a visión d e


ap ugrsr^ EI E sálrrurl ¡auod E ueAeJ¡E as anb sef,run
aquellas o t r a s que, c a r e n t e s de u n o o de dos sentidos,
'sopuuas sop ep o ourl Jp saluaJtf, 'anb sr¡to srllanbe
poseen voluntad, alma, pasión e imaginación. La fe es
se aJ E'I 'Lrorf,rur8ellrrc uorsud'rtu1e 'prtun¡o.t uaasod

71
TI
un m
un meroe r o simulacro si si no nos enseña que
nos enseña que podemos
podcmos
construir un mundo indeciblementeindeciblemente más completo y
hermoso que el mundo material. matcrial. También yo puedo puedo
construirme un mundo mejor, rnejor, pues soy uuna n a hija de de
Dios,
Dios, uuna heredcra de
n a heredera de un fragmento
fragmento de dc la Mente
Mente que que
ha creado todos los mundos.
ha mundos.
Existe uuna
Existe n a consonancia de de todas
todas las las cosas,
cosas, uuna na
aleación
aleación de todo lo
lo que sabemos del mundo material
material
y del mundo espiritual. Consiste, enmi
dcl mundo en mi caso, en cn todas
las impresiones, vibraciones, calor, frío, sabor, gusto,
impresiones, Vibraciones, gusto,
olor, yv en las las sensaciones
sensaciones que éstas transmiten a la
quc éstas
m e n t e , entretejidas
rncntc, cntretejidas con c o n ideas asociadas y ccon
o n el
cl ccono-
ono‑
cimiento adquirido.
adquirido. Ninguna
Ninguna persona
pcrsona sensata creería crecría
quc lo que dije acerca de
que de los significados
significados de de las pisa‑
pisa-
das es rigurosamente
das rigurosamente cierto r a t a r a de simples
cierto si se ttratara simplcs
choques y sacudidas. Es Es un despliegue
despliegue de lo espiritual
1o espiritual
en ciertos
ciertos elementos naturales, latidos táctiles, y un
conocimiento adquirido de los hábitos físicos yy rras- as‑
gos morales propios de los seres seres humanos altamentealtamente
organizados. ¿Qué ¿Qué significado tendrían para mí los
para los
olorcs si no estuvieran asociados a
olores ópocas del año,
a las épocas año,
el lugar donde Vivo vivo o la gente que conozco?
conozco?
El resultado de semejante
El semei¿rnte aleación
aleaciór-r es a veces veces un
ensayo disonante ccon o n las
ias cuerdas, que esta
está muy
m u y lejos
de ser
ser uuna n a melodía y y mucho
rnucho más más de uuna n a sinfonía.
sinfonía.
(Para tranquilizar a a algunos, diré que he he sentido a a un
un
músico afinando su violín y que que he leído acerca acerca de de
n a sinfonía,
una
u sinfonía, de manera que tengo uuna n a clara percep‑
percep-
ción intelectual
ción intelectual de dc mi metáfora.)
metáfora.) Pero,
Pero, ccon o n la práctica
y la experiencia,
expcricncia, las facultades
facultades reúnen las nnoras o t a s erráti‑
errátt-
cas y las combinan en un todo armonioso
cas armonioso y lleno de de

72
72
sentido. Si la persona que realiza esta t a r e a es particu‑
sJ EcJEt Etsa EzrlEeJ anb euos¡ad EI rS 'oprrues -ncu¡rd
sol í so8arc so1 'etaod sotuetuell r¡ 'rprrop oruaturrl
larmente dotada, la llamamos poeta. Los ciegos y los
-uetsgo oN 'pepJe^ sa 'srlcod sapuer8 uos ou sopJos
sordos no s o n grandes poetas, es verdad. No obstan‑
r8ar¡ euos¡ad run E srtJtuolua zá^ EJlo anb eun81r 'at
te, alguna que o t r a vez encontráis a u n a persona ciega
y sorda que ha alcanzado su majestuoso reino de
cp oureJ osonlsaleu ns opezuef,le rr1 enb rpros f
belleza.
'EZallsq
Tengo un pequeño volumen de poemas escritos
sruaod ep uertrnlo,t ouanbad un o8ue¿ sotrJJse
'uorapg Erlrre g eurrpttr ü :e8ar: í ep-ros tuup run rod
por una dama sorda y ciega: Madame Bertha Galeron.
srun 'otucrrursuad Iap peprlrlrsre^ EI aasod ersaod ng
Supoesía posee la versatilidad del pensamiento. Unas
veces es tierna y dulce, o t r a s está cargada de pasión
uorsrd ap epe8,rrr glse srJlo 'cclnp f ru¡an se sáJe^
rolrl¡ 'oullsep lep peplllqtroxeul 11 ap I prSg:t
trágica y de la inexorabilidad del destino. Victor
Hugo la llamó La grande voyante [La gran vidente].
'[aruapr.t ur,r8 e1] aluv,(oa apuat8 vZ oLuall t1 o8ng
selenf, sEI ap sop 'o-urat ap sezerd sErJE^ olrJJSa EH
Ha escrito varias piezas de teatro, dos de las cuales
han sido representadas en París. La Academia Fran‑
r-I -uEJ{ Erruápulv
'srJed ue septtuasa,rda,r oprs urq
cesa ha galardonado su obra.
'Ergo ns opEuoprEIEB eg rsac
-e^ai uos sou osJá^run I3P SEIITAEJEIn SEIIUIJUI SE-I
Las infinitas maravillas del universo n o s s o n reve‑
ladas en la exacta medida en que somos capaces de
cp saoedro sollros anb ua Eprpau ElJExa el ue srprl
recibirlas. La agudeza de n u e s t r a visión no depende
apuadap ou uorsr^ EJlsanu ap rzapn8t E-I 'sEIJIqIJaJ
de cuanto podemos ver, sino de cuánto podemos sen‑
-ue s souápod olueno ep ours ilaa souapod otutnc ap
E-I 'EZallaq EeJf, ou otuarurrtrouoo aldurs la olod 'JIl
tir. Pero el simple conocimiento no crea belleza. La
naturaleza c a n t a sus más exquisitas canciones a quie‑
-arnb r seuorlutl srl¡srnbxa spur sns EluEf, EZálEJnlEu

nes la aman. No descubre sus s e c r e t o s a quienes a c u ‑


-nle sauarnb e sola¡oas sns c;gnf,sáp oN 'utrut EI sJU
den a ella únicamente para satisfacer su deseo de aná‑
-EuE ap oasep ns JatrEJSnts t¡td etuaLurlrun EIIa E uap

lisis, para recoger datos, sino a quienes perciben en la


EI ua uegrrJad sauarnb E ours 'sottp ¡a8oca¡ urrd'stst1

abundancia de sus fenómenos sugerencias de senti‑


-uuas ap sprouJ;a8ns souauoua¡ sns Jp Elf,utpunge
mientos delicados, sublimes.
'seutrlqns'soptcrlap sotuertu
oluol sálet so^rlefp, ,p osn Ia aruas¡e8au ap eg?
¿Ha de negarseme el u s o de adjetivos tales c o m o
eH ¿«ouquos» I <<oJnf,so>> '"rdstqc» I «EJn3seJj»
«frescura» y «chispa», « o s c u r o » y «sombrío»? He
andado por los prados en las primeras horas de la
pl rp sEroq sBraurrrd sEl u3 soPErd sol rod OPEPUE
mañana. He sentido un pimpollo de r o s a fragante car‑
ollodtuld un oPnuas aH 'EuEuEuI -JeJ sluEBEJj ESor ap
eI{ 'orf,or leP PEPaunq EI rP OPPS
gado de la humedad del rocío. He sentido las ondula‑
-EInPuo srl oPnuás

ft
73

Y
ciones yy las las elegantes piruetas de mi mi gatito cuando cuando
juega.
juega. He conocido las maneras dulces y tímidas tímidas de de
los
los niñosniños pequeños. He He conocido también el el triste
triste
lado opuesto de todas estas estas cosas, u n a imagen táctil
una táctil
espantosa. Recuerdo las veces veces enen las que he
he ido por
p or
una
u n a ccarretera
arretera d de e tierra hasta donde mis pies podían podían
llegar.
llegar. Al surgirsurgir de repente un recodo enel
dc repente camino, he
en el camino, he
dado
dado un un traspiés
traspiés en uunos n o s viles
viles matojos
matojos resecos resecos y,
al extender las manos, manos, he tocado un hermoso árbol al al
quc un parásito, cual vampiro, le había chupado
que chupado la
vida. He tocado tocado a un preciosoprecioso pajarito cuyas cuyas suaves
suaves
colgaban mustias y cuyo corazoncito había deja‑
alas colgaban deja-
do de de latir. He lloradollorado p o r la debilidad y la deformi‑
por deformi-
dad de un niño cojo, o que había nacido ciego o, aún aún
peor, ttonto.o n t o . Si tuviera el genio de de Thomson, también también
podría
podría describir
describir uuna n a «Ciudad de
"Ciudad de la noche pavorosa» a
noche pavorosa» a
partir de dc mis sensaciones táctiles. Partiendo de ccon- on‑
a n irreconciliables, ¿no
r a s t e s ttan
ttrastes ¿no podemos formamos formarnos
u n a idea de
una dc la belleza y saber ccon o n ccerteza cuándo es
e r t e z a cuando es
bello lo lo que encontramos?
encontramos?
He aquíaquí un ssoneto es un testimonio elocuente
o n e t o que esun elocuente
del poder de dc visión de de un hombre
hombre ciego:

LA
L MONTAÑR
AM AIL PPINO
O N TA Ñ A A INO

Oh tú, alto, majestuoso m o n a r c a de los bosques,


monarca bosques,
plantado
plantado allí donde
dondc las enredaderas no osarían osarían trepar,
trepar,
los hombres te llaman
tc ilaman viejo y dicen que te alzas
dcsde hace un siglo sobre mi pendiente escarpada;
desde escarpada;
sin embargo, tu vida es
es para mí ttan a n breve o m o un día
brcve ccomo día
cuando recuerdo
recuerdo las cosas que he he visto,
visto,

74
74
otránur ueg enb cnbsog Iap sErreuoru sol
los monarcas del bosque que han m u e r t o
allí donde por vez primera te vi verde;
r¡arur¡d za,r ¡od epuop ril" icp.rc,r, r.r. at
crgruoq Iap pppe
pues soy más vieja que la edad del hombre
fos
sand anb tlcr.L seru e1
'ueda;t o uE;lsEJJe
y que todas las cosas vivas que s e a r r a s t r a n o trepan,
es enb s?,\r^ s?sol se1
stpor enb ,{
s?l o olerl Iáp se,te st1 anb f
y que las aves del cielo o las criaturas de las profundi‑
rp srrnterrr -rpun¡o,rd sel

dades;
saprp f

1a :sorg op ueld lop osrca¡drur tuenbse reur.rd


fui el primer esquema impreciso del plan de Dios:
rn¡
otarnbur reru Iap sen8e
sólo las aguas del m a r inquieto y las estrellas
se1 I se1 olos srl]ertsá
onb sef¡r,t seru uos olarJ Iep serruUul
infinitas del cielo s o n más viejas que yo. 'ol

-oJ uerupets roues 1a o8rrue rtu cnb ap o-l8a1t a¡¡


Me alegro de que mi amigo el señor Stedman c o ‑
nociera este poema cuando estaba preparando su An‑
-uV ns opur:rda-rd Eqetse oputnJ tuaod alsa EJeIJou
ou Ic oruof, our¡ utt olrtrJ3 f eraod un sand 'er8o1ol
tología, pues un poeta y crítico t a n fino c o m o él no
podía dejar d e hacerle sitio e n s u c a s a - t e s o r o d e l a
rl ep orosat-rser ns ua onrs elref,Eq ap -rrfap erpod
eluaJtl) Joucs 1a 'elaod IE 'EuEorreLUEálJou ersaod
poesía norteamericana. El poeta, el señor Clarence
o8regua urs I 'rroueJur EI apsáp o8arc sa 'sa>140.e11
Hawkes, es ciego desde la infancia, y sin embargo
halla en la naturaleza indicaciones de las combinacio‑
-orsBurquIol sEI cP sauorJBf,rPur €zeltJnlBu €l ua €llEtl
¡rl¡ed V 'seleluatu soJpEnJ sns e-red €llsef,eu anb sau
nes que necesita para sus cuadros mentales. A partir
'aqr:a; anb seuorsa¡drur sel ep d oluatrutcouo3 Iap
del conocimiento y de las impresiones que recibe,
construye u n a obra de a r t e que cuelga en las pare‑
-a.rrd srl ua e81anc anb al¡r ep Ergo run aln¡lsuoc
ESEf, EI ap JorJetur Ia ue Á 'otuárlutsuad ns ep scp
des de su pensamiento. Y en el interior de la casa
1ap snrrrldse sorrpepre^ sol sopol ueJtua eraod 1ap
del poeta e n t r a n todos los verdaderos espíritus del
mundo. 'oPunlu
.¡arur¡d Ia» oLuol Egeluotu BI ua osucd uarn§
Quien pensó en la montaña c o m o «el primer
rteod un EJá «sore ap urld 1cp osrca,rdu¡t ruanbsa
esquema impreciso del plan de Dios» era un poeta
'eruaod Iep EIIr^EJEru ErapEpJá^ EI sa BSE 'ltuolldaoxa
excepcional, Ésa esla verdadera maravilla del poema,
reru Iap d olcrc Iáp alqtq o8an a-rgruoq un anb ou I
y no que un hombre ciego hable del cielo y del m a r
uos olerJ Ie eJqos srepr stJlsán¡ 'oruo¡dt otutr uo:)
c o n t a n t o aplomo. Nuestras ideas sobre el cielo s o n
u n a acumulación de destellos táctiles, alusiones litera‑
-Brelrl seuorsnlt 'salrlJyl sollatsap ap ugItrEInunf,E Eun

rias y observaciones hechas por los demás, todo ello


ollJ opot 'srruap so1 rod stqtráq seuol3e^Jasgo I serr
mezclado emocionalmente. Mi r o s t r o sólo siente u n a
Eun aluars ol9s ortsoJ rw 'eluelulEuorf,oula OPEIJZaU

st
75
V

ínfima porción de la atmósfera; pero pcro yo atravicso el


yo atravieso cl
espacio
cspacio continuo y siento el aire en en cada p unto, a
punto, a cada
instante. Me han hablado de la distancia que quc separa
scpara
u e s t r a tierra del sol, de los o
nuestra
n t r o s planetas y de las
otros
estrellas.
cstrcllas. Yo Yo multiplico ppor mil la
o r mil la mayor
mayor altura altura y
anchura que quc alcanza mi ttacto acto y así obtengo
ol¡tcngo uuna pro-
n a pro‑
funda sensación de inmensidad del cielo.
de la inmensidad cielo.
Llcvadme
L l e y a d m e cconstantcrncntc sobrc agua yy nada mas
o n s t a n t e m e n t e sobre más
a¡Jua, y me
que agua, me daréis la soledad,soledad, la vastedad del océa‑ océa-
no que eentra ntra pporo r los ojos. He He estado a bordo de un
pcqucño velero
pequeño vclcro en cn el cl m mara r mientras
micntras la la m marea ascen-
a r e a ascen‑
dente lo arrastraba
arrastraba a a la orilla. ¿No ¿No puedo acaso ccom- om‑
prender
prcndcr la imagen imagcn del pocta cuando dice: «El
dcl poeta "El verdor
de la primavera inunda la tierra tierra ccomo omo u una
n a marea»?
marea, ?
scntido la llama de
He sentido dc uunan a vela
vcla temblar
tcmblar ccon o n la brisa.
brisa.
¿No puedo
¿No pucdo decir, cntonces, que «"un
dccir, entonces, u n sinfín de luciér‑luciér-
nagas revolotean
revolotean aquí aquí y allá en en la hierba empapada de de
rocío ccomo o m o si fueran diminutas candelas candclas trémulas»?
trémulas"?
Combinad el espacio de de aire interminable, la tibie‑ tibie-
za del del sol, la preponderancia
preponderancia de dc loslos olores
olorcs intermi‑
intcrmi-
tcntcs, las nubes
tentes, nubcs descritas a a mi espíritu inteligente,
inteligente, el el
frecuente
frecuente penetrarpenetrar de de un arroyo en en la tierra
tierra o la eexten-
xten‑
sión de dc un lago cuyas aguas riza el viento, la ondula‑
cl Viento, ondula-
ción táctil de las
Ción las colinas,
colinas, de las cuales me acuerdo
las cuales acuerdo
cuando estoy cstoy lejos
lcjos de ellas, cllas, el desfile de los árboles
imponentes cuando marcho a su lado, la orientación orientación
que ttrato
que rato d de
e m a n t e n e r mientras
mantener micntras ootras t r a s personas
pcrsonas m mee
indican direccioncs de los diversos
indican las direcciones diversos puntos puntos del pai‑ pai-
saje, yv empezaréis a a sentiros mas más seguros de mi pano‑ pano-
a m a mental.
rrama mcntal. El máximo
máximo límite al que mi pensamien‑
pensamien-
to llegará
llegará ccon o n claridad
claridad esel es el horizonte
horizonte de de mi m ente. A
mentc.

76
76
1a
partir de este horizonte imagino el que los ojos dis‑
orrr8eurr aluozrJoL[ alse ep ¡u¡ud -srp so(o so1 anb
tinguen,
'ucnBr¡rl
olde s¡- slrrlutlsrp sr¡ -ru-rcdns apand ou oltrtst IE
El t a c t o no puede superar las distancias ‐ c s apto
únicamente para e n t r a r en c o n t a c t o con las superfi‑
-r¡.radns sEI uoJ otletuol ua JErtuJ e-red aluarurcrun
1a orad '-sarc
cies‐, pero el pensamiento salta sobre e s t e abismo.
'orusrgE Jtsa aJgos rllES otueruresuad
Por esta razón soy capaz de emplear palabras que
anb strqrpd -realdrua ap zedn fos rroz¿.¡ Else rod
ep elutllc 1ap sofal r-rrls¡ anb sotafqo sol urgrrJsap
describen los objetos que están lejos del alcance de
mis sentidos. He sentido la redondez de la tierna for‑
_JOJ EUJAI] UI CP ZJPLIOPEJ ITI OPI]UJS 3H 'SOPI]UES SIIU

madeun recién nacido. Puedo aplicar esta percepción


uoroda:.¡ed rtsa -ltorldt opJnd 'oprJEU uarleJ un Jp Eru
1r
al paisaje y a las colinas lejanas.
'sEUEfál súurloJ sEl E I alrsrrd

tt
77
Ngrlda)ugd v'r Na svlco'rvNV
ANALOGÍAS EN LA PERCEPCIÓN
SOCIIINES SO'I lCI
DE L O S SENTIDOS

-o¡3 11 ru ullerlse üun rp orrrotuol Ie oprrot eq oN


No he tocado e l c o n t o r n o d e una estrella n i l a glo‑
ria de la luna, pero estoy segura de que Dios ha pues‑
-sand eq sorq anb ap e-rn8as folsa o.rad 'run1 e1 ap err
¡t.radrur e¡rd ¡o&u e¡ 'ctuaru rur ua sornl sop 01
to dos luces en mi m e n t e , la mayor para imperar
sEJIJ uol I 'aqcou EI elrruJnp Jouelu e1 ,( urp Ie elueJnp
durante el día y la m e n o r durante la noche, y c o n ellas
Ern8as utl (Epr Iru ap laleq ¡a rtu;ac1o8 ap zede: los
soy capaz de gobernar el baje] de mi vida, t a n segura
11 -rod u¡n8 as anb ¡a glse o] oruo3 o]arr ]u .rr8a11 ap
de llegar al cielo c o m o lo está el que se guía por la
'orlsánl Ie ourof, ellrrq olr Ios nu gzlnó 'rrlod EIIerrsE
Estrella Polar. Quizá mi sol no brille c o m o el v u e s t r o .
¡a 'opunru nu ut3rJrro¡8 cnb seroloo so1 anb apand
Puede que los colores que glorífican mi mundo, el
-seJ.ror as ou 'sodrurJ sol ap epJe^ 1a 'o1ar: Iep lnzE
azul del cielo, el verde de los campos, no se corres‑
pondan e x a c t a m e n t e c o n aquellos c o n los que v o s o ‑
-oson anb so1 uoc sollanbc uol etuáuttlf,Exo uepuod
t r o s os deleitáis, pero no por ello dejan de ser colores
se.¡olol Jás ep uefap o¡1a ;od ou o¡ad 'srrtralap so soll
uEIIrrq o8rdrurla; lap roBln¡ Ia ru Ios 1a r¡ 'rur e.red
para mí. Ni el sol ni el fulgor del relámpago brillan
para mis ojos físicos, ni tampoco los árboles reverde‑
-epJaAJr saloqJe so1 ococlurt ru 'socrsr¡ solo sru¡ e.red

cen en primavera. Pero no p o r ello han dejado de


ap oprlap ucrl ollr ¡od ou ored 'Era^trur¡d uc ua¡
opuenl afrsred 1a a:a;tdrscp o:odrutt oluoJ Jrlsrxa
existir, c o m o tampoco desaparece el paisaje cuando
v o s o t r o s o s vais dándole l a espalda.
'rplrdsa tsi eioplrgp srrl so soJloso,\
Eas ttelJrlse Jolotr 1a anb etuarutlJeJ-rad opuartuE
Entiendo perfectamente que el color escarlata sea
Eun ep cun¡;ad 1a anb ¡s anb¡od rselu-rrf Iep oturtsrp
distinto del carmesí porque sé que el perfume de u n a
-af,uor opend u?lgrurI 'olauod un ep Ia se ou e(ue¡eu
naranja no esel de un pomelo. También puedo conce‑

6l
79
colores tengan matices y adivino
bir que los colores adivino lo 1o que
son
son los matices. En
los En materia
materi¿r de sabores sabores y y olores, la
gam¿r de
gama cle variedades
variedadcs no es tt¿1n a n amplia
,rmplia ccomo o m o para ser
determinante,
cleterminantc, de rnaneril que las llamo matices.
dc manera lratices. Hay Hay
media docena
n-ledia doccna de rosas
rosas junto
junto a mí. Todas
Todas ticnen el
tienen el
inconfundible perfume
inconfundible perfumc a ir rosa, pero mi nariz me l-le dice
qlle no sson
que o n iguales.
iguales.La La American
American Beauty Beawty es es distinta de de
la Jacqueminot y de La France. Los olores
la jacqueminot olores que des‑ des-
prenden ciertas hierbas
prcnden ciertas hierbas picrdcn pierden intensidad para mi
para
sentido
senticlo del olfato ccomo
clel olfato o m o lala pierden
pierden ciertoscicrtos colores
colc¡res
ex1)ucstos al
expuestos al sol para u e s t r o sentido
p:rrrr vvuestro scntido de 1;r vista. La
cle la La
frescura
frcscura de uuna n a flor en mi mano
n-ri m a n o es análog:r a la
es análoga lir fres‑
fres-
cura que saboreo en uunir manzana recién cortada del
n a manzana
árbol. Me sirvo de analogías ccomo
árbol. o m o éstas para ampliarampliar
concepción de los colores. Algunas analogías que
mi concepción que
establezco
establezco eentrc las cualidades
n t r e las cualid¿rdes de la la superficie yy la
vibración,
vibracicin, el cl sabor yy el cl oloq
olor, son
s o n las que establecen
que establecen
otros
o tros e n t r e la
cntre 1a vista, el oído y el a c t o . Esto me
cl ttacto. me alienta
alienta
a perseverar, a ttrat:-rr r a t a r de superar el abismo e n t r e los
cntre
oios yv las manos.
ojos manos.
Soy capaz, desde luego,
Soy capaz, lucgo, de comprender el cl placer
placer
sicnten mis semejantes
que sienten semejantes aantc n t e la belleza
belleza que ven y la
armonía
armonía que quc oyen. Vale Valc ll¿ a pena cuidar yy m
pena cuidar mantener
antener
este vínculo e n t r e la humanidad
entre hum:rnidad yo, aaun y u n cuando
cuanclo las
ideas
ideas sobre
sobrc las las que que lo
lo fundamento demuestren
fundamcnto demuestrelt ser
erróneas.
errí>ne as.
Existen Vibraciones
vibraciones que o n hermosas y dulces a
quc sson a
mii ttacto,
m aunque para llegar hasta m
a c t o , aunque míí tengan que aatra-
tra‑
vesar ootras
vesar t r a s sustancias además del aire.aire. Es así
así como
c o mo
imagino los sonidos dulces y placenteros, y los arre‑ ,rrre-
glos artísticos
irrtísticos ccon o n ellos realizados,
realiz:rdos, los cuales reciben
rcciben

80
8o
urlrr,t anb opr.tlo ou f 'rcrsntu ap aJqrrou Ie
el nombre de música, y no olvido que viajan a través saAEJt e
erre Iap
del aire hasta los oídos transportando impresiones en
EtsELI ue sJuorserdur opuet.rodsur¡t sopJo sol

cierto modo iguales a las mías. También sé qué s o n los


sol uos anb as uglqruel'serru sEI r salenSr oporu otJarJ
Eun ue atuetulrtJ€l -rrgrc-rad opand so1 anb el 'souol
t o n o s , ya que los puedo percibir tactilmente en una
'1os 1a uá etueruáruJoua ErJEA Jolel Ia 'uarq e;oqy 'zo,L
voz. Ahora bien, e l calor varía e n o r m e m e n t e e n e l sol,
lsa¡rrurur sol ap lard 11 ua d soueu sEI ue 'o8an¡ 1a ua
en el fuego, en las manos y en la piel de los animales;
'orJJ Ios un oruol rse o31e osnlJur ;rqrc'tad opand
puedo percibir incluso algo así c o m o un sol frío.
Entonces pienso en las variedades de luz que t o c a n
uetrol anb zn1 ap saptparJt^ sBI ua osuard se3uotug
o seAEns 'sJnuJl o sEsuelur 'saluerlrc o sErJJ 'solo so1
los ojos, frías o calientes, intensas o tenues, suaves o
deslumbrantes, pero siempre luz, e imagino su t r a ‑
-EJt ns our8etur a 'zn¡ a.¡duars o¡ad 'satueJqrunlsap
'olse,t urt opltuas un r ,re8a11 EtsELI eJIB 1a .rod tr¡otcaf
yectoria por el aire hasta llegar a un sentido t a n vasto,
ouol opttrrurl 'olJet Ie
en lugar dea o t r o t a n limitado c o m o el t a c t o . Gracias
uut oJto e ap .rr8n1 ua
stsrJtsJC

a la experiencia que he adquirido c o n las voces, adivi‑


-l^lpe 'seoo,r. sEI uof, oprrrnbpr aq anb rrcuer.radxa e1 e
E salrteru so1 -trn8urtsrp e-red olo 1a aJEq ouror ou
no cómo hace el ojo para distinguir los matices a
plena luz. Mientras estoy leyendo en los labios de una
úun ep sorqul sol ua opualal lolsa sr;luaryl 'zn¡ euald

mujer con v o z de soprano, advierto un t o n o bajo o


o oleq oLrot un oue r^pr 'oue¡dos ep zo^ uoc ;alnur
u n o alegre en medio de una v o z alta y fluida. Cuando
oputnJ 'EplnlJ I rtlu zo.t Eun ep orpeu ua a;3a1e oun
siento que tengo las mejillas ardientes, se que me he
JLI Jr.u anb cs 'sctucrpre selpfar-u sr1 o8uat anb otuers

ruborizado. He leído y hablado t a n t o sobre los c o ‑


-of, sol erqos otuEt opelgeq I opral áH 'optszrrognr
lores que sin quererlo les adjudico significados, así
rsr 'soprcr¡ruBrs oorpnfpr sa1 ol.ra.ranb urs anb sa;o1
-rurrJtcp oprcr¡ru8rs un r3¡olo opunr-u Ia opor oLuol
c o m o todo el mundo o t o r g a un significado determi‑
-eapr 'ezue¡adsa ou¡of, solJ€Jlsge sourluJal E op€u
nado a términos abstractos c o m o esperanza, idea‑
lismo, monoteísmo, intelecto, para los cuales no hay
Íeq ou sJIEnf, sol r;ed 'otoalalur 'ouusrelouoru 'orusrl
objetos visibles que los puedan representar realmen‑
-uárrrleeJ ;eluasa¡da¡ uepand so1 anb selgrsr^ sorafqo

te, pero que s o n comprendidos estableciendo analo‑


-olrur opuarlalgutse soprpuaJdruoo uos anb o¡ad 'al
gías e n t r e los conceptos inmateriales y las ideas que
ser8 cnb srcpr sr1 i sc¡rr-rettruur sotdacuoc so¡ c-rtue
suscitan de las cosas exteriores. Esta fuerza de asocia‑
-Erf,osE eP EZJenJ ElsE 'seJorJátxá s¿soJ sEI eP uElr3sns
'o¡nd d opE^Jla sa oJUrlg ¡a anb rrJep E E^ell atu uoro
ción me lleva a decir que el blanco eselevado y puro,
-uen8¡a.t ..toure a¡ar8ns olo.r 1a 'atueraqnxa sa apJal Iá
el verde esexuberante, el rojo sugiere amor, vergüen‑
Epr^ rtrr 'atualt.trnbJ ns o 5o1oc Ia uls 'ÉzJ¿nI o EZ
za o fuerza. Sin el color, o su equivalente, mi vida
sería oscura y estéril: u n a v a s t a negrura.
'eJnJBau EIsEA eun :lrJalse ,{ rrncso rr¡as

81
r8
Y

Entonces, gracias a au una interior decompletitud


n a ley interior de completitud
que fuerza
fucrza a m mii mmente
ente a e extraer
xtraer e ell color yy eell sonido
sonido ddee
los objetos, mis
los mis pensamientos nnunca u n c a dejan de ttener ener
color. Desde el comienzo de mi mi educación, uuna per-
n a per‑
o n a de sentidos
ssona aguzados y
sentidos aguzados y delicada
delicada sensibilidad
para los significantes
significantes se se encargó de dc describirme
describirme siem‑ siem-
pre las cosas ccon o n sus colores y sus sonidos. Por c con-
on‑
siguiente,
siguicntc, estoy habituada a pensar
estoy habituada pensar en ellas ellas c o m o
como
dotadas de resonancias. El hábito sólo es
dc color y resonancias. es rres-
es‑
ponsable
ponsable de uuna n a parte. El E,l sentido del alma es respon-
cs respon‑
sable
sablc dde otra
e o parte. E
t r a parte. Ell cerebro,
ccrcbro, ccono n ssu ue s t r u c t u r a basa‑
estructura basa-
da en los los cinco sentidos, reivindica su derecho y es
es

responsable
rcsponsable del rresto. e s t o . Incluyéndolo todo, la unidad unidad
rnundo exige
del mundo cxige que el color esté guardado allí, tenga tenga
o no tenga
tenga yo yo conocimiento
conocimicnto de él. é1. En lugar de que‑ que-
darme al margen, participo en el mundo debatiendo
sobre él, é1, imaginándolo,
imaginár-rdolo, dichosa ccon o n la felicidad de de las
personas que ami a mi lado contemplan
contemplan los ttonos o n o s maravi‑
maravi-
llosos
Ilosos de dc uuna n a puesta de de sol o un arco iris. iris.
Mi
Mi mmano
a n o participa de
de este conocimiento
conocimicnto múltiple,
múltiple,
pcro no debe
pero debe olvidarse
olvidarsc que que ccon los dedos sólo veo
o n los
n a ínfima parte de u
una
u n a superficie
una superficic y que tengo tengo que
pasar la m a n o sobre ésta repetidas
mano repetidas veces, ttantas antas c como
omo
sean necesarias,
neccsarias, para que mi ttacto a c t o llegue a a conocer su su
totalidad. Sin embargo, es es aún más importante
importante rrecor- ecor‑
dar quequc mi imaginación
imaginación no está cstá amarrada a determi‑ detern-ri-
nados puntos,
puntos, ubicaciones
ubicaciones y distancias,
distancias, sino que que junta
todas las partes simultaneamente
sirnultáneamente ccomo o m o si las viera viera o o
conocicra en lugar de sentirlas.
conociera scntirlas. Sólo siento uuna n a pe‑
pe-
queña parte de mi caballo caballo aala la vez ‐-es e s un animal n ner-
er‑
vioso y no se o m e t e aexploraciones
se ssometc a exploraciones manuales‐,
manuales-, pero

82
8z
Y
fg
83
r:prnb11 E[ (sEllr ;od oqns opurnf, su¡sJn] srI Jp prprs
sidad d e las c u e s t a s cuando subo por ellas, l a líquida
alargados, el zumbido agudo de los insectos, la rugo‑
-o8n; 11 'sotcasur sol ep opn8r oprgurnz 1a 'sope8"rr¡r
piel de los animales, el ágil serpenteo de los cuerpos
sod.ran:r sol ap oaluad;as II3.E Ia 'salerurur so1 ap lard
cosas: el latido de las m a n o s humanas, el brillo de la
rl rp olIrrq 1e 'suuuunq sourlu sEI ap opr]EI lr :sESoJ
srl s¿por arqos tslse uoilrar3 EI áp ptprpa; u1 'rpr.r
vida, la realidad de la creación está sobre todas las
n o , montañas, llanura, roca, guijarro. El calor de la
E[ Jp ro[E] 1E 'or-rr:lm8 'Elor 'Ernurl1 'seurtuolu 'ou
-ueco'o¡aro'rJSoLu'lrlda¡'e,r.B'¡trurur'a.rquroq :uorsrA
visión: hombre, animal, ave, reptil, mosca, cielo, océa‑
de mirar el mundo c o m o un todo, aparece c o m o u n a
tsun o[roJ aca;edr 'opot un oLUoJ opunru Ie JEJrtu ep
Er1]rp E[ol]u¡r opuen) 'srrtsnLu srfoq se1 Í o,n-rnc olpr
tallo c u r v o y las hojas mustias. Cuando t e n g o la dicha
'sopudsaJf,ue eluárue,ra8rl sepJoq sns 'soprapuopeJ
redondeados, sus bordes ligeramente encrespados, el
1a
so¡rrcd sns uoJ 'pepr.Lrns Epo] uol JsopuJrlqt rr-uled
palma abriéndose c o n toda suavidad, c o n sus pétalos
rlu ue tlnJJnou as tLLrJoJ uun 'saleseu sorlrJrJo srLU ua
en mis orificios nasales, una forma seacurruca en mi
aduln¡;r trcut8u¡ Eun etuáurtsterpáuur 'e1ra1o tpand
pueda olerla, inmediatamente u n a fragancia irrumpe
of ¡nb e¡ud ouoc sofcl oprrsrtucp EtsJ cnb eso-r
rosa que está demasiado lejos c o m o para que yo
EUn srruorluaur rS 'stJlo u suun esopuarpeJns uanS¡a.{
yerguen sucediéndose unas a o t r a s . Si mencionais una
JS sELUrl srlnc seuutuoul op sEUJpEJ sel sJleJrsnru ual
ven musicales las cadenas de montañas cuyas cimas se
-1an,l. 'ollnruJnlu o ue^rr^ 't1o 'sourd ap .rr8n¡ ua 'sop
dos, en lugar de pinos, ola, vaivén o murmullo, vuel‑
-ElrlrrlrtJ soluerruesuad so1 'ostsJ rlu ua 'anb oJEIráC
Declaro que, en mi caso, los pensamientos ramifica‑
allí la misma extensión que en cl espacio material.
'lrrrJtrtu orcedsa 1c uc cnb uorsuJtxJ ELUSTLU EI llle
uedn¡o f o;garao rur E elueurr;Batur ursrd soralgo so1
los objetos pasan íntegramente a mi cerebro y ocupan
los demás v e n y oyen. Pero todas las criaturas, todos
sopol 'srlnleul sEI sepol o-la¿ 'uafo f ua,l. struap sol
anb at¡ed u1 anb soueru orot 'prprlter uE 'peprlelol
totalidad. En realidad, t o c o menos que la parte que
le a decir que yo n u n c a puedo t o c a r el mundo en su
ns ua opunru Iá ,rrf,ot opand Elunu of anb Jrf,áp E ál
mundo real existe sólo para la m e n t e . Lo que equiva‑
-e,l.rnb¡ anb o1 'ctuJru 11 e-red olos JtsrxJ IEJJ opunur
corolario de la verdad filosófica que establece que el
1a anb alelgrtsa anb rcr¡osolrl ptpre^ el ep orrelorof,
un otuáruleal sa olsg 'o:r¡o8atr¡ 'atuatod eas anb or.l
rio que sea potente, categórico. Esto es realmente un
-ESeJeu sE 'osnJuoo o o8e,L Ees oluarllrrsuad ru anb
que mi pensamiento sea vago o confuso. Es necesa‑
alqrsodur sa 'pepr,rrtcr u¿ ezJaÍt1 atuelaruas uo3
Con semejante fuerza en actividad, es imposible
lo galopando en el cielo. 'olan Ie ua opurdo¡r8 o1
el casco y la crin, puedo ver los corceles de Febo Apo‑
-ody oqag ap seleoror sol re^ opand'uuc 11 I ocser 1a
he sentido muchas veces el corvejón, el hocico,como
'o:rcoq 1a'uofa.r-roc Iá sale^ seqf,nu opnuas áq ouoJ
Y

movilidad
movilidad y el estrépito de las olas olas al romper ccontra ontra
las rocas. EsEs extraño decirlo, pero por mucho
p o r mucho que me
me
esfuerce no puedo obligar a mi ttacto a c t o a infiltrarse en en
este
e univcrso en todas direcciones. Cuando ttrato
s t e universo r a t o de
de
hacerlo,
haccrlo, el cl conjunto sesc desvanece; e s t a n objetos
desvanecc; sólo rrcstan objetos
pequeños o partes
pequeños o partes restringidas
restringidas de u n a superficie,
de una superficie,
scñales táctiles y un caos
meras señales caos de cosas dispersas al al
azar, que
azar, que de esta forma no despiertan ninguna eemo- mo‑
ción, ningún
ción, ningún deleite. Restituid al
deleite. Restituid al sentido
sentido internointerno
artístico quequc todo
todo lo
lo abarca
abarca su legítimo dominio y
me daréis uuna que es la mejor prueba de la
n a alegría, que
realidad.
realidad.

84
84
SEINV ACI V)ZANVI\IV VW]V'IA ANÓ
ANTES D E QUE E L A L M A A M A N E Z C A

Antes de que mi m a e s t r a llegara, yo no sabía que


rur cnb Jp setuv 'u,rr8a11 EJIsJELU ol anb rrgrs ou
soy. Vivía enun mundo que no era un mundo. No me
oN 'opunur un E-rc ou anb opunru un ue tr,r,r¡'fos aLU

hago ilusiones de poder describir de la forma adecua‑


o8rq -En3apE EruroJ EI áp rrgrrJsap .rapod ap sauorsnlr

da esa época inconsciente, aunque también conscien‑


-uerf,suoJ uerqurl anbunr 'atucrcsuocur e¡oda ESa ep

te, de la nada. Yo no sabía que sabía algo, cualquier


-rcrnblenc 'o31e ergrs anb erqes ou oA 'Eptu EI ap 'cl

cosa, o que Vivía, actuaba o deseaba. No tenía volun‑


-unlo^ Brual oN 'Egeesap o pqrrntJE 'r¡,r.r¡ anb o 'ESoJ
tad ni intelecto. Me dejaba llevar por cierto impulso
oslndurr otiJrJ -rod -rr.r.c¡1 rqrfop aW 'ottralalur rrr pEl
EUn Ercsod 'sotlr so1 I sorafqo sol Etsttl o8arc 1e;ntru
natural ciego hasta los objetos y los a c t o s . Poseía u n a
m e n t e que provocaba en mí sentimientos de ira, satis‑
-srles 'E;r ep soluerurlues rlu uJ EqEJoAo¡d enb alualu

facción o deseo. Estas dos circunstancias llevaron a


E uoJE^JII sErlrrEtsunrJrr soP stlsE 'oesaP o uorrlBj

quienes me rodeaban a suponer que yo pensaba y


I eqesuad ol anb ¡auodns r urqtJpor cru sauarnb
tenía voluntad. Sime acuerdo de todo esto, no espor‑
-¡od sa ou 'oJSJ opot Jp opJJntrE aru rS 'petunlo^ Bruel
que yo supiera lo que sucedía, sino porque tengo
oliuct enb¡od ours 'erpa:ns anb o1 e,rardns od cnb
memoria tactil. Me permite recordar que n u n c a frun‑
-unJJ EJUnu anb rrp;ooa¡ atrru.¡ed ctr\J 'lrttrgt ErJoLUaur
ap oli¡r: EqEurLLrExJ ElunN 'egesuad oputnJ oueo Ia Er:)
cía el ceño cuando pensaba. Nunca examinaba algo de
srrce¡8 uerqtuet 'op;anor a14 'rrSocse ol o ouELUJtuE
a n t e m a n o o l o escogía. M e acuerdo, también gracias
o od¡an¡ IJp otlt?scrqos un ¡od 'EJunu anb ap 'otcrl 1e
al t a c t o , de que nunca, p o r un sobresalto del cuerpo o
aur oli¡r cnb o E-IELLrE cnb uuos 'uoztsJo3 Iep oprlpl un
un latido del corazón, sentí que a m a r a o que algo me

85
lg

Y
Y

importara. Mi Vida
importara. Mi vida interior era, pues, un vacío
vacío sin
ni anticipa‑
pasado, presente o futuro, sin esperanza ni anticipa-
ción, sin asombro, alegría o fe.
fe.

No era de día ni de
No de noche.
noche.
Mas el vacío que absorbe
absorbe espacio,
lijcz.a, sin un lugar.
y lijeza, lugar.
No hahía estrellas,
No había ticrr¡, ni tiempo,
estrcll¿s. ni tierra, tie rnpo.
ni obstáculos, ni cambios, ni bondad,
bondad, ni crímenes.
crímenes.

Mi ser
scr durmiente no tenía noción de de Dios ni de dc la
la
inmortalidad,
inmortalidad, tampoco tenía miedo miedo de de la m muerte.
uerte.
Recuerdo,
Recucrdo, también por el a c t o , que tenía capaci‑
cl ttacto, capaci-
dad dede asociación. Scntía sacudidas táctiles,
asociación. Sentía táctilcs, ccomo
omo u na
una
pisada,
pisada, un un pportazo
ortazo o o uuna e n t a n a abriéndose
n a vvcntana abriéndose o o
cerrándose. Después de oler
cerrándosc. Después de olcr repetidasrepetidas veces la lluvia
lluvia y
scntir la molestia de
sentir dc la humedad, actuaba igual igual que las las
personas que quc meme rodeaban:
rodeaban: corría a a cerrar la vventana.
entana.
Pcro no se
Pero se trataba en absoluto de
en absoluto de pensamiento.
pensamicnto. Era el el
mismo tipo de dc asociación que lleva
que llcva a los animales
animales a a
resguardarse de la lluvia. Con el mismo instinto ani‑
resguardarse ani-
mal de imitar a dcmás, yo doblaba la ropa que lle‑
a los demás, lle-
gaba de
gaba de lala lavandería
lavandería y y guardaba
guardaba la la mía, daba de
mía, daba dc
o m e r a los pavos, cosía dos abalorios c
ccomer como
o m o ojos en
en
la cara
cara de muñeca y hacía un montón
dc mi muñeca montón de cosas más, más,
dc las
de las cuales conservo un
cuales conservo un recuerdo táctil. táctil. Cuando
Cuando
quería algo, un helado, hclado, p o r ejemplo,
por ejemplo, que quc me me gustaba
gustaba
mucho,
mucho, sentía
sentía un sabor delicioso en
sal¡or delicioso cn lengua la lengua (lo cual,
cual,
pporo r cierto,
cicrto, ya u n c a me ocurre), y
va nnunca / en la mano
m a n o sentía
scntía
funcionaba el congelador.
o m o funcionaba
ccomo congelador. Yo hacía la señal y mi mi
madre
madrc sabía que quería un helado. hclado. «Pensaba»
"Pensaba" y desea‑ desea-

86
86
lg
87
sr¡to anb ptprrell seru uoJ -rrluasa;da-r opand o¡
No puedo representar c o n mas claridad que o t r a s
'e-rdruars r¡rd orce¡rdrsap 'sauolJEsues srru ep optlorp
dictado de mis sensaciones, desapareció para siempre.
impulso ciego, por el que a n t e s me dejaba llevar al
IE rr^ál] rclulap eLU salut anb Je -¡od 'o8aro os¡ndur
n a r sobrc lo que ya sabía y entendía. Así, aquel
lanbt 'rsy 'ErpualLra I erqes ed anb oI JJgos JEu
-orxalJer 'ourt1¡ ¡od ',t -rcpuarduoc 'raqes EqEIequV
Anhelaba saber, comprender y, por último, reflexio‑
del amor, de la alegría y de todas las emociones.
'seuollolua sEI srpol ap I rr-r8ele EI rp ilorue 1ap
y propiedades. El pensamiento me hizo consciente
eluerJsrrof, ozrq aru otuenuesued 1g 'saprpardo.rd I
sáprprluno 'sa-rguou sns 'sotofgo sol áp uolcdar¡ad ns
su percepción de los objetos, sus nombres, cualidades
'-ro¡r,L ns sopuuas srru e o3¡olo a1 anb o¡au¡l¡d ol Erult
alma lo primero que le otorgó a mis sentidos su valor,
porcionó el conocimiento. Fue el despertar de mi
Iru áp J€uedsep Ie rn{ 'otuarurrlolro: 1a ouoruod
vez. No fue, pues, el sentido del t a c t o el que me pro‑
-o¡d aru anb 1a otltt Iáp opnues 1a 'sand 'e n¡ o¡ 'za.t
r-rarur-rd rod rLu r¡ed ortsrxa ErJuárJuor e1 '.resuad e
a pensar. La conciencia existió para mí por primera
a¡adrua sa3uolua d o8¡t r¡a of anb ugn:sap '«rru» ap
de «mi», descubrí que yo era algo y e n t o n c e s empecé
gran escala. Cuando aprendí el significado de «yo» y
f "o.{" rp opEJrJruSrs Ia rpua,rdr opuen3 'uluosa ue-r8
ba. Era como el movimiento del congelador, pero a
¿ o-racl lopelaSuor lJp otuJrrurlour Iá oluof, rJE 'uq
-Ecscp cnb sollanbt uá olos d'sotafqo Lre olos EqESuád
Pensaba sólo enobjetos, y sólo en aquellos que desea‑
'oPBuasua €lqrq JLU EIIO otuor
moviendo los dedos tal c o m o ella me había enseñado.
IEl soPeP sol opuer^or.u
Eqeasap anb o1 eluetulror¡ seur Eruclqo opurntr -lare¡d
placer cuando obtenía más fácilmente lo que deseaba
o^r^ un tsJlues atuaualdrurs 'oJgaJaJ rr.u ue rralnpo-rd
produjera en mi cerebro. Simplemente sentía un vivo
as anb osa:ro.¡d o orgurrf, unBuru ep átuarlsuol EJe ou
no era consciente de ningún cambio o proceso que se
oi'nor¡cn¡lsur rul ts ozuer(uoo orp tJlsa¿ru rur opuenf,
cuando mi maestra dio comienzo a mi instrucción, yo
raba un estado mental c o n o t r o . De manera que,
'anb r¡aueu eCI 'oJlo uoo lrtuatu oprtre un BqEJ
-rduuoo ou lesuad ornlosqt ua erpod ou ol oruoJ
Como yo no podía enabsoluto pensar, no compa‑
'crgruoq ouroo apJel sttu 'ouru oruoo
c o m o niño, más tarde c o m o hombre.
partir de o t r a , es lo que constituye el ser, primero
o¡aur¡d tas 1a afnlrlsuc'¡c anb o1 sc 'E-uo ap ;rued
¿ esof, tsun ua -r¿suad ap prprcudef, pl o 'prpr¡ruorcr-r
racionalidad, o la capacidad de pensar cn u n a cosa a
facultades, el libre albedrío, o la libertad de elegir, y la
t1 i :rr8ala ep ptueqrl 11 o 'or.rpagle erqrl 1c 'sapellnor¡
concluyo que el comienzo del desarrollo de las dos
sop sul rp ollor]Esap Iap ozuenuor 1a anb olnlcuoc
selse oruoo serouef,srurlual Jod 'sopap so¡ ap rruaf
yema de los dedos. Por reminiscencias c o m o éstas
EI ua
seguramente habría puesto el cerebro y el alma en la
ELUIE 1a
I o-rqa-rac ¡a otsand Errgerl stuarue¡n8as
oprarf, Erargnr{ of 15 'sopap sol uol Eq
ba c o n los dedos. Si yo hubiera creado al hombre,
'a.rgr-uoq lE
7

pcrsonas los cambios graduales y sutiles que se


personas pro-
se pro‑
ducen desde rccibimos las primeras impresiones
descle que recibimos impresiones
hasta la elaboración
hasta claboración de las al¡stract:r.s. Pero sé
ideas abstractas.
las ideas sé
quc mis
que nris ideas físicas, es es decir,
dccir, las las ideas derivadas
derivadas de de
los objetos materiales, se me aparecen primero ccomo
sc me omo
ideas similares
sirnilares a las Al instante
a c t o . Al
las del ttacto. instantc adquieren
adquieren
significados
significados intelectuales. Después, Despuós, el significado ha‑ ha-
su expresión en
lla su en lo que se se llama
llarna «el
"el habla intcrior".
hal¡la interior».
Cuando era cra niña, mi mi habla
hirbla interior cra un deletreo
era deletrecr
interior. Aunque aún hoy me mc sorprenden frecuente‑frecucntc-
e n t e deletreando para
rrrente
m para mi mí misma
misma sobresobrc mis dedos, dedos,
también
taml¡ién hablohal¡lo conmigo
conmigo misma misma ccon los labios, yy es
o n los es

cicrto
cierto que cuando aprendi
aprcnclí a
a hablar mi
l'ni nrcnte
m e n t e descar‑
descar-
tó los dedos
declos ccomo o m o símbolos
síml-»olos y empezó empczó a a articular.
articular. No
obstante,
obstantc, cuando ttrato r a t o de rccordar lo que alguien me
dc recordar me
ha dicho, mi rni conciencia es cs la de u n a mano deletrean‑
una dcletrean-
do en la mia. nrírr.
Mc han preguntado
Me preguntirclo a ir menudo
lncnudo cuáles fueron fucron mis
primeras impresiones
impresioncs del mundo en el cl que meme descu‑
descu-
brí a mí misma. Pero quien realmente rcalmente piense en sus sus
primeras
primcras impresiones
irnpresiones sabe sabc que todo eso esun cs un miste‑
miste-
imprcsiones evolucionan
Nuestrls impresiones
rio. Nuestras evolucionan y cambian c¿rrnbian sin
que lo
que lo advirtamos,
¿rclvirtamos, de m rnancra que lo
a n e r a que lo que
que supone‑
supone-
mos
m pensábarnos cuando éramos niños
o s que pensábamos nirlos puede ser
m difcrcntc de lo
u y diferente
muy lo que en rcalidad experimentába‑
cn realidad experimcntába-
m o s en
mos u e s t r a infancia. Yo
cn nnuestr¿1 Yo sólo sé sé que, cn los ccO-
quc, en o‑
mienzos de cie mirni educación,
cducación, el mundo que tenía a mi
qure tenía
alcancc estaba vivo. Deletreaba para mis
alcance lnis blocs y paraparil
compadccía de las plantas
pcrros. Me compadecía
mis perros. plantirs cuando les
arrancabarr las flores,
arrancaban porque pensaba
flores, porque pcnsaba que eesto s t o las las‑
las-
timaba y que sufrían ppor pimpollos perdidos.
o r sus pimpollos pcrdidos. Pa‑ Pa-

88
88
6g
89
origen en el alma intangible de o t r a persona. Avan‑
-uts^V 'ruos-rad r¡to cp alqr8uerur eLUItr [J ua uJ¡3uo
ns JElleleP ,rcpod eP sJIUE set¡u¡t¡adxa serdo.¡d srur
mis propias experiencias a n t e s de poder detectar su
uof, olrtsJtsdu¡oc I'seruap so] áp solnf,snu sol Dp prprJ
cidad dc los músculos de los demás, y compararlo c o n
controlada tensión del dolor, las palpitaciones de feli‑
-llal ep scr-rororlrdlrd su1 !o1op IaFr Lrorsurt tspulortLro]
Debía percibir el principio del miedo, la reprimida,
'rpruuda,r tr1 'oparru 1ap ordrrurrd 1a ,rrgrorad trqag
'seJorJJlLu sollrerrurluas sol Jp seJorJJlxJ souFrs so1
los signos exteriores de los sentimientos interiores.
-rapua;dr ¡nl> e¡nt oJDLUr.rd 'syLUJp sol r¡J sauororslrcs
sensaciones en los demás. Primero t u v e que aprender
,( s¿uoroorue srLU ep ua8eur eun anbsng opLIUnl ep
de cuando busqué u n a imagen de mis emociones y
-Jtsl sELU oq3nu ptsELI an1 ou 'tsas anb rrcrnbouo3
Comoquiera que sea, no fue hasta mucho más t a r ‑
'rpeu fr:q o¡odtutl r.ran¡ anb Jp uorsnlJ
clusión de que fuera t a m p o c o hay nada.
mismas y n o hallan nada! Llegan e n t o n c e s a l a c o n ‑
-uol r?[ E saJuo]LlJ ue8al-I ¡üpELr rrrllrrq orr ,,{ sulusrur
rs ap oJluJp ue,rr14! 'str¡uar¡adxa ap turt8 tsprJnpJr
reducida gama de experiencias. ¡Miran dentro de si
ns rp EIIe sgu leq anb o1 a.rqos oood uel urqes stu
nas saben t a n poco sobre lo que hay más alla de su
cia. Ésta es, quizá, la razón por la cual muchas perso‑
-t'rs.¡ad ser{f,nrlr IEnJ EI .rocJ uozr¡ e1 'vznb 'sa ulsg'erc
mismo esla condición y el límite de n u e s t r a concien‑
-ucr3uoJ E-rlscnu eP ¡lrLUrl I3 uor-)rPuor EI sá olusrLU
^
quiera de estas dos esferas, el conocimiento de u n o
oun Jp oJU.)rLLrrlolroc ¡a 'sera¡sa sop selse ep Elarnb
-Itsnf, uq 'sJluelrELUJcd saluuaru scuorJEsucs ap ua8rurr
imagen de sensaciones mentales permanentes. En cual‑
do material c o m o un espejo, simplemente c o m o u n a
uul-r oLUoJ cllrauraldrurs 'c¡ladsa un ollrof, lpr;altsur op
queño razonamiento ingenioso, se puede ver el m u n ‑
-unLu [J -rc,t apand as 'clsoruc8ur oluerLuEUoz¿,¡ oucnb
-¡d un ap epn,{e uo) 'srJpr J sotuerluuu¡s sordo¡d
propios sentimientos e ideas. Con ayuda de un pe‑
fos que afirman que n o sabemos nada, salvo n u e s t r o s
soJlsenu o,,r1rs 'rpeu souraqrs ou anb uEurJrJE anb sol
de mi misma. Me siento inclinada a creer a los filóso‑
-osgllJ sol E _laeJl E PPPrrrlllrr otuJrs etrAJ'Eu.¡sItu ]LL¡ JP
mundo que yo podía t o c a r - estaba replegada y llena
uua11 I eptEeldc-r Eqttsr -retrot rrpod ol anb opunru
c o m o pensamientos bien definidos. La naturaleza ‐el
I¿- Ez)leJntrru ,-, 'soPIuIJeP ualq soluclurgsuad oLUo3
¡s-lesroa¡d E uoJEZuJuroJ €rf,uEJul EI ap 'so:lrlaod
poéticos, de la infancia comenzaron a precisarse
'soprur¡apur sotuarL[rrlLrJS sol'stpr-rnlord st:rLr uurJELI
hacían más profundas, los sentimientos indefinidos,
A medida que mis experiencias se ampliaban y
f ueqrrldurt es strJucr¡adxa sru enb €prparu V
ba c o n ellos.
-rzado¡t o eclulndr-ua so1 anb zJ^ Ep,l rr.;;l';r';;::
pedía disculpas cada vez que los cmpujaba o tropeza‑
sc1a;duars f 'rroap sc1 enb ol Lrtrpualua on so¡¡ad
perros no entendían lo que les decía, y siempre les
saron años antes
srru enb rapua.rduoc r.rarpnd anb ap setuu sout uoJES
de que pudiera comprender que mis
Y

zando a
zando a tientas, insegura, a1 al final encontré mi identi‑ identi-
dad y,
dad y, después de vvere r mis pensamientos y mis mis sen‑
sen-
timientos repetidos en
timientos t r a s personas, poco
cn ootras poco aa poco
fui construyendo
construycndo mi mundo de hombres y
de hombres de Dios. de Dios.
Cuando leolco y estudio, me doy ccuenta
estudio, me u e n t a de s t o es
de que eesto es
lo mismo
mismo que ha ha hecho el e s t o de
el rresro delala raza humana.
humana. El El
hombre
hornl¡re mira en su interior y y ccon tiempo llega
o n el tiempo llcga a a
descubrir
dcscubrir la medida y el significado del
el significado dcl universo. universo.

90
9o
T6
91
para siempre en las tinieblas. Pero el conocimiento
otucru.rrfouoJ l) oJad 'selgaluu sRI LIo o¡druets e¡t:c1
los demás, no se dará c u e n t a de lo que significa vivir
JrAl^ EJrlru8rs anb ol ep rtuenl ElEp as ou 'stuap so1
ap rrcuauadxJ EI ap EZuplEg uLUSILLI El ua EpI^ ns ¡tscd
pesar su vida en la misma balanza de la experiencia de
rpand ou anb EtsEH 'rcpeJlt cprdr-ur cl ptplrnlso
oscuridad le impide acceder. Hasta que no pueda
u¡ anb s()i ü seJJre¡d salqu-ralunuul 'soqluut sol EJ
ra los muchos, innumerables placeres a los que la
-ouB1 'cl-rrr aca¡ed el osJ ep BpEU'stuta¡r sol ap -rapuad
pender de los demás, nada de eso le parece r a r o . Igno‑
-ep 'satur¡rcr.r sosed ;ep 'o-r1o r .re8n1 un ap sttualt u
a tientas de un lugar a o t r o , dar pasos vacilantes, de‑
ble. Es el mundo que conoce; incluso t e n e r que andar
JEpuE anb ;cuat osnllul :aoouof, anb opunur Ia sE 'clq
-rJ-rel lu orJllrilPJoEJlxJ JP IIPEU EJluanJLIe Ou SEII3 uE
En ellas no e n c u e n t r a nada de extraordinario ni terri‑
c a n t a n . Para el niño ciego, las tinieblas s o n benévolas.
'sEIo^árre(] uos sEIqaILItl stl 'oBato oulu le EJEd 'uelL¡¿f,
del mundo, donde siempre brilla el sol y los pájaros
so.rrlgd so1 f 1os Ia E¡rrq e;duats apuop 'opunru 1ap
mundo en el que vive y su alma conoce la belleza
EZallJq tsl eJouo] Etult ns I a,r,r,r. anb 1c ue opunur
con paciencia, hasta que sc forja un conocimiento del
Iap oluerrurtrouoo un eho¡ as anb rtseq 'rtcuarced uoc
sEIqcllrn sr:¡ r-roldxg 'tsapoJ o1 cnb alqurnsueurul orf,E^
vacío inmensurable que lo rodea. Explora las tinieblas
manda tenues hilos de pensamiento al interior del
IJp -rorJrtur IE otuárurtsucd ap solILI senuet Eputul
desnuda de su circunstancia, semeiante a u n a araña,
'ELteJe uLrn E alutfatuas 'Erf,utlsun3Jtf ns ep EpnusaP
sa vida, el niño sordo y ciego, encadenado a la roca
EtroJ EI E optuepeJua 'o8ctc I op-los oulu Ia 'rpt.,r ts
Así, en medio de la vida, de la anhelante, imperio‑
-or¡adrur 'atutlaque e1 ap'epr.t EI cp olpatu ua'rsy
LAS MAYORES SANCIONES
SENOIf,NVS SAUOAVW SV'I
Y

que le enseña
quc le csta amargura
enseña esta le brinda ccon-
amarsLrra también le on‑
suelo: la h-rz espiritual, la promesa
[a luz quc sera.
promcsa del día que será.
El niño ciego ‐el niño sordo y ciego“
-el niño cieuo- ha ha heredado
heredadcr
la m e n t e de
mente dc sus antepasados,
antepas:rdos, hecha hecha para ver y oír, uuna na
m e n t e a la medida de
mente dc loslc,s cinco sentidos. Por consi‑ consi-
guiente,
guientc, tiene que ecstar s t a r influido,
influido, aunqueaunque él él no
no lo sepa,
sepa,
por
p luz, el color,
o r la luz, color, la canción,
cancicin, que le o n transmitidos
lc sson transmitidos
a traves
través del dci lenguaje
lengua.jc que le han enseñado, cnseriaclo, ya que las l,rs
recárnrrr:rs de la m
recamaras e n t e están siempre preparadas
mente prcparadas para para
rccibir este lenguaje.
recibir icnguaje. El cerebro de dc la raza se se halla ttan an
impregnado
impregn,rdo de color cc¡lor que tiñe tiñc incluso el habla de los los
ciegos.
cie¡;os. Cada Cirdir uuno n o de los objetos
objctos en en los que pienso pienso estácstá
teñido
teniclo de un ttono
c{c un o n o que pertcnccc gracias
clLrc le pertenece grirciirs a la ia asocia‑
asociir-
ción de dc ideas y la memoria.memoria. La experienciaexpericr-rcia de de u n a per‑
una pcr-
ssona sorda yy ciega, en
o n a sorda cn un un mundo de personas personas que que
oyen y vcn) essemejante
r. ven, es semejante a ir la de marinero que llega
dc un marinero
a uunan a isla habitantcs hablan un
cuyos habitantes
isla cuyos un idioma que que
corrocc y llevan uun¿r
él no conoce n a vida muy distinta clistinta ala a la que él él
ha llev,rcJo hasta cse nlomento. Él e, .,,ro, ellos sonn
h a llevado hasta ese m o m e n t o . É l e s u n o , ellos s o
rnuchos; no hay manera de llegar a
muchos; acuerdo. Debe
a un acuerdo. Debe
aprender a a vver o n los ojos de
e r ccon de ellos,
cllos, oír ccon o n sus oídos,
oídos,
pensar ccon pcnsamientos, perseguir sus
o n sus pensamientos, sr-rs ideales.
idealcs.
Si
Si el mundo silencioso y oscuro
o s c u r o que lo rodea fuese
esenciirlmente distinto del
esencialmente clel mundo rresonente e s o n a n t e e ilumi‑
ilumi-
nado
nadcr p por laluz
o r la luz del sol, sería incomprensible
incomprensible para sus
semejantes
semejantcs y nnunca u n c a podría hablar de él o n nadie.
ól ccon nadic. Si Si
sus scntilnientos y sensaciclnes fucscn fundamental-
sus sentimientos y sensaciones fuesen fundamental‑
mcnte
m difercntcs de las que experimentan
e n t e diferentes expcrimentan los demás, demás,
serían inconcebibles
serían inconcebiblcs para todos, salvo
p,rrtr todos, salvo para ¡ra¡¡ quienes
quicnes
tuvieran
tuvicran sensaciones
sensaciones y y sentimientos
sentimientos análogos. Si la
conciencia mental de la persona pcrsona sorda y y ciega fuese

92
93
f.6
-rroJElJu.r «rrfrlJal» srqElud EI -Iápurrdluof, oPand enb
que puedo comprender la palabra «reflejar» metafóri‑
otsand 'sErJesJ.rJu uos ou ,{ 'rrcuapuodse-r¡oc EI JelJIq
blecer la correspondencia, y no s o n necesarias. Puesto
-uls¡ r¡rd sEpJOS f sc8al¡ seJoluláu ucls^rxe oN 'sEI
las. No existen metáforas ciegas y sordas para esta‑
-¡87¡rltluraa.¡ enb uor trruorpr o,rlscnu Lra epEU ,(rq ou
no hay nada en n u e s t r o idioma c o n que reemplazar‑
anb ot.^and'st11a uoc -rrrlord oqap 'o8rtqtue uIS 'suro¡
foras. Sin embargo, debo probar c o n ellas, puesto que
-ylau rros sJSEr+ srlsa anb cs tsf,'«¡tspr^ ns se etslJt I
y triste es su vida!». Ya se que estas frases s o n meta‑
EJnlso gn§!" o «¡uorluso,trnba ru oa,t t.,( 'qO!» :oLLI
m o : «¡Oh, ya v e o mi equivocación!» o «¡Qué oscura
-E[]xá opuenJ ttltseJgos aur sclo^ r enb 11 'peprlra-r 11
la realidad, la que a veces me sobresalta cuando excla‑
vención del lenguaje, sino una vigorosa sensación de
op uorlüsrres rso.¡o8r.,r Eun ours 'afrn8ua¡ Iep uolfuel
-uor uun se oN'sofo so1 ercd zn¡ r:1 sa anb au-¡eur8
ginarme qué es la luz para los ojos. No es una c o n ‑
-rurr opand 'peprrrlc ese sJ anb opuargrs { 'otucrrurs
samiento, y, sabiendo qué es esa claridad, puedo ima‑
-uad ru u up anb uorrrtuerro ,( pr:pr-rr¡: ri -rod pppra^
verdad por la claridad y orientación que da a mi pen‑
El oJzouotráU 'sa]EntrJrdsa stlla;tse sILU ep saue8erul
imágenes de mis estrellas espirituales. Reconozco la
sEI uof, sol]Euall r oparord o.,( f 'salsalac sotcedsa
espacios celestes, y yo procedo a llenarlos c o n las
en el firmamento. Mi ciclo mental me abre los v a s t o s
solsu^ sol aJc'lt 3ur lllllraLLr olJrJ rtr \I 'olrreLuEurJr} Ic uá
relámpago y el rápido recorrido que t r a z a un c o m e t a
EtaruoJ un ezv)f cnb opr;-lo:a,r oprdr.r 1c I o8tdruela-r
del pensamiento y su velocidad explican el fulgor del
1ap ro8ln¡ 1a urrrldxe puproola^ ns f otuerrutsuad 1ap
a través de toda la gama de fenómenos. El destello
ollatsep [E 'soucruoueJ ep rlur8 e1 Epol ep se^tr] E
detrabajo, esadecuada a todos los aspectos de la vida,
'rpr.t e1 ap sor:adse sol sopol E tptn3apr sa 'ofuqe;t ap
srsalodrrl Eun ouroJ Eprruol 'rrouapuodserJoJ p^I
La correspondencia, tomada c o m o una hipótesis
'rganrd EI uerq ,(nru atsrsa; '.ral opand ou anb sesoc
cosas que no puedo ver, resiste muy bien la prueba.
sEI E Bpuerlxe 11 anb oqJnu ¡od I 'seuolcerJost sEr{J
chas asociaciones, y por mucho que la extienda a las
-nu u,¡vd ur:xiapuodsa;-roo
rls¡ ap o^JIS ar{ 'JIqISr^uI
invisible. Me sirvo de esta correspondencia para m u ‑
o1 f alqrsr,t ol erlua trruapuodsaJJoJ trun 'sa¡ot¡alur
interiores, una correspondencia e n t r e lo visible y lo
sr1 I so-lor.retxa sESof sE] ertua tzr¡rfauas run;rqtc-rad
percibir una semejanza e n t r e las cosas exteriores y las
aqoq 'srpr¡a,¡trdesap srJrsrJ s.llrorJrsuas sEI ap atual
lente de las sensaciones físicas desaparecidas. Debe
-r,trnba ep euans ELrn J€Jlsruruns oqap 'serouaJtJ al
te carencias, debe suministrar una s u e r t e de equiva‑
-lLUpt ou anb E otuenf, uo ua^ cnb so¡ ep r1 anb EursrLU
misma que l a delos que ven e n c u a n t o a que n o admi‑
el etuatulErJUeso se salLraprlur sol ap aluoLU t1 cnb ot
to que la m e n t e de los invidentes es esencialmente la
-send 'uesue rd so1¡a anb o1 ;eur8rrur ep tturoJ tsrJpual
tendría forma de imaginar lo que ellos piensan. Pues‑
ou 'salurlallras sns ap BI ep Etlrusrp atualuttnlosrle
absolutamente distinta de la de sus semejantes, no
Y

camente, un espejo nnunca u n c a me


me ha dejado perpleja. La
manera en
manera en que que mi mi imaginación
imaginación percibe percibe las las cosas
ausentcs
a usentes m me e permite ver cómo los
ver cómo :rnteojos pueden
los anteojos pucden
agrandar
rrgrandar las cosas, acercarlas o alejarlas.
alej;rrlas.
Negadme eesta s t a correspondencia,
corrcspondencia, este sentido scntido inter‑
inter-
confinadmc al mundo
no, confinadme munclo fragmentado,
fragmentado, incoherente
incoherente
del ttacto,
a c t o , v yovo sería ccorno murciélago que vuela sin
o m o el murciélago sin
saber
s;rbcr para para qué ni p o r dónde.
por c1ónde. Suponed que olvidara
que olvidara
todas las palabras palirbras que hacen referencia a la Vista,
que hacen vista, el
el
oíclo, el
oído, cl color,
color. la luz, el pirisaje, y a los
cl paisaje, los incontables
incontal¡les
fenómenos, instrumentos instrumcntos y bellezas relacionados relacionrrdos ccon on
ellos. Sulriría u n a importante
Sufriría una importante disminución del asom‑
asom-
bro y del placer que me embargan cuando aprendo; aprendo;
adcmiís, lo que
además, qr.rc sería aún más terrible,tcrriblc, mis emociones
emociones
quedarían muy nrr"ry debilitadas
dcbilit:rdas y las cosas que no vveo e o no
no
podrían
podrían conmovcrme.
conmoverme.
¿Hay algo capaz
¿Hay c^paz, dedc refutar lo 1o apropiado
apropiado que resul‑ rcsul-
ta
t¿r la correspondencia? ¿Han ¿Han abierto alguna vez vez uuna
na
de las cámaras del cercl¡ro de un ciego y la
dcl cerebro Ia han encon‑
encon-
trado vacía?vacía? ¿Acaso¿Acaso algún psicólogo ha explorado
cxplorado la la
e n t e de los invidentes
mente
m in',.identcs y ha podido
l' ha ..Aquí no
clccir: «Aquí
podido decir: no
hay
hav ninguna sensación»? sensación"?
Piso la tierra ticrra sólida; respiro el aire perfumado. pcrfumado. A
partir de estas dos experiencias, establezco
expcriencias, cstablczco innumera‑ innurnera-
blcs asociaciones y correspondencias.
bles corrcspondencias. Observo, sien‑ sien-
tto,
o , pienso,
picnso, imagino.irnagino. AsocioAsocio eentren t r e sí la incontable
sí la incontable
divcrsidad de impresiones, experiencias
diversidad expcriencias y conceptos.
conccpros.
Con eestos
Con s t o s materiales, la la Imaginación, la ingeniosa ingcniosa
a r t e s a n a del cerebro, suelda u
artesana n a imagen
una ilraqen que ecll escép‑
escóp-
tico me negaría ncgaría porqueporque no puedo ver ccon rnis ojos
o n mis ojos físi‑
físi-
cos el rrostro
cos o s t r o cambiante v l. adorable de ese niño que
dc ese que

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95
s6
EcPoJ ol oluEnf, anb EJluenlug 'l? sEJl oP€lJ3J Etl ás
se ba cerrado t r a s él. Encuentra que c u a n t o lo rodea
ciales para aprehender el mundo visible cuya puerta
eurncl rdnc alqrsr^ opunru Ia rrpLreqrrde utd salttr
-uasa saptllrltrEJ sr[ 'oJnJSo elLIetguJE olpeur ns t 'c¡3
go, a su medio ambiente oscuro, las facultades esen‑
plorado sin indicadores ni guía. El ciego lleva consi‑
-rsuo3 r,\a11 o8erc 1E 'rrn8 ru saJoPElrPur LIrs oprrold
sido arrojada, c o m o muchos creen, a un páramo inex‑
-xeur orlrrJrd un E 'ueeJ:r soqtrnu ourol 'rprlour opts
Erl ou soprlLrJs sELU o oun Jp upe,r.r-rd tuosrad t1
La persona privada de u n o o más sentidos no ha
dente. 'aluaP
-uJJSE o1an,n ouald ua stle srprdg.rrur sns nlr.rrdsa p c1
le al espíritu sus intrépidas alas en pleno vuelo ascen‑
creídos escépticos! Siempre están tratando de c o r t a r ‑
--rul,rol Jp opuEtEJt ugtse erdruar5 ¡soortdJf,se sopre,If,
devolviera unos pocos míseros milenios? ¡Ah, los
so1 'qy! ¿soruelru so,rJsrlu so¡od soun tJJIAIo^cp
sou ,( ocrSo¡oc8 oduan rls EJEJJoq anb a1:ttrap¡o e¡rd
para ordenarle que borrara su tiempo geológico y n o s
Eqlr-rnt ns ap Lrra.JEC t
cristalinas de Platón? ¿Sacarían a Darwin desu tumba
uerJtf,ts5? ¿uore1¿ ap sEuIItrtsIrJ
que nos devolviera el sólido firmamento de esferas
sErcJSe ap otueuturrj opr]os la trerllo^ep sou anb
exigirían a Herschel que techara su universo escelar y
{ .ru¡a:sa osJalrun ns EJur1Jet anb ¡cqcsrcg r ueur8rxa
dentro del estrecho límite de mis exiguos sentidos, ¿le
a1?'soprruas sonBrxa srLu ap a¡ILUII olltráJlsa IJp o-itii¡p
e8u¡tueu aru anb uEUapJo au anb sousILU so'I 'alq
ble. Los mismos que me ordenan que me mantenga
m e n t e grande. El universo que abarca es inmensura‑
-EJnsLreLUur sa Ef,JEqE anb os¡a,trt¡n IE 'apuEJB atuau¡
la visión mental. Mi horizonte intelectual es infinita‑
-etrLrrjur sJ IEnlf,JIallrl eluozrjoLI rly'\tr 'IE]LIeLu UoISI^ t7l
aJqos olrlor;lsal olf,c+a un8utu euall ou t-lanSac e1
La ceguera no tiene ningún efecto restrictivo sobre
'osJJlrun
do las vías abiertas, brillantes, del universo.
1ap'sarurlltrq 'settatgr ser^ sEI oP
del aire, de espíritu orgulloso, continuará persiguien‑ (arl¿
-narn8rs¡ad r-rerlunuol 'osolln8ro ntr-r1dsa ap iap
eJopeze) e1 'oetaurcr,rd Jp €Jol EI B EpI^ uc'rc ope8rr-ur
arraigado c o n vida a la roca de Prometeo, la cazadora
de materia m u e r t a . Pero, aunque el cuerpo físico esté
glsJ oorsrj od¡anc ¡a anbunt 'o;a¿ 'tuanu ErlaltuI Jp
en mis manos o t r a cosa que un terrón sin alma, inútil,
'llrlul 'cru1r urs uoJ-tJt un anb rso3 uJlo souutu stlu LIe
Errpual ou oi ,{ epru ue asJrualuoo Elseg urJaseuEASáP
desvanecería hasta convertirse en nada y vo no tendría
as alutlglucs állnp ep ErJart r1 'uorcuert r.retsa.rd e1
le prestara atención, la tierra de dulce semblante se
rS 'soLIJJq sol Jp ulandse ri uor rauofrnS¿ eu ,( r8t¡sro
castiga y meaguijonea c o n la cspuela delos hechos. Si
Mientras mastico el pedazo de circunstancia, él me
,* 19 (rrf,uttsunJ;rl ep ozepad Iá oollsttu seJtualtr ü
me obligaría a morder el polvo de las cosas materiales.
'seltr.rrleur srsoJ sBI ap o,t1od Ia raprou t rr-re8rlgo au
m e n t e . Este vándalo del espíritu humillaría mi alma y
,( euriu rru Er,reillrunq ntr¡¡dsa lap oltpue^ a]sg 'eluaru
es mi pensamiento. Él haría añicos el espejo de mi
Iru cp ofadsa Ie so3rut el;rq ll'oluellutisued nu sa
Y

esun
cs un eentornon t o r n o homogéneo, c o m o el eentorrro
como n t o r n o del m mun-
un‑
do iluminado por el sol, puesto que que hay un océano océano
inagotable
inagotablc de semejanzas
de sen-rcjanzas entre e n t r e el mundo interior
intcrior y el
cl
mundo
rnundo exterior, cxterior, yy descubredescubre que estas semejanzas,
quc estas semejanzas,
estas correspondencias, equivalen
estas equivalen a cada cada uuna n a de las
exigencias que su su Vida
vida presenta.
prescnta.
La necesidad de de algo semejante ala ,r la corresponden‑
corresponden-
cia o el simbolismo es cs cada vvez e z másn'tás urgente, teniendo
en u e n t a los deberes
cn ccuenta debcres que quc la religión
religión y la filosofía nos
imponen.
imponcn.
Se espera de los ciegos que lean la Biblia
Se Biblia ccomo o m o un
medio
rrredio para alcanzar la
p,rra alcanzar la felicidad
felicidad espiritual.
cspiritual. Ahora
bicn, la Biblia está
bien, llen¿r, de
está llena, de principio a fin, de dc refe‑
refe-
rencias a nubes, las estrellas, los colores
a las nubes, colores y la belle‑ belle-
za, queqlre son a menudo indispensables irrdispensal¡les para compren‑ compren-
der el sentido de de la parábola o del mensaje donde apa‑
dcl mensaje apa-
recen. Esto demuestra clemuestra a a las claras la falta de lógica de de
pcrsonas que creen en la Biblia y, sin embargo,
las personas cmbargo, nnos os
niegan a nnosotros,o s o t r o s , los ciegos, e ell derecho
derecho a hablar de llo
d e o
que no vemos, \reñros, y que, en realidad, ellos tampoco ven. ven.
¿Quién impedirá a
¿Quién a mi corazón que ccante: a n t e : «Si, él voló
"Sí,
sobre las alas del Viento. viento. HizoHizo de de la oscuridad
oscuriclad su su lugar
luqar
e c r e t o ; su pabellón
ssccreto; pabellón a su alrededor alrededor eran cran las las aguas
oscuras yy las densas nubes del cielo»? cielo"?
La
L a filosofía alude cconstantemcnte
o n s t a n t e m e n t e a llaa poca fiabili‑
fiabili-
dad de los cinco sentidos y al importante importante trabajo de de
la razón,
raz.ón, que quc corrige
corrigc los errores de la vista y deja al
Ia Vista al
descubierto
clescul¡ierto sus sus ilusiones.
ilr-rsioncs. ¡Si podcmos depender
¡Si no podemos depender
de
dc cinco sentidos,
sentidos, cuánto menos mcnos podremos fiarnos de de
tres! ¿En
tres! ¿Err qué qué nnos o s basamos para para descartar la luz, el el
sonido yv el color color ccomL) o m o parte integrante
integrarte de dc nnuestro
uestro

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96
97
t6
'Err.rete EZOIIáq E] ap opunru
guible, contempla el mundo de la belleza e t e r n a .
Ia eldu¡etuoc 'a¡qrn8
-uuxalrr lrorsr^ run uor 'orlr o¡ epsep f r¡rn3g ep sEIp
alas de águila y desde lo alto, c o n u n a visión inextin‑
c o n pasos inseguros, mi espíritu se eleva al cielo c o n
uoJ olarf, [B EAcla es n1r¡rdsa rtu 'so.lnBasur sosrd uc¡¡
a n t e mi m e n t e . Mientras camino p o r mi habitación
uorletrqeq ru ¡od ounueJ scJtuertr l 'atuáur rru alue
€llrrq '<scIqrsr^ sESo] sEI uos oloqruJs ofnc 'ptprpa.r
realidad, cuyo símbolo s o n las cosas visibles, brilla
E'I 'stJapaf,c;ad saltuatrtu sJuorrtsuas sEI uoJ sep
das c o n las sensaciones materiales perecederas. La
filosófico, esel mundo real, sino que estan desterrav
-rllelsJp rruse anb ours '1ua.r opunLu 1a sa 'oor¡oso¡¡
enla m e n t e inmaterial, la cual, desde el p u n t o de vista
Etsr,\ ep otund IJ apsep 'pnc 11 'lrrraleruur atuaur EI rre
ua¡srxJ ou e¡an8ac 11 i erepros 11 'otutrl ol Jod '€rpJol
cordia. Por lo t a n t o , la sordera y la ceguera no existen
que secorresponden c o n el mal, el desorden y la dis‑
-slp rl f ucprosap 1a '1tru lr uof, uapuodsa.r-roc as anb
'solsando sns E oluaruur.rtsef,eu uedrsr¡r 'stapr selso
estas ideas, disipan necesariamente a sus opuestos,
ep sorn]osqr sol o 'serJLrasa sr-I 'se]Enllclatur Eruorure
armonía intelectuales. Las esencias, o los absolutos de
i
nocer que e s t a m o s e n u n mundo d e orden, belleza y
uzallaq 'uap;o ap opunu-r un uc solulllse anb ¡ecou
-ole-r E e8rlqo solr ErusrLu atuelu e1 'JsV 'eBedr orf,ualrs
silencio apaga. Así, la m e n t e misma nos obliga a reco‑
gar luz a lo invisible y música a lo musical que el
1a anb lrrrsntu ol E ef,rsnu f algrsr.tur o1 r zn1 -re8
-Jolo áp struept 's3uorlusuas stJtsJnu ap ErJuapr^a Ep
da evidencia de n u e s t r a s sensaciones, además de o t o r ‑
-Etrturl rr1 -rr:-radns etuarursozJoJ eqaC '1r:ro;ed o otayd
pleto o parcial. Debe forzosamente superar la limita‑
-ruolLrr 'otoa¡.radur se ou ornlosqv oll:llp anb -rrcnpap
deducir que dicho Absoluto no esimperfecto, incom‑
aqto 'otsc sorurlruplr rg 'clqr8utr sa anb ol E puprl
lidad a lo que es tangible. Si admitimos esto, cabe
dad, orden alo ordenado, belleza a lo bello y tangibi‑
-rqrBuut .{ ol1aq ol r Ezalleq 'oprucpro o1e uap,ro 'prp
-JeA sJ ;rnb sotuaqes anb o1 ts pepJe^ r8roto anb otnlos
soluto que otorga verdad alo que sabemos que es ver‑
viduo que es ciego c o m o en el que ve, existe un Ab‑
-gV un elsrxc 'a,r. anb ]a ue ourof, o8a¡o sa anb onpr.t
m e n t o que todavía parece ser válido. Tanto en el indi‑
-rpur Ia ue oturT 'opllg^ ¡as a¡a;rd rr^Epot anb otuaru
-n8¡t: un rtrrrJo sou pupen8nuv EI áp EllosolrJ E-I
La filosofía de la Antigüedad nos ofrece un argu‑
m e n t e c o m o u n todo. 'oPol un ouroJ elu3ru
dad del mundo sin e s t a r capacitado para verlo física‑
-tsJrsr¡ o¡re,t errd opetrrrdrc -rutsa urs opunru Iap ptsp
su realidad, c o m o hace el filósofo, que asume la reali‑
-rlpJJ EI áurnsr anb 'o¡oso¡r+ Ia elrll oruol 'peprlrar ns
de existir para nosotros? Debemos dar por supuesta
tlsanclns rod ,rep sor.uJqoq ¿soJtosolr u-rud ;usrxa ap
mundo? ¿Cómo haremos para saber que han dejado
opufap urq anb rcqrs ered sor.urrer{ oruo3? ¿opunlu
oSrulNo ocNnhr
EL MUNDO ONÍRICO
-rE

-ans sordo¡d sns or-rcs ua pruot as opuntu Ie


Todo el mundo se t o m a en serio sus propios sue‑
opol
'ounfesap Iap Elorl t¡ r 'opuenf, tzclsoq o¡ad 'sou
ños, pero bostcza cuando, a la hora del desayuno,
o t r o empieza a relatar sus a v e n t u r a s n o c t u r n a s . Por
-rod 'sEuJlltlou sBJnluJ^e sns JE1EIaJ r ezardua o¡to

eso dudo si narrar o no mis propios sueños, pues


sand 'souans sordo-¡d snu ou o JeJJEU rs opnp osa
,( ;otcal IB -rrJ-rngt out;Jtrl oprcad un sa anb opueuua
entiendo que esun pecado literario aburrir al lector y
un pecado científico informar acerca de los hechos de
ep soq3arl sol ap Etrralr .rtr.u;o1ur oorJ¡tuarf, opecod un

un país lejano preocupándonos más por la concisión


uorsrluof, e1 .rod seru souopurdnco¡¡d ourlal srud un
1e-ratr1
y la brevedad que por la verdad literal y completa. f
ptsprr^ t1 ;od anb pepa.ta-rq 11 f 'rra¡duor
Los psicólogos han adiestrado a u n a manada de t e o ‑
-oat ep EpEuEtu Eun E oprrtsarpe uuq so8o1o:rsd so1
rías y hechos, a las que mantienen a raya, c o m o si fue‑
-JnJ rs oruol 'ele¡ e ueuorlu¿ur anb sr1 e 'soqcsq I ser.r

r a n bulldogs, y las sueltan para que sen o s echen enci‑


-rf,ue ueqJa sou rs anb e¡rd uetlens sr1 f 's8op1lng utr

ma cada vez que n o s apartamos de la muy estrecha


EqlaJtsa ,(nru e1 ap sourEtjEde sor-l Jnb ze^ EPEJ Er.u

senda de la probabilidad onírica. No sepuede c o n t a r


rttuof, cpand es oN 'Elr.r,rlro ptpr]rqrqord e1 ap tpuas
un sueño entretenido sin que los demás sospechen
uaqcadsos sguap so1 anb urs opruelcJtue ouens un
'«olrEllpe» 3P PElraqII BI oPttuo¡ souerl sou anb
que n o s hemos tomado la libertad de «editarlo».
¡Como si editar fuera u n o de los siete pecados capita‑
-etrdrc soprcad atárs sol ap oun tranJ relrpa rs oruo3!
-nS ¡algtrorroq I Irr! Lrgrrednoo ELrn ep za^ ue 'sa¡
les, en vez de u n a ocupación útil y honorable! Su‑
pongamos, entonces, que estoy disertando sentada a
E EPEluas oPuEuesIP lc¡lsa anb 'seJuolua 'soue8uod

66
99
Y

mi mesa del dcl desayuno y que no hay ningún ningún científico


presente para pillar en falta a la autócrata.
presente autócrata.
Yo
Yo solía preguntarme
prcguntarmc p por qué los científicos, así
o r qué
ccomo
o m o ootras personas, meinterrogaban
t r a s personas, ffre interrogaban siempresiempre acerca
de mis sueños. Pero ahora no me me sorprende,
sorprendc, pues pucs he he
descubierto
descubierto lo lo que
que algunos de dc ellos
cllos ccrccn que es
r e e n que cs la
experiencia consciente normal del sujeto que es
experiencia consciente es sordo
y ciego. Piensan que puedo pucdo saber
sabcr m muyu y poco sobre sobrc los
objetos, aaun cuando prácticamente
u n cuando prácticamente estén al alcance alcance de de
mi m a n o . Cualquier cosa que se
mano. encucntrc
se e fucra demí
n c u e n t r e fuera de mí
misma es,
misma según ellos,
es, según cllos, uunan a imagen brumosa. Los Los
árbolcs, las montañas, las ciudades,
árboles, ciudades, el océano yy hasta
Ia casa donde Vivo
la vivo no ssono n sino fabricaciones inverosí‑ inverosí-
rnilcs, irrealidades
miles, irrealidades neblinosas.
neblinosas. Por Por consiguiente,
consiguiente,
suponen que mis sueños sucños deberían e n e r especial inte‑
dcl¡erían ttener inte-
cicntífico. En cierto modo,
rés para un científico. modo, no m muyu y claro,
csperan que
esperan que mis sueños demuestren
rnis sueños demuestrcn que quc el mundo mundo
donde Vivo vivo eess plano,
plano, ccarcnte
arente d e formas, d
de dee color yy d dce
perspectiva,
pcrspectiva, ccon on m u y poco grosor y aún
lnuy aún menos soli‑ soli-
dez: uuna solcdad de espacio sin sonidos. ¿Pero
a s t a soledad
n a vvasta ¿Pero
quién expresa
cxprcsa ccon o n palabras
palabras el vacío silencioso,
silcncioso, apaga‑ apaga-
ilimitado? Habría que ser un espíritu incorpóreo
do, ilimitado?
x t r a e r algo de experiencias
para ecxtracr
para experiencias ttan a n insustanciales.
insustanciales.
Un
IJn mundo, o, en este estc caso, un sueño, para que que nos
rcsultc comprensible,
resulte comprensible, debe, según mi ppunto u n t o dede Vista,
vista,
ttener
ener u n a urdimbre
una urdimbre dc de sustancia tejida en la tramaa de
t r a m dc
la fantasía. No No podemos imaginar, ni siquiera en cn sue‑
sue-
ños, un
ños, un objeto
objeto que que no no tenga
tenga su contrapartida en en
lala realidad.
realidad. Los Los fantasmas asemejan siempre
fantasmas se asemejan sicmprc a a

alguien,
alguien, y si no esla propia persona
es la propia persona la que se
se nos apa-
n o s apa‑
rece,
rece, ssono n circunstancias
circunstancias ccon s t a m o s perfec‑
o n las cuales eestamos perfec-

Itoo
OO
familiarizados las que indican su pre‑
-e¡d ns uúJrpur sou onb sEI soprzrJerpueJ elualuel
tamente nos
sencia.
.EI]LIáS
[J
Durante sueño e n t r a m o s e n u n reino extraño,
(outJlxJ oureJ ur1 Lra soLr.leJlua oLrans o]uEJnC
el
1E
misterioso, que la ciencia todavía no ha explorado. El
'opr,ro1c{xa ELI ou Er^upot ErJuaro r¡ anb (osorJetslur
-rlues 1ap selBa.r sns I sauerutxa sns uclo '.ropr8rtsJlur
investigador, con sus exámenes y sus reglas del senti‑
lÍ 'ogans Iep ErJtuorJ eI rvznn epand ou 'unruoo c'rp
do común, no puede cruzar la frontera del sueño. El
seuand sts[ stpo] EJ-rarl 'orursr,tens adlo8 un ep 'oqans
sueño, de un golpe suavísimo, cierra todas las puertas
d e n u e s t r o s sentidos físicos y arrulla a l a voluntad
socrsry sopnrres soJtsenu cp prtunlo^ ul ü pllnile í
consciente ‐la supervisora de la disciplina de n u e s t r o s
so-nsanlr ap rurydrcsrp EI ep e¡osr,r.¡cdns
pl- eluerosuof,
-souardsep
pensamientos cuando e s t a m o s despiertos- para que
anb r¡rd soruttsa oputnl sotuarutsuad
1a
descanse. Luego, dando un violento tirón, el espíritu
ntr¡¡dsa 'uo,rrl oluJlorl un opurp 'o8an1 'asurJsep
leno 'i uozer EI ep sozerq soso;o8r,r sol op EIez es
se zafa de los vigorosos brazos de la razón y, cual
urd auur; Errerl rl rp ropre^ Je rgepsap 'laoroo oprlr
alado corcel, desdeña el verdor dc la tierra firme para
,relap urs srgnu stl I olucr,r Ia arlua opuelo^ as;efalt
alejarse volando e n t r e el Viento y las nubes sin dejar
r a s t r o ni huellas que permitan a la ciencia r a s t r e a r su
ns JEJJ]sEJ Er3uarf, tl E uetrurJad anb sEIIanq ru oJlser
f otoura¡ slrd 1c aJqos uorJeruJoJur souJatJt f olan,r
vuelo y t r a e m o s información sobre el país r e m o t o y
misterioso que visitamos por las noches. Cuando
opLrrrlJ 'seqJou st¡ -rod soLUElrSr^ anb osoualsruu
JEp áp sa.-rrdrcur souros olr-rruo olrral Iep souursa¡8a"¡
regresamos del reino onírico somos incapaces de dar
una noticia razonable de lo que hemos encontrado
optJtuolua soueq anb o¡ ap elcltuoze; ErJuou Eun
-sJnu uJ sorurlues sou EJeluoJj ESa TEZ1JJ IE olJd 'rlr
allí. Pero al cruzar esa frontera n o s sentimos en nues‑
t r o país, c o m o si siempre hubiéramos vivido allí y no
ou I r11t oprlrl sorutJargnq a¡druars rs oLUoJ 'srtd o.tl
hubiéramos hecho jamás u n a incursión en e s t e mundo
opunru etsa ue uols;ntrur run seurf olllorl sorrrerarc]nLI
diurno, racional. 'lErrorJEJ 'ourntp

No parece que mis sueños sean m u y distintos de


eP sotullsrP lnr-u ueas souens srtu anb aca.red o¡

los sueños de o t r a s personas. Algunos s o n coherentes


setuáJal[oo uos sounS¡y 'seuos,¡ad sEJ]o cp souens sol
^
_vestán bien amarrados a un acontecimiento o a u n a
eun e o oluerrurleluofE un E soPEJJr?uJE uerq uBlsJ
conclusión. Otros s o n intrascendentes y fantásticos.
'sof,rtsElur?J .{ satuapuaf,su.rlur rros so,rto'uorsnlf,Lro)
-srxe ou souans sol ep s¡rrd Ie ua anb ap e+ uep sopoJ,
Todos dan fe de que en el País de los Sueños no exis‑
-utlal a.¡duars soruets'{ 'osoda-¡ 1e aturlaucs EpEu el
te nada semejante al reposo. Estamos siempre levan‑
tados y m u y activos, c o n u n a m e n t e disponible para
errd alqruodsrp atuau Eun uoo 'so,r.rJJE fnur Í soptt
cualquier a v e n t u r a . Actuamos, luchamos, pensamos,
'sorutrsucd'sorurqcnl'sotuenlf,V'tr-rnlue^E rarnblen:

IOI
IOI
Y

sufrimos yy eestamos o n t e n t o s sin motivo. Dejamos


s t a m o s ccontcntos Dejamos
fuera, a
fuera, puertas del Sueño,
a las puertas Sueño, todas las incredulidades
incredulidades
conflictivas y las especulaciones fastidiosas fastidiosas relaciona‑
relaciona-
o n la probabilidad.
das ccon
das probabilidad. Floto Floto ccomo o m o unun fantasma
nubes, llevada p
sobrc las nubes,
sobre poro r los Vientos,
vientos, sin la menor
Ia m enor
noción de que esté haciendo algo insólito. En el País País
delos
de los Sueños hallo pocas cosas que meresulten
Sueños hallo me resulten eextra-xtra‑
ñas o totalmente nuevas. No No importa lo 1o que suceda,
suceda,
por
p or m u y extraordinarias
muy extraordinarias que quc seanscan las circunstancias
circunstancias
no estoy
no estoy asombrada. Visito una tierra extranjera,
Visito u n a tierra extranjera,
donde no he estado estado en la realidad, y y converso ccon on
cuyo idioma no he
gente cuyo
gente oído nunca. No
hc oído No obstante,
obstante,
logramos entendernos perfectamente. Sea cual sea sea lala
situación o la sociedad adonde adondc mis andanzas me lle‑
lle-
vcn, existe siempre la misma
ven, misma homogeneidad.
homogeneidad. Si por
casualidad llego
llego a Vagabundia, me divierto divicrto ccon o n la
gente alegre
gente alegre queque eencucntro
ncuentro p o r eell camino yy een
por n las
tabernas.
No recuerdo haber habcr conocido a a personas c o n quie‑
con quie-
ncs no haya podido
nes comunicarme enseguida, o haber‑
podido comunicarme haber-
me disgustado o sorprendido por las maquinaciones maquinaciones
mis compañeros soñados. Mi
de mis
de Mi alma,
alma, durante sus
extraños vagabundeos
extraños vagabundeos por por los los oscuros
oscuros boscajes del
país del Sueño, lo da todo ppor o r descontado
descontado y se se adap‑
adap-
ta a
a los fantasmas más disparatados.
disparatados. Rara vez me me ccon-
on‑
fundo. Todo
Todo es ttan a n claro c como
o m o el día.
día. Conozco los
los
acontecimientos en el instante mismo mismo en que suceden suceden
y,
¡ aa dondequiera
dondequiera que dirija mis pasos, la Mente Mente esmies mi
guía e intérprete
intérprcte más fiel. fiel.
Supongo que que cada uuno no d de e vvosotros
osotros h haa tenido
tenido eenn
algún sueño la experiencia exasperante e infructuosa infructuosa

IOZ
Y
103
[or
hay ninguna letra impresa tangible sobre la página!
¡rur8ed EI c-rgos alqr8uer rsa-rdur e;ta1 eun8uru feq
ou o-ra¿! '«oleldruoo ¡od ut¡e;¡oq as srsa-rdurr srJtal
letras impresas se borrarán por completo». ¡Pero no
se1 'ofour sEI rS» :otuarrursuad alsa aluatu r¡ rod vzntJ
cruza por la m e n t e este pensamiento: «Si las mojo, las
manos. Cierro el libro rápidamente en c u a n t o se me
aur JS olutnJ ue elueLUtsprde.r o.lgr1 Ia oJJorS 'soLrELU
srru aJqos uae¡ srrur-¡8e¡ su1 le-rnuJet uotr sEIIa E olJaJE
acerco a ellas c o n t e r n u r a ; las lágrimas caen sobre mis
aru f sopap sol Lrof, srur8rd sEI olo¿ 'Bpuuorsn¡sap
desilusionada. Toco las páginas c o n los dedos y me
etucruepun¡ord lorsa o-rcd'apua:d¡os au oN 'o:u€lq
blanco. No me sorprende, pero estoy profundamente
ue alulultlot uptsá srurSgd se1 'r,rgrpd clos Eun .rep
der una sola palabra, las páginas están totalmente en
-uJtlre opand oN 'sullrpor sEI arqos ol-rarqr orqrl uu;8
gran libro abierto sobre las rodillas. No puedo e n t e n ‑
siento confortablemente en mi sillón Morris, c o n el
Ia uoo 'sruo1¡¡ ugllrs nlr ue aluauralqetroJuoo otuárs
eW 'petln3lllp uls ortuanJua o¡ o-rad 'a;qruou auarl
tiene nombre, pero lo e n c u e n t r o sin dificultad. Me
mi biblioteca guardo el libro que quiero. El libro no
ou orclrl 1g 'o-rcrnb anb o-rqry 1a op-rrn8 €retorlqrcl rtu
mey leer un r a t o . Séperfectamente en qué anaquel de
ap ¡anbeue anb ua rlueueloeJrad a5 'ole-r un raal f aru
-Jeluelal oprláC 'JEurLUJat urs oprpanb urq anb sra¡
reas que han quedado sin terminar. Decido levantar‑
-81 sE[ op sap€1[n]l]lp stl ze^ erto d uun oseda¡ 'rrur
mir. Repaso una y o t r a vez las dificultades de las t a ‑
--rop opand ou anb osucrd'rprru:oq 'sof,rJtuatruo3 sol
los coneéntricos. Dormida, pienso que no puedo dor‑
-nll.rf, Jp erJes EUn ourot 'so-¡to ap oJtuap soun soprz
zados unos dentro de o t r o s , c o m o una serie de círcu‑
-EJJ utJarlnlse souans srtu ep sounS¡e rs oruoJ sA
Es c o m o si algunos de mis sueños estuvieran t r a ‑
sobre la cual he estado flotando t a n precariamente.
'ctuaurtrrroa¡d uel opuetolJ optlsa ár{ Irnt el arqos
EJelsotr.tte el ua o^lJnsrp atu 'eprcc uuald ua ',{'o[vgu
abajo, y, en plena caída, me disuelvo en la atmósfera
ercrq a;duars 'oleqe erceq o8rrc au o8anl 'orot,r. a¡re
aire vacío, luego me caigo hacia abajo, siempre hacia
o-r,rr8y 'EJJaJ c¡un8uru leq ou 'souans sol ep ptprs
sidad de los sueños, no hay ninguno cerca. Agarro
-JJAJed BI rprp'otsandns Jod'o,rad 'ote(qo un31r r aru
me a algún objeto. Pero, por supuesto, dada la perver‑
-¡rsr e¡ed sr8arc E oueLu el opuerl zeleJto I eun anb e
a que una y o t r a vez tiendo la mano a ciegas para asir‑
asad'osonsn8ue ,,( opruorsede ozJenlsa asa leuopuBqE
abandonar ese esfuerzo apasionado y angustioso, pese
opand ou 'oE;egrua urg 'cnb ¡oc{ ru apuope reqrs urs
sin saber adónde ni por que. Sin embargo, no puedo
'oda¡t ,{ oda¡r 'vzagec EI ua egrunz aru anb o8rrrg.t ap
de vértigo que me zumba en la cabeza, trepo y trepo,
pista hasta su escondite. A veces, c o n una sensación
uorrESUes Er¡n uol 'sa:lel V 'alrpuof,sa ns rlsrrl rlsrd
11 al.rrn8es áp lllrttluet ns ua EST3EJJ anb za¡ Eprl el
te cada vez que fracasa en su tentativa de seguirle la
-uars anb ortruesutr ep uor3€suas EsoJolop 11
'oluauI
m e n t o , y la dolorosa sensación de cansancio que sien‑
-oLU JSe ua alurLuesor¡adur easap enb o31e rucsnq ap
de buscar algo que desea imperiosamente en ese m o ‑
Y

Esta mañana pensé que me despertaba.


despertaba. Estaba se‑ se-
gura de dc haberme quedado dormida. Cogí mi reloj de de
pulsera, y, ¡ en efecto,
cfccto, marcaba uuna n a hora másmás tarde
de
de la hora a a la que acostumbro
acostumbro levantarme.
lcvantarme. Salté de de la
ama a
ccama segura de
a toda prisa, segura de que mi desayuno
desayuno ya ecsta- sta‑
ba servido. Llame
ba Llamé a Quien dijo que segura‑
a mi madre, quien segura-
m e n t e mi reloj no iba bien; ella estaba segurísima,
mente segurísima, no
podía
podía ser ttan a n tarde. Volví a mirar mi reloj y he aquí aquí
que las manecillas se se movieron, giraron, zumbaron y
desaparecieron. Me fui despertando cada vvez más a
e z mas a

medida que que aumentaba


aumcntaba mi mi consternación,
consternación, hasta que que
me
me encontré en las antípodas del sueño. Finalmente,
Finalmente,
mis ojos seabrieron
se abrieron de veras y me me di ccuenta
u e n t a de que
que
había cstado soñando.
hal¡ía estado soñando. Lo Lo que había sucedido
que había sucedido es es
que me había despertado dentro
que sueño. Pero lo
dentro del sueño. 1o
rnás desconcertante
mas desconcertante es es que no hay ninguna diferencia
entrc
e falso despertar y
n t r e la conciencia del falso y la del vver- er‑
dadero.
dadero.
Es horrible pensar que todo lo que hemos visto, visto,
sentido, leído yy hecho puede
hccho puede de repente
repente arribar a
a
u e s t r a visión onírica,
nuestra
n o m o el
onírica, así ccomo cl m
mar a la pla‑
a r arroja a pla-
ya los objetos que se se había tragado. He sostenido
sostenido aun
a un
niño en brazos en cn medio de uuna n a revuelta y he habla‑
habla-
do ccon o n vehemencia implorando
vehemencia implorando a los soldados rusos
que no m a t a s e n a los judíos. He revivido
matasen rcvivido las escenas
angustiosas
angustiosas de la la Rebelión de los los Cipayos yy de la la
Revolución Francesa. Franccsa. Ante mis ojos oios han ardido ciu‑ ciu-
dades y he hc combatido
combatido las llamas hasta
llarnas hasta caer extenuada.
extenuada.
Hay holocaustos por todo el mundo, y yo lucho en en
vano por salvar a a mis amigos.
amigos.
lJna vez,
Una vez, en un un sueño, un mensaje llegó a toda
un mensaje

Io4
ro4
Io;
for
'rpnlad ,{ apue.r8 .,(nu uloc Eun pruat anb aru:oua o¡r8
gato e n o r m e que tenía u n a cola muy grande y peluda.
un e oplrernBrs¡ad EqEtsA 'tsLUEqEIV ua 'ut tlr ep usuo
casa de mi tía, en Alabama. Estaba persiguiendo a un
EI ap etuelop {r.l anb rrrprrl reznrx ep aLlf,ou
noche traté de cruzar el jardín que hay delante de la
le 9ter1
Eun oputnf, Euru Eun ol e-rg 'ua8¡r.r. E^las
tl urlqand
pueblan la selva Virgen. Era yo u n a niña cuando u n a
enb so1 ap e;arnblrnf ouJof, salqrruel url sa¡8rt uor
c o n tigres t a n temibles c o m o cualquiera de los que
.ruuos I 'rurnlcl ap sppur{ourlt altua optlsooe 'Bu-rts3
cama, acostado e n t r e almohadas de pluma, y soñar
EI ua rulsa apand ag 'ar8rl un rvzt) rred rrpul u1 ap
de la India para cazar un tigre. Se puede e s t a r en la
E^les EI o euEf,ulr e13unf EI JrlrsrA orJESeJeu sa
oN
No es necesario Visitar la jungla africana o la selva
'lrluse
na reavivados por el sol estival.
1os 1a ;od sopE^rAEaJ Eu
-tsuELU el ap srLLroJB sárlnp I soso;au¡nu so1 a.rrdsr eu8
gría aspire los numerosos y dulces aromas de la maña‑
-ele ESuJLrrur uoo I 'o,r-r¡oleosa un ol¡adscp atrAI 'sarrtJ
raíces. Me despertó un escalofrío, y c o n inmensa ale‑
sEI ersrrl 'er,l.es e1 I ezattot EI oputssa^E-rrr egero¡rad
perforaba atravesando la c o r t e z a y la savia, hasta las
sol Erl3JEJSa EI seJtuarllr sErLrEJ sns utrpnoes f urru
mían y sacudían sus ramas mientras la escarcha los
-aB scloq-ru so'I 'stplrJatusa asopuar^lol uo;rla3uor
congelaron volviéndose esmeraldas. Los árboles ge‑
as sefoq st'I 'soJrJEZ i sergn-r ua uo-reurJolsur-rl as seJ
res setransformaron en rubíes y zafiros. Las hojas se
cayeron a los pies del Invierno. Los pétalos de las flo‑
-oD sel ap soplgd so-I 'ourer^ul Iap sard sol e uo¡adec
un vuelo inútil. Por último, el follaje y los pimpollos
sollodrurd so¡ I afe11o; 1a 'orurrlr.r rod 'lrlrlur olen^ un
ua stpr8aldsep sele sEI Lrol a^aru E] a.rqos ur,rcrf sup
das yacían sobre la nieve c o n las alas desplegadas en
a las que el invierno había sorprendido despreveni‑
-ruano.ldsap oprpua-rd.los ErqrLI olrrarlur 1a anb se1 r
se¡1anbt i 'pepr,rn8as ep EJSng ua sopru sns E uoJEIoA
volaron a sus nidos en busca de seguridad, y aquellas
siguieron creciendo a pesar del frío intenso. Las aves
salr sE'I 'osuetur olJI IJp ¡rsad t opuerJoJf, uo¡arn8rs
serut¡d se¡ í soloq¡e so1 odruart un atupJnC 'sauor¡Eu
naciones. Durante un tiempo los árboles y las plantas
sEI áJtua Jclnlrro rrr.rpod ou r.{ aluaprJlo opuJoq
Dorado Occidente ya no podían circular e n t r e las
riquezas de Oriente y las abundantes cosechas del
Iep strl3áso3 seluepunqe sEI I atuar.rg ap sezanbrr
en el hielo, barcos c o n grandes velas blancas. Las
sE-I 'seouplq sela^ sapue.r8 uof, sof,req 'o1arq 1a ua
soptdt-rtr uo.repanb soJrrq ep selqN 'ouerel ouald ua
en pleno verano. Miles de barcos quedaron atrapados
un e x t r e m o al o t r o del planeta. El océano se congeló
ola8uor as outaJo 1E 'rreurld Iap oJ¡o Iu orLre-itxc un
hacia n u e s t r o clima más templado. El mensaje voló de
ep olo^ afesuaru 1E 'opeldurel stru trurrltr oJlsenlr erJtr{
opueze¡dsap eq€rse es Ef,nrV euoz el anb f opunru
mundo y que la Zona Ártica se estaba desplazando
el invierno bajaba del Polo Norte y se abatía sobre el
Ie erqos Ertrge as I ar.ro¡ olod Iep rqrleq oularlur Ie
anb ap ¿rluou rl uof, -ruru ¡ocl I ¿.¡¡c¡i rod peprrola,r
velocidad por tierra y por m a r c o n la noticia de que
I
lJnas horas antes, el gato había sacado a mi pequeño
Unas pequeño
canario de su jaula de un zarpazo
zarpazo,vy se 1o había lleva‑
se lo lleva-
do apretado
apretado eentre dientes. Yo no podía
n t r e sus feroces dientes. podía vver er I

al
:rl gato, pero la reflexiónreflexión de mi m e n t e era m
mcnte muyu y clara:
clara:
«Se
"Se dirige a
a la maleza que hay al fondo
alfondo del jardín. ¡Yo
¡Yo
llegare antes!». Puse la m
llegaré antesl». a n o sobre el borde
mano borde del buzón
y me alejé a todo ccorrer sendero. Cuando lle‑
o r r e r por el sendero. lle-
gué ala maleza, allí estaba el gato, metiéndose
a la maleza, metiéndose eentre n t r e la
maraña de de hierbas. Avance
Avancé deprisa, traté de agarrarlo
agarrarTo
y de
cle sacarle el cl pájaro de n t r e los dientes. Pero, ¡qué
de eentre ¡qué
horrorl,
horror!, un animal enorme, enorme) que no 1-ro era el el gato, surgió
de eentre maleza, dio un salto y frotó ccontra
n t r e la maleza, o n t r a mí su su
hombro
hombro poderoso ccon o n fuerza palpitante.
palpitante. Sus orejas se
se
irguieron temblando de furia. furia. Sus Sus ojos
ojos ardían.
ardían. Las Las
ventanas de cle su nariz eran grandes yy estaban
su nariz estaban húmedas.
húmedas.
Sus labios se movían de
se movían de u n a manera horrible.
una horrible. Yo sabía sabía
que era
era un tigre, un tigre de verdad, y que me iba a
a
devorar, a mí y a mi pajarito. No No sé sé lo que ocurrió
1o que ocurrió
después. En los sueños, cuando está
después. cstá a ap u n t o de suce‑
punto suce-
der algo importante,
importante, casi nnunca u n c a sucede.
sucede.
No
No hacía mucho había tenido
hal¡ía tenic-lo ootro t r o sueño que me me
había impresionado eenormemente. n o r m e m e n t e . MiMi tía estaba llo‑ llo-
rando porque nno o podía e n c o n t r a r m e . Pero yo, cons‑
encontrarnle. cor-rs-
ciente de mi mi travesura, me divertía pensando que ella
divertía pensando
y los demás me me buscaban
buscaban haciendo un ruido espanto‑
espanto-
so, que yvo o sentía a travéstravés dde e mis pies. D Dee p pronto,
ronto, e ell
espíritu travicso dio
espíritu travieso incertidumbre yy al
dio lugar a la incertidumbre al
miedo.
miedo. Sentí frío. El aire airc olía a a hielo y a a sal.
sal. Traté de de
corret pero tropecé ccon
correr, o n la maleza y caí de bruces. bruces. Me
quedé tendida, muy muy quieta, sintiendo sintiendo ccon o n todo
todo mi
cuerpo. Al Al cabo de un un rraro,
a t o , mis sensaciones
sensaciones se ccon- on‑

106
to6
Y
Io7
lot
'sB.rnlue^E sEuEJlxá ueuerl d safr,L¡rs se[EurruE JEZEf,
cazar animales salvajes y tienen extrañas a v e n t u r a s .
la selva del sueño, adonde los perros y las niñas v a n a
€ uEA sEgru sr¡ ,( so-rrad sol áPuoPE 'ouens IaP E^[as EI
alfombra y, c o m o es natural, habíamos viajado hasta
rrseq opefrr^ sourergrq 'p.rnlru sa oluor 'l t-rqruo¡1t
EI ergos serunf sop sEI stprurrop opepanb sorurrg
bíamos quedado dormidas las dos juntas sobre la
-Eq soN 'aqro.rda.r ap Euall rpt;nu EUn eruopuezuel
lanzándome u n a mirada llena de reproche. Nos ha‑
f asopugrpnces '¡atlas e;¡ad rru 'ailag eprrenb f efar,r.
vieja y querida Belle, mi perra setter, sacudiéndose y
hasta que, exhausta, solté a mi presa. Descubrí a mi
rru E rJgnosag 'esa.rd rur E ellos 'rlsneqxa 'anb etsrq
sezJ¿n! snu stpot uol olopue:-ra¡r rn8ag 'soztJq slur
mis brazos. Seguí aferrándolo c o n todas mis fuerzas
ua une EIlEqcp es o31y '9r-radsap aur d sedlo8 E etualu
m e n t e a golpes y me desperté. Algo se debatía aún en
húmedo me rozó la cara. Grité, arremetí desesperada‑
-epuadsasap IteureJJE '?rlrC 'eJe) el ozoJ áIrr opeunq
f oprler o31y 'asuad '"o,t¿d un ep sr-r.¡r8 sEI Jnuas
sentir las garras de un pavo», pensé. Algo cálido y
ouros eJes» 'eu.r€f, rr.u ue se¡¡e8 se8;e¡ sns EJarPunq
hundiera sus largas garras en mi carne. «Será c o m o
f r:et1es EJnIETJJ e1 anb ap eradsa 11 e 'uotot;rdsa; r¡
la respiración, a la espera de que la criatura saltara y
daño nunca. Yacía inmóvil, el t e r r o r me había cortado
opeuoo clqrq Jtu -roJJal 1a'1r,nouur erJEÁ'EJunu ouep
oqoeq Erqerl etu solle ap oun8utu loutru Iru ep sEuEZ
zanas de mi mano; ninguno de ellos me había hecho
-urur utruroc anb srlnu se1 e I soll€qtJ so1 e 'srsuetu
mansas, a los caballos y a las mulas que comían m a n ‑
perros de mi padre, al ternerito juguetón, a las vacas
sEO€A sEI r 'uotanBnl otrJeu.rer ¡r 'a-rped lut ap so¡¡ad
sol E Egetuv 'saluar^r^ sEJnlErJf, sEI eP oPaIU oPluel
tenido miedo de las criaturas vivientes. Amaba a los
mal que searrastraba, lo que me aterró. Nunca había
Erqrq EJunN 'oJJetE aru ¡nb o¡ 'tqe;lst,ue as anb ¡eu
go, fue precisamente esa mala intención, y no el ani‑
-rut Ia ou ,( 'uorouelur €leur ESa eluJurestca¡d an¡ 'oB
-regtua ur5 'otrsodo¡d o uorJualur ;rsa¡dxa r.red se.rq
bras para expresar intención o propósito. Sin embar‑
-r1rd ap eÍ)¿JeJ latuau ru odnco EepI Else olueulotu
m o m e n t o esta idea ocupó m i m e n t e ; carecía d e pala‑
intención de llegar hasta mi. No sé cómo, pero en ese
ásá ue o¡ad 'oruo¡ ?s oN 'lu Elstq ,re8al¡ ep ugIOUaluI
arrastraba, se arrastraba, se arrastraba c o n toda la
EI Epol uof, EqEJIsBJJE as 'eqe;tse;,rr as 'rqe;lse;rr
as anb o31e ap osolrBrs
casa. De repente sentí el paso sigiloso de algo que se
ostd ¡a ¡tuas atuedar áO 'BSEJ
ap srJlap leq anb rrua8rrut¡d E^las BI za¡ c;arur¡d ¡od
por primera vez la selva primigenia que hay detrás de
modo de prueba, c o m o hace mi gatito cuando pisa
esrd opuenr otrt¿8 rru eJEr1 oLuof, 'eqan-rd Jp opotu
r ard un alody 'srfoq sEI uol arurcuoJ ou ep op
d o d e n o c o r t a r m e c o n las hojas. Apoyé u n pie a
-EprnJ uotr aurJrJod-ro¡ur ep att{ 'sourur sEI utqturl
timaban las manos. Traté de incorporarme c o n cuida‑
-sEI atu anb f so¡rgrnl ouro3 sBpEITJE urt uEJa Eqralq
hierba eran t a n afiladas c o m o cuchillos y que me las‑
centraron en
ep sEuzrJg se1 anb rgro.rad f sopap srur ue uoJEJluoO
mis dedos y percibí que las briznas d e
Y

Nos eencontramos
Nos ncontramos c con muchísimos enemigos
o n muchísimos enemigos muy muy
pequeños y fue necesario que Belle recurriera
pequeños recurriera a a todas
Ias tácticas
las tácticas perrunas
perrunas que quc conocía
conocía para para defenderse
defendersc
o m o la dama
ccomo caz.adora que realmente
dama cazadora realmente era. Belle ttam- am‑
bién tenía sus propios sueños. sueños. Solíamos yacer bajo los los
árl¡olcs yy las flores
árboles flores del
del viejo jardín, yv yo
viejo jardín, reía feliz
yo reía felíz
cuando alguna de dc las hojas del magnolio caía al suelo
o n un ttcnue
ccon e n u e golpe seco y Belle saltaba creyendo que quc
había oído a uuna n a perdiz.
pcrdiz. Belle perseguía la hoja, la
Belle perseguía
encontraba, me mc la traía
traía de vuelta y y la dejaba
dejaba a mis
pies, movicndo graciosamente
pies, moviendo graciosamentc la cola ccomo o m o diciendo:
diciendo:
«¡Ésta
"¡Ésta es
cs la clase de avc
ave que me ha despertado!>>.
despcrtado!,. Le
hice uuna n a cadena
cadcna para para el cuello ccon o n las encantadoras
encanradoras
azules de la paulonia y la eubrí
flores azules
flores cubrí ccon o n grandes
grandes
hojas en forma forn-ra de corazón.
corazón.
Mi querida y vieja Belle, hace ya tiempo que está
Mi está
soñando eentre flores de loto y las
las flores
n t r e las amapolas del
las amapolas
paraíso de los perros.
paraíso pcrros.
Algunos sueños me mc persiguen desde niña. U n o de
Uno de
ellos, que que se repite a menudo, se desarrolla de dc esta
e s ta
forma: un espíritu cspíritu pasa, al parecer, p poro r delante de de mi
cara. Siento
Sicnto uun n calor e cxtremo,
x t r e m o , ccomo
omo e cll del vapor ddee
una
u n a máquina. Es la personificación del del mal.
mal. Debí
Debí
de
de ttener
ener e s t e sueño por
cste yez primera
por vez después
primera dcspués del día en
día en
que p por
o r poco me mc quemo.
quemo.
Otro
O t r o espíritu
cspíritu que que me visita ccon
mc visita o n frecuencia
frecuencia ttrae rae
consigo uuna n a sensación de humedad fría, ccomo o m o la que
quc
scntimos en
sentimos en las noches heladasheladas de de noviembre,
noviembre, cuandocuando
la vventana
e n t a n a está abierta. El espíritu se detiene justo en
se detiene en
un
un ppuntou n t o fuera de mi mi alcance, se se balancea de atras atrás
hacia delante, ccomo omo u n a criatura sumida en el dolor.
una dolor.

108
ro8
6ot
109
tllzau tun E ozutl eur saqJoLr sEI stpol 'sordr¡ur¡d
principios. Todas las noches me lanzo a una mezcla
srlu uol l?ruourJt souáur uJ ze\ EPE3 uElse sorLu so'J
Los míos están cada vez cn menos armonía c o n mis
'31u3Pr^J se souens sol eP ErsuJJsr.lotrLrr E-I
La incoherencia moral de los sueños es evidente.
lrJoru
do corporal. 'p-rocl-roc op
-I]UAS
seres felices que m o r a n más allá del alcance del senti‑
I'P A3UPTIB IEP SIIP SEUI UBJOTU ANb SATTIA¡ SA-IAS
ep pnlrllnur EI r run as 'er-r8ap ap euall 'Á srpele strltp
dalias aladas y, llena de alegría, seu n e ala multitud de
sea e n sueños, pues e n t o n c e s m i alma s e pone sus san‑
-urs sns ouod as Burle nu saluollra sond 'souans ua Eas
cos. Estoy encantada de e s t a r t a n dotada, aunque sólo
oJos anbunr 'rperop uut Jetsa Jp Epetutlua lolsg 'so:
-rsr¡ souuS:g slru cp ErJuopuadapur uof, EnltrE ctueLu
m e n t e actúa c o n independencia de mis órganos físi‑
rW 'outru €l ua ueeJt:llap srl aLU srlrosiJd se¡lo anb
que o t r a s personas me las deletreen en la m a n o . Mi
se o-rtr sELU unt f 'sopap sol uoo se,rqeled sEI oarlelap
deletreo las palabras c o n los dedos, y aún más r a r o es
za^ EJEX 'lllrsrJ EprA rru r euafe etucrulrtot rr:uapuad
pendencia totalmente ajena a mi Vida física. Rara vez
de gente, me basto a mí misma y gozo de una inde‑
-apur EUn ap ozo8 ,{ urusrru rur B otseq aru 'etua8 ep
Bp€tselt JI]EJ Eun uá osnllul 'r¡n8 aru JIpEN 'setuan
tientas. Nadie me guía. Incluso en una calle atestada
e ozueye Ef,unu rsr3 sogans LrE 'aturuodurr souaur
menos importante. En sueños casi nunca avanzo a
el papel que desempeña el sentido del t a c t o es mucho
oqrnu sr o1rel lrp oprtuos 1a rucdurasap anb ¡aded 1a
'orgruee ua ir¡-¡ardsap lolsa opurnf, olrrof, otu¿t oeJoq
boreo t a n t o c o m o cuando estoy despierta; en cambio,
-es f o¡an¡1 'aca;rdescp anb rlsrg 'atuarurft¡ 'alueru
mente, fijamente, hasta que desaparece. Huelo y sa‑
en sueños. ¡Es un fulgor bellísimo! La miro larga‑
-r:3.re1 orrru E'I ¡orursr]]eq ro8ln¡ un sE! 'souans ua
E.Igtr-InlsaP eI'U usolll^EtEIn znl tsun sesa^ g '«sEl¿JBlllf,
cataratas». A veces una luz maravillosa me deslumbra
aP JOPEI]0JJE oPuenJlse un» oPro JH 'Erf,uEJur EUJerl
tierna infancia. He oído « u n estruendo arrollador de
m e n t e vislumbra a través del velo del sueño de mi más
s€LU rur JP ouJns I3P o[a^ IJP sa^EJl e ü_rgtunlsr^ aluáLLr
en la vida real, Tal vez sólo sean visiones que mi
ru anb sJuorsrl ueás olos ze^ IeL'lter epr^ EI ue
oprtuourrJedxa ;aqrq opJenlar ou enb süepr J se.roqts
sabores e ideas que no recuerdo haber experimentado
'sa-ro1o 'sauorf,Esues olualurJedxa souans srur uA
En mis sueños experimento sensaciones, olores,
'llJlsaEry rur E a.rerJJJ es ouruaura¡ e;qurouo;d
pronombre femenino serefiere a mi Maestra.
Muerte. Me pregunto si sela ha llevado consigo». El
IE '«oBrsuor ope^all rLI EI es rs orunBa¡d aW 'euanl I
tl EJÍ» :opuEIqtllel 'Erusrru rru oErp aur ol .( 'o8-re1 cp
de largo, y yo me digo mi misma, temblando: «Era la
ni siquiera puedo gritar. Poco después, el espíritu pasa
tsed ntr-¡¡dsa 1a 'se ndsap olod '¡urr-13 opcnd e.¡arnbrs iu
llr,roruur Elsa odJenl ru o¡ad 'aLU;aAoLU ep ole{ 'stu
nas. Trato de moverme, pero mi cuerpo está inmóvil;
-a^ sEI ua r.rrlaBuof, es rs oLuol 'a¡8urs EI €lJrrl atu )S
Seme hiela la sangre, c o m o si secongelara en las ve‑
Y

muy
m u y poco ética de de posiciones
posicioncs eextremas. x t r e m a s . Debo defen‑
defen-
der a ootro t r o hasta la últimaúltim,r gota de mi mi sangre, o debo
condenarlo
condenarlo sin e n e r en ccuenta
sin ttener u e n t a su arrepentimiento.
arrepentimiento.
Cometo ascsinatos, dormida, para salvarles la Vida
Corneto asesinatos, vida a a
o t r o s . Atribuyo a
otros. a las personas
pcrsonas que más aamo m o hechos y
palabras que que me mortifica recordar, y les lanzo uuna na
lluvia de
lluvia de reproches.
reproches. Es Es una u e r t e para la paz de
urla ssuerte nues-
de nues‑
ttra
ra m mentc que nnos
e n t e que olviclernos ppronto
o s olvidemos de nnuestros
r o n t o de uestros
rnalos sueños. La Muerte,
malos Muerte, rápida y horrible, horriblc, los eextra-
xtra‑
ños amores y odios perseguidos perscguidos sin remordimientos,
remordimientos,
lla
a venganza s t u t a m e n t e planeada; todo
venganza aastutamentc todo ello nno o sson
on
más que
mas vagos recuerdos
quc vagos rccuerdos que quc nnos o s obsesionan
obsesionan p o r la
por
mañana y que quc sese borran durante el día ccon o n las activi‑
activi-
dades normales de la m e n t e . Algunas veces,
mente. veccs, en cuan‑
cuan-
to
to me me despierto, me siento ttan a n avergonzada
avergortzada al rrecor- ecor‑
dar un altercado
altercado que he he tenido
tcnido en sueños que lo único
en sueños único
que quiero
que quicro eentonces
ntonces e ess n nc¡ volvcr aa soñar.
o volver soñar. Con este
clarísimo deseo en cn m e n t e vuelvo a caer en
mentc en un nnuevo
uevo
torbellino de de sueños.
sueños.
¡Oh,
¡Oh, sueños, que el oprobio caiga sobre vosotros! vosotros!
Vosotros,
Vosotros, que quc sois lo lo más inútil que quc se se pueda imagi‑
imagi-
nar, m o n o s insolentes,
monos fraguadorcs de comparaciones
insolentcs, fraguadores conrparaciones
odiosas, obsesivas aves de mal agüero, agüero, ecos ccos burlones,
burloncs,
advertencias intempestivas,
advertencias intempcstivas, vejaciones vejacior-res reiteradas,
reiteradas,
esqueletos en mi sillón Morris, Morris, bufonesbufoncs en la Ia tumba,
cabezas de la m u e r t e en
muerte cn los festejos de la boda, boda, pros‑
pros-
critos del dcl cerebro que noche desafían
cacla noche
quc cada desafí,rn a a la policía
policía
de la mente, ladrones de manzAnas de las Hes‑
mis manzanas
cle mis Hes-
pérides, destructores
clcstructores de dc mi mi paz doméstica, asesinos
del sueño. <<¡Oh, "¡Oh, sueños espantosos que quc amedrentáis
amedrentáis
a mimi espíritu arrebatarle
para arrcbat,rrle
para su decencia!»
dccenci:r!" No No nnosos

I IO
I I I
y jubilosa navegar veloz hacia el Infinito.
'otrurlul Iá ?rlELI zolo^ rPSc^?u ?sollgnf i
se[r^ sns .rrf;a¡clsop r:r'cl soqr: .rr]los (Ezalerntuu ns
su naturaleza, soltar cabos para desplegar sus velas
¡r3a.¡¡oc apand
puede corregir
el alma üI-Ur Ie
anb 'sorusrlu soJtosou cp J€sed u '¡tsued E ue^all sou
n o s llevan a pensar, a pesar d e n o s o t r o s mismos, que
souans so1 anb se olJarJ o1 'salurlcruas ErrueSrPrrr Eun
u n a indigencia semejantes. Lo cierto es que los sueños
.,( o¡ce.t un enb sotur soprnJtsJp sopulllu Jp ánbor{J
choque de mundos destruidos a n t e s que un vacío y
'e::-frede as I e-reaprd.red
parpadeará y se apagará. Sería preferible sin duda el
Iá rpnp urs rlqr.relr-rd urre5
'vuuurnq upr^ rl ap zr-r¡olu vz.renl u1 'a¡ 11 'peprlt?trour
mortalidad. La fe, la fuerza motriz dela Vida humana,
Más aún, se tambaleará n u e s t r a concepción de la in‑
-ur el ep uor:rdecuo¡ E-Itsanu ErEalEqtuel es (unt sEtr l
'rpr-rráf, aqlou lrrlr^ EI ap yllu srru znl ap t.tnetradxa
expectativa de luz más allá de la vacía noche cerrada.
ns rprrrJnsnf uelpq Í a,t anb elualu EI ue trtruerrJ
creencia en la m e n t e que ve y hallan justificada su
ns urldrualuor uaLUJánp sEjtuerlu uáuarl cnb seuorsr^
visiones que tienen mientras duermen contemplan su
suJ ua enb c,{ 'solansuol saJolulu sns ep oun uu-rJp
derán u n o de sus mayores consuelos, ya que en las
-¡ad so8arc so1 ,('souans sol atu.)tur^rlrurlep prur-rdng
Suprimid definitivamente los sueños, y los ciegos per‑
'sr¡nlnJ sauol¡r.raucB sr1 r-red so-r3o¡ Jp uorlral
lección dc logros para las generaciones futuras.
-otreJ
tiempo y del espacio, así c o m o la previsión y la reco‑
r[ ,{ uorsr,ra'td EI or.uoJ rsr 'orordsa 1ap Í odurarr
vencia que anima al alma a burlarse de los límites del
IeP sJlllurl sol áP esrúlrng E Eruls IE tru]uB cnb ErJua^
-ruuof, o uorlrzrJotnr Ep¡rru 11 rpanb r-rcprad JS'Etetu
m e t a . Seperderá queda la muda autorización o conni‑
pun JEZuElle r EJElSur sol uElrLlf,JELu es seurl anb
que jamás se marchitan los instará a alcanzar una
saJolJ ap o uan8unxJ as ou cnb solnf,sndeJo ap uorsnlr
ilusión de crepúsculos que no secxtínguen o de flores
fuerza del vuelo de la imaginación, porque ninguna
EUnBuru anb¡cld 'uorJtur8ttul trl ap olan^ Iap EZJen!
11 I EI Elurtsns
sustenta la poesía. Mermaran el esplendor del a r t e y la
ar.lr lcp.ropualdse Ie urreur.ratrX 'ersaod
dida será inconcebible. Se romperá el hechizo que
anb ozrqoag ¡o r,raduor aS 'clgrgaluorlrr Eres rprp
--rad t1
No obstante, suprimid cl mundo onírico, y la pér‑
I'o:r,l¡r¡o opuntu 1a prurr.rdns 'alurtsqo o¡a1
rica. .EJIJ
conocía antes que correr el riesgo de u n a visión oní‑
-,ruo Lrorsr^ Eun ep of;sar¡ Ia JerJoJ anb salur erJouoa)
anb salrr-u sol EJerJrJeJd re¡rue¡1 Jnb 'sand 'rpua.rd;os
sorprenda, pues, que Hamlet prefiriera los males que
CIVCII'IYAU V-I A SONENS SO'I
L O S SUEÑOS Y L A R E A L I D A D

-suo3 IeeJ Eprl Erlsenu oruof, -¡rsucd osoJgruose sA


Es asombroso pensar cómo n u e s t r a vida real cons‑
ciente da vueltas alrededor de las misteriosas irreali‑
-r]Eerrr srsorJalsrru sEI Jp JopapeJle sEllan^ Ep atuerJ
anb o¡ opot cp .resad y 'souans sol ep sred Iep sepep
dades del País de los Sueños. A pesar de todo lo que
decimos sobre la incoherencia de los sueños, muchas
srlllnru 'souens sol Jp ErJueJáqoJUr EI algos sotur:ap
veces razonamos basándonos en ellos. Depositamos
soruetrsodcg 'solle ue souopurstg sourtuozeJ saf,JA
sEtr J 'sezut;adsc sapur¡8 srru stJtsonu souens sol ua
en los sueños n u e s t r a s más grandes esperanzas. Más
aún, levantamos sobre ellos la e s t r u c t u r a de un
un ap EJnlJnJlsá EI solIc a]gos soruetur,r.cl 'une
mundo ideal. Recuerdo muy pocos poemas hermosos
sosourJcr] seuaod socod inru op-ranre¿ 'ltepr opunru

y profundos, muy pocas obras de a r t e nobles o siste‑


-atsrs o sJlgou clre ep sr,rgo srcod fnu 'sopun¡o;d I
mas filosóficos en los que no haya evidencia de que
anb ap rrf,uepr^e r.{rq ou anb so1 ue so3rJosolr} setu
las fantasías oníricas simbolizan verdades ocultas t r a s
sEJl sEllnso sePEPlc^ uEZrlogrurs sElrJruo sBrsEtuEJ sEI

los fenómenos. 'souaurouJJ sol


Que en los sueños reine la confusión y seproduz‑
-znpo-rd cs f uorsn¡uol EI áural sogens so1 ua an§

can conexiones ilógicas hace que sea plausible la t e o ‑


-oel EI alqrsneld eas cnb areq secrSolr seuorxauoJ uEJ
-U)turr3 so¡to r( IIaLIllrlN rnLItrV .rr5 .rod Epruelsos Err
ría sostenida por Sir Arthur Mitchell y o t r o s científi‑
a8r-rrp ru EloJluol ou ptlunlo^ EI IEnf, 11 un8as soc
cos según la cual la voluntad no controla ni dirige
ezJenJ E[- Perunlol E'I 'o]I-Iruo oluelurtsuad o-rlsanu
n u e s t r o pensamiento onírico. La voluntad ‐la fuerza
-urda-¡ osuelsap un EIIETI -Erolonpuoo d eroprgrqur
inhibidora y conductora- halla un descanso repara‑
oJa[á^ IEntr (alueru EI sBJluaru 'ouens [a JluEJnP JoP
dor durante el sueño, mientras la m e n t e , cual velero

113
€rr
l'
sin timón ni brújula, navega sin rumbo por un m mar
ar
I

desconocido. Pero, curiosamentc, hallamos estas fan‑


Pcro, curiosamente, fan-
tasías yy este
tasías este eentrccruzarse
ntrecruzarse dde los pensamientos ecnn
e los
grandes poemas imaginativos,
grandes poemas o m o Faerie Queene
imaginativos) ccomo Queene
Rcina de las Hadas],
[La Reina
[La dc Edmund
Hadas], de Edmund Spenser.
Spenscr. Charles
Charles
Lamb estaba impresionado por la analogía existente
Laml¡ estaba existcnte
entre
e ntre n u e s t r o pensamiento onírico y e
nucstro s t a obra de la
esta
imaginación. Refiriéndose al episodio de la cueva de
imaginación. Refiriéndose de
Mammon, Lamb escribió:

No basta o n decir que este


basta ccor.r estc episodio es es u n a copia de
una dc las
concepciones
conccpcioncs de dc la m e n t e dormida.
mente dormida. En Er-r cierto modo
modo sí sí lo es,
pero ¡qué ¡qué copia! Dejad
Dejad que el mas romantico de
más romántico de nosotros,n o sotros,
después
después dde e e n t r e t e n e r s e toda lla
entretenerse a noche
noche ccon o n eell espectáculo
espectáculo ddee
n a magnífica
una
u visicin insensata,
magnífica visión vuclva a elaborarla por la
inscnsata, vuelva
mañana y la ssorneta ometa a a la prueba de de su
su juicio despierto.
dcspicrto. Esa Esa
visión, que parecía ttan a n cambiante
can-rl¡iante y sin embargo tan
t a n cohe‑
cohe-
e n t e mientras
rrcntc csta facultad era
r¡ientras esta pasiva, examinada
cra pasiva, cxaminada fríamen‑
fríamen-
te resulta ser ser ttana n irracional
irracional y deshilvanada que nnos aver-
o s aver‑
gonzamos
gonzamos de dc haber
haber sido ttan haber tomado,
a n ilusos y de haber tomado, aaun- un‑
cstuviéramos dormídos,
que estuviéramos
que dorr.nidos, a un un m monstruo
o n s t r u o por unun dios.
dic'ls.
Pero las transiciones en eeste s t e episodio s o n a cada paso ttan
son an

violentas
violcntas ccomo o m o en cn el cxtravagante de los sueños, yy sin
cl más extravagante
embargo el juicio despierto las ratifica.
ratifica.

Es posible
Es posibic que quc yo sienta
sicnta más que quc ootros t r o s la analogía
existente
existente eentren t r e el mundo
mundo de u e s t r a vida despierta
de nnuestra despierta y el
cl
mundo de los sueños, porque antes de que me dieran
n a instrucción,
una
u instrucción, yo vo vivía en
cn uuna u e r t e de
n a ssucrtc pcr-
sue ño per‑
de sueño
a n e n t e . El testimonio de mis padres y amigos, que
manente.
m
me
mc observaban
observaban día a a día, esel único medio de
cs cl único de que dis‑
dis-

t74
114
pongo para conocer cómo era la realidad de aquellos
sollcnbe ap ptprleár EI Ere oruol reJouol t¡rd o8uod
sottrE sol 'Ertrutlur Iru ap sosolngeu sour so¡arur¡d
primeros años nebulosos de mi infancia. Los a c t o s
físicos de a c o s t a r m e y levantarme sola por la mañana
EUEUeLu r¡ ;od EIOS aurJelur,tal f etuJrlsoJt Jp solrsrJ
sol cP srEd [E PEPrlEar EI aP uorrrsuErl EI ueJrELu
marcan la transición de la realidad al País de los
Sueños. Lo más que puedo decir es que, dormida o
o eprturop 'anb sa rrJap opand anb str.u ol 'souens
despierta, yo sentía únicamente c o n mi cuerpo. No
o¡ 'od-ranr rru uoJ clualutlrun Ertues ol 'elrardsap
alcanzo a recordar proceso alguno que pueda ahora
Eroqt epand anb ounSp osa¡o¡d repro3ar e ozue)lr
dignificar c o n la palabra pensamiento. Es verdad que
anb pepra.t sq 'otuerluesuad rrqrled EI uor rtcr¡ru8rp
mis sensaciones corporales eran extremadamente agu‑
-nBr aluaruEpEurJJlxJ ur;c scle;odJol sáuorJ€sues srur
-EtuarurpnJ uorxeuoJ EUn JEpJEnS ap ar.rede 'o;ad'srp
das, pero, aparte de guardar una conexión rudimenta‑
ria c o n las necesidades físicas, no estaban asociadas ni
ru stptrf,ost urgtlse ou 'secrsrl saprprsJrJu sEI uof, Erl

dirigidas. Tenían escasa relación e n t r e sí, conmigo o


o o8ruuo: 'rs aJtlra uor3tsleJ EStJSe utrueI 'stpr8r.rrp
c o n la experiencia de o t r a s personas. La idea ‐que
anb- rapr E-I 'stuosJed se¡lo ap Erf,uarlcdxc e1 uoc
-rlcucu¡dxc El r peprnurluoc I peprruapr e8rolo
otorga identidad y continuidad a la experiencia‑
entró en mi existencia dormida y en mi existencia des‑
-sap Erluetsrxa rLU ua I tprru;op erJuelsrxa rru ue oJlue
EI guadsap as anb ue oruatuour ouISILU 1c ua euatd
pierta en cl mismo m o m e n t o en que se despertó la
rLU 'oJUaLUoru asa op sáluv 'ErusrLU Jrrr ep Erf,uarouof,
conciencia de mí misma. Antes de ese m o m e n t o , mi
m e n t e se hallaba en un estado de anarquía, pues las
se1 sand 'u¡nb.¡rue ap opetsa un ue EqEIIETI cs atualu

sensaciones c a r e n t e s de sentido se habían amotinado,


'oprurtorue utrqEq cs oprtucs ap satuaJEl seuorJesues
y si hubo pensamiento, éste era t a n vago e intrascen‑
-ucf,sc-rlur c o8r,r utsl EJa alsa 'oluarruesuad oqnq rs I

dente que no merece ser mencionado. Sin embargo,


'o8rrgua urs 'optuorouaru Jas aoeJeur ou anb JluJp
yo soñaba mucho a n t e s de empezar c o n mi educa‑
-eonpJ rru uoJ ¡vz¿du¿ Jp sJtue oqf,nu tqeuos oi
ción. Sé que debo haber soñado porque no recuerdo
opranrar ou anb¡od optuos raqELI oqap anb gS 'u9ll
ninguna interrupción de mis experiencias táctiles. Las
sE'I 'sclrlret srlcucr¡adxc sru-r cp uorcdn;ratur run8uru

cosas caían súbitamente, c o n todo su peso. Sentía mi


rLu Ertu3s 'osad ns opot uoJ 'aluauelrgns utrto sESo:)

ropa cn llamas o que me caía en u n a tina de agua fría.


'er,r1 rn8r áp EUu ELrn ue ErEJ eLU anb o serurll uc edo¡

En u n a oportunidad sentí un olor t a n intenso a pláta‑


-rrg1d p osuetur urt rolo un uucs peprunt-rodo EUn uE

nos metido en la nariz que, p o r la mañana, a n t e s de


Jp satue 'EUEuELU e1 ;od 'anb zr¡tu BI ue oprlalu sou
o¡! ',ropurede 1r: sourrrld sol JEJSng e rn¡ 'aru;nsaa.
vestirme, fui a buscar los plátanos al aparador. ¡No
había ninguno, ni tampoco olor a plátano en ninguna
run8uru uc clurtt:ld E Jo[o ocodurr] ru 'oun8uru trgrq
'ouens un eluarulelot Ere Epl^ ll4 ¡ar-red
parte! Mi vida era totalmente un sueño.

frr
115
7

Todavía existe en en mí uuna n a marcada similitud eentre ntre


estar
e star despierta yy eestar dormida. En
s t a r dormida. En ambos estados estados
vco, pero
veo, pero nono ccon
o n mis ojos. Oigo, pero
mis ojos. pero no ccon o n mis
oídos. Hablo y me mc hablan, pero pcro sin el sonido de de uunana
o z . Siento placer gracias a uunas
vvoz. visioncs de inefable
n a s Visiones inefable
belleza
bclleza que nnunca u n c a he contemplado
contemplado en en el mundo físi‑ físi-
co. Una vez, en un sueño, sucño, tenía tcnía uuna n a perla en la m mano.
ano.
No tengo
No ninguna imagen
tengo ninguna imagen de uuna n a perla
perla verdadera
verdadcra
almacenada en la memoria. mcmoria. Por lo ttanto, a n t o , la que Vi vi en
en
sueños debió ser uuna creación de
n a creación de mi imaginación.
imaginación. Era Era
cristal pulido, de
un cristal de u n a forma exquisitamente traba‑
una traba-
jada. Al Al mirar su su reluciente intcrior, un éxtasis de
rclucicntc interior, de tter-
er‑
nnura mc inundó el alma yy me sentí ttan
u r a me a n maravillada
rnaravillada
o m o alguien que cxaminase
ccomo cxaminasc por primera primera vez el cora‑ cora-
zón fresco y dulce de uuna Mi perla era
o s a . Mi
n a rrosa. cra rocío y
fucgo aalavez,
fuego la vez, poseía el ei verde aterciopelado del m mus-
us‑
go y la blancura delicada
dclicada de azucenas) la dulzura y
dc las azucenas,
los matices
los matices destilados
destilados de un un millón
millón de dc rosas.
rosas. EraEra
o m o si el alma de
ccomo dc la belleza
bcllcza se se hubiera disuelto en en
sus entrañas de cristal. Esta bella Visión
sus visión fortalece mi
convicción de que el mundo que la m
convicción mente construyc a
e n t e construye a

partir de innumerables
innumcrablcs experiencias
cxpcriencias y sugestiones su‑ su-
tiles es es más hermoso que el mundo de dc los sentidos.
sentidos. El
esplendor
esplendor del dcl crepúsculo,
crcpúsculo, que mis amigos arnigos contemplan
contemplan
colin¿rs teñidas de
r a s las colinas
ttras de rojo púrpura, esmaravillo‑ cs maravillo-
Pcro la puesta de sol de la Visión
so. Pero
so. visión interior brinda brinda
un placer mas más puro, pues pucs se r a t a de la combinación
sc ttrata combinación
enaltecida de toda la belleza bclleza que quc hemos conocido y
deseado.
descado.
Creo que soy más afortunadaafortunada en cn mis sueños que la Ia
mayor parte parte de la gente, porque cuando
gente, porque cuando reflexiono
reflcxiono

tt6
116
-
ltt
117
-sanu u[ ¡nb t].^r,r suur EprA üun ap sollJtsap sol -¡tsJg
brar los destellos de u n a vida más vasta que la nues‑
-LUrl[Sr^ s^oLucpnd soucns ua anb ¡usuad rpe-r3t: atr¡
Me agrada pensar que en sueños podemos vislum‑
que el o r o y los rubíes. 'sergnr so1 .{ o"ro 1a anb
osor.l¡-¡d sELU se zrlJ1 orran)^
'stsa.rdros susorlrlJp

deliciosas sorpresas. Un sueño feliz es más precioso
ur-l¡ ozardo;t osed EpEJ rl I 'sofupuc'lcsa I sarrclrur-r so1
los rincones y escondrijos, y a cada paso tropiezo c o n
sopot Jp sttsr^ardulr ua8-¡ns sersullrrj sJJInC 'ouJJJ
freno. Dulces fantasías surgen imprevistas de todos
-uesep zrlrJ uor y1¡r: e-rrd rle ep c¡¡o¡ I ar8clr spduor
compás alegre y c o r r e de aca para allá c o n feliz desen‑
Lrn oPUEIJCLLT _roPePaJIt rLu E EZLrllC 'ouens
rable de mi sueño. Danza a mi alrededor marcando un rrLr JP elc'lEJ
decepción de mi corazón, y contemplo el r o s t r o ado‑
-ope oJtsoJ 1a olducruo¡ I 'uoze¡oJ rru cp trorcdacap
hombros, la t a r e a banal de mis manos, la pena y la
11 I tuad 11 'soueru srut ep leueg tcJel 11 'so;gruoq
r r a r de ojos, me quitan el peso que llevo sobre los
sol Jr(los^ o,ra¡¡ rnb osad ¡e r-rBlrnb etu 'sofo ep -rEJJ
-a:l I -rr-rgr
comunes y habituales. De repente, cn un abrir y ce‑
un uJ 'ctuac{a¡ aC 'sJlürllrqtq d saunLuo3
satisfacción en mis sueños. Me sacan de los lugares
sa-rr8n1 sol ap uEJES atr J 'souans srru ua uorrJelsnrs
LrE¡ürl 'of,r¡o8ürusetueI ol 'otr19sur o1 'oge.rrxa o¡ ap
de lo extraño, lo insólito, lo fantasmagóríco, hallan
t a n dulces c o m o aquellos dela adversidad. Mis ansias
sürsu€ srtr { 'ptprsre^pt el ap sollcnbe oluof, seJlnp uel
bargo, es verdad que mis sueños tienen t a n t o s usos y
I sosn solulrt uauarl souJns srut enb pepJa^ sa 'o8;eg
-rua urs 'EptqlrpsJp uut sa rJrJruo rrououadxa rdnf,
cuya experiencia onírica es t a n desdichada. Sin em‑
to insistir en el placer de soñar en presencia de alguien
ttarnSlu cp eltrtleseld r¡c -tr:uos ap -raruld Ie u, -utsrsur ol
-snl ínur pes ou ze^IEt ir:11c -rod oLLnsnllnur oluers o'I
Lo siento muchísimo por ella; tal vez no sea muy jus‑
'lltlul r ctuttsuor ozren+sa ns opurBuolo-ld urErrr¡
fatigan prolongando su esfuerzo c o n s t a n t e e inútil.
nes del día invaden el dulce territorio del sueño y la
rJ f otrans lrp orrotrrrJt rrlnp Ie uapu^ur Brp lrp seu
-or¡rdn¡oa;c{ se1 f sapt:l1ncr}lp sr1 'alqepr-r8u ouens
sueño agradable. Las dificultades y las preocupacio‑
olos un opruat erl ou Epr^ ns Epot ue anb ru;r¡r eru
mía afirma que en toda su vida no ha tenido un solo
r8ltr¡r Eun 'rBUos urs eLlf,ou eun .rod esor rarnbpnc
cualquier cosa por una noche sin soñar. Una amiga
Lrt.rlrp anb rrarrp cur ,{ '.^opr8rl¡r ínru i soptsurc urt
t a n cansados y muy afligidos, y me dicen que darían
-.rardsep JS 'seJopeq¡nuad I salurtarnbur a¡druars uos
son siempre inquietantes y perturbadores. Scdespier‑
souJns soino so8rtut o8u¡l 'o8-requra urs 'orusrrsntua
entusiasmo. Sin embargo, tengo amigos cuyos sueños
srrlr oLlJnru Lrol solr-l.rrrrrr srll I souang soJ ap srpd
País de los Sueños y las narremos c o n mucho más
mayor nitidez las a v e n t u r a s grotescas y fantásticas del
lep súlnsgrur:¡ f srosato-lll se-¡nlua^r sEI zeprlnr ¡oleru
uor soueploccr '1e;nlru se oruoJ 'anbune 'salquper8e
agradables, aunque, c o m o es natural, recordemos c o n
sol urrrrluopa-rd anb cp uorsardrur e¡ o8uat so]le ergos
sobre ellos tengo la impresión de que predominan los
Y
ttra.
ra. La vemos
vcmos ccomo o m o un niño, o ccomo o m o un salvaje salvaie que que
visitase uuna n a nación civilizada. Los pensamientos n nos
os
llegan muchomucho mejor mcjor quequc ccon u e s t r o ejercicio
o n nnucstro ejcrcicio normal normal
dc pensar.
de pcnsar. Sentimientos
Scntimicntos más
más nobles
nobles yy sensatos que
sensatos
u a n t o s hemos conocido
ccuantos conocido nnos os e estremecen
stremecen e n t r e latidos
entre latidos
del corazón. En uuna
del corazón. noche efímera, uuna
n a noche n a naturaleza
naturaleza
principesca
principcsca nnos o s cautiva y n o s volvemos
nos volvemos ttan a n grandes
grandes
ccomo u e s t r a s aspiraciones. Me a
o m o nnuestras t r e v o a decir
atrevo decir que que
rretornamos
etornamos a pcqucño mundo ddc
all pequeño e n u e s t r a s activida‑
nuestras activida-
dcs cotidianas ccon
des o n un recuerdo ttan a n incompleto y dis‑ dis-
torsionado de lo lo que
que hemos visto ccomo o m o el de aquel
africano que visitó Inglaterra Inglatcrra y luego lucgo dijo que había había
estado en en u n a colina e
una n o r m e que lo
enorme 1o transportó por las
aguas deun dc un gran lago. lago. La
La amplitud
amplitud de u e s t r o pensa‑
de nnucstro pcnsa-
miento, eestemos
miento, dormidos o
s t e m o s dormidos o despiertos,
despiertos, sin sin duda
depende en
depende en gran medida de
gran medida de nnuestra
u e s t r a idiosincrasia,
idiosincrasia,
complexión, costumbres costurnbres y y capacidad mental. mcntal. Pero, Pcro,
sea cual sea la naturaleza de u e s t r o s sueños, los pro‑
de nnuestros pro-
cesos mentales que los caracterizan caractcrizan sson o n análogos a a los
los
quc scproducen
que sc produccn cuando la m e n t e presta atención sin
mente
ser forzada p poro r la
Ia voluntad.
voluntad.

rr8
118
119
6tt
olgs orurcnp sp-rtueru o8uat anb sogans so1 ap anb
que de los sueños que tengo mientras duermo sólo
la interminable sucesión de pensamientos, mientras
sr-rllrarLu 'soluerruusuad ap uorselns algeulturarur EI
JtlreLuEArlJadso¡la-r JEJILLI opand oplJrII ouans un sBJl
t r a s un sueño lúcido puedo mirar retrospectivamente
anb sa Erf,ueJa1rp E-I 'ctuarosuoJ ouans un opu€uos
soñando un sueño consciente. La diferencia es que
inconexos y disímiles e n t r a r cogidos del brazo: estaba
€qetse iozeJq 1ap soprSoc Jr?Jrue scllu¡rslp I sox¡uo:ur
stru solueruresuad sol E rA'ogons Lrn E oqf,nlu Efatues€
asemeja mucho aun sueño. Vi a los pensamientos más
as ollnse; anb e¡ruo-rc e1 'urqt8all solla anb eprpaur t
a medida que ellos llegaban. La crónica que resultó se
sEJoLI oJtenf, o seJt etutJnp rgrJJsE 'epJel t¡ :od eruJrl
t a r m e por la tarde. Escribí durante t r e s o c u a t r o horas
-rsrl E uoJerurl e nb sotuarrursuad ap odn:8 Lrn uof, ErJ
ria c o n un grupo de pensamientos que vinieron a Visi‑
igual que en los sueños. Un día t u v e una fiesta litera‑
-EJalrl ElsJrJ Eun alnt erp un 'souens sol ue anb ltn8r
concéntricos y se abren en remolinos de fantasía,
'rrsetuy; ap sourloruJ; Lra uJJqE as d so¡r;tlref,uo3
soln3Jrf uezeil 'ue1lo,ruascp ,( ue¡1orue es 'sauorxeuoc
conexiones, seenrollan y desenrollan, t r a z a n círculos
ep es€lr Epol uaoelqetse sotuerulrsuad srru anb ope,L
vado que mis pensamientos establecen toda clase de
-Jesqo al1 'EJto sr-tl ua8rur EUn ep'o¡lo se-¡t oluarures
samiento t r a s o t r o , de una imagen t r a s o t r a . He obser‑
distraídamente anotaba el golpe incesante de un pen‑
-uad un ,p eluescJur ad¡oli Iá Eg€lout JtuaLLIEprEJtsrp
s€Jluarur 'seuorf,Jn.¡lsur ru seuorJrgrqur urs 'seqcur
anchas, sin inhibiciones ni instrucciones, mientras
sns r -¡e8e.t
atua[r rtu e opuelap 'ouansue ap arcadsa
especie de ensueño, dejando a mi m e n t e vagar a sus
He estado sentada durante horas, sumida en u n a
BUn Lra Epruns 'se;oq áturJnp ¿pttuas opelse eF{
UN SUEÑO CONSCIENTE
EINET]SNOf, ONAnS Nn
Y

acierto a recordar
recordar m muy u y pocas ideas e imágenes, irnágenes, ttomo omo
hilos sueltos dela
los hilos de la urdimbre
urdimbrc y la ttrar-na
la r a m a deunde un dibu‑
dibu-
jo que no alcanzo
alcanzo a vcr, o las hojas relucientes que
a ver, quc un un
viento onírico
viento onírico ha hecho hecho caer c,rer de un un árbol:irbol que que no no
puedo identificar.
irlcntificar. En este ensueño m
este ensueño a n t u v e la clave
lnantuve
de la conexión
concxión de ideas. Ofrczco
Ofrezco a continuación mis
observaciones
observacioncs sobre ellas, para m o s t r a r las analogías
mostrar analogías
que existen
que n t r e los pensamientos
cxisterl eentre pensarnientos cuando cu:rnc1o no estan están
dirigidos y el cl comportamiento
comporta¡ricnto deun de un auténtico
auténtico pensa‑ pensa-
miento onírico.
onírico.
escribir un ensayo. Quería
Tenía que escribir Quería ttencr e n e r la mmen-en‑
te despejada y presta a obedecerme, obcdecerme, y I que todas sus
siervas estuvieran dispuestas a
siervas estuvieran a secundarme
sccundarme en cn la tarea.
tarea.
Mc proponía disertar con
Me crudiciór'l sobre mis expe‑
con erudición expe-
riencias en materia
riencias materia de educación y
dc educación y aprendizaje,
apren dizaje, y y
estaba excepcionalmente
exccpcionalmcnte ansiosa ansiosa por hacerlo lo mejor mejor
posible.
posiblc. Tenía en en la cabeza
cabez-¿r un r-rn plan
plan dede trabajo para mi mi
cnsayo, que
ensayo, quc debía
dcbía ser serio, scrio, inteligente
inteligerrte y rico en en ideas.
idcas.
Además,
Adernás, debía e n e r un cierto aire académico,
clebía ttencr académico, ccomo omo
dc diploma en
de pcrgamino, e
en pergamino, c impresionar
impresionar debidamen‑ debidamcn-
te al lector ccon o n su u s t e r a dignidad de
su aaustcra dc toga y birrete. birrete.
Me encerré
enccrré en mi mi despacho,
dcspachcl, resueltarcsuelta a tcclear en la
¿r teclear la
maquina
rnáquina de cscribir el capítulo
c-le escribir cirpítulo inmortal
inmortal de de la historia
historia
demi vida. Alejandro
de mi Vida. Alejandro estaba ttan scguro de
a n seguro de poder ccon- on‑
quistar Asia ccon o n el espléndido ejército que su padre
Filipo
Filipo había entrenado
cntrenado ccorno o m o yo de n c o n t r a r mi casa
dc ecncontrar
mentirl en
mental orden y1. mis
cn orden mis pensamientos dispuestos dispucstos a a

obedecerme.
obedccenne. Mi Mi m e n t e había disfrutado de unas lar‑
mcnte lar-
gas vacaciones,
gas vacacic'rncs, y yo
yo llegaba justo
justo en
cn el mmomcnto en
o m e n t o en
que ella m e n o s me
merlos mc esperaba.
cspertrba. Mi Mi situación
situación era similar
ala
a la del amo
alno que,
quc, ttrasr a s marcharse
marcharse aun a un país lejano,
lcjano, vuel‑
vuel-

Ir20
ZO
ol oruol IEt opot o[JeJtrro]uá opurradsa -le8oq ns E eA
ve asu hogar esperando encontrarlo todo tal como lo
aub uo¡ u-rtuenf,Llá as -¡tsa.¡8a¡ IE oJed 'oprlap erqeq
había dejado. Pero a l regresar s e e n c u e n t r a c o n que
[8101 Eun eureu
sus criados están dando una fiesta. Reina una total
'ElserJ Eun oPUEP uElse soPErJs sns
e1 ap I 'e¡eq 1a ,L rcrsnur EI áp oprnr IA 'uorsnluoJ
confusión. El ruido de la música y el baile, y de la
multitud de lenguas diciendo tonterías, no les deja oír
.rro elap srl ou'se¡¡etuol opuar3rp sen8ual ep pnlulntu
sadlo8 sol ep .{ solr¡8 sns op ,resad y 'oure Iep zo^ el
la v o z del amo. A pesar de sus gritos y de los golpes
1a uc
que daenel portal, no le abren.
'ur-rclu a¡ ou '¡ruod rp anb
Ia
uol urrell Jeuos eJrI-I 'orusrru o1 eqesed aru rru V
A mí me pasaba lo mismo. Hice sonar el clarín c o n
Iap sollESE^ so1 orad 'sopr8uolo¡d I sat¡an¡ sanbor
toques fuertes y prolongados, pero los vasallos del
pensamiento no se reunieron bajo mi estandarte.
'etJEpurlsJ rru oleg uoJárunal as ou oluetuesuad
Cada u n o de ellos llevaba a su bella pareja abrazada
Epezetqe rla¡ed elleq ns E EqE^ell solla ep oun EpEJ
upr,L utruod» strpolsru sucol anb o¡ou8t a 'a11er 1a .rod
por el talle, e ignoro qué locas melodías «ponían vida
y ardor en sus talones». No había nada que hacer.
'-rcJELI anb rpru plqeq oN '«seuolel sns uá ,rop.ru .,(

Perdidas las esperanzas, contemple a mi gran comiti‑


-Drruotr uu.¡8 ru e clduaruoc 'sezue,¡adsc stl stplpJed

va y medi c u e n t a de que lo más importante no esla


rl sc ou ¡tuet;odu¡r stur ol anb ap rru3no rp aru .{ e,t
posesión deuna cosa sino la habilidad para servirse de
Jp asJrlJas e;ed peprlrqtq EI ours ESol €un ap uorscsod

ella. M e instalé n u e v a m e n t e e n m i sillón para presen‑


-uasc;d rrrd uo1lrs rur Lra átuoLUpÁJnu oltlsur eW 'EgJ
'r1p eprrrras rttso alqrpe;8r ErE 'elrlsep ue;8 1a :urr
ciar el gran desfile. Era agradable e s t a r sentada allí,
ociosa « c o m o un barco pintado en medio de un pin‑
-urd un ap orpau ua opulurd of,JEq un otuof,>> Esorlo
tado océano», viendo a c t u a r a mis pensamientos. Era
'soluerruesrrad srllr a -rBnlf,t oPuSrA («ouueJo opt?J elg
en cosas agradables que decir sin t o m a r ‑
--rrluot urs Jrlep anb sclqepe:8e stso¡ ua ¡tsuad ouroo
c o m o pensar
sela molestia de escribirlas. Me sentía c o m o Alicia en
ue ETIIIV ouloJ t.Iluos ar{ 'SEIJIgI-llsa eP tllselotu Lll es
rp srtd ]a
el País de las Maravillas cuando ella y la Reina de
sEI oputnr st]lr^prrry r1¡a í ep Eura¡ y¡
Corazones c o r r e n a toda velocidad sin cambiar n u n c a
u3J-ro] SauOZEJOJ EPO1 E pJunu rErgruEr urs pEPrf,O[eA
o rlj,m ;ii :
de lugar ni llegar a ninguna parte.
Ji, 1T :T
^ I
La fiesta proseguía, alegre y divertida. Los bailari‑
-r E p r r r e r p rrrr.#, .
o s g E rE -,.r

nes eran todos los tipos de pensamientos. Había pen‑


-uad r¡qr¡1 'sotuorruesuad ap sodri sol sopol urra sau
samientos tristes y felices‘ pensamientos aptos para
¡:,¡¿d soldu solurnuuslrad 'sacr¡a¡ í sets¡.¡l so]Uarrues
EI upqt^all anb sotuaruusucd 'oduau f eurlc epec
cada clima y tiempo, pensamientos que llevaban la
marca de cada época y cada nación, pensamientos n e ‑
-eu soluaruesuad 'uorJEu epro i e¡oda EPrr eP EJ,rEur
cios y pensamientos sabios, pensamientos sobre per‑
-Jad a-rqos soluarurtsucd 'sorqts sotucIuIESLIed i sc-xc

TZT
I 2 I

-
sorlas) sobre cosas
sonas, cosas y sobre nada, pensamientos bue‑
bue-
pensamientos pícaros y pensamientos refinados,
nos, pensamientos refinados,
tolerantes y generosos. Allá iban, girando eirando en espiral,
espiral,
siempre cogidos de la m a n o . Un bufón
mano. bufón ridículo, ccon on
traje verde y o
un traje r o , dirigía la
oro, danza.
ladanza. Los invitados
invitados no no
seguían orden ni prioridad alguna.
seguían alguna. No había dos pen‑ pen-
samientos que tuvieran algún parentesco eentre n t r e sí, ni
siquiera el de primos en ccuarto u a r t o grado.
grado. Tampoco exis‑ exis-
tía algo así ccomo n a alianza
o m o uuna internacional
alianza internacional entre
e n t r e ellos.
ellos.
Cada pensamiento se comportaba
C:rda pensamiento comportaba ccomo un poeta
o m o un
rccientcmente creado.
recientemente creado.

Su boca no podía abrir,


Su abri¡
pcro allá
pero allí voló uun
n trropo.
ropo.

¡Oh,
¡Oh, letras
lctras mágicas..., si al menos las hubiera hubiera escri‑
escri-
to yo! E,sta alegre
yol Esta multitud bajaba desordenadamente
alegrc multitud desordenadamente
las avenidas
por las avcnidas aisladas
aislad¿rs de mi mi m e n t e . Llegaban
mel-rte. Llcgaban en en
medio de uuna n a bacanal de ccantos a n t o s y de gritos, en en la más
más
clcsconcertante confusión que uunos
desconcertante n o s ojos hayan
hayan visto.
Cerrad u e s t r o s , y ved llegar a
Cerritd los vvuestros, a los caballeros
caballeros y
a las damas de mi fiesta. Con plumas y turbantes se se
acercan) ataviados
acercan, atavi:rdos ccon cnca;'cs de seda
o n encajes seda y de p punto,
unto,
delicadas doncellas vestidas en los ttonos o n o s grises de los
cuáqucros, príncipes alegres ccon
cuáqueros, capas de color
sus capas
o n sus
rojo escarlata,
cscarlata, damas galantes ccon o n rosas prendidas en en
los cabellos,
cabcllos, monjes
monjcs ccon o n capuchas que hubieran hubieran podi‑
podi-
do cubrir la alta Torre de la Catedral, Catedral, niñas recatadas
recatadas
ccon nruñecas de
o n sus muñecas dc papel en brazos y alocados cole‑ cole-
giales de rubicundas caritas
giales caritas matinales, un un profesor
profcsor
clistraído que lleva
distraído llevrr sus zapatos bajo el
sus zapatos cl brazo y tienetienc

1f22
22
{.2 t
123
ap Elalue uJJirLl Eun EruJ^ so¡J ErlrH 'uorceurlsapard
predestinación. Hacia ellos venía u n a hilera e n t e r a de
rl e-rgos LrourJas un ,,( stprsoJuos st¡¡rlaur sns ua sol
los en sus mejillas sonrosadas y un sermón sobre la
-an,(oq uo3 ctsrql un 'oluerrqtutq I opr[gnJsa unluoJ
común escuálido y hambriento, un chiste c o n hoyue‑
t r e s bailarines que iban cogidos del brazo: un lugar
.rr$n1 un :oztrq 1ap soprSoo ueqr anb seurrtlreq sarl
do el rosario. A poca distancia de allí se distinguían
rrr,rn8uu.^rp JS rllt cp úrJlrutsrp trod y 'orJESoJ Ia op
estaba viendo!‐ marchaba u n a humilde monja rezan‑
-uEZeJ rfuour cplrunq Eun Eqeqr.rrru -iopuar^ EC1Else
preciosas, y junto a él ‐¡apenas podía creer lo que
anb o1 .roc;:r rrpod srucdrl- 1a c o:unf ,t 'sesor¡¡-rd
strpcrd uor sepeurope srrlepurs i sap;c,t sollequ] uof,
c o n cabellos verdes y sandalias adornadas c o n piedras
(soJEJ
raros, ¡en tiestos! Detrás de ellos venía el jovial Pan,
'ur¿ lrr.Lof Ia Erlre.\ solle ep sEJtaC ¡sotsan uel
,(nu sasauodef soze;ar solnurLrrrp solr11 I so^o¡¡r
arroyos y u n o s diminutos cerezos japoneses muy
'sa;o11 uEclEZuEp sal¡rd srpor ;od seJtuarur 'o¡lo e¡ed
para o t r o , mientras por todas partes danzaban flores,
opul un cp E.r^oLU usr-rq a,\rl-rs rr¡n anb seprrsoJ sJgr-ru
nubes rosadas que una suave brisa movía de un lado
un tropel de encantadores cupidos eabalgando sobre
erqos oprrcSltqro soprdnr seropelutrua ep lcdo,rl un
da y bien dispuesta» c o m o la reina Isabel, rodeada de
Jp rprJpo.r 'laqrsi EUraJ El oLUoJ «rtsendsrp uarq .{ tp
-rrLurue» 'opurltrcl 'algrcrdr f rua¡as Eprr,rrul ap '-osal
yeso‐, de mirada serena y apacible, bailando, «anima‑
uá eploru ordo¡d ru-r áp ptrexa erdoc t1- snua¡ o8a11
llegó Venus ‐la copia exacta de mi propio molde en
punta, a n t e la mismísima cara del dios Sol. Después
sandsag 'loS sorp Iep prur ürursrLusrur EI JtuE 'rtund
EI ur EqEeLUrll anb 'e1oc esolp,teJclu ns grr8e f sefof
joyas y agitó su maravillosa cola, que llameaba en la
oLL¡oJ sE]E sns oBa¡dsap alsa enb r,( '1ta.r «r,ted p ouru
nimo al pavo real, ya que este desplegó sus alas c o m o
-rLU SELu ol ue ocunlJad ou olsg 'oPEf,srlurErll of,JE ns
su arco ehamuscado. Esto no perturbó en lo más mí‑
uoo stperop seqJelj o;rdsrp a1 oSon¡ ep orrto ns apsep
desde su carro de fuego le disparó flechas doradas c o n
I urlanr pl olp as olody anb cl;an1 urt olr¡3 rrn org
Dio un grito t a n fuerte que Apolo se dio la vuelta y
ramaje deun granado, picoteando los frutos rosados.
'sopESoJ sotnJ] sol opueetocrd 'optuu8 un ap aferue¡
pico en forma de gancho, entraba y salía volando del
Iap oputs]o^ rrlus ,( Egtrlur 'oqour8 ep Erluo¡ ua o¡rd
gotas congeladas de rocío. Un pavo real, c o n un gran
ur¡8 un rrol '1rc-r o.trd u¡ 'ortroi ap stpr:la8uo¡ srlo8
I sefoq ep Erpeq tsrál€osa run .rod Eunl EI B Elqns rp
de subía a la luna por una escalera hecha de hojas y
-uonp un 'suLUEii s?l ap sa^uJl u opuusrd utsg¿,nlrr sou
nos entraban pasando a través de las llamas. Un duen‑
-n31e I urqtpru 'uege1o.t'urgeauo.ted as 'ueqeurur3
Caminaban, sepavoneaban, volaban, nadaban y algu‑
'EtuaruJot r:¡ ;od rprpnf,ts Els? oprs JJqrrrl selt eoN
Noé t r a s haber sido ésta sacudida por l a t o r m e n t a .
duendes y toda la multitud recién bajada del arca de
cp rrrt 1ap epefeq uene.r pnlnlnlu EI Epol I sapuanp
aspecto
de sabio, seguido por sus colegas, por hadas,
'srprq .rod 'sr8aloc sns ¡c¡d oprn8as 'orgrs ap oloadse
Y

Noches
Nochcs ccon o n los cabellos al ¿rl viento y de dc Días llevando
llevandcr
en la espalda enormes cnormes haces haces de leña. Súbitamente
Súbitamcnte vi
apareccr la figura
aparecer generos¿1 de la Vida, que sobresalía
fieura generosa sobresalíir
del torbellino de dc la multitud,
multitud, sosteniendo
sostenicndo a un niño
desnudo
desnuclo en cn uuna
na m a n o y en
rl¿1no cn la ootra
tra u n a espada reful‑
unil reful-
gentc'. Un
gente. Un oso se
se echó a sus pies,
pics, y en torno
t o r n o a ella gira‑
gira-
ban y resplandecian
rcsplandecían gran cantidad de ¿ítornos minús‑
de átomos rninús-
culos cantando todos toclos juntos: .Sor¡os la voluntad de
jur-rtos: «Somos dc
Dios". El átomo desposó
Dios». dcsposó al ¿rl átomo y la sustancia qui‑ quí-
mica se sc casó
casír con
c o n la
l:r sustancia química,
química, y la danza cós‑
cós-
mica siguió yr' siguió aall compás cornpás dde e u n ritmo
un ritmo cconstantc
onstante
yv variable,
vrrriablc, hasta que quc mi cabeza cantó cual cLlal sierra chi‑ chi-
rriante.
rriantc.
Justo
Justo cuando
cuirndo estabaestaba pensando
prensanclo en cn abandonar esta
escena de de fantasmas para ir a pasco por los bos‑
a dar un paseo bos-
cajes silenciosos del Sueño, observé obscrvé un gran tumulto tumulto
cerca de uuna
cerca n a de cntradas de
dc las entradas dc mi palacio encantado.
encantado.
Era evidente, por los murmullos murmullos y el bisbiseo
¡- bisbisco que quc sese
había levantado,
había levantado, que hal¡ían llegado
quc habían llcgado más más personajes
célebres.
célcbres. Al Al primero que quc vi fuefuc a Homero,
Homero, ya ,va no e esta-
sta‑
ba ciego,
cicgo, sino que que guiaba, tirando de uuna n a cadena de de
o navcs de
r o , las naves
oro, cic blancos
blanc-os espolones
cspolones de dc los
krs aqueos,
aqueos, que qllc
meneaban
mcneaban sus cabezas y
sus cabezas y graznaban
graz.naban ccomo o m o hacen
hacen
muchos cisnes cisnes blancos.
blancos. Lo Lo seguían Platón Pl:rtón y v Mama
Mam¿í
Gansa, yy detras detrás de dc ella los numerosos niños niños del del Za‑Za-
pato. Simón el
pato. el Tonto, Jill y
y Jack,
Jill Jack, con
c o n sus
sus cráneos
cráneos
recién remendados,
recién remcndados, y el gato que quc se cal.(r dentro de
se cayó de la
la
n a t a bailaban
nata l¡,rilaban uuna n a vertiginosa
vertiginosa danza escoces¿, mien‑
dilnza escocesa, mie n-
PIatón clisertaba solemnemente accrca dc las leyes
r a s Platón
ttras disertaba solemnemente acerca delas lcyes
del País Patasarribai
Patasarriba. Detras vcnían Calvino, ccon
Detr¿ís venían o n ex‑
ex-
presión adusta, y «la
presión sonricnte y dulce
"la sonriente Safo, coronada
dulcc Safo, coronada

124
r24
125
\zt
Papa» y «El t o r o de o r o » libraban un combate de his‑
-sILl lP JlPqrtloJ un utqEJC-lI[ «t)-lo áp oJol lf» I "edt¿
bandeja ala gallina delos huevos de o r o . «La mula del
lrp rlnru r.I» 'oro rP so^anq sol cP turllB8 EI e tláPutg
ELnl uc opuu^JII u¿qEIrJSeP rnb 'uPuoPeu ESrw EI
la Mesa Redonda, que desl‘ilaban llevando en u n a
ap sorailEgBf asop sol rod soPElndrua uo.renj soqLUV
Ambos fueron empujados por los doce caballeros de
'sElsrJEtuJLUol sol eP sou€ru E JluElsEg oPrJJns uElqeq
habían sufrido bastante a manos de los comentaristas.
r:,{ sr:fn.rq sEI anb ?qE]ueLLrn8-rr arrcdsa{eqS 'sepp:)
cadas. Shakespeare argumentaba que las brujas ya
--roqr I sept¡nldto .res uurqap 'qlaqta¡,¡ ua 'srfn;g su1
las brujas, en Macbeth, debían ser capturadas y ahor‑
enb uc urlsrsur rrLlltW 'areadsaluqs turltg¿N I reqrepX
Mather y William Shakespeare. Mather insistía en que
uoltoJ ur'ta cnb alnpap LrorrES;eAUoJ ns .rod 'cle-rr op
do traje. Por su conversación deduje que eran Cotton
-tr.ttlltgt un ergos oPErtJI aP E]Iult eun Egr^ell E.Ito
o t r a llevaba u n a túnica de letrado sobre un abigarra‑
u1 f rsrc ;od -lrpur r.¡rd ouroc r?puse,\ Eqr stslla Jp Eun
Una de ellas iba vestida c o m o para andar por casa y la
'Erf,uJIOr^ LrOl JrtnJSrP e uo¡crsnd cs sr-rn8r¡ soc'roJnj
furor. Dos figuras sepusieron a discutir c o n violencia.
oPü^oLIá,I uol JITZLIJLUoI ts ol{an^ ulgrq «Solc'ltl sol
los Libros» había vuelto a comenzar c o n renovado
ep EIIrlEg» EPrzrurplua 11 anb ago-rduroc ,{ sopucru
mendos y comprobé que la encarnizada «Batalla de
-áJt otoJogle un i or¡atr¡8 un ofo os 'Jluadar eO
De repentet se oyó un griterío y un alboroto t r e ‑
'eLllou ESa r-¡ar^oll enb Jes crpod anb oo
có que podía ser que lloviera esa noche.
-r1dc; atueq 'roltl oqlnu ETTELI enb ofrp 8-roquapa-arg
Swedenborg dijo que hacía mucho calor. Dante repli‑
'srltsrrlr i srlorua-¡ süsotr eJqos Jllrolurpürullru oplms
sando animadamente sobre cosas r e m o t a s y místicas
-rc^Lror 'solunÍ uo-rrllc11 3-roquapamg ,{ arurg 'satua8
gentes. Dante y Swedenborg llegaron juntos, conver‑
Tal vez habían dejado de gustarle las mujeres inteli‑
-rlelur sorafnut sr1 cl.rersn8 cp optfep ut:rqer{ z¿^ IeL
humor muy del siglo X I X de la joven, ya que no sereía.
'Errr es ou anb rf 'ua¡.of El rp xrx o¡8rs 1ap lnru -rorunq
'seprltcn;cue sEI ap
de las encrucijadas. Evidentemente, él no entendía el
IJ Erpuetuá ou 1a 'cluaruetuJpl^E
ui 'euurg u anluLu orglegos Lrn ue ouELLr ns Egrp puolu
mond daba su mano en un soberbio minué a Diana, la
el c a n t o del gallo Cantaclaro de Chaucer. Henry Es‑
-sg d.rua¡1 'rárnrq..l ap orelrttue3 o11e8 Iep olutl Ia
ua ordurn;;o¡d anb alutsatale EJpuol€ eun ofr¡l 'scrue1l
llantes, trajo una alondra aleteante que prorrumpió en
nacimiento de Aristófanes. Shelley, el de los ojos bri‑
-rrq solo sol ap 1a 'ía11aqg 'seur+otsr-rv ep otuerurruu
ocurrió que el alemán era una lengua m u e r t a antes del
Iep salut EuJrlru rn8ual run E-re uttualt 1a anb orJJnJo
aLLr JSanb¡od 'OJEJ uJe rnb asua¿ 'LrrLLralts r¡e sauEJol
tófanes en alemán. Pensé que era raro, porque se me
-sr-ry f o8ar.lS ur ererlotr{ 'zar. v¡ e sop sol opuelqrrl
hablando los dos a la vez, Moliere en griego y Aris‑
y Moliere se unieron a ellos, siguiendo el compás y
f seduor 1a opuarn8rs 'so11a E uorerun as e.ra.r1o¡7q i
seur+gtsrJv 'aq)stlloq)s un urqelreq anb '"seta1or.t ap
de violetas», que bailaban un schottiscbe. Aristófanes
I

toria y ficción, tal ccomo yo lo


o m o yo lo había leído en los li‑ li-
bros,
bros, pero nunca nunca lo había presenciado. Estos animali‑
preser-rciado. Estos animali-
ttos
o s huyeron
huyeron despavoridos
clespavoridos en en ccuanto apareció un
u a n t o apareció
enorme
e n o r m e elefante, que
qL¡e se desplazaba
dcsplazaba pesadamente ccon
on
Rudyard Kipling a horcajadas sobre su tronlpa. Sú‑
slr trompa. Sú-
bitamentc, el elefante
bitamente, metamorfoseó en «.un
elcfante se metamorfoseó u n ber‑
ber-
gantín". (Yo no sé
gantín». sé lolo que es es un bergantín,
bergantín, pero éste
cra un
era Lrn barco m rnuy fino y), muy veloz.)
u y fino veloz.) Seguramente
Seguramentc
había sido abandonado hacía mucho tiempo por los los
salvajes corsarios de c{e los Mares
Mares del Sur, porque, colga‑
Sur, porque, colga-
jarcia
do de la jarcia y saludando alegremente mientras mientras el el
barco se hundía, distinguí a
se liundía, a un hombre
hornbre de de ojos cente‑
cente-
lleantes
llcantes vestido
vestido ccor-r on u una chaqueta de
n a chaqueta de pana.
panir. Justo
Jr-rsto
cuando el barco se se perdía de dc vista, Falstaff
Falstaff se se precipi‑
precipi-
tó en
tó en auxilio del navegante navegilnte solitario y... 1,... ¡le
¡le robó la
bolsa!
bolsal Pero Pcro Miranda
Mirand,r lo lo convenció
conrenció para que se se la de‑
de-
volviera. Stcvenson dijo: «Basura
volvicra. Stevenson "Basura roba quien roba mi
bolsa". Falstaff
bolsa». Falstaff se i ó y admitió
se rrió adn-ritió que era un buen chis‑
er:lun chis-
tc, ttan
te, a n bueno
l¡ueno ccomo o m o los que quc había escuchado
escuchado en su su
época.
época.
Ésta fue f,,re lala señal paril que
señal para que nnos caver¿1 encima
o s cayera encim¿ un
enjambre
cnjambre de dc citas: iban de de un lado para o otro,
t r o , eran u una
na
incipiente multitud de frases frascs sin terr¡ina¡ oraciones
terminar, oraciones
truncas, sentimientos parodiados parodiaclos y metáforas
metáforas brillan‑
brill:rn-
e s . No pude distinguir
ttes. ninguna frase o idea que fuera
distinguir ninguna
mía. Vi ccolno omo u oraciírn pobre, liarapienta
n a oración
una l-rarapienta y enco‑ euco-
gida, que que hubiera podido ser
ser mía, atrapaba
atrapaba al vuelo
una
u hcrmosa idea
n a hermosa iclca con la luz del genio gcnio brillando
brillando ccomo omo
un halo sobre su cabeza. cabeza.
Una y ootra vcz los bailarines
t r a vez baiiarines cambiaban
cambiaban de de pareja,
parcja,
sin previa
prrevia invitación
invitacici¡r o permiso.
pcrmiso. Los pensamientos
perrsamientos se se

tz6
126
127
lzt
'utsrJeuJucd sa1 enb uor¡tntund ap sou8rs sol relln3o
ocultar los signos de puntuación que les pertenecían.
ep opuettlt souttr8 Jp stlrl soJto i s)unluol sc-reÍin1
lugares comunes y o t r o s citas de gitanos tratando de
satuEuorldJrJp utsJe sorrnSle anb ¡nbr cq 'stt.ltlseru
máscaras, he aquí que algunos eran decepcionantes
sr1 otrnb sál opuEnl 'o;a¿ 'solrat-rl i so^nr8n¡ so1 ap
de los fugitivos y traerlos. Pero, cuando les quitó las
sounS¡r r .rcpuaga.rdr o.r8oi 'seuolndu¡e d soprldosa;
resoplidos y empujones, logró aprehender a algunos
'rr¡e-rJol Er.llnru ap sandso¡1 'sol;r¡ntdr¡ t-red so¡1a
ellos para capturarlos. Después de mucha eorrería,
¡Es u n a extraña bellaqueríal». Y la Memoria fue t r a s
sErl 3nj Errourehl EI Á '«¡Euenbtllaq uuErlxe tun sg!
manga a la Memoria y le dijo: «¿Por qué se escapan?
¿urdtcsa cs anb ro¿?" :o(rp c1 I et-rorua¡4 11 t e8ueu
cubría sus r o s t r o s . La traviesa Curiosidad le tiró de la
EI AP 9JIT JI PEPISOIJN) ESEI^EJI E'I 'SOJ]SOJ SNS EIJqNf,
media docena de veces, sin quitarse nunca el velo que
anb o1a.t Ie eJunu csJttrnb urs 'saJel ap BUá3op tlparu
uo¡ar:e,¡tdrsap i uoler¡a¡rdee¿'uurf,oJrdesap o.isd
pero desapareeían. Reapareeieron _vdesaparecieron
inmediatamente se iban. Parecía que iban a bailar,
're¡rg E utqr cnb erca-rt¿ 'utgr as JtuaurttelpaLuur
tivantes trajes del olvido, hacía su aparición, pero
oJad (uorJr¡rdr ns rrceq 'opr.tlo Iap safr¡t satur,trl
-nE3 sol uol soprlse,t 'suu¡srtur¡ ap erur:druotr Eun
Una compañía de fantasmas, vestidos c o n los cau‑
Metáforas Mixtas. 'sEtxrw s¿JoJ9law
o t r a s t a n t a s , Pertenecían a la famosa sociedad de las
srl aP PEParlos ESoru€J tl B uErláueued 'sEluEl s¿rlo
operJJo^rp rrergeq es f saf,e^ ap uotuoru un sop€sto
casados un montón de veces y se habían divorciado
opttsc uErgEH 'asopuealcd JrAr^ p soptJqruntsole
acostumbrados a vivir peleándose. Habían estado
Julse urrtrJ-rud enb sJ[rurrs soJ]o ErqrH 'uoJeJrdas as
se separaron. Había o t r o s símiles que parecían e s t a r
,,{ ctuapr,r.a gtlnsa¡ sel sJrrorun sns ep púprn¡EJ EI ored
Pero la fatuidad de sus uniones les resultó evidente y
excepcionales, estuvieron a p u n t o de romper la danza.
'EZUtp e1 ;aduor Jp orund r uoJár^ntse 'saleuorrdacxa
rret JapaJo-ld ap sEJauE[r sns uoJ 'soprtadsa; fnu
muy respetados. Con sus maneras de proceder t a n
ue¡e cnb f 'e1qe1or,tur r,rreutsruJed t,r-ratios I orrqrlac
celíbato y soltería permanecía inviolable, y que eran
oíno salrurs sotJerl urqtJluof,ua as supcsEJ sefa,rtd se1
las parejas casadas seencontraban ciertos símiles cuyo
artug 'oHucloqr orout.r ap ¿rlrrueJ Eun ep uorf,nlosrp EI
la disolución de u n a familia de rancio abolcngo. Entre
en el hogar y hasta pueden t e n e r c o m o consecuencia
ErouanlJsuor ouloJ Jeuat uapend rrsuq LreSoq 1a ua
ErpJof,srp Bi u ue3nplrof, soetrrl1 Lrrs soruouruteu so1 i
y los matrimonios sin flirteos conducen a la discordia
período razonable de noviazgo es u n a incongrueneia,
'rr¡uen;Suolur Eun sa o8zer,Lou ep alqruoztr oporrad
un ¡od oprsud ueq ou anb srapr sop ap Epoq e-I 'satue
antes. La boda de dos ideas que no han pasado por un
oprfat.roo JSJeqBq urs sorruur sns uerun I srduoc un
un compás y unían sus manos sin haberse cortejado
ep orpallr uJ uugusef, as 'Elsr,r r.¡arul-td E ueqe-rou-rtue
enamoraban a primera vista, se casaban en medio de
La Memoria
Mcmoria se sentía nruy contrariada
sentía muy contrariacla por haberse haberse
molestado ttanto ir a
a n t o en ir cazarlos y no haber atrapado
¿t cazarlos atrapado
más que a lamcntable hatajo de
a un lamentable o s c o s bribones.
de ttoscos bribones.
rnajestuosos gigantes, que se
Cuatro majestuosos se hacían llamar
llar-nar
Historia, Filosofía, Derecho Dcrecho y Medicina,Medicin:r, se se incorpo‑
incorpt-r-
a r o n a la multitud. Parecían
rraron deniasiado solemnes e
P:rrccían demasiado e

imponentes
imponentes para unirse al baile
para unirse baile de máscaras. Pero, Pero,
mientras yo los contemplaba, estos estos formidables invi‑ invi-
t¿rdos sedividieron
tados sc dividieron en cn fragmentos
fr,rgmentos que se se pusieron a a

grar y a bailar en forma de divisiones,


girar divisioncs, subdivisiones
yy másmás subdivisiones
subdivisiones de de ¡tonterías científicas! La
¡tonterías científicas!
Historia se se dividió en en filología, etnología, antropolo‑
filología, etnología, antropolo-
gía y
gía v mitología,
mitología, y éstas,
éstas, a
:r su vez,
vez, se
se dividieron
clividieron ttan
an
finamente
finamcnte ccomo o m o si dedc cabellos se r a t a r a . Cada espe‑
se ttratara. espe-
cialidad aL'»razaba a su pedacito de
cialidad abrazaba dc conocimiento y
bailaba
bailaba ccon o n él un vals, dando
dando vueltas y v más vueltas.
vueltas. El
e s t o de
rresto cornpañía empezó
dc la compañía cmpezó a a dormitar
dormitar y yo también
sentí que me entrabacntraba sueño. Para poner fin a
Para poner a los giros
giros
solemncs, un tropel de hadas compasivas arrojó ama‑
solemnes, ama-
polas sobre todos nnosotros, osotros, e ell baile
baile dde e máscaras desa‑ dcsa-
pareció, di di uuna cabezad:r, y
n a cabezada, v me sobresalté.
sobresalté. El El sueño
sueño
me
me había despertado.
despertado. A mi lado estaba est¿rba mi Viejo viejo amigo
arnigo
Bottom.
Bottom.
<,Bottom>,,le
«Bottom», le dije, «he
"he tenido un sueño del que el el
hunrrno no podría decir qué sueño
ingenio humano sueño fue. Me
Mc
pareció que yo era...,
quc yo no hay
era..., no hay quien
quien pueda decir
decir el
el
qué. El ojo del hombre
hombrc no ha ha oído, el oído del hom‑
hom-
bre
brc no ha visto, su mano
m a n o no es
es capaz de saborear, ni
su lengua
su lengua de dc concebir, ni su de repetir
corazón de
su corazón repctir lo que
fue
fuc mi
n-ii sueño.»
sueño.,

rz8
canto
de oscuridad
PBPrrnJso aP olue) url
Un
l
Mis alas han tapado mis oídos
srtr soplo snu opedrr uur.l spp

y se han cruzado encima de mis ojos,


'solo srur ep euIrru, oprznJf, uuq as ,{

pero através de su plateada sombra


u-rqruos eprarrJd ns ap s:.re:r e o.rad

y de sus plumas ndormeccdoms


i suroparauropu sttunld sns ep

surge una Forma, un grupo dc sonidos.


'ELUJoc uun cB.¡ns rp odn:3 un sopruos^

opprrqtl oalauotd'ia¡¡aqs 'B d


P. B. Shelley, Prometeo liberado

No me a t r e v o a preguntar por qué e s t a m o s


-e,Lr¡d soLuetsa anb .rod .¡elun8c¡d e o^eJlr aur oN
priva‑
dos dc luz,
'zn1 c¡r sop

confinados en n u e s t r a s islas solitarias en medio de


JP orPsru ua sErJElrlos sEISr sEJtsanu ua soPeurJuol

un mar infinito,
'olrur¡nr -ruuJ un
o cómo n u e s t r a Vista fue educada para la gloriosa
rsouol8 u¡ r::ed rptlnpa en+ rlsr^ EJtsJnu oLrrol o
Visión,
'uotsIA

para apagarse y desaparecer y dejarnos solos en la


asrr8ede emd f d ¡acc¡rdrsap EI uJ solos sou'lrfap

oscuridad.
'PEPrlnlso
sorq ap olJJlJS IE
El s e c r e t o de Dios está en n u e s t r o tabernáculo;
oJtsánlr ua Etsa lolncru;cqet
no me a t r e v o a c o n o c e r su misterio. Lo único que
JJrouoJ tr o^J-rlu or.u ou
'S
l1s anb o¡run o-I 'or-ralsrru

sé es esto:
:O]SA S3
'runprges EI Iq uol 'eznn¡ EI gtsr I-E uoc
c o n Él está la fuerza, c o n Él la sabiduría,
orlsanu ua PEPrJnlso oPEruEJJaP rq rlr";r.;ffjr,
y Su sabiduría ha derramado oscuridad en n u e s t r o
camino.
De las ignotas, inconcebibles tinieblas venimos,
'sorutuaa splqaxul salqtqaJuüut'sylou8t syl aO

y dentro de poco regresm‘emos


,( tp o.ttutp sout¿.tus¿t8¿t osod

a las vastas, irrefutablcs tinieblas.


a 'sylqdluti salqelntailt 'salsua svl

rIr
131
¡Oh Oscuridad! ¡Tú,
¡L)h Oscuridad! ¡Tú, terrible, dulcc, sagrada
terrible, dulce,
Oscuridad!
Oscuridad!
En ttus
u s espacios solemnes, le mirada humana
que la
solcnlncs, que human¿r
no abarca,
abarcir,
Dios forjó Su universo; puso los cimientos de la l,t
tierra,
ti crra,
estableció magnitu d y trazó la
estableció su magnitud hori-
raya de su hori‑
\a raya
zzonte;
onte;
puso ¡l m
pLlso puertas al mar 1o techó
r' lo
ar y o n la gloria
tech(r ccon eloria de las
nubes;
nubes;
dio uuna orden a
n a orden a Su
Su aurora, y, ¡contemplad!,
¡contemplad!,
cl caos huyó
el l-ruyó al vvcre r la faz del sol;
dividió el u r s o de los ríos para que desbordaran
cl ccurso desbordaran
las aguas;
aguas;
envió la lluvia sobre la tierra,
ticrra,
sobrc el
sobre yenno, donde
cl yermo, dondc hombres no había, había,
sobre el desierto, doncle la hierba no brotaba,
desicrto, donde brotaba,
y,¡oh rrilagro!, el verdor cubrió las planicics
r.,¡oh milagro!, pl,rnicics
¡y belleza vistió colinas y montañas!
¡y la belleza montañas!
De las ignotas,
ignotds, inconcebibles
inconcebibles tinieblas
tirtie blas venimos,
venimos,
y), dentro da poco i'egresaremos
dentrc¡ de 7'egresdremos
iia las vastas,
aastas, irrefutables tinieblas.
tinieblas.

¡Oh
¡O1-r Oscuridad! ¡Tú, secreta Cinescrutable
¡Tú, secreta c inescrutable Oscu‑
Oscu-
ridad!
ridad !
En ttus
En u s profundidades silenciosas, manantiales
profundidades silenciosas, manantialcs
inintcligibles
inintcligibles para el hombre,
honrbre,
Dios forjó el alma humana.
humana.
¡Oh Oscuridad! ¡Compasiva,
¡Oh Oscuridad! ¡Cornpasiva, omnisciente
omnisciente Oscu‑
Oscu-
ridad!
ridad !
Tiernamente, o m o las sombras al atardecer,
Tiernamcntc, ccomo atardecer,

132
133
fft
bles. .SAIq
-rsrAUr sELUEII ap znl Eun etJár^ es JopapJJIe ns r f
y a su alrededor se vierte u n a luz de llamas invisi‑
'sect198ut sEIE ap otuer^ un eldos
sopla un Viento de alas angélicas,
en la sombra Etquos EI ue
¡eoautru-tcd aqap uarnb ap stllllaru sr¡ c-rc1os o;ad
pero sobre las mejillas de quien debe permanecer
El alma tímida, medrosa, evita las tinieblas;
:srrIqcrun sEI E]r,\a 'e sorpcru 'Eprrult ErulE IE
'svlqatut salqwnta,t,u 'svtsua sa1 a
n las vastas, irrefnmbles tinieblas.
soutatysat8at otod ap otluap (,
y dentro de poco regresaremos
'soLutuaa svlqatuti s¿lqlqaJuoJut 'sn1ou7t sul ae
De las ignotas, inconcebibles tinieblas venimos,
y el día derrame su luz. 'znl ns aue-rrep r¡p 1a f
áLIJou e1 ap sr¡1o8;r se1 urduoi as opuen:)
cuando se rompan las argollas de la noche
e1
ap Euerqts et:and u1
'rpr,r
la puerta abierta de la vida,
aP se^ts-rl E a^ál] eu¡ elrentr ar]nP rl oPuEnl
cuando la dulce Muerte me lleve a través de
i
no conoceré el éxtasis del miedo
oPaltLI IaP srselxá [aair]ouol olr
la sombra,
'uquos r¡
no t e m o mal alguno; aunque marche por el valle de
rp allE^ 1a "rodaLIJJETu anbune lounSlr IEtu oruat ou
:Joruál urs ourulpf serJetrlos sEI]r-¡o snl rod
Por t u s orillas solitarias camino sin t e m o r ;
EPr,\ tsl sa enb
que esla vida del alma. 'rrulr IrP
z11l rl sePuoJsa orJJlsruj nt uE
En tu misterio escondes la luz
ridad!
¡PEPI]
-n3so atu€lnrurlsa '1etr,r 'erqegl prpun:lsO qOl
¡Oh Oscuridad ¡Sabia, vital, estimulante Oscu‑
'sqqltuti sa¡qnlnlattt'syisya syl 1)
a las vastas, irrefntnbles tinieblas.
sotuatasa.¿8¿"r. osod Jp ottuJp t,
y dentro d e poco r e g r e s a r e n i o s
'souttztaa sqqatul salqxqiluuut'sulou8t syl dO
De las ignoms, inconcebibles tinieblas venimos,
atu abrazo reparador. '.ropr,rrda.r ozEJqE nl E
ELrJotáJ '¿¡r8ltlsou f epeSrrr:1
y su alma, fatígada y nostálgíca, r e t o r n a
'rru¡r ns f
'sopusuu:r
cansados,
soped;rd sns aJqos ouELU nt sEJoloJ pepr^Ens uoJ
Con suavidad colocas tu mano sobre sus párpados
'arqtuorl p aftsuau nl e8a11
llega tu mensaje al hombre.
respl¿rndecen en la oscuridad;
Mágicos rayos resplandecen
scndas de belleza
sendas serpentean a través de su mundo
bellcza serpentean mundo
de
de negrura
ncgrura
t r o mundo de
hasta ootro dc luz,
luz,
donde
doncle ningún velo vclo de
cle sentido lo lo deja fucra del
deja fuera
Paraíso.
Par¿ríso.
De ignotas, inconcebibles
Da las ígnotas, inconcebibles tinieblas venimos)
penimos,
y1, dentro dede poco regresaremos
regresaremos
a aastas, irrefumbles
a las vastas, irrefutables tinieblas.
tinieblas.

¡Oh Oscuridadl ¡Tú,


¡Oh Oscuridad! ¡Tú, bendita,
bendita, serena Oscuridad!
Oscuridadl
Par¿r el
Para cl solitario exiliado
exili,rdo que debe debc m o r a r contigo,
morar contigo,
tú eres benévola y cordial; cordial;
del riguroso mundo tú lo guareces;
tú lo guareccs;
le e c r e t o s de
lc susurras los ssecretos de la noche
noche maravillosa;
maravillosa;
le concedes vastasvastas regiones,
regioncs, ttan a n infinitas c o m o su
como su
espíritu;
espíritu;
glorificas todas las cosas humildes; hurnildes;
ccon
o n ttus alas protectoras cubres todos los objetos
u s alas objctos
desagradables;
dcsagradables;
bajo ttus
u s alas maternales
maternales hay paz.
paz.
De las
l¿ts ignotas, inconcebibles tinieblas
ignotas, inconcebibles tinieblas venimos,
venimos,
y dentro de de poco regresaremos
regresaremos
a las vastas, irrefztmbles
ltts'uastas, irrefittables tinieblas.
tinieblas.

II
H

Err¿rbl yo p
Erraba regioncs sin luz
o r regiones
por
tropezando
tropczando en en la negra oscuridad,
oscuridad,
yr. el miedo me
miedo me llevaba
llev¿rba de la mano;
mano;

r34
134
135
lIr
izn¡ ,ivrl prprrn:so Bi ap seLrrJuof, sol ua
en los confines dc la oscuridad hay luz;
El conocimiento ha desvelado el cielo;
lolarc ¡a opele^sap Eq oluárurlouol IE
'opuntu
esextranjero en el mundo.
1a
ua o.rafurJtxá se
el éxtasis de la vida
EPr^ EI JP srselxa Ie
fprpr:r1a¡ ap uEIqtuár1
tiemblan de felicidad;
EJJerl EI Í uozr¡oc rru
mi corazón y la tierra
ier,r?a1r ap utlqtuerl sorgruarru sIuI
mis miembros tiemblan de alegría;
M e c s t r e m e z c o d e gozo,
'ozo? ap oJzeLueJtsa atrAJ
y las puertas del Día seabrieron.
'uorar-rqr es EICI 1ap srtrand stl f
Íeprn 11 ap pnrruald e1 'peprlenrr-rrdsa uoc
c o n espiritualidad, la plenitud de la vida;
'uo-rarnSurtsrp sapeprncr,r. se1 ua f
y en las vacuidades distinguieron,
se1
las cosas,
'srsoc
esplendores, el carácter sagrado más secreto de
ap oleJlas sru ope;8us retJrJtf, 1a 'sa.lopua¡dsa
Mis dedos ansiosos buscaron los misterios, los
so¡ 'sor-rclsrru sol uortsJsng sosorsuú sopap srJ I
'ntr.r,rdsa rLU uoJELuEI+ur
Jourv ep se,rqeled se1
Las palabras dc Amor inflamaron mi espíritu.
.«s3lqtsintr
culables».
-lrlur sezanbl¡ casod r:¡1E 'e-ran8al nt E EJtuanf,ug
Encuentra a tu ceguera. Ella posee riquezas incal‑
¿Te has internado en los tesoros de la noche?
¿eqf,ou EI eP soJosJl sol ua oPeurslur srq a¡?
por los t e s o r o s de la oscuridad?
¿prprrnrso EI ep soroser so1 -rod
OPESJJaILII srr¡ e1?" :oftp aru tftq lnur zotua ,{
y en v o z muy baja me dijo: «¿Tc has interesado
'sard srru e:ed zn¡ 11 sa anb EqJJoluE ¿l
la antorcha que esla luz para mis pies,
olrelu El ua opuu^a11 toury o3a¡1 sa:uorug
Entonces llegó Amor, llevando en la mano
al día que no duerme. 'euranp ou anb r¡p ¡e
satuuroldrur sozerg srru rpuál
tendí mis brazos ímplorantes
Asustada por amorfos t e r r o r e s n o c t u r n o s ,
'sou¡nt:ou sa,roJrat soJJotur rod epetsnsy
'seduu.¡t o sozod E Joruel uof,
c o n t e m o r a pozos o trampas.
'E¡;etl ef ezJen| uoc urqrstd sa¡d stu
mis pies pisaban c o n fuerza la tierra,
¡la
¡la medianoche ha emitido un haz de luz!
ur,haz luz!
¡La
¡La ciega que tropezaba en
en la oscuridad sin luz
contempla un nnuevo
u e v o día!
día!
oscuridad reluce
En la oscuridad reluce la estrella
estrella del Pensamiento;
Pensamiento;
la Imaginación
Imaginación tiene n a mirada luminosa
ticnc uuna luminosa
y la m
mente n a visión gloriosa.
una
ente u gloriosa.

IIII
II

«El
"El hombre es es ciego. ¿Qué
¿Qué es para él la vida?
es para
libro cerrado delante
Un libro delante de un rrostro
o s t r o que no ve.
¡011, si pudiese
¡Oh, pudiese ver
v e r
aquella hermosa
hermosa estrella
estrella y conocer
a n sólo por un instante supremo
ttan
la alegría palpitante
palpitante dede la visión!»
visión!"

Toda visión eses del alma.


alma.
¡Contémplala
¡Contémplala en en el vuelo ascendente
ascendente
del espíritu liberado! ¿Has¿Has visto
al Pensamiento florecer
al florecer enen la la cara un niño
de un
cara de
ciego?
ciego ?
¿Has
¿Has visto su m mente como
e n t e crecer, c o m o el amanecer,
amanecer,
para aprovechar la visión del Maestro?
Maestro?
Era el milagro dede la visión interior.
interior.

regiones del asombro donde resido


En las regiones resido
exploro
cxploro la vida ccon
o n mis manos;
reconozco, yy soy feliz;
reconozco, leliz;
mis dedos ansían siempre
siemprc la tierra
y beben
beben sus maravillas ccono n deleite,
deleite,
prolongan los placeres de de la tierra;
ticrra;

136
r36
137
tf.t
EIIrprr e1 rtrn8rrur aluaurlredrur r1¡1
Mi impertinente amiguita la ardilla
después de la lluvia. 'Er^nll 11 ap sgndsap
debajo de los pinos, donde el aire es fresco
ooscr¡ sr e-rre Ic apuop 'sourd sol ap ofeqap
uprnb¡1 rrgruos EI ua ogrq eIN
Me baño en la sombra líquida
'cnbsoq
que e l viento r e m u e v e desde e l bosque.
Ic apsap alonrual otuerl 1a anb
opruos ap sauo,uedrql sol
los ehaparrones de sonido
orlrnJsá sttralE soPáP uoJ
Con dedos alertas escucho
'padsa: E ro]o ep EpErnlES
saturada de olor a césped.
el cristalino salpiear de u n a lluvia de v e r a n o
our-rel ep Er^nll EUn ep rrcrdps ourletsrlo Ia
las hojas heladas que el viento arrastra;
lt.rlse¡¡r oluar^ 1a anb sepelaq sefoq se1
'ue-rrnlsa as anb stf,sarJ srfoq cp Ef,rsnur El
la música de hojas frescas que se eseurren,
ilr.tttsa rgralq PI ua seslrg sanuel
t e n u e s brisas en la hierba estival;
los hilos plateados del agua;
Írn8r 1ap soprareld solrq sol
el estridente batir de alas de los insectos;
isotcesur sol ep srlr ep Jrrtq etuaprrlsa Ia
latuapn,rd eulltd rLU ua
en mi palma prudente;
el sedoso aleteo de las alas de u n a polilla
e11r1od eun ap sEIE sEI rp octrlr osopas Ie
irpr,t e1 ap soprruu sard saolnp so1
los dulces pies tímidos de la vida;
se acercan
laluarua,ttns opuEJJnsns UEJJálE as
susurrando suavemente;
Errarr E[ ap sopanb sttu sopruos so'I
Los sonidos más quedos de la tierra
'EPr^ El aP orqrl
tú me abriste el libro de la vida.
Ia etsrrgE atU rll
Taeto ciego, a m a n t e , curioso,
'osor¡nJ 'elueu¡E 'oBar¡ oIJEI
¡este brillo de simpatía en mis palmas!
¡seruled srru uá eltedurrs ap o11r,rq arsa!
este amanecer en mi
corazón,
'uoze)o) Iu¡ ue JeJeuEurE alse
'a.r8urs 11 ap ar8ale rrnl; átsá
este fluir alegre de la sangre,
llama, este éter, esta
'rala alsa 'erur11 elsa
este estremeeerse, Esto es t o c a r,
'as¡aoerua;lse elsa'¡EJol se olsE
'arcrf, anb o1 opol ep soprtel sol
los latidos de todo lo que crece.
'so¡lnurnru sol ep soprS.rec urtsa sard sru
mis pies están cargados de los murmullos,
r
roza mi hombro su cola,
o n su
hombro ccon cola,
salta de uunan a ola de hojas a aootra,
tra,
regresa para desayunar
regresa desayunar en mi mano, mano,
entre
e ntre n o s o t r a s existe
nosotras n a afinidad gozosa;
cxiste uuna gozosa;
ella salta juguetona; mi pulso pulso baila;
baila;
¡me embarga uuna
¡me n a jubilosa alegría de vivir!
de vivir!

¿No han
¿No han jugado mis dedos ccon o n la arena
de laia playa
piaya bañada
bañ¿rda por el sol?
¿No
¿No ha ha sentido mi cuerpo desnudo al agua ccantarantar
mientras lo envolvía el m marar
o n el susurro de su música?
ccon música?
¿No he sentido la cadencia
¿No
de las olas debajo de mi barca,barca,
el golpeteo dede la vela,
vela,
la tensión del mástil,
mástil,
los embates furiosos
furiosos
del viento cargado
cargaclo de relámpagos?
relárnpagos?
¿No he
¿No cl vuelo veloz, agudo,
he olido el agudo,
de los aromas alados quc presagian
aladc¡s que presagian la tormenta?
Aquí está la alegría,
alegría, despierta, radiante;
radiante;
aquí está el tumulto del corazón.
corazón.

Mis m a n o s evocan la visión yy el sonido a partir de


manos
lo que sienten,
sienten,
intercambiando sensaciones sin fin;
intercambiando sensaciones
relacionando
relacionando el el movimiento
movii¡iento ccon vista, el olor
o n la Vista,
o n el sonido
ccon
dan color a a la brisa meliflua,
meliflua,
el compás y la pasión de n a sinfonía
de uuna
al batir
batir y al temblor de de alas invisibles.
invisibles.

rl8
138
En
solarles sol uE
EI ap errt Iep d 1os ¡ap'E¡¡an
los s e c r e t o s d e l a tierra, del sol y del aire
mis dedos s o n sabios;
Ísorges uos sopap snu

arrancan luz de la oscuridad,


'pepr;ncso EI ep znl uE)ueJJe

s c c s t r c m c c e n c o n armonías susurradas e n silencio.


'orf,uelrs ue sEPEJJnsns sBruoruJB uof, ueJsurJ-nsc
3s

Camino enla quietud de la noche


oulrue) ua e1 aqrou EI ap pnlelnb
y mi alma rebosa de alegría.
'eu?a1e ap Esoger erule ru I
¡orue al'eprun¡.red ar{loN'aqro¡ qg!
¡Oh Noche, Noche perfumada, te amo!
¡otue et 'aqco¡ esualxa 'etse,r. qg!
¡Oh vasta, extensa Noche, te amo!
¡eqroN esouolS'a¡grrnuur qg!
¡Oh inmutable, gloriosa Noche!
Te t o c o c o n mis manos;
Ísouetu srul uof, oool eJ

me apoyo en tu fuerza;
ieznn¡ nt ua odode au
hallo consuelo. 'olansuos ollBrl

¡ar{roN Eroptlosuoc'a¡qepuosul qO!


¡Oh insondable, consoladora Noche!
'olernbur ntr.¡]dsa ru e¡ed orueslgq un saJE
Eres un bálsamo para mi espíritu inquieto,
anido agradecida en tu seno,
'ouas nt ue Epr3ep€J8e oprue

¡oscura, misericordiosa madre!


¡
aJperu esorpJoor;asrru'r.¡n¡so !
¡en3
Cual paloma descanso en tu seno.
'ouas nt ua osuEJSáp eruo¡ed
De las ignotas, inconcebibles tinieblas venimos,
'soruutaa sqqatutl salqlq»uoiut'spTouBt sq ae

y dentro de poco regresaremos


sotuatpsat8at otod ap o,uuap t,

a las vastas, irrefutables tinieblas.


'sqqatuq salqatntaut 'svlsaa sa1 u

6f.t
I39
H. K. ccon
o n su perro, leyendo
su perro, leyendo en
en braille.
©
@ Biblioteca Congreso de
Biblioteca del Congreso de Estados
Estados Unidos.
Unidos.
1894
l6gr
Mí historia
ErJol srg IW
[El e x t o que sigue
[El ttexto escrito, sin ayuda
fuc escrito,
sieue fue de ninguna
ayuda de clase, por
ninguna clase,
n a niña ciega y sorda de
una
u años de edad, y posteriormente
dc doce años posteriormente
dado a la imprenta sin cambios.]
cambios.l
¡La mente, la m e n t e sola
ylos aiuaru v1 'aruaut u7!
¡npod { rpla'pzuptadsa 'zn1 sa
es luz, esperanza, vida y poder!

esourtunl Eun 'soue arop erer{ rJBN


Nací hace doce años, u n a luminosa mañana de
EUEUETU ep
junio, enTuscumbia, u n a ciudad pequeña y agradable
a¡qtpt.r8e I tganbad pepnr: eun'rrqtunosnl ue 'orunf
aP ozuaruor IE 'ELUEqEIV eP euou EUoz eI uá EPenlrs
situada en la zona n o r t e de Alabama. El comienzo de
ozuarluo: IE JEIturs lnru I aJdrurs fnu an¡ Epr^ nu
mi vida fue muy simple y muy similar al comienzo
de cualquier o t r a pequeña vida, puesto que, cuando
oputnJ 'anb olsand 'rpr,L rganbad r¡1o -rarnb¡enc ap
vine a vivir por primera vez a este hermoso mundo,
'opunur osouJaq atse E za,r. t¡arur¡d Jod Jr^r^ B eur^
yo podía v e r y oír. Pero no reparé en nada en mi
rLu ua EpEu ua eJEd¿J ou oJed 'xo [ -ra,t erpod od
hogar durante varios días. Me encontraba m u y
fnu rqutuof,ue eW 'strp sorJt^ alueJnp rrSoq olanu
nuevo
-uos I 'a,rperu ltu áp sosour.reJ soztJg sol ue Btualuoo
c o n t e n t a en los brazos cariñosos de mi madre, y s o n ‑
reía c o m o si mi pequeño corazón estuviera lleno de
ap ouell rJar^nlsa uozeJoJ ouanbad rur rs oruoJ Bra-r
ep EqeqEJE anb opunur lep soprenf,ar sef,lnp seru sol
los más dulces recuerdos del mundo que acababa de
dejar.
'.refap

Me agrada pensar que vivía c o n Dios en un her‑


-raq un u3 sorg uoo Er^r^ anb -¡esuad eprr8e ayg
m o s o Algún Lugar a n t e s de llegar aquí; p o r eso siem‑
-Luers osá -lod i¡nbr rr8a1l ap salur ;r8n1 un31y osoru

pre supe que Dios me amaba, a u n cuando hubiera


Blalgnq opu€nl unt (EqELue eru sorq anb edns a¡d
olvidado Sunombre. 'argluou ns oPEPr^lo
Pero cuando empecé afijarme en las cosas, u n a ale‑
-ale Eun'srsof, sEI uá aruJrfr¡ e acadua opuenf, oJad

gría maravillada se reflejaba en mis ojos azules. Me


atrAJ 'selnze sofo srru ua tqela¡¡ar ás EpEIIT^entu eu8

€lt
143
quedaba mirando el cielo
quedaba cielo azul, bello y profundo, y
tendía
tendía mis mis manitas a los dorados rayos de sol que
los dorados que
venían a jugar conmigo al escondite.
conmigo escondite. Así transcurrían
transcurrían
mis horas felices cuando era un bebé. Crecía, lloraba lloraba
y reía, o m o todos los recién
rcía, ccorno recién nacidos.
nacidos.
Entretanto, me
Entretanto, nombre. Me llama‑
habían dado un nombre.
me habían llama-
o n Helen, porque Helen significa
rron significa luz, y a a mi madre
madre
le agradaba pensar que mi mi vida estaría llena de la cla‑ cla-
ridad del día. día.
rccuerdos que tengo de mi temprana infancia
Los recuerdos infancia
son, desde luego, m muy imprecisos. Tengo un confuso
u y imprecisos.
recuerdo de largoslargos días de dc verano ccono n muchísima luz, luz,
voces de los pájaros cantando a la luz del sol.
y las voces
Creo acordarme,
acordar[re, ccomo o m o si fuera ayer, dede haberme
haberme per‑ per-
dido en en un inmenso palacio verde, verde, donde había flores
hermosas y arboles
hermosas árboles fragantes. Me hallaba debajo de de
u n a planta alta y dejaba que sus pimpollos
una pimpollos descansa‑
descansa-
rran sobre mi
a n sobre mi cabeza
cabeza de cabello
cabello ensortijado. Veía
pequeños copos de dc luz revoloteando n t r e las flores;
revoloteando eentre
supongo que
supongo que serían pájaros, o acaso
serían pajaros, acaso mariposas. Oí
que me llamaba uuna o z que yo conocía bien, pero,
n a vvoz pero,
por pura travesura, no no le contesté. Me Me sentí feliz, sin
embargo, cuando mi madre me encontró y me llevó llevó
de vuelta en sus brazos.brazos.
Descubrí la Ia verdadera forma de caminar el día en en
que cumplí
cumplí un año, y durante los radiantesradiantes días de de vvee -‑
a n o que siguieron
rrano siguicron no permanecí quieta ni un minu‑
minu-
o . Mi madre
tto. madre me me miraba orgullosa
orgullosa y feliz mientras yo
rcía, jugaba y balbuceaba.
iba, venía, reía, balbuceaba. Yo Yo era su únicaúnica
hija y ellaella creía que nnunca
creía que antes había existido ootra
u n c a antes tra
bebé ttan a n hermosa o m o su pequeña
hcrmosa ccomo Helen.
pcqueña Helen.

144
I44
14s
Slt
ep JurlEtEJ-¡ad u-red uc,r.ol opersuruep prJ of o.la¿
Pero yo era demasiado joven para percatarme de
de angustia. 'rrtsnBue ap
seuozeJof, sns ouáll Egtum anb scco,t s€l ErJro ru znl
luz ni oiría las voces que amaba llenó sus corazones
rsourJaq tsl ErJe^ setu Bf,unlr r:rrftq ns enb ap eapr e1 .,(
y la idea de que su hijita n u n c a más vería la hermosa
'pr:pra,r elsrJt tsl áp Etuanc 11 ua uo;aito apJst sEW
Más tarde cayeron en la c u e n t a de la triste verdad,
ñavida. 'EPr^ Eu
llevado toda la luz, la música y la alegría de mi peque‑
-enbcd ILU ep tr.r.9a¡r r:1 i ecrsnru u1 'zn¡ El Epot opE^a[[
cruel me había arrebatado la vista y el oído; se había
Erqtq as iopro 1a I t:tst,t tl oprtegarre Ergttl atu [rt-I-I.)
JJgarJ rllanbr anb ap Etlranf, uoJarp es ou'otuerrurJalq
blecimiento, no sedieron c u e n t a de que aquella fiebre
muy felices. Durante un tiempo después de mi r e s t a ‑
-ElseJ ILu Jp sondsap odruarl un atuEJnC 'saorla¡ fnru
anb o.rad'fnu uo-lcrturs as i ErJr^rA enb uo¡ardns saJp
dres supieron que viviría y sesintieron muy, pero que
yo me bundí en un sueño apacible. Entonces mis pa‑
-rd sru scJuotug 'algroedu ouans un ue Jpunq ¡u o,i
,( 'opr8a11 ETqELI orlrof, aluJurept¡adsaur e esorJJtslur
misteriosa e inesperadamente c o m o había llegado, y
urt en; JS aJqeu r1 ouudurat tlututru Eun oJed
Pero una mañana temprano la fiebre se fue t a n
'¿r-rrJOLl¡ ¡u anb ola;r of,rp¡ru uanc'l
buen médico creyó que me moriría.
rur surp sorJe^ Jtlruirlp Á'sofo srLu ua orp;u,( orqns
subió y ardió en mis ojos, y durante varios días mi
eJgeIJ EI oJad '«9qec'l tLtl JP EPI^ E] uof, osoIPJolIJásILU
misericordioso c o n la vida de mi bebé». Pero la fiebre
as 'so1ar3 sol ua setsa ¿nb erptd» :operlsn8ut uozt.t())
corazón angustiado: «Padre que estás en los Cielos, sé
gemidos febriles mientras rezaba cn el fondo de su
ns cp opuoJ Ie uJ EgEZrr serluerru solrrqeJ soprua8
sttu .rErArlE ap EgElEJt I ulrurc ru¡ t otunl Bpetues Eq
ba sentada junto a mi camita y trataba de aliviar mis
-Ersa erpeur ry{ 'peparu-ra¡ua cllanbr ep sosnJuof, sop
dos confusos de aquella enfermedad. Mi madre e s t a ‑
-.renoeJ o^Jasuol unV 'prpJLu-rJJue a,r.e¡8 tun alr¡tuo¡
contraje una grave enfermedad. Aún conservo recuer‑
'.ptspa ep saseu a^Jnurf,árp sol r 'o:e;qal áp sallr algrl
cible mes de febrero, a los diecinueve meses de edad,
'sauolEi
sol r: ope8ad ouraIALII
al invierno pegado a los talones. En el frío y desapa‑
-rdescp i or-r¡ Ia LrE Jr
Sin embargo, el más luminoso de los veranos tiene
auerl souEJ)A sol ap osourrunl s_Eut Ia 'o8;tgu-ra ut5
cita?». '«
i Elrf,
-;afnru rr-u loq oqJsq uq an§?" :oPuer3rP seJe^ ser{J
chas veces diciendo: «¿Qué ha hecho hoy mi mujer‑
-nLu Egeság au ,,( sopeft¡Josuá sozrJ srur SEJIE oputqJa
echando atrás mis rizos ensortijados y me besaba m u ‑
alzaba con sus fuertes brazos, me despejaba la cara
ErE) el eqrfadsap aru 'sozuq sJuanJ sns uoo eqezle
casa, yo corría hasta el portón para recibirlo y él me
au 1a I olJrqrJcl e¡ud uot¡od Ie Erseq erJJo) ol 'esrc
ts
Después, al caer la tarde, cuando mi padre volvía a
Er^lol a;ped rtu oputnr 'ep-rel EI JeEJ ¡e 'sandsaq
lo que había sucedido. Cuando Cuando me dcsperté y eencon-
me desperté ncon‑
tré que todo estaba cstirba oscuro y v silencioso,
silcncioso, supongo que que
pensé que todavía era de clc noche, yv debí de preguntar‑preguntar-
me
me por qué el día tardaba ttanto en llegar.
a n t o en Poco a
llegar. Poco a poco,
poco,
embargo) me habitué al silencio y a 1aoscuridad
sin embargo, la oscuridad
que me rodcaba y me olvidé de que alguna vez había
me rodeaba habí:r
sido de día.
Olvidé todo lo Io que antes había,
quc antes exccpto el tierno
habíir, excepto
m o r de mi
amor
a mi madre. Muy ppronto r o n t o también se quedó quedó
callada mi o z infantil,
mi vvoz porque había dejado
infantil, porque dejado dede oír loslos
sonidos.
sonidr¡s.
¡Pero no
¡Pero no todo estaba perdido!
pcrdido! Después de de todo, la la
vista yv el oído no eran rnás que dos de
cran más dc las hermosas
bendiciones que Dios me
quc Dios me había dado. El más valioso, valioso,
el más
m,ís maravilloso de Sus Sus dones
dones seguíascguía siendo
sicndo mío.mío.
Mi m
Mi mantcnía clara yy activa, «aunque
e n t e se mantenía
mentc «aunquc 1a la luz
huyó para siempre».
sicrnpre".
En ccuanto
u a n t o volví a ttencr
e n e r fuerzas, empecé cmpecé a intere‑
intere-
sarme en
sarme en lo que hacían las personas que merodeaban. me rodeaban.
pcgaba al vestido
Me pegaba vcstido dedc mirni madre mientr¿rs ella iba
madrc mientras
y venía por la casa casa haciendo sus ttarcas dornésticas, y
a r e a s domésticas,
mis manitas sentíanscntían cada uuno n o de los objetos y obser‑ obser-
vaban
vaban cadacada movimiento, y y de esta maner¿l aprendí
est¿-r manera
muchísimas cosas. cosas.
Cuando me me hice un poquito mayor, mayor. sentí la nece‑ nece-
sidad de e n e r algunos
clc ttcner algunos medios
meclios paraparrl comunicarme
comunicarme ccon on
clue me
los que mc rodeaban
rclcleaban y me puse a
)'rl1e ¿1 inventar signos que que
rnis padres y amigos pudieran entender facilmente.
mis fácilmente.
Pero a ;r menudo
menudc, sucedía que quc era era incapaz de expresar cxpresar
mis pensamientos
mis pcnsamicntos de manera manera inteligible,
intcligiblc, y eentonccs
ntonces
mc ponía furiosa y daba rienda
me ricnda suelta a a mi rabia.
ral¡ia.

146
r46
I47
llt
opot olrrur8rtur opand 'Eprf,ouoJsap rruep EI E rEJ
car a la dama desconocida. Puedo imaginarlo todo
-snq E uorsBlse EI E oPcrlJrEru Ergrq Js osácl un oPrp
dado un beso y se había marchado a la estación a bus‑
^
trgeq aru arperu rru cnb cpscp 'opurrcdsc 'r11e egrrsg
Estaba allí, esperando, desde que mi madre me había
'úrrsrrtrAl r¡ oBe11 opurnl aqc.rod
Yo estaba en el porche cuando llegó la Maestra.
Ie ue Egelse oÁ
'o8ruruoo -ra:eq anb o31e eruct cnb rurp eun.rrBall ap
de llegar u n a dama que tenía algo que hacer conmigo.
otund E EgEtsJ enb 'r.re1c opers€ruáp ou EruJoJ EUn
u n a forma no demasiado clara, que estaba a p u n t o
ella llegó! Mi madre me había hecho comprender, de
cp '.repue;dluor oqf,eq Erqeq atu crprr.u r¡4 ¡93a11 r11a
anb ua apJet EI opJanJcr uarg anb'q6! 'sopru sns Ja:)
c e r sus nidos. ¡Oh, qué bien recuerdo la tarde en que
tando y en el jardín los sinsontes habían vuelto a ha‑
-Erl E otlrn^ uErgELI saluosurs so1 urp-rel ¡c ua f opuEl
-org uegelsá saltslnr] srloqrB so'I 'E^enu ePr^ ep EIIInq
bullía de vida nueva. Los árboles frutales estaban bro‑
uoz.efo) osuJLuur ns oLUoJ Jrluas r: rqrzedure EJJ
empezaba a sentir c o m o su inmenso corazón rra
-cn E-I 'r-rtsetry rur e-re8c¡1 anb ap satut (ozJELLr EJE
Era marzo, antes dc que llegara mi Maestra. La tie‑
.ESNJl
trusa.
-ur EUn oluor e¡rurruJeq állnp rru E rcl E gcadrua I
y empecé a ver a mi dulce hermanita c o m o u n a in‑
que el a m o r y el cuidado de mi madre me pertenecían
urrcauat¡ad Jtu erprru Iru ap oprprnl 1a I -loue 1a anb
EgESued 'ollf,nru f 'rgeqrotsa au anb grca,rrd au sand
pués me pareció que meestorbaba, y mucho. Pensaba
-sap oood o;ad 'aqag El uor Epttuef,ue EgEtsa of ord
pio yo estaba encantada con la bebé, pero poco des‑
grandota, muy mimada y muy maltratada. Al princi‑
-rcur¡d IV 'EpeteJtleu lnru I eprurru fnru 'rtopuu;8
odtrr ap EtrJunru Bun eJa .{rue¡ 'lcue¡ ep EunJ el ua
en la cuna de Nancy. Nancy era una muñeca de trapo
(alqerope egeg Eun Ero ptprlear ue ored 'ElaunLU Eun
una muñeca, pero en realidad era una bebé adorable)
e-¡a anb rc;o) rcagnu EsoruJeq EUn rlgnf,sep Elp un
Un día descubrí u n a hermosa muñeca (creí que era
Mi hermanita Mildred llegó en el mes de octubre.
'rrgntoo ep sáur 1a ua o8a11 perpllni Etruerurar{ rtr{
tó que sí. Fue en el verano de 1886. Yo tenía seis años.
'sout sres eruat oÁ'9ggr ap oueJal Ia uJ en{'rs anb 9r
do, para suhijita. El querido doctor Anagnos c o n t e s ‑
-sátuor sou8euy rolrop opr-ranb tA 'Btlflq ns r.red'op
pidió si podía enviar a una maestra, o alguien parecí‑
-roa-led uarn8lr o 'EJtsaeru EUn B .rtrlua rrpod IS glpld
a1 I 'uruSprrg ElnE-I E opeuasua uErqELI apuop uor3
ción donde habían enseñado a Laura Bridgman, y le
una c a r t a al señor Anagnos, el director de la institu‑
-nlusur El ap JolJeJrp 1a 'sou8euv Jouas IE El-rrf, Eun
r o n que debía t e n e r una m a e s t r a . M i padre escribió
grqrJf,sa a;prd rtr l 'Eltsetur run Jauat erqap anb uo-r
pensar en alguna forma de educarme. Al final decidie‑
-erprJap IEUI¡ IV 'er.urtJnpa ap Eurlo¡ runSp ua ¡esuad
ap uoJetert f '¡rur ur1 egrlrod etu oputnJ ¡u ;od oru
m o por m í cuando m e portaba t a n mal, y t r a t a r o n d e
-rslLl3nru uegedncoa-ld as sa,rprd snu 'otsendns Jod
Por supuesto, mis padres sepreocupaban muchísi‑
ahora. Allí estaba yo de pie, pegada pegada a la l¿r barra de m m:r-
a‑
clera del porche, melancólica y pensativa
dera pcnsativa esperando
no sabía qué.qué.
Los últimos rayos del sol caían sobre mi cabello y
mc
m e besaban ssuilvementc
uavemente e cnn lla
a cara. D De repcnte, sentí
e repente,
pasos que
pasos qLle se acercaban;
accrcall¿1n; estaban cada cad,r vezvez más rnás cerca;
cxtendí mi
extendí mi manita
rnanita ccon o n ansiedad; alguien la tomó y al
instantc siguiente me encontraba eentrc
instante n t r e los brazos de de
mi Maestra. Sentí
mi Scntí su rrostro sus manos ccon
o s t r o y sus o n curiosi‑
curiosi-
dad y dejé que quc me besara, al tiempo que penetraban pcnetraban
en mi corazón
cn mi scntimierltos que no puedo
corazón sentimientos pucdo describir.
descril¡ir.
No podíamos hablamos; hablarnos; yo no podía preguntarle preguntarle
quó había venido.
por que vcnido. Sin embargo,cmbargo, estoy estoy segurascgura decle
quc yo
que yo presentía, vag¿1n1ente perpleja,
prescntía, vagamente pcrpleja, que que algoalgo her‑
her-
o s o iba a sucederme.
moso
m succdcrme. Sabía que la dama desconoci‑ dcsconoci-
da
cla me amaba, y que su a m o r haría que mi
amor mi vida fuesefuesc
clulcc, buena
dulce, y
buenrr feliz. fehz.
A la mañana
rn¿rrlana siguiente
siguientc de de la llegada
iiegada de de mi Maestra,
Maestra,
fui a
a susu habitación
habitación y la encontré muy mut' atareada
atareada desha‑desha-
ciendo su baúl. Me permitió
ciendo qucdarme y ayudarla.
perrnitió quedarme ayudarla.
Cuando todas todas las cosJs estuvieron
las cosas cstuvieron en luga¡ me
el-l su lugar, mc
bcsó amablcrnente v
besó amablemente y me
nre dio una
u n a mttñcca
muñeca mu),
m u y bonita.
bor-rita.
Oh, era cra uunan a muñeca adorable acloral¡le y delicada, de largos largos
cabellos rizados,
rizados, ojos que se sc abrían y cerraban
cerraban y ccon on
mohín en los labios. No
un mobín No obstante,
ol¡stante, exquisita cc()nro omo
cra, tan pronto
era, t a n p r o n t o ccomo
o m o mi
nti curiosidad
curiosidrrcl cstuvo
e s t u v o satisfecha,
satisfecha,
la dejé
dcjé en mi regazo sin ocuparme más de ella.
nri regazo ella.
Entc¡nces la Maestra me cogió la m
Entonces manoano y m muyu y des‑
des-
pacio hizo las ln-u-li-e-c-a ccon
lirs letras m-u-fve-c-a o n sus slls dedos,
dcdos, a la
vez que me hacia o c a r la
hacía ttoc¿rr [¿ muñeca.
muñcca.
dcsde luego, no sabía
Yo, desde movimicntos sig‑
srrbía que los movimientos sig-

148
r48
149
6tt
bombeando y, mientras el agua salía, fría, fresca, la
11 'ecsar¡ 'err1 'rr¡rs rnSu 1a sriluJrur ',{ opur;qruoq
rqtlsc uarnSly 'rn3r ap EqLUoq EI rqelsa aPuoP ElsErl
hasta donde estaba la bomba de agua. Alguien estaba
el tazón y me hizo salir por la puerta para llevarme
áuJp^all r¡r:d tt,rand t1 -rocl rrles ozrrl ;ru í uozrt 1a
comprendiera mi e r r o r. Al final sepuso de pie, me dio
orp aur 'arcl ap osnd as IErrrJ lV '-¡oJ-ra rrrr r.rarpr-ra-rduro:
oí enb icleq ap srzur-rcdso se1 ,rap,rcd rp orqep rrl
t r a debió de perder las esperanzas de hacer que yo
-sáEur rur enb rrsrq 'eqoa1 e p -rr8n1 ua «uozet>> I uozel
tazón y «tazón» en lugar de leche, hasta que mi maes‑
ep -re8ni ue «eqlrl» opurarlelep rrn8as .{ rp-ra1 lnu
m u y lerda y seguia deletreando «leche» en lugar de
ura ol o-¡ed iatua¡eJrp Ereutur ap ueqrturrll as uoztl
tazón se llamaban de manera diferente; pero yo era
Ja Lracrlr)l u¡ ,( rroztt
de que yo comprendiera que el tazón y la leche en el
¡a anb r:;crpuardruo¡ o,( onb ap
OPTIT]]I]J] EUEUTLU EI TPO] OPP]SE EIqTL[ E-IISETW T'I
La Maestra había estado toda la mañana tratando
bo del hermoso país que estaba a p u n t o de explorar.
';t-roldxc cp olund E EqtrlsJ ¡nb srtd osoLr.t;crl Iáp oq
me fue revelado el s e c r e t o del lenguaje y t u v e un atis‑
-sur Lrn a,tnr ,{ ofrnliual Iap otcrrcs Ie optla^rr rnJ etrr
mundo dormido. En aquel instante de iluminación
uorftsuru¡n]r ep Jtuetsur lanbr uE 'oprtu.rop opuntu
un destello en mi m e n t e , c o m o sale el sol en un
un uJ los Ie elES oruor '¡trraur rLL¡ uJ o]]etsep un
veinte palabras, cuando el pensamiento surgió c o m o
ollror clri¡ns otucrunrsrrád 1c opurn: 'su;qrlrd Jtural
o orllorlerp suun oprplrardr ergeq rd cl,( I 'suurrucs
semanas, y yo ya había aprendido unas dieciocho o
sop ep r¡¡c¡ oljruruol opttsc Ergrrl Ertsrrtrt ts'I
La Maestra había estado conmigo cerca de dos
alma. 'EurlE
sión d e m i m e n t e y, d e par e n par, las v e n t a n a s d e m i
llu JP srutttllel st1 '-rtd ua ¡ud ap '.{ atucu¡ IrtI aP uoIS
-r.rcI r1 l¡r errcnd tl tr-n.rc]r JpJEt serr anb ucr8eru a,,r,t¡¡
llave mágica que más tarde abriría la puerta de la pri‑
El ErcrlI sopap sol uor o8anl rur anb rp rapr roueur EI
l a m e n o r idea d e que m i juego c o n los dedos fuera l a
Eruat oN 'Jlgruou un uEJJrAnt sEsoJ sr1 srpor anb
que todas las cosas tuvieran un nombre. No tenía
Erpuatrra ou o¡ad l«oJáJc-lLuos» d «JelrJ]p» JpJllclap
deletrear «alfiler» y «sombrero»; pero no entendía
e rpua-ldt («PlJLrlltu» aP s^rruIePE 'JPrEt tllanby
Aquella tarde, además de «muñeca», aprendí a
'«tl:)áUl-ILLI» aP SEJlel Sel ellq J UlIUlltll
manita e hice las letras de «muñeca».
rut atlrt^eI oputnf, tprrrldruoc f tprpuardJos Ánru
muy sorprendida y complacida cuando levanté mi
muñeca a mi madre, y estoy segura de que se quedó
gpanb ¡s anb ap rrnlics lorsa I 'a,rprru rru E e:eunLu
Elenu rul Jl-rEUasua e¡ed t-reltlse e1 .rod opuarr-roc aleg
bajé corriendo por la escalera para enseñarle mi nueva
guí deletrear «muñeca» en muy poco tiempo. Luego
o8cnl 'odruart ocod fnu¡ Lre «pocunru» "rue.rlelep JnE
-rslrol anb r»a¡o d 'solr¡c¡u¡lAoru sol -mlfrrrr ep gltJl
y traté de iniciar los movimientos, y creo que conse‑
'stltJl ^
oseJetlrr eLU sopap sol Lror re8nf ora¿ uEqEJrJru
nificaban letras. Pero jugar c o n los dedos me interesó
maestra
m me
aestra m e hizo colocar eell tazón azón debajo del chorro yy
deletreó a-g-u-a. ¡Agua! ¡Agua!
Esa palabra me me sobrecogió el alma, que se se desper‑
desper-
tó, plena del clel espíritu de l:r mañana, plena de
dc la de un ccantc'ranto
gozoso, jubiloso.
gozoso, jr-rbiloso. Hasta ese csc día, mi m e n t e había sido
mente
n a cámara a oscuras,
una
u oscuras) a la espera de que eentraran
Ia espera n t r a r a n las
palabras y encendicran la lámpara, que quc es cs el pensa‑
pensa-
miento.
rniento.
Me aleje
alejé de lala bomba
bombir de cle agua ccon Lrn deseo inmen‑
o n un inmen-
so de aprenderlo
aprenderlo todo. Encontramos
Encontramos a la enfermera, enfermera,
que llevaba en brazos
que brazos a mi mi sobrinito, y mi m macstra
aestra
deletreó "be-bé". Entonces, por primera vez, me
deletreó «be-bé». Entonces, p o r primera vez, mc
imprcsionó lo pequeño
impresionó pequeño que ql¡c esun
cs un bebébebé y sufragilidad,
su fragilidad,
y este pensamiento
pensamicnto se sc mezcló
rnezclci ccon o n elcl de mí misma, y,v
scntí feliz de ser yo
me sentí yo yy no un bebé. bebé.
Aqucl día
Aquel día aprendí un
un montón de palabras. No
montón
recuerdo cuáles fueron toclas, pero sí sé
fucron todas, ..p¿d¡sr,
sé que «madre»,
.padrc", «hermana»
«padre», .hermana, y)' «omaestra" m a e s t r a » figuraban
figuraban eentre ntre
ellas.
ellas. Habría sido sido difícil eencontrar csa noche aa uun¿1
n c o n t r a r esa na
feliz que yo,
rnás feliz
niña más yo, acostada en mi
mi camita, repa‑
repa-
tod,rs las alegrías que
sando todas qr-rc el
cl día me me había traído. Y
por primera
primera vvcz e z ansié la llegada de dc un nuevo día. día.
A la rlirñana siguiente
l¿r mañana siguictrtc me rne desperté ccon o n el
cl corazón
corazón
lleno de alegría.
alcgría. Me parecía que quc todo
todo lo
1o que tocaba
temblaba de Vida. vida. Era Era así porque yo
así porque veía todas
yo veía todas las
cosas ccono n la nueva, extraña, hermosa herrnosa Vista quc acaba‑
vista que acaba-
bade
ba de recibir.
recibir. Ya no me me enfadó
enfadcí n u n c a más, puesto que
nunca quc
podía entender
erltender lo que quc mis amigos me mc decían y estaba
muy
m u y ocupada aprendiendo
aprendiendo muchas muchas cosas cosas maravillo‑
maravillo-
sas. N
sas. Noo e estuvc
stuve n nii uun
n m o m e n t o quieta
momento quicta durante aque‑ aquc-
llos primeros
prirncros días felicesfeliccs declc mi libertad.
libertad. Estaba cons‑ cons-

rto
ISO
se-lqr¡rd sEI Egeluesa;da-l f 'opuea;ra¡ap atuJrualuel
tantemente deletreando, y representaba las palabras
d eqeiles 'rqrurted 'rr-r-ro3 'EqteJlelep sEI seJluarur
mientras las deletreaba. Corría, patinaba, saltaba y
atu opuop Ei€uodrur aur anb urs setlanl IIru EqEp
daba mil vueltas sin que me importara dónde me
encontraba en ese m o m e n t o . La madreselva colgaba
rqr8lor E^leseJptru E-I 'oluaruolu ase uá EqeJtuoJue
formando largas guirnaldas, deliciosamente fragantes,
'salurBe;¡ etuaurEsor3rlap'srp¡eu'lrnB se8.re1 opuEtuJoJ
rtr l 'sesoruraq uel oprs ue¡geq Ef,unu seso.r se1 d
y las rosas n u n c a habían sido t a n hermosas. Mi
'aqcou el E EuEUEru EI áp EJenJ souItrlr^ ol I e.rtsat14
Maestra y yo vivíamos fuera de la mañana a la noche,
y y o disfrutaba e n o r m e m e n t e bajo aquella luz que
cnb zn1 e¡1anbt oftq atuaruaurroua rqrrn;¡srp of f
'rertuof,ue E otlanl e¡qrq anb 1os ¡a f opepr^lo Erqeq
había olvidado y e l sol que había vuelto a e n c o n t r a r.
No seguía, c o m o ahora, clases regulares. Simple‑
-aldurg 'sa;rlnBa-r sesEIJ 'rroqt ourof, 'ern8as o¡
-oqry sol a-rgos 'sesol sEI sepot eJgos Erpua¡de atuaru
m e n t e aprendía sobre todas las cosas, sobre los árbo‑
znle¡ Á orcor Iá ueqrosg€ oruor 'sa.rog sel f sal 1ap
les y las flores, cómo absorben el rocío y la luz del sol;
ilos
sobre los animales, «sus nombres y sus secretos;
lsola¡cas sns d sa,rqruou sns>) 'saprurut sol eJqos

cómo los c a s t o r e s hacían sus casas,


(sEsEl sns u?rJerl seJolsef, sol ourof,
'seto]]rg sns sEl¡pre s?l uEIpuotrsa apuoP
dónde escondían las ardillas sus bellotas,
oua¡ Iá ?rJ?q ouro3
cómo hacía e l reno para c o r r e r t a n veloz,
r¡td 'zo1c,r. uet JaJJor
1a
por qué el conejo era t a n tímido».
anb -rod '«opruJl u?t ?rc olcuoc

of,rrJ IE rn¡ za^ EUn


Iur tr
Una vez fui al circo y mi Maestra me describió los
I sol grgrrf,scp cru ErtsáEj
ep IC 'uer^r^ apuop sasrrd so1 f safr,tles sáltruru€
animales salvajes y los países donde vivían. Di de
c o m e r a los elefantes y a los monos; acaricié aun león
uoel un e e:orJe)e lsouoru so1 e I seluelele sol E Jauoo
'ollatueJ un ep oruo] Iap Erurlue ?turs aur f opru;op
dormido y me senté encima del lomo de un camello.
Los animales salvajes me interesaban muchísimo y me
au d orursrqonul uEqESJJatur aLU saft.tps sel€rurue so-I
acercaba a ellos sin t e m o r , ya que me parecía que for‑
-.ro¡ anb etcamd aru anb rf toruat urs solla E Eqtf,-rale
egetse of enb sred osoru.¡aq I otse,t 1ap ar.red utqeru
maban parte del v a s t o y hermoso país que yo estaba
explorando. 'opurroldxa
La etapa siguiente de mi educación, que recuerdo
opJOnoáJ anb 'uoroucnpa
rtu ap atuern8rs rdeta e1
perfectamente, fue aprender a leer. En c u a n t o pude
apnd oturnf, uE 'Jael r -repua;de an¡ 'aluaruetca¡-rad
deletrear algunas palabras, mi Maestra me entregó
o8a¡lua atu ErlsJetr\l ru 'se;ge1ed srunSle JeaJtelep
u n a s fichas de cartón que llevaban impresas palabras
sr.rqrJrd sesa-¡drur ueqe^all anb uot¡e¡ ep sErloIJ sEUn

rlr
151
o n las letras en
ccon en relieve. Aprendí rápidamente que las
relicve. Aprendí las
palabras impresas
impres:rs equivalían a cos¿1s. Disponía de
a cosas. de un
un
a r c o en
marco
m en el cual podía disponer las lirs palabras para for‑ for-
mar
m a r ccon
o n ellas pequcñas oraciones;
ellas pequeñas oracioncs; pero, pero, antes antes de de
organizar or¿rciones en
organizar las oraciones en el m a r c o , las construía ccon
marco, on
los objetos.
objetos.
Buscaba los ccartoncs a r t o n e s que representaban
representaban «la "la muñe‑
muñe-
ca está sobrc la cama» y los colocaba encima
est¿í sobre cncirna de los
objetos,
objctos, y de de esta maneramaner¿l formaba u una oración. Nada
n a oración.
me deleitaba
deleitaba más que estc
mas que este juego.
juego. Podíamos
Podíarnos pasar
horas jugando juntas.
horas jugando juntas. Cuando Cuando en cn la la habitación ya ya
estaba clispuesto para formar
estal'ra todo dispuesto tonrrr oraciones,
oracitrncs. eenton- nton‑
encontraba ala
ces encontraba Maestra y le enseñaba
a Ia Maestra cnseñaba lo que quc había
había
hecho.
hecho. LuegoLucgo iba ib¿r encn busca de la Cartilla
busca de Cartilla l-ruscaba lasy buscaba las
palabras que ya vr1 sabía, y \. cuando descubría
dcscubría uuna n a daba
dabir
gritos de dc alegría.
alegríir.
Lcí mi primer ccuenro
Leí u e n t o un día del mes dc mayo, y
desde
descle eentonces ios libros yy yyo
n t o n c e s los o somos amigos arnigos íntimos
íntimos
yy compañeros
con,pañeros inseparables.
inscparables. Ellos Ellos han creado a mi
han creado
alredec{or un mundo resplandeciente
alrededor rcsplandeciente de de pensamiento
pcnsamiento
y belleza. Ellos han sido mis fieles m a e s t r o s en todo
maestros toclo
lo
1o que es l¡ueno y hermoso.
cs bueno hcrmoso. Sus paginas páginas me
me han
han trans-
t r ans‑
portado
portadc, a a épocas antiguas,
antiguas. ¡y iy me
me han mostrado
mosrrado Egip‑ Egip-
o , Grecia, Roma! Me han
tto, iran presentado a rel,es, héroes
a reyes, héroes
y dioses, y me me han revelado pensamientos extraordi‑
revclado pensamientos extraordi-
grandcs hazañas. ¿Es
narios yY grandes o m o para extrañarse,
¿Es ccomo extrañarsc,
qrre los
cntonccs, de que
entonces, 1<>s ame?
ante?
Mc gustaría ccontar
Me o n t a r cómo me enseñaron a escribir
mc enseñaron escribir y
meexplicaron
me explicaron la aritmética básica,
aritmétic¿r l¡ásica, pero mi historia se
sc
cxtencl cría demasiado.
extendería dcnrasi adc,.
quisicra describir la primera Navidad que
Ahora quisiera

152
-F
153
ffr
sri septtues 'ouJcr^ur ep sJp,rrt su8,rt1 sEI áluuJnq
Durante las largas tardes de invierno, sentadas las
'ofeu cp selturl ep EUEgEru Eun sJuoztJo)
Corazones u n a mañana de finales de mayo.
sourng soi ep ptpllJf ESoLU-rrq r1 e r:pe8a11 11 'otu
m o , la llegada a la hermosa Ciudad de los Buenos
tida c o n mi Maestra y mi madre, el viaje y, p o r últi‑
-rr1¡ rod'Í afrr,r 1a'arpuu rru tsJtsJtsIN lur uoo Eprt
^
-rrd 11 'so,r.rtr¡uda;d so1 'osaons zrleJ Jtse Lrof, opulrorJ
cionado c o n este feliz suceso, los preparativos, la par‑
fue mi Visita a Boston. Nunca olvidaré todo lo rela‑
-rlcj ol oPot ?JEPr^lo ElunN 'uolsog E Elrsr,\ ruI enj
llpr^ rrrr ap aruut.rodun olucrLUrrJtuolu
El siguiente acontecimiento importante de mi Vida
ctuarr-r8rs 1E
mi infancia. 'ETJUEJUT rLU
ap BSOqlrp s¿ur ptprAtsN EI á11+ eub c¡usuad a¡durars
siempre pensará que Jfue la Navidad más dichosa de
f 'ulJ r ordrcuud ap srr-r8ap ap ouall rrp un ang
Fue un día lleno de alegrías de principio a fin, y
'susollr^rJtru susor stru suqlntu ,( soltrld ap o8anl
juego de platos y muchas más cosas maravillosas.
sa en una cuna, un baúl lleno dc tesoros, un hermoso
osourJaq un 'so¡osat cp ouell InEg un 'euno run uo es
-or¡a-rd rJaunLU run 'r1nr( EUn Lra pep-ra^ ap orJEUtJ un
un canario de verdad en una jaula, una muñeca precio‑
qué regalos! ¡Qué regalos! ¡Cómo deseribirlos! Había
EIqEH ¡solrrqrrrsep oru93! ¡so1t8a.r 9n§! ¡sole8a; anb
Santa Claus dejaría sus regalos. ¡Allí estaban! ¡Sí! ¡Y
¡,1 ¡lSl ¡urgrlsa r11y! 'sop8a; sns rutfep snEI) tturs
anb oqcrp urrqcq rtu epuop Eser.u EI r oputlo^ rnJ
fui volando a la mesa donde me habían dicho que
vidad! Me desperté más temprano que de costumbre y
,i a;qurntso: ap anb out.¡duat seru al-¡¡dsap aN ¡ptpr^
¡Llegó, por fin, cl hermoso, gozoso Día de la Na‑
-EN EI ep rlq osozo8 'osoru;aq lr 'ul1 -rod 'o8a11!
'sope[J^eJ uerJes sorJatsrlu so1 anb ue pJp EC-ltLurx
ximaba el día en que los misterios serían revelados.
Ia
-o¡dr as anb rprpau¡ E ser-u ze^ BpEJ Egeurstrsnlua etr{
Me entusiasmaba eada vez más a medida que se apro‑
'urrel JLU olutnf, uJ Jepuof,sa rrer8ur¡ anb 'solarcas op
do secretos, que fingían esconder en c u a n t o me veían.
-uEruEJt a;du¡ars Jtlsc áp uorsa¡drur tl u€qtp EJtsaEtrAI
Maestra daban la impresión de e s t a r siempre t r a m a n ‑
ru I alprru ry{ 'eJcltuarllp ep serp solurtl} soI elutrnp
durante los últimos días de diciembre. Mi madre y mi
gnJr^rp aru stsru anb o1 cn¡ solr8a.r sns uoJrepo; anb
que rodearon sus regalos fue lo que mas me divirtió
Todos me prepararon sorpresas. y el misterio del
lap or-retsrru 1a i 'srsa-rd-¡os uo¡e-¡tde-¡d au¡ sopol
mera Navidad u n a fiesta memorable.
'elqEJotueLu Elseu €un PePl^EN E-IouI
los miembros de mi familia procuró hacer de mi pri‑
-r¡d rru ap rertq o-¡nco.¡d Erlrure¡ Itu ap sorgr.ualru sol
no sabía lo que significaba la Navidad, y cada u n o de
Jp oun epec ,( 'pupr,rr¡ 11 egrcr¡ru8rs anb ol ErgBS ou
ertsáE6 rru ap epe8all EIrp satrrV'oÍ rn¡ ol oruor zrláJ
feliz como lo fui yo. Antes de la llegada de mi Maestra
liz! Ningún niño de la tierra habría podido ser t a n
urr ras oprpod Errqeq ¿-r;ar1 tl ep oluu un8ur¡ ¡zr1
-aJ urr anb o-¡ad 'urt pe¡rr,teN Eun anl 'qg! 'rrqnf,sep
descubrí. ¡Oh, fue una Navidad tan, pero que t a n fe‑
dos al calor de la chimenea,
chimenea, mi Maestra me me había ha‑ha-
l¡lado de
blado de suhogar,
su hogar, allá lejos, enel o r t e , y de
cn el nnorte, de sus que‑
que-
ridos amigos desconocidos que allá y que ama‑
tenía allá
que tenía ama-
ban a su pequeña alumna, hasta que un
hasta que un gran deseo
de visitar Boston empezó
cle visitar cmpezó a crecer o n fuerza
crecer ccon fuerza en mi
corazón. Y Y unun día, a modo de respuesta a mi mi deseo,
deseo,
llegó
ilegó uuna n a amable ccarta
a r t a del seiror Anagnos
dcl señor Anagnos en la que
nos invitaba a mi madre, maclre,:ra mi MaestraMaestray y a mimí aa pasar
cl
el verano c o n él.
con é1.
La invitación fue
La accptada yy se fijó
fue aceptada fijó la la fecha
fecha de
de
u e s t r a partida para mediados
nuestra
n mcdiados del mes de mayo. Los
días dede mi impaciente
imp:rciente espera meparecieron
me parecieron infinitos,
infinitos,
pero
pero se acabaron por fin, y mc encontré
y me encontré sentada al
lado de mi Maestra en el ttren, r e n , haciéndole un montón montón
de ansiosas preguntas mientras marchábamos a toda
velocidad.
velocidad.
Permanecimos
Permanccimos uunos \Washington Visitando
n o s días en Washington visitando
los lugares
lugarcs de ilterés, y aprendí muchas cosas sobre el
de interés, el
gobierno
gobierno de nnuestro Presidente" y los her‑
u e s t r o país. Vi al Presidentex‘ her-
rnosos
mosos jardines de la Casa Blanca. Fue allí, también,
donde conocí a mi rni querido amigo el doctor Bell. Se Se
me accrcó y
me acercó v más tarde
tardc me cnvió un elefante
me envió elefante de jugue-
de jugue‑
te que me divirtió muchísimo.
me diVirtió muchísimo.
Pero, si
Pero, si bien
l¡ien disfrutaba
disfrutaba de mi mi estancia
cstancia en Wa‑ \7a-
shington,
shington, me scntí m
me sentí muy o n t e n t a de
u y ccontenta de reanudar nnuestro
uestro
o n t e n t a todavía cuando
viaje, yy más ccontcnt¿ cuanclo ecll ttren e detu‑
r e n sse detu-
vo y mi Macstra dijo: «¡Esto
nri Maestra "¡Esto esBostonl».
es Boston!".
Dcsearía poder hacer uuna
Desearia descripción completa de
n a descripción de
aquella memorable
memorablc visita, pues pues fue fue rica en aconteci‑
aconteci-

"‘
'i' Grover Cleveland.
Clcveland.

rt4
154
mientos y experiencias nuevas y estimulantes. Pero
oJad 'sáluelnu:rls3 I se,Lanu stt¡uar¡adxa f soluatru
el euolsrq lu anb ouel f oduratl oqonru BrJe^ell aru
me llevaría mucho tiempo y t e m o que mi historia ya
'e;euoroucru olos anb tJautru ap 'e3rr1 oPEISETueP Eas
sea demasiado larga, de manera que sólo mcncionaré,
anb srso¡ sr1 '¡s cllue ssPEuoIsEIáJ uelse ou anbune
aunque no estén relacionadas e n t r e sí, las cosas que
más meimpresionaron. 'uoJruoISaJdrut aru seu
Participaba c o n los niños ciegos cn todas sus tareas
sEeJEt sns sepot uJ so8áIf, souru sol uoc tqrdtctue¿

y juegos, y hablaba continuamente. Me encantó des‑


-sap olurluJ eW 'eluetuenultuoo €qelqeq .{ 'so8anl I

cubrir que casi todos mis nuevos amigos podían dele‑


-elep utlpod so8rrur solánu sltu sopol tseo anb JIJgnJ
rEIqpLl rapod 'peprcr¡a¡ anb 'qg! 'soPaP sol uo3 rearl
t r e a r con los dedos. ¡Oh, qué felicidad, poder hablar
olse^ Ie ue JLUJrtuá5! ¡souru soJlo uol etueurrf,utJJ
francamente con o t r o s niños! ¡Sentirmc en el v a s t o
-eq of 'otuJu¡oru ese ErsEH ¡ESrJ Iur ue oLuoJ opuntu
mundo c o m o e n m i casa! Hasta ese m o m e n t o , y o ha‑
bía sido una pequeña extranjera, que hablaba a través
sJAEJt e €qrlqeq anb'e¡afur¡txa euanb¡d eun oPIS Erq
apuop prpnr: e1 ua 'uorsog ua o.rad iata-ld;alul EUn aP
de u n a intérprete; pero en Boston, en la ciudad donde
oprqrrar erqeq epuop ,{ amog rotJop Ie opI^I^ Brgrq
había vivido el doctor Howe y donde había recibido
'r¡afue.rlxa Eun EJe ou el ol 'ueu8pug tJnE-J sJSEII
clases Laura Bridgman, yo ya no era u n a extranjera.
Erqtq es Errutlur ILU cp ouens Ie Á ¡ESEI Iur ua eqrrsE!
¡Estaba en mi casa! Y el sueño de mi infancia se habia
hecho realidad. 'PEPIIESr otlrsq
-11¿ soueirsr^ uolsog e rtBa11 ap oduart ocod 1y
Al poco tiempo de llegar a Boston visitamos Ply‑
mouth, y en aquella vieja ciudad, pintoresca y purita‑
-elr¡nd ,{ rosa,¡otuld 'pepnro rlcr,t ellanbr ue .{ 'gtnour
ap rpe8all tl rp Euolsltl EI scratul ut¡8 uoc aqcncsa 'tu
na, escuché c o n gran interés la historia dela llegada de
los Padres Peregrinos. Fue mi primera clase de histo‑
-otsrq ap asrll e¡aur¡d lru an{ 'souu8a-la¿ serPtd ^ sol
lE
-oru oprqns Eiqrq oputnc 'scndsap sEIP soun 'EIr
ria. Y u n o s días después, cuando había subido al m o ‑
uenl otuof, cur EJlseEtr ü Itu 'lllH Jalung eP oluetunu
n u m e n t o d e Bunker Hill, m i Maestra m e contó cuán
-uoo cnb seJqLuoLI sol uoJenj soso¡eua8 I satuatlu.t
valientes y generosos fueron los hombres que c o n ‑
quistaron la libertad de n u e s t r o querido país; mi c o r a ‑
-EJotr rru !srud opuanb o¡tsanu ep ptlJaqrl e1 uoretsrnb
rrqeq ap rso11n3.ro llucs atu I uor¡oua eP orgl^ uoz
zón Vibró de emoción y mc sentí orgullosa de haber
nacido norteamericana.
'EUEtrr-TeLUEel.IOU OPIJEU

Pasamos u n a mañana m u y feliz c o n los niños s o r ‑


--ros souru sol uof, zrla¡ .{nLu EuEuutLI Eun soruesed
-nJo ETqPLI JLU as oN'uuEW alEJoH Elanf,sa EI uc soP
dos en la escuela Horace Mann. No se me había o c u ‑
rrido n u n c a que podría aprender a hablar c o m o los
sol oruol JEIC1ELI t ;apua;dt er-rpod anb ecunu opr"r.r
demas hasta que, aquella mañana, mi Maestra me dijo
ofrp cu EJtsaEr{ Itu 'eueuuLu rllanbe 'anb etsrq sgLUJP

llr
¡SS
que estaban
que cnscñando a hablar
cstaban enseñando hal¡lar a los
los niños sordos.
sordos.
Estaba deseosa de aprender yo también,
tarnbión, y,
¡ dos años
más tarde, en esa escuela, aprendí a
misma escuela,
csa misma a hablar.
hablar. Así
fuc ccomo
fue o m o ootro
tro mmuro, el que
u r o , el que separaba mi n-ri alma
alrna del
dcl
exterioq fue derribado.
mundo exterior, derribaclo.
La querida señorita Fuller
Fullcr me cnseñó en
mc enseñó en mmuyu y poco
haccr todos los sonidos que componen
tiempo a hacer componen eso
ttan curioso yy maravilloso que
a n curioso quc llamamos
llamamos habla.
habla. MiMi
madre creía que o z de su hijita se
quc la vvoz se había perdido
para siempre.
sicmpre. Pero hete que el
hete aquí que cl Amor la había
había
hallado y traído a casa.
halladoytraídoacasa.
Ahora deseo dcsco hablar de mi visita a la costa, ya que quc
fue durante mi mi estancia en cn el o r t e cuando ttuve
cl nnortc u v e mis
primeras impresiones
imprcsioncs del gran océano. A mediados mcdiados de dc
julio, después
dcspr-rés de de que
que mimi madre rcgrcsara a nnlrestro
r-nadre regresara uestro
hogar, en cn el soleado
soleaclo sur, mi Maestra
sur, mi Macstra y yo fuimos a
yo fuimos a
Brewstet uuna
Brewster, pcqucña y agradable ciudad situada en
n a pequeña cn
Cabo Cod, donde pasamos un un verano m muyu y feliz.
feliz.
A la mañana
rnañana siguiente
siguientc de u e s t r a llegada,
dc nnuestra llegada, meme des‑
des-
perté m muy tcmprano. Era un
u y temprano. un hermoso día de dc verano,
vcrano,
cl día en
el conocería aun
cn que conocería a un amigo melancólico
mclancólico y mis‑ n-ris-
tcrioso.
terioso. Me levanté y rnc vcstí rápidamente, bajé
y me vestí rápidamente, y bajé
corriendo la escalera.cscalcra. Me Me encontré ccon o n mi Maestra
Maestra en en
el vcstíbulo y le rogue
cl vestíbulo quc me
rogué que mc llevara
llcvara al m a r inmedia‑
mar inmedia-
"Todavía no>>, merespondió
a m e n t e . «Todavía no»,
ttamente. trre respondió riendo, ricndo, «prime‑
"prime-
ro debemos desayunar.»
dcbcmos desayunar.,
En ccuanto
u a n t o acabamos n u e s t r o desayuno, salimos a
nucstro a
toda prisa y nnos o s dirigimos a a la o s t a . El sendero
Ia ccosta. scr-rdcro aatra-
tra‑
vcsaba bajas colinas arenosas, yI yo,
vesaba Io, en mi apresura‑
cn mi apresura-
miento, a menudo tropezaba tropczaba en las hierl¡as largas y
las hierbas
áspcr:rs y me
ásperas mc caía riendo sobre sobrc la arena arcna caliente y bri‑ bri-

rt6
156
-
157
t\t
'stJLrrlg sEIr Jp sáA1l oLUOf ':^o(e1 o1 r utquit^og
bogaban a lo lejos, c o m o aves de alas blancas.
entender, el majestuoso océano y los barcos que
anb soo-rrq so1 i outJlo osontsefELLr 1e ilapuaruc
uerl'rnd ol anb 'sellrcuas sr-rgtpd uoc 'ergr.rcsJp eur
me describía, c o n palabras sencillas, que yo pudiera
i rr1,a¡ spuotsrq Bqttuor cru utsar:],¡ü rLLr sE.urrJrLU
mientras mi Maestra me contaba historias del Mar y
Iep
sELnJrLLr sEgJerLI JEZu¡Jl f rua¡c Jp orueg un ua Ep
d a e n u n banco d e arena y t r e n z a r hierbas marinas
-Etues -rttso EJa olr-r8 anb f stl
tas y sus t o n o s naturales! Y qué grato era e s t a r s e n t a ‑
¡sJIEJntru souol sns
(uuJa
-rsrnbxa sELUJoI sns uof ^
conchas! ¡Qué bonitas eran, c o n sus formas exquisi‑
sttruocl an§! isrllluoo
sr:soLulcrl opLmlsng astrd sccrla1 utrl sEroLI anb 'q11!
¡Oh, qué horas t a n felices pasé buscando hermosas
'rrrrr
era para mí dejarme zarandear p o r las olas del m a r.
Iap sEIo sEI rod rtapur:r-z aurrcbp rru r:"red r¡e
no llegase a su término, lo más divertido del mundo
oprrnur Iap opltre^rp sgur o1 'ourru;at ns e ast8all ou
poco fui recuperando el valor y, a n t e s de que el vera‑
-r-ra,\ IJ cnb ap salur 'l Jolll^ I¡ opur.rcclnra.r rn1 orod
metiera en el agua de ninguna manera. Pero poco a
r o¡od oJJd 'rJeueu etrn8uru cp en8r IJ ua tJarlJul
aur cnb ep aurJ¡lue,\uof rroJarpnd ou I tpr¡rrurrtur
intimidada y no pudieron convencerme de que me
lnu¡ e.tntsa'strp sor-re,t allrrrrnp'sanclsag'o¡.¡tfrn8 un
un guiiarro. Después, durante varios días, e s t u v e muy
oprs Ererqnr-¡ of rs oLUOI pEprlrltj tsturt uor 't,{e1d e1
la playa, con t a n t a facilidad c o m o si yo hubiera sido
E oloJrp oLLr eluroua ulo tun I :¡e¡rdse-l giprdurr aru I
y me impidió respirar, y una ola enorme me arrojó a
peligro, meaterró. El agua salada meentró en los ojos
solo so1 Lre oitrre aLu rpt]rs rn8r 1g 'o.rJett aru 'o-r8rlad
Entonces una sensación extraña, espantosa, de
ap 'BSOlucdsc 'rnr¡lrJ uorf,úsues uun srtrLroluq
't:r.r1 rnBe
una roca y caí hacia delante, al agua fría.
1t: 'aluelap trlEr{ rE3 f r¡o¡ tun
uoc ozado¡l crd rLu 'atuarurpruntJoltsep 'o-la¿ 'alealo
oleaje. Pero, desafortunadamente, mi pie tropezó con
de alegría y me zambullía sin t e m o r en la espuma del
1ap rurndsa ú] ue -roruet urs Erllngtutz ew I ru8alt ap
rc1r1¡¡f; 'sard so1 ueclrsrcl aur I eirlcI 11 e uegu8all sEIo
olas llegaban a la playa y me besaban los pies, gritaba
cuando ya tenía puesto el traje de baño y las pequeñas
s¿uanbad sEI ourq ap alerr 1a otsand rruat r,( opuenr
^
'apJrl srur sand 'oparru uJar^nl anb oa¡¡ otr oJed
Pero no creo que tuviera miedo, pues mas tarde,
ció que algo de la luz del sol se había retirado del día.
'rJp Iep opr-rner ugurl rs Ios Irp zrll El e p o31t anb oic
-aJed Jur alurtsur un ¡oc{ Á'¡zotlv'osuaruur! r¡a anb
que era ¡inmenso, atrozl, y por un instante mc pare‑
dijeran, que el Mar estaba a mis pies. Supe, también,
'ucrqrurt 'cdng 'sard srru e Egrtsa JpW 1a anb 'ur-rcfrp
De repente nos detuvimos, y supe, sin que me lo
ol ¡Lu anb urs '¡dns f 'sou¡r,tfllep solr eluJdal eO
fresco y renovado. 'opeloueJ i o:sa.r¡
liar y, a medida que avanzábamos, lo iba notando mas
stur opurtou Eqr ol 'sourrgrzur,re anb Eprpetu u 'f -rer¡
llante. El hermoso aire tibio tenía una fragancia pecu‑
-n:l¡d ercur8r-r1 EUn Eru)t orqrl aJrp osorurerl ]A 'atuEII
La gente
gcnte se se sorprende a veces veces de que yo
dc que ame el
yo ame el
océano,
océano, aaun u n cuando no pueda verlo. Pero no ncl pienso
pienso
que eesto a r o . La razón es
sca rraro.
s t o sea cs que Dios Dios ha sembrado
sembrado
m o r de Sus maravillosas obras en lo profundo de
el aamor de
los
Ios corazones
cclr¿rzones de
c1c Sus
Sus hijos,
hijcls, y,
y, las
las veamos
veamos o
o no,
n o , en
todas partes sentimos
scntimos ccomo omo n o s envuelven su belleza
nos bellcza
y su
su misterio.
misterio.
Regrese
Regresé a mi mi hogar sureñosureño a comienzos
comienzos de nno- o‑
viembre,
vicrrrbre, ccon o n la cal¡eza llena de
l,r cabeza de hermosos
hermosos recuerdos
recuerdos y
el corazón
corazón lleno de m o r agradecido
dc aamor agradecido p o r los queridos
por
amigos
amigos que que ttanto habían hecho
a n t o habían hecho para para queque yoyo fuera
fucra
feliz.
f eliz.

Transcurrió mucho tiempo aantes n t e s de que visitára‑


visitára-
mos
m o s nnlrevamcnte a hermosa Ciudad
u e v a m e n t e lla Ciudacl dde e los Buenos
Bucnos
Coraz-oncs. Proseguí
Corazones. Proscguí mis rnis estudios
cstudios en cn casa, yv cada día
yy cada
cada noche
noche aumentaba
aumentaba mi mi dicha
dicha ccon o n cada
cada nnuevo
uevo
conocimiento maravilloso que quc llegaba hasta mí. No
quiero decir, por supueSto,
dccir, por supllesto, queque no no estuviera
estuviera triste
alguna vez. Supongo
Suporrgo que cada uuno no ddee n o s o t r o s tiene
nosotros ticne
Nuestro querido poeta ha
penas. Nuestro
sus penas. h:r dicho: «En cada
oEn
vicla un poco de
vida clc lluvia ha ha de caer,, y estoy segura de
de caer», dc
que la lluvia
lluvia es a n necesaria
cs ttan neccs.rria para nnosotros
osotros c o m o para
como
las flores.
flores.
Lloré amargamente
Lloré amarganlentc cuando cuando oí oí que
que mi mi hermosa
herrnosa
pcrra había m
perra u e r t o , pues yyo
muerto, o lla
a amaba c con
o n ttcrnura.
ernura.
¡Oh,
¡Oh, Leona era ttan a n valiente
valie nte y ttan nlansal Apoyaba la
a n mansal
cabcz¿r sobre mi
cabeza mi falda
f,rlda cuando yo la acariciaba,
cr-r,rndo yo :rcariciab:r, y vo
sabía
sabía que en
cn sus
sus ojos había
marroncs h;rbía uuna
marrones n a expresión
expresión
de m o r y de
de aamor de dulzura. ¡Cuánto
¡Cuánto dolor sentí pensando
pensando
quc no volvería
que volvcría a ¿r verla
vcrla nnunca Pcro incluso esa
másl Pero
u n c a más!
tcnía su
tristeza tenía su lado luminoso.
luminoso.

158
r t3
!
159
6\t
niños invidentes. 'saluáPr.\uI soLIIu
que el generoso pueblo de Boston había donado alos
sol ü opeuop tslqrq uotsog ap olqend oso.¡aua8 1a anb
(sog]N sol ep urp.rrI osoru.req r.re ouo]a.r oganbad
pequeño retoño en el hermoso Jardín de los Niños,
Ja
rur EJEd -rr8n1 un ErJt-rluolua 'sotse8 scl¡lo f u-ll
t r a y o t r o s gastos, encontraría un lugar para mi
si yo reunía el dinero suficiente para pagar a su maes‑
-satru ns e ¡r8rd pJrd cluErorlns oJeurp IJ Erunal ol rs
él a mis amigos, y cl señor Anagnos meprometió que,
'anb orlaruo¡d ar¡-¡ sou8tuy -roues ¡a .,t 'so8rulr sru¡ E Ia
ep glqtH 'sotuerurtsuad sru opuudnro e¡n8as fuucr¿
Tommy seguía ocupando mis pensamientos. Habló de
Cuando regresé a Boston en el o t o ñ o siguiente,
'aluarn8ls ouoto IJ uc uolsog e asar8a; opuenJ
alguien más desdichado? oprr.lrrpsep sgLL¡ uarnSlr
¿
.ras r¡po¿? 'otun( opor'so8rurr urs ,{ oucnbad f 'opnru
mudo, y pequeño y sin amigos, todo junto. ¿Podía ser
manera que sequedó en el hospital, ciego y sordo, y
f 'op;os I oBar¡ 'letrdsoq 1a ua gpanb as cnb €reurur
JC 'rrorltsfllpá uul1 a1;e;n:ord e;ed c-rqod optsrsrlrrep
demasiado pobre para procurarle una educación. De
to cuando él era aún un recién nacido, y su padre era
r,ra a-rped ns f 'oprcru uerJa.r un unt BJá Ia opuEnJ ol
lo privó dela vista y del oído. Su madre había muer‑
-renlu Erqtq erprru nS 'opro ¡ap I rrsr,t 11 ap o,trrd o1
anb ptparureJrra elgrrrorl Eun or,rJrls ¡ptpe Jp sou€ o;l
t r o años de edad, sufrió una horrible enfermedad que
un hospital de Pittsburgh. Cuando tenía apenas cua‑
-rnc sruadt Bruat opLIEn3 'qS.rnqsrrld ep ]ttldsorl un
uJ seouotuJ EqerluoJua as fururol 'soru so8rure sop
dos amigos míos. Tommy seencontraba e n t o n c e s en
-r.ranb soun ap tstf, uo Elrsrl ap 'trruenJrsua¿ ua seLrorf,
ciones en Pensilvania, de visita en casa de unos queri‑
primera vez que oí hablar deél fue durante unas vaca‑
-EIEA seun etuernp enj Ig ap JEIqErl ro anb za.t e¡arur¡d
La historia del pequeño Tommy es muy triste. La
E-I 'etsrlt lnru sc fruuo¡ ouanbad Iep Brrotsrq E'I
[Stringer]. '[,raBur-rr5]
fuuo¡ E JEJnpe e -rrpnfe emd er:r-ztlrtn ol 'o¡¡cd
perro, lo utilizaría para ayudar a educar a Tommy
o¡1o atu.¡r¡duof, ap ;e8nl ua Í¡runa¡ r oproal+o u€rqtq
habían ofrecido a reunir; en lugar de comprarme o t r o
caballeros y les pedí que me enviaran el dinero que se
as anb oreurp Ia uErErAUa aru anb;pad se1 f so.rcJltcleo
salqttrre sol¡anbr e Eue) EUn rqrrJsg 'EpEIosuoJSap
desconsolada. Escribí una c a r t a a aquellos amables
rprl Bun r rr.r8a¡r I zn1 rt,raJl ep orpaur un ur-res r¡.¡ad
perra sería un medio de llevar luz y alegría a una vida
mastín. Entonces supe que la m u e r t e de mi hermosa
ESouJaq ltu ep JuánuJ rJ anb adns sacuoluÍ 'u)lstur
n e r o s a m e n t e a reunir e l dinero para comprarme o t r o
oJto auueJdruoo e;ed oraurp Iá Jrun3J E alr-rourtsoieu
-aB uo:ar¡aJJo as I oqonur uoJElLreurrl o1 'r.r.rad ru r
a mi perra, lo lamentaron mucho y se ofrecieron ge‑
opeltLu uerqtr{ anb ap uoJEJelue as 'Ef,r¡aurreuoN uJ
en Norteamérica, se e n t e r a r o n de que habían matado
I rr-rare¡8u1 ua 'souad sol ap seturrut sol oputnJ
Cuando los a m a n t e s de los perros, en Inglaterra y
Me pareció algo muy fácil de
muy facil hacer. Yo sabía que el
de hacer. el
mundo estaba estaba llenollcno de aamor m o r y de compasión, y que
un llamamiento
llirrnamicnto en er1 favor de cle un niño desamparado
desamparaclo ob‑ ob-
tendría uuna n a afectuosa respuesta.
respucsta. Y ;rsí fue. Los aman‑
Y así aman-
tes de
tes dc los perros dieron comienzo inmediatamente a a
rccaudación de fondos para Tommy,
la recaudación Tomrny, niños peque‑ peque-
empczaron a obrar
ños empezaron
ños obrar en en beneficio de Tommy, Tornm¡ y
personas residentes en estados
personas cstados muy muv lejanos, incluso incluso
en
cn Inglaterra
Inglatcrra y y en Canada, cnviaron donativos de
Canirdá, enviaron de
dinero
dir-rero y m u e s t r a s de simpatía.
muestr¿ls simpatía.
En m muyu y poco tiempo se había recaudado dinero
proco tiempo dinero
suficiente
suficientc ccolno o m o parapara sufragar los gastos de Tommy Tomrny
durante un año, y en en el Jardín de
elJardín de los Niños
Niños hubo hubc', para
para
ól un rincón soleado. En aquella atmósfera de amor,
él amo¡
cálida y llena de dc luz, la florecilla m muyuy p pronto
r o n t o apren‑
¿lpren-
dió a crecer
dió crecer y y se disolvió
disolvió la la oscuridad que que hasta
cntorlces
e cnvolr,ía su
n t o n c e s envolvía su vida infantil. Así que el el a m o r es
amor es
lo más bello del dcl mundo. «Amor: .Amor: ninguna
uinguna ootra t r a palabra
palabra
quc pronunciemos
que pronunciemos ttan a n dulce y bella es.» es."
Aquí doy
Aquí doy porpor terminada
termin¿rda la pequcña historia de
Ia pequeña de
mi infancia.
irrfancia. Estoy
Estclv pasando el invicrno en
invierno en casa, en mi
en r-l-li
amado
an-rado sur, su5 lalir tierra del dcl sol y de dc las flores, rodeada de
flores, rodeada de
todo aquello que quc hace la vida dulce dulcc y y natural: uunos nos
padres
pac{res cariñosos,
cariñosos, un un hermano
herrnano que que es un un precioso
prccioso
bebé, uuna n a tierna hermanita
hcrmirnita y la macstra
m a e s t r a más querida
del mundo. Mi Mi vida está cstá llena de dc felicidad. Cada día
me
mc ttraerae u una nLleva alegría,
n a nueva alcgría, uuna
n a nueva m u e s t r a de
rrucstra de arrmor
mor
de misr-nis amigos lejanos, hast:r que en
lcjanos, hasta en la plenitud
plenitud de cle mi
rni
corazón dichoso,
corazón dichoso, grito: «¡El
"¡El amor es
a m o r lo es todo! ¡Y
¡Y Dios
es
es el elAmor!".
Amorl».

t6o
16o
svlrJyucorrgls saINanJ
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
ECI SV-I SVII)
DE L A S CITAS

-Pág. 31: «Concede a sus labios tu mano bienhechora»


E «EroqrequáIg ouEru nl solq€l sns
ePaJuoJ» :I € '2y¿-
/
William Shakespeare, Tito Andróníco / Antonio y
,(, otuottty ortuotpuV o1t¡'amadselEr{S rutllll/§.
'8ed'f g6r 'rzuolac.rrg'rrauul¿ 'ouqaqut3 ¡ auadoal2
Cleopatra / Cimbelíno, Planeta, Barcelona, [983, pág.
'áprá^ls¡ ErrEtr l asoI ap 'pet¡'lS r
157. Trad. de José María Valverde.

-Pág. 31: «mi compañera de juegos: ¡ese sello real, esa


'3e¿- :rf asa! :so8anl ap rreuedurof, rLU» cl11as esa'1eal

prenda de altos corazones!»


«isouoZEJoJ sollt ap rpua-rd
otuoluy / Dtuotpuv o1r¡'amadsaletls tuellll.4§.
William Shakespeare, Tito Andro'níco / Antonio y ,(,
'f g6r 'euolao.rrg 'erautl¿ 'ouqaqut2 ¡ auadoal2
Cleopatra / Cimbelíno, Planeta, Barcelona, 1983,
^l€A
págs. 145-146. Trad. de José María Valverde.
'apre Errr[,{ asof ap 'pe1y'9lr-lirs8rd

‐Pág. 32: «De prisa, de prisa, buenas manos»


'Bv¿- ag" :zf 'estrd «sorrELU sEueng 'rsr-rd ap
/
William Shakespeare, Tito Andróníco / Antonio y
(, otuoluy (Dluotpuv olt¡'crcadse1ells uTEIIIII§.
'Egd'f g6r 'ruo¡acrrg'rtauel¿ 'ouqaqrut1 ¡ a.uadoa13
Cleopatra / Címbelíno, Planeta, Barcelona, 1983, pág.
173. Trad. de José María Valverde.
'rpra^lüA rr-rery aso[ ap 'pet¡'f lt

:i;tilTjjffiTl:::f
-Pág. 32: «Hablad por mí, m a n o s »
,tu
William Shakespeare, «Julio César», en Tragedias,
ue ( «rES?) t¿ aB a atp 's

'rur1u '«Brnt¿retr-I EI ep DrrotsrH» 'lol) VgU


RBA (col. «Historia de la Literatura», núm. 3), Bar‑
'(f -rug
'apra^lEA Er-rrtr l ásof ep 'pt{ '8t, 'Bvd'166t'euolao
celona, 1994, pág. 438. Trad. de José María Valverde.

161
r9r
‐Pag. 3z: «Ah,
-Pág. 32: "Ah, déjame besar esa m mano»
ano»
Villiam Shakespeare,
William Shakespeare, «El Lear", en Tragedias,
"El Rey Lear», Tragedias,
RBA (col. «Historia
"Historia de la Literatura»,
Literatura>>, núm. 3),
3), Bar‑
Bar-
celona, 1994, pag. Trad. de José Valverde.
r994, pág. zz9.Trad. dc José María Valvcrde.
229. María

‐Pág. 3z: «Déjame


-Pág. 32: a limpie
limpie antes»,
"Déjame que m e lla
me contesta
antes>>, c ell
ontesta e
anciano
anciano rey dcstrozado, «huele
rcy destrozado, "|¡usls a mortalidad.»
mortalidad."
William Shakespeare, «El
Shakespeare, "El Rey Lear»,
Lear", en Tragedias,
Tragedias,
"Historia de la Literatura»,
RBA (col. «Historia Literatura>>, núm. 3),3), Bar‑
Bar-
celona, 1994, pág. Trad. de
zz9.Trad.
pág. 229. de José María Valverde.
José María Valverdc.

-Pág. 3z: «Sólo


-Pág. 32: "Sólo ccon quc pudiera
o n que vivir para vverte
pudiera Vivir erte ccon
on
mi tacto, diría que volvía a ttener
mi e n e r ojos»
ojos»
Villiam Shakespeare,
William Shakespeare, «El ..El Rey Lear»,
Lear", en Tragedias,
Tragedias,
RBA (col. «Historia
"Historia de la Literatura»,
Literaturx)>, núm. 3), 3), Bar‑
Bar-
celona, 1t994,
9 9 4 , pág. r 8. Trad. de
pág.z218. de José
José María
María Valverde.
Valverde.

‐Pág.
-Pág. 32: dormía, fui despojado
3z: Así, mientras dormía, despojado por uuna na
a n o de
mano
m de hermano,
hermano, dede la Vida,
vida, la ccorona
o r o n a y la Reina,
Reina,
todo a a la vez.
vez.
\Villiam Shakespeare,
William .f{¿1¡ls¡,, en
Shakespeare, «Hamlet», en Tragedias,
Tragedias,
RBA (col. «Historia
"Historia dedc la Literatura»,
Literatura>>, núm. 3), 3), Bar‑
Bar-
1994, pag.
celona, 1994, pág.zr.
2 I . Trad. de
de José María Valverde.
José María Valverde.

‐Pág. "Pues fue esta m


3z: «Pues
-Pág. 32: a n o la que entregó mi cora‑
mano cora-
zón"
zón»
Villiam Shakespeare, eI mmoro
William "Othcllo, el
Shakespearc, «Othello, o r o de
de
Venecia", en Tragedias,
Venecia», RBA (col.
Tragedias, RBA (col. «Historia
"Historia de la
Literatura», 3), Barcelona, 1994,
Literatura", núm. 3), 1994, pág. 296. Trad.
z96.Trad.
de
de José María Valverde.
José María Valverde.

162
t6z
f9,
drid, 2009, págs. 39, 41. Trad. de Alejandro Valero.
'orálEA o,rpurfaly ep 'p€{ 'tt '6f 's39d '6ooz 'pr.rp
P. B. Shelley, Prometeo liberado, Híperión, Ma‑
-e¡4¡ 'uouadtl1 'opataqq oalaruo;¿ {a11aq5 'g ¿
«"'sopro sru oprdet uBq s8[e srl^I» :r fl.3e¿-
-Pág. 131: «Mis alas han tapado mis oídos...»
'zuvrreq oran8y orntrv ap 'pE{ 'fl '?ed'6ooz
pág. 43. Trad. de Arturo Agüero Herranz. 2009,
en Knbla Khan y otros poemas, Alianza, Madrid,
'plrprry 'ezuer¡y 'sputaod so.qo ,( uvqx qqruN ue
(a8Puelo3 'S
S. T. Coleridge, «La rima del anciano marinero»,
'..oJeurJELU ouErruE IáP ErurJ E-I» I
pintado océano» «oueaf,o opefurd
«como 121:
un ep orpcru ua opeturd oJJeg url olUol» :rzr?e¿-
un barco pintado en medio de un -Pág.
'spqO'uo-rf g p-ro1
Lord Byron, Obras.
qrou eP ru EJP eP ?Jc oN» t98'89¿-
‐Pág. 86: «No era de día ni de noche...»
'soroU oEISarue/N ep 'pp.r¡ 'of l-6zl
729-730. Trad. de Wenceslao Roces.
de Cultura Económica, México, D. F., vol. I, págs.
's8ed '1 'lo^ '.{ 'g 'ocrxcl¡¡ 'eorruouo:lg EJntlnS ep
J. A. Symonds, El Renacimiento en Italia, Fondo
opuog 'rllrll ua oluatunJvuav lg'spuouf5 'y '[
para expresar la perfección del conocímiento,...»
«"''cl1u¡rrürtrouof, IJp uorcoa¡-ied e¡ .resc.rdxc t.red
f se;geltd se1" :[9 'f;s¿-
-Pág. 63: «Las palabras y la fuerza del lenguaje no bastan
uelseg ou e len8ucl lcp Ezran] e¡
ESTA PRIMERA
ESTA EDICIÓN
PRIMERA E DICIÓN

DE
D EE MUNDO
ELL M EN
UNDO E ELL QUE
NE VrVO,
QUE V IVO,

DE
D HELEN
EH KELLER, S
E L E N KELLER, ACABÓ
SEE A DE
CABÓ D E IIMPRIMIR
MPRIMIR

EN
E LA
NL IMPRENTA LLANOOGRÁFICA,
A IMPRENTA L..
A N O O G R Á F I C A , sS.. L
DE
D E SABADELL E N ABRIL
S A B A D E L L EN ABRIL

DE
D E 2OI2
ZOIZ
'lerpu nLt] olualu]lf ouof aJ
reconocimiento mundial.
siete años, feliz, habiéndose ganado el
la opeue6 asopuarqeLl 'ztlol'soue alals
ción. Murió en 1968, a los ochenta y
Á eluaq:o sol e 'Bgó ¡, uo otrnl{ 'ugtl
Mark Twain le profesaron su admira‑
-eJrL!pe ns uoJesolo-rd a1 ureml lJehl
escribió varios libros. William James y
Á seuue¡ Lr-relll!M'solqrl sorJeA orqrJlso
acabó dando conferencias. También
uarquJel'serluoJaluol opuep 9qele
Á eqer:unuo-rd anb serqeled sel sorqel
labios las palabras que pronunciaba y
sns ap uoneJqrA e1 rod «Jeqlnlsa» opnd
pudo «escuchar» por la vibración de sus
r r..l
plejo. Tras mucho entrenamiento, Helen
u ol a H' olu o rJJ eu aJ ]u o o l n L! s e.r1' o [a1 d
significado nuevo, cada vez más com‑
-Lr.rol seur zan eper'ononu ope:t¡tubts
guaje, el mundo empezaba a cobrar un
un Jelqof e eqezaduro opunLr 1e'e[en6
su educadora. Gracias al poder del len‑
-ual lap.repod le senere 'eJopelnpa ns
dió el alfabeto y podia comunicarse con
uol asrelrunL!ol elpod Á olaqelle lo g!p
sorprendente. En diez semanas apren‑
-uarde seueuJas zarp uf 'eluopue.td-tos
su educación experimentó un avance
oluene un gluaurlradxe uorlernpa ns
las tinieblas. A partir de ese momento,
'oluatt.tolu asa ap rrlred V'selqarur] sel
esa palabra despertó a su espíritu de
ap n¡r-r1dse ns e 91-radsap elqeled esa
guida el significado de esos signos y
Á'sou6rs sosa op ope:r¡ru6rs 1a eprnb
palabra water. La niña entendió ense‑
-osua grpualua egru el'JaJeA e.rqe¡ed
deletreó varias veces en su palma la
e1 er-u1ed ns uo saloA serJeA oaJlolap
de Helen un chorro de agua y luego
o6an1 Á en6e ap or.ror..ll un ualaH ap
gresos. Un día dejó caer sobre la mano
oueu el aJqos ree: o[ap eJp un 'sosa-¡6
terca ferocidad y comenzó a hacer pro‑
-o.rd lereq e ozueulol Á pepoo-re] elJa]
a las pocas semanas logró vencer su
ns Jaruon o16o¡ seueuas serod sel e
educadora especial, Anne Sullivan, que
enb'uenr11nS auuV'1er:adsa eropelnpa
eun uoJeJluoluo sa.rped sns enb elseq
hasta que sus padres encontraron una
rse onoueu.rad uela¡1 'orfualrs ap aqlou
noche de silencio. Helen permaneció asi
je suspendi-do en una interminable
alqeururJalur eun ua oprpuedsns aI
al estado larvario de un animalito salva‑
-e^les oUleurue un op orJeAJel opelsa le
epnnpaJ :epanb elseq oueurnq olloJJes
sarrollo humano hasta quedar reducida
-ap ns op orfuelsrp el oluorL!elsle olnlos
soluto aislamiento la distanció de su de‑
el mundo. pero eso era todo. Este ab‑
-qe alsf 'opol eJo osa orad 'opunu,r la
del espacio. Podía oler, saborear y tocar
rero¡ Á JeoJoqes 'Jolo erpod 'otoedsa 1ep
vibraciones del suelo, en las distancias
sersuelsrp sel ua'olans lap sauolleJqlA
se1 :«so[o so^onu» sns ua uoJotUtAUof
convirtieron en sus «nuevos ojos»; las
y ciega. Desde entonces sus dedos se
as sopap sns saruolua apsoc 'e6er: Á
fiebre desconocida la dejó sorda, muda
epnu'epJos 9[ap el epr]ouolsap aJqar]
en 1880. A los diecinueve meses, una
eun 'sasouJ a^anuDarp sol v '088L ua
una pequeña ciudad rural de Alabama,
'eureqelv ap leJnJ pepnn eganbad eun
Helen Keller nació en Tuscum'bia,
'erqLUnlsnf uo ol]eu Jollay ualaH
9 7 8 8 4 9 3 963521!
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