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ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

La cerámica foránea de Tlailotlacan, Teotihuacán

TESIS

QUE PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE

LICENCIADA EN ARQUEOLOGÍA

PRESENTA

Elsa Díaz Ávila

DIRECTORA DE TESIS: Dra. Verónica Ortega Cabrera

ASESORES:
Mtra. Olga Lidia Landa Alarcón
Mtro. Víctor Hugo Bolaños Sánchez

CIUDAD DE MEXICO 2017


La cerámica foránea de Tlailotlacan,
Teotihuacán

Presenta:
Elsa Díaz Ávila

Escuela Nacional de Antropología e Historia


Dedicatoria
Con cariño y gratitud para mis padres y hermano:
María Ávila Gómez
José Gabriel Díaz Pereida
Gabriel Díaz Ávila
¡Gracias por tanto!
Agradecimientos
Durante el proceso de mi formación como arqueóloga y en el transcurso de
esta investigación, he tenido la fortuna de conocer a personas maravillosas,
quienes me han alentado en todo momento; su apoyo es invaluable y por eso
les agradezco de todo corazón.

Quiero comenzar por expresar mi eterna gratitud a la Escuela Nacional de


Antropología e Historia, por supuesto a los docentes que en ella laboran, y que
siempre con orgullo recordaré, con toda certeza puedo decir que llevaré algo
de ustedes conmigo. Gracias a Javier Hernández del Olmo, Luis Felipe Bate y
a su Batecueva, Carlos Teutli Solano y sus inmemorables prácticas de campo,
Alberto Vázquez, Carlos Garnica, Ambrosio Lima, Ángel García Cook, Raúl
García Chávez, Blanca Paredes, Gerardo Jiménez, Mario Arturo Galván,
Roberto Campos Campos, Alejandro Villalobos, Fernando Botas.

Gracias a la doctora Verónica Ortega, quien también fue mi profesora en la


ENAH, en las materias de Recorrido de Superficie, Excavación y Análisis de
Materiales; ahora mismo mi jefa y directora de esta tesis, las palabras son
poco a comparación de toda la enseñanza y el apoyo brindado, gracias por
mostrarme la grandeza de la antigua ciudad de Teotihuacán, por guiarme en el
camino e inculcarme el trabajo ético y profesional, a seguir siempre adelante y
a conservar la cordura y humildad ante cualquier situación, me siento orgullosa
de compartir este camino arqueológico y el de la vida, al lado de una excelente
investigadora. Vero mi más sincera admiración, muchas gracias por tu amistad
y confianza.

Es menester reconocer al maestro Víctor Hugo Bolaños Sánchez, quien es mi


asesor en esta tesis, del que recibí su total apoyo para la realización de la
misma, y quien además compartió sus conocimientos, cuando nos tocó
apoyarlo en aquel proyecto de la doctora Ortega: Barrio Oaxaqueño,
Tlailotlacan, Temporada 2014.
Por supuesto a la maestra Olga Lidia Landa Alarcón, por su comprensión y
sostén para la culminación de esta investigación: gracias por estar al
pendiente, por su interés y por aceptar ser mi asesora durante este proceso.

Al Laboratorio de Suelos y Sedimentos de la ENAH, que se encuentra a cargo


del doctor Serafín Sánchez Pérez, a quien le agradezco su noble labor como
docente, siempre al pie del cañón y apoyando investigaciones como la mía, ya
que me permitió la realización de análisis petrográficos. Doctor, su grandeza
reside en su sencillez, gracias por todo. Asimismo, quiero agradecer a la
arqueóloga Irma Gabriela Vargas Martínez quien labora en el Laboratorio de
Suelos y Sedimentos, y fue mi mano derecha en la realización de los análisis;
también gracias por tu amistad.

Gracias al Instituto de Física (IF) de la Universidad Nacional Autónoma de


México (UNAM), específicamente al Laboratorio Nacional de Ciencias para la
Investigación y la Conservación del Patrimonio Cultural (LANCIC), coordinado
por el doctor José Luis Ruvalcaba Sil, donde realicé análisis de PIXE y DRX.
Otro enorme agradecimiento a la química Griselda Pérez Ireta y al maestro en
Ciencias Alejandro Mitrani Viggiano quienes forman parte del equipo del doctor
Ruvalcaba y me auxiliaron durante la realización de los análisis.

De igual forma quiero agradecer a la doctora Annick Daneels, quien forma


parte del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, por
responder a mi llamado de auxilio y orientarme sobre la identificación de tiestos
del Golfo de México.

A mis compañeros y amigos de generación, con los que viví momentos


realmente bellos: a Karen Galicia Rodríguez, gracias por tu calidez y por
abrirme las puertas de tu casa y de Amecameca, también gracias a tu familia
por todo el apoyo en aquella nuestra primera excavación; a Eos López, Atziadel
Tapia, Ignacio Forteza, Diego Matadamas, por todas aquellas aventuras de
nuestros primeros semestres de formación, nuestras prácticas de campo y
muchas cosas más.
A Gustavo Fernández Aguas y Alfredo Fernández Aguas, amigos entrañables:
fuimos y seremos un excelente equipo, como las ramas de un árbol cada quien
siguió su dirección, pero para fortuna nuestra tenemos grandes recuerdos que
nos unen y como siempre dijimos “yo no sé mañana”, y quizá, adelante nos
volvamos a encontrar.

Igualmente quiero expresar mi cariño, por todos los buenos momentos que
pasamos durante la carrera, a Pamela Libertad Jasso, Alondra López, Jessica
Arteaga, Alina Salinas, Emilia, Ivonne Cruz, Blanca, Maribel Cadena, Angy
Domínguez, Esperanza Torres y Gibrán de la Torre.

No pueden faltar mis queridos amigos y ahora colegas, del Teotihuacan Social
Club, con los que compartí los mejores momentos de la licenciatura, a quienes
por azares del destino conocí y que ahora aprecio en demasía; juntos llegamos
a Teotihuacán, vivimos juntos, aprendimos juntos, nos divertimos, nos
enojamos, trabajamos, nos asustamos y tuvimos muchas experiencias más,
tengan todos ustedes mis mejores deseos en esta vida arqueológica y sigan
persiguiendo sus sueños, son unos excelentes seres humanos y estoy
profundamente agradecida con la vida por conocerlos, gracias por todo: Xantal
García, Rosalinda Waybel, Ismael Ortega, Miguel Ángel Vargas, Gerardo de la
Puente, Oscar Mario Pérez, Michael Vite, Irma Vargas, Rodolfo Esteban García
(también gracias a tu familia, siempre tan amable y cálida).

Reitero mi agradecimiento y aprecio a Miguel Ángel Vargas López, por los


dibujos y fotografías que son de su autoría e incluí en este trabajo, de igual
modo aprecio todo el apoyo brindado durante nuestro camino, infinitas gracias.

A otros colegas de distintas generaciones y licenciaturas que he conocido y


que aprecio bastante: Alejandro Cañas, Cesar Hernández, Esperanza Lugo,
Yomara Cardeña, Priscila, Viridiana Guzmán, Luis, Paidos, Isaac Trejo,
Verónica Vergara, Israel Lira, Tlatoani Muños, Diego Tapia, Matías, Edgar
Martínez, Karla Malo, Abraham Vete, Esther Cruz y Eliú González.
También quiero agradecer al equipo “Tlacuaches”, de basquetbol de la Escuela
Nacional de Antropología e Historia, donde tuve la oportunidad de hacer
grandes amigo y compañeros de juego.

Con especial cariño quiero agradecer al personal que trabaja en el Centro de


Estudios Teotihuacanos, ya que desde el primer día que llegué me cobijaron
con su aprecio y me han estado apoyando en todo momento, me han regalado
su amistad y es algo que valoro mucho, a Juan Espinoza, señora Patricia
Vargas, señora Ángela, señora Silvia, arqueóloga Margarita Avelar, señor
Roberto y a Marycarmen Espinosa Franco (por tu amistad, complicidad y
cariño, gracias por ayudarme en todo momento).

A los especialistas que forman parte de los trabajadores de base o de contrato


de la Zona de Monumentos Arqueológicos de Teotihuacán y con los que he
tenido la fortuna de trabajar: Gloria Torres, Jorge Archer, Edwin Romero,
Adriana Sánchez, Miguel Velázquez, Eduardo Salvador.

Muchas gracias al antropólogo y excelente fotógrafo Aldo Díaz Avelar, ya que


incluí material de su autoría en esta investigación, por supuesto que también
agradezco la amistad.

No quiero dejar atrás mi agradecimiento a Antares Díaz y Adara Díaz, por las
pláticas, las risas y su noble amistad.

Sin dudarlo, quiero reconocer a los trabajadores de los diversos proyectos de


Teotihuacán en los que he tenido la oportunidad de trabajar, ya que a través de
ellos aprendí y mejoré en campo. Han hecho de mí una mejor arqueóloga:
aprecio sus consejos, sus historias de cuando llegaron a trabajar a Teotihuacán
siendo apenas unos niños, son unos excelsos conocedores de contextos, ya
que han pasado por sus manos muchos de ellos. A don Luis Ramos, don
Miguel Ramos, don Clemente, señor Odilón, señor Lorenzo, don Raúl, don
Berna, señor Tlacuache, señor Enrique, Brandon, Fredi Espinoza, señora
Ángeles, Laura Román, señor Joaquín Ballinas y Julio Espinoza.
A Edith Espinoza le agradezco su apoyo y su dedicación, fue maravilloso
contar con manos expertas en el análisis de materiales teotihuacanos, tu
compromiso también es parte de esta tesis, muchas gracias por tu amistad.

Al iniciar la licenciatura en arqueología conocí a estudiosos de esta materia:


Erika Patjane, Eli Rivera, Alma Vega, Trini, Hebe Ladrón, Jorge Portocarrero,
Adán Meléndez, Diana Bustos, Judith Alva, Antonio Reyes, Manu Vázquez y
Agustín Ortiz. Ustedes dejaron huella en mí; me dieron la oportunidad de
colaborar en su trabajo y es por eso que les tengo un inmenso agradecimiento.

Con enorme aprecio manifiesto mi felicidad por formar parte del Club de
basquetbol Magic’s del Municipio de Tecámac. Muchas gracias al entrenador y
dirigente Juan Rogelio Sánchez Reyes, ya hace más de nueve años que llegué
al club en donde conocí a personas maravillosas que han forjado mi carácter
para mejor, crecimos juntos y ahora somos una familia, también agradezco al
equipo Angel’s por tantas satisfacciones, por su compañía, por la complicidad,
las locuras y el apoyo. Cynthia Padua, Phany Padua, Noemí Díaz, Paulina
Espindola, Jess, Cris, Laura, Magda Alarcón, Sandra, Jazmín Sánchez, Cruz
Sánchez, Rubí López, Claudia Sánchez y Samantha Mesino: ha sido un
privilegio convivir con ustedes.

Finalmente quiero agradecer a mi familia, quienes son mi sostén y lo más


importante en mi vida, a ellos debo todo cuanto tengo y me esforzaré por
devolver un poco de cuanto me han dado. A mi madre, mi padre y hermano, les
dedico esta tesis con mucho cariño y con el afán de que sepan que siempre los
tengo presentes, no olvido sus enseñanzas, su amor, su comprensión y toda la
dedicación que me han dado.

A mi querido abuelo paterno Gerardo Díaz, a mis tíos y tías, Refugio Díaz,
Norberto Díaz, Isaac Díaz, Cruz Díaz, Inocencio Díaz, a la memoria de mi tío
Gerardo Díaz, y a las familias de cada uno. Muchas gracias por ayudarme a
crecer, por tratarme como a una hija, ayudarme a superar cualquier obstáculo,
por estar siempre a mi lado, porque la vida juntos siempre ha sido y será mejor.
También quiero expresar mi afecto y agradecimiento a mis abuelos maternos
Guillermo Ávila y Remedios Gómez; a mis tíos, Jorge Ávila, Yolanda Ávila,
Isabel Ávila, Junior Ávila, Artemio Ávila, Felipe Ávila y sus familias, por su
bondad, nobleza, cariño y el enorme aprecio que siempre me han tenido.

A los extraordinarios poetas Refugio Pereida y José Falconi: infinitas gracias


por su revisión ortográfica y gramatical.

Cuando lleguéis a viejos, respetaréis la piedra,


si es que llegáis a viejos,
si es que entonces quedó alguna piedra.

Joaquín Pasos
(Canto de guerra de las cosas)

¿Qué te dije de las zonas arqueológicas?


Ah, que en ellas encontramos
esplendores y misterios fuera de nuestra comprensión.
Pensamos que nuestra piel es la única a la que le crecen fisuras.
Los otros dolores son piedras de ríos lejanos.
Te lo digo ahora,
a estas alturas del peñasco,
cuando soy un árbol yermo
aferrado al quejido del abismo.

Refugio Pereida
(Parte IV. Antes de la Danza)
Contenido

Tesis: La cerámica foránea de Tlailotlacan, Teotihuacán

Capítulo I La ciudad antigua de Teotihuacán

I.1 Ubicación geográfica y particularidades del área………………………….1

I.2 Teotihuacán, antecedentes (planeación de la ciudad)…………………....4

I.3 Cronología……………………………………………………………………12

I.4 Tlailotlacan; generalidades e intervenciones…………………………….14

I.5 La identificación de las cerámicas foráneas en Tlailotlacan…………….23

Capítulo II Diseño y planteamiento de investigación

II.1 Estado de la cuestión: la cerámica foránea en Teotihuacán………….25

II.1.1 La cerámica foránea de Tlailotlacan……………………………….26

II.1.2 La cerámica en Tlailotlacan…………………………………………32

II.2 Marco teórico – metodológico: Sistema Mundo………………………...38

II.2.1 Agapi Filini y el Sistema Mundo Mesoamericano………………...48

II.2.2 Teotihuacán en el Sistema Mundo Mesoamericano durante el


clásico……………...………………………………………………………..52

II.3 Objetivos……………………………………………………………………..57

II.4 Hipótesis……………………………………………………………………..59

Capítulo III Los conjuntos arquitectónicos de Tlailotlacan y las cerámicas


foráneas……………………………………………………………………………...60

III.1 Conjunto arquitectónico TL1 (1: N1W6)…………………………………65

III.2 Conjunto arquitectónico TL11 (11: N1W6)………………………………71

III.3 Conjunto arquitectónico TL67 (67: N2W6)………………………………76

III.4 Conjunto arquitectónico TL7 (7: N1W6)…………………………………81

III.5 Conjunto arquitectónico TL9 (9: N1W6)…………………………………86

III.6 Conjunto arquitectónico TL6 (6: N1W6)…………………………………91

III.7 Consideraciones……………………………………………………………95
Capítulo IV La cerámica foránea de Tlailotlacan, Teotihuacán

IV.1 Cerámica oaxaqueña…………………………………………………….100

IV.2 Cerámica de imitación: pasta teotihuacana, forma oaxaqueña…….135

IV.3 Cerámica del Golfo de México………………………………………….167

IV.4 Cerámica del área Maya………………………………………………...173

IV.5 Cerámica del occidente de México…………………………………….174

IV.6 Cerámica local no registrada………………………………………...….180

Capítulo V Técnicas de caracterización elemental en la cerámica de


Tlailotlacan.………………………………………………………………………...183

V.1 Metodologías de los análisis…………………………………………….184

V.2 Proceso de preparación de muestras…………………………………..186

V.3 Proceso de análisis y condiciones de los equipos………………..…..188

V.4 Resultados de los estudios………………………………………………194

V.5 Consideraciones finales sobre los resultados PIXE y DRX……….….202

V.6 Apéndice de Resultados: difracción de rayos X (DRX) y emisión de


rayos X inducida por partículas (PIXE)………………………………..……205

V.7 Anexo fotográfico de las muestras sometidas a análisis de: difracción


de rayos X (DRX) y emisión de rayos X inducida por partículas
(PIXE)………..……………………………………………………………….…208

V.8 Análisis petrográfico en la cerámica foránea de Tlailotlacan…..….…218

V.9 Materiales y métodos……………………………………………………..219

V.10 Análisis……………………………………………………………………221

V.11 Resultados………………………………………………………………..246

V.12 Consideraciones…………………………………………………………250

V.13 Anexo fotográfico de las muestras sometidas a análisis


petrográfico……………………………………………………………………..255

Capítulo VI Contrastación de hipótesis, interpretación y


conclusiones………………………………………………………………………263

Bibliografía………………………………………………………………………....275
Capítulo I

La ciudad antigua de Teotihuacán


I.1 Ubicación geográfica y particularidades del área

La ciudad antigua de Teotihuacán se localiza en el estado de México, municipio


de Teotihuacán, al noreste de la Ciudad de México; sus coordenadas geográficas
extremas se delimitan entre los paralelos 19°38´ y 19°45´ de latitud norte; los
meridianos 98°48´ y 98°56´ de longitud oeste; con una altitud entre los 2 200 y
los 2 800 msnm (INEGI, 2015).

Ilustración 1. Plano arqueológico y topográfico de la Ciudad Antigua de Teotihuacán


(Tomado de Millon et al.,1973).

1
La fisiografía del Valle de Teotihuacán pertenece a la provincia del eje
neovolcánico, teniendo como subprovincia los lagos y volcanes de Anáhuac, el
sistema de topoformas se divide entre vaso lacustre de piso rocoso o sementado,
lomerío de tobas y lomerío basáltico (INEGI, 2015).

Su clima es semiseco con lluvias en verano y templado subhúmedo con


lluvias en verano, de menor humedad, con un rango de temperatura que oscila
entre los 14° y 16°C, el nivel de precipitación anual va de los 600 a 700 mm
(INEGI, 2015).

El suelo que predomina es el Pheozem (53.00%), Vertisol (25.41%) y


Leptosol (5.38%) (INEGI, 2015).

Los recursos hídricos que le dieron sustentabilidad a Teotihuacán en época


prehispánica fueron tres: el rio San Juan, rio Huixulco y el rio San Lorenzo
(Mooser, 1968: 34).

Actualmente el sistema hidrológico forma parte de la Región del Pánuco,


concretamente de la Cuenca del río Moctezuma, subcuenca del lago de Texcoco,
Zumpango y rio Tezontepec. Cuenta con corrientes intermitentes de agua
intermitentes (el Órgano, Estete y Piedras Negras). El río San Juan y el río San
Lorenzo aún están presentes, pero en estados críticos ya que ahora su cauces
son de aguas residuales (INEGI, 2015).

Los grandes grupos vegetales para la zona de Teotihuacán se delimitaron


en el año de 1964. Rzedowski los distingue en Matorral xerófilo (Opuntia
streptacantha, Zaluzania augusta y Mimosa buincifera), Matorral de encino
(Querecus microphylla), pastizal (Buchloe dactyloides, Hilaria cenchroides, Stipa
inchu y Bouteloua gracilis) y Bosque de encino (Querecus spp.) (Castilla
Hernández & Trejo Díez, 1978: 232, 234-236). La vegetación hidrófila, que se
presenta solo en épocas de lluvia es Zannichellia palustris, Jancus mexicanus y
Baccharis salicifilia (Castilla Hernández & Trejo Díez, 1978: 239).

2
Entre la vegetación antropógena, determinada por la presencia del
hombre, se encuentran principalmente la Opuntia amyclaea, hordeum vulgare, Zea
mays, Medicago sativa, Agave mapisaga y Agave salmiana (Castilla Hernández &
Trejo Díez, 1978: 241).

La fauna del valle es similar a la de la cuenca de México, se tiene presencia


de mamíferos, aves, reptiles, batracios e insectos, además de algunos peces
pequeños (Conzatti, 1922: 42).

Uso de suelo actual: Agricultura (77.26%) y zona urbana (16.21%).


Vegetación actual: Matorral (3.47%) y pastizal (3.06%) (INEGI, 2015).

La ciudad antigua de Teotihuacán se desarrolló sobre un pedregal


basáltico rodeado de prominencias de origen volcánico, las elevaciones más
representativas son: el cerro Gordo (2,970 msnm) al Norte, cerro Malinalco (2,590
msnm) y cerro Colorado (2,380 msnm) al Noroeste, cerro Soltepec (2,860 msnm)
al Sudeste y cerro Patlachique (2,700 msnm) al Sur (Mooser, 1968: 32); (INEGI,
2015).

Ilustración 1. Modelo digital de las principales elevaciones que rodean la Ciudad Antigua
de Teotihuacán (Tomado de INEGI 2015, Modificado por Díaz).

3
El cerro Malinalco es uno de los elementos geológicos más antiguos,
perteneciente al mioceno medio y tardío (Terciario), se compone principalmente
por andesitas. El cerro Patlachique pertenece al plioceno temprano (Terciario), la
composición de las rocas varia de andesitas a dacitas, con secuencias
piroclásticas conformadas por tobas líticas y pumicíticas. El cerro Soltepec es un
estrato-volcán del plioceno (Terciario) se caracteriza por derrames de lava ácida,
denominados riolitas navajas, está estratificado con brechas y tobas. El cerro
Gordo, perteneciente al cuaternario, se caracteriza por ser un estrato-volcán
basáltico compuesto de capas de lavas y escorias estratificadas (Barba Pingarrón
& Córdova Frunz, 2010: 26-26).

Además de estas elevaciones mayores existen otras de menor tamaño,


entre ellas las presentes al este de Xometla (Terciario), los conos escoriáceos al
norte de Santiago Tolman (Cuaternario), también es de suma importancia el
malpaís al oriente de Otumba y las lavas sobre las que se asientan las pirámides
(Mooser, 1968: 32).

Las elevaciones antes descritas dictan la forma del valle, son la consecuencia
directa de los dos sistemas de fracturas presentes en el área. Las fracturas
paralelas transversales del Patlachique al sur y la del cerro Gordo al norte
corresponden al sistema WNW a ESE, mientras que las fracturas perpendiculares
de los cerros Soltepec al sudeste, cerro Coronillas, Chiconahutla y Tepayo
corresponden al sistema SSW a NNE; formando así el marco tectónico del Valle
de Teotihuacán (Mooser, 1968: 33); (McClung de Tapia, 2009: 37).

I.2 Teotihuacán, antecedentes (planeación de la ciudad)

Teotihuacán, asentamiento humano que fue creciendo paulatinamente a través del


tiempo hasta convertirse en una ciudad de enormes dimensiones, con edificios
monumentales que nos expresan la gran fuerza de trabajo invertida para su
construcción. Esta ciudad en ruinas es el reflejo del grado de especialización y
conocimiento que sus constructores tenían sobre su medio ambiente y recursos

4
naturales, que sin duda alguna explotaron al máximo, a tal grado que
probablemente fue un factor que contribuyó a su colapso.

Los elementos básicos que definen la planeación urbana de Teotihuacán


son los siguientes: edificios, espacios abiertos, muros, plataformas, calles, el
encauce de los lechos de ríos, la agrupación de edificios que forman conjuntos o
grupos de estructuras, la orientación con respecto a la Calle de los Muertos, el eje
más o menos perpendicular a la Calle de los Muertos (avenida Este y avenida
Oeste) y la estandarización en cuanto al tamaño de los edificios residenciales
(Drewitt, 1966: 80-81).

Las evidencias más tempranas provienen de la fase Patlachique (100 a.C. -


1 d.C.), uno de los asentamientos se ubica en la parte oeste y el otro cruza los dos
lados de lo que después sería la Calle de los Muertos; parece ser que desde esta
fase el espacio ya tenía una calidad sagrada y que la costumbre de construir tres
templos ya era utilizada en esta fase (Millon, 1966: 71). Había grupos pequeños
de edificios separados entre sí, Millon propone que quizá estos grupos de
construcciones pertenezcan a grupos de parentesco. El asentamiento contaba
con más de 6 km2 y una población aproximada de entre 5,000 y 10,000
habitantes (Millon, 1966: 51).

Ilustración 3. En rojo la extensión


alcanzada hasta la fase Patlachique,
aproximadamente 6 Km2. (Plano
tomado de Drewitt, 1966: 91, editado
por Díaz).

5
Fase Tzacualli (1 d.C - 150 d.C), para esta fase la ciudad ya contaba con
una enorme extensión de 17 km2, con una población de 25,000 a 30,000
habitantes, aproximadamente; más de 20 complejos de tres templos fueron
construidos en la Calle de los Muertos, es posible que en esta fase se
construyeran en su mayor parte la Pirámide del Sol, la Pirámide de la Luna, el
Templo de la Serpiente Emplumada, la Avenida Este y Oeste, sugiriendo que la
división en cuadrantes se originara en esta fase y la orientación de 15°30’ al este
del norte, creándose así un modo de vida urbano, posiblemente el control y
trabajo de obsidiana van de la mano con el crecimiento de la ciudad (Millon, 1966:
72; 1973: 52-53).

La Pirámide del Sol y la de la Luna fueron construidas con una misma


orientación, desviadas 15° 30´ del Norte Magnético; se identifican agrupaciones de
tres montículos correspondientes a esta fase (Drewitt, 1966: 81).

Ilustración 4. En rojo la extensión


alcanzada hasta la fase Tzacualli,
aproximadamente 17 Km2. (Plano
tomado de Millon, 1966: 64, editado
por Díaz).

6
Fase Miccaotli (150 d.C. - 200 d.C.), en esta fase se hace un cambio hacia
el sur de la ciudad con el aumento de población y estructuras construidas. Se
acabó de construir la parte superior de la Pirámide del Sol y la plataforma
adosada. En este momento el Templo de la Serpiente Emplumada pudo
considerarse como un símbolo de unión entre los teotihuacanos. El crecimiento
económico de la ciudad continuó en esta fase, al mismo tiempo que el control de
la obsidiana. La ciudad ocupaba una extensión de 20 km2 con una población de
45,000 habitantes, aproximadamente (Millon, op. cit.,: 72; 1973: 54-55).

La construcción del Templo de la Serpiente Emplumada conserva la misma


orientación que las pirámides del Sol y la Luna. En cuanto a la Calle de los
Muertos, las excavaciones que realizaron en el grupo Vikking proporcionaron
evidencia de su utilización como avenida desde esta fase (Drewitt, 1966).

También para esta época se fecha el Templo de los Caracoles


Emplumados (Acosta; 1966: 47).

Ilustración 5. En rojo la extensión


alcanzada hasta la fase Miccaotli,
aproximadamente 20 Km2. (Plano tomado
de Millon, 1966: 65, editado por Díaz).

7
Fase Tlamimilolpa (200 d.C. - 350 d.C), la ciudad cuenta entonces con una
extensión de 22 km2 y una población de 65,000 habitantes, aproximadamente. Se
distinguió por la enorme cantidad constructiva sufriendo un importante proceso de
renovación urbana y la utilización de materiales no perennes; además del cambio
en el patrón de asentamiento. La ciudad alcanza la forma que tuvo en su caída. La
Ciudadela fue construida en su forma actual en esta fase y se cubrió el Templo de
la Serpiente Emplumada con un edificio adosado. Se construyó el Palacio de
Quetzalpapálotl, la pintura mural de los animales mitológicos y la 7a etapa de la
Pirámide de la Luna (ahora visible). Para este periodo se reportan relaciones con
otras regiones como el área maya y el centro de Veracruz (Millon, 1966: 74) y es
más evidente la presencia oaxaqueña (Millon, 1973: 56-58).

Había una clara diferenciación del espacio, entre zonas de habitación,


zonas ceremoniales y zonas administrativas. Los muros de habitaciones
conservaban la misma orientación de la Calle de los Muertos (Drewitt, 1966: 82).

Ilustración 6. En rojo la extensión


alcanzada hasta la fase
Tlamimilolpa, aproximadamente 22
Km2. (Plano tomado de Millon, 1966:
66, editado por Díaz).

8
Fase Xolalpan (350 d.C. – 550 d.C), la ciudad contaba entonces con una
extensión de 20 km2 con un cálculo aproximado de 85,000 habitantes. En esta
fase la influencia de los teotihuacanos se extendió a territorios lejanos, llegando a
tener una población más densa y grande, lo que provocó una renovación urbana.
El Gran Conjunto que probablemente se construyó en esta fase, formaba un
mega-complejo junto con La Ciudadela; circundados por calles anchas, plazas y
espacios al aire libre. Millon propone que el Gran Conjunto pudo funcionar como
el principal mercado de la urbe y La Ciudadela como un lugar predominantemente
sagrado. En esta fase se siguió utilizando la orientación de los edificios sin
importar qué tan lejos se encontraran del área central (Millon, 1966: 76, 1973:59).
Además de que se construyeron los edificios con una medida estándar de 60 m
por lado, aproximadamente (Drewitt, 1966: 82).

Ilustración 7. En rojo la extensión


alcanzada hasta la fase Xolalpan,
aproximadamente 20 Km2. (Plano
tomado de Millon, 1966: 67, editado
por Díaz).

9
Fase Metepec (550 d.C. – 650 d.C.), la gran urbe tenía una extensión de 20
km2 y una población de 70,000 habitantes. En este periodo se da una disminución
de la población y un movimiento hacia la zona oriente, debido al declive del centro
(Millon, 1966: 77). Excavaciones reportadas por Rattray en la plaza de las
Columnas, el conjunto Tepantitla y el Palacio del Sol, confirman mediante la
presencia de cerámica Metepec que algunos sectores de la ciudad siguieron
habitados durante esta fase, aunque no hubo ninguna construcción que fuera
completamente nueva, ya que aprovecharon los espacios existentes haciéndoles
renovaciones; este periodo marca un declive poblacional (Rattray, 2001: 402,
404).

Ilustración 8. En rojo la extensión


alcanzada hasta la fase Metepec,
aproximadamente 20 Km2. (Plano
tomado de Millon, 1966: 69,
editado por Díaz).

10
 La Ciudad Vieja

La ciudad vieja forma parte del área denominada Oztoyahualco (parte


noroccidental de la ciudad). René Millon le llama así a la mitad norte de la ciudad,
ya que es la más densamente poblada en la historia temprana, contiene mucho
más estructuras que en la parte sur, se ubica en los sectores N5W2 y N4W2 del
plano arqueológico y topográfico de la ciudad prehispánica de Teotihuacán (Millon
et al., 1973: 38-39). Además de que propone este lugar como el primer centro
urbano, antes del trazo de la Calle de los Muertos (Manzanilla, 1993: 29).

La disposición en cuadrantes de la ciudad antigua seguramente se


estableció desde sus inicios, con la construcción de la Calle de los Muertos y
posteriormente las avenidas este y oeste, siendo así el resultado de una serie de
adiciones a un plan básico cruciforme, del cual aún no se tiene claro el significado
social (Millon, 1973: 42-43).

Probablemente la experiencia de asentamientos tempranos como Cuicuilco


y Cholula les ayudó a los fundadores a prevenir y aplicar un ordenamiento desde
las primeras estructuras cívico-ceremoniales que se construyeron, permitiendo
que con el tiempo alcanzaran un grado excepcional de la traza (Cowgill, 2008: 88).
Parece ser que la orientación canónica se estableció con mucho cuidado, incluso
a cierta distancia de la ciudad, extendiéndose dentro de las zonas agrícolas
(Cowgill, 2005: 23).

Teotihuacán creció de manera acelerada, convirtiéndose en una


extraordinaria ciudad; es posible que se concibiera como un gran centro ritual y al
mismo tiempo el centro más importante de comercio, adquiriendo rápidamente el
poder expansionista que le caracteriza, auxiliado por el control y producción de
obsidiana así como por el potencial agrícola con el que contaba (Millon, 1973: 46).

Las estimaciones poblacionales realizadas por Millon se basan en la


determinación de los potenciales dormitorios existentes en los complejos
habitacionales investigados, obteniendo un cálculo de entre 100,000 y 200,000
habitantes (Millon, op.cit.:44).

11
El reconocimiento de áreas con rasgos y materiales arqueológicos diferentes a
lo teotihuacano durante las excavaciones y recorridos de superficie del
Teotihuacan Mapping Project, fue tomado como un indicador de la presencia de
grupos provenientes de otros lugares de Mesoamérica. Millon utiliza el término
barrio definiéndolo como un lugar donde se practicaban oficios y residían los
extranjeros procedentes de una misma área; hace mención del barrio oaxaqueño,
el barrio de los comerciantes, la gente de Veracruz y el área maya (Millon, 1973:
40).

I.3 Cronología

Los primeros trabajos sobre la cronología de Teotihuacán se basan en la


cerámica, excavaciones, estratigrafías y entierros, y se pueden dividir en dos tipos:
los estudios particulares que se encargaban solo de determinadas fases de
ocupación (Kroeber, 1925; Noguera, 1935, 1955; Moore, 1952, 1966; Linné, 1934,
1942 y 1956; Armillas 1944, 1950; Cook de Leonard, 1957; Millon y Bennyhoff
1961, Millon, Drewitt y Bennyhoff 1965), y los estudios que hacían un intento por
englobar todas las fases como los de Vaillant 1932, 1935 y 1938, Armillas 1944 y
1950 (estudio utilizado por el Teotihuacan Mapping Project en forma modificada),
Tolstoy 1958; Séjourné 1959, 1963, 1966; Müller 1978 y Smith, 1987. De todos
estos trabajos realizados se destacan Müller 1966, Bennyhoff 1966 y Millon 1966
debido a que realizan una sistematización para refinar la cronología teotihuacana
conformando un cuadro cronológico provisional (Rattray, 2001: 32).

Actualmente la cronología más utilizada para el Valle de Teotihuacán es la


propuesta por Evelyn Rattray en 2001 y calibrada en 2009.

La propuesta cronológica de 2001 se basa en el análisis de materiales y


tiestos provenientes de 26 excavaciones estratigráficas libres de perturbaciones,
realizadas por el Teotihuacan Mapping Project de 1966 a 1969, además de las
vasijas completas procedentes de ofrendas, asociadas a entierros de diferentes
proyectos arqueológicos de Teotihuacán, y vasijas teotihuacanas completas de las
colecciones del INAH en el Museo Nacional de Antropología (Rattray, 2001: 34,

12
44). La presentación del cuadro cronológico en 2009, se basa en nuevos
fechamientos por radiocarbono evaluados por sus contextos estratigráficos y
asociaciones con material fechable como la cerámica, también se tomaron en
cuenta algunos fechamientos antiguos, calibrándolos nuevamente (Rattray, 2009:
53).

Ilustración 9. Cuadro de correlación cronológica, para México central, Monte


Albán, Oaxaca y Región de Tula. (Tomado de Rattray, 2009: 54, Modificado por
Díaz).

13
I.4 Tlailotlacan; generalidades e intervenciones

El área de interés de este trabajo es conocida como Tlailotlacan, y se ubica en la


comunidad de San Juan Evangelista, municipio de Teotihuacán, en la ladera sur
del Cerro Colorado Chico, aproximadamente a tres kilómetros al poniente del área
central de monumentos.

Tlailotlacan es un área con protección jurídica para sus vestigios


arqueológicos, incluida en el polígono de protección definido por el decreto
presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación, el 30 de agosto de
1988, formando parte del área B. Esta es una zona ampliada de monumentos
arqueológicos y de restricción total, donde están prohibidas las nuevas
construcciones o las ampliaciones a las ya existentes (Ortega, 2003).

En el plano arqueológico y topográfico de la ciudad antigua de Teotihuacán


(Millon et al., 1973) ocupa los sectores N1W6 y N2W7 conformado por 14
conjuntos arquitectónicos y una extensión de 25,000 m2 (Ortega, 2014).

Ilustración 10. Ubicación de Tlailotlacan en el plano arqueológico y topográfico de


Teotihuacán (Planos tomados de Rattray, 1993: 8-10, editado por Díaz).

14
Fueron las concentraciones de cerámica fina oaxaqueña, las primeras
evidencias sobre la presencia de gente de los valles centrales de Oaxaca, esto y
el interés de Millon y colaboradores, llevó a las primeras intervenciones en
Tlailotlacan, en la década de los años sesenta, en el sector N1W6. En los
conjuntos arquitectónicos 8 y 9, se realizaron pozos para un muestreo
estratigráfico. Posteriormente JohnPaddock y Evelyn Rattray de la Universidad de
las Américas, entre 1966 y 1967 realizan una excavación en el conjunto
arquitectónico 7:N1W6 al sur de la excavación realizada por Millon, encontrando
fragmentos de vasija-efigie asociados a un entierro extendido. A finales de 1967
Juan Vidarte y Millon del equipo del Teotihuacan Mapping Project, realizan una
excavación en la parte noreste del conjunto 7, encontrando una tumba con
características zapotecas, en su acceso había una jamba con un glifo que
corresponde al sistema de escritura zapoteco, además de una vasija efigie (Millon,
1973: 41-42; Ortega, 2014: 28-29).

Ilustración 11. Primeras intervenciones en


Tlailotlacan, conjuntos TL7, TL8 y TL9
N1W6, realizadas por Rene Millon, Evelyn
Rattray, John Paddock y Juan Vidarte.
(Plano tomado de Rattray, 1993: 10,
modificado por Díaz).

15
En el año 1982 se llevó a cabo una excavación en la estructura 69:N2W6
por Patricia Quintanilla, dentro del Proyecto Arqueológico Teotihuacán 80-82; el
sitio excavado estaba en malas condiciones debido a la erosión, por saqueos y la
cercanía de los asentamientos modernos (Quintanilla, 1993: 17-22).

La siguiente intervención fue realizada por Michael Spence con


financiamiento del Social Sciences and Humanities Research Council of Canada;
su intervención se divide en dos temporadas de trabajo en campo, la primera en
1987, en el conjunto arquitectónico TL6 N1W6 al poniente del conjunto
arquitectónico 7; la segunda temporada fue en el año 1989 en el mismo conjunto.
Entre sus principales hallazgos se destaca una plaza con altar central, rodeada
por tres plataformas, dos tumbas, vasijas procedentes de la región oaxaqueña,
vasijas de imitación oaxaqueña y quince contextos funerarios con algunos
individuos en posición extendida (Spence, 1993; Ortega, 2014: 32).

Ilustración 12. Conjuntos


arquitectónicos excavados en los
años ochenta. En 1982 el sitio TL69
N1W6 por Quintanilla, para 1987 y
1989 se excavó el sitio TL6 N1W6
por Spence. (Plano tomado de
Rattray, 1993: 10, modificado por
Díaz).

16
En el año 1993 el arqueólogo Rubén Cabrera coordinó un salvamento
arqueológico en el sitio TL1 N1W6, en donde se localizó un patio enlajado
delimitado al Norte por una plataforma, al centro del patio se encontró un pequeño
altar, además de dos tumbas, una al oeste y otra al este del patio. Las tumbas con
características oaxaqueñas, contenían entierros en posición extendida y algunos
huesos de cánido, conejo y ave relacionados a estas tumbas que denomina tumba
este y tumba oeste. Dentro del mismo salvamento se realiza otra exploración en el
conjunto arquitectónico TL20 N1W6, reportando dos conjuntos, el primero de ellos
con un patio empedrado y el segundo con un patio hundido y enlajado además de
una tumba y un entierro extendido (Gamboa, en Cabrera 1995).

Ilustración 13 Conjunto arquitectónico TL1 y


TL20 N1W6, excavado por Gamboa en
1995. (Plano tomado de Rattray, 1993: 10,
y modificado por Díaz).

17
En el año 2002 se realizó un salvamento arqueológico en el sitio TL1 N1W6
a cargo de Teresa Palomares, interviniendo la actual calle Huitzilopochtli y la calle
Tenochtitlan de la Colonia El Mirador, encontrando 4 vasijas-efigie, entierros
extendidos, drenajes, muros y apisonados que considera forman parte de un
conjunto habitacional doméstico (Palomares, 2003, 2007).

En el año 2003 Michelle Croissier realiza una exploración en el sitio TL5


N1W6, finaciada por FAMSI, su investigación se concentró en una estructura
identificada años antes por Millon, la cual presentó cuatro etapas constructivas,
tres de ellas corresponden al Clásico y una al Posclásico, enfocándose en la
identidad pública del enclave y evaluando la amplitud de su autonomía religiosa y
política, basándose en una estructura (Croissier, 2006: 3, 6).

En el año 2008, el Proyecto de Investigación Arqueológica Barrio


Oaxaqueño, Tlailotlacan, bajo la dirección de la doctora Verónica Ortega, intervino
5 conjuntos arquitectónicos (TL1, TL2, TL9, TL11 y TL67) con los objetivos de
recuperar la mayor cantidad de información arqueológica de este sector, ya que el
crecimiento urbano sin control de la actual comunidad ha tenido como
consecuencia la destrucción de vestigios arqueológicos. La información obtenida
de los distintos conjuntos excavados permite una mejor comprensión de la
dinámica social y urbana de los antiguos habitantes de Tlailotlacan (Ortega, 2008:
2, 7, 9, 10, 2014: 38).

 Conjunto arquitectónico TL1 N1W6

Previamente a la exploración del año 2008, se realizaron dos salvamentos, uno


en 1993 por Gamboa y el segundo en el año 2002 realizado por la arqueóloga
Teresa Palomares, todas estas intervenciones se ubican en la calle Tenochtitlan y
Huitzilopochtli de la actual colonia el Mirador de San Juan Evangelista,
Teotihuacán.

Con esta información se complementaron los planos arquitectónicos del


conjunto, que fue planeado a partir de unidades arquitectónicas con espacios
abiertos (Ortega, 2014: 94, 96). En la calle Huitzilopochtli se liberaron restos de

18
muros y pisos enlajados, debido a la perturbación (introducción de tuberías),
muchos de los contextos se encontraban alterados y en su mayor parte destruidos
(Ortega, 2008: 26-33). En la calle Tenochtitlan se encontró evidencia de las
escalinatas de un basamento arrasado, además de un patio enlajado delimitado
por muros, una fosa excavada en el tepetate que contenía los restos de un
individuo en posición extendida (ídem: 33-45).

 Conjunto arquitectónico TL2 N1W6

La exploración se llevó a cabo en la esquina de la calle Tláloc y Ciudadela de la


Colonia El Mirador, el resto del conjunto no se pudo explorar porque fue arrasado
por construcciones modernas, Ortega realizó 5 pozos de sondeo y una cala,
descubriendo muros prehispánicos que formaban un espacio cerrado,
posiblemente un área doméstica (ídem: 60-73).

 Conjunto arquitectónico TL9 N1W6

Localizado en la parte sur de la Colonia El Mirador, el conjunto se registró por el


Teotihuacan Mapping Project (Millon, et al. 973). Mismos que realizaron una
excavación de sondeo denominada E10, de la cual no existen publicaciones.

La intervención de 2008 se realizó en un predio que fue utilizado como


campo de cultivo, entre sus hallazgos reporta la presencia de dos muros
perimetrales (poniente y sur), un fogón, un nicho, un canal abierto y dos cráneos.
Ortega menciona que los restos liberados no concuerdan con lo señalado por
Millon (Ortega, 2008: 75, 78, 84-114, 2014: 104-106).

 Conjunto arquitectónico TL11 N1W6

Ubicado en la parte Suroeste de la Colonia El Mirador, el predio donde se realizó


la exploración es de uso habitacional, corresponden a patios y jardines. Para este
conjunto se reporta la presencia de varios muros que forman el conjunto, vestigios
de una plataforma, pisos, un patio hundido central, rodeado por tres cuartos, una
tumba, dos entierros extendidos con ofrenda cerámica, uno se encontraba en la

19
tumba, además de un canal hidráulico. Se identificaron dos etapas constructivas
(Ortega, 2008: 105, 114, 120, 127, 131, 134).

 Conjunto arquitectónico TL67 N2W6

Este conjunto se ubica en la esquina de la calle Tezcatlipoca y Tenochtitlan de la


actual Colonia El Mirador, se realizó la intervención en un pequeño predio de un
particular, el cual estaba libre de construcciones actuales. Ortega reporta que la
mayor parte de este conjunto fue arrasado por las construcciones modernas, sin
embargo se encontraron restos de un altar y un patio enlajado, y entierros en
posición extendida (Ortega, 2008: 136, 153, 164, 165, 2014: 107, 108).

En el año 2009 Ortega continúa con las exploraciones en el conjunto


arquitectónico TL11 N1W6, intervenido un año antes, se excavan tres predios de
propiedad privada colindantes al área del 2008.

Sección norte del conjunto:

Registraron varios contextos culturales, tanto prehispánicos como modernos y


definieron el muro perimetral norte, al excavar en la parte interior de la estructura
definieron dos etapas constructivas correspondientes a un área habitacional y el
hallazgo de una vasija efigie.

Sección sur del conjunto:

Espacio de uso público, en esta área se reportan cuatro plazas, cada una con
restos de muros de cuartos y escalinatas de acceso, además de patios enlajados,
seis altares, entierros de infantes y entierros extendidos, tumbas de cajón,
fragmentos de vasijas efigie y tableros con tres cornisas, en forma de “U” invertida
(Ortega, 2010: 5, 6, 19, 46, 60, 126, 129, 198).

Ortega concluye que este conjunto arquitectónico está diseñado a partir de


cuatro unidades arquitectónicas independientes, compuestas por áreas al aire libre
con patios enlajados (Ortega, 2014: 94, 96).

20
En el año 2013, se intervino la sección sur del conjunto arquitectónico TL7
N1W6, por Ortega Cabrera, mediante el Proyecto Arqueológico Barrio Oaxaqueño
Tlailotlacan, Teotihuacán, previamente excavado en los años sesentas por René
Millon, Juan Vidarte, John Paddock y Evelyn Rattray, entre sus hallazgos más
destacados se enlista un patio enlajado, drenajes de captación de agua, entierros
extendidos, el reconocimiento de la tumba excavada en los años sesenta, además
de la identificación de otra tumba no registrada anteriormente, finalmente con esta
exploración se concluye que el conjunto se componía de diversas viviendas
(Ortega, 2013: 14-18).

Para el año 2014, Ortega realizó una excavación en la parte sur del sitio
TL6, siendo esta la más reciente de las intervenciones realizadas en este sector
de la ciudad antigua de Teotihuacán.

21
Ilustración 14. Conjuntos arquitectónicos excavados del año 2000 en adelante.
(Plano tomado de Rattray, 1993: 10, modificado por Díaz).

22
I.5 La identificación de las cerámicas foráneas en Tlailotlacan

En la década de los ochenta, Evelyn Rattray llevó a cabo análisis de arcillas


mediante activación neutrónica en diversas muestras de cerámica gris
procedentes de los recorridos de superficie del Teotihuacan Mapping Project,
identificando tres grupos: 1) la cerámica gris fina, importada de Oaxaca; 2) la
cerámica gris hecha en Teotihuacán, que incluye vasijas y figurillas, y 3) las
vasijas efigie de Monte Albán (Rattray, 1993: 35). La mayoría de los tiestos
provenían de diversos sectores de la ciudad, pues en Tlailotlacan era escasa la
cerámica gris importada (Rattray, 1993: 54-68), situación que fue confirmada por
Michael Spence (1993) con sus análisis de los materiales del conjunto
arquitectónico TL6, donde se percató de que la cerámica importada de Oaxaca
pertenecía a formas de uso doméstico como los cajetes cónicos y los apaxtles,
hechos en cerámica gris, así como vasijas elaboradas con pasta micácea y
fragmentos de vasijas efigie. Con base en nuevos análisis de activación
neutrónica, Kevin T. Gibbs reafirmó que las cantidades de cerámica de
importación eran muy bajas en Tlailotlacan, con un porcentaje aproximado de 3 a
5% (Gibbs, 2001: 57).

En años recientes se han elaborado investigaciones que incluyen en su


estudio la cerámica de Tlailotlacan.

Roldán Olmos utiliza como objeto de estudio la cerámica de Tlailotlacan,


realizando análisis interdisciplinarios como PIXE y la Técnica de Luz Ultra Violeta,
abordando con sus resultados el tema de la identidad de los residentes de
Tlailotlacan (Roldán; 2011: 227, 228, 230, 235, 236).

Las investigaciones en el conjunto TL5 a cargo de Michelle M. Croissier en


el año 2003 ofrecen un análisis preliminar de la investigación. En cuanto a la
cerámica menciona que la vajilla gris de estilo Zapoteca ocupa un 3% del total de
los tiestos recuperados, ofrece una hipótesis preliminar al decir que las vasijas de
imitación la produjeron mujeres que migraron de su tierra de origen

23
manufacturando tipos de cerámica doméstica zapoteca (Croissier, 2006: 20, 21,
13-15).

Asimismo, en el año 2007, Michelle M. Croissier realiza un estudio que se


enfoca en la presencia zapoteca en Teotihuacán, utiliza datos arqueológicos
provenientes del conjunto arquitectónico TL5, en los que sobre una pequeña
muestra de cerámica aplica técnicas como la Emisión de Plasma Óptica Acoplada
Inductivamente, Espectrometría, Difractometria de rayos X, Petrografía y Pérdida
de Ignición, a fin de contribuir a una comprensión holística de Tlailotlacan
(Croissier, 2007: 51-61, 97, 121, 139, 142-146).

En el año 2007 la arqueóloga Teresa Palomares, propone que la


coexistencia entre cerámicas teotihuacanas, zapotecas y de imitación pasta
teotihuacana forma oaxaqueña son el reflejo de adaptación que sufrió el grupo
étnico que se asentó en Tlailotlacan. Ella estudia la cerámica junto con otros
elementos como la arquitectura y patrones funerarios, confirmando que el conjunto
TL1 que es el que ella explora presenta características de un grupo con filiación
étnica zapoteca, de los Valles Centrales de Oaxaca (Palomares Rodríguez, 2007:
152, 154).

El énfasis en la cerámica gris en estas investigaciones dejó de lado la


presencia de otros grupos oaxaqueños como el crema, el café y el naranja, los
cuales también han sido registrados en algunos de los conjuntos arquitectónicos
de Tlailotlacan.

24
Capítulo II

Diseño y planteamiento de investigación


II.1 Estado de la cuestión: la cerámica foránea en Teotihuacán

La forma en que se abordó la presencia de cerámica foránea en Teotihuacán a


manera de indicador y como evidencia del contacto e intercambio entre
Teotihuacán y otras regiones, fue una hipótesis que se comenzó a cristalizar
desde los recorridos de superficie y las excavaciones realizadas por el
Teotihuacan Mapping Project en la década de los años sesenta del siglo pasado.
Con esta idea se propuso que la ciudad contaba con una división interna
conformada por barrios o vecindarios mostrando, en base a sus resultados, una
zona donde residían personas procedentes de un mismo lugar (Tlailotlacan), así
como un sitio que a juzgar por el hallazgo de cerámica de Veracruz y área maya,
Millon y colaboradores propusieron como barrio de los comerciantes (Millon, 1973:
40). Este vínculo entre Teotihuacán y diversos sitios de Mesoamérica se ha
asociado directamente a los circuitos de intercambio (cultural e ideológico) así
como al comercio y tributo, conformando una ciudad multiétnica.

Los primeros estudios cerámicos realizados por Rattray (Petrografía y


Activación Neutrónica) para establecer una cronología sólida para Teotihuacán,
ayudaron a descifrar qué nexos existían con otras partes de Mesoamérica, ya que
en su análisis separó la cerámica local de la importada, que difería tanto en
composición mineralógica como en el acabado y tratamiento de superficie,
subdividiéndola en: cerámica Anaranjado Delgado1, cerámica Granular2, también

1
Propone su origen en Tepexi de Rodríguez, Puebla, la relaciona con el comercio debido a la
amplia distribución y control que Teotihuacán ejercía sobre esta.
2
Supone su origen en Guerrero, menciona la posibilidad de que esta cerámica llegara a
Teotihuacán transportando algún valioso producto ya que se le reconoce como una cerámica de
comercio.
25
identifica cerámica Lustrosa y de Costa del Golfo, estableciendo como lugar de
origen el actual estado de Veracruz3.

La cerámica oaxaqueña es más abundante en Tlailotlacan, que a su vez es


dividida en cerámica importada de Oaxaca, procedente de los valles centrales y
tiestos de lo que llama “estilo híbrido Oaxaca-Teotihuacán”, por último menciona a
la cerámica Maya asociada a la península de Yucatán, cuyas cantidades más
abundantes provienen del barrio de los comerciantes. La presencia de este tipo de
vasijas es interpretada por la autora como evidencia de intercambio y contactos
foráneos (Rattray, 1979: 51, 53, 58, 59, 62-66; 2001: 306, 340-342).

En 1987 Rattray amplía la información sobre la cerámica foránea,


presentando mapas de distribución para las lozas oaxaqueñas, mayas y de la
Costa del Golfo ─particularmente de Tajín ─ a partir de un nuevo análisis del
material recuperado por el Teotihuacan Mapping Project.

II.1.1 La cerámica foránea de Tlailotlacan

En cuanto a Tlailotlacan (N1W6, N2W6) menciona que la finalidad del mapa de


distribución es saber su extensión territorial y especificar que la cerámica de
imitación oaxaqueña se limita a este sector urbano, y a zonas inmediatas al gran
conjunto. Las formas cerámicas de imitación que identificó son: apaxtle,
sahumadores, jarras, cajetes y vasijas efigies miniatura. En cuanto a la cerámica
importada, refiere que tiene una distribución distinta, lo que apunta a otro grupo
de gente, puesto que se encuentran sobre la Calzada de los Muertos y lugares
más retirados. Figurillas, cajetes, efigies y vasos de pastas cocidas y texturas finas
son las principales cerámicas de importación, alfarería que se manufacturaba en
Monte Albán. El hallazgo de estos tiestos en contextos de la Pirámide del Sol
(Tzacualli) y en Tlailotlacan, sugiere contactos tempranos con los valles centrales
de Oaxaca. En estudios posteriores Rattray postula que Tlailotlacan fue ocupado
antes de la fase Tlamimilolpa temprano y continuó ocupado durante la fase

3
De esta última se menciona que las mayores concentraciones se ubican en el barrio de los
comerciantes.
26
cronológica Xolalpan tardío, además de algunas evidencias de fases posteriores.
(Rattray, 1987: 253, 256; 1991: 6, 8).

Barrio de los comerciantes

Ubicado en el límite noreste de la ciudad antigua de Teotihuacán, a este lugar se


asocia cerámica local con la procedente de la región Maya y de la costa del Golfo
(de 9 a 12% de la cerámica es foránea), formando un agrupamiento cerrado y bien
definido dentro de los sectores N3E4 y N4E4, del mapa de la cuidad antigua
(Millon et al., 1973). Los tiestos mayas identificados correspondientes al Formativo
tardío son: Ixcanrio anaranjado policromo, Flor crema, Polvero negro, Sierra rojo y
Unto pre-engobe estriado, mientras que para el Clásico temprano la mayor parte
pertenecen al complejo Tzakol; de la región norte de Belice los grupos
identificados son: Dos arroyos anaranjado policromo, Policromo crema, Balanza
negra, San Blas rojo sobre anaranjado y Peten gloss. La cerámica del clásico
tardío corresponde al complejo Tepeu, se menciona un descenso en cuanto a
cantidades, los grupos presentes son: Hool anaranjado policromo, Ticul pizarra
delgada, Encanto estriado, Gris fino y Crema fino (Rattray, 1981: 2, 3, 5,7; Rattray
& McClung, 1987: 259, 261, Rattray, 1988: 166, 173, 175; 1991: 6).

Nuevas investigaciones dan luz sobre la presencia maya en Teotihuacán.


Cañas (2014) realiza un estudio a partir de la iconografía, los patrones funerarios,
los textos jeroglíficos y los materiales arqueológicos como la cerámica, a fin de dar
cuenta del nivel de interacción entre estas dos áreas, estableciendo que el
momento de mayor contacto es en la fase Tlamimilolpa tardío y Xolalpan
temprano, la presencia cerámica la relaciona directamente con el comercio
(Cañas, 2014: XII, 26, 126-133).

27
Mapa de distribución de la cerámica Maya en Teotihuacán (Tomado de
Rattray, 1987: 262).

Sin embargo la presencia de cerámica proveniente de la costa del Golfo le


dobla la cantidad a la de área Maya, por lo que se propone que para los contextos
más tempranos, la gente de área maya tenía el control de este lugar, mientras
que para periodos posteriores el control lo tenía la gente de costa del Golfo. La
cerámica teotihuacana que se asocia, corresponde cronológicamente a los
periodos Tlamimilolpa y Xolalpan.

También se identificaron imitaciones de vasijas hechas con arcillas locales


entre las importaciones foráneas.

Rattray concluye que las cerámicas provienen principalmente de las tierras


bajas Mayas del norte, además de que se tenían contactos con la costa del Golfo
y Belice. Debido a la claridad de su estratigrafía se sabe que este lugar estuvo
ocupado durante un periodo corto, de Tlamimilolpa tardío a Xolalpan tardío
(Rattray, 1981: 2, 3, 5,7; Rattray & McClung, 1987: 259, 261, Rattray, 1988: 166,
173, 175; 1991: 6).

28
Mapa de distribución de la cerámica fina de la Costa del Golfo en
Teotihuacán (Tomado de Rattray, 1987: 263).

Mapa de distribución de la cerámica procedente de Tajín en


Teotihuacán (Tomado de Rattray, 1987: 265).
29
Estructura 19

En las exploraciones realizadas en este conjunto arquitectónico se identificaron


elementos similares o provenientes del centro norte de Michoacán, además de
que la evidencia material los relaciona con Tlailotlacan.

En cuanto a la cerámica se reportan figurillas y recipientes importados del


occidente de México (probablemente la región de Michoacán), asociados a
entierros de individuos (Gómez & Gazzola, 2009: 74, 75).

Cerámica anaranjado delgado

Para el año 2001 Rattray presenta un estudio detallado de la cerámica anaranjado


delgado, permitiéndole elaborar una secuencia cronológica sobre sus atributos
estilísticos, facilitando el fechamiento hacia los estratos asociados a este tipo de
tiestos. Los tipos que menciona son: anaranjado delgado regular, anaranjado
delgado local, anaranjado delgado burdo y anaranjado delgado grueso. Esta
cerámica, pese a que es foránea, es considerada parte de la esfera teotihuacana,
debido al control que se ejercía sobre ella (Rattray, 2001: 308, 310, 312).

La cerámica granular

Sus primeras menciones en Teotihuacán se remontan al año 1934 cuando Sigvald


Linné, refiere una cerámica con características parecidas a la reportada por
George Vailliant, quien la define como una cerámica blanca de paredes delgadas
con pasta muy homogénea y una superficie granular, cubierta con un baño tenue
y decorada con una banda en el labio de la vasija y volutas en el cuello de color
marrón, negro o rojo, (denominación hecha por primera vez en sitios de la cuenca
de México y Morelos), la cual por sus particularidades se infería su procedencia
fuera de la antigua urbe.

Posteriormente Laurette Sejourné la llama cerámica rosa o grupo 7,


caracterizado por tiestos rosas de barro muy poroso con partículas negras y
blancas decorada con motivos en color rojo, señalando su correspondencia a ollas
30
o ánforas; tiempo después Florencia Müller la compara con el granular White de
Vaillant y la llama rojo rosa sobre blanco, ubica su temporalidad para Tzacualli
tardío-Metepec, la describe con una pasta de color blanco a rosa o blanco a
crema, indica sus formas como ánforas de tres asas y ollas efigies decoradas al
igual que las reportadas por Séjourné (Padilla, 2009:59, 93, 107, 108, 112-114).

En el año 2001 fue incluida en la investigación de Rattray, caracterizada por


su procedencia desconocida, asociada al comercio, de aspecto muy distinto al que
presentan los grupos teotihuacanos por su composición porosa, uniformemente
oxidada y con abundante desgrasante, menciona que fue identificada desde la
fase Patlachique hasta la caída de la ciudad, elabora el análisis tecnológico y
cronológico para esta vajilla, las formas reportadas son ánforas de tres asas,
vasijas efigie, jarras, trompetas en forma de caracol y almenas, presentan
decoración pintada o al pastillaje variando según su temporalidad, sin embargo no
está segura de su lugar de origen pero propone el área de Morelos y Guerrero
(Rattray, 2001: 340, 342; Padilla, 2009: 116, 305).

Uno de los aportes más importantes relativos a la cerámica granular es el


de Padilla 2009; en su estudio se propone establecer las características físicas
que definen al Blanco Granular, puntualizando espacial y temporalmente su
distribución según sus técnicas y estilos, además de hacer una investigación a
fondo sobre los antecedentes de este grupo, no solo para el área de Guerrero,
sino también para otros sitios de Mesoamérica donde ha sido reportada, en caso
de la cerámica Granular de Teotihuacán, Padilla concluye que el lugar de origen
de ésta es el área central de Guerrero (Padilla, 2009: 44,123, 306).

Recientemente se han llevado a cabo estudios donde se utiliza el material


foráneo presente en los distintos sectores de Teotihuacán, tal es el caso de
Castañón (2012), quien bajo el enfoque de la arqueología espacial, genera mapas
de distribución de los materiales foráneos, aportando una base de datos sobre su
ubicación y cantidad. A partir de esta información busca identificar los cambios en

31
la introducción y concentración de materiales foráneos durante la ocupación
teotihuacana (Castañón, 2012: 5, 8, 247; 2014: 2).

II.1.2 La cerámica en Tlailotlacan

Los estudios realizados en este vecindario, constantemente mencionan la


presencia de la cerámica anaranjado delgado, granular y oaxaqueña, de las
cuales se han realizado diferentes estudios para identificar su origen y su
presencia en Teotihuacán. Los primeros dos (anaranjado delgado y granular) se
incluyen en la metodología de análisis cerámico más utilizado en Teotihuacán
(Rattray; 2001).

Para la cerámica oaxaqueña podemos tomar como antecedente y primer


indicio de su presencia en Tlailotlacan, la información de los recorridos de
superficie realizados por René Millon y colaboradores, durante el Teotihuacan
Mapping Project en los años sesenta, quienes registraron altas concentraciones
de cerámica gris fina al noroeste del área monumental de la ciudad, en los
sectores N1W6 y N2W6, actualmente ubicados en el pueblo de San Juan
Evangelista, municipio de Teotihuacán, estado de México.

Con la colaboración de John Paddock confirmaron el origen oaxaqueño de


los materiales e identificaron formas cerámicas utilitarias provenientes de aquella
región (Millon, 1973:41). El interés de Millon y colaboradores, llevó a las primeras
intervenciones en Tlailotlacan, en el sector N1W6, en los conjuntos
arquitectónicos 8 y 9, se realizaron pozos para un muestreo estratigráfico.
Posteriormente Paddock y Rattray de la Universidad de las Américas, entre 1966
y 1967 realizan una excavación en el conjunto arquitectónico 7:N1W6 al sur de la
excavación realizada por Millon. A finales de 1967 Juan Vidarte y Millon para el
Teotihuacan Mapping Project, realizan una excavación en la parte noreste del
conjunto 7 (Ibídem: 41-42; Ortega, 2014: 28-29).

El análisis de materiales cerámicos de las excavaciones antes


mencionadas, fue realizado por Evelyn Childs Rattray, identificando tiestos de
32
origen teotihuacano en todas las muestras, así como cerámica importada de
Oaxaca, otros tipos foráneos y por primera vez se reporta una versión de
fabricación local de algunas de las formas oaxaqueñas.

A veinte años de la intervención de Paddock y Rattray, en 1987 y 1989 se


consumó una excavación en la estructura 6:N1W6 coordinada por Michael W.
Spence, los materiales recuperados también fueron estudiados por Rattray
(Rattray, 1991: 1; Spence, 1989: 59).

Spence refiere que existe una coincidencia llamativa en los colores grises
de la cerámica de Tlailotlacan y la cerámica de Oaxaca, indicando que para la
producción de ambas se debió utilizar una atmósfera de reducción. Engloba en
tres categorías la cerámica recuperada en TL6: productos domésticos burdos,
cerámica fina y artefactos rituales (Spence, 1989).

Con los datos reunidos de los recorridos de superficie del Teotihuacan


Mapping Project, Rattray genera un mapa de distribución de la cerámica
oaxaqueña, representando con un triangulo equilátero la presencia de cerámica
importada gris fina y con un circulo la cerámica gris local. En el mapa se pueden
observar las tres concentraciones principales de cerámica gris local, la más
abundante se localiza en los sectores N1W6 y N2W6 (Tlailotlacan); los sectores
N2W5 y N3W5 al noreste de Tlailotlacan, presentan una concentración menor de
tiestos fabricados localmente, así como el sector N1W2 al poniente del gran
conjunto, del mapa arqueológico y topográfico de la antigua ciudad de
Teotihuacán (Rattray, 1993: 3, 8, 9; Ortega, 2014:18-20).

La cerámica de imitación se limita a Tlailotlacan y aparece en menor


cantidad en otras dos aéreas al oeste del gran conjunto. Esta vajilla fue elaborada
por gente especializada en la alfarería oaxaqueña, ya que son excelentes
reproducciones las que se encuentran en Tlailotlacan, Rattray reporta para el sitio
7:N1W6 la imitación de los tipos G2, G3, G12, G21 y formas especiales como
urnas y cajetes zoomorfos, la mayoría de las formas son de origen utilitario. Para

33
ratificar su origen local realiza análisis de activación neutrónica y análisis
petrográficos, confirmando el origen de los tiestos, también menciona que las
formas de imitación local de Tlailotlacan muestran un rango limitado de tipos de la
época II y II-IIIA de Monte Albán, posiblemente se comenzaron a elaborar hacia la
fase Tlamimilolpa temprano, según la autora (Rattray, 1993:36).

Plano de distribución de la cerámica oaxaqueña en Teotihuacán, los triángulos representan la


presencia de cerámica gris importada mientras que los círculos muestran la presencia de
cerámica gris local. Las aéreas señaladas exponen las concentraciones de cerámica de
producción local, es el caso de los sectores N1W6 y N2W6 (Tlailotlacan) donde se encuentra la
mayor cantidad, los sectores N2W5 y N3W5 (noreste de Tlailotlacan) con menor cantidad, así
como el sector N1W2 (al poniente del gran conjunto), (Tomado de Rattray, 1993: 8, 9 y
modificado por Díaz).

El agrupamiento cerámico que más se ha investigado, es el que se


encuentra en los sectores N1W6 y N2W6 (Tlailotlacan), en los otros dos, solo se
han realizado algunas exploraciones correspondientes a salvamentos
arqueológicos. Como se observa en el plano, las concentraciones de cerámica se

34
localizan al norte de la Avenida Oeste, formando una conexión hacia el Gran
Conjunto, uno de los principales ejes de la ciudad, es posible que en cada
agrupamiento existiera un taller donde se reproducían las tecnologías y formas de
la cerámica oaxaqueña (Ortega, 2014: 18).

Kevin T. Gibbs utilizó como objeto de estudio la cerámica del conjunto TL6,
enfocándose a determinar el lapso de tiempo que duró la fabricación de la
cerámica zapoteca en Tlailotlacan; mediante su investigación propuso que la
producción durante la fase Xolalpan se realizó a una escala limitada e infiere que
pudo continuar hasta la caída de Teotihuacán, jugando un papel importante en
cuanto al reforzamiento de una identidad distinta a la teotihuacana (Gibbs; 2001:
56, 89, 97-100).

Por otro lado, Malgorzata J. Mahoney realizó una investigación con base en
las figurillas de estilo teotihuacano presentes en el conjunto arquitectónico TL6,
mostrando la colección del conjunto y comparándola con la de otros sitios de
Teotihuacán. Esta autora confirma la presencia de figurillas teotihuacanas como la
muestra más representativa de la colección recuperada, resaltando la abundancia
de figurillas femeninas sobre las masculinas, lo que apoya la hipótesis sobre la
importancia de la mujer en Tlailotlacan; de igual manera indica una alta producción
de figurillas de estilo zapoteca, e infiere que los habitantes de Tlailotlacan elegían
la producción y uso de determinadas figurillas a manera de reafirmar su identidad
(Mahoney;2004: 90-96).

Años más tarde, Roldán Olmos realizó una investigación utilizando la


cerámica gris de Teotihuacán, planteándose como objetivo explicar la relación con
Monte Albán y aclarar cómo los habitantes de Tlailotlacan expresaron su identidad
a partir de la reproducción de imitaciones oaxaqueñas. Los análisis efectuados
incluyeron diversas técnicas sobre las pastas cerámicas (Roldán; 2011: 227, 228,
230, 235, 236).

35
Recientemente Vargas López llevó a cabo un análisis y estudio de las
vasijas efigie de Tlailotlacan, profundizando en la iconografía y contexto de estas
piezas, con lo que pudo identificar e interpretar la relación que existió entre dos
grandes ciudades del clásico Mesoamericano: Teotihuacán y Monte Albán (Vargas
López, 2015).

En cuanto a las exploraciones más recientes en Tlailotlacan, se encuentran


las que corresponden al Proyecto de Investigación Arqueológica Barrio
Oaxaqueño, Tlailotlacan, Teotihuacán, que inició en el año 2008, bajo la dirección
de la doctora Verónica Ortega Cabrera, interviniendo hasta el año 2014 ocho
conjuntos arquitectónicos:

TL1 N1W6, TL2 N1W6, TL5 N1W6, TL6 N1W6, TL7 N1W6 TL9 N1W6, TL11
N1W6 y TL67 N2W6 (Ortega, 2008: 18-215; Ortega, 2009:19-209; Ortega, 2013:4-
69; Ortega, 2014).

Conjuntos arquitectónicos excavados por


Ortega Cabrera desde el año 2008 hasta
2014 (Plano tomado de Rattray, 1993:10 y
modificado por Díaz).

36
A través de los análisis de materiales de los conjuntos arquitectónicos antes
mencionados, pertenecientes a Tlailotlacan, Ortega determinó que la presencia
de cerámica teotihuacana en todos los conjuntos es la más abundante, sin
embargo no es la única, convive con cerámicas foráneas provenientes del área de
Oaxaca, golfo de México, área Maya y occidente. En cuanto al acceso a los
materiales foráneos no es homogéneo en todos los conjuntos, ya que las
cantidades porcentuales indican al conjunto TL1 y TL67 como los más similares,
mientras que los que mayor divergencia muestran son TL9 y TL11; el conjunto con
mayor cantidad de materiales foráneos es el TL11, interpretado como el conjunto
arquitectónico en que habitaron personas con un mayor acceso a estos
materiales, por lo tanto se ubican en una estratificación social y económica
superior a TL1, TL9 y TL2, quienes a su vez se ubican un peldaño arriba de los
ocupantes del conjunto TL67 (dedicados a labores manuales y de transporte)
(Ortega, 2014: 165, 188, 189).

El conocimiento sobre la cerámica foránea en Teotihuacán desarrollado a lo


largo del tiempo por diversos investigadores, ha permitido identificar contactos con
otros sitios (área Maya, costa del Golfo, occidente de México y Oaxaca) ya sea de
índole comercial o ideológica, así como la presencia de gente proveniente de
otros lugares, los principales sitios dentro de la gran urbe con evidencia son:
Tlailotlacan, El Barrio de los Comerciantes y la Estructura 19, también se
identificaron dos grupos cerámicos que han sido ampliamente estudiados, la
cerámica anaranjado delgado y la granular, la primera de Tepexi de Rodríguez,
Puebla y la segunda de Guerrero. Dichos estudios en los que ya hemos
ahondado nos permiten conocer el corpus registrado de tiestos foráneos
ampliando el bagaje cerámico de Teotihuacán, mismos que han servido de
indicadores relacionados con la sociedad y etnicidad, definiendo prácticas
culturales distintas a las locales. En algunas ocasiones también son excelentes
marcadores cronológicos.

37
En esta investigación nos enfocaremos al caso de Tlailotlacan, presentando
el corpus completo de la cerámica foránea, no solo de la oaxaqueña, utilizando el
material arqueológico de las excavaciones realizadas en ocho conjuntos
arquitectónicos por la doctora Verónica Ortega, quien identifica la presencia de
cerámicas procedentes de otros sitios, abriendo paso a este estudio.

II.2 Marco teórico – metodológico: Sistema Mundo

Para esta investigación utilizaremos la propuesta teórica del Sistema Mundo,


ampliamente desarrollada en los años setenta del siglo XX por Immanuel Maurice
Wallerstein, sociólogo estadounidense, nacido en 1930.

Esta propuesta teórica es vista como una manera de describir la historia y el


mundo moderno, se postula como un método y un punto de vista acerca de la
realidad social, no es una idea completamente nueva, ya que se construyó sobre
argumentaciones anteriores, de las cuales mencionaremos las medulares para la
conformación del sistema mundo (Wallerstein; 2006: 4, 5).

En el período de tiempo transcurrido entre los años 1945 y 1970 los


siguientes sucesos abrirían paso para la emergencia del análisis de sistemas
mundo:

El concepto de centro y periferia presentado por Raúl Prebisch afirma que el


comercio internacional no es un intercambio equilibrado, ya que el centro (países
económicamente poderosos) se beneficia por el desvío de la plusvalía de los
países periféricos (países débiles económicamente) al centro. Su análisis se
orienta a que la periferia debe promover acciones que resulten en el equilibrio del
intercambio. Los estudiosos de la teoría de la dependencia proponían que la
revolución política era necesaria para posteriormente ejercer una acción
reguladora, ya que el subdesarrollo no era visto como un estado originario; sino
como la consecuencia del capitalismo histórico (Ibídem, 13-14).

38
El concepto modo asiático de producción delineado por Marx, quien usó el
termino para describir los enormes y burocráticos imperios autocráticos que se
desarrollaron a lo largo de la historia, se trataba de las llamadas altas
civilizaciones, que en el pasado ocuparon grandes superficies y por ende
desarrollaron un idioma y costumbres en común, para el siglo XIX compartían una
característica más: que ya no eran tan poderosas militar y tecnológicamente
(Ibídem, 10, 13, 14).

La discusión sobre la transición del feudalismo al capitalismo, entablada


entre los historiadores económicos de occidente, por una parte Mauricee Dobb
(historiador económico marxista inglés), encontraba las raíces de la transición del
feudalismo en elementos internos del estado, específicamente de Inglaterra.
Mientras que Paul Sweezy (economista marxista estadounidense) era criticado por
Dobb por privilegiar factores externos, en particular los flujos comerciales,
ignorando los cambios ocurridos en la estructura productiva y por ende las
relaciones de clase.

Las conclusiones obtenidas sobre la transición del feudalismo al


capitalismo, fueron especialmente importantes, ya que podían dar cuenta del
cambio sufrido entre el capitalismo y el socialismo, además esta discusión abrió
las puertas a parte de los argumentos expuestos en los Annales de Francia,
también se comenzó a formular la unidad de análisis (Ibídem, 13, 15).

Dicha unidad de análisis es puntualizada por Wallerstein como el sistema


mundo considerado de manera total (Aguirre; 2007: 22).

Por último tenemos la concepción de una historia total y el éxito de la


escuela historiográfica de los Annales de Francia, surgida en los años veinte,
encabezada por Lucien Febvre y Marc Bloch, quienes defendían la idea de que la
historiografía debía ser total, logrando de esta forma una imagen integrada del
desarrollo histórico en la totalidad de las arenas sociales. Las bases económicas y
sociales se sobreponían a la superficie política, siendo plausible estudiarlas

39
sistemáticamente, haciendo posible las generalizaciones sobre fenómenos
históricos a largo plazo.

Fernand Braudel líder de los Annales de Francia en segunda generación,


dominó y expuso sus ideas no solo en Francia, sino también en muchas partes del
mundo, considerando esta etapa como un ataque intelectual e institucional contra
el aislamiento tradicional de las ciencias sociales. Estudió el mediterráneo del siglo
XVI proponiéndolo como una economía mundo (Wallerstein; 2006: 13, 15, 16).

Para Wallerstein estos cuatro debates significaron una crítica central a la


estructura existente, seguido por el choque cultural de las revoluciones de 1968,
donde se cuestionó sobre las aéreas descuidadas del saber, también plantearon
cuestiones sobre las epistemologías a la estructura del saber. Siendo estos
hechos los que amalgamaron la emergencia del análisis de sistema mundo
(Ibídem, 16, 17).

Es entonces que los sistemas mundo de análisis se convirtieron en un


esfuerzo por combinar de manera coherente las preocupaciones respecto a la
unidad de análisis, la preocupación por las temporalidades sociales y la
preocupación que había ente las diferentes ciencias sociales, por lo que significó
la sustitución de la unidad de análisis estándar (estado nacional) por la llamada
sistema mundo, que incumbía los sistemas históricos que existían hasta ese
momento en tres variantes: minisistemas y sistemas mundo de dos tipos
(economías mundo e imperios mundo). Cabe resaltar que no se refiere a sistemas,
economías e imperios de todo el mundo, sino que estos son un mundo sin la
necesidad de ocupar la totalidad del globo, ya que son mayores que cualquier
unidad política, jurídicamente definida. Por lo que un sistema mundo es un
espacio temporal que atraviesa múltiples unidades políticas y culturales, una que
representa una zona integrada de actividad e instituciones que obedecen reglas
sistémicas, ya que las relaciones económicas mundiales forman un sistema global,
en el cual las naciones con mayor grado de desarrollo explotan la mano de obra y

40
recursos naturales de las naciones en vías de desarrollo (Wallerstein; 2006: 17;
Aguirre; 2007: 22, 23: Akal, 2016; Akal; 2017).

Este concepto se aplicó en primera instancia al llamado sistema mundo


moderno, el cual hacía referencia a una economía mundo, concepto adaptado de
Fernand Braudel y combinado con el par centro periferia de Raúl Prebisch y la
CEPAL, por lo que la economía mundo moderna era una economía mundo
capitalista, la primera en florecer y sobrevivir durante un largo periodo. Esta idea
formulada por Wallerstein tenía un vínculo precedente con las ideas del historiador
Karl Polanyi, quien hizo una distinción entre las formas de organización
económica: la recíproca descrita como una suerte de toma y da de forma directa,
redistributiva donde los bienes iban en el fondo de la escala social a lo más alto,
para retornar en parte al fondo, y por último la forma de organización económica
de mercado, donde el intercambio se hacía en forma monetaria en algún espacio
púbico.

Es aquí donde las categorías de Wallertein, propuestas como sistemas


históricos (minisitemas, imperios mundo y economías mundo) se convertían en
otro modo similar al de las organizaciones económicas de Polanyi, ya que los
minisistemas utilizaban la reciprocidad, los imperios mundo la redistribución y las
economías mundo los intercambios de mercado (Wallerstein; 2006: 17, 18).

La influencia de Raúl Prebisch también fue esencial, él afirmaba que una


economía mundo capitalista presenta una división axial entre los procesos de
producción centrales y los procesos periféricos, lo cual desemboca en un
intercambio desigual donde se favorece al centro. En el análisis de sistema mundo
de Wallerstein el centro – periferia es un concepto relacional, por lo que tienen
sentidos esenciales separados, entonces su diferenciación residía en el grado en
el cual cada proceso particular era relativamente monopolizado o libre de
mercado, en consecuencia este sistema dificulta el desarrollo de países pobres y
garantiza que los países ricos continúen siendo los principales beneficiarios de las

41
cadenas globales de las materias primas y riquezas generadas (Wallerstein; 2006:
17, 18: Akal; 2016; Akal; 2017).

El aporte de Fernand Braudel a la teoría de Wallerstein permeó en dos


aspectos: primero, diferenció entre la esfera de libre mercado y la esfera de los
monopolios (vista como capitalismo, por lo cual era antimercado). Posteriormente
Braudel insistía en la multiplicidad de tiempos sociales y su énfasis en el tiempo
estructural, por lo que su influencia fue medular para el sistema mundo, ya que
reforzaba la afirmación de que la ciencia social debía ser histórica, observando los
fenómenos por largo periodos y en amplios espacios (Wallerstein; 2006: 18).

La falta de respeto hacia las fronteras tradicionales del sistema mundo


también fue un enfoque elemental, debido que se analizaba la totalidad del
sistema social a lo largo de los tiempos sociales y estructurales (longue durée), en
su insistencia sobre la historia total y la uni disciplinariedad los analistas del
Sistema Mundo rechazan sustituir una llamada base cultural por una base
económica, por lo que buscan abolir las líneas entre los modelos de análisis
económico, político y sociocultural (Ibídem, 18, 20).

Para Wallerstein el compuesto tiempo-espacio es una construcción real que


se encuentra en constante evolución y cuya construcción es parte componente de
la realidad social que analizamos, los sistemas históricos en los que vivimos son
sistémicos pero también son históricos, permanecen iguales a lo largo del tiempo
pero no son idénticos de un minuto al siguiente, obviamente esta es una paradoja
pero no una contradicción visto entonces por Wallerstein como un desafío (Ibídem,
21).

De tal modo, se formuló una manera plausible de explicar la realidad social


histórica y así echar luz sobre los cambios sociales, sobre largos periodos y a gran
escala (Ibídem, 19).

La economía mundo es entonces, en palabras de Immanuel Wallerstein,


una gran zona geográfica dentro de la cual existe una división del trabajo y por lo
42
tanto un intercambio significativo de bienes básicos o esenciales, así como un flujo
de capital y de trabajo. No se encuentra limitada por una estructura política
unitaria, sino que existen muchas unidades políticas dentro de una economía
mundo tenuemente vinculadas, comprendiendo muchas culturas y grupos con
múltiples religiones, múltiples idiomas y diferentes en sus maneras de actuar
cotidianamente. Por lo tanto ni la homogeneidad política ni la cultural debe ser
esperable o encontrarla en una economía mundo (Ibídem, 200 21, 22).

Actualmente nos encontramos en un sistema capitalista o sistema mundo


Moderno, se le denomina así porque se le ha dado prioridad a la acumulación
incesante de capital, significa entonces que las personas y las compañías
acumulan capital, lo que se convierte en un proceso continuo (Ibídem, 22).

Las economías mundo y un sistema capitalista siempre están unidos, lo que


los mantiene así es la excelente división del trabajo que presentan, y esta eficacia
es gracia a la riqueza en constante expansión que el sistema capitalista
suministra. Por lo que una economía capitalista se refiere a una acumulación de
muchas instituciones, cuya interrelación da cuenta de sus procesos, las
instituciones básicas son los mercados y las compañías que compiten en ellos, los
múltiples estados dentro de un sistema interestatal, las unidades domésticas, las
clases y los grupos de estatus, creadas dentro de una economía mundo capitalista
(Ibídem, 22).

Un mercado se define como una estructura local concreta en la que los


individuos o compañías compran y venden mercaderías, además de ser una
institución virtual a lo largo del espacio en donde se llevan a cabo los mismos tipos
de intercambio. El mercado libre funciona como una ideología y una influencia
restrictiva, pero nunca como una realidad cotidiana ya que volvería imposible la
acumulación incesante de capital (Ibídem: 23).

Esto nos lleva a la división del trabajo de una economía mundo capitalista,
según Wallerstein ésta se divide en productos centrales y productos periféricos,

43
este concepto es relacional. Lo que significa que centro – periferia es el grado de
ganancia del proceso de producción.

La ganancia está directamente relacionada con el grado de monopolización,


por lo que los procesos centrales son aquellos controlados por los
cuasimonopolios (posición fuerte) y los procesos competitivos que son los
periféricos (posición débil); cuando ocurre el intercambio hay un flujo constante de
plusvalía de los productores periféricos hacia los productores centrales. Los
procesos centrales se agrupan en pocos estados y constituyen la mayor parte de
la actividad productiva, por lo tanto son sociedades desarrolladas que elaboran
productos complejos gracias a métodos de producción de alta tecnología,
dependiendo de la periferia para la obtención de materia prima y mano de obra;
los procesos periféricos se encuentran distribuidos en un gran número de estados
y se ocupan de la actividad productiva en éstos. Algunos estados tienen una
mezcla homogénea de productos centrales y productos periféricos, por lo que se
les denomina semi periféricos, se encuentran presionados por los estados
centrales y a la vez presionan a los estados periféricos, y cuentan con
características sociales y económicas de las otras dos categorías (Wallerstein;
2006: 25,26; Akal; 2016: Akal: 2017).

En el proceso de producción de una economía mundo existe el llamado


ciclo de Kondratieff el cual se bifurca en: la fase A o fase de expansión y la fase B
o fase de estancamiento, su duración es de cincuenta o sesenta años (Wallerstein;
2006: 27).

Es menester de los sistemas capitalistas contar con trabajadores, quienes


lleven a cabo el proceso productivo, estos forman parte a su vez de unidades
domésticas donde existen personas de distinto sexo y edad, pueden ser familias
consanguíneas, pero esta no es la única forma en que una unidad doméstica se
mantienen unida, ya que existen múltiples variables. En el sistema mundo
moderno estas unidades están conformadas de tres a diez personas, quienes
juntan sus recursos e ingresos para sobrevivir, existen cinco clases de ingresos:
44
El primero es el salario (pago en papel moneda), recibido por la
participación en algún proceso productivo fuera de la unidad doméstica. La
segunda fuente de ingresos se denomina actividad de subsistencia, definido como
el esfuerzo de personas que cultivan alimentos para su propio consumo, sin
necesidad de realizar alguna transacción o intercambio en algún mercado.

El tercer tipo de ingreso se refiere a la pequeña producción mercantil; ésta


es la elaboración de un producto dentro de la unidad doméstica para
posteriormente ser vendido por dinero en algún mercado. El cuarto tipo de ingreso
es la renta, la cual se obtiene por la inversión mayor de capital, refiriéndose una
propiedad y no un trabajo, lo que facilita este ingreso. Finalmente el último tipo de
ingreso de un sistema mundo moderno son los pagos de transferencia, entendido
como el ingreso de una persona en virtud de una obligación de un tercero
(Ibídem, 28, 29).

La siguiente institución básica de una economía mundo capitalista según


Wallerstein, es la división de clases, referido a la ubicación de unidades
domésticas en distintos escalafones del sistema económico, con distintos niveles
de ingreso e intereses (Ibídem, 31).

La última institución básica son los grupos de estatus, o también llamadas


identidades, donde funcionan como etiquetas asignadas ya que nacemos con
ellas. Estos grupos pueden ser de: nacionalidad, raza, grupo étnico, comunidad
religiosa, género o preferencia sexual. Wallerstein menciona los grupos de clase y
de estatus como dos modelos alternativos de expresión colectiva desarrollada
dentro de las unidades domésticas, ya que pueden existir más tipos (Ibídem, 31,
32).

El sistema mundo es relativamente estable teniendo poco margen para que


cambie la estructura general, mientras que también es probable que algunos
países puedan descender a la periferia o ascender al centro (Akal; 2016).

45
Retomando lo anterior, entendemos que Wallerstein define un sistema
mundo como un sistema en el que existe una división extensiva del trabajo, no
funcional, sino geográfica, por lo que la gama de tareas económicas no están
distribuidas uniformemente a lo largo y ancho del sistema mundial, además
contiene en su seno una multiplicidad de culturas (Wallerstein; 1996: 490, 491).

Existen por tanto dos variantes de sistema mundo reconocidas:

- Imperios mundo: se caracterizan por la presencia de un único sistema


político, sobre la mayor parte del área, por más atenuado que pueda estar
su control efectivo. Esta única estructura tiende a ligar la cultura con la
ocupación (Wallerstein; 1996: 490, 492).

- Economías mundo: poseen, dentro de sus límites, múltiples sistemas


políticos, las dimensiones de una economía mundo son función del estado
de la tecnología y en particular de las posibilidades de transporte y
comunicación dentro de sus límites que tienen la particularidad de ser
siempre fluidos. Sus estructuras políticas tienden a ligar la cultura con la
localización espacial (Wallerstein; 1996: 490, 491, 492).

La organización social del trabajo también es una parte medular, por lo que
legitima y agranda la capacidad de varios grupos dentro del sistema de
beneficiarse explotando el trabajo de otros, recibiendo una cantidad mayor de
excedente (Ibídem, 492).

Las economías mundo se dividen primordialmente en tres:

- Estados del centro: según Wallerstein son el resultado de un fuerte aparato


de estado unido a una cultura nacional, fenómeno a menudo llamado
integración, sirve como mecanismo protector de las disparidades surgidas
en el seno del sistema mundial y como máscara ideológica justificadora del
mantenimiento de tales disparidades (países muy ricos y poderosos). Los
estados del centro tienden a dominar por la explotación de recursos de las

46
periferias menos privilegiadas (Wallerstein; 1996: 492; Aguirre; 2007: 24;
Filini; 2010: 29).

- Áreas periféricas: estas proveen de la materia primas, productos agrícolas y


mano de obra barata que necesita el centro, son la inmensa mayoría de
zonas y naciones del mundo, siempre pobres y explotadas (Aguirre; 2007:
24; Akal; 2016).

- Existen también las áreas semiperifericas: en palabras de Wallerstein, se


ubican entre el centro y la periferia, en una serie de dimensiones tales como
la complejidad de las actividades económicas, la fuerza del aparato del
estado, la integridad cultural, etc. Reflejan un elemento estructural
necesario en una economía mundo, fungen como puntos de recopilación de
cualificaciones vitales (Wallerstein; 1996: 492).

La división descrita arriba de una economía mundo, supone una jerarquía


de tareas ocupacionales, en la cual las tareas que requieren mayores niveles de
cualificación y una mayor capitalización quedan reservadas para las aéreas del
centro, siendo el mercado y el capitalismo dos puntos que refuerzan esta
interrelación (Ibídem, 493).

No está de más recordar la influencia y aporte de Karl Marx, Fernand


Braudel, Raúl Prebisch y la CEPAL, Lucien Febvre, Marc Bloch, Maure Dodd y
Paul Sweezy para la formulación de la teoría del sistema mundo de Wallerstein,
ya que como él lo menciona se formó de críticas y argumentaciones previas.
(Aguirre; 2007: 19, 20).

La obra de Immanuel Wallerstein, se reconoce como una de las primeras y


principales aportaciones al estudio de la globalización y las resultantes
consecuencias sociopolíticas, iniciando con el decisivo siglo XVI y siguiendo hasta
los comienzos del siglo XXI, presentando su nuevo modelo teórico para la
caracterización global y para la comprensión de la historia capitalista (Aguirre;
2007: 15; 21 Akal; 2016).
47
Nuestra área de estudio forma parte de una sociedad precapitalista, por lo
que esta teoría, en su sentido más puro, no ha tenido mucha aceptación en la
investigación arqueológica. Según la visión de Wallerstein, esto se debe a
prejuicios culturales y a las divisiones existentes en las ciencias sociales; él
también expone que para economías no occidentales el sistema mundo puede
definirse esquemáticamente como una entidad que tiene dentro de ella una
división completa de trabajo y un solo sistema cultural. Hoy en día se ha apostado
por esta teoría como una forma de explicar y llegar al entendimiento de
sociedades precapitalistas, se han realizado los ajustes necesarios sobre la lógica
del sistema con la finalidad de obtener mejores datos sobre nuestras aéreas de
estudio (Filini; 2007: 1; Filini; 2010: 32).

II.2.1 Agapi Filini y el Sistema Mundo Mesoamericano

Agapi Filini es pionera en la aplicación de esta teoría en Mesoamérica,


específicamente en Teotihuacán y la cuenca de Cuitzeo, Michoacán, durante el
periodo denominado Clásico (1 dC – 650 dC.), por lo que seguiremos el camino
que dejó marcado, utilizando su visión y aporte a esta teoría para el caso de la
cerámica foránea en Tlailotlacan, Teotihuacán.

Ella formula y aplica la teoría del sistema mundo con la influencia de otros
sociólogos y antropólogos, además de Wallerstein, que han ahondado en el tema,
por lo que iremos presentando los cambios conceptuales y los términos agregados
que efectúa, enfocados principalmente en las propiedades sistémicas de
centralidad y periferialidad (Filini; 2007: 1; Castellón Huerta; 2015: 284).

De los sociólogos Christopher Chase Dun y Tomas. D. Hall, retoma Filini


algunas postulaciones como la definición de los sistemas mundiales, presentados
como redes intersocietales dentro de las cuales las interacciones son elementales
para la reproducción de las estructuras internas de las unidades constitutivas y
afectan a las estructuras locales. También postulan que los sistemas mundo
tienen unidades interactivas espacialmente distintas, refiriéndose a la red de

48
bienes de bulto, la red político militar, la red de bienes de prestigio y la red de
información (Filini; 2007: 2; Filini; 2010: 30, 31).

La unidad de análisis de esta teoría, es el sistema mismo, ya que los


cambios que se experimentan en los niveles micro y macro solo se comprenden
pensando y relacionándolos con la totalidad del sistema, por lo tanto y como lo
mencionan se trata de un fenómeno multidimensional. Esta unidad de análisis
hace a la perspectiva del sistema mundo potencialmente útil, ya que cambia el
enfoque de la sociedad a unidades de análisis más extensas (ídem, 3; Ibídem, 26,
31, 33, 34).

De estos autores resalta su concepción con base en la estructuración de


los centros y las periferias, ya que ven su diferenciación y jerarquización como
esenciales, para la organización de relaciones. Por lo que las redes de información
(transmisión de ideas, conocimientos tecnológicos y migraciones, entre otros), son
los mecanismos de vinculación entre los centros y las periferias (Filini; 2007: 2, 4,
5).

Filini nos guía hasta el aporte hecho por el sociólogo y antropólogo Tomas
D. Hall, quien basado en las diferencias entre el centro, la periferia, semiperiferia y
el modo de acumulación de bienes, propone una tipología de sistemas mundo,
sistemas de parentesco (basadas en normativas), sistemas tributarios (coactivo
políticamente, basados en estados), y los sistemas mundo capitalistas (coactivos
económicamente y basados en la organización estatal) (Filini; 2007: 3; Filini; 2010:
31).

De los antropólogos Patricia A. Urban y Edward M. Schortman, Filini toma


tres premisas, vistas como la manera en que fluyen las relaciones de centro y
periferia: Primero, el centro debe asumir el control de las importaciones y
exportaciones llevadas a cabo en la esfera de interacción del sistema. Segundo, el
centro también controla las tecnologías de producción y transporte. Por último el

49
centro está provisto de una importante amenaza militar que ejerce sobre aéreas
extensas (Ibídem, 2; Idem, 30).

Sobre el dúo centro periferia Filini adapta la definición de los antropólogos


Jonathan Friedman y Michael Rowlands, quienes postulan que cuando las
relaciones se basan en economías de artículos de prestigio estas son efímeras e
inestables. Los artículos de prestigio para las sociedades precapitalistas fungen
como legitimadores de estatus, cuentan con propiedades sistémicas y son
utilizados como capital político o como recursos de estrategias políticas, por lo que
son de mucha importancia (Ibídem, 1, 3; Ibídem, 30, 33).

La semiperiferia se ubica entre el centro y la periferia, se caracteriza por


poseer un sistema político poco complejo y más centralizado, tiene un papel
económico neutral, por lo que estabiliza y perpetúa el sistema en su totalidad. Filini
nos menciona los atributos otorgados a la periferia por Christopher Chase Dun y
Tomas. D. Hall: donde una región semi periférica puede ser la que reúne formas
de organización tanto del centro como de la periferia, también puede ubicarse
espacialmente entre regiones del centro y la periferia; en esta área se realizan
actividades mediadoras entre el centro y la periferia, finalmente la semi periferia
puede ser un lugar donde los rasgos institucionales son de alguna manera
intermedios entre los hallados en el centro y en la periferia (Ibídem, 3; Ibídem, 30,
31).

La relación existente entre el centro y la periferia no es un fenómeno


estático, sino que está sujeta a cambios que varian con el tiempo, por lo que
solamente se consideran conceptos identificadores cuando se pueden exponer
las dinámicas del cambio social demostrando cómo estos cambios son tan
importantes que pueden transformar un centro en periferia y una periferia en
centro (Idem, 3, 4; Ibídem, 36).

Esta perspectiva del sistema mundo en palabras de Filini nos brinda un


marco comparativo espacial y temporal, debido a que la arqueología

50
tradicionalmente se ha basado en el recurso de periodizaciones arqueológicas de
ciclos largos. Marca entonces la importancia de esta perspectiva en el hecho de
que facilita el estudio de las conexiones entre diferentes partes del sistema ya que
son éstas las que mantienen en función al sistema, si éstas llegan a debilitarse el
sistema se contraerá (Ibídem, 2, 5; Ibídem, 37).

Para entender el tipo de intercambio desigual que ocurre dentro del sistema
mundo en las sociedades precapitalistas, Filini adopta el término agencia, el cual
ya había sido mencionado por Wallerstein, cuando nos habla sobre los orígenes
del sistema mundo y la creación de las ciencias sociales históricas, donde se
visualizaba como “la voluntad humana” por lo que se sostenía que cada suceso
debía ser estudiado en función de su propia historia particular. En caso de Filini,
ella toma la definición formulada por el historiador y politólogo William H. Sewell,
donde agencia deriva del control de recursos por parte de un actor quien posee
entonces la capacidad de reinterpretar y movilizar una serie de recursos en
términos de otros esquemas distintos a los originalmente planteados, en pocas
palabras un agente es quien tiene cierto grado de control sobre las relaciones
sociales en las cuales se encuentra introducido (Wallerstein; 2006: 8; H. Sewell;
2006: 165-167; Filini; 2007, A: 24,25; Filini; 2010: 149).

El intercambio de artefactos desigual y su diversidad, en una perspectiva


macro regional, nos puede ofrecer como resultado que tipo de contacto tuvo lugar
y si realmente forma parte de una red de intercambio (Filini; 2010: 26).

De esta manera se integra el concepto de estructura, donde éstas son tanto


el medio como el resultado de prácticas que constituyen los sistemas sociales,
precisamente es donde se desenvuelve la agencia humana, ya que no debe ser
postulada como opuesta a la estructura sino como un componente de ésta (H.
Sewell; 2006: 165; Filini; 2007, A: 25; Filini; 2010: 149).

Ahora bien, para acotar mejor, Filini define y agrega el término estructura
simbólica, como concerniente a las prácticas rituales, ideas y normas que

51
posicionan a un individuo en un entorno cultural especifico, de igual forma ésto
determina el número de opciones que ellos pueden tener para determinadas
acciones (Filini; 2007, A: 25; Filini; 2010: 149).

Como mencionamos con anterioridad, dentro del sistema mundo


mesoamericano los artículos de prestigio son muy importantes y fungen como
legitimadores de estatus. Estos artículos son portadores de propiedades
específicas dadas por los individuos, por lo que a través de ellos se puede dar
cuenta de los cambios en todos los niveles de la sociedad. Podemos hablar ahora
de un sistema prestigio, que es una adaptación más realizada por Filini y tomada
del antropólogo Peter Peregrine: definido como representante de un sinfín de
maneras con la que el prestigio se almacena y se mantiene en la sociedad, forman
parte de este, ceremonias y símbolos que fungen como portadores y transmisores
del estatus, quienes se encargan de la dirección del sistema prestigio echan mano
de leyes suntuarias, planes de acción y reglamentos (Ibídem, 27; Ibídem 60).

De tal manera que los artefactos de la cultura material seleccionados por


los agentes, resguardan un significado específico, que se seleccionó para ser
entregado a un público en particular, mismo que no necesita de ningún tipo de
explicación para comprender su significado (Filini; 2007, A: 29).

Una vez que revisamos el marco conceptual del sistema mundo propuesto
por Agapi Filini para sociedades precapitalistas (Mesoamérica), continuaremos
con su aplicación hacia Teotihuacán durante el clásico, ya que esta formulación
teórica es la que ella elabora para resolver un problema especifico, misma que
nosotros seguiremos, no sin antes corroborar y de ser necesario ampliar o acotar
para su mejor aplicación.

II.2.2 Teotihuacán en el Sistema Mundo Mesoamericano durante el clásico

Filini nos explica que Teotihuacán ha sido marcado como un centro, visto bajo la
definición de Wallerstein, en donde este ejercía un monopolio de rutas de
intercambio y se encontraba sobre las periferias subdesarrolladas, en las que
52
fungía como un agente civilizador. Apoyando esta visión toman a su favor su
extensión, su población, su arquitectura y el grado de influencia que tuvo sobre
otros lugares (Filini; 2007: 5; Filini; 2010: 15, 151).

Ella sostiene que el sistema mundo teotihuacano no fue como se ha dicho,


bajo la definición de Wallerstein, sino que el análisis debe emanar fuera del marco
centro periferia, dejando fuera la dependencia económica de la periferia (Ibídem,
6; Ibídem, 29, 188).

Entonces nos dice que la herramienta metodológica para comprender el


cambio a nivel macro regional es el estudio de la difusión de artefactos y símbolos
de índole ideológica, y su integración con el tejido local. Aseverando que se puede
saber el grado de interacción entre Teotihucán y otras áreas por la distribución de
artefactos reflejando un sistema mundo asimétrico, por lo tanto el manejo de los
símbolos en la época clásica se asocia a dinámicas de relación de poder, en
pocas palabras el acceso a recursos simbólicos es el equivalente al acceso a
recursos materiales de la propuesta de Wallerstein (Filini; 2007: 6).

La asimetría del sistema se refiere a que los símbolos y artefactos de la


cultura material teotihuacana se intercambiaban con ciertos sitios, pero con otros
no, esto evidentemente dependía del agente, ya que la selección de éstos no era
arbitraria, debía preverse el potencial de su simbolismo, para que fungieran
correctamente como los portadores para la legitimación de la jerarquía política,
manifestando la estructura desigual propia de este sistema (Filini; 2007, A: 19, 20,
21).

La lógica del sistema mundo teotihuacano se basa en el intercambio de


bienes de prestigio, señalando el valor político como legitimadores de estatus de
líderes locales y la adopción de estrategias políticas definidas por el centro o la
periferia. De tal manera que el sistema mundo teotihuacano es caracterizado por
Filini como un sistema de bienes de prestigio, donde el control de recursos y

53
productos por parte del estado reforzó la posición de Teotihuacán en Mesoamérica
(Filini; 2007: 6; Filini; 2010: 33, 105).

Por lo que Filini nos dice que los sitios que mantenían una interacción con
Teotihuacán adoptaban un simbolismo, lo que muestra un acercamiento simbólico
a la gestión de poder (Filini; 2007: 6).

Vemos cómo lo que para Teotihuacán significaba una producción de


artefactos para el intercambio, para otros se convierte en una serie de bienes
materiales que portan un fuerte simbolismo de poder y prestigio, que los relaciona
con la gran urbe. Por lo que se reitera la función de agentes a los artefactos,
variando su valor e importancia según a quien estuvieran dirigidos (Filini; 2007, A:
21; Filini; 2010: 146, 147).

Los artefactos de la cultura material teotihuacana seleccionados para el


intercambio juegan un papel importante en la creación de distancia social entre los
líderes y sus sujetos, por medio de la internalización de la agencia del control
social, la estructura de prestigio teotihuacano portó mecanismos sociales que
reforzaron o restringieron el papel de ciertos individuos (Ibídem, 24, 25; Ibídem,
148).

Recordemos que los agentes son individuos capacitados o autorizados para


tener acceso a determinados recursos. Agapi toma el aporte del antropólogo
Richard Blanton y colaboradores, quienes diferencian entre recursos objetivos,
que en este caso serian la riqueza y los factores de producción y los recursos
simbólicos, refiriéndose a los ritos y a la religión. Por lo que se asume que
Teotihuacán explotaba estos dos tipos de recursos, que a su vez aseguraron la
subsistencia de la gran urbe por mucho tiempo, lo que nos dice que mantenían un
eficaz uso del poder (Filini; 2007, A: 26).

Es de vital importancia reconocer que la presencia de artefactos


teotihuacanos en sitios tan alejados de la urbe muestran las aspiraciones de los
actores locales por el cambio, también refleja el poderío y control que ejerció
54
Teotihuacán sobre determinados recursos y productos, mismos que lo
mantuvieron como el gran centro de Mesoamérica (Filini; 2007, A: 41; Filini; 2010:
106).

La extensión del sistema teotihuacano fue enorme y sin precedentes, contó


con las habilidades necesarias para manipular las rutas de intercambio, Filini
recurre a la clasificación del antropólogo Robert Steven Santley quien clasifica a
los sitios relacionados con Teotihuacán. Primero se encuentran los enclaves, se
caracterizan por ser centros establecidos con residentes teotihuacanos,
encargados de explotar los recursos directamente. Después se encuentran los
nodos interactivos, sitios que mantuvieron una relación colateral con la gran urbe,
son centros de grandes sistemas políticos independientes. Finalmente se
encuentran los llamados nodos receptores, definidos como regiones donde la
influencia teotihuacana se absorbió por las culturas locales, se realizan
importaciones desde Teotihuacán o existen imitaciones locales (Filini; 2010: 109,
110).

El sistema mundo teotihuacano floreció debido a la lógica del sistema, que


fue la acumulación de poder y capital mediante la efectiva proyección de una
ideología estatal especifica en áreas lejanas; otro factor importante fue el dominio
ejercido sobre las redes de intercambio, el trascendental valor simbólico de la
obsidiana verde y de otros objetos de culto tales como la producción de vasijas
cerámicas altamente decoradas (Ibídem, 189, 191).

La caída de Teotihuacán según esta teoría correspondería a la lógica del


sistema, ya que la acumulación de bienes no se dio mediante la división del
trabajo, sino que fue circunstancial, de tal forma que concluyó con la contracción
del sistema, afectando a sitios de la periferia, lo que demuestra su naturaleza
efímera, propia de los sistemas mundos tempranos. Su caída causó un
desplazamiento en el patrón del sistema mundo, ya que la habilidad de ejercer
poder en un contexto especifico deriva de los conocimientos estratégicos y los
recursos mediante los que un centro o una periferia logran cumplir sus objetivos.
55
Cabe recordar que los papeles dentro del sistema mundo nunca son estáticos
(Filini; 2007: 6; Filini; 2010: 161, 183).

Filini asevera que el valor de esta perspectiva en las sociedades


prehispánicas tiene que ver con el correcto estudio de la interacción cultural; este
debe enfocarse en: las fronteras culturales, los procesos de cambio a nivel local y
supralocal, la integración de elementos alóctonos en el tejido local y conocer
cómo estos aspectos intervienen en los cambios que sufre ya sea el centro o la
periferia. En caso de Teotihuacán considera que los bienes de prestigio jugaron un
papel determinante en la estructura del sistema teotihuacano durante el clásico.

De tal manera que bajo la perspectiva del sistema mundo lo que debe
estudiarse con prioridad es el flujo de información y cultura, además de la
actividad sistémica (Filini; 2007: 6; Filini; 2007, A: 42; Filini; 2010; 55, 105).

56
2.3 Objetivos

OBJETIVO GENERAL

 Demostrar a partir de la evidencia material estudiada, que Teotihuacán


funcionó como centro del sistema mundo mesoamericano durante el
periodo clásico. A partir de la correcta identificación de la cerámica foránea
conoceremos el grado de intercambio que tuvo con otras áreas de
Mesoamérica y el poder de interacción de los habitantes de Tlailotlacan con
áreas pertenecientes a la semiperiferia y periferia de este sistema, así como
la relación que se efectuó con otros centros. Veremos cómo la gente de
Tlailotlacan conservó lazos muy fuertes con la gran urbe, a tal grado de ser
y llevar a cabo interacciones como parte de este centro, sin olvidar su
identidad étnica.

OBJETIVOS PARTICULARES

 Profundizar la interpretación de la presencia de cerámicas importadas, ya


que en Tlailotlacan se ha hecho preferencia al estudio de la cerámica
procedente de los valles centrales de Oaxaca, dejando de lado una
importante muestra de cultura material originaria de otros sitios, que bien
podría aportar información valiosa para comprender el fenómeno de
Tlailotlacan, no solo como parte de Teotihuacán, sino en la relación que
tuvo con otras áreas de Mesoamérica.

 Con base en el análisis de materiales correspondiente a cada conjunto


incluido en este estudio, identificar las formas cerámicas oaxaqueñas de
importación que se están usando y relacionarlas con su contexto.

 Definir el corpus cerámico de las vasijas elaboradas con pastas


teotihuacanas y formas oaxaqueñas, definiendo su grupo, forma y tipo de
pasta.

57
 Con base en el análisis de materiales correspondiente a cada conjunto
incluido en este estudio, hacer notar la presencia de otras cerámicas
foráneas (Golfo de México, Área Maya, Occidente de México, etc.).

 Una vez obtenida la procedencia de las otras cerámicas importadas (Golfo


de México, Área Maya, Occidente de México, etc.), definir su grupo/tipo,
forma y pasta.

 Comparar los materiales y contextos de los sitios TL1, TL9, TL11, TL7 y
TL67, con el fin de obtener afinidades y diferencias entre ellos.

 Reafirmar la cronología propuesta para la ocupación de Tlailotlacan,


determinado su proceso de desarrollo y crecimiento a través de tiempo.

 Con la finalidad de caracterizar mineral y elementalmente la cerámica


foránea e imitación de Tlailotlacan, realizaremos análisis de Difracción de
Rayos X (DRX) y Emisión de Rayos X inducida por partículas PIXE.

 Realizar análisis petrográficos sobre las cerámicas de Tlailotlacan,


complementando PXE y DRX, ofreciendo una propuesta absoluta para su
lugar de origen.

 Complementar los estudios realizados a los materiales cerámicos con su


contexto y con la metodología ocupada para esta investigación, a manera
de ofrecer una sustentada conclusión y delimitar objetivamente que
alcance tuvimos sobre Tlailotlacan y sus residentes.

58
II.4 Hipótesis

1) La cerámica como parte de la cultura material, es portadora de amplia


información, por lo que a partir de su estudio identificaremos su lugar de
procedencia y de esta manera será vista bajo la lupa del sistema mundo
mesoamericano, en la que este tipo de objetos formó parte de una red de
intercambio de bienes de prestigio, poseedores de simbolismo y poder , por
lo que determinaremos la asimetría del sistema y sus participantes,
quedando al descubierto la agencia de los individuos encargados de portar
e intercambiar este tipo de objetos.

2) Independientemente de la importancia de las redes de intercambio con la


región oaxaqueña, los habitantes de Tlailotlacan también tuvieron contacto
con redes de otras regiones de Mesoamérica, como la maya, Costa del
Golfo y Occidente de México, por lo que será posible identificar evidencias
arqueológicas provenientes de dichas regiones, ampliando el panorama
hasta ahora presentado para Tlailotlacan sobre los materiales
arqueológicos.

3) La complementariedad de todas las áreas del sistema mundo es una


premisa básica dentro de la teoría del sistema mundo para las sociedades
pre capitalistas, por lo que la presencia de objetos cerámicos de otras
regiones en Tlailotlacan responde a esta lógica sistémica, en la cual la
periferia y la semiperiferia no deben ser dependientes totales del centro, es
entonces que demostraremos la existencia de esta complementariedad
vista a través de los objetos de la cultura material que estudiamos.

59
Capítulo III

Los conjuntos arquitectónicos de Tlailotlacan y las


cerámicas foráneas
En este apartado realizaremos una breve reseña de los conjuntos arquitectónicos
a los cuales pertenece la cerámica que fue analizada y seleccionada para esta
investigación, para posteriormente presentar los datos cuantitativos.

Es menester explicar que seguiremos la propuesta formulada por la doctora


Verónica Ortega (2014) donde propone y sustenta de manera coherente la
utilización del término vecindario en lugar del término barrio, para referenciarnos a
los conjuntos arquitectónicos de Tlailotlacan, si el lector cree necesario ahondar en
el tema, deberá revisar la obra completa, ya que para esta investigación
tomaremos por sentado lo propuesto.

Como se mencionó con anterioridad, el vecindario de Tlailotlacan fue


delimitado con base en la distribución de la cerámica gris, material foráneo
relacionado con los valles centrales de Oaxaca y elemento de diagnóstico para
conocer redes de abasto, conexiones ideológicas, administrativas y de intercambio
de las sociedades prehispánicas (Ortega, 2010).

Ortega retoma la definición planteada por el arqueólogo Michael E. Smith


para las zonas habitacionales, donde el vecindario es un área pequeña
distinguible por sus características físicas o sociales, la interacción entre los
habitantes se da cara a cara (Ortega; 2010: 48 50).

Dichas áreas conforman unidades espacialmente definidas portadoras de


contenido social, otra característica es que no son estáticas en el tiempo y
espacio. De esta manera es importante tener en cuenta que las comunidades
locales son colectividades jerarquizadas que constantemente incluyen

60
agrupaciones residenciales que conforman vecindarios, por lo que en la actividad
arqueológica se busca que la composición social de las áreas se conviertan a los
ojos del investigador en patrones de cultura material reconocibles (Ibídem, 49-51).

Otra influencia para Ortega fue el sociólogo urbano Gerald D. Suttles, del
que toma la propuesta, de que un vecindario no es una isla cultural y ecológica
sino que tiene muchos lazos con la metrópolis, esto refiriéndose a la dimensión
local. En cuanto a la dimensión global, los factores de organización más
importantes como la etnicidad, el oficio, la edad y el sexo de cada vecino forman
características comunes de la sociedad entera; de tal manera que la dimensión
local y la global causan efectos en la manera en que se constituye el orden social
de un vecindario (Ibídem, 53).

La teoría de las redes también fue una latente influencia, primero con el
sociólogo Aldo Panfichi Huamán del que se retoman algunas premisas de la teoría
de redes que tienen que ver con las comunidades, donde éstas son formaciones
sociales que se asientan sobre patrones de lazos e interacciones entre la gente,
los cuales trascienden los límites físicos de un área delimitada; también toma en
cuenta la postura sobre las comunidades de la antropóloga Cristina del Pilar
Oechmichen Bazán, en la que define que las comunidades están integradas por
redes de fuertes lazos, en las que existen lazos débiles que fungen como
conectores entre los lazos fuertes, integrando un sistema llamado de redes de
redes en que los individuos adquieren diversos roles, participando en diferentes
redes, por lo que asumen identidades diferentes (Ibídem, 53, 54).

Ortega integra del sociólogo Erving Goffman su análisis de la interacción en


sociedad, donde se pretende observar el orden especifico que constituyen las
interacciones que se generan cuando al menos dos individuos se encuentran cara
a cara; en síntesis: los individuos exaltan sus posiciones en la escala de prestigio
a través de lo que Goffman llama una cara social, esta se la atribuye al individuo la
misma sociedad, teniendo en todo momento que ser merecedor de ella sino será
acreedor a perderla, Ortega nos dice que esta cara cuenta con una carga material
61
por lo que en el contexto arqueológico es factible encontrar patrones que nos
faciliten su reconocimiento (Ibídem, 54, 55).

La identidad (concebida como la cultura interiorizada por los individuos, es


la percepción colectiva de un: nosotros diferenciando de esta manera a los: otros),
y el vecindario (son lugares y personas, carece de un tamaño definido, sus límites
son percibidos por sus habitantes quienes tienen claro las redes que se
manifiestan), se vislumbra como conceptos clave para el estudio de grandes urbes
como Teotihuacán, donde se debe tomar en cuenta la variabilidad de significados
que tienen los restos materiales (Ibídem, 56, 57).

Para el entendimiento en el contexto arqueológico Ortega postula que


existen determinadas redes que deben estar presentes en las unidades
domésticas y en el vecindario: redes de abasto, redes de intercambio, redes
ideológicas y redes administrativas, donde su presencia refuerza el entendimiento
de la interacción entre individuos de los conjuntos arquitectónicos. De esta manera
se entenderá como región posterior (término retomado de Erving Goffman) el sitio
donde los individuos se despojan de su cara social; en este caso es la casa,
donde la persona construye su identidad primaria; el vecindario es un área
colectiva en el que los individuos interactúan de manera cotidiana, en donde
portan su fachada o cara social (Ibídem, 57, 58, 80).

Para fines de esta investigación retomaremos el material cerámico foráneo


procedente del Área de Oaxaca, Área Maya, Golfo de México, Valle de Toluca y
Occidente de México, sin contar el Granular (Rattray, 2001: 340-356; Padilla,
2009), ni el Anaranjado Delgado (Rattray, 2001: 306-340), ya que éstos cuentan
con amplias investigaciones y se tiene evidencia de que fueron cerámicas
controladas por el estado teotihuacano.

El material en el que nos enfocamos fue extraído del total obtenido en cada
conjunto arquitectónico, de las excavaciones efectuadas en el vecindario durante
el Proyecto de Investigación Arqueológica Barrio Oaxaqueño, Tlailotlacan,

62
Teotihuacán 2008 – 2014, teniendo como objetivo identificar específicamente su
lugar de origen y con base en eso determinar formas, grupos, uso – función,
patrones de consumo y temporalidad absoluta o aproximada según sea el caso,
de esta manera obtenemos el corpus completo de vajillas foráneas por conjunto,
mismo que nos facilitará una mejor interpretación sobre las interacciones
culturales de Tlailotlacan y Teotihuacán con otras áreas (Ortega, 2014).

La cerámica de imitación y las implicaciones de su presencia

Antes de comenzar a caracterizar cada conjunto arquitectónico y presentar los


datos cuantitativos con respecto a la cerámica foránea presente en cada uno de
ellos, hablaremos un poco sobre la cerámica de imitación y la importancia de su
presencia en el vecindario de Tlailotlacan, Teotihuacán.

Desde las primeras intervenciones en Tlailotlacan realizadas por Millon y


colaboradores en los años sesenta se identificó la presencia de material
procedente de los valles centrales de Oaxaca, pero no fue hasta que Evelyn
Rattray analizó la cerámica recuperada en los recorridos de superficie y
excavaciones, se definió la presencia de cerámica de imitación, elaborada con
pastas teotihuacanas y forma oaxaqueña, por lo que en ese momento no solo se
reforzó lo ya dicho sobre la presencia de gente foránea, sino que se abrieron las
puertas para conocer las interrelaciones que surgieron dentro de este grupo.
(Millon; 1973, Rattray; 1993:1).

La cerámica de imitación se limita a Tlailotlacan y aparece en menor


cantidad en otras dos aéreas al oeste del gran conjunto, esta vajilla fue elaborada
por gente especializada en la alfarería oaxaqueña, ya que son excelentes
reproducciones las que se encuentran en Tlailotlacan (Rattray; 1993: 36; Ortega;
2010: 18).

La manufactura local muestra la importancia que tuvo para ciertos grupos


sociales el mantener en uso un utillaje específico, elaborando piezas cerámicas
imitando las características físicas de un complejo cerámico foráneo ajeno a los
63
estándares teotihuacanos. Esta investigación nos ayudará a aportar datos sobre
su presencia en Tlailotlacan y la manera en que sus habitantes conservaron su
identidad étnica (Ortega; 2010: 20).

Posible cerámica local

Otro punto a tratar antes de comenzar con los conjuntos, son los tiestos que
incluimos en una categoría denominada “Posible cerámica local”; esta cerámica
fue separada durante el análisis de materiales, debido a que no cumplía con las
características físicas de la cerámica teotihuacana, ni se encontraba registrada en
la metodología empleada (Rattray; 2001), por lo que era probable que se
encontrara en las cerámicas foráneas. Al realizar un estudio especifico, revisión
bibliográfica y consultas con especialistas cerámicos de otras áreas de
Mesoamérica, no encontramos nada parecido en cuanto a su forma y acabados de
superficie, por lo que pensamos en la viabilidad de realizar análisis petrográficos.
Los resultados como se observará en el capítulo correspondiente a los análisis,
nos indican que su pasta cuenta con las suficientes características como para ser
considerada local; en este estudio lo tomaremos con reserva, esperando confirmar
su procedencia con los análisis de activación neutrónica que están en proceso,
pero que desafortunadamente no tendremos disponibles a la brevedad.

Cerámica de pasta teotihuacana forma oaxaqueña

Como hemos explicado antes, es característica de Tlailotlacan y en épocas


anteriores se han realizado estudios sobre ésta (Rattray, 1993), sin embargo el
material sobre el cual se trabajó correspondía a los recorridos del Teotihuacan
Mapping Project, en otros sectores de la ciudad antigua de Teotihuacán, y solo se
contó con el material de un conjunto arquitectónico propio de Tlailotlacan (TL7:
N1W6). De tal manera que consideramos importante continuar con su estudio, ya
que contamos con los materiales de seis conjuntos arquitectónicos con los cuales
podemos contribuir de forma considerable sobre las formas de imitación presentes

64
en Tlailotlacan. En el texto nos referiremos a esta cerámica como imitación
oaxaqueña.

III. 1 Conjunto arquitectónico TL1 (1: N1W6)

Es un conjunto que se construyó sobre la roca madre, trazado a partir de cuatro


unidades arquitectónicas independientes, que cuentan con plazas o patios, es
decir, espacios abiertos que se encuentran empedrados o enlajados, flanqueados
por plataformas, habitaciones, banquetas y pasillos estrechos con los que se
conectan. Los muros se elaboran de piedra bola que en el interior presentan un
acabado en argamasa de cal, algunas veces lucen estuco con pigmento rojo.
(Ortega; 2010: 94).

 Resultados generales TL1:N1W6

En cuanto a los resultados generales se identificaron 1,066 tiestos


correspondientes a las categorías: área de Oaxaca, área Maya, Golfo de México,
occidente de México y posible cerámica local, además de 413 fragmentos de
pasta teotihuacana con forma oaxaqueña (imitación oaxaqueña), dando un total
general de 1,479 tiestos.

Del universo de tiestos, los más abundantes son los provenientes del área
de Oaxaca con 68.02% (1,006 tiestos), después la cerámica de imitación, pasta
teotihuacana con forma oaxaqueña con 27.92% (413 tiestos), posteriormente la
cerámica proveniente del Golfo de México con 3.11% (46 fragmentos), siguiendo
la cerámica del occidente de México, con 0.74% (11 tiestos), después le siguen
los tiestos de la posible cerámica local con 0.14% (2 fragmentos) y finalmente la
cerámica de área Maya con 0.07% (1 tiesto).

Con base en estos resultados observamos el grado de abundancia por


área; el siguiente paso es ir desglosando cada uno de los resultados generales,
hasta llegar a un nivel de análisis más específico; cabe mencionar que también se
integraron y cuantificaron materiales foráneos procedentes de ofrendas

65
registradas para este conjunto (Ortega, 2009: 225-227; Ortega, 2014: 94-104;
Ortega, 2014a).

Cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL1 (1:N1W6)


Área Cantidad Porcentaje
Área de Oaxaca 1,006 68.02%
Imitación Oaxaqueña 413 27.92%
Área Maya 1 0.07%
Golfo de México 46 3.11%
Posible Cerámica Local 2 0.14%
Occidente de México 11 0.74%
Total 1,479 100.00%
Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica foránea del conjunto
arquitectónico TL1 (1:N1W6).

Cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL1


(1:N1W6)
Total

68.02%

27.92%

0.07% 3.11% 0.74% 0.14%

Área de Área Maya Golfo de Imitación Occidente de Posible


Oaxaca México Oaxaqueña México Cerámica Local

Grafica de porcentajes de la cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL1


(1:N1W6).

66
 Cerámica procedente del área de Oaxaca

Representa el grupo más abundante en el conjunto, las formas presentes y sus


porcentajes son los siguientes:

De los 1,006 fragmentos, la forma con mayor abundancia es el cajete


cónico con 34.89% (351 tiestos), después la olla con 14.81% (149 fragmentos),
posteriormente los grandes vasos o macetas con 14.12% (142 tiestos), le sigue el
sahumador con 9.84% (99 fragmentos), cajete cónico tipo G.12 con 3.98% (40
fragmentos), cajete curvo divergente con 3.88% (39 tiestos), vaso con 2.68% (27
fragmentos), incensario con 2.58% (26 tiestos), disco o charola con 1.89% (19
fragmentos), cajete cónico tipo G.21 con 1.79% (18 tiestos), apaxtle con 1.79% (18
fragmentos), vaso con acabado de superficie burdo 1.49% (15 fragmentos), jarra
con 1.09% (11 tiestos), figurilla antropomorfa con 0.99% (10 fragmentos), vasija
efigie con 0.89% (9 fragmentos), cajete zoomorfo 0.80% (8 fragmentos), figurilla
zoomorfa perro 0.80% (8 fragmentos), figurilla zoomorfa rana con 0.70% (7
fragmentos), cajete recto divergente con 0.30% (3 tiestos), cajete curvo
convergente con 0.30% (3 fragmentos), las siguientes formas cuentan con un
0.10% (1 tiesto) cada una, una pichancha, cajete de base anular, cajete cónico
tipo G.3 y botellón.

67
TL1 Cerámica oaxaqueña
Forma Cantidad Porcentaje
Grandes vasos o macetas 142 14.12%
Cajete cónico 351 34.89%
Sahumador 99 9.84%
Cajete cónico G.12 40 3.98%
Olla 149 14.81%
Vaso 27 2.68%
Disco 19 1.89%
Figurilla zoomorfa Perro 8 0.80%
Cajete curvo divergente 39 3.88%
Figurilla antropomorfa 10 0.99%
Jarra 11 1.09%
Figurilla zoomorfa Rana 7 0.70%
Cajete recto divergente 3 0.30%
Cajete zoomorfo 8 0.80%
Cajete cónico tipo G.21 18 1.79%
Vasija efigie 9 0.89%
Apaxtle 18 1.79%
Pichancha 1 0.10%
Cajete curvo convergente 3 0.30%
Cajete de base anular 1 0.10%
Cajete cónico G.3 1 0.10%
Botellón 1 0.10%
Incensario 26 2.58%
Vaso burdo 15 1.49%
Total 1006 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica procedente del


área de Oaxaca del conjunto arquitectónico TL1 (1:N1W6).

 Cerámica de imitación, pasta teotihuacana forma oaxaqueña

La cantidad total de tiestos clasificados como imitación es de 413, encontrando


las siguientes formas:

La más abundante es el cajete cónico con 60.05% (248 tiestos), los grandes
vasos o macetas están presentes con 11.38% (47 fragmentos), el cajete cónico

68
G.12 con 7.02% (29 tiestos), apaxtle con 7.02% (29 fragmentos), figurilla
antropomorfa con 4.60% (19 fragmentos), figurilla zoomorfa rana con 3.15% (13
fragmentos), figurilla zoomorfa perro con 2.91% (12 fragmentos), olla con 2.42%
(10 tiestos), jarra con 0.73% (3 tiestos), vaso con 0.24% (1 fragmento), Disco con
0.24% (1 tiesto) y por último figurilla zoomorfa ave con 0.24% (1 fragmento).

TL1 Cerámica de pasta teotihuacana, forma oaxaqueña


Forma Cantidad Porcentaje
Cajete cónico 248 60.05%
Grandes vasos o macetas 47 11.38%
Cajete cónico G.12 29 7.02%
Olla 10 2.42%
Apaxtle 29 7.02%
Jarra 3 0.73%
Vaso 1 0.24%
Figurilla zoomorfa Rana 13 3.15%
Disco 1 0.24%
Figurilla zoomorfa perro 12 2.91%
Figurilla antropomorfa 19 4.60%
Figurilla zoomorfa ave 1 0.24%
Total 413 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica de imitación: pasta


teotihuacana, forma oaxaqueña del conjunto arquitectónico TL1
(1:N1W6).

 Cerámica proveniente del Golfo de México


Se identificaron 46 fragmentos:
Donde la forma más abundante es el vaso con 76.09% (35 tiestos),
posteriormente la jarra con 17.39% (8 fragmentos), vaso de silueta compuesta con
2.17% (1 tiesto), cajete curvo divergente con 2.17% (1 fragmento) y cajete curvo
convergente 2.17% (1 tiesto). Los tipos presentes son Tuxtlas Inciso, Naranja Fino
grueso, Marfil San Andrés Pasta Fina, Tuxtlas Bayo Fino y Tuxtlas Rojo Sobre
Bayo Fino.

69
TL1 Cerámica del Golfo de México
Forma Cantidad Porcentaje
Vaso recto 35 76.09%
Jarra 8 17.39%
Vaso de silueta compuesta 1 2.17%
Cajete curvo divergente 1 2.17%
Cajete curvo convergente 1 2.17%
Total 46 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica proveniente del Golfo


de México del conjunto arquitectónico TL1 (1:N1W6).

 Cerámica del Occidente de México


Se recuperó un total de 11 fragmentos de vaso del tipo Queréndaro.

TL1 Cerámica del Occidente de México


Forma Cantidad Porcentaje
Vaso 11 100.00%
Total 11 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica procedente del


Occidente de México del conjunto arquitectónico TL1 (1:N1W6).

 Posible Cerámica Local


Se recuperaron dos tiestos de jarra, como característica particular; sus paredes
pueden llegar a medir hasta 2.5 cm de espesor.

TL1 Posible Cerámica Local


Forma Cantidad Porcentaje
Jarra 2 100.00%
Total 2 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de Posible Cerámica Local


del conjunto arquitectónico TL1 (1:N1W6).

 Cerámica del Área Maya


Se encontró un fragmento de vaso perteneciente al tipo Petenero Policromo.

70
TL1 Cerámica del Área Maya
Forma Cantidad Porcentaje
Vaso 1 100.00%
Total 1 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica


originaria de Área Maya del conjunto arquitectónico TL1
(1:N1W6).

III.2 Conjunto arquitectónico TL11 (11: N1W6)

A través de las excavaciones arqueológicas Ortega determinó que este conjunto


cuenta por lo menos con cinco etapas constructivas, de las cuales la primera
etapa fechada para la fase Miccaotli, presenta un contexto asociado al manejo
del agua, ya que presenta un sistema de canalización y la captación de aguas
pluviales, mismo que se realizó modificando el tepetate natural. La segunda etapa
constructiva cuenta con dos unidades arquitectónicas, una fechada para la fase
Tlamimilolpa temprano y la otra para Tlamimilolpa tardío, su arquitectura hace
referencia a actividades domésticas, indicadas por su arquitectura con
habitaciones pequeñas vinculadas a burdos patios empedrados. La tercera etapa
constructiva, cuenta con cinco unidades arquitectónicas que guardan
comunicación entre sí, integrando un complejo de habitaciones, plazas y patios
enlajados, donde los habitantes podían circular fluidamente hacia los pasillos y
recintos, mismos que contaban con remanentes de pintura roja, también se
registraron tumbas con un estilo zapoteca; esta etapa se relaciona con actividades
de culto, ya que todas sus plazas cuentan con altares, su cronología se asocia a la
fase Xolalpan temprano y Xolalpan tardío (Ortega, 2014: 109-138).

 Resultados Generales TL11:N1W6

Para este conjunto arquitectónico identificamos 387 fragmentos de vasijas,


provenientes del área Maya, occidente de México, golfo de México, posible
cerámica local y área de Oaxaca, en esta cuantificación se incluyeron algunas
piezas que forman parte de las ofrendas halladas, además se identificaron 389

71
tiestos de imitación oaxaqueña pero elaborados en pastas locales, el total general
es de 776 fragmentos (Ortega, 2010: 229-231; Ortega, 2014: 171-175).

Los más abundantes son los de pasta teotihuacana imitación oaxaqueña


con 50.13% (389 tiestos), le sigue la cerámica de área Oaxaca con 44.97% (349
fragmentos), posteriormente la posible cerámica local con 1.93% (15 tiestos),
occidente de México con 1.42% (11 fragmentos), golfo de México con 1.29% (10
tiestos) y con el menor porcentaje los tiestos de área Maya con 0.26% (2
fragmentos) del total. Enseguida se describirán las formas presentes por área.

Cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL11 (11:N1W6)


Área Cantidad total Porcentaje
Área de Oaxaca 349 44.97%
Imitación Oaxaqueña 389 50.13%
Área Maya 2 0.26%
Golfo de México 10 1.29%
Posible Cerámica Local 15 1.93%
Occidente de México 11 1.42%
Total 776 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica foránea del conjunto


arquitectónico TL11 (11:N1W6).

Cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL11


(11:N1W6)
Total

50.13%
44.97%

0.26% 1.29% 1.42% 1.93%

Área de Oaxaca Área Maya Golfo de México Imitación Occidente de Posible


Oaxaqueña México Cerámica Local

Grafica de porcentajes de la cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL11 (11:N1W6).

72
 Cerámica del Área de Oaxaca

De esta área se identificaron 14 formas diferentes, la que mayor cantidad presenta


es el cajete cónico con 54.15% (189 tiestos), le siguen los grandes vasos o
macetas con 9.46% (33 fragmentos), olla con 8.88% (31 tiestos), incensario con
5.16% (18 fragmentos), cajete cónico tipo G.12 con 4.87% (17 tiestos), cajete
curvo divergente con 4.58% (16 fragmentos), sahumador con 4.58% (16
fragmentos), vasija efigie con 3.15% (11 fragmentos), cajete cónico tipo G.21 con
2.87% (10 tiestos), cajete zoomorfo con 0.86% (3 tiestos), vaso burdo con 0.57%
(2 fragmentos), figurilla antropomorfa con 0.29% (1 fragmento), figurilla zoomorfa
rana con 0.29% (1 fragmento) y por último figurilla zoomorfa perro con 0.29% (1
fragmento).

TL11 Cerámica Oaxaqueña


Forma Cantidad Porcentaje
Incensario 18 5.16%
Sahumador 16 4.58%
Vasija efigie 11 3.15%
Olla 31 8.88%
Grandes vasos o macetas 33 9.46%
Vaso burdo 2 0.57%
Cajete cónico 189 54.15%
Cajete cónico G.21 10 2.87%
Cajete curvo divergente 16 4.58%
Cajete cónico tipo G.12 17 4.87%
Cajete zoomorfo 3 0.86%
Figurilla antropomorfa 1 0.29%
Figurilla zoomorfa rana 1 0.29%
Figurilla zoomorfa perro 1 0.29%
Total 349 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica procedente del área


de Oaxaca del conjunto arquitectónico TL11 (11:N1W6).

73
 Cerámica de pasta teotihuacana con forma oaxaqueña

De los 389 fragmentos identificamos 15 formas distintas, la que mayor presencia


mostró fue el cajete cónico con 55.27% (215 fragmentos), le siguen los grandes
vasos o macetas con 7.46% (29 tiestos), sahumador con 6.43% (25 fragmentos),
cajete cónico tipo G.12 con 5.14% (20 tiestos), apaxtle con 4.63% (18 fragmentos),
olla con 4.37% (17 tiestos), vaso burdo con 3.86% (15 fragmentos), figurilla
zoomorfa rana con 2.83% (11 fragmentos), figurilla zoomorfa perro con 2.57% (10
fragmentos), figurilla antropomorfa con 2.57% (10 fragmentos), vaso con 1.80% (7
tiestos), vasija efigie con 1.80% (7 tiestos), disco o charola con 0.77% (3
fragmentos), pichancha con 0.26% (1 fragmento) por último el cajete zoomorfo con
0.26% (1 tiesto).

TL11 Cerámica de pasta teotihuacana, forma oaxaqueña


Forma Cantidad Porcentaje
Sahumador 25 6.43%
Vasija efigie 7 1.80%
Olla 17 4.37%
Grandes vasos o macetas 29 7.46%
Vaso burdo 15 3.86%
Cajete cónico 215 55.27%
Cajete cónico G.12 20 5.14%
Cajete zoomorfo 1 0.26%
Figurilla antropomorfa 10 2.57%
Figurilla zoomorfa perro 10 2.57%
Figurilla zoomorfa rana 11 2.83%
Disco 3 0.77%
Pichancha 1 0.26%
Vaso 7 1.80%
Apaxtle 18 4.63%
Total 389 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica de imitación: pasta


teotihuacana, forma oaxaqueña del conjunto arquitectónico TL11
(11:N1W6).

74
 Posible Cerámica Local

De la cantidad total de esta cerámica únicamente se recuperó una forma: jarra,


ocupando el 100% (15 tiestos), con sus características paredes gruesas.

TL11 Posible Cerámica Local


Forma Cantidad Porcentaje
Jarra 15 100.00%
Total 15 100.00%
Tabla de cantidades y porcentajes de la Posible Cerámica
Local del conjunto arquitectónico TL11 (11:N1W6).

 Cerámica proveniente del Occidente de México

Se identificaron 11 fragmentos de vaso del tipo Queréndaro.

TL11 Cerámica del Occidente de México


Forma Cantidad Porcentaje
Vaso 11 100.00%
Total 11 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica procedente


del Occidente de México del conjunto arquitectónico TL11
(11:N1W6).

 Cerámica del Golfo de México

Se identificaron 10 tiestos de vaso procedentes de esta área. Los tipos presentes


son Tuxtlas Inciso, Naranja Fino grueso, Marfil San Andrés Pasta Fina, Tuxtlas
Bayo Fino y Tuxtlas Rojo Sobre Bayo Fino.

TL11 Cerámica del Golfo de México


Forma Cantidad Porcentaje
Vaso 10 100.00%
Total 10 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica proveniente del


Golfo de México del conjunto arquitectónico TL11 (11:N1W6).

75
 Cerámica originaria de Área Maya

Se identificaron dos tiestos de vaso del tipo Petenero Policromo.

TL11 Cerámica del Área Maya


Forma Cantidad Porcentaje
Vaso 2 100.00%
Total 2 100.00%
Tabla de cantidades y porcentajes de la
cerámica originaria de Área Maya del conjunto
arquitectónico TL11 (11:N1W6).

III.3 Conjunto arquitectónico TL67 (67: N2W6)

Este conjunto corresponde a una etapa constructiva con dos niveles


ocupacionales, concierne a una plaza enlajada que se encuentra flanqueada en
sus cuatro costados por escalinatas que dirigían a pórticos y habitaciones (Ortega,
2014: 107, 108).

 Resultados Generales TL67: N2W6

En este conjunto identificamos un total de 1,205 tiestos, procedentes del área de


Oaxaca, occidente de México, posible cerámica local, Golfo de México y área
Maya, además de 1541 tiestos de imitación oaxaqueña, dando un total de 2,746
tiestos.

Los tiestos provenientes del área de Oaxaca son los más abundantes con
42.10% (1156 fragmentos), posteriormente los de imitación oaxaqueña con
56.12% (1541 tiestos), occidente de México con 0.73% (20 fragmentos), posible
cerámica local con 0.44% (12 tiestos), Golfo de México con 0.40% (11
fragmentos), área Maya con 0.22% (6 tiestos).

76
Cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL67 (67:N2W6)
Área Cantidad Porcentaje
Área de Oaxaca 1156 42.10%
Imitación Oaxaqueña 1541 56.12%
Occidente de México 20 0.73%
Posible Cerámica Local 12 0.44%
Golfo de México 11 0.40%
Área Maya 6 0.22%
Total 2746 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica foránea del


conjunto arquitectónico TL67 (67:N2W6).

Cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL67


(67:N2W6)
Total
56.12%

42.10%

0.22% 0.40% 0.73% 0.44%

Área de Oaxaca Área Maya Golfo de México Imitación Occidente de Posible


Oaxaqueña México Cerámica Local

 Cerámica
Gráfica del Área
de porcentajes de la de Oaxaca
cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL67 (67:N2W6).

Se recuperaron e identificaron 1,156 fragmentos de procedencia


oaxaqueña, los cuales se dividen en 15 formas, la más abundante es el cajete
cónico con 31.57% (365 tiestos), le sigue la olla con 18.43% (213 fragmentos),
sahumador con 12.37% (143 tiestos), grandes vasos o macetas con 8.65% (100
fragmentos), vaso burdo con 6.40% (74 fragmentos), cajete curvo divergente gris
con 6.31% (73 tiestos), cajete cónico G.12 con 4.76% (55 tiestos), incensario con
4.41% (51 fragmentos), cajete convergente gris con 1.73% (20 tiestos), disco con
1.56% (18 fragmentos), vasija efigie con 1.04% (12 fragmentos), jarra con 1.02%

77
(13 tiestos), cajete zoomorfo con 0.95% (11 tiestos), cajete cónico G.21 con 0.52%
(6 fragmentos) y figurilla zoomorfa perro con 0.17% (2 tiestos).

TL67 Cerámica Oaxaqueña


Forma Cantidad Porcentaje
Incensario 51 4.41%
Sahumador 143 12.37%
Vasija efigie 12 1.04%
Olla 213 18.43%
Grandes vasos o macetas 100 8.65%
Vaso burdo 74 6.40%
Disco 18 1.56%
Cajete cónico 365 31.57%
Cajete cónico G.21 6 0.52%
Cajete convergente gris 20 1.73%
Cajete curvo divergente gris 73 6.31%
Cajete cónico G.12 55 4.76%
Jarra 13 1.12%
Cajete zoomorfo 11 0.95%
Figurilla zoomorfa perro 2 0.17%
Total 1156 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica


procedente del área de Oaxaca del conjunto arquitectónico
TL67 (67:N2W6).

 Cerámica de pasta teotihuacana con forma oaxaqueña

De la cantidad total 1,541 tiestos, se identificaron 15 formas, la más cuantiosa es


el cajete cónico con 31.67% (488 fragmentos), le sigue el apaxtle con 13.43%
(207 tiestos), posteriormente el cajete cónico G.21 con 13.11% (202 fragmentos),
sahumador con 9.73% (150 fragmentos), cajete cónico G.12 con 9.15% (141
tiestos), grandes vasos o macetas con 8.50% (131 tiestos), vaso burdo con 2.47%
(38 fragmentos), vaso con 2.08% (32 tiestos), jarra 1.95% (30 tiestos), disco con
1.49% (23 fragmentos), cajete zoomorfo con 0.58% (9 tiestos), vasija efigie con

78
0.32% (5 fragmentos), figurilla zoomorfa perro con 0.26% (4 fragmentos) y figurilla
antropomorfa con 0.13% (2 fragmentos).

TL67 Cerámica de pasta teotihuacana, forma oaxaqueña


Forma Cantidad Porcentaje
Sahumador 150 9.73%
Vasija efigie 5 0.32%
Olla 79 5.13%
Grandes vasos o macetas 131 8.50%
Vaso burdo 38 2.47%
Disco 23 1.49%
Cajete cónico 488 31.67%
Cajete cónico G.21 202 13.11%
Cajete cónico G.12 141 9.15%
Cajete zoomorfo 9 0.58%
Apaxtle 207 13.43%
Vaso 32 2.08%
Figurilla antropomorfa 2 0.13%
Figurilla zoomorfa perro 4 0.26%
Jarra 30 1.95%
Total 1541 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica de imitación: pasta


teotihuacana, forma oaxaqueña del conjunto arquitectónico TL67
(67:N2W6).

 Cerámica proveniente del Occidente de México

Se identificaron 20 tiestos originarios de esta área, divididos en tres formas, la más


abundante es la jarra con 45% (9 tiestos), le sigue el vaso con 30% (6 fragmentos)
y por último el cajete con 25% (5 fragmentos). Del tipo Queréndaro y Loma Alta.

TL67 Cerámica del Occidente de México


Forma Cantidad Porcentaje
Vaso 6 30.00%
Jarra 9 45.00%
Cajete 5 25.00%
Total 20 100.00%
Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica procedente del
Occidente de México del conjunto arquitectónico TL67 (67:N2W6).
79
 Posible Cerámica Local

De esta vajilla identificamos 12 fragmentos de jarra.

TL67 Posible Cerámica Local


Forma Cantidad Porcentaje
Jarra 12 100.00%
Total 12 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la Posible Cerámica


Local del conjunto arquitectónico TL67 (67:N2W6).

 Cerámica del Golfo de México

Identificamos 11 tiestos pertenecientes a esta área. Del tipo Tuxtlas Incisos.

TL67 Cerámica del Golfo de México


Forma Cantidad Porcentaje
Vaso 11 100.00%
Total 11 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica proveniente del


Golfo de México del conjunto arquitectónico TL67 (67:N2W6).

 Cerámica originaria de Área Maya Tipo Petenero policromo.

De esta área identificamos 6 fragmentos de vaso.

TL67 Cerámica del Área Maya


Forma Cantidad Porcentaje
Vaso 6 100.00%
Total 6 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la


cerámica originaria de Área Maya del conjunto
arquitectónico TL67 (67:N2W6).

80
III.4 Conjunto arquitectónico TL7 (7: N1W6)

De acuerdo a la investigación realizada por Ortega en el año 2013, se identificaron


tres unidades arquitectónicas(A, B y C), que conforman este conjunto con los
siguientes elementos arquitectónicos: tres habitaciones, un pasillo, un patio
enlajado y su banqueta, cuatro ductos de drenaje y un depósito de agua pluvial,
cinco entierros y varios elementos.

La unidad arquitectónica A, se conforma por una habitación que


corresponde al último nivel constructivo en el cual se halló una tumba denominada
sur, la cual aunque se exploró parcialmente en 1966 no fue reportada como tal, al
oriente de la habitación se registró un depósito de agua excavado en el tepetate
natural, mismo que se utilizó para la captación de agua pluvial mediante un ducto.

La unidad arquitectónica B, fue la única que se exploró en su totalidad, se


compone por un patio enlajado y tres cuartos, además de que se registró el muro
perimetral oriente, y se exploró en su totalidad la tumba norte, excavada en los
años noventa. En la unidad arquitectónica C, intervenida parcialmente, se
registraron fragmentos de piso, probablemente correspondientes a un patio o área
abierta (Ortega, 2013:17, 18, 21, 23, 25, 54; Ortega, 2014: 85, 86).

 Resultados Generales TL7:N1W6

En este conjunto identificamos un total de 821 tiestos, procedentes del área de


Oaxaca, occidente de México, posible cerámica local, Golfo de México y área
Maya, además de 309 tiestos de imitación oaxaqueña, dando un total de 1,130
tiestos.

La cerámica del área de Oaxaca es la más abundante con 63.45% (717


tiestos), le sigue la cerámica de pasta teotihuacana forma oaxaqueña con 27.35%
(309 fragmentos), occidente de México con 6.81% (77 tiestos), posible cerámica
local con 1.15% (13 tiestos), costa del Golfo con 1.06% (12 fragmentos) y con el
menor porcentaje el área Maya con 0.18% (2 tiestos).

81
Cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL7 (7:N1W6)
Área Cantidad Porcentaje
Área de Oaxaca 717 63.45%
Imitación Oaxaqueña 309 27.35%
Área Maya 2 0.18%
Golfo de México 12 1.06%
Posible Cerámica Local 13 1.15%
Occidente de México 77 6.81%
Total 1130 100.00%
Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica foránea del conjunto
arquitectónico TL7 (7:N1W6).

Cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL7


(7:N1W6)
Total

63.45%

27.35%

6.81%
0.18% 1.06% 1.15%

Area de Oaxaca Área Maya Golfo de Imitación Occidente de Posible


México Oaxaqueña México Cerámica Local

Grafica de porcentajes de la cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL7 (7:N1W6).

 Cerámica del Área de Oaxaca

Se identificaron 19 formas diferentes de las cuales la de mayor abundancia la


representa el cajete cónico con 26.64% (191 tiestos), seguido por el apaxtle con
19.11% (137 tiestos), cajete cónico G.12 con 17.43% (125 fragmentos), cajete
cónico G.21 con 7.11% (51 tiestos), sahumador con 6.69% (48 fragmentos), tubo
con 6.28% (45 tiestos), vaso con 3.77% (27 fragmentos), grandes vasos o

82
macetas con 3.21% (23 tiestos), figurilla zoomorfa rana con 2.37% (17
fragmentos), vaso burdo con 1.39% (10 fragmentos), disco con 1.39% (10
tiestos), vasija con representación antropomorfa con 1.12% (8 tiestos), vasija efigie
con 0.84% (6 fragmentos), tejos con 0.70% (5 tiestos), cajete zoomorfo con 0.56%
(4 fragmentos), figurilla zoomorfa perro con 0.42% (3 fragmentos), figurilla
antropomorfa con 0.42% ( 3 fragmentos), pichancha con 0.42% (3 tiestos) y
finalmente vasija con numeral con 0.14% (1 fragmento).

TL7 Cerámica Oaxaqueña


Forma Cantidad Porcentaje
Apaxtle 137 19.11%
Cajete zoomorfo 4 0.56%
Cajete cónico 191 26.64%
Cajete cónico G.21 51 7.11%
Cajete cónico G.12 125 17.43%
Vasija con numeral 1 0.14%
Disco 10 1.39%
Vasija con representación antropomorfa 8 1.12%
Figurilla zoomorfa perro 3 0.42%
Figurilla zoomorfa rana 17 2.37%
Figurilla antropomorfa 3 0.42%
Vasija efigie 6 0.84%
Grandes vasos o macetas 23 3.21%
Pichancha 3 0.42%
Sahumador 48 6.69%
Tejo 5 0.70%
Tubo 45 6.28%
Vaso 27 3.77%
Vaso burdo 10 1.39%
Total 717 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica procedente del área


de Oaxaca del conjunto arquitectónico TL7 (7:N1W6).

83
 Cerámica de pasta teotihuacana con forma oaxaqueña

Identificamos un total de 309 tiestos correspondientes a esta categoría, los cuales


se dividen en 12 formas, la más predominante es el cajete cónico con 33.66%
(104 fragmentos), apaxtle con 28.48% (88 fragmentos), cajete cónico G.21 con
9.39% (29 tiestos), grandes vasos o macetas con 7.12% (22 fragmentos),
sahumador con 5.18% (16 tiestos), vaso con 4.85% (15 tiestos), cajete cónico
G.12 con 4.21% (13 fragmentos), disco con 2.59% (8 fragmentos), vaso burdo
con 1.94% (6 tiestos), vasija con representación antropomorfa con 0.97% (3
fragmentos), cajete zoomorfo con 0.97% (3 tiestos) y con el menor porcentaje los
tejos con 0.65% (2 fragmentos).

TL7 Cerámica de pasta teotihuacana, forma oaxaqueña


Forma Cantidad Porcentaje
Apaxtle 88 28.48%
Cajete zoomorfo 3 0.97%
Cajete cónico 104 33.66%
Cajete cónico G.21 29 9.39%
Cajete cónico G.12 13 4.21%
Disco 8 2.59%
Grandes vasos o macetas 22 7.12%
Sahumador 16 5.18%
Tejo 2 0.65%
Vaso 15 4.85%
Vaso burdo 6 1.94%
Vasija con representación antropomorfa 3 0.97%
Total 309 100.00%
Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica de imitación: pasta
teotihuacana, forma oaxaqueña del conjunto arquitectónico TL7 (7:N1W6).

 Cerámica proveniente del Occidente de México

Identificamos cuatro formas correspondientes a tiestos de esta área con un total


de 77 fragmentos, el más cuantioso es la jarra con 46.75% (36 fragmentos), olla
con 24.68% (19 fragmentos), vaso con 22.08% (17 tiestos) y finalmente las

84
figurillas antropomorfas con 6.49% (5 fragmentos). El tipo Queréndaro
corresponde los vasos, jarra y olla, mientras que las figurillas corresponden a la
tradición Chupicuaro.

TL7 Cerámica del Occidente de México


Forma Cantidad Porcentaje
Figurilla antropomorfa 5 6.49%
Jarra 36 46.75%
Olla 19 24.68%
Vaso 17 22.08%
Total 77 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica


procedente del Occidente de México del conjunto
arquitectónico TL7 (7:N1W6).

 Posible Cerámica Local

Se identificaron 13 fragmentos de jarra de paredes muy gruesas.

TL7 Posible Cerámica Local


Forma Cantidad Porcentaje
Jarra 13 100.00%
Total 13 100.00%
Tabla de cantidades y porcentajes de Posible
Cerámica Local del conjunto arquitectónico TL7
(7:N1W6).

 Cerámica del Golfo de México

Identificamos tres formas que dan una cantidad total de 12 fragmentos, vaso con
50% (6 tiestos), jarra con 33.33% (4 tiestos), por último el cajete con 16.67% (2
fragmentos). Los tipos presentes son Tuxtlas Inciso, Naranja Fino grueso, Marfil
San Andrés Pasta Fina, Tuxtlas Bayo Fino y Tuxtlas Rojo Sobre Bayo Fino.

85
TL7 Cerámica del Golfo de México
Forma Cantidad Porcentaje
Vaso 6 50.00%
Jarra 4 33.33%
Cajete 2 16.67%
Total 12 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica


proveniente del Golfo de México del conjunto
arquitectónico TL7 (7:N1W6).

 Cerámica originaria de Área Maya del tipo Petenero Policromo.

De esta área identificamos dos fragmentos de vaso.

TL7 Cerámica del Área Maya


Forma Cantidad Porcentaje
Vaso 2 100.00%
Total 2 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la


cerámica originaria de Área Maya del conjunto
arquitectónico TL7 (7:N1W6).

III.5 Conjunto arquitectónico TL9 (9: N1W6)

La exploración de este conjunto se realizó en un predio de un particular, se


registraron dos muros perimetrales, el sur y el oeste que forman la esquina
suroeste del conjunto, con una orientación este – oeste. Forma un espacio abierto
flanqueado por los muros mencionados que cuenta con un apisonado de arcilla,
además se identificó un tlecuil y un canal (Ortega, 2009: 75-104; Ortega, 2014:
104-106).

 Resultados Generales TL9:N1W6

En este conjunto arquitectónico identificamos 70 fragmentos de vasijas,


provenientes del área Maya, occidente de México, Golfo de México, posible
cerámica local y área de Oaxaca; en esta cuantificación se incluyeron algunas
piezas que forman parte de las tres ofrendas halladas, además se identificaron

86
392 tiestos de imitación oaxaqueña pero elaborados en pastas locales, el total
general es de 462 fragmentos (Ortega, 2010: 229; Ortega, 2011: 27, 45,-47;
Ortega, 2014: 170, 171, 174).

Los provenientes del área de Oaxaca cuentan con un 9.96% (46 tiestos),
mientras que los de pasta teotihuacana forma oaxaqueña tienen un 84.85% (392
fragmentos), la cerámica del occidente de México está presente con 2.81% (13
tiestos), le sigue la posible cerámica local con 1.52% (7 tiestos), por último la
cerámica de área Maya y Golfo de México con 0.43% (2 tiestos) cada una.

Cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL9 (9:N1W6)


Área Cantidad Porcentaje
Área de Oaxaca 46 9.96%
Imitación Oaxaqueña 392 84.85%
Área Maya 2 0.43%
Golfo de México 2 0.43%
Posible Cerámica Local 7 1.52%
Occidente de México 13 2.81%
Total 462 100.00%
Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica foránea del
conjunto arquitectónico TL9 (9:N1W6).

Cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL9


(9:N1W6)
Total
84.85%

9.96%
0.43% 0.43% 2.81% 1.52%

Área de Área Maya Golfo de Imitación Occidente de Posible


Oaxaca México Oaxaqueña México Cerámica Local

Grafica de porcentajes de la cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL9 (9:N1W6).

87
 Cerámica procedente del Área de Oaxaca

Representa el grupo con mayor cantidad en el conjunto; identificamos siete


formas, la más abundante es el cajete cónico con 34.78% (16 tiestos), después la
olla con 19.57% (9 tiestos), grandes vasos o macetas con 17.39% (8 tiestos),
sahumador con 13.04% (6 fragmentos), cajete cónico G.12 con 8.70% (4 tiestos),
Incensario con 4.35% (2 fragmentos) y con la menor cantidad vasija efigie con
2.17% (1 fragmento).

TL9 Cerámica Oaxaqueña


Forma Cantidad Porcentaje
Grandes vasos o macetas 8 17.39%
Cajete cónico 16 34.78%
Sahumador 6 13.04%
Cajete cónico G.12 4 8.70%
Olla 9 19.57%
Incensario 2 4.35%
Vasija efigie 1 2.17%
Total 46 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica procedente del


área de Oaxaca del conjunto arquitectónico TL9 (9:N1W6).

 Cerámica de pasta teotihuacana con forma oaxaqueña

Con una cantidad total de 392 fragmentos, identificamos dieciocho formas de las
cuales la más abundante es el cajete cónico con 47.19% (185 tiestos), olla con
14.54% (57 tiestos), sahumador con 12.76% (50 fragmentos), cajete curvo
divergente con 5.10% (20 fragmentos), grandes vasos o macetas con 4.08% (16
fragmentos), cajete cónico G.12 con 3.83% (15 tiestos), vaso burdo con 2.81% (11
fragmentos), apaxtle con 2.04% (8 tiestos), jarra con 1.53% (6 fragmentos), cajete
zoomorfo con 1.53% (6 tiestos), Incensario con 1.02% (4 tiestos), cajete
convergente con 1.02% (4 fragmentos), figurilla zoomorfa perro con 0.77% (3
fragmentos), disco con 0.77% (3 fragmentos), vaso con 0.26% (1 tiesto), figurilla

88
zoomorfa ave con 0.26% (1 fragmento), vasija efigie con 0.26% (1 fragmento) y
cajete cónico G.21 con 0.26% (1 tiesto).

TL9 Cerámica de pasta teotihuacana, forma oaxaqueña


Forma Cantidad Porcentaje
Cajete cónico 185 47.19%
Grandes vasos o macetas 16 4.08%
Cajete cónico G.12 15 3.83%
Olla 57 14.54%
Apaxtle 8 2.04%
Jarra 6 1.53%
Vaso 1 0.26%
Disco 3 0.77%
Figurilla zoomorfa perro 3 0.77%
Figurilla zoomorfa ave 1 0.26%
Incensario 4 1.02%
Sahumador 50 12.76%
Vasija efigie 1 0.26%
Vaso burdo 11 2.81%
Cajete cónico G.21 1 0.26%
Cajete convergente 4 1.02%
Cajete curvo divergente 20 5.10%
Cajete zoomorfo 6 1.53%
Total 392 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica de imitación:


pasta teotihuacana, forma oaxaqueña del conjunto
arquitectónico TL9 (9:N1W6).

 Cerámica proveniente del Occidente de México

Se cuantificaron 13 fragmentos provenientes de esta área, identificando 2 formas,


vaso con 53.85% (7 tiestos) y figurilla antropomorfa con 46.15% (6 fragmentos). El
tipo Queréndaro corresponde a los vasos, mientras que las figurillas corresponden
a la tradición Chupícuaro.

89
TL9 Cerámica del Occidente de México
Forma Cantidad Porcentaje
Figurilla antropomorfa 6 46.15%
Vaso 7 53.85%
Total 13 100.00%
Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica procedente
del Occidente de México del conjunto arquitectónico TL9
(9:N1W6).

 Posible Cerámica Local

Se identificaron 7 tiestos de jarra con paredes muy gruesas.

TL9 Posible Cerámica Local


Forma Cantidad Porcentaje
Jarra 7 100.00%
Total 7 100.00%
Tabla de cantidades y porcentajes de Posible
Cerámica Local del conjunto arquitectónico TL9
(9:N1W6).

 Cerámica del Golfo de México

En cuanto a la cerámica de esta área, identificamos dos fragmentos de vaso del


tipo Tuxtlas Bayo Fino.

TL9 Cerámica del Golfo de México


Forma Cantidad Porcentaje
Vaso 2 100.00%
Total 2 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la


cerámica proveniente del Golfo de México del
conjunto arquitectónico TL9 (9:N1W6).

 Cerámica originaria de Área Maya

Identificamos solo dos fragmentos de vaso pertenecientes a esta área del tipo
Petenero Policromo.

90
TL9 Cerámica del Área Maya
Forma Cantidad Porcentaje
Vaso 2 100.00%
Total 2 100.00%
Tabla de cantidades y porcentajes de la
cerámica originaria de Área Maya del conjunto
arquitectónico TL9 (9:N1W6).

III.6 Conjunto arquitectónico TL6 (6: N1W6)

 Resultados Generales TL6: N1W6

Relativo a los resultados obtenidos en este conjunto arquitectónico debe tomarse


en cuenta que el material del cual se dispone es una muestra representativa del
total, en el que se identificaron 94 tiestos provenientes del área Maya, occidente
de México, Golfo de México, posible cerámica local y área de Oaxaca, además de
69 tiestos de imitación, pasta teotihuacana forma oaxaqueña, danto un total de
163 tiestos, donde el área de Oaxaca cuenta con 28.22% (46 fragmentos),
imitación oaxaqueña con 42.33% (69 tiestos), occidente de México con 14.11%
(23 tiestos), posible cerámica local con 9.82% (16 fragmentos), Golfo de México
con 4.91% (8 fragmentos) y con el menor porcentaje el área Maya con 0.61% (1
tiesto).

Cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL6 (6:N1W6)


Área Cantidad Porcentaje
Área de Oaxaca 46 28.22%
Imitación Oaxaqueña 69 42.33%
Área Maya 1 0.61%
Golfo de México 8 4.91%
Posible Cerámica Local 16 9.82%
Occidente de México 23 14.11%
Total 163 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica foránea del conjunto


arquitectónico TL6 (6:N1W6).

91
Cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL6
(6:N1W6)
Total
42.33%

28.22%

14.11%
9.82%
4.91%
0.61%

Área de Área Maya Golfo de Imitación Occidente de Posible


Oaxaca México Oaxaqueña México Cerámica Local

Grafica de porcentajes de la cerámica foránea del conjunto arquitectónico TL6 (6:N1W6).

 Cerámica procedente del Área de Oaxaca

Identificamos 46 tiestos correspondientes a 11 formas pertenecientes a esta área;


el mayor porcentaje es el de vaso burdo con 28.26% (13 fragmentos), cajete
cónico con 17.39% (8 tiestos), apaxtle con 15.22% (7 fragmentos), cajete cónico
G.21 con 8.70% (4 tiestos), cajete cónico G.12 con 6.52% (3 tiestos), disco con
4.35% (2 fragmentos), Olla con 4.35% (2 tiestos), sahumador con 4.35% (2
fragmentos), vaso con 4.35% (2 fragmentos), vasija con representación
antropomorfa con 4.35% (2 fragmentos), con el menor porcentaje los grandes
vasos o macetas con 2.17% (1 tiesto).

92
TL6 Cerámica Oaxaqueña
Forma Cantidad Porcentaje
Cajete cónico 8 17.39%
Apaxtle 7 15.22%
Cajete cónico G.12 3 6.52%
Cajete cónico G.21 4 8.70%
Disco 2 4.35%
Grandes vasos o macetas 1 2.17%
Olla 2 4.35%
Sahumador 2 4.35%
Vaso 2 4.35%
Vaso burdo 13 28.26%
Vasija con representación antropomorfa 2 4.35%
Total 46 100.00%
Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica procedente del área de
Oaxaca del conjunto arquitectónico TL6 (6:N1W6).

 Cerámica de pasta teotihuacana con forma oaxaqueña

De esta cerámica de imitación identificamos 69 tiestos que corresponden a siete


formas, las más abundante es el cajete cónico G.21 con 55.07% (38 tiestos),
grandes vasos o macetas con 21.74% (15 tiestos), tubo con 8.70% (6
fragmentos), apaxtle con 5.80% (4 tiestos), cajete cónico con 4.35% (3 tiestos),
sahumador con 2.90% (2 fragmentos) y finalmente con la menor cantidad el cajete
cónico G.12 con 1.45% (1 fragmento).

TL6 Cerámica de pasta teotihuacana, forma oaxaqueña


Forma Cantidad Porcentaje
Apaxtle 4 5.80%
Cajete cónico G.21 38 55.07%
Cajete cónico 3 4.35%
Cajete cónico G.12 1 1.45%
Grandes vasos o macetas 15 21.74%
Sahumador 2 2.90%
Tubo 6 8.70%
Total 69 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la cerámica de imitación: pasta


teotihuacana, forma oaxaqueña del conjunto arquitectónico TL6 93
(6:N1W6).
 Cerámica originaria del Occidente de México

Identificamos 23 tiestos de esta área, pertenecen a tres formas, la más cuantiosa


es la jarra con 78.26% (18 tiestos), vaso con 17.39% (4 fragmentos) y con la
menor cantidad el cajete con 4.35% (1 pieza). Los tiestos de jarra y vaso
corresponden al tipo Queréndaro, mientras que los de cajete pertenecen al tipo
Loma Alta.

TL6 Cerámica del Occidente de México


Forma Cantidad Porcentaje
Jarra 18 78.26%
Vaso 4 17.39%
Cajete 1 4.35%
Total 23 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la


cerámica procedente del Occidente de México
del conjunto arquitectónico TL6 (6:N1W6).

 Posible Cerámica Local

Se identificaron 16 tiestos de esta área que corresponden a una solo forma, jarra
de paredes muy gruesas.

TL6 Posible Cerámica Local


Forma Cantidad Porcentaje
Jarra 16 100.00%
Total 16 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de Posible


Cerámica Local del conjunto arquitectónico TL6
(6:N1W6).

 Cerámica del Golfo de México

En cuanto a la cerámica de esta área, identificamos 8 fragmentos de vaso. Los


tipos presentes son Tuxtlas Bayo Fino, Tuxtlas Rojo Sobre Bayo fino y Marfil San
Andrés Pasta Fina.

94
TL6 Cerámica del Golfo de México
Forma Cantidad Porcentaje
Vaso 8 100.00%
Total 8 100.00%

Tabla de cantidades y porcentajes de la


cerámica proveniente del Golfo de México del
conjunto arquitectónico TL6 (6:N1W6).

 Cerámica originaria de Área Maya

De esta área identificamos dos fragmentos que corresponden a una sola forma,
vaso del tipo Petenero Policromo.

TL6 Cerámica del Área Maya


Forma Cantidad Porcentaje
Vaso 1 100.00%
Total 1 100.00%
Tabla de cantidades y porcentajes de la
cerámica originaria de Área Maya del conjunto
arquitectónico TL6 (6:N1W6).

III.7 Consideraciones

Una vez que identificamos las cantidades totales, porcentajes, y áreas de las que
proviene el material foráneo presente en cada conjunto arquitectónico de
Tlailotlacan, procederemos a desglosar dichos datos, con la finalidad de dar un
panorama general sobre las tendencias que siguen estos materiales y aportar a
la indagación sobre la relación que tienen con su contexto, no solo con
Tlailotlatacan y Teotihuacán, sino también con los conjuntos arquitectónicos de
donde provienen.

En los seis conjuntos arquitectónicos TL1, TL7, TL9, TL11, TL67, TL6 se
identificó cerámica proveniente del área de Oaxaca, además de la cerámica de

95
imitación oaxaqueña, elaborada con pasta teotihuacana, siendo éstas las de
mayor abundancia, pero no las únicas, ya que están relacionadas con cerámica
del área Maya, Golfo de México, Posible Cerámica Local y Occidente de México.

La muestra total de material foráneo e imitación oaxaqueña recuperada en


los seis conjuntos arquitectónico explorados por Ortega del año 2008 al 2014 es
de 6,756 tiestos, de los cuales utilizamos el 100% para realizar esta investigación.
La más abundante es la procedente del área de Oaxaca con 49.14% (3320
tiestos), posteriormente la de imitación oaxaqueña, elaborada con pasta
teotihuacana con 46.08% (3113 tiestos) con apenas 3.06% menos que la primera,
la cerámica proveniente del Occidente de México ocupa el 2.29% (155
fragmentos) ocupa el tercer lugar en cuanto a porcentajes, sin embargo existe una
gran diferencia con el lugar anterior, la cerámica originaria del Golfo de México
ocupa un 1.32% (89 tiestos), en penúltimo lugar está la Posible Cerámica Local
con 0.96% (65 tiestos), y con el menor porcentaje la cerámica de área Maya con
apenas un 0.21% (14 tiestos) mostrando una diferencia de 48.93% con los tiestos
originarios del área de Oaxaca.

En cuanto a los conjuntos arquitectónicos, la mayor cantidad de tiestos


foráneos e imitación oaxaqueña se encuentra en TL67 (N2W6) con 2,746
fragmentos, seguido por TL1 (N1W6) con 1,479 tiestos, después TL7 (N1W6), con
1,130 fragmentos, TL11 (N1W6) con 776 tiestos, TL9 (N1W6) con 462 fragmentos
y con la menor cantidad de cerámica foránea el conjunto arquitectónico TL6
(N1W6) con 163 fragmentos.

Por lo tanto en el conjunto TL67 la cerámica más abundante es la de


imitación oaxaqueña, después la cerámica oaxaqueña, la proveniente del
Occidente de México, posteriormente los tiestos de la Posible Cerámica Local,
Golfo de México y finalmente la cerámica del área Maya.

En el conjunto TL1 el orden de abundancia es el siguiente: cerámica


oaxaqueña, posteriormente, los tiestos de imitación oaxaqueña, después la

96
cerámica del Golfo de México, los tiestos del occidente de México, la posible
cerámica local y por último los tiestos de área Maya.

Para el conjunto TL7 la cerámica con mayor cantidad es la proveniente del


área de Oaxaca, seguida por los tiestos de imitación oaxaqueña, posteriormente la
cerámica originaria del occidente de México, después la posible cerámica local, la
cerámica del Golfo de México y posteriormente la cerámica del área Maya.

En cuanto al conjunto TL11 la cerámica más cuantiosa es la de imitación


oaxaqueña, después los tiestos provenientes del área de Oaxaca, continuando
con la posible cerámica local, los tiestos del occidente de México, la cerámica del
Golfo de México y con el menor porcentaje los tiestos de área Maya.

La cerámica del conjunto TL9 con mayor porcentaje es la de imitación


oaxaqueña, le siguen los tiestos provenientes del área de Oaxaca, posteriormente
la cerámica del occidente de México, seguida de la posible cerámica local, y con la
misma cantidad de puntos porcentuales las cerámicas del Golfo de México y área
Maya.

Para el conjunto TL6 se registró que la cerámica de imitación oaxaqueña


fue la de mayor porcentaje, seguida de la originaria del área de Oaxaca,
posteriormente la cerámica del occidente de México, la posible cerámica local, los
tiestos del Golfo de México y por último los tiestos oriundos del área Maya.

De esta manera observamos que la cerámica de Imitación oaxaqueña se


encuentra en el primer lugar porcentual en cuatro conjuntos arquitectónicos:
TL67, TL11, TL9 y TL6; en los otros dos conjuntos TL1 y TL7 la cerámica más
abundante es la proveniente del área de Oaxaca, es entonces que para los
primeros cuatro conjuntos mencionados, el segundo lugar porcentual se ve
representado por la cerámica del área de Oaxaca, y en los conjuntos TL1 y TL7 el
segundo lugar lo ocupan los tiestos de imitación oaxaqueña; en los conjuntos
TL67, TL7, TL9 y TL6 la cerámica del occidente de México se encuentra en el
tercer lugar porcentual, de manera que en el conjunto TL1 este lugar lo ocupa la
97
cerámica del Golfo de México, y para el conjunto TL11 la posible cerámica local, la
cual a su vez ocupa el cuarto lugar porcentual en los conjuntos TL6, TL67, TL7 y
TL9, para los conjuntos TL1 y TL11 el cuarto lugar porcentual lo representa la
cerámica originaria del occidente de México, en cinco de los seis conjuntos
arquitectónicos el quinto lugar porcentual corresponde a los tiestos provenientes
del Golfo de México: TL11, TL6, TL67, TL7 y TL9; para el conjunto TL1 la
cerámica la posible cerámica local ocupa el quinto lugar en abundancia, la
cerámica del área Maya ocupa al igual que la del Golfo de México el quinto
peldaño en el conjunto TL9 ya que cuentan con la misma cantidad de puntos
porcentuales, en los conjuntos TL7, TL67, TL6, TL11 y TL1; los tiestos del área
Maya son los de menor abundancia.

98
Cerámica Foránea e Imitación Oaxaqueña en Tlailotlacan
Conjuntos Arquitectónicos: TL1, TL7, TL9, TL11, TL67, TL6

Suma de Área de Oaxaca Suma de Imitación Oaxaqueña Suma de Área Maya Suma de Golfo de México Suma de Occidente de México Posible Cerámica Local

1541

1156

1006

717

413 389 392


349
309

69 77
46 46 23 20 46
1 11 2 2 10 11 15 1 8 16 6 11 12 2 12 13 2 2 13 7
TL1 (N1W6) TL11 (N1W6) TL6 (N1W6) TL67 (N2W6) TL7 (N1W6) TL9 (N1W6)
Suma de Área de Oaxaca 1006 349 46 1156 717 46
Suma de Imitación Oaxaqueña 413 389 69 1541 309 392
Suma de Área Maya 1 2 1 6 2 2
Suma de Golfo de México 46 10 8 11 12 2
Suma de Occidente de México 11 11 23 20 77 13
Posible Cerámica Local 2 15 16 12 13 7

Gráfica de porcentajes totales de cerámica foránea e imitación oaxaqueña, de los conjuntos arquitectónicos TL1 (N1W6), TL11 (N1W6),
TL6 (N1W6), TL7 (N1W6), TL9 (N1W6) y TL67 (N2W6) correspondientes al vecindario de Tlailotlacan en Teotihuacán.

99
Capítulo IV
La cerámica foránea de Tlailotlacan, Teotihuacán
El material con mayor abundancia registrado para los conjuntos arquitectónicos de
Tlailotlacan es la cerámica, el análisis de los tiestos nos reflejan una secuencia
ocupacional larga ya que existe la presencia de grupos y formas típicos que van
desde la fase Tzacualli (1 dC – 150 d.C.) hasta el periodo colonial (1521 dC),
también sabemos que de toda la cerámica presente, la teotihuacana es la más
cuantiosa, impera sobre las foráneas e imitaciones. En este apartado se mostrarán
los grupos, tipos y formas de las vajillas que identificamos como foráneas, además
se anexará el estudio completo al que se sometió la cerámica de imitación,
elaborada con pasta teotihuacana pero forma oaxaqueña. Asimismo se incluirá a
manera de propuesta una forma cerámica teotihuacana no registrada.

IV.1 Cerámica oaxaqueña

Metodologìa usada para el análisis de la cerámica oaxaqueña:

Se manejó la clasificación utilizada en Monte Albán, descrita por Alfonso


Caso, Ignacion Bernal y Jorge R. Acosta y publicada en el libro “La Cerámica de
Monte Albán” en el año 1967.

Esta clasificación parte de la división de la cerámica por épocas:

División de la cerámica en épocas. (Digitalizado de Caso Bernal y


Acosta; 1967) 100
La base de la clasificación de la cerámica en Monte Albán se funda
necesariamente en tres criterios:

 El barro por su color, textura y baño


 La forma de la vasija
 Su decoracion (cuando la hubo).
(Caso, Bernal y Acosta 1967:17)

De acuerdo con el primer criterio se dividieron los barros en cuatro grandes


grupos:

 El grupo “G” que comprende los barros de color gris.


 El grupo “C” que comprende los barros de color crema.
 El grupo “K” para los barros de color café.
 El grupo “A” para los barros de color amarillo, anaranjado o ladrillo.

Caracteristicas generales de la cerámica:

Cerámica Gris: Es de uso corriente y principalmente se manipuló para fines


domésticos. Se puede dividir en dos grupos: la cerámica que presenta decoración
y la que no. La primera puede estar o no pulida, tanto en el interior como en el
exterior. El segundo grupo puede presentar decoración en el borde y en el fondo.

Esta hecha con un barro que contiene como desgrasante arena cuarzosa.
Solamente tres barros grises contienen diorita como desgrasante. (Ibídem, 23)

Cerámica Crema: contiene como desgrasante diorita (Ibídem, 44).

Cerámica Café: preponderantemente tienen arena cuarzosa como desgrasante,


pero son menos homogéneos que el gris y el amarillo (Ibídem, 49).

Cerámica Amarilla: la mayoria de los barros amarillos de Monte Albán contienen


arena cuarzosa de desgrasante, por su textura y acabado no es posible confundir
estos barros con los cafes, ni con los grises que tienen el mismo desgrasante.
(Ibídem, 53,55).
101
Hay dos clases fundamentales de barros en Monte Albán, uno tiene como
desgrasante arena cuarzosa y el otro diorita (Ibídem, 18).

Los desgrasantes usados que contienen arena cuarzosa, están en la gran mayoria
de los barros grises, en todos los barros amarillos originales de Monte Albán, y en
ocho barros cafés; y contienen diorita todos los barros crema, algunos barros
grises y seis barros cafés (Ibídem, 19).

Tipos de barros en Monte Albán de acuerdo con las épocas

ÉPOCA I

Barros Grises preponderantemente con arena cuarzosa:

G.1,2,3(variante primera),5,12,13,15,16,17,18,24,25,26,32,33.

Barro Gris-blanquecino con preponderancia de diorita y textura fina:

G.3 (variante segunda),7.

Barros Grises con diorita o arena cuarzosa y textura corriente G.30.

Barros Crema.

Barros con diorita corriente:

C.1,2,3,4,5,6,7,13,20.

Barros Cafés preponderantemente con arena cuarzosa:

K.2,3, 3-A,7,12.

Barros con diorita o arena cuarzosa y textura corriente:

K.1,3,7,8 y 19

Barros Cafés Intrusivos

K5,6,7,13 y 17.

102
Barros Amarillo-Rosa con arena cuarzosa:

A.1,2,4,5,6,10,13.

A.10 (intrusivo)

ÉPOCA II

Barro Gris con arena cuarzosa:

G.11,21.

Con diorita o arena cuarzosa:

G.35 aparece un tipo semejante aunque no idéntico

G.37 tipo intrusivo.

G.29 tipo intrusivo.

G.34 tipo intrusivo.

G.35 variante 1

Barros Crema con diorita corriente:

C.11 y 12.

C.8 intrusivo (fino)

Barros Cafés con arena cuarzosa:

K.4 y 20.

Barro amarillo:

A.9 de arena cuarzosa.

A.11 tipo intrusivo.

ÉPOCA II-III DE TRANSICIÓN


103
Barro Gris con arena cuarzosa:

G.4

Barro Amarillo:

A.3 (Thin orange), intrusivo, empieza en esta época.

ÉPOCA IIIA

Barros Grises con arena cuarzosa:

G.4.

G.23.

G.35 variante 2 (distinto de la variante de la Época II).

Diorita fina:

G.9 (intrusivo)

Barro Crema con diorita:

C.10 de textura fina

C.17 intrusivo

Barro Café con diorita:

K.11 (empieza)

Barro amarillo con arena cuarzosa:

A.8

A.3 (Thin orange), intrusivo, continua y termina.

ÉPOCA IIIB-IV

Barro Gris con diorita o arena cuarzosa:


104
G.35, mucho más abundante que en la época anterior.

Barro Café con arena cuarzosa:

K.10

K.14 (muy semejante en su tratamiento al G.35)

K.22

Diorita corriente:

K.11

Barro ammarilo: El tipo A.7 es de pasta distinta, comparado al anaranjado fino.


Quizá este tipo corresponde a una influencia mixteca.

A.14 de arena cuarzosa (Ibídem, 19,20).

Formas de la cerámica oaxaqueña:

ÉPOCA MONTE ALBÁN I

Botellón con cara de Cocijo, ollas, vasijas con animales, vasos silbadores,
botellones, cajetes, cajetes de silueta compuesta, cajetes cónicos, cajetes semi-
esféricos, cajetes cilíndricos, cajetes tripodes, tazas, platos, bules, tecomates,
soportes de vasijas, vasos, sahumadores, patojo, conchas, comales, grandes
vasos o macetas, apaxtles (Ibídem, 149-210).

ÉPOCA MONTE ALBÀN II

Urnas antropomorfas, zoomorfos, ollas, ollas de silueta compuesta, botellones,


ollas con asa vertedera, cajetes cónicos sencillos, cajetes con base anular
rudimentaria y muescas en el fondo, cajetes con línea hundida cerca del borde
interior, cajetes con lineas hundidas en el borde, cajetes con borde plano o en
bisel, cajete esférico de fondo plano, cajete de cuerpo esférico, cajete de cuerpo
cilíndrico, cajetes de silueta compuesta, cajetes tripodes,cajetes tetrapodos,

105
cajetes con vertedera, apaxtles, vasos, vaso cilíndrico, vasos con tapa, macetas,
tecomates, patojos, sahumadores, soportes de vasija, tubos, charolas,
pichanchas, cajas, braceros (Ibídem, 217-255).

ÉPOCA DE TRANSICIÓN II-IIIA

Ollas, ollas con asa vertedera, ollas tláloc, ollas importadas, cajetes cónicos,
cajetes cónicos tripodes de borde volteado, cajetes semiesféricos, cajetes de
casquete esférico, cajete cilíndrindrico, vasos y cajetes con vertedera abierta en el
borde, vasos cilíndricos con pies, vasos de paredes ligeramente cónicas, vasos
con forma de flor de loto, vasos con muesca en el borde, representaciones
antropomorfas, vaso silbador, floreros, tecomates, tapas, tubos, urnas, apaxtles
(Ibídem, 289-305).

ÉPOCA IIIA

Ollas teotihuacanoides, ollas bicónicas con vertederas, olla globular, ollas con
doble asa vertedera, ollas redondas con borde plano, florero, cajetes cónicos,
cajetes semiesféricos, cajetes con decoración tallada, cajetes con decoración
incisa, cajetes cónicos con pies, vasos teotihuacanoides, vasos tradicionales,
cerámica anaranjada delgada, tecomates, cajetes semiesfericos, tazas, cajete de
base redondeada, cajete cónico, representaciones zoomorfas, decoración
estucada y pintada, sahumadores, cajetes zoomorfo, tubos, botella, maceta,
tlecuil, apaxtle, patojo, tapas, charolas, candeleros, representaciones
antropomorfas (Ibídem, 317-362).

ÉPOCA DE TRANSICIÓN IIIA-IIIB

Cajetes cónicos de base plana y orilla ligeramente reforzada, cajetes con pies
sólidos, cajetes cónicos con pies huecos, cajetes cónicos de poca altura, vasos
con pies de araña, vasos altos de cuerpo ligeramente convexo y borde divergente,
olla-florero, olla con vertedera de tubo, ollas con cabeza de cocijo, grandes ollas

106
de cuello corto, sahumadores, cajetes con tacita al centro, miniaturas, figuras de
barro sin cocer, tubos, apaxtles, cajetes cónicos (Ibídem, 367-372).

ÉPOCA IIIB-IV

Cajetes cónicos, cajetes sencillos de fondo plano, cajetes con base incipiente,
cajetes con pies semi-esféricos, cajetes con pies sólidos, platos, cajetes altos,
cajetes semiesféricos, cajetes esféricos altos, cajetes esféricos bajos, cajetes
miniatura, vasos de garra de jaguar o murciélago, vasos de pie de araña, vasos
con vertedera, vasos de silueta compuesta, vasos de paredes cónicas, vasos
cilíndricos, pequeños vasos con tapa, vasos con asa y tapa, vaso miniatura, taza,
cajete con asa, apaxtle, ollas, floreros, florero de cuerpo cilíndrico, tecomates,
sahumadores, tapaderas, discos, representaciones zoomorfas, representaciones
antropomorfas, objetos de barro sin cocer, cajete cónico (Ibídem, 385-437).

ÉPOCA V

Cajetes con pies de serpientes o cónicos, cajetes de silueta compuesta, cajetes


esféricos o cilíndricos, cajete cónico, miniaturas, ollas, vasos, patojos,
sahumadores, platos, instrumentos musicales, representaciones antropomorfas,
representaciones zoomorfas (Ibídem, 448-461).

Para tener mayor precisión en la cronología se llevó a cabo una correlación


comparativa del material cerámico aquí descrito, tomando como referencia la
cronología del Valle de Teotihuacán.

107
Tabla de correlación de fases del centro de México, Tula y Oaxaca. (Tomado de Ortega
2014:337)

108
Formas cerámicas

Apaxtle o Apaztle

Son vasijas utilitarias, de uso doméstico y de grandes dimensiones, con cuerpo


cónico y fondo plano, el diámetro máximo de estas vasijas reportado en Monte
Albán es de 76.5 cm. Los apaxtles hallados en los conjuntos arquitectónicos de
Tlailotlacan se encuentran elaborados en barro Gris del Tipo G.1 y G.2 con
desgrasante de arena cuarzosa, son de paredes muy gruesas, generalmente
alisados o pulidos en el interior y con un acabado de superficie exterior raspado,
dándole una textura al tacto áspera, el diámetro de estas vasijas va de los 29 a los
50 cm. (Caso, Bernal y Acosta 1967: 46, Bernal 2012: 366, 367).

En la parte exterior a la altura del borde lleva un alisamiento paralelo a éste, que
va de 1.0 cm a 3.0 cm de grosor a partir de él, se le da un tratamiento de
superficie raspado, ya sea diagonal hacia la izquierda, diagonal hacia la derecha,
horizontal, vertical y en ocasiones se encuentran estas técnicas combinadas,
obteniendo una superficie rugosa.

No se encontró ninguna pieza completa, todas las muestras cerámicas


identificadas son fragmentos de borde, cuerpo o fondos, claramente distinguibles
del resto del corpus cerámico por su grosor.

A) Borde de apaxtle, se
muestra en rojo el detalle
del alisado diferencial, que
es paralelo al borde y que
únicamente se encuentra
en el acabado de superficie
exterior.
B) En azul se muestra el
acabado de superficie
exterior raspado,
característico de los
apaxtles.

109
Bordes de Apaxtle, procedentes de los conjuntos arquitectónicos de Tlailotlacan.

Borde con biselado


interior, reforzado. Se
muestra la cara interior
y exterior del tiesto,
donde se aprecia una
perforación de tipo
cónica.

110
Perfiles de borde de apaxtle, donde se pueden apreciar los distintos tipos.

Cajete cónico

Todos son de fondo plano y paredes cónicas, el borde, el grosor de las paredes y
la decoración varía según el tipo. Las proporciones de estas vasijas son variables
(Caso, Bernal y Acosta 1967: 176).

111
Barro G.21

Elaborado con barro que contienen arena cuarzosa, de color gris, con un
tratamiento de superficie alisado por el interior y raspado al exterior, su
característica principal es la decoración incisa en el fondo interior, formando
diseños curvos como de flores o líneas ondulantes que fueron hechos cuando el
barro aún estaba fresco, posiblemente con una estaca (Ibídem, 176, 293, 347).

Por los diseños podemos ubicarlos en la época II – IIIA

Fondos de cajete tipo G.21

Fragmentos de fondos del grupo


G.21, de la cerámica de Monte
Albán, en ellos se puede apreciar la
similitud con los hallados en
Tlailotlacan (Imagen tomada de
Caso et. al. 1967: 62). 112
Barro G.12

Puede presentarse sin pulir o con pulido interior, a veces está cubierto por un baño
gris oscuro, la pared interior de esta vasija casi siempre esta alisada y presenta
una decoración con líneas o puntos esgrafiados, el borde está reforzado y
decorado con dos líneas raspadas paralelas, que algunas veces parecen estar
gravadas antes de la cocción (Ibídem, 1967:25).

El tratamiento de superficie exterior es pulido, conserva algunas marcas de


raspado anteriores a su pulimento.

Son particulares de la época II pero sobrevive la etapa de transición y están


presentes en la época IIIA (Ibídem, 176, 293, 347, Bernal 2012: 280).

Bordes de barro G.12 de los conjuntos arquitectónicos de Tlailotlacan.


113
Perfiles de bordes G.12 registrados
en Tlailotlacan
Bordes y perfiles reportados por Caso,
Bernal y Acosta, los cuales cuentan con
las mismas características que los de
Tlailotlacan (Imagen tomada de Caso et.
al. 1967: 27).

Barro K.7

Los cajetes cónicos correspondientes a este tipo de barro presentan como


desgrasante diorita o arena cuarzosa, el color del barro es café, su característica
principal son dos líneas hundidas cerca del borde, incisas antes de la cocción. Su
acabado de superficie interior y exterior puede o no presentar pulido (Ibídem, 52).
Los recuperados en Tlailotlacan son pulidos y en algunas ocasiones alisados, en
sus paredes se pueden observar las líneas resultantes del tratamiento de
superficie.

114
Fragmentos de cajete cónico del tipo K.7, hallados
en los conjuntos arquitectónicos de Tlailotlacan. Bordes y perfiles de Cajete Cónico K.7 reportados
por Caso, Bernal y Acosta, los cuales cuentan con
las mismas características que los de Tlailotlacan
(Imagen tomada de Caso et. al. 1967: 54).

Bordes de Cajete Cónico K.7 procedentes de los conjuntos arquitectónicos de


Tlailotlacan.
115
Barro A.10

Cajete cónico elaborado con pasta que presenta arena cuarzosa, el barro es de
color amarillo ocre, mediano o delgado, este tipo desaparece en la época II,
presenta un tratamiento de superficie interior pulido, mientras que el exterior es
alisado o pulido, tiene líneas grabadas en el borde (Ibídem, 60).

Bordes de Cajete Cónico elaborado en barro A.10, recuperados en Tlailotlacan.

Cerámica del tipo A.10. Bordes


y perfiles (Imagen tomada de
Caso et. al. 1967: 59).

116
Cajete zoomorfo

Cajete cilíndrico de paredes muy bajas, de borde cónico, está decorado con
pequeñas placas salientes con líneas hundidas que los transforman en
representaciones de animales (aves, tortugas y felinos), las salientes son
modeladas y adheridas al pastillaje, las incisiones fueron hechas cuando el barro
aún estaba fresco.

Son de uso ceremonial y se consideran una imitación popular de las vasijas de


borde ondulante de época I. (Ibídem, 157, 208, 358. Bernal 2012: 187, 88).

Se encuentran en barro del tipo G.1

Este barro se distingue por su desgrasante de arena cuarzosa, carece de


pulimento.

Estas pequeñas vasijas encontradas en Tlailotlacan presentan las características


cronológicas de época II de Monte Albán.

Cajete zoomorfo G.1 Se encuentra alisado por el interior y sin ningún tratamiento de superficie exterior,
tiene cuatro salientes modeladas y adheridas al patillaje con tres líneas curvas hechas por medio de
incisiones cuando el barro aún estaba fresco (Foto: Aldo Díaz).

117
Barro C.6

Contiene como desgrasante diorita corriente, delgado o mediano, pulido y sin más
decoracion que un baño que va del café claro al café rojizo.

Cajete zoomorfo, alisado por ambos


lados, tiene cuatro salientes modeladas
y adheridas al patillaje con cuatro
líneas curvas incisas, transformando
el cajete en una representación de ave
o tortuga (Foto: Aldo Díaz).

Para cualquier tipo de barro, cuando la cabeza aparece es modelada, los


ojos se representan por pastillaje, el comienzo de estas vasijas es en la época I,
pero se consideran diagnósticas de la época II, la técnica reportada para su
elaboración incluye el pastillaje, el modelado y se les agregaban rasgos por medio
de incisiones. Son consideradas parte del arte popular. (Bernal; 2012: 87, 88).

Sahumador

Vasija exclusivamente ceremonial, de cazuela grande y con pequeñas


perforaciones circulares bien cortadas, existe una conexión entre la cazuela y el
mango que generalmente es cilíndrico y hueco (Caso, Bernal y Acosta 1967: 193).

Los ejemplares de sahumador recuperados en Tlailotlacan corresponden a tres


tipos de barro; el primero con desgrasante de diorita corriente, mientras que el
segundo presenta como desgrasante arena cuarzosa, el tercero puede contener
ambos tipos de desgrasante. Esta vasija puede estar pulida por uno de sus lados,
también se registra la técnica de alisamiento y raspado.

118
Barro C.7

La cazuela forma un casquete esférico perforado en todo el cuerpo, con fondo


redondeado, el mango hueco se encuentra conectado con la cazuela, el acabado
de superficie lo encontramos en dos variantes: pulido o alisado (Ibídem, 193).

El color y acabado de superficie de los sahumadores encontrados corresponde al


reportado para la cerámica de Monte Albán, donde se describe como barro crema,
delgado y mediano, pulido por ambos lados, presenta un baño doble, primero
naranja que cubre toda la superficie de la vasija y después un baño rojo a
brochazos, frecuentemente presentan manchas negruzcas, producto de la
cocción, este tipo se encuentra desde la época I y hasta la IIIA (Bernal; 2012: 60).

Sahumador elaborado en barro C.7 recuperado


en Tlailotlacan (Foto: Aldo Díaz).

119
Fotografía tomada en la sala
Zapoteca del Museo
Nacional de Antropología e
Historia, donde podemos
observar la similitud con los
hallados en Tlailotlacan.

Barro A.1

De color rosado a cafetos, sin pulir. Contiene como desgrasante arena cuarzosa.
Los sahumadores de este barro son de cazuela semiesférica con perforaciones,
de base redonda, con mango cilíndrico y hueco, conectado con la cazoleta.
Presenta un acabado de superficie ligeramente alisado por ambos lados, se
reporta para la época III-B –IV (Caso, Bernal y Acosta 1967: 193, 249,358).

Sahumador de barro A.1, recuperado en


Tlailotlacan (Foto: Aldo Díaz).
Sahumadores de barro A.1
reportados en Monte Albán
(Imagen tomada de Caso et.
al. 1967: 248).

120
Barro K.1

Sahumador de cazoleta rectangular sin perforaciones, con mango cilíndrico y


hueco que remata en una garra de jaguar o murciélago. El barro en el que fue
elaborado puede contener como desgrasante diorita o arena cuarzosa, su
acabado de superficie es burdo, sin pulir. Corresponden a la época IIIB – IV
(Ibídem, 20, 434, 435).

Sahumador en barro K.1 con remate de


garra de jaguar, hallado en Tlailotlacan
(Foto: Aldo Díaz).

Vaso de garra de jaguar o murciélago (Caso et. al.;


1967: 404) Fotografía tomada en la sala Zapoteca
del Museo Nacional de Antropología e Historia.
Escultura hueca de Jaguar, donde se
pueden observar la similitud de las patas
con el remate del sahumador presentado
arriba. Fotografía tomada en la sala
Zapoteca del Museo Nacional de
Antropología e Historia.
121
Pichancha

Característica de la época II

Vasija utilitaria con forma de olla globular con un cuello pequeño, fondo plano y
dos grandes asas, todo el cuerpo de esta vasija se encuentra perforado por
agujeros redondos hechos antes de la cocción.

En Tlailotlacan solo se han recuperado fragmentos de barro K.1 con diorita


y arena cuarzosa como desgrasante, sin pulir, para tener una mejor idea de su
forma completa incluiremos un dibujo complementario de una pichancha reportada
en Monte Albán (Ibídem, 253).

Pichancha (imagen
tomada de Caso et. al.
Fragmentos de Pichancha de los 1967: 253)
conjuntos arquitectónicos de
Tlailotlacan

Discos

Son planos y de un grueso mediano, no tienen ningún acabado de superficie.

Se encuentran asociados a entierros. Época II. De barro G.1 con


desgrasante de arena cuarzosa, no presentan pulimento alguno, son de color café
grisáceo, al parecer no alcanzaron el color gris por la mala cocción. Su diámetro
va de los 20 a los 24 cm. (Ibídem, 253, 362,436).

122
Fragmento de disco o charola
encontrado en Tlailotlacan,
elaborado en barro G.1.

Discos planos y delgados,


encontrados en época II de Monte
Albán (Imagen tomada de Caso et.
al. 1967: 252).

Ollas

Las que se encuentran en Tlailotlacan corresponden a ollas de cuello corto,


elaboradas en barro G.3 gris blanquecino con diorita como desgrasante, presenta
un acabado de superficie exterior pulido, mientras que por el interior solo se alisa;
esta forma es poco reportada para la época I y II, pero es característica de la
época de transición III A – IIIB. Se distinguen principalmente por tener el cuerpo
globular más que esférico, el fondo casi siempre es plano y su cuello corto de
bordes ligeramente divergentes y sencillos. (Ibídem, 369, 371).

123
Fragmento de olla de cuello corto,
manufacturada en barro G.3,
recuperada en Tlailotlacan.

Olla de cuello corto. Fotografía


tomada en la sala Zapoteca del
Museo Nacional de Antropología
e Historia.

Olla con asa vertedera

Para la época I de Monte Albán se reportan botellones con asa vertedera, los
cuales no difieren mucho en cuanto a forma de las denominadas ollas con asa
vertedera de la época II, para la fase III A aparecen las ollas con doble vertedera
y las ollas biónicas con una sola asa vertedera, en la transición hacia la época III B
se registran las ollas con vertedera de tubo, en la época IV se reportan ollas con
vertedera de tubo (Ibídem, 1967: 171, 174, 222, 318, 335, 336, 369, 426,422).

124
En Tlailotlacan identificamos fragmentos correspondientes a tres épocas de
Monte Albán: de la época I, los denominados botellones con asa vertedera, su
cuerpo es globular y su cuello ligeramente cilíndrico, el asa vertedera está
adherida y conectada con el cuerpo del botellón. De la época II, olla con asa
vertedera, se caracteriza por su cuerpo esférico y su fondo plano, el asa vertedera
se une al cuerpo de la vasija conectándola con el interior y también se encuentra
unida al cuello por una placa aplicada al pastillaje. Finalmente de la época III, se
identificaron tiestos de olla bicónica con una sola asa vertedera, a diferencia de las
demás su cuerpo es bicónico, de igual manera el asa se conecta por el cuerpo y
también está reforzada con una unión en el cuello de la olla.

Todos los tiestos analizados corresponden al tipo de barro G.3, con


desgrasante de arena cuarzosa, su acabado de superficie exterior es pulido,
mientras que el interior se encuentra alisado, el grosor de sus paredes es regular y
se caracteriza por tener sonido metálico, ningún tiesto presenta decoración
(Ibídem, 19, 24).

No se registró ninguna pieza completa, por lo que para fines ilustrativos se


incluirán imágenes de vasijas reportadas en Monte Albán.

Botellón con asa vertedera, de la época I Olla con asa vertedera, época II de
de Monte Albán (Caso et. al. 1967: 171) Monte Albán (Caso et. al. 1967:
Fotografía tomada en la sala Zapoteca del 222) Fotografía tomada en la sala
Museo Nacional de Antropología e Zapoteca del Museo Nacional de
Historia. Antropología e Historia.
125
Olla bicónica con una asa vertedera
(Imagen tomada de Caso et. al.
1967: 318).

Vaso Cilíndrico

Los fragmentos y piezas completas correspondientes a esta vasija están


manufacturados en barro G.3, con desgrasante de arena y cuarzos; son
diagnósticos de la época II de Monte Albán, forma parte de los objetos de uso
ceremonial, el barro es de un grueso mediano y se puede encontrar pulido por uno
o ambos lados (Ibídem, 239, 240).

Los vasos G.3 de Tlailotlacan se encuentran pulidos por fuera, y por dentro
tienen un alisado que casi se compara con su pulido exterior, algunos son
completamente cilíndricos, pero también existe la variante donde el diámetro del
fondo en ligeramente menor al de la boca.

Vasos G.3 hallados en Tlailotlacan (Foto: Aldo Díaz).


126
Vasos cilíndricos reportados en
Monte Albán, donde se aprecia la
similitud con los identificados en
Tlailotlacan, Teotihuacán (Imagen
tomada de Caso et. al.1967: 239).

Dentro de este apartado de vasos cilíndricos también se anexan los vasos


manufacturados en barro G.1; son de paredes cilíndricas y fondo plano, su altura
es variable pero frecuentemente es mayor a su diámetro, el acabado de superficie
interior es alisado, mientras que el exterior es raspado ya que muestra las huellas
de esta técnica, corresponde a la época II.

Vaso Cilíndrico en Vaso Cilíndrico reportado


barro G.1, recuperado en Monte Albán,
en Tlailotlacan, manufacturado en barro
Teotihuacán. G.1, correspondiente a la
época II (Imagen tomada
de Caso et. al. 1967:
238).

127
En los conjuntos arquitectónicos de Tlailotlacan también es frecuente hallar
vasos cilíndricos que fueron manufacturados en barro A.4 con desgrasante de
arena cuarzosa, estos vasos presentan un acabado de superficie alisado, tanto en
el interior como en el exterior, el grosor de sus paredes en mediano, sus paredes
son cilíndricas y su fondo es plano, el borde puede ser recto o ligeramente
divergente (Ibídem, 20, 59, 240).

Vaso de barro A.4 encontrado en


Tlailotlacan (Foto: Aldo Díaz).

Vasos Varios

Dentro de esta categoría se incluye una forma de vaso que conserva mucha
similitud con los analizados en Tlailotlacan, su silueta es cóncava – convexa y su
borde es ligeramente divergente, presenta un baño gris oscuro en el interior y
exterior, también se encuentra pulido en ambas superficies, el grosor de sus
paredes es delgado, está elaborado en barro G.7, con desgrasante de diorita,
corresponde a la época III A (Ibídem, 19, 43, 353, 355).

Vaso de barro G.7 reportado en


Monte Albán e incluido en la
categoría de vasos varios de la
época III A (Imagen tomada de
Caso et. al. 1967: 353).
128
Vaso en barro G.7 de la época III A de Monte Albán, hallado en Tlailotlacan (Foto: Aldo Díaz).

Cajete semiesférico

El encontrado en Tlailotlacan cuenta con las características necesarias para


formar parte de esta categoría reportada en Monte Albán. Se refiere a pequeños
cajetes que tienen en su superficie exterior un glifo, el cual se elabora a partir de
varias técnicas como incisión, pulido y alisado; sus paredes son gruesas y su
acabado de superficie interior es burdamente alisado, se manufacturo en barro del
tipo K.3, Su pasta es de color café rojiza, y en el exterior se recubre por un baño
café oscuro. Por el tipo de decoración es característico de la fase III A (Ibídem, 50,
319, 323).

Cajete con un glifo,


reportado en Monte
Albán (Imagen tomada
de Caso et. al. 1967:
320).
Fragmento de cajete semiesférico, con decoración 129
de numeral o glifo, hallado en Tlailotlacan,
Teotihuacán.
Grandes Vasos o Macetas

Grandes vasos de fondo redondeado, primero con paredes cóncavas y


posteriormente convexas, de borde sencillo, presentan una pequeña perforación
en el fondo, además de tener en su mayoría dos pequeñas salientes, a unos
centímetros del borde exterior, no parecen asas, aunque probablemente servían
para levantar la vasija con las dos manos(Ibídem, 208).

Se manufacturaron en barro K.1, grueso, arenoso y sin pulir, con diorita o


arena cuarzosa como desgrasante, se utilizó para fabricar utensilios domésticos
como los grandes vasos o macetas. Cronológicamente aparecen desde la época I,
tienen presencia en la época II y prácticamente desaparecen en la época III-A.
(Ibídem, 208).

Su acabado de superficie es burdo por ambos lados, se utilizó la técnica de


raspado.

Ejemplares de grandes vasos o macetas recuperados en Tlailotlacan, algunas piezas aun conservan sus pequeñas
salientes bajo el borde, como característica particular cuentan con una incisión en forma de cruz en el cuerpo de la
vasija (Fotografías de: Aldo Díaz).

130
En esta imagen se puede observar
la forma completa y el perfil de los
Grandes vasos o macetas
reportados en Monte Albán (Imagen
tomada de Caso et. al. 1967: 208).

Figurillas Antropomorfas

Durante las exploraciones en Tlailotlacan se recuperaron fragmentos de figurillas


antropomorfas, ninguna de ellas completa, fueron elaboradas con la técnica de
modelado y presentan algunos atributos o decoraciones al pastillaje.

Para su análisis y estudio utilizamos el libro “La Cerámica de Monte Albán”,


publicado por Alfonso Caso, Ignacio Bernal y Jorge Acosta en 1967; los autores
agregan un pequeño apartado donde se abordan las figurillas, también se utilizó el
libro “La Cerámica Preclásica de Monte Albán” de Ignacio Bernal publicado en
2012, donde se incluye el estudio de las representaciones humanas, de igual
manera se tomó en cuenta el libro “Figurillas y Silbatos de Cerámica de Monte
Albán”, publicado en 1994 por Marcus Winter y Cira Martínez López.

Como base para su identificación se utiliza la división de cinco subtipos,


todos son iguales en lo que respecta a las cejas, ojos nariz y boca, las distinciones
se han establecido con base en la forma de la cabeza, la presencia o ausencia de
la niña del ojo, el tocado y el collar (Bernal 2012: 126).

Las representaciones antropomorfas recuperadas en Tlailotlacan


corresponden a la época I y II de Monte Albán, para ellas no existe como tal una
diferenciación por época debido a que no se registro ningún cambio estilístico,

131
éstas se manufacturaron generalmente en barro gris sin acabado de superficie y
en ocasiones presentan un baño negro; en Monte Albán se registró la presencia
de figurillas elaboradas en barro crema y en barro café (Caso, Bernal y Acosta;
1967: 268).

Descripción general

Las figurillas oaxaqueñas en su totalidad están de pie, las piernas se representan


muy abiertas formando un arco entre ellas, los brazos son cortos, cónicos y
divergentes; en las representaciones femeninas los pechos son pequeños,
indicados por pequeñas bolitas de cerámica adheridos al patillaje, el ombligo está
bien marcado por un punto inciso. El sexo también se indica. Todas sin excepción
están desnudas. Los ojos están ligeramente inclinados en forma de rombo, la
pupila puede o no estar indicada con un punto. Las cejas se representan con
unas líneas incisas que siempre llegan hasta el entronque de la nariz que se
representa prominente y aguileña. La boca, las orejas, el pelo, el tocado, las
orejeras están hechos con patillaje y completados por medio de incisiones.
Generalmente elaboradas en barro gris presentando diferencias de color por la
cocción (Ibídem, 268-278).

Subtipo I

Cabeza en forma cónica, cejas arqueadas formadas por líneas hundidas que
llegan hasta el arranque de la nariz, ojos generalmente inclinados y romboidales,
con la órbita hundida y sin marcar la pupila, nariz prominente y aguileña, boca
formada por dos bandas al pastillaje que hacen los labios, tocado frecuentemente
formado por dos bandas alrededor de la cabeza, collar hecho por incisiones,
pueden estar de pie o sentadas, las cabezas nunca son huecas y tampoco lo es el
cuerpo de las figurillas (Bernal; 2012: 126, 127).

Las recuperadas en Tlailotlacan tienen representado el sexo mediante una


incisión, en la mayoría de los casos son femeninas. Debido a que solo se

132
recuperaron fragmentos muy pequeños decidimos anexar imágenes de piezas
halladas en Monte Albán.

Fragmentos de rostros y piezas completas de figurillas del Subtipo I (Imágenes A-


H tomadas de Bernal; 2012: 250. Imágenes H - I tomadas de Martínez López &
Winter; 1994: 20).

Subtipo II

Difiere del subtipo I ya que las caras son más alargadas, los ojos son inclinados y
romboidales pero si representan la pupila, las orejeras son redondas, el tocado es
más elaborado y a veces forma un trenzado o una banda en puntos, la cabeza es
sólida, el collar esta hecho por puntos y no por líneas (Bernal; 2012:127, 128).

Fragmentos de rostros y piezas completas de figurillas del Subtipo II (Imágenes A-C


tomadas de Bernal; 2012: 251. Imágenes D - E tomadas de Martínez López & Winter;
1994: 22).
133
Subtipo III

Cabezas anchas y gruesas, ceja en forma de arco hechas por medio de incision
que llegan hasta el arranque de la nariz, ojos inclinados romboidales, se marca la
pupila del ojo por medio de un punto, nariz prominente, boca marcada por dos
bandas colocadas al pastillaje, con orejeras redondas, no tienen tocado y a veces
se indica el pelo, cabezas sólidas (Bernal; 2012:128).

En esta imagen se pueden apreciar las características de las figurillas


antropomorfas de la época III (Imagen tomada de Bernal; 2012: 252).

Subtipo V

Cabeza de forma cónica con una especie de cuerno que sale del centro de la
frente, cejas arqueadas formadas por líneas hundidas que llegan hasta la base de
la nariz, ojos generalmente inclinados en forma romboidal, puede o no estar
marcada la pulila del ojo, nariz aguileña, boca formada por dos bandas al
pastillaje, orejas con hendiduras, puede tener orejera, además del cuerno tienen
unas como alas a los lados superiores de la cabeza en las que se hicieron dos o
tres incisiones (Ibídem,; 2012:130).

En esta imagen se pueden


apreciar las características
de las figurillas
antropomorfas de la época
V (Imágenes A -C tomadas
de Bernal; 2012: 254.
Imagen D tomada de
Martínez López & Winter;
1994: 25).

134
IV.2 Cerámica de imitación: pasta teotihuacana, forma oaxaqueña

Metodología para la identificación y descripción de formas de imitación

Para el estudio de esta cerámica, fue nesario recurrir a una complementación de


las metodologías cerámicas utilizadas tanto en Oaxaca como en Teotihuacán.
Asimismo se utilizaron diversos estudios sobre la cerámica oaxaqueña para un
mejor entendimiento y descripción de estos materiales.

La clasificación tipológica, identificación y descripción de la cerámica, se


llevó a cabo bajo la metodología propuesta por Alfonso Caso, Ignacio Bernal y
Jorge R. Acosta, el cual fue descrito brevemente en el apartado anterior, también
se utilizó el método propuesto por Rattray (2001). Complementariamente nos
apoyamos en el estudio de Michael W. Spence titulado “Tlailotlacan, a Zapotec
Enclave in Teotihuacan”, en la publicación de Rattray 1993 “The Oaxaca Barrio at
Teotihuacan”, la tesis de maestría de Ignacio Bernal “La cerámica preclásica de
Monte Albán”, además de su tesis de doctorado “La cerámica de Monte Albán
IIIA”, así como en el libro “El México Antiguo (Mixtecas y Zapotecas)” de Alfonso
Caso.

Se manejaron los mismos criterios usados para la cerámica teotihuacana y


oaxaqueña.

Respecto a la identificación de las formas éstas se han definido a partir de


la morfología de los tiestos, tomándose en cuenta: el diámetro de las vasijas, el
tipo de labio/borde, paredes y base/fondo, además de asas, soportes,
aplicaciones, etc.

Apaxtle o Apaztle

Imitación de G.1 y G.2

Son vasijas de uso doméstico, utilitarias, de grandes dimensiones con cuerpo


cónico y fondo plano, son de paredes muy gruesas 1.9cm a 2.5cm, generalmente

135
alisados o bruñidos en el interior, se pueden ver sobre la superficie las líneas
horizontales que son resultado del bruñido, el acabado de superficie exterior es
raspado, dándole una textura al tacto áspera, lo encontramos de tres maneras:
horizontal, vertical y diagonal al borde. En la parte exterior además del raspado,
presenta en la orilla del borde un alisamiento realizado con el pulgar que recorre
todo el contorno del borde, esta banda va de 1.5cm a 3.2cm de ancho; el
diámetro máximo de estas vasijas reportado en Monte Albán es de 76.5cm
(Caso, Bernal y Acosta 1967: 46; Bernal 2012: 366, 367), para las identificadas en
Tlailotlacan va de 29cm a 50cm de diámetro aproximadamente, la distancia entre
el borde y el fondo es de 32 cm aproximadamente.

Esta vasija por lo general presenta diferencias en el borde, puede ser


biselado hacia el exterior, biselado hacia el interior, redondeado y reforzado por el
exterior, redondeado con bisel interior o de borde plano engrosado por el exterior.

Los colores de superficie exterior e interior registrados son: café rojizo


oscuro 5YR 3/2, café rojizo 2.5YR 5/4, café claro 10YR 6/3, café pálido 2.5Y 7/3,
gris claro 2.5Y7/1 y gris muy oscuro 2.5Y 3/1 (Munsell, 2009).

Colores de pasta, café claro amarillento (10YR 6/4), amarillo rojizo (7.5YR
6/6), café pálido (2.5 Y 7/3), café claro (10YR 6/3) y café amarillento (10YR 5/4),
cuando presenta núcleo de reducción es de color gris oscuro (10YR 4/1) o
derivaciones de éste a grises más claros (Ibídem, 2009).

Reconstrucción hipotética de apaxtle (Dibujo Elsa Díaz). 136


Apaxtles, cara interior, cara exterior y perfil de borde. Dibujo: Elsa Díaz

137
Cajete cónico sencillo

Imitación de G.5. G.7, G.8, C.2, C.6, C.7, K.1, K.19.

La forma de la vasija es idéntica a la que se describe para Monte Albán; al igual


que los apaxtles es de uso utilitario. Presenta fondo plano y paredes cónicas, el
grosor de las paredes va de 0.5 mm a 1.4 cm aproximadamente, el tratamiento de
superficie que recibieron estas vasijas es bruñido en el interior, dejando pequeñas
líneas horizontales como resultado de esta acción, por el exterior presenta un
acabado raspado y una franja alisada con el dedo en el borde. La única diferencia
que posee de los apaxtles, es el grosor de las paredes, los diámetros van de 13
cm a 38 cm aproximadamente, la distancia máxima entre el borde y el fondo es de
27 cm (Caso et. al. 1967: 344-347).

Los tipos de bordes que registramos son variaciones del redondeado,


redondeado y reforzado por el interior o exterior, plano, redondeado y reforzado
por ambos lados, borde ligeramente biselado hacia el interior, borde redondeado
con una acanaladura en la parte superior hecha pre-cocción y borde ligeramente
evertido.

Color de superficie exterior e interior, gris muy oscuro 2.5Y 3/1, café
grisáceo muy oscuro 2.5Y 3/2, café 7.5YR 5/4, café fuerte 7.5YR 4/6, café rojizo
oscuro (5YR 5/2) y gris oscuro 10YR 4/1 (Munsell, 2009).

Color de pasta, café claro 10YR 6/3 al café amarillento 10YR 5/4. Cuando
presenta núcleo de reducción es de color gris oscuro 10YR 4/1 (Ibídem, 2009).

Cajete cónico sencillo, superficie


exterior e interior. Fotografía: Elsa
Díaz

138
Cajete cónico sencillo, perfil de borde, cara exterior e interior. Dibujo: Elsa Díaz

139
Cajete cónico

Imitación G.21

Su descripción morfológica es equiparable a la de los cajetes cónicos sencillos,


comparten el mismo rango de grosor en las paredes y diámetros, la forma cónica
de las mismas y el fondo plano, el color de la superficie exterior e interior, color de
pasta, tipos de borde y acabados de superficie. La diferencia entre estas vasijas y
el cajete cónico sencillo, radica en los motivos incisos que decoran el fondo.

Del mismo modo que en la cerámica oaxaqueña, solo presentan el fondo


interior decorado, con líneas toscamente grabadas, bien sea en forma de círculos
más o menos concéntricos, o con líneas ondulantes paralelas y rayas, todo
grabado por medio de una estaca o quizá un fragmento de carrizo, cuando el barro
estaba casi seco, pero antes de ser cocido (Caso et. al. 1967: 62, 176, 293, 347).

Cajete cónico imitación G.21, perfiles de borde, cara interior y cara exterior. Dibujo: Elsa
Díaz

140
Fondos decorados de cajete cónico G.21. Fotografía: Elsa Díaz

141
Cajete cónico

Imitación G.12

Su uso es de servicio, de paredes cónicas y fondo plano, el grosor de sus paredes


va de 0.3mm a 1cm, por el interior tiene dos acanaladuras características del
cajete cónico G.12 oaxaqueño hechas pre-cocción, la separación que existe entre
estas dos líneas no conserva un estándar definido, al igual que la profundidad con
la que fueron hechas pues varían notablemente, el tratamiento de superficie es
alisado por los dos lados a veces llega a pulido, los diámetros registrados en
Tlailotlacan van de 9cm a 34cm. Por lo general el tipo de borde que presentan es
redondeado.

Para Monte Albán se reporta este tipo de cajetes cónicos que además de
llevar las dos líneas incisas en el borde, presentan decoraciones con motivos
incisos en el fondo de la vasija, donde predominan los círculos concéntricos o
líneas ondulantes paralelas, en el caso de Tlailotlacan esta decoración se
presenta únicamente en los cajetes cónicos imitación G.21. (Ibídem,25, 26, 176,
293, 347; Bernal, 2012: 280).

Color de superficie exterior e interior, rojo amarillento 5YR 5/6, 5YR 5/8, café rojizo
5YR 5/4, café 7.5YR 5/4, gris oscuro 10YR 4/1 y café pálido 10YR 6/3 (Munsell,
2009).

Color de pasta va de café claro amarillento 10YR 6/4 a color gris oscuro
10YR 4/1, en muy raras ocasiones tienen núcleo de reducción, pero cuando está
presente por lo general es gris oscuro 2.5Y 4/1 o negro 5Y 2.5/1 (Ibídem, 2009).

Reconstrucción
hipotética de apaxtle
(Dibujo Elsa Díaz).

142
Cajete cónico G.12, perfil de borde, cara exterior e interior. Dibujo: Elsa Díaz

Ejemplos de cajete cónico G.12,


elaborados con pastas
teotihuacanas.

143
Cajete conico G.12.
Fotografía: Aldo Díaz

Cajete cónico

Imitación G.3

De fondo plano y paredes cónicas, el grosor de las paredes puede ir de mediano a


delgado, similar al de imitación G.12, el acabado de superficie exterior e interior
usualmente es pulido, con presencia de algunas imperfecciones ya sea pequeños
huecos o sobrantes de arcilla, los diámetros registrados van de 9cm a 23cm
aproximadamente, el tipo de borde puede ser redondeado o plano.

Su homóloga en Monte Albán tiene la característica de haber tenido una


buena cocción, por lo cual produce un sonido metálico, además de que tenían un
polvo rojo adherido a las paredes; las identificadas en Tlailotlacan no producen
ese sonido y algunas tienen adherido a sus paredes restos de cal, seguramente
tuvieron una función similar a las de Oaxaca (Caso et. al. 1967: 24,25).

Color de superficie exterior e interior difiere entre, gris oscuro 5YR 4/1, gris
muy oscuro 7.5YR 3/1, negro 10YR 2/1 y café amarillento oscuro 10YR 3/4
(Munsell, 2009).

144
El color de pasta que registramos va de café grisáceo 10YR 5/2 a café muy
oscuro 7.5YR 3/1, usualmente no tienen núcleo de reducción pero en caso de
presentarlo es negro 10YR 2/1 (Ibídem, 2009).

Imitación de cajete cónico G.3, fragmento recuperado en Tlailotlacan.

Cajete cónico imitación G.3, Perfil de borde, cara interior y exterior.

145
Cajete zoomorfo

Imitación G.1 y C.6

Son de uso ceremonial y se consideran una imitación popular de las vasijas de


borde ondulante de época I de Monte Albán (Caso et. al. 1967: 157, 208, 358.
Bernal 2012: 187, 88).

Cajete cilíndrico de paredes muy bajas, de borde cónico, está decorado con
cuatro pequeñas placas salientes con líneas hundidas que los transforman en
representaciones de animales (aves, tortugas y felinos), las salientes son
modeladas y adheridas al pastillaje, las incisiones fueron hechas cuando el barro
aún estaba fresco. El diámetro de esta vasija va de 8.2cm a 9.5cm en promedio,
algunas piezas no presentan ningún acabado de superficie careciendo de
pulimento tanto interior como exterior, la minoría de ellas se encuentra alisada por
ambos lados.

Estas pequeñas vasijas encontradas en Tlailotlacan presentan las


características cronológicas de época II de Monte Albán.

Color de superficie exterior e interior, gris 10YR 5/1, gris oscuro 10YR 4/1,
rojo amarillento 5YR 5/6, 5YR 5/8 y café 7.5YR 5/3, 7.5YR 5/4 (Munsell, 2009).

El color de pasta es igual al de la superficie.

Cajetes zoomorfos o cajetes cilíndricos de paredes muy bajas. Fotografía: Aldo Díaz

146
Discos

Imitación G.1

Se encuentran asociados a entierros, son planos y de un grueso mediano, no


tienen ningún acabado de superficie (Caso et. al. 1967: 253, 362,436), su forma va
de circular a elíptica y no presentan pulimento alguno, en ninguna de sus caras; su
diámetro va de los 20cm a los 24cm, el grosor va de 1cm a 2.3cm, el borde es
redondeado, pero en algunas ocasiones se presenta con un ligero biselado hacia
el exterior.

El color de superficie exterior e interior va de café grisáceo 10YR 5/2, gris


10YR 5/1, café 7.5YR 4/2; algunas de las piezas de Tlailotlacan presentan
manchas de color gris muy oscuro 10YR 3/1 por los cambios de temperatura
durante la cocción (Munsell, 2009).

El color de la pasta corresponde al mismo de las superficies.

147

Discos, tapas o charolas. Fotografía: Elsa Díaz


Grandes vasos o macetas

Imitación K.1

Grandes vasos de fondo redondeado, primero con paredes cóncavas y


posteriormente convexas, de borde sencillo, presentan una pequeña perforación
en el fondo, además de tener en su mayoría dos pequeñas salientes, a unos
centímetros del borde exterior, no parecen asas, aunque probablemente servían
para levantar la vasija con las dos manos. En Monte Albán aparecen desde la
época I, tienen presencia en la época II y prácticamente desaparecen en la época
III-A (Caso et. al. 1967: 208,358). Los recuperados en Tlailotlacan guardan la
misma morfología que los de Oaxaca, el acabado de superficie interior es un
alisado burdamente elaborado, mientras que el acabado de superficie exterior fue
raspado y posteriormente alisado. En algunas vasijas se presenta en la orilla del
borde un alisamiento realizado con el pulgar que recorre todo el contorno del
borde, el diámetro de borde registrado va de 10.6cm a 21cm, el grosor de las
paredes va de 7mm a 1.6cm, el diámetro de la perforación que llevan en el fondo
es de 6mm aproximadamente. El borde por lo general es redondeado.

Color de superficie exterior e interior, café claro 7.5YR 6/4, café 7.5YR 5/4,
café grisáceo oscuro 10YR 4/2 y café grisáceo muy oscuro 10YR 3/2 (Munsell
2009).

El color de la pasta es igual al de la superficie.

Fragmentos de grandes
vasos o macetas,
recuperados en
Tlailotlacan.

148
149
Grandes vasos o macetas. Dibujo: Elsa Díaz
Olla / Jarra

Imitación G.3, C.3, C.20, K.1, K.8, A.4

Son de cuerpo globular, fondo plano y cuello corto, el diámetro de borde es de


7cm a 9.6cm aproximadamente, el grosor de sus paredes es de 4mm, el acabado
de superficie interior es alisado mientas que el exterior es pulido, la distancia que
existe entre el borde y el fondo no la sabemos puesto que no tenemos ninguna
pieza que nos lo pueda indicar. El tipo de borde que presenta es redondeado,
ligeramente divergente.

Su descripción concuerda con la de Caso, Bernal y Acosta para las ollas, y


con asa vertedera, pero no tenemos registro de que las que identificamos en
Tlailotlacan lleven asa vertedera (Caso et. al. 1967: 219).

Color de superficie exterior e interior, café 7.5YR 4/2, café grisáceo 10YR
5/2 (Munsell 2009).

Color de pasta café 10YR 5/3 (Ibídem, 2009).

150

Bordes de olla o jarra. Fotografía: Elsa Díaz


Pichancha

Imitación K.1

Vasija utilitaria con forma de olla globular, con un cuello pequeño, fondo plano y
dos grandes asas, todo el cuerpo de esta vasija se encuentra perforada por
agujeros redondos de 6 mm de diámetro, hechos antes de la cocción.

En Tlailotlacan solo se han recuperado fragmentos de barro sin pulir, no


presentan ningún acabado de superficie, el grosor de pasta va de 2 mm a 5mm, se
diferencian claramente de los tiestos de sahumador (Caso et. al. 1967: 253).

Color de superficie interior y exterior, rojo 2.5YR 4/6, 2.5YR4/8 (Munsell


2009).

El color de pasta es semejante al de superficie.

Fragmentos de pichancha en barro teotihuacano.

Sahumador de cazuela hemisférica

Imitación C.7, A.1, A.6, K.1

Vasija exclusivamente ceremonial, la cazuela tiene un diámetro que varía de 7cm


a 10cm, existe una conexión entre la cazuela y el mango que generalmente es
cilíndrico.

La cazuela forma un casquete esférico perforado en todo el cuerpo, el


diámetro de la perforación va de 7 mm a 9mm, el fondo redondeado, el mango es
hueco y se encuentra conectado con la cazuela, el diámetro del mango es de
151
3.7cm aproximadamente, el acabado de superficie exterior e interior es alisado
(Caso et. al. 1967: 193, 249, 358).

Color de superficie exterior e interior, café rojizo 5YR 5/3, 5YR 5/4, café
claro 7.5YR 6/4 (Munsell 2009).

El color de pasta es igual al de superficie.

Sahumador de cazoleta hemisférica. Dibujo: Elsa Díaz

152
153
Sahumador de cazoleta hemisférica. Fotografía: Aldo Díaz.
Tubo

Imitación G.1, K.1

Es muy probable que tuvieran una función utilitaria: son alargados, con un
diámetro que varía entre 8cm y 12cm, el grosor de las paredes va de 1.1cm a
1.9cm, el acabado de superficie exterior e interior es alisado, aunque el del interior
es más burdo. Presenta un borde plano.

En Monte Albán se registran en tumbas, drenajes y edificios, los que


aparecieron en tumbas aparecen como objetos aislados, por lo que se descartan
como objetos utilitarios en este tipo de contextos, aunque carecen de evidencia
mencionan que pueden ser almaductos (Caso et. al. 1967:251, 304, 358).

Color de superficie exterior e interior, café 7.5YR 5/2, 7.5YR 4/2 (Munsell
2009).

El color de pasta es igual al de superficie.

Fragmentos de tubo.
Fotografía: Elsa Díaz

154
Tejos

Imitación G.1, G.2, G.3

Fueron elaborados reutilizando un fragmento del cuerpo de un cajete cónico, que


seguramente ya estaba en desuso. Presentan una forma circular o semicircular,
en la parte interior se encuentran pulidos mientras que en la exterior únicamente
están alisados. Sus bordes presentan desgaste ya que estos objetos se utilizaban
para bruñir o pulir las vasijas antes de su cocción. En el estudio de Caso, Bernal
y Acosta (1967), en la época II, mencionan el hallazgo de dos discos planos y
delgados que fueron hechos usando fondos de vasija recortados.

El diámetro varia abruptamente, no existe algún estándar en la elaboración


de tejos.

El color de superficie y tratamiento es idéntico al de los cajetes cónicos


sencillos.

Tejos. Fotografía: Elsa Díaz

155
Vasos cilíndricos

Imitación G.3

Presenta fondo plano y sin soportes, las paredes son cilíndricas y el borde es
divergente, con un diámetro aproximado de 7cm a 11cm. Su grueso va de
mediano a delgado, y presenta un baño gris oscuro muy delgado, la distancia
entre el borde y el fondo va de 8 a 14cm aproximadamente (Caso et. al. 1967:24,
Ignacio Bernal 2012:91).

Regularmente, los vasos de Tlailotlacan se encuentran pulidos por fuera, y


por dentro tienen un alisado que casi se compara con su pulido exterior, algunos
son completamente cilíndricos, pero también existe la variante donde el diámetro
del fondo en ligeramente menor al de la boca.

Color de superficie exterior e interior, gris oscuro 5YR 4/1, 7.5YR 4/1, café
7.5YR 4/1 y café grisáceo oscuro 10YR 4/2 (Munsell, 2009).

El color de pasta casi siempre es café grisáceo 10YR 5/2 (Ibídem, 2009).

Vasos cilíndricos imitación G.3. Fotografía: Aldo Díaz

156
Vasos burdos

Imitación G.1

De uso ritual, los vasos en este barro presentan una altura que llega a ser hasta
cuatro veces mayor que el diámetro, dan la impresión de ser tubos con fondo.
(Caso et. al. 1967: 240, 300, 351, 352).

Son alargados y de fondo plano, el diámetro de borde mide


aproximadamente 4.2cm, la distancia borde-fondo es en promedio de 12.6cm.

El borde es recto y plano, su acabado de superficie exterior es raspado,


burdo y áspero al tacto, al igual que el interior.

Color de superficie exterior e interior café 7.5YR 5/2, 7.5YR 5/3, 7.5YR 5/4
(Munsell, 2009).

El color de pasta es igual al de superficie.


Vasos burdos imitación G.1. Fotografía: Elsa Díaz

157
Figurillas antropomorfas

Para la identificación y descripción de las figurillas, nos basamos en los mismos


autores citados anteriormente en el apartado de cerámica oaxaqueña y seguimos
la metodología descrita por lo que, en este apartado, no la volveremos a
mencionar.

Es importante mencionar que las representaciones humanas recuperadas


en Tlailotlacan corresponden a la época I y II de Monte Albán, pues según Caso,
Bernal y Acosta, no hay como tal un cambio estilístico entre las figurillas de época
I y II (Caso et. al. 1967: 268).

Nosotros consideramos que forman parte de este tipo de figurillas


modeladas ya que las de la época III son completamente distintas y hechas en
molde, encajan íntegramente en la descripción de las de Monte Albán, en el
tratamiento de superficie y decoraciones, la única diferencia es la arcilla con las
que están elaboradas y el color que presentan.

Identificamos los siguientes colores para las imitaciones realizadas en


Tlailotlacan: amarillo rojizo 7.5YR 6/8, 7.5YR 6/6, café amarillento claro, 10YR 6/4,
café claro 7.5YR 6/3 y café 7.5YR 5/3 (Munsell, 2009).

Subtipo II

Las figurillas se esté subtipo que se identificaron son:

158
Figurilla correspondiente al tipo II (Dibujo y fotografia: Miguel A. Vargas).
Figurillas correspondientes al subtipo II (Dibujo y fotografia: Miguel A. Vargas).

Subtipo III

Las figurillas de esté subtipo que se identificaron son:

159
Figurillas correspondientes al subtipo III (Dibujo y fotografia: Miguel A. Vargas).

160
Subtipo V

Las figurillas se esté subtipo que se identificaron son:

Figurillas correspondientes al subtipo V (Dibujo y fotografia: Miguel A. Vargas).

161
Figurillas correspondientes al subtipo V (Dibujo y fotografia: Miguel A. Vargas).

162
Figurillas zoomorfas perro

Consideradas en Monte Alban de la época III-A, marcando un rasgo nuevo, debido


a que no habian sido representadas hasta esta época. Las recuperadas en
Tlailotlacan conservan sin ninguna modificacion las caracteristicas de sus
homólogas, están toscamente hechas en un barro sin pulir y parecen objetos de
arte popular. Los ojos pueden estra señalados por pastillaje o incisiones tubulares
(Caso et. al. 1967: 360, 361; Bernal 2012: 291,292, 367).

En general se caracterizan por tener las patas muy abiertas, la cabeza


levantada y las orejas paradas, en planta la cabeza es triangular, el hocico
generalmete no está indicado y cuando lo está es abierto con línea incisa
horizontal, la mayoría no tiene nariz, pero en caso de tenerla está indicada con
una línea incisa vertical, las orejas son altas y forman una “V”, entre ellas los
torsos pueden ser rectangulales, planos y cuadrados, las extremidades son
abiertas y circulares formado una “U”. (Martinez Lopez, Winter 1994: 115-134).

El color de la pasta tiene sus variaciones similares a las de las figurillas


antropomorfas: amarillo rojizo 7.5YR 6/8, 7.5YR 6/6, café amarillento claro, 10YR
6/4, café claro 7.5YR 6/3 y café 7.5YR 5/3 (Munsell, 2009).

Figurillas zoomorfas, perro. Dibujo: Miguel A. Vargas


163
Figurillas zoomorfas, perros. Fotografía: Aldo Díaz, Miguel A. Vargas

164
Figurillas zoomorfas ranas

De igual manera están representadas muy toscamente, elaboradas por modelado,


con decoración incisa y punzonada, algunas exhiben variaciones en el color. La
cabeza generalmente es de forma triangular en planta a excepción de las
redondas, un pinto central forma la boca y dos laterales los ojos, la boca se señala
con una incision horizontal profunda, los ojos son abultados con una línea incisa,
puden presentarse modelados o al pastillaje. Su torso es plano y ligeramente
convexo, pueden estar o no decorados, las extremidades son cónicas y pueden
presentarse extendidas o flexionadas. (Martinez Lopez, Winter 1994: 110-114).

El color de la pasta tiene sus variaciones similares a las de las figurillas


antropomorfas y figurillas zoomorfas de perros: amarillo rojizo 7.5YR 6/8, 7.5YR
6/6, café amarillento claro, 10YR 6/4, café claro 7.5YR 6/3 y café 7.5YR 5/3
(Munsell, 2009).

Figurillas zoomorfas, ranas. Dibujo: Miguel A. Vargas

165
Figurillas zoomorfas, ranas. Fotografía: Aldo Díaz, Miguel A. Vargas
166
IV.3 Cerámica del Golfo de México

Para el estudio y análisis de los tiestos recuperados en Tlailotlacan procedentes


del Golfo de México, fuimos auxiliados por la doctora Annick Daneels, quien forma
parte del Instituto de Investigaciones Antropológicas y es especialista en esta área
de Mesoamérica, por lo que identificamos tiestos procedentes de la zona central
de Veracruz y de la zona sur.

En adelante presentaremos los fragmento de tiestos identificados, así como


su descripción física, que incumbe su acabado de superficie y decoración en caso
de presentarla.

Fragmento de Mapa de México


donde se especifican las esferas
cerámicas del periodo Clásico en
Veracruz (Ilustración tomada de
Daneels; 2016: 492).

167
 Cerámica de la zona centro de Veracruz:

Durante el clásico mesoamericano, esta área abarca desde la cuenca de Cazones


hasta el rio Papaloapan, se distinguen dos tradiciones cerámicas por lo que existe
otra subdivisión del área en: centro norte (incluye de la cuenca del Cazones a la
del Actopan, abarca la sierra del Chiconquiaco hasta el flanco este de la Sierra
Madre Oriental), y centro sur (comprende desde la cuenca del rio Antigua hasta el
Papaloapan, alcanzando el flanco este de la Sierra Madre Oriental) (Ibídem, 396).

Los tiestos identificados y analizados pertenecen al Centro Norte de


Veracruz, es probable que se manufacturaran en Tajín (información personal
Dannels, Marzo de 2017).

Tipo San Andrés (Pasta Fina o Marfil)

Cronológicamente tiene presencia desde la fase Tecolutla tardío, Protoclásico


(100 o 150 a 300 d. C.), tiene un incremento en su producción en la siguiente fase,
Cacahuatal, Clásico Temprano (300 a 600 d. C.); y continúa siendo común durante
la fase Isla Clásico Tardío (600 a 800d. C.) es considerada como la cerámica más
típica del Centro de Veracruz (Dannels; 2006: 397, 423).

La pasta es fina, de color naranja, su cocción puede ser completa o


incompleta por lo que se obtienen colores como beige o gris claro, es muy
compacta y no se observa en el análisis macroscópico el desgrasante, el grosor
de sus paredes oscila entre 2 o 3mm. Se trata de una cerámica de lujo y prestigio
por sus excelentes acabados de superficie, los acabados pueden ser monocromos
(engobe blanco) o también pueden estar recubiertos por otro engobe naranja o
naranja rojizo intenso, también se tiene registrado un acabado bicromo sobre el
engobe blanco (naranja en el interior y en el borde exterior, naranja en el exterior,
naranja sobre toda la vasija o naranja en el exterior en franjas o motivos
geométricos). Las formas registradas corresponde a cajetes de paredes rectas o
ligeramente convexas, cajetes de paredes cóncavas divergentes, vasos
cilíndricos, alguno con soportes cilíndricos sólidos (Ibídem, 425, 427).
168
Dibujos de perfiles del Tipo cerámico del Centro Norte de Veracruz, San Andrés
(Pasta Fina o Marfil) (Ilustraciones tomadas de Daneels; 2016: 426, 428, 431).

Tiestos del tipo San Andrés (Pasta Fina o Marfil), recuperados en Tlailotlacan,
Teotihuacán.
169
 Cerámica del Sur de Veracruz

La cerámica del clásico en esta área proviene esencialmente de la zona de la


Sierra de los Tuxtlas, siendo Matacapan y Tres Zapotes los principales sitios, la
característica fundamental que distingue a los complejos del sur de Veracruz es el
uso de pastas caolinitas para la elaboración de vasijas (Ibídem, 478, 479).

Es muy probable que el lugar en donde fueron manufacturados los


fragmentos de vasijas recuperados en Tlailotlacan sea Matacapan (Información
personal Dannels, marzo de 2017).

Tuxtlas Bayo Fino

Tiene su auge en el periodo cronológico denominado Matacapan C (300 a 450


d.C.), es el tipo más diagnóstico de este periodo, posteriormente en la fase
Matacapan D y E (450 a 650 d.C.) baja un poco su porcentaje y en la fase
Matacapan F (650 a 9000 d.C) todavía existe en pequeñas cantidades. En cuanto
a su descripción este tipo es de pasta fina caolinítica, compacta y laminada con un
color beige, su acabado de superficie es bueno, casi siempre brillante como
resultado del pulido o la cocción, en ocasiones presentan decoraciones hechas
por incisiones. Las formas reportadas son vasijas cilíndricas y cajetes de paredes
convexo divergentes. Con este tipo de pasta reportan la elaboración de vasos
trípodes con soportes rectangulares, los cuales son imitaciones de los
manufacturados en Teotihuacán (Daneels; 2006: 482, 485).

Ilustraciones de tiestos
correspondientes al tipo Bayo Fino,
reportadas en el Sur de Veracruz
(imagen tomada de Daneels; 2006:
483). 170
En la parte de arriba de esta imagen se presentan algunos tiestos recuperados en
Tlailotlacan que corresponden al tipo Bayo Fino reportado en el Sur de Veracruz,
mientras que en la parte de abajo se presentan otros tiestos denominados Tuxtlas
incisos, procedentes de la misma área. 171
Rojo Sobre Bayo Fino

Se registra para la fase Matacapan D y E (450 a 650 d.C). Se tienen datos sobre
su presencia en el barrio de los comerciantes de Teotihuacán, las formas más
comunes son los cajetes de paredes convexo divergentes, las vasijas cilíndricas,
los cajetes de paredes cóncavo divergentes que en ocasiones presentan soportes
cilíndricos huecos (Ibídem, 483).

Dibujos de bordes, del tipo Rojo


sobre bayo fino, característico del
Sur de Veracruz (Imagen tomada
de Daneels; 2016: 484).

Fragmentos del tipo rojo


sobre bayo fino,
identificados en los
conjuntos arquitectónicos
de Tlailotlacan,
Teotihuacán.

172
Naranja Fino

Este tipo está presente desde el clásico medio (450 a 650 d.C) en Matacapan; en
el clásico tardío (650 a 900 d. C.) se convierte en un tipo común, su pasta es
caolinítica, sin presencia de desgrasante, su color de pasta es naranja, tiene
paredes que van de medias a gruesas (5 a 7mm) (Ibídem, 485).

Bordes de tiestos del tipo Naranja


Fino hallados en Tlailotlacan,
Teotihuacán.

IV.4 Cerámica del área Maya

Petenero Policromo

Por su acabado de superficie tan particular es probable que el lugar en donde


fueron manufacturados forme parte del área Maya (Petén Guatemala), el tipo fue
asignado gracias a la asesoría de la doctora Annick Daneels, por lo que ahora
sabemos que los pequeños fragmentos identificados formaron parte de vasos
importados de este tipo.

Los fragmentos recuperados son de pasta color beige o naranja, su grosor va de


delgado a medio, en cuanto al acabado de superficie todos presentan el mismo
patrón, la vasija fue cubierta por un baño o engobe de color naranja,
173
posteriormente se le decoró con motivos en color negro, rojo o vino; los que
identificamos en Tlailotlacan son geométricos, en ocasiones los tiestos presentan
restos de pigmento blanco que también cubrió la superficie, también resalta el
pulido que presentan, por ser de buena calidad.

Bordes de Vaso perteneciente al tipo Petenero Policromo, recuperados en


Tlailotlacan.

IV.5 Cerámica del occidente de México

A través del estudio y análisis de materiales se identificaron figurillas


antropomorfas procedentes de Guanajuato, pertenecientes a la tradición
Chupicuaro, también se identificaron dos tipos de cerámicas que fueron
manufacturadas en Michoacán, por lo que se presentaran dos apartados
describiendo las características de las figurillas y tiestos hallados en los conjuntos
arquitectónicos de Tlailotlacan.

 Figurillas Antropomorfas de estilo Chupicuaro, Guanajuato

Se manufacturaron durante el periodo que va de 600 a. C a 200 d. C. Como


descripción general, son modeladas en barro y se caracterizan por sus rasgos
estilizados, realizados mediante las técnicas del pastillaje e incisión. Entre sus
rasgos físicos se distinguen los grandes ojos alargados y algunos ornamentos que
consisten en orejeras, collares y brazaletes (INAH-Mediateca 2017).
174
Tipo Choker,

Se caracterizan por su modelado en pasta fina, frecuentemente de color marfil,


que portan indumentaria consistente en un collar de varias hileras y peinados en
forma geométrica. Estas figurillas representan la fecundidad: tanto de las mujeres
como de la tierra (Ortega; 2011: 47; Ortega; 2014: 170, 171).

Fragmento de figurilla Tipo Choker,


identificada en Tlailotlacan
(Fotografía: Aldo Díaz).

Tipo Slant eyes

Están manufacturadas con la técnica de moldeado sobre placas planas o


convexas, su característica principal consiste en que están decoradas al pastillaje
tanto en rostro como en cuerpos. Estas figurillas también se han reportado en la
Cuenca de México, donde se les llama H4, según George Vaillant, así como en la
región Puebla, Tlaxcala y en Morelos, donde son consideradas un indicador de la
influencia Chupícuaro (Ibídem, 48; Ibídem, 170, 171).

175
Figurillas tipo Slant eyes, recuperadas en Tlailotlacan, Teotihuacán
(Fotografía: Aldo Díaz).

 Cerámica procedente de Michoacán

Tipo Queréndaro

Su lugar de origen se ubica en el noreste de Michoacán, su tipo de pasta contiene


arenas basálticas, arenas feldespáticas, cenizas volcánicas, hematita, augita y
magnetita, este tipo de material es característico de un paisaje geológico de
basaltos y tovas volcánicas (Molina Montes & Torres Montes; 1974: 32).

Todas las vasijas presentan un engobe fino, hecho con la misma arcilla que
se utilizó para su manufactura, tanto el interior como el exterior presentan un
excelente pulido, la principal técnica decorativa en estas vasijas localizadas en
Tlailotlacan, es la aplicación de pintura de color: ocre rojo natural, que proviene de

176
arcillas hematíticas contaminadas con feldespatos, sobre la superficie de la vasija,
siempre post cocción (Ibídem, 31, 33).

Este tipo de cerámica corresponde cronológicamente al clásico (Ibídem,


31, 36).

Fragmentos de vasijas del tipo


Queréndaro, recuperados en las
diversas exploraciones de los
conjuntos arquitectónicos de
Tlailotlacan, se pueden observar
restos de pigmento sobre los tiestos
(Fotografía: Aldo Díaz).

Loma Alta

Estas vasijas pertenecen a la cultura cerámica Loma Alta, que se desarrolló en


una isla que formó parte de la exciénega de Zacapu en Michoacán, los tiestos
177
recuperados en Tlailotlacan son característicos del complejo que se desarrolló
entre el 100 a. C. al 550 d.C (Carot; 2015: 1, 2).

En Loma Alta, estas vasijas son destinadas exclusivamente a contextos


funerarios, se caracterizan por su amplio contenido iconográfico ya que se
ejecutaron de manera admirable creando en policromía (blanco, rojo o negro sobre
un fondo crema o rojo) y en negativo; arte abstracto y arte realista. Se han
reportado más de 40 motivos entre los que se encuentra un repertorio geométrico,
zoomorfo, antropomorfo y motivos mixtos. En cuanto a sus simbolismos y según
los motivos decorativos estas vasijas se encuentran relacionadas con el mundo
acuático, con la fertilidad y el cultivo y con el mundo de los muertos o inframundo
(Carot; 2004: 449; Carot; 2015:6, 8).

En Tlailotlacan se recuperó una vasija completa en la cual podemos observar la


policromía y motivos característicos del complejo Loma Alta.

Vasijas del complejo cerámico Loma Alta, recuperadas en el sitio Loma Alta,
Michoacán (Dibujos tomados de Carot; 2004: 470; Fotografías tomadas de Carot; 178
2015: 8).
Vasija perteneciente al complejo cerámico Loma Alta, recuperada dentro de un contexto funerario
excavado en Tlailotlacan, Teotihuacán.

179
IV.6 Cerámica local no registrada

Durante el análisis de materiales para la separación de cerámicas foráneas en


Tlailotlacan, hallamos esta singular vasija con características que difieren de los
parámetros locales teotihuacanos (en cuanto a su forma física), por lo que se
incluyó inicialmente como foránea. Posteriormente con los resultados de los
análisis petrográficos nos dimos cuenta que la pasta con la que fue hecha es la
misma de las vasijas locales, por lo que iniciamos una búsqueda bibliográfica
sobre esta forma cerámica, en la cual encontramos solo un reporte.
Posteriormente y gracias a que la doctora Ortega me permitió revisar material de
sus excavaciones en la Plaza de la Luna, encontramos material similar al de
Tlailotlacan por lo que se hace plausible la idea de que sea una forma realizada
localmente.

Ahora bien, después del preámbulo, daremos la descripción formal de estos


tiestos; pertenecen a jarras, algunas de silueta compuesta, su característica
principal es el grosor de sus paredes, el cual es extraordinariamente grueso.
Tenemos registrado un grosor que oscila entre 1.0 cm y 4.5 cm. Debido a la
existencia de una pieza completa conocemos un registro sobre su peso el cual es
de casi 2 kg.

Su pasta presenta las siguientes variaciones de color: 10YR 5/4 café


amarillento, 7.5YR 5/4 cafe, 10YR 6/3 café palido y 2.5YR 2.5/4 café rojizo oscuro
(Munsell; 2009). Su consistencia es similar a las pastas del grupo bruñido
teotihuacano de la fase Tlamimilolpa. En cuanto a su acabado de superficie
interior, éste presenta alisado, la mayoría de las veces es burdo. El acabado de
superficie exterior se encuentra decorado con motivos geométricos en color rojo
sobre natural. En los tiestos estudiados la decoración se encuentra en el borde,
cuello y hombro de la vasija.

En cuanto al único antecedente que hayamos sobre esta cerámica en


Teotihuacán, lo encontramos en el libro titulado “Arqueología de Teotihuacán: la

180
cerámica”, publicado por Laurette Séjourné donde nombra a estas vasijas crisoles
y menciona que sus paredes poseen un espesor anormal, deja la posibilidad
abierta a su uso y recalca que, hasta el momento de su estudio se ignora
(Séjourné; 1966: 44).

En este capítulo presentamos la vasija y proponemos que forma parte del


corpus cerámico de Teotihuacán, evidentemente requiere un estudio con mayor
profundidad, el cual llevaremos a cabo posteriormente.

Ilustración de las vasijas denominadas como crisoles, los cuales


poseen fuertes similitudes con la cerámica reportada en Tlailotlacan
(Imagen tomada de Séjourné; 1966:43).

181
Fragmentos de vasija de paredes muy gruesas, identificadas en Tlailotlacan.
Fragmentos de vasijas
de paredes muy gruesas,
identificadas en
Tlailotlacan.

Jarra de paredes muy gruesas,


hallada en un contexto funerario de
Tlailotlacan.

182
Capítulo V

Técnicas de caracterización elemental en la


cerámica de Tlailotlacan
Con el propósito de identificar procedencia, caracterizar elemental y
mineralógicamente los tiestos importados de los valles centrales de Oaxaca y los
elaborados con pastas teotihuacanas de forma oaxaqueña, se efectúo una
selección de 18 muestras provenientes de tres conjuntos arquitectónicos de
Tlailotlacan: TL1, TL11 y TL67.

A dichas muestras se les aplicaron análisis de:

 Difracción de rayos X (DRX)


 Emisión de rayos X inducida por partículas (PIXE, por sus siglas en inglés
particle – induced X – ray emission).

Dichos análisis se realizaron en las instalaciones del Instituto de Física de


la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el Laboratorio Nacional
de Ciencias para la Investigación y la Conservación del Patrimonio Cultural
(LANCIC), coordinado por el Dr. José Luis Ruvalcaba Sil.
Relación de Material Tlailotlacan: Muestras
Nº Conjunto Arquitectónico Sector Millon Forma Capa Observaciones
1 TL-11 (N12 E32) N1W6 Figurilla Zoomorfa - Rana I
2 TL-11 (N12 E31) N1W6 Figurilla Zoomorfa - Felino I
3 TL-11 (N13 E16) N1W6 Vasija Efigie - Vaso I
4 TL-11 (N17 E16) N1W6 Vasija Efigie I Bolsa 435
5 TL-1 (S12 E8) N1W6 Cajete Hemisférico I-a Entierro 1
6 TL-11 (N13 E33) N1W6 Vasija Efigie - Piernas II Entierro 25
7 TL-11 (N14 E29) N1W6 Figurilla Zoomorfa - Rana II
8 TL-11 (N28 E17) N1W6 Vasija Efigie II
9 TL-11 (N19 E26) N1W6 Sahumador - Cazuela Hemisférica II Restos de Pigmento Rojo
10 TL-67 (N16 E2) N2W6 Cajete Cónico II
11 TL-11 (N19 E28) N1W6 Figurilla Antropomorfa III Bolsa 1206
12 TL-1 N1W6 Cajete Curvo - Divergente III
13 TL-11 (N9 E29) N1W6 Sahumador - Remate de Garra IV Remate de Jaguar o Murciélago
14 TL-67 (N15 E5) N2W6 Cajete Cónico - G.12 V Entierro 7
15 TL-67 N2W6 Cajete Hemisférico V Decoración Rojo/Café
16 TL-67 (N16 E2) N2W6 Sahumador V
17 TL-11 (N13 E33) N1W6 Vasija Efigie - Tocado de Pantalla II
18 TL-1 N1W6 Grandes Vasos o Macetas NO Bolsa 452

Relación de muestras seleccionadas para los análisis (DRX) y (PIXE). 183


V.1 Metodologías de los análisis

Cabe mencionar que las metodologías que vamos a seguir en este estudio son
propuestas por el Dr. José Luis Ruvalcaba Sil, llevadas a cabo en el LANCIC del
Instituto de Física de la UNAM, plasmadas en la investigación de la química
Griselda Pérez Ireta, presentada en el año 2016, sobre un estudio de las
cerámicas arqueológicas del sitio Cerro de los Remedios, Guanajuato, orientado a
la metodología del uso de espectroscopias de rayos X (difracción de rayos X,
fluorescencia de rayos X y emisión de rayos X inducida por partículas) hacia el
patrimonio histórico y cultural (Pérez,2016: 69).

Difracción de rayos X

Es un método espectroscópico que utiliza rayos X como fuente de radiación y


proporciona información de la estructura de los átomos dentro de una red
cristalina. La ley de Bragg es la condición que debe cumplirse para que la
interferencia constructiva de los rayos forme un patrón de difracción característico
de cada material con estructura atómica periódica.

Condición de Bragg (tomado de


http://servicios.fis.puc.cl/rayosx/teoria.html).

En la ilustración de arriba podemos observar la incidencia de un haz de


fotones de rayos X sobre un sólido cristalino, de esta manera un fotón colisiona
contra uno de los elementos puntuales del cristal (átomo), y un haz de rayos X es
difractado por el átomo. Es así como se genera un patrón de difracción de rayos X
184
que sirve para conocer la distancia interplanar diagnóstica de cada familia de
planos cristalinos de un material (ídem, 2016: 12-16).

Al analizar el patrón de difracción se pueden determinar los materiales


cristalinos, por ejemplo, los minerales que conforman la muestra de análisis.

En lo que se refiere a la aplicación de esta técnica hacia los materiales de


patrimonio cultural como es la cerámica, se utiliza para determinar la composición
estructural. Con sus resultados se puede conocer la procedencia, intercambio,
estado de conservación o restauración y tipo de tecnología utilizada en las
muestras sometidas a este análisis (ídem, 2016: 70).

Emisión de rayos X inducida por partículas (particle – induced X-ray emission,


PIXE)

Es un método espectroscópico atómico que utiliza rayos X como fuente de


radiación, provee información de la estructura interna del átomo, como la energía
que existe entre sus niveles electrónicos, la cual diagnostica cada uno de sus
elementos (ídem, 2016: 16).

Las partículas cargadas (protones) son proyectadas hacia algún material en


el cual penetran el interior de los átomos y excitan a los electrones de las capas
más internas del átomo dejándolo en un estado excitado. De manera que los
electrones de las capas exteriores descienden en energía hacia las capas internas
emitiendo otra energía en forma de fotones de rayos X. El fotón presenta una
energía igual a la diferencia entre las capas. Esta diferencia de energía es
característica de los elementos de la tabla periódica (ídem, 2016: 18).

En lo que concierne a la aplicación de esta técnica hacia los materiales de


patrimonio cultural como es la cerámica, se utiliza para determinar la composición
elemental. Con los resultados se puede conocer la procedencia, intercambio,
estado de conservación o restauración y tipo de tecnología utilizada de las
muestras sometidas a este análisis (ídem, 2016: 69, 70).

185
Ilustración del proceso de emisión de rayos X inducida
por partículas (citado por Pérez, 2016: 19 de
Ruvalcaba Sil, 2008).

V.2 Proceso de preparación de muestras

Posterior a la selección de los tiestos, se procede a retirar las superficies tanto


interior como exterior (según sea el caso) de las muestras, para así estudiar sólo
la composición de las pastas y evitar que existan sesgos con los pigmentos y
engobes. Ya con el fragmento listo se corta un trozo menor a 1cm2 para ser molido
con un mortero de ágata, esto con la finalidad de homogenizar los tamaños de las
partículas. El polvo resultante de cada muestra se separa en dos partes, una para
ser colocada en un porta muestras y ser sometida a difracción de rayos X. La otra
se coloca en un pastillero, al cual se le ejerce una presión de 1 tonelada, a
continuación se desmontan del pastillero y se ponen en una placa de aluminio que
mide aproximadamente 5cm de ancho por 20cm de largo. A éste se le coloca en el
porta muestras del acelerador de partículas peletrón para llevar a cabo la emisión
de rayos X inducidas por partículas (ídem, 2016: 72).

186
El orden del proceso de molienda de los tiestos se ve referido en las imágenes
por el número que se encuentra en la parte superior izquierda.

Preparación de la muestra para ser sometida a la Pastillas listas para ser colocadas en la placa de
difracción de rayos X (DRX). Los números en color aluminio que será sometida a la emisión de
negro indican el orden del proceso. Los números en rayos X inducida por partículas (PIXE).
color rojo indican el material necesario: 1 (porta
muestras), 2(espátula) y 3 (cerámica en polvo).

187
V.3 Proceso de análisis y condiciones de los equipos

Difracción de rayos X (DRX)

Con esta técnica se espera la obtención de resultados sobre la caracterización


mineralógica de los principales componentes de la pasta cerámica. Cada una de
las muestras cerámicas se ponen en un porta muestras de aluminio (previa
limpieza) para colocarse en el equipo de análisis de difracción de rayos X in situ
(ADIS) obteniendo por cada muestra un difractograma para realizar un análisis
extenso que compruebe la presencia de las fases cristalinas, una vez que se
tienen las fases en el análisis preliminar, se comparan las reflexiones contra las
reportadas en la base de datos ampliada y más reciente Powder Diffraction File 4
(PDF4) del International Centre for Diffraction Data (ICDD) (ídem, 2016: 72).

Durante la realización del análisis de DRX fui orientada por la Química


Griselda Pérez Ireta, quien forma parte del equipo del LANCIC, dirigido por el
doctor José Luis Ruvalcaba Sil.

La instrumentación, condiciones y software utilizados para realizar el


análisis son los siguientes:

Instrumentación
Equipo Análisis de Difracción de Rayos-X In Situ (ADIS)
Difractómetro Inel Equinox 100
Fuente de Rayos X Tubo de Rayos X con Ánodo de Cu
Detector Inel CPS 180 (Región del contador proporcional) Radio de curvatura: 180 mm
Contenido de Gas 10% Xe, 13% CO2, 77% Ar
Geometría de Adquisición Asimétrica
Resolución FWHM* 0.2968° 2q

Condiciones
Voltaje y Corriente 36kV y 0.8mA
Tiempo de adquisición (3600 o 5400) s

Software
Adquisición del Difractograma Inel Acquisition
Identificación cristalina PDF4 (ICDD Data base)

Formato de registro de instrumentación, condiciones y sofware tomado de


Pérez, 2016: 73 y modificado por la autora. * Medido con estándar NITS de 188
Silicio 640c.
Imágenes del proceso de difracción de rayos X. La imagen Nº 1 corresponde al ADIS (análisis por
difracción in situ) que es el aparato donde se procesan las muestras. En la imagen Nº 2: a la derecha se
encuentra la química Griselda Pérez, especialista en procesamiento de muestras en el ADIS; a la
izquierda el Dr. José Luis Ruvalcaba Sil, responsable del laboratorio LANCIC del Instituto de Física de la
UNAM. En las imágenes con Nº 3 y 4 se observa el proceso de trabajo.
189
Resultado obtenido a través del análisis. Difractograma de tiesto 08 vasija
efigie en la cual se identificaron las fases albita y cuarzo.

Resultado obtenido a través del análisis. Difractograma de tiesto 02


figurilla zoomorfa- felino en la cual se pudo identificar la fase
cristalina anortita sódica (PDF Card: 04-015-4238) presente
mayoritariamente.

190
Emisión de rayos X inducida por partículas (particle-induced X-ray emission, PIXE)

A partir de este análisis se elabora la identificación elemental de la pasta


cerámica, encontrando elementos mayoritarios, minoritarios y traza; los últimos
dos son característicos de cada yacimiento y tipo de arcilla con la que se
elaboraban los objetos cerámicos. Una vez que se adquieran los resultados, serán
incluidos en los grupos de composición mineralógica resultantes de la DRX, para
resaltar las diferencias o similitudes de cada grupo. Es una técnica ampliamente
utilizada y orientada al estudio de objetos del patrimonio cultural debido a la
ventaja que posee su haz externo ya que no existen limitantes en cuanto al
tamaño y forma de las piezas a analizar. Otro punto a su favor es la alta
sensibilidad con la que cuenta; ya que tiene dos detectores, uno enfocado a
detectar elementos ligeros, y el otro muestra los elementos pesados (ídem, 2016:
74, 77).

El detector de elementos ligeros mide un intervalo de aproximadamente 1.6


keV hasta 9keV de forma optima, mientras que el detector de elementos pesados
tiene un intervalo óptimo de detección que va desde 6keV hasta 35keV (ídem,
2016: 91, 92).

Para el procesamiento es necesario colocar la lámina de aluminio a la que


se le adhirieron las pastillas elaboradas con el polvo de cada tiesto en el
portamuestras del acelerador de partículas peletrón, quedando expuestas al haz
externo, obteniendo espectros de emisión de rayos X (ídem, 2016: 77).

Durante la realización del análisis de PIXE fui asesorada por el maestro en


Ciencias Alejandro Mitrani Viggiano, quien forma parte del equipo del LANCIC,
dirigido por el doctor José Luis Ruvalcaba Sil.

La instrumentación, condiciones y software utilizados para realizar el


análisis son los siguientes:

191
Instrumentación
Equipo Línea de Haz Externo del Acelerador de Partículas Tipo Tandem Peletrón de 3 MV
Modelo 9SDH-2 Fabricado por NEC (National Electrostatics Corporation)
Fuente de Iones Matriz Sólida de Hidruro de Titanio bombardeada por átomos de Cs
Detector de Elementos Ligeros Si(Li) Canberra SSL30150 (3 mm) Ventana: Berilio (13mm) Área Activa: 30mm2
Detector de Elementos Pesados LeGe Canberra GL0055P (5mm) Ventana: Berilio (25mm) Área Activa: 50mm2

Condiciones
Generales Protones 3 MeV
Detector de Elementos Ligeros [Si(Li)] Colimador de 1.5m y Flujo de He a 1.5 SLPN
Detector de Elementos Pesados [LeGe] Filtro de Aluminio de 60m

Software
Adquisición de Espectro PCA3
Análisis Elemental GUPIX-WIN

Formato de registro de Instrumentación,


condiciones y sofware tomado de Pérez, 2016:
77, 78 y modificado por la autora.

Acelerador de partículas Tandem Peletrón del Instituto de Física de La Universidad Nacional


Autónoma de México, donde se realizaron los análisis PIXE.

192
Detalle del Peletrón: área donde
se coloca el porta muestras para
realizar la emisión de rayos X
inducida por partículas.

Ejemplo de espectro obtenido por PIXE, en negro se observan los


elementos ligeros y en verde resaltan los elementos pesados. 193
V.4 Resultados de los estudios

Difracción de rayos X

En el apéndice de resultados, que aparece más adelante en la página 205 se


muestra una tabla con los datos obtenidos mediante la difracción de rayos X, en
cada uno de los 18 difractogramas, donde se localizaron reflexiones cristalinas
que fueron comparadas con la base de datos PDF-4, que a su vez nos permitió
relacionar los resultados con los minerales que poseen una estructura cristalina
similar. De esta manera podemos decir que se encontraron principalmente las
fases correspondientes a los minerales: cuarzo, albita y anortita (plagioclasas);
microclina y sanidina (feldespatos potásicos).

Intensidades normalizadas a la Intensidad de plagioclasa


N° Muestra Plagioclasas Feldespatos potásicos Cuarzo
Albita Anortita Microclina Sanidina Cuarzo
01 1 0.65
02 1
03 1 2.31
04 1 0.74 1.14
05 1
06 1
07 0.83 1
08 1 0.3
09 1 0.34
10 1 0.37
11 1 0.45
12 1 0.95 1.06
13 1 0.42
14 1 0.54
15 1 0.84
16 1
17 1
18 1 0.38

Tabla de resultados en la cual la intensidad de las fases cristalinas es normalizada


con respecto a la intensidad de las plagioclasas.

Siguiendo con el análisis, en cada uno de los difractogramas, la intensidad


de las fases cristalinas es normalizada respecto a la intensidad de plagioclasas, ya
que está presente en todos los tiestos, con el fin de realizar una comparación de la
composición de todas las pastas de forma semicuantitativa.
194
Posteriormente, se formaron grupos de composición mineralógica, en este
caso, se establecieron en función de la presencia o ausencia de cuarzo en la
pasta cerámica.

Ordenados por Subgrupos de FRX (Ifase/Iplag)


N° Muestra Plagioclasas Feldespatos potásicos Cuarzo
17 1 0 0
07 1 0 0
16 1 0 0
05 1 0 0
06 1 0 0
02 1 0 0
03 1 0 2.31
04 1 0.74 1.14
14 1 0 0.54
10 1 0 0.37
08 1 0 0.3
13 1 0 0.42
15 1 0 0.84
12 1 0.95 1.06
18 1 0 0.38
11 1 0 0.45
09 1 0 0.34
01 1 0 0.65

Tabla con la ordenación de subgrupos de composición mineralógica, en ella se


resalta la división en función a la presencia de cuarzo en la pasta cerámica.

En la tabla de la parte superior se muestra la división en 2 grupos de


composición mineralógica donde se hace la separación entre los tiestos que tienen
cuarzo y los que no. De esta manera, los números de muestra 03, 04, 14, 10, 08,
13, 15, 12, 18, 11, 09 y 01 pertenecen a los que sí presentan cuarzo, mientras que
los números de muestra 17, 07, 16, 05, 06, 02 no contienen cuarzo.

195
Emisión de rayos X inducida por partículas (PIXE)

En el apéndice de resultados (página 205), se muestran los datos obtenidos


mediante PIXE, en cada uno de los 18 tiestos cerámicos en términos de los
siguientes elementos (ordenados de mayor a menor intensidad relativa de rayos X
en cada una de las muestras): Si, A, Fe, Ca, K, P, Ti, Ba, S, Sr, Mn, Cl, Zr, V, Rb,
Zn. Ni. Ga, Pb, Cu.

Subgrupos de composición elemental

Dentro de cada uno de los 2 grupos de composición mineralógica se consideró la


información de la composición elemental para encontrar las diferencias concretas
dentro de cada grupo. La información elemental fue tratada estadísticamente
mediante el software Statistica, en la modalidad “Cluster Analysis” (análisis de
cúmulos). En este tratamiento estadístico, los datos se ordenan en función de la
similitud en la composición.

La información elemental se ordena en función de qué tan similares son


distintas variables como la presencia/ausencia de algún elemento y la proporción
(en términos de la intensidad relativa de rayos X) de los elementos presentes
mediante la obtención y comparación de distancias euclidianas entre cada par de
observaciones. Es decir, se toma un tiesto cualquiera de referencia y contra él se
comparan los demás tiestos en función de su composición y proporción elemental.
Así se obtiene un mapa o dendograma, en el cual se observan cercanos los
tiestos que presentan composición y/o proporción elemental similares. Los
dendogramas de composición elemental obtenidos en este estudio se observan a
continuación.

196
Dendograma con información elemental dentro del primer grupo de
composición mineralógica, con los números de muestra con presencia
de cuarzo : 3, 4, 14, 10, 8, 13, 15, 12, 18, 11, 9, 1.

Dendograma con información elemental dentro del segundo grupo de


composición mineralógica, con los números de muestra ausentes de
cuarzo: 17, 7, 16, 5, 6, 2.

197
La justificación del porqué se crearon dos grupos con los resultados se
debe a que los estudios cerámicos previos en tiestos provenientes del valle de
Oaxaca y de Teotihuacán nos dieron luz sobre lo que podíamos o no encontrar en
nuestro análisis, partiendo entonces de las premisas ya establecidas.

En el caso de la cerámica originaria de los valles centrales de Oaxaca,


tomamos en cuenta el estudio de Caso, Bernal y Acosta del año 1967, quienes
realizan una clasificación cerámica a partir de tres razonamientos: el barro por su
color, textura y baño; la forma de la vasija y por último la decoración en caso de
que esté presente. De esta manera forman cuatro grupos de barro: gris, crema,
café y amarillo (C.B.A, 1967: 17,18).

Estos grupos se caracterizaron a través de análisis petrográficos y con la


observación de la pasta bajo el microscopio, realizados por la doctora Anna
Shepard, en el que concluye que tienen únicamente dos tipos de barro; uno que
presenta como desgrasante arena cuarzosa y otro diorita. Por lo que se refiere a
los barros grises, todos los amarillos y ocho tipos de café, presentan arena
cuarzosa. Contienen diorita algunos barros grises y seis cafés, además de todos
los barros cremas (ídem, 1967: 18, 19, 477-484).

De esta manera es que esperábamos obtener para los tiestos procedentes


de Oaxaca la presencia de cuarzo o diorita.

Para los tiestos de arcillas propiamente teotihuacanas ocupamos como


referencia los análisis petrográficos publicados por Evelyn Rattray en 2001, donde
nos explica que es posible distinguir la cerámica local de la proveniente de otras
regiones.

La característica principal es que las arcillas son de origen volcánico y en su


proceso de elaboración los antiguos alfareros agregaron materiales distintivos
como desgrasantes, los más comunes son: andesita, basalto, labradorita,
hornablenda y andesita, en menor cantidad registraron vidrio volcánico. El
desgrasante en las pastas teotihuacanas ocupa entre un 12% y 14% de la

198
composición. Además de estos datos nos enlista una serie de generalidades
propias de los sedimentos del valle de Teotihuacán (Rattray, 2001: 94):

 Presentan un alto contenido de plagioclasas, y generalmente un alto


contenido de una u otra de las variedades de andesita vitrofírica.

 Contenidos relativamente bajos de basalto y piedra pómez.

 Anfíbola generalmente mayor que clinopiroxeno y ortopiroxeno combinados.

 Ortopiroxeno generalmente mayor que clinopiroxeno.

 Presencia de ópalo café amarillento y en la mayoría de las muestras,


vidrios volcánicos burdos vesicular sin color.

En relación con lo anterior podemos citar algunos ejemplos donde se realizan


análisis más específicos hacia la cerámica de Tlailotlacan.

Michelle Croissier en 2007 presenta los resultados de los análisis


realizados a la cerámica de estilo zapoteca recuperada en el conjunto
arquitectónico TL5 de Tlailotlacan orientados a identificar y describir grupos y sub-
grupos de composición y tecnológicos. Ella lo llama un estudio exploratorio ya que
aparte de la cerámica de Tlailotlacan, agrega muestras del sitio arqueológico el
Tesoro, Hidalgo y de Tayata, Oaxaca.

Croissier, aplicando tres tipos de análisis: la difracción de rayos X, la


espectrometría de emisión óptica de plasma acoplada inductivamente y la técnica
de pérdida por ignición; obtiene como resultado cuatro grupos. El primero es el de
Tlailotlacan; el segundo es correspondiente al material del Tesoro; el tercero y
cuarto corresponden a los tiestos de Tayata. Para Tlailotlacan presenta tres
subgrupos, donde su mineralogía es la siguiente:

Sub-grupo A)

Mayor: plagioclasas; menor: cuarzo y traza: hematita.

199
Sub-grupo B)

Mayor: cuarzo; menor: plagioclasa y traza: fosterita, illita, esmectita.

Sub-grupo C)

Mayor: cuarzo; menor: plagioclasa y traza: fosterita.

Mediante los resultados de la difracción de rayos X, menciona que de las


nueve muestras que seleccionó de Tlailotlacan. Todas tienen altos porcentajes de
cuarzo plagioclasa (albita, andesina, anortita o labradorita), tres muestras tienen
un mineral de zeolita (analcime o epistibita) (Croissier, 2007: 71-124).

En 2011 Roldán Olmos muestra los resultados que obtuvo mediante la


realización de estudios arqueométricos sobre tiestos de Tlailotlacan, visualiza su
trabajo como una contribución para la elaboración de un banco de datos para
conocer y comparar las cerámicas de Mesoamérica.

Utiliza 80 tiestos a los que expone a la técnica nombrada fluorescencia


visible inducida por partículas ultravioleta y a las mismas le aplica la técnica de
PIXE. Entre sus muestras se encuentras tipos cerámicos teotihuacanos, tiestos
grises de Tlailotlacan y cerámica de Monte Albán.

En sus conclusiones menciona que los tiestos de estilo oaxaqueño de


Tlailotlacan son de origen local, comprobándolo con la similitud elemental que
conservan con los de origen teotihuacano, registrando los siguientes elementos,
mayores: aluminio, silicio, potasio, calcio, hierro; trazas: magnesio, níquel, cobre,
zinc, galio, rubidio, estroncio, zirconio y plomo.

En cuanto a los tiestos foráneos, estos mostraron una gran diferencia ya


que sus porcentajes de calcio doblan la cantidad de las muestras locales,
manteniendo como elementos diagnósticos: aluminio, calcio, hierro, estroncio y
zirconio (Roldán Olmos, 2011: 245-276).

200
En este apartado también citaremos el análisis realizado a la cerámica del
epiclásico, proporcionada por la doctora Linda Manzanilla, dicho material
corresponde a túneles de atras de la pirámide del sol. Se les aplicó la técnica de
emisión de rayos X inducida por partículas (PIXE), difracción de rayos X (DRX) y
espectrometria retrodisperción de rutherford (RBS). Con estos estudios lograron la
caracterización de la cerámica determinado su perfil elemental obteniendo con la
combinación de estas técnicas resultados confiables que permitieron la obtención
de información sobre rutas comerciales, las relaciones entre culturas del epiclásico
y los cambios sociales. De esta forma vemos la importancia de los estudios
interdisciplinarios en arqueología ya que a partir de ellos se obtuvo la
caracterización completa y confiable de la cerámica y se pudo identificar su
procedencia local o foránea (Ruvalcaba Sil, Ontalba Salamanca, Manzanilla,
Miranda, Ortega & López; 1999: 591, 592, 595).

Otro estudio que se efectuó en cerámica de Teotihuacán del periodo


epiclásico y postclásico, consistió en la emisión de rayos X inducida por partículas
(PIXE), difracción de rayos X (DRX) y espectrometria retrodisperción de rutherford
(RBS). Con la aplicación de estas técnicas se demostró que su combinación es
muy fructífera, siendo un procedimiento muy importante para la caracterización de
tiestos arqueológicos, porque los resultados de este estudio distinguieron de
manera fácil los tiestos locales de los foráneos (Ontalba Salamanca, Ruvalcaba
Sil, Manzanilla, Miranda & Bucio; 2000: 762, 766).

De vital importancia es mencionar el estudio realizado a la cerámica de


Caxones, Oaxaca, donde para su comparación también analizaron tiestos de los
valles centrales de Oaxaca, Tres Zapotes y Teotihuacán realizando un estudio
interdisciplinario, utilizando las técnicas de emisión de rayos X inducida por
partículas (PIXE), difracción de rayos X (DRX) y termoluminiscencia (TL), con el
objetivo de generar una tipología confiable de sus tiestos para inferir contactos
comerciales y culturales. Como referencia para nuestro estudio podemos tomar la
descripción que se hace sobre las cerámicas de los valles centrales de Oaxaca ya
que se menciona que las principales fases minerales para estas son el cuarzo y la
201
albita, como fase secundaria la biotita. Para los tiestos teotihuacanos su principal
fase es la albita y como fases minerales secundarias la magnetita y el cuarzo. Con
la aplicación de esta metodología que realizan los autores demuestran y sustentan
la utilidad para el establecimiento de tipologías cerámicas cuando los análisis
macroscópicos no permiten la correcta identificación de cerámicas de otras áreas
distintas a las locales (Ortiz Díaz, Lazos, L., Ruvalcaba Sil & Burcio; 2000: 85, 90,
93).

V.5 Consideraciones finales sobre los resultados PIXE y DRX

Como se mencionó arriba las dos técnicas a las que fueron sometidas las
muestras, se correlacionaron con el objetivo de obtener resultados más amplios y
sólidos que nos permitan dar un aporte significativo, enfocado a la caracterización
de la cerámica seleccionada de Tlailotlacan, Teotihuacán.

Se eligieron 18 muestras, las cuales están relacionadas con contextos


significativos (entierros, ofrendas) de los conjuntos arquitectónicos, además de
que se garantiza que provienen de contextos sellados sin ninguna alteración a su
depósito final.

Para dar el primer paso en la caracterización elemental y mineral, elegimos


piezas que bajo el análisis macroscópico realizado en el laboratorio cerámico
señalamos procedentes de los valles centrales de Oaxaca y otras tantas que por
su forma también son tachadas de foráneas pero sus pastas presentan
características locales por lo que causan confusión para aseverar su origen.

Entonces con estos análisis pretendemos tener aspectos elementales,


minerales y físicos que nos permitan inferir su procedencia en los análisis
macroscópicos.

Con los resultados de la difracción de rayos X pudimos separar nuestras


muestras en dos grupos, uno con presencia de cuarzo y otro sin cuarzo.
Recordemos que este indicador fue seleccionado a partir del conocimiento previo
adquirido de los análisis realizados por Caso, Bernal y Acosta (1967) para
202
caracterizar los tiestos de Monte Albán, en el que las muestras con cuarzo
provienen de los valles centrales de Oaxaca y las que no lo contengan son
reproducciones locales. Para hacer este señalamiento también se incluyeron
diversos análisis realizados en las pastas teotihuacanas.

Por lo que doce de las 18 muestras contienen altos porcentajes de cuarzo,


y mediante la correlación con resultados de PIXE, este grupo a su vez se
subdivide en dos:

La muestra 3 y 4 forman el primer subgrupo, mientas que las muestras 14,


10, 8, 13, 15, 12, 18, 11, 9, 1 forman el segundo subgrupo.

Ahora bien, del primer subgrupo corresponden a dos muestras de vasijas


efigie un fragmento de vaso y un fragmento de aplicación, esta separación
elemental bien puede estar asociada a la diferencia de tipos cerámicos. Estas dos
muestras son de color gris claro compactas.

Para el segundo subgrupo existe una amplia variedad en formas dentro de


las cuales podemos ver algunas asociaciones, la muestra 10 y 14 son cajetes
cónicos, los dos de barro gris. Las muestras 8, 13 y 15 se encuentran
elementalmente muy parecidas, sin embargo en cuanto a forma difieren ya que la
8 corresponde a una vasija efigie del dios viejo 5F, la 13 es el remate de un
sahumador rectangular en forma de garra y el 15 es un cajete hemisférico
decorado con pintura roja. A pesar de su diferencia en forma, los tres son usados
de manera ritual, las pastas a simple vista conservan similitudes.

Las muestras 1 y 11 se refieren a figurillas, una zoomorfa–rana y otra


antropomorfa. La muestra 9 es una cazoleta de sahumador de color café-
anaranjado. La muestra 12 corresponde a un cajete recto divergente de color gris,
su pasta es muy compacta y tiene sonido metálico. La muestra numero 18
concierne a un fragmento de grandes vasos o macetas una vasija que a diferencia
de las demás se encuentra con frecuencia en contextos utilitarios.

203
El siguiente grupo que se conforma por 6 muestras, las cuales no
presentaron cuarzo, podemos observar que son mas homogéneas, sin embargo
existen dos subgrupos.

En el primero se encuentra únicamente la muestra número 17, que


corresponde a un tocado de pantalla de una vasija efigie. Ahora sabemos por el
resultado fue elaborada con pastas locales.

En el segundo subgrupo encontramos otro fragmento de vasija efigie-


piernas (muestra 6), que corresponden a la misma pieza de la muestra 17,
físicamente son de un color negro grisáceo mientras que su pasta es café claro y
desmenuzable.

También encontramos las muestras 7 y 2 que corresponden a figurillas


zoomorfas, una de felino y otra de rana. La muestra 16 corresponde a un
sahumador de coladera, así llamado en la metodología de Monte Albán por sus
pequeños agujeros circulares en su interior. A diferencia de la muestra de
sahumador que contuvo cuarzo éste es completamente distinto físicamente por lo
que será fácil su reconocimiento en laboratorio. La muestra 5 concierne a un
cajete hemisférico de color crema, su forma fiel a las piezas zapotecas nos dice
que fue elaborado localmente.

En conclusión, estos resultados nos sirvieron para cumplir nuestro objetivo,


ya que las técnicas ocupadas nos proporcionaron los elementos suficientes para
decir qué piezas son de producción local y qué piezas son foráneas. Entonces nos
preguntamos ¿para que nos sirve saber esto?

Si bien la caracterización es una pieza base para la identificación de


procedencia cerámica, una vez conociéndola podemos realizar interpretaciones en
niveles de análisis profundos.

204
V.6 Apéndice de Resultados:
difracción de rayos X (DRX)
emisión de rayos X inducida por partículas (PIXE)

205
Resultados DRX
Nombre Nombre compuesto Nombre mineral Feld o Q PdfNumber Intensidad Ifase/Iplag
01 Sodium Calcium Aluminum Silicate Anortita sódica Plag 04-011-6816 119.1077193 1.00
Silicon Oxide Cuarzo Q 01-089-8937 77.81541067 0.65

02 Sodium Calcium Aluminum Silicate Anortita sódica Plag 04-015-4238 167.93 1.00

03 Silicon Oxide Cuarzo Q 01-086-1560 142.0789578 2.31


Sodium Calcium Aluminum Silicate Anortita sódica intermedia Plag 00-018-1202 61.4090877 1.00

04 Silicon Oxide Cuarzo Q 01-085-1054 160.2876564 1.14


Sodium Calcium Aluminum Silicon Oxide Albita cálcica Plag 04-017-0892 140.675229 1.00
Potassium Aluminum Silicate Sanidina Feld K 01-084-1504 104.733851 0.74

05 Sodium Calcium Aluminum Silicate Anortita sódica intermedia Plag 00-018-1202 127.0630411 1.00

06 Sodium Calcium Aluminum Silicate Anortita sódica Plag 04-011-6816 133.0672602 1.00

07 Sodium Calcium Aluminum Silicate Anortita sódica Plag 00-018-1202 157.3607472 1.00
Sodium Aluminum Silicon Oxide Albita Plag 04-012-1016 130.5977571 0.83

08 Sodium Aluminum Silicate Albita Plag 01-073-9850 100 1.00


Silicon Oxide Cuarzo Q 01-075-8321 29.51529921 0.30

09 Sodium Calcium Aluminum Silicate Albita cálcica Plag 01-079-1148 120.5206953 1.00
Silicon Oxide Cuarzo Q 01-070-8054 41.27772261 0.34

10 Sodium Calcium Aluminum Silicon Oxide Anortita sódica Plag 04-015-8270 144.7374769 1.00
Silicon Oxide Cuarzo Q 01-070-3755 52.88248337 0.37

11 Sodium Calcium Aluminum Silicate Anortita sódica intermedia Plag 00-018-1202 121.7940659 1.00
Silicon Oxide Cuarzo Q 01-089-8934 54.70360825 0.45

12 Silicon Oxide Cuarzo Q 01-075-8320 111.2781955 1.06


Sodium Calcium Aluminum Silicate Anortita sódica Plag 00-018-1202 105.286087 1.00
Potassium Aluminum Silicate Microclina Feld K 01-070-6187 100 0.95

13 Sodium Calcium Aluminum Silicate Albita cálcica Plag 01-079-1148 113.1849542 1.00
Silicon Oxide Cuarzo Q 01-089-8934 47.99797263 0.42

14 Calcium Sodium Aluminum Silicate Anortita sódica Plag 01-076-0766 137.4035334 1.00
Silicon Oxide Cuarzo Q 01-070-3755 73.59964203 0.54

15 Sodium Calcium Aluminum Silicate Anortita sódica Plag 04-011-6816 123.3375683 1.00
Silicon Oxide Moganita Q 04-007-2116 100 0.81

16 Sodium Aluminum Silicate Albita Plag 01-080-3255 145.4818089 1.00

17 Sodium Aluminum Silicate Albita Plag 01-073-9850 100 1.00

18 Sodium Calcium Aluminum Silicon Oxide Albita Plag 04-017-1022 118.6858123 1.00 206
Silicon Oxide Cuarzo Q 01-075-8320 44.87482286 0.38
Resultados PIXE

Porcentaje en Peso (wt%)


Muestra Filename Al Si P S Cl K Ca Ti V Mn Fe Ni Cu Zn Ga Rb Sr Zr Ba PbL
1 16030072.txt 10.94 31.3 0.000 0.000 0.000 1.65 2.70 0.50 0.00 0.067 3.85 0.004317826 0.001544516 0.009166302 0.003293584 0.010441047 0.082072793 0.104751386 0 0
2 16030082.txt 11.23 31.2 0.000 0.000 0.060 1.76 2.67 0.46 0.00 0.031 3.69 0.002384958 0 0.008027926 0.002424979 0.006628671 0.072378806 0.016260403 0.151487076 0
3 16030092.txt 8.43 29.4 1.163 0.161 0.000 2.92 5.93 0.44 0.04 0.000 3.63 0.003883524 0.001547481 0.012756338 0.001473812 0.016482743 0.035085118 0.035292635 0.099133617 0.005705223
4 16030102.txt 9.91 28.3 1.150 0.175 0.108 3.38 5.37 0.44 0.05 0.030 3.53 0.002657694 0.002410156 0.009188536 0.001655686 0.011975187 0.040821468 0.009711774 0.184837949 0.008290286
5 16030112.txt 10.33 32.1 0.000 0.000 0.000 1.35 2.30 0.71 0.00 0.056 3.86 0.00207813 0 0.003634504 0.001583055 0.004749164 0.027481119 0.019788185 0.141111249 0
6 16030122.txt 11.23 29.8 0.963 0.100 0.072 1.30 2.85 0.47 0.00 0.048 4.15 0.00738166 0 0.006818401 0.002153725 0.005152339 0.046691222 0.015311756 0 0
7 16030132.txt 10.32 31.0 0.965 0.202 0.098 1.62 2.10 0.63 0.00 0.044 3.62 0 0.001350488 0.003779766 0.00186172 0.002324185 0.020173572 0.008225066 0 0
8 16030142.txt 10.17 31.4 1.184 0.181 0.092 0.99 2.17 0.44 0.00 0.039 3.07 0.001575643 0.001600842 0.006677586 0.002505021 0.008917282 0.031512869 0.019047054 0 0
9 16030152.txt 11.41 30.8 0.000 0.000 0.000 1.33 3.12 0.52 0.00 0.029 3.84 0.002573205 0.002128527 0.00551994 0.002168548 0.004397868 0.052783315 0.023464192 0.198326524 0
10 16030162.txt 10.52 31.2 1.099 0.161 0.000 0.93 2.08 0.69 0.00 0.064 3.49 0.004101416 0 0.00742761 0.003249116 0.005896434 0.045342365 0.013286988 0 0
11 16030172.txt 11.71 31.2 0.000 0.000 0.000 1.23 2.36 0.54 0.00 0.031 3.67 0.003622646 0.001519318 0.004541648 0.003231329 0.0066346 0.043563651 0.014956014 0 0
12 16030182.txt 10.57 27.5 0.839 0.000 0.000 2.96 5.11 0.57 0.00 0.062 5.04 0.004222962 0.00274663 0.01257402 0.001838004 0.010263175 0.012898635 0.018468972 0.179057131 0.004866263
13 16030202.txt 10.12 32.6 0.000 0.000 0.055 1.79 2.22 0.64 0.03 0.046 3.15 0.001835039 0.001763891 0.004393422 0.00167199 0.003480349 0.037056525 0.011119922 0.127533738 0
14 16030192.txt 9.74 31.6 1.071 0.118 0.000 2.03 1.85 0.65 0.04 0.042 3.42 0.001652721 0.001304241 0.007482454 0.001923975 0.003895382 0.040198919 0.018424504 0 0
15 16030212.txt 10.26 32.4 0.000 0.000 0.053 1.10 2.68 0.47 0.00 0.033 3.47 0.003913169 0.002445731 0.00768997 0.002553936 0.009631732 0.061662058 0.019580668 0.070689028 0
16 16030222.txt 10.25 32.8 0.000 0.000 0.000 1.42 1.99 0.44 0.00 0.048 3.43 0.004360812 0.001766855 0.008835758 0.003072727 0.010144594 0.058875408 0.02459071 0.324615163 0
17 16030232.txt 11.25 29.9 1.110 0.152 0.000 1.35 2.82 0.41 0.03 0.038 3.78 0.00770924 0.001463585 0.008650475 0.002101846 0.008334754 0.070096124 0.022619303 0.140592458 0
18 16030242.txt 10.41 31.9 0.000 0.000 0.000 1.73 2.04 0.66 0.00 0.055 3.58 0.003145358 0.001648274 0.007411305 0.003364733 0.009391606 0.059409022 0.024309081 0.213445587 0.009010665

207
V.7 Anexo fotográfico
de las muestras sometidas a análisis de:
difracción de rayos X (DRX) y
emisión de rayos X inducida por partículas (PIXE).

208
Muestra N° 1 figurilla zoomorfa Rana

Muestra N° 2 figurilla zoomorfa-felino


209
Muestra N° 3 vasija efigie-vaso

Muestra N° 4 vasija efigie

210
Muestra N° 5 cajete hemisférico

Muestra N° 6 vasija efigie-piernas

211
Muestra N° 7 figurilla zoomorfa-Rana

Muestra N° 8 vasija
efigie dios viejo 5F

212
Muestra N° 9
sahumador cazuela
hemisférica

Muestra N° 10
cajete cónico

213
Muestra N° 11 figurilla antropomorfa

Muestra N° 12 cajete curvo divergente

214
Muestra N° 13 sahumador
remate de garra

Muestra N° 14 cajete cónico G12

215
Muestra N° 15 cajete hemisférico

Muestra N° 16 sahumador

216
Muestra N° 17 vasija efigie-tocado de pantalla

Muestra N° 18 grandes vasos o macetas

217
V.8 Análisis petrográfico en la cerámica foránea de Tlailotlacan

Como apoyo para la caracterización de la cerámica que elegimos como nuestro


objeto de estudio nos pareció viable realizar estudios petrográficos en 22 muestras
procedentes de los conjuntos arquitectónicos de Tlailotlacan.

Dicho análisis se realizó en el Laboratorio de Suelos y Sedimentos de la


Escuela Nacional de Antropología e Historia, que se encuentra bajo la dirección
del doctor Serafín Sánchez Pérez, quien dirigió a bien este estudio, en el que
también nos apoyó en la realización de láminas delgadas, y en su análisis en el
microscopio petrográfico la arqueóloga Irma Gabriela Vargas Martínez.

Se examinaron 22 muestras cerámicas, que previamente por el tipo de


pasta y estilo cerámico se han clasificado como procedentes de las regiones costa
del Golfo, área Maya, Michoacán, Teotihuacán, Oaxaca y otras que no se han
logrado identificar. Principal motivo por el que se realizó un estudio petrográfico
con la finalidad caracterizar los constituyentes y rasgos micro-morfológicos que
permitieran definir cada pasta y así esclarecer su procedencia.

La información descriptiva acompañada de las microfotografías permitió


conocer la mineralogía de la cual está constituida la cerámica y los rasgos que se
tomaron en cuenta para determinar su procedencia.

El análisis petrográfico nos permitió identificar mediante el examen bajo


microscopio de una sección delgada de las muestras cerámicas los minerales,
forma, textura, tamaño, microfracturamiento, porosidad, tipo de relleno,
alteraciones y reacciones químicas. Esta información nos dio la oportunidad de
conocer el tipo de materia prima empleada para la elaboración cerámica, así como
la toma de decisiones que determinan la técnica de elaboración entre otras
interrogantes.

De tal forma que se delineó como objetivo principal, realizar láminas


delgadas de cerámica, comparar sus rasgos micromorfológicos y definir su
procedencia con base a los estilos cerámicos preestablecidos.
218
V.9 Materiales y métodos

Para el análisis micromorfológico de las muestras cerámicas, los tiestos se


cortaron de base a borde con el objeto de obtener una muestra representativa; de
las dos partes obtenidas de cada muestra, una se guardó como testigo y la otra
parte se impregnó con una preparación de resina cristal preparada, monómero y
catalizador; se colocó en una cámara de vacío a 40 atmósferas por el lapso de 1
hora con la finalidad de que la resina penetrara en el espacio poros,
posteriormente se dejó solidificar durante algunas semanas.

En la imagen se muestra el corte de base a borde de la muestra cerámica,


mediante el cual se obtiene la lámina delgada y el testigo, este procedimiento
se realizó con cada tiesto sometido a petrografía.

219
A la izquierda se visualiza la sección de corte de la muestra de cerámica,
mientras que en el lado superior derecho se observa la parte impregnada en
resina. En el extremo derecho inferior aparece la muestra dejada como testigo.

Una vez teniendo las muestras impregnadas, se alisan con lijas de agua y
abrasivos de diferentes grosores con la finalidad de alcanzar una superficie
uniforme y pulida, la cual se pegó con la misma resina pero con un mayor
porcentaje de catalizador a la cara esmerilada de un porta objetos y se dejó
reposar un día.

Las muestras cerámicas, los tiestos ya impregnados y la sección pegada al


porta objetos, se seccionaron con una cortadora de disco diamantado para roca.

Teniendo la muestra ya adherida al porta objetos se cortó de forma paralela


a la superficie pulida, posteriormente se pulío nuevamente con las lijas de agua,
abrasivos y polvo de alúmina hasta obtener un grosor de 3 micras, que es el
tamaño óptimo para observar micromorfología de la muestra en el microscopio.

220
En la parte derecha de la imagen se aprecian algunas secciones delgadas de
diferentes grosores en portaobjetos y hacia la izquierda de la imagen se muestra el
proceso de desbaste de la sección delgada en lija de agua.

V.10 Análisis

El análisis petrográfico se realizó con un microscopio petrográfico o microscopio


polarizante marca Nikon modelo Eclipse E600 POL, el cual posee dos prismas de
Nicol que sirven como polarizadores, uno por debajo de la platina (polarizador) y
el segundo por encima de la platina (analizador), mismos que son paralelos pero
orientados perpendicularmente en sus planos de vibración.

El microscopio siempre hace uso del polarizador, a esta práctica se le


conoce como observación en luz polarizada. Al insertar el polarizador superior el
modo de observación es conocido como nicoles cruzados. Empleando estos dos
modos de observación, ajustando la intensidad de la luz y empleando otros
accesorios del microscopio se logra determinar diversas propiedades en las
muestras que permite distinguir sus componentes.

Las propiedades que se determinaron para identificar los componentes en


las muestras son: color, pleocroísmo, forma, hábito, crucero, relieve, índice de
refracción, anisotropía, birrefringencia, extinción.
221
Los rasgos micromorfológico que se identificaron fueron:

1.- Tipo de matriz y rasgos micromorfológicos

2.- Contenido de antiplásticos (desgrasantes)

3.- Minerales que presenta el material rocoso

4.- Presencia de materia orgánica

5.- Presencia de carbonatos primarios y secundarios

A la par del estudio petrográfico, se hizo la toma de microfotografías de los


aspectos más relevantes, como texturas, alteraciones, integrantes mineralógicos y
la cuantificación de estos últimos se resume en una tabla de porcentajes.

LISTADO DE TIESTOS SELECCIONADOS PARA PETROGRAFÍA


N° DE MUESTRA TL PROYECTO-AÑO FORMA-PARTE PROCEDENCIA
1 TL7 PBO-2012 JARRA-CUERPO NO IDENTIFICADO
2 TL7 PBO-2012 JARRA-CUERPO NO IDENTIFICADO
3 TL7 PBO-2012 JARRA-CUERPO POSIBLE COSTA DEL GOLFO
4 TL7 PBO-2012 VASO-CUERPO POSIBLE COSTA DEL GOLFO
5 TL1 PBO-2012 OLLA-BORDE POSIBLE ÁREA MAYA
6 TL7 PBO-2012 OLLA-CUERPO POSIBLE MICHOACANO
7 TL67 PBO-2011 APAXTLE-BORDE POSIBLE PASTA TEOTIHUACANA FORMA OAXAQUEÑA
8 TL7 PBO-2012 CAJETE CÓNICO-FONDO POSIBLE PASTA TEOTIHUACANA FORMA OAXAQUEÑA
9 TL67 PBO-2011 CAJETE CÓNICO-BORDE POSIBLE OAXAQUEÑO
10 X PE1-2014 JARRA-CUERPO NO IDENTIFICADO
11 TL6 PBO-14 OLLA-CUERPO NO IDENTIFICADO
12 TL6 PBO-14 VASO-BORDE POSIBLE OAXAQUEÑO
13 TL67 PBO-2011 CAJETE ZOOMORFO-BORDE POSIBLE PASTA TEOTIHUACANA FORMA OAXAQUEÑA
14 TL9 PBO-13 TORSO-FIGURILLA ANTROPOMORFA POSIBLE PASTA TEOTIHUACANA FORMA OAXAQUEÑA
15 TL1 PBO-12 JARRA-CUERPO NO IDENTIFICADO
16 TL1 PBO-12 TORSO-FIGURILLA ZOOMORFA POSIBLE PASTA TEOTIHUACANA FORMA OAXAQUEÑA
17 TL1 PBO-2012 DISCO-BORDE POSIBLE PASTA TEOTIHUACANA FORMA OAXAQUEÑA
18 TL1 PBO-12 CAJETE G-12-BORDE POSIBLE PASTA TEOTIHUACANA FORMA OAXAQUEÑA
19 TL1 PBO-12 OLLA-BORDE POSIBLE OAXAQUEÑO
20 TL7 PBO-2012 CAJETE CURVO CONVERGENTE-CUERPO POSIBLE COSTA DEL GOLFO
21 N5E1, N5W1 PE1 REBORDE DE INCENSARIO GRUPO MATE BURDO TEOTIHUACÁN
22 N5E1, N5W1 PE1 CAJETE CURVO DIVERGENTE GRUPO PULIDO TEOTIHUACÁN
*PBO= Proyecto Barrio Oaxaqueño *TL=Tlailotlacan *PE1=Proyecto Edificio 1

En la Tabla se pueden observar los datos de los tiestos seleccionados para análisis petrográfico, también se le anexo la
procedencia propuesta mediante el análisis de materiales macroscópico.

222
En esta imagen se pueden observar las secciones delgadas donde se exponen las pastas
de las diferentes muestras sometidas a análisis.

223
A continuación se presentan las microfotografías de las muestras
analizadas, el pie de foto menciona por orden de abundancia los componentes
desgrasantes.

N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia


Muestra 1 TL7 Proyecto Barrio Jarra-cuerpo No identificado
Oaxaqueño – 2012

Microfotografía de la muestra 1. Matriz y antiplásticos (feldespatos,


fragmentos rocosos, micas, cuarzo, anfíboles, piroxenos, vidrio
volcánico). En la izquierda se puede observar la luz polarizada, en la
derecha los nicoles cruzados, aumento 10X.

224
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 2 TL7 Proyecto Barrio Jarra-cuerpo No identificado
Oaxaqueño – 2012

Microfotografía de la muestra 2. Matriz y antiplásticos (cuarzo,


feldespatos, vidrio volcánico, pómez, micas, anfíboles, piroxenos,
fragmentos rocosos). En la izquierda se puede observar la luz
polarizada, en la derecha los nicoles cruzados, aumento 10X.

225
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 3 TL7 Proyecto Barrio Jarra-cuerpo Posible costa
Oaxaqueño – 2012 del Golfo

Microfotografía de la muestra 3. Matriz y antiplásticos (carbonatos, cuarzo,


micas, fragmentos rocosos). En la izquierda se puede observar la luz
polarizada, en la derecha los nicoles cruzados, aumento 5X.

226
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 4 TL7 Proyecto Barrio Vaso-cuerpo Posible costa
Oaxaqueño – 2012 del Golfo

Microfotografía de la muestra 4. Matriz y antiplásticos (cuarzo, micas, oxidos de


hierro, calcita, organismos malacológicos). En la izquierda se puede observar la luz
polarizada, en la derecha los nicoles cruzados, aumento 5X.

227
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 5 TL1 Proyecto Barrio Olla-borde Posible área
Oaxaqueño – 2012 Maya

Microfotografía de la muestra 5. Matriz y antiplásticos (vidrio volcánico, cuarzo,


pómez, feldespatos, micas, micritas en poro y óxidos de hierro). En la izquierda se
puede observar la luz polarizada, en la derecha los nicoles cruzados, aumento 5X.

228
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 6 TL7 Proyecto Barrio Olla-cuerpo Posible
Oaxaqueño – 2012 michoacano

Microfotografía de la muestra 6. Matriz y antiplásticos (feldespatos, cuarzo,


anfíboles, piroxeno, micas, vidrio volcánico, óxidos de hierro). En la izquierda se
puede observar la luz polarizada, en la derecha los nicoles cruzados, aumento 5X.

229
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 7 TL67 Proyecto Barrio Apaxtle- Posible pasta
Oaxaqueño – 2011 borde teotihuacana
forma
oaxaqueña

Microfotografía de la muestra 7. Matriz y antiplásticos (feldespatos, cuarzo, micas,


anfíboles, piroxenos, carbonatos, vidrio volcánico, pómez, vidrio de fundición). En la
izquierda se puede observar la luz polarizada, en la derecha los nicoles cruzados,
aumento 5X.

230
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 8 TL7 Proyecto Barrio Cajete Posible pasta
Oaxaqueño – 2012 cónico-fondo teotihuacana
forma
oaxaqueña

Microfotografía de la muestra 8. Matriz y antiplásticos (feldespatos, vidrio volcánico,


anfíboles, piroxenos, cuarzo, micas, fragmentos rocosos, carbonatos). En la
izquierda se puede observar la luz polarizada, en la derecha los nicoles cruzados,
aumento 5X.

231
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 9 TL67 Proyecto Barrio Cajete Posible
Oaxaqueño – 2011 cónico-borde oaxaqueño

Microfotografía de la muestra 9. Matriz y antiplásticos (feldespatos, anfíboles,


piroxenos, vidrio volcánico, pómez, fragmentos rocosos, cuarzo). En la izquierda se
puede observar la luz polarizada, en la derecha los nicoles cruzados, aumento 5X.

232
N° de muestra Sector Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 10 N5E1 PE1 2015 Jarra-cuerpo No identificado
N5W1

Microfotografía de la muestra 10. Matriz y antiplásticos (feldespatos, fragmentos


rocosos, cuarzo, vidrio volcánico, pómez, anfíboles, piroxeno, micritas en poros). En
la izquierda se puede observar la luz polarizada, en la derecha los nicoles cruzados,
aumento 5X.

233
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 11 TL6 Proyecto Barrio Olla-cuerpo No identificado
Oaxaqueño – 14

Microfotografía de la muestra 11. Matriz y antiplásticos (cuarzo, feldespatos, micas,


anfíboles, óxidos de hierro, fragmentos rocosos). En la izquierda se puede observar
la luz polarizada, en la derecha los nicoles cruzados, aumento 5X.

234
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 12 TL 6 PBO – 2014 Vaso-borde Posible
oaxaqueño

Microfotografía de la muestra 12. Matriz y antiplásticos (fragmentos rocosos, cuarzo,


feldespatos, mica). En la izquierda se puede observar la luz polarizada, en la
derecha los nicoles cruzados, aumento 5X.

235
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 13 TL 67 PBO – 2011 Cajete Posible pasta
zoomorfo- teotihuacana
borde forma
oaxaqueña

Microfotografía de la muestra 13. Matriz y antiplásticos (feldespato, cuarzo,


anfíboles, piroxenos, fragmentos rocosos, vidrio volcánico, vidrio de fundición,
micritas en poro). En la izquierda se puede observar la luz polarizada, en la derecha
los nicoles cruzados, aumento 5X.

236
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 14 TL 9 PBO – 2013 Torso- Posible pasta
figurilla teotihuacana
antropomorfa forma
oaxaqueña

Microfotografía de la muestra 14. Matriz y antiplásticos (feldespatos, anfíboles,


vidrio volcánico, cuarzo, micas, fragmentos rocosos). En la izquierda se puede
observar la luz polarizada, en la derecha los nicoles cruzados, aumento 5X.

237
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 15 TL 1 PBO – 2012 Jarra-cuerpo No identificado

Microfotografía de la muestra 15. Matriz y antiplásticos (Feldespatos, cuarzo, vidrio


volcánico, anfíboles, fragmentos rocosos, micas, óxidos de hierro). En la izquierda
se puede observar la luz polarizada, en la derecha los nicoles cruzados, aumento
5X.

238
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 16 TL 1 PBO – 2012 Torso- Posible pasta
figurilla teotihuacana
zoomorfa forma
oaxaqueña

Microfotografía de la muestra 16. Matriz y antiplásticos (Feldespatos, anfiboles,


vidrio volcánico, micas, óxidos de hierro, fragmentos rocosos). En la izquierda se
puede observar la luz polarizada, en la derecha los nicoles cruzados, aumento 5X.

239
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 17 TL 1 PBO – 2012 Disco-borde Posible pasta
teotihuacana
forma
oaxaqueña

Microfotografía de la muestra 17. Matriz y antiplásticos (feldespatos, anfíboles,


cuarzo, vidrio volcánico, pómez, micas, fragmentos rocosos). En la izquierda se
puede observar la luz polarizada, en la derecha los nicoles cruzados, aumento 5X.

240
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 18 TL 1 PBO – 2012 Cajete G123- Posible pasta
borde teotihuacana
forma
oaxaqueña

Microfotografía de la muestra 18. Matriz y antiplásticos (cuarzo, feldespato,


anfíboles, piroxenos, micas, calcitas, óxidos de hierro vidrio volcánico, fragmentos
rocosos). En la izquierda se puede observar la luz polarizada, en la derecha los
nicoles cruzados, aumento 5X.

241
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 19 TL 1 PBO – 2012 Olla-borde Posible
oaxaqueño

Microfotografía de la muestra 19. Matriz y antiplásticos (fragmentos rocosos,


cuarzo, calcita, micrita, óxidos de hierro). En la izquierda se puede observar la luz
polarizada, en la derecha los nicoles cruzados, aumento 5X.

242
N° de muestra Tlailotlacan Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 20 TL 7 PBO – 2012 Cajete curvo Posible costa
convergente- del Golfo
cuerpo

Microfotografía de la muestra 20. Matriz y antiplásticos (cuarzo micas, óxidos de


hierro). En la izquierda se puede observar la luz polarizada, en la derecha los
nicoles cruzados, aumento 5X.

243
N° de muestra Sector Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 21 N5E1, N5W1 PE1 2015 Reborde de Teotihuacán
incensario.
Grupo mate
burdo

Microfotografía de la muestra 21. Matriz y antiplásticos (cuarzo, feldespatos,


anfíboles, piroxenos, vidrio volcánico, fragmentos rocosos, micas, óxidos de hierro).
En la izquierda se puede observar la luz polarizada, en la derecha los nicoles
cruzados, aumento 5X.

244
N° de muestra Teotihuacán Proyecto - año Forma - parte Procedencia
Muestra 22 N5E1, N5W1 PE1 2015 Cajete curvo Teotihuacán
divergente.
Grupo pulido

Microfotografía de la muestra 22. Matriz y antiplásticos (cuarzo, feldespato, anfíboles,


piroxenos, vidrio volcánico, Fragmentos rocosos, micas, óxidos de hierro). Izquierda luz
polarizada, derecha nicoles cruzados, aumento 5X.

Microfotografía de la muestra 22. Matriz y antiplásticos (cuarzo, feldespato,


anfíboles, piroxenos, vidrio volcánico, Fragmentos rocosos, micas, óxidos de
hierro). En la izquierda se puede observar la luz polarizada, en la derecha los
nicoles cruzados, aumento 5X.

245
V.11 Resultados

Análisis micromorfológico de las muestras cerámicas del Tlailotlacan

Lámina Cuarzo Feldespato Micas Anfíboles Carbonatos Ox. hierro Vidrio Frag. Otros Matriz Antiplásticos
o Hematita Volcánico Roca
Piroxenos Magnetita Pómez Cerámica
Obsidiana
De fundición
Biogenético
[%] [%] [%] [%] [%] [%] [%] [%] [%] [%] [%]
1 1 16 2 1 1 micrita 1 Ox. 1 Pómez 5 1 70 30
en poro 1 Mag Materia
orgánica
2 5 5 2 1A /1P 1 > micrita 1 Ox. 3vv /2p 1 1 77 23
1H
3 2 0 1 5 1 Ox. 0 1 1 88 12
micrita 1H
4 8 0 4 0 1 micrita 2 Ox. 0 0 2 81 19
2H gasteróp
odos
1 opacos
5 7 1 1 0 1 micrita 1 Ox. 15 vv 1 1opacos 69 31
2p
1 vb
6 4 6 1 2 A /2 P 1 > micrita 1 Ox. 1 Vv 1 1> 80 20
en poro opacos
7 4 8 2 2 A /2 P 1calcita/ 1 Ox. 1Vv / 1P / 1 1 opacos 74 26
1mitrita 1Vf
8 1 6 1 2 A /1 P 1 micrita 0 4 Vv 1 83 17
9 1 10 0 3 A /1 P 0 0 2Vv / 1 P 2 80 20
10 3 8 0 1 A /1 P 1 micrita 1 Ox. 2 A /2 P 8 1 opacos 72 28
en poro
11 2 4 1 1 0 1 Ox. 0 1 0 90 10

246
12 1 1 1 0 0 0 0 2 1 94 6
polocrista-
lino

13 4 7 1 2 A /2 P 0 1 Ox. 1Vv / 1Vf 2 1 opacos 78 22


Policrista-
lino
14 2 8 1 3A 0 3 Ox. 1 0 1 opacos 81 19

15 8 10 1 5A 0 1 Ox. 7 2 1 opacos 65 35
16 2 8 1 3A 0 1Ox 3 Vv 1 1 opacos 80 20
17 3 7 1 4A 0 1 Ox 2Vv 1P 1 1 opacos 79 21
1policrista
-lino
18 8 1 2A 1micrita 1 Ox 1 vv 1 1 opacos 82 18
1policrista 1p
-lino
19 2 1 1 0 2 micrita 1 Ox. 0 8 0 79 21
2 4
policrista- esparita
lino
20 3 0 1 0 1 micrita 1 Ox. 0 0 0 94 6
en borde
21 8 6 1 3A 0 1 Ox. 2 2 1 opacos 75 25
1P
22 8 8 1 2A 0 2 Ox. 2 3 1 opacos 71 29
2P

247
N° de Tipo de matriz (homogénea o Contenido de Minerales del Presencia de Presencia de
muestra no homogénea, tamaño de antiplásticos material rocoso materia orgánica o carbonatos
minerales, orientación predominante fósil primarios y
respecto a la superficie, secundarios.
porosidad)
1 Homogénea, medianos, en 30 Feldespato, cuarzo, Carbón Secundarios
diagonal, huecos opacos
2 Homogénea, medianos a 17 Feldespato, cuarzo, - Secundarios
pequeños, en diagonal, huecos opacos, óxido de
hierro
3 Homogénea, pequeños, en 12 Carbonatos - Secundarios
diagonal, escasos huecos
4 Homogénea, medianos a 19 Cuarzo, micas - Secundarios
pequeños, en diagonal,
alargados
5 Homogénea, medianos a 31 Cuarzo - Secundarios
grandes, ninguna, grietas
6 Homogénea, pequeños a 19 Feldespato, cuarzo, - Secundarios
medianos, ligeramente en opacos
diagonal, huecos
7 Homogénea, grandes a 24 Feldespato, cuarzo - Secundarios
medianos, ninguna huecos
8 Homogénea, medianos a 14 Feldespato, cuarzo - Secundarios
pequeños, ligeramente en
diagonal, huecos
9 Homogénea, medianos a 20 Feldespato, cuarzo, - -
pequeños, ligeramente en opacos
diagonal, fisuras
10 Homogénea, medianos a 25 Feldespato, cuarzo Carbón Secundarios
pequeños, ninguna, alargados e
interconectados
11 Homogénea, medianos a 10 Feldespato, cuarzo, - Secundarios
pequeños, ninguna, alargados opacos

248
12 Homogénea, pequeños, en 5 Feldespato - Secundarios
diagonal, huecos
13 Homogénea, medianos a 22 Feldespato, cuarzo, - Secundarios
pequeños, casi paralela, opacos
alargados, grietas
14 Homogénea, medianos a 19 Feldespato, cuarzo, - -
pequeños, ninguna, pequeños en opacos
grietas
15 Homogénea, medianos a 21 Feldespato, cuarzo, - -
pequeños, ninguna, grandes y opacos
alargados
16 Homogénea, medianos a 20 Feldespato, cuarzo, - -
pequeños, ninguna, alargados opacos
17 Homogénea, medianos a 21 Feldespato, cuarzo - -
pequeños, en diagonal,
largados
18 Homogénea, medianos a Cuarzo, feldespato - -
pequeños, ninguna,
19 Homogénea, grandes a 21 Cuarzo, moscovita - Secundarios
medianos, paralela, huecos
20 Homogénea, medianos a 5 Carbonatos - Secundarios
pequeños, ninguna, escasos
huecos

249
V.12 Consideraciones

A partir de este estudio petrográfico pudimos determinar las características de los


22 tiestos, con los que formamos 5 grandes grupos correspondientes al área
Maya, costa del Golfo, Michoacán, Oaxaca y Teotihuacán (este último grupo
comprende los tiestos de imitación oaxaqueña). Como resultado general podemos
decir que la cerámica importada nos está indicando que existió un sistema de
intercambio y contacto interregional en el que se combinaron culturas y
tradiciones de diferentes orígenes. Sobre la cerámica imitada podemos pensar
que los grupos extranjeros que habitaban en este lugar conservaban sus técnicas
de elaboración cerámica, que probablemente tienen que ver con su ideología y su
sentimiento de identidad, aunque se encuentran inmersos en otra cultura.

Ahora bien, en lo que respecta al tema de la caracterización, encontramos


que los tiestos provenientes de área Maya contienen de 25 a 35% de
antiplásticos, vidrio volcánico, vidrio biogenético, cuarzo, feldespatos, micas,
micritas en poro, óxidos de hierro, opacos, de matriz homogénea, tamaño de
minerales de medianos a grandes, forma de los minerales subhedrales, pero no
presentan orientación preferencial, poros escasos, presentan grietas.

Los tiestos de la costa del Golfo son de 5 a 20% de antiplásticos, cuarzo,


mica, óxidos de hierro, carbonatos, organismos malacológicos. Cuentan con una
matriz homogénea, tamaño de los minerales de pequeños a medianos, forma de
los minerales subhedrales, orientación de los minerales en diagonal, escasa
porosidad, la cual se presenta en forma de huecos alargados.

Las muestras procedentes de Michoacán están compuestas por 15 a 25 de


antiplásticos, feldespato, cuarzo, anfíboles, piroxenos, micas, vidrio volcánico,
óxidos de hierro. Son de matriz homogénea, tamaño de los minerales de
pequeños a medianos, forma de los minerales de euhedrales a subhedrales,
minerales orientados diagonalmente al borde, porosidad en forma de huecos,
micritas como relleno de poros.

250
La cerámica de los valles centrales de Oaxaca tiene del 5 al 10 % de
antiplásticos, (11 y 12), cuarzo, feldespato, micas, fragmentos rocosos, anfíboles,
óxidos de hierro, micas, micritas en poro. Es de matriz homogénea, el tamaño de
los minerales va de pequeños a medianos, la forma de los minerales es
subhedrales, contiene minerales orientados diagonalmente al borde, porosidad
en forma de huecos y poros alargados.

Para la muestra 19 se encontró del 20 al 25% de antiplásticos; fragmentos


rocosos de origen metamórfico, cuarzo, calcita, micrita, óxidos de hierro. Su
matriz es homogénea; el tamaño de los minerales va de medianos a pequeños,
con minerales orientados paralelamente al borde; porosidad escasa en forma de
huecos.

Nota: El estilo oaxaqueño se dividió en dos debido a que las muestra 11 y


12 presentan micas de la variedad de la moscovita, y la muestra 19 presenta
micas de la variedad de la moscovita además de contar claramente con rocas de
origen metamórfico que contienen dicho mineral.

Para la cerámica local de Teotihuacán se encontró de un 20 a 35% de


antiplásticos, feldespatos, cuarzo, vidrio volcánico, anfíboles, piroxenos, óxidos de
hierro, micas, así como rocas de origen ígneo, materia orgánica, carbón, micritas
en los poros, de matriz homogénea, con minerales de tamaño mediano; y sus
formas son euhedrales a subhedrales. Algunas muestras presentan minerales
orientados ligeramente en diagonal al borde, porosidad desde huecos hasta
poros alargados.

Finalmente podemos concluir a través de los análisis, que la muestra 1, 2,


10 y 15 que corresponden a cuerpos de jarra de paredes muy gruesas, incluidas
en la categoría de tiestos no identificados, que fueron elaboradas con arcillas
propias de Teotihuacán. Por lo que podríamos estar ante un tipo cerámico no
registrado en la metodología existente.

251
Para las muestras 3, 4 y 20 confirmamos nuestras sospechas sobre su
procedencia foránea ya que por sus características micromorfológicas se
determinó como lugar de origen la costa del Golfo.

La muestra número 5, en el análisis macroscópico fue incluida como


importada, posiblemente del área Maya, con los estudios petrográficos
confirmamos esa hipótesis.

Para el tiesto con número de muestra 6, correspondiente a un cuerpo de


olla, el cual fue incluido en la categoría de posible foráneo, debido a su parecido
físico con la cerámica Queréndaro, procedente de Michoacán, los resultados del
análisis nos mostraron mucha similitud en cuanto a la pasta con la cerámica de
Teotihuacán. Pero no estamos 100% seguros de su origen local debido a que no
es totalmente igual, esas ligeras diferencias nos dan la posibilidad de que sí sea
una pieza cerámica importada, cuestión que será resuelta al contrastar nuestro
resultado con una muestra originaria de Michoacán.

Los números de muestra 7, 8, 9, 13, 14, 16, 17 y 18 que fueron


seleccionados para este análisis por poseer una forma procedente de los valles
centrales de Oaxaca pero con pasta al parecer local (teotihuacana), los resultados
nos indicaron que este tipo de vajilla efectivamente fue elaborada por los
residentes de Tlailotlacan con arcillas teotihuacanas, conservando con una
excelente fidelidad la forma de su lugar de origen.

Las muestras 11, 12 y 19 fueron identificadas como importaciones, ya que


su estructura mineralógica es idéntica a la cerámica del área de Oaxaca, por lo
que confirmamos que estas piezas son foráneas.

En este análisis decidimos incluir dos muestras (21 y 22) que, estábamos
seguros, fueron elaboradas en Teotihuacán, con la finalidad de obtener la
característica de la pasta y poder compararla contra las muestras en las que no
teníamos la certeza de su procedencia local o foránea.

252
En la siguiente tabla se muestran las propuestas sobre la procedencia de los tiestos analizados, cabe resaltar que se
omitieron las muestras 21 y 22 ya que estas corresponden a cerámica local teotihuacana que incluimos en el análisis
petrográfico para realizar la comparación con las de imitación de pasta teotihuacana de forma oaxaqueña y de esta
manera discernir claramente su procedencia.

Muestra TL* Proyecto - año Forma - parte Procedencia Resultados Local,


imitación,
importación
1 TL 7 PBO** – 2012 Jarra-cuerpo No identificado Teotihuacán Local
2 TL 7 PBO – 2012 Jarra-cuerpo No identificado Teotihuacán Local
3 TL 7 PBO – 2012 Jarra-cuerpo Posible costa del Golfo Costa del Golfo Importación
4 TL 7 PBO – 2012 Vaso-cuerpo Posible costa del Golfo Costa del Golfo Importación
5 TL 1 PBO – 2012 Olla-borde Posible área Maya Área Maya Importación
6 TL 7 PBO – 2012 Olla-cuerpo Posible michoacano Teotihuacán Imitación
7 TL PBO – 2011 Apaxtle-borde Posible pasta teotihuacana Teotihuacán Local
67 forma oaxaqueña
8 TL 7 PBO – 2012 Cajete cónico-fondo Posible pasta teotihuacana Teotihuacán Local
forma oaxaqueña
9 TL PBO – 2011 Cajete cónico-borde Posible oaxaqueño Teotihuacán Imitación
67
10 X PE1*** – 2014 Jarra-cuerpo No identificado Teotihuacán Imitación
11 TL 6 PBO – 2014 Olla-cuerpo No identificado Oaxaca Importación
12 TL 6 PBO – 2014 Vaso-borde Posible oaxaqueño Oaxaca Importación
13 TL PBO – 2011 Cajete zoomorfo-borde Posible pasta teotihuacana Teotihuacán Local
67 forma oaxaqueña
14 TL 9 PBO – 2013 Torso-figurilla Posible pasta teotihuacana Teotihuacán Local
antropomorfa forma oaxaqueña
15 TL 1 PBO – 2012 Jarra-cuerpo No identificado Teotihuacán Imitación
16 TL 1 PBO – 2012 Torso-figurilla Posible pasta teotihuacana Teotihuacán Local
zoomorfa forma oaxaqueña
17 TL 1 PBO – 2012 Disco-borde Posible pasta teotihuacana Teotihuacán Local
forma oaxaqueña
253
18 TL 1 PBO – 2012 Cajete G12-borde Posible pasta teotihuacana Teotihuacán Local
forma oaxaqueña
19 TL 1 PBO – 2012 Olla-borde Posible oaxaqueño Oaxaca Importación
20 TL 7 PBO – 2012 Cajete curvo Posible costa del Golfo Costa del Golfo Importación
convergente-cuerpo
*PBO = Proyecto Barrio Oaxaqueño ** TL = Tlailotlacan ***PE1 = Proyecto Edificio 1

254
V.13 Anexo fotográfico
de las muestras sometidas a
análisis petrográfico

255
256
257
258
259
260
261
262
Capítulo VI
Contrastación de hipótesis, interpretación y
conclusiones
Esta investigación se basa principalmente en el estudio de los materiales foráneos
recuperados en los conjuntos arquitectónicos del vecindario Tlailotlacan, el cual
forma parte de la ciudad antigua de Teotihuacán, donde como objetivo principal
nos propusimos, a través de la teoría del Sistema Mundo, sustentar la
funcionalidad de Teotihuacán como un Sistema–Mundo durante el periodo Clásico
Mesoamericano. Para cumplir nuestra misión nos apoyamos en la propuesta
metodológica desarrollada por la doctora Agapi Filini ya que, como explicamos
ampliamente en el capítulo II, la teoría primordialmente desarrollada por
Immanuel Wallerstein no puede ser aplicada a las sociedades mesoamericanas,
debido a que fue desarrollada para sociedades esencialmente capitalistas. Por lo
que Filini con la influencia de sociólogos y antropólogos, además de Wallerstein,
realizó los cambios conceptuales pertinentes para que este modelo teórico sea
aplicable a la Mesoamérica del clásico, y sea potencialmente útil en
investigaciones arqueológicas como la nuestra.

Es entonces que Teotihuacán es visto como un gran centro, donde la lógica


fundamental para su buen funcionamiento, se basó en el intercambio de bienes de
prestigio (portadores de un gran valor ideológico), siendo la ciudad la que controla
la producción de objetos para la importación y exportación con la semiperiferia y
la periferia; dentro de esta lógica también se incluye el sacrificio ritual como
reafirmador de la interacción social (Filini; 2005: 109; Filini; 2007: 6; Filini; 2010:
33, 105).

Los objetos de prestigio se convierten para nosotros, los investigadores de


la cultura material, en un recurso para conocer el grado de interacción entre
Teotihuacán y otros lugares de Mesoamérica, en donde de manera inmediata

263
vislumbraremos la asimetría de este tipo de sistemas, la cual está directamente
relacionada con el concepto de agencia. Este término se usa para denominar al
actor o persona encargada de reinterpretar y movilizar una serie de recursos,
teniendo control sobre las relaciones sociales en las cuales se encuentra
involucrado (Filini; 2007, A: 24,25; Filini; 2010: 149). De esta manera no solo se
conoce el grado de influencia, sino que también se conocen a los actores.

Ahora bien, ya que seguimos el modelo metodológico propuesto por Filini


es menester mencionar que Teotihuacán es visto como un centro y se sustenta
como tal, por su interrelación con la periferia o semiperiferia y los objetos
portadores de la ideología teotihuacana hallados en estos sitios, por lo que se da
lo que Filini denomina como el proceso de adopción selectiva de motivos
teotihuacanos, donde cada sitio o área elige lo que adopta dentro de su red
ideológica; estas elecciones no entran en conflicto con las estructuras locales
preexistentes, pues su finalidad es contribuir, enriquecer o reafirmar el orden
social (Filini; 2005: 42).

La operacionalidad del sistema mundo teotihuacano se atribuye a su


excelente estrategia con respecto a las rutas de intercambio y su amplio corpus de
conceptos rituales poseedores de un valor significativo para las demás áreas de
Mesoamérica (Ibídem, 109). Es entonces que si existe una colaboración entre
centro, periferia y semiperiferia, en Teotihuacán debemos encontrar un tipo similar
de adopción selectiva. Esta interrelación la veremos manifestada en objetos de
prestigio provenientes de las áreas que forman parte del sistema.

Otro punto que es importante tocar, tiene que ver con los residentes de
Tlailotlacan, ya que a partir de la evidencia encontrada en los conjuntos
arquitectónicos donde ellos vivían, se reforzará la hipótesis de sistema mundo
teotihuacano, Tlailotlacan será la muestra representativa que nos ofrezca una
visión del centro hacia afuera.

El vecindario de Tlailotlacan por sus particularidades (sistema funerario,


arquitectura, cultura material) ha sido fuertemente vinculado con los valles

264
centrales de Oaxaca; es por eso que se hace necesario agregar el aporte de la
doctora Verónica Ortega sobre los habitantes de Tlailotlacan:

“Los habitantes de Tlailotlacan debieron participar en por lo menos dos tipos de


comunidades: 1) la urbana, teotihuacana, cuya identidad es evidente a través del uso cotidiano del
espacio, de los objetos que circulan al interior de la urbe, de las soluciones comunes que se les dio
a las necesidades básicas de subsistencia y del orden social que les asignó un lugar especifico en
la colectividad, y 2) la de inmigrantes que mantenían vínculos con sus lugares de origen a través
de la preservación de costumbres, tradiciones y ritos, mismos que funcionaron como marcas de
contraste y podían ser utilizadas de acuerdo a fines específicos , tanto al interior del grupo, como
en su relación con otros agregados”(Ortega; 2014: 353).

Una vez mencionado lo anterior comenzaremos a desglosar los resultados


obtenidos en esta investigación, donde se utilizaron 6,756 tiestos provenientes de
seis conjuntos arquitectónicos pertenecientes al vecindario de Tlailotlacan. A partir
de esta evidencia material confirmamos la presencia de cerámica del área Maya,
tiestos de la Costa del Golfo, Occidente de México y Valles Centrales de Oaxaca,
mismos que nos sirven de sustento sobre las relaciones existentes entre
Teotihuacán y otras áreas de Mesoamérica durante el periodo clásico. Además de
la cerámica foránea se incluyó un estudio sobre la cerámica que nosotros
denominamos de “imitación”, para hacer referencia a las vasijas elaboradas con
pasta local, pero que presentan formas típicas de los Valles Centrales de Oaxaca,
adjunto a ésto se realiza una propuesta sobre una forma no registrada en
Teotihuacán, nos referimos a un tipo de cerámica poco convencional, hasta ahora
y según el material recuperado de Tlailotlacan: parecen ser jarras y pequeños
cajetes de silueta compuesta que poseen un grosor de paredes verdaderamente
extraordinario. La denominamos “posible cerámica local”.

Del conjunto arquitectónico TL1 (N1W6), se identificó un total de 1,479


fragmentos cerámicos donde un 0.14% (2), pertenece a una posible cerámica
local no registrada, y un 27.92% (413) a cerámica de imitación oaxaqueña, lo que
nos deja un total de 1,064 (71.94%) tiestos foráneos, en los que notamos que la
interrelación con el área de Oaxaca es la más fuerte en este conjunto y que sus
habitantes preferían importar productos manufacturados en esta región, con un
total de 1,006 tiestos. Dentro del corpus registrado encontramos una amplia

265
variedad en el uso de las vasijas, tipos definidos fueron utilizados para acompañar
los enterramientos extendidos de Tlailotlacan, o fueron utilizados como ofrendas
constructivas, los incluiremos en la categoría de ritual (vasijas efigie,
sahumadores, vasos, cajete cónico G.12, discos, cajete zoomorfo, figurillas
antropomorfas y zoomorfas), asimismo se registra la categoría de vasijas
domésticas y de servicio (grandes vasos o macetas, sahumadores, cajetes
cónicos, apaxtles, ollas, jarras, pichancha, botellón, incensario, vasos), las vasijas
efigie son portadoras de un significado más profundo e ideológico, concerniente a
la conservación de los dioses del lugar donde emigraron. Identificamos un total de
24 formas.

Posteriormente vemos que también existe presencia de vasijas precedentes


del golfo de México. A partir de la investigación realizada sabemos que éstas
provienen del sur de Veracruz (Matacapan) y de la zona centro de Veracruz
(Tajín), en este caso los tipos recuperados pertenecen al complejo ritual, siendo
vasijas de acabados muy finos, en total se identificaron 46 ( 3.11%) tiestos de los
grupos Tuxtlas incisos, Naranja fino grueso, Marfil San Andrés pasta fina, Tuxtlas
bayo fino y Tuxtlas rojo sobre bayo fino. Se identificó un total de cinco formas
cerámicas.

Otro complejo cerámico importante fue hallado en este conjunto: nos


referimos a la cerámica proveniente del occidente de México en donde se
recuperaron tiestos del tipo Queréndaro, los cuales son manufacturados al
Noreste de Michoacán, los identificados en este conjunto conservan restos de
pigmento rojo, el cual fungía como acabado decorativo, son consideradas vasijas
de alta calidad, son el tercer lugar en abundancia con 11 fragmentos que ocupan
un 1.74% del total. En este conjunto identificamos solo una forma cerámica.

Del área Maya solamente se identificó un fragmento de vaso que pertenece


al tipo denominado petenero policromo, de uso exclusivo de la élite, asociado a
contextos rituales. Esta cerámica es la de menor presencia en este conjunto.

266
La cerámica de imitación oaxaqueña tiene un alto puntaje porcentual, y al
igual que la del área de Oaxaca es muy abundante en este conjunto, con 413
fragmentos y piezas completas. En cuanto a formas se halló una amplia variedad y
podemos decir que fue manufacturada por artesanos que dominaban de manera
pura las técnicas usadas en los valles centrales de Oaxaca; en este contexto se
recuperó una amplia cantidad de figurillas antropomorfas y zoomorfas y vasijas de
uso doméstico como: cajetes cónicos, apaxtles, ollas, jarras, vasos, discos y
grandes vasos o macetas. La importancia de la reproducción de este corpus
cerámico en pastas locales acentúa la ideología de sus habitantes y la
conservación de sus raíces. Identificamos 12 formas de imitación oaxaqueña.

Sobre la cerámica local no registrada, podemos decir que existe muy poca
presencia de ella, ya que solo identificamos dos tiestos de jarra.

Conjunto arquitectónico TL11 (N1W6), la cantidad total de tiestos


seleccionados para este estudio fue de 776, donde 15 corresponden a la posible
cerámica local no registrada y 389 forman parte de la categoría de tiestos de
imitación oaxaqueña, donde registramos un total de 15 formas imitadas.

Esto deja un total de 372 fragmentos foráneos de los cuales el área con
mayor peso es Oaxaca con 349 tiestos, al igual que en el conjunto TL1 el corpus
cerámico de este conjunto corresponde a diversas categorías de uso, podemos
resaltar que el uso ritual de vasijas efigie ya sea en piezas completas o fragmento
es alto en este conjunto, también existe una gran cantidad de figurillas
antropomorfas, zoomorfas y sahumadores. Relativo a las vasijas de servicio,
podemos mencionar que existe una amplia variedad de cajetes cónicos, en cuanto
a las de uso doméstico tenemos: vasos burdos, ollas y grandes vasos o macetas.
En total registramos 12 formas para este conjunto.

Cerámica del occidente de México, las piezas recuperadas en este conjunto


corresponden al tipo Queréndaro del noreste de Michoacán; es la segunda
cerámica más abundante con 11 fragmentos que ocupan un 1.42% del total.
Reportamos una sola forma para este apartado.

267
Cerámica del golfo de México, el material de esta área de Mesoamérica
ocupa un 1.29% con 10 tiestos, los cuales se dividen en las que se
manufacturaron en el Sur de Veracruz (Matacapan) y de la zona centro de
Veracruz (Tajín). Todos los fragmentos aunque difieren de tipo parecen
corresponder a una sola forma: vasos.

Finalmente en este conjunto la cerámica de área Maya es la menos


cuantiosa con el 0.26% del total, corresponde al tipo petenero policromo de
Guatemala, la representa un vaso.

Conjunto arquitectónico TL67 (N2W6), existe una cantidad abundante de


tiestos que se identificaron y que fueron objeto de nuestro estudio, en general son
2,746 tiestos de los cuales 1,541 pertenecen al complejo de imitación oaxaqueña,
de los que identificamos 15 formas. También se registraron 12 tiestos que
corresponden a fragmentos de jarra de una posible cerámica local, ahora bien
1,193 tiestos conciernen al estudio de las pastas foráneas.

En este conjunto la cerámica oaxaqueña es la más abundante con un total


de 1,156 fragmentos, en total reportamos 15 formas de las cuales separamos las
de uso ritual en las que incluimos los discos, vasijas efigie, sahumador, incensario,
cajete zoomorfo y figurillas zoomorfas, también hallamos varios cajetes cónicos,
grandes vasos o macetas, ollas, vasos burdos y jarras asociadas a uso doméstico.

El siguiente material foráneo más abundante son los tiestos procedentes del
occidente de México con 20 fragmentos que concierne a tres formas cerámicas.

Posteriormente continuamos con la cerámica del Golfo de México con 11


tiestos concernientes a una sola forma, vaso.

Por último la cerámica foránea menos cuantiosa es la relativa al área Maya,


ya que solo se recuperaron 6 tiestos del tipo petenero policromo.

En el conjunto arquitectónico TL7 (N1W6), registramos un total de 1130


tiestos factibles para nuestro estudio, de los cuales 309 corresponden a tiestos de
imitación oaxaqueña, de este complejo reportamos 12 formas. Otros 13

268
fragmentos entran en la categoría de posible cerámica local en la que solo
registramos la forma de jarra.

Por lo que 808 tiestos entran en la categoría de foráneos en la cual el área


más abundante es la oaxaqueña con 717 fragmentos, y 19 formas reportadas, el
uso de las vasijas varía entre el ritual, el ideológico y el doméstico, éste
evidentemente lo asociamos según su contexto.

Los tiestos del occidente de México, se dividen en cuatro formas; la


cantidad total de materiales asciende a 77 siendo el conjunto arquitectónico con
mayor cantidad de esta cerámica hasta el momento, fueron manufacturados en
dos lugares distintos: en el noreste de Michoacán (Queréndaro) y en Loma Alta
Michoacán.

La cerámica del golfo de México es la tercera más cuantiosa con 12 tiestos


y tres formas cerámicas con presencia del Sur de Veracruz (Matacapan) y de la
zona centro de Veracruz (Tajín).

Del área Maya únicamente identificamos dos tiestos correspondientes a un


vaso del tipo petenero policromo.

Del conjunto arquitectónico TL9 (N1W6), identificamos 462 tiestos, de los


cuales 392 conciernen a cerámica de imitación oaxaqueña, en la que reportamos
18 formas, también en este conjunto encontramos siete tiestos de jarra de silueta
compuesta, que incluimos en la categoría de posible cerámica local.

Por lo que contamos con 63 tiestos que incluimos en la categoría de


foráneos, el área con mayor presencia, según los materiales, corresponde a
Oaxaca con 46 tiestos de los que reportamos siete formas. De uso ritual incluimos
las vasijas efigie, incensario y sahumador; dentro del grupo de cerámica de uso
doméstico están los grandes vasos o macetas, cajetes cónicos y ollas.

El área de occidente de México ocupa el segundo lugar en abundancia con


13 tiestos en el que se registra material del tipo Queréndaro y figurillas de la
tradición Chupícuaro.

269
Del golfo de México se identificaron dos fragmentos de vaso, procedentes
del Sur de Veracruz, manufacturados en Matacapan.

La cerámica del área Maya corresponde al grupo petenero policromo,


manufacturado en Guatemala, de los que solo reportamos dos fragmentos de
vaso.

Antes de presentar los resultados del conjunto arquitectónico TL6 (N1W6),


es necesario puntualizar que el material aquí ocupado corresponde a un pequeño
análisis preliminar realizado durante el año 2014, mismo año en el que se excavó
dicho conjunto, por lo que estos resultados los tomaremos de igual forma como
preliminares.

Durante el análisis de materiales separamos un total de 163 fragmentos


posiblemente foráneos, después del estudio específico 69 fragmentos fueron
incluidos en la categoría de imitación oaxaqueña en los cuales reportamos siete
formas cerámicas. Otros 16 fragmentos corresponden a la categoría de posible
cerámica local; registramos solo la forma de jarra.

En total 78 fragmentos conciernen a la categoría foráneos, donde la


cerámica manufacturada en el área de Oaxaca es la de mayor abundancia con 46
tiestos, los cuales corresponden a 11 formas reportadas.

El occidente de México ocupa el segundo lugar en cuanto a abundancia de


materiales con 23 fragmentos que corresponden a dos tipos: el Queréndaro y el
Loma Alta, donde identificamos tres formas.

Posteriormente hallamos ocho tiestos procedentes del golfo de México,


donde encontramos tipos manufacturados en el sur de Veracruz y en la zona
central de Veracruz.

Finalmente, con la menor cantidad de tiestos se encuentra el área Maya


con un fragmento del tipo petenero policromo elaborado en Guatemala.

270
Para reforzar nuestro estudio y cerciorarnos que nuestra identificación de
cerámicas foráneas fuera la correcta, realizamos análisis de difracción de rayos X
(DRX) y emisión de rayos X inducida por partículas (PIXE) sobre 18 tiestos
provenientes de tres conjuntos arquitectónicos de Tlailotlacan (TL1, TL11, TL67),
donde obtuvimos como resultado la caracterización elemental y mineral de los
tiestos provenientes del área de Oaxaca y los imitados por los habitantes de
Tlailotlacan; además de ésto obtuvimos características físicas de cada grupo, con
las cuales podremos identificarlos realizando análisis macroscópicos de las
piezas.

Con el objetivo de complementar nuestros datos de PIXE y DRX, se


realizaron en 22 fragmentos cerámicos análisis petrográficos, estos tiestos
corresponden a cinco conjuntos arquitectónicos de Tlailotlacan (TL7, TL1, TL67,
TL6, TL9), seleccionamos tiestos oaxaqueños, imitación oaxaqueña, del Golfo de
México, Occidente de México, Área Maya y la cerámica que denominamos Posible
Cerámica Local. Con los cuales se logró caracterizar los elementos constituyentes
y rasgos micro - morfológicos de las pastas y así reforzar nuestra hipótesis sobre
su lugar de origen.

A partir de los resultados obtenidos durante nuestra investigación y con el


uso del modelo sistema mundo propuesto por la doctora Agapi Filini podemos
aportar hacia el entendimiento de Tlailotlacan como un vecindario que mantiene
una interrelación con otras áreas de Mesoamérica, ya antes mencionadas por la
doctora Verónica Ortega, pero en este caso sustentadas a través de la evidencia
material más abundante de los conjuntos arquitectónicos: “la cerámica”, de esta
forma demostramos y apoyamos la hipótesis en la que se propone a Teotihuacán
como el centro del sistema mundo mesoamericano durante el periodo clásico.

Sobre los materiales de los seis conjuntos podemos decir que existe una
homogeneidad en cuanto a su distribución, ya que hallamos en todos la presencia
de cerámica oaxaqueña, cerámica del golfo de México, tiestos del occidente de
México y del área Maya, además de la cerámica de Imitación oaxaqueña y tiestos
de la posible cerámica local no registrada. Para la doctora Ortega (2014), esta

271
uniformidad puede responder a la organización que mantenían los conjuntos
arquitectónicos de Tlailotlacan en el cual los líderes gestionaban y administraban
los canales de abasto. Es importante mencionar que esta homogeneidad
mencionada la refiero única y exclusivamente a los materiales arqueológicos
analizados, ya que los conjuntos arquitectónicos y sus unidades habitacionales
presentan diferencias entre sí (Ortega; 2014: 364, 372).

El posicionamiento de Teotihuacán como el centro del sistema mundo se


debió al control que ejerció sobre ciertos recursos y productos. Existían muchos
individuos de otras áreas a los que les interesaba llevar a sus lugares de origen
productos elaborados en Teotihuacán, los cuales portaban una carga simbólica
que permitía el reforzamiento del orden social: se les asignaba una carga
ideológica convirtiéndolos en objetos de prestigio (Filini; 2010: 105).

Las redes de interacción vislumbradas en Tlailotlacan nos permiten ver la


operacionalidad del sistema con diversas áreas, la capacidad de agencia con la
cual los individuos encargados de la interacción seleccionaban el corpus de
objetos de prestigio que llevarían de Teotihuacán a su lugar de origen.

Con respecto a Oaxaca, esta relación debió mantener lazos fuertes con la
urbe, y podríamos estar hablando de una interrelación entre centros, centros que
participaban en diversas redes de intercambio de objetos de prestigio.
Teotihuacán recibió gente procedente de los Valles Centrales de Oaxaca, misma
que se alojó durante un largo periodo de tiempo, que compartió y reprodujo la
cultura teotihuacana, siendo parte de este centro, pero sin olvidar su identidad y
prueba de ellos son las altas cantidades de materiales cerámicos de imitación,
principalmente vasijas de uso doméstico. Sabemos que mantenían una relación
estrecha con Monte Albán y que no se dio en un solo momento, sino que perduró
durante el periodo clásico ya que tenemos presencia de vasijas que fueron
elaboradas desde la época II A de Monte Albán hasta la época IV. La presencia de
vasijas efigie nos hace pensar en la conexión que tenían con el panteón zapoteco,
también es necesario mencionar que la mayoría de vasijas presentes fueron
importadas y ocupadas para acompañar a sus difuntos. Se registró un amplio

272
corpus de formas oaxaqueñas importadas, mismas que a excepción de las
figurillas antropomorfas, zoomorfas y vasijas efigies, fueron elaboradas con arcillas
locales.

La relación con el occidente de México la vemos presente en Tlailotlacan a


través de dos tipos de cerámica; esta relación existente entre Teotihuacán y esta
área es muy probable que corresponda a centro - periferia, incluye vasijas de uso
ritual con excelentes acabados de superficie.

También se registró una importante muestra de tipos cerámicos de la costa


del Golfo, principalmente de Veracruz (zona central y zona sur), donde la relación
aparentemente también es centro-periferia, las vasijas encontradas están
asociadas a la élite. Se les ha asignado, por su estudio en sus lugares de origen,
un uso simbólico y ritual.

La cerámica del área Maya registrada en los conjuntos concierne a una sola
forma y tipo cerámico; son pequeños fragmentos de vaso del tipo Petenero
Policromo, manufacturado en Petén, Guatemala, donde la interrelación existente
entre Teotihuacán y este sitio es centro-periferia.

A partir de lo expuesto anteriormente observamos la complementariedad de


todas las áreas del sistema mundo, respondiendo de esta manera a la premisa
básica de la teoría del sistema mundo para las sociedades pre capitalistas, por lo
que la presencia de objetos cerámicos de otras regiones en Tlailotlacan,
Teotihuacán, responde a esta lógica sistémica, en la cual la periferia y la
semiperiferia no deben ser dependientes totales del centro. Es entonces que
demostramos la existencia de esta complementariedad vista a través de los
objetos de la cultura material que estudiamos, donde también podemos decir que
los agentes de Tlailotlacan elegían ciertos objetos cerámicos como portadores de
prestigio y que legitimaban la relación y la preferencia de interrelación con
Michoacán (Chupícuaro, Queréndaro y Loma Alta), Veracruz (Matacapan, Tajín),
Guatemala (Petén) y no con otras áreas.

273
Del mismo modo estos sitios tienen evidencia de presencia teotihuacana,
pero dentro de la estructura desigual del sistema es factible que también
participaran en distintas redes de intercambio y no solo en una.

Pensamos que el corpus cerámico identificado, de las diversas áreas, no


fue una decisión aislada del agente, sino que también tenía que ver con las
estrategias sociales, con su esfera ideológica y simbólica, mismas que se les
asignaba en cuanto formaran parte de Tlailotlacan.

Para Agapi Filini los objetos teotihuacanos encontrados en otras áreas:

“Fueron fundamentales en la creación de distancia social entre los líderes locales y sus
sujetos mediante la internalización “de la agencia de control social y sus normas en el proceso de
consumir”…..Los agentes o actores conscientemente aprovechan la ideas atractivas y las
estrategias con el propósito de condicionar, reproducir o cambiar la estructura….” (Filini; 2010: 148,
149).

Es entonces que surge una pregunta: ¿Significó lo mismo la presencia de


materiales foráneos en Teotihuacán?. Hasta el momento son vistos como objetos
que atestiguan una interacción con otras áreas, y hasta cierto punto nos podemos
dar cuenta que tan grande fue su poder de intercambio, pero no sabemos cuál fue
su significado, y qué atribuciones le daba la gente de Teotihuacán a estos objetos.

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