Oscar Muñoz

Asignatura: Lenguaje

Profesora: Daniela López

Curso 3 medio B
El propósito de la obra es dar a conocer como las personas de clases social alta menosprecian a los
mendigos o las personas de situación muy vulnerables. Podemos ver una desigualdad muy notoria
en la obra, ya que el personaje principal denigra al mendigo de una manera que pasa a llevar los
derechos como persona. Al final una persona que tiene mucho dinero tiene los mismo derecho
como una persona que casi no de dinero, no te va hacer mejor o peor persona si no tienes dinero,
una persona vale por que es por los valores que le han formado desde la casa y no por el dinero que
al final de cuenta es un papel que va u viene. En chile somos un país muy clasista donde se mira en
menos a las personas que por ejemplo tienen mal trabajo o viven en lugares bajo o por solo ir a un
liceo o por simple hecho de vestir con ropa que no sea de marca.
Temática abordada la desigualdad:

La presentación de los personajes apunta a una denuncia de la desigualdad de clases: la clase alta
materialista e insensible, los mendigos víctimas de la explotación, apunta directamente a la cultura
chilena.

Ambiente y espacio físico:

Se desarrolla principalmente en la casa Meyer, una mansión muy lujosa y acomodada.

El ambiente al comienzo es hostil pero con el pasar de la obra se comienza a poner tenso.

Conflicto dramático:

Meyer y su familia viven con muchas comodidades, pero el enfrentamiento con un viejo fantasma de
apellido Mirelis, a quien Meyer mato, genera una sensación de culpa que le lleva a cuestionarse diversos
atropellos y vejámenes que hizo pasar a más de un empleador de su fábrica.

Contexto histórico:

Escrita bajo el gobierno de Alessandri quien contaba con un cómodo apoyo de los parlamentarios líbrales,
conservadores y radicales. Surgieron una serie de conflictos sociales que influyeron a los artistas
nacionales, quienes no tenían apoyo económico pero si eran testigos directos de lo que ocurría en el chile
de entonces y lo dejaron plasmado en sus obras.

Personajes:

Lucas Meyer: protagonista de la obra , es un hombre adinerado padre de familia, se ve sumergido en una
pesadilla cuando lo invaden unas mujeres y debe enfrentarse a constante recuerdos del pasado donde se
da cuenta todas las maldades por las que ha hecho pasar a sus empleados

China: Un vagabundo un poco irónico de a momentos es el antagonista que representa a las clases
marginales y que se responsabiliza del comienzo de la pequeña revolución que ha levantado la ciudad
Los invasores, o presenta la invasión de una residencia de clase alta por un grupo de
mendigos de tal modo, que el espectador no sabe si ella ha ocurrido efectivamente o si
fue una "pesadilla". La presentación de los personajes apunta a una denuncia de la
desigualdad de clases: la clase alta materialista e insensible, los mendigos víctimas de la
explotación. La obra posee también elementos neovanguardistas, tales como la
proyección de imágenes en las murallas, y expresionistas, como la cualidad
fantasmagórica y onírica de los personajes y el ambiente.
Muy fácil hubiera sido quedarse en la posición de estos marginados, pero Egon Wolff va
más allá; no solo analiza las causas y consecuencias desde la mirada del dominado, sino
que descarga una gran parte del protagonismo de la obra en el empresario Meyer,
modelo de una clase dominante, que cada vez se ve más arrinconada por la fuerza del
pueblo. Frente a Meyer, Wolff coloca a China («una entre mil», dice ella misma), la
antagonista que representa a las clases marginales y que se responsabiliza del comienzo
de la pequeña revolución que ha levantado la ciudad. En las conversaciones entre estos
dos arquetipos es donde reside toda la carga política y filosófica de la obra. Sus
diálogos, que recuerdan a los agones griegos, se traducen en juegos de perspectivas y
palabras que dejan al espectador lleno de incógnitas y planteamientos irresolubles en la
pasividad de la butaca teatral. Solo cuando llega el desenlace y uno se levanta a aplaudir
es consciente de que ahora es su turno y debe comenzar su propia invasión para obligar
al cambio (aunque sea pequeñito y breve), para ocupar su puesto en el grandioso mundo
Egon Wolff Grobler (Santiago, 13 de abril de 1926) es un dramaturgo chileno, de origen
alemán-sueco, sintió atracción por la escritura a muy temprana edad. A los 8 años, oculto de
sus padres, comenzó a escribir poesía y a las 14 su padre lo matriculo en la Escuela Militar,
intentando alejarlo así de sus tempranas manifestaciones artísticas.

Escribió su primera novela a los 16 años, el acaso

Fallecimiento: 2 de noviembre de 2016 (90 años) Santiago (chile)

Nacionalidad: Chilena

Educación: Universidad Yale, Pontifica Universidad de católica de chile

Información profesional

Ocupación: Dramaturgo

Empleador: Pontificia Universidad Católica de chile

Movimiento: Neorrealismo social

Género: Teatro

Wolff desarrolló un estilo expresivo y único, lleno de giros inesperados. En muchas de sus
obras, la primera escena es igual a la última, creando un ciclo continuo y completo. Aunque
sus temas son universales, su estilo y sus piezas están llenas de referencias a la cultura
chilena.

Sus dramas tratan temas sociales, políticos y existencialistas tales como el conflicto entre
clases sociales, las diferencias generacionales y la decadencia social; también critican los
efectos negativos que algunas reglas sociales pueden causar en la existencia de los
individuos.
Los invasores es una obra de estructura circular, que comienza y termina con la misma imagen. Los hechos
suceden en la mansión de dos pisos de los Meyer, matrimonio de acaudalados industriales que luego de
una velada con amigos se dirigen a dormir tras comentar el sentimiento de temor de perderlo todo a manos
de los más desposeídos.

Las primeras escenas muestran cómo una mano fuerza una de las ventanas de la casa. Se escucha un golpe,
la quebrazón de un vidrio y el movimiento del picaporte. Luego, un hombre vestido con harapos, llamado
"el China",ingresa al lugar y tras él quienes viven “al otro lado del río” ocupan la mansión y los espacios
exteriores

Lucas Meyer –padre del clan- intenta disuadir a los invasores pero éstos pronto establecen un nuevo orden
social al que debe sumarse incluso uno de los hijos de la familia, Bobby. El diálogo con los visitantes deja
en evidencia las injusticias e inequidades sociales y, en especial, el turbio origen de la fortuna familiar.

Conforme el temor se incrementa, los Meyer se rinden a la invasión hasta que la escena se ilumina y Lucas
despierta de lo que ha sido una pesadilla. Pero otra vez se escucha una quebrazón y la mano del China se
asoma nuevamente por la ventana. El texto sugiere que ya no se trata de un sueño.
 Todos conducían a Bahia Solano. Las líneas se cruzan, rectas, curvas, elípticas, provenientes de
latitudes mucho más fantásticas. Educada por el abuelo, ella decía que no había ser viviente que no
meciera seguir viviendo.
 Nunca una duda, nunca un fracaso… pones tus ojos en algo y vas y te lo consigues. Simplemente te
lo consigues. Nunca has dejado de hacerlo… Tal vez hasta me conseguiste a mí, de esa, manera.

 Es verdad... Te temo... Para qué lo voy a negar; o temo por ti, no sé... Cuando nos casamos, tuve
que preocuparme del porvenir como cualquier mujer; partimos con tan poco... Pero muy pronto,
poco a poco, cada inversión, la justa; cada disposición, la precisa; y, al fin, esta mansión:«la
mansión de los Meyer«, y tu posición de ahora, inviolable

 Sí, sí sabes... Esta noche estabas insolente, lo mismo que ellos, la misma rudeza, la misma risa
dolorosa. ¿Qué va a pasar, Lucas?
La obra muestra la gran realidad nacional que vive nuestro país en donde la clase alta o clase
acomodada tienen muchos más privilegios que la case madia o clase baja o clase obrera vive sin lujos,
entre otras cosas la culpa es uno de los factores principales que hilvana la obra con el gran ejemplo de
Meyer.

El problema se centra en la situación sin escapatoria de las clases privilegiadas chilenas. Para ellas
existen sólo dos alternativas existenciales: adaptación al momento histórico incorporándose al proceso de
transición, o bien persistencia, en recalcitrantes posiciones que en definitiva significan su inexorable
destrucción.
Transcurre en un ambiente hermético rodeado por un exterior amenazante
Personajes que viven en una sociedad en transformación, en la que no existe una tradición en que
apoyarse, ni un presente de valores auténticos.