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Los escasos veinticinco años que separan la dimisión del príncipe Bismarck y el inicio de la Primera
Guerra Mundial representan una época de profundos cambios en las relaciones internacionales.
Fue precisamente esta precaución frente a la carrera colonial la que le enfrentó con el nuevo
emperador, Guillermo II (1888-1918), partidario de prolongar la ascensión de Alemania con la
adquisición de un imperio ultramarino, asunto que provocó la caída de Bismarck en 1890.
El fenómeno del imperialismo colonial aumentó la complejidad en el tablero de juego: añadió nuevos
jugadores, entre ellos extraeuropeos como Japón y Estados Unidos; también incrementó las áreas
geográficas en las que las potencias europeas podían chocar entre sí, y las razones para ello. Francia,
Reino Unido y Rusia estuvieron a punto de entrar en guerra en Asia y África por territorios que tres
décadas antes estaban todavía inexplorados.
Wilhelm II
fue el último emperador o káiser del Imperio alemán y el último rey de
Prusia.
Tratado Reaseguro
fue un tratado secreto de neutralidad del Imperio alemán con el ruso firmado en 1887 donde
Alemania proponía la neutralidad en un posible enfrentamiento entre Rusia y Austria-Hungría, a
cambio de que Rusia fuera neutral en un posible enfrentamiento entre Francia y Alemania.
La alianza fue finalmente ratificada a principios de 1894. George Kennan, el redactor del «telegrama
largo» vino a llamarla «alianza fatídica» porque fue la piedra angular de un sistema europeo bipolar
que los estadistas construirían en los veinte años siguientes y que arrojaría al continente a la Primera
Guerra Mundial.
Fue el primer resultado de una política exterior alemana errática, que durante veinticinco años no
supo definir de manera realista el interés nacional ni alinear los objetivos y medios empleados para
su consecución.
Splendid Insolation
Espléndido aislamiento es un término que hace referencia a la política exterior que mantuvo el
Imperio Británico a finales del siglo XIX. Según esta doctrina, el Reino Unido de Gran Bretaña e
Irlanda debía evitar el establecimiento de alianzas permanentes con ningún país del globo para la
defensa de sus intereses.
La carrera colonial estaba poniendo presión constante sobre el Reino Unido en distintas partes del
mundo. Rusia lo hacía en Afganistán, el Hindukush y sobre China; Francia en el Alto Nilo y Alemania
en África del Sur. En el continente africano, Francia y Reino Unido parecían estar más enemistadas
que Alemania y Francia en Europa.
El creciente coste de los cuerpos expedicionarios coloniales y de una flota cada vez más
imprescindible en un mayor número de ubicaciones evidenció los límites de esta política y facilitó la
disposición de Londres a considerar alianzas.
La falta de entendimiento radicaba en la falta de comprensión por parte alemana de los intereses
británicos y su tradición política hacia el continente y, lo que es peor, en una errática interpretación
del interés nacional alemán por sus propios gobernantes. Cuando en 1896 Guillermo proclamó que
ningún acuerdo debía alcanzarse a partir de ahora en el mundo sin la intervención de Alemania y el
Emperador alemán, Alemania inauguraba su Weltpolitik (política mundial). Con ella aspiraba al
estatus de potencia mundial.
En buena medida fue un proyecto personal de Guillermo para ganar prestigio en los amplios círculos
de la sociedad que demandaban pasos firmes hacia la construcción de un imperio colonial en África
y el Pacífico.
Ante estas circunstancias, el gobierno británico se dividió. Eran cada vez más los defensores de llegar
a un acuerdo amplio con Alemania, el aliado natural en palabras del ministro de Colonias Joseph
Chamberlain. Salisbury accedió a negociaciones con Berlín sobre una alianza más global y ofreció el
apoyo británico en el caso de una agresión franco-rusa a Alemania.
En abril de 1904, Gran Bretaña y Francia firmaron la entente cordial mediante la cual quedaron
resueltos todos los elementos que podían enfrentar a los dos países en los asuntos coloniales. El
ministro de Asuntos Exteriores galo Descasé había comprendido las necesidades y límites de
Londres y maniobrado hábilmente para dejar a Alemania en la estacada.