Los últimos cursos de Foucault se dirigen a pensar algo así como la psiqué.
Junto a los regímenes de
veridicción, es decir las prácticas discursivas en que se constituye el objeto como referente, y junto también a las prácticas de regulación de los cuerpos, las prácticas de gobierno que toman al cuerpo como objeto de regulación, Foucault intenta situar las prácticas de subjetivación, prácticas de expresión del sujeto. No ya la adecuación entre el discurso y la cosa, no ya la adecuación entre el cuerpo y el discurso, sino cierta forma de adecuación entre el discurso y el sujeto que lo enuncia. Quizás el problema se desplaza hacia este registro para intentar dar cuenta de una instancia tan necesaria como esquiva: el asentimiento, el consentimiento de la psiqué. Es por esto que la pregunta toma la forma del “gobierno de sí y de los otros”. Si existe algo así como un “gobierno de sí” como condición necesaria para el gobierno de los otros, lo que aquí se plantea es una virtualidad que el francés ya había denunciado como “proyección” del poder psiquiátrico tras las conductas del locoi. No se trata simplemente de un sometimiento a las condiciones de producción del saber-poder sino de un esfuerzo de ser el sujeto ético de sus acciones, la apertura de un espacio virtual en el que se establecería un juicio de conformidad o no con la práctica que algún individuo lleva a cabo. La vinculación con la locura que establecemos no es gratuita, ya que buscaremos mostrar que la figura que Foucault encuentra como modelo del parrhesiasta, de aquel que no se contradice, retoma características que el psicoanáisis piensa en relación a la psicosis. Buscaremos vincular entonces cinismo y psicosis, pero también buscaremos situar el rechazo del inconsciente como puente invisible entre la búsqueda del francés y la posición psicótica. Finalmente intentaremos plantear algo así como el cognitivismo de Foucault. i Foucault, M. El Poder Psiquiátrico. P. 73.