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LA TORTURA EN EL PERÚ EN LA ACTUALIDAD Y

RECOMENDACIONES PARA AFRONTARLA

1. Introducción

La tortura es, actualmente, la modalidad de violación de derechos humanos más grave y extendida
en el Perú. Su práctica no se limita o asocia fundamentalmente a las personas investigadas por
delito de terrorismo, ni se inició con la aparición del terrorismo en 1980. En realidad, se trata de una
práctica enraizada en nuestra historia, de la que aún no podemos librarnos. El terrorismo no hizo
más que provocar y estimular el desborde de una conducta pre - existente en relación con el trato a
los detenidos por parte de la autoridad. Por eso es que hoy, la tortura se sigue aplicando a
detenidos por delitos comunes (en sede policial o en establecimientos penitenciarios), como
modalidad de instrumento disciplinario, a jóvenes reclutas que prestan el Servicio Militar Voluntario,
quienes apenas han cumplido la mayoría de edad (18 años) y por agentes de serenazgo municipal
en su función de seguridad ciudadana.

2. Características de la tortura en el Perú hoy.

La práctica de la tortura actualmente en el Perú, presenta las siguientes características:

1. En primer lugar es una práctica extendida, es decir, practicada en un amplio


ámbito del territorio nacional, que se produce principalmente en comisarías, cuarteles y centros
penitenciarios. La Defensoría del Pueblo a través de diversos informes, como el 139 de
diciembre de 2008, reporta estadísticas que dan cuenta de la vigencia de la práctica de la tortura
y malos tratos en el territorio nacional; se revela que entre enero de 2003 y octubre de 2008,
esta institución recibió 530 quejas por presunta tortura y tratos crueles, inhumanos o
degradantes atribuidas a efectivos de las fuerzas del orden, a nivel nacional. El mayor número
de quejas corresponde a las regiones de Lima, Loreto, Junín, Ayacucho, Cusco y Huancavelica.
Así el 72.2% de los casos se señala como responsables a efectivos de la Policía Nacional (409
casos), mientras que el 22.8 % (121 casos) atribuido a las fuerzas armadas.

2. Desde 1998, en que se tipificó el delito de tortura en el Perú, COMISEDH ha


tenido conocimiento de aproximadamente 300 casos de victimas, ocurridos en 21 regiones del
país. Actualmente asistimos a 107 víctimas de tortura en 21 1, de las 25 regiones, incluida la
capital Lima Metropolitana.

1
Ayacucho, Apurímac, Huancavelica, Ica, Huánuco, Puno, Ancash, Región Lima, Lima metropolitana, Junín,
La Libertad, Piura, Loreto, Callao, Cuzco, Lambayeque, Moquegua, Tacna, Ucayali,

1
3. Es practicada con métodos similares: golpizas sea con puños y/o pies,
golpes con objetos contundentes, agresiones sexuales, inmersión en recipientes con agua, sea
esta sucia o con detergente o lejía. Un porcentaje de las víctimas declaran haber sufrido también
tortura psicológica mediante amenazas, agresiones verbales, etc.

4. Es practicada por agentes estatales a cargo de personas privadas de


libertad: miembros del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) y la Policía Nacional del Perú
(PNP); y miembros de las Fuerzas Armadas, durante el cumplimiento del servicio militar
voluntario. También por agentes del serenazgo municipal en el control de la seguridad
ciudadana.

5. Esta práctica se da a pesar de la existencia de un marco normativo nacional


e internacional que la prohíbe (Código Penal, Convención de la ONU contra la Tortura,
Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, etc.)

6. Es practicada con impunidad. De la inmensa mayoría de los casos, se han


conseguido, desde 1998 en que fuera tipificada la tortura, la Defensoría del Pueblo ha señalado
que sólo 14 sentencias condenatorias (confirmadas por la Corte Suprema de Justicia) han sido
dictadas por la justicia nacional para los responsables. De estos casos COMISEDH ha obtenido
10 sentencias. 2

7. La tortura se practica en la mayoría de los casos, sobre personas en


situación de indefensión, por ser muy pobres, por desconocer sus derechos y los mecanismos
de denuncia, o por ser marginales (detenidos, procesados o condenados por la comisión de un
delito).

8. Las víctimas no tienen garantizado el acceso a la justicia y a la debida


reparación (no cuentan con servicios de apoyo legal –con excepción de los que brindan los
organismos de derechos humanos). Las reparaciones son precarias, no son integrales ni
proporcionales al daño causado por la violación. Ganados los procesos penales, las víctimas
encuentran casi impracticable la reparación pues la obligación de reparar recae exclusivamente
en los agresores directos, quienes ni siquiera cumplen con el pago de estos irrisorios montos
fijados en las sentencias.

9. La tortura en el Perú es también una secuela de la violencia política vivida


en los últimos 20 años debido a la relación que las fuerzas del orden establecieron con la
población. Al respecto el Informe Final de la CVR, es sumamente elocuente, "la tortura en el
Perú constituyó un crimen de lesa humanidad. La CVR concluye que durante el periodo de 1983
a 1997 ha existido por parte de los agentes del Estado una práctica sistemática y generalizada
de la tortura. El Poder Ejecutivo ha registrado 4,826 casos de tortura perpetrados por agentes
del Estado, CADCs y paramilitares, de los cuales 4,265 son adjudicados exclusivamente a
agentes del Estado. Estos casos demuestran que la tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes no fueron hechos aislados sino por el contrario fueron prácticas que

2
Casos de Huber Méndez Barzola, Pascual Espinoza Lome, Rolando Quispe Berrocal, Carlos Mallqui Gaspar,
Esteban Miñan Castro, Cesar Augusto Ayaucan Arguedas, Juan Camargo Tenicela, Burt Howard Chávarri
Castillo,Ricardo Huaringa Félix y Braulio Ñaca Chambilla.

2
se institucionalizaron y fueron aceptadas como normas para luchar contra la subversión,
generalizándose y expandiéndose con el transcurso de los años." 3

10. Es una práctica que mayoritariamente no se denuncia por miedo, por ignorancia, por
desconocimiento de dónde y cómo hacerlo, por amedrentamiento, amenazas u ofrecimientos
diversos; por imposibilidad de poder llevar una denuncia formal –los efectivos de la Policía
investigan a los Policías denunciados-, por sentimiento de impotencia, porque los procesos son
sumamente largos, complejos, las víctimas, testigos tienen que declarar en todas las etapas del
proceso, entre otros muchos factores.

11. Es un fenómeno no visibilizado en la sociedad, por las pocas denuncias que se realizan, por las
mínimas sentencias condenatorias, la insuficiente atención de los medios, por el
desconocimiento de la gente, etc.

3. Ámbitos de la práctica de la tortura.

La tortura se presenta hoy, sobre todo, en las comisarías y en las intervenciones a presuntos
delincuentes, también en algunas unidades especializadas de investigación de delitos comunes de la
policía (Dirincri, Comisaría de Mujeres); en los cuarteles de las Fuerzas Armadas respecto de los
reclutas del Servicio Militar Voluntario; en los centros penitenciarios del país y durante las
intervenciones que hacen los agentes del serenazgo municipal.

En sede policial se aplica tortura a los detenidos como castigo por haber incurrido en la infracción
que motivó su detención, en no pocos casos se tortura a los presuntos implicados en hechos
delictivos para obligarlos a aceptar su responsabilidad, aplicando un anacrónico criterio inquisitivo
que exige la confesión del culpable, en algunos casos las víctimas fallecieron como consecuencia de
las torturas.

En los cuarteles militares, las víctimas de torturas son los jóvenes reclutas que se presentan a
realizar el servicio militar voluntario, a quienes se les inflingen severos castigos físicos por no cumplir
debidamente la instrucción que les es impartida o por algún comportamiento que es considerado
incorrecto o que viola las reglas disciplinarias dentro de la instalación militar.

En los establecimientos penitenciarios, las torturas son inflingidas por los agentes penitenciarios a
los internos como una forma de castigo por el mal comportamiento o por haber realizado algún
reclamo ante las autoridades superiores. En algunos casos estas torturas han generado la muerte de
los reclusos.

En las intervenciones que realiza el Serenazgo Municipal en ejercicio de seguridad ciudadana,


contra los vendedores ambulantes o contra presuntos delincuentes, a quienes son castigados por
resistirse a los desalojos o por resistirse a ser detenidos.

El siguiente cuadro vemos los agentes responsables de los casos que actualmente patrocinamos.
Precisar que los casos que aun se encuentran en giro son 79, los mismos que comprenden a un
total de 107 víctimas.
3
Informe Final CVR. Tomo VI, Primera Parte –Sección Cuarta- Capitulo 1. Páginas 270 al 272.

3
Nº de Casos Agente Responsable

53 PNP
15 FFAA
07 INPE
04 SERENAZGO
TOTAL: 79

4. Víctimas

Actualmente las víctimas de tortura suelen ser predominantemente varones presuntamente


implicados en delitos comunes; además, mayoritariamente, son personas en situación de pobreza,
de bajo nivel de instrucción o pertenecientes a sectores marginales, condiciones que las colocan en
una situación especial de indefensión que, entre otros perjuicios, les impide el acceso a la justicia.

5. Marco Normativo

El 22 de febrero de 1998 entró en vigencia la Ley Nº 26926 que tipifica el delito de tortura y lo
sanciona como un delito contra la Humanidad, incorporándolo al Título XIV-A correspondiente del
Código Penal. Asimismo, se determina la competencia exclusiva del fuero común en el examen
judicial de los casos, quedando claro que no se trata de “delitos de función”. En noviembre del 2004,
el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial estableció la formación de un sub sistema especializado en
el juzgamiento de los crímenes en contra de los derechos humanos, entre los que se encuentra el
delito de tortura. Se encargó a la Sala Penal Nacional esta responsabilidad. Si bien esto significa un
avance, la experiencia de COMISEDH durante los últimos años ha permitido determinar que los
problemas que se presentan en torno al tipo penal de tortura son los siguientes:

a. El tipo penal de tortura exige respecto a la conducta prohibida que


los dolores y sufrimientos sean "graves", lo que limita su aplicación, pues nos encontramos
ante un concepto indeterminado, que está condicionado a la subjetividad de los operadores
y que dificulta a las víctimas o sus familiares la probanza para la existencia del delito así
como a los jueces y fiscales para determinar la concurrencia del delito. Se hace importante
entonces asumir la fórmula de la Convención Interamericana para prevenir y sancionar la
tortura4, pues ella no exige que se inflijan dolores o sufrimientos graves, siendo su ámbito
de protección mayor para las víctimas.

4
"Articulo 2.- Para los efectos de la presente Convención se entenderá por tortura todo acto realizado
intencionalmente por el cual se inflijan a una persona penas o sufrimientos físicos o mentales con fines de
investigación criminal, como medio intimidatorio, como castigo personal, como medida preventiva, como pena
o con cualquier otro fin . Se entenderá también como tortura la aplicación sobre una persona de métodos
tendientes a anular la personalidad de la víctima o a disminuir su capacidad física o mental, aunque no
causen dolor físico o angustia psíquica.

4
b. Con relación a la deficiencia del tipo de tortura, podemos afirmar
que el tipo penal tiene un número cerrado de finalidades por las que se practica la tortura
("obtener de la víctima o de un tercero una confesión o información o de castigarla por
cualquier hecho que haya cometido o se sospeche que ha cometido o de intimidarla o de
coaccionarla"). Debería asumirse las finalidades establecidas en la Convención
Interamericana "(...) investigación criminal, medio intimidatorio, castigo personal, pena ,
cualquier otro fin", ampliándose las posibilidades de sancionar la tortura.

6. Los mecanismos de impunidad

Los mecanismos de impunidad que impiden la investigación y sanción de los responsables se


presentan en tres momentos: Antes de la denuncia de los hechos, durante la investigación preliminar
y en la etapa judicial. Referiremos algunos breves ejemplos a continuación.

1. Antes de la denuncia de los hechos : las víctimas y sus familiares son amenazados para desistir
de denunciar los hechos. En algunos casos son convencidos por los agresores ofreciéndoles el
pago de dinero, o tramitarles el pago de pensiones de invalidez. En diversos casos no se cumple
con lo ofrecido y se retoman las amenazas.

2. Durante la investigación preliminar : En esta etapa se da el mal llamado “espíritu de cuerpo” en


las fuerzas armadas y policiales que busca ocultar evidencias que podrían demostrar la
existencia de torturas. Inclusive en algunas ocasiones se llega a alterar la escena del crimen
para aparentar, por ejemplo, un suicidio. Por su parte, los médicos legistas se resisten aún a
aplicar el protocolo de reconocimiento médico especial, lo que implica la difícil probanza de las
torturas y por ende que el delito quede impune. Finalmente, los fiscales no denuncian por delito
de tortura por desconocimiento de la normatividad o por que la subsumen en otros tipos penales,
llámese abuso de autoridad, lesiones, homicidio, etc. Por ejemplo no consideran a los agentes
del serenazgo municipal como agentes estatales.

3. Durante la etapa judicial: hay jueces que no abren instrucción por tortura, no dictan mandato de
detención en contra de los agresores, no determinan la responsabilidad en los agentes del
Estado con rangos superiores limitándose a los actores directos, se dictan sentencias con penas
mínimas para los responsables no acordes con la gravedad del delito cometido. La Corte
Suprema de Justicia no tiene hasta la fecha jurisprudencia uniforme al respecto, es más en un
caso reciente (Juan Zamudio Bocangel R.N 1776-2008) ha resuelto que el delito de tortura se
comete en un contexto de violencia política, esto ha generado que los agresores soliciten la
adecuación de los procesos por delito de tortura a uno por lesiones.

7. Reparaciones no proporcionales al daño causado.

Las autoridades judiciales no otorgan reparaciones a las víctimas del delito de tortura, que sean
proporcionales al daño que se les ha causado. Esta afirmación queda sustentada en las sentencias
condenatorias que por delito de tortura se han dictado en nuestro país:

5
En el caso de la tortura y muerte de Pablo Pascual Espinoza Rivera, la Sala Penal de
Ayacucho condenó a los responsables a 4 años de pena privativa de libertad (más tarde
elevada a seis por la Corte Suprema) y al pago de S/.20,000 nuevos soles como
reparación civil. En este mismo distrito judicial, en la sentencia dictada en el caso de Huber
Mendez Barzola, se impuso a los responsables 6 años de pena privativa de libertad y se fijó
el pago de la reparación civil en S/. 6,000 nuevos soles. Siguiendo con este distrito judicial
en el caso de Rolando Quispe Berrocal, la sentencia condenatoria dispuso el pago de S/.
6,000, nuevos soles como reparación civil, la Corte Suprema elevó dicho monto a S/. 30,
000 nuevos soles.

La Sala Mixta de Huaura – Huacho condenó a los responsables de la tortura en agravio de


Carlos Alejandro Mallqui Gaspar a 4 y 5 años de pena privativa de libertad y al pago de una
reparación civil de S/. 5,000 nuevos soles.

La Sala Penal Nacional en las sentencias condenatorias que dictó los montos que estableció
no superaron los S/. 10,000 Nuevos soles

Los montos ínfimos e irrisorios fijados en cuanto al extremo de la reparación civil en las sentencias
señaladas demuestran que la judicatura no cumple con el deber de reparar. El Derecho Internacional
de los Derechos Humanos impone dos grandes obligaciones al Estado: un deber de abstención de
conculcar los derechos humanos y otro de garantía respecto de estos derechos. Este último se
refiere a las obligaciones del Estado de prevenir las violaciones, investigarlas, procesar y sancionar
a sus autores y reparar5 los daños causados.

El Estado está en el deber jurídico de prevenir, razonablemente, las violaciones de los derechos
humanos, de investigar seriamente con los medios a su alcance las violaciones que se hayan
cometido dentro del ámbito de su jurisdicción a fin de identificar a los responsables, de imponerles
las sanciones y de asegurar a la víctima una adecuada reparación 6, lo que en nuestro país no viene
sucediendo.

8. Peticiones al Estado

Tomar medidas efectivas para cumplir con sus deberes de prevenir, investigar y sancionar a los
responsables de actos de tortura.

 Prevención:

- Capacitar a los funcionarios estatales del sistema penal en materia de derechos


humanos, con especial incidencia en la prohibición de la tortura. Así también a los
miembros de las fuerzas armadas. Debe reforzarse los cursos de capacitación y
formación para coadyuvar a un cambio de cultura institucional de recurrir a la práctica
de la tortura como técnica de interrogación, medida de castigo o de disciplina.

5
En términos generales, reparar significa restaurar o rectificar por un caso injusto. Para las víctimas de tortura
el derecho a la reparación es una parte importante del proceso de curación.
6
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Sentencia de 29 de julio de 1988, caso Velásquez Rodríguez,
párrafos 166 y 174.

6
- Se sugiere difundir e implementar los Manuales de derechos humanos aplicados a la
función policial y a la función penitenciaria, adoptados en el 2006 y el 2008
respectivamente. En el caso de las Fuerzas Armadas se recomienda formular un Manual
de derechos humanos aplicado a la función militar.
- Capacitar a los operadores de justicia para que realicen una aplicación correcta del tipo
penal de tortura.
- Que la recientemente constituida Defensoría del Personal Militar regule como una de
sus funciones el brindar atención a las denuncias sobre actos de tortura cometidos
contra los alumnos de las escuelas de formación militar y los efectivos que vienen
prestando el servicio militar voluntario 7.
- Establecer con claridad la prohibición de la obediencia debida en los casos de tortura.
- Medidas administrativas: Deben establecerse instructivos que señalen que los actos de
tolerancia y práctica de tortura son muy graves, que constituirá una causal de cese o
pase a retiro del funcionario o servidor público. Asimismo, deben dictarse instructivos
que orienten a los agentes policiales, penitenciarias y de las Fuerzas Armadas para
actuar con respeto a los derechos fundamentales de las personas. Debe potenciarse la
apertura con la sociedad civil para coadyuvar a erradicar la práctica de la tortura.
- Mecanismos de control: Las oficinas de inspectoría deben ser preparadas para que
puedan realizar una efectiva investigación y aplicar una adecuada sanción
administrativa en casos de tortura. Se deben crear oficinas de derechos humanos o
potenciar las ya existentes en los sectores del Poder Ejecutivo, para que cumplan una
labor de vigilancia para evitar que se produzcan este tipo de prácticas. Debe
establecerse niveles de coordinación con la sociedad civil para el seguimiento de los
casos.
- El Estado peruano debe implementar el Protocolo Facultativo a la Convención de las
Naciones Unidas contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o
degradantes, para lo cual se debe instituir el mecanismo nacional de prevención que se
dispone, a través de una norma legal y con autonomía funcional, administrativa y
presupuestal. El Perú sobrepasó en octubre del 2007 el plazo de un año que tenía para
instituir el referido mecanismo nacional de prevención, encontrándose en moratoria.

 Investigación:

- Los denunciantes, los testigos y otras personas que se encuentren en peligro deben
recibir la protección adecuada de parte del Estado.
- Garantizar que las autoridades estatales, investiguen inmediatamente casos de tortura e
inicien, cuando corresponda, el respectivo proceso penal.
- La suspensión del servicio activo a todo agente estatal de quien se tenga la sospecha
que haya cometido tortura, durante el proceso judicial y su inhabilitación en caso de ser
condenado.

 Sanción:

7
Mediante Resolución Ministerial Nº 0562-2009-DE/SG, publicado en el diario “El Peruano” el 22 de junio de
2009, se aprueba la creación de la Defensoría del Personal Militar y como una sus finalidades es “a) la
defensa de los derechos del personal militar frente a cualquier amenaza o afectación directa a su bienestar”.
Dentro de este enunciado podría estar comprendida la propuesta formulada.

7
- Reforma normativa: Debe modificarse el tipo penal de tortura para que se establezca un
apropiado marco jurídico legal, adecuándola a la fórmula contenida en la Convención
Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura. En tal sentido se invoca que la
Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso brinde una pronta aprobación
del proyecto de ley 1707/2007-CR, que propone la tipificación de los delitos contra el
derecho internacional de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario,
y sea finalmente aprobado en el pleno del Congreso.

 Reparación:

- Garantizar una reparación integral y proporcional para las víctimas del delito de tortura,
para estos efectos deberá establecerse de manera obligatoria que el Estado sea
comprendido, en los procesos por delito de tortura, como tercero civilmente responsable.
- Que las personas con discapacidad, como consecuencia de actos de tortura, sean
incorporadas al sistema integral de salud.
- Las víctimas de la tortura y las personas a su cargo deben tener derecho a recibir del
Estado una reparación inmediata, que incluya la restitución, una indemnización justa y
adecuada y la atención y la rehabilitación médica apropiadas.

Lima, 24 de junio de 2009.

Comisión de Derechos Humanos


COMISEDH

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