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Germán Andrés Vásquez

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Reseña de “La Ofensiva Empresarial: Industriales, políticos y violencia en los años 40 en
Colombia” por Eduardo Sáenz Rovner

Introducción:

Eduardo Sáenz estudia en su libro el surgimiento de una clase de industriales poderosos que
lograron forzar sus intereses económicos en la política a través de medios de comunicación, de la
formación de una Asociación Nacional de Industriales (ANDI) y cargos en las funciones públicas.
Explica la tensión entre los industriales y las demás clases burguesas tradicionales: cafeteros,
comerciantes, agroindustriales, entre otros. Eduardo Sáenz, economista colombiano, presentó la
primera edición del libro en 1992. Presenta suficiente experticia en el tema, puesto que, como
economista éste hace un recuento histórico del surgimiento de una nueva clase económica, su
fortalecimiento y desarrollo dentro del Estado colombiano. El autor tiene amplio bagaje en lo
relacionado con la política, economía y clases sociales de Colombia en periodo de 1930-1960
principalmente.

En síntesis, las posturas del autor son muy claras frente al tema. Sáenz argumenta que el
estudio del papel de los industriales es clave para comprender la situación y crisis política de la época.
El anterior punto, explica más ampliamente las fuertes contradicciones que se presentaron en el seno
del Estado, donde había constante conflicto entre partidos políticos que cedían y se contraían
frecuentemente frente a las políticas económicas propuestas. Asimismo, sostiene que dentro de las
élites colombianas no había consentimiento y acuerdo sobre las temáticas relacionadas con
crecimiento y desarrollo económico. Finalmente, es importante dejar claro que el autor nunca intenta
tomar partido en cuanto a si la industrialización fue un proceso bueno, malo, conveniente o
inconveniente para el país.

La siguiente reseña estudia detalladamente los argumentos que Sáenz utiliza para explicar la
forma en que los industriales se hacen un espacio en la élite colombiana y logran incidir en las
políticas económicas del Estado en favor de sus intereses. Primero, demuestra cómo la conformación
de la ANDI facilitó la concentración de las fuerzas industriales bajo un mismo objetivo. Segundo, la
manera en que el exitoso manejo de los medios fortaleció las ideas industriales en la política y en la
sociedad colombiana. Tercero, la incursión de los industriales en el nombramiento de actores claves
dentro de cargos públicos. Posteriormente, se resumirá en solo párrafo ciertas criticas negativas frente
a la totalidad del texto relacionadas con la comprehensión, contenido, ejemplos, etc.

La Asociación Nacional de Industriales (ANDI) fue creada en 1944 con el objetivo de


organizar la clase industrial de todo el país en busca de poder defender sus intereses y no dejarse
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suprimir por las demás clases burgueses. Las cedes estaban ubicadas en Medellín, Bogotá, Cali,
Manizales y Barranquilla. El autor expone claramente las fortalezas, las producciones y las familias
más poderosas de cada región lo cual permite al lector hacerse un mapa mental de la situación de
regional de la época. Me parece interesante la forma en la que el texto deja en claro que la ANDI es
resultado de un fortalecimiento del sector industrial, pero a la vez, una fuente que proporcionó la
continuación de ese crecimiento. La ANDI poco a poco se tecnificó y sistematizó de manera cada vez
más efectiva en el sentido que promovió sus ideas con éxito. Distintos actores hicieron parte de las
estrategias de la asociación desde el sector público, desde los medios de comunicación y desde de
organismos privados económicos. Sáenz se toma la labor detenidamente para explicar el contexto
personal de estos diferentes personajes, explica su educación, ideología y la forma en cada uno influyó
en el curso de la ANDI.

Asimismo, explica qué políticas favorecían específicamente a los industriales, por qué y la
forma en que lograron ponerlas en marcha. En este punto es que se puede percibir con facilidad la
ideología de la asociación, de lo cual el autor concluye que no era precisamente una política
socialmente progresista. Lo anterior explica por qué el país se polarizo tan drásticamente entre
quienes apoyaban las políticas industriales o no, por ejemplo, a favor del librecambio o al contrario
exigían imposición de aranceles. No obstante, los industriales finalmente lograron movilizar muchos
seguidores, por ejemplo, en 1949 el 40% de los estudiantes de las universidades privadas recibían
becas de la ANDI. Al valorar críticamente el anterior argumento, sostengo que es útil para sustentar
la tesis. Además, es pertinente debido a que muestra la forma en que el sector industrial obtuvo
simpatizantes y asimismo poder para incidir en el ámbito público y privado. Adicionalmente, es un
argumento difícil de controvertir puesto que son hechos históricos extraídos de una gran variedad de
fuentes.

El hábil manejo de los medios de comunicación por parte de los industriales fue el segundo
método en que los industriales se fortalecieron, lograron protegerse de las demás élites e incidir en la
política. A través de los medios los industriales promovieron muchas de sus ideas, por ejemplo, el
hecho de que la industrialización era la única alternativa viable para el desarrollo puesto que, el
contexto internacional estaba económicamente deprimido y el país estaba desabastecido. Utilizaron
la propaganda para obtener mayor acogida en el público. En definitiva, las publicaciones de los
industriales se volvieron una fuente muy valorada e importante de información a nivel nacional. Esta
fortaleza de lo industriales incentivo muchas propuestas de parte de los medios de comunicación y
periodistas destacados para trabajar en conjunto con la ANDI. Los dueños de las empresas tuvieron
una excelente oportunidad de ganar más dinero, de crecer, de sentirse más importantes y de subirse
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en el tren de la prosperidad. En resumen, “la capacidad de los industriales para dominar el mercado
nacional fue resultado de un esfuerzo permanente conducido a través de una multitud de medios”
(Sáenz, 2007).

Es importante resaltar que Eduardo Sáenz utiliza muchos ejemplos e información cualitativa
y cuantitativa en este capítulo del libro. De igual modo, es una peculiaridad académica que el autor
primero aclara las características de la prensa colombiana objetivamente sin relacionarla con el tema
de los industriales. En cuanto a la base del argumento, éste sí sustenta de manera clara y directa la
postura del autor en cuanto al soporte popular que los industriales ganaron a través de los medios de
comunicación. Es pertinente el argumento porque además de defender la tesis demuestra la condición
social y política de la época y enseña un camino hacia la modernización que tuvo lugar en Colombia.
Al igual que el primer argumento, éste también es difícil de refutar por lo que tiene solidez en sus
fuentes y claridad en lo hechos históricos.

Eduardo Sáenz expresa que la incursión en la política no fue una tarea fácil ya que los
políticos y los industriales tenían diferentes intereses y metas. Además, eran dos elites en competencia
que luchaban por controlar el desarrollo del país. El autor presenta como al principio ni Mariano
Ospina, ni Lleras Restrepo, ni Alfonso López Pumarejo apoyaron a los industriales. Sin embargo,
sostiene que ni el Estado ni los políticos son autónomos en relación con los intereses económicos
privados. Lo anterior lo demuestra el hecho de que los liberales al principio no apoyaban el
proteccionismo industrial, pero posteriormente sí lo hicieron, incluso, fueron los primeros. Los
conservadores a inicios de los años 30 también se mostraban hostiles frente a los intereses industriales,
planteaban que el café y la agricultura era la base de la economía; estos también fueron cambiando
de opinión. Estos cambios en los juicios de los partidos políticos demuestran el éxito de los
industriales en el adentramiento en cada uno de ellos, pues tanto los liberales como los conservadores
recibieron grandes sumas de dinero en forma de subsidios de parte de la ANDI para financiar
proyectos y campañas.

A fin de cuentas, la influencia de los industriales sí se vio reflejada en la política comercial


del país, en el proteccionismo económico, en las tarifas arancelarias, en la tasa de cambio, devaluación
del peso, licencias de importación, entre otras políticas. Dicha supremacía política de los industriales
fue peligrosamente grande en virtud del casi exitoso golpe de Estado en contra del presidente López
Pumarejo. Lo anterior demuestra como ninguno de los dos partidos era autónomo frente a los
industriales. En general me parece oportuno destacar que el autor hace una buena descripción de la
relación entre la política y los industriales en ambos sentidos. Igualmente es muy claro en las
transformaciones de cada partido político. Este argumento sustenta de manera efectiva el núcleo de
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la tesis del libro porque hace alusión a la actuación política de los industriales en la política
precisamente y la forma en que se abrió espacio en este ámbito. Opino que a lo largo del texto
desarrolla este argumento, con variedad de datos y con muchos ejemplos de manera que las
transformaciones políticas de cada partido quedan muy claras. Es lo suficiente adecuado para el tema
estudiado porque revela puntualmente como fue el trato directo con las demás élites, idea principal
del libro. Éste, al igual que los anteriores dos argumentos, es difícil de rebatir puesto se limita mucho
de interpretaciones y opiniones, al contrario, es muy objetivo e intenta sustentar todo desde datos
históricos.

En conclusión, el autor logra demostrar como “para los años 50 los industriales habían
logrado controlar varios organismos oficiales claves para la formulación de la política económica
colombiana” (Sáenz, 2007). A través de esta influencia, los industriales lograron ser capaces de
aumentar los niveles de productividad y ganancias, recudir los conflictos en sus fábricas y mantener
controlada la clase obrera. Fueron capaz de dotar las empresas de organización técnica y
administrativa más racional. Se caracterizaron por un manejo interno con excelente cumplimiento de
los contratos, sentido profesional y responsabilidad social. En general Eduardo Sáenz consigue
sustentar correctamente su tesis y de manera muy detallada. En tanto a apuntes negativos, como lector
es difícil retener tanto contenido. También habla de muchos temas de otros argumentos dentro de un
solo argumento, es decir, habla de los políticos durante todos los capítulos lo cual dificulta la
comprensión del argumento principal de cada capítulo. Para finalizar es un libro muy valioso para
entender el proceso que tuvo lugar en la industrialización de Colombia.

REFERENCIAS:

- Eduardo Sáenz Rovner, La Ofensiva Empresarial. Industriales Políticos y Violencia en los


años 40 en Colombia (Bogotá: Universidad Nacional, 2007).

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