Objetivo: Propiciar un encuentro personal y profundo con Dios, a
través de su Palabra. Introducción: En la puerta de entrada: “Mira que estoy a la puerta y llamo…” Ap. 3,20 ¡Jesús, el Señor, hermano y amigo, ¡está tocando a la puerta! Habla e invita a escuchar su Palabra con libertad y generosidad. Espera amoroso y paciente la respuesta para entrar y estar con nosotros. Quiere compartir la vida, la casa la comida e intercambiar palabras, anhelos y proyectos. Estemos con un corazón abierto, ojos limpios y oídos atentos. Busquemos las llaves adecuadas para abrir puertas y candados. Muchas cosas con frecuencia nos tienen encerrados, aislados, perdidos en la casa del mundo o en nuestro propio ser y no conseguimos abrirnos y entrar a nosotros mismos. ¿Dónde me busca Dios y dónde lo busco yo a Él? Se les invita a buscar un lugar apropiado y tomar la postura física que más les ayude para su meditación. Tomar conciencia de tu respiración, de tu cuerpo, de los sonidos
y hasta del silencio.
Hacer una oración: «Señor mío, puesto en tu presencia quiero disponer mi corazón para este momento de oración. Envía tu Espíritu Santo para me ilumine y abra mi mente y corazón a todo lo que Tú me quieras decir hoy. Gracias, Señor, por alimentarme con tu Palabra». Escoger un texto, aquel que sienta me atrae más. Textos bíblicos para reflexionar: Os 2,14; Ap 3,19-20; Is 49,15-16; Mc 6,30-32, 1 Re 19; Jn 1,35-39; Jn 14,12-14; Jer 18,3-4 y Lc 11,9-10. Contestar por escrito las siguientes preguntas: 1. LEER: ¿Qué dice el texto? 2. MEDITAR: En este momento concreto de mi vida ¿Qué me dice Dios a mí en este texto? ¿Cómo la ilumina? 3. ORAR: ¿Qué respondo a Dios a través del texto? Esta oración puede ser de “bendición, alabanza, acción de gracias, petición, intercesión, perdón”. Se trata de un diálogo con Aquel que sabemos nos ama. (CONTEMPLACION QUE ME LLEVA AL) 4. COMPROMISO: ¿Cómo voy a vivir esta Palabra?