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8-7
2019
LA NARRATIVA DE LA VIOLENCIA
Trabajo escrito
La narrativa de la violencia
Presentado a:
CONTENIDO
INTRODUCION
1 La narrativa de la violencia
3 La violencia en la narrativa
Conclusión
Anexos
Bibliografía
INTRODUCION
Uno de los eventos clave en lo que se conoce como “La Violencia”, fue el asesinato
del candidato presidencial Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948. Este evento
fue a su vez la cúspide y el generador de los odios bipartidistas entre conservadores
y liberales. Una vez ocurrido el asesinato y el caos posterior (conocido como El
Bogotazo), se inició una ola de violencia entre partidos que produjo miles de
muertos, desaparecidos y desplazados. Estas luchas y persecuciones fueron las
que causaron la formación de grupos guerrilleros como las FARC y el M-19, en un
principio compuestos por liberales campesinos que intentaban resistir los ataques
del ejército nacional al mando de un estado conservador.
Como se puede ver, la violencia en Colombia ha sido “pan de cada día”. Resulta
entonces obvio que mucha de la narrativa de ficción producida durante los siglos
XX y XXI, esté influenciada en mayor o menor medida por la guerra. Ha de notarse
que, así como la violencia se ha convertido en algo rutinario, su uso en las artes y
en la literatura también. No han existido tabús a la hora de tratar la violencia y lo
que ha cambiado ha sido el punto de vista y el estilo de la narración, más no los
contenidos que se han podido – o no – tratar en los textos.
Por otro lado, aparece la literatura “sicarista”, cuyo eje narrativo principal son los
sicarios (asesinos en motocicleta, usualmente hombres jóvenes de bajos recursos),
y, por ende, el narcotráfico que generó dicho fenómeno. La característica principal
de este periodo de violencia y, por ende, de la literatura que lo trata, es la aparición
del aspecto urbano. Hasta ese momento, la guerra era vista como un problema rural;
la guerrilla solía esconderse y combatir en las montañas. El narcotráfico y su
violencia eran propios de los barrios pobres de las ciudades. Al ser un negocio, era
importante para los narcotraficantes estar cerca de sus clientes y así mismo de los
centros de negocios. Por tal razón, mucha de esta literatura se detiene en describir
el barrio, la importancia del mismo, así como de la ciudad y de las formas de habla.
Es el caso de No nacimos pa´ semilla (1990), obra cumbre del “sicarismo”, donde
destaca, entre otras cosas, un glosario al final del libro a manera de apéndice, de
términos usados por los sicarios. Dentro de este género aparece también la famosa
novela La virgen de los sicarios (1994) de Fernando Vallejo, con temáticas muy
similares a las tratadas por Salazar, estudiando la vida de los sicarios y del
narcotráfico.
LA VIOLENCIA EN LA NARRATIVA
Lamentablemente sea posible que esta historia de violencia nunca termine y por lo
tanto, la lista de literatura que cuenta sobre ella siga creciendo. Como remedio solo
queda leer los libros, entender los fenómenos e intentar no cometer los mismos
errores de nuevo.
Viento seco: Novela de Daniel Caicedo, una narración cruda que describe los
hechos de violencia y la migración forzada de los campesinos hacia los
principales centros urbanos colombianos; se considera la primera novela de
Violencia aparecida en Colombia, y una de las más populares en la primera
década, de 1950 a 1960.1
Cóndores no entierran todos los días: Novela de Gustavo Álvarez
Gardeazábal y que fue llevada al cine en 1984. El protagonista es León María
Lozano, apodado "el Cóndor", jefe de los denominados “pájaros”, grupo de
matones orientados bajo la ideología conservadora y de extrema derecha
durante el período de La Violencia.
Cien años de soledad: La obra más recordada del Premio Nobel de Literatura
de 1982, Gabriel García Márquez, si bien retoma en sentido largo elementos
históricos colombianos, refleja sin duda este periodo.
En la tormenta: Película escrita y dirigida por Fernando Vallejo. La película tuvo
que ser rodada en México ya que a Vallejo le generaron varios obstáculos para
impedir su realización en el país, una vez terminada le prohibieron exhibirla en
Colombia.
La mala hora: de Gabriel García Márquez
Espuma y nada más: Un cuento de Hernando Téllez en lo cuál el protagonista
(un revolucionario) tiene que afeitar al capitán del ejército. Aunque no habla
específicamente de la época de violencia, se trata de los claves psicológicos que
tenemos que tener en mente cuando pensamos de esta época.
El 9 de abril: de Pedro Gómez Correa.
Viernes 9: de Ignacio Gómez Dávila.
El Monstruo: de Carlos H. Pareja.
Chambacú, corral de negros: Novela que toma lugar durante la Guerra de
Corea y habla del olvido de la gente negra de la isla de [Cha', crónicas de las
violencia escritas por Alfredo Molano las cuales reflejan la tensión política y que
se vivió en las décadas de los 40's y 50's.
LITERATURA SOBRE LA EPOCA DE VIOLENCIA EN COLOMBIA
El Extermino Colonial
El Extermino Colonial
«En junio de 1818 arcabucearon a cinco en la huerta de Jaime, tres negros y dos
blancos, entre ellos un tal Vásquez, del Socorro, después los colgaron en las
horcas». Esto lo escribió un parroquiano en un diario personal que llevó desde
1810 hasta 1819, en el periodo de la guerra anticolonial. José María Caballero, un
anónimo pulpero que nada tenía que ver con los ejércitos en lid, se puso a la tarea
de registrar en una libreta lo que sus ojos veían y sus oídos escuchaban. Eran
tiempos en los que se mataba por el sólo hecho de ser español o canario tal como
lo ordenaba el Libertador Simón Bolívar en su «Decreto a Muerte». Diario de
Independencia se titulan las anotaciones de José María Caballero. El dietario
describe como los perros, los gatos y los pollos huían por la plaza de mercado
cuando las tropas españolas comandadas por Pablo Morillo entraron a Santafé de
Bogotá para castigar a los rebeldes.
La Guerra de los Mil Días
Fue una carnicería. Más de cien mil colombianos murieron en mil días. Una guerra
ocasionada por el odio y el sectarismo de unos «hombres miopes para el bien y
para el mal» como bien los describiera Josep Conrado en su novela Nostromo. Fue
por esta majadera contienda que los Estados Unidos -mediante una maniobra
geopolítica- consiguieron que el departamento de Panamá se separara de
Colombia. Inspirado en la obra de Conrado, el escritor colombiano Juan Gabriel
Vásquez escribió Historia secreta de Costa guana, un libro que muestra como la
retórica partidista puede llevar a la desgracia a una nación y dejarla sometida a los
designios de un poder imperial. Desde entonces Colombia quedó partida
territorialmente y su gente dividida por el odio. Un odio incitado desde las alturas del
poder.
La Masacre de la Bananeras
La Mamita Yunai, mencionada una y otra vez por Eduardo Galeano en Las venas
abiertas de América Latina, también dejó sus difuntos entre las plantaciones de
banano que explotaban en Colombia. La tristemente célebre United Fruit Company
clavó su republiquita en el Caribe colombiano. La matanza de obreros en huelga
se produjo cerca de la estación del ferrocarril de la población de Ciénaga. Corría el
año 1928 y el fuego de las ametralladoras barría a los centenares de
manifestantes reunidos en la plaza. En Cien años de soledad, una de las más
grandes obras de la literatura universal, García Márquez relata como los
cadáveres eran amontonados en los vagones del tren con el mismo orden y
sentido que se transportaban los racimos de banano. Hasta la muerte funcionaba
como una cadena de montaje. Esta vez era el Ejército de Colombia, al servicio de
una banda de mercachifles extranjeros, quien disparaba contra su misma gente.
El asesinato de Jorge Eliecer Gaitán
El caudillo Jorge Eliecer Gaitán, con su oratoria de heraldo bíblico, no sólo denunció
la masacre cometida en la Zona Bananera, sino que también reivindicó la lucha por
la tierra y llamó a la unión del pueblo colombiano contra la oligarquía de los partidos
tradicionales. Un sicario, guiado por una fuerza reaccionaria y conspiradora, lo
asesinó en plena calle, en el corazón de Bogotá. Arturo Álabe, un escritor que
experimentó un breve recorrido por la trashumancia guerrillera, escribió muchos
libros, pero su obra monumental está contenida en dos de ellos: Bogotazo: Memoria
del olvido y El Bogotazo: La paz, la violencia. Testigos de excepción. álabe
escudriño en su memoria y la de otros para reconstruir el hecho que desencadenó
una violencia indefinida y extendida en la mayoría del territorio colombiano.
La Operación Marquetalia
Los autores vieron desde los macizos de la Cordillera de Los Andes como caían
las primeras bombas contra su comuna campesina. Manuel Marulanda Vélez, Ciro
Trujillo y Jacobo Arenas dejaron testimonio escrito de cómo comenzó y cómo
acabo todo. Cuadernos de campaña, Páginas de su vida y Diario de la resistencia
de Marquetalia componen la trilogía que explica los llamados sucesos de la aldea
de Marquetalia. Es la voz de las protagonistas. Ellos estaban allí. Dos campesinos
y un sindicalista que se volvieron guerrilleros por las circunstancias del destino. Un
destino en manos insensatas y tremendistas que ordenaron atacar con todas las
armas de la república una mera comuna campesina, basada en un ideal utópico y
habitada por un centenar de almas. De ese ataque matrero vienen las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Lo que podía resolverse mediante
unas pequeñas obras sociales se hizo por las malas.
El bandolerismo
Las leyendas europeas cuentan de señores ilustrados que, iluminados por una luz
justiciera, se fueron a los caminos para robar a los ricos y distribuir el botín entre los
pobres. Los bandidos latinoamericanos fueron casi todos analfabetas y procedían
de las clases desheredadas. Campesinos audaces que se juntaban y armaban
mesnadas para quitarles a los propietarios, fueran estos ricos o pobres. Bandoleros,
gamonales y campesinos escrito al alimón por Gonzalo Sánchez y Donny Meertens
da cuenta de los bandidos criollos que hicieron de las suyas en las comarcas
agrícolas de Colombia. Los bandidos colombianos fueron aprovechados por los
jefes políticos locales para homogenizar sus áreas de influencia. Cuando algunos
de ellos hicieron conciencia de su condición de excluidos, volvieron sus armas
contra el establecimiento. El Estado los persiguió y los abatió. Había el peligro que
de bandidos pasaran a guerrilleros.
Joe Frederick nació en Australia, pero bebe whisky irlandés. Llegó a Colombia como
misionero en 1963 y desde entonces su vida ha estado vinculada con los curas
rebeldes. Camilo, el cura guerrillero y El guerrillero invisible son dos libros escritos
por Frederick que muestran los pormenores de un par de sacerdotes, uno
colombiano y otro español, que dejaron la sotana y se echaron al monte con los
guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Camilo Torres Restrepo y
Manuel Pérez Martínez hicieron la guerra sin renunciar al crucifijo. Detrás de Camilo
Torres, muerto en una emboscada en 1966, vinieron otros curas más que murieron
en su ley. Joe Frederick dedicó muchos años de su vida para reconstruir estas
singulares historias
Los estudiantes toman las armas
Las décadas de 1960 y 1970 fueron las de los estudiantes. La década de 1980 fue
el período de las opciones de las guerrillas latinoamericanas luego del triunfo de la
insurrección sandinista en 1979. Se necesitaban narrativas que se encargaran de
dar el último empujón hacia la guerrilla a los estudiantes contestatarios. La guerrilla
de los ochenta se nutría de jóvenes universitarios que creían en la revolución social
y vieron con rabia y frustración cómo el experimento pacífico de Salvador Allende
fue malogrado a sangre y fuego. Los funerales de América, de Fernando Soto
Aparicio, es una novela que algunos podrían calificar de panfletaria o inspirada en
el romanticismo guevarista, pero necesaria para una generación que no quería
llegar tarde a la fiesta revolucionaria. Un libro de su época. Una época que
reclamaba acción.
Alfredo Molano Bravo es el autor colombiano que describe en su obra todas las
violencias. Las viejas violencias, las de ahora y las que vendrán. En realidad, son
luchas que terminan en violencia. La lucha por sobrevivir en un país cruel e injusto.
Los campesinos que se van a la selva para tumbarla y hacerse a un pedazo de tierra
y darle de comer a los suyos. La madre soltera con un poco más de veinte años que
transporta entre sus intestinos un kilo de cocaína y es descubierta en un aeropuerto
de España, Estados Unidos o Japón. La chica que se fue a la guerrilla porque los
paramilitares les mataron a sus padres. El chico que se va a los paramilitares porque
allí tiene un arma y un sueldo seguro. Los pobres que se van por las aguas arriba
en busca de Eldorado. El día a día de la gente en las prisiones. Los escritos de
Molano tales como: Siguiendo el corte; Relatos de guerras y de tierras; Aguas
arriba: entre la coca y el oro; Trochas y fusiles; Rebusque mayor: relatos de mulas,
traquetos y embarques; Penas y cadenas y Ahí le dejo esos fierros, son lecturas
inevitables si se desea conocer las voces de todas las violencias del conflicto
colombiano.
CONCLUSION
el exterminio colonial
La operación marquetería
EL BANDOLERISMO
LOS ESTUDIANTES
TOMAN LAS ARMAS
Bibliografía
https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Literatura_sobre_la_%C3%A9poca_de_la_violencia_en_Colo
mbia
https://yezidarteta.wordpress.com/2016/01/15/literatura-de-la-violencia-colombiana-cronologia/