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TÉCNICA DE
MACHALA
UNIDAD ACADÉMICA
DE CIENCIA
QUÍMICAS Y DE LA
SALUD
CARRERA DE
MEDICINA
P.P.P. PEDIATRIA
DOCENTE:
INTEGRANTES:
HEMORRAGIA DIGESTIVA
La mayoría de las entidades que producen hemorragia digestiva, usualmente no requieren
tratamiento quirúrgico, ni conducen a inestabilidad hemodinámica, al no tratarse de hemorragias
masi-vas, pero a pesar de ello generan intranquilidad a los padres y a los pediatras. Por este
motivo es fundamental el abordaje sistemático de las distintas opciones diagnósticas y
terapéuticas.
En la valoración de un niño con hemorragia gastrointestinal es preciso tener en cuenta una serie
de aspectos semiológicos que pueden ayudar a orientar el diagnóstico:
En general, toda hemorragia que provenga de una localización proximal al ligamento de Treitz, se
considera hemorragia digestiva alta (esófago-estómago-duodeno).
Etiología:
Sangre materna deglutida
Procedente del canal de parto o de fisuras de los pezones de la madre, ambas etiologías producen
no solo vómitos de sangre digerida, de manera más frecuente producen melenas.
Ulcera péptica
Dx: Endoscopia
Esofagitis
Las esofagitis más frecuentes en los niños son consecuencia del reflujo gastroesofágico. En estos
niños existe un retroceso del contenido del estómago, de manera que el ácido gástrico puede
terminar lesionando la mucosa del esófago.
La esofagitis por reflujo se produce en lactantes que vomitan o regurgitan frecuentemente, en los
que aparece rechazo de las tomas con irritabilidad y posturas de extensión hacia detrás. También
puede manifestarse de forma menos llamativa por fallo de medro. Los niños mayores suelen
referir sensación de quemazón (pirosis), dolor torácico o epigástrico (en la boca del estómago).
Para el manejo en la mayoría de los casos de esofagitis por reflujo gastroesofágico es suficiente
con tratamiento antirreflujo y observar que existe mejoría de los síntomas. En otras ocasiones, el
pediatra indicará realización de una endoscopia digestiva alta para visualizar directamente la
mucosa esofágica y obtener biopsias.
• Entidad frecuente en recién nacidos y lactantes que han recibido formulas artificiales.
• Reemplazo de la formula.
Intususcepción
La parasitosis intestinal por Ascaris lumbricoides es un problema de salud que afecta sobre todo
a preescolares. De todas las complicaciones, sin duda alguna, la
oclusión intestinal parcial o total por el ovillamiento de los
helmintos es la más frecuente. Otras complicaciones son la
migración errática, suboclusión, vólvulos, oclusión intestinal, etc.,
disminuyendo la morbimortalidad en la edad más vulnerable que
son los niños menores de 5 años.
Fisura anal.
• Sangrado en forma de estrías o gotas, que aparece después de defecar asociado a dolor
anal.
• Dx: inspección.
Enterocolitis Necrotizante:
Afecta sobre todo a niños prematuros que han sufrido estrés perinatal presentando un cuadro
clínico característico con:
Síntomas y hallazgos exploratorios que suelen preceder a los signos de aire en la pared intestinal y
a veces a la perforación
Lactante vomitador
El vómito debe distinguirse de la regurgitación, que se refiere al desplazamiento sin esfuerzo del
con-tenido gástrico hacia el esófago y la cavidad oral, como ocurre con el reflujo gastroesofágico
fisiológico. INTRODUCCIÓN El vómito se define como la expulsión forzada del contenido gástrico
por la boca. Se trata de un hecho prominente de muchas enfermedades de la infancia y con
frecuencia es el síntoma principal (p. ej., este-nosis pilórica), aunque también pueda formar parte
de un contexto semiológico más amplio (p. ej., septicemia). Su presencia debe alertar al pediatra
para dilucidar si forma parte de un proceso benigno auto-limitado o si es la forma de presentación
de una enfermedad grave o por lo menos relevante. El vómito debe distinguirse de la
regurgitación, que se refiere al desplazamiento sin esfuerzo del con-tenido gástrico hacia el
esófago y la cavidad oral, como ocurre con el reflujo gastroesofágico fisiológico. También debe
diferenciarse de la rumiación o merecismo, que es un trastorno psicoafectivo y disfuncional por el
cual el niño se complace en degustar y deglutir el alimento retornado desde el estómago
voluntariamente.
DIAGNOSTICO
En raras ocasiones la hematemesis franca requiere confirmación pero si existen dudas se deben de
realizar pruebas químicas como el guayaco, ortomidina, fluores-cencia de Porfiria o guayaco
tamponado para ácido, aunque existen sustancias con actividad de tipo peroxidasa que
pueden dar falsos positivos
Además, se debe hacer uso de otros métodos diagnóstico, dependiendo del lugar afecto, por
ejemplo:
El abdomen agudo (AA) en la infancia es difícil de definir al ser un cuadro sindrómico de origen
múl- tiple y de clínica muy variada.
Con carácter general, podemos decir que el sín- toma principal del AA es el dolor abdominal agudo
(DAA), siendo además éste uno de los motivos que con más frecuencia origina consultas en un
Servicio de Urgencias Pediátricas.
El DAA precisa un diagnóstico precoz para deci- dir el tratamiento más adecuado, sobre todo si
éste debiera ser quirúrgico, en razón de los tres grupos etio- patogénicos de urgencias
abdominales: obstructivas, inflamatorias o hemorrágicas.
GENERALIDADES
El tipo del DAA puede ser en función del origen y de las vías nerviosas de transmisión:
1. Visceral. El origen de este dolor lo encontramos en los receptores situados en las vísceras
hue- cas o sólidas abdominales o en el peritoneo vis- ceral. Es un dolor de transmisión lenta, se
per- cibe con poca precisión, está mal localizado y es difuso.
Los estímulos que lo provocan pueden ser: mecá- nicos (distensión, estiramiento, tracción o con-
tracción), espasmos viscerales o isquemia.
La sensación que trasmite este dolor es de quemazón o incomodidad, no se encuentra una pos-
tura antiálgica, la intensidad es variable y con frecuencia se asocia a manifestaciones vagales
como: ansiedad, sudoración, náuseas, vómitos, taquicardia, hipotonía o palidez.
2. Somático o peritoneal. Tiene su origen en los receptores del peritoneo parietal, piel y
músculos. Es un dolor de transmisión rápida. Está provocado por la eliminación de los metabolitos
tisulares que aparecen tras la inflamación o la isquemia.
Es un dolor que se percibe bien localizado, punzante, muy intenso y que provoca una quietud
absoluta, originando una clara posición antiálgica, la cual se intenta mantener de una forma
permanente evitando cualquier maniobra o movimiento que lo exacerbe.
3. Referido. Es el que se origina en regiones aleja- das de donde se manifiesta, siendo por lo
tanto un dolor de proyección cerebral. Su origen pue- de ser tanto visceral como somático.
Cualquiera de los tipos de dolor descritos pueden modificarse según la capacidad del niño para
tolerar- lo, existiendo factores psicógenos y ambientales que lo incrementan o disminuyen.
– En la región suprapúbica: si el dolor se origina en la parte distal del intestino grueso, las
vías urinarias o los órganos pélvicos.
– Cólico punzante: este dolor se expresa en dos fases regulares de crecimiento y cese,
sugiriendo obstrucción del tracto gastrointestinal o del genitourinario.
ETIOLOGÍA
En el AA se pueden reconocer múltiples causas, cuya importancia, por frecuencia y severidad son
muy desiguales.
A lo anterior hay que añadir que la edad, va a ser además, un factor determinante para diferenciar
patologías.
1. Recién nacidos
A esta edad las causas más comunes van a estar en relación con malformaciones del aparato
digestivo o con problemas extradigestivos. Más raramente la causa será de carácter médico.
● Onfalocele.
● Extrofia vesical.
● Hernia diafragmática.
En los siguientes grupos de edad las frecuencias de aparición las podemos dividir en: comunes,
poco frecuentes e infrecuentes.
2. Lactantes menores de 2 años
2.1. Comunes
2.3. Infrecuentes
● Apendicitis. Vólvulo.
● Alergia o intolerancia a la leche de vaca.
● Tumores.
● Intoxicaciones.
● Deficiencia de disacaridasas.
3.1. Comunes
● Gastroenteritis aguda.
● Infección urinaria.
● Traumatismos.
● Apendicitis.
● Neumonía y asma.
● Anemia de células falciformes.
● Infecciones virales.
● Estreñimiento.
● Divertículo de Meckel.
● Púrpura de Schönlein-Henoch.
● Fibrosis quística.
● Invaginación.
● Síndrome nefrótico.
3.3. Infrecuentes
● Hernia incarcerada.
● Neoplasias.
● Síndrome hemolítico-urémico.
● Fiebre reumática.
● Hepatitis.
● Enfermedad inflamatoria intestinal.
● Quiste de colédoco.
● Anemia hemolítica.
● Diabetes mellitus.
● Porfirias.
4.1. Comunes
● Gastroenteritis aguda.
● Traumatismos.
● Apendicitis.
● Infección urinaria.
● Enfermedad inflamatoria pélvica.
● Anemia de células falciformes.
● Estreñimiento.
● Infecciones víricas.
4.3. Infrecuentes
● Fiebre reumática.
● Cálculos renales.
● Tumores.
● Torsión testicular.
● Torsión ovárica.
DIAGNÓSTICO
Historia clínica
Debe ser lo más detallada posible, siendo importante determinar factores que lo agravan o que lo
alivian, episodios previos e historia familiar de DAA, sobre todo en los de origen quirúrgico:
• Síntomas asociados:
Digestivos:
- Vómitos: orientan más hacia una patología quirúrgica, sobre todo si son persistentes,
biliosos o si son posteriores al dolor.
Extradigestivos:
- Fiebre y cefalea: más asociados a problemas infecciosos pero si se unen a afectación del
estado general pensar más en problemas quirúrgicos.
Es importante valorar el estado general y de hidra- tación, la tensión arterial, la fiebre, las
frecuencias cardiaca y respiratoria y la perfusión periférica. Se descartarán focos infecciosos: ORL,
meningitis, neu- monía, infección urinaria.
Exploración abdominal
• Palpación: deberá ser suave, observar expresión del niño, buscar rigidez y masas. Localizar
zona de máximo dolor. Explorar Blumberg y punto de Mac Burney palpar región inguinal y
testículos.
• Tacto rectal. Palpar fondo de saco de Douglas.
Pruebas complementarias. Siempre hay que orientarlas en función del diagnóstico de sospecha:
hematimetría, electrolitos, urea, creatinina, PCR, transaminasas, amilasa, análisis de orina.
TRATAMIENTO
Un tema controvertido gira alrededor del empleo de analgesia en el abdomen agudo. Dado que los
médicos tenemos el deber humanitario de aliviar el dolor, basándonos en la evidencia actual,
deberíamos suministrar analgesia a estos pacientes con DAA. Es habitual en la práctica ver como
estos pacientes con DAA deben esperar largo tiempo sin alivio mientras se establece un plan
terapéutico. La evidencia encontrada inclina la balanza hacia proporcionar analgesia desde el inicio
del proceso diagnóstico