- En disonancia con las posturas neo-contractualistas y en contraposición con las
teorías de consenso, Ranciere piensa la política de la literatura en términos de
“litigio”. - Ranciere piensa la política desde una teoría del habla, que sin embargo solicita y espera del pensamiento operaciones conceptuales ajenas a las variantes del denominado giro linguistico. - Por esto, la política de la literatura, implica según Ranciere que la literatura interviene en tanto que literatura en ese recorte de los espacios y los tiempos, de lo visible y lo invisible, de la palabra y el ruído.
- La relación entre la política y la literatura empieza con la misma pregunta que
Adorno (leer primer párrafo). - No le importa la posición del escritor ni los contenidos enunciativos. Siendo literatura, tiene una dimensión política. - Ranciere, es un pensador que lo podemos colocar del lado de la autonomía de lo literario, porque propone que la experiencia de leer tiene su propio contenido, su propia particularidad política. - La literatura funcionaba de una manera muy reglamentada entre lo que se podía decir y no decir, un esquema que viene de Aristóteles. - La literatura moderna se caracteriza en cambio con darle la palabra a los personajes que en siglos anteriores no lo habían tenido, ya que había un privilegio de la palabra hacia los nobles. - A partir de fines del siglo XVIII, este edificio normativo empieza a romperse. - Los motivos de esto son: la revolución francesa y el romanticismo alemán. - El lenguaje literario no suplanta una normativa para otra, sino la literatura se queda sin legislación (cualquiera tiene derecho a cualquier palabra). - La descripción toma otro lugar: deja de ser telón de fondo y empieza a hablar (los paisajes, edificios) empieza a decir algo que antes no se decía. - Ranciere piensa la política de la literatura a partir de modos comunitarios en que compartimos ciertos objetos. Acerca de qué es la palabra y qué es la literatura.