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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE INGENIRIA INDUSTRIAL

VICERECTORADO DE FORMACION ACADEMICA Y


PROFESIONAL-VIFAP

CURSO DE EPISTEMOLOGIA

TEMA:

“APROXIMACION HISTORICA – CRITICA A LA FISICA DE LOS


SIGLOS XVII Y XVIII, EL CASO DE LA REVOLUCION NEWTONIANA”

AUTOR: ING- DIANA GALLEGOS ZURITA, MG.

CAPACITADORA:

LUCILLA PAZMIÑO, MG.

FECHA DE ENTREGA: MIERCOLES 23 OCTUBRE 2019

GUAYAQUIL-ECUADOR
INDICE
I. INTRODUCCION
II. DESARROLLO
III. CONCLUSIONES
IV. BIBLIOGRAFIA

I. INTRODUCCIÓN
Desde comienzos del siglo XIV, Ockham opone al conocimiento universal y racional buscado
por el aristotelismo la idea del conocimiento intuitivo y experimental del hecho individual
que sólo existe realmente. Tal posición debía favorecer el desarrollo de una ciencia fundada
en la observación de las cosas más que en el razonamiento ‘a priori’. Esta posición empirista
va muy ligada a una visión individualista del mundo. El hombre se siente cada vez menos
miembro inseparable de una comunidad y cada vez más individuo, sólo frente a Dios y la
Naturaleza.
Es corriente ver en el siglo XVII el comienzo de la ciencia moderna. En efecto, fueron los
científicos del siglo XVII los que descubrieron las bases de la ciencia moderna. En el terreno
de los descubrimientos la aportación de este siglo fue impresionante: las leyes de Kepler, la
Mecánica de Galileo, la Geometría de Descartes, la Optica astronómica de Newton... En este
siglo se sustituyó la Física de las cualidades por la Física cuantitativa; el Cosmos
jerarquizado, por un Universo indefinido, constituido por fenómenos equivalentes y, a
menudo, sin finalidad, y el mundo sentido de la percepción inmediata por el mundo
pensado del matemático. El mérito indiscutible del siglo XVII no consiste en que viera más o
menos correctamente más cosas que sus predecesores, sino en haber mirado el mundo
/con ojos nuevos/, con ayuda de principios que se mantendrán sólidamente adquiridos. Por
ello este siglo puede y debe ser llamado el iniciador de la ciencia moderna.
Para los científicos del siglo XVII «la naturaleza está escrita en lenguaje matemático». Los
científicos del siglo XVII transformarán totalmente ese modo de pensar. No sólo
abandonarán a Aristóteles, sino que su pitagorismo no será contemplativo, sino activo:
desean matematizar la Naturaleza para ver en ella una inmensa máquina que idealmente,
en sus leyes, podríamos fabricar nosotros mismos. Esto supone que se acabe con la
distinción entre ciencia y arte, y que al mismo tiempo se conciba el conocimiento de los
fenómenos como una captura, parcial al menos, de la Naturaleza misma, es decir, como una
ciencia.
El fenómeno alcanzó un valor completamente nuevo. Para explicarlo la ciencia no intentaba
ya reducirlo a principios metafísicos, sino que lo consideraba como un dato coherente y lo
explicaba mediante el descubrimiento de las reglas de su coherencia, es decir, mediante
leyes. Los modelos matemáticos se convirtieron, en la nueva ciencia, en el centro de todo
especular científico.
II. DESARROLLO

Es en el siglo XVII en el que se consolida la revolución científica que iniciara Galileo,


especialmente por la obra de Newton que unificaría en un solo sistema los descubrimientos
de Kepler y Galileo. Se sabe que 5000 años atrás, el hombre usaba notaciones numéricas y
matemáticas, fabricaba jabón y medicinas, creaba calendarios basados en la observación de
los cuerpos celestes y era capaz de separar unos metales de otros. Fue la curiosidad lo que
motivó estos descubrimientos, la misma que hoy consideramos como uno de los rasgos
fundamentales de la ciencia. Estudiaremos en desarrollo de la Física en cinco grandes
períodos históricos.

El período mediterráneo

Este período abarca desde la Prehistoria hasta la caída del Imperio Romano. Babilonios y
caldeos observaron el movimiento de estrellas y planetas desde el s. XXIII a.C. Crearon el
sistema numérico de base 60 y con ellos las divisiones en horas, minutos y segundos.

Los egipcios estudiaron igualmente el cielo con objeto de crear un calendario que les
permitiera predecir las inundaciones del Nilo, estableciendo un año de 365 días exactos que
sería usado durante muchos siglos. Por otra parte, la arquitectura y la ingeniería alcanzaron
cotas muy elevadas, como lo indica la construcción de las pirámides.

Es en el mundo griego cuando la abstracción numérica inventada por babilonios y egipcios


se amplió a otros campos de la naturaleza. Sin embargo, en sus razonamientos sobre el
mundo físico, los griegos olvidaron siempre la comprobación experimental de sus teorías, lo
que les llevó a que su interpretación de las leyes de la naturaleza fuese en su mayoría
errónea.

Las primeras referencias a fenómenos físicos aparecen con Tales de Mileto (siglos VII-VI
a.C.), con sus observaciones de fenómenos eléctricos y magnéticos.

Con Aristóteles (s. IV a.C.) se establecen las ideas principales que influyeron al mundo
occidental durante 2000 años, en las áreas de teoría de los elementos, estudio del
movimiento y teoría astronómica. En la primera, se apoyaría en el esquema de cuatro
elementos de Empédocles, aportando la idea de las cuatro cualidades básicas de la materia
(frío, seco, cálido y húmedo) y el concepto de éter o quinto elemento. En cuanto a su
mecánica, Aristóteles distingue los tipos de movimiento (el circular uniforme propio de los
cuerpos celestes, el rectilíneo vertical natural y el resto, que requieren de una violencia
externa). Según Aristóteles, la inercia no se extiende al movimiento: cessante causa,
cessante efectus. Para la cosmología, desarrolla el modelo de esferas concéntricas de
Eudoxio, ajustándolo de tal modo que le permitiera predecir el movimiento real de los
planetas.

Otra de las figuras importantes es Arquímedes (s. III), uno de los grandes pioneros de la
física teórica. Nos dejó el principio que en hidrostática lleva su nombre, así como la conocida
teoría de la palanca.
Tras la decadencia de Atenas, el centro cultural se traslada a Alejandría, donde
destacaremos a Herón (s.I d.C.), con sus aportaciones a la mecánica y la óptica (dando
explicaciones sobre la reflexión y la propagación rectilínea de la luz que serían retomadas
por Fermat en el s. XVII) y principalmente a Claudio Ptolomeo (siglos I y II d.C.). La gran
contribución de Ptolomeo es so modelo del universo, difundido posteriormente en Europa
por los árabes bajo el nombre de Almagesto. En este tratado de astronomía (vigente
durante 14 siglos), corrige el modelo de Eudoxio-Aristóteles introduciendo los elementos de
órbitas excéntricas, epiciclos u ecuantes, los cuales, realizando los ajustes necesarios,
demostraba una gran precisión en la descripción de los movimientos celestes.

La Edad Media

Ésta época destaca por un estancamiento general de nuevas aportaciones científicas,


dominado más por un proceso de recopilación, traducción de los textos antiguos. Despunta
en este aspecto el mundo árabe (especialmente entre los siglos VIII y XII), que sirvió de
conexión entre las culturas hindúes, chinas y griegas con el occidente cristiano.

La ciencia árabe se centró en las matemáticas y sus aportaciones a la física proceden de los
campos de la mecánica, la hidrostática y la óptica, así como la astronomía. Destacan las
figuras de Al-Khazini, Al-Haytham (Alhazen) o Al-Khwarizmi.

En Occidente, a parte del trabajo de conservación y traducción de los primeros siglo de esta
era, la ciencia física empieza a despuntar hacia los siglos XIII y XIV, realizándose importantes
avances en el estudio del movimiento. Es la denominada ciencia escolástica, dominada por
el Merton College de Oxford (aspectos cinemáticas) y la Universidad de París (aspectos
dinámicos). El grupo inglés aportó conceptos de cinemática atribuidos posteriormente a
Galileo, como es el caso del movimiento uniformemente acelerado. En París, se desarrolló la
idea del ímpetu (cercana a los conceptos de cantidad de movimiento y energía). Los
escolásticos representan el paso a un nuevo concepto cuantitativo de la física, pero su
actitud quedaba aún lejos de la ciencia moderna por la falta de mediciones, centrándose en
una ciencia basada en la matemática de las proporciones.

Del Renacimiento al comienzo de la ciencia moderna (s. XVII)

La caída de Bizancio trajo a Europa numerosos manuscritos de la Antigüedad, inéditos en


Occidente. Este hecho, junto a la aparición de la imprenta, condujo a un empuje clave en el
desarrollo de las matemáticas que pronto se trasladaría a las ciencias físicas.

La astronomía sería uno de los primeros campos en sentir este empuje. La aparición en 1543
de la obra de Nicolás Copérnico, De Revolutionibus Orbium Celestium, hizo temblar lo
cimientos de la Iglesia y el sistema aristotélico. Su idea de heliocentrismo encontró una
fuerte oposición tanto de las autoridades eclesiásticas como del mundo científico. Hubo de
transcurrir más de un siglo para la plena aceptación de sus ideas, que incluían órbitas
circulares de la Tierra y demás planetas respecto al sol, rotaciones sobre sus ejes y órbita
lunar.
El siglo XVII se caracteriza por el nacimiento de la ciencia moderna. Los pasos necesarios en
este camino fueron dados fundamentalmente por cuatro nombres: William Gilbert,
Johannes Kepler, Galileo Galilei e Isaac Newton.

Gilbert puede ser considerado, con Galileo, el precursor de los métodos experimentales
modernos. Sus estudios sobre magnetismo y en menor medida, electricidad, marcan un
momento clave en el desarrollo posterior de estos campos.

Kepler aceptó el heliocentrismo copernicano, y tras muchos años de pruebas de modelos y


observaciones llegó a una conclusión tan simple como efectiva: la introducción de las
órbitas elípticas. Sus tres leyes fundamentales quedarían explicadas e incluidas 50 años más
tarde en la Ley de Gravitación Universal de Newton. Galileo fue el primer científico en llegar
a conclusiones a través del método de combinar observación con razonamiento lógico y
exponer sus resultados en el lenguaje de las matemáticas. Estableció las bases de lo que hoy
conocemos como método científico y es por ello considerado el padre de la ciencia
moderna. Sus contribuciones en astronomía y física son múltiples: en mecánica discute las
matemáticas del movimiento uniformemente acelerado, asociándolo con el de caída libre e
independizándolo del peso; estableció la ley de la inercia y estudió el movimiento del
péndulo. En astronomía, inventó el telescopio que lleva su nombre y con ello descubrió los 4
satélites mayores de Júpiter, aportando una prueba indiscutible al heliocentrismo.

Newton (ss. XVII-XVIII), por sus contribuciones al desarrollo de la física y las matemáticas,
tales como la ley de gravitación universal, la naturaleza de la luz y el desarrollo del cálculo
infinitesimal, es considerado como uno de los más grandes científicos de la Historia.

En su obra Philosophiae naturalis principia mathematica, establece las leyes del movimiento
e introduce a priori el concepto de fuerza. Con la Ley de la Gravitación Universal, aúna las
mecánicas celeste y terrestre, estableciendo que la fuerza que hace caer las cosas y la que
provoca el movimiento de los planetas es exactamente la misma. Los éxitos de Newton
dieron paso a una visión mecanicista del mundo, en la que la idea de libre albedrío, y por
ende de Dios, tenían cada vez menos cabida.

Otros nombres importantes en este siglo son Christian Huygens, con sus estudios sobre el
péndulo compuesto y las leyes de refracción y reflexión (mediante la defensa de la teoría
ondulatoria de la luz), Descartes, Torricelli, Pascal o Boyle.

El período de crecimiento: siglos XVIII y XIX

Los avances realizados en este período en el campo de las matemáticas (ecuaciones


diferenciales, cálculo infinitesimal, cálculo de variaciones, etc.) y el ascenso del método
experimental iniciado en el siglo anterior, produjeron un progreso exponencial en campos
como la electricidad, el magnetismo y la calorimetría, llevando a establecer y completar las
teorías que constituyen el marco de la física clásica.
III. CONCLUSIONES

I. Se derrumba la autoridad de Aristóteles. Se ve que Aristóteles se equivocó al afirmar el


sistema geocéntrico de esferas, la incorruptibilidad de los astros, el cese del movimiento
cuando cesa la causa, etc. El desprestigio de Aristóteles aumentó también por considerársele
defensor a ultranza del método deductivo y la especulación pura.
II. Cambia el concepto de ciencia. Ya no interesa lo óntico, sino lo fenoménico; la realidad
subyacente, sino el comportamiento aparente. Ni a Galileo le interesa la naturaleza de la
bola que rueda, ni a Kepler la esencia de Marte. Ambos se limitan a establecer las leyes
matemáticas de sus movimientos.
III. Después de dos siglos de cambio en la física (XVI - XVII), esta disciplina se asienta y se
desarrolla sobre las bases de la mecánica newtoniana en los dos siglos siguientes,
XVIII y XIX.
IV. El pensamiento racionalista, los movimientos sociales de la época se fue modificando
con el tiempo y esto refuerza una visión del mundo que ya estaba en germen de la
nueva física.

IV. BIBLIOGRAFIA

[1] http://www.galeon.com/histofis/7REV1F.htm
[2] http://es.calameo.com/read/00082327028ceda78a4ac
[3] Imagen: http://dbhs.wvusd.k12.ca.us/webdocs/Gallery/Gallery1.html
[4] Imagen: www.its.caltech.edu/~atomic/snowcrystals/earlyobs/micrographia.jpg
[5] Imagen: www-history.mcs.st-andrews.ac.uk/history/PictDisplay/Huygens.html
[6] Historia De La Física. De Arquímedes A Einstein por Udías Vallina, Agustín, tercera
edición, editorial CASTELLANA.
[7] Física Cuántica Para Filósofos por: Torre Alberto De La, primera edición, editorial: FCE
(ARGENTINA)

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