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( 5? am =D =D =e! aed 2 =m =o =o = =e = =e <= = Ld mS => & 0 ONipap Nea GABRIELA TIO VALLEJO 3 INTERPRETACIONES SOBRE LA INDEPENDENCIA DE Mgxico Josefina Zoraida Vazquez (Coordinadora) Jaime E. Rodriguez O. ‘Hugh M. Hamill ‘Guadalupe Jiménez Codinach Christon I. Archer Juan Ortiz Escamilla NUEVA IMAGEN —___ _ Disefo de Portada: Eduardo Kelerstein Interpretaciones sobre (a independencia de México Derechos reservados © 1997, Josefina Zoraida Véequez (coordinadera) © 1997, EDITORIAL PATRIA, S.A. DE CV. bajo el selio de Nueva Imagen Renacimiento 180 Colonia San Juan Tlihwaca Delegscién Azcapotzalco, C.P. 02400, México, D-F. ‘Miembro de la Cémara Nacional de la Industria Editorial Registro ndmero 046 ISBN 968-39-1312-1 Queda prohibida ia reproducci6n o transmisién total o parcial del Goatenido de la presente obra en cualesquiera formas, sean clestrSnieee © mecdnicas, sin el consentimiento previo y por escrito del editor Impreso en México Printed in Mexico Primera ediei6n: 1997 ; 3 INDICE ‘De la crisis monarquica a la Independencia (1808-1821) Josefina Zoraida Vézquez (introduccién) De sibditos de la Corona a ciudadanos republicanos: el papel de los autonomistas en ta Independencia de México Jaime E. Rodriguez O. . oa : “jVencer o morir por la patria!”, La invasion de Espafia y algunas consecuencias para México, 1808-1810 Hugh M, Hamill. La insurgencia de los nombres Guadalupe Jiménez Codinach La revolucién militar de México: estrategia, tacticas y logisticas durante la guerra de Independencia, 1810-1821 Christon I. Archer. La guerra de Independencia y la autonomia de los pueblos. Juan Ortiz Escamilia 33 7h 103 123, TT <> > > <> 9 2 = > @ D> > 2 2 > > > > > ® o a e ? ‘ & 3. DE LA CRISIS MONARQUICA ALA INDEPENDENCIA (1808-182 1) Josefina Zoraida Véequez El Colegio de México La Independencia es el acontecimiento historico del pasado mexica-, 0 més profundamente reinterpretado, Hace sélo unas décadas se pensaba que habia sido un movi > suurgido po¥ ef resentimiento sticias que aquejaban a castas ¢ indios, en el marco de Ja Tlustraciéa europea y ante ef ejemplo proporcionado por Ia independencia de Estados Unidos y la Revolucién Francesa. La lu- chia iberadora de criollos, mestiz entra >fa desembocado en un movimiento reaccionario, manipulado por el alto clero, para consumar la Independencia y evitar la aplicacién de las medidas reformistas de las Cortes espaficlas. Estudios de historia social y econémica del siglo xvm, emprendi- dos en las titimas décadas, no fardaron en mostrar el simplismo de tal interpretacton de la sociedad novohispana y mostrar su complejix dad y la madurez que habia alcanzado el virreinato, Como los luga- res comunes tradicionales no explicaban las contradicciones del movimiento, poco a poco se abrié paso una visién mas coherente que mostraba el desquiciamiento social que se habia iniciado a fines del xvut y que iba a afectar i fundaci6n del Estado mexicano, Hoy se acepta Ia idea lanzada desde la década de 1970 por Tulio Halperin Donghi de un largo periodo de transicién de 1750 a 1850, iniciada por la gran transformacién producida por Id que David Brading ha considerado Ia revolucién en el gobiemo, es decir, las re~ oer 10 * JOSEFINA ZORAIDA VAZQUEZ, formas aplicadas por los borbones; éstas provocarian una dislocacién de fuerzas sociales y econémicas, en buena medida origen de la pre- caria situacién en la que se encontré Ja nueva nacién durante la pri- iniefa mitad del siglo xrx. EL XVIII, EL GRAN SIGLO DE LA Nuzva Espana, El siglo xvut fue un siglo de renovacién para el Imperio espafiol al estrenar una nueva dinastia. Los borbones llegaron con su corte de franceses y costumbres mundanas y empefiados en modernizar el Imperio para que recuperara el poderio perdido, utilizando la diplo- macia bélica como aliados de sus parientes, los borbones franceses, Esta politica iba a resultar costosa para las dos dinastias. Las gue- ras fueron onerosas y desgastantes, sobre todo porque en la mayo- ria de los casos, Francia y Espaiia quedaron del lado perdedor. Como a otros paises de Europa, a Espafia entré la Iustracién e influyé en los reyes y sus ministros. Sin renunciar al absolutismo, los reyes instrumentaron reformas para modemnizar la administra- cién y lograr que sus reinos de ultramar les proporcionaran los re- cursos que sus gastos de guerra requerian. La modemnizacién del Estado se concibié como medio para fortalecerlo, aumentar su pro- ductividad y transformar a Espafia por medio de la educacion y una administracién més eficiente, al tiempo que la Corona recuperaba la autoridad que habia cedido a las corporaciones. La Nueva Espaiia, el reino mas extenso y rico del Imperio, iba a jugar un papel importante dentro de esta politica. El virreinato se habia extendido hacia el noroeste para defender su territorio del expansionismo ruso y britinico, pero también hacia el noreste, con la obtencién, en 1763, de la parte de la Luisiana al oeste del Mississippi, cedida por Francia para resarcir a Espafia por sus pér- didas en la Guerra de Siete Aftos contra Gran Bretafa. La Nueva Espafia habia consolidado fuertes lazos fomentados por el contacto, las redes administrativas y comerciales y la creacion de intereses semejantes. Gracias al desarrollo de su agricultura, ga- DE LA CRISIS MONARQUICA ALA INDEPENDENCIA * 11 naderia, mineria, industria y sobre tode comercio, la Nueva Espaiia habia logrado aumentar su poblacion'de tres a seis millones durante el siglo xvut, lo que permitiria cl florecimiento de sus ciudades, las més grandes y suntuosas del continente, que contaban con grandes instituciones culturales, Es natural que ese gran desarrollo social y econémico viera apa recer un criollismo que a menudo se ha descrito en forma simple- mente racial, pero que era mas bien un sentimiento de arraigo por la tierra natal y una conciencia de ser diferente gracias a la participa- cién en un pasado indigena y a los derechos que sentian sobre su tierra. El criollo loaba la naturaleza mexicana, la sabiduria de sus letrados, la virtud de sus religiosos y consideraba que Dios tenia una predileccion especial por su tierra, bendiciéndola con la aparicién de la Virgen de Guadalupe, la patrona de México. La opulencia estimu- 16 que ese sentimiento “nacional” se desarrollara hasta la exagera- cion expresaba por Juan Luis Maneiro: ‘Yo cedo por Tacuba, pueblo inmundo Roma, famosa capital del mundo, La sociedad novohispana, contrastante pero préspera, se bastaba asi misma y sus grupos dinamicos pudieron aprovechar las refor- mas borbonas para consolidar su incorporacién al mercado mundial En 1765 se habilitaron puertos espafioles y del Caribe para el-co- mercio; en 1770 se suprimié el obsoleto sistema de fotas; en 1774 se | abrié el comercio a toda nave construida en Espafia o en Indias, y en 1789 los puertos de Nueva Espafia, al comercio con Espafia, con lo | que éste se cuadruplicd, Pero mientras la Corona utilizaba el absolutismo ilustrado para modernizar la administracién, fortalecer el poder del Estado y apro- ‘vechar el crecimiento de la economia novohispana para que los be- neficios fueran para la metrépoli: en los siibditos. los airés ilustrados despertaron anhelos de autonomia y de libertad de comercio. Esto iba a contrastar con el empefio peninsular de considerar a Jos reinos de ultramar como verdaderas colonias. ae a @ S6SUUUTCUTUGTTTGULEbUTY 12+ JOSEFINA ZORAIDA VAZQUEZ La mayor parte de las reformas se instrumentaron durante la vi- sita de don José de Galvez (1764-1771) y tendieron a aumentar la recoleccién de rentas y a restar poder al virrey y a la Audiencia, creando un sistema de funcionarios reales pagados por la Corona, para que no la defraudaran y protegicran a las comunidades indige- nas de los oficiales que adquirian cargos y que los explotaban en su beneficio y el de su benefactor, el comerciante que les habia costea- do el puesto 2 cambio de que le sirvieran de intermediario en la com- pray venta de productos. ‘Una de las reformas mas resentida fue la reduccién de la mayorfa criolla del Ayuntamiento y de Is Audiencia. Galvez promovié que los criollos no dominarai y que los funcionarios novohispanos pa~ saran a servir a otras partes del Imperio, donde no tuvieran tanto arraigo, Desde temprano, las medidas afectaron a la Iglesia y en especial al clero regular. Desde 1717 = probibié Ta fundacién de nusvos con- ventos; en 1734, la admisién de novicios por diez afios, y en 1754 la participacion de las érdenes en 1a elaboracién de testamentos; en 1767 se expuls6 a la Compafiia de Jesis de todo el Imperio y en 1804 se inicié la desamortizacién de sus bienes. El Consulado de Comerciantes de la Ciudad de México fue otra corporacién afectada, A partir de 1754 sc le arrebaté el cobro de impuestos y suftié con la apertura del comercio y Ia fundacién de consulados en Veracruz, Guadalajara y Puebla. En cambio, mineros y militares iban.a.ser favorecidos. A los primeros, con objeto de reanimar la industria que estaba estancada, se les concedié una baja en.el precio del azogue y la creacién del Tribunal y del Colegio de Minerfa, La creacién del ejército pretendia prover defensa para la rica colonia, En efecto, la Corona temerose de la amenaza que signi- ficaba el poderio maritimo briténico, que habia asaltado La Habana en 1763, envié un affo més tarde dos regimientos espafioles para servir de niicleo de un ejército que legaria a 30 mil hombres en 1810 Para atraera la élite se le concedieron amplios privilegios, perono se consiguié sin que sirviera con compromiso. DELA CRISIS MONARQUICA ALA INDEPENDENCIA * 13 Las reformas no constituyeron un todo coherente, como se ha afirmado. Por una parte, expresaban el intento de integrar toda la extensién del imperio en un “cutepe unido de nacién”, Ia “gran monarquia espafiola”, como la Yamaba Galvez. Las destinadas a debilitar el dominio del Consulado de la Ciudad de México, fortale- cian a las élites provinciales; otras estaban destinadas a favorecer a Jas clases populares o a la hacienda real. Por ello Horst Pietschmann insiste en su diversidad y.en que no respondieron a un proceso lineal, y sé llevaron a cabo en tres fases distintas, cada una con un cardcter diferente. Las reformas fiscales aplicadas dentro del marco de Ia prosperi- dad del virreinato, produjeron dividendos. Muchos han asumido que el incremento en percepciones hacendarias demostraba la eficacia de las reformas, pero éstas no fueron el motor de la prosperidad sino que la aprovecharon.? En el periodo 1788-1790 la Casa de Moneda de México que era Ia més grande del mundo, acufié 20 millones de pesos y subié a 26.1 en 1804, Los ingresos del gobierno virreinal aumentaron del promedio de ocho millones que producia en 1767-69 al de 18.3 en 1785-89, pero esta riqueza salié del pais, en general a Ia metrépoli o a las naciones contrabandistas o de comercio neutral 3 La reforma incluyd una reorganizacién del espacio territorial, al tiempo que le arrebataba facultades al virrey y a la Audiencia, para darselas a los intendentes, parte de la nueva burocracia profesional, Desde 1776, Galvez establecié la Comandancia General de Provin- cias Internas en el Septentrién del Virreinato. Esta se dividié en 1787 en dos comandancias (de Oriente y Occidente), que se volvieron a unir en 1792, y nuevamente se separaron por decreto en 1804 y en la "Pitch, “Protoliseraltmo formas torn yrevolisin en a Nuova Eeisaen lio tere al siglo XVI, en Vague, Inerpretatones bred igo XVI meceano Méxicn, Nov Irsgen, 1993, pp. 5-60 * ate Pedro Pires Herero, "Et Mixio borbinive 2 fits facsedo?” ea Vioque, “nterpretactones pp. 109-131 aan Heme, “Absolute Thro y crs mtiimensionl en el pido oo tardio" en rbidem, pp. 67-108. > Lia 14+ JOSEFINA ZORAIDA VAZQUEZ prdctica en 1813,¢ situacién que sobrevivié en la organizacién mili- tar durante la primera etapa nacional, La introduccién de las intendencias en 1786 pretendia responder a la integracién de los mercados locales, agilizar la economia y pro- veer una defensa adecuada a los territorios del norte. El territorio quedé integrado en 12 intendencias y tres gobiemnos (Tlaxcala, Alta y Baja California), La nueva division no simplificé el complejo fun- cionamiento administrativo, pues las funciones fiscales y militares se volvieron a superponer. Las intendencias de Durango y Arizpe formaban parte de las Provincias Internas de Occidente y su coman- dante era también jefe de la administracién fiscal. Las Provincias Intermas de Oriente quedaron bajo 1a jurisdiccién fiscal de la inten- dencia de San Luis Potosi; Nuevo Leén y Nuevo Santander, bajo la autoridad del comandante de Oriente en lo militar, quien ademas fungia como intendente de Coahuila y Texas.§ Pero la medida mas nociva para la economia novohispana fue la Convalidacién de Vales Reales decretado en 1804. Esta afectaba el capital liquido del Juzgado de Capelianias y Obras Pias, que en rea- lidad actuaba como banco. Se trat6 de una medida de emergencia para obtener fondos y obligaba a la Iglesia a remitir a Espaiia todo el capital liquide con que contaba. Calculado en unos 45 millones de pesos, la Iglesia lo prestaba a rédito a hacendados, rancheros, mine Tos y empresarios por lo que, al ser recogido, afecté a grandes gru- pos de la colonia y fue causa de gran descontento criollo, pues, ademas de verse constrefiidos a devolver de inmediato los préstamos hipote- carios a la Suprema Junta de Consolidacién de México, la salida de esos capitales los dejé sin ninguna fuente de crédito. “ biacia del Carmen Velcquez, Tres estudios sobre los provincias internas, México, Et Colegio de México, 1979, p. 124 Ida Alimany James Lockhart Provinces ofarlyMexico, VariantesofSpanishAmerican ‘Regional Evolution, Los Sngees, University of Califia, 1975; Laura Randal, Comparative “Economie History ofLatin Americe, 1500-1914, vo. lyhfésico, New York, 1977, ead por ‘Brian Hamnet, “The Eocromic and Social Dimension of the Revolution of independence in Mexico, 1800-1824, Jberoamerikanlsches Archiv, 6:1 (1980), pp. 1-27 ‘Baeuunda O'Gorman, Historia de las divisiones terrtoriales de México, México, Por, 1968, pp. 23-24 DELA CRISIS MONARQUICA ALA INDEPENDENCIA > 15 Esa y otras reformas enajenaron el favorgde las élites hacia el gobiemo espaliol” Brian Hamnett ha insistido eA que las medidas 8 estigio de Ja Corona,? Mu- restablecer el viejo orden, de manera que sus consecuencias fueron permanentes. Los comer- ciantes del Consulado de la Ciudad de México resintieron la pérdida del cobro de alcabalas y ef monopolio que ejercian. El estanco del tabaco obligé a las cosecheros a vender su producto al Estado que lo ita a procesar también, lo que afecté a las clases populares que lo labraban en casa y lo vendian en la calle, provocando con ello moti- nes. La Corona lo sostuvo porque le producia 4 millones de pesos libres al afio, La creacién de una nueva burocracia creo malestar en la vieja, que perdia muchas de sus facultades. La expulsion de los jesuitas, educadores de la élite criolla y misioneros eficientes, caus6 indignacién general como una medida tirdnica. ~ Asi el establecimiento de una burocracia fiscal profesional, la cteacién de los estancos, el establecimiento de las intendencias y de nuevos consulados, junto a nuevas cargas fiscales y préstamos vo- Iuntarios y forzosos para las guerras espafiolas, produjeron ademas una dislocacién de las fuerzas sociales y econémicas que alimenta~ ron el malestar que precedié al movimiento independentista. La creacién del sistema hacendario reditué un jugoso incremento de percepciones, tan necesario para un Estado en constante guerra, En 1765 el ingreso de Nueva Espafia era de 6 millones 130 mil pesos ¥ para 1798 habia legado 2 21 millones 451 mil. La produccién de moneda acufiada pasé de 4 millones a principios del xvi a 27 millo- nes en 1804. El cobro por alcabalas pasé de 1 millén 488 mil pesos €0 1775 a casi 2 millones para fin de siglo. Mas las guerras europeas endeudarian a Espafia y a la Nueva Espatia, descapitalizandola con a sangria constante de préstamos voluntarios y forzosos. Asi, el otrora préspero reino veria aumentar el déficit que en 1780 era de 3 millones a 31 millones en 1810, lo que demuestra que no seria el * Brian Hamnet, op ott, pp. 102-106, Val VO RAAAARRARARARAR A AAR e299 eae 16 + JOSEFINA ZORAIDA VAZQUEZ nuevo Estado el causante de la bancarrota, sino que ésta en buena parte se habia heredado, ‘UNA COYUNTURA APROPIADA, La ilustracién espaficla fue racionalista, pero catélica y nutrida-de principios de la tradicion espafiola que garantizaba representacién a los reinos. Las nuevas ideas, diseminadas a través de tertulias litera~ las, academias, gabinetes cientificos y sociedades econdmicas de amigos del pais promotores de la transformacién de la agricultura, la industria, el comercio y el desarrollo de las ciencias, autrieron de anhelos de autonomia y representacién politica a la élite novohis- pana, que no obstante expresé fidelidad hacia Espafia en la erisis de 1808, y que al igual que los indigenas contribuyé para su defensa. Bajo el peso de guerras desafortunadas, la de Siete Afios (1756- 1763), la de la independencia de Estados Unidos (1778-1783), en contra 0 a favor de la Revolucién Francesa y de Napoleén (1792- | 1808), Espafia se endeudé y también su colonia, los préstamos vo- luntarios y forzosos y 163 Huevos impuestos significaron una sangria | constante. Las guerras ademas interrumpieron varias veces la comu- \nicaciéin entre metrOpoli y sus posesiones de ultramar, obligandola a autorizar temporalmente un limitado comercio con paises neutrales como Estados Unidos, Cuando éste se suspendid, se convirtié en contrabando y estimulé el deseo de los americanos por conquistar Ia libertad de comercio. ‘Acsta situacién tan compleja, se afiadia que al habil Carlos uo sucediera, un rey débil, Carlos rv, en un momento muy delicado de la vida europea como fue la Revolucion Francesa. éste, para deshacer- se de la influencia del conde de Aranda, ministro de su padre, elevé a Ia primera magistratura a Manuel Godoy, contra quien los resenti- dos ¢ inteligentes exministros destacarian miltiples rumores. Aranda, quien simpatizaba con algunos de los principios de la Revolucion Francesa, opinaba que Espafia no debia de entrometerse. Carlos 1v no compartia esa opinién, pero al ser guillotinade Luis xv1, pensé DE LA CRISIS MONARQUICA A LA INDEPENDENCIA * 17 que no habia otra alternativa que emprender la guerra. Mas Francia pudo resistir con éxito el ataque depos fuerzas coaligadas en su con~ tra, por lo que Godoy promovié tifia alianza con Ia Repiiblica, que més tarde mantendria con Napoleén, convirtiendo a Espafia en ene- miga de Gran Bretafia. Esta decisién fue costosa, pues la marina britdnica destruiria la flota espafiola en la batalla de Trafalgar. Godoy traté de liberar a Espafia de las exigencias de Napoleon, pero lo imposibilité el poderio que éste habia alcanzado, de manera que parte del dinero de la Convalidacién pas6 a sus areas." Ante Ia amenaza de que las tropas napolednicas invadieran la peninsula en 1808, Godoy aconsejé la conveniencia de que los monarcas se tras- Iadaran a sus posesiones de Ultramar, como lo habia hecho la fami- lia portuguesa. Pero el heredero, Fernando vu, y sus partidarios, ’ instigaron el Motin de Aranjuez, obligando a Carlos 1v a abdicar la corona en su favor. Napoledn aproveché la debilidad espafiola para obligar a Fernando vn a ir a Bayona, donde los dos reyes ta abdica~ ron a su favor, entregandola a su hermano José El ejército y la administracién espafiola aceptaron los hechos, mas el pueblo inicié la resistencia a los invasores franceses y formé juntas regionales para organizar la defensa, A pesar de los obsticu- los, se conjugaron en una Junta Suprema, que decidié convocar a Cortes para decidir como se gobernaria el Imperio durante la ausen- cia del rey legitimo. La reunién de las Cortes en la isla de Leén, frente a Cadiz, iba a tener una gran importancia para el pensamiento liberal de las Américas, pues la convocatoria incluyé a los habitan- tes de las Américas para elegir representantes, lo que permitiria que por primera vez participaran en !a politica. * Carlos Marichal, “a bancarrota del vireinslo: finanza, aver y politica en Ia Nueva Espana, 1770-1208" en Viaques, /narpretactones, pe. 153-185, 18 + JOSEFINA ZORAIDA VAZQUEZ LA CRISIS ESPAROLA Y SU REPERCUSION EN LA NUEVA ESPARA Era virrey don José de Iturrigaray, cuando en junio y julio de 1808 legaron a la capital del virreinato las increibles noticias de los suce- sos de Espafia, a las que poco después seguirian la legada de los agentes de la Junta de Sevilla y después de la de Oviedo. Perplejos y desconcertados, los criollos empezaron a plantearse las consecuen- cias précticas que tenian para el reino esos acontecimientos, al tiem- po que un poeta anénimo imprimia unos versos que amanecieron pegados en los muros: Abre los ojos pueblo mexicano Y aprovecha ocasién tan oportuna. ‘Amados compatriotas, en la mano las libertades ha dispuesto la fortuna; si ahora no sacudis el yugo hispano miserables seréis, sin duda alguna. En las tertulias y en las reuniones de cualquier tipo, el tema reou- rrente fue la discusion sobre el significado de la desaparicién de los reyes espaiioles, perfilandose dos posiciones principales: el Ayunta~ miento sostenia que la soberania habia revertide al pueblo y por tanto habia que convocar una junta de todo el reino, al igual que en Espaiia; la Audiencia, por el contrario, opinaba que gobemara quien gobernara en Ia peninsula, la Nueva Espafia mantendria su depen- dencia de la metropoli. La lealtad existente y las noticias del levanta~ miento del pueblo espafiol se recibieron con jiibilo y se hicieron colectas para apoyar la lucha contra los franceses. En medio de dudas, el Ayuntamiento mantuvo la necesidad de ‘una junta, que el Virrey favoreci6 pues le permitia permanecer en el poder. Aunque titubeante, auspicié que las provincias nombraran representantes para la Junta de todo el reino, mas una conspiracién de espaiioles la malogré. El 15 de septiembre, el rico hacendado don Gabrici de Yermo, con 300 hombres, tomé prisioneros al virrey, a su familia y a los principales lideres del Ayuntamiento, Francisco Pri- ELA CRISIS MONARQUICA A LA INDEPENDENCIA * 19 mo de Verdad y fray Melchor de Talamantes. Los espafioles consu- maron un golpe de Estado y nombraron virrey interino a don Pedro de Garibay, quien para premiar a los golpistas abolié algunos de los molestos impuestos. Hay que notar que los criollos habfan intentado {a autonomia por via del derecho y que fueron los peninsulares los que mostraron el camino de la violencia. No parecia quedar otro camino que del de la conspiracién y la lucha. CONSPIRACION, LIBERALISMO Y GUERRA ‘A mediados de 1809, el Arzobispo Francisco Xavier Lizana sustitu- y6 a Garibay como virrey, empefidndose en recaudar fondos para enviar a Espaia. El arzobispo-virrey tuvo que hacer frente a la pri- mera conspiracién criolla, organizada en Valladolid por José Maria Obeso y José Mariano Michelena en 1809, con los que mostré cierta benevolencia para acallar las inquietudes...Pero el capitan Ignacio Allende habia trasladado ya la conspiracién a San Miguel el Grande ¥a Querétaro, En Espafia, con la que el virreinato tenfa un contacto limitado a causa de la guerra, se habia constituido la Junta Suprema Central que prosoguia la guerra contra las tropas francesas, con apuyy Uiité- nico, Esta habia aprobado las medidas violentas de los espafioles, lo que causaria resentimiento en los grupos autonomistas que cada vez se desilusionaban més del gobierno peninsular. Después de recono- cer la igualdad de los reinos americanos, la Junta habia nombrado una regencia que decidié convocar a Cortes. Las clecciones convocadas para nombrar representantes ante las Cortes de Cadiz, renové la efervescencia, Los 17 representantes de los novohispanos serian participantes activos en !a nueva revolucién en el gobierno. En 1810 el arzobispo Lizana habia sido relevado del cargo de virrey y sustituido por don Francisco Xavier Venegas, quien habria de llegar justo al tiempo que estallaba el movimiento insurgente. ee £91D Bie a 2 erase FOSTAAAARAAAAARRARARAR ABRAMS SUCTTVUITGGTGTUGOTEOY- 20 + JOSEFINA ZORAIDA VAZQUEZ, La conspiracién habia cobrado forma en Queretaro, el centro del Bajio y prospero cruce de caminos, donde el corregidor, don Miguel Dominguez, y su esposa, con pretexto de tertulias literarias se re nian con oficiales como Ignacio Allende y Juan Aldama, el padre José Maria Sanchez y unas dos docenas de individuos entre los que ‘se encontraba don Miguel Hidalgo, el cura de Dolores, hombre ilus- trado, ex rector del colegio de San Nicolas de Valladolid. Las juntas yhacian planes para iniciar una insurreccién en el mes de diciembre, al tiempo de la feria de San Juan de los Lagos. ‘No fait quien denunciara la conspiracién y el intendente de Guanajuato, José Antonio de Riaio, ordené hacer detenciones. La corregidora pudo avisar a Aldama y Allende, quienes se reunieron fen Dolores el 15 de septiembre de 1810 con el cura. Después de calcular las alternativas, decidieron adelantar la insurrecciéa y apro- Vechando que era domingo, don Miguel en lugar de misa, incité a sus feligreses a emprender Ia lucha contra el mal gobierno. La respuesta fue inmediata y campesinos, peones, artesanos y mayordomos apres taron hondas, palos, instrumentos de labranza 0 armas, si las tenfan. ‘San Miguel el Grande fue ocupado esa misma noche, y el 21 aquella muchedumbre heterogénea estaba en Celaya y nombraba a Hidalgo generalisimo y a Allende, teniente general, En el santuario de Atotonilco, el cura dio a aquel ejército su primer bandera: una imagen de la Virgen de Guadalupe que se puso en una pice "A doce dias de iniciada la marcha, los insurgentes estaban a las puertas de la rica Guanajuato ¢ Hidalgo intimaba a rendirse a su amigo, el intendente Riaio. Este, decidido a resistir, se atrincheré con los espafioles y sus caudales cn la Alhéndige de Granaditas, pero la muchedumbre logré invadir el recinto y acto seguido realiz6 una matanza y un saqueo que duré dos dias. Este hecho iba a generar temor en gran parte de los criollos y retardaria la Independencia, pues logré que la casi totalidad del ejército y las milicias criollas permanecieran fieles a la Corona. De pronto, por todo el territorio de la Nueva Espafia hubo levan- tamientos semejantes. José Maria Morelos, cura de Cardcuato, ex t6 y recibi6 el encargo de tomar ion Miguel, se le pre: DE LA CRISIS MONARQUICA A LA INDEPENDENCIA * 21 ‘Acapulco. José Antonio Torres logré vencer a fas tropas del intendente de Guadalajara y algo semejante sucedié en otras partes. Las hues- tes no supieron discernir entre espafioles americanos y peninsulares, y las propiedades de todos empezaronia suftir sus saqueos. El progresista obispo de Valladolid, Abad y Queipo, tan identifi- cado €0 Tos problemas sociales, no tardé en éxcomuilgar a SW amigo Hidalgo: No obstante, Valladolid se entregé ante la aproximacién de £0 mil insurgentes, para evitar Ia triste suerte de Guanajuato, el ca- bildo catedralicio le Ievanté la excomunién a don Miguel. ‘Apenas llegado, el virrey Venegas habia tenido que organizar la defensa. Don Félix Maria Calleja recibio ordenes de avanzar hacia Ia capital y se hizo traer a la Virgen de los Remedios para protegerla las tropas de Hidalgo. Toda aquella muchedumbre heterogénea, wade los uniformes de los oficiales se perdian entre trajes de ran” cheros, indios, mestizos y hasta algunos espafioles, se encontré fren- tea frente a los mil criollos del ejército realista el 30 de octubre. El Monte de las Cruces presencié la mas grande victoria insurgente, aunque muy costosa, La ciudad se sobrecogio; pero, suibitamente, el cura dio orden de retiro. Fue la falta de apoyo de los indios del Va~ ede Toluca? ; Temid que se repitiera el triste suceso de Guanajuato o verse acorralado por las tropas de Calleja, que marchaban hacia la capital? No lo sabemes, pero si que muchos insurgentes desertaron y a los pocos dias, los insurgentes se encontraban con las tropas rea~ listas y eran derrotados en Aculeo. Allende, ineanforme, marché rum- 50. Guanajuato, mientras Hidalgo se dirigié a Guadalajara. La ciudad del occidente récibie Con enitusiasmo al Generalisimo. Hidalgo hizo previsiones para organizar la extensién del movimien- to: comisioné al cura José Maria Mercado para tomar Tepic y San Blas y a don José Maria Gonzalez para rebelar las Provincias Inter- nas de Occidente. cursos econémic 2 region que el Gerierali- sim Se sintiera seguro, Recibié el tratamiento de alteza serenisima y se Gonceniré en la organizacién de su gobierno y de un periédico al que llamé, El despertador americano. Lo mas sobresaliente de su actividad fie su TabOr TegislativerBI'29 de noviembre decreté !a abo~ 22 + JOSEFINA ZORAIDA VAZQUEZ licion de Ia esclavitud, del tributo indigena y de los estancos. E15 de iciembre declaro dé uso exclusive de 10s indigenas Tas tierras de la c Jes prisioiieros. Mienizas ias tropas de Calleja y De la Cruz se preparaban para sitiar a Guadalajara, llegé Allende, derrotado, y se apresuré 2 orga nizar el ejército, aunque estaba convencido de la imposibilidad de enfrentar @ los realistas. La mejor hora del movimiento habia pasado ¥y cuando los cinco mil disciplinados soidados de Calleja se enfrenta- ron a los 90 mil insurgentes el 17 de enero, en Puente de Calderén, iograron la dispersién total del ejército improvisado, ‘Los jefes insurgentes no tuvieron otra alternativa que marchar hacia el noreste y durante Ja marcha le arrebataron el mando a don Miguel. En Saltillo se decidié que Ignacio Lopez Rayon quedara al frente de la lucha, mientras el rest0"partia a Estados Unidos, pero tuna traicién permitié que fueran aprehendidos en Acatita de Bajén, Conducidos a Chihuahua, a ocho meses del inicio de la jucha, fueron fusilados. Hidalgo fue el ultimo en caer el 30 de julio de 1811. Las cuatro cabezas fueron colocadas en las esquinas de la Alhéndiga de Granaditas, como una advertencia, RESISTENCIA ¥ ORGANIZACION ‘Mas el triunfo sobre Hidalgo no significé la restauracién del orden. que se derrumbaba por todo e}téfritoric, No séio lo ponian en peli- gro los insurgentes, pues en 1811 se descubrieron dos conspiracio- res que pretendian hacer efective el plan de 1808 y constituir una junta en la capital y, segitn Calleja, empezé a existir entre los aineri- ‘canos una “especie de francmasoneria”.? + cast del Vsrey de Nueva Espada, D, Félix, Calle, julio20, 1814. Emeste dela Tome Les "Guadalspes” la Independencia, México, tos, 1966, pp. 130-3. DE LA CRISIS MONARQUICA ALA INDEPENDENCIA * 23 Por su parte, Rayon traté de cumplir sti‘misiéa y en agosto de 1811, en Zitdcuaro, instalé la Suprema Junta Gubemativa de Amé- rica, de la cual don José Maria Morelos seria voeal. Calleja Ta dés- alojaria del lugar, pero Morelos se constituiria en el nuevo lider y la sociedad secreta de los Guadalupe, que se habia formado en la ciu- dad de México, le prestaria ayuda con dinero, informacion y con- sejos. ‘Antes de ordenarse sacerdote, Morelos habia sido arriero, lo que Jo habia famillarizado con los caniinos y la gente. Con gran intuicion ‘militar, reunié un buen ejército, menos numeroso que el de Hidalgo, pero disciplinado y entrenado. Sus tropas como las de don Miguel, procedian de los grupos medios y bajos de la sociedad, rancheros, mayordomos, capataces, mineros desempleados, cures, estudiantes, profesionistas descontentos, oficiales criollos, arrieros, gafianes y mijeres de todos los estratos sociales. ‘Morelos tenia indudable talento militar que, unido a un gran sen- tido comin, le permitié sacar provecho de las precarias condiciones en que se movia y logré apoderarse de Chilpancingo, Tixtla,Chila- pa, Taxco, Izticar y Cuautla, Sus grandes colaboradores fueron el hacendado Hermenegildo Galeana y el cura Mariano Matamoros y entre sus fieles seguidores estuvieron los Bravo, Guadalupe Victo- ia, Manuel Mier y Teran y Vicente Guerrero. Pero Calleja era excelente general y en 1812 sitiaba a Morelos en Cuautla, Ahi resistié en forma heroica por dos meses y sdlo milagro- Samente logré escapar. La Consrirucion DE 1812 A la excitacion que vivia la Nueva Espafia, se sumaron las decisi nes de las Cortes espafiolas reunidas frente a Cadiz, que con espiritu liberal”® “abolirian instituciones arcaicas”, aprobarian la liber~ "Bee adjetivo re wizara al por primera vez AAAMAAAAMRAAARAARA Cx: SECECUSUGUBEUEEES ~ odds 24 » JOSEFINA ZORAIDA VAZQUEZ tad de prensa, la igualdad de todos tos habitantes del Imperio y la abolicién del tributo; crearon un érgano regional representativo, la Diputacién Provincial, asi como ayuntamientos constitucionales re~ presentativos en todos los poblddos de mas dé mil habitantes: La Constitucién de C&diz $€ juré en el reino en septiembre de 1812; estableci2 Ia unidad de todo el Imperio bajo una monarquia constitu cional y aunque sus provisiones iban a ser temporales, pues Ferman- do vit suspenderia su vigencia al restablecer el absolutismo a su vuelta en 1814, su influencia en América seria duradera como leceién poli- tica, Las seis diputaciones provinciales que establecié iban a fomen- tar el regionalismo que las reformas y la lucha contra los insurgentes habia fortalecido. Los criollos descontentos utilizaron la libertad de prensa para publicar periédicos, hojas volantes y folletos, lo que aria que Venegas la suspendiera. A muchos, la Constitucién satis facia sus anhelos, pero como desconfiaban del gobiemo de la metré- poli, que podia revocarlz -como en efecto sucedié— no se compro- metieron de Heno con ningiin grupo, por lo cual recibieron el mote de equilibristas, cuyas alianzas pretendian asegurar sus intereses." Ex Concreso pe CHILPANCINGO Y LA CONSTITUCION DE APATZINGAN Morelos logré rehacer sus fuerzas y emprendié una nueva ofensiva, lo que fortalecié su prestigio. Muchos letrados perseguidos decidie- ron refugiarse en sus filas contribuyendo con sus ideas. Morelos, consciente de la necesidad de organizar politicamente a la naciéa, convocé a un Congreso como e! que sé venia sofiando reunir desde 1808, Morelos nombré unos cuantos diputados elegidos para repre- sentar a la “parte oprimida de la Nacién”, que iban a deliberar con base en los principios de soberanis popular y representacién. En la "Jaime B. Rodriguez, El proceso de la independencia de México, México, Instituto Mors, 1991, p47. DELA CRISIS MONARQUICA A LA INDEPENDENCIA + 25, CM Vier inauguracion del congreso el 14 de septiembre de 1813, Morelos presenté sus “Sentimientos de ia Nacién”, que sinietizaban su ideario politico. Empezaba por afirmar “que la América es libre e indepen- de toda otra nacién”, “que lasoberania dimana inmediatamente del pueblo depositada en sus representantes” y que los poderes legislativ, ejecitivo y judicial deben ser ejercidos sepa- radainenté ¥ las leyes aplicables a todos por igual, sin excepeién, Insistia en que las leyes que se aprobaron deberian “ser tales que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y Ia indi- gencia y de tal suerte se aumente el jomal del pobre, que mejore sus costumbres, alejando la ignorancia, la rapifia y el hurto”, abolir al esclavitud y la distincién de castas, “quedando todos iguales y s6lo se distinga un americano de otro, por el vicio y la virtud”. El Con-* greso publicé el 6 de noviembre la Declaracién de Independencia y cligié a Morelos para ejecutivo, quien se titulé “Siervo de la Na~ eign”, >) Perd, \Calleja, que habia asumido el papel de Jefe politico de Nue- va Eepafir ja (la Constitucién habia abolido los virreyes), empezd a asestar golpes al movimiento insurgente y después de la toma de Acapulco, sus derrotas se multiplicarian. El Congreso que se habia arrogado toda la autoridad, hizo las cosas mas dificiles; Morelos perdié la libertad de accién, al tiempo que Calleja, en junio de 1814, al restablecerse del gobiemo absolut, se fortalecia con la autoridad, de virrey y la egada de refuerzos peninsulares. EL 5 de noviembre de 1815 )Morelos cayé prisionero y fue trasla- dado a la carcel de la Inquisicidn de México. Sometido al doble jui- cio eclesifistico-inquisitorial, el cura dio muestra de gran entereza y dignidad, Después de ser degradado, fue fusilado el 22 de diciembre de/1815, ba San Cristébal Bcatepec. UN LIBERAL ESPANOL MUERE POR LA CAUSA MEXICANA, La cruel campafia de Calleja contra los insurgentes, termin6 por re- ducirlos a una lucha de guerrifi stente, el habil 26 » JOSEFINA ZORAIDA VAZQUEZ quien iba a poner en practica una nueva politica: | El reino mostraba las huellas de los seis afios de guerra civil; Ia miseria y la ruina lo habian devastado. Los puebios estaban hartos de todos Jos ejércitos, realistas insurgentes, pues ambos los desangraban con sus impuestos extraordinarios, toma de caballos, reses y alimentos y la destruccién como medida estratégica. Apodaca offeci6 indultos y muchos insurgentes aceptaron y el orden parecié reinar. De todas formas no pudo restablecerse ia normaliciad. La fragmentacién del territorio no tenia solucién. Algunas partes ha- bian estado bajo el dominio insurgente y en otras los jefes realistas habian cimentado su poder independientemente del centro, favoreci- dos por la interrupcién de tas comunicaciones."? A ello se sumaba un cambio general en las conciencias ante el desgaste del respeto a la Corona. Un tiltimo intento insurgente iba a venir de fuera. Fray Servando Teresa de Mier, desterrado de la Nueva Espafia, habia huido a Lon- dres después del restablecimiento del absolutismo en Espafia. La ciu- dad era centro de conspiracién de muchos hispanoamericanos, a la sombra de las libertades inglesas y del interés de Gran Bretafia de sustituir a Espafia en el dominio comercial de las Américas. En ese lugar, Fray Servando conocié al capitin espafiol Francisco Xavier Mina, espaol liberal exilado, y lo convencié de encabezar una ex- pedicién a Nueva Espaiia, Se embarcaron el 5 de mayo de 1816, y el 15 de abril de 1817 desembarcaban en Soto la Marina. Mina se introdujo con 300 mercenarios y avanzé6 hacia Zacatecas y el Bajio, donde se puso en contacto con el insurgente Pédio Moreno. Mas la expedicién estaba condenada al fracaso, y el 27 de octubre Mina y ‘Moreno eran acorralados en el rancho El Venadito, Moreno perecié en la lucha y Mina, tomado prisionero, fue fusilado como traidor el 11 de noviernbre de 1817, "Octavio Herrera, "Joaquin de Arredondoy el predominio realist en las provincasinternas| se oviente” en Memorats de la Academia Meticona de la Historia, XXXV, 1992, pp 43-78, DE LA CRISIS MONARQUICA A LA INDEPENDENCIA * 27 Después de esta aventura, la resistencia quedé reducida a ni- clegs aislados de resistencia, pero la conviction general era adversa al gobierno espafiol y la independencia se consideraba ya como un hecho natural que exigia el progreso ‘LA CONSUMACION PACIFICA. En enero de 1820, las tropas espafiolas que iban a embarcarse con rumbo a América del Sur, se adhirieron al grito del coronel Rafael de Riego, quien consciente del descontento que privaba, aproveché la ocasién para pronunciarse por la constitucién de 1812. Feraando ‘Vi terminé por jurar la Constitucién y convocar la cleccién de dipu- tados a Cortes. En la Nueva Espaiia, la conviccién de la necesidad de autonomia total dentro del Imperio sé habia generalizado entre los criollos. Un gtupo de la jerarquia civil y eclesidstica se mostraba descontento con la radicalizacién de las nuevas Cortes y ahora simpatizaba con la idea de la separacién para mantener sus privilegios. Muchos mili- ‘ares realistas estaban descontentos por la falta de pago y ascensos y miembros de la élite, desilusionados por la ineficiencia que mostraba ¢1 gobierno espafiol para normalizar la situacién. A su vez, los viejos insurgentes y sus admiradores anhelaban la independencia para es- tablecer una repiiblica como la del norte, Es decir, por diversas razo- Res S¢ conjugaban intereses que favorecian la separacion del reino. En ese contexto faltaba un personaje que fuera capaz de aprovechar | oportunidad. La noticia del cambio politico en la metrépoli egé a un reino totalmente transformado después de tantos afios de lucha. Las hue- las se notaban en todas partes. Los 600 mil muertos, la mitad de la fuerza de trabajo, habian dejado abandonada la agricultura, la in- dustria y la mineria y los bandidos que infestaban los caminos, apro- Yechando el desquiciamiento social, habjan arruinado el comercio. 4 tranguilidad parecia haberse impuesto, pero cl descontento era latente. En esa precaria paz, la libertad de prensa y la oportunidad de . ge oO OT See Oe ee OTe U ede U a 6666 ‘ 28 + JOSEFINA ZORAIDA VAZQUEZ, clegir diputados a Cortes, para las diputaciones provinciales y para los ayuntamientos constitucionales, significaron una nueva ocasién de inquietud, La constitucién tenia muchos simpatizantes y aunque el virrey Apodaca quiso retardar su vigencia, tuvo que proclamarla e131 de mayo, convocar a elecciones y liberar a los insurgentes en- carcelados. ‘Como Calleja habia detectado desde 1815, la gran mayoria favo- recia Ja independencia, por lo tanto ere natural que surgieran diver- sas altemativas, una vez que la pretensién de detener Ia jura de le Constitucién habia fracasado. Muchos favorecian conseguir la au- tonomia dentro del Imperio por medio de los diputados clegidos a Cortes; otros pensaban en qué los mismos diputados se constituye- ran en la representacién general que se venia anhelando desde 1808. Seguin parece, los eclesiasticos y burécratas que habian conspi- rado para detener la vigencia de la Constitucién en Nueva Espatia, habian invitado al coronel Agustin Iturbide para que instrumentara, el pronunciamiento, a sabiendas que favorecia la idea dela indepen- dencia."? Iturbide, oriundo de Valladolid, habia militado en las filas realis- tas y habia sido uno de los principales lugartenientes del plan Calle- ja. Segin Vicente Filisola, desde 1815 le habia expresado lo facil ‘que seria obtener la independencia si se unian las tropas criollas realistas con las insurgentes.'¢ Vuelto al servicio después de un largo retiro causado por diversas quejas en contra de su gestién como Comandante en el Bajio, como tenia poder de convocatoria en el ejército y en la sociedad, era buen candidato, Es posible que la invitacién Io hiciera decidirse a seguir el ejem- plo que le habia dado el coronel Rafael Riego. Buen conocedor de la sociedad novohispana, debe haberse atrevido a tantear posibilidades de apoyo on los mds diversos grupos, contando con los clérigos des- © Lucas Aleman, Historia de ésica desde los primaros movimlentos qe prepararon Independencia en ai afo de 1808 hasta la época presente, México, Fondo de Cultura Beonémics, 1985, tomo V, pp. 36-57 walamén, Wistar, Uy pp, S657, DE LA CRISIS MONARQUICA A LA INDEPENDENCIA * 29 afectos. Segiin Manuel Gémez Pedraza," el plan original de kurbide era pronunciarse en México, y fue él quien lo convencié de que era ris oportuno empezar en Ja perifériay avanzar hacia el centro. La comisién recibida del virrey para terminar con el movimiento de Vicente Guerrero en las montafias del sur de México, favorecié sus planes. Como habia sido afortunado en sus caripafias contra los insurgentes, pensd que no tardaria en vencerlo, Pero las montafias protegian a los rebeldes y puesto que tenia prisa por poner en mar- cha su plan, en enero de 1821 decidié escribir a Guerrero invitando- lo primero a indultarse y después a unirsele. Para éste, la oferta significaba también una salida, pues estaba condenado a la marginacién, por lo tanto acepté y después de entrevistarse con Iturbide, proclamé el Plan de Iguala el 24 de.febrero de 1821, En ely documento, Iturbide recogié parte de los viejos propésitos de los criollos de 1808, el deseo de igualdad y de independencia de los in surgentes, los libertarios de Mina, agregandoles la promesa de unién, para clamar los temores de los peninsulares. Dirigido a los “ameri- canos”, entre los que incluia “no sélo a los nacidos en América, sino alos europeos, afriéanos y asidticos que en ella residen”, convo- caba a defender el Plan cuyos articulos principales eran la indepen- dencia absoluta del reino, con una monarquia moderada, lamando a cocupar el trono a Femando vit o alguno de los infantes; fa conserva- ciét de Ta religién catélica, sin tolerancia de otra y Ja unién entre espaiioles y americanes. Copias del plan se enviaron a todas las personalidades del reino, a las diputaciones y a jefes realistas e insurgentes. Aunque durante el primer mes e! resultado fue desilusionante, después de que un pe- riddico de Puebla imprimié el plan, las adhesiones se volvieron ava- lancha, Fue fundamental Ia decisién de los jefes del Bajio, Luis de Cortézar y Anastasio Bustamante de adherirse al Plan de Iguala, pues de inmediato muchos de los principales jefes del ejército los imitaron, La lealtad de algunos de los generales peninsulares impi- Manifesto que Manuel Gémer Pedraza, citdodano de la Rapiblica de Mijico deuioa 4 sus comparrictes, 0 sea reseta desu vida piblica, Guadalajara, Brambile, 1831, 30 + JOSEFINA ZORAIDA VAZQUEZ Gig que se sumaran al pronunciamiento, pero la lucha fue minima. E} Comandante Cruz en Nueva Galicia y las fuerzas destacadas en ‘México fueron las mas reacias. ‘El apoyo fue tan apabullante que los jefes militares de te capital dieron un golpe de Estado contra el virrey Apodaca, el 4 de julio de 1821, e impusieran a Francisco Novella, un hecho que recordaba el de 1808. Mientras tanto, enterados del Plan, los diputados elegidos a Cor- tes se habjan embarcado. Una vez en Espafia, procedieron a defen dex on las Cortes el proyecto de autonomia dentro del Imperio, sin fograr otra cosa que se nombrara como “jefe politico de Nueva Es paz” a don Juan O”Donoji, un liberal simpatizante de Iz cause americana. ‘Liegado a tierra novohispana, O”Donojti no tardé en darse cuen ta del apoyo general que tenia la Independencia y consideré que lo tinico que podia salvar era la liga del reino con la metrépoli a través de la casa teinante y firmé con Iturbide los Tratados de Cordoba. En ellos, reconocia la independencia del Imperio Mexicano, como se flamaria en adelante, que ofteceria Ia Corona a Fernando wit “o al que as Cortes del Imperio designen” y, mientras tanto, se gobema- tia mediante una junts provisional, “conforme a las leyes vigentes fen todo lo que no se oponga al Plan de Iguala y mientras las Cortes formen la Constitucién del Estado”. ‘O”Donojilogré que el ejército que ocupaba la capital capitulara yy ocupé la ciudad que, el 27 de septiembre de 1821, recibié al Bjér- tito Trigarante, al mando de lturbide. Los festejos fueron grandic- Sos: arcos triunfales, desfiles, flores, juegos pirotéenicos, canciones ¥ poesias que celebraban la Independencia y a su héroc, Tturbide El optimismo disimulé las grandes contradicciones de la unién de realistas c insuxgentes, pues mientras los primeros se contentaban fon la Independencia y el constitucionalismo, los segundos ansiaban hacer realidad la igualdad y representatividad, anhelo que iba 2 im- posibilitar Ia garantia aftadida por Iturbide: I unién. Sin duda, quedan muchos cabes sueitos y puntos p Gnieo cierto es que la vieja interpretacién no satisface a nadie, au actarar, lo DE LA CRISIS MONARQUICA ALA INDEPENDENCIA * 31 que todavia se repita en los libros de text, De manera que s6lo pretendemos ofrecer unos botones de muestrade las nuevas pers- pectivas sobre la Independencia, que despierten la curiosidad e in- duzcan a nuestros lectores a interesarse.en algunas de las multiples novedades interpretativas que ofrecen los historiadores especiali- zados. El presente volumen incluye ensayos de Jaime Rodriguez, “De siibditos de la Corona a ciudadanos republicanos”, de Hugh Hamill, “jVencer 0 mori por Ia patria!”; de Guadalupe Jiménez, “La insurgencia de los nombres”, de Christon Archer, “La Revolucion militar de México. Bstrategia, técticas y logisticas”, y de Juan Ortiz, “La Guerra de Independencia y la autonomia de los pueblos”. En su excelente trabajo, Jaime Rodriguez sigue los cambios poli- ticos en ia élite novohispana de 1808 a 1823, con sus miltiples vericuetos, El pensamiento constituido con raices ilustradas y la reinterpretacién de la tradicién politica castellana, despertaron an- helos antonomistas que trat6 de aprovechar la coyuntura favorable de 1808, Bl fracaso fue inmediato y, dos afios mas tarde, el mo miento insurgente complicaria e hacer realidad sus suefios. El movi- miento de 1821 parecié renovar el intento de 1808, pero iba a sucumbir en 1823, ante el embate de la élite regional que los aconte- cimientos habian permitido emerger. ‘Hugh Hamill, gran conocedor del movimiento de Miguel Hidal- 0, intenta contestar algunas de las interrogantes fndamentales dal problema: si Ja independencia era la finalidad que buscaban los in- surgentes desde el primer momento y por qué los mexicanos se iban a empefiar en una amarga guerra civil, en la que fracasarian la ma- yoria de los objetivos sociales revolucionarios y seria el germen dela debilidad de la nueva nacién. Hamill se concentra en el periodo de 1808 y 1810 para mostrar las cantradicciones de los acontecimien- tos y sefialar cémo las ciccunstancias forzaban alianzas indeseables. _ Guadalupe Jiménez Codinach, por su parte, dedica su atencién al discurso insurgents. “;Qué nombres surgen ~insurgen— ante los he- chos inéditos de 1810-18217 Ante sucesos inesperados, violentos, gue hacen tambalear los cimientos del edificio virreinal ,cuél es el a a é @ e a a EG 4 8 od seeeGGUUGPGGPGUGGUSESEUGEIUe- ‘ 32 + JOSEFINA ZORAIDA VAZQUEZ, nuovo léxico, el discurso que revela ~revelandose~ los sentimientos de identidad diferentes, mezcla de antiguos sentimientos, resentimien- tos y heridas con deseos de libertad individual y colectiva?” El ensa~ yo resulta sugerente y original y nos obliga a pensar el acontecimiento en términos diferentes. Christon Archer, con gran conocimiento del ejército novohispano, nos offece una apretada sintesis de sus extensas investigaciones s0- bre las transformaciones del ejército durante fa lucha independentista, xy cémo las técticas y logistica aplicadas por Calleja y Apodaca para someter la rebeliéa, producen como consecuencia que, para que 1821, tanto insurgentes como realistas desearan encontrar los medios “ho- norables” para terminar la guerra. Juan Ortiz, por su parte, nos explica como se organiz6 el movi- miento. y cémo los métodos puestos en juego por ejército realista para sofocarlo, hicieron que los pueblos buscaran maneras de prote- ‘gerse y preservar su autonomia, Los ensayos incluidos nos permiten atisbar la complejidad del proceso de independencia y de la sociedad que intentaria, con gran- des esperanzas pero con muchos obsticulos, establecer un nuevo Estado. Aunque incompleta, Ia transformacién de la Nueva Espafia era indudable y el legado del reformismo borbén, del constitucio- nalismo gaditano y de la insurreccién independentista dejaban a un pais dividido y desorganizado, en que la garantia més dificil de apli- car seria la de la unidn. DE SUBDITOS DE.LA CORONA A CIUDADANOS REPUBLICANOS: EL PAPEL DE LOS AUTONOMISTAS, EN LA INDEPENDENCIA DE MEXICO* Jaime E. Rodriguez O. University of California, Irvine. La historiografia de la Independencia mexicana, si bien enorme, es. ‘tan paraddjica como confusa.' Historiadores tan diferentes como Luis” Villoro y M.S. Alperovich han documentado la diversidad de intere- ses implicados en el proceso llamado “movimiento para la Indepen- + Bn inglés est eneayoxe publich en Iaime E. Rodriguez, The Independence ofMéxico ond the Creetion ofthe New Nation (Los Angeles, 1989), 19-13. Se publica aqui con el permiso de los Regentes de la Universidad de Californin. [Nota de! autor: Una versién previa de este ensayo fie presantada en la reunign anus! dela Amersan Historal Astociation, celabrada en Washington, D.C. dl 27 al 30 de diciembre de 1987 Estoyagradecide con Virginia Guedes, Maria el Refugio Gonzalezy Chston Archer por suasigerencias que en mucho ayudaron a mejorar ete aba. La labor doinvestigaciSo en que se basa este etfulo se realiz6 gracias a una beca otorgada por la Universidad de California y la ‘Grganizacion Ievine Academie Sennte Commites on Research, Sobre este aspecto, véase Virginia Guedes, “The Historiography of Independence”. ponencia presentads en“Neenico Week", Universidad de Calgary, marzo 21-26, 1988. Eimérto porlamejornarracién de este episodio de lahistoia de México ain corespondea Lucus Alani, Eunoriadeddésico, vols (Mexico, 1849-1882)-Delosteabajoscontemportneas loeméseeriog ton los de Hugh Mi Hamill, Ie, The Hidalgo Revolt: Prelude to Mesicon independence (Gainesville, 1966), Virginia Guedes, José Maria Morelos y Pavén: crenologia (México, 1981); Luis Villoro, El proceso ideoldgico de la revoluciin de la independencio, 3 ed (Mésico, 1981); MS. Alperovich, Historia de la Independencia de México, 1810-1824 (Mésivo, 1976}; Timothy Anna, The Fall ofthe Royal Gobernment in Mezico City (Lincoln, 1972); Brian Hamnett, Rocts ofinsurgency: Mexican Regions, 1750-1824 (Cambridge, 186). \Véaee también las ensayos de Cardinaies de dos independencias (México, 1978) y Dor revoluciones: Mésieo 9 los Estades Unidos (México, 1976) 33

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