De la abundancia del corazón habla la boca, de lo que hablo demuestra cuanto de
Dios está dentro de mí, cuanto de Dios hay en mi corazón.
Mis palabras, crean una atmosfera espiritual alrededor de mi vida y de todo lo mío.
Y esta atmosfera va estableciendo realidades alrededor de mi vida, esta realidad
puede ser luz o tinieblas, con mis palabras establezco una atmosfera espiritual y una realidad de vida o muerte, eso lo vemos en Gen 1 cuando Dios creo lo bueno con su palabra, creó una realidad espiritual buena.