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En el primero de los vocablos expresa que “Derogar” significa dejar sin efecto o suprimir
parcialmente una ley. Comúnmente se usa como sinónimo de abrogar o suprimir totalmente una
ley.
Del último dice que “Derogación” es el acto de proceder, mediante disposición posterior, a dejar
sin efecto en todo o en parte, un precepto jurídico precedente.
Efectivamente, lo cotidiano es que las ordenanzas se aprueben sin esa condición temporal, ya
que se derogan por otras de similar o mayor jerarquía. También en casos de circunstancias
determinadas y, una vez cesadas éstas o alcanzado el fin para el que fue creada, debe
naturalmente extinguirse, como sucede con las leyes (nacionales) de emergencia o con las leyes
contingentes.
Como ejemplos de esa vigencia temporal están (i) aprobar en el ámbito tributario una ordenanza
de remisión, siguiendo los parámetros del Código Orgánico Tributario (COT, 2014) donde se
regula que se extinguirán las obligaciones tributarias comprendidas por sus regulaciones caso de
cumplirse los extremos previstos en el período allí comprendido.
Esto se debe a que la administración tributaria local debe agotar todos los mecanismos y
posibilidades dentro de la legalidad para la captación de los recursos que ingresarán a engrosar
las arcas municipales, considerándose la remisión algo excepcional.
Otro caso es (ii) en materia de presupuesto anual, ya que rige durante un ejercicio económico
financiero determinado: enero a diciembre del mismo año.
Implica dentro de sus competencias el iniciar, discutir y sancionar los proyectos de ordenanza.
Como acto legislativo tienen su procedimiento; la CRBV estatuye uno para las leyes nacionales,
del cual los niveles estadales y municipales, toman referencia al legislar y lo aplican, recordando
que cada uno posee autonomía normativa en los términos a que se contrae el Texto
Fundamental.
Únase a esto el llamado Principio de Supremacía Constitucional, lo que significa que no hay
norma o instrumento jurídico por encima de la Constitución, con la expresa salvedad de las
consideraciones que ella hace sobre Derechos Humanos.
La LOPPM recoge algunas nociones sobre el procedimiento para su elaboración al igual que las
normas de prelación o fuentes de derecho.
Ahora bien, los concejos municipales poseen un instrumento jurídico denominado Reglamento
Interior y Debates donde se regula el manejo diario de las actividades que lleva a cabo esta
rama local; por ejemplo, (i) cuando se inicia el período porque se ha procedido a elegir nuevas
autoridades, gracias a él es posible la apertura de cara al público de este órgano. (ii) Si se
produce la falta temporal de un concejal, se acude a este cuerpo de normas para saber cómo
manejar esa situación.
Allí se indica (iii) el procedimiento a seguir para la iniciativa, discusión y sanción de un proyecto
de ordenanza, lo que pasa también por una fase de consulta pública.
Dentro de las competencias del concejo municipal previstas por la Ley Orgánica del Poder
Público Municipal (LOPPM, 2010), se encuentra la de dictar el Reglamento Interior y Debates, lo
que lleva implícito su modificación.
Cabe recordar que el Concejo Municipal es un cuerpo colegiado; esto significa que está
conformado por una pluralidad de funcionarios principales (concejales), quienes acceden a sus
cargos por la vía de la elección popular.
Esta circunstancia implica que cada uno de ellos es de la misma jerarquía, por lo que – de no
existir un texto normativo de estas características – no sería posible ni siquiera su instalación, ya
que nadie podría ordenar sobre el otro.
En cuanto a la organización interna del órgano legislativo, la LOPPM establece que se elige un
presidente dentro de su seno, quien la representa, además de ejercer la administración del
órgano; y un secretario fuera de su seno, como apoyo del cuerpo.
Las razones para que se produzca una derogatoria de una ordenanza es que – con un estudio
posterior en el tiempo – el legislador se entiende que revisa y analiza las circunstancias como los
motivos de mérito para producir e introducir los cambios que se requieran, redundando en
seguridad jurídica tanto para el ámbito gubernamental como los ciudadanos; de allí también la
existencia de la Gaceta Oficial Municipal.
Se reproduce en esta entrega la noción fundamental acerca de las asambleas de ciudadanos; son
una forma de organización comunitaria para el entendimiento con vecinos y autoridades, resulta
pertinente analizar el punto utilizando el Texto Fundamental, jurisprudencia y las leyes aplicables.
Por cuanto resulta aplicable el razonamiento plasmado en la parte sobre nulidad en la anterior
ocasión, se dan por reproducidas las reflexiones en cuanto a la competencia y los principios que
la rigen de Eloy Lares Martínez y Allan Brewer Carías.
Si bien la LOPPM indica que las asambleas de ciudadanos pueden emitir decisiones en los que
manifiesten su desacuerdo con una ordenanza Sin embargo, por muy vinculantes para las
autoridades que diga su texto, no deben ir (i) en contra de la legislación, (ii) los fines del Estado,
así como (iii) los intereses de la comunidad.
La CRBV y lo recogen otros textos legales que las leyes se derogan por otras leyes; ello en aras de
la seguridad jurídica y mantener la armonía del ordenamiento, por lo que al no ser las asambleas
de ciudadanos los autores del acto legislativo (ordenanzas) mal podrían derogarlas, motivo por
el cual se debe concluir que la derogatoria de una ordenanza no es dable a las asambleas de
ciudadano.
En el campo legislativo, el Código Civil Venezolano (1982) consagra regulación en ese sentido;
también la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos (LOPA, 1981) hace lo propio hacia
los actos administrativos: decretos, resoluciones, órdenes, providencias, instrucciones, circulares.
@Edularalaw