Los principales determinantes de la cultura son la estructura social, el idioma, la
religión, la educación, la filosofía política y la filosofía económica. Estos factores evolucionan o se modifican y alteran la cultura y los valores de una sociedad, que a su vez, altera su estructura social y su religión.
La estructura social de una sociedad es su organización social básica; existen dos
dimensiones importantes para estudiar: la primera es el grado en que la unidad fundamental de la organización social es el individuo y la segunda, es el grado en que una sociedad se estratifica en clases o castas.
Un grupo es una asociación de dos o más individuos que comparten un sentimiento
de identidad y se relacionan de manera estructurada con base en expectativas comunes sobre el comportamiento del otro. Las sociedades difieren en la medida en que consideran que el grupo es el medio principal de organización social.
Generalmente, en las sociedades occidentales el individuo es el principal elemento
de la organización social; se destacan los logros individuales y la posición social de los individuos no depende tanto de su lugar de trabajo, sino de su desempeño en su campo laboral.
El énfasis en el desempeño individual trae como beneficio el espíritu emprendedor,
las actividades empresariales y el dinamismo de la economía. Pero su mayor debilidad se debe a la falta de lealtad y dedicación que tienen las personas a una sola compañía, lo que produce movilidad gerencial que pese a que es bastante enriquecedora, debilita las redes sociales y la experiencia en los cargos. Otro problema es la dificultad que presentan las personas a la hora de la formación de equipos interdisciplinarios pues la competencia está latente siempre y dificulta la cooperación.