Una retroalimentación puede ser positiva o negativa, dependiendo de las
consecuencias que tengan dentro del funcionamiento del sistema.
La retroalimentación negativa ayuda a mantener el equilibrio del sistema,
mientras que la positiva lo afecta. En este sentido, la retroalimentación positiva está asociada a procesos de evolución, crecimiento o cambio, donde el sistema se inclina hacia un nuevo equilibrio. Vea también Retroalimentación positiva y negativa.