Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Consecuencias políticas
El ingreso de capital e inversiones extranjeras se realizo sin ningún miramiento
o control, al menos hasta mediados del siglo XX, cuando los diferentes
gobiernos latinoamericanos empezaron a contemplar en sus leyes y
constituciones la defensa del capital y los propietarios nacionales, dando
limitaciones a las inversiones extranjeras.
La coyuntura de la Primera Guerra Mundial provocó que los países
latinoamericanos al ya no recibir la inversión y capital por parte de los países
europeos, provocó que Estados Unidos se volviera el receptor y principal
inversor de los productos latinoamericanos, pero también que los países de este
lado del charco pensaran en su propio proceso de industrialización.
El intervencionismo de Estados Unidos a inicios de siglo puede considerarse
como otra consecuencia social y a continuación explicaré el porque, y este es
que a raíz de que el país del norte necesitaba de materias primas y mercados,
inicio una política de intervención fuerte sobre todo con los piases mas cercanos
a su territorio, como México o Cuba, esta intervención iba mas allá de lo
económico pues E.E.U.U. cuando se encontraba trabas por parte del gobierno de
estos países ese gobierno, ese presidente se venia abajo, incluso podemos
afirmar que aquel candidato que tenía el favor de Estado Unidos ya podía
considerarse ganador de la elecciones en su respectivo país. Aunque esta política
de intervención conocida como la política del garrote fue dejada de lado para dar
paso a la expansión del dólar donde seguía teniendo control sobre los países pero
ya a través de la fuerza de su moneda.
Considero como una consecuencia a la nacionalización de algunas empresas
extranjeras como las empresas telefónicas en Brasil, que fueron nacionalizadas
producto de los daños que había sufrido Europa durante la primera guerra
mundial.
En septiembre del 35 se aprobó el “Social Security Act”, una ley que ideaba ayudas para
los jubilados y los parados. Todas estas medidas fueron financiadas mediante impuestos
a las bebidas y a las rentas no distribuidas de las empresas. En la parte negativa, se
generó un déficit presupuestario que acabó desapareciendo con la recuperación del país
norteamericano.
Por último, se matizó la política de producción y de las rentas. Tras una serie de trabas
impuestas por la Corte Suprema (dominada por el Partido Republicano), Roosevelt
vuelve a ganar las elecciones en 1936 y decide crear tres leyes nuevas: la segunda
AAA (ley de agricultura), el National Labor Relations act (fijaba el poder sindical) y
el Fair Labor Standard act (marco general de los contratos laborales y 40 horas de
trabajo). Con esta nueva legislación se obligaba a reducir la producción agrícola e
industrial, mientras que se fijaban nuevas rentas más solventes. Gracias a esto al bajar la
oferta de productos agrícolas provoco que el precio de estos subiera y contribuyo a la
recuperación del sector agrícola.
Adjunto a continuación informe escrito por David López Cabia, titulado, “New Deal la
salida de la Gran Depresión”
Roosevelt y los suyos se pusieron manos a la obra rápidamente y para poner freno a la
caída de numerosos bancos autorizó a la Reserva Federal a conceder créditos a la banca
sobre títulos. El estado asumió un mayor control de la banca a través de la Banking Act
de 1933. El sector bancario sufrió importantes cambios y quedó fuertemente regulado
para evitar nuevas quiebras. Se exigía dotar a los bancos de mayores reservas para hacer
frente a situaciones adversas, mientras que aquellos bancos que no eran solventes fueron
disueltos. En el plano financiero también destaca la concesión de créditos para fomentar
la inversión empresarial así como la Ley de Obligaciones Federales, que fue
promulgada para proteger a los inversores del fraude.
Pero si el programa económico de Roosevelt, conocido como New Deal (nuevo trato)
destaca por algo, es por su fuerte calado social. La National Labor Relations Act fijó un
salario mínimo y estableció una jornada laboral máxima. Esto provocó un aumento de la
población ocupada y también un incremento de los salarios. Para proteger a los parados
se creó un seguro de desempleo y el gobierno destino subvenciones federales para
ayudar a los desempleados.
En el plano laboral también cabe destacar la National Labor Relations Act, que
fomentaba el asociacionismo sindical y la Fair Labor Standard Act, que regulaba los
contratos laborales y las jornadas de trabajo.
Queda claro que el New Deal, con la intervención reguladora del estado, pretendía
corregir las desigualdades sociales que había generado el capitalismo.
Mientras se llevaban a cabo medidas para reforzar los derechos de los trabajadores, el
gobierno llevó a cabo un ambicioso programa de obra pública para modernizar las
infraestructuras del país. Estas obras ayudaron a crear empleo y beneficiaron a las
regiones más empobrecidas de los Estados Unidos, como ocurrió en Tennessee, donde
se erigieron presas hidroeléctricas y se construyeron embalses. Se calcula que la Public
Works Administration logró dar trabajo a más de 3 millones de personas.
La industria también se vio reforzada como consecuencia del New Deal. La National
Industrial Recovery Act de 1933 permitió que se destinasen importantes subvenciones
para estimular el poderío industrial norteamericano.
El sector agrícola había quedado muy tocado tras el crack del 29. La población de las
zonas agrarias quedó notablemente empobrecida ante la fuerte caída de los precios
agrícolas. El New Deal buscaba la recuperación del campo, por lo que a través de la
Agricultural Ajustment Act de 1933 se disminuyó la producción agrícola. Los
agricultores fueron compensados mediante indemnizaciones y la reducción de la oferta
de productos agrícolas logró un aumento de los precios. Los efectos de esta ley fueron
muy positivos y en tres años se duplicaron las rentas del sector agrario.
Las consecuencias del New Deal no tuvieron efecto inmediato, pues Estados Unidos
estaba muy lastrado por las dolorosas consecuencias económicas y sociales de la Gran
Depresión. Bien es cierto que la política económica del presidente Roosevelt logró
poner fin a la recesión aunque no logró alcanzar todos los objetivos marcados.
Los más críticos con el New Deal consideraban que la política de Roosevelt era
demasiado socializante y que el estado intervenía excesivamente en la economía. Hubo
quienes afirmaron que la actuación del estado en la economía atentaba directamente
contra el principio de libre empresa, uno de los valores fuertemente arraigados en la
sociedad norteamericana.
El no pago de la deuda externa por parte de los países latinoamericanos fue tolerado por
E.E.U.U. y Europa, ya que inclusive varios gobiernos europeos durante la década de
1930 también decidieron la suspensión del reembolso de las deudas contraídas con los
E.E.U.U. durante la Primera Guerra Mundial.
A raíz de esta crisis, los países Latinoamericanos consiguieron una autonomía
económica importante y lograron zafarse un poco la fuerte influencia y presencia (el
menos en el ámbito económico) que EEUU mantenía en estos. En un futuro EEUU
tomaría en cuenta el cobro de sus deudas de forma individualizada con cada país a fin
de evitar de nuevo una suspensión de pago en bloque como la que se dio durante los
años 30.
El gobierno mexicano apoyo esto por medio de subsidios y con medidas proteccionistas
a la industria, también dispuso una gran cantidad del presupuesto publico para apoyar el
proceso de industrialización del país, como consecuencia a esto ultimo se descuido el
sector agrícola.
Como consecuencia de lo mencionado hasta ahora, solo se beneficio a una parte de los
productores, mientras se margino a la mayoría de los campesinos. Esto provoco un
acelerado desplazamiento de estos campesinos a las ciudades y también se dio una
fuerte migración hacia Estados Unidos.
Para la década de los 70 México se encontraba con un crecimiento moderado pero con
desequilibrios tanto externos como internos.
Durante los años siguientes se siguió aplicando esta política haciendo que el país caiga
en una nueva crisis económica.
Argentina
En la Argentina, el entorno institucional no era favorable, al golpe de Estado del ’30 lo
siguieron la elección de Justo en 1932, que intentó restaurar los proyectos de los
gobiernos anteriores a los radicales y con la turbia elección de Ortiz, quien renunció en
1940. Un hecho de gran importancia fue la creación del Banco Central en el año 1935 y
cuyos objetivos eran, mantener las reservas para moderar las fluctuaciones de la
cantidad de ingreso de divisas, regular el crédito y los medios de pago, promover la
liquidez y actuar como agente financiero.
En el plano económico local, la Argentina se vio ante la imposibilidad de seguir
cumpliendo el mismo rol en el comercio internacional que en décadas anteriores y de
cumplir con los pagos de la deuda en tiempo y forma. Las perturbaciones en el mercado
de materias primas, unidas al cese de influjo de capitales extranjeros, hacían que el país
no pudiera obtener los bienes de capital y de consumo importados que tanto necesitaba.
Un hecho importante fue que las incipientes industrias nacionales contaban con una
fuente de mano de obra proveniente de las corrientes migratorias internas desde las
zonas rurales hacia las ciudades. Ya por 1936, se comenzaron a desarrollar las industrias
no derivadas de la actividad primaria (textil, caucho, maquinaria, vidrio,
electrodomésticos y petróleo).
Para la doctrina peronista, la industria cumplía un rol esencial como fuente de empleo y
consumo, por lo que el apoyo a la industrialización por sustitución de importaciones no
cesó. Existieron variadas políticas como la restricción a las importaciones mediante
controles de cambio y permisos previos (se daban preferencias a la importación de
materias primas y bienes de capital), políticas crediticias implementadas a través del
Banco Industrial y el BCRA, que brindaban fondos financiados a largo plazo y en
algunos casos con intereses negativos. Otro de los aspectos destacables fue el fomento
de la educación técnica.
Brasil
La llegada al gobierno de Getulio Vargas (1930-1945) significó el comienzo en Brasil
del modelo de la ISI (Industrialización por Sustitución de Importaciones). El Estado
Novo era un Estado más fuerte, interventor y productor, que buscaba desarrollar el
mercado interno con mayor participación de la clase media, incorporando al
sindicalismo (no unificado como en la Argentina en una única central sindical, sino más
atomizado), y a la incipiente burguesía nacional industrial. El segundo gobierno de
Vargas (1951-1954) siguió avanzando hacia un modelo desarrollista, en una democracia
con planificación económica del desarrollo desde el Estado. El golpe militar de 1945 y
el suicidio de Vargas provocaron, finalmente, con las elecciones, la victoria de Juscelino
Kubistchek, con una alianza del Partido Social Demócrata (PSD) y el Partido de los
Trabajadores (PT). Se lanzó el Programa de Metas de Desarrollo Económico, bajo una
visión de desarrollismo nacionalista. En la gestión de Kubistchek se creó el Consejo
Nacional de Desarrollo, y se dio forma al BNDES, que ya había sido constituido por ley
del gobierno de Vargas. El desarrollismo brasileño, o desarrollismo nacional, imperó
plenamente, en una primera fase, desde los años 50 hasta comienzos de los 80, y tenía
como objetivo promover el desarrollo económico a través de consensos entre
empresarios, burocracia pública, clases medias y trabajadores, con el Estado como
principal instrumento planificador y coordinador.
No hay que olvidar que en la década de 1980 entramos a una nueva crisis económica.
Ésta provoco una disminución en la calidad y los recursos de los servicios como salud y
educación, y su impacto sobre el mercado de trabajos se traduce en un aumento en el
desempleo y la marginalidad. Durante esta década la fecundidad continuo descendiendo,
inclusive mucho mas intensamente de lo que pudo prever. Sin embargo, a raíz de los
altos niveles de fecundidad de los años anteriores, el numero de mujeres en edad
reproductiva continuo en aumento, y por lo mismo, aunque la fecundidad ya no estaba
al mismo nivel, el numero de nacimiento continuo aumentando, y es debido a esto que
la demanda de los servicios básicos seguirá siendo una prioridad, y ya que la oferta de
estos servicios era muy débil, las insuficiencias adquirieron grandes dimensiones, al
mismo tiempo los jóvenes en edad de trabajar también aumentaron e incluso se vio
amplificada por la, cada vez mayor, participación laboral femenina. En consecuencia
podemos afirmar que los efectos de la inercia demográfica, los procesos recesivos de
orden económico y social, y la relación entre ambos, generaron repercusiones que no
dejaran de sentirse en los años restantes del siglo XX.
La depreciación del tipo de cambio real, que era necesaria para apoyar el reajuste del
sector externo, estuvo acompañada invariablemente del aumento de la inflación, en
magnitudes que América Latina no había conocido antes, pese a la historia inflacionaria
de algunos países, la inflación se había tendido a acelerar en la década de 1970, como
parte de un proceso internacional, y dos países habían inaugurado la era de la inflación
de tres dígitos.
Sin embargo, las explosiones inflacionarias de la década de 1980 fueron un efecto más
que una causa de la crisis de la deuda. Su manifestación más aberrante fueron los
episodios de hiperinflación que experimentaron cinco países entre mediados de la
década de 1980 y principios de la siguiente (Argentina, Bolivia, Brasil, Nicaragua y
Perú). Otros tres países tuvieron en algún año una inflación de tres dígitos (México,
Uruguay y Venezuela) En el lado opuesto, solo un país, Panamá (la única economía
entonces dolarizada) evitó una inflación superior al 20%.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Cardoso, F., & Faletto, E. (1971). Dependencia y desarrollo en América Latina. México
D.F.: Siglo XXI.