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Lourdes Benítez

Rebeca Benítez
Ale Ayala Pastore
Lourdes Benítez
Rebeca Benítez
Ale Ayala Pastore
creditos
(…) Afuera rige el sol que agudizara la lluvia...
Facundo Romeo
Introducción
Yo, yo poesía

Ego poesía

Poesía de mi calambre
Poesía de mi destrono

Yo yo yo
Ego
“egonada”
Egotodo
Ego
Poesía del ego, ergo: vanal

Sin embargo, como yo siento no es novedad

Sin embargo, como yo te veo


a veces es como te siento

Sensible, ego sensible


Nos arrastramos por un pedazo de vida

Huye, huye
con alcohol, idiotez,
la política hecha catarsis

Voy, voy marchando


Miro y la egopolítica hace ruido en mi cabeza

Ya no sé si el ego es mío o el todo


tumulto
en mi cuerpo,
el de todos clavando silencio

Huyo, huyo con la poesía.


Hay un fantasma que no ha dicho su nombre
se ha presentado ante mí
desbordó el límite de mi agrado ante los demás
fantasmas

Él se desliza en mi garganta
galopa a mis espaldas
despierta mi noche de un solo toque en mi ventana

Ocupa mi cama
La soledad se despega del techo
oigo cómo huye envuelto en cobardía
siento su huida con su amante: el miedo

Pregunto qué quiere de mí


su observación me traspasa

Este fantasma ha transformado la noche en huidas


escucho que a tientas se desprende poseído
encontrándome en su rosca interminable

No es un sueño
no es la noche
no es la cama

Es la propia vida que me acaricia


pero yo sigo arrastrándome
alabando a un rey sin trono
sin reina
sin caballo
sin alfiles
sin torres
sin peones que sacrificar
ni nadie con quién jugar.
Este mensaje no es autodestructivo
es una alarma que resuena en todos lados

Este mensaje es un residuo de lo sobredicho


un hipertexto
mega ultra archi escape de mi boca

Emergencia, necesitamos un mensaje


un divague
decir algo perdido en el aire

Emergencia, necesitamos estar en otra

Emergencia, hay un herido


hay un silencio incómodo
Lo siento! Hemos perdido
la voz

Silencio, ya nadie sabe hablar

Nos convirtieron en alarma


en mensajes verborrágicos
hemorrágicos
trágicos
tácitos

Emergencia: hay un caído


en este intento de querernos

Auxilio! Me mueres
me muero
te muero...

Lo siento, no hubo tregua.


Tarde o temprano
las calles contendrán
nuestros lamentos

Las pisadas
de citadinos perdidos
se verán acompañadas

Las alas que esperas


subirán por tus piernas
envolverán tu cuello
te elevarán al cielo
de hombres imaginarios
de seres como vos
que al caminar desean
otro cielo

Cielo de seres como vos


a quienes ya no les quedan pisadas

Llueve. La calle,
ese espejo de cemento,
fija el paso de tu miedo

La huella esclarece
un camino prometido

Observa,
observa cómo
te ven volar

Observa
cómo tus alas
no se mojan
Largas noches no dormidas
toco mis dedos y se esfuman
repentinamente en la oscuridad

La lluvia intensa
moja la madera
y me veo empapada
inundada
desde mis pies
hasta la conciencia
misma de la danza
silenciosa de la lluvia

Al fin logro
cerrar mis ojos
y como a un niño
seco y canto
sus lágrimas
que de a poco
rechazan hostilmente
mi próxima voz

No comprendo…
¿Esta intención
será inservible?

¿Este insomnio desea


mostrarme algo?

Llamame desde la luna que atrae el lago


desde el viento que trae tu canto
tocame como a tus cuerdas
desliza tus dedos
sacame una nota

Es canción el respiro no hablado


Extensión

Antes de que el tiempo aclare mi existencia, mis ojos se pegan aún


más. No permiten que contemple el nacimiento de lo que 8 segundos
antes fue luz. Despierto con el sudor que posa entre mis pechos y me
veo desnuda ante estos cuerpos enjutos.
Me desplazo en un soplo de aliento y despierto a esa bestia que aulló
mi nombre. Se me acerca, me seca la humedad de entre mis piernas.
No es suficiente la claridad para observar quién es el hombre que
acompaña mi cuerpo. Mis ojos logran despegarse y me encuentro
erguida en su espalda. Siendo un poro más entre su piel, cansado del
calor que nos abruma.
Cansados de tanta existencia, con los ojos medio abiertos, despliego
su sonrisa en la mía, me convertí en la extensión de su boca. Pero el
día ha llegado. Hay que levantarse.
Areguá es tan destiempo como nuestros sueños. Más aún sin abres
los ojos, las ventanas, seguir soñando despiertos y quedarnos juntos.
Quedarnos juntos como lo único cierto. A este hoyo de cuchicheos le
ha tocado el desierto y la lluvia.
Salimos a ser gotas del terere en silencio y porros descubiertos. Mi
pecho ya no guarda calor. De repente todo se enfría, se humedece y
refresca. El terere nos hizo agua. Pasa el día, de repente somos exten-
sión de la noche. Luz de luna fría y goteamos, goteamos, goteamos...

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