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LOURDES BENÍTEZ

Índice

SUBnatura
Abundar
Río
Asunción me inunda
Deshabitarnos
Ultramar
Integración

SUBversión
Quiero más, no doy más
Nos dijimos tantas cosas
Puede ser
Escapo
Atrevimiento

SUBerótica
Soñé que estabas despierta
Con ropa somos otros
Despedida
Pretérito perfecto

SUBlime
Como si nada tuviera nombre
La última gota
Digestión lenta
Me contesto
Hoy veo el viento sentir
Lecho de algodón
Tu mano que se cierra desata
la paloma imposible que el augurio de las
palomas veneran.

Edgar Pou, Besacaballos.


Abundar

Abundar en la tierra
ser grano
Abundar en el viento
ser brisa
Abundar en el agua
beberme
Abundar en el sol revolcándome en su calor

Otro grano de polvo se acerca a mí,


sudada, miles de granos de polvo
me envuelven, me abundan
Busco el agua para seguir la purificación
esto es lo que mi cuerpo desea,
desplegarme en la naturaleza
conectarme infinitamente en sus ojos de aurora
Río

De noche, cuando la luna se hacía movible sus ganas de desnudarse junto al río
repetía la escena caprichosa de hace años.
Esas ganas de arroparse en el frío y desgarrarse de todo intenso calor, no fue coinci-
dencia suficiente para que ella supiera qué tormenta se venía venir.
La cerveza servida en la mesa bastó para que ella tomara el primer trago en com-
pañía del viento norte. La noche se ponía cada vez más lúcida. El río junto a ella
sonaba tan cerca de sus oídos como si hubiera estado allí, dentro de las mismísimas
burbujas.
Miró la boca de la botella y se encontró dentro de ella. Zambulléndose como en esas
publicidades sexistas de birra pero era una calma profunda, en el mismo gas, trigo,
espesor de su bebida. Se perdía y se encontraba hundida en la melancolía y alegría
toda junta. El aullido del jagua piru la despertó de esa fantasía etílica.
Se desvistió y corriendo como si todo lo que creía se le iba de las manos, ella, se tiró
al río completamente borracha.
Borracha de libertad, de furia, de soledad, de lo que en ese momento su cuerpo la
dejaba sentir.
Pero la corriente la abandonó. La Luna no perdió su rastro. La tierra la envolvió
con su frescura. Los bichos de la noche zumbaban en su oído. Los animales desde
lo profundo del bosque, la observaban. Despertó.
El mua mua guió su camino. Caminaba sin detenerse. Confundida. Cansada por la
resaca, ella ya no aguantó y cayó. Una silenciosa kuriju envolvió su encanto. Ambas
pieles se erizaron. Animal contra animal se matizaron con las sombras de la noche.
Sabía que la serpiente grande era lo que no reflejaba su rostro. Y como quien mira
algo que ya lo saborea de antemano, la mujer sintió un suave cosquilleo entre sus
piernas y su grito compenetrada con la selva, excitada por tan larga seducción, por
tan intenso encanto de aquel símbolo de miedo selvático que convirtió a la mujer en
la historia más contada del místico encuentro.
Asunción me inunda
Asunción me inunda y no me salvo
Me levanto un día y mi día está inundado de normalidad
Nos sacamos las botas de invierno, los tacos de raudal
para sumergirnos y nadar entre la ciudad con la nada a cuestas

Dame una lancha, una canoa, madera


para naufragar en aguas quietas
entre perros sobre el techo,
gatos en el árbol,
chanchos ahogados

La desidia nos inunda


la catástrofe nos ha tomados por sorpresa
pobre tú, pobre yo
y esto pienso desde afuera ¿Tan cómodo no?
seca, húmeda miro a los lejos y me digo:
Asunción me inunda
se inunda, la imagino bajo agua
con peste
gente salvando otra gente
y en medio de todo ese vaivén están tus manos
me salvan de tanta agua caótica sin disfrutarla
Sé que cuando todo baje
cuando la tierra sea barro
el barro sea huella, la huella sea nostalgia
estará tu imagen
pero ya no están tus manos, asunción las ha inundado

Y veo tu canoa que viene junto a mí


navego por Asunción y no solo flotan lamentos
veo flotar tus manos
mis ojos se inundan, se quedan ciegos
el agua me ha llevado
Deshabitarnos
Reiventarnos de vez en cuando
caminar en la filosofía de nuestro cuerpo
sentirnos
sentir esa piel lleno de pelusas

Cada mañana dicen que se renuevan los poros


desvestir esa sombra que nos acecha
que piensa por nosotros
que vive de nosotros

Deshabitarnos
fingir eternidad
mentirnos y pinchar nuestra burbuja
desviar nuestro propio camino
esa es mi incoherencia, sugerirte
esta es mi locura, intentar deshabitarme

Encontrar el péndulo desorbitante


y estacionar en vos
no existe el final
estamos sin direcciones concretas
cada “llegada” es un sin fin
deambulamos sin encontrarnos
amanece de nuevo, aparentamos
Ultramar
Contemplo el cielo que bajo
el recuerdo de ti posa
te has ido de este cielo infinito
pero del otro lado has mirado la
misma luna llena, recordándome

En un puerto de la memoria esperé


que en el agua aparezcas
o que seas ese pasajero que de
repente llega

Hemos viajado en estas aguas anchas


el eco nos ha escuchado y me dice
que solo eres turista de este cuerpo
..Y el sol baja enrojeciendo el mundo. La
transparencia de la atmósfera encanta mis ojos.
¡Qué bellas curvas describen en lo alto los
halcones, persiguiendo a los murciélagos! Mi
alma se impregna de un vago sentimentalismo;
la magnificencia del crepúsculo excita mi
literatura; el astro se acuesta “ fatigado y
ardiente”, como dice Chateaubriand, y me
enternezco con elegancia...
Rafael Barrett, Mi zoo.

Integración
Los edificios que veo de polo a polo. Gente hablando por teléfono, comunicando
historias de otros. Un chico cantando canciones a la chica linda de su existencia.

El sol me acompaña entre las nubes que proclaman su tiempo. Lluvia que nos de-
tiene. Una estación media que cae, hojas caen, aguas van, aguas vienen, nubes van y
regresan tan lentas como desesperantes en los rostros con sed.

Sí, un árbol de quietud en el minúsculo suelo que le ha


otorgado la especie del destiempo.

Viajo por tierras escondidas. Caminos sin regreso al pasado porque el presente del
viento nos abraza con toda su suavidad. Oigo cómo las alas se despliegan para reco-
rrer un cielo vasto. Llego y todo el conjunto de la naturaleza me recibe con retribu-
ción. Me integro, soy uno de ellos.

Duermo entre la fiesta nocturna de los insectos que chocan medio ebrios en la noche
mística del silencio. Sueño que me llevan como a un gigante de cuentos. Amanezco
entre semillas con pelos y la brisa me arrastra hasta la corriente. Siempre regreso a
vos, tu tierra viaja hasta el lugar del ruido.

Este es mi “zoo” querido Barrett, en el siglo XXI la naturaleza resiste y mi especie


no lo entiende.
Quiero más, no doy más
Más fuerte que el pensamiento
Más fuerte que la música del vecino
Más fuerte que tu tele
Más fuerte que el ladrido del perro
Más fuerte que las bombas
Ponele, ponele más fuerte
Más rápido que el bondi
Más rápido quien camina
Más rápido quien compra
Más rápido para llegar a casa
Más ansioso por cobrar
Más ansioso por chuparte la canasta de navidad
Más ansioso que el ouro fino 3 x 10.000
Más, dame más
Tiempo, dame más
Tiempo, soledad
Tiempo, supervivencia
Tiempo, muerte
Tiempo, ya no doy más
Inercia, dame más
Nos dijimos tantas cosas, que las cosas terminaron por ser silencio
nos silenciamos tanto cuerpo, que la cama terminó flotando en el qué será
terminamos sin cama, porque la droga sana tanta
humanidad
pásame, pásame el chespi, pásame el porro, fumame una,
dale, dividí las blancas noches,
sí, quemame la garganta con un sorbo más
dale, cortá el cartón viajero de la India occidental
no olvidamos quiénes somos hasta vernos arrastrados
arrastrados junto a nuestra manada,
compañera de la kachaka
o el morbo regetón o plim plim de ACDC,
el ska inmaduro de los fumancheros de la villa
escuchame, como música detonante de tanta mierda
vamos al campo, vamos un ratito
pero no te olvides de la droga
no escucho el pájaro que da la bienvenida
no murmullo con las aguas del arroyo junto a mi camping
poco importa el viento madruguero
o la luna compañera entre las estrellas,
dale, trae la droga que no podemos vivir sin morir un ratito no más
Puede ser que la duda sea volver
que la duda sea saber
que las horas sean las ingratas y no nosotros
que el miedo sea la solución
puede ser que mi abrazo sea miedo, duda, hora
ingrata y no nosotros
que no seamos nosotros el camino
puede ser que el techo del insomnio sea tu cara
el verano que quema la brisa donde tu cuerpo
descansa
esperando subir hasta el cansancio de la memoria

Puedo ser feliz un poco, sin dudar


sin medir, sin tratar
puedo ser feliz un poco, con el techo de té
con la cama de hierbas y sin café
puedo, puede, podemos ser
me dan aguas
miro desde la ciudad, soy el otro lado del río
puede ser el río, el barco, las olas
me llevo, puedo ser
Escapo
escapo de las calles que parecen chistar a una gallina
a lo mejor me ven como a una gallina, por caminar seria,
despavorida,
callada de furia
a lo mejor me ven como a una gallina que se la pueden
tirar en sus fantasías de macho gallo
pero no, no soy una gallina
a lo mejor soy un hombre con vagina
a lo mejor soy tetas con progesteronas de más
a lo mejor soy anatómicamente tu calentura pero
internemente tu homofobia
pero no soy una gallina
si te respondo a tu llamado, soy una histérica
pero si me rio soy una cualquiera,
esa cualquiera que estás buscando
o la puta que tu madre o tu padre te malenseñó
si no te respondo, soy la tortillera, la lesbiana
no hace falta decirte, pero me sé hermosa,
enternamente hermosa
cuando camino por la calle, subo al colectivo, ando sola, y
hasta cuando me embriago sola,
me siento enteramente hermosa
al estar sin tu acoso
con tu acoso, me siento hermosamente en lucha,
por enfrentarte
Se tomó el atrevimiento de preguntar sobre el cuerpo
El silencio incómodo fue la respuesta, lo zafado
No hay silencio que encuentre heridas mal curadas
ni llanto que encarne al olvido

Eras una tierra más entre tantos desiertos


entre tantas esteparias
Tu cuerpo significa un objeto con quien contar,
acariciar, evadir
jugar, amar y hasta violentar.
toda sagacidad manoseada, y aun así estas
Estás parada sin saber que toda la ira quiere encarnar,
quiere ser

Algo siempre decís pero los otros no logran comprender


si amás, porque amás, si parís porque lo sentís
si no, no, pero por qué no lo hiciste

El frío en encuentros de pensarnos desdichadas,


pero lo somos con lucha andante
Esta raza no será eliminada, seguirá resistiendo; violadas, esclavizadas, amadas,
procreando, decidiendo su curso cual agua entre piedras se deja correr

Mujer asiática, oriental, occidental,


pachamanica, Este, Oeste, Norte y nuestro Sur
De realidades dispersas, distintas,
aún así cada una de nosotras tenemos los pies reforzados
Reforzados de tanta locura, de amarnos entre nosotras,
como magias para otras
SUBerótica
Soñé que estabas despierta, que me mirabas a mil kilómetros del mar. Me desperté
con tus caderas soplando un respiro en mi frente. Me miré desnudo, y toqué mi
espalda, ya no estabas. Imaginé besar la tuya, me sabe igual o mejor. Las dentaduras
de mi boca lograron masticar cada poro de tu espacio infinito, de entre tus pechos
adolescentes.

He aquí, humano, demasiado animal como para pensarte. Entonces, te despertaste


y el torso de tu cuerpo me acarició. Me mirabas como a mil kilómetros del mar, yo
seguía abrazándote, explayando tu cuerpo en el mío.

Me reís a la distancia, la distancia entre las yemas de tus dedos y mis caderas ase-
mejan al movimiento de vaivén de una hamaca paraguaya que suelta las piernas,
haciéndolas bailar, todas dormidas. Con el chasquido de las patitas de las aves, sí,
ahí donde el tajy es parte delas yemas de tus dedos, que están aquí , en mí.

Ya llegaron, mi mirada está a mil kilómetros de tus sueños. Es un cuento roto el


pensarte sin hallarte. Pero estás, estás en mis oídos, y mejor seguir durmiendo.
Con ropa somos otros
Los que han visto mi cicatriz
Los que han desnudado mi segunda piel
Los que han buscado cabello de princesa
Los que han rasguñado el placer
Los que sudaron tanto sexo
A los que se les quiso parar demasiado y no les dio el cuero
Los que se drogaron y se olvidaron de buscarme
Los que me buscaron para drogarme, rocanrolear y cogerme
Los que me dejaron sin aliento, sin toalla, sin aro, sin dinero, sin caña
Los que me tocaron con respeto y a los que toque sin respeto
A los que quise y a los que no tanto
Los que me quisieron solo por ser mujer
Los que se durmieron en mi pecho adolescente

El que me despertó sonando la lluvia


El que diseñó con sus dedos chemopirimba por mi cuerpo
El que descubrió mi lado sensible (el izquierdo o el derecho)
El que sabe quién soy en silencio
El que no se olvida entre el resto
A ese, a ese no se lo pluraliza
Es individuo en mi aliento
Despedida
He llegado a un paso más de tu cuerpo
he dejado mi ropa tendida en mis senos

En este encuentro fugaz


vestíme, que la noche se hace infinita
ponéme mi ropa interior, oléme
agarrate de mis manos y sosteneme tendida a vos
besa mi guarida céntrica mientras respiras mis ojos
y llevás mi mirada bajo tu almohada
juntá mis cabellos que he dejado en tus sábanas
contemplame desnuda

Cuidado, no te lastimes atrasando mi salida


agarrá con pinzas todo mi aliento a sexo
agarrame toda, toda
despedime sin bienvenidas
enrollame en tu cuerpo hasta
que nuestros ombligos se encuentren
Solo, desvestime de nuevo
A Rebe

Eres un pretérito perfecto


en las mudanzas sin desalojo
Eres pretérito perfecto
en los hombros nuevos donde me acomodo
Eres un pretérito perfecto
al sonreír tu recuerdo
Eres un pretérito perfecto porque esta herida ya no duele
Yo, tu, él, ella, nosotras , nosotras sin vos, ellos
Sueños imposibles, deconstrucción de tiempo
Presento al futuro imperfecto
Antepresente
Futuro inacabado

Cuando me importa poco la ortografía


la meto por el orto para luego cagarlo
mi presente se vuelve analfabeto
empiezo a conjugar tu nombre
ya es otro tiempo y
Yo te necesito
él no me necesita
nosotros ya no nos necesitamos
vosotros no estás ni ahí
ellos me lo recuerdan
SUBlime
Como si nada tuviera nombre, andamos callando en espacios quiénes somos. Como
si no hubiese cabida, a la existencia no le queda de otra que acumularse de tanto para
olvidarse, perderse y esfumarse anónima entre el resto.

El pulmón, agua y viento. Perdemos más de la mitad de líquido al respirar y todavía


nos hacen creer significamos unos cuantos kilos de asado, sándwich de empanada,
gaseosa, café con leche, birra, lomito, tortilla, y demás.

Nos persuaden que vivir es una ecuación directa entre el dinero, la ley y bancar ser
sumiso. Pensar como el resto, ser como el resto. Ser puro resto.

Pero no, el tiempo es finito, irreverente y no llevaremos comida a los gusanos. No


llevaremos nada que venga de los cerdos que nos comen vivos.
Voy a dejarte dolor en la última gota
Voy a cruzarme con el espanto de ida al baño
Me encuentro frente a frente con la botella que no terminamos de beber
Me encuentro con la soledad pendiente de una charla mano a mano entre las dos
Voy a quererte corazón, narrarte el último llanto
Voy a creerme el dolor y así me curo de tanto espanto de tu encanto
Vení, encontrame, pedí una copa que será la última de tanto en tanto
Reiremos un buen rato y nos encontraremos en la resistencia de no acercarnos
Tus ojos etílicos miraran a los ojos míos
Desviaré mi mirada al bolero que nunca bailamos
Tu mano y mi mano harán un pacto de sólo tocarse sin avisarnos
Vení, encontrame, pedí otra copa que será la última de tanto
Hablaremos de lo que hacemos estando ausente el uno del otro
De cómo existimos para no apegarnos a la vida
Reiremos un poco más y mil palabras se quedarán mudas
Mi boca te besará sin tocarte
Acá estoy, con alcohol y tanto llanto
Me pedís alejarnos más
Me alejo, digo que sí, que está bien, pero grito por dentro que ¡No!
Pero me digo sí
Entre esa lucha conmigo misma, vos ya me miraste, me callaste, me besaste
El bar se trasladó a nuestros cuerpos y nos pedimos, otra copa más
Voy a dejarte dolor, esperame, que vuelvo
La última palabra saldrá de tu boca
En el último insomnio soñarás con el amor
En la siguiente soledad, será conmigo y nada más
Digestión lenta
De haber sabido que incorporarme a tu cuerpo
sería un sello en la piel, un sello de inventos
un sello de recuerdos y de nostalgias interminables
una liberación de mi centro

De haber sabido, simplemente no me importaría querido

Tal vez me rasgaría la piel, me hundiría en un pozo de sudor frío

Tal vez, pensaría de otra manera


pero tenerte aquí en mis ojos en destiempo
en mi andar disparatado
en un zoom interminable de tus caderas
en el viaje infinito de tu espalda

De haber sabido que terminaría en acompañamientos de la noche


que el viento norte traería tú nombre entre las sábanas
pensándolo bien, me iría bien lejos de vos para nunca más conocerte
inventaría un destino pasajero
le asustaría al propio miedo, fantasma inconstante entre los dos
pediría hasta al mismo espíritu fraterno del séptimo rayo de luz
que en mí reconozcas a esta mujer
que ya no le queda más que restos de tu amor podrido,
que duele tanta indigestión
Me contesto. Me contesto todo el tiempo. Miro al pasado y me sigo contestando.
Recuerdo. No contesto. Te miro y me contesto. Me despido, te saludo, ya no te veo
pero de igual manera me sigo contestando.
Hastiada de tanto monólogo donde la única espectadora soy yo y a veces tú.
Te pregunto. Me silencias. Te pregunto más noches de la que te contesto.
Te lloro. Me consolás. Terminamos preguntándonos frente a frente, con el frío en
el pecho, para qué tantas preguntas si ya sabemos las respuestas. Te miro y no me
contestas.
Me callás con un beso con sabor a caña, calmando el nudo en la garganta.
Dormimos, cambiamos de lado varias confusiones por noche. Soñamos. Nos des-
pertamos con sed. Fumamos. Nos dormimos y en dormitar de ojos, me contesto.
Esta noche sin nadie de lado a lado, me pregunto tus respuestas, tu silencio, tus
besos, tu querer, tu andar, tus idas y tus vueltas.
Lloro mis preguntas pero me sanan mis respuestas.
Desde ahora, ya no quiero responderme ni preguntarme, preguntarte, contestarme
silencio, preguntarte viento y responderme fantasmas.
Hoy veo el viento sentir,
entre mis piernas el suave reflejo de su pelo
levanta mis faldas descuidadas de ciudad
hoy siento el viento venir en una arribada forzosa para hacerlo hasta vos
paciencias tan menos mías, tanta de mis otras yo
y de las otras desconocidas
amanecer entre tantos soles, entre abrir y cerrar de ojos intentados
en ganar a lo místico y verte otra vez

Mi mente flash flash de tu cuerpo, de tu piel, de tu olor que sabe a tanta fisura
zoom, todo el tiempo zoom del costado de tu oreja, de tus caderas, de tu piel que
me aprieta
de esos labios que paseaban mi cuerpo y de mi piel que bailaba en el tuyo
ya no importan las plantas con las que me quedé, las excusas de cómo la están
pasando
solo quiero saber si te vas completamente de la bruma donde me soltaste la mano
poco a poco
ese instante donde desaparecemos de vez en cuando

Hoy, este dolor exige una respuesta


esta etapa ya no es romántica, es cara a cara con el desangre de tu ausencia
con unos cuantos tragos me río de todo, hasta me digo ya no más, fuera el amor,
cosas así...
también pruebo otros labios, beso otras existencias, otras pieles me habitan
nómadamente, y bien que mi ego lo disfruta
Pero noches como estas, sé que cualquier cuervo cantando me hará feliz si regresas
un ratito
No soy de un lecho de algodón
ni de campos de girasoles en días nublados
No conocí una biblioteca sin olor a hojas viejas
tampoco amé con paciencia
tengo todos los recuerdos olvidados
de vez en cuando entre todas nos ayudamos a recordar
si caí en la marea por conocerla, me llevó el agua misteriosa

No sé nadar en tu fluidez, que muta en un segundo


en tu lugar, donde las aguas ya no son las mismas que vi nacer
el aire está calmo cuando aparece esa brisa que me indica que estoy viva
por ahora tengo el calor y mis pies pisan tierra
Osyry che akãme
Tavyeterei nderehe
ajahu nde rete ha ndaipóri cabida kir r hame
ko tekove vaikue
Paraguay, 2015
2da. Edición

Diseño
Jaz Troche
Ilustraciones
Tapa: Carmen Caballero
Interiores: Rebeca Benítez y Ana Caballero

Publicación autogestiva e independiente,


así que difundilo como quieras.
Traspasemos fronteras mentales y físicas.

fueraeltiempo@gmail.com
Lourdes Benitez

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