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1. ¿Cómo define la jurisprudencia el concepto de servicio público?

La expresión “servicio público”, corresponde a una categoría jurídica, que hace


referencia a un conjunto de actividades de carácter general que una persona
estatal o privada realiza con el fin de suministrar a otras personas
prestaciones, que le facilitan el ejercicio de su derecho a tener una vida
digna, por lo tanto incluye actividades de muy variado orden como son: la
salud, la educación, el suministro de agua, la energía, el transporte y las
telecomunicaciones entre otras.
El concepto servicio público, está asociado a otros, como son, los de derecho
administrativo e intervención del Estado en la economía, pues su suministro
está vinculado a tres aspectos esenciales: (i) la necesidad de garantizar su
prestación eficiente a la totalidad de habitantes del territorio; (ii) la protección de
los usuarios que son la parte débil de una relación jurídica entre desiguales; e
(iii) impedir los abusos de la posición dominante de su proveedor frete a los
usuarios o frente a otros proveedores del servicio.

Es por lo anterior, esto es, por su relevancia individual y colectiva, los servicios
públicos y las entidades que los prestan, se someten a un régimen jurídico
especial, definido por el legislador en los términos de los artículos 365 y 367 de
la Carta, régimen que debería excluir la aplicación de las generales, pues
precisamente, ese es uno de los principales efectos de que una actividad está
sometida a un régimen especial, hecho que ha sido reconocido por la Corte
Constitucional en sentencias como SU-1010 de 2008.

Como la expresión servicio público, está vinculada a la de interés público y


social, las normas sobre servicios públicos, tienen connotaciones especiales, y
no pueden ser tratados como simple mercancías, por eso no pueden ser
estudiados exclusivamente desde la perspectiva del mercado y del derecho
comercial; son sus condiciones especiales, lo que hace imperativo que hagan
parte del derecho administrativo y no del derecho privado.

2. ¿Qué actividades encajan dentro del servicio público y que se


entiende como servicio público?

Actividades que encajan dentro del servicio público

 Abastecimiento de agua
 Electricidad
 Gas
 Servicio de salud
 Educación
 Servicios de emergencia (bomberos, policía, paramédicos)
 Servicio de recolección y gestión de residuos
 Servicio judicial
 Servicio de seguridad
 Servicio social
 Servicio militar
 Correo o servicio postal
 Bibliotecas públicas
 Telecomunicaciones
 Servicio de planeamiento urbanístico
 Servicio de protección al medio ambiente
 Radiodifusión pública
 Transporte público
 Tratamiento de aguas residuales
 Vivienda pública

Servicios públicos se entiende, todas aquellas actividades llevadas a cabo por


los organismos del Estado o bajo el control y la regulación de este, cuyo
objetivo es satisfacer las necesidades de una colectividad.

Los servicios públicos son una función de Estado, puesto que el Estado no es
sino una corporación de servicios públicos administrados por los gobernantes
sobre quienes recae, a su vez, la función y la obligación de crear, organizar y
garantizar el adecuado funcionamiento de los servicios públicos.

3. ¿En qué eventos tiene restringida el derecho a la huelga frente al


servicio público?

Sentencia C-691/08

Los rasgos principales del derecho de huelga pueden definirse así: 1) es un


derecho constitucionalmente protegido y de gran importancia al interior del
ordenamiento jurídico colombiano, pero no tiene la calidad de derecho
fundamental, puesto que precisa una reglamentación legal para ser ejercido; 2)
la legitimidad de su ejercicio depende del seguimiento de los procedimientos
establecidos por el legislador; 3) la protección del derecho de huelga sólo
procede por acción de tutela si se encuentra en conexidad con derechos
fundamentales como el derecho al trabajo y a la libre asociación sindical; 4) no
tiene carácter absoluto, debido a que está prohibido en los servicios públicos
esenciales y debe ser ejercido de acuerdo con las normas legales que lo
regulan; 5) existen dos requisitos para poder excluir el derecho de huelga de
una determinada actividad, a saber: que sea materialmente un servicio público
esencial y que formalmente el legislador la haya calificado de tal; y 6) un
servicio público es esencial cuando las actividades que lo conforman
contribuyen de modo directo y concreto a la protección de bienes o a la
satisfacción de intereses o a la realización de valores, ligados con el respeto,
vigencia, ejercicio y efectividad de los derechos y libertades fundamentales.

4. ¿Cómo opera el tema de la restricción en el acceso a los servicios


públicos domiciliarios frente al no pago?

Sentencia SU.1010/08

A través de diversas disposiciones de la Ley 142 de 1994 el legislador le otorgó


determinadas facultades y prerrogativas a las empresas de servicios públicos
domiciliarios, las cuales resultan necesarias para asegurar su prestación
eficiente a todos los habitantes del territorio nacional. Así, en caso de
incumplimiento del contrato, tal como se anotó con anterioridad, dichas
facultades se relacionan con la suspensión del servicio y la resolución del
contrato y, en caso de que el incumplimiento se dé en el pago de la factura, se
permite además que puedan cobrar unilateralmente el servicio consumido y no
facturado y los intereses moratorios sobre los saldos insolutos. No sucede lo
mismo con la posibilidad de que las empresas de servicios públicos
domiciliarios impongan sanciones de tipo pecuniario a los usuarios del servicio,
ya que ninguna disposición de la Ley 142 de 1994, mediante la cual el
legislador reguló de manera especial el tema de los servicios públicos
domiciliarios, establece una facultad en tal sentido, ni consagra conductas
frente a las cuales las empresas puedan ejercer dicha potestad, como tampoco
el procedimiento a seguir. En efecto, en dicho Estatuto, ni expresa ni
implícitamente, el legislador le reconoce facultades a las empresas de servicios
públicos domiciliarios para imponer sanciones pecuniarias, por razón del
incumplimiento del contrato, y por tanto, tampoco reguló un procedimiento para
ejercer dicha facultad. Por lo tanto, de la Ley 142 de 1994 no se deriva la
competencia de las empresas de servicios públicos para imponer sanciones
pecuniarias a los usuarios.

Los servicios públicos domiciliarios se rigen por el principio de onerosidad, lo


que implica que los usuarios deben pagar por el servicio prestado, cumpliendo
así el deber constitucional de contribuir con el financiamiento de los gastos e
inversiones del Estado y con la satisfacción de sus propias necesidades. En
este orden de ideas, no existe justificación alguna para que se promueva una
cultura de no pago entre los usuarios, situación que, a la postre, terminaría por
afectar la posibilidad de que ellos mismos continúen siendo beneficiarios de los
servicios prestados. En consecuencia, todo lo anteriormente expuesto muestra
que el problema jurídico planteado, debe ser resuelto a través de los
mecanismos ordinarios de protección judicial, por no existir motivo alguno que
justifique la intervención inmediata del juez constitucional para solucionar los
conflictos económicos que han planteado los usuarios.

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