En la actualidad, contamos con las MIPER (Matriz de Identificación de Peligros y
Evaluación de Riesgos), que nos permite identificar objetivamente los peligros, y la
base del desarrollo inicial de una matriz es la ejecución de un diagnóstico al lugar. Estas herramientas pueden utilizarse en cualquier ámbito de la administración, debido a que, mediante la identificación de peligros y evaluación de riesgos, estos se pueden jerarquizar y así definir el enfoque de la gestión. En este caso, la daremos a conocer como una herramienta para la gestión en seguridad y salud ocupacional. Debemos conocer que el proceso de identificación de peligros en el ámbito de la prevención de riesgos tiene un carácter legal. Entonces, para la elaboración de una matriz de riesgo básica se debe identificar el peligro, y luego valorar la probabilidad (alta, media o baja) del suceso y su severidad, categorizada de acuerdo al daño que se pueda generar (ligeramente dañino, dañino y extremadamente dañino). Esto nos dará como resultado la categorización del riesgo (trivial, tolerable, moderado, importante e intolerable), para lo que se deberán incorporar métodos de mitigación o control de riesgos. La utilización de la matriz de riesgos nos permite dar cumplimiento a nuestro marco legal vigente, al encontrarse obligado el empleador a informar los riesgos laborales y la base de esta herramienta es la identificación de peligros. Una correcta identificación estará supeditada a la calidad del diagnóstico ejecutado, las investigaciones de accidentes, la información estadística y a la interacción en la elaboración de la matriz con los supervisores, trabajadores y gerentes. Como profesionales en el área de la prevención de riesgos, debemos conocer y emplear la mayor cantidad de herramientas de gestión de riesgos para lograr evitar los accidentes del trabajo y enfermedades profesionales.