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Nicer
Nicer
Indice
• La Ocupación Haitiana ...................................................................
• Contexto Histórico, político y social.
• Personajes destacados.
• Capítulo II: : Importancia de los códigos Haitianos en la ocupación
• Códigos Haitianos vigentes en el momento de la ocupación.
• En qué consistían
• Cómo funcionaban
• Conclusión..........................................................................................
• Redacta las diez conclusiones principales sobre el tema.
• Rencias Bibliográficas..................................................................
Introducción
La ocupación de Boyer fue conocido como la tercera invasión que procedía de Haití al territorio de la
parte este de la isla. Esta se produjo sin derramamiento de sangre y fue aceptada pasivamente por la
población dominicana.Esta aceptación se debió quizás al terror que habían infundido las invasiones
haitianas anteriores y a la superioridad del ejército de Boyer.La pasividad puso de manifiesto la
debilidad general de los dominicanos en todos los aspectos de manera generalLos intentos de
redistribución de la tierra en conflicto por el sistema de tenencia comunal de la tierra o teenos
comuneros, que había surgido con la economía ganadera, y el resentimiento de los recién
emancipados esclavos hizo que la administración haitiana se viera obligada a aumentar los
cultivos comerciales, en virtud del Código Rural de Boyer .En las zonas rurales, la administración
haitiana fue demasiado ineficiente para hacer cumplir sus propias leyes.Las causas de la
ocupación son muchas, pero las mismas se explican en la especial situación haitiana que hereda
Jean Pierre Boyer, quien fue llamado unificador de Santo Domingo que utilizado estrategia
plitica para unir el territorio de su país con ese de Dominicano.
Haití ha prohibido que loa ciudadanos raza blanca tanto en el lado oriental como en el
occidental de la isla, pudieran ser propietarios de tierras, y los terratenientes de mayor
renombre, se vieron privadas por la fuerza, de sus propiedades, emigrando hacia Cuba, Puerto
Rico o a la Gran Colombia, por lo que los jefes y altos militares haitianos adquirieron
abusivamente sus tierras.
Los haitianos, que asociaban la Iglesia Católica Romana con sus amos franceses, que les habían
explotado antes de su independencia, confiscaron todos los bienes de la iglesia, deportaron a
todos los clérigos al extranjero y los restantes miembros del clero rompieron los lazos con el
Vaticano.
Una razón fundamental de la ocupación Haitiana a Santo Domingo español fue, las
aspiraciones expansionistas de la naciente clase dominante haitiana y de sus jefes
políticos, pero no menos cierto es que sin el apoyo durante un largo período de gran
parte si no de la mayoría de la población dominicana, la ocupación haitiana no hubiese
tenido las características históricas que asumió, por múltiples razones.
Por otra parte hay que diferenciar el dominio de los haitianos y el dominio colonia. Bajo
la República de Haití nuestro país cayó en la condición de grupo nacional oprimido por
la mayoría haitiana, opresión nacional que se manifestaba en problemas culturales,
jurídicos, raciales y del poder político. Pero no se dio lo que se pudiese llamar un
sistema organizado de explotación de una nación a otra como es típico en el
colonialismo. En los 22 años de ocupación haitiana la parte del Este formaba parte
integrante, en condiciones jurídicas de igualdad legal, de un Estado soberano, teniendo
en teoría y hasta cierto punto en la práctica sus habitantes y su clase dominante
derechos similares a los de la mayoría haitiana. Detrás de esta igualdad jurídico-
política, repetimos, se encontraba la opresión nacional, pero en un marco totalmente
diferente al del colonialismo propiamente dicho. Durante la ocupación haitiana los
dominicanos no formaban un Estado independiente pero eran nación dominada dentro
de un Estado independiente.
Es cierto que la clase dominante haitiana esperaba ver aumentado su poderío social y
económico con la incorporación de la parte española, pero no hubo un proceso
significativo de penetración directa de la élite haitiana en la parte española.
Contrariamente a lo que dice la historiografía tradicional no es cierto que los haitianos
se hicieron de muchas grandes propiedades. Esto sólo sucedió con los ofíciales y
funcionarios que eran destacados en la parte Este y no en una proporción significativa.
Los haitianos respetaron en lo esencial los mecanismos de la vida económica que
encontraron y la mayor parte de los privilegios de la clase dominante, a excepción de
algunos muy fundamentales que ya no iban en consonancia con la época ni con las
instituciones de Haití, como la esclavitud o el monopolio de las tierras por parte de una
minoría.
Personas destacados
Hay varios personajes históricos ilustres y famosos que han influido de manera
importante durante la ocupacion , ya sea con sus ideas, acciones, inventos o
descubrimientos. Lamentablemente, otros influyeron para en la medida de dar a santo
domingo una indepencia..
Por eso ,vamos a hacer una lista de los personajes más celebres e importantes, y
mencionaré sus aspectos más relevantes. Seguro que se falta alguno, .podemos decir
jeanpierre BOYER,RIVIERE CHARLES Herard,juan pablo Duarte,los Trinitarios ,Ramos
Matias Mella ,Rosario Sanchez,Celestino Duarte,Jose Jaoquin Puello,Pedro Santana
Tomas Babadilla ...
Asi Mismo,En 1825, el Gobierno ha aceptado de padar 150 millones de francos a Francia,
como forma de obtener su reconocimiento. Semejante deuda debía ser pagado en 5 años y
acentuó significativamente el estado de deterioro que comenzaban a presentar las finanzas
haitianas.En 1827, Boyer decidió varias substancialmente su política agraria. Trato de encontrar
una fórmula para reactivar la producción agrícola y poder pagar la deuda con Francia.
Ese año promulgó el llamado Código Rural, mediante el cual se trató de restablecer el sistema
de plantaciones. Dicho sistema implicaba la eliminación de la propiedad y el sometimiento a
trabajo forzado a los campesinos, que en Santo Domingo y en Haití, habían conocido y
disfrutado de los beneficios de la propiedad de sus tierras y del trabajo libre y voluntario.
Por estas razones, fue imposible aplicar el Código Rural. Con este fracaso se acentuó, aún más,
el proceso de decadencia financiera y política del Estado Haitiano y de Boyer.
Esto implica que los cambios socio-económicos producidos con la ocupación haitiana fueron
mucho más allá de la abolición de la esclavitud (contra-riamente a lo que dice la historiografía
tra-dicional que considera como la única medi-da innovadora de Boyer la abolición de la
esclavitud), creando las bases del sistema agrario que todavía en nuestros días man-tiene gran
importancia.La tentativa de pago de las anualidades conllevó a un de-sorden financiero que a
su vez afectó al co-mercio y al desarrollo de la producción agrícola. La parte Este, a pesar de
ello, si-guió creciendo económicamente a un ritmo similar al de los años anteriores pero ya se
produjo una primera manifestación de descontento frente a los ocupantes haitianos en forma
bastante generalizada al imponer al gobierno, haitiano contribuciones a las poblaciones de la
parte Este para el levanta-miento de un impuesto extraordinario que permitiera pagar la
segunda anualidad. Pues, El Código Rural encontró una viva oposición en la zona española, no
solamen-te de parte de los campesinos que a partir de los haitianos y desde antes eran dueños
de tierras, sino igualmente de parte de los terratenientes hateros los cuales preferían seguir
con sus hatos en la forma consuetu-dinaria y no encontrarse sometidos a las re-gulaciones del
Código. Desde el mismo 1822 las relaciones entre las autoridades haitianas y la clase de los
terratenientes ha-teros habían sido bastante críticas en la ma-yor parte de los casos ya que las
autorida-des haitianas al repartir tierras restaron la base de fuerza de trabajo libre y esclava con
que contaba esta clase, así como por el he-cho de que Boyer se propuso la eliminación del
sistema de los terrenos comuneros y consecuentemente lograr la partición de las propiedades
como vía de crear condiciones favorables al aumento de la productividad agrícola en las
unidades terratenientes y co-mo vía para el Estado hacerse dueño de grandes cantidades de
tierra usufructuadas en forma más o menos ¡legal por los terrate-nientes. En dos ocasiones
Boyer trató de llevar a cabo este programa de reforma de la propiedad territorial: en las leyes
de 1822 y de 1824. Sin embargo, estos inten-tos se saldaron en el fracaso ante la resisten-cia de
los hateros a cumplir con las disposi-ciones emanadas de estos y otros decretos.
Los Dominicanos, sobre todo los integrantes de las clases dominantes arguyeron que la
ordenanza de Carlos X estipulaba que la concesión de la independencia era extensiva
únicamente a la parte francesa de la isla y es por ende sólo los haitianos estaban en deber de
contribuir para el pago de la ida a Francia. Es cierto que Boyer impuso la contribución a la parte
Este con un criterio de liberalidad bastante amplio, siendo el per capita de pago de los haitianos
superior al de los dominicanos, por la sencilla razón de que todavía la diferencia en las riquezas
de ambas partes era apreciable y Boyer estaba interesado en fomentar el cre-cimiento
económico de la parte oriental. A de eso, como consigna el historiador García, la medida tuvo
un efecto negativo
El sistema agrícola que implantó Boyer en el país se basaba en el que años antes ha-bía
introducido el presidente Pétion en Sur de Haití, el cual consistía en la repartición en plena
propiedad de las tierras a los cam-pesinos. Claro que hubo diferencias sustan-ciales entre Haití
y Santo Domingo como es el hecho de que en Haití ese sistema sir-vió para darle base
económica a la minoría de funcionarios y de altos oficiales, mien-tras en la antigua parte
española se aplicó con un criterio bastante igualitarista, exclu-sivamente a cultivadores
pequeños. A la larga, mientras este sistema en Haití supuso la total erradicación de las
plantaciones y preparó las bases desde muy pronto del mi-nifundismo que aislaba al campesino
del mercado, en la parte española esa reparti-ción de tierras se hizo sobre propiedades más
grandes porque había más recursos de tierras vírgenes y dinamizó el auge de la producción
agrícola, principalmente la des-tinada al mercado.
Durante los primeros años de la ocupación haitiana Boyer desplegó una ofensiva bas-tante
consistente contra el predominio económico de los hateros y contra el sistema de la ganadería
extensiva, sentando las ba-ses de un desarrollo agrícola muy superior al que hasta entonces
existía. Asi mismo .
Asi mismo , ahí que el período haitiano en su primera parte fuera además de un período de
cambios sociales e institucionales, un período de notable cre-cimiento económico. El
incentivamiento de la productividad de la tierra estuvo acompañado por un conjunto de
medidas que tendían a asegurar un auge de las posi-bilidades mercantiles.
Así, las ideas que inspiraron la Revolución Francesa, como la experiencia constitucional
alumbrada por ella, se manifestaron de muy diversas maneras en nuestro proceso de
construcción constitucional. Un vivo ejemplo de ello lo podemos encontrar en la intervención
que ante el Congreso Constituyente tuviera el diputado y principal artífice de la constitución,
Buenaventura Báez, el día 14 de octubre de 1844. En una apretada síntesis, el tribuno realiza
una disección sobre los elementos centrales de las tesis de la soberanía como residente en el
pueblo, así como de la concepción de la ley que, al ser la expresión manifiesta de la voluntad
general, sólo puede ser interpretada por el representante de esa voluntad:
“Llamados por este pueblo en cuya universalidad reside la soberanía, para formar el pacto
fundamental…” declarando a renglón seguido que “toda ley es por principio revocable, si
traspasa el poder del que la pudo hacer y que desde el momento en que el congreso está
formado de los verdaderos representantes del pueblo dominicano, no pertenecerá a otro que a
él interpretar la voluntad general de la nación.”
Se trataba de la defensa del principio de inviolabilidad de los constituyentes. La concepción de
Báez sobre el Poder Constituyente, será sustancialmente traspasada al órgano legislativo
ordinario en los textos constitucionales de toda la primera etapa constitucional dominicana.
Así, ese supuesto de que, como verdadero representante del pueblo, corresponde al órgano
soberano la interpretación de la voluntad general de la nación, será atribución otorgada
expresa y sucesivamente al Congreso Nacional.
Nos encontramos pues ante la recepción de uno de los principios cardinales del
constitucionalismo heredado de la Revolución Francesa: el principio de soberanía parlamentaria
según el cual la ley, esa técnica de gobierno emanada del órgano de la representación popular,
no es susceptible de ser atacada ni cuestionada en cuanto a su constitucionalidad por el órgano
judicial.
Pero la herencia francesa en nuestra tradición jurídica no se agota en el influjo que la misma
ejerció en los primeros momentos de producción constitucional. Todo el que está
mínimamente relacionado con el tema, sabe que los componentes normativos básicos del
sistema legislativo dominicano (código civil, penal, de procedimiento penal, y de comercio)
resultaron un calco de los códigos franceses napoleónicos. Sabemos además que la adopción de
dichos cuerpos normativos fue una decisión tomada por el propio constituyente de San
Cristóbal.
Se sabe también que el artículo 10 de la ley del 2 de marzo de 1848, mediante la cual se crea el
Colegio Seminario de Santo Domingo, instruye en el sentido de que se establezca una “Cátedra
de Derecho Patrio y Ciencia Administrativa”. Que los textos en los que la misma se había de
basar estaban indicados en la misma ley de manera expresa: “el profesor formará extractos de
los Códigos franceses de la Restauración (…) y finalmente, para la ciencia administrativa, la obra
de Bonin.”
Más aún, durante la primera etapa de vigencia de los códigos franceses de la Restauración, no
sólo no se puede hablar de la inexistencia de intentos de adaptación de los mismos a nuestra
realidad. Los extremos llegaron al hecho de que aquellas piezas legislativas eran aplicadas por
los jueces en el idioma original en que fueron redactadas. Huelga abundar sobre los
inconvenientes que ello comportaba para lograr una eficiente administración de justicia. Un
informe del Ministro de justicia, dirigido al presidente de la República en el año 1854 se basta
por sí solo para ilustrar esa situación:
En fuerza pues de tan poderosas razones, es necesario que las leyes se acomoden a la
capacidad de los que las ejecuten.
Para cerciorarse de esta verdad no sería necesario sino recurrir a los archivos de este Ministerio
y allí se verá, no solamente lo que llevo dicho, sino que, intimando los Tribunales para que
administren justicia, ha habido algunos que me han declarado no tener los códigos mandados a
observar y otros ignoran el idioma en que están escritos; por tanto […] insisto en que la
traducción y corrección de los códigos debe ser la obra más preferida de esta sesión
legislativa.”
Uno de los rasgos más señalados de la República Dominicana, es que, siendo de cultura e
idioma español, nuestro derecho sea el francés. La historia dominicana se ha encargado de
establecer esa anomalía.
La Independencia dominicana del año 1844 no fue de España sino de Haití, pero no retornamos
al derecho español que teníamos en el 1821 cuando rompimos con España.
Esa circunstancia nos llevó a mantener el derecho francés que los haitianos habían adoptado,
incluyendo los códigos promulgados por Francia en la época napoleónica.
No sólo fue el derecho francés que los dominicanos adoptamos, sino muchas de las
instituciones jurídicas de Francia también.
Así vemos que nuestros tribunales son juzgados de Instrucción, juzgados de Paz, Tribunales de
Primera Instancia, divididos en Cámaras Civiles y Penales, Cortes de Apelación y una Suprema
Corte de Justicia con funciones de corte de casación, fiscales y procuradores generales.
Todos estos estamentos e instancias jurisdiccionales están copiadas del derecho francés, cuyos
procedimientos, en su mayoría también hemos adoptado.