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Eje.

Desarrollo profesional de los formadores

Teniendo como punto de partida las exigencias y retos del siglo XXI en ámbitos
educativos, es preciso, oportuno y necesario el fortalecimiento y transformación de
las Escuelas Normales para garantizar que la formación de futuros docentes sea de
la más alta calidad, tanto en ámbito profesional como personal. Por ello es necesario
reflexionar que al pensar en un docente ideal, deberíamos pensar en un profesional
de la educación capaz de orientar la formación integral de sus estudiantes,
convirtiéndolo así en un maestro competente; que el futuro formador posea un perfil
idóneo al momento de su egreso de la Escuela Normal. Por lo tanto, cae una gran
responsabilidad como docente de escuelas normales, a quien se le tenía visualizado
como uno de los actores más importantes del ámbito educativo nacional.

En la actualidad existen múltiples……, el docente formador permanece ajeno o se


encuentra alejado de los cambios que concierne al futuro de la educación nacional,
que se enfocan a formar personas preparadas para llegar a un aula e impartir clase.
Un error grande es que, pese a múltiples reformas o sugerencias de cambios para
la formación de docentes, como lo ha sido el conocimiento y aplicación de las TIC,
en ocasiones no se asume el rol que les corresponde a los profesionales de
formadores, y así no se tiene efectivos, positivos o esperados en las escuelas
normales.

El punto de debilidad planteado, es el consolidar una planta docente en las escuelas


normales que corresponda a un perfil académico, profesional y personal, que vaya
más allá de las exigencias de los tradicionales perfiles docentes, requieren un
docente formador que posee un perfil competente y así contar con su respectivo
dominio disciplinar de acuerdo a lo que marca el programa de estudios en el que
sea participe. Para todo ello es necesario propiciarse de requerimientos que plantea
una educación superior, requerimientos que se comparan con los propios del trabajo
en el aula.

Para poder lograr un acompañamiento favorable a los futuros docentes, con


exigencia, con competencias necesarias y con eficacia, de requiere de formadores
con cualidades profesionales y personales; por ello se propone La obligatoriedad
o la exigencia de constante actualización de docentes formadores, estando o
no en activo. Esto implicaría en primera instancia el contar con un nivel de posgrado
favorable, óptimo y acorde a la asignatura impartida y al programa de estudios
vigente en la Escuela Normal. Así como poner en marcha acciones de reforzamiento
continuo como talleres, cursos, diplomados, posgrados, foros, congresos,
plataformas virtuales; en estas dando énfasis en la innovación respecto al uso de
las TIC como apoyo en estrategias de enseñanza. Todo para perfeccionar la
formación de los futuros docentes. Así mismo se sugiere como ayuda la
colaboración o cooperación con otras instituciones para un mayor fortalecimiento
personal y profesional.

De esta forma, el fortalecimiento profesional de la planta docente, permitirá


consolidar a las Escuelas Normales como un subsistema de educación superior de
calidad, y así poder formar docentes capaces de atender los desafíos que implica
la educación actual y la educación en un futuro.

Difícilmente será posible que un normalista alcance el perfil de egreso deseado y


establecido, así como las competencias requeridas, si sus formadores no reúnen
dichos puntos a considerar.

Normalista. Adrián Menchaca López

Lic. Enseñanza y Aprendizaje en Telesecundaria

Escuela Normal de Estudios Superiores del Magisterio Potosino Plantel 04

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