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matemática formal
Vol.1 Lo indispensable
Mario F. Rosales
c Mario Francisco Rosales González
Reg. Público del derecho de autor: 03-2014-012113264300-01 (México)
MSC - 97E10
mfrosales@ciencias.unam.mx
https://sites.google.com/site/marioterosales/
LATEX 2E
. . . perseverancia
Prólogo
El objetivo primordial de esta serie de libros es formativa priorizando
la comprensión al aprendizaje. Me inspiro fuertemente en la obra de Loomis y
Sternberg [29] complementándola con el desarrollo de los fundamentos que en
mi opinión son indispensables para abordar cualquier aspecto de la matemática
formal 1 , empleando exhaustivamente al concepto formal de función de la teorı́a
de conjuntos con vehemente énfasis en la lógica y su sintaxis (la lógica teórica),
para lograr armonı́a y claridad en el pensamiento matemático 2 .
iii
iv Elementos de la matemática formal
M.F. Rosales
Facultad de Ciencias, UNAM
Septiembre de 2018.
“La felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace” 9
7 Un lenguaje cuyos sı́mbolos primitivos y reglas de unión formalmente especificadas.
8 Blaise Pascal (1623-1662), matemático, fı́sico y filósofo francés.
9 Jean-Paul Sartre (1905-1980), filósofo francés, escritor, novelista, dramaturgo, activista
polı́tico, exponente del existencialismo y del marxismo humanista.
vi Elementos de la matemática formal
Notificaciones al lector:
– In memoriam –
Bertrand Russell
Gottlob Frege
David Hilbert
Georg Cantor
Johann Dirichlet
Adolf Fraenkel
Henri Poincaré
Ernst Zermelo
Mario F. Rosales G. xi
Stefan Banach
Leopold Kronecker
Serge Lang
Bernhard Riemann
xii Elementos de la matemática formal
Jean Diudonné
Paul R. Halmos
14 En [17].
15 Véase apéndice A.
xiv Elementos de la matemática formal
Contenido
Vol.1 Lo indispensable 1
0. Lógica teórica 1
0.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
1. Teorı́a de conjuntos 37
1.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
xv
xvi Elementos de la matemática formal
1.2. Axiomas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
1.3. Consecuencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
2. Funciones 81
2.1. Generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
Apéndices I
Bibliografı́a XLI
Capı́tulo 0
Lógica teórica
1
0.1 Introducción Lógica teórica
“He advertido hace ya algún tiempo que, desde mi más temprana edad,
habı́a admitido como verdaderas muchas aseveraciones falsas,
y que lo edificado después sobre cimientos tan poco sólidos
tenı́a que ser muy dudoso e incierto.” 11
“ Hay al menos otras dos cosas que la matologı́a no es; una de ellas
es algo que nunca fue. . . los cálculos algorı́tmicos, y la otra es algo que
alguna vez incluyó, pero que actualmente no posee. . . la matofı́sica.
Algunos laicos (me refiero a todos los no matemáticos como laicos) confunden
la matemática y la fı́sica teórica y hablan, por ejemplo, de Einstein 18 como
un gran matemático. No hay duda de que Einstein era un gran hombre,
Conjunción coimplicación
(A ↔ B)g ! (A g y Bg) o (A f y Bf)
Conjunción implicación
(A → B)g! (A g y Bg) o (A f y Bf) o (A f y Bg)
(A → B)f! (A g y Bf).
Conjunción dual
(A ∨ B)g ! (A g y Bg) o (A g y Bf) o (A f y Bg)
(A ∨ B)f ! (A f y Bf).
Conjunción copulativa
(A ∧ B)g! (A g y Bg)
(A ∧ B)f! (A g y Bf) o (A f y Bg) o (A f y Bf) .
Conjunción disyuntiva
(A ∨0 B)g! (A g y Bf) o (A f y Bg)
A g y Bg g g g g f
A g y Bf f f g f g (1)
A f y Bg f g g f g
A f y Bf g g f f f
sı́mbolo P ∨0 (Q ∨0 R) se tiene
Q ∨0 R P ∨0 (Q ∨0 R)
P g y Q g y Rg f g
P g y Q f y Rg g f
P f y Q g y Rg f g
P f y Q f y Rg g f (2)
P g y Q g y Rf g g
P g y Q f y Rf f f
P f y Q g y Rf g g
P f y Q f y Rf f f
y también de X ≡ (P → Q) ∧ (Q → R) ∧ (Q ∨ R) con (1; 10) se sigue
P → Q Q → R (P → Q) ∧ (Q → R) Q ∨ R X
P g y Q g y Rg g g g g g
P g y Q f y Rg f g f g f
P f y Q g y Rg g g g g g
P f y Q f y Rg g g g g g
P g y Q g y Rf g f f g f
P g y Q f y Rf f g f f f
P f y Q g y Rf g f f g f
P f y Q f y Rf g g g f f
P ∨Q R∧S X P ∧R Q∧S Y
P g y Q g y R g y Sg g g g g g g
P g y Q g y R g y Sf g f f g f g
P g y Q f y R g y Sg f g f f g g
P g y Q f y R g y Sf f f f g f g
P f y Q g y R g y Sg f g f f g g
P f y Q g y R g y Sf f f f f f f
P f y Q f y R g y Sg f g f f f f
P f y Q f y R g y Sf f f f f f f (3)
P g y Q g y R f y Sg g f f f g g
P g y Q g y R f y Sf g f f f f f
P g y Q f y R f y Sg f f f f f f
P g y Q f y R f y Sf f f f f f f
P f y Q g y R f y Sg f f f f g g
P f y Q g y R f y Sf f f f f f f
P f y Q f y R f y Sg f f f f f f
P f y Q f y R f y Sf f f f f f f
(Ag)g = A g g y (Ag)f = A f g
(4)
y (Af)g = A f g y (Af)f = A g g .
entonces ¬(¬A) g = (¬A) f g y ¬(¬A) f = (¬A) g g, además
¬(¬A) g = A g g y ¬(¬A) f = A f g (Doble negación) . (6)
P g y Qg f f f f g
P g y Qf g g f g f (8)
P f y Qg g f f g f
P f y Qf f f g g g
Con A ∧ ¬A se tiene
A ∧ ¬A
A g y (¬A)g g
A g y (¬A)f f
A f y (¬A)g f
A f y (¬A)f f
A ∧ ¬A contradición. (9)
23 Un pensamiento básico inculcado sin justificación desde la niñez.
24 Obsérvese que se podrı́a reemplazar a P ∨0 Q con ¬(P ↔ Q).
25 En lengua natural se dice que una tautologı́a es la repetición de un mismo pensamiento
expresado de manera distinta. . . por lo que difieren los significados.
A ∨ ¬A
A g y (¬A)g g
A g y (¬A)f g
A f y (¬A)g g
A f y (¬A)f f
A ∨ ¬A tautologı́a . (10)
A ∨ (B ∨ ¬B)
A g y (B ∨ ¬B)g g
A f y (B ∨ ¬B)g g
luego
A ∨ (B ∨ ¬ B) tautologı́a . (11)
A∨B ¬(A ∧ B) X A ∨0 B X ↔ (A ∨0 B)
A g y Bg g f f f g
A g y Bf g g g g g
A f y Bg g g g g g
A f y Bf f g f f g
entonces
(A ∨ B) ∧ ¬(A ∧ B) ⇔ (A ∨0 B) . (12)
Con A ↔ A se tiene
A ↔ ¬(¬A)
Agy ¬(¬A) g g
Agy ¬(¬A) f f
Afy ¬(¬A) g f
Afy ¬(¬A) f g
(A ∧ ¬A) → B
(A ∧ ¬A) g y Bg g
(A ∧ ¬A) g y Bf f
(A ∧ ¬A) f y Bg g
(A ∧ ¬A) f y Bf g
A∧B (A ∧ B) → A
A g y Bg g g
A g y Bf f g
A f y Bg f g
A f y Bf f g
entonces
(A ∧ B) ⇒ A (Simplificación). (16)
A→B A ∨B (¬A → B) ↔ (A ∨ B)
A g y (¬A) g y Bg g g g
A g y (¬A) f y Bg g g g
A f y (¬A) g y Bg g g g
A f y (¬A) f y Bg g g g
A g y (¬A) g y Bf f g f
A g y (¬A) f y Bf g g g
A f y (¬A) g y Bf f f g
A f y (¬A) f y Bf g f f
(A → B) ∧ A ⇒ B (18)
(A → B) ∧ ¬B ⇒ ¬A (19)
(A → B) ∧ (C → D) ∧ (A ∨ C) ⇒ (B ∨ D) (20)
(A → B) ∧ (C → D) ∧ (¬B ∨ ¬D) ⇒ (¬A ∨ ¬C) (21)
(A → B) ∧ (B → C) ⇒ (A → C) (22)
(A ∨ B) ∧ ¬A ⇒ B (23)
A ⇒ (A ∨ B) (24)
(A ∨ B) ∧ (A ∧ B) ⇔ (A ∧ B) (25)
(A ∧ B) ⇔ (B ∧ A)
(Conmutativas) (26)
(A ∨ B) ⇔ (B ∨ A)
(A ∧ B) ∧ C ⇔ A ∧ (B ∧ C)
(Asociativas) (27)
(A ∨ B) ∨ C ⇔ A ∨ (B ∨ C)
A ∨ (B ∧ C) ⇔ (A ∨ B) ∧ (A ∨ C)
(Distributivas) (28)
A ∧ (B ∨ C) ⇔ (A ∧ B) ∨ (A ∧ C)
definiciones y reglas recién adoptadas para los sı́mbolos abiertos, por lo que en
principio estarı́an presentes en toda discusión, lo cual difiere del planteamiento
que a continuación se da para la inferencia.
proyecto del cual es parte este libro es una discusión lógica, siendo fundamental
el orden cronológico (es un proceso diacrónico).
(A → B) ∧ A g ` B g (Regla Modus ponens). (33)
Similarmente, para la hipótesis (A → B) ∧ ¬B g y la tesis (¬A)g,
se sigue (A → B) ∧ ¬B → ¬A g debido a ((19); 18), entonces de
((1); 10) y la hipótesis se tiene (¬A)g, con lo cual se establece la regla
de inferencia 30
(A → B) ∧ ¬B g ` (¬A) g (Regla Modus tollens). (34)
29 Del latı́n modus ponens que significa “modo que afirmando afirma”.
30 Del latı́n modus tollens que significa “modo que negando niega”.
Para la hipótesis(A → B) ∧ (C → D) ∧ (A ∨ C) g y la tesis
(B ∨ D)g, de ((20); 18) se tiene (A → B) ∧ (C → D) ∧ (A ∨
C) → (B ∨ D) g, luego de ((1); 10) y la hipótesis se sigue (B ∨ D)g,
obténiendose la regla de inferencia
(A → B) ∧ (C → D) ∧ (A ∨ C) g ` (B ∨ D)g (Dilema constructivo).
(35)
Para la hipótesis (A ∧ B)g y la tesis Ag, de ((16); 17) se tiene (A ∧
B) → A g, y de la hipótesis y ((1); 10) se sigue Ag, con lo que se
concluye la regla de inferencia
(37)
(A → B) ∧ (B → D) g ` (A → D) g (Silogismo hipotético) (38)
(A ∨ B) ∧ (¬A) g ` B g (Silogismo disyuntivo) (39)
Ag ` (A ∨ B) g (Regla de adición) (40)
1. Para la hipótesis (A ∧ B) → ¬C ∧ (A ∧ B) g y la tesis Cf, se tiene
(¬C)g debido a la hipótesis y ((33); 20), luego Cf de ((5); 13), de lo
cual se concluye (A ∧ B) → ¬C ∧ (A ∧ B) g ` Cf.
2. Con la hipótesis (Q ∨ R) → P
∧ ¬ P g y la tesis (¬Q ∧ ¬R)g, se
sigue ¬(Q ∨ R) g debido a ((34); 20), luego ¬Q ∧ ¬R) g de (30; 18),
obteniéndose (Q ∨ R) → P ∧ ¬P g ` (¬Q ∧ ¬R)g.
3. Para la hipótesis (P → Q) ∧ (Q → R) ∧ ¬R g y la tesis (Q ∧ P )g,
se tiene (P → Q) ∧ (Q → R) g y (¬R)g, luego (¬Q ∨ ¬R)g de
((40); 21), por lo cual (P → Q) ∧ (Q → R) ∧ (¬Q ∨ ¬R) g ,
entonces (¬Q ∨ ¬P )ig de ((37); 21), y de (30; 18) y ((5); 13) se concluye
(P → Q) ∧ (Q → R) ∧ ¬R g ` (Q ∧ P )f.
31 En esto hay corrientes, estilos e incluso modas, de allı́ que se diga apropiadamente que
hay similitud con el arte.
32 Aún cuando en la lógica no se hace, conviene admitir la ô , para la cual en la lengua
natural eventualmente utizan y/o.
hS ↔ T i hT ↔ U i hS ↔ U i
S g y T g y Ug g g g
S f y T f y Uf g g g
entonces
S⇔T y T ⇔U (S ⇔ U ) . (41)
hP ↔ Qi h¬P ↔ ¬Qi
P g y Qg g g
P f y Qf g g
(P ⇔ Q) ! (Q ⇔ P ) . (43)
P g y Q g y Rg g a a g
P g y Q g y Rf g b b g
P f y Q f y Rg g c c g
P f y Q f y Rf g d d g
Qg ` (¬H) g y (¬ T )g ` Q g (Hg ` T g) (Contradictoria) . (48)
debido a ((8); 14), luego (¬R)g ` (¬P )g de ((5); 13), y nuevamente con ((47);
26) se obtiene
(P ∧ Q)g ` R g y (P ∧ ¬Q)g ` R g (P g ` Rg) . (53)
Por último, de (¬Q ∧ R)g ` P f se sigue P g ` (¬Q ∧ R)f debido a ((47);
26) y ((5); 13), entonces (R ∧ P ) g R g y (¬Q ∧ R) f de ((36); 21) en
donde R g y (¬Q ∧ R) f (¬Q)f de ((1); 10), entonces con ((5); 13) se
concluye
(¬Q ∧ R)g ` P f (R ∧ P )g ` Q g . (54)
que en este caso llevarı́a a “pienso a los conjuntos, luego existen”, pero siempre
con conciencia de que su naturaleza es difusa.
42 Lo cual no exige que los contenga, permitiendo la existencia del conjunto vacio.
43 Interpretando a Georg Cantor: “Un conjunto es el efecto de la reunión de objetos que
son diferentes en nuestro pensamiento”.
44 Pienso, luego existo, en Discours de la Méthode de René Descartes op. cit. pág.4; por este
argumento lo ubican en la posición idealista más extrema, el idealismo subjetivo o solipsismo,
en donde se plantea que el ser no es; sólo existe el pensamiento del sujeto pensante. . .
(a 6∈ A)g = (a ∈ A) f g y (a 6∈ A)f = (a ∈ A) g g (55)
por lo cual se tiene (a ∈ A) g o (a 6∈ A) g del principio de no contradicción.
X | Pxgi y h∃
x ∈ X | Pxfi para un conjunto X y una proposición lógica
0
(x ∈0 X Pxg) (η ∈ X)g ` Pη g . (57)
(η ∈ X ∧ Pη )g ` (∃ x ∈0 X | Pxg) g . (60)
luego (∀ x ∈0 X | Px g) g (η ∈ X)g ` Pη g debido a ((57); 31), por lo cual
(η ∈ X ∧ ∀ x ∈0 X | Px g)g ` Pη g (62)
y de ((60); 32) se sigue 47
∀ x ∈0 X | (Px ∧ Qx ) g g a ` (∀ x ∈0 X | Px g) ∧ (∀ x ∈0 X | Qx g) g .
Demostración.– De ∀ x ∈0 X | (Px ∧ Qx) g g se sigue x ∈0 X (Px ∧
Qx)g debido a ((61); 32), luego x ∈0 X Px g y x ∈0 X Qxg de ((1);
10), por lo cual (∀ x ∈ X | Px g)g y (∀ x ∈ X | Qxg)g también de ((61); 32),
0 0
concluyéndose (∀ x ∈0 X | Pxg) ∧ (∀ x ∈0 X | Qx g) g nuevamente de ((1); 10).
l
La otra demostración es similar y se le deja al lector.
49
Proposición 0.4.3. Sean X un conjunto y hPx i , hQx i .
∃ x ∈0 X | (Px ∧ Qx ) g g ` (∃ x ∈0 X | Pxg) ∧ (∃ x ∈0 X | Qx g) g .
Demostración.– Para η ∈ X ∧ (Pη ∧ Qη ) g se tiene (η ∈ X ∧ Pη )g y
(η ∈ X ∧ Qη )g debido a ((1); 10, luego (∃ x ∈0 X | Px )g y (∃ x ∈0 X | Qx )g de
((60); 32), por lo tanto (∃ x ∈0 X | Px g) ∧ (∃ x ∈0 X | Qx g) g.
Demostración.–
49
`
A diferencia de la proposición ((0.4.2); 34) que establece una coinferencia, de (∃ x ∈
X | Px g) ∧ (∃ x ∈ X | Qx g) g no se infiere ∃ x ∈ X | (Px ∧ Qx ) g g.
´ ` ´
0
0
x ∈ X | (¬Px ) g g a ` (∀ x ∈ X | Pxg)g
∃
y ∃ x ∈0 X | (¬Px) g g a ` ¬(∀ x ∈0 X | Px g) g .
Y | Px, y g) g presentes en los conceptos de lı́mite y función, que tradicional-
mente son de difı́cil asimilación. . . el asunto de predicados compuestos no es
trivial y no es válida la conmutación de los cuantificadores universal y existen-
l
cial. Pero es conveniente adelantar, como lo puede comprobar el lector, que se
tiene
∀ x ∈0 X | (∀ y ∈0 Y | Px, y g) g g a ` ∀ y ∈0 Y | (∀ x ∈0 X | Px, y g) g g
(65)
∃ x ∈0 X | (∃ y ∈0 Y | Px, y g) g g a ` ∃ y ∈0 Y | (∃ x ∈0 X | Px, y g) g g
50 G. Frege.
Teorı́a de conjuntos
“Me parece que (la teorı́a de conjuntos) es la más maravillosa floración del
espı́ritu matemático y, sin duda, una de las más altas aportaciones de la
serena y pura actividad de la inteligencia humana”.
David Hilbert 1
1.1. Introducción
1 David Hilbert (1862-1943) matemático alemán, reconocido como uno de los más in-
fluyentes del siglo XIX y principios del XX [12], que impulsó la escuela formalista de la
matemática [22] y desarrolló la axiomatización de la geometrı́a y la noción de espacio de
Hilbert, uno de los fundamentos del análisis funcional y la mecánica cuántica. Fue quien dijo
“La fı́sica es demasiado importante como para ser dejada solo a los fı́sicos”.
37
1.2 Axiomas Teorı́a de conjuntos
a ∈0 A (a ∈ B) g ! (A ⊆ B)g (1.1)
por lo cual de (A ⊆ B)g se tiene ∀ x ∈0 A | (x ∈ B) g g debido a ((61); 32)
y además a ∈0 A (a ∈ B) g , luego (η ∈ A)g ` (η ∈ B)g de ((57); 31) y se
sigue (η 6∈ B)g ` (η 6∈ A)g debido a ((47); 26), entonces
(A ⊆ B) g (a 6∈ B)g ` (a 6∈ A) g y ∀ x ∈0 A | (x ∈ B) g g . (1.2)
(A 6⊆ B)g a ` ∃ a ∈0 A | (a 6∈ B) g g . (1.3)
(A ⊆ B ∧ B ⊆ C)g ` (A ⊆ C) g . (1.4)
1.2. Axiomas
3
La teorı́a de conjuntos de Zermelo – Frankel 4 cuya primera pre-
sentación formal se debe a Cantor 5 , Frege y Dedekind 6 , es un ejemplo ex-
celente de teorı́a axiomática que se abrevia como ZF o ZFC.
“Más que por sus geniales planteamientos, es quizá por el sesgo de su espı́ritu
que Hilbert ha ejercido la más profunda influencia en el mundo matemático;
el enseñó a los matemáticos a pensar axiomáticamente, es decir
a tratar de reducir cada teorı́a a su esquema lógico más estricto, por su
necesidad ardiente de comprender, por su probidad intelectual
cada vez más exigente y por su infatigable aspiración de una ciencia
cada vez más unida, más pura y más liberada.” 7 , 8
2 La palabra proviene del griego y se asocia a “lo que parece justo”, también se dice que
se refiere a “una verdad obvia que no requiere comprobación”.. . siendo ambos conceptos
insatisfactorios.
3 Ernst Zermelo (1871-1953) filósofo, fı́sico y matemático alemán, quien formuló por
primera vez el axioma de elección.
4 Adolf Abraham Halevi Fraenkel (1891-1965) lógico y matemático alemán-israelı́.
5 Georg Cantor (1845-1918) matemático alemán quien fue el primero en caracterizar la
noción de infinito introduciendo a los números transfinitos.
6 Julius Wilhelm Richard Dedekind (1831-1916), matemático alemán con aportaciones
importantes al álgebra, la teorı́a de números y la geometrı́a algebraica.
7 Jean Alexandre Eugène Dieudonné (1906-1992) célebre matemático francés integrante
del grupo Bourbaki, con importantes aportaciones en la geometrı́a algebraica y los espacios
vectoriales topológicos.
8 En [28] pág. 312.
(p ∈ A)g ∃ r ∈0 SA | (r = p)g g y (q ∈ SA )g ∃ r ∈0 A | (r = q)g g. (1.5)
SA sean diferentes de q .
(η ∈ X ∧ Pη )f a ` η 6∈ {x ∈0 X k Px g} g . (1.9)
12 Georg Cantor.
R) g y (R ∈ X) g (R ∈ R)g ` (R 6∈ R) g , luego (R ∈ X)g ` (R ∈ R)g
y (R ∈ X)g ` (R 6∈ R)g, concluyéndose (R ∈ X)f de ((46); 25), por lo que se
puede decir “nada contiene a todo” . . . o en términos de la teorı́a de conjuntos
preaxiomática “no existe el conjunto universal”.
Axioma de Extensión.- Dos conjuntos son “iguales” cuando poseen los mis-
mos elementos (la misma extensión).
c
(A = B)g a ` (B ⊆ A ∧ A ⊆ B)g (1.10)
c c
y se complementa el planteamiento con A 6= B ≡ ¬(A = B) . Además cuando
c
en una discusión los sı́mbolos A y B representan a conjuntos se acepta (A =
B) g ! (A = B)g, estableciéndose una situación particular de la igualdad
simbólica. Este comportamiento permite la omisión del superı́ndice c en lo que
sigue, sin embargo posteriormente al tratar el concepto de función (véase § 2.1
pág. 82) volverá a requerirse.
(A 6= B)g a ` (B 6⊆ A ∨ A 6⊆ B) g . (1.11)
(A = B ∧ B = C)g ` (A = C) g . (1.12)
(D ∈ C)g ` (D ⊆ ∪ C) g . (1.19)
También, con un conjunto B y para (ξ ∈ ∪ C)g se tiene ∃ A ∈0 C | (ξ ∈ A)g g
debido a ((1.16); 45) y ((57); 31), y con (M ∈ C ∧ ξ ∈ M )g y ∀ A ∈0 C | (A ⊆
B) g g se sigue (ξ ∈ M )g y M ∈ C ∧ ∀ A ∈0 C | (A ⊆ B) g g de ((1); 10),
luego (ξ ∈ M )g y (M ⊆ B)g de ((62); 33), por lo cual (ξ ∈ M ∧ ∀ p ∈0 M | (p ∈
B) g g debido a ((40); 21), obteniéndose (ξ ∈ B)g de ((62); 33), entonces
x ∈0 ∪ C (x ∈ B)g y con ((61); 32) se sigue ∀ x ∈0 ∪ C | (x ∈ B) g g, por lo
tanto ( ∪ C ⊆ B)g y se infiere
∀ A ∈0 C | (A ⊆ B) g g ` ( ∪ C ⊆ B) g . (1.20)
(C ⊆ D)g ` (∪ C ⊆ ∪ D) g .
Demostración.– Se tiene ∀ c ∈0 C | (c ∈ D) g g y de (ξ ∈ ∪ C)g se sigue
∃ c ∈0 C | (ξ ∈ c) g g debido a ((1.16); 45), y con (η ∈ C ∧ ξ ∈ η)g se
infiere (η ∈ D)g de ((1); 10) y ((62); 33), luego (η ∈ D ∧ ξ ∈ η)g, por lo
cual ∃ d ∈0 D | (ξ ∈ d) g g debido a ((60); 32), entonces (ξ ∈ ∪ D)g de
((1.16); 45), por lo tanto (ξ ∈ ∪ C)g ` (ξ ∈ ∪ D)g y con ((61); 32) se obtiene
∀ c ∈0 ∪ C | (c ∈ ∪ D) g g, concluyéndose (∪ C ⊆ ∪ D)g.
18 Lo cual no presenta conflictos por ser viable la introducción previa del axioma de poten-
cia.
(A \ B ⊆ A) g . (1.24)
(ξ ∈ A ∧ ξ 6∈ A \ B)g ` (ξ ∈ B) g . (1.26)
l
De modo análogo, para un conjunto C el lector puede demostrar
(A ⊆ C)g ` (A \ C = ∅) ∧ (A \ B ⊆ C \ B) g (1.27)
y también
(A \ B) \ C = A \ (B ∪ C) g . (1.28)
∩C ≡ η ∈0 ∪ C k ∀ A ∈0 C | (η ∈ A) g luego de ((1.6); 41) se tiene
(ξ ∈ ∩ C)g a ` ξ ∈ ∪ C ∧ ∀ A ∈0 C | (ξ ∈ A) g g (1.29)
por lo cual (ξ ∈ ∩ C)g ` ∀ A ∈0 C | (x ∈ A) g g debido a ((36); 21), entonces
x ∈0 ∩ C ∀ A ∈0 C | (x ∈ A) g g y con ((61); 32) se sigue
∀ x ∈0 ∩ C | ∀ A ∈0 C | (x ∈ A) g g g (1.30)
pero también x ∈0 ∩ C B ∈0 C (x ∈ B) g , por lo tanto de D ∈ C se
tiene x ∈0 ∩ C (x ∈ D)g debido a ((57); 31), luego ∀ x ∈0 ∩ C | (x ∈ D) g g
nuevamente con ((61); 32) y se sigue (∩ C ⊆ D)g, concluyéndose
(B ∈ C ∧ B ⊆ ∩ C)g ` ∀ A ∈ C | (B ⊆ A) g g . (1.32)
∀ A ∈0 C | (D ⊆ A) g g ` (D ⊆ ∩ C) g .
para (p ∈ A ∩ B)g se sigue p ∈ A ∪ B ∧ ∀ Q ∈0 E | (p ∈ Q) g g de (1.29);
49), luego (p ∈ A)g y (p ∈ B)g ((62); 33) pues (A ∈ E ∧ B ∈ E)g, por lo cual
(p ∈ A ∧ p ∈ B)g, ası́ mismo de (p ∈ A ∧ p ∈ B)g se infiere ∃ Q ∈0 E | (p ∈ Q)g g
de ((60); 32) ya que (A ∈ E ∧ p ∈ A)g, por consiguiente (p ∈ A∪B)g de ((1.21);
47), luego (p ∈ ∪ E)g, pero también se tiene ∀ Q ∈0 E | (p ∈ Q) g g de ((61);
32), pues M ∈0 E (M = A ∨ M = B)g debido a ((1.6); 41), y (p ∈ A ∧ p ∈
B) ∧ (M = A ∨ M = B) g ` (p ∈ M )g, entonces M ∈0 E (p ∈ M )g,
por lo tanto p ∈ ∪ E ∧ ∀ Q ∈0 E | (p ∈ Q) g g y con ((1.29); 49) se obtiene
(p ∈ A ∩ B)g, concluyéndose
(p ∈ A ∩ B)g a ` (p ∈ A ∧ p ∈ B) g . (1.33)
(ξ 6∈ A \ B)g de ((1.25); 48), obteniéndose ξ ∈ A ∪ (A \ B) ∧ ξ 6∈ A \ B g, por
lo cual ξ ∈ A \ (A \ B) g debido a ((1.6); 41), entonces x ∈0 A ∩ B (x ∈
A \ (A \ B) g, y con ((1.1); 38) se concluye A ∩ B ⊆ A \ (A \ B) g. Ahora,
de ξ ∈ A \ (A \ B) g se sigue ξ ∈ A ∪ (A \ B) ∧ ξ 6∈ A \ B g debido a ((1.6);
41), luego ξ ∈ A ∪ (A \ B) g y (ξ 6∈ A \ B)g de ((36); 21), por lo cual ξ ∈ A)g
de ((1.24); 48) y ((1.34); 50), y también ¬(ξ ∈ A ∪ B ∧ ξ 6∈ B) g de ((1.6);
41) con ((47); 26), entonces (ξ ∈ A)g y (ξ ∈ A ∪ B) f y (ξ 6∈ B) g o
(ξ ∈ A ∪ B) g y (ξ 6∈ B) f o (ξ ∈ A ∪ B) f y (ξ 6∈ B) f debido a ((1); 10)
y ((8); 14), obteniéndose ξ ∈ A) g y (ξ ∈ A ∪ B) g y (ξ 6∈ B)f, por lo tanto
(ξ ∈ A ∩ B)g de ((1.29); 49), y se sigue x ∈0 A \ (A \ B) (x ∈ A ∩ B)g, luego
(A \ (A \ B) ⊆ A ∩ B)g de ((1.1); 38), y de ((1.10); 43) se concluye
A ∩ B = A \ (A \ B) g . (1.37)
l
Ası́ mismo el lector puede demostrar
(A ∪ B) \ (A \ B) = B g (1.38)
y como (A ∪ B) \ (A \ B) ∪ (B \ A) = (A ∪ B) \ (A \ B) \ (B \ A) g de
((1.28); 48) con (A∪B) \ (A \ B) \ (B \ A) = B \ (B \ A) g debido a ((1.38);
51) y B \ (B \ A) = A ∩ B g de ((1.37); 51), se obtiene
(A ∪ B) \ (A \ B) ∪ (B \ A) = A ∩ B g (1.39)
l
y con un conjunto C el lector también puede verificar que se sigue
(A ∩ B) \ C = A ∩ (B \ C) g . (1.40)
((61); 32), luego (X ⊆ X)g, por lo cual con ((1.41); 51) se obtiene
X ∈ P(X) g . (1.44)
Ası́ mismo, para A, B y X conjuntos se sigue
A ∈ P(B) ∧ B ∈ P(X) g ` A ∈ P(X) g (1.45)
pues de ((36); 21) y ((1.41); 51) se tiene (A ⊆ B)g y (B ⊆ X)g, luego
(A ⊆ X)g debido a ((1.4); 38), entonces A ∈ P(X) g nuevamente de ((1.41);
l
51), y también el lector puede comprobar
P(A) ∪ P(X) ⊆ P(A ∪ X) g . (1.46)
Cuando en una discusión se considera un conjunto X y C ⊆ P(X) g,
de ξ ∈0 ∪ C se sigue ∃ A ∈0 C | (ξ ∈ A) g g debido a ((1.16); 45), y con
(M ∈ C)g y (ξ ∈ M )g se tiene M ∈ P(X) g de ((62); 33), luego (M ⊆ X)g
de ((1.41); 51) y ((57); 31), por lo cual (ξ ∈ X)g nuevamente ((62); 33), entonces
∀ p ∈0 ∪ C | (p ∈ X) g g debido a ((61); 32), por lo cual (∪ C ⊆ X)g y con
((1.41); 51) se obtiene
C ⊆ P(X) g ` ∪ C ∈ P(X) g (1.47)
l
y de manera análoga el lector puede demostrar
C ⊆ P(X) g ` ∩ C ∈ P(X) g. (1.48)
B ∈ P(X) g ` {x ∈0 B k Pxg} ∈ P(X) g .
Demostración.– Para {x ∈0 B k Px g} se tiene {x ∈0 B k Px g} ⊆ B g de
((1.8); 41), y como (B ⊆ X)g debido a ((1.41); 51) con ((57); 31) pues B ∈
P(X) g, se sigue {x ∈0 B | Px g} ⊆ B ∧ B ⊆ X g, luego {x ∈0 B | Pxg} ⊆
X g de ((1.4); 38), entonces {x ∈0 B | Px g} ∈ P(X) g de ((1.41); 51).
(A ⊆ X)g ` P(A) ⊆ P(X) g .
Demostración.– De B ∈ P(A) g se sigue (B ⊆ A)g debido a ((1.41); 51)
con ((57); 31), luego (B ⊆ X)g de ((1.4); 38) pues (A ⊆ X)g, por lo cual
B ∈ P(X) g nuevamente de ((1.41); 51), entonces D ∈0 P(A) D ∈ P(X) g,
y con ((1.1); 38) se concluye P(A) ⊆ P(X) g.
A ⊆ P(X) g ` ∀ D ∈0 A | (D ⊆ X) g g . (1.50)
Finalmente, para un conjunto X y A ∈ P(X) g se conviene en ha-
cer 19 AX c ≡ X \ A llamándolo complemento de A en X, luego de ξ ∈
AX c se sigue ξ ∈ X ∧ ξ 6∈ A debido a ((1.23); 48) y ((62); 33), y con ((61); 32)
se obtiene
(∀ p ∈ AX c | p 6∈ A)g (1.51)
c c
además (A ∪ AX ⊆ X)g debido a ((1.20); 46) ya que (AX ⊆ X)g de ((1.24);
48), y para (ξ ∈ X)g se tiene (ξ ∈ A) g o (ξ 6∈ A) g , luego (ξ ∈ A) g o (ξ ∈
X ∪ A) g ∧ (ξ 6∈ A) g , por lo cual ((ξ ∈ A) g o (ξ ∈ AX c ) g de ((1.6); 41),
entonces ∃ B ∈0 {A, AX c} | (ξ ∈ B) g g debido a ((60); 32), y con ((1.16); 45)
se obtiene (ξ ∈ A ∪ AX c )g, entonces ∀ x ∈0 X | (x ∈ A ∪ AX c ) g g de ((61);
32), por lo tanto (X ⊆ A ∪ AX c)g y con ((1.10); 43) se concluye
A ∈ P(X) g ` (A ∪ AX c = X) g . (1.52)
Además, de ((1.34); 50) se sigue (A = X ∩ A)g, luego A = X \ (X \ A) g
debido a ((1.37); 51), entonces
A = (AX c)X c g (1.53)
y cuando para C ⊆ P(X) g se hace CX c ≡ M ∈0 P(X) k ∃ R ∈ C | RX c = M
se obtienen las leyes de Morgan 20 para complementos
(∩ C)X c = ∪ CX c ∧ (∪ C)X c = ∩ CX c g (1.54)
c c
pues de ((1.48); 52) se puede considerar (∩ C)X , y con η ∈0 (∩ C)X se sigue
(η ∈ X ∧ η 6∈ ∩ C)g
debido a ((1.23); 48) y ((62); 33), luego (η ∈ X)g y
η ∈ ∪ C ∧ ∀ A ∈ C | (η ∈ A) g f de ((1.29); 49) y ((47); 26), y con ((1; 10)
0
19
` ´
Cuando en una discusión es claro que se tiene A ∈ P (X) g se acostumbra omitir al
subı́ndice X .
20 Augustus De Morgan (1806-1871) fue un matemático y lógico inglés nacido en la India.
se tiene (η 6∈ ∪ C) g y ∀ A ∈0 C | (η ∈ A) g g o (η 6∈ ∪ C) g y ∀ A ∈0
C | (η ∈ A) g f o (η ∈ ∪ C) g y ∀ A ∈0 C | (η ∈ A) g f presentándose los
siguientes casos:
Con (M ∈ C)g y de (η 6∈ ∪ C) g
y ∀ A ∈0 C | (η ∈ A) g g se sigue
η 6∈ ∪ C ∧ ∀ A ∈0 C | (η ∈ A)g g, luego η 6∈ ∪ C ∧ ∀ A ∈0 C | (η ∈ A)g g `
(η 6∈ ∪ C)g de ((36); 21), pero además se infiere (η ∈ M )g debido a ((62);
33), y como (M ⊆ ∪ C)g de ((1.19); 46), se obtiene (η ∈ ∪ C)g de ((62);
33), entonces η 6∈ ∪ C ∧ ∀ A ∈0 C | (η ∈ A) g g ` (η 6∈ ∪ C)f, por lo
tanto η 6∈ ∪ C ∧ ∀ A ∈0 C | (η ∈ A) g f de ((46); 25), estableciéndose la
imposibilidad de la presencia de (η 6∈ ∪ C) g y ∀ A ∈0 C | (η ∈ A) g g.
De ∀ A ∈0 C | (η ∈ A) g f se sigue ∃ A ∈0 C | (η 6∈ A) g g del corolario
(0.4.1; 35) y ((47); 26), y con (Q ∈ C)g y (η 6∈ Q)g se tiene (η ∈ QX c )g
de ((1.6); 41) pues (η ∈ X)g y (X ∪ Q = X)g, luego ∃ A ∈0 CX c | (η ∈
AX c ) g g debido a ((60); 32) pues (Q ∈ CX c )g de ((1.6); 41), y con
((1.16); 45) se obtiene (η ∈ ∪ CX c )g, entonces de (η 6∈ ∪ C) g y ∀ A ∈0
C | (η ∈ A) g f o (η ∈ ∪ C) g y ∀ A ∈0 C | (η ∈ A) g f se infiere
(η ∈ ∪ CX c )g.
c
Por lo tanto ∀ p ∈0 (∩ C)X | (p ∈ ∪ CX c ) g g debido a ((61); 32) y se obtiene
c
(∩ C)X ⊆ ∪ CX c g.
Ahora, de η ∈0 ∪ CX c se sigue ∃ A ∈0 CX c | (η ∈ A) g g debido a ((1.16);
45), y con (Q ∈ CX c)g y (η ∈ Q)g se tiene (QX c ∈ C)g de ((1.53); 54) y
(η 6∈ QX c )g de ((1.25); 48), por lo cual ∃ A ∈0 C | (η 6∈ A) g g debido a
((60); 32), entonces ∀ A ∈0 C | (η ∈ A) g f del corolario (0.4.1; 35), luego
η ∈ ∪ C ∧ ∀ A ∈0 C | (η ∈ A) g f de ((1); 10), y con ((1.29); 49) y ((47);
26) se obtiene (η 6∈ ∩ C)g,además (η ∈ X)g de ((1.47); 52) con ((1.41);
51), ((57); 31) y ((62); 33), dado que CX c ⊆ P(X) g de ((1.8); 41), por
c
consiguiente η ∈ (∩ C)X g debido a ((1.6); 41) ya que η ∈ X ∪ (∩ C) g pues
c
X = X ∪(∩ C) g, y con ((61); 32) se infiere ∀ p ∈0 ∪ CX c | p ∈ (∩ C)X g g,
c c
por lo tanto ∪ CX c ⊆ (∩ C)X ) g, concluyéndose (∩ C)X ) = ∪ CX c g
l
de ((1.10); 43). La demostración del otro enunciado se deja al lector, el cual
también puede verificar al caso particular
c
A ∈ P(X) ∧ B ∈ P(X) g ` (A ∩ B)X = AX c ∪ BX c g (1.55)
c
y de ((1.53); 54) se sigue (AX c ∩ BX c )X = A ∪ B g, por lo cual se obtiene
c c c c c
(AX c ∩ BX c )X X = (A ∪ B)X g, pero (AX c ∩ BX c )X X = AX c ∩
BX c g de nuevo con ((1.53); 54), entonces
A ∈ P(X) ∧ B ∈ P(X) g ` AX c ∩ BX c = (A ∪ B)X c g . (1.56)
Axioma de Elección (Cantor-Zermelo).- El producto cartesiano (genera-
lizado) de una familia de conjuntos no vacios es no vacia.
1.3. Consecuencias
Con la axiomatización de la teorı́a de conjuntos resulta sencillo intro-
ducir el atributo de vacuidad 21 a un conjunto, una propiedad fundamental pero
esquiva para la humanidad; dado que en el razonamiento del hombre ha sido
natural la afirmación 22 “el ser es y el no ser no es”. . . pues lleva a la idea
intuitiva de que un conjunto “debe” contener elementos, ya que ingenuamente
se piensa que al contener elementos es conjunto y al no contener no es conjunto.
fuerza). N
26 Conviene mencionar que aunque las grafı́as manuscritas de la letra griega phi minúscu-
la, phi mayúscula y el conjunto vacio son muy semejantes, tipográficamente se distiguen
fácimente pues respectivamente se usa φ, Φ y ∅ .
luego ∅X ∈ P(X) g debido a ((1.41); 51), además con ((1.6); 41) y ((61); 32)
se tiene
∀ x ∈0 ∅X | (x 6= x) g g (1.59)
luego de (ξ ∈ ∅X )g se tiene (ξ =
6 ξ)g debido a((62); 33), y con A ∈ P(X) g
y (ξ ∈ A)g se sigue (ξ = ξ)g del principio de identidad, entonces (ξ ∈ A ∧ ξ ∈
∅X )g ` (ξ 6= ξ)g y (ξ ∈ A ∧ ξ ∈ ∅X )g ` (ξ = ξ)g, por lo cual (ξ ∈ A ∧ ξ ∈ ∅X )f
de ((46); 25), y con ((1); 10) se obtiene
(ξ ∈ A)g ` (ξ 6∈ ∅X )g (1.60)
por consiguiente (ξ ∈ A ∧ ξ 6∈ ∅X )g, luego ∃ a ∈0 A | (a 6∈ ∅X ) g g de ((60);
32), y con ((1.3); 38) se sigue (A 6⊆ ∅X )g, por lo tanto (∅X ⊆ A ∧ A ⊆ ∅X )f
debido a ((1.58); 58) con ((1); 10), y de ((1.10); 43) con ((47); 26) se obtiene
(A 6= ∅X )g, concluyéndose
(ξ ∈ A)g ` (A 6= ∅X )g (1.61)
l
de lo cual el lector puede demostrar
(ξ ∈ X ∧ A = ∅X )g ` (ξ ∈
/ A) g. (1.62)
Teorema 1.3.1. Sean X un conjunto, A ∈ P(X) g y hPX i .
0
a ∈ A | Pag) g .
(A ⊆ ∅X )g ` (∃
a ∈ A | Pa g) g se sigue (∃ a ∈ A | Pa g)g, y como
0 0
Demostración.– De ¬(∃
con (ξ ∈ A ∧ Pa)g se tiene (ξ ∈ A)g de ((36); 21), entonces (ξ 6∈ ∅X )g debido
a ((1.60); 59), luego (ξ ∈ A ∧ ξ 6∈ ∅X )g, por lo cual ∃ a ∈0 A | (a 6∈ ∅) g g de
((60); 32), y con ((1.3); 38) se obtiene (A 6⊆ ∅X )g, es decir ¬(A ⊆ ∅X ) g,
a ∈ A | Pag)g debido a ((47); 26).
0
concluyéndose (A ⊆ ∅X )g ` (∃
Ahora, de {a ∈0 A k Pa g} = 6 ∅X g se sigue {a ∈0 A k Pag} 6⊆ ∅X ∨ ∅X 6⊆ {a ∈0
A k Pa g} g nuevamente de ((1.11); 43), en donde ∅X 6⊆ {a ∈0 A k Pa g} f del
corolario (1.3.2; 60) con ((62); 33), ya que {a ∈0 A k Pag} ∈ P(X) g de ((1.8);
41) y ((1.41); 51). Entonces de ((1); 10) se obtiene {a ∈0 A k Pa g} 6⊆ ∅X g,
por lo cual ∃ η ∈0 {a ∈0 A k Pa } | η 6∈ ∅X g de ((1.3); 38), y con ξ ∈ {a ∈0
A k Pa } ∧ ξ 6∈ ∅X g se sigue ξ ∈ {a ∈0 A k Pa } g debido a ((36); 21), luego
(ξ ∈ A ∧ Pξ )g de ((1.6); 41) y ((57); 31), por lo tanto (∃ a ∈0 A | Pa )g debido
a ((60); 32).
(∅A = ∅X ) g .
Demostración.– De ( ∪ C =
6 ∅)g se sigue ∃ p ∈0 ∪ C | (p = p) g g, y con
(ξ ∈ ∪ C)g y (ξ = ξ)g se tiene ∃ A ∈0 C | (ξ ∈ A) g g debido a ((1.16);
45), y con (M ∈ C)g y (ξ ∈ M )g se infiere (M 6= ∅)g de ((1.60); 59), luego
l
∃ A ∈0 C | (A 6= ∅) g g debido a ((60); 32). Se deja al lector la demostración
de la otra regla de inferencia.
(A ∪ B 6= ∅)g a ` (A 6= ∅ ∨ B 6= ∅) g . (1.65)
0
Demostración.– De ( ∩ C = 6 ∅)g se tiene η ∈ ∪ C k ∀ A ∈0 C | (η ∈ A) g
g 6= ∅ g, luego ∃ ξ ∈0 ∪ C | ∀ A ∈0 C | (ξ ∈ A) g g g del teorema (1.3.2;
60) dado que ∪ C ∈ P ∪ C g de ((1.44); 52). Ahora, de ∃ ξ ∈0 ∪ C | ∀ A ∈0
C | (ξ ∈ A) g g g también se sigue η ∈0 ∪ C k ∀ A ∈0 C | (η ∈ A) g g 6= ∅ g,
entonces (∩ C =
6 ∅) .
(A∩B 6= ∅)g se sigue ∃ p ∈0 A∪B | ∀ Q ∈0 E | (p ∈ Q)g g g debido al teorema
(1.3.5; 62), y con (ξ ∈ A ∪ B)g y ∀ Q ∈0 E | (ξ ∈ Q) g g se infiere (ξ ∈ A)g y
(ξ ∈ B)g de ((62); 33) pues (A ∈ E ∧ B ∈ E)g, por lo cual (A 6= ∅ ∧ B 6= ∅)g
de ((1.60); 59), entonces
(A ∩ B 6= ∅)g ` (A 6= ∅ ∧ B 6= ∅) g . (1.66)
Además, como ∃ ξ ∈0 ∪ C | ∀ A ∈0 C | (ξ ∈ A) g f a ` ∀ ξ ∈0 ∪ C | ¬(∀ A ∈0
C | (ξ ∈ A) g g g de ((64); 33), y ∀ ξ ∈0 A ∪ B | ¬(∀ A ∈0 C | (ξ ∈ A) g g g a
` ∀ ξ ∈0 ∪ C | ∃ A ∈0 C | (ξ 6∈ A) g g g del corolario (0.4.1; 35), con el teorema
(1.3.5; 62) y ((47); 26) se obtiene
( ∩ C = ∅)g a ` ∀ ξ ∈0 ∪ C | ∃ A ∈0 C | (ξ 6∈ A) g g g . (1.67)
(X 6= ∅)g a ` ∃ x ∈0 X | (x = x) g g .
Demostración.– De ∃ x ∈0 X | (x = x) g g y con (ξ ∈ X ∧ ξ = ξ)g se tiene
0
(X 6= ∅)g debido a ((1.61); 59). Ahora, de (X 6= ∅)g se sigue x ∈ X k (x =
x) g 6= ∅ g de ((1.13); 44), luego ∃ ξ ∈ X | (ξ = ξ) g g del teorema (1.3.2;
0
60).
(A \ B 6= ∅)g a ` (A 6⊆ B) g .
Demostración.– De (A \ B 6= ∅)g se sigue ∃ x ∈0 A \ B | (x = x) g g del
teorema (1.3.6; 63), y con (ξ ∈ A \ B ∧ ξ = ξ)g se tiene (ξ ∈ A \ B)g de ((36);
21), por lo cual (ξ ∈ A ∧ ξ 6∈ B)g debido a ((1.23); 48) y ((62); 33), entonces
∃ x ∈0 A | (x 6∈ B) g g de ((60); 32), y de ((1.3); 38) se obtiene (A 6⊆ B)g.
Ahora, de (A 6⊆ B)g se sigue ∃ x ∈0 A | (x 6∈ B) g g de ((1.3); 38), y con
(ξ ∈ A ∧ ξ 6∈ B)g se tiene (ξ ∈ A)g y (ξ 6∈ B)g de ((1); 10), luego (ξ ∈ A ∪ B)g
de ((62); 33), pues se tiene (ξ ∈ A ∧ ∀ x ∈ A | (x ∈ A ∪ B) g g debido a ((1.19);
46), entonces (ξ ∈ A ∪ B ∧ ξ 6∈ B)g , por lo cual (ξ ∈ A \ B)g de ((1.6); 41), y
de ((1.61); 59) se concluye (A \ B 6= ∅)g.
(A ∩ B = ∅)g ` (A \ B = A) g . (1.73)
(A \ B) ∩ B = ∅ g .
Demostración.– De (A \ B) ∩ B 6= ∅ g se sigue ∃ p ∈0 (A \ B) ∩ B | (p =
p) g g debido al teorema (1.3.6; 63), y con ξ ∈ (A \ B) ∩ B g se tiene (ξ ∈
A ∧ ξ 6∈ B)g y (ξ ∈ B)g de ((1.23); 48) y ((1.33); 50), luego (ξ ∈ B ∧ ξ 6∈ B)g
en donde ξ ∈ B ∧ ¬(ξ ∈ B) contradicción debido a ((9); 14), entonces se
obtiene ξ ∈ B ∧ ¬(ξ ∈ B) f y ∃ p ∈0 (A \ B) ∩ B | (p = p) g g ` (ξ ∈ B ∧ ξ 6∈
B)g, y de ((49); 27) se infiere ∃ p ∈0 (A \ B) ∩ B | (p = p) g f, por lo tanto
(A \ B) ∩ B 6= ∅ f de ((47); 26), luego (A \ B) ∩ B = ∅ g debido a ((7);
13).
l
De manera similar el lector puede demostrar
{∅} \ {∅} = ∅ g . (1.74)
(A ⊆ B ∪ C) ∧ (B ∩ C = ∅) g ` (A ∪ B) \ C ∪ (A ∪ C) \ B = A
∧ (A ∪ B) \ C ∩ (A ∪ C) \ B = ∅ g .
por lo cual
A ∈ P(X) ∧ C ∈ P(X) ∧ A ∩ C = ∅ g ` (A ⊆ CX c ) g . (1.75)
Pero también se tiene ∀ x ∈0 A ∪ AX c | ∃ B ∈0 {A, AX c } | (x ∈ B) g g g de
((1.17); 45), luego ∀ x ∈0 A ∪ AcX | ∃ B ∈0 {A, AX c } | ¬(x 6∈ B) g g g, por
lo cual ∀ x ∈0 A ∪ AX c | ¬ ∀ B ∈0 {A, AX c} | (x 6∈ B) g g g del corolario
(0.4.1; 35), entonces ¬ ∃ x ∈0 A ∪ AX c | ∀ B ∈0 {A, AX c} | (x 6∈ B) g g g de
((64); 33), y del teorema (1.3.5; 62) con ((47); 62) se obtiene 28
A ∈ P(X) g ` (A ∩ AX c = ∅)g (1.76)
y de C ∈ P(A) g se sigue (C ∩ A = C)g y (C ∩ AX c ⊆ A ∩ AX c)g debido a
((1.34); 50), luego (C ∩ AX c ⊆ ∅)g de ((1.72); 65), por lo cual (C ∩ AX c = ∅)g
del corolario (1.3.2; 60) con ((1.10); 43) y ((62); 33), entonces B ∈0 P(A) (B∩
c
AX = ∅)g, y de ((61); 32) se concluye
A ∈ P(X) g ` ∀ B ∈0 P(A) | (B ∩ AX c = ∅) g g (1.77)
y como (AX c ∈ P(X) g debido a (1.41); 51) y ((1.24); 48), con ((1.53); 54) se
obtiene
A ∈ P(X) g ` ∀ B ∈0 P(AX c ) | (B ∩ A = ∅) g g . (1.78)
A ∈ P(X) \ {∅} ∧ X 6= ∅ g a ` (A 6= ∅ ∧ A ⊆ X) g .
Demostración.– De A ∈ P(X) \ {∅} g se sigue A ∈ P(X) ∧ A 6∈ {∅} g
debido a ((1.23); 48) y ((62); 33), luego con ((36); 21) se tiene (A 6= ∅)g y
también (A ⊆ X)g de ((1.41); 51) y ((57); 31), por lo tanto 29 (A 6= ∅ ∧ A ⊆
X)g, entonces A ∈ P(X) \ {∅} ∧ X 6= ∅ g ` (A 6= ∅ ∧ A ⊆ X)g.
A ∈ P(X) \ {∅} ∧ X 6= ∅ g ` A ⊆ X ∧ ∃ a ∈0 A | (a = a) g g .
Demostración.– Se sigue de los teoremas (1.3.9; 68) y (1.3.6; 63) con ((1);
10).
A ∈ P(X) \ {∅} ∧ X 6= ∅ g ` (X \ A ⊂ X) g .
30 Este razonamiento es viable cuando tiene sentido asignar un estado lógico a los sı́mbolos
presentes en los “miembros”de la igualdad.
Demostración.– De (ξ ∈ X)g se tiene {ξ} = x ∈0 X | (x = ξ) g g,
luego {ξ} ⊆ X g de ((1.8); 41), entonces x ∈0 X {x} ⊆ X g, por lo cual
∀ x ∈ X | {x} ⊆ X g g.
Los siguientes dos teoremas también aparentan ser obviedades, los ra-
zonamientos tradicionales utilizan argumentos carentes de sustento explı́cito o
los soslayan, los cuales se deben exhibir en una demostración, y al hacerlo se
hace evidente la necesidad de su identificación. . . en alguna ocasión se debe
hacer.
38), luego {p} 6⊆ {q} ∨ {q} 6⊆ {p} g debido a ((1); 10), por lo tanto {p} =
6
{q} g de ((1.11); 43).
Ahora de ξ ∈ {p} ∪ {q} g se obtiene ∃ A ∈0 {p}, {q} | (ξ ∈ A) g g debido
a ((1.16); 45) con ((57); 31), y de ((1); 10) para B ∈ {p}, {q} ∧ ξ ∈ B g
se sigue (B = {p} ∨ B = {q})g, por lo cual (B = {p}) g y B = {q} f
o (B = {p}) f y B = {q} g) de ((1); 10) dado que {p} = 6 {q} g,
por consiguiente (B = {p}) g o B = {q} g) . Pero de (B = {p})g se
tiene ξ ∈ {p} g, entonces (ξ = p)g, luego ξ 6= q g y también se sigue
ξ 6∈ {q} g, y de igual manera de B = {q} g se obtiene ξ 6∈ {p} g, por lo
tanto ξ 6∈ {q} g o ξ 6∈ {p} g , infiriéndose ∃ A ∈0 {p}, {q} | (ξ 6∈ A) g g,
por lo cual x ∈0 {p} ∪ {q} ∃ A ∈0 {p}, {q} | (x 6∈ A) g g, entonces ∀ x ∈0
{p} ∪ {q} | ∃ A ∈0 {p}, {q} | (x 6∈ A) g g g de ((61); 32), y con ((1.67); 63)
se concluye {p} ∩ {q} = ∅ g.
Teorema 1.3.13. Sean X 6= ∅ y C ∈ P P(X) \ {∅} .
C = {A} g ` (∪ C = A) g .
con ((1.10); 43) se concluye C = {A} g ` (∪ C = A)g.
(ξ ∈ X ∧ η ∈ X)g a ` (ξ, η) ∈ P P(X) g. (1.80)
(A = ∅ ∨ B = ∅)g a ` (A × B = ∅) g .
Demostración.– De ¬(A = ∅ ∨ B = ∅) g se tiene (A 6= ∅ ∧ B 6= ∅)g
debido a ((30); 18), entonces (A 6⊆ ∅)g y (B 6⊆ ∅)g de ((36); 21) y ((1.11);
43) con el corolario (1.3.1; 59) y ((1); 10), por lo cual ∃ a ∈0 A | (a 6∈ ∅) g g y
∃ b ∈0 B | (b 6∈ ∅) g g de ((1.3); 38), luego con (ω ∈ A)g y (θ ∈ B)g se sigue
(ω ∈ A ∪ B ∧ θ ∈ A ∪ B)g debido a ((1.18); 46) dado que A ∈ {A, B} ∧ B ∈
{A, B} g, entonces (ω, θ) ∈ P P(A ∪ B) g de ((1.80); 73), obteniéndose
(ω, θ) ∈ P P(A ∪ B) ∧ (ω ∈ A ∧ η ∈ B) g, por lo tanto (ω, θ) ∈ A × B g y
con ((1.61); 59) se concluye (A × B 6= ∅)g, entonces (A × B = ∅)g ` (A =
∅ ∨ B = ∅)g de ((47); 26).
Ahora de ¬(A × B = ∅) g se sigue ∃ η ∈0 A × B | (η = η)g del teorema (1.3.6;
63), y con (a, b) ∈ A×B g se tiene (a, b) ∈ P P(A∪ B) ∧ (a ∈ A ∧ b ∈ B) g
debido a ((1.6); 41) con ((57); 31), entonces (a ∈ A ∧ b ∈ B)g de ((36); 21), y
6 ∅)g y (B 6= ∅)g, por lo tanto
de ((1.61); 59) con ((36); 21) se obtiene (A =
¬(A = ∅) ∧ ¬(B = ∅) g, concluyéndose ¬(A = ∅ ∨ B = ∅) g debido a
((30); 18), luego (A = ∅ ∨ B = ∅)g ` (A × B = ∅)g debido a ((47); 26).
el atributo de ser relación en él, por ello no es apropiado asociarle este atributo
a un conjunto explı́cito de pares ordenados aislado.
Al considerar a dos conjuntos A y B , para R ∈ P(A × B) g se
dice que B es el contradominio de R , y se define a su dominio haciendo
DR ≡ a ∈0 A k ∃ b ∈0 B | (a, b) ∈ R g por lo cual (DR ⊆ A)g de ((1.8);
41), luego ∀ a ∈0 DR | (a ∈ A) g g, y de ((1.7); 41) se tiene ∀ a ∈0 DR | ∃ b ∈0
B | (a, b) ∈ R g g g, entonces de la proposición (0.4.2; 34) se obtiene
∀ a ∈0 DR | a ∈ A ∧ ∃ b ∈0 B | (a, b) ∈ R g g g (1.82)
y al conjunto RR ≡ b ∈0 B k ∃ a ∈0 DR | (a, b) ∈ R g se le denomina
alcance de la relación 32 llamando a sus elementos valores de la relación, luego
(RR ⊆ B)g de ((1.8); 41), y con un razonamiento análogo al anterior se sigue
∀ b ∈0 RR | b ∈ B ∧ ∃ a ∈0 DR | (a, b) ∈ R g g g (1.83)
l
y como ejercicio el lector puede demostrar que de A, B, C, D conjuntos, R ∈
P(A × B) g y Q ∈ P(C × D) g se tiene
(R suprayectiva)g a ` ∀ b ∈0 B | ∃ a ∈0 DR | (a, b) ∈ R g g g (1.85)
l
como lo puede verificar el lector, y se obtiene 33 ¬(R suprayectiva) g =
(R suprayectiva) f g de ((5); 13), luego del corolario (0.4.1; 35) con ((47);
26) y ((64); 33) se sigue
¬(R suprayectiva) g a ` ∃ b ∈0 B | ∀ a ∈0 DR | (a, b) 6∈ R g g g . (1.86)
32 Usualmente se le denomina rango, pero se reserva el término para otro concepto.
33 Es frecuente que cuando a un sı́mbolo se le asocia un atributo llevándo a ser un
sı́mbolo compuesto, como es el caso de R suprayectiva , se haga R no suprayectiva ≡
¬(R suprayectiva) , pero aquı́ se evita para eludir ambigüedades.
Obsérvese que con B ∈ P(D) g y R ∈ P(A × B) g y (R suprayectiva)g, de
los teoremas (1.4.3); 75) y (1.2.4; 53) se sigue R ∈ P(A × D) g, pero ahora
no necesariamente es suprayectiva; por lo que el atributo de ser suprayectiva
también está condicionado a la declaración inicial de pertenencia de la relación.
Esta pertenencia es explı́cita cuando se identifica a la relación con el axioma de
especificación, sin embargo podrı́a tratarse de una relación identificada con un
conjunto explı́cito, lo cual es frecuente en situaciones sencillas, y en tal caso la
pertenencia no serı́a evidente. Esta deficiencia trae consecuencias y se corrigen
al introducir el concepto de igualdad funcional.
Análogamente con R ∈ P(A×B) g se hace 34 (R inyectiva) g ! (a,
b) ∈0 R (ξ, b) ∈ R g (ξ = a) g , luego con R ∈ P(A × B) g se
tiene 35
(R inyectiva) ∧ (η, ω) ∈ R ∧ (φ, ω) ∈ R g ` (φ = η)g (1.87)
(R simetrica) ≡ ∀ (a, b) ∈0R | (b, a) ∈ R g.
(R transitiva) ≡ ∀ (a, b) & (b, c) ∈0R | (a, c) ∈ R g.
Simplificación notacional
Funciones
Arturo Fregoso 1
81
2.1 Generalidades Funciones
2.1. Generalidades
a ` ∀ a ∈ A | ∃! b ∈ B | (a, b) ∈ f (2.4)
A 6= ∅ ∧ B 6= ∅ ` B A 6= ∅ . (2.5)
41) se obtiene
f ∈ B A a ` f ∈ P(A × B) ∧ Df = A ∧ ∀ (a, b) ∈ f | ∀ c ∈ B \ {b} | (a, c) 6∈ f
(2.6)
una coinferencia fundamental en todo lo que sigue, que con ((2.4); 83) y ((2.2);
82) también puede expresarse en términos posiblemente más familiares para el
lector
“Es más fácil engañar a la gente, que convencerlos de que han sido
engañados”. 3
3 Samuel Langhorne Clemens, conocido por el seudónimo de Mark Twain (1835-1910), fue
un popular escritor, orador y humorista estadounidense.
(a, b) ∈ f ∧ (c, d) ∈ f ∧ b 6= d ` a 6= c . (2.8)
A 6= ∅ a ` f 6= ∅ (2.11)
además de ((60); 32) se infiere η ∈ B ∧ ∃ p ∈ A | (p, η) ∈ f, por lo cual
η ∈ Rf debido a ((1.6); 41), y con ((1.60); 59) se obtiene
A 6= ∅ ` Rf 6= ∅ . (2.12)
Df 6= A ` f 6∈ B A (2.14)
y también ¬ ∀ (a, b) ∈ f | ∀ c ∈ B \ {b} | (a, c) 6∈ f ` f 6∈ B A , pero como
de ∃ (a, b) ∈ f | ∃ c ∈ B \ {b} | (a, c) ∈ f se sigue ¬ ∀ (a, b) ∈ f | ∀ c ∈
B \ {b} | (a, c) 6∈ f debido al corolario (0.4.1; 35), entonces
pero ahora para g ∈ FX×Y resulta cómodo recurrir al sı́mbolo Dg sin explicitar
a dicho conjunto. Este planteamiento permite, entre otras muchas posibilidades,
hablar del cálculo diferencial en FR×R refiriendose al cálculo diferencial ele-
mental, conocido como cálculo diferencial de funciones reales de variable real.
además
†
∀ f ∈ FX×Y | ∃ A ∈ P(X) | ∃ B ∈ P(Y ) | f ∈ B A . (2.19)
7 De ahı́ que se vean obligados a incorporar las “funciones” multivaluadas (véase ejemplo
1 de la pág. 94).
I∅ suprayectiva . (2.20)
Otro ejemplo relacionado al anterior, que puede parecer una exquisitez matemá-
tica, se identifica con B ∈ P(A), pues se hace iB ≡ (b, a) ∈ B × A k b = a
que también es función y tradicionalmente se le conoce como función in-
clusión de B en A, teniéndose iB ∈ AB y claramente iB ⊆ IA . En este
contexto, el planteamiento de una función inclusión requiere de la explı́cita
declaración del contradominio, pues al no hacerlo, se corre el peligro de inter-
pretarlo como el universo de la discusión, el cual no existe como se demuestra
en la paradoja de Russell (véase pág. 42). Por ello posteriormente se modifica su
presentación (véase pág. 112), aprovechando los recursos funcionales que pau-
latinamente serán desarrollados. Generalmente la aplicación de esta función, es
brindar afinidad entre las funciones que participan en una expresión, utilizan-
do la conjugación de funciones llamada composición (que aquı́ se le denomina
bola), notada con ◦, que después será definida (véase ((2.25); 105)).
1. Con f ≡ (a, b) ∈ R × R k a · b = 1 y para ξ ∈ R se tiene ξ · 0 = 0 del
teorema (3.3.2; 149) y ((62); 33), luego 0·ξ 6= 1 de (P1) ya que 0 6= 1 del
teorema (3.3.1; 149) con (0, ξ) ∈ R × R debido al teorema (1.4.1; 74), por
lo cual (0, ξ) ∈ R×R ∧ 0·ξ = 1 f de ((1); 10), entonces (0, ξ) 6∈ f debido
a ((1.6); 41) con ((47); 26) y ((1.9); 41), obteniéndose ∀ b ∈ R | (0, b) 6∈ f
de ((61); 32), por consiguiente 0 ∈ R ∧ ∃ b ∈ R | (0, b) ∈ f f de ((64);
33) y ((1); 10), entonces 0 6∈ Df debido a ((1.9); 41), luego Df 6= R y se
concluye f 6∈ RR de ((2.14); 89) pues f ∈ P(R × R) .
2. De manera similar para g ≡ (a, b) ∈ R × R | b · b = a se tiene g 6∈ RR
l
como puede verificarlo el lector.
3. Para < ∈ P(R × R), el orden de R, se tiene (0, 1) ∈ < debido a ((3.15);
158), luego (0 + 1, 1 + 1) ∈ < del axioma (O3), por lo cual (1, 1 +
1) ∈ < de (S3), y con (O2) se sigue (0, 1 + 1) ∈ < , además 1 + 1 ∈
R \ {1} ya que 1 6= 1 + 1 del axioma (O1), obteniéndose (0, 1) ∈ <
∧ ∃ c ∈ R \ {1} | (1, c) ∈ < de ((60); 32), entonces ∃ (a, b) ∈ < |∃c ∈
R \ {b} | (a, c) ∈< de ((60); 32), y con ((2.15); 89) se concluye < 6∈ RR .
ξ ∈ A ∩ C ` [f](ξ) ∈ f id (C) .
f ii (B) = A ∧ f id (A) = Rf .
De ((2.20); 93) y como consecuencia inmediata del teorema previo con ((1.3.1);
59) se sigue I∅ biyectiva , entonces para A conjunto se obtiene
IA biyectiva . (2.23)
p ∈ ∩ Rf a ` ∀ j ∈ J | p ∈ [f](j) .
Entonces p 6∈ ∩ Rf ∧ p 6∈ ∪ Rf ` ¬ ∀ j ∈ J | p ∈ [f](j) y p 6∈ ∩ Rf ∧ p ∈
∪ Rf ` ¬ ∀ j ∈ J | p ∈ [f](j) , por lo cual p 6∈ ∩ Rf ` ¬ ∀ j ∈ J | p ∈ [f](j)
debido a ((53); 28), y de ((47); 26) se concluye ∀ j ∈ J | p ∈ [f](j) ` p ∈ ∩ Rf .
debido a ((1.18); 46), por lo cual ∀ b ∈ f id f ii (C) | b ∈ Rf ∪ C de ((61);
32), entonces f id f ii (C) ⊆ Rf ∩ C .
Rf ⊆ C ` f ii (C) = A .
f ii (∅) = ∅ y f id (∅) = ∅ .
Demostración.– Dado que f ii (∅) = a ∈ A k ∃ b ∈ ∅ | (a, b) ∈ f para ξ ∈ A
y (ξ, η) ∈ f se sigue η ∈ B , luego (η ∈ ∅)f de ((1.60); 59), por lo cual η ∈
∅ ` (ξ, η) 6∈ f debido a ((47); 26), entonces ∀ b ∈ ∅ | (ξ, b) 6∈ f de ((61); 32),
y también ∀ a ∈ A | ∀ b ∈ ∅ | (a, b) 6∈ f nuevamente de ((61); 32), por lo tanto
¬ ∃ a ∈ A | ∃ b ∈ ∅ | (a, b) ∈ f debido a ((64); 33), y con el teorema (1.3.2; 60) y
((47); 26) se concluye f ii (∅) = ∅. La otra demostración es similar y se deja al
l
lector como ejercicio.
1) C ∩ A = ∅ ` f id (C) = ∅ 2) C ∩ Rf = ∅ ` f ii (C) = ∅
p 6= q ` f ii {p} ∩ f ii {q} = ∅ .
f ii (D \ C) = f ii (D) \ f ii (C) .
Pero del teorema (2.3.9; 102) también se tiene f ii ((D \ C) ⊆ f ii (D) dado
que D \ C ⊆ D de ((1.24); 48), entonces ξ ∈ f ii (D) debido a ((62); 33),
concluyéndose ξ ∈ f ii (D) \ f ii (C) de ((1.26); 48) con ((47); 26), por lo tanto
∀ p ∈ f ii (D \ C) | p ∈ f ii (D) \ f ii (C) de ((61); 32), obteniéndose f ii (D \ C) ⊆
l
f ii (D) \ f ii (C) . La demostración faltante se deja al lector como ejercicio.
c
∀ C ∈ P(Y ) | f ii (C c ) = f ii (C) .
En efecto, para f ∈ B A y q ∈ B , se dice que f ii {q} es la ecuación asociada 11
a f para q , y a sus elementos se les llama soluciones de la ecuación. Nótese
que de p ∈ f ii {q} se tiene p ∈ A ∧ ∃ ξ ∈ {q} | (p, ξ) ∈ f debido a ((1.6); 41), y
con η ∈ {q} ∧ (p, η) ∈ f se sigue (p, q) ∈ f , por lo cual [f](p) = q, en donde la
igualdad tiene sentido por la condición enunciada para p , aún cuando se des-
conozca p . La identificación de p depende de la función f y el q propuesto, lo
cual esta ı́ntimamente vinculado a la condición de especificación de f , y podrı́a
llevar a un problema algebraico. En la presentación tradicional de ecuación se
ignora este planteamiento funcional, pues simplemente a la igualdad [f](p) = q
la llaman ecuación, y aceptan de manera subliminal e inmediata la intención de
determinar p para el q propuesto sólo por enunciar la igualdad, algo aprendido
más no comprendido, aún cuando esta sea tentativa. . . pues puede suceder que
f ii {q} = ∅ , resultando falsa la igualdad.
f dg ≡ (p, q) ∈ (A ∪ C) \ (A ∩ C) × (B ∪ D) k (p, q) ∈ f ∪ g (2.24)
haciendo
1
g ◦ f ≡ (a, h) ∈ (A ∩ D) × E B k h = [g](a) ◦ [f](a) (2.26)
1 1
obteniéndose g ◦ f ∈ (E B )A∩D y ∀ a ∈ A ∩ D | [g ◦ f](a) = [g](a) ◦ [f](a) .
F G
Para f ∈ (C B )A y g ∈ (E C )D se identifica g triple bola f
haciendo
2 1
g ◦ f ≡ (a, h) ∈ (F ∩ G) × (E B )A∩D k h = [g](a) ◦ [f](a) (2.27)
2 F ∩G 2 1
luego g ◦ f ∈ (E B )A∩D y ∀ a ∈ F ∩ G | g ◦ f (a) = [g](a) ◦ [f](a) .
F H G I
Para f ∈ (C B )A y g∈ (E C )D se identifica g tetra bola
f haciendo
3 F ∩G 2
g ◦ f ≡ (a, h) ∈ (H ∩ I) × (E B )A∩D k h = [g](a) ◦ [f](a) (2.28)
3 F ∩G 3 2
luego g ◦ f ∈ (E B )A∩D y ∀ a ∈ H ∩ I | g ◦ f (a) = [g](a) ◦ [f](a) .
(f ◦ g) ◦ h = f ◦ (g ◦ h) (2.32)
1 1
(f ◦ g) ◦ h = (f ◦ h) ◦ (g ◦ h) (2.33)
1 1
(f ◦ g) ◦ h = f ◦ (g ◦ h) (2.34)
2 2
(f ◦ g) ◦ h = (f ◦ h) ◦ (g ◦ h) (2.35)
(f 4 g) ◦ h = (f ◦ h) 4 (g ◦ h) (2.36)
1 1
(f 4 g) ◦ h = (f ◦ h) 4 (g ◦ h) (2.37)
1 1 1 1
(f ◦ g) ◦ h = f ◦ (g ◦ h) (2.38)
1 1 1 1 1
(f 4 g) ◦ h = (f ◦ h) 4 (g ◦ h) (2.39)
2 1 1 2 1
(f ◦ g) ◦ h = (f ◦ h) ◦ (g ◦ h) (2.40)
1
(f ◦ g) 4 h = f 4 (g 4 h) (2.41)
1
(f 4 g) 4 h = (f 4 h) 4 (g 4 h) (2.42)
2 1
(f ◦ g) 4 h = (f 4 h) ◦ (g 4 h) (2.43)
2 1
(f 4 g) 4 h = (f 4 h) 4 (g 4 h) (2.44)
l
dejando al lector la demostración de los comportamientos enunciados, pero
como ejemplo se plantea a la siguiente proposición y se complementa el tema
considerando la imagen directa e inversa para la composición de dos funciones
que participa en algunas de las conjugaciones enunciadas.
(f d g) ◦ h = (f ◦ h) d (g ◦ h) y f ◦ (g d h) = (f ◦ g) d (f ◦ h) .
Demostración.– Dado que (f ◦ h) d (g ◦ h) ∈ (B ∪ D)M ∧ (f d g)◦ h ∈ (B ∪
D)M en donde M ≡ hii (A ∪ C) \ hii (A ∩ C) debido a ((2.24); 105) con ((2.25);
105) y el teorema (2.3.10; 103), de ξ ∈ M se sigue ξ ∈ hii(A) ∪ hii (C) ∧ ξ 6∈
hii (A) ∩ hii (C) debido a ((1.24); 48), ((1.25); 48) con ((47); 26) y el teorema
(2.3.9); 102), luego ξ ∈ hii (A) ∨ ξ ∈ hii (C) ∧ ¬ ξ ∈ hii (A) ∧ ξ ∈ hii (C) de
((1.21); 47) y ((1.33); 50) con ((47); 26), por lo cual se tiene ξ ∈ hii(A) y ξ 6∈
hii (C) o ξ ∈ hii (C) y ξ 6∈ hii(A) debido a ((12); 16) y ((1); 10) presentándose
dos casos:
De ξ ∈ hii(A) y ξ 6∈ hii (C) se infiere [h](ξ) ∈ A , luego [(f d g) ◦ h](ξ) =
f [h](ξ) y también (f ◦ h) d (g ◦ h) (ξ) = f [h](ξ) , obteniéndose
[(f d g) ◦ h](ξ) = (f ◦ h) d (g ◦ h) (ξ) .
De ξ ∈ hii (C) y ξ 6∈ hii (A) se sigue [h](ξ) ∈ C , por lo cual [(f d g) ◦
h](ξ) = g [h](ξ) y (f ◦ h) d (g ◦ h) (ξ) = g [h](ξ) , luego [(f d g) ◦
h](ξ) = (f ◦ h) d (g ◦ h) (ξ) .
Entonces ∀ p ∈ M | (f d g) ◦ h (p) = (f ◦ h) d (g ◦ h) (p) de ((61); 32) y de
((2.16); 90) se concluye (f d g) ◦ h = (f ◦ h) d (g ◦ h) .
Demostración.– Para ξ ∈ gid f id (E) se sigue ξ ∈ D y ∃ c ∈ f id (E) | (c, ξ) ∈ g
debido a ((1.6); 41), y con η ∈ f id (E) y (η, ξ) ∈ g también se obtiene η ∈ B
y ∃ b ∈ E | (b, η) ∈ f nuevamente de ((1.6); 41), luego con ω ∈ E y (ω, η) ∈ f
se tiene [f](ω), ξ ∈ g, por lo cual (ω, ξ) ∈ g ◦ f de ((2.25); 105), entonces
∃ e ∈ E | (e, ξ) ∈ g ◦ f debido a ((60); 32) y se sigue ξ ∈ (g ◦ f)id (E), por lo
tanto ∀ d ∈ gid f id (E) | d ∈ (g ◦ f)id (E) debido a ((61); 32), concluyéndose
gid f id (E) ⊆ (g ◦ f)id (E) .
105), por lo cual [f](ω) ∈ B y ∃ b ∈ E | b, [f](ω) ∈ f debido a ((60); 32), luego
[f](ω) ∈ f id (E) también de ((1.6); 41), entonces ξ ∈ D y ∃ θ ∈ f id (E) | (θ, ξ) ∈ g
de ((60); 32), por lo tanto ξ ∈ gid f id (E) otra vez de ((1.6); 41), y con ((61);
32) se sigue ∀ d ∈ (g ◦ f)id (E) | d ∈ gid f id (E) , obteniéndose (g ◦ f)id (E) ⊆
gid f id (E) , y de ((1.10); 43) se concluye (g ◦ f)id (E) = gid f id (E) . El otro
l
enunciado se deja al lector como ejercicio.
El uso de sı́mbolos como conexiones entre dos funciones es frecuente, sin que den
lugar a conjugaciones de funciones y se debe estar atento a ello. Por ejemplo, el
orden de los reales permite introducir a los sı́mbolos < y ≤ como conexiones
entre dos funciones, pues con f ∈ RA ∧ g ∈ RB se hace f < g cuando ∀ a ∈
A ∩ B | [f](a) < [g](a) , y f ≤ g cuando ∀ a ∈ A ∩ B | [f](a) ≤ [g](a). Conviene
observar, que al combinar estos conectivos con un par de funciones, sólo se
expresa un comportamiento de las funciones, sin identificar otra función, por
lo que no constituyen otras conjugaciones de funciones.
A ∩ B 6= ∅ ` ∅ 6= IB ◦ IA ∧ IB ◦ IA ∈ B A∩B (2.46)
c
Rf ⊆ C ` IC ◦ f ∈ C A ∧ IC ◦ f = f .
ii
Demostración.– Para (ξ, η) ∈ IC ◦ f se tiene ξ ∈ f ii (C) pues IC ◦ f ∈ C f (C)
η = [IC ◦ f](ξ) = IC ] [f](ξ) se obtiene η = [f](ξ), por lo cual (ξ, η) ∈ f,
entonces ∀ (p, q) ∈ IC ◦ f | (p, q) ∈ f debido a ((61); 32) y se sigue IC ◦ f ⊆ f.
Ahora, con (ξ, η) ∈ f se sigue η ∈ B y ∃ q ∈ B | (q, η) ∈ f de ((60); 32),
luego η ∈ Rf debido a ((1.6); 41), por lo cual η ∈ C de ((62); 33), entonces
(ξ, η) ∈ IC ◦ f, obteniéndose ∀ (p, q) ∈ f | (p, q) ∈ IC ◦ f de ((61); 32), por
c
consiguiente f ⊆ IC ◦ f concluyéndose f = IC ◦ f de ((1.10); 43), por lo tanto
Df = DIC ◦f debido a ((1.84); 77), en donde Df = A y DIC ◦f = f ii (C), por
lo tanto IC ◦ f ∈ C A.
f ∈ CA ∧ g ∈ CB (f ◦ ID = g ◦ IE ` A ∩ D = B ∩ E) . (2.47)
f ∈ CA ∧ g ∈ CB (f ◦ IB = g ` B ⊆ A) . (2.49)
De f ◦ ID = g ◦ ID ∧ B ⊆ D se sigue g ◦ ID = g pues B ∩ D = B
debido a ((1.34); 50), entonces A ∩ D = B de ((2.25); 105), por lo cual
f ◦ ID = f ◦ IB y se infiere f ◦ IB = g, luego
f ∈ CA ∧ g ∈ CB f ◦ ID = g ◦ ID ∧ B ⊆ D ` f ◦ IB = g) . (2.50)
f inyectiva ` f id (C \ D) ∩ f id (D) = ∅ .
pues g ◦ IRf ⊆ g, por lo tanto ξ = g [f](λ) con (λ, ξ) ∈ f ii (C) × D, luego
(λ, ξ) ∈ g ◦ f de ((2.25); 105), entonces ∃ a ∈ f ii (C) | (a, d) ∈ g ◦ f debido a
((60); 32), y de ((61); 32) se tiene ∀ d ∈ D | ∃ a ∈ f ii (C) | (a, d) ∈ g ◦ f, luego con
((1.85); 77) se concluye g ◦ f suprayectiva.
(f invertible) ≡ ∃ g ∈ AB | (f ◦ g = IB ∧ g ◦ f = IA ) y se conviene
en hacer 14 f inv ≡ g a la cual se le llama función inversa de f .
f ◦ g = IB ∧ h ◦ f = IA ` g = h .
f biyectiva a ` f invertible .
IA = IA inv .
∃ g ∈ AB | f ◦ g = IB ` ∀ p ∈ Rf | [g](p) ∈ f ii {p}} (2.52)
situación cambia cuando los sı́mbolos incompletos se combinan con otras fun-
ciones utilizando conjugaciones de funciones, pues la naturaleza de las funciones
y las caracterı́sticas de las conjugaciones establecen los contextos propios de la
discusión, permitiendo la identificación de las funciones contextuales asociadas.
∀ a ∈ A | f ◦ I{a} = [f](a) ◦ I{a} . (2.53)
c
dfe = dfe (2.54)
c
dfe ◦ g = dfe (2.55)
c
bfc ◦ g = bf ◦ gc (2.56)
c
f ◦ dge = [f](g) (2.57)
1 c
bfc ◦ g = bfc (2.58)
1 c
f ◦ bgc = bf 4 gc (2.59)
1 c
dfe ◦ dge = df ◦ ge (2.60)
1 c
dfe ◦ bgc = bf ◦ gc (2.61)
c
dfe 4 g = f ◦ g (2.62)
c
dfe 4 dge = [f](g) (2.63)
c
bfc 4 g = f ◦ IDg (2.64)
c
bfc 4 dge = f (2.65)
1 c 1
bfc 4 dge = f ◦ dge (2.66)
2 c 1
bfc ◦ bgc = bf ◦ gc (2.67)
2 c 1
bfc ◦ dge = f ◦ dge (2.68)
1 c 1
(f ◦ h) ◦ (g ◦ h) = df ◦ ge 4 h (2.69)
c 1
f ◦ (g 4 h) = dfe ◦ g 4 h (2.70)
c
(f 4 g) ◦ h = (f ◦ h) 4 (g ◦ h) (2.71)
1 c 1
(f 4g) ◦ h = (f ◦ h) 4 (g ◦ h) (2.72)
1 c
dfe 4 bgc 4 dhe = [f](h) ◦ g (2.73)
las cuales están aisladas de un contexto, por lo que para que se presente la
igualdad funcional se deben considerar dominios y contradominios iguales con
restricciónes izquierdas ô derechas apropiadas al contexto de la discusión. Por
C E
ejemplo, con f ∈ B A se sigue dfe ∈ (B A )D y dfe ∈ (B A )G en donde
en principio el contexto identifica a los conjuntos C, D, E, G , y cuando se tiene
C = E ∧ D = G de ((2.54); 124) con ((2.16); 90) se infiere dfe = dfe .
Para h ∈ C B y g ∈ F E se hace h × g ≡ (b, c) ∈ (B ∩ E) ×(C × F ) k
c = [h](b), [g](b) a quien se le llama h cruz g , luego h × g ∈
(C × F )B∩E y con b ∈ B ∩ E se tiene [h × g](b) = [h](b), [g](b) .
A D
De h ∈ C B y g∈ FEse hace h ⊗ g ≡ (a, ξ) ∈ (A ∩ D) × (C×
F )B∩E k ξ = [h](a) ×[g](a) llamándola h bola cruz g , teniéndose
h ⊗ g ∈ (C × F )B∩E )A∩D y [h ⊗ g](a) = [h](a) × [g](a) para a ∈ A ∩ D .
(f × g) ◦ h = (f ◦ h) × (g ◦ h) (2.74)
1 1 1
(f ⊗ g) ◦ h = (f ◦ h) ⊗ (g ◦ h) (2.75)
(f ⊗ g) 4 h = (f 4 h) × (g 4 h) . (2.76)
1
Ahora para f ∈ C A×B se hace φ ≡ dfe ◦ bIA c ⊗ dIB e y con φ ∈
(C B )A se establece el vı́nculo buscado entre C (A×B) y (C B )A , ya que para a ∈
A se tiene [φ](a) = f ◦ dae×IB con [φ](a) ∈ C B , y de b ∈ B se sigue φ 4 dbe =
1
f ◦ IA ×dbe y φ 4 dbe ∈ C A , pues dfe ◦ bIA c⊗dIB e 4 dbe = dfe 4 bIA c⊗
dIB e 4 dbe debido a ((2.41); 108) y dfe 4 bIA c ⊗ dIB e 4 dbe = dfe 4
bIA c 4 dbe × dIB e 4 dbe de ((2.76); 126) en donde bIA c 4 dbe = IA y
dIB e 4 dbe = dbe de ((2.65); 125) y ((2.63); 124) respectivamente, por lo cual
dfe 4 bIA c 4 dbe × dIB e 4 dbe = f ◦ IA ×dbe debido a ((2.62); 124). Para
conciliar este desarrollo con la tradición se hace fa ≡ [φ](a) y f b ≡ φ 4 dbe ,
luego fa = f ◦ dae × IB y f b = f ◦ IA × dbe , pero ahı́ son enunciadas
como ”evaluaciones parciales” que asignan los subı́ndices o los superı́ndices,
declarándolos explı́citamente como fijos (constantes) pero con capacidad de
variar. . . y a los sı́mbolos con esta propiedad los llaman parámetros, un
planteamiento innecesariamente ambiguo que da lugar a las llamadas fun-
2
ciones paramétricas de f. Desde luego, con ω ≡ bIC A×B c ◦ bIA c ⊗ dIB e ∈
A (C A×B )
(C B se generaliza este proceder, pues para f ∈ C A×B se sigue
A×B
[ω](f) = φ, y con a ∈ A se tiene que ω 4 dae ∈ (C B )(C )
identifica la
que podrı́a ser llamada función generadora de funciones paramétricas para a,
mostrandose la versatilidad y capacidad descriptiva de las conjugaciones intro-
ducidas.
F ∈ P(X)J ∧ G ∈ P(X)J ∧ (∅ 6∈ RF ∧ ∅ 6∈ RG)
(ΠF = ΠG ` F = G) . (2.77)
H Usualmente para una familia Xj k j ∈ J se adopta la notación
×j∈J Xj para su producto cartesiano generalizado, y lo definen
(sic) con la condición q ∈ ×j∈J Xj si ∀ j ∈ J | qj ∈ Xj , utilizando
a los subı́ndices para identificar los términos de la familia y las
componetes de los elementos del producto cartesiano. . . omitiendo
todo vı́nculo explı́cito con el concepto de función, impidiendo con
ello hacer explicı́ta la naturaleza de q y ×j∈J Xj . Esto se hace evi-
dente al reestructurar su condición con ((1.6); 41), pues se tendrı́a
q ∈? ∧ ∀ j ∈ J | qj ∈ Xj ` q ∈ ×j∈J Xj en donde ×j∈J Xj = ? . N
α = G pues RG ⊆ Y .
17 c
Al hacer G ≡ (1, A), (2, B) se sigue G = F pero es impropio concluir G ∈ P (A∪B)2
˘ ¯
1
P ΠF = dIX J ◦ IΠF e 4 bIJ c (2.78)
20
“Intenta reflexionar algo sobre todo y todo sobre algo.”
Números reales
George Berkeley 1
3.1. Introducción
1 George Berkeley (1685-1753), filósofo irlandés cuyo principal logro fue el desarrollo de la
filosofı́a conocida como idealismo subjetivo, resumido en la frase esse est percipi (ser es ser
percibido).
135
3.1 Introducción Números reales
naturales 4 :
1∈N
∀ n∈N |n + 1∈N
Axiomas de Peano
∀ n ∈ N | 1 6= n + 1
(m ∈ N ∧ n ∈ N) ∧ m + 1 = n + 1 m=n
(3.1)
5
Con N se identifican a los números enteros haciendo Z ≡ A ∈
P(N) k A conjunto unitario ∪ {∅} ∪ N en donde para n ∈ N
se conviene en −n ≡ {n} y 0 ≡ ∅, y es claro que N ⊂ Z. La
“extensión”de Z a los números racionales Q se plantea con la
relación R ≡ (a, b), (c, d) ∈ (Z × N) × (Z × N) k a ·Z b = c ·Z d
y haciendo Q ≡ [ ]R , por lo cual Q ⊆ P(Z × N) , y con Z0 ≡
(q, n) R ∈ Q k n = 1 se sigue r ∈ Q ∧ (q, n) ∈ r a ` r =
(q, n) R y Z0 ≈ Z , teniéndose Z0 ⊂ Q por lo que se dice Z ⊂ Q ,
aún cuando sea estrictamente inapropiado.
Para introducir a los números reales R , con q ∈ Q se hace <Q q ≡
p ∈ Q k p <Q q , y se identifican con 6 R ≡ α ∈ P(Q) \ {∅} k ∀ q ∈
α | <Q q ⊂ α ∧ q ∈ Q k α ⊂ <Q q ∩ α = ∅ . Dado que con
Q0 ≡ α ∈ R k ∃ q ∈ Q | α = <Q q se sigue Q0 ≈ Q y Q0 ⊂ R , se
dice que Q ⊆ R lo cual tampoco es del todo correcto.
Finalmente, los números irracionales se incorporan simplemente
con I ≡ R \ Q0 , por lo cual R = Q0 ∪ I y se puede verificar
√
π, e, 2 ⊂ I , cuyos elementos son los números irracionales más
conocidos. La complejidad del procedimiento es evidente, aún cuan-
(O1) ∀ a & b ∈ R | (a < b) g y (a = b) f y (b < a) f o (a < b) f y (a =
b) g y (b < a) f o (a < b) f y (a = b) f y (b < a) g . (Tricotomı́a) 11
(O2) (a ∈ R ∧ b ∈ R) ∧ c ∈ R ∧ (a < b ∧ b < c) a < c . (Transitividad)
Al hacer ≤ ≡ (a, b) ∈ R × R k (b, a) 6∈ < y p ≤ q ≡ (p, q) ∈ ≤ se
identifican otros subconjuntos de R muy útiles, pues con a ≤ b se hace
(a; b) ≡ c ∈ R k a < c ∧ c < b , [a; b] ≡ (a; b) ∪ {a, b}, [a; b) ≡
(a, b) ∪ {a}, (a; b] ≡ (a; b) ∪ {b}, a quienes respectivamente se les llama
intervalo abierto, intervalo cerrado e intervalos semiabiertos, y
en estos términos, para A ∈ P(R) se hace (A intervalo) ≡ ∃ (p, q) ∈ ≤
| A = (p; q) o A = [p; q] o A = [p; q) o A = (p; q] .
1. Para A ∈ P(R) \ {∅} se hace As ≡ q ∈ R k ∀ a ∈ A | a ≤ q y
en los términos tradicionales de presentar una definición, cuando
As 6= ∅ se dice que A es un conjunto acotado superiormente
asignándole un atributo al conjunto A , y a los elementos de As se
les llama cotas superiores de A. Sin embargo para lograr afinidad
con la lógica lo conveniente es hacer 13 (A acotado superiormenete) ≡
(As 6= ∅) identificando a la proposición hA acotado superiormenetei ,
y de ello se sigue (As 6= ∅)g a ` (A acotado superiormenete)g.
13 A pesar de esto, en este libro se emplean ambas presentaciones para una definición.
η ∈ S A , entonces
η ∈ As ∩ A ` η ∈ S A . (3.5)
A A
3. De A ∈ P(R) \ {∅} ∧ S 6= ∅ se infiere S unitario, pues del teorema
(1.3.6; 63) y con θ ∈ S A ∧ θ = θ se tiene θ ∈ As ∧ ∀ p ∈ As | θ ≤ p
debido a ((1.6); 41), luego de ξ ∈ S A y (62); 33) se sigue θ ≤ ξ
ya que S A ⊆ As debido a ((1.8); 41), pero también se tiene ξ ≤ θ
nuevamente de ((1.6); 41) y (62); 33) pues ξ ∈ S A ∧ θ ∈ As , por lo
cual ξ ≤ θ y θ ≤ ξ , luego (θ < ξ)f y (ξ < θ)f y de (O1) se
infiere η = ξ , entonces de la proposición (1.3.2; 70) se concluye S A
unitario pues S A 6= ∅. Debido a esto, se dice que un conjunto A
tiene supremo cuando A ∈ P(R) \ {∅} ∧ As 6= ∅, y se conviene en
representar al elemento de S A con sup(A) llamándolo supremo
de A , luego
A ∈ P(R) \ {∅} ∧ S A 6= ∅ ` S A unitario ∧ S A = sup(A) (3.6)
de la proposición (1.3.1; 69), y como sup(A) ∈ As ∧ ∀ p ∈ As | sup(A) ≤
p de ((1.6); 41), se infiere sup(A) ∈ R y ∀ a ∈ A | a ≤ sup(A) nue-
vamente de ((1.6); 41), entonces
S A unitario ` ∀ p ∈ As | sup(A) ≤ p ∧ ∀ a ∈ A | a ≤ sup(A) .
(3.7)
Este planteamiento (cualidad conjunto unitario asignación
de sı́mbolo al elemento) se presenta con mucha frecuencia en la
matemática, aunque usualmente no se trata como aquı́, general-
mente debido a equı́vocos conceptuales asociados al cuantificador
existencial con unicidad (véase ((2.2); 82) y la pertenencia impropia
inherente.
Del razonamiento anterior se puede decir que este axioma plantea las
condiciones suficientes para que un subconjunto de R tenga supremo y
Ai 6= ∅ ` I A 6= ∅ .
l
Demostración.– Se deja al lector, para ello se sugiere utilizar (S) con {p ∈
R k ∃ a ∈ A | a = −p}.
As 6= ∅ ` ∀ η ∈ R+ | ∃ a ∈ A | sup(A) − a < η .
Demostración.– De ((3.8); 145) se sigue S A = sup(A) en donde S A ⊆ R
de ((1.8); 41) con ((1.4); 38), pues S A ⊆ As y As ⊆ R, luego para ξ ∈ R+
se tiene sup(A) − ξ ∈ R y sup(A) − ξ < sup(A), ya que 0 < ξ por lo cual
(sup(A)−ξ)+0 < (sup(A)−ξ)+ξ debido a (O3), en donde (sup(A)−ξ)+0 =
Ai 6= ∅ ` ∀ η ∈ R+ | ∃ a ∈ A | a − inf(A) < η .
2. {ξ ∈ A k ∀ a ∈ A | a ∗ ξ = ξ ∗ a = a} unitario.
3. a ∈ A ` {b ∈ A k a ∗ b = b ∗ a = I} unitario, en donde
{I} ≡ {ξ ∈ A k ∀ a ∈ A | a ∗ ξ = ξ ∗ a = a} .
en donde erroneamente se enseña y piensa que las igualdades se dan, por ser
válido “pasar” un “término” al otro “miembro” y “cancelar”, cuando en re-
alidad provienen de (S4) y (P4) y de la identificación de las funciones · y
+ con el reconocimiento pleno de las propiedades de una función. También se
tienen las “reglas de adición” para la suma y el producto
1) 1 6= 0 2) 1 = 1−1 3) 0 = −0 .
Demostración.–
Teorema 3.3.2.
∀ a∈R |a · 0 = 0 .
Corolario 3.3.1.
a∈R |0 · a = 1 .
∃
Teorema 3.3.3.
a = 0 ∨ b = 0 a` a · b = 0.
0) o (a 6= 0 y b = 0) se obtiene a· b = 0, por lo tanto a = 0 ∨ b = 0 ` a· b = 0
debido a ((1); 10).
a · b 6= 0 ` a 6= 0 ∧ b 6= 0 .
Corolario 3.3.3.
a ∈ R \ {0} ` a−1 ∈ R \ {0} .
(a < 0 ∧ 0 < b)f también de ((50); 27), luego se tiene 0 < a · b (0 < a y 0 <
b) o (a < 0 y b < 0) con (0 < a y 0 < b) o (a < 0 y b < 0) 0 < a ∨0 b < 0
debido a ((1); 10), entonces 0 < a · b ` 0 < a ∨0 b < 0 .
Teorema 3.3.6.
∀ a ∈ R \ {0} | a = (a−1 )−1 .
Teorema 3.3.7.
a ∈ R ∧ b ∈ R \ {0} ∧ c ∈ R \ {0} ∧ d ∈ R \ {0} ` (a/b) (c/d) = (a·d) (b·c) .
Demostración.– Del corolario (3.3.3; 151) se tiene b−1 , c−1 , d−1 ∈ R \ {0},
por lo cual (c · d−1 )−1 = c−1 · (d−1 )−1 y (b · c)−1 = b−1 · c−1 debido al
teorema (3.3.3; 150), además (c · d−1 )−1 = c−1 · d del teorema (3.3.6; 152),
luego (a · b−1 ) · (c · d−1 )−1 = (a · b−1 ) · (c−1 · d) en donde (a · b−1 ) · (c−1 · d) =
a· (b−1 ·(c−1 ·d) con a· (b−1 ·(c−1 ·d) = a· (b−1 ·c−1)·d y a· (b−1 ·c−1 )·d =
a · d · (b−1 · c−1 ) en donde a · d · (b−1 · c−1 ) = (a · d) · (b−1 · c−1 ) , entonces
(a · b−1 ) · (c · d−1 )−1 = (a · d) · (b · c)−1 con (a · b−1 ) · (c · d−1 )−1 = (a/b) (c/d)
y (a · d) · (b · c)−1 (a · d)/(b · c) .
1) a = a−1 ` a = 1 . 2) a = −a ` a = 0 .
Demostración.–
Teorema 3.3.9.
∀ a ∈ R | − a = −1 · a .
Teorema 3.3.10.
Teorema 3.3.11.
∀ a ∈ R | − (−a) = a .
Corolario 3.3.4.
∀ a & b ∈ R | − a · −b = a · b .
17
Teorema 3.3.12.
(a ∈ R ∧ c ∈ R) ∧ b ∈ R \ {0} ∧ d ∈ R \ {0}
` (a /b) + (c /d) = (a · d) + (b · c) (b · d) .
a + b 6= 0 ` (a = 0 ∧ b = 0) f .
17 Frecuentemente se asocia con números enteros, por lo que se le conoce como la “regla
de la suma de fracciones”.
Demostración.– De ¬ ¬(a = 0 ∧ b = 0) se sigue a = 0 ∧ b = 0 debido a
((5; 13), luego a + b = 0 en donde (a + b = 0) = ¬(a + b = 6 0) , por lo cual
¬ ¬(a = 0 ∧ b = 0) ` ¬(a + b 6= 0) , entonces a + b 6= 0 ` ¬(a = 0 ∧ b = 0)
de ((47); 26) con ¬(a = 0 ∧ b = 0) = (a = 0 ∧ b = 0)f de ((5; 13).
a · a = b · b a ` a = b ∨ a = −b .
b ∈ R− ` a + b < a .
∀ a ∈ R | ∀ b ∈ R+ | a < a + b (3.12)
∀ a∈ R |a < a + 1 (3.13)
(a ∈ R ∧ b ∈ R) (a = b ` a 6= b + 1) . (3.14)
a < b ` −b < −a .
Teorema 3.3.17.
1) ∀ c ∈ R+ | − c ∈ R− 2) ∀ c ∈ R− | − c ∈ R+.
Ahora, para ξ ∈ R− se tiene −0 < −ξ del teorema (3.3.16; 156), luego 0 < −ξ
del teorema (3.3.1; 149), por lo cual −ξ ∈ R+, concluyéndose ∀ c ∈ R− | −c ∈ R+
de ((61); 32).
c ∈ R+ ∧ a = b + c ` b < a .
c ∈ R− ∧ a < b ` b · c < a · c .
Teorema 3.3.20.
∀ a ∈ R \ {0} | (a · a) ∈ R+ .
Teorema 3.3.21.
∀ b ∈ R− | b < a ` 0 ≤ a .
18 Se hace 2 ≡ 1 + 1.
19
Teorema 3.3.24. Sean a ∈ R ∧ b ∈ R .
[1) a ∈ R+ ∧ b ∈ R+ ` a · b ∈ R+ 2) a ∈ R− ∧ b ∈ R− ` a · b ∈ R+
3) a ∈ R+ ∧ b ∈ R− ` a · b ∈ R−.
Demostración.–
Teorema 3.3.25.
Teorema 3.3.26.
(a ∈ R+ ∧ b ∈ R+) ∨0 (a ∈ R− ∧ b ∈ R−) ∧ a < b ` b−1 < a−1 .
Demostración.– De (a ∈ R+ ∧ b ∈ R+ ) ∨0 (a ∈ R− ∧ b ∈ R− ) se sigue
(a ∈ R+ ∧ b ∈ R+ ) o (a ∈ R− ∧ b ∈ R−) de ((1); 10), luego para a ∈ R+ ∧ b ∈ R+
y a < b se tiene a−1 ∈ R+ ∧ b−1 ∈ R+ del teorema (3.3.25; 160), por lo cual
(a−1 · b−1 ) ∈ R+ debido al primer inciso del teorema (3.3.24; 159), entonces
(a−1 · b−1 ) · a < (a−1 · b−1 ) · b en donde (a−1 · b−1 ) · a = (b−1 · a−1 ) · a y
(b−1 ·a−1 )·a = b−1 ·(a−1 ·a) con b−1 ·(a−1 ·a) , además (a−1 ·b−1 )·b = a−1 ·(b−1 ·b)
y a−1 · (b−1 · b) = a−1 · 1 , por lo cual b−1 < a−1 , y con a ∈ R− ∧ b ∈ R− y a < b
se sigue a−1 ∈ R− ∧ b−1 ∈ R− del teorema (3.3.25; 160), luego (a−1 · b−1 ) ∈ R+
nuevamente del teorema (3.3.24; 159), entonces (a−1 · b−1 ) · a < (a−1 · b−1 ) · b
de (O4) con ((62); 33) y se obtiene b−1 < a−1 (véase desarrollo anterior).
2−1 ·(b−a) < b−a , entonces a+ 2−1 ·(b−a) < b , además del teorema (3.3.24;
159) se infiere 0 < 2−1 ·(b−a) , obteniéndose a < a+ 2−1 ·(b−a) , por lo tanto
a < a + 2−1 · (b − a) ∧ a + 2−1 · (b − a) < b , luego a + 2−1 · (b − a) ∈ (a; b)
de ((1.6); 41), y con ((1.61); 59) se concluye (a; b) 6= ∅ .
Teorema 3.4.2.
∀ n∈N |1 ≤ n .
N ⊆ R+ (3.18)
a < b a` a + 1 ≤ b.
entonces de (a + 1) − b ∈ N se obtiene b ≤ a debido a ((47. Además, de
b < (a + 1) se tiene (a + 1) − b ∈ N del quinto axioma de ((3.16); 161), por
lo tanto de ((48); 26) se concluye a < b ` a + 1 ≤ b . Ahora como de ((3.15);
158) se infiere a < a + 1 , entonces de a + 1 ≤ b se sigue a < b .
Lema 3.4.1.
n ∈ N \ {1} ` ∀ m ∈ n \ {1} | m − 1 ∈ n .
Pero η − 1 < η debido a ((3.15); 158) y ((3.2); 142) con ((1.6); 41), luego
η − 1 6∈ B de ((62); 33) y ((47; 26), por lo cual η − 1 ∈ A de ((1.6); 41)
y ((47; 26), obteniendo η − 1 ∈ n − 1 ∩ A debido a ((1.29); 49), y como
η = (η − 1) + 1 se concluye ∃ m ∈ n − 1 ∩ A | m + 1 6∈ A de ((60); 32), por
lo tanto 1 ∈ A ∧ ∀ m ∈ n − 1 ∩ A | m + 1 ∈ A ` n ⊆ A de ((47); 26) y el
corolario (0.4.1; 35).
∀ m∈N | m ⊆ A ` A = N .
ξ ∈ R+ ∧ η ∈ R+ ` ∃ n ∈ N | η < n · ξ .
Demostración.– De ¬ ∃ n ∈ N | η < n · ξ se sigue ∀ m ∈ N | m · ξ ≤ η debido
al corolario (0.4.1; 35), y con A ≡ {q ∈ R k ∃ n ∈ N | q = n · ξ} se tiene A 6= ∅,
ya que ξ = 1 · ξ y 1 ∈ N de ((3.16); 161), por lo cual ξ ∈ R y ∃ n ∈ N | ξ = n · ξ
debido a ((60); 32), entonces ξ ∈ A de ((1.6); 41), luego A 6= ∅ de ((1.61); 59).
Ahora, para θ ∈ A se sigue p ∈ N y θ = p · ξ, entonces θ ≤ η de ((62); 33),
obteniéndose ∀ a ∈ A | a ≤ η debido a ((61); 32), y como η ∈ R de ((1.6); 41)
se concluye η ∈ As , por lo tanto As 6= ∅ de ((1.61); 59) y del axioma (S) se
sigue S A 6= ∅, en donde S A ≡ {ω ∈ As k ∀ q ∈ As | ω ≤ q}.
De sup(A)−ξ ∈6 As se tiene ¬ sup(A)−ξ ∈ R ∧ ∀ a ∈ A | a ≤ sup(A)−ξ
nuevamente ((1.6); 41) y ((47); 26), entonces sup(A) − ξ 6∈ R ∨ ∃ a ∈
A | sup(A) − ξ < a también de ((30); 18) y el corolario (0.4.1; 35), por lo
cual ∃ a ∈ A | sup(A) − ξ < a de ((1); 10) dado que sup(A) − ξ 6∈ R f, y
con κ ∈ A y sup(A) − ξ < κ se sigue ∃ n ∈ N | κ = n · ξ}, y para p ∈ N
y κ = p · ξ se sigue sup(A) < p + 1 · ξ, en donde p + 1 ∈ N de ((3.16);
161), luego ∃ n ∈ N | (p + 1) · ξ = n · ξ debido a ((60); 32), obteniéndose
(p + 1) · ξ ∈ A de ((1.6); 41), por lo tanto ∃ a ∈ A | ¬ a ≤ sup(A) de
((60); 32), entonces ¬ ∀ a ∈ A | a ≤ sup(A) debido al corolario (0.4.1;
35), concluyéndose sup(A) 6∈ As de ((1.6); 41) y ((47); 26), lo cual lleva
a sup(A) 6∈ S A también debido a ((1.6); 41) y ((47); 26), luego S A 6=
sup(A) y de ((3.6); 144) con ((47); 26) se tiene S A = ∅.
a ∈ R+ ` ∃ n ∈ N | 1 < n · a .
a ∈ R+ ` ∃ n ∈ N | a < n .
Teorema 3.4.5.
∀ n ∈ Z− | − n ∈ Z+ .
Teorema 3.4.6.
∀ m & n∈N |m · n∈N .
l
Demostración.– El lector puede proceder con una demostración similar a la
del siguiente lema.
Lema 3.4.3.
∀ m & n∈N |m + n∈N .
Lema 3.4.4.
∀ a∈R |∃ p & q∈N | − p < a < q .
Lema 3.4.5.
∀ m & n∈N |m − n∈Z .
Teorema 3.4.7.
∀ a∈R |∃ p∈Z |p − 1 ≤ a < p .
obtiene θ < η−r debido a ((1.6); 41), además η−1 6∈ A de ((62); 33) y ((47; 26),
ya que η−1 < η . Ahora, dado que η ∈ N se sigue η ∈ N \ {1} o η ∈ {1}, entonces
de η ∈ {1} se tiene η = 1 , luego −r < θ < 1 − r en donde −r = (1 − r) − 1, y
para η ∈ N \ {1} se sigue η − 1 ∈ N del quinto axioma de ((3.16); 161), por lo
cual (η − 1) − r ≤ θ debido a ((1.6); 41) con ((47; 26), pues η − 1 6∈ A, luego
(η − r) − 1 ≤ θ < η − r. Por lo tanto, como (η − r) ∈ Z ∧ (η − r) − 1 ∈ Z del
lema (3.4.5; 168), se obtiene ∃ p ∈ Z | p − 1 ≤ θ < p, y de ((61); 32) se concluye
∀ a∈R |∃ p∈Z |p − 1 ≤ a < p .
∀ r ∈ R+ | ∃ q ∈ Q | q ∈ (a − r; a + r) .
Teorema 3.4.8.
l
Demostración.– Aunque laborioso, se deja como ejercicio para el lector.
Teorema 3.4.9.
∀ n ∈ N \ {1} | n − 1 6= ∅ .
21 Galileo Galilei
Representación digital
Carl Stormer 1
1 Fredrik Carl Mülertz Stormer (1874-1957), matemático y fı́sico noruego, conocido por
su trabajo en teorı́a de números y el estudio del movimiento de partı́culas cargadas en la
magnetosfera y la formación de la auroras.
171
4.1 Antecedentes algebraicos Representación digital
De 1 ≤ a se tiene dbe + d−ae · IZ − |b| = b + a · |b| del corolario
(3.3.4; 153) y |b| ≤ a · |b|, luego b + |b| ≤ b + a · |b| con 0 ≤ b + |b|
y b + a · |b| ∈ Z del teorema (3.4.8; 169), por lo cual b + a · |b| ∈
N ∪ {0} ∧ ∃ c ∈ Ddbe+d−ae·IZ | c, b + a · |b| ∈ dbe + d−ae · IZ de ((60); 32),
entonces b + a · |b| ∈ Rdbe+d−ae·IZ ∩ (N ∪ {0}) debido a ((1.6); 41), por
consiguiente ∃ d ∈ Rdbe+d−ae·IZ ∩ (N ∪ {0}) | d = d nuevamente de ((60);
32), y con teorema (1.3.6; 63) se concluye S =
6 ∅.
y + x/a | (r, s) = (t, v), en efecto de (α, β) ∈ (x, y) ∈ N ∪ {0} × Z k x <
|a| ∧ b/a = y+x/a ∧ (ψ, ω) ∈ (x, y) ∈ N∪{0} ×Z k x < |a| ∧ b/a = y+x/a
se tiene (β · a) + α = (ω · a) + ψ, luego |a| · |β − ω| = |ψ − α|, además −|a| <
−α ∧ −α ≤ 0 y 0 ≤ ψ ∧ ψ < |a|, por lo cual −|a| < ψ −α ∧ ψ −α < |a| debido
al teorema (3.3.15; 155), entonces |ψ − α| < |a| y se sigue |a| · |β − ω| < |a|,
luego 0 ≤ |β − ω| ∧ |β − ω| < 1 con |β − ω| ∈ Z, por lo tanto |β − ω| = 0 y se
obtiene β = ω , por lo tanto (α, β) = (ψ, ω), y de ((61); 32) se infiere ∀ (r, s) &
(t, v) ∈ (x, y) ∈ N ∪ {0} × Z k x < |a| ∧ b/a = y + x/a | (r, s) = (t, v), por
consiguiente ∃ (p, q) ∈ N ∪ {0} × Z | p < |a| ∧ b/a = q + p/a ∧ ∀ (r, s) &
(t, v) ∈ (x, y) ∈ N ∪ {0} × Z k x < |a| ∧ b/a = y + x/a | (r, s) = (t, v) , y con
((2.3); 82) se concluye ∃! (p, q) ∈ N ∪ {0} × Z | p < |a| ∧ b/a = q + p/a .
p · a−1 < a · a−1 pues p < a , luego 5 p/a ∈ [0; 1) , y de ((60); 32) se concluye
∃ (p, q) ∈ Z × N ∪ {0} | q < b ∧ p/a ∈ [0; 1) ∧ b/a = q + p/a . Para la
l
obtención de la unicidad nuevamente se emplea ((2.3); 82) y se deja al lector.
Demostración.– Del corolario (4.1.1; 174) se tiene ∃! (p, q) ∈ N ∪ {0} ×
N ∪ {0} | q < b ∧ p/a ∈ [0; 1) ∧ b/a = q + p/a , y con (r, s) ∈ N ∪
{0} × N ∪ {0} ∧ s < b ∧ r/a ∈ [0; 1) ∧ b/a = s + r/a y a ≤ b se
sigue 1 ≤ b/a debido al teorema (3.3.25; 160) y además s + r/a < s + 1 ,
por lo cual 1 < s + 1 pues 1 ≤ s + r/a , luego s ∈ N , y como (p, q) ∈
N ∪ {0} × N ∪ {0} k q < b ∧ p/a ∈ [0; 1) ∧ b/a = q + p/a unitario
de ((2.2); 82), se infiere (p, q) ∈ N ∪ {0} × N ∪ {0} k q < b ∧ p/a ∈
[0; 1) ∧ b/a = q + p/a = (r, s) de la proposición (1.3.1; 69) ya que (r, s) ∈
(p, q) ∈ N∪{0} × N∪{0} k q < b ∧ p/a ∈ [0; 1) ∧ b/a = q +p/a en donde
(r, s) ∈ N ∪ {0} × N , entonces (p, q) ∈ N ∪ {0} × N k q < b ∧ p/a ∈ [0; 1) ∧
b/a = q + p/a = (r, s) , y nuevamente de la proposición (1.3.1; 69) se
obtiene (p, q) ∈ N∪{0} ×N k q < b ∧ p/a ∈ [0; 1) ∧ b/a = q+p/a unitario ,
por lo tanto ∃! (p, q) ∈ N ∪ {0} × N | q < b ∧ p/a ∈ [0; 1) ∧ b/a = q + p/a
debido a ((2.2); 82).
†
Con a ∈ N \ {1} se hace Na ≡ b ∈ N k ∃ (k, f ) ∈ N ∪ {0} × FR×R
N∪{0} P
| f ∈ k ∪ {0} ∧ b= Rk (f ◦ I k ) · [ΠR ](a) + [f ](0) y se ob-
tiene Na = N como se establece en el siguiente teorema.
Na = N
5 Obsérvese que la unicidad hace irrelevante la aplicación del corolario a p/a cuando
p/a ∈ [0; 1) .
Demostración.– De S ≡ l ∈ N k l ⊆ Na se tiene 1 ∈ S , pues del corolario
(4.1.1; 174) con ((2.3); 82) y ((36); 21) se sigue ∃! (p, q) ∈ N ∪ {0} × N ∪
{0} | q < 1 ∧ 1 = (q · a) + p , y con (s, r) ∈ N ∪ {0} × N ∪ {0} ∧ s <
1 ∧ 1 = (s · a) + r se hace g ≡ I a−1∪{0} ◦ dse ◦ I{1} d I a−1∪{0} ◦ dre ◦ I{0}
1∪{0} P
por lo cual g ∈ a − 1 ∪ {0} y R1 (g ◦ I 1 ) · [ΠR](a) + [g](0) =
(g ◦ I 1 ) · [ΠR ](a) (1) + r = s · [ΠR ](a) (1) + r = (s · a) + r = 1 , entonces
P
∃ (k, f) ∈ N ∪ {0} × F(N∪{0})×( a−1∪{0}) | Df ⊆ k ∪ {0} ∧ 1 = R1 (f ◦
I 1 · [ΠR ](a) + [f](0) de ((60); 32), y con ((1.6); 41) se obtiene 1 ∈ Na , luego
∀ i ∈ 1 | i ∈ Na de ((61); 32), por lo tanto 1 ⊆ Na y con ((1.6); 41) se concluye
1 ∈ S.
De s = 0 se hace g ≡ I a−1∪{0} ◦ dse ◦ I{1} d I a−1∪{m+1} ◦ dre ◦
1∪{0} P
I{0} por lo cual g ∈ a − 1 ∪ {0} y R1 (g ◦ I 1 ) · [ΠR](a) +
[g](0) = (s · a) + r con (s · a) + r = m + 1 , luego ∃ (k, f) ∈ N ∪ {0} ×
P
F(N∪{0})×( a−1∪{0}) | Df = k ∪ {0} ∧ m + 1 = Rk (f ◦ I k ) · [ΠR ](a) +
[f](0) de ((60); 32), entonces m + 1 ∈ Na de ((1.6); 41), por lo tanto
m + 1 ∈ S pues m ∈ S .
[ΠR ](a) ◦ IN + d1e debido a ((6.1); 209), ahora de h ≡ g ◦ I j+1 +
j+1∪{0}
d−1e d I j+1∪{0} ◦dre◦I{0} se sigue h ∈ a − 1∪{0} y m+1 =
P
Rj h◦ I j +d1e · [ΠR ](a)◦ IN +d1e + [h](1)· a +[h](0) con
P
[h](1)·a = R1 h·[ΠR ](a) ◦I j+1 ◦I 1 y h◦ I j +d1e · [ΠR ](a)◦
IN + d1e = h · [ΠR ](a) ◦ I j+1 ◦ I j + d1e , por lo cual m + 1 =
P P
R1 h· [ΠR ](a) ◦ I j+1 ◦ I 1 + Rj h· [ΠR](a) ◦ I j+1 ◦ I j +
P
d1e +[h](0) , luego m+1 = Rj+1 h· [ΠR](a) ◦ I j+1 del teprema
(6.3.3; 228), entonces ∃ (k, f) ∈ N ∪ {0} × F(N∪{0})×( a−1∪{0}) | Df =
P
k ∪ {0} ∧ m + 1 = Rk (f ◦ I k ) · [ΠR ](a) + [f](0) , luego m + 1 ∈ Na
de ((1.6); 41) y se concluye m + 1 ∈ S pues m ∈ S .
4.2. Digitalización
6 Para que las representaciones sean únicas se desechan los ceros “iniciales”de la cadena
de sı́mbolos empleando el principio de buen orden ((3.17); 161), con lo cual se cancelan los
ceros inútiles de la suma.
Teorema 4.2.1.
∀ ξ ∈ R+ \ [0; 1] | [ΠR ](ξ) 6∈ FR×R ac .
P
F(N∪{0})×( a−1∪{0}) | Df = k ∪ {0} ∧ s = Rk (f ◦ I k ) · [ΠR](a) + [f](0) y
P
∃ (k, f) ∈ N ∪ {0} × F(N∪{0})×( a−1∪{0}) | Df = k ∪ {0} ∧ ω = Rk (f ◦
I k ) · [ΠR](a) + [f](0) , y con (j, h) ∈ N ∪ {0} × F(N∪{0})×( a−1∪{0}) | Dh =
P
j ∪ {0} ∧ s = Rj (h ◦ I j ) · [ΠR ](a) + [h](0) y (l, g) ∈ N ∪ {0} ×
P
F(N∪{0})×( a−1∪{0}) | Dg = l ∪ {0} ∧ ω = Rl (g ◦ I l ) · [ΠR](a) + [g](0)
P
se obtiene ξ = Rj (h ◦ I j ) · [ΠR](a) + [h](0) + 1/ [ΠR](a) mı́n(Cξ ) ·
P
Rl (g ◦I l )·[ΠR ](a) +[g](0) +η/d con sa = h mı́n b h −1 ...[h](0)
y ωa = g mı́n b g − 1 ...[g](0) , y para la representación digital de ξ con la
base a se hace ξa ≡ sa . 0 . . . 0 ωa incorporando al punto como separador segui-
do de mı́n(Cξ ) ceros previos a ωa
Conjuntos finitos
A.Whitehead 1
181
5.1 Antecedentes Conjuntos finitos
5.1. Antecedentes
m ≈ n ` m = n.
De n ∈ m ∧ m 6∈ n y como Rg = n ∨0 Rg 6= n se tiene:
2
˘ ¯
Obsérvese que al considerar a un conjunto X y R ≡ (A, B) ∈ P (X) × P(X) k A ≈ B ,
se demuestra que R es una relación de equivalencia en P (X) × P (X), además (A, B) ∈ R a
` (A, B) ∈ P (X) × P (X) ∧ A ≈ B debido a ((1.6); 41), lo cual ciertamente establece un
vı́nculo entre R y ≈ justificando el uso del adjetivo “equivalente” para un par de conjuntos,
pero debe quedar clara su diferencia conceptual.
• De Rg = n se sigue m ∈ m ∧ m 6∈ Rg , luego ∃ l ∈ m | l 6∈ Rg
debido a ((60); 32), por lo cual m 6⊆ Rg de ((1.3); 38), y con
((1.11); 43) se obtiene m 6= Rg , entonces ¬(g suprayectiva) y se in-
fiere ¬(g inyectiva ∧ g suprayectiva) debido a ((1); 10), por lo cual
¬(g biyectiva) ya que hg inyectiva ∧ g suprayectivai = hg biyectivai.
5.2. Finitud
(∃ n ∈ N | n ≈ A) ` A 6= ∅ . (5.2)
J ≈ K a ` #J = #K .
A 6= ∅ ` #A ∈ N .
A ∈ P(n) ` A finito .
Demostración.– Con A = ∅ se tiene A finito, y de A ∈ P(n) \ {∅} ∧
(A infinito) se sigue A ∈ P(n) \ {∅} debido a ((36); 21), pero también ∀ k ∈
N | k 6≈ A con A 6= ∅ del teorema (1.3.9; 68), luego ∀ k ∈ N | ∀ f ∈ B k | (f no bi-
yectiva) de ((64); 33), pero para j ∈ n se tiene IA ◦ I j ∈ A j se tiene (IA ◦
I j inyectiva) del teorema (2.5.2; 115), por lo cual (IA ◦ I j no suprayectiva)
de ((62); 33), entonces A 6⊆ RIA ◦I j debido a ((1.10); 43) ya que RIA ◦I j ⊆ A,
luego ∃ a ∈ A | a 6∈ RIA ◦I j de ((1.3); 38), y con ξ ∈ A y ξ 6∈ RIA ◦I j se sigue
¬ ∃ p ∈ A ∩ j | (p, ξ) ∈ IA ◦ I j debido a ((1.6); 41) y ((47); 26), entonces
∀ p ∈ A ∩ j | (p, ξ) 6∈ IA ◦ I j de ((64); 33), por lo tanto (ξ ∈ A ∩ j) ∧ ∀ p ∈
A ∩ j | (p, ξ) 6∈ IA ◦ I j ` (ξ, ξ) 6∈ IA ◦ I j ∧ (ξ, ξ) ∈ IA ◦ I j de ((62); 33)
y DIA ◦I j = A ∩ j, obteniéndose ξ 6∈ A ∩ j debido a ((46); 25), por lo tanto
ξ 6∈ j de ((1.29); 49) con ((47); 26) y el corolario (0.4.1; 35) pues ξ ∈ A ,
luego ∃ a ∈ A | a 6∈ j de ((60); 32), y con ((1.3); 38) se infiere A 6⊆ j, entonces
∀ k ∈ n | A 6⊆ k debido a ((61); 32), por consiguiente A 6⊆ n de ((62); 33),
luego A 6∈ P(n) de ((1.43); 52), entonces A 6∈ P(n) \ {∅} debido a ((1.24); 48) y
((1.2); 38), concluyéndose A ∈ P(n) \ {∅} ∧ (A infinito) ` A ∈ P(n) \ {∅} y
A ∈ P(n) \ {∅} ∧ (A infinito) ` A 6∈ P(n) \ {∅}, por lo tanto A ∈ P(n) \ {∅} `
(A finito) de ((46); 25).
A finito ` B finito .
∃ n ∈ N | n ≈ gii (B) del lema (5.2.1; 186), y con k ∈ N y k ≈ gii (B) se tiene
k k
∃ f ∈ gii (B) | f biyectiva, y con h ∈ gii (B) y (h biyectiva) se sigue
(IB ◦ g) ◦ h ∈ B k y (IB ◦ g) ◦ h biyectiva del corolario (2.5.2; 118), por lo cual
∃ f ∈ B k | (f biyectiva) debido a ((60); 32), luego k ≈ B y por consiguiente
∃ n ∈ N | n ≈ B nuevamente de ((60); 32), concluyéndose B finito. Entonces
A finito ∧ A = ∅ ` B finito y A finito ∧ A 6= ∅ ` B finito, por lo tanto
A finito ` B finito debido a ((53); 28).
J finito ` Rf finito .
en donde p ∈ Rη k (ψ, p) ∈ f ◦ IRη unitario debido a ((62); 33) y ((2.7);
84), entonces ∀ q ∈ (f ◦ IRη )ii {ξ} | q ∈ p ∈ Rη k (ψ, p) ∈ f ◦ IRη de ((61);
32) y se obtiene (f ◦ IRη )ii {ξ} ⊆ p ∈ A k (ψ, p) ∈ f ◦ IRη , por lo cual
(f ◦ IRη )ii {ξ} unitario y se sigue ∀ p ∈ Rf◦IRη | (f ◦ IRη )ii {p} unitario de
((61); 32), luego f ◦ IRη inyectiva debido al teorema (2.3.5; 98), por lo tanto
IRf◦IR ◦ (f ◦ IRη ) biyectiva del teorema (2.5.2; 115) con ((2.23); 98) pues
η
A ∩ B = ∅ ` #(A ∪ B) = #A + #B .
A finito ` #(A \ B) = #A − #B .
A finito ` #B ≤ #A .
B ⊂ A ` ¬(h inyectiva) .
Demostración.– Del teorema (5.2.8; 191) se hace G ≡ (j, g) ∈ n×P(X) k g =
P
∪ RF ◦I j y S ≡ j ∈ n k #[G](j) = R j (C ◦ I j ) luego 1 ∈ S , ahora de
k ∈ S ∩ {n−1} se tiene [G](k +1) = [G](k)∪ [F ](k +1) , entonces #[G](k +1) =
#[G](k) + #[F ](k + 1) del teorema (5.2.5; 189) pues [G](k) ∩ [F ](k + 1) = ∅
P
debido a ((1.31); 49) con ((1.34); 50), por lo cual #[G](k + 1) = R k (C ◦
P
I k ) + #[F ](k + 1) = R k+1 (C ◦ I k+1 ) ya que #[F ](k + 1) = [C](k + 1) ,
y F = F ◦ In ∧ C = C ◦ In .
A ≈ B ` P(A) ≈ P(B) .
Demostración.– De f ≡ (C, D) ∈ P(A) × P(A ∪ B) k D = C ∪ B se tiene
f ∈ P(A ∪ B)P(A) ∧ f biyectiva , luego Rf ≈ P(A) y se sigue #Rf = #P(A)
del teorema (5.2.2; 185), además Rf ∩ P(A) = ∅ , por lo cual # Rf ∪ P(A) =
#Rf +#P(A) = 2·#P(A) debido al teorema (5.2.5; 189), y como Rf ∪P(A) =
P(A ∪ B) pues Rf = P(A ∪ B) , se concluye #P(A ∪ B) = 2 · #P(A) .
#P(A) = 2#A .
A ⊆ R ∧ {b ∈ A k ∀ a ∈ A | a ≤ b} =
6 ∅ ` {b ∈ A k ∀ a ∈ A | a ≤ b} unitario (5.6)
l
y de manera análoga el lector puede demostrar
A ⊆ R ∧ {b ∈ A k ∀ a ∈ A | b ≤ a} =
6 ∅ ` {b ∈ A k ∀ a ∈ A | b ≤ a} unitario . (5.7)
A ⊆ R ∧ {b ∈ A k ∀ a ∈ A | a ≤ b} =
6 ∅
A ⊆ R ∧ {b ∈ A k ∀ a ∈ A | b ≤ a} =
6 ∅
A finito ` {b ∈ A k ∀ a ∈ A | b ≤ a} =
6 ∅ ∧ {b ∈ A k ∀ a ∈ A | a ≤ b} =
6 ∅.
del teorema (2.3.9; 102), pero gii gid m \ gii (Aη ) = m ∩ m \ gii (Aη )
del teorema (2.3.8; 100) en donde m ∩ m \ gii (Aη ) = m \ gii (Aη ) de
((1.24); 48) y ((1.34); 50), entonces gii (Aξ ) ⊆ m \ gii (Aη ), por lo tanto
gii (Aξ ) ∈ P m \ gii (Aη ) \ {∅} ∧ m \ gii (Aη ) 6= ∅, y del teorema (1.3.10;
68) se concluye m \ gii (Aη ) \ gii (Aξ ) ⊂ m \ gii (Aη ) con m \ gii (Aη ) \
gii (Aξ ) = m \ gii (Aη ) ∪ gii (Aξ ) = m \ gii (Aη ∪ Aξ ) debido a ((1.28);
48) y el teorema (2.3.9; 102), luego m \ gii (Aη ∪Aξ ) ⊂ m \ gii (Aη ) ⊂ m.
Entonces nuevamente se presentan los casos m \ gii (Aη ∪ Aξ ) = ∅ o m \ gii
(Aη ∪ Aξ ) 6= ∅, lo cual da lugar al razonamiento previo y ası́ sucesivamente
hasta llegar al caso vacio, que “necesariamente” ocurre por considerar suce-
sivamente a subconjuntos propios a partir de m , obteniendo finalmenete {b ∈
A k ∀ a ∈ A | b ≤ a} =
6 ∅ . La demostración del otro enunciado es similar y se
l
deja al lector interesado.
2
Demostración.– Como ΠF ⊆ [F ](1) ∪ [F ](2) , se sigue ΠF finito debido
al lema (5.2.2; 187) con el corolario (5.2.5; 193) y el teorema (5.2.3; 186).
ii
Ahora de G ≡ (p, α) ∈ [F ](1) × P(ΠF ) k α = p1 ΠF {p} se tiene ∀ p ∈
l
[F ](1) | #[G](p) = #[F ](2) lo cual puede ser verificado por el lector, además con
H ≡ (p, λ) ∈ [F ](1) × R k λ = #[G](p) y f ∈ [F ](1) #[F ](1) biyectiva se tiene
P
#∪ RG◦f = R #[F ](1) (H ◦ f) del teorema (5.2.9; 191), en donde H ◦ f =
#[F ](2) ◦ I #[F ](1) y ∪ RG◦f = ΠF , por lo tanto #ΠF = #[F ](1) · #[F ](2)
debido al teorema (6.3.2; 227).
5 Planteado en los términos tradicionales (véase [35] pág. 34) se le conoce como principio
del análisis combinatorio.
(5.4.1; 196) con #Π(F ◦ I j )· #[F ](j +1) = [PR j ](CF ◦ I j )· [CF ](j +1) en donde
[PR j ](CF ◦ I j ) · [CF ](j + 1) = [PR j+1 ](CF ◦ I j+1 ) , además de G ≡ (α, β) ∈
ΠH
ΠH ×Π(F ◦I j+1 ) k β = [α](1) d [α](2) ◦I{j+1} se tiene G ∈ Π(F ◦I j+1 )
l
y G biyectiva como lo puede verificar el lector, entonces ΠH ≈ Π(F ◦I j+1 ) y se
obtiene #Π(F ◦ I j+1) = [PR j+1 ](CF ◦ I j+1 ) debido al teorema (5.2.2; 185), por
lo cual j+1 ∈ S de ((1.6); 41) y se infiere ∀ k ∈ S ∩m − 1 | k+1 ∈ S de ((61); 32),
y con la proposición (3.4.1; 163) se obtiene m ⊆ S , luego #ΠF = [PR m ](CF )
nuevamente de ((1.6); 41) ya que F ◦ I m = F ∧ CF ◦ I m = CF .
Corolario 5.4.1.
∀ m & n ∈ N | # n m = nm .
j
Demostración.– De j ∈ N ∧ k ∈ N se tiene ΠF = k con F ≡ IP(N) ◦ k ◦
j
I j , se sigue # k = [PR j ](CF ) al hacer CF ≡ (l, λ) ∈ j×R k λ = #[F ](l)
debido a la proposición (5.4.1; 197), en donde CF = IR ◦ dke ◦ I m pues
j
∀ l ∈ j | [CF ](l) = k ya que ∀ l ∈ j | [F ](l) = k , luego # k = k j del teorema
(6.3.2; 227), por lo tanto ∀ m & n ∈ N | # n m = nm debido a ((61); 32).
A 6= ∅ ∧ B 6= ∅ ` #(B A ) = (#B)#A .
6 Este comportamiento brinda el número de cadenas binarias viables para una longitud
de palabra dada, lo cual es fundamental en el almacenamiento de representaciones binarias
de números reales haciendo B ≡ {0, 1} y #A = 64 al utilizar doble precisión.
de α ∈ T ii {β} y ω ∈ T ii {β} con β ∈ n m se sigue β = g◦α◦f ∧ β = g◦ω◦f
del teorema (2.3.4; 97), luego ginv ◦ (g ◦ α ◦ f) ◦ f inv = ginv ◦ (g ◦ ω ◦ f) ◦ f inv
y se obtiene α = ω , por lo cual ∀ p & q ∈ T ii {β} | p = q de ((61); 32),
luego T ii {β} unitario debido a la proposición (1.3.2; 70) y se sigue ∀ s ∈
RT | T ii {s} unitario nuevamente de ((61); 32) ya que T suprayectiva, por lo
tanto T inyectiva del teorema (2.3.5; 98), entonces T biyectiva y de ((60); 32)
A
se infiere ∃ G ∈ (n m )(B )
| G biyectiva , por lo tanto B A ≈ n m y del teorema
(5.2.2; 185) con el corolario (5.4.1; 198) se concluye #(B A ) = (#B)#A .
Demostración.– Con G ≡ (h A) ∈ IB m × P(B) k A = b ∈ B k b 6∈ Rh se
I m
tiene G ∈ P(B) B y se hace F ≡ (h, D) ∈ IB m × P(IB m+1 ) k D = q ∈
I m
IB m+1 k ∃ p ∈ [G](h) | q = h d IB ◦ dpe◦Im+1 , luego F ∈ P(IB m+1 B
y además ∀ h ∈ IB m | #[F ](h) = #B − m ∧ ∀ h ∈ IB m | ∀ g ∈ IB m \ {h} | [F ]
l
(h)∩[F ](g) = ∅ como puede comprobarlo el lector, entonces con f ∈ IB m #IB m
∧ f biyectiva pues IB m finito de ((1.8); 41) con el teorema (5.2.3; 186) y el
corolario (5.2.5; 193), se hace C ≡ η, λ) ∈ IB m × R k λ = #[F ◦ f](η) por lo
P
cual C = IR ◦ d#B − me ◦ I I m y se obtiene #∪ RF = #I m (C)
B R B
P
del teorema (5.2.9; 191), en donde #I m (C) = (#B − m) · #IB m
B R
debido al teorema (6.3.2; 227), entonces #IB m+1 = (#B − m) · #IB m ya que
l
∪ RF = IB m+1 como lo puede verificar el lector.
Teorema 5.4.2. Sean B conjunto finito y IB m ≡ h ∈ B m k h inyectiva
con m ∈ N .
#B
m ≤ #B ` #IB m = m! · .
m
#B
Demostración.– De S ≡ k ∈ m | #IB k = k! · k se sigue 1 ∈ S pues
1 1 #B
IB 1 = B con #B = #B y 1! · 1 = #B , ahora de j ∈ S ∩ m − 1 se tiene
#IB j+1 = (#B − j) · #IB j del lema (5.4.2; 199), en donde #IB j = j! · #Bj
#B
debido a ((1.6); 41), luego #IB j+1 = (j + 1)! · m+1 y se obtiene j + 1 ∈ S
nuevamente de ((1.6); 41), por lo cual ∀ k ∈ S ∩ m − 1 | k + 1 ∈ S de ((61); 32),
entonces m ⊆ S de la proposición (3.4.1; 163), por consiguiente m ∈ S y se
concluye #IB m = m! · #B
m de ((1.6); 41).
3
1 , #C 3 2 = 32 y #C 3 3 = 33 , pero con h ≡ (1, 2), (2, 1) y g ≡
(1, 1), (2, 2) se infiere h 6= g ∧ Rh = Rg , entonces ¬(Ib3 2 inyectiva) y
se obtiene ¬(RIb ≈ I3 2 ) presentándose dificultades para determinar #C B m
32
con generalidad.
Henri Poincaré
6.1. Recurrencia
203
6.1 Recurrencia Funciones por inducción
de ((1.6); 41) dado que M ∈ P j × A debido a ((1.8); 41) y ((1.41); 51).
También se tiene M ∈ A j y para demostrarlo se considera a S ≡ k ∈ j k ∃ q ∈
A | (k, q) ∈ M ∧ ∀ b ∈ A \ {q} | (k, b) 6∈ M . En efecto, de ω ∈ A \ {a} se
sigue M \ (1, ω) ∈ C de ((1.6); 41), pues (1, a) ∈ M \ (1, ω) y ∀ α ∈
M \ (1, ω) ∩ j − 1×A | [H](α) ∈ M \ (1, ω) , ya que con (i, ξ) ∈ M \ (1
, ω) ∩ j − 1 ×A se tiene [H](i, ξ) = i + 1, [L](i) (ξ) , luego (1, ω) 6=
[H](i, ξ), además [H](i, ξ) ∈ M debido a ((1.6); 41) y ((62); 33) pues M ∈ C ,
por lo cual [H](i, ξ) ∈ M \ (1, ω) , entonces ∀ α ∈ M \ (1, ω) ∩ j − 1 ×
A | [H](α) ∈ M \ (1, ω) de ((61); 32), obteniéndose M \ (1, ω) ∈ C de
((1.6); 41) dado que M \ (1, ω) ∈ P j × A . Y como de φ ∈ M se tiene
∀ B ∈ C | φ ∈ B debido a ((1.6); 41) y ((1.29); 49), entonces φ ∈ M \ (1, ω) de
((62); 33), luego ∀ η ∈ M | η ∈ M \ (1, ω) debido a ((61); 32), por lo cual
M ⊆ M \ (1, ω) de ((1.1); 38), obteniéndose M = M \ (1, ω) , luego
(1, ω) 6∈ M , por lo tanto ∀ b ∈ A \ {a} | (1, b) 6∈ M de ((61); 32), entonces
∃ q ∈ A | (1, q) ∈ M ∧ ∀ b ∈ A \ {q} | (1, b) 6∈ M debido a ((60); 32) ya que
(1, a) ∈ M , concluyéndose 1 ∈ S de ((1.6); 41).
A , entonces H (k, p) ∈ M de ((1.6); 41) pues M ∈ C , y como
H (k, p) = k + 1, [L](k) (p) se obtiene H (k, p) =6 (m + 1, β) ,
luego H (k, p) ∈ M \ (m + 1, β) .
Por lo tanto ∀ η ∈ M \ (m+1, β) ∩ j − 1×A | [H](η) ∈ M \ (m+1, β) de
((61); 32), y (1, a) ∈ M \ (m+1, β) dado que (1, a) ∈ M y m+1 6= 1 , y como
M \ (m + 1, β) ∈ P j × A se concluye M \ (m + 1, β) ∈ C de ((1.6); 41).
Pero M ⊆ M \ (m+1, β) debido a ((1.31); 49), luego M = M \ (m+1, β)
de ((1.10); 43) pues M \ (m + 1, β) ⊆ M , entonces (m + 1, β) 6∈ M y
de ((61); 32) se sigue ∀ b ∈ A \ [L](m) (ξ) | (m + 1, b) 6∈ M , por lo cual
∃ q ∈ A | (m + 1, b) ∈ M ∧ ∀ b ∈ A \ {q} | (m + 1, b) 6∈ M de ((1.6); 41) ya
que m + 1, [L](m) (ξ) ∈ M y [[L](m) (ξ) ∈ A , obteniéndose m + 1 ∈ S de
((1.6); 41), por lo tanto ∀ n ∈ S ∩ j − 1 | n + 1 ∈ S debido a ((61); 32) y de la
proposición (3.4.1; 163) se concluye j ⊆ S .
Entonces para m ∈ j se sigue ∃ q ∈ A | (m, q) ∈ M ∧ ∀ b ∈ A \ {q} | (m, b) 6∈ M
de ((1.6); 41), luego ∃ q ∈ A | (m, q) ∈ M de la proposición (0.4.3; 34) y ((36);
21), entonces m ∈ DM y de ((1.6); 41) se tiene ∀ n ∈ j | n ∈ DM , por lo cual
j ⊆ DM obteniendo DM = j de ((1.10); 43) ya que DM ⊆ j. Ası́ mismo, de
(k, ξ) ∈ M se sigue ∃ q ∈ A | ∀ b ∈ A \ {q} | (k, b) 6∈ M de ((1.6); 41) y nuevamente
de la proposición (0.4.3; 34) pues k ∈ j , y con η ∈ A y ∀ b ∈ A \ {η} | (k, b) 6∈ M
se tiene ξ ∈ A \ {η} ` (k, ξ) 6∈ M , luego ξ 6∈ A \ {η} de ((47); 26) ya que
(k, ξ) ∈ M , y como ξ ∈ A se obtiene ξ = η , entonces ∀ b ∈ A \ {ξ} | (k, b) 6∈ M ,
por lo tanto ∀ (l, ψ) ∈ M | ∀ b ∈ A \ {ψ} | (l, b) 6∈ M debido a ((61); 32), y como
M ∈ P j × A de ((2.6); 84) se concluye M ∈ A j .
Ahora dado que M ∈ A j , para n ∈ j − 1 se tiene n, [M ](n) ∈ M ∩ j − 1×A ,
y como M ∈ C se sigue (1, a) ∈ M ∧ ∀ η ∈ M ∩ j − 1 × A | [H](η) ∈ M
debido a ((1.6); 41), luego H n, [M ](n) ∈ M de ((62); 33), por lo cual
n+1, [L](n) [M ](n) ∈ M , es decir [M ](n+1) = [L](n) [M ](n) en donde
[M ](n + 1) = M ◦ I j−1 + d1e (n) y también [L](n) [M ](n) = (L 4 M ) ◦
I j−1 (n), entonces ∀ m ∈ j − 1 | M ◦ I j−1 + d1e (m) = (L 4 M ) ◦ I j−1 (m)
debido a ((61); 32), obteniéndose M ◦ I j−1 +d1e = (L 4 M )◦I j−1 de ((2.16);
90), por lo tanto ∃ G ∈ A j | (1, a) ∈ G ∧ G ◦ I j−1 + d1e = (L 4
G) ◦ I j−1 debido a ((60); 32).
Finalmente con L ≡ R ∈ A j k (1, a) ∈ R ∧ R ◦ I j−1 + d1e = (L 4 R) ◦ I j−1
y de Θ ∈ L ∧ Ω ∈ L se considera S ≡ k ∈ j k [Θ](k) = [Ω](k) , teniéndose
1 ∈ S debido a ((1.6); 41) pues [Θ](1) = a ∧ [Ω](1) = a . Además, para
m ∈ j − 1 ∩ S se sigue [Θ](m + 1) = L [Θ](m) y [Ω](m + 1) = L [Ω](m) ,
luego [Θ](m+1) = [Ω](m+1) nuevamente de ((1.6); 41), por lo cual m+1 ∈ S
también de ((1.6); 41), entonces ∀ n ∈ j − 1 ∩ S | n + 1 ∈ S de ((61); 32),
y de la proposición (3.4.1; 163) se obtiene j ⊆ S , luego ∀ i ∈ j | [Θ](i) =
[Ω](i) debido a ((1.7); 41), concluyéndose Θ = Ω de ((2.16); 90). Por lo tanto
∀ S & T ∈ L | S = T debido a ((61); 32), y de ((2.3); 82) se sigue ∃! G ∈
A j | (1, a) ∈ G ∧ G ◦ I j−1 + d1e = (L 4 G) ◦ I j−1 , y de ((61); 32) se concluye
∀ F ∈ (AA ) j−1 | ∃! G ∈ A j | (1, a) ∈ G ∧ G ◦ I j−1 + d1e = (F 4 G) ◦ I j−1 .
e , B ∈ P(X) \ {∅} , ξ ∈ A#A biyectiva .
Corolario 6.1.1. Sea X 6= ∅ , A ∈ X
#A+1
∃! G ∈ P(X) | (1, B) ∈ G ∧ ∀ k ∈ #A | [G](k + 1) = [G](k) ∪ [ξ](k) .
Demostración.– Con C ≡ (p, Q) ∈ X×P(X) k Q = {p} y U ≡ (P, Q), S
∈ (P(X) × P(X) × P(X) k S = P ∪ Q se tiene C ∈ P(X)X y U ∈
1
P(X)P(X)×P(X) y se hace F ≡ dU e ◦ bC ◦ ξc ⊗ dIP(X) e , luego F ∈
#A l
P(X)P(X) como puede verificarlo el lector, y de la proposición (6.1.1;
204) se sigue ∃! G ∈ A#A+1 | (1, B) ∈ G ∧ G ◦ I#A + d1e = (F 4 G) ◦ I#A
en donde ∀ k ∈ #A | [G](k + 1) = [G](k) ∪ [ξ](k) como también lo puede
l
comprobar el lector.
Corolario 6.1.4.
∀ a ∈ R | ∃! G ∈ RN | (1, a) ∈ G ∧ G ◦ IN + d1e = dae · G .
×RN k (1, a) ∈ λ ∧ λ ◦ IN + d1e = dae · λ , y como de ξ ∈ R se tiene
∃! G ∈ RN | (1, ξ) ∈ G ∧ G ◦ IN + d1e = dξe · G debido al corolario (6.1.4;
208) y ((62); 33), y con η ∈ RN ∧ (1, ξ) ∈ η ∧ η ◦ IN + d1e = dξe · η se sigue
(ξ, η) ∈ ΠR de ((1.6); 41), luego ∃! λ ∈ RN | (ξ, λ) ∈ ΠR debido a ((60); 32),
por lo cual ∀ a ∈ R | ∃! λ ∈ RN | (a, λ) ∈ ΠR de ((61); 32), entonces de ((2.4);
83) y ((2.1); 82) se concluye ΠR ∈ (RN )R , a la cual aquı́ se le llama función
potencia en R .
2 †
× [ΠR ](3/2) ◦ I 7
Además, para a ∈ R se tiene ΠR 4 d1e (a) = [ΠR ](a) (1) y [ΠR ](a)
1
(1) = a con a = [IR ](a) , también ΠR ◦ IN + d1e (a) = [ΠR](a) ◦ (IN + d1e) y
[ΠR ](a) ◦ (IN + d1e) = dae · [ΠR ](a) con dae · [ΠR ](a) = bIR c · ΠR (a), entonces
1
∀ p ∈ R | ΠR 4 d1e (p) = [IR ](p) y ∀ p ∈ R | ΠR ◦ IN +d1e (p) = bIR c·ΠR (p)
de ((61); 32), y con ((2.16); 90) se obtiene
1
ΠR 4 d1e = IR y ΠR ◦ IN + d1e = bIR c ΠR (6.1)
luego de n ∈ N se sigue [ΠR ](a) (n + 1) = a ·R [ΠR ](a) (n) , y de este com-
l
portamiento el lector puede demostrar
ΠR id (N) ⊆ N . (6.2)
1 N
Al hacer P ≡ dΠR e 4 bIN c se tiene P ∈ RR y resulta ser la función dual
(véase pág. 127) de ΠR , además
(1, IR ) ∈ P y P ◦ IN + d1e = dIR e P (6.3)
debido a ((6.1); 209) y nuevamente de ((61); 32) con ((2.16); 90), además
como ∀ n ∈ Z− | − n ∈ Z+ del teorema (3.4.5; 167), para n ∈ Z+ se hace
IR n ≡ [P ](n) y IR n ≡ IR im ◦ [P ](−n) con n ∈ Z− en donde 2 IR im ≡ (a
, η) ∈ R \ {0} ×R k η = aim , por lo cual IR im ∈ RR \ {0} y con el corolario
(3.3.3; 151) se sigue
RIR im = R \ {0} (6.4)
IR 1 = IR y ∀ n ∈ Z+ | IR n+1 = IR · IR n
(6.5)
IR −1 = IR im y ∀ n ∈ Z− | IR n = IR im ◦ IR −n .
Teorema 6.2.1.
∀ n ∈ Z+ ∪ {0} | IR n+1 = IR · IR n .
2 †
IR2 ◦ I[−3,95; 3,95]
†
IR ◦ I[−12; 12]
†
IR0 ◦ I[−12; 12]
1
†
IR3 ◦ I[−2,5; 2,5]
pues para b ∈ R se tiene b0 = [IR 0 ](b) y [IR 0 ](b) = d1e ◦ IR (b) con d1e ◦
IR (b) = d1e (b) y d1e (b) = 1 , por lo cual ∀ a ∈ R | a0 = 1 debido a ((61);
32), también b1 = [IR1 ](b) y [IR 1 ](b) = [IR ](b) con [IR ](b) = b , luego ∀ a ∈
R | a1 = a de ((61); 32). Análogamente, de b ∈ R \ {0} se sigue 1/b1 = 1/b del
inciso anterior y ((62); 33) en donde 1/b = b−1 , entonces ∀ a ∈ R \ {0} | 1/ a =
a−1 debido a ((61); 32).
†
IR −3 ◦ I[0,01; 2,45]
† †
IR −2 ◦ I[−16; −0,26] IR −2 ◦ I[0,26; 16]
1
†
IR −1 ◦ I[−16; −0,07]
†
IR −3 ◦ I[−2,45; −0,01]
1 ≤ a ` a ≤ an .
2 ≤ a ` 1 ≤ an−1 .
1 < a ` a < an .
1 ≤ a ` an ≤ a .
2 ≤ a ` ∀ n ∈ N | n ≤ an .
Lema 6.2.1.
∀ n ∈ Z | 1n = 1 .
3 Se presenta una ambigüedad notacional con IR n , dado que da lugar a otro razonamiento
para IR n = IR ◦ IR n , sin embargo no tiene mayores consecuencias y no amerita introducir
una distinción.
Teorema 6.2.4.
n
∀ n ∈ Z | IR 0 = IR 0 .
Lema 6.2.2.
n ∈ Z ∧ m ∈ Z− ` IR n · IR m = IR n+m ◦ IR \ {0} .
4 La condición de especificación es afı́n a la discusión, pues del lema (3.4.3; 167) se tiene
∀ n & m ∈ N | IR n+m ∈ RR .
n ∈ Z ∧ m ∈ Z− ` f n · f m = f n+m ◦ If ii (R \ {0}) .
f · f im = d1e ◦ If ii (R \ {0}) .
∀ n ∈ Z | (f · g)n = f n · gn .
Demostración.– Con S ≡ n ∈ N k (f · g)n = f n · gn se tiene (f · g)1 =
IR1 ◦(f ·g) = IR ◦(f ·g) = f ·g y f 1 ·g1 = (IR 1 ◦f)·(IR 1 ◦g) = (IR ◦f)·(IR ◦g) = f ·g
debido a ((6.5); 210), luego 1 ∈ S de ((1.6); 41). Ahora, para j ∈ S se sigue
(f · g)j+1 = IR j+1 ◦ (f · g) = (IR · IRj )◦ (f · g) = (f · g)· (f · g)j = (f · g)· (f j · gj ) =
(f · f j ) · (g · gj ) = f j+1 · gj+1 debido a ((6.5); 210) y el teorema (6.2.5; 215),
por lo cual j + 1 ∈ S nuevamente de ((1.6); 41), entonces ∀ n ∈ S | n + 1 ∈ S
de ((61); 32), y se obtiene S = N del corolario (3.4.1; 164), concluyéndose
∀ n ∈ N | (f · g)n = f n · gn de ((1.14); 44). También los casos faltantes se dejan
l
al lector.
Lema 6.2.3.
∀ n & m ∈ Z | (IR n )m = IR n·m .
∀ n & m ∈ Z | (f n )m = f n·m .
Teorema 6.2.8.
∀ a ∈ R+ \ [0; 1] | [ΠR](a) creciente .
Demostración.– De ξ ∈ R+ \ [0; 1] y (m, n) ∈ N \ {1} × N se tiene ξ m =
ξ m−1 · ξ del teorema (6.2.1; 210) con ((62); 33), además ξ < ξ n+1 ∧ ξ ≤ ξ m−1
del corolario (6.2.2; 213) y el teorema (6.2.2; 212), luego 0 < ξ m−1 pues ξ ∈
R+ \ [0; 1] , entonces ξ m−1 · ξ 1 < ξ m−1 · ξ n+1 , y del lema (6.2.2; 215) se obtiene
ξ m < ξ m+n , por lo cual ∀ q ∈ N | ξ m < ξ m+q debido a ((61); 32). Ahora de
s ∈ N ∧ m < s se sigue m < m + (s − m) , luego ξ m < ξ s de ((62); 33) pues
s − m ∈ N , y del corolario (6.2.2; 213) con ((61); 32) se obtiene ∀ p & q ∈ N | p <
q ` [ΠR ](ξ) (p) < [ΠR ](ξ) (q), por lo tanto [ΠR](ξ) creciente , y de ((61); 32)
se concluye ∀ a ∈ R+ \ [0; 1] | [ΠR ](a) creciente .
Corolario 6.2.5.
∀ a ∈ R+ \ [0; 1] | ∀ n ∈ N | n ≤ [ΠR ]](a) (n) .
Demostración.– De ξ ∈ R+ \ [0; 1] y al hacer S ≡ n ∈ N | n ≤ [ΠR ]](ξ) (n)
se tiene 1 ∈ S debido a ((1.6); 41) ya que [ΠR ]](ξ) (1) = ξ de ((6.1); 209), y
con k ∈ S se tiene k < [ΠR]](ξ) (k +1) de ((1.6); 41) y el teorema (6.2.8; 218),
por lo cual k +1 ≤ [ΠR]](ξ) (k +1) del teorema (3.4.3; 162), entonces k +1 ∈ S
debido a ((1.6); 41), y se obtiene ∀ n ∈ S | n ∈ S de ((61); 32), luego S = N del
corolario (3.4.1; 164), y de ((1.14); 44) se concluye ∀ n ∈ N | n ≤ [ΠR ]](ξ) (n) ,
por lo tanto ∀ a ∈ R+ \ [0; 1] | ∀ n ∈ N | n ≤ [ΠR]](a) (n) nuevamente de ((61);
32).
f creciente ` f inyectiva .
Demostración.– Con ξ ∈ f ii {η} y ω ∈ f ii {η} se tiene [f](ξ) = η ∧
[f](ω) = η debido al teorema (2.3.4; 97), luego [f](ξ) = [f](ω) por lo cual
Demostración.– Para ξ ∈ B ∧ η ∈ B y ξ < η se tiene f [f inv ](ξ) <
inv
f [f ]
(η) , además de [f inv ](η) < [f inv ](ξ) se sigue f [f inv ](η) < f [f inv ](ξ)
ya que f creciente, entonces [f inv ](η) < [f inv ](ξ) f, por lo cual [f inv ](ξ) <
[f inv ](η) dado que f inv inyectiva debido al teorema (2.5.9; 119), entonces f inv
creciente.
Teorema 6.2.11.
id
∀ n ∈ Z+ | IR n R+ ∪ {0} ⊆ R+ ∪ {0} .
Corolario 6.2.6.
R+ ∪{0}
∀ n ∈ Z+ | IR+ ∪{0} ◦(IR n ◦IR+ ∪{0} ) ∈ R+ ∪{0} ∧ IR ◦(IR+ ∪{0} ◦IR n ) = IR n .
l
Demostración.– Se deja al lector como ejercicio.
Teorema 6.2.12.
Corolario 6.2.7.
Teorema 6.2.13.
1) IR ∈ FR×R C .
2) f ∈ FR×RCp ∧ g ∈ FR×RCp ` f · g ∈ FR×RCp .
3) f ∈ FR×RC ` ∀ A ∈ P(Df ) \ {∅} | f ◦ IA ∈ FR×RC .
4) Teorema de valor intermedio:
a) f ∈ FR×RC[ a; b] ∧ [f](a) < [f](b) ` [f](a); [f](b) ⊆ f id (a; b) .
b) f ∈ FR×RC[ a; b] ∧ [f](b) < [f](a) ` [f](b); [f](a) ⊆ f id (a; b) .
Teorema 6.2.14.
∀ n ∈ Z+ | IR n continua .
unitario de ((62); 33) el corolario (6.2.7; 220) y el teorema (2.3.5; 98), por lo
ii
tanto ∀ a ∈ R+ ∪ {0} IR m ◦ IR+ ∪{0} {a} unitario debido a ((61); 32) pues
l
el cero también lo cumple como puede verificarlo el lector.
Con n ∈ N se invoca la relación Rn ≡ (a, b) ∈ (R+ ∪{0} ×(R+ ∪{0} |
R+ ∪{0}
bn = a , obteniéndose Rn ∈ R+ ∪ {0} del teorema (6.2.15; 221), y se
considera a la función raı́z positiva n-ésima de R haciendo IR+ ∪{0} 1/n ≡
√
Rn , y para a ∈ R+ ∪ {0} se conviene en + n a ≡ [IR+ ∪{0} 1/n ](a) . Ası́ mis-
mo, para el caso n ≡ 2 usualmente se omite el superı́ndice, procediendo con
√ √
+ a ≡ +2 a .
†
(IR 1/2 )im ◦ I[0,005; 16]
†
IR 1/2 ◦ I[0; 16]
†
IR 1/3 ◦ I[0; 16]
Teorema 6.2.16.
IR+ ∪{0} 0/1 = IR+ ∪{0} ◦ d1e ◦ IR+ ∪{0} y IR+ ∪{0} 1/1 = IR+ ∪{0} .
Demostración.– Como IR+ ∪{0} 0/1 = R1 , de ξ ∈ R+ ∪{0} se sigue [IR+ ∪{0} 0/1 ]
(ξ) = [R0 ](ξ) = 1 pues 10 = 1 de ((6.6); 211) con ((62); 33), además [IR+ ∪{0} ◦
d1e◦ IR+ ∪{0} ](ξ) = 1 , entonces ∀ η ∈ R+ ∪ {0} | [IR+ ∪{0} 0/1 ](η) = [IR+ ∪{0} ◦ d1e◦
IR+ ∪{0} ](η) de ((61); 32), por lo tanto IR+ ∪{0} 0/1 = IR+ ∪{0} ◦ d1e ◦ IR+ ∪{0}
debido a ((2.16); 90). Ahora, como IR+ ∪{0} 1/1 = R1 , para ξ ∈ R+ ∪ {0} se
sigue [IR+ ∪{0} 1/1 ](ξ) = [R1 ](ξ) = ξ ya que ξ 1 = ξ de ((6.6); 211) con ((62);
33), luego ∀ η ∈ R+ ∪ {0} | [IR+ ∪{0} 1/1 ](η) = [IR+ ∪{0} ](η) debido a ((61); 32),
concluyéndose IR+ ∪{0} 1/1 = IR+ ∪{0} de ((2.16); 90).
inv
IR+ ∪{0} ◦ (IR n ◦ IR+ ∪{0} ) = IR+ ∪{0} 1/n .
Corolario 6.2.8.
∀ n ∈ N | IR n ◦ IR+ ∪{0} 1/n = IR ◦ IR+ ∪{0} ∧ IR+ ∪{0} 1/n ◦ IR n = IR+ ∪{0} .
(IR+ ∪{0} ◦ IR+ ∪{0} 1/n ◦ IR+ ∪{0} )◦ (IR n ◦ IR ) = (IR+ ∪{0} ◦ IR+ ∪{0} 1/n ◦ IR+ ∪{0} )◦
IR n ◦ IR = IR+ ∪{0} ◦ IR = IR+ ∪{0} nuevamente del teorema (6.2.17; 223),
entonces ∀ n ∈ Z+ | IR n ◦IR+ ∪{0} 1/n = IR ◦IR+ ∪{0} ∧ IR+ ∪{0} 1/n ◦IR n = IR+ ∪{0}
de ((61); 32).
Teorema 6.2.18.
∀ n ∈ N | IR+ ∪{0} 1/n creciente .
7 También presenta una ambigüedad notacional con IR+ ∪{0} 1/n , pues se tienen dos ra-
zonamientos para IR+ ∪{0} 1/n = IR+ ∪{0} 1/n ◦ IR+ ∪{0} 1/n , lo cual no tiene mayores conse-
cuencias.
Lema 6.2.4.
∀ m & n & k ∈ N | (f m · f n )1/k ◦ I(f m )ii (R+ ∪{0})∩(f n )ii (R+ ∪{0} = (f m · f n )1/k .
l
Demostración.– Se deja al lector como ejercicio.
Demostración.– Para i ∈ N se considera S ≡ k ∈ N k IR ◦ (f k )1/i = (f 1/i )k
1/i 1/i
y se tiene IR ◦ (f 1 )1/i = IR ◦ IR+ ∪{0} ◦ IR1 ◦ f = IR1 ◦ IR+ ∪{0} ◦ IR ◦ f =
1/i
IR1 ◦ IR+ ∪{0} ◦ f = (f 1/i )1 de ((6.5); 210), luego 1 ∈ S. Ahora, de s ∈ S se tiene
IR ◦ (f s+1 )1/i = IR ◦ (f s · f 1 )1/i = IR ◦ (f s )1/i · (f 1 )1/i = (f 1/i )s · (f 1/i )1 de
los teoremas (6.2.5; 215) y (6.2.20; 225) con el lema (6.2.4; 225), por lo cual
IR ◦ (f s+1 )1/i = (f 1/i )s+1 debido al teorema (6.2.5; 215), entonces s + 1 ∈ S y
se sigue ∀ p ∈ S | p + 1 ∈ S de ((61); 32), entonces S = N del corolario (3.4.1;
164), por lo tanto ∀ m ∈ N | IR ◦ (f m )1/i = (f 1/i )m de ((1.14); 44), y se concluye
∀ m & n ∈ N | IR ◦ (f m )1/n = (f 1/n )m nuevamente de ((61); 32).
l
Demostración.– Se deja la lector como ejercicio.
P
Entre los comportamientos de PRn y Rn conocidos por el lector,
se consideran a los siguientes teoremas que serán utilizados en el siguiente
capı́tulo.
Demostración.– Con ξ ∈ R se hace S ≡ m ∈ n | PRm IR ◦ dξe ◦ Im =
ξ m y se infiere 1 ∈ S debido a ((1.6); 41) ya que PR1 IR ◦ dξe ◦ I1 =
[P[11 ](IR ◦(dξe◦I1 )) ](1) con [P[11 ](IR ◦(dξe◦I1 )) ](1) = 11 IR ◦ (dξe ◦ I1 ) (1) y
11 IR ◦ (dξe ◦ I1 ) (1) = ξ , luego [P[11 ](IR ◦(dξe◦I1 )) ](1) = ξ 1 debido a ((6.6);
211) y ((62); 33), por lo cual [PR1 ] IR ◦ (dξe ◦ I1 ) = ξ 1 . Ahora de k ∈
S ∩ n − 1 se tiene PRk+1 IR ◦ dξe ◦ Ik+1 = [P[1k+1 ](IR ◦(dξe◦Ik+1 )) ](k + 1)
con [P[1k+1 ](IR ◦(dξe◦Ik+1 )) ](k + 1) = [P[1k+1 ](IR ◦(dξe◦Ik+1 )) ](k) · [1k+1 ](IR ◦ (dξe ◦
Ik+1 )) (k+1) y [P[1k+1 ](IR ◦(dξe◦Ik+1 )) ](k) = [P[1k ]((IR ◦(dξe◦Ik+1 )◦Ik ) ](k) de ((6.7);
226) y [1k+1 ](IR ◦ (dξe ◦ Ik+1 )) (k + 1) = ξ , por consiguiente PRk+1 IR ◦
dξe◦Ik+1 = PRk IR ◦ dξe◦Ik ·ξ , luego PRk+1 IR ◦ dξe◦Ik+1 = ξ k+1
del lema (6.2.2; 215) y ((6.6); 211), luego k + 1 ∈ S debido a ((1.6); 41), y de
((61); 32) se obtiene ∀ j ∈ S ∩ n − 1 | j ∈ S , por lo cual n ⊆ S de la proposición
(3.4.1; 163), entonces PRn IR ◦ dξe ◦ Im = ξ n de ((1.6); 41).
P l
Análogamente el lector puede demostrar Rn IR ◦ dξe ◦ In = n · ξ , y de
P
((61); 32) se infiere ∀ λ ∈ R PRn IR ◦ dλe ◦ In = λn ∧ Rn IR ◦ dλe ◦
In = n · λ .
l
Demostración.– Se deja al lector como ejercicio.
l
Demostración.– También se deja al lector como ejercicio.
i
dedicarme) a convertir diferentes órdenes de magnitud, comparando coeficientes
binomiales y potencias de 2, o resolviendo ecuaciones que involucran tasas de
reacciones.
2 Charles Percy Snow (1905-1980), fue un fı́sico y novelista inglés autor de una serie de
novelas en las que lamenta la brecha entre cientı́ficos y literatos intelectuales... dos culturas.
3 Me refiero a todos los no matemáticos como laicos...
ii
A lo que me dedico lo llamo matemáticas, ası́ es como mis colegas en
todo el mundo lo llaman, y allı́ muy posiblemente está el inicio de la confusión.
La palabra abarca dos disciplinas, muchas más, en realidad, pero dos, al menos
dos en el mismo sentido en que Snow habla de dos culturas. Para tener algunas
palabras con las cuales referirme a las ideas que quiero discutir, ofrezco dos
neologismos 4 temporales ad hoc. Las matemáticas, como se usa habitualmente
la palabra, constan de al menos dos asignaturas distintas, y propongo llamarlas
matologı́a y matofı́sica. A grandes rasgos, la matologı́a es lo que habitual-
mente se llama matemática pura, y la matemofı́sica se denomina matemática
aplicada, pero los términos emocionalmente no son lo suficientemente fuertes
como para ocultar que califican el mismo nombre. Si la concatenación de sı́labas
que elijo aquı́ te recuerda otras palabras, no hará gran daño; las rimas aludi-
das no son completamente accidentales. Originalmente planeé llamar a esta
conferencia algo como “Matemáticas es un arte”, o “Las matemáticas no son
una ciencia”, o “las matemáticas son inútiles”, pero cuanto más pensaba en
ello, más me di cuenta de que me refiero a que “la matologı́a es un arte”, “la
matologı́a no es una ciencia y es inútil”. Cuando yo haya terminado, espero
reconozcan que la mayorı́a de ustedes ya sabı́an sobre la matofı́sica, solo que
ustedes probablemente la llamaban matemática; deseo que todos ustedes re-
conozcan la distinción entre matologı́a y matofı́sica; y espero que algunos de
ustedes estén listos para aceptar, o aplaudir, o cuando menos reconocer a la
matologı́a como un esfuerzo humano respetable.
iii
xacta o que ofendiera de alguna manera.
Como primer paso para decir lo que hacen los matemáticos, permı́tan-
me que les cuente algunas de las cosas que no hacen. Para comenzar, los
matemáticos tienen muy poco que ver con los números. Ya no se puede supo-
ner que un matemático sea capaz de agregar una columna de números rápida y
correctamente de lo que se puede esperar de un dibujante al dibujar una lı́nea
recta o un cirujano para hacer una incisión, leyenda popular atribuye tales ha-
bilidades a estas profesiones, pero dicha leyenda es incorrecta. Hay, sin duda,
una parte de las matemáticas llamada teorı́a de números, pero incluso eso no
se ocupa de los números en el sentido legendario: un teórico de números y una
máquina sumadora encontrarı́an muy poco de qué hablar. Una maquina podrı́a
disfrutar demostrando que 13 + 53 + 33 = 153, e incluso podrı́a descubrir que
solo hay cinco enteros positivos (1, 370, 371, 407) con la propiedad que indi-
ca la ecuación, pero a la mayorı́a de los matemáticos no les importa; muchos
matemáticos disfrutan y respetan el teorema de que cada entero positivo es la
suma de no más de cuatro cuadrados, mientras que el infinito involucrado en la
palabra “cada”asustarı́a y paralizarı́a cualquier máquina ordinaria de oficina,
y en cualquier caso, eso probablemente no es el tipo de cosas que la personas
que relegan a los matemáticos a los números, tenı́an en mente.
5 Trastorno caracterizado por una deficiencia muy profunda de las facultades mentales.
iv
matemático. Su construcción no lo es, eso es ingenierı́a, y su producto, ya sea
una nómina, un lote de correo ordenado o un supersónico plano, no tiene interés
o valor matemático.
Hay al menos otras dos cosas que la matologı́a no es; una de ellas es
algo que nunca fue. . . los cálculos algorı́tmicos, y la otra es algo que alguna vez
incluyó, pero que actualmente no posee. . . la matofı́sica. Algunos laicos con-
funden la matemática y la fı́sica teórica y hablan, por ejemplo, de Einstein
como un gran matemático. No hay duda de que Einstein era un gran hom-
bre, pero no era más un gran matemático que un gran violinista. El utilizó la
matemática para descubrir hechos sobre el universo, y para ese propósito em-
pleó con éxito algunos aspectos de la geometrı́a diferencial agregandole cierto
atractivo a la geometrı́a diferencial. Sin embargo la teorı́a de la relatividad y la
geometrı́a diferencial no son la misma cosa. Einstein, Schrödinger, Heisenberg,
Fermi, Wigner, Feynman, todos grandes hombres y fı́sicos excepcionales, pero
no matemáticos.
v
griegos (la trisección de un ángulo, la cuadratura de un cı́rculo, la duplicación de
un cubo) son de este tipo, al contrario del irreprimible matemático aficionado,
los actuales matemáticos ya no intentan resolverlos. Por favor entiendan que
no es que se hayan dado por vencidos, tal vez hayas escuchado o leı́do que,
de acuerdo con los matemáticos, es imposible cuadrar un cı́rculo, o trisecar un
ángulo, por lo cual, los matemáticos son un grupo pusilánime de corazones de
gallina, que se dan por vencidos fácilmente, y usan sus declaraciones ex-cátedra
para justificar su ignorancia. La conclusión puede ser cierta, y puede creerla si
lo desea, pero la prueba es inadecuada. El punto es pequeño pero famoso y de
interés histórico, déjenme hacer una digresión para discutirlo por un momento.
vi
y sabe que se requiere una solución exacta, pero deja de desear ser “padre de la
escritura”y simplemente comete un error. Con frecuencia, su actitud es la del
visitante de un campo de golf: si todo lo que se quiere es tener una pequeña
bola blanca en un pequeño agujero verde... ¿porqué no van y la ponen allı́?
vii
matemática (la ontogenia 6 recapitula la filogenia 7 ). Probablemente fue ası́ en
el comienzo, y aún es cierto que muchas ideas matemáticas no se originan en el
pensamiento puro sino en la necesidad material; muchas, pero probablemente
no todas. Casi tan pronto como un ser humano encuentra necesario contar sus
ovejas (¿o antes?) comienza a preguntarse sobre números y formas, movimien-
tos y arreglos; la curiosidad sobre tales cosas parece ser tan necesaria para el
espı́ritu humano como la curiosidad sobre la tierra, el agua, el fuego y el aire,
y la curiosidad -pura pura curiosidad intelectual- sobre las estrellas y sobre
la vida. Los números, las formas, los movimientos y los arreglos, y también
los pensamientos y su orden, y conceptos tales como “propiedad”y “relación”:
todos estos elementos son la materia prima de las matemáticas. El concepto
matemático básico pero técnico de “grupo”es lo mejor que puede hacer la hu-
manidad para entender el concepto intuitivo de “simetrı́a”y las personas que
estudian los espacios topológicos y los caminos ergódicos, y los gráficos orien-
tados están haciendo precisos nuestros crudos y vagos sentimientos sobre las
formas, los movimientos, y los arreglos.
viii
otra vez, se necesitan más explicaciones sobre nuevos conceptos, más nuevas
interrelaciones lógicas claman por estudio, comprensión y simplificación, y más
y más, el árbol de las matemáticas posee flores elaboradas y chillonas que, para
muchos observadores, valen más que las raı́ces de las que todo proviene y las
causas que lo llevaron a la existencia.
Matemáticas de hoy
Las matemáticas de hoy están muy vivas. Hay más de mil revistas
que publican artı́culos matemáticos; cada año se imprimen de 15,000 a 20,000
artı́culos matemáticos. Los logros matemáticos de los últimos cien años son
mayores en cantidad y en calidad que los de toda la historia anterior. Los
difı́ciles problemas matemáticos, que dejaron perplejos a Hilbert, Cantor o
Poincaré, están siendo resueltos, explicados y generalizados por jóvenes im-
berbes (y barbudos) en Berkeley y Odesa.
ix
puede llamarse a sı́ mismo un matemático hoy en dı́a si no tiene al menos una
vaga idea de álgebra homológica, topologı́a diferencial y análisis funcional, y
cada matemático es probablemente un tanto experto en al menos uno de estos
temas y sin embargo, cuando estudié las matemáticas en la década de 1930
no se habı́a inventado ninguna de esas frases, y los temas que describen solo
existı́an en formas seminales.
x
muchos desalientos y muchos comienzos en falso. A menudo ocurre que meses
de trabajo resultan en la prueba de que el método de ataque en el que se basan
no puede funcionar, y el proceso de adivinar, visualizar y concluir comienza
otra vez. Se necesita una reformulación, y esto también puede sorprender, se
necesita más trabajo experimental. Para estar seguro, por “trabajo experimen-
tal”no me refiero a tubos de ensayo y ciclotrones. Me refiero a los experimentos
mentales. Cuando un matemático quiere probar un teorema sobre un espacio
de Hilbert de dimensión infinita, examina su análogo de dimensión finita, exa-
mina en detalle los casos bidimensionales y tridimensionales, a menudo prueba
un caso numérico particular y espera que obtendrá de ese modo una idea de
que los malabarismos de definición pura no han cedido. La etapa deductiva,
escribir el resultado y escribir su prueba rigurosa es relativamente trivial una
vez que llega la percepción real; es más como el trabajo del dibujante, no del
arquitecto.
La Fraternidad Matemática
xi
(mucho más fácil que, por ejemplo, en literatura entre las artes, en crı́tica de
arte entre las humanidades, y en tu abominación favorita entre las ciencias
sociales).
xii
obtendrán (si aún no lo han hecho) una pequeña sensación de lo que atrae y
divierte a los matemáticos, y de qué se trata la naturaleza de la inspiración de
la que he estado hablando.
Imaginen una grupo de 1025 tenistas. Los que tienen una mentalidad
matemática de ustedes, si aún no han escuchado de este famoso problema,
han sido alertados de inmediato por el número. Es sabido por cualquiera que
haya continuado duplicando algo, cualquier cosa, que 1024 es 210 . Todos los
entendidos saben, por lo tanto, que la presencia en el enunciado de un problema
de un número como 1 + 210 seguramente es un fuerte indicio de su solución; las
posibilidades son, y esto puede adivinarse incluso antes de que la declaración
del problema esté completa, que la solución dependerá de duplicar o reducir a
la mitad algo diez veces. Los más conocedores también admitirán la posibilidad
de que ese número no sea una pista, sino una trampa. Imagine entonces que los
tenistas están a punto de realizar un torneo gigantesco de la siguiente manera:
planean partidos apareando al azar lo más que puede y el hombre impar no
juega en la primera ronda, en la segunda ronda solo participan los ganadores de
la primera ronda y el hombre inicialmente aislado. El procedimiento es el mismo
para la segunda ronda que para la primera: par al azar y se juega, con un nuevo
hombre impar esperando. Las reglas exigen que este procedimiento continúe,
una y otra vez, hasta que se seleccione al campeón del grupo. El campeón,
en este sentido, no derrotó exactamente a todos los demás, pero puede decir,
de cada uno de sus compañeros jugadores, que venció a alguien, que a la vez
venció a alguien, ..., que venció a alguien, que venció a ese jugador. La pregunta
es: ¿cuántos partidos se jugaron en total, en todas las rondas de todo el torneo?
xiii
513, lo cual es non de nuevo, y 256 es la mitad de 512), etc. El et cetera produce,
después de 512 y 256, los números 128, 64, 32, 16, 8, 4, 2, 1 y 1 (la última ronda,
que consiste en un solo partido y es la única donde no hay hombre impar), y
todo lo que se necesita es sumarlos. Es un trabajo simple que con lápiz y papel
puede realizarse en unos pocos segundos; la respuesta (y de ahı́ la solución del
problema) es 1024.
xiv
uno menos que el de la membresı́a del grupo. Si el número de miembros es
1025, la respuesta es 1024. Ahora si el número ha sido 1000, la respuesta serı́a
999, y obviamente, el presente método de pensamiento puro da la respuesta sin
computación, para cada número posible de jugadores.
xv
ese sentido toda la matemática es aplicada. Es, creo, un hecho psicológico que
incluso el más puro de los puros entre nosotros se emociona cuando sus pen-
samientos hacen un contacto nuevo e inesperado con el universo no matemático.
El tipo de talento requerido para ser buen matotólogo está ı́ntimamente rela-
cionado con el que demanda un matofı́sico. Los artı́culos que los matofı́sicos
escriben frecuentemente son indistinguibles de los de sus colegas matológos.
xvi
Seguramente nadie puede objetar a la matofı́sica o pensar menos de
ella debido a eso, y sin embargo muchos lo hacen. No quise identificar “concre-
to”con “práctico”por lo que no cabe menospreciarla, y tampoco quise asociar
“abstracto”con “inútil”. (El que 211213 + 1 es un primo es un hecho con-
creto, pero seguramente inútil, y que E=mc2 es una relación abstracta pero
desafortunadamente práctica) sin embargo, tales identificaciones -aplicadas-
concretas-prácticas-crudas y puras-abstractas -pedante-inútil - son bastante
comunes en ambos campos. Para el matemático aplicado, el antónimo de “apli-
cado”es “inútil”, y para el matemático puro el antónimo de “puro”es “sucio”.
xvii
música, me gusta en la artesanı́a, y me gusta incluso en medicina. Nunca confı́o
en un médico que dice que eligió su profesión por el deseo de beneficiar a
la humanidad... me siento incómodo y escéptico cuando escucho tales cosas.
Prefiero que el médico diga que lo hizo porque le gustó la idea, porque pensó que
serı́a bueno en eso, o incluso porque obtuvo buenas calificaciones en la zoologı́a
de la escuela secundaria. Me gusta el tema por sı́ mismo, tanto en medicina
como en música, y desde luego me gusta en la matemática.
Permı́tanme hacer una breve digresión con una historia breve y tal vez
apócrifa sobre David Hilbert, probablemente el matemático más importante
de los siglos XIX y XX. Cuando estaba preparando un discurso público, le
pidieron que incluyera una referencia al conflicto (¡incluso entonces!) Entre las
matemáticas puras y las aplicadas, con la esperanza de que si alguien podı́a
dar un paso hacia su resolución, él podrı́a hacerlo. Obedientemente, se dice que
comenzó su discurso diciendo: me pidieron que hablara sobre el conflicto entre
las matemáticas puras y las aplicadas. Me alegra hacerlo, porque es una gran
tonterı́a, no debe haber conflicto, no puede haber conflicto, no hay conflicto,
de hecho, las dos no tienen nada que ver una con la otra.
Creo que es innegable que una gran parte de la matemática nació y vive
con respeto y admiración, sin más motivo que el hecho de que es interesante; es
interesante en sı́ misma. La trisección angular de los griegos, el célebre problema
del mapa de cuatro colores y la espectacular contribución de Gödel a la lógica
matemática son buenos porque son hermosos, porque son sorprendentes, porque
queremos saber: ¿no sentimos todos la fuerza irresistible del rompecabezas?
¿Hay realmente algo de malo en decir que la matemática es una creación gloriosa
del espı́ritu humano y merece vivir incluso en ausencia de alguna aplicación
práctica?
xviii
La Matemática es un lenguaje
2. x2 − y2 = (x + y)(x − y).
xix
Ninguno de nosotros se siente insultado cuando un sinólogo 8 utiliza
algunas usa frases en chino, y estamos resignado a vivir sin el chino o pasar
algunos años aprendiéndolo. Nuestra actitud hacia la matemática deberı́a ser la
misma, es un lenguaje y lleva años aprender a hablarlo bien. Todos hablamos un
poco, solo porque parte de esto está en el aire todo el tiempo, pero lo hablamos
con acento y con frecuencia de manera inexacta; la mayorı́a de nosotros lo hace
aproximadamente tan bien como cuando uno solo puede decir Oui, monsieur
y S’il vous plait en francés. El matemático no ve nada malo en ello mientras
no sea reprochado por el resto de la comunidad intelectual por tener secretos.
Le llevó mucho tiempo aprender su idioma, y no menosprecia al amigo que
sin tener esos estudios no lo habla. Sin embargo, a veces es difı́cil mantener la
calma en un cóctel con conocidos que exigen que se le enseñe el idioma entre
bebidas, y que considera el fracaso o la negativa a hacerlo como signos seguros
de estupidez o esnobismo.
Algunas analogı́as
xx
También hay alguna analogı́a entre la matemática y la música. El
matólogo siente la necesidad de justificar la matemática pura tan escasamente
como el músico lo siente con la música. ¿Acaso los hombres prácticos, los hom-
bres que cumplen por las nóminas, exigen jazz relajante para hacer que un
trabajador de la cadena de un montaje se vuelva loco más rápido, o marchas
exitantes para hacer que un soldado mate con más entusiasmo? No, segura-
mente ninguno de nosotros cree en ese tipo de justificación; la música y las
matemáticas son de valor humano porque los seres humanos sienten que sı́ lo
son.
xxi
La matemática también se parece a la literatura, a diferencia de la
forma en que se parece a la música. La escritura y lectura de la literatura
está relacionada con la escritura y la lectura de periódicos, anuncios y señales de
tráfico de la manera la matemática está relacionada con la aritmética práctica.
Todos necesitamos leer y escribir y figurar para la vida diaria, pero la literatura
es más que leer y escribir, y la matemática son más que cálculos. La analogı́a
de la literatura puede ser utilizada para ayudar a comprender el papel de los
docentes y el papel del dualismo puramente aplicado.
xxii
caso: ¿es Chiquita Banana un tintineo publicitario o o una encantadora ópera
ligera?) Pero la frontera difusa no altera el hecho de que en la literatura (como
en la matemática) lo puro y aplicado es diferente en intención, en método y en
criterio de éxito.
xxiii
Una pintura debe ser pintada y luego observada, un teorema debe ser
impreso y luego leı́do. El pintor que piensa buenas imágenes, y el matemático
que sueña con bellos teoremas son diletantes; una obra de arte invisible es in-
completa. En la pintura y en la matemática hay algunos estándares objetivos
del bien, el pintor habla de buena estructura, lı́nea, forma y textura, donde
el matemático habla de verdad, validez, novedad, generalidad, que son rela-
tivamente más fáciles de satisfacer. Tanto los pintores como los matemáticos
debaten entre ellos si estos estándares objetivos deben incluso ser contados a los
jóvenes, el principiante puede malinterpretarlos y exagerarlos y al mismo tiem-
po pierden de vista los estándares subjetivos más importantes de la bondad.
La pintura y la matemática tienen una historia, una tradición, un crecimiento.
Los estudiantes, en ambas materias, tienden a acudir en masa a lo más nuevo,
pero excepto los mejores, pierden la dirección; carecen de la vitalidad en lo que
imitan, porque, entre otras razones, carecen de la experiencia basada en las
tradiciones del tema.
xxiv
Apéndice B
Alfabeto griego
1 Desarrollado alrededor del siglo IX a. C. a partir del alfabeto consonántico fenicio, los
griegos adoptaron el primer alfabeto completo de la historia, entendiéndolo como la escritura
que expresa los sonidos individuales del idioma, es decir que prácticamente a cada vocal y
cada consonante corresponde un sı́mbolo distinto.
xxv
Griego Español Griego Español
A, α alfa B, β beta
Γ, γ gamma ∆, δ delta
E, épsilon Z, ζ dseda
H, η eta Θ, θ zeta
I, ι iota K, κ kappa
Λ, λ lambda M, µ mi
N, ν ni Ξ, ξ xi
O, o ómicron Π, π pi
R, ρ rho Σ, σ sigma
T, τ tau Y, u ı́psilon
Φ, φ fi X, x ji
Ψ, ψ psi Ω, ω omega
xxvi
Apéndice C
Breviario de términos y
corrientes filosóficas
(Extraido fundamentalmente de la “Gran enciclopedia Larousse”)
xxvii
sı́ es inasequible para la inteligencia humana, ya sea porque se considera inex-
istente, reduciendo el ser a la representación del mismo (idealismo absoluto de
Berkeley, empirismo de Hume, empiriocriticı́smo de Mach 2 y Avenarius 3 ), ya
sea porque aún considerándola como existente, se afirma su incognoscibilidad,
por no alcanzar el entendimiento humano más que los fenómenos (idealismo
trascendental de Kant, positivismo de Comte). Niega, pues, la posibilidad de
que el hombre llegue a conocer el ser (absoluto) por la metafı́sica, la religión o
la ciencia.
xxviii
la ciencia.
Empirismo.- Doctrina filosófica según la cual todas las ideas son propor-
cionadas por la experiencia.
xxix
Kierkegaard 5 , el primer escritor que se calificó de existencialista, es-
cribió en su diario: “Tengo que encontrar una verdad que sea verdadera para
mı́... la idea por la que pueda vivir o morir”. Otros escritores existencialistas
se han hecho eco de la creencia de Kierkegaard de que el individuo ha de elegir
el camino propio sin la ayuda de modelos universales y objetivos. En contra
de la idea tradicional de que la elección moral implica un juicio objetivo sobre
el bien y el mal, los existencialistas han afirmado que no se puede encontrar
alguna base objetiva, racional, para defender las decisiones morales.
xxx
conlleva compromiso y responsabilidad.
xxxi
es el conocimiento de un ser externo a cualquier conciencia e independiente de
ella. De la naturaleza de ese ser, no se dice nada en concreto, y es plausible que
no se necesite comprometerse en una afirmación filosófica acerca del ser real o
material. . .
xxxii
la cultura) de fijar técnicamente y con éxito un concepto filosófico étnico de
“materia”.
xxxiii
trinas del cı́rculo de Viena (disuelto en 1939), llamadas también con más pre-
cisión positivismo lógico o empirismo lógico.
16 John Stuart Mill: Inglés, 1806-1873), “Lógica”, “Examen de la filosofı́a de sir William
Hamilton” y “Agusto Comte y el positivismo”.
17 Bertrand Arthur William Russell: Inglés, 1872-1970, “Principia mathematica”, “Los
problemas de la filosofı́a”, “Nuestro conocimiento del mundo exterior”, “El análisis de
la mente”, “El análisis de la materia”, “Investigación sobre significado y verdad” y “El
conocimiento humano: su finalidad y lı́mites”.
18 Ludwing Wittgenstein: Austriaco, 1889-1951, “Tractatus logicophilosophicus”, “Investi-
xxxiv
los neopositivistas han señalado las insuficiencias del análisis formal, que com-
plementan con un análisis de la significatividad de los lenguajes (semántica) y
de las relaciones entre los signos y sus intérpretes. La finalidad de esta consid-
eración más amplia del lenguaje, es establecer una teorı́a general de los signos
(semiótica) como base de la filosofı́a.
Ontologı́a.- Parte de la filosofı́a que estudia el ente en cuanto a tal. Wolff 19 fue
quien precisó su sentido y extendió su uso, definiéndola como el estudio de los
predicados más generales del ente, siguiendo un método racional y deductivo.
xxxv
y de las cosas entre sı́, y reduce la filosofı́a a una teorı́a y metodologı́a general
de las ciencias, puesto que sólo éstas son capaces de descubrir la constancia
de los fenómenos y formularlos (conceptos y juicios cientı́ficos). El positivismo
asegura la objetividad de esta constancia (de los fenómenos y de las leyes que
los asocian), nota que le distingue de la crı́tica posterior del neopositivismo a
la ciencia, y del agnosticismo epistemológico de Hume.
xxxvi
Apéndice D
Graficación cartesiana de
FR×R
xxxvii
“lı́neas” que distan 1u entre sı́ y “paralelas” a los lados del rectángulo, y en
ella el obsevador declara alguna intersección de las “lı́neas” de la cuadrı́cula
como origen inicial O, que está condicionada al comportamiento de f ◦ I(α; β)
y a la selección de escalas y desplazamientos para lograr una apariencia “satis-
factoria” de la gráfica en el rectángulo adoptado.
3 Del latı́n erratio (extravı́o, desviación, fluctuación) que no debe intrerpretarse con equiv-
ocación, tal como generalmente se hace. . . para los fı́sicos este comportamiento es familiar,
pero definitivamente no es ası́ para los matemáticos, y está ı́ntimamente relacionado con la
interpretación estadı́stica de la fı́sica.
xxxviii
(ξ · β) + λ ≤ c ∧ b ≤ (η · i) + ω ∧ (η · s) + ω ≤ d con s ∈ (Rf◦I(α; β) )s e
i ∈ (Rf◦I(α; β) )i , y al considerar T ≡ dξe · p1R×R + dλe × dηe · p1R×R +
dωe ∈ (R×R)R×R y proceder a coordenalizar RT ◦(IR ×(f◦I(α; β) )) con el método
catesiano, se obtiene una curva que es una realización gráfica de f ◦ I(α; β) , una
gráfica de la función seleccionada constituida por un conjunto de “puntos” en
†
la “realidad” que puede ser etiquetada con f ◦ I(α; β) para evidenciar la
diferencia 4 con f ◦ I(α; β) ∈ RDf ∩(α; β) .
xxxix
xl
Bibliografı́a
[3] T.M. Apostol, Calculus, Vol.I, One – Variable Calculus, with an Introduc-
tion to Linear Algebra; Xerox College Publishing (1967).
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xli
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ysis, Vol.I, Introduction to Analysis; Ginn and Co. (1959).
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ysis, Vol.II, Intermediate Analysis; Ginn and Co. (1965).
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tiplicity; Chelsea Publishing Company (1957).
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xlii
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Sons (1960).
xliii
[36] A. Robinson, Non-standar analysis; Princeton University Press (1974),
ISBN 978-0691044903.
xliv
Indice y simbologı́a
xlv
m
Coeficiente binomial. . . k , 226 cruz. . . h × g , 126
1
Coeficiente de Fourier, 420 doble bola. . . g ◦ f , 105
1
Coeficientes respecto a base, 316 doble bola punto. . . f φ , 298
2
Columna de matriz, 234 doble bola triángulo. . . g 4 f,
Combinación, 200 106
Combinación lineal, 320 producto. . . h · g , 237
Combinatoria, 196 seudounión. . . f d g , 105
Condición de especificación, 41 suma. . . f + g , 238
2
Conector tetra bola. . . g ◦ f , 106
coconcatenación. . . !,9 triángulo . . . g 4 f , 106
2
coimplicación tautológica triple bola. . . g ◦ f , 106
. . . ⇔ , 15 Conjunción
coinferencia. . . a ` , 20 coimplicación. . . ↔ , 9
concatenación. . . ,9 copulativa. . . ∧ , 9
idéntico. . . ≡ , 5 disyuntiva. . . ∨0 , 9
implicación tautológica dual. . . ∨ , 9
. . . ⇒ , 15 implicación. . . → , 9
inferencia. . . ` , 20 Conjunto, 29
no contenido. . . 6⊆ , 38 acotado inferiormente, 145
pertenencia. . . ∈ , 30 acotado superiormente, 143
seudo-orden funcional cero barra. . . 0 , 162
. . . f ≤ g , 114 de clases de equivalencia de R
Conjugación de funciones, 104 . . . [ ]R , 79
bola. . . f ◦ g , 105 coconjunto, 249
bola cruz. . . h ⊗ g , 126 complemento. . . AX c , 54
bola mas. . . f ⊕ g , 239 de los conjuntos n . . . N , 162
bola punto. . . f φ , 238 contenedor lineal. . . VN , 322
1
bola triángulo. . . g 4 f , 106 de cotas inferiores. . . Ai , 145
xlvi
de cotas superiores. . . As , 143 de subespacios afines a través
diferencia. . . A \ B , 47 de p . . . AW, p , 251
finito, 183 de subespacios vectoriales de W
xlvii
De Morgan Augustus, 54 Eigenvalor, 424
Dedekind Richard, 39, 138 Eigenvector, 424
Delta de Kronecker de J . . . δ J , 296 Einstein Albert, 7, 45, 57
Demostración Elemento, 30
directa, 21 Elementos equivalentes. . . a ≈ b , 79
inversa, 26 Ente de razón, 3
por contradicción, 26 Enunciado lógico
Descartes René, 4 abierto, 7
Desigualdad simple, 3
de Bessel, 421
Espacio
de Cauchy-Schwarz, 412
cociente de M . . . W/M , 253
del triángulo, 410, 414
de dimensión finita, 374
Dieudonné Jean, 39
dual de V . . . V ∗ , 283
Dimensión, 365
euclideano m-dimensional, 412
Dimensión. . . dim(W ), 374
de funciones lineales en W V
finita, 366
. . . L(V, W ) , 278
infinita, 366
matricial real. . . (R n ) m , 234
Dirac Paul, 411
prehilbertiano, 411
Dirichlet Johann, 229
de tensores alternantes de orden
Discusión lógica, 3
n en W . . . AW n , 435
Dominio de relación. . . DR , 77
de tensores covariantes de orden
Dualidad de funciones, 127
n en W . . . ∗W n , 426
xlviii
Estado lógico, 3 contextual, 121
falso. . . f, 4 creciente, 217
verdadero. . . g, 4 decreciente, 217
Euclides, 25 dual, 127
Euler Leonhard, 87 formal, 82
idempotente, 351
Factorial, 226
identidad de A . . . IA , 93
Familia, 128
identificadora de identidades
Independiente, 336
en A . . . IA , 335
Fermat Pierre, 133
inclusión tradicional. . . iB , 94
Fibra, 142
inclusión. . . IB ◦ IA , 112
Fibración, 142
inversa. . . f inv , 118
Forma cuadrática, 364
inversa aditiva. . . − g , 238
Forma lineal, 283
inversa derecha, 118
Fourier Jean-Baptise, 420
inversa izquierda, 118
Fraenkel Adolf, 39
inversa multiplicativa. . . f im , 214
Frege Gottlob, 28, 36
Fregoso Arturo, 81 invertible, 118
ΠF
Función inyección. . . Θ , 295
xlix
1
potencia n-ésima. . . f n , 214 . . . P ΠF ◦ dfe , 132
producto en Rn . . . PRn , 226 de funcionales de α . . . Fα , 384
A×B
proyección de A × B . . . p1 de funciones adjuntas
A×B
y p2 , 127 . . . AV, W , 388
proyección j–ésima de ΠF de generaciones lineales
. . . pj ΠF , 132 . . . LW , 333
proyección. . . ΠΠ(IP (W ) ◦E) (j), 348 de proyecciones
proyectiva de ΠF . . . P ΠF , 131 . . . ΠΠ(IP (W ) ◦E) , 347
proyectiva j–ésima de ΠF de subespacios afı́nes a M
. . . [P ΠF ](j) , 132 . . . FW/M , 253
1/n
raı́z n-ésima de R . . . IR+ ∪{0} , 222 Funcional
raı́z n-ésima. . . f 1/n , 224 bilineal, 364
bF
rango. . . R lineal, 283
A×B , 253
l
Hermie Charles, 411 Ley del paralelogramo, 416
Hilbert David, 37, 39 Linealmente independiente, 315
Hipótesis, 19
Mann Thomas, 2
Homomorfismo, 291
Matemática formal, 2
Huxley Thomas Henry, 133
Matofı́sica, 7
Igualdad Matologı́a, 7
c Matriz
conjuntal. . . = , 43
funcional, 85 asociada, 395
li
enteros. . . Z , 136, 166 Principio
irracionales. . . I , 136, 166 del análisis combinatorio, 197
naturales. . . N , 136, 161 de buen orden, 161
racionales. . . Q , 136, 166 de identidad, 6
reales negativos. . . R− , 142 de inducción matemática, 164
+
reales positivos. . . R , 142 de no contradicción, 5
reales. . . R , 135, 140 de tercero excluido, 3
transfinitos, 185 Proceso invocativo
Operador Producto
Hermitiano, 423 cartesiano. . . ΠF , 128
lineal. . . L(V ) , 283 cartesiano simple. . . A × B , 74
Orden total, 147 con escalar, 230
Ortogonalización de Gram-Schmidt, 422 escalar, 411
matricial. . . ×nm, k , 394
Par ordenado en A × B , 74
semiescalar, 411
Par ordenado. . . (ξ, η) , 73
tensorial elemental. . . V ∗ W , 359
Parámetro, 126
tensorial. . . ∗ΠG , 426
Paradoja de Russell, 42
Partición, 142 Programa logista, 28
lii
semiabierta, 31 de b con la base a . . . ba , 178
Proposicion fundamental decimal de b . . . b10 , 178
de recurrencia, 204 Residuo de división, 172
Proyección de ξ en M . . . Pξ/M , 419 Riemann Georg, 241
Russell Bertrand, 42, 181
Rango de función lineal, 380
Recorde Robert, 5 Santaló Luis, 178
Reducción al absurdo, 25 Schmidt Erhard, 422
Regla de correspondencia, 92 Schwarz Hermann, 412
Regla de inferencia, 19 Segmento dirigido, 231
adición, 21 Semiótica, 4
dilema constructivo, 21 Serie
P
dielma destructivo, 21 finita. . . α, 257
modus ponens, 20 infinita, 257
P
modus tollens, 20 suma. . . α (n), 257
P
silogismo disyuntivo, 21 Serie de α . . . α , 227
liii
Subespacios complementarios, 342 Valor de a bajo f . . . [f](a), 85
Suma Valor de relación, 77
de conjuntos. . . M + N , 247 Variación, 199
directa, 336 Vector, 231
de familia. . . ⊕IP (W ) ◦E , 332 Vectores ortogonales. . . α ⊥ β , 415
finita. . . ] β, 268 von Neumann Johann, 45, 137
vectorial, 230
Weil André, 58
Sumatoria. . . σ Π(IP (W ) ◦E) , 332
Whitehead Alfred, 181
Supremo de A . . . sup(A) , 144
Zermelo Ernst, 39, 56
Término de familia, 128
Tablas de verdad, 10
Tautologı́a, 14
Tensor, 426
alternante, 435
covariante, 359, 426
elemental, 429
simétrico, 435
Teorema
de recurrencia, 208
2o fundamental del cálculo, 241
matemático, 24
de Pitágoras, 416
de vacuidad, 59
Tesis, 19
Transposición, 262
Traslación, 250
liv