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Higiene
En vista que el chorizo es un embutido crudo fácilmente se puede contaminar, por cuanto se
deben
mantener estrictas normas de higiene durante todo el proceso. Las mesa donde se pican y
embute el
chorizo se deben lavar y desinfectan antes de su uso. El personal de proceso debe vestir la
indumentaria
adecuada: botas, gabacha, redecilla para el pelo, bozal y guantes. El agua y el hielo deben r
de buena
calidad microbiológica.
Control de la Materia Prima
La carne que se utiliza en la elaboración de chorizo debe provenir de toros, vacas y cerdos
adultos,
sacrificados en mataderos aprobados por las autoridades sanitarias. Los aditivos por
provenir de fuentes
diversas se debe esterilizar por gasificación con óxido de etileno en cantidad de 500 ml de
gas/m3 del local
de esterilización durante 6 horas de exposición. Normalmente un solo tratamiento no es
suficiente, por
cuanto hay que repetirlo.
Control del Proceso
Los puntos de control son:
1. La correcta formulación de las materias primas e ingredientes.
2. El picado de la carne, debido a que el chorizo tiene una textura más gruesa que otros
3. embutidos, entonces debe usarse los discos recomendados.
4. El tiempo y temperatura del añejamiento y presecado por que en estos pasos se
desencadenan
reacciones de maduración de la pasta.
5. La selección de las maderas para el ahumado, para que le den el sabor y color
característicos del
producto.
6. Las temperaturas y condiciones de almacenamiento en refrigeración, tanto de la materia
prima,
como del producto terminado.
7. La higiene del personal, de los utensilios y de los equipos.
Control del Producto
Los principales factores de calidad son el color, el sabor y la textura del producto.
Empaque y almacenamiento
El chorizo tradicional se embute en tripa natural (intestino del cerdo). Estas tripas se deben
lavar con agua caliente y luego enfriar y almacenar en refrigeración hasta su uso. La
calidad final del chorizo depende mucho de la utilización de envolturas adecuadas. El
producto final debe mantenerse en refrigeración y tiene una vida útil de aproximadamente 8
días.
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au165s.pdf&ved=2ahUKEwix0fCD0svdAhVOrVMKHVfyDqcQFjAOegQIBhAB&usg=AOvVaw
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2.4.2. Normas Técnicas del chorizo:
Según las normas peruanas e internacionales el chorizo es un embutido crudo
constituido por una masa hecha a base de 60% de carne, como mínimo, y 40%, como
máximo, de tejido graso de porcino, todo lo cual debe ser perfectamente triturado y
mezclado con agregados de condimentos uniformemente distribuidos. El porcentaje de
carne señalado debe estar constituido en un 50% como mínimo por carne de porcino y el
otro 50% como mínimo, por carne de bovino y/o porcino. El color del chorizo puede ser
blanco, sin la adición de ingredientes no cárnicos o aditivos que den color, o rojo, color
conseguido mayoritariamente mediante la adición de ácido carmínico u otros colorantes
(Ramos-Delgado, 2008).
b) Grasa de carnicería
La grasa puede entrar a formar parte de la masa del embutido bien infiltrada en los
magros musculares, o bien añadida en forma de tocino. Se trata de un componente
esencial de los embutidos, ya que les aporta determinadas características que influyen de
forma positiva en su calidad sensorial.
Es importante la elección del tipo de grasa, ya que una grasa demasiado blanda
contiene demasiados ácidos grasos insaturados que aceleran el enranciamiento y con ello
la presentación de alteraciones de sabor y color, motivando además una menor capacidad
de conservación.
La grasa de los animales contiene grasa orgánica y grasa de tejidos. La grasa orgánica,
como la del riñón, vísceras y corazón, es una grasa blanda que normalmente se funde para
la obtención de manteca. La grasa de los tejidos, como la dorsal, la de la pierna y de la
papada, es una grasa resistente al corte y se destina a la elaboración de los productos
cárnicos, en el caso de querer realizar productos bajos en grasas saturadas, se puede
sustituir por grasa vegetal (Blandón, 2008).
Para la fabricación de productos cárnicos se necesita grasas de carnicería en cantidad
variable. Influyen sobre los mencionados productos en forma distinta. Así, la grasa presta
a los embutidos de sangre su aspecto y sabor típicos; el embutido de hígado, la necesaria
flexibilidad; en los embutidos crudos constituye la coloración blanca del mosaico, a la vez
que hace jugosa a la masa.
Los productos cárnicos resultan influidos de manera perjudicial por las grasas de
carnicería cuando es anómalo el color, olor, sabor y consistencia de estas. La grasa dorsal
demasiado consistente se colorea durante el curado de tono ligeramente rojo, lo cual
debilita el contraste. La grasa blanda solo se deja elaborar estando congelada; presta
textura viscosa a la masa a embutir y a la sección del embutido. Las anomalías del olor y
sabor de la grasa se transmiten a la fracción muscular (Weiling, 1973).
a) Aditivos
Se consideran a nivel legal, a aquellas sustancias añadidas intencionadamente a los
alimentos para mejorar sus propiedades físicas, sabor, conservación, etc. Pero no aquellas
con el objetivo de aumentar su valor nutritivo, por lo que se excluyen de la definición de
aditivo, sustancias como residuos de fármacos de uso veterinario, insecticidas, etc. Si se
busca las primeras utilizaciones de los aditivos, tenemos que remontar a la prehistoria, ya
entonces se utilizaban la sal y el vinagre (González y Jaramillo, 2009).
Son sustancias que mejoran la calidad del producto, sin aportar valor nutricional; se
agregan a productos cárnicos con el objeto de conseguir su estabilización y preservación
en forma más segura; además para una adecuada trabazón y consistencia en los
embutidos. Como por ejemplo: estabilizadores, aglutinantes, potenciadores de sabor,
antioxidantes, antifermentativos, colorantes y ablandadores (González y Jaramillo, 2009).
Garriga (1987), argumenta que los aditivos son sustancias que van a influir en los
procesos físico-químicos microbianos mejorando el sabor, ya que la carne y grasa para
embutidos carentes de sal, son insípidos. Cada aditivo tiene su función específica por
ejemplo: la sal común y el glutamato monosódico mejoran el sabor, el ácido ascórbico es
preservante y estabilizador de color.
Müller y Ardoino (2007), argumentan que los aditivos se clasifican básicamente en
tres grupos:
- Potenciadores de sabor: son sustancias sin ningún sabor y aroma propios, que
refuerzan la intensidad de los saborizantes y del sabor de la carne de los
embutidos. Ejemplos de potenciadores de sabor: glutamato monosódico,
hidrolizado de proteínas, aminoácidos como la asparagina.
- Saborizantes: como las esencias de humo, los extractos de humo o los
condimentos de humo.
- Otros saborizantes: pueden ser azúcares, que se emplean no sólo por su sabor
propio, sino porque contrarrestan el sabor salado de la sal y el amargo de ciertas
especias. La sal es el saborizante más importante en productos cárnicos. Además
de su sabor propio, tiene una importante función en la solubilización de las
proteínas de la carne, que facilita la liga de las emulsiones cárnicas.
Se dividen en dos:
✓ Nitratos y Nitritos. Desempeñan un importante papel en el desarrollo de
características esenciales en los embutidos, ya que utilizados a concentraciones
< 500 ppm para Nitratos y concentraciones < 200ppm para Nitritos
intervienen en el sabor y aroma especial al producto, retardan la rancidez,
otorgan color rosado y participan en la inhibición del Clostridium botulinum.
Ayudan al proceso de curado de las carnes, mejoran la consistencia. Además
sirven para obtener un mayor rendimiento en peso, porque tienen una
capacidad fijadora de agua. Pero lo más importante, es que el nitrato protege a
las carnes del “Botulismo”, una de las peores formas de envenenamiento que
conoce el hombre. Los nitratos y nitritos se usan en cantidades muy pequeñas
y debe tenerse cuidado de no exceder la cantidad recomendada porque puede
echar a perder los productos. Aquí conviene aclarar que cuando el productor
desee modificar la receta de elaboración, debe respetar la cantidad señalada de
nitratos y nitritos. Un nombre comercial de los nitratos y nitritos es “Cura
Premier” (González y Jaramillo, 2009).
✓ Sal común. La cantidad de sal utilizada en la elaboración de embutidos varía
entre el 1 y el 5%. Los embutidos madurados contienen más sal que los
frescos. Esta sal adicionada desempeña las funciones de dar sabor al producto,
actuar como conservante, solubilizar las proteínas y aumentar la capacidad de
retención del agua de las proteínas y favorecer la penetración de otras
sustancias curantes. La sal retarda el crecimiento microbiano. A pesar de estas
acciones favorables durante la elaboración de los embutidos, la sal constituye
un elemento indeseable ya que favorece el enranciamiento de las grasas
(Blandón, 2008).
b) Condimentos y especias
Las especias y condimentos son sustancias aromáticas de origen vegetal que se
agregan a los productos cárnicos para conferirles sabores y olores peculiares.
Los más conocidos son las cebollas y los ajos que se usan tanto frescos como secos o
en polvo. La lista es larga: páprika, pimienta blanca, pimienta negra, pimentón, laurel,
jengibre, canela, clavos de olor, comino, mejorana, perejil, nuez moscada y tomillo, entre
otros.
La adición de determinados condimentos y especias da lugar a la mayor característica
distintiva de los embutidos crudos curados entre sí. Así por ejemplo el salchichón se
caracteriza por la presencia de pimienta, y el chorizo por la de pimentón.
Normalmente se emplean mezclas de varias especias que se pueden adicionar enteras
o no (ver Tabla 4). Normalmente no se añade más de 1% de especias. Además de
impartir aromas y sabores especiales al embutido, ciertas especias como la pimienta
negra, el pimentón, el tomillo o el romero y condimentos como el ajo, tienen propiedades
antioxidantes (Blandón, 2008).
Los aceites etéreos, sustancias amargas, esencias, glucósidos y alcaloides contenidos
en las especias actúan como mejoradores del sabor y aperitivos; a la vez prolongan la
capacidad de conservación de los productos cárnicos. Casi todas las especias utilizadas
actúan como antioxidante y evitan el enranciamiento de las grasas contenidas en los
productos cárnicos (Weiling, 1973).
Especias molidas:
❖ Ventajas :
- más económicas
- sabor con perfil más conocido
- más fáciles de manejar por personal no experto
❖ Desventajas :
- ocupan mayor volumen en depósito
- tienen elevada carga bacteriana
- el almacenamiento prolongado disminuye la intensidad de aroma y sabor.
- pueden ser afectadas por insectos (gorgojos)
- en las frescas, como el ajo y la cebolla varía la intensidad de aroma y sabor de
acuerdo al estado vegetativo del bulbo.
- necesitan ser molidas, resultando ser contaminantes de ambientes (polvos).
Oleorresinas (extractos):
❖ Ventajas:
- se requiere pequeños cantidades en comparación con las especias molidas (ver
Tabla 5).
- ocupan poco espacio en depósito
- vienen acondicionadas en tanques plásticos
- no tienen contaminantes bacterianos
- son fáciles de trabajar
- son uniformes, elaboradas de acuerdo a normas de calidad
❖ Desventajas:
- costes más elevados
- algunas cristalizan a bajas temperaturas lo cual dificulta su empleo (por ejemplo,
nuez moscada).
- si se compran mezclas preparadas para determinado embutido, son de uso fácil
pero si se compran individuales (coste sensiblemente menor) se necesita formular
las mezclas.