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Disciplina Positiva

de la A a la Z
Jane Nelsen

PARTE 1

¿QUE ES LA DISCIPLINA POSITIVA?

Los/as educadores/as son quienes ayudan a los niños y niñas a crecer


con sensación de que se les tiene en cuenta y de que pertenecen a la “familia”,
enseñándoles habilidades sociales que les ayudan a sentirse queridos,
especiales, únicos e importantes. Velando por su seguridad.
La disciplina positiva no tiene que ver con el control ni con el castigo, mas bien
con enseñar, educar, preparar, entrenar, moderar, construir habilidades y
centrarse en las soluciones. La DP es constructivista, alentadora, afirmativa, útil,
afectuosa y optimista. Se basa en las relaciones de respeto mutuo,
respetándonos a nosotros mismos y a los/as niños/as.
La DP enfatiza el equilibrio entre la firmeza, el cariño y el respeto. No es ni
permisiva ni punitiva, fomentando la esperanza, la adquisición de competencias
y el amor.

SER AMABLE Y FIRME.


Los/as Educadores/es se distancias, observan y reflexionan antes de
actuar. Enseñando qué se debe hacer, en lugar de estar diciendo
continuamente, si o no. Buscan soluciones, en lugar de culpar a nadie, y saben
que ellos son los primeros que pueden y deben cambiar. Son amables firmen y
eliminan el sentimiento de culpabilidad de su vida, permitiendo cometer errores,
ser imperfecto e intentarlo una y otra vez. Pues de los errores es de donde más
se aprende.

DECIR QUÉ SE VA A HACER, Y HACERLO.


El concepto fundamental de la DP es que el/la Educador/a es quien debe
aprender a cambiar, en lugar de pretender controlar y cambiar a los demás. Pues
puede resolver los problemas controlando su propia conducta y decidiendo qué
va a hacer usted en lugar de qué va intentar que hagan los niños/as.

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Las acciones deben acompañar siempre a las palabras y debe ser consecuente
con lo que decida. Lo mejor es pensar bien antes de abrir la boca, distanciarse y
poner toda la atención en el problema.
El problema se resuelve mucho mejor, si tiene el valor de cumplir con lo
prometido, porque permite que su hijo aprenda de su conducta.
Los educadores amables y firmes ahorran palabras, y solo hablan para decir lo
maravillosos que son “sus” niños/as, para conversar temas interesantes o para
conversar de como nos va la vida.

HECHOS, NO PALABRAS.
Los niños/as dejan de escuchar a los Educadores/as porque hablan
demasiado. Los Educadores/as que educan con palabras no se dan cuenta de
que son ellos quienes no utilizan habilidades educativas afectivas. Deje de
contar hasta tres, selle sus labios actúe. Se sorprenderá de los resultados.
Pídale que pare una vez, si el niño/a insiste quítele el objeto (con respeto) en
lugar de repetirse mil veces.
No pregunte si van a hacer algo que quieres que hagan, y directamente díselo.
Así no cuestionaran las decisiones, porque las cosas son así y no hay necesidad
de convertirlo todo en un debate o en una discusión. Asegúrese de que está en
la misma habitación que los niños/as cuando se les pide algo, y mírelos a los
ojos, y gana su atención. La acción es una buena herramienta para obtener
resultados.

SER CONSECUENTE.
Cumplir lo que se ha dicho que se va a hacer reduce la frustración y los
conflictos con los niños/as, a la vez que les enseñamos muchas habilidades que
van a necesitar mas adelante en la vida.
Es un modo muy efectivo de conseguir que los hijos escuchen y cooperen. Es
ser proactivo.
En lugar de precipitarse a intentar solucionar el problema, busque patrones de
conducta y decida qué quiere modificar.
1. Preste toda su atención al problema.
2. Reconozca los sentimientos del niño/a
3. Diga al niño/a lo que debe hacer, en lugar de lo que no debe hacer.
4. Encuentre la solución con su ayuda.
5. Explíquele como se siente usted y establezca sus límites.
6. Actúe en consecuencia.

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El castigo puede resolver el problema en ese momento, pero no enseña ninguna
de las habilidades que enseña ser consecuente y, además, es ofensivo e
irrespetuoso.
SUSTITUIR EL CASTIGO POR INFORMACION Y POR LA OPORTUNIDAD DE
APRENDER DE LOS ERRORES.
El castigo no tiene cabida en la DP. Hace daño, provoca que los demás se
sientan mal y se basa en el miedo. A los que lo utilizan, les permite dar salida a
su ira y a su frustración, además están convencidos de que los niños/as deben
sufrir para aprender, permitiéndoles sentir que controlan, sobre todo cuando
elimina temporalmente el problema.
Para que la Disciplina pueda ser efectiva, debe ser racional y afectuosa.
Los métodos de DP se centran en enseñar a los niños/as que su conducta afecta
a los demás y que, si le hacen daño a alguien, habrá un adulto que les ayudará a
detenerse.
Los que utilizan la DP no evitan los problemas. Se implican activamente en
ayudar a los niños/as a afrontar las situaciones de un modo mas adecuado, al
tiempo que permanecen tranquilos y amables y muestran respeto tanto a si
mismos, como a los niños/As.

MEJORAR LAS HABILIDADES DE COMUNICACIÓN.


Ayudar a que aprendan a pensar por si mismos. Escuchar es la habilidad
de comunicación más difícil de entre todas las que han aprendido los
Educadores/as.

Hacer preguntas por curiosidad:


Si se les dice, se impide que los niños desarrollen su conocimiento y su
capacidad de juicio; así como la capacidad de prever las consecuencias, o la de
asumir la responsabilidad de lo que han hecho, los errores son oportunidades
fantásticas para aprender. Se les enseña qué deben pensar, no cómo hacerlo, si
no, el niño/a tenderá a buscar el siguiente “experto” que le diga qué hacer, en
lugar de utilizar sus habilidades de racionamiento crítico.
No pregunte hasta que esté dispuesto y preparado para escuchar. Ayudándole a
desarrollar habilidades de racionamiento y de pensamiento.
Cuando los niños/as nos cuentan algo, hay que aprovechar la gran ocasión que
se nos brinda y ayudar al niño a reflexionar sobre lo que ha sucedido y a
conectar con sus emociones. Sin embargo, hay que evitar tratar de ayudarle si
no lo pide.

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Practicar la escucha reflexiva:
Hacerles de espejo. Lo mejor es utilizar palabras diferentes a las que ha utilizado
él/ella, pero ciñéndose estrictamente a lo que dice.
Después se le puede decir que te lo haya contado, y si quiere un abrazo, por
ejemplo. Resultando mucho mas efectivo que intentar solucionar el problema y
sermonear. Si se les permite expresar sus emociones sin juzgarlas, se les
permite aprender solos, por lo que se les educa mejor.

Desarrollar un vocabulario:
Escuchar cuando nos explican lo que sienten, sin intentar interpretar ni
solucionar lo que nos cuentan. Aprendiendo que está bien tener emociones y
expresarlas. Dando el nombre a la emoción, enseñamos a los niños/as el
vocabulario de las emociones que sienten. Además, puede compartir sus
sentimientos.

Escuchar con la boca cerrada:


Los niños hablan mas cuando los adultos hablan menos y se limitan a ir
asintiendo con expresiones como “aha” o “Mmmm”

Emplear la frase “veo que…”


En lugar de preguntas trampa, utilice afirmaciones que empiecen por “veo que…”
(veo que no has ordenado la habitación).

EXPECTATIVAS RAZONABLES.
Es muy importante cuidar de uno mismo y establecer expectativas
razonables, para poder alcanzarlas.
Sea realista con el presupuesto y sea consciente de la diferencia entre lo que los
niños quieren y lo que necesitan.
Darles demasiado pueden convertir a los niños/as en materialistas que no saben
ser felices ni tener “cosas”.

REUNIONES FAMILIARES.
Implicar a toda la familia en la organización de la casa. Aprender a
resolver problemas, adquirir habilidades comunicativas y aprender a mostrar
respeto, a ser creativos, a expresar emociones y a divertirse en familia.

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Es un momento y un lugar en que todos los miembros de la familia se sientan
juntos y hablan de sus preocupaciones.
Con un orden del día: reconocer lo que se ha hecho bien, tratar temas
recurrentes, resolver problemas, organizar tareas y programar tiempo de ocio
todos juntos. Durante la misma todos pueden expresar emociones, felicitarse los
unos a los otros y conversar.
Si alguien decide que no quiere acudir a la reunión, llévenla a cabo igualmente
sin el o si ella y háganle saber que puede unirse al grupo cuando desee. Hay
que marcarse un tiempo máximo para las reuniones.
Durante la semana hay que poner el orden del día a la vista, para que todo el
mundo pueda verlo y añadir puntos.
Se empieza diciendo y escuchando algo positivo y se van apuntando los
acuerdos que se alcancen. Las reuniones pueden ser un buen momento para
poder practicas las habilidades de resolución de problemas, para escuchar las
emociones de los demás y para ser capaces de ofrecer soluciones.
Es importante que todos los miembros estén de acuerdo antes de llevar a cabo
un cambio. Habrá temas que deberán discutirse varias semanas antes de llegar
a un acuerdo.
Estas reuniones funcionan mucho mejor cuando todos se centran en las
soluciones y no en las culpas. Nadie debe sentirse atacado, todos deben ser
escuchados y tomados en serio.

OPCIONES LIMITADAS.
Siempre que sea apropiado, deje escoger a los niños/as entre al menos
dos alternativas aceptables.
Es especialmente positivo cuando se añade: “Tú decides”.
A medida que los niños/as crecen las alternativas han de ser mas amplias o
acabaran apareciendo luchas de poder. Si no se habla con los adolescentes y no
se tiene en cuenta su punto de vista podemos incitar a rebelión.

LÍMITES.
A medida que se hacen mayores, los limites se extienden y ellos/as
pueden colaborar a la hora de establecerlos. Los niños/as mostraran cuando
están preparados para asumir mas libertad y se implicaran en el proceso de
establecer nuevos límites, respetuosos para todos/as.
Con frecuencia, los niños/as están preparados para asumir mas responsabilidad
antes de que los educadores estén para concedérsela.

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Los Educadores/as que ejercen una disciplina positiva establecen limites
utilizando las consecuencias naturales, las consecuencias lógicas y las rutinas.
Las consecuencias naturales son muy sencillas y muy efectivas (si nos
quedamos bajo la lluvia nos mojamos). Se practican estas consecuencias
aprendiendo a esperar y a observar antes de actuar, para ver lo que hace el
niño/a si usted no interviene. Estos aprenden de forma natural siempre que los
educadores resistan el impulso de controlarles, rescatarles o castigarles por lo
que han elegido.
Las consecuencias lógicas permiten que los niños/as aprendan para el futuro. sí
permiten que experimenten las consecuencias de sus elecciones, se les ayuda a
aprender lecciones muy valiosas. Puede aprender a equivocarse y a volver a
intentarlo. (siento mucho que te hayas dejado el bocadillo, quizás algún
compañero quiera compartir contigo, porque yo no te lo puedo llevar).
Si le permite que aprenda de una pequeña molestia, le ahorrará los años de
problemas con que se encontraría si nunca experimentara las consecuencias de
su conducta.
Las consecuencias mas efectivas son las que se establecen con la colaboración
del niño/a.
Si el niño/a le dice que no piensa hacer lo que usted le ha pedido, puede
ofrecerle una elección limitada como: “bueno, puedes hacerlo antes de
desayunar o antes de comer. No hacerlo no es una opción”.

ESTABLECER RUTINAS.
Contribuyen a eliminar las luchas de poder y permiten que todos los
miembros se sientan importantes y puedan colaborar. A través de ellas se
obtienen beneficios a largo plazo, dan seguridad, calma y confianza además de
competencias para la vida. Dándoles la oportunidad de centrarse en las
necesidades de cada situación.
Aprenden a responsabilizarse de su propia conducta, a sentirse capaces y a
colaborar.
Cuando es amable y firme, las rutinas que establezca funcionaran hasta que el
niño crezca un poco y pueda probar los limites.
Hagan una tabla con la rutina de irse a dormir, hágale una foto al niño/a
haciendo cada una de esas tareas y ayúdele a pegarlas en orden. Ahora, la tabla
con la rutina es quien manda. ¿qué es lo siguiente de la tabla? Remítase
siempre a la tabla marcando horas límite.
Las rutinas funcionan mucho mejor cuando todos trabajan juntos.

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Hacer la limpieza
Estableciendo un horario para hacerla juntos. Cada miembro puede escoger una
o dos tareas.

Planificar las comidas


Una persona cocina, otra ayuda, otra pone la mesa, otra recoge y otra friega los
platos.

Hacer la compra
Hacer una lista entre todos. Que cada uno elija los que quiere buscar en el
super. Vayan juntos, hagan la compra juntos. Lleven las bolsas juntos y guarden
las cosas juntos.

Cepillarse los dientes


Conceder estrellas y premios es una falta de respeto, porque implica que los
niños no son capaces de hacer nada si no se les compra.

Va bien ser realista y ser consciente de que las rutinas no siempre funcionan
desde el principio. Recuerde que la resistencia al cambio forma parte de la
naturaleza humana, incluso cuando deseamos ese cambio o sabemos que nos
beneficiará.

CONOCER A LOS NIÑOS/AS.


No tiene por qué estar de acuerdo con él/ella, pero si sabe lo que piensa,
entenderá mejor por qué hace lo que hace.
Métase en su pellejo e intente comprender y respetar su punto de vista.
Cuando confía en los niños/as es mucho más fácil dejar de controlarles y de
castigarles y empezar a apoyarles con métodos respetuosos que les enseñaran
las competencias para la vida que necesitarán cuando no haya adultos
alrededor.

VALORAR LOS ERRORES.


Las personas solemos ser muy comprensivas cuando los demás admiten
con sinceridad los errores que han cometido, se disculpan e intentan solucionar
los problemas que han provocado.

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“el buen criterio es fruto de la experiencia y la experiencia es fruto del mal
criterio”.
Los errores contribuyen oportunidades de aprendizaje. Enseñar a darse cuenta
de que son una oportunidad de conseguir la valiosa ayuda de los demás, y
estarán dispuestos a asumir la responsabilidad de lo que hacen, porque sabrán
que no quiere decir que sean malos, quiere decir que desean ser responsables.
Los errores requieren una conversación o una disculpa cuando no es posible
reparar lo que ha sucedido.
Hay que estar muy seguro de uno mismo para decir: “me he equivocado y lo
siento”. Si un niño quiere reparar un error:
1. Reconocer el error: asumiendo responsabilidad en vez de culpa.
2. Reconciliarse pidiendo disculpas a las personas ofendidas o heridas.
3. Resolver el problema pensando juntos una solución.
No debe dudar en hacerles saber que cuando comete un error, porque le
perdonarían y aprenderán de su ejemplo.

CONVERTIR LA PAUSA OBLIGADA EN ALGO OBLIGATORIO.


Los niños/as se portan mejor cuando se sienten mejor. No se motiva a los
niños/as a que se porten mejor haciéndoles sentir peor, mediante una pausa
obligada punitiva.
Puede conseguir que la pausa obligada sea positiva y que constituya una
experiencia alentadora y fortalecedora para los niños/as. Concederlos una
oportunidad de descansar un momento y volver a intentarlo cuando se sientan
mejor. Proporcionando un periodo de clama para ayudarles a “sentirse” mejor,
porque es lo que les motiva a “portarse” mejor.
Es importante que ellos mismos se impliquen en la creación de un espacio que
les ayude a sentirse mejor. Si los niños/as no se portan bien: ¿te ayudaría irte
ahora a “tu sitio para relajarte”? ¿quieres que vaya yo contigo?. Lo mas probable
es que usted necesite calmarse tanto o mas que el niño/a. Si sigue diciendo que
no lo necesita, diga: “Muy bien, pues iré yo solo”. Será un ejemplo fantástico
para ellos/as.
Esta pausa puede ser mas efectiva si la presenta como una de dos opciones. (ir
a tu sitio para sentirte mejor, o hablar de esto en la reunión)
La pausa obligada positiva no suele ser apropiada para niños menores de tres o
cuatro años.

PONER A TODOS EN EL MISMO BARCO.

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Una de las palabras mas útiles para prevenir rivalidades entre niños/as o
la dinámica de niño bueno/malo es “NIÑOS”.
En lugar de intentar descubrir quien ha empezado la pelea, intente decir:
“Niños/as, si queréis seguir con la pelea, salid al jardín o marcharos a otra
habitación”, “Niños/as nadie se sentará delante hasta que os organicéis para
compartir el asiento. Poneos de acuerdo cuando queráis”, “no me interesa saber
quien ha empezado, lo que quiero es solucionarlo. Si queréis me sentaré con
vosotros mientras habláis, si pensáis que puede ayudaros”.

CENTRARSE EN LAS SOLUCIONES Y DEJAR QUE SEAN LOS NIÑOS/AS


QUIENES LAS ENCUENTREN.
Los niños tienen modos de solucionar las cosas que son efectivas y
eficientes. Hay que darles la oportunidad de solucionar los problemas por si
solos.
Intente preguntarlos qué creen que pueden hacer y observe su creatividad
manos a la obra.

ESCUCHAR LAS ACCIONES EN LUGAR DE LAS PALABRAS.


Es importante que ustedes sean congruentes con los niños/as y que se
aseguren de que sus palabras y sus acciones, evidentemente, coinciden.
Los niños aprenden a gran velocidad que una cosa es lo que usted dice y otra
bien distinta lo que hace. Por otro lado, también resulta útil confiar en que los
niños/as son como son, observando lo que hacen, y presentando más atención a
sus acciones en lugar de a sus palabras.
Cuando sus palabras y sus acciones son coherentes, se acerca a la
comunicación saludable. Así muestra respeto y aliento, tanto hacia usted mismo
como hacia los demás. Si no van en la misma dirección, la comunicación se llena
de mensajes contradictorios.

NI PROMETER NI ACEPTAR PROMESAS.


No prometa nada a no ser que pretenda cumplirlo y que esté
completamente seguro de que podrá hacerlo. Si no lo hace, resultará muy
decepcionante.
Hacer promesas sin saber exactamente a lo que se ha comprometido, le pone
entre la espada y la pared y crea resentimiento en los niños/as. Si estos le hacen
muchas promesas y, especialmente, si no suelen cumplirlas, dígales: “no acepto
promesas. Avisadme cuando lo hayáis terminado y lo celebramos juntos”.

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AYUDA A LOS NIÑOS/AS A SENTIRSE MIEMBROS IMPORTANTES.
Todos compartimos un deseo primordial: sentir que pertenecemos a un
grupo y que somos importantes. Si los niños piensan que no se les quiere o que
no se les tiene en cuenta, lo mas probable es que busquen modos para
recuperar el cariño o de herir a los demás, para vengarse.
Los cuatro objetivos erróneos de la conducta:
1. Búsqueda de atención
2. Búsqueda de poder
3. Búsqueda de venganza
4. Asumir su incapacidad (y tirar la toalla).
Los niños/as no son conscientes de sus objetivos erróneos, porque se basan en
creencias ocultas.
Se es mucho mas efectivo cuando se trata la creencia que subyace a la
conducta, que cuando se trata solo la conducta en cuestión.
No reaccione ante la mala conducta, sino ante la motivación (mensaje cifrado).
Una de las mejores maneras de descifrar los mensajes en clave de su hijo es
comprobar su propia reacción emocional ante la conducta.
Dele muchos abrazos a lo largo del día y programe momentos especiales juntos
con regularidad.
Explíquele que le molesta lo que esta haciendo y que, si lo que quiere es que le
haga caso, no tiene mas que decírselo. Explíquele que puede pedir atención a lo
largo del día haciéndoselo saber y que usted estará encantado de prestarle la
atención que él/ella le pide.
Si usted ante la conducta del niño/a reacciona con ira o con frustración, puede
ser que la creencia errónea de su hijo sea la búsqueda de poder. Para esto le
ayudará crear una situación en la que ambos salgan ganando.
Si se siente herido, decepcionado o indignado, es probable que la motivación de
su hijo resida en la venganza. Si un niño/a hiere a los demás, es porque también
se siente herido.
Asuma la responsabilidad de lo que haya podido hacer o escúchele y demuestre
empatía. Ayúdele a decidir qué puede hacer para sentirse mejor. A sentirse
tenido en cuenta e importante.

MOTIVAR, EN LUGAR DE ELOGIAR O DE PREMIAR.


Los niños/as necesitan que se les motive, igual que las plantas necesitan
que se las riegue. La motivación es un proceso en el que se les ofrece ese amor
que les trasmite que son buenos tal y como son. Los niños que se sienten
motivados se quieren a sí mismos y se sienten tenidos en cuenta.

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Motivar no es lo mismo que elogiar: “se que has hecho todo lo que has podido”.
“Estoy seguro de que sabrás cómo resolverlo”. “te quiero igualmente” …
Los premios enseñan a los niños/as a depender de las valoraciones externas en
lugar de fiarse de su juicio interno y de sus capacidades de autoevaluación.
La motivación les enseña a creer en si mismos y en su capacidad de hacer lo
correcto.

DECIR QUE NO.


Es bueno decir que no.
La mayoría de niños/as saben perfectamente cuándo les dicen que no de verdad
(tono de voz, mirada, actitud, ultimátum …)
Los adultos deben afrontar sus intentos de manipulación con un “no” claro y
preciso. Si cree que realmente no han entendido por qué les dice que no,
explíqueselo, pero manténgase firme: no tienen por qué estar de acuerdo con
sus motivos.

UTILIZA EL SENTIDO DEL HUMOR.


¿Por qué no considerar que la habitación desordenada de un adolescente
es otro ejemplo de una “monería” adecuada a su edad?, el modo en que visten
expresa su personalidad o la pertenencia a un grupo.
Los apodos son una buena manera para conservar el sentido del humor, siempre
que no se utilicen para ridiculizar o para manipular.
A los niños/as les encanta que se hagan bromas sobre lo que les caracteriza,
siempre que vean que los adultos aceptan las diferencias y que tienen sentido
del humor.

VIVIR.
Hay adultos que pretender vivir a través de los niños/as, querer que
consigan lo que ellos no lograron, y que estos alcancen sus mismos objetivos…
sin molestarse en aceptar las emociones y los deseos de los propios niños/as
Vivir quiere decir que persiga activamente sus sueños, al tiempo que apoya a los
niños/as para que persigan los suyos.
Cuando el adulto tenga una vida plena, podrá disfrutar de los niños/As, porque
ya no dependerá de ellos/as.

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EVITAR LAS ETIQUETAS Y LOS FARMACOS.
Hay mucha tendencia a etiquetar todas las malas conductas, y la mayoría
de estas son normales.
El TND (trastorno negativista desafiante) suele ser la respuesta natural de un
niño/a educado con adultos controladores.
En la mayoría de los casos, los niños/as abandonan todas estas “conductas”
cuando los padres utilizan las diversas herramientas de disciplina positiva.

CONFIAR EN ELLOS.
No quiere decir creer que siempre harán lo correcto. Quiere decir confiar
en que los niños/as son quienes son. Actuarán de acuerdo a su edad, es decir,
no recogerán el agua de la ducha tal y como prometieron. En lugar de enfadarse
y de faltarles al respeto, puede estar preparado y motivarles de un modo
respetuoso.
La confianza le proporciona la paciencia necesaria para enseñarles con métodos
que les capacitan para el futuro, como la resolución de problemas en equipo, ser
consecuente, las reuniones familiares y las preguntas “por curiosidad”, que les
ayudan a aprender de sus errores.
Cuando confía en ellos/as ya no necesita controlarles ni castigarles.

ASEGURESE DE QUE RECIBEN EL MENSAJE DE AMOR.


Es el mejor regalo. La opinión que tienen de si mismos se fundamenta en
la percepción que tienen de sus sentimientos hacia ellos/as. Cuando se sienten
queridos, tenidos en cuenta e importantes, ya no disponen de las bases para
desarrollar todo su potencial para ser miembros de la sociedad, felices y
valiosos.
La influencia positiva de los educadores se recibe cuando se recibe el mensaje
de amor. La manera más fácil es, decírselo varias veces al día, abrazarles,
besarles y hacerles cosquillas. Planifique momentos especiales para estar
juntos/as, con actividades que les gusten a ambos para ese tiempo especial y si
otros niños interrumpen, pídales que se vayan.
No se olvide de jugar y de reservar un tiempo para pasarlo bien juntos.
Construya recuerdos agradables de diversión.

IR PASO A PASO.

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Es el mejor modo de alcanzar el éxito. Si tiene unas expectativas
elevadas, puede que no empiece nunca a que se desanime cuando vea que las
cosas no cambian de un día para otro. Pasito a pasito, la misma inercia le
impulsará hacia adelante y tanto usted como los niños/as se beneficiarán de ello.

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