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PRESENTACIÓN EN DÍA INTERNACIONAL DE LA POESÍAi

Emanuel Acuña Galván

ILUSIÓN

¿Dónde está el mal, amigo, que genera en ti angustias?


¿Dónde está el monstruo horrible al que debes tu temor?
Es tu mismo sueño que camina en tierras mustias
al que debes todo eso que según tú es dolor.

Convencido has quedado, de que el mal es tan tajante


que rehúyes asustado a lo que podría ser,
te has fundado en los miedos, mas de ahora en adelante,
has de abrazar con fuerza la ilusión de perecer.

Es valiente quien no teme la vida perder por un día,


sin embargo es cobarde el que teme vivir más.
No le temas pues amigo a la muerte o a la vida,
que ninguna es tan mala y el final ya está detrás.

FANTASMA
I
Insignificante humano, extraño de tu tierra,
¿a dónde vas tan presto buscando ser feliz?
¿acaso no has notado que vives en la guerra
o que la ilusiones que tu cabeza encierra
son solo los ideales que dejan cicatriz?

II
La marcha que recorre el sitio que te aterra,
apenas ha llegado hasta el país del sol.
Verás que en los desastres el hombre siempre yerra,
porque constantemente se aflige y se aferra
y va a curar sus penas, echándoles alcohol.

III
Aquella poca angustia que atrapó al ladino,
se queda estacionada en el pensar azul.
"¿Por qué no habrá una guerra en el país vecino?"
Pregunta sin saberlo, cuando va en el camino,
cargando los problemas que guarda en un baúl

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IV
Y queman sus entrañas, al no tener respuestas,
de aquello que preguntan sus niños por las noches,
"¿acaso Dios existe en estas tierras muertas?"
pregunta nuevamente cuando cierra las puertas
del alma que custodia, perdida entre reproches.

V
¡Oh, pobre triste humano, tristísimo patán!
¿Quién fuera tan dichoso en esa ignorancia?
¿Quién fuera afortunado para partir el pan?
Le ha culpado siempre del mal al que es Satán,
pero nunca se mide el hombre en arrogancia.

UN ORGANISMO

Es el aliento quejumbroso y llano


el sustento en la vida de los seres
que pierden media tarde con enseres
pasando el tiempo de mano en mano.

Sentidos por el tacto y por la vista,


se entregan inocentes al oído
buscando, sin saberlo, lo prohibido,
aquello de quien nadie se resista.

Y van perdidos con pensamiento plano


buscando una respuesta ya inaudible:
"¿por qué ha de ser el ser un ser sensible,
si el hombre muere por su propia mano?"

Entonces se pregunta él inocente


si el mundo ha de cambiar un solo día,
en algo que recuerde a la alegría
que cuando niño pasó por su mente.

Añora aquello que pronto a perdido


e ignora que aquello que vive en él,
son los recuerdos que tiene en papel
y le hacen ser alguien dividido.

Así se conforma este organismo,


que piensa que tarde acaba todo
pues cuando en los suelos él pisa el lodo
no observa que el lodo y él son lo mismo.

2
EL TIEMPO ES QUIEN MARCA EL PASO

El tiempo es quien marca el paso,


el vals me mantiene vivo,
si apenas mi rima escribo
cae tinta en mi regazo.
Entonces se pierde el trazo,
filosofía que sigo;
mueren los fines conmigo
y el sufrimiento también,
víctima de este vaivén
y de las cosas que digo.

Como Calíope, inspira


a relatar este verso,
en otras aguas inmerso,
las tristes tardes que aspira.
Porque si bien que respira
arroba aquí el sentimiento,
¿quién fuera en otro momento
aquello que quiere ser?
¿quién no puediése prever
que el mundo es puro tormento?

Pero me acabo el aliento


llorando por cosas mustias
¿qué importan hoy mis angustias
cuando este mal va en el viento?
Porque el amor que yo siento
que me genera dolor,
es nada ante el escozor
que me produce este mundo
que vi llorar gemebundo
y es de su miseria autor.

El niño que muere a diario,


no se lamenta la suerte
más bien abraza la muerte
como a Jesús el sudario.
Y rezan fuera de horario,
esperan que cambie todo
pero sus rezos son lodo
que se deshacen sin más,
no cambia nada jamás
si no encuentran otro modo.
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Y aquella niña que llora
porque a su madre ha perdido,
¿por qué quedará al olvido
cuando a la justicia añora?
Porque murió la señora
mientras luchaba en la vida,
para conseguir comida
y que ella fuera feliz...
Más le costó ese maíz:
una familia perdida.

Y el hombre que está olvidado


cumpliendo una sentencia
de soledad y paciencia,
quien su familia ha dejado.
Le tienen ahí arrumbado
por no poder levantarse,
por no poder animarse
por verse viejo en el mundo
y con un odio rotundo
le condenan a secarse.

Así ocurre en la tierra,


que el mundo se vuelve loco
porque a pesar de que poco
es lo que a todos aterra,
nuestro egoísmo que encierra
nuestra ilusión de vivir
sentados y sonreír
mientras el mundo se quema,
dice tranquilo no temas,
muy poco importa el sufrir.

LA MOZA DE LA FUENTE

No sé escribir de sueños, tampoco de promesas,


escribo por lo tanto de todo gran dolor.
¡Qué el mundo no haya visto ardiendo mis tristezas!
ni mire que en los campos lamentos de escozor,
de la mañana triste en que perdió el velo,
la niña de las fuentes que un día vió mi alma,
sus grandes ojos negros, la puerta de su anhelo,
ese día se fueron y quedó su cuerpo en calma.
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La moza de esa plaza era una gran belleza,
un buen y gran regalo del cielo para el mundo,
pero ese ruin humano, con toda su bajeza,
le cercenó la vida, maldito e iracundo.
La chica no temía ni al Hado ni a los dioses,
sabía que este mundo era del sufrimiento;
pero este mundo malo, le trajo varios roces,
y para vivir su vida le puso impedimento.

Un simple "no" bastaba, a ojos del villano,


para que una moza perdiera su existencia,
no quiso al aquereso y no le dio su mano
y aquel "buen caballero" actuó con gran violencia.
Mirando al entrecejo del ruin bandido idiota,
aquella dulce niña sintió partir su vida,
su cuerpo fue abusado, su alma quedó rota
y aquel maldito hombre vió su pasión erguida.

Al hombre le buscaron debajo de las piedras,


pero al no encontrarle, le dio igual al pueblo,
mientras que a la moza acusaron de una hiedra,
de una vil ponzoña y mala, que le llevó hasta el suelo.
Por cosas como esa, el hombre ha escapado
al recio y gran castigo que aún le corresponde,
pero ni Dios bendito jamás le ha atrapado.
¿Dónde está la justicia? ¡Dios mío, dime dónde!

El mundo ha culpado sin más a esa moza,


le ha recriminado no ser como debía,
¿y cómo entonces mundo han de pasar las cosas,
para que otra niña no sufra una osadía?
La madre de la niña aún llora por su ausencia,
bien dice que la vida es un gran patraña.
El hombre forajido nos queda en la consciencia;
y ahí sigue la fuente que a la moza extraña.

SIMETRÍA/APARECISTE

Hablaba de mi sueños, sin mencionarte en ellos,


pues yo ya no esperaba tener nunca tu amor,
porque en la negra noche brillaban los destellos,
y allá en las lejanías gritaba un gran dolor.

Pero tú apareciste tomando mis cabellos,


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violenta halaste mi mirada hacia tu estopor
y en aquel dulce instante, de los recuerdos bellos,
ennegreció mi día, causándome temor.

Caí en la desgracia que es propia de los plebeyos,


buscando en otras pieles un poco de calor...
Encuentro que los hombres las marcan con sus sellos,
porque perder sus musas les causa un gran pavor.

Y es así que los humanos se matan entre ellos,


buscando encaramarse con solo un gran amor.
Mas he ahí en sus deseos, ardientes de destellos,
que quieren ser el otro y sufren de dolor.

CONTRADICCIÓN/OCTAVAS REALES

¿A dónde irá mi pobre pensamiento


al ver que el mundo llega a sus confines,
andando entre los surcos del tormento
que media entre los buenos y los ruines?
¿En dónde parará el derramamiento
de sangre innecesaria por botines
de esa mala guerra, que asusta y aterra,
en dónde habrá ya paz en esta tierra?

¿Y cuándo habrá de ser que los humanos,


se miren sin alzar las armas, luego
de ver que en sus estado de malsanos
bastante importancia ponen al ego?
¿Y cuándo pensarán en sus hermanos
y cuando les salvarán de ese fuego?
¿Y dónde irá el dolor que les causamos
a aquellos que queremos y que amamos?

Pregunto de manera muy sincera,


pues esté insano mundo bien que agobia
a ese hombre que está siempre en la espera
de un mundo en donde no haya xenofobia.
Pero es que ya ese hombre bien quisiera
que sea la propiedad la cosa obvia
que le permita un día ser feliz,
siendo que ésta es del mal una raíz.

Y ve que aquello que en sus manos tiene


un día ha de partir y mucho teme
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que cuando cambie el mundo, lo que viene
le sea tan ajeno, que le queme
y entonces su miseria desenfrene
trayendo un caos que haga que blasfeme
y que culpe de su suerte a la vida,
diciéndole a la muerte, bienvenida.

Mas teme siempre en vano el pobre ingrato


pues es precisamente lo que asusta,
el gran remedio que prevé el maltrato
que el golpe de la vida diario incrusta
en medio del camino, y el arrebato
o rabieta que haga de forma injusta,
hará a otro más difícil el sendero,
que oirá decir "ayúdame, que muero".

Y no le ayudará si tiene miedo,


dejando que se muera abandonado,
"más vale que ese lobo en el robledo
se quede para siempre ya enterrado,
porque si no las tierras que depredo
serán pobres y yo estaré acabado;
y el alma que pena y que mucho pesa,
no estaría en el mundo, en que está presa."

¿Por ello pregunto si acabará,


este mal que ha nacido en lo profundo?
¿cuándo el humano reconocerá,
que es en la tierra sólo un vagabundo?
¿cuándo el asesino al fin cesará
y podremos ya no temer al mundo?
¿Cuándo, me pregunto, es que será el fin,
del hombre perverso, maldito y ruin?

"Nunca", me responde el mundo en la cara,


"nunca será el fin de el hombre maldito,
sólo los sabios soportan la vara
que guía al humano a ser un bendito."
Pero cuando el hombre hubo captado
que en esta vida nadie es infinito,
prefirió vicios y todos placeres,
porque sólo sufres y un día mueres.

7
SAETA

Aquí os presento humilde mi pálida paleta,


con la que yo he pintado el cuadro que verán,
la escena donde el hombre arroja una saeta
y en el espacio extiende su mente tan inquieta
buscando otros mundos que un día perecerán.

Aquella oscura piedra que forma su armamento,


se toma por principio de un largo y gran sendero.
Pasó de mano en mano, palabras en el viento
viajaron a otros hombres y fue cuestión de tiempo
para que aquella piedra de pronto fuera acero.

Y aquella ignorancia con que vagaba el mundo,


aparecía en sus ojos brillantes de sorpresa,
andaba los caminos, nadaba en lo profundo,
miraba por las noches el cielo errabundo
y luego se pensaba el mundo en la cabeza.

Y mientras más pensaba, más loco parecía


que aquello que miraba fuera nefasto y bello,
los astros le llamaban, la luz le embrutecía,
e invento el lenguaje como una fantasía
que fuera adecuada para plasmar su sello.

Comunicó al hermano la utilidad del lodo,


las piedras no eran armas, ahora construían
las casas se habitaban y siendo de este modo
su historia cambió mucho, por no decir del todo,
pero fue en ese instante que el mundo ardería.

Tan pronto los metales se unieron a las guerras


y el odio y la venganza ensombrecieron luego,
los íntimos rincones que guardan estas tierras
ocultos en los valles y en esas altas sierras,
los hombres se mataron y se prendieron fuego.

En ese mismo lapso en que infligió la muerte,


se vió muy asediado por aquella ignorancia
que hizo que frunciera el ceño ante la suerte
pues al ver que en el mundo cuando uno queda inerte,
se pierde para siempre lo que hoy es ganancia.

Ahondó sus pensamientos, pintó bellos paisajes,


pero de pronto supo que estaba condenado,
el mundo y las armas no son más que ultrajes
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que obligan a los hombres que habitan los parajes
que existen en el mundo, a verles acabados.

Y así un hombre tras otro tocaron los peldaños


que en su alta cima un trono resguardaban,
el reino de este mundo, el reino del humano
surgio de grandes guerras de hermanos y extraños,
pues esas grandes guerras sus sueños dibujaban.

Las piedras que con que hacía un arte de la caza


se habían de pronto vuelto la muerte del planeta,
y así es que con sus balas y con su acero traza,
la historia de este mundo en que la vida pasa
tan rápida y mortífera como una gran saeta.

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Poesías presentadas para ser leídas en el Museo de la Ciudad, en Santiago de Querétaro, los días 21 y 22 de
marzo de 2019 como parte de la participación del colectivo artístico Alphalabra.

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