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DAR COMO UNA FORMA DE COMPARTIR

Texto Clave:

Como dice la Escritura: «Ni le sobró al que había recogido mucho, ni le faltó al que había
recogido poco. 2 corintios 8:15

Uno de los Objetivos del tercer Viaje misionero de Pablo fue recoger una ofrenda especial
para los cristianos necesitados de Judea. A los corintios Pablo enseña como contribuir.

Después de su conversión, el apóstol Pablo asumió la misión de llevar el evangelio al mundo


gentil. El éxito que Dios le dio planteó preguntas importantes sobre la relación entre las
raíces judías de la fe cristiana incipiente y los nuevos seguidores gentiles de Jesús. Un
concilio de líderes cristianos judíos y gentiles se reunió en Jerusalén para discutir el asunto y
buscar la conducción de Dios en relación con estas preguntas complicadas. La reunión y sus
resultados se registran en Hechos 15.
Sin embargo, en el informe que Pablo da de esta reunión en Gálatas 2, agrega otro
elemento importante a las instrucciones que recibió del concilio de Jerusalén para su
ministerio continuo entre los gentiles: “Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los
pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer” (Gál. 2:10 )

Ilustraciones

Elena de White escribe sobre aquellos que recibieron la orden de Jesús de Id y haced
discípulos, y enfatiza el entusiasmo que ellos tenían, pero también hace hincapié en las
necesidades que surgían y en como el amor de hermanos ayudaba para que no faltara nada
entre los nuevos conversos. Al respecto ella escribe:

Entre aquellos a quienes el Salvador había dado la comisión: “Id, y doctrinad a todos los
Gentiles” (Mateo 28:19), se contaban muchos de clase social humilde, hombres y mujeres
que habían aprendido a amar a su Señor, y resuelto seguir su ejemplo de abnegado servicio.
A estos humildes hermanos, así como a los discípulos que estuvieron con el Salvador
durante su ministerio terrenal, se les había entregado un precioso cometido. Debían
proclamar al mundo la alegre nueva de la salvación por Cristo. Al ser esparcidos por la
persecución, salieron llenos de celo misionero. Comprendían la responsabilidad de su
misión. Sabían que en sus manos llevaban el pan de vida para un mundo famélico; y el amor
de Cristo los movía a compartir este pan con todos los necesitados. El Señor obró por medio
de ellos. Doquiera iban, sanaban los enfermos y los pobres oían la predicación del evangelio
(Los hechos de los apóstoles, p. 87).

Piensa en esto: “Las iglesias del Nuevo Testamento eran confraternidades de servicio y, en
las comunidades, eran entidades de servicio. No había ninguna diferencia de rango o estatus
que dividiera al pueblo de Dios. Los líderes de la iglesia eran los principales responsables de
preparar a la congregación para un servicio productivo y dar testimonio a los que los
rodeaban. La iglesia no era vista como una sociedad musical que contrataba a los artistas y
se recostaba para disfrutar de la actuación. La iglesia era una orquesta en la que a cada
miembro se le asignaba una parte para desempeñar”.

Leamos 2 Cor. 8:1-24 y descubriremos cinco sugerencias de como debemos contribuir.


Veamos la Primera:

1- Contribuir a pesar de las circunstancias. 2 Cor 8.1-2

¿Cuantas veces sufrimos algún tipo de necesidad y somos sorprendidos por otros que están
en una situación mucho mas dura que nosotros? ¿Cuántas veces sabemos de algún
hermano de iglesia que esta con serias dificultades y tal vez nosotros no estamos pasando
por un buen momento? Dios nos llama a ser solidarios siempre, no importa cual será
nuestra situación en ese momento.

2- Contribuir con Entusiasmo. 2 Cor 8:3-4

Debemos ser felices cuando podemos ayudar a quien mas lo necesita, y de esta manera
disfrutaremos de la bendición que Dios nos da, además estaremos siendo un gran ejemplo
para los mas pequeños de la casa, que verán nuestra buena predisposición para poder
colaborar con los demás.

3- Contribuir de acuerdo con el ejemplo de Jesús. 2 Cor 8:5-9

Como el maestro de los maestros, Jesús, predico con el ejemplo, y esto nos llega escrito a
través de los evangelios, donde encontramos muchas historias del Salvador dando todo lo
que tenía, incluso llego a dar su vida por nosotros.

4- Contribuir de buena voluntad. 2 Cor 8:10-12

La buena voluntad y el entusiasmo están muy ligados, por que cuando llegamos a disfrutar
de compartir con los que menos tienen un poco de lo mucho que Dios nos da, eso se vuelve
un habito y forma parte de nuestra voluntad diaria.

5- Contribuir por la Fe. 2 Cor 8:13-14

Pablo también utilizó dos referencias del Antiguo Testamento para instar a los creyentes a
ser generosos y a cuidar de sus hermanos creyentes en circunstancias difíciles. Citó la
historia de la generosa provisión divina del maná a los israelitas en el desierto como un
modelo de dar y compartir entre la comunidad eclesiástica más amplia (ver 2 Cor. 8:15); y
también citó el Salmo 112:9 : “Repartió, dio a los pobres; su justicia permanece para
siempre” (2 Cor. 9:9).
Pablo instó a sus lectores a ser intencionales al dar, a separar regularmente una parte de sus
ingresos para que les resulte fácil dar cuando él o Tito visitaran su iglesia para recoger las
ofrendas y entregarlas a los cristianos necesitados de Jerusalén. Pablo utilizó el ejemplo de
una iglesia para alentar a otras iglesias a ser igualmente generosas. “Como resultado del
ministerio de ustedes, ellos darán la gloria a Dios. Pues la generosidad de ustedes tanto
hacia ellos como a todos los creyentes demostrará que son obedientes a la Buena Noticia de
Cristo” (2 Cor. 9:13 NTV).

Elena de White dice lo siguiente:

La buena voluntad de los creyentes macedonios para sacrificarse era resultado de la


consagración completa. Movidos por el Espíritu de Dios, “a sí mismos se dieron
primeramente al Señor” (2 Corintios 8:5); entonces estaban dispuestos a dar
generosamente de sus medios para el sostén del evangelio. No era necesario instarlos a dar;
más bien, se regocijaban por el privilegio de privarse aun de las cosas necesarias a fin de
suplir las necesidades de otros. Cuando el apóstol quiso contenerlos, le importunaron para
que aceptara sus ofrendas. En su sencillez e integridad, y en su amor por los hermanos, se
negaban alegremente a sí mismos, y así abundaban en frutos de benevolencia. Cuando
Pablo envió a Tito a Corinto para fortalecer a los creyentes de allí, le indicó que edificara a la
iglesia en la gracia de dar; y en una carta personal a los creyentes, él también añadió su
propio llamamiento. “Por tanto, como en todo abundáis ---les rogó- en fe, y en palabra, y en
ciencia, y en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, que también abundéis en
esta gracia” [2 Corintios 8:7] (Los hechos de los apóstoles, p. 276).

Cristo guardará los nombres de todos los que no consideran ningún sacrificio demasiado
costoso para ofrecerlos a él sobre el altar de la fe y el amor. Él lo sacrificó todo por la
humanidad caída. Los nombres de los que son obedientes, los que se sacrifican y los fieles
estarán esculpidos en las palmas de sus manos; no serán vomitados de su boca, sino que
serán tomados en sus labios y él rogará especialmente en favor de ellos ante el Padre.
Cuando los egoístas y orgullosos sean olvidados, ellos serán recordados y sus nombres serán
inmortalizados. A fin de ser felices, debemos vivir para hacer felices a otros. Es bueno que
presentemos nuestras posesiones, nuestros talentos y nuestros afectos en una agradecida
devoción a Cristo, y en esa forma encontraremos felicidad aquí y una gloria inmortal en el
más allá (Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 358

LLAMADO

Que cada día tengamos el habito de ayudar a los demás, especialmente aquellos que son
nuestros hermanos en la fe y están pasando por alguna necesidad. Si cada iglesia que tiene
un poco mas comparte con quienes no gozan de esta suerte, no habría ninguna necesidad
entre hermanos en Cristo. Te invito a que mires a tu alrededor y puedas ver las necesidades
de aquellos que son tus hermanos, y puedas comprometerte de manera sincera y alegre
para poder suplir esas necesidades.

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