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23 Septiembre 2019
Derechos humanos
Preocupados por las figuras públicas que deshumanizan a los migrantes y a otros grupos
minoritarios, los expertos recuerdan que generalizar y describir a grupos enteros de
personas como peligrosos o inferiores ha conducido en el pasado a tragedias catastróficas.
Treinta expertos* en derechos humanos alarmados por el reciente aumento de mensajes que
fomentan el llamado discurso del odio en los medios de comunicación y las redes sociales han
publicado este lunes una carta abierta en la que se pide a los Estados y las empresas en el sector
de las telecomunicaciones que tomen medidas para frenar la propagación de esa lacra.
"Nos alarma el reciente aumento de los mensajes de odio y nos preocupan las figuras públicas que
deshumanizan a los migrantes y a otros grupos minoritarios", señalan los expertos en su misiva.
El grupo de expertos advierten que generalizar y describir a grupos enteros de personas como
peligrosos o inferiores no es un fenómeno nuevo en la historia de la humanidad y que en el
pasado ha conducido a tragedias catastróficas.
El discurso del odio, tanto en internet como fuera de él, ha
exacerbado las tensiones sociales y raciales.
Por ese motivo, instan a los Estados a fomentar y adoptar políticas de tolerancia. “Los Estados
deben trabajar de forma activa en la elaboración de políticas que garanticen los derechos a la
igualdad, la no discriminación y la libertad de expresión, así como el derecho a vivir una vida libre
de violencia, mediante la propagación de la tolerancia, la diversidad y las opiniones plurales”.
Del mismo modo solicitan a las empresas en el sector de las telecomunicaciones y las redes
sociales a actuar y efectuar las comprobaciones debidas y que no sirvan como plataformas para
la incitación al odio y a la violencia.
Exacerbación de las tensiones sociales y raciales
"El discurso del odio, tanto en internet como fuera de él, ha exacerbado las tensiones sociales y
raciales, incitando a ataques con consecuencias mortales en todo el mundo", afirman.
También alertan de que esa lacra se ha convertido en una “tendencia predominante” en todos los
países y que esta situación representa una amenaza contra los valores democráticos, la
estabilidad social y la paz.
Las ideas que impulsan el odio y su apoyo vulgarizan la conversación pública y “debilitan el
tejido social de los países”, concluyen.
Además, solicitan a los dirigentes a abstenerse de propagar el miedo entre el público contra los
migrantes o de aquellos considerados como "ajenos" para su propio beneficio político.
Por otra parte, también mostraron su preocupación por el uso del discurso del odio “como forma de
socavar la disidencia legítima”, y del mismo modo subrayaron la importancia de fomentar la
libertad de expresión.
Los Grupos de Trabajo y los Relatores Especiales forman parte de lo que se conoce como
los Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos. Procedimientos
especiales, el cuerpo más grande de expertos independientes en el sistema de derechos
humanos de la ONU, es el nombre general de los mecanismos independientes de
investigación y supervisión del Consejo que abordan situaciones específicas de países o
problemas temáticos en todas partes del mundo. Los expertos en procedimientos
especiales trabajan de manera voluntaria; no son personal de la ONU y no reciben un salario
por su trabajo. Son independientes de cualquier gobierno u organización y sirven en su
capacidad individual.
Felipe González Morales (Chile), relator especial sobre los derechos humanos de los migrantes;
David Kaye (Estados Unidos de América), relator especial sobre la promoción y protección del
derecho a la libertad de opinión y de expresión; y Ahmed Shaheed (Maldivas), relator especial
sobre la libertad de religión o de creencias; E. Tendayi Achiume (Zambia), relatora especial sobre
las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de
intolerancia; Fernand de Varennes (Canadá), relator especial sobre cuestiones de las minorías;
Victor Madrigal-Borloz (Costa Rica), experto independiente sobre la protección contra la violencia y
la discriminación basadas en la orientación sexual y la identidad de género; Dubravka Simonovic
(Croacia), relatora especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias; Maria
Grazia Giammarinaro (Italia), relatora especial sobre la trata de personas, en particular de mujeres
y niños; Livingstone Sewanyana (Uganda), experto independiente sobre la promoción de un orden
internacional democrático y equitativo; Obiora C. Okafor (Nigeria), experto independiente sobre la
cuestión de los derechos humanos y la solidaridad internacional; Fabian Salvioli (Argentina), relator
especial sobre la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición;
y Philip Alston (Australia), relator especial sobre la extrema pobreza y los derechos humanos;
Agnes Callamard (Francia), relatora especial sobre las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o
arbitrarias; Fionnuala NÍ Aoláin (Irlanda), relatora especial sobre la promoción y protección de los
derechos humanos y las libertades fundamentales en la lucha contra el terrorismo; el Grupo de
Trabajo sobre la discriminación contra las mujeres y las niñas; el Grupo de Trabajo de Expertos
sobre las Personas de Ascendencia Africana; Rhona Smith (Reino Unido), relatora especial sobre
la situación de los derechos humanos en Camboya; Javaid Rehman (Pakistán), relator especial
sobre la situación de los derechos humanos en la República Islámica del Irán; Alioune Tine
(Senegal), experto independiente sobre la situación de los derechos humanos en Malí; Yanghee
Lee (Corea del Sur), relatora especial sobre la situación de los derechos humanos en Myanmar;
Michael Lynk (Canadá), relator especial sobre la situación de los derechos humanos en el territorio
palestino ocupado desde 1967; Bahame Tom Mukirya Nyanduga (Tanzanía), experto
independiente sobre la situación de los derechos humanos en Somalia.
Aunque sigue siendo el país más competitivo de América Latina, por primera vez Chile tuvo una caída estrepitosa en el ranking. De
hecho, fue el país que más descendió este año en la lista global que elabora el Institute for Management Development (IMD).
Bajó siete posiciones hasta quedar en el lugar 42 de las 63 economías monitoreadas por el prestigioso instituto suizo. "Esta es la caída
más grande que ha sufrido Chile. Es una luz roja, una señal de alerta", le dice a BBC Mundo Enrique Manzur, profesor de la Facultad
de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y coordinador local del estudio.
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El índice no es pura matemática. Incluye una mezcla entre algunos datos económicos y la percepción que tiene un grupo de
encuestados en cada uno de los países que forman parte del análisis.
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Y precisamente lo que explica gran parte de la caída, afirma Manzur, es un fuerte cambio en la percepción de los encuestados, que en
su mayoría son empresarios, líderes de opinión y expertos. La opinión predominante es que hubo un descenso en el desempeño
económico, en la eficiencia gubernamental y en la infraestructura del país.
Pero lo más cuestionado fue la eficiencia de los negocios y la falta de más herramientas tecnológicas en todos los niveles. "La
percepción es que las empresas no son tan eficientes", dice el académico, "y que requieren más agilidad para responder a los
cambios".También bajó el nivel de satisfacción con el desempeño económico del país. "Una explicación razonable es que no se han
cumplido las expectativas", apunta, dado que el crecimiento en los últimos años ha sido más bajo de lo previsto.
Para 2019 los pronósticos han disminuido paulatinamente y una buena parte de los economistas proyecta que Chile crecería menos
de 3% este año. Ese menor crecimiento, junto a una serie de reformas que se discuten en el país, habrían influido en la caída que
experimentó el país sudamericano en el ranking de competitividad, agrega Manzur.
"No tomo demasiado en serio este ranking"
"No tomo demasiado en serio este ranking", dice Joseph Ramos, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile y
consejero de la Comisión Nacional de Productividad, en diálogo con BBC Mundo.
Por un lado, "refleja la opinión que tiene la élite y los empresarios del país", y por el otro, es un concepto relativo, porque la posición
en el ranking también depende de si otros países han mejorado más rápido que Chile. Pese a ello, Ramos dice que efectivamente el
país ha experimentado deterioros en su competitividad.
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Uno de los más claros, afirma, es que la última reforma laboral aprobada en el país provocó una mayor rigidez en el mercado del
trabajo.
Otro factor que también pudo haber incidido, aunque en menor medida, es que el año pasado bajó la inversión internacional. "Pero no
creo que el país se haya hecho más o menos atractivo. Creo que tiene más que ver con el ciclo del cobre", una de las mayores fuentes
de ingreso del país.
Uno de los grandes desafíos que tiene Chile, apunta Ramos, es mejorar su productividad para ser más competitivo a nivel global. "Chile
tiene la mitad de la productividad de los países desarrollados".
Y para eso, requiere incorporar tecnología, maquinaria, una fuerza laboral más calificada y un sistema regulatorio que no sea tan
engorroso para la aprobación de proyectos.
"Al final la inversión depende de las empresas y de que exista un ambiente que estimule la inversión". En ese contexto, "es posible que
la reforma tributaria y laboral puedan tener un efecto positivo en la inversión e incidir en que el país sea más competitivo, pero
tampoco hay que dar saltos de júbilo". "Lo que está de fondo son los temas de gestión de las empresas y de innovación tecnológica",
explica.
Los otros latinoamericanos
El estudio del instituto suizo arroja que en Chile los encuestados valoran la estabilidad de las políticas, un ambiente amigable con los
negocios y un marco jurídico efectivo.
Y mirando hacia adelante, el informe advierte que el país enfrenta desafíos como reformar los sistemas de pensiones, de salud y
de impuestos, además de mejorar la productividad, reducir la burocracia y aumentar los proyectos de investigación y desarrollo.
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A nivel latinoamericano, el ranking incluye el análisis de siete países, donde el más competitivo es Chile (con el puesto 42), seguido por
México (50), Colombia (52), Perú (55), Brasil (59), Argentina (61) y Venezuela (63).
De esa lista, Colombia experimentó el salto más alto, al subir seis posiciones. A nivel global, la delantera la lleva Singapur, seguido
por Hong Kong y Estados Unidos.
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