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EN LA ZONA DONDE USTED TRABAJA ¿CÓMO SE MANIFIESTA LA

VIOLENCIA BASADA EN GÉNERO?

LAS MUJERES MIGRANTES

Uno de los motivos violencia de género de esta población vulnerable que es


relevante es que los agresores las amenazan con la expulsión, con denunciar su
situación de irregularidad a la policía, si se quejan de los malos tratos recibidos por
sus parejas, empleadores o compañeros. También aparecen como significativos
los motivos culturales, la desinformación sobre qué hacer o poder hacer por un
lado, la falta de recursos económicos y, sobre todo, el hecho de vivir los malos
tratos como algo normal propio de la relación de pareja y de la dominación
masculina conllevan que las mujeres soporten estas vejaciones y pongan en
peligro sus vidas. En muchos de los casos estas mujeres han sufrido violencia
doméstica en otras relaciones anteriores o previamente en el seno familiar. Todo
ello hace que se asuman los malos tratos como algo que forma parte de las
relaciones entre los géneros. Las mujeres migrantes sufren una doble
vulnerabilidad, de dependencia afectiva y de falta de redes familiares y sociales
que les permitan salir de la situación de violencia, sumada a una gran precariedad
laboral. A ello aún hay que añadirle que en algunos casos su situación de irregular
en el país depende del empleador, el maltratador y esta situación de irregularidad
hace que tengan miedo a condenar los malos tratos. La mujer migrante es pasible
de ser violentada de manera sexual la situación precaria y económica en la que se
encuentra, las hacen más vulnerables a aceptar propuestas muchas veces
indecorosas que las obligan a vender su cuerpo a cambio de dinero.

LA POBLACIÓN LGTBI

La violencia en el medio local en función a la orientación sexual de personas que


se atraen y gustan tener una relación con otra de su mismo sexo y que
demuestran este afecto en público, se manifiesta a través de la discriminación y
represalia frecuentes, blancos de burlas y en muchas ocasiones víctimas de abuso
por parte de autoridades políticas o policiales, con detenciones arbitrarias por los
efectivos, con frecuencia con el exceso de la fuerza pública y en otras ocasiones
de manera verbal cuyo argumento siempre justificante seria que realizan actos en
la vía pública indecorosos y que consideran como un comportamiento inmoral en
espacios públicos. Así mismo, son en numerosas ocasiones víctimas de crímenes
violentos realizados con altos niveles de crueldad o maltrato físico como azotes y
golpes con diversos objetos.

LS MUJERES CON DISCAPACIDAD


Esta vulnerabilidad, resultado de conjugar discapacidad y género, plantea una
realidad de doble discriminación con características propias y diferenciales, a las
mujeres con discapacidad se les niega un rol, un papel en la sociedad. Debido a
los estereotipos acerca de su pasividad, y dependencia, se les cuestionan incluso
los roles tradicionales femeninos de madre, cuidadora o creadora de una familia.
Esta ausencia de cometidos sociales, coloca a las mujeres con discapacidad en
una situación de completa invisibilidad, restándoles credibilidad a la hora de
denunciar posibles abusos e impidiéndoles acceso a los recursos, su mayor
dificultad para encontrar un empleo, acceder a la educación, mayor dependencia
económica y la frecuente dependencia de un cuidador o cuidadora, con quien en
muchas ocasiones existe un vínculo emocional al tratarse de su pareja o de un
familiar. Por otra parte, como factores de vulnerabilidad asociados a la violencia
destacan que ellas se sienten como las cargas familiares económicas, por
depender quizá de un cuidador y en algunos casos los bajos ingresos económicos
con los que cuenta para solventar sus cuantiosos gastos. Este colectivo por su
doble vulnerabilidad: la de ser mujer y tener discapacidad, disminuye su
autoestima y dificulta su acceso al trabajo.

LAS MUJERES ADULTAS MAYORES

Este es un colectivo de mujeres violentadas en la sociedad y mayormente en las


familias, las desigualdades de género se agudizan en esta población por la
dependencia económica de las mujeres mayores, quienes carecen de pensiones,
ingresos, rentas y trabajos remunerados, etc. Que hacen que con frecuencia se
produzca una suerte de abuso doméstico hacia ellas, recargándole por ejemplo y
muchas veces labores del hogar y de cuidado. En muchos casos los hijos e hijas
les encargan el cuidado de sus nietos/as, en condiciones precarias, sin descanso
y sin apoyo económico. Si bien es cierto, la vinculación con los nietos y nietas es
un espacio de encuentro emocional y de integración, que es positivo para las
personas adultas mayores; de la misma manera encontramos también una
contraparte negativa, cuando se les entrega toda la responsabilidad; lo que lleva a
mermar su salud física, tranquilidad emocional y también su economía, por otro
lado son pasibles de abusos por parte de hijos desalmados, que las consideran
como una carga familiar, y muchas veces son encontradas en estado de
abandono, ya sea en la calle, en el hogar, en centros de salud, en
establecimientos penitenciarios o en cualquier otra situación o circunstancia y este
abandono y desprotección puede darse por distintas circunstancias, una de las
más frecuentes es la migración de los jóvenes y adultos por estudios y trabajo;
quedándose los padres, madres o abuelos/as sin la cercanía de los hijos e hijas
que puedan apoyarlos con cuidados y recursos económicos en caso de
enfermedad y del deterioro natural causado por la edad. Esto se agrava cuando
los hijos e hijas no vuelven, y se olvidan totalmente de los familiares mayores que
han dejado atrás, quienes con el avance de edad, tienen mayores necesidades de
afecto, cercanía, cuidados y recursos económicos, quedando en total abandono,
sin un soporte familiar de apoyo, y podrían inclusive estar en riesgo de la
mendicidad.

LAS MUJERES INDIGENEAS

En este grupo vulnerable existen varios factores que darían razón del por qué
pueden dar este tipo de violencia por ejemplo las mujeres indígenas son aisladas
pues las comunidades suelen vivir en lugares remotos, rurales y sobre todo
escondidos, por lo que las mujeres tienen un menor acceso a servicios judiciales
del estado que les permitan denunciar, acusar, ejercer sus derechos como tales
por al no haber denuncia no existe proceso a los culpables de ningún tipo,
además, el proceso jurídico puede ser difícil de comprender, pues muchas
mujeres no tienen los niveles de educación y en algunos casos no hablan español,
o no lo hacen de manera entendible y fluida, los sistemas de justicia de su
comunidad mayormente, no reconocen la violencia contra la mujer como delito
punible. Por otro lado las relaciones de poder son patriarcales en donde existe una
baja participación femenina en el gobierno comunitario pueden hacer que las
mujeres no se sientan capaces de tomar acción frente al acto violento. Además,
en muchas comunidades existe la visión de que los problemas de pareja no es
algo en lo que la comunidad deba interferir y en algunos casos aquellas mujeres
que se han animado a abandonar a las parejas abusivas, no encajan con la
realidad indígena, donde el patriarcado ha optado como medidas de castigo por
no respetar las normas comunitarias con la expulsión de la comunidad.

NIÑAS Y ADOLESCENTES

Este tipo de violencia de género en esta población se manifiesta mayormente ya


con delitos establecido en nuestro ordenamiento jurídico, por ejemplo con la trata
de personas o la prostitución infantil, es por ello que en algunos casos se
frecuenta la búsqueda de menores desaparecidas ya sea para ser prostituidas o
para ser ultrajadas y posteriormente asesinadas en el caso de la prostitución
infantil se demuestran cómo la sexualización del cuerpo de las niñas y
adolescentes, dentro de la sociedad machista en la que vivimos, sigue siendo un
negocio altamente rentable a causa del significado que existe detrás de estos
cuerpos jóvenes como la virginidad y pureza del cuerpo femenino, símbolos que
en varones de mente enferma solo desean poseer y ultrajado, y con ello, la
propiedad simbólica que le enviste a éste como primer hombre de ese cuerpo
femenino joven.

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